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Desarrollo normal del

lenguaje
y
La comunicacion

por

Lic. Romina M. Ayala


ÍNDICE

DEFINICIONES 2

COMUNICACIÓN 2
LENGUAJE 3

ETAPAS DEL LENGUAJE 6

ETAPA PRELINGUISTICA 6
ETAPA LINGÜÍSTICA 13

ALERTA 19

SIGNOS DE ALERTA EN LA COMUNICACIÓN Y EL LENGUAJE 19


POBLACION SUSCEPTIBLE DE PACEDER UNA ALTERACION EN EL LENGUAJE 19
SIGNOS DE ALERTA POR EDADES APROXIMATIVAS 20
¿CUÁNDO, DONDE Y A QUIEN DERIVAR? 23

1
DEFINICIONES

COMUNICACION

Es un proceso del desarrollo que se origina en los formatos básicos de


interacción social, en las primeras actuaciones compartidas entre el bebé y
los adultos que le rodean. ... . Entre ambos generan cadenas interactivas en
las que la conducta de uno de ellos va seguida de la conducta armonizada
del otro, formando unas secuencias de relación que pueden considerarse un
diálogo socio-emocional que, conforme va transcurriendo el tiempo, se va
paulatinamente complejizando (Tamarit, 1989, pp. 86-87).

Es un proceso recíproco interpersonal de intercambio convencionalizado de


significados en un contexto social (Tamarit, 1989, p. 83).

La comunicación es un acto social por encima de


todo y el bebé con desarrollo normal nace con todo
el “equipaje” que necesita para poder comunicarse
con los demás. Desde el nacimiento (antes incluso
de aprender a hablar) se dirige a sus papás y
llama su atención (llorando, sonriendo...). Se relaciona con ellos pidiéndoles
cosas que quiere, utilizando gestos (protoimperativos), le gusta compartir
con ellos las cosas que le llaman la atención, señalándolas y mostrándolas
(protodeclarativo) y aprende a controlar el entorno físico y el entorno social
en el que se desarrolla. Poco a poco, va percibiendo que sus acciones
generan respuestas en el entorno y eso es lo que va construyendo los
deseos de las personas por comunicarse y relacionarse con los demás.
(Tamarit, 1990)

Comunicar es intercambiar pensamientos, sentimientos y deseos, es poner


cosas en común (es transmitir).

La comunicación humana es la más compleja y requiere de una serie de


condiciones:

• Emisor: persona que siente necesidad de comunicarse.

• Mensaje: algo que comunicar.

• Receptor: alguien con quien comunicarse.

2
• Vía de transmisión: canal auditivo, visual, verbal...

• Contexto que ofrezca la oportunidad de transmitir el mensaje.

• Código común.

Este código común, existente en el ser humano, es el lenguaje. Por tanto, sin
comunicación (sin intención por transmitir), el lenguaje no tendría sentido, ya
que no lo necesitaríamos.

LENGUAJE

M. Puyuelo (1998) define el lenguaje como una conducta comunicativa, una


característica específicamente humana que desempeña importantes
funciones a nivel cognitivo, social y de comunicación; que permite al hombre
hacer explícitas las intenciones, estabilizarlas,
convertirlas en regulaciones muy complejas de
acción humana y acceder a un plano positivo de
autorregulación cognitiva y comportamental, al que
no es posible llegar sin lenguaje.

Desde el punto de vista del desarrollo general del niño, el lenguaje cumple
importantes funciones:

• Es el principal medio de comunicación.

• Es el instrumento que da forma al pensamiento.

• Actúa como factor regulador de la conducta.

• Es un medio de acceder a la información y a la cultura.

• Supone un medio de identificación con iguales.

Implica muchos aspectos:

El cognitivo, a nivel de la corteza cerebral donde se recibe procesa y elabora la


información y donde se ponen en marcha diversos procesos como la atención

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y la memoria.

El social-afectivo porque el lenguaje implica comunicarse con otras personas.

El auditivo para la percepción auditiva adecuada y la comprensión del


lenguaje.

El motor (órganos fonoarticuladores) para la articulación de los sonidos y la


adecuada expresión verbal.

Y Se hace posible gracias a dos aspectos fundamentales: una base genética


(el individuo posee la capacidad innata para desarrollar el lenguaje; tiene una
predisposición y una base natural); y una adecuada interacción con el entorno,
con el medio en el que se desarrolla.

BASES DEL DESARROLLO DEL LENGUAJE

• Bases neurofisiológicas: corteza cerebral del hemisferio izquierdo,


sensoriales y motoras (Wernicke y Broca) y zonas colindantes. Procesos
centrales y periféricos para la codificación y decodificación lingüística.

• Bases sensoriales: sensaciones y percepciones que nos llegan de los


estímulos externos, así como percepciones propioceptivas para la captación
e interpretación de dichos estímulos.

• Bases anatómicas y funcionales: aparato respiratorio, fonatorio, articulatorio,


resonador y su funcionalidad para producir el habla.

• Desarrollo cognitivo: desarrollo de las funciones mentales básicas implicadas


en el desarrollo del lenguaje.

• Desarrollo afectivo, emocional y social.

4
• Influencia del medio: que propicia la estimulación exterior y regula los
intercambios entre el niño y el adulto como forma de aprendizaje, a través del
feedback correctivo (el niño va modificando y perfeccionando su lenguaje en
función de las respuestas que obtiene de los que le rodean).

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ETAPAS O FASES DEL LENGUAJE

ETAPA PRELINGUISTICA

Denominada también como la etapa preverbal, comprende los primeros 10 a


12 meses de edad. Se caracteriza por la expresión
buco-fonatoria que de por sí apenas tiene un valor
comunicativo. Otros la consideran como la etapa del
nivel fónico puro, debido a que el infante emite sólo
sonidos onomatopéyicos.

Durante esta etapa, que abarca el primer año de


vida, la comunicación que establece el niño con su medio (familia), especial y
particularmente con su madre, es de tipo afectivo y gestual.

Esta etapa preverbal tiene un valor relevante y trascendental en la


configuración de las bases del desarrollo lingüístico, puesto que tanto las
expresiones vocales (sonidos o grupo de sonidos de simple significación)
como las expresiones verbales (sonidos, grupo de sonidos, palabras aisladas,
etc.) influyen de modo determinante en el desarrollo posterior de la
comunicación lingüística del niño.

Esta etapa comprende, a su vez, subetapas o estadios con características


particulares que van de acuerdo con la secuencia cronológica del desarrollo
integral del niño.

Las edades aquí planteadas son un aproximado, no estrictamente debe


ser exacto. Tengamos presente que cada niño tiene su propia evolución
y desarrollo propio y único del lenguaje en este caso.

A continuación planteamos hitos del desarrollo del lenguaje por edades


aproximativas:

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A) DEL NACIMIENTO AL MES Y DOS MESES DE EDAD

Desde que nace hasta más o menos, el final, del primer mes, la única
expresión que se oye del bebé es el llanto, que es la primera manifestación
sonora puramente mecánica o refleja y, como tal, indiferenciada en cuanto al
tono, sea cual fuere la razón de su estado.

Con el llanto, el bebé pone en funcionamiento el aparato fonador,


permitiéndole también la necesaria oxigenación de la sangre y el
establecimiento de la respiración normal.

Pasando este período, por lo general al inicio del segundo mes, el llanto ya no
es un fenómeno o manifestación mecánica e indiferenciada, sino que el tono
del sonido cambia con el contenido afectivo del dolor, el hambre u otra
molestia; es decir, la variación de la tonalidad está relacionada con el estado
de bienestar o malestar del bebé. Con, el llanto el bebé logra comunicar sus
necesidades al mundo que le rodea y, como se da cuenta de que gracias al
llanto sus necesidades son satisfechas, lo usará voluntariamente, ya no siendo
entonces un mero reflejo o sonido indiferenciado.

De esa manera el bebé va comunicándose con su entorno próximo,


especialmente con su madre, comprendiendo cada vez mejor lo que ésta le
comunica, aunque sea incapaz de expresarlo.

B) DE TRES A CUATRO MESES DE EDAD

Al inicio del tercer mes el bebé produce sonidos guturales y vocálicos que
duran de 15 a 20 segundos. Responde a sonidos humanos mediante la
sonrisa y, a veces, con arrullo o murmullo. Aquí la forma característica del grito
del bebé puede ser una llamada expresiva relacionada con alguna necesidad,
tal como el grito de incomodidad.

A esta edad ya distingue entre los sonidos: /pa/, /ma/, /ba/, /ga/. Sus
vocalizaciones ya pueden mostrar alegría; sus manifestaciones de placer las
expresa mediante consonantes guturales "ga.ga", "gu.gu", "ja.ja", mientras
que su displacer mediante consonantes nasalizadas como "nga", "nga".

El bebé sabe distinguir, también, las entonaciones afectivas, reaccionando con


alegría, sorpresa o temor ante el tono de voz, especialmente de sus padres.

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A los tres meses aparece el balbuceo o lalación, que consiste en la emisión
de sonidos mediante reduplicacion de sílabas como "ma...ma", "ta...ta" y otras.

El interés del niño por las personas, así como su comunicación, que estaba
limitada únicamente a lo afectivo durante el 2do. y 3er. mes de vida, comienza
a ampliarse hacia los objetos entre el 3er. y 4to. mes.

Piaget considera que al iniciar el 4to. mes, el niño supera la etapa denominada
de las reacciones circulares primarias, que son características de los tres
primeros meses de vida, en las que el objeto de sus actividades estaba
centrado y dirigido hacia su propio cuerpo, pasando a la siguiente etapa de
las reacciones circulares secundarias, en las que el objeto de sus actividades
ya no es su propio cuerpo sino algo externo a él (sonajero o cualquier otro
juguete). Paralelamente con esto el niño va tomando conciencia de que sus
fonaciones, gorgogeos, manoteos y ruidos guturales diversos producen
efectos en su alrededor y aprende a comunicar algo a alguien.

De esa forma el niño va progresando y aumentando sus vocalizaciones, las


mismas que ya son cercanas a la palabra y, como tal, van cargadas de
intención comunicativa con la madre.

C) DE CINCO A SEIS MESES DE EDAD

El balbuceo o primer intento de comunicación que apareció alrededor de los


tres meses de edad, se extiende hasta el octavo o noveno mes, progresando
en el quinto y sexto mes hacia aquello que se denomina "imitación de sonidos".
Esto comienza en forma de autoimitaciones de los sonidos que el mismo niño
produce (reacción circular). Más tarde empieza a repetir sonidos que el adulto
u otro niño produce.

En esta edad se dan estructuras de entonación claramente discernibles en


ciertas vocalizaciones en las que pone énfasis y emoción. Las primeras
emisiones vocálicas son realizaciones fonéticas que aparecen en el siguiente
orden:

• /a/ y variantes próximas al fonema /e/, aunque antes suelen emitir sonidos
similares a /oe/

• Posteriormente aparece la /o/ y

• Finalmente la /i/, /u/.

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Los sonidos de las consonantes aparecen posteriormente en el orden
siguiente:

• Labiales : p (pa-pa)

m (ma-ma)

b (ba-ba)

• Dentales : d (da-da)

t (ta-ta)

•Velopalatales: g (ga-ga)

j (ja-ja)

Al respecto Jakobson (1974) sostiene que la adquisición de los fonemas van


desde los más contrastados, que son los que se encuentran en todas las
lenguas (universales fonológicos –oposición consonante-vocal–), a fonemas
menos contrastados, propios de cada lengua en particular. Así, la /a/ es la
primera vocal que se adquiere y la /i/, /u/ son las últimas. Las primeras
consonantes que aparecen son la /p/, la /m/ y la /b/, y las últimas que se
adquieren suelen ser las laterales /l/ y las vibrantes /r/.

De esta manera el niño al sexto mes suele emitir los primeros elementos
vocálicos y consonánticos, siendo un progreso importante con respecto a los
gritos y distintos sonidos laríngeos de los primeros meses de vida.
Posteriormente, a medida que el niño progresa, poco a poco irá sustituyendo
la comunicación gestual por el lenguaje verbal.

Aquí conviene enfatizar la máxima importancia que tiene el lenguaje materno


dirigido al niño durante la mitad del primer año de vida, en el que no solamente
conviene aumentar las vocalizaciones, gestos, sonrisas y demás expresiones
en el seno del hogar, sino que además la comunicación verbal debe ser algo
habitual entre los adultos y el niño.

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D) DE LOS SIETE A LOS OCHO MESES DE EDAD

Hasta los 6 ó 7 meses el niño se encuentra como "polarizado", vigilante y


pendiente del adulto. Pero, el mismo niño que inició el contacto con el adulto
mediante señales de llamada (gestos), cambia notablemente a partir de los 7
u 8 meses debido al desarrollo de sus habilidades motoras y posturales,
"abandonando" un poco al adulto, iniciando su autoafirmación, basado en los
logros que obtiene con su nueva capacidad exploratoria, tanto en su propio
cuerpo como en los elementos próximos a su entorno.

En estos meses, según Bateson (1975), los intercambios vocales que se dan
entre la madre y el niño tienen un carácter de "protoconversación". Esto es de
gran importancia, dado que permite afirmar y mantener el contacto social entre
dichos interlocutores y que, aunque no son intercambios con contenidos
significativos, la estructura del tiempo de los intercambios vocales y su función,
basada en los principios de sucesión y reciprocidad, parecen ser ya los de una
"verdadera conversación".

Bruner (1979) señala que entre los 7 y 10 meses el niño va pasando


progresivamente de la "modalidad de demanda" a la modalidad de intercambio
y reciprocidad en las interacciones madre-niño. El dar y el recibir objetos
pronunciando el nombre de cada uno, mientras se miran a la cara madre e hijo
y miran conjuntamente el objeto, logra multiplicar y enriquecer la aptitud
lingüística y comunicativa del niño, constituyendo esta "conversación" un buen
ejercicio de entrenamiento para el habla, así como para su socialización
naciente.

En esta edad el niño realiza múltiples vocalizaciones espontáneas, tanto


vocálicas como consonánticas y hasta sílabas y diptongos. Estas
vocalizaciones próximas a la palabra, son las que conducirán pronto al niño a
emitir sus primeras palabras. Aquí las vocalizaciones alternantes entre la
madre y niño, permitirán el acceso temprano al lenguaje.

E) DE LOS NUEVE A LOS DIEZ MESES DE EDAD

En esta subetapa puede que el niño empiece realmente a decir palabras


cortas, pero normalmente esto no es más que la repetición de lo que dicen los
demás, pues es todavía imitación. Aquí las respuestas del niño son ajustes
diferenciales entre la muestra y la expresión de los interlocutores que entran

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en relación con él, mostrando de una manera patente la comprensión de
algunas palabras y/o expresiones aisladas.

En esta edad el niño manifiesta comportamientos claramente intencionados y,


por tanto, inteligentes. La incorporación de los músculos accesorios del habla
y de la masticación aumenta la destreza de la lengua y de los labios,
favoreciendo la vocalización articulada.

El niño muestra especial interés por imitar gestos y sonidos y por comunicarse,
lo cual le induce a aprender rápidamente el lenguaje. Esto hace que se
entregue a repeticiones espontáneas que suelen ser reforzadas por los
padres, quienes también imitan y repiten varias veces con él.

Estos hechos hacen que sus vocalizaciones sean mucho más variada. Pero,
dado que el pequeño no dispone todavía de la aptitud necesaria para la
expresión oral, se ve obligado a simplificar el lenguaje adulto. Así por ejemplo,
la expresión "pa...a" del niño, señalando con su mano la panera, corresponde
a la frase: "Dame pan, mamá", la misma que irá superando progresivamente.

Por otro lado, cabe señalar que la simbiosis afectiva madre-niño que se daba
en forma dominante durante los primeros ocho meses de vida, va
disminuyendo gradualmente a partir de los nueve meses, permitiendo al niño
"ser" y conocerse como "uno entre otros". En esta edad es cuando comienza
entonces la conquista de sí mismo, de su "Yo", viéndose el niño en la
necesidad de aprender más rápidamente el lenguaje.

F) DE LOS ONCE A DOCE MESES DE EDAD

En esta edad el niño emplea idénticas palabras que el adulto, pero no les
atribuye el mismo significado. Sin embargo, a medida que va progresando en
este proceso, los significados que va atribuyendo a las palabras se van
aproximando a los significados atribuidos por el adulto.

Estas simplificaciones del lenguaje adulto que se observan en esta edad,


según Stampe e Ingram (1976), se deben atribuir al intento de reproducir las
palabras del adulto y no a la imperfección de las percepciones auditivas del
niño. Tales simplificaciones pueden consistir en:

• Síntesis de un segmento o trozo del habla adulta: "caca" para decir: "mamá,
dame pelela".

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• Sustitución: dice "topa" en vez de decir "sopa".

Sustituye la fricativa /s/ por la oclusiva /t/, que es más fácil de articular.

• Supresión: dice ".opa" en vez de "sopa".

De esta forma el niño se ve obligado a simplificar el lenguaje adulto, sin que


esto signifique que no comprenda, sino que su capacidad expresiva es todavía
bien limitada. Empero, según algunos especialistas, a los 11 ó 12 meses el
niño suele articular ya sus primeras "palabras" de dos sílabas directas:
"mamá", "papá", "caca", "tata", dando inicio a la siguiente etapa denominada
lingüística o verbal, sustituyendo progresivamente el lenguaje gestual y
"superando" la simplificación del lenguaje adulto a medida que va
incrementando su léxico.

Con respecto a la aparición de la "primera palabra", cabe aclarar que esto


depende del momento en que los padres lo identifiquen como tal y de lo que
entienden por "palabra", ya que las unidades de significación que el niño
emplea se corresponden con segmentos del habla adulta.

El niño de esta edad (un año) suele ocupar el centro de la atención de la


familia, cuyas acciones, gracias y ocurrencias suelen ser festejadas y
aplaudidas, reforzando la conducta, que tenderá a repetir una y otra vez. Esto
es bueno porque ayuda al niño a sentir y vivir su propia identidad. Además, el
intercambio gestual mímico y verbal de sus comunicaciones con el adulto,
acompañado de la conducta de "dar y tomar", permite el desarrollo mayor del
lenguaje.

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ETAPA LINGUISTICA

Este período se inicia con la expresión de la primera palabra, a la que se le


otorga una legítima importancia como el primer anuncio del lenguaje cargado
de un propósito de comunicación.

Sin embargo, no se puede decir con precisión


cuándo comienza, cuándo este anuncio del
lenguaje se precisa y confirma, cuándo se puede
hablar de la "primera palabra". Por eso la fecha de
su aparición está diversamente fijada, ya que los
estudios al respecto se basan mayormente en las informaciones que dan las
madres.

Hay que señalar, además, que las niñas son las que empiezan a hablar
un poco antes que los niños. Por otro lado, aparte del sexo, tomando
como referencia las peculiaridades individuales, un niño puede
demorarse más que otros en una etapa y pasar rápidamente por otra,
condicionando la aparición de la primera palabra en los niños en
cronologías distintas.

No obstante, los diferentes especialistas estiman que la mayoría de los niños


que van a hablar, tal vez el 90 por ciento de ellos, dicen sus primeras palabras
para cuando tienen 15 a 18 meses, aunque esta afirmación no es exacta o
concluyente por las razones antes expuestas.

De allí que la etapa lingüística se considera en forma un tanto amplia, desde


aproximadamente el 12do. mes (un año de edad), pasando el niño de las
variadísimas emisiones fónicas del período prelingüístico a la adquisición de
fonemas propiamente dichos en el plano fonológico (articulaciones
fonemáticas), perfeccionándose también el aspecto semántico y sintáctico de
las palabras a medida que el niño crece.

Dentro del período lingüístico se consideran las siguientes subetapas:

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A) DE LOS DOCE A LOS CATORCE MESES DE EDAD

Durante el primer año de vida el niño ha ido estableciendo toda una red de
comunicación gestual, vocal y verbal con la familia. Las primeras expresiones
vocales eran simples sonidos con una significación únicamente expresiva. Las
expresiones verbales, sin embargo, son sonidos o grupos de sonidos que ya
hacen referencia a algunas entidades del medio (objetos, personas,
situaciones, acontecimientos, etc.). Esta secuencia de sonidos no forman
todavía parte de la lengua; pues, tanto las expresiones vocales como las
verbales son formas de expresión prelingüística.

A partir de los 12 meses (un año), incluso desde los 11 meses, el niño
comienza a producir secuencias de sonidos bastante próximos a los
elementos lexicales de la lengua adulta, o sea las palabras. Estas formas
verbales próximas a la palabra, van precedidas de producciones fónicas
estables que contienen elementos de significación, constituyendo estas
emisiones un anticipo de la capacidad del niño para utilizar un significante que
comunique un significado.

De esta forma el niño comienza con el desarrollo lexical, contando en su


repertorio lingüístico 3 a 5 palabras algunos mas otros menos (mamá, papá,
tata, agua,caca, etc.). Empieza también a utilizar las formas fonéticamente
convencionales de la comunidad lingüística; sin embargo, aunque el niño de
un año emplea idénticas palabras que el adulto, todavía no le atribuye el
mismo significado a las cosas, debido precisamente a su escaso repertorio
lexical.

Entre los 13 y 14 meses, el niño inicia la conocida etapa "holofrástica"


(palabra-frase), en la que emite frases de una sola palabra o elementos con
varios significados. Por ejemplo, la palabra "abe" (abrir) lo utiliza para expresar
diferentes acciones:

Abre : Abre la puerta

Abre : Pela la naranja

Abre : Pon a un lado las cosas para ...

Por esta época, los primeros pasos de comunicación verbal del niño se
caracterizan por un incremento en la "denominación", pues, ya sabe utilizar el
nombre de las personas de la familia y otros próximos a él, y cuando comienza

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su "conversación" emplea palabras que sirven de reclamo o llamada: "¡mía,
mía!" (mira, mira), etc.

A esta edad, la indicación o señalización que apareció a los 10 meses ya va


acompañada de la palabra que se refiere al objeto. El niño dice palabras que
designan bien el objeto de la acción, la acción misma o la persona que ha de
realizarla, aunque todo esto lo hace apoyándose todavía en los gestos.

El niño comienza a comprender también los calificativos que emplea el adulto


(bueno, malo, agradable o desagradable). Igualmente comprende la negación
y la oposición del adulto, e incluso la interrogación como actitud.

De este modo el niño desde los 12 meses de edad inicia un largo y complejo
proceso de desarrollo y, poco a poco, los significados que atribuye a las
palabras se van aproximando a los significados atribuidos por el adulto.

B) DE LOS QUINCE A LOS DIECIOCHO MESES DE EDAD

A los 15 ó 16 meses el niño se encuentra en plena etapa holofrástica (palabra-


frase). Dentro de su repertorio léxico cuenta con 5 palabras como minimo
seguramente, y cada vez demostrará mayor incremento en su vocabulario por
medio de las inflexiones de su voz al querer identificar algo.

Einsenson sostiene que en esta etapa surge el habla verdadera y señala que
el niño utiliza palabras para producir acontecimientos o llamar la atención de
los demás.

En algunos niños bastante, suele observarse el empleo de algunas frases con


dos palabras, principalmente de objetos o acciones, sin descartarse en ciertos
casos, también, el uso de adjetivos (calificadores). Sin embargo, antes de ser
capaz de hacer combinaciones de dos palabras, frecuentemente seguirá
empleando una sola palabra para referirse a muchos objetos.

Esta extensión semántica en las vocalizaciones infantiles le seguirá


acompañando por largo tiempo. Pero a medida que vaya incrementando su
léxico y evolucionando su habla, irá reduciendo progresivamente tal extensión
semántica.

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Desde los 16 ó 17 meses hasta los dos años de edad, hará cada vez más
frecuentemente el uso de combinaciones espontáneas de varias palabras y
frases, incrementando el caudal de palabras en su expresión.

A los 17 meses el niño extiende cada vez más su repertorio lingüístico y


comienza a hacer combinaciones de dos palabras.

C) DE LOS DIECIOCHO A VEINTICUATRO MESES DE EDAD

Entre los 18 y 24 meses, la mayoría de los niños cuentan con un vocabulario


mayor, pasando a combinar 2 a 3 palabras en una frase, dándose inicio al
habla "sintáctica"; es decir, el niño comienza a articular palabras en frases y
oraciones simples.

En sus expresiones verbales utilizan sustantivos (nombres), verbos (acciones)


y calificadores (adjetivos y adverbios).

Entre estas clases gramaticales suelen establecer las siguientes relaciones:

• Entre dos nombres (o sustantivos):

"Zapato papá" (poseedor y objeto poseído)

"Sopa silla" (relación fortuita)

• Entre nombre y verbo:

"Abre puerta" (verbo y objeto)

"Papá come" (sujeto y verbo)

• Entre calificadores y adjetivos:

"Bonita pelota" (calificador más nombre)

"Más juego" (calificador más verbo)

"Más bonita" (calificador más calificador)

Hacia los dos años el niño posee un vocabulario mas extenso. En sus
expresiones suele observarse, también, el inicio de la utilización de los

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pronombres personales "Yo" y "Tú" y el posesivo "Mi" y "Mío". Sus frases
expresan intención y acción: "hace lo que dice y dice lo que hace".

En esta edad surge la función simbólica en el niño y termina el predominio de


la inteligencia sensoriomotriz dando lugar a la inteligencia representacional.
Con la función simbólica el niño tiene la capacidad de representar
mentalmente las cosas y evocarlas sin necesidad de que éstas estén
presentes.

Con la capacidad simbólica, los gestos y las expresiones verbales del niño
comienzan a referirse cada vez con mayor frecuencia a realidades más
abstractas, haciéndose más dominante en el lenguaje.

Los símbolos (significantes) vienen a desempeñar un papel singular en el


desarrollo posterior del niño, ya que éstos son los que van a permitir construir
los códigos sobre los cuales se configuran las bases de las funciones
superiores. Mediante estos códigos es que accedemos a las emociones, a las
realidades abstractas, al lenguaje y a convertir lo implícito en explícito.

Esta capacidad simbólica permite al niño explorar e incrementar su lenguaje


verbal, manifestando interés por escuchar cuentos sobre sí mismo o sobre su
familia, en los cuales va captando el sentido de las palabras y oraciones de
las narraciones que los padres le brindan.

D) DE LOS DOS A LOS TRES AÑOS DE EDAD

A los tres años se produce un incremento rápido del vocabulario, incremento


que es mucho mayor que lo que ocurrirá posteriormente. El niño en sus
expresiones verbales ya emplea verbos auxiliares "haber" y "ser" y da cierta
prevalencia al artículo determinado. En el curso de esta edad comienza a
utilizar las proposiciones y el niño ya tiene un lenguaje comprensible, incluso
para personas ajenas a la familia, manifestando un dominio de la mayor parte
de la gramática de su lengua materna (sintaxis), por lo que los especialistas
suelen denominarlo como el período de la "competencia sintáctica".

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E) DE CUATRO A LOS CINCO AÑOS DE EDAD

A los cuatro años de edad el niño domina virtualmente la gramática, pero


comienza a expresarse de acuerdo a un estilo "retórico propio", tal como
Einsenson señala.

El niño empieza a utilizar los pronombre en el siguiente orden: Yo, Tú, Él, Ella,
Nosotros-as, Ustedes.

Entre los 4 ó 5 años, el niño suele estar ya capacitado para responder a


preguntas de comprensión referentes al comportamiento social aprendido,
dado que su lenguaje ya se extiende más allá de lo inmediato. Esto se debe a
la capacidad simbólica del niño y, como tal, puede evocar y representarse
mentalmente las cosas, acciones y situaciones, trascendiendo la realidad y el
presente.

Esa capacidad y la necesidad de comunicarse, hacen posible un mayor y


rápido desarrollo del lenguaje infantil, facilitando también el desarrollo de la
inteligencia.

F) DE LOS SEIS A LOS SIETE AÑOS DE EDAD

A esta edad se inicia la etapa escolar, en la cual el niño manifiesta una


madurez neuropsicológica para el aprendizaje y un lenguaje cada vez más
abstracto.

Debido al "dominio" del lenguaje el niño puede percibir distintas unidades


lingüísticas dentro de una lectura o discurso, percibiéndolo como un todo.

El niño supera también el período egocéntrico y su pensamiento se torna


lógico-concreto. Ahora es capaz de tomar en cuenta los comentarios y críticas
de los demás con respecto a su persona, lo cual no ocurría en edades
anteriores. Esta capacidad de descentración hace que el niño tome conciencia
de sí mismo, asumiendo un auto concepto y una autoimagen adecuada o
inadecuada, lo que influirá en su adaptación y desarrollo de personalidad.

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SIGNOS DE ALERTA EN LA ADQUISICION DEL LENGUAJE

Cada niño tiene un ritmo de desarrollo diferente y es habitual que vayan más
adelantados en unas áreas y atrasados en otras. Es muy difícil saber,
comparando niños, si es normal que todavía no hable o no balbucee o si
su desarrollo del lenguaje es adecuado. Existen
muchas tablas que nos indican cuando es habitual
que un niño sonría, balbucee o comprenda una
palabra pero no nos dicen cuando deberíamos
empezar a pensar en acudir a un especialista para
que nos oriente.

Es importante detectar cuanto antes los problemas


del lenguaje o de la comunicación en general, ya que
es fundamental la intervención temprana de los mismos para obtener unos
mejores resultados tanto en su vida personal/familiar como en los diferentes
ambitos donde se desenvuelve el niño (escuela, club, instituto de ingles, etc).

POBLACIÓN SUSCEPTIBLE DE PADECER UNA ALTERACIÓN EN EL LENGUAJE

• Con riesgo establecido, biológico o ambiental

• Con antecedentes familiares de alguna alteración en el lenguaje.

• Con otitis recurrentes y/o infecciones respiratorias frecuentes, sobre todo


en los dos primeros años de vida (etapa de máxima explosión de
vocabulario).

• Con un bajo tono de los órganos fonoarticulatorios: respiradores bucales,


con tendencia a la protrusión lingual, que no controlan el babeo más allá de
los 24 meses, uso prolongado del chupete o que se chupan el dedo
(pasados 15 meses).

• Niños con problemas de alimentación (ya sea de succión en los primeros


meses, con el paso de líquido a papilla en torno al sexto mes

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(atragantamiento) o a la masticación, a partir de los 18 meses).

• Niños "excesivamente tranquilos", en los que los hitos motores aparecen


retrasados o ligeramente enlentecidos para su edad.

• Niños excesivamente inquietos, definidos por las propias familias como


"muy independientes", que "tienden a ir a lo suyo", "que no responden a su
nombre", "con dificultades o desinterés en la relación social",etc.

• Niños con dificultad en la fluidez de su habla más allá de los cinco años
(especial atención en edades más tempranas, si hay antecedentes familiares
o problemas de socialización por parte del niño).

• Niños inmersos en un entorno bilingüe, sumado este aspecto a una


dificultad de relación con sus iguales y/o dificultad para comunicarse en los
distintos entornos en los que se desenvuelve.

SIGNOS DE ALERTA POR EDADES APROXIMATIVAS

ETAPA PRELINGUISTICA (0-12 MESES APROX)

• Succion deficitaria, atragantamiento con liquidos (1-2 semanas)


• Llanto debil (3-4 meses)
• No sonrie ante las caras o voces familiars (3 meses)
• No imita o produce sonidos (3-4 meses)
• No responde o no se orienta hacia los sonidos o la voz humana (5
meses)
• Ausencia de sonidos (5-9 meses)
• No balbucea (8 meses)
• No presta interes los juegos repetitivos como ¨Cu-cú” (8 meses)
• No utiliza gestos como “adios” “palmas” (12 meses)

12-24 MESES

• Apenas balbucea o si lo hace hay poca variacion de sonidos.


• Falta de respuesta a nombres familiars, sin apoyo gestual.
• No usa gestos tales como saludar, decir adios o negar con la cabeza.
• No señala para mostrar o pedir.
• No señala, mira o toca objetos denominados por el adulto (18 meses

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aprox)
• No responde a su nombre
• Falta de respuesta a palabras tales como : dame, mira, veni (18 meses
aprox)
• Preferencia en el uso de gestos en lugar de palabras o vocalizaciones
• No se usan expresiones de 2 palabras a los dos años.

2-3 AÑOS APROX

• Ausencia de palabras simples


• Uso de menos de 4-5 consonantes
• No responde a denominacion de objetos o acciones familiars (sin
apoyo gestural) fuera de context.
• No comprende ordenes simples (referidas a objetos y/o accion)
• Inteligibilidad en la mayor parte de sus producciones verbales.
• Ausencia de combinacion de dos palabras
• Lenguaje ecolalico (repite producciones verbales del otro interlocutor o
de dialogos televisivos, por ejemplo)
• Falta de interaccion con los demas
• Juego repetitive o restringido
• Frustracion en situaciones comunicativas
• Problemas en la masticacion
• Falta de control en el babeo

3-4 AÑOS APROX

• Lenguaje ininteligible fuera de su context natural


• No imitacion de silabas
• Dificultad para emitir frases de dos palabras (incapacidad en el uso de
tres)
• Falta de adjetivos y /o pronombres
• No realiza preguntas del tipo: ¿que? O ¿donde?
• Incapacidad para expresar lo que esta haciendo.
• Comprension limitada. No reconoce uso de los objetos.
• Incomprension de frases fuera de context.
• No muestra interes en jugar con otros niños.

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• Le cuesta encontrar la palabra adecuada para expresar sus ideas
(confusion con vocabularies que pertenecen a la misma familia
cuchara- cuchillo- silla- mesa)

4-5 AÑOS APROX

• No pronuncia bien la mayoria de los sonidos de la lengua.


• Uso de frases de tres palabras o menos.
• Omission de nexus, pronombres, articulos o verbos en las frases.
• Vocabulario reducido, uso frecuente de terminus como “este”.
• No responde al ¿que? O ¿donde? Referido a historias familiars.
• Dificultad para narrar sucesos que le han ocurrido.
• Dificultad para comprender frases largas, complejas o abstractas.

5-6 AÑOS APROX

• Muchas dificultades de articulacion de los fonemas


• Errors en la estructura de las frases.
• Dificultad en la comprension de oraciones
• Dificultad para responder al ¿que? ¿de que? ¿donde? ¿por que? ¿de
quien?
• Dificultad en la comprension de conceptos como: en, dentro, encima.
• Dificultad en tareas de atencion sostenida (escucha de cuentos)
• tartamudeo

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¿CUÁNDO, DÓNDE Y A QUIÉN DERIVAR?

El simple hecho que se den signos de alarma en el niño ya es razón más


que suficiente para poder realizar un análisis más exhaustivo por parte del
especialista de lenguaje, sabiendo que un abordaje temprano va a repercutir
positivamente en la mejora de las dificultades, y no va a resultar perjudicial
(salvo en los casos de tartamudez evolutiva, en los que puede estar
contraindicado hacer una intervención directa antes de los cinco años).

Sin embargo, considerando que en el desarrollo del lenguaje influyen


muchos parámetros, podemos y debemos ser un poco más precisos para no
"poner la voz de alarma de forma innecesaria". Algunas nociones a tener en
cuenta son:

• En la etapa prelingüística (0-12 meses), en la que aparecen los precursores


del lenguaje, atenderemos especialmente a: la reacción del bebé a los
sonidos y a la existencia de emisiones vocálicas y/o balbuceo (detección
precoz de hipoacusias), la alimentación (falta de fuerza en la succión y/o
atragantamiento, posibles disglosias), la interacción del bebé con el adulto, el
contacto ocular, la sonrisa social (precursores de la pragmática), el uso de
gestos, la imitación (como seña de comprensión).

• De los 12 a los 24 meses (inicio del lenguaje oral), atenderemos más a la


intención comunicativa (el interés y las estrategias que usa el niño para
comunicarse) que a la forma y a la cantidad de elementos orales (que están
en plena explosión). Observaremos con más detenimiento (valoración
otorrinolaringológica) a niños con frecuentes catarros, con otitis de
repetición, respiradores bucales, con problemas de sueño (se despiertan
muchas veces durante la noche); ya que son susceptibles de cursar con
hipoacusias leves o moderadas de transmisión, transitorias (causantes en
multitud de casos de retrasos del habla y del lenguaje).

• De los 24 a los 36 meses, "gana peso" la forma en la que se transmite y la


compresión de enunciados. Ante errores en la articulación (dislalias
funcionales), hacer derivación fonoaudiologica. Ante errores en la
comprensión, hacer derivación psicológica, psicopedagogica y/o

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fonoaudiologica (posible derivación neurológica).

• A partir de los 36 meses, deben estar más que establecidas las bases de
forma, contenido y uso. Alteraciones en el desarrollo normal de estos niveles
requieren de una valoración más exhaustiva por parte del especialista del
lenguaje.

• A partir de los cinco años, derivación fonoaudiologica en caso de


tartamudez (anteriormente pautas e informacion a los padres y entorno
familiar y escolar).

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