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Cirugia de Tejidos Duros

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CIRUGIA DE TEJIDOS DUROS

Reconstrucción o remodelación de proceso alveolar. Las irregularidades del proceso


alveolar se pueden observar durante la extirpación de un órgano dentario o posterior a
ella

El objetivo de la regularización del proceso alveolar es devolver los contornos adecuados


del proceso y dar un soporte adecuado a la prótesis.

Son aquellas intervenciones quirúrgicas encaminadas a modificar la estructura alveolar, lo


que se pretende es una remodelación del proceso alveolar con el fin de colocar una
prótesis inmediata o no, ganando retención y estabilidad. Limitar el grado de la reducción
alveolar a la mínima cantidad necesaria para facilitar la colocación de una prótesis. Error
que se comete con más frecuencia durante la preparación quirúrgica de los maxilares
para recibir una prótesis es la exéresis de cantidades excesivas de hueso alveolar. La
eliminación ósea debe ser mínima y limitarse a las excrecencias óseas agudas, las
irregularidades que no se puedan utilizar o alteren la vía de inserción protésica, la altura
excesiva del proceso que pudiera reducir el espacio intermaxilar.

ALVEOLECTOMIA

Es la reducción de corticales alveolares con la finalidad protésica, se realiza con un


mínimo colgajo gingival y a expensas normalmente de la cortical vestibular y se puede
acompañar de la eliminación de tejido óseo interdental.

Escisión de una porción de la apófisis alveolar con objeto de facilitar la extracción de uno
o de varios dientes, con el fin de modificar el contorno alveolar después de la extracción
dentaria, o bien para preparar la boca con vistas a implantar una dentadura postiza.

Es la reducción o exéresis de las corticales alveolares con finalidad protésica con un


mínimo colgajo gingival ya expensas normalmente de la cortical externa. También puede
aplicarse el término de alveolectomía a la eliminación de porciones específicas de hueso
alveolar que faciliten el abordaje por ejemplo a raíces incluidas, quistes radiculares, está
indicada en los pacientes que tienen el hueso alveolar denso o trastornos intraóseos y en
quienes no se puede efectuar la exodóncia con fórceps. Es la intervención de cirugía
bucal que tiene mayor tendencia a funcionar mal y una de las que proporciona más
dificultades para resultar favorable. El proceso alveolar ideal tiene forma de U y no de V
las superficies vestibulares y palatinas linguales del hueso alveolar tienen que ser lo más
paralelas posible

Requisitos de un Colgajo:

 Base más amplia que vértice


 Buena visibilidad
 Aporte óseo
 Incisión en un solo sentido hasta periostio(mucoperiostio)
Alveolotomía Interseptal

Consiste en reducir el alvéolo óseo al girar la cortical vestibular fracturada con su


mucoperiostio insertado hacia la pared palatina o lingual de los alvéolos después de
escindir los tabiques óseos interdentarios.

Los pacientes con dientes que se resisten a la técnica de extracción con fórceps no son
candidatos apropiados para la alveolotomía interseptal El hueso alveolar demasiado
denso complica el logro de una línea de fractura horizontal. También los pacientes
nerviosos o ansiosos no son candidatos a menos que re realice bajo sedación en
quirófano. Esta técnica tiene varios inconvenientes

 Origina una fractura del hueso alveolar (en principio se trata de evitar)
 Se sacrifica hueso medular vital (este contribuye a la buena cicatrización)
 Puede formarse un borde agudo, afilado en la cresta alveolar donde se aproximan
los bordes de las dos corticales óseas
 Las corticales óseas están comprimidas lo que los hace más sensibles a la
reabsorción.

ALVEOLOPLASTIAS

Es el procedimiento quirúrgico empleado para remodelar los procesos alveolares con la


finalidad de conseguir una mayor uniformidad y que la prótesis removible parcial o
completa tenga mejor adaptación. Se debe eliminar el menor hueso posible, ya que la
remodelación postexodoncia implica una disminución del hueso alveolar. Es importante
eliminar todas las espículas y bordes óseos puntiagudos para dejarlo lo más redondeado
posible.

Descripción técnica quirúrgica: se realiza una incisión a nivel del reborde alveolar para
levantar un colgajo mucoperióstico por vestibular y palatino. A continuación realizamos la
ostectomía con escoplo o pieza de mano eliminando las aristas y bordes cortantes. Los
tabiques interdentales e interradiculares se eliminan con pinza gubia. Una vez
regularizado todo el proceso alveolar, reposicionamos el colgajo, eliminando el excedente
de tejido gingival si fuese necesario.

1. Compresión alveolar
a. Consiste en la compresión de las corticales después de la extracción de un
solo órgano dentario
2. Alveoloplastía simple
a. Con un criterio conservador se elimina la porción ósea vestibular que
produce concavidad en el proceso alveolar y se elimina tejido blando
excedente inflamado. Puede utilizarse pinza gubia o pieza de baja con
fresa de bola. Incisión en ojal para regularización de hueso. Se coloca el
colgajo y se colocan puntos de sutura
3. Alveoloplastia Cortical vestibular o radical
a. En esta técnica se elimina el hueso cortical vestibular y el remanente del
hueso interseptal. Se remodela con la cortical lingual o palatal
Técnica: se infiltra anestésico, se realiza una incisión que abarque 15 mm
más allá del lugar donde se realizara la alveoloplastia.
Se levanta el colgajo y se reseca en forma biselada la porción más
prominente del hueso alveolar y posteriormente se lima.

Contorneado radical del reborde alveolar debido a la protrusión ósea con


una gran discrepancia horizontal entre ambos rebordes maxilares con
resalte (overjet - cirugía ortognática).

 La hipertrofia lateral oclusal de la tuberosidad del maxilar puede ser


bilateral.
 La alveoloplastia es el recurso más común para tratar la tuberosidad
ósea agrandada.
 Incisión en la cresta alveolar que se lleva verticalmente detrás de la
tuberosidad con hoja de bisturí #12
 Levantamiento del colgajo.
 Osteotomía con fresa de carburo, pinza gubia, lima para hueso.
 Irrigación y puntos de sutura. La complicación más frecuente es la
perforación del seno maxilar, si eso sucede se administra
antibióticos, descongestivos nasales y el paciente no debe de
sonarse la nariz

4. Alveoloplastia intraseptal o de Dean


a. Cosiste en reducir el alveolo óseo al girar la cortical vestibular fracturando
con su mnucoperiostio previa remoción del hueso interseptal
Indicado: cuando los órganos dentarios superiores anteriores presentan
una vestibuloversion muy pronunciada
Técnica: se quita hueso interseptal con fresa de bola y pieza de baja
Luego de haber quitado el hueso interseptal se hacen guías de fractura
(con fresa troncocónica se realiza un canal en el fondo del alveolo) en la
porción más apical del alveolo.
Se fractura con la mano y se lleva el hueso vestibular. Las guías se hacen
verticales y horizontales para que la fractura no se extienda más allá del
área que necesitamos.
5. Alveoloplastia de obwegesser
a. Remoción del hueso interseptal y se produce la fractura de ambas
corticales vestibular y palatina.

REGENERACION OSEA Y ONLAY DE AUMENTO


Se considera como procedimiento de aumento óseo vertical, cualquier técnica que apunte
a crear una mayor altura reborde alveolar, en una dimensión vertical, con el objetivo de
poder colocar implantes dentales de una longitud adecuada (usualmente de 9 mm o
mayor).

El advenimiento de la oseointegración y los avances en biomateriales y técnicas, han


contribuido a una mayor utilización y de los implantes dentales en la rehabilitación de
pacientes, tanto parcial como totalmente desdentados.

Un importante prerrequisito para predecir el éxito a largo plazo de los implantes


oseointegrados, es un volumen suficiente de hueso sano, en los sitios receptores.

La pérdida vertical de hueso alveolar, particularmente en pacientes desdentados, continúa


siendo un desafío debido a las limitaciones anatómicas y dificultades técnicas que esto
implica en la planificación de implantes. La presencia de la cavidad nasal, el seno maxilar
y el nervio dentario inferior, limitan la altura de hueso disponible para la apropiada
colocación del implante. Es más, una gran altura intermaxilar puede alterar la longitud y la
forma de la corona y producir una relación corono-radicular desfavorable de la
reconstrucción protésica final. Esto último puede resultar en una restauración protésica
con una estética inaceptable y/o podría ocasionar dificultades para realizar una adecuada
higiene oral, arriesgando potencialmente el pronóstico a largo plazo.

Existen dos indicaciones específicas para realizar técnicas de regeneración ósea vertical,
la primera es cuando no existe hueso suficiente para instalar y mantener un implante que
asegure el éxito y estabilidad a largo plazo del elemento protésico; y la otra es por motivos
estéticos.

Los procedimientos de aumento óseo pueden llevarse a cabo, algunas veces, antes de la
colocación del implante (procedimiento en dos fases), o en el mismo acto en el que el
implante es colocado (procedimiento de una fase), usando varios materiales y técnicas.
Cuando se realiza antes de colocar el implante, se necesita de una segunda intervención
quirúrgica, lo que implica que debe esperarse un periodo de tiempo prudente para que el
área repare antes de que los implantes sean colocados.

Debido a todo lo planteado anteriormente, las técnicas de aumento óseo se han


convertido en un elemento imprescindible como complemento de la implantología oral, lo
cual ha impulsado la utilización de diversos métodos para lograr dicho fin, existiendo para
el cirujano implantólogo una amplia variedad de procedimientos enfocados en lograr un
aumento de la altura y/o volumen óseo, los cuales, especialmente con respecto al
aumento óseo en sentido vertical, plantean ciertas interrogantes con respecto a cuál es la
mejor técnica en cuanto a predictibilidad, magnitud de ganancia ósea, morbilidad del
paciente y pronóstico a mediano y largo plazo.

Dentro de las técnicas utilizadas para regeneración ósea en sentido vertical se encuentra
la regeneración ósea guiada (ROG), cuya aplicación en este campo ha adquirido gran
relevancia dentro de los últimos años.

REGENERACIÓN ÓSEA GUIADA (ROG)

Los principios de la regeneración ósea guiada (ROG) fueron aplicados en los inicios de
los años 90´s para mandíbulas atróficas. Varios defectos verticales fueron tratados por
medio de membranas de barrera no reabsorbibles reforzadas con titanio, en conjunto con
implantes óseointegrados.

Estas técnicas utilizan membranas de barrera con el fin de proteger los defectos óseos de
la invasión por el crecimiento de las células del tejido blando, de tal manera que las
células osteoprogenitoras puedan desarrollar hueso, sin ser inhibidas. La invaginación o el
crecimiento de los tejidos blandos al interior del defecto, puede impedir la osteogénesis en
dicho defecto o zona a regenerar.

Las membranas pueden ser reabsorbibles o no reabsorbibles. Según Hämmerle y Jung,


las membranas reabsorbibles, por lo general, permiten mayor regeneración de hueso que
las membranas de PTFE-e no reabsorbibles. No obstante, si las dehiscencias del tejido
blando pueden evitarse, las membranas de PTFE-e permiten una regeneración ósea
ligeramente mayor que las reabsorbibles.

Zitzmann y cols. y Simion y cols., reportaron que la incidencia de dehiscencia de la herida


con la exposición de una membrana de barrera es del 8-40% y que en los casos de
membranas de barrera expuestas, el riesgo a la infección se incrementa, mientras la
cantidad de hueso regenerado disminuye.

Langer y cols. (2010), en una publicación retrospectiva de una serie de casos,


presentaron los resultados de ocho pacientes tratados con aloinjerto particulado de hueso
congelado deshidratado desmineralizado (DFDBA) y membranas de barrera, tanto no
reabsorbibles (PTFE-e reforzado con titanio), como biorreabsorbible (Resolut), usando ya
sea mini-tornillos (procedimiento de dos fases), o implantes (procedimiento de una fase),
o el material de injerto solo, para soportar o apoyar la membrana. Se obtuvo una ganancia
vertical que oscilaba entre los 2 a 8 mm. En los pacientes en quienes se usó membrana
biorreabsorbible, el requerimiento de regeneración de altura vertical fue mucho menor. El
uso del aloinjerto eliminó la necesidad de una cirugía adicional en el sitio a tratar y por lo
tanto minimizó la morbilidad. En todos los pacientes, la cantidad de regeneración ósea
vertical permitió la colocación de uno o más implantes en los sitios del injerto, seguido de
la confección de la prótesis definitiva, al menos 5.5 meses después de la colocación de
los implantes. La altura de hueso marginal alrededor de los implantes permaneció estable
a lo largo de 4 a 13 años de seguimiento.

Merli y cols. (2010), en un estudio clínico controlado randomizado, compararon la eficacia


de dos diferentes técnicas para la regeneración vertical del hueso y la colocación de
implantes, mediante el uso de hueso autógeno particulado intraoral, de áreas adyacentes
a los sitios del implante y del hueso recolectado con una "trampa" o filtro, de los sitios
preparados para colocar los implantes; cubierto con membranas de barrera
biorreabsorbibles de colágeno (Bio-Gide), sostenidas por placas de osteosíntesis, versus
membranas de barrera no reabsorbibles de PTFE-e reforzadas con titanio, con un tiempo
de seguimiento de tres años desde la carga de los implantes. 22 pacientes parcialmente
desdentados, que requerían aumento vertical del hueso, fueron asignados aleatoriamente
en dos grupos, cada uno compuesto de 11 pacientes. El fracaso, tanto del implante como
de la protésis, las complicaciones, la cantidad de hueso regenerado verticalmente y los
niveles de hueso marginal peri-implantar, fueron registrados "a ciegas" por asesores
independientes. Ningún paciente quedó fuera del estudio o excluido en los 3 años de
seguimiento. La ganancia ósea vertical fue similar para ambos grupos; 2.5 mm promedio
para el grupo de membrana no reabsorbible y 2.2 mm para el grupo de membrana
reabsorbible, no existiendo diferencias significativas entre ambos grupos. No ocurrieron
fracasos protésicos, ni de los implantes dentales, ni complicaciones después de la carga
de los implantes. No hubo diferencias estadísticamente significativas en la pérdida de
hueso entre los dos grupos al primer año o tercer año. Después de 3 años, los pacientes
tratados con membranas biorreabsorbibles tuvieron una pérdida promedio de hueso de
0.55 mm; mientras que los pacientes tratados con membranas no reabsorbibles,
mostraron una pérdida promedio de hueso de 0.53 mm. Debido a los resultados, se
concluyó que a 3 años después de la carga del implante no se presentaron fracasos, ni
complicaciones y la pérdida ósea marginal peri-implantar fue mínima; por lo tanto, las dos
técnicas fueron eficaces en el aumento óseo, a pesar de que ambas se asociaron a un
número relevante de complicaciones previo a la carga funcional. Por lo tanto, presentaron
evidencia de que el hueso regenerado verticalmente puede ser mantenido exitosamente
en el tiempo, después de la carga funcional del implante.

En un estudio experimental en perros adultos, Simion y cols. evaluaron el efecto de la


regeneración ósea guiada (GBR), usando una membrana no reabsorbible de PTFE-e
reforzada con titanio (Gore-Tex), en los defectos del hueso alveolar en implantes de
titanio. Seguido de la extracción de tres premolares y un molar de ambos lados de la
mandíbula en tres perros, se produjeron defectos en el hueso alveolar de 5 a 7 mm de
profundidad. Después de cuatro meses, tres implantes fueron insertados dentro de cada
defecto a una profundidad de aproximadamente 4 mm, para que su porción coronal
estuviera sobresaliendo cerca de 5 mm coronal al reborde óseo. Cuatro lados en los
perros fueron asignados para un grupo experimental y los dos lados restantes para un
grupo control. Los 12 implantes en el grupo experimental fueron cubiertos con una
membrana de PTFE-e reforzada con titanio y fijada con tachuelas. El espacio bajo la
membrana se rellenó con sangre venosa periférica del animal y los colgajos fueron
suturados cubriendo la membrana. En los 6 implantes del grupo control, no recibieron
membrana, ni sangre venosa periférica, antes de suturar los colgajos para un cierre
completo de la herida. Los animales fueron sacrificados después de 6 meses y se
prepararon especímenes histológicos no descalcificados de los implantes y tejidos
circundantes. Posteriormente, se realizaron análisis histológicos e histomorfométricos que
revelaron una cantidad significativamente más grande de relleno de hueso en el grupo
experimental (promedio=57.42%), que en los controles (promedio=11.65%); y la
evaluación clínica en uno de los sitios experimentales, mostró que los implantes fueron
completamente cubiertos con tejido similar a hueso. En la mayoría de los especímenes, el
hueso había crecido en altura cerca de, o en contacto directo con la membrana. Sin
embargo, el nuevo hueso, generalmente, no estuvo en contacto directo con los implantes.
Regularmente, una zona de tejido conectivo denso estuvo interpuesta entre los implantes
y el hueso recientemente formado. Con estos resultados se concluyó que a pesar de la
formación de cantidades considerables de hueso siguiendo el aumento vertical del
reborde, con regeneración ósea guiada y los implantes dentales, no se acompañó por una
oseointegración predecible de los implantes. Esta situación es difícil de explicar, pero
podría estar relacionada a las características de la superficie de los implantes, ya que se
usaron implantes con superficie maquinada; y se ha demostrado que los implantes con
superficie rugosa son más eficientes en términos de favorecer el contacto implante-hueso
(oseointegración). Otra razón que podría explicar estos resultados sería que los tejidos
blandos de los alrededores migraron debajo de la membrana y cubrieron la parte
sobresaliente de los implantes, debido al periodo de tiempo relativamente largo que se
puede haber tomado para rellenar con tejido óseo, el espacio protegido por la membrana.
Debido a esto los autores determinaron la necesidad de realizar más estudios para revelar
los factores que son esenciales para obtener el contacto hueso-implante.

Otro estudio de Simion y cols., realizado en humanos, evaluó desde un punto de vista
histológico e histomorfométrico la eficacia de una mezcla de 1:1 de hueso mineral bovino
desproteinizado DBBM (Bio-Oss) e injerto de hueso autógeno, tomado de la región
retromolar con una fresa trefina o al lado del sitio de aumento con raspadores de hueso;
asociado con una membrana no reabsorbible de e-PTFE reforzada con titanio (Gore-Tex),
para aumento vertical del reborde en humanos. El motivo de mezclar hueso autógeno con
DBBM (xenoinjerto), fue con el fin combinar las propiedades de andamiaje del xenoinjerto,
con las propiedades osteogénicas y osteoinductivas del autoinjerto. Para este fin,
incluyeron 7 pacientes con mandíbulas parcialmente desdentadas y 10 sitios quirúrgicos
que requerían aumento vertical del reborde. El procedimiento de aumento vertical se
desarrolló con un injerto compuesto en una proporción de 1:1 de DBBM y hueso
autógeno. 27 implantes Branemark fueron colocados. Once biopsias del área regenerada
fueron analizadas histológica e histomorfométricamente. El periodo de cicatrización
transcurrió sin complicaciones en nueve sitios quirúrgicos. En un solo sitio, la membrana
mostró una exposición luego de 3 meses. En la conexión del pilar, todos los implantes se
encontraron estables y sumergidos en un tejido duro regenerado, clínicamente similar al
hueso. Los análisis histológicos mostraron nueva formación de hueso y la remodelación
continua del hueso autógeno y las partículas de DBBM. La combinación de
DBBM/Autoinjerto (1:1), mostró un promedio de regeneración de la cresta ósea de 3.15
mm, que corresponde a un 35.56% de hueso regenerado, siendo consistente con los
resultados de estudios previos. Ambos materiales, tanto el hueso autógeno como el
DBBM, mostraron evidente reabsorción durante el periodo de cicatrización (6 a 9 meses).
Con base a los resultados, los investigadores concluyeron que los hallazgos del presente
estudio clínico e histológico apoyan el uso de una combinación 1:1 de DBBM y hueso
autógeno para el aumento vertical del reborde por medio de las técnicas de regeneración
ósea guiada. El hueso regenerado puede conducir a la oseointegración apropiada de un
implante dental colocado en el momento del procedimiento regenerador, o después de un
periodo de cicatrización de por lo menos 6 meses. El DBBM sufre una reabsorción muy
lenta y es sustituido con nuevo hueso, lo que podría ser ventajoso para la estabilidad a
largo plazo del hueso regenerado. El uso de la combinación del DBBM/Autoinjerto,
permite una reducción de la cantidad de hueso autógeno tomado, haciendo la técnica
quirúrgica menos invasiva y disminuyendo la incomodidad postoperatoria del paciente.
Los autores determinaron que aún se necesitan más estudios clínicos a largo plazo para
confirmar el efecto positivo del DBBM combinado con el injerto de hueso autógeno,
reforzando la estabilidad perdurable del hueso aumentado verticalmente.

Urban, Jovanovic y Lozada, evaluaron la regeneración ósea guiada, en forma previa o en


combinación a la colocación del implante, utilizando membranas de PTFE-e reforzadas
con titanio en combinación con injerto óseo autólogo, en tres escenarios distintos: diente
unitario ausente, múltiples dientes ausente y defectos verticales en la zona posterior del
maxilar, donde se realizó en conjunto con la regeneración ósea guiada una elevación y
relleno de seno maxilar. Se determinó que la regeneración ósea guiada con membranas
de PTFE-e y hueso autólogo particulado, es un procedimiento predecible para el aumento
vertical del reborde alveolar, con una ganancia promedio de 5.5 mm de altura; además, el
éxito y sobrevida de los implantes colocados en el hueso regenerado fue similar al de los
implantes colocados en hueso nativo; y que las tasas de éxito y fracaso de los implantes
colocados en sitios donde se realizó conjuntamente una elevación de seno maxilar y una
regeneración vertical, fue similar, en un tiempo de seguimiento de 12 a 72 meses después
de la carga del implante.

Rocchietta I, Fontana F y Simion M, en su revisión sistemática, donde evaluaron algunas


técnicas de aumento óseo, entre estas la ROG, expusieron lo siguiente:

1. En los artículos revisados, todos fueron consistentes en reportar un rango de


ganancia de hueso entre 2-8 mm, lo que muestra que el aumento vertical del
reborde se puede lograrmediante ROG, pero debido al número limitado de
pacientes tratados por algunos centros, no puede considerarse una intervención
generalizable.
2. Con respecto a la estabilidad del hueso a largo plazo, se observó una pérdida
ósea de 1.27 a 2.0 mm, para un seguimiento de 7 años. Estos datos indican que el
hueso regenerado parece permanecer estable a través de un periodo continuo de
7 años. Lo que sugiere que el hueso aumentado verticalmente, responde a la
colocación del implante, similar al hueso nativo o no regenerado.
3. Un amplio rango de complicaciones fue reportado para todos los estudios (0-
45.5%). La complicación más común fue la exposición de la membrana de barrera
y sus secuelas.
4. Se informa una tasa de supervivencia de los implantes colocados en hueso
regenerado verticalmente, en un rango de 92.1% a 100% sobre 1-7 años; un
estudio observó una tasa de éxito de 76.3% a 97.5% de forma general; y otro
estudio registró una tasa de éxito del 61.5% para implantes de una fase y 75%
para implantes dentales colocados en dos fases.
5. La mayoría de los estudios usaron implantes de superficie maquinada; sin
embargo, en los estudios más recientes se reporta más a menudo la utilización de
implantes de superficie rugosa, dada la corriente global del uso limitado en la
práctica clínica de implantes de superficie maquinadas.
6. Una serie de biomateriales fueron usados en los estudios de ROG. La mayoría de
ellos usaron membranas no reabsorbibles de e-PTFE, bajo las cuales los injertos
variaron entre un coágulo de sangre, injerto autógeno y aloinjerto de hueso
congelado deshidrato desmineralizado (DFDBA).
7. Varios estudios describieron la regeneración ósea guiada, usando diferentes tipos
de injertos combinado con membranas de e-PTFE, lo que sugiere que la unión de
un injerto con una técnica de membrana aumenta la eficacia de tal procedimiento
en términos de ganancia ósea vertical y contacto hueso-implante.
8. Valores negativos en la altura de hueso de -2.7 mm, y valores extremadamente
altos de dehiscencia del tejido blando, fueron reportados cuando se hicieron
intentos para usar membranas reabsorbibles, en un aumento vertical del reborde
experimental.
9. También se evaluó el uso de una malla de titanio con un xenoinjerto, donde sólo
fue posible obtener datos de un solo estudio. En éste se reportó un promedio de
ganancia en altura de hueso de 5.2 mm; sin embargo, no se dio información sobre
la estabilidad del hueso en el tiempo. La única complicación registrada, fue la
exposición de la malla de titanio, en 2 de los 10 pacientes evaluados. Se informó
que todos los implantes dentales colocados fueron integrados y funcionales
prostéticamente después de un seguimiento de al menos 2 años. Otro estudio
realizado por Von arx y cols. (1998), usando también malla de titanio, pero en
combinación con autoinjerto, en relación a la estabilidad de este procedimiento,
calculó una pérdida de hueso peri-implantario de 1.0 mm en el primer año de la
carga y 0.1 mm para el segundo año.

OSTEODISTRACCION

La osteodistracción es una técnica que permite el crecimiento de los huesos en


longitud, altura o anchura, mediante la colocación de unos dispositivos conocidos
como distractores óseos.

Los distractores utilizados en cirugía oral se colocan dentro de la cavidad oral


(intraorales) y presentan un tamaño mínimo, por lo que resultan muy cómodos y
prácticamente imperceptibles.

La osteodistracción la podemos aplicar en el maxilar superior, mandíbula o a nivel de


la cresta alveolar

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