Historia
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Comunicación
Estudiante: Hernández Ramírez, Luana Antonella
3
2 Mi ensayo.
3
8
Mi historieta.
4 mi texto
expositivo.
Mi cue
nto
“El viaje mágico de Luna”
Luna era una niña curiosa que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques. Le
encantaba explorar y descubrir nuevos rincones de su hogar. Un día, mientras caminaba por el
bosque, encontró un sendero oculto cubierto de hojas doradas que brillaban bajo la luz del sol.
Intrigada, decidió seguirlo.
El sendero la llevó a un claro donde se encontraba un viejo árbol con un tronco enorme y ramas
que se extendían como brazos abiertos. En el centro del tronco había una puerta pequeña con un
pomo dorado. Sin pensarlo dos veces, Luna abrió la puerta y entró.
Para su sorpresa, se encontró en un mundo completamente diferente. El cielo era de un azul
profundo y las nubes eran de algodón rosa. Flores gigantes de todos los colores adornaban el
paisaje, y pequeños animales con alas brillantes volaban alrededor.
Luna empezó a caminar por este mundo mágico y pronto se encontró con un ser peculiar: un
pequeño dragón de escamas verdes y ojos grandes y amables. "Hola, soy Draco", dijo el dragón.
"¿Cómo te llamas?"
"Soy Luna", respondió ella. "¿Dónde estoy?"
"Estás en el Reino de los Sueños", explicó Draco. "Aquí, todo lo que imagines puede hacerse
realidad. ¿Quieres que te enseñe?"
Luna asintió emocionada, y juntos comenzaron una increíble aventura. Volaron sobre montañas de
cristal, nadaron en lagos de agua luminosa y conocieron a criaturas fantásticas como unicornios y
hadas. Draco le mostró cómo con solo cerrar los ojos y desear con fuerza, podía crear cualquier
cosa que quisiera.
Después de un día lleno de aventuras, Draco llevó a Luna de regreso al viejo árbol. "Es hora de que
vuelvas a casa", dijo el dragón. "Pero recuerda, siempre podrás regresar al Reino de los Sueños.
Solo tienes que creer."
Luna se despidió de Draco y regresó por la puerta pequeña. Al cruzarla, se encontró de nuevo en el
claro del bosque. Corrió a casa y, aunque nadie le creyó su increíble historia, ella sabía que había
sido real. Desde ese día, cada noche, antes de dormir, Luna cerraba los ojos y se dejaba llevar al
Reino de los Sueños, donde la magia nunca terminaba.
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