La Celestina
La Celestina
La Celestina
ACTO I
Escena 1
Narrador:
(Entra el halcón) Pretendiendo entrenar a su halcón, Calisto, un
joven apuesto y de clase, se descuidó tan solo por un segundo
cuando el ave alzó vuelo para marcharse… al correr, irrumpió en
un jardín con mucho cuidado para que nadie lo viese.
Allí, contemplando las rosas, se encontraba una joven cuya
inigualable belleza impactó a Calisto, haciéndole olvidar incluso el
porqué de su inesperada visita.
Melibea:
¡Auxilio! ¡Ayuda! ¡Alguien invade nuestra morada!
Calisto:
¡No se asuste bella dama! Venía siguiendo a mi halcón que
escapó mientras entrenaba, pero ahora le agradezco por haberme
guiado ante tan hermosa presencia. ¿Cuál es su nombre?,
preciosa doncella.
Melibea:
¿Cómo podría presentarme con un desconocido e invasor?
Calisto:
Me disculpo, soy Calisto.
Melibea:
Yo soy Melibea.
Calisto:
Para remediar este malentendido, quisiera invitarla a pasear, así
nos conoceremos mejor.
Melibea:
¡¿Ahora pretende insultarme?! ¡No soy una mujer de malas
andanzas! ¡Jamás saldría con un desconocido! ¡Adiós!
(Melibea sale por una pata y Calisto por la otra).
Narrador:
Tras el inminente rechazo de Melibea y el nuevo, pero creciente
interés de Calisto por conquistarla, el joven regresó a casa
buscando a quién contarle lo sucedido.
Calisto:
(Angustiado), ¡Sempronio! ¡Pármeno! ¿Hay alguien en este lugar?
Sempronio:
Acá estoy mi amo.
Pármeno:
¿Por qué tanto alboroto?
Calisto:
Sucedió algo inusual(Agitado).
Ambos:
Un poco de agua por favor.
(Entra el sirviente).
Sirviente:
Señor, tome un poco de agua por favor.
Calisto:
No quiero nada, es que conocí a un ángel, fue amor a primera
vista, pero no me correspondió y me echó de su casa, es
hermosa. Su nombre es Melibea.
¿Qué dolor puede ser tal que se iguale con mi amor? Que tengo
una llama dentro del cuerpo, un fuego que me está quemando.
Que, si el del purgatorio es tal, más querría que mi espíritu fuese
con los de los brutos animales que a la gloria de los santos.
Sempronio:
(No sólo está loco, también es un hereje).
Calisto:
¿Qué dices?
Sempronio:
Digo que nunca Dios quiera tal cosa: que es una especie de
herejía lo que ahora dijiste.
Calisto:
¿Por qué?
Pármeno:
Porque lo que dices contradice la cristiana religión.
Calisto:
¿Y a mí qué?
Pármeno:
¿Tú no eres cristiano?
Calisto:
¿Yo? De Melibea soy, a Melibea adoro, en Melibea creo y a
Melibea amo.
Sempronio:
Escena 2
Narrador:
Sempronio y Pármeno se marcharon hacia la casa de Celestina
para plantearle la situación. Al llegar se encontraron con tres
trabajadoras de ella.
Ambos.
¡Buenas tardes!
Muchachas:
(Riendo) ¿Si? ¿A qué se debe la visita?
Ambos:
Venimos a buscar a la vieja Celestina.
Muchachas:
(Riendo) ¿Qué? ¿A la vieja celestina?
Ambos:
Así es
Muchachas:
No, no lo hagan, no la conocen, ella… (líneas improvisadas).
Voz en off:
¡Aquí estoy!
Humo
(Celestina entra a escena y todos se asustan).
Celestina:
Retírense muchachas.
(Las criadas se retiran y Celestina se acerca hacia los hombres, ellos del
miedo se cargan).
Celestina:
Vengan acá muchachos. Cuéntenme, si vale la pena, los
atenderé.
Sempronio:
(Acercándose a Celestina) Solamente estate atenta y concéntrate
en lo que te voy a decir, y no derrames tu pensamiento en
muchas partes.
Celestina:
Pero dime, no te detengas.
Pármeno:
Se trata de Calisto, está perdidamente enamorado de Melibea y
quiere hacer cualquier cosa por tenerla. Cosas en las que no
estoy de acuerdo.
Sempronio:
Podríamos pedirle todo el dinero que queramos.
Celestina:
Calisto, ya sé de él, conozco a todos en esta ciudad. Es joven e
inseguro, lo que no sabe es que con el amor no se juega. Si se
manipula termina en desgracia, pero si está dispuesto a todo, solo
debemos ocultarle ese último detalle.
Sempronio:
Pero hay un problema. Pármeno (señalándolo) es fiel a Calisto y
desconfía de sus métodos. Seguro intentará persuadirlo para
desistir.
Pármeno:
Tampoco soy un traidor.
Celestina:
Hijo mío, Pármeno, tienes que saber que Calisto anda con penas
de amor y no le juzgues débil por eso, es algo natural que el
hombre y la mujer se amen.
Pármeno:
Es que no quiero ver sufrir a mi amo.
Sempronio:
No hay nada que el dinero no pueda solucionar.
Pármeno:
No quiero bienes mal ganados.
Celestina:
Bueno, no perdamos más tiempo y vayamos donde Calisto,
síganme.
Ambos:
¿Sabe dónde vive Calisto?
Celestina:
Yo lo sé todo.
(Salen asustados de escena con Celestina por delante).
Escena 3
Narrador:
Celestina que es una vieja experimentada y astuta va en marcha
a buscar a Calisto para realizar uno de los más grandes trabajos
que haya podido hacer o tal vez el peor de todos. Mientras tanto,
Calisto está desesperado pensando en Melibea.
(Se ve a Calisto en escena caminando de un lugar a otro, luego van entrando
criados ofreciéndoles comida).
Criados:
Amo debes comer algo, por favor no te has alimentado bien,
Señor, esto lo cocinamos para usted, está muy pálido (le seca la
frente del sudor).
Calisto:
¡Basta!, no necesito manjares, mi único alimento es Melibea.
Ambos:
Amo, ya llegamos y venimos con ella.
Celestina:
Buenas noches.
(Entra celestina, y los criados se colocan en el primer plano izquierdo).
Criados:
Es ella, la bruja más malvada de este pueblo, dicen que hizo un
pacto con el diablo, dicen que ella es el diablo.
(Celestina empieza a caminar por la casa, mirando por todos lados).
Calisto:
Bienvenida sea usted a mi palacio, vieja madre, (Calisto le da una
bolsa con monedas, Celestina lo abre y muerde la moneda)
¡ofrézcanle algo de comer!
Criados:
Ve tú, no mejor tú, no tú (Un criado se acerca y luego sale
corriendo y todos lo siguen).
(Celestina se agacha a recoger el pañuelo y lo huele).
Celestina:
Me llevaré esto, no necesito saber más… pronto regresaré (Sale).
Narrador:
Celestina es sabia en estos negocios y ellos saben que no puede fallar
Cierre de telón.
(Se coloca en escena Celestina, el caldero y el humo seco).
Musicalización.
Humo
Apertura de telón.
(Celestina empieza a colocar cosas dentro de la olla murmurando).
Celestina:
Te conjuro Plutón, señor de las profundidades infernales, capitán
de los ángeles caídos, yo, Celestina, tu más conocida clienta, te
conjuro por esta sangre de murciélago (coloca un líquido rojo
dentro) por los nombres y signos que aparecen en este papel
(rompe un papel y lo coloca adentro) por el veneno de las víboras
con el que unto este pañuelo (untando) a que vengas sin tardanza
a obedecer mi voluntad, haz que Melibea lo compre y quedé
enredada, ¡y que cuanto más lo contemple, más quede atrapada
en las redes del amor de Calisto! ¡Te conjuro! (empieza a mover
el caldero con un palo).
Todos:
Nomet tum nemet tem (x5)
Entes:
Oh Plutón, escucha
Oh Plutón, escucha
He aquí
Tu más conocida clienta
Escucha a esta vieja
¡Escúchala!
Celestina:
Si no lo haces con rapidez, me convertiré en tu enemiga una y
otra vez, y así confiando en mí mucho poder, parto para allá, con
el pañuelo donde creo que te llevo ya envuelto (sale)
Cierre de telón.
(Se retira el caldero y el humo seco).
Musicalización off
(En escena Melibea con su cesta de flores)
Apertura de telón.
Celestina:
Hola dulce niña.
Melibea:
Disculpe, pero ¿quién es usted?
Celestina:
Soy una pobre viejecita que solo está acá vendiendo estos
pañuelos para ganarse la vida.
Melibea:
Bueno, si es así, deme un pañuelo, yo le colaboro.
Celestina:
Oh niña muchas gracias
Tengo uno que te va a encantar y va con el color de tus ojos.
Entes:
Nomet tum nemet tem (x5)
Melibea:
Debo ir a buscar a Calisto, tengo que decirle algo (sale de
escena).
Celestina:
Mi trabajo está hecho (sale).
Melibea:
¡Calisto!
Calisto:
Melibea.
Melibea
¿Cómo se llama este dolor que se ha adueñado de mi cuerpo?
Calisto:
Lo más dulce y sublime.
Melibea:
Pues solo con decir tu nombre me alegro.
Calisto:
Es un fuego escondido, una agradable llaga, un sabroso veneno.
Melibea:
¿Cómo se llama?
Calisto:
Se llama amor (se toman de la mano y se quedan paralizados).
(Entran los entes y se colocan en el medio del escenario, ahora la tarima está
divida en dos).
Celestina:
Esto es mucho dinero (risas).
Pármeno:
Vieja Señora.
Sempronio:
Ahora si es momento de darnos lo que nos toca.
Celestina:
¿Lo que les toca? bueno será una pequeña parte, ya que yo hice
todo el trabajo sucio.
Ambos:
No señora, denos todo el dinero ahora.
Celestina:
¿Qué hacen?, alto, ¡no! (la tiran a piso y la matan).
Pármeno:
Rayos, la matamos, creo que llagamos muy lejos.
Sempronio:
¡Sempronio cállate! ¿Qué son esos?
(Los entes empiezan a rodearlo y a llevárselos, ellos gritan).
(Entran las criadas).
Criadas:
Celestina, vieja Celestina, responda.
Criadas:
Está muerta.
Criada:
Por fin está muerta.
Criada:
Somos libres.
Criadas:
¡Por fin somos libres!
(Agarran una bolsa de dinero).
Criadas:
Vámonos de acá.
(Mientras tanto en la otra mitad del escenario).
Calisto:
Dios escuchó mis suplicas, ¡Melibea me ama!
Melibea:
Sí, te amo, que sentimiento tan de repente siento aquí en el pecho
que no puedo controlar.
Calisto:
Yo soy de Melibea, en Melibea creo en Melibea adoro en…
(mientras va diciendo eso sale del escenario y se escucha su voz
en off cayendo del balcón).
Melibea:
¡Calisto no!, amado mío, no puedes irte así tan fácil y dejarme así.
¿Qué está pasando? ¿Cómo hago para vivir sin ti ahora?
Simplemente siento que no lo podré hacer. Tengo que estar
contigo, algo me ata a ti. Me iré contigo.
(Sale del escenario y se escucha su voz en off cayendo del balcón).
(Los demás entes salen de escena y solo se queda uno en primer plano
central).
Ente/Narrador:
La bruja alcahueta Celestina murió a manos de sus compinches,
Calisto despeñado y Melibea también. La ambición de poder y
riqueza conduce a la tragedia. Bienaventurados los que aún no
me conocen.
Cierre de telón.