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Reduccion Cerrada, Yesos y Tracciones.
Reduccion Cerrada, Yesos y Tracciones.
Reduccion Cerrada, Yesos y Tracciones.
YESOS Y TRACCIONES
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TÉCNICAS DE ENYESADO
n El objetivo es la inmovilización semirrígida evitando las complicaciones
cutáneas o por presión.
n Se utiliza con precaución en el tratamiento de las fracturas agudas por
las posibles complicaciones de la inflamación de las partes blandas.
n Almohadillado: se coloca de distal a proximal superponiendo las ven-
das un 50 %, con un mínimo de dos capas, y un acolchado suplemen-
tario en las prominencias óseas (cabeza del peroné, maléolos, rótula,
cóndilos y olécranon).
n Fibra de vidrio:
n Es más difícil de moldear, pero más resistente al agua y a la rotura.
n Necrosis por presión, que puede producirse tan pronto como 2 h después
de la aplicación de la férula o el yeso.
n Yeso apretado o síndrome compartimental:
n La apertura del yeso disminuye la presión un 30 %.
n Si el yeso se bivalva disminuye la presión un 60 %.
n Es necesario cortar el vendaje de protección para disminuir aún más
la presión.
n El uso de «separadores de yeso» en yesos univalvizados reduce al mí-
nimo la presión por contacto de manera significativa.
n Lesiones térmicas:
n Los yesos no deben tener más de 10 capas.
n Evitar que la temperatura del agua supere los 24 °C.
n Poco frecuentes con la fibra de vidrio.
n Cortes y quemaduras durante la retirada del yeso por una mala técnica.
n Tromboflebitis o tromboembolia pulmonar: aumenta su frecuencia en frac-
turas de los miembros inferiores y con la inmovilización, pero su profi-
laxis es controvertida. La incidencia en la extremidad torácica puede ser
de hasta el 0,7 %.
n Rigidez articular: siempre que sea posible, deben dejarse libres las arti-
culaciones (p. ej., la articulación metacarpofalángica del pulgar en los
yesos antebraquiopalmares). En caso contrario, es necesario inmovili-
zarlas en posición funcional.
POSICIONES FUNCIONALES
n Tobillo: dorsiflexión neutra (evitar el equino).
n Mano: flexión de las articulaciones metacarpofalángicas (70° a 90°) con
extensión de las interfalángicas (denominada posición en intrínsecos
plus) (fig. 1-2).
TRACCIÓN
n Permite aplicar una fuerza constante, controlada, para la estabilización
inicial de las fracturas de huesos largos, y ayuda a la reducción durante
la cirugía.
n Según el caso, se puede aplicar una tracción transesquelética o una trac-
ción cutánea.
Tracción cutánea
n Permite aplicar una fuerza limitada, en general no superior a 4,5 kg.
n Puede producir lesiones de partes blandas, especialmente en ancianos
o en personas con piel atrófica (tipo reumático).
n Cuando se utiliza durante la cirugía, es menos útil para controlar la lon-
gitud y la rotación del miembro.
n Para traccionar el muslo se utiliza un vendaje alrededor del pie y de la
pantorrilla, al cual se fija un peso que se deja caer al borde de la cama.
n Constituye una opción para el tratamiento inicial de las fracturas de
cadera y de algunas fracturas en niños.
n Se debe utilizar una tracción máxima de 2,5 kg a 4,5 kg.
n Es necesario revisar la tracción por la posible aparición de compli-
caciones cutáneas, sobre todo en los ancianos y en los pacientes reu-
máticos.
vés de la piel.
n Los clavos roscados son más débiles y se doblan más fácilmente al
Tracción transtibial
n El clavo se sitúa 2 cm posterior y 1 cm distal al tubérculo de la tibia.
n En hueso osteopénico se puede colocar en una posición más distal.
n El clavo se introduce de lateral a medial para evitar el trayecto del ner-
vio peroneo común.
n Se libera la piel en los puntos de entrada y salida del clavo.
n Evite penetrar el compartimento anterior.
n A continuación se aplica un apósito estéril sobre la piel. Las puntas cor-
tantes o filosas deben cubrirse.
A B
FIGURA 1-4. Técnica para la introducción de clavos esqueléticos para tracción femoral.
(A) Se introduce un clavo de tracción en el fémur distal de medial a lateral. Se infiltra
en profundidad un anestésico local hasta alcanzar el periostio, teniendo cuidado para
evitar las estructuras neurovasculares de la cara posterior de la rodilla. Se utiliza un
taladro manual para introducir un clavo de Steinmann de 3 mm, evitando atrapar la piel.
(B) Se almohadilla el clavo y se coloca un estribo de tracción. Modificada de: Connolly J.
Fractures and Dislocations: Closed Management. Philadelphia: WB Saunders; 1995.)
Tracción transcalcánea
n Este sistema se suele combinar con un fijador externo de neutralización
como «tracción para el transporte», o con una férula de Bohler-Braun.
n Se emplea en fracturas irreducibles de tobillo por rotación, en algunas
fracturas del pilón tibial y en pacientes con múltiples fracturas ipsilate-
rales de huesos largos o compromiso de tejidos blandos.
n El clavo se introduce de medial a lateral, alejándolo del paquete neuro-
vascular, 2 cm a 2,5 cm por detrás y por debajo del maléolo medial.
Tracción transolecraneana
n En la actualidad se utiliza con poca frecuencia.
n Se emplea un clavo de diámetro pequeño a medio, que se introduce de
Halo
n Está indicado en algunas fracturas cervicales como tratamiento defini-
tivo o complementario a una fijación interna.
n Desventajas:
n Problemas relacionados con los tornillos.
n Afectación respiratoria.
n Técnica:
n Se coloca al paciente en una posición de seguridad de la columna.
n Se ajusta el halo.
n Se preparan las zonas de entrada de los clavos:
n Anterior: sobre las cejas, evitando la arteria y el nervio supraorbi-