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Práctica Docente 1

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PRÁCTICA DOCENTE – OBSERVACIONES PARTICIPANTES.

EE511 – LA MATANZA

BRAVO MACARENA AILIN – 3ERO CIEGOS, ISFD 105

Primer escrito. Otras formas de hacer escuela.

Me gusta la idea de hablar de hacer escuela porque lo siento como un proceso


dinámico, porque en ese hacemos, que es de todos y todas en la comunidad
educativa, y en ese tránsito de hacer más o menos pasajero, dejamos huellas. Cuando
ingresamos en una escuela el olor y los sonidos no nos dejan lugar a dudas, es una
escuela. El bullicio, el timbre, las conversaciones, el olor de la comida preparándose
en la cocina al mediodía, las risas. En la 511 llegamos y lo primero que noté es que no
hay “formación” o “saludo a la bandera” como tal, al menos en el ingreso al turno tarde,
que es donde me tocó realizar estas observaciones participantes. Los chicos y las
chicas, ingresan. Unos minutos antes ingresan maestras y maestros del turno tarde,
para recibir a los niños y las niñas que participarán ese día del hacer escuela,
cotidiano. La organización de grupos es en ciclos, 1er ciclo, 2do ciclo, Inicial y
Secundaria. Este primer día, me tocó acompañar el grupo de primer ciclo.

La tarde fue puro asombro, para mi sorpresa hubo muchas situaciones que impactaron
y sacudieron mi forma de ver la escuela especial, y la escuela en sí. Este hacer
escuela era diferente a los que yo conocía, la invitación a re-descubrir una nueva
forma de hacer escuela se presentó frente a mí. Y es que llegamos con la valija llena
de experiencias y sentires de escuela que son sacudidos para mostrarnos otras
formas. Una de esas otras formas que me sacudió, fue el hecho de saludarnos a la
hora de la salida, en ronda, cantando una canción a la bandera diferente,
sosteniendo entre los niños las banderas, también la bandera whipala. Este
pequeño rito, este pequeño (pero gigantesco) cambio, en la forma de despedirnos, no
fue igual o parecido a las despedidas escolares que solemos conocer, sin embargo, se
mantuvo el respeto hacia nuestros símbolos patrios, pero también prestando atención
a nuestros pueblos originarios, me parece un cambio o una forma de hacer escuela
más inclusiva, mucho más plural y diversa. En este punto, puedo visualizar lo que
implica el reconocimiento del otro, este reconocimiento, implica avanzar hacia una
educación intercultural: Un punto de partida hacia la construcción de nuevas
interacciones sociales interculturales, heterogéneas, respetuosas. Generar prácticas
pedagógicas alternativas que revaloricen nuestra cultura y fortalezcan nuestra
identidad, para poder estar abiertos a otras culturas, trascender lo teórico para avanzar
hacia una convivencia intercultural positiva, es una tarea y desafío que todo docente
debe tener.

En la 511, las formaciones no son de una forma estructurada (en filas, de mayor a
menor, separado por género masculino o femenino) son una ronda. Una ronda que se
vincula con la infancia, una ronda que nos invita a mirarnos a todos a la vez, mientras
nos despedimos. Además, esta forma circular de disponerse, también puede verse en
prácticas comunitarias de diferente orden, entre ellas las de los pueblos originarios.
(Por ej. para pueblo mapuche “somos parte de una vida circular en donde nada se
termina sino sólo se renueva para seguir cumpliendo su rol. VIVIR BIEN -
Confederación Mapuche de Neuquén, 2010, p41) Todas y todos se van nucleando sin
ninguna indicación expresa, a medida que van terminando de merendar, a medida que
ya están preparados para despedirse, nos fuimos nucleando circularmente.

Creo que es un hacer escuela que quiero llevar conmigo, que me gustaría compartir.
¿Qué pasa si nos animamos a revisar nuestros rituales escolares? ¿Qué situaciones
escolares propiciarían un vínculo más amigable entre quienes hacemos escuela?
(alumnos-maestros) ¿Qué sucede si pensamos en qué rituales sostenemos sólo por
costumbre y reproducimos sin ser sujetos críticos? Si intentamos cambiar algo porque
consideramos que hay otras formas más amigables de vincularnos, más plurales y
diversas, ¿de qué otra forma podemos hacerlo? No es lo mío no cuestionarme, y sé
que en esta profesión es necesario cuestionarse, rever, revisar nuestras prácticas.

El saludo a la bandera es un momento importante del día, tanto al entrar como al salir
de la escuela, pero quiero preguntarme si este momento importante lo es por el
vínculo que nos une, por recibirnos, por esperarnos, porque los niños y las niñas
sepan que es el inicio de un día más donde son esperados. Y porque considero que el
saludo para despedirnos también es un momento importante, donde despedirnos con
sonrisas o con retos (o indicaciones expresas, estructuradas) no representa lo mismo.

Considero que esta forma de hacer escuela, es la que quiero adoptar cuando llegue a
ser docente, porque mi posicionamiento va de la mano con un deseo y convicción de
vivir en una sociedad más justa, plural y diversa. Es desde la escuela y los vínculos
que en ella se den, que propiciamos esta sociedad o, todo lo contrario. Si continuamos
sosteniendo formas excluyentes, que homogenizan, que repiten prácticas que
valorizan la hegemonía y desvalorizan las diferencias, lo único que seguiremos
sosteniendo son sociedades injustas y desiguales. No es el camino que deseo seguir,
y también soy consciente que es un trabajo arduo el de cuestionarse internamente, y
del de sacudir formas preestablecidas, muchas veces difíciles de cambiar por
costumbres, rituales inamovibles carentes de sentido real, pero con mucho peso, por
ser fundantes de la escuela.

Aunque parezca un mínimo detalle, la ronda y la whipala son muy significativas y


alientan a seguir por este camino donde se puede ver todo lo aprendido en clase,
plasmado en una situación real y concreta en las escuelas.

Bibliografía:

¿Los otros como nosotros? Volumen IV. Interculturalidad en la escuela. Reflexiones y


propuestas didácticas desde Jujuy. - María Luisa Rubinelli y Victorina Andrade Burgoa.

El orden escolar y sus rituales. CAP 2 (Selección) Martha Amuchástegui.

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