Tema 9 - Maestros INFANTIL Prep. Opos
Tema 9 - Maestros INFANTIL Prep. Opos
Tema 9 - Maestros INFANTIL Prep. Opos
0. INTRODUCCIÓN.
1. ALIMENTACIÓN NUTRICIÓN Y DIETÉTICA.
1.1. Alimentación.
1.2. Nutrición.
1.3. Dietética.
2. ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA Y PLANIFICACIÓN DE MENÚS.
2.1. Alimentación equilibrada.
2.2. Planificación de menús.
3. TRASTORNOS INFANTILES RELACIONADOS CON LA ALIMENTACIÓN.
3.1. Errores alimenticios de la infancia.
3.2. Trastornos más comunes: anorexia, bulimia, caries, obesidad, enflaquecimiento,
picar, rumiación.
4. LAS HORAS DE COMER COMO MOMENTO EDUCATIVO.
4.1. Desarrollo de hábitos alimentarios en el aula.
4.2. Actitudes educativas ante algunas dificultades en la alimentación.
5. CONCLUSIÓN.
6. BIBLIOGRAFÍA.
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0. INTRODUCCIÓN.
El tema que nos ocupa es considerado como uno de los temas fundamentales de la
educación para la salud por su importancia en el desarrollo psicofísico del niño y la niña, así
como en la prevención de ciertas enfermedades. Durante la infancia se establecen los hábitos
alimentarios que posteriormente serán difíciles de cambiar. Con los hábitos adecuados en la
alimentación y en el estilo de vida, contribuiremos de forma positiva a la construcción y
modelado del cuerpo del niño/a y en la mejora de su salud, así como de su rendimiento físico e
intelectual. Una alimentación correcta durante la infancia es importante, ya que el organismo se
encuentra en proceso de crecimiento y formación, de ahí que sea más vulnerable ante la
aparición de cualquier problema nutricional.
Entre otras cosas, una alimentación saludable y equilibrada es fundamental para el
estado de salud de los niños y es un factor determinante para el correcto funcionamiento del
organismo, buen crecimiento, óptima capacidad de aprendizaje, así como la capacidad de
comunicarse, pensar, socializar y adaptarse a nuevos retos, ambientes y personas. Asimismo,
contribuirá a un correcto desarrollo psicomotor y a la prevención de factores de riesgo que
influyen en la aparición de algunas enfermedades. Por otro lado, los efectos de la desnutrición
en la primera infancia (de cero a ocho años) pueden ser devastadores y duraderos, impidiendo
el desarrollo cognitivo y conductual, así como el rendimiento escolar y la salud reproductiva.
Como consecuencia de una sobrealimentación o alimentación inadecuada, los niños y niñas
pueden llegar a padecer enfermedades crónicas desde muy temprana edad.
Entre los fines que cumple la nutrición básicamente podemos señalar los siguientes: 1)
Aportar las sustancias necesarias para la regulación del metabolismo; 2) Aportar los materiales
para la formación de estructuras. 3) Aportar la energía útil en las funciones corporales.
Debido a que el origen de estas sustancias son principalmente los alimentos, es necesario tener
una dieta variada y equilibrada para mantener una adecuada nutrición. Muy relacionado, pues,
con la nutrición se encuentra la alimentación. Esta, al ser un proceso voluntario y consciente, es
susceptible de modificación por la acción educativa. En este sentido familia y escuela juegan
un papel esencial.
Los conceptos de alimentación, nutrición y dietética son diferentes, aunque están muy
relacionados. En este sentido, podemos distinguir entre:
- Nutrición: desde el punto de vista general, es el intercambio de materia y energía que todo
ser vivo realiza con el medio externo para poder realizar su actividad vital. Con relación a los
seres humanos, la nutrición es el conjunto de procesos mediante los cuales el cuerpo humano
recibe, transforma y utiliza las sustancias necesarias para el mantenimiento y desarrollo de la
vida. Estas sustancias, están integradas por los alimentos. Es un proceso dinámico y complejo
que implica la ingesta, digestión, absorción, transporte y utilización de los nutrientes esencia-
les. Los nutrientes son sustancias químicas que el cuerpo necesita para llevar a cabo sus activi-
dades diarias y mantener un estado de salud óptimo. Los principales nutrientes incluyen los
carbohidratos, las proteínas, las grasas, las vitaminas, los minerales y el agua. Cada uno de es-
tos nutrientes cumple funciones específicas en el organismo y es esencial para su correcto fun-
cionamiento.
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La nutrición adecuada es fundamental para el crecimiento y desarrollo de los niños, la
prevención de enfermedades, el mantenimiento de un peso saludable y el apoyo a las funciones
cognitivas y físicas. Una dieta equilibrada y variada, que incluya todos los grupos de alimentos
en las cantidades adecuadas, es esencial para proporcionar los nutrientes necesarios. Además
de la ingesta de nutrientes, la nutrición también abarca otros aspectos relacionados con la ali-
mentación, como la forma de preparación de los alimentos, los patrones de consumo, los hora-
rios de las comidas y los hábitos alimentarios. Estos factores influyen en la forma en que el or-
ganismo metaboliza y utiliza los nutrientes, así como en la prevención de enfermedades rela-
cionadas con la alimentación.
Además de proveer los nutrientes necesarios, la alimentación también cumple una fun-
ción social y cultural, ya que los alimentos están relacionados con tradiciones, costumbres y ce-
lebraciones. Los hábitos alimentarios se transmiten de generación en generación y pueden va-
riar según la región geográfica, la cultura y los recursos disponibles. La forma en que nos ali-
mentamos también puede influir en nuestro bienestar emocional, ya que la comida puede ser
una fuente de placer y satisfacción.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que una alimentación saludable no se limita
solo a los nutrientes y a las cantidades de alimentos que consumimos, sino también a los hábi-
tos y conductas que rodean nuestras elecciones alimentarias. Esto incluye aspectos como la for-
ma de preparación de los alimentos, los horarios de las comidas, la atención plena al comer, el
tamaño de las porciones y el equilibrio entre la actividad física y la ingesta calórica.
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planificación de dietas. La dieta es la cantidad de alimentos que consume un individuo en 24
horas. La dietética se ocupa de establecer la dieta más adecuada para cada persona desde el
punto de vista de sus necesidades fisiológicas y psicológicas personales, el tipo de actividad,
las enfermedades, etc. Uno de los objetivos básicos de la dietética es conseguir un adecuado
equilibrio entre sus componentes.
A través del proceso alimenticio, el niño/a va evolucionando paulatinamente hacia la
búsqueda y desarrollo de su propia identidad. En el curso de esta secuencia, el niño/a consolida
sus destrezas en tanto que exhibe conductas imitativas en el esfuerzo de realizar por sí mismo
gestos y conductas que observa en los adultos. Con ello va conquistando su propia autonomía.
A su vez, van desarrollando paulatinamente las sensaciones más primarias (el gusto, olfato, …)
como base principal de los esquemas de conocimiento más fundamentales.
Los actos alimenticios deben servir de apoyo para consolidar momentos significativos
en el desarrollo de los sujetos, o bien para restaurar la seguridad perdida en cualquier otra
actividad. La comida es uno de los momentos en que el niño/a pone a prueba al adulto en el
sentido de constatar hasta dónde llegan sus exigencias o tolerancias.
Por otra parte, es preciso destacar que cada grupo social posee sus pautas personales y
prefijadas en relación a las formas de alimentación, por lo que el educador debe procurar una
presentación variada de estímulos sensoriales que posibiliten la aparición en el niño/a de
adecuadas maneras de comer y de aceptación de nuevos sabores.
En cualquier caso, el acto de comer, como proceso esencialmente comunicativo y
afectivo, requiere por parte del educador el desarrollo y potenciación de un clima cordial como
contexto afectivo que garantice la consolidación de hábitos alimenticios.
La alimentación ejerce una acción decisiva sobre el desarrollo físico y el crecimiento,
sobre la reproducción, la morbilidad (frecuencia de la aparición de enfermedades) y
mortalidad, y sobre el rendimiento físico e intelectual. El crecimiento está condicionado por la
alimentación, pues si ésta es deficiente, el crecimiento no podrá realizarse normalmente y el
sujeto quedará por debajo de sus posibilidades genéticas. La morbilidad está muy relacionada
con la alimentación, pues hay una serie de enfermedades producidas directamente por
carencias nutritivas. Por todo ello, son evidentes los beneficios que puede aportar una buena
educación y un amplio conocimiento en cuestión de nutrición.
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Los macronutrientes son aquellos elementos que el cuerpo utiliza en mayor cantidad. La
alimentación normal debe contener proteínas, glúcidos, lípidos, vitaminas, sales minerales y
agua. Los tres macronutrientes son las proteínas, los carbohidratos y las grasas. Cada uno de
estos elementos tiene una función especial en el cuerpo.
Por otra parte, los fitonutrientes son sustancias químicas producidas por las plantas. No
son nutrientes esenciales, pero tienen efectos beneficiosos para la salud, como ayuda en la
prevención de enfermedades crónica y cáncer. Los alimentos que contienen fitonutrientes son
de origen vegetal, como frutas, verduras, granos, frijoles, nueces y semillas.
Veamos ahora, con detalle, estos elementos:
Proteínas: son uno de los compuestos esenciales de la materia viva. Constituyen la
materia del cuerpo, interviniendo en la formación de los músculos. En general
participan en la estructura y crecimiento de todas las células. Las proteínas pueden ser
de origen animal o vegetal; las de origen animal son biológicamente completas. Los
principales alimentos que contienen proteínas son: carne, pescado, huevos, leche,
queso, cereales, frutas y verduras. Glúcidos o hidratos de carbono: proporcionan la
mayor parte de energía que necesita el organismo. Son de origen vegetal en su mayoría.
Los principales alimentos que los contienen son: frutas, hortalizas, cereales,…
Lípidos: dentro de ellos se encuentran compuestos tan importantes como las grasas.
Suponen aproximadamente el 30% del valor energético global. Son de origen animal y
vegetal y entre los alimentos que los contienen están: la mantequilla, el aceite, los frutos
secos,…
Vitaminas: son sustancias orgánicas indispensables para el organismo y se considera
que tanto su ausencia como su exceso son nefastas.
Vitamina A (retinol): interviene en la visión correcta. Se obtiene a partir de
alimentos como huevos, leche, hígado, mantequilla, queso.
Vitamina D: favorece la absorción del calcio y su fijación en los huesos. Se
encuentra en alimentos grasos. Su déficit ocasiona disminución de la
mineralización ósea, conduciendo a enfermedades en los huesos, tales como
raquitismo en los niños y osteomalacia en adultos.
Vitamina C (antiescorbútica): refuerza las defensas, disminuye la posibilidad
de sufrir enfermedades crónicas y es un excelente antioxidante. Puede reducir la
presión arterial. Se encuentra en las frutas, hortalizas y cereales.
Vitamina B: está diversificada (complejo vitamínico B). En general se
encuentra en la leche, queso, mantequilla, carne, hígado y cereales.
Vitamina B1: interviene en el metabolismo de los glúcidos.
Vitamina B2: juega un papel en la respiración celular.
Vitamina B3 (Niacina): regula el metabolismo energético al transformar la
energía de los carbohidratos, proteínas y grasas en energía para las células;
previene los trastornos cutáneos, digestivos y nerviosos.
Vitamina B12 (Cobalamina): es esencial para el funcionamiento normal del
cerebro, el sistema nervioso, la formación de la sangre y de varias proteínas.
Está implicada en la síntesis y regulación del ADN. Ni los hongos, plantas o
animales pueden producir esta vitamina. Impide la anemia.
Sales minerales: muchos minerales intervienen en el crecimiento, así como en la
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correcta composición de los fluidos del cuerpo. Son indispensables para el desarrollo
celular. Las relaciones entre sus cantidades absorbidas debe respetar ciertas normas.
Entre los más importantes hay que destacar el calcio y el fósforo. El fósforo favorece el
crecimiento óseo, dentario y del Sistema Nervioso, mientras que el calcio interviene en
la osificación del esqueleto. Son precisos otros minerales: el sodio y el potasio que
participan en la conducción de impulsos nerviosos; el hierro es un componente
fundamental de la hemoglobina, necesaria para el transporte de oxígeno en la sangre; el
zinc que facilita la eliminación de ácido láctico, producido durante el esfuerzo,…
Agua: es un componente esencial de la materia viva. La importancia del agua proviene
de su poder disolvente ya que la gran cantidad de sustancias que entran y salen del
organismo lo tienen que hacer disuelta en ella, por lo que es necesario su reposición
continua. Entre otras funciones, nos encontramos las siguientes: regula la temperatura
corporal, elimina toxinas, ayuda al cuerpo a absorber los nutrientes, lleva oxígeno y
nutrientes a las células, transforma los alimentos en energía e incorpora sales minerales.
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2) De 2 a 6 años: 1300 a 1800 calorías por día. Hay que tener en cuenta que las necesidades
calóricas están en función del gasto de energía que se realice.
Las necesidades de proteínas se sitúan entre:
1) De 0 a 6 meses: 14 gramos.
2) De 4 a 6 años: 20 gramos.
Los glúcidos deben representar de 60 a 100 gramos por día. Los lípidos deben constituir el
15% de la energía absorbida al día.
Cuando bajan las calorías procedentes de los glúcidos y lípidos, el organismo utiliza sus
propias proteínas; por el contrario, el exceso de calorías se transforma en grasas.
Los lípidos y glúcidos aportan la energía necesaria para el crecimiento y la multiplicación de
las células. No obstante, el consumo de ácidos grasos saturados (sobre todo de origen animal)
debe controlarse a consecuencia de los riesgos cardíacos que comporta. Cuando el consumo de
calorías es superior a su gasto se origina la obesidad. Por otra parte, se ha demostrado que el
consumo de ácidos grasos insaturados (contenidos en el aceite de oliva, pescado azul)
disminuye el tipo de colesterol perjudicial.
La ingesta de cereales y todo tipo de fibras vegetales aumenta la cantidad de celulosa, la cual
favorece la digestión.
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Huevos: el huevo es un alimento muy completo que se debe suministrar preparado
(crudo tiene menor valor alimenticio) o formando parte de purés, dulce,… La cantidad
recomendable puede ser de unos 4 por semana.
Patatas: tiene un alto grado de valor nutritivo, aunque éste depende de su preparación:
cocidas pierden 1/3 de sus sustancias minerales, fritas sólo pierden el 50% de agua.
Verduras: aportan fundamentalmente minerales y vitaminas, y estimulan la motilidad
intestinal. Algunas como remolacha, espinacas y coles no son recomendables antes de
los 2 años, ya que contienen muchos nitratos. En el primer año se suelen suministrar en
purés.
Legumbres: tienen alto valor nutritivo. A veces su preparación se hace con excesiva
cantidad de grasa. Se pueden acompañar de patatas y verduras y presentarse en forma
de puré ( a partir de los 14 meses).
Frutas: aportan vitaminas A y C. Las uvas y los plátanos son de alto valor nutritivo.
Los cítricos en general, contienen alta cantidad de vitamina C. Deben tomarse frescas y
al principio (9-10 meses) en forma de puré.
Cereales: son ricos en almidón y sales, así como buenos digestivos. En forma de pan,
copos, pastas, etc., son fuente integrante de la dieta infantil.
Azúcar y chocolate: realizan una gran aportación de calorías. Debe limitarse su
consumo.
Aceite: alimento muy importante sobre todo el de oliva.
Teniendo en cuenta los citados alimentos fundamentales y los componentes que poseen, la
dieta debe contener, en general:
Las vitaminas A, B, C, D, E.
Los minerales y elementos inorgánicos (calcio, cloro, cobre, hierro, yodo, magnesio,
manganeso, fósforo, potasio, sodio, azufre).
Las proteínas.
Los glúcidos.
Los ácidos grasos insaturados.
Con relación a la confección de menús concretos, hay que tener en cuenta lo siguiente:
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3.1. ERRORES ALIMENTICIOS EN LA INFANCIA.
Los errores alimenticios pueden aparecer incluso en el embarazo, perjudicando en
algunos casos el desarrollo neurológico del niño/a y su inteligencia. Por otra parte, la obesidad
en los niños/as da lugar a riesgos de morbilidad y mortalidad. Ya después del nacimiento, el
sobrepeso es un signo de peligro de obesidad ulterior. Otro error cometido por las madres es
interpretar el llanto como petición de alimento, lo que puede crear en el niño/a una confusión
de sus estados internos.
Además de las causas biológicos (exceso / defecto de alimentación, cambios
injustificados en las dietas, excesivo consumo de los derivados de la harina), otros defectos
pueden venir influidos por valores culturales (hábitos alimenticios de la familia), económicos
(nivel de recursos económicos) y psicológicos-sociales (lactancia materna prolongada por
razones puramente emocionales, no regulación ni habituación de un horario para las
comidas…).
Lo conveniente, en cualquier caso, seguir el método de la autodemanda, proporcionar
alimentos al niño/a cada vez que lo solicite. Paulatinamente, irá estructurándose esta regulación
de horarios. Lo importante es establecer un clima positivo y cálido, que facilite el bienestar y la
seguridad del niño/a.
A modo de resumen, aunque sin pretensión de exhaustividad, podemos concretar las siguientes
pautas alimenticias que consideramos erróneas en la infancia:
Exceso de consumo de lácteos.
Sustituir la fruta natural por zumos envasados.
Abuso de cereales en el desayuno.
Consumo de bollería industrial y pan de molde.
Abuso de carnes rojas.
Abuso de patatas.
Refrescos siempre disponibles en la mesa.
Abuso de dulces y chucherías.
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Caries: en la aparición de la caries inciden la ingestión de alimentos azucarados, así
como la falta de cuidado dental.
Obesidad: a veces se produce por la actitud de la madre, que impone el ritmo de
alimentación sin tener en cuenta los deseos del niño/a. Otras causas pueden ser de tipo
genético y de un inadecuado balance entre la ingestión de alimentos y su gasto.
Asimismo, influyen en la obesidad las comidas a destiempo.
Enflaquecimiento (emaciación): proviene de una ausencia de alimentación, también
por un inadecuado balance entre la ingesta y el gasto de alimentos. Cuando no se debe a
la falta de alimentación, las causas generalmente son psicológicas, con lo cual
estaríamos ante un caso de anorexia.
Picar: consiste en la ingesta persistente de sustancias no nutritivas. Los niños/as con
este trastorno pueden comer pintura, yeso, cuerdas, papel… No hay aversión para
comer cualquier cosa. Suele aparecer entre 1 y 2 años. El trastorno remite pronto,
aunque en ocasiones puede persistir, lo cual indicaría la necesidad de tratamiento
específico.
Rumiación: se manifiesta por la regurgitación repetida de comida, con pérdida de peso
o falta de aumento adecuado. Este trastorno suele asociarse a estados de irritabilidad y
hambre entre los episodios de regurgitación. Se puede observar una posición
característica de tensión forzada en la que se arquea la espalda y se echa la cabeza hacia
atrás. También se pueden observar movimientos de succión, que dan la impresión de
satisfacer considerablemente al niño/a. La incapacidad para alcanzar el peso que le
corresponde y el desarrollo de una malnutrición grave dan lugar a un retraso en todas
las esferas.
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menos experiencias pero con alimentos reales, a tener muchas experiencias con otros
elementos. La oportunidad para ver, tocar, degustar y oler los alimentos produce una
impresión perdurable en los niños/as.
Simplificación: hay que simplificar los conceptos de alimentación y de nutrición para
que se nivelen con su capacidad cognitiva particular; los niños/as conocen bien algunos
alimentos pero desconocen otros. Pensemos que el comer se relaciona con su salud,
energía, crecimiento y bienestar general.
Escenificación: la participación de progenitores y docentes despertará en los niños/as
mayor interés sobre los alimentos y la nutrición. Para escenificar en el aula se puede
decorar (con la participación de los alumnos) con fotos de alimentos, restaurantes,
supermercados,… y practicar juegos y canciones que traten de este tema.
Movilización: el docente debe aprovechar los recursos disponibles, humanos y
materiales, para que los niños/as capten conceptos de alimentación y nutrición. El
primer recurso es el propio docente, pues sirve de modelo de hábitos de alimentación
que desea fomentar en los niños/as. Las orientaciones generales a desarrollar serán:
Función del educador: seleccionar los hábitos que desee fomentar en los
niños/as y temporalizarlos (de manera flexible) sin exigir al niño/a avances
inesperados.
No coartar al niño/a: sino que sea él quien experimente sensaciones para
el desarrollo de éstos hábitos, valorando en todo momento los esfuerzos que
realice.
Establecer un clima de afecto y diálogo: la comida tiene tanto de acto
individual como social y los niños/as han de percibirlo así.
Es importante que la hora de la comida no se convierta en una amenaza
para el niño/a, pero tampoco en angustia para el adulto. Por lo tanto, importa no
perder nunca la calma.
Valorar cada esfuerzo logrado adquiriendo el hábito, reforzándolo,
especialmente cuando le haya costado mucho trabajo adquirirlo.
Resulta también importante establecer un clima de diálogo constante con
los padres, en torno a aquellos hábitos en los que la experiencia permite
constatar que hay dificultad por parte de los niños/as.
Los momentos de la comida pueden ser lugares privilegiados de aprendizaje, donde se
desarrollan actividades relacionadas con centros de interés, unidades didácticas, proyectos de
trabajo, etc. Estos momentos pueden ser aprovechados para el aprendizaje de saberes básicos
de varios tipos:
Cognitivos:
Higiene y limpieza y su relación con el bienestar personal.
Alimentos y hábitos de alimentación: tipos de alimentos (saludables y no
saludables).
Distribución de comidas durante la jornada.
Enfermedades relacionadas con la alimentación.
Limpieza e higiene y orden en los distintos espacios y su relación con el bienestar y
la salud.
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Procedimentales:
Cuidado y limpieza con relación a la comida (cepillado de dientes, lavado de
manos, limpieza de utensilios).
Hábitos relacionados con el acto de comer: utilización progresiva correcta de
utensilios.
Puesta en práctica de hábitos antes y después de las comidas.
Colaboración en las tareas relacionadas con el acto de comer.
Actitudinales:
Gusto por la limpieza tanto corporal como de utensilios e instalaciones.
Aceptación de normas establecidas de comportamiento durante las comidas.
El trabajo de los diferentes contenidos que hemos considerado facilitará la
progresiva autonomía del niño/a con relación a su alimentación.
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sobre la importancia de los nutrientes, utilizar los alimentos en actividades de conteo y
clasificación, leer libros sobre alimentación saludable y realizar actividades físicas que
promuevan un estilo de vida activo.
Ante las dificultades en la alimentación de los niños, es importante adoptar actitudes educa-
tivas que promuevan una relación saludable y positiva con la comida. A continuación, se pre-
sentan algunas actitudes educativas efectivas para abordar estas dificultades:
5. CONCLUSIÓN.
Este tema sobre alimentación, nutrición y dietética en educación infantil nos ha permiti-
do comprender la importancia de una alimentación equilibrada y cómo planificar menús ade-
cuados para los niños y niñas. Se han analizado las necesidades nutricionales específicas de los
niños y niñas de 0 a 6 años, destacando la importancia de una alimentación variada que incluya
todos los grupos de alimentos necesarios para su crecimiento y desarrollo adecuado.
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portancia de la prevención, la detección temprana y el enfoque multidisciplinario para abordar
estos trastornos y promover un estilo de vida saludable desde la infancia. También se ha hecho
hincapié en la importancia de las horas de comer como momentos educativos y la importancia
de aprovecharlos para educar a los niños en temas relacionados con la alimentación, como la
educación alimentaria, la exploración sensorial, el desarrollo de habilidades motoras, la sociali-
zación y la conexión cultural.
Por último, he destacado las actitudes educativas que se deben adoptar frente a las difi-
cultades en la alimentación, como la paciencia, el modelado de comportamientos saludables, la
exposición gradual, la alimentación positiva, la participación activa de los niños y la colabora-
ción con profesionales de la salud.
6. BIBLIOGRAFÍA.
Real Decreto 95/2022, de 1 de febrero, por el que se establece la ordenación y las enseñanzas
mínimas de la Educación Infantil.
Decreto 100/2023, por el que se establece la ordenación y el currículo de la etapa de Educación
Infantil en la Comunidad Autónoma de Andalucía.
González, C. (2012). Mi niño no me come: Consejos para prevenir y resolver el problema.
Jarole, S., Mehendale, A., y Gupta, S. (2022). Intervenciones de desarrollo de la primera
infancia y prácticas de alimentación infantil.
Hornero, O. (2020). Infancia, salud y alimentación: salud en el medio escolar.
Bueno M, sarriá a, Pérez-González J.M..(2003): nutrición en pediatría ed. Ergon. Madrid
De Sanz y otros (2007): Alimentación Infantil. Ediciones Grupo Santillana. Madrid.
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