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Reduccion Cerrada, Yesos y Tracciones.

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1 REDUCCIÓN CERRADA,

YESOS Y TRACCIONES

PRINCIPIOS DE LA REDUCCIÓN CERRADA


n Las fracturas desplazadas, incluidas aquellas sobre las que con poste-
rioridad se va a realizar una fijación interna, han de reducirse para mi-
nimizar el traumatismo sobre las partes blandas y proporcionar alivio
al paciente.
n Las férulas no deben lesionar las partes blandas.
n Es necesario almohadillar todas las prominencias óseas.
n La inmovilización ha de tener en cuenta la inflamación que se pro-
duce después de la lesión.
n Es necesario proporcionar una adecuada analgesia y relajación muscu-
lar.
n Las fracturas se reducen aplicando tracción axial y revirtiendo el meca-
nismo de la lesión.
n Es preciso intentar corregir o restablecer la longitud, la rotación y la an-
gulación.
n Las maniobras de reducción con frecuencia son específicas para cada
localización en particular.
n Es necesario intentar inmovilizar las articulaciones situadas por encima
y por debajo de la lesión.
n Para mantener la mayoría de las reducciones cerradas, ha de obtenerse
una fijación y estabilización en «tres puntos».

TÉCNICAS FRECUENTES DE INMOVILIZACIÓN


n Las férulas pueden ser prefabricadas o hechas a medida.
n Vendaje de Jones (se refiere al almohadillado):
n Se aplica al miembro inferior y se utiliza a menudo en las fracturas del
pie y del tobillo, así como en las próximas a la rodilla. Se utiliza algo-
dón sanitario o un acolchado de algodón comercial para adaptarse
a la inflamación que se produce tras la lesión. Se utiliza una plancha
o férula posterior y una férula con forma de U colocada de medial a
lateral alrededor de los maléolos en caso de lesión de tobillo/tibia o
de rodilla para su inmovilización. El miembro debe protegerse en las
zonas proximal y distal a la lesión.
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4 PARTE I Aspectos generales

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FIGURA 1-1. La férula de coaptación antebra-


quial que cubre el codo y el antebrazo se fija con
una venda de gasa. La férula debe extenderse
desde la superficie dorsal de las articulaciones
metacarpofalángicas hasta la superficie volar
del lugar de la fractura.

n Férula de coaptación antebraquial (pinza de azúcar):


n Se utiliza en las fracturas distales del antebrazo y consta de una plan-
cha con forma de U aplicada a las caras volar y dorsal del antebrazo,
rodeando el codo (fig. 1-1).
n Férula de coaptación braquial:
n Se utiliza en las fracturas del húmero y consta de una plancha con
formade U aplicada a las caras medial y lateral del brazo, rodeando
el codo, y cubriendo el hombro.
n Férula cubital en U.
n Férula de mano volar/dorsal.
n Férula de pulgar.
n Férula posterior (tobillo) con o sin férula en U.
n Férula posterior (muslo).
n Ortesis de rodilla.
n Collarín cervical.
n Estabilizador pélvico.
Consulte la página web de la University of Ottawa para las técnicas gene-
rales de inmovilización y los detalles sobre la colocación de férulas y yesos
concretos: www.med.uottawa.ca/procedures/cast/

TÉCNICAS DE ENYESADO
n El objetivo es la inmovilización semirrígida evitando las complicaciones
cutáneas o por presión.
n Se utiliza con precaución en el tratamiento de las fracturas agudas por
las posibles complicaciones de la inflamación de las partes blandas.
n Almohadillado: se coloca de distal a proximal superponiendo las ven-
das un 50 %, con un mínimo de dos capas, y un acolchado suplemen-
tario en las prominencias óseas (cabeza del peroné, maléolos, rótula,
cóndilos y olécranon).

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Capítulo 1 Reducción cerrada, yesos y tracciones 5

n Enyesado: el agua fría maximiza el tiempo de moldeado. El agua ca-


liente puede producir quemaduras cutáneas. Es preferible utilizar
agua a temperatura ambiente. Vendas:
n Para el muslo, se utilizan vendas de 15 cm de anchura.

n Para la pierna, de 10 cm o 15 cm.

n Para el brazo, se utilizan vendas de 10 cm o 15 cm.

n Para el antebrazo, de 5 cm o 10 cm.

n Fibra de vidrio:
n Es más difícil de moldear, pero más resistente al agua y a la rotura.

n En general, con el mismo espesor que una férula de yeso es dos a

tres veces más resistente.


Consulte la página web de la University of Ottawa para las técnicas gene-
rales de inmovilización y los detalles sobre la colocación de férulas y yesos
concretos: www.med.uottawa.ca/procedures/cast/

Yeso suropédico (yeso corto)


n Ha de estabilizar las cabezas de los metatarsianos.
n El tobillo ha de situarse en posición neutra; el yeso se coloca con la rodi-
lla en flexión.
n Compruebe que los dedos quedan libres.
n En los botines de yeso debe reforzarse la superficie plantar para permi-
tirla carga.
n Es preferible utilizar fibra de vidrio por su mayor resistencia.
n Es necesario almohadillar la cabeza del peroné y la zona plantar del pie.

Yeso inguinopédico (yeso largo)


n En primer lugar, se coloca un yeso por debajo de la rodilla.
n Se mantiene la rodilla con una flexión de 5° a 20°.
n Se conforma la porción supracondílea del fémur para mejorar la estabi-
lidad rotacional.
n Se aplica un almohadillado suplementario a la porción anterior de la ró-
tula.

Yesos braquiopalmar y antebraquiopalmar


n Deben quedar libres las articulaciones metacarpofalángicas.
n No hay que sobrepasar el pliegue palmar proximal.
n El pulgar ha de quedar libre hasta la base del primer metacarpiano; no
se debe limitar la oposición del quinto dedo.
n Es necesario aplicar una presión uniforme para conseguir un adecuado
conformado del yeso.
n Para evitar zonas de presión, moldear el yeso solo con las eminencias te-
nares.

COMPLICACIONES DE LOS YESOS Y LAS FÉRULAS


n Pérdida de reducción.

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6 PARTE I Aspectos generales

n Necrosis por presión, que puede producirse tan pronto como 2 h después
de la aplicación de la férula o el yeso.
n Yeso apretado o síndrome compartimental:
n La apertura del yeso disminuye la presión un 30 %.
n Si el yeso se bivalva disminuye la presión un 60 %.
n Es necesario cortar el vendaje de protección para disminuir aún más
la presión.
n El uso de «separadores de yeso» en yesos univalvizados reduce al mí-
nimo la presión por contacto de manera significativa.
n Lesiones térmicas:
n Los yesos no deben tener más de 10 capas.
n Evitar que la temperatura del agua supere los 24 °C.
n Poco frecuentes con la fibra de vidrio.
n Cortes y quemaduras durante la retirada del yeso por una mala técnica.
n Tromboflebitis o tromboembolia pulmonar: aumenta su frecuencia en frac-
turas de los miembros inferiores y con la inmovilización, pero su profi-
laxis es controvertida. La incidencia en la extremidad torácica puede ser
de hasta el 0,7 %.
n Rigidez articular: siempre que sea posible, deben dejarse libres las arti-
culaciones (p. ej., la articulación metacarpofalángica del pulgar en los
yesos antebraquiopalmares). En caso contrario, es necesario inmovili-
zarlas en posición funcional.

POSICIONES FUNCIONALES
n Tobillo: dorsiflexión neutra (evitar el equino).
n Mano: flexión de las articulaciones metacarpofalángicas (70° a 90°) con
extensión de las interfalángicas (denominada posición en intrínsecos
plus) (fig. 1-2).

FIGURA 1-2. Posición funcional de las articulaciones metacarpofalángicas.

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Capítulo 1 Reducción cerrada, yesos y tracciones 7

TRACCIÓN
n Permite aplicar una fuerza constante, controlada, para la estabilización
inicial de las fracturas de huesos largos, y ayuda a la reducción durante
la cirugía.
n Según el caso, se puede aplicar una tracción transesquelética o una trac-
ción cutánea.

Tracción cutánea
n Permite aplicar una fuerza limitada, en general no superior a 4,5 kg.
n Puede producir lesiones de partes blandas, especialmente en ancianos
o en personas con piel atrófica (tipo reumático).
n Cuando se utiliza durante la cirugía, es menos útil para controlar la lon-
gitud y la rotación del miembro.
n Para traccionar el muslo se utiliza un vendaje alrededor del pie y de la
pantorrilla, al cual se fija un peso que se deja caer al borde de la cama.
n Constituye una opción para el tratamiento inicial de las fracturas de
cadera y de algunas fracturas en niños.
n Se debe utilizar una tracción máxima de 2,5 kg a 4,5 kg.
n Es necesario revisar la tracción por la posible aparición de compli-
caciones cutáneas, sobre todo en los ancianos y en los pacientes reu-
máticos.

Tracción transesquelética (fig. 1-3)


n Permite aplicar mayor fuerza y controlar mejor los fragmentos que la
tracción cutánea.
n Permite aplicar al miembro inferior una tracción de hasta el 20 % del
peso corporal.
n Si el paciente está consciente, se requiere anestesia local para la coloca-
ciónde los clavos.
n El anestésico local debe aplicarse en profundidad, hasta el periostio
(muy sensible).
n Es el tratamiento inicial de elección en las fracturas de huesos largos, de
la pelvis y del acetábulo, hasta que pueda realizarse el tratamiento qui-
rúrgico.
n Se puede utilizar una aguja de Kirschner o un clavo de Steinmann:
n La aguja es más difícil de colocar con una taladradora o perforador
manual y requiere un estribo (de Kirschner).
n El clavo de Steinmann puede ser liso o roscado:
n Los clavos lisos son más resistentes, pero pueden deslizarse a tra-

vés de la piel.
n Los clavos roscados son más débiles y se doblan más fácilmente al

aplicar el peso, pero no se deslizan y son más fáciles de introducir


durante su inserción.
n En general se emplea el mayor diámetro disponible (5-6 mm), en

especial si se opta por clavos roscados.

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8 PARTE I Aspectos generales

FIGURA 1-3. Tracciones transesqueléticas en varias localizaciones. La técnica varía


desde la tracción en el olécranon hasta una tracción craneal, como se ilustra en la figura.
(Modificada de: Connolly J. Fractures and Dislocations: Closed Management. Philadelphia:
WB Saunders; 1995.)

Tracción transtibial
n El clavo se sitúa 2 cm posterior y 1 cm distal al tubérculo de la tibia.
n En hueso osteopénico se puede colocar en una posición más distal.
n El clavo se introduce de lateral a medial para evitar el trayecto del ner-
vio peroneo común.
n Se libera la piel en los puntos de entrada y salida del clavo.
n Evite penetrar el compartimento anterior.
n A continuación se aplica un apósito estéril sobre la piel. Las puntas cor-
tantes o filosas deben cubrirse.

Tracción transfemoral (fig. 1-4)


n Es el método de elección en las fracturas de la pelvis, las fracturas ace-
tabulares y muchas fracturas de diáfisis femoral (en especial en rodillas
con lesiones ligamentosas).

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Capítulo 1 Reducción cerrada, yesos y tracciones 9

A B

FIGURA 1-4. Técnica para la introducción de clavos esqueléticos para tracción femoral.
(A) Se introduce un clavo de tracción en el fémur distal de medial a lateral. Se infiltra
en profundidad un anestésico local hasta alcanzar el periostio, teniendo cuidado para
evitar las estructuras neurovasculares de la cara posterior de la rodilla. Se utiliza un
taladro manual para introducir un clavo de Steinmann de 3 mm, evitando atrapar la piel.
(B) Se almohadilla el clavo y se coloca un estribo de tracción. Modificada de: Connolly J.
Fractures and Dislocations: Closed Management. Philadelphia: WB Saunders; 1995.)

n Se coloca el clavo de medial a lateral (para evitar el trayecto del paquete


neurovascular) a nivel del tubérculo aductor, ligeramente proximal al
epicóndilo femoral.
n La localización del clavo puede determinarse en una radiografía an-
teroposterior de la rodilla utilizando como referencia la rótula.
n Deben separarse las partes blandas hasta el hueso para evitar lesionar
la arteria femoral superficial.

Tracción transcalcánea
n Este sistema se suele combinar con un fijador externo de neutralización
como «tracción para el transporte», o con una férula de Bohler-Braun.
n Se emplea en fracturas irreducibles de tobillo por rotación, en algunas
fracturas del pilón tibial y en pacientes con múltiples fracturas ipsilate-
rales de huesos largos o compromiso de tejidos blandos.
n El clavo se introduce de medial a lateral, alejándolo del paquete neuro-
vascular, 2 cm a 2,5 cm por detrás y por debajo del maléolo medial.

Tracción transolecraneana
n En la actualidad se utiliza con poca frecuencia.
n Se emplea un clavo de diámetro pequeño a medio, que se introduce de

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10 PARTE I Aspectos generales

medial a lateral en el olécranon proximal; se penetra en el hueso a 1,5 cm


de la punta del olécranon.
n El antebrazo y la muñeca se sujetan con una tracción cutánea, mante-
niendo el codo en 90° de flexión.

Compás de Gardner Wells


n Se utiliza para aplicar tracción y reducir lesiones de la columna cervical.
n Se colocan tornillos unicorticales en el cráneo, un través de dedo por en-
cima del pabellón auricular, ligeramente detrás del meato auditivo ex-
terno.
n Se aplica tracción comenzando con 2 kg y se va aumentando progresi-
vamente, de 2 kg en 2 kg, según los controles radiológicos y la explora-
ción clínica.

Halo
n Está indicado en algunas fracturas cervicales como tratamiento defini-
tivo o complementario a una fijación interna.
n Desventajas:
n Problemas relacionados con los tornillos.
n Afectación respiratoria.
n Técnica:
n Se coloca al paciente en una posición de seguridad de la columna.
n Se ajusta el halo.
n Se preparan las zonas de entrada de los clavos:
n Anterior: sobre las cejas, evitando la arteria y el nervio supraorbi-

tarios y los senos frontales.


n Posterior: por encima y por detrás del pabellón auricular.

n Se aprietan los tornillos con una fuerza de 2,4 kg a 3,2 kg.


n Se vuelven a apretar si se aflojan:
n Los tornillos solo una vez, 24 h después de su colocación.

n La estructura del halo, las veces que sea necesario.

Fijador externo de neutralización


n Su utilización se basa en el concepto de «control del daño» de las lesio-
nes musculoesqueléticas.
n Permite la estabilización provisional de los huesos largos.
n Permite levantar al paciente de la cama.
n No favorece el desarrollo de una elevación de la presión compartimental
en el miembro afectado.
n Por lo general, se realiza en el quirófano bajo fluoroscopia, pero puede
llevarse a cabo en el área de urgencias o en el sitio donde sucedió la
lesión, en caso de ser necesario.
n Es posible utilizar clavos no transfixiantes en la pelvis, el fémur, la
tibia, el calcáneo, el astrágalo y el antepié.
n Se conecta mediante diversos tipos de rótulas y barras.
n Permite aplicar tracción a través de las articulaciones y los huesos
largos afectados.

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