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46 Demos Gracias Al Señor

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Demos gracias al Señor

20/11/2022

 A un niño de cuatro años se le pidió que diera gracias


en la cena de Navidad. Todos inclinaron las cabezas, y
el niño comenzó a orar. Le dio gracias a Dios por sus
amigos, nombrándolos uno por uno. Le dio gracias a
Dios por su mamá, su papá, sus hermanos, sus abuelos
y todos sus tíos.
 Luego, comenzó a darle gracias a Dios por los
alimentos. Dios gracias por el pavo, el pan, la ensalada
de frutas, la salsa, los pasteles y las papas. Se detuvo
por un largo rato mientras todos esperaban. Por fin, el
muchachito miró hacia su madre y le dijo: Mamá, si le
doy gracias a Dios por las verduras, ¿no sabrá que es
mentira?
 Sin duda, es bueno darle gracias a Dios. Sin embargo,
a veces es difícil hacerlo. Hay algunas cosas, como las
verduras, por las cuales no siempre queremos darle
gracias a Dios. A veces los sentimientos nos lo impiden.
Cuando nos sentimos tristes, frustrados, deprimidos y
desanimados, dar gracias puede ser lo último que
queremos hacer.
 Sin embargo, siempre es bueno darle gracias al Señor.
Cuando menos ganas tenemos de hacerlo es cuando
más nos hace falta. La gratitud cambia nuestro corazón
y nuestros sentimientos, y puede cambiar nuestras
circunstancias también. En esta temporada del año
cuando muchos piensan en dar gracias, vamos a ver
por qué es bueno siempre darle gracias a Dios.
 Basaremos nuestra meditación en el Salmo 92. Este
salmo fue escrito especialmente para el sábado, el día
de reposo y de adoración a Dios en el Antiguo
Testamento. Nosotros nos reunimos para adorar en
domingo, pues Jesús es nuestro reposo. Su
resurrección es la máxima razón para adorar. Por la fe
en él, podemos reposar en su adoración todos los días.
 Ya que se escribió este salmo específicamente para el
sábado, habla de las actividades de los salmistas y
adoradores que guiaban al pueblo en la adoración a
Dios. Los levitas que dirigían la adoración usaban
instrumentos para alabar a Dios en la mañana y por la
tarde. Quizás pensaríamos que se fastidiarían de alabar
a Dios todo el tiempo. Vamos a ver lo que dicen en los
versos 1 al 3.
 ¡Cuán bueno, Señor, es darte gracias
 y entonar, oh Altísimo, salmos a tu nombre;
 2 proclamar tu gran amor por la mañana,
 y tu fidelidad por la noche,
 3 al son del decacordio y de la lira;
 al son del arpa y del salterio!
 ¿Cuál es su reacción? ¿Es pesado tener que darle
gracias a Dios? ¡No! Es bueno. Es apropiado y
agradable, porque Dios se lo merece. Fuimos creados
para alabar a Dios. Cuando lo alabamos de corazón,
nos trae satisfacción, porque para eso fuimos hechos.
Debemos acostumbrarnos a darle gracias a Dios como
lo hicieron ellos, regularmente.
 En este salmo vamos a encontrar cuatro razones para
darle gracias a Dios. Aquí encontramos la primera: Es
bueno dar gracias a Dios por su fidelidad. Él nunca
cambia. Podemos confiar en el amor fiel de nuestro
Dios.
 Un día, un viejo granjero estaba sentado junto a su
esposa cuando se puso a pensar en lo bueno que había
sido con él. Llevaban 42 años de casados, y ella
siempre lo había apoyado. Le echó el hombro en todo.
Por fin, ya no lo pudo contener. Le dijo: Mujer, has sido
una mujer tan maravillosa que casi te lo he querido
decir. Apenas podía contener su amor, pero no quería
que se le subieran los humos.
 ¡Dios no se ha quedado callado en cuanto a su amor
por nosotros! Lo ha escrito en el cielo, en los alimentos,
en el cantar de las aves, en el aroma del café. Lo
escribió con letras enormes en la cruz. Si él nos ha
declarado así su amor, ¿no debemos corresponderle?
Es bueno dar gracias a Dios por su amor fiel.
 Vamos a buscar la segunda razón por la que es bueno
dar gracias a Dios en los versos 4 al 8.
 Tú, Señor, me llenas de alegría con tus maravillas;
 por eso alabaré jubiloso las obras de tus manos.
 5 Oh Señor, ¡cuán imponentes son tus obras,
 y cuán profundos tus pensamientos!
 6 Los insensatos no lo saben,
 los necios no lo entienden:
 7 aunque broten como hierba los impíos,
 y florezcan todos los malhechores,
 para siempre serán destruidos.
 8 Solo tú, Señor, serás exaltado para siempre.
 Es bueno dar gracias a Dios por sus obras
maravillosas. Dios no es hipócrita; él no nos declara su
amor sin demostrarlo. La Biblia es la historia de las
grandes obras de Dios. Él abrió el mar Rojo, y partió el
río Jordán. Tumbó las murallas de Jericó, y derrotó a
los enemigos de Israel. ¿Qué ha hecho por nosotros?
Ha derrotado a nuestros peores enemigos, el diablo y la
muerte, en la cruz.
 Cada día nos abre camino, y nos lleva por el sendero
del cielo. Contesta nuestras oraciones. Nos provee todo
lo que necesitamos. Sólo el necio ignora las grandes
obras de Dios, dice el salmista. El insensato va por su
camino, disfrutando de las bendiciones de Dios sin
reconocer de dónde vienen. Por eso, su existencia será
acortada. Será como la hierba que brota verde y luego
se seca.
 Se cuenta la historia de un hombre que encontró el
granero donde Satanás almacenaba las semillas que
siembra en el corazón humano. Entre todas las semillas
del enemigo, la más abundante era la semilla del
desánimo. Se dio cuenta de que esas semillas crecían
por todas partes.
 Sin embargo, cuando preguntó si había algún lugar
donde no crecían esas semillas, le dijeron que sólo
había una tierra inhóspita para las semillas del
desánimo. Es el corazón agradecido. ¡Es bueno dar
gracias a Dios por sus obras maravillosas! Leamos
ahora los versos 9 al 11 para encontrar la tercera razón
por la que es bueno dar gracias a Dios.
 Ciertamente tus enemigos, Señor,
 ciertamente tus enemigos perecerán;
 ¡dispersados por todas partes
 serán todos los malhechores!
 10 Me has dado las fuerzas de un toro;
 me has ungido con el mejor perfume.
 11 Me has hecho ver la caída de mis adversarios
 y oír la derrota de mis malvados enemigos.
 Es bueno dar gracias por la justicia de Dios. Cuando los
enemigos de Dios también son tus enemigos, puedes
regocijarte en la victoria de Dios. Es seguro que Dios
derrotará a sus enemigos. Nadie que se opone a Dios
podrá sobrevivir. Por lo tanto, si te has aliado con Dios,
puedes estar seguro de que tus enemigos también
dejarán de existir.
 No me refiero, por supuesto, a la vecina chismosa que
te fastidia, o al jefe que te saca de quicio. Dios sabrá lo
que hará con ellos. Me refiero, más bien, a la injusticia,
a la muerte, a la pobreza, a la enfermedad, al pecado,
al diablo y a sus demonios. Todas estas cosas dejarán
de existir, porque Dios hará justicia en la tierra.
 Podemos celebrar cuando vemos esas victorias ahora.
Cuando Dios sana a un enfermo, cuando salva a un
pecador, cuando rescata a una familia y trae paz a una
nación, debemos darle gracias a Dios por su justicia.
Asegúrate de estar del lado de Dios, y podrás siempre
celebrar sus victorias.
 Ahora veremos la cuarta razón por la que es bueno dar
gracias a Dios. Se encuentra en los versos 12 al 15.
 Como palmeras florecen los justos;
 como cedros del Líbano crecen.
 13 Plantados en la casa del Señor,
 florecen en los atrios de nuestro Dios.
 14 Aun en su vejez, darán fruto;
 siempre estarán vigorosos y lozanos,
 15 para proclamar: «El Señor es justo;
 él es mi Roca, y en él no hay injusticia».
 Es bueno dar gracias por la prosperidad de Dios.
Cuando estamos plantados en la presencia de Dios,
podremos florecer. En el templo que construyó Salomón
y donde cantaban los levitas había dos clases de
árboles representados. Los cedros se usaron como
material de construcción, porque la madera de cedro es
fuerte y resistente a la polilla. Como adorno, se usaron
figuras de palmera.
 Estos dos árboles representan la vida de la persona
que vive en la presencia de Dios. La palmera, que crece
en los oasis en medio del desierto, da uno de los frutos
más dulces que se conoce. Cuando nos mantenemos
cerca de Dios, caminando con él en fe y obediencia,
nuestra vida producirá fruto. Aun en la vejez, nuestra
vida tendrá sentido.
 El cedro es muy grande y longevo. Representa la
estabilidad y fuerza del creyente. A diferencia del
malvado, que se acaba como el pasto, el cedro resiste
el cambio de temporadas y las épocas de sequía. El
cedro es firme y fuerte, y así es la persona que se
mantiene cerca del Señor. Podemos darle gracias a
Dios por el bienestar que tenemos en él.
 Un día, los ancianos se reunieron en el asilo para la
cena del día de acción de gracias. Cada uno se turnó
en darle gracias a Dios por algo. Una señora de
avanzada edad dijo: Le doy gracias a Dios porque me
quedan dos dientes emparejados, uno arriba y el otro
abajo, que me permiten masticar la comida. Esta
señora comprendió algo que nosotros a veces
olvidamos. Es bueno darle gracias a Dios en todo
momento y por toda situación.
 Si te has entregado a Jesucristo, tienes grandes
razones para darle gracias a Dios. Puedes darle gracias
por su fidelidad, por sus obras, por su justica y por la
prosperidad que viene de él. Dale hoy las gracias a
Dios por todas sus bendiciones.

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