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Mobing Laboral
Mobing Laboral
Mobing Laboral
El acoso laboral, popularmente conocido con el término de mobbing, se define como el conjunto de
acciones continuadas de violencia psicológica injustificada (insultos, humillaciones, menosprecios,
aislamiento, difusión de rumores, etc.), y a veces incluso física o sexual, que superiores,
compañeros de trabajo o la propia empresa ejercen sobre la víctima. Todas estas conductas se
realizan de forma consciente, abusiva y premeditada con el objetivo de degradar el clima laboral de
la víctima de modo que sienta miedo al ir a trabajar y que acabe por abandonar su puesto de trabajo.
Generalmente el acoso laboral se ejerce sin que haya testigos, aprovechando encuentros personales
para verter amenazas o insultar, difundiendo falsos rumores, menospreciando el trabajo realizado
por la víctima, sobre cargándola de trabajo o asignándola tareas intrascendentes alejadas de su
capacidad profesional, sometiéndola a medidas disciplinarias por hechos inexistentes o banales,
aislándola de sus compañeros, obstaculizando su vida familiar con horarios abusivos o regándola
permisos y vacaciones en fechas adecuadas.
Para definir el acoso laboral, podríamos decir que es toda conducta abusiva realizada de forma
consciente, repetitiva y premeditada y que atenta contra la dignidad y la integridad física o
psicológica de la persona afectada, con el objeto de conseguir que abandone el puesto de trabajo o
de empeorar su clima laboral.
El objetivo final del mobbing suele ser conseguir el abandono del puesto de trabajo por parte de la
víctima, ya que la consideran una amenaza para sus intereses personales. Este acoso puede llegar
tanto de los superiores (para conseguir eliminarla de la empresa sin coste económico) como de los
propios compañeros de trabajo por la necesidad de control y destrucción de un individuo con
tendencias psicopáticas).
El mobbing suele utilizar técnicas de “tortura” muy sutiles. El acoso es clandestino y no suele haber
testigos que se pongan de parte de la víctima y estén dispuestos a testificar sobre lo que está
sucediendo. Este tipo de violencia no deja huella, tan solo puede percibirse el progresivo deterioro
físico y psicológico de la víctima. Por ello, hay ocasiones en los que la propia víctima se encuentra
indefensa pensando que nadie va a creerle o que la gente creerá que ha hecho algo para merecer ese
trato. Hay muchos casos en los que la víctima sufre este acoso sin saberlo, pensando que es una
parte de su trabajo que debe soportar.
Para que una situación de acoso pueda ser considerada como mobbing se requiere que sea
una conducta consciente, que tenga como objetivo disminuir la estima o las capacidades de la
persona en su puesto de trabajo para poder eliminarla del grupo y que se mantenga en el tiempo (al
menos seis meses) con una frecuencia de acoso al menos semanal.
Para aclarar aún más el concepto explicaremos a continuación que situaciones pueden calificarse
como mobbing y cuáles no:
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Sí es mobbing:
Los siguientes comportamientos deben estar dirigidos exclusivamente a la persona afectada para
que pueda hablarse de mobbing.
No es mobbing:
A pesar de que el concepto de mobbing o acoso laboral es relativamente reciente y que hay pocos
estudios específicos sobre este trastorno, algunos expertos señalan que se trata de un problema
grave que sufren entre el 10 y el 15% de los trabajadores en activo.
Otros estudios, más moderados, señalan esta frecuencia en torno al 4%. A pesar de que puede
parecer una cifra menos preocupante, si tomamos como media una vida laboral de treinta años,
tendríamos que uno de cada cuatro trabajadores que se incorporan al medio laboral corre el riesgo
de sufrir acoso laboral en algún momento de su vida profesional.
Los expertos señalan también que estas cifras son poco significativas, ya que no tienen en cuenta a
la gente que está sufriendo este problema sin saberlo por falta de información o a la gente que, aun
sabiéndolo, no se atreve a denunciarlo.
El mobbing puede darse en todas las empresas, siempre que se permita, y en todos los sectores
profesionales. Sin embargo, parece que el sector más afectado es el de los servicios y que las
profesiones en los que la incidencia es mayor son las sanitarias y las de enseñanza. La causa de esta
mayor incidencia podría deberse a que las personas que se dedican a estas profesiones suelen poseer
ciertas características psicológicas que atraen a los acosadores, como la empatía, la sensibilidad o la
atención a los demás.
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Consecuencias del Mobing Laboral
Impacto psicológico:el acoso laboral mina lentamente la fortaleza física de la víctima. Los
problemas emocionales iniciales dan paso a un trastorno de estrés postraumático que la lleva a
empezar a somatizar las situaciones de acoso. Poco a poco la víctima empieza a perder la
autoestima, a tener sentimientos de culpa al no poder cumplir con las expectativas de otros y las
suyas propias ya parecen los síntomas de lo que puede llegar a ser una depresión grave y un
trastorno de ansiedad generalizado, que se caracteriza por conductas de invitación, miedo a ir al
trabajo, a aislarse, etc. En los casos más graves, incluso se puede pensar en el suicidio.
•Efectos sobre la salud: la automatización es una de las consecuencias más inmediatas del acoso
laboral, generando un importante impacto sobre la salud de la víctima, que se traduce en trastornos
del sueño, problemas gastrointestinales frecuentes, alteraciones del sistema nervioso autónomo,
migrañas, debilitación del sistema inmune, problemas metabólicos...
•Impacto en la vida familiar:la víctima del acoso laboral al principio no cuenta en casa lo que ocurre
en el trabajo o lo hace relatando los hechos como si fueran cosas puntuales, pero acaba por caer en
una dinámica de retraimiento, con silencios prolongados, cambios de humor, inhibición sexual y
otros comportamientos que afectan tanto a la relación de pareja como a los hijos.
•Consecuencias en la actividad social: lo mismo ocurre con su vida social y es frecuente que las
víctimas del acoso laboral acaben por dejar de frecuentar a sus amigos, aislándose, o los pierdan por
desarrollar conductas agresivas.
•Degradación de la actividad profesional:el acoso laboral no sólo puede llevar a la víctima a
abandonar su trabajo, sino que además luego tienen serias dificultades para integrarse cuando
acceden a un nuevo puesto de trabajo.
• Consecuencias sociales:
Las personas que han sufrido mobbing pueden desarrollar conductas inadaptadas desde el punto de
vista social, que pueden ir del aislamiento a la agresividad.
Consecuencias laborales:
Además de perder o tener que abandonar el puesto de trabajo por causa del acoso laboral, muchas
víctimas de mobbing encuentran serias dificultades para volver a integrarse en un puesto de trabajo.
La propia empresa puede sufrir muchas pérdidas por las situaciones de acoso
Descendente:Es el tipo de acoso más habitual. El acosador es alguien que detenta el poder y el
acosado es uno de sus subordinados.
Horizontal: La víctima es un trabajador acosado por uno o varios compañeros de su mismo nivel
jerárquico. Normalmente, el acosador, aunque sea del mismo nivel, suele disponer de un poder real
superior al del acosado, ya sea por sus contactos y relaciones, por sus influencias……
Ascendente: Es el tipo menos común. En él uno o varios subordinados acosan a un jefe o superior.
Puede suceder cuando a una empresa, con un grupo ya formado, llega un superior ajeno. Los
trabajadores empiezan a cuestionar sus métodos y su estilo de mando.
De gestión:Uno de sus objetivos puede ser acabar con un trabajador que no se ajusta a las
expectativas del jefe (ya sea porque no se somete o porque es demasiado brillante y puede ponerle
en evidencia). Otro objetivo puede ser aumentar el rendimiento de los trabajadores y los beneficios
de la empresa a través del miedo.
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Perverso: Podríamos decir que este tipo de acoso no tiene un objetivo, ya que se basa en las
necesidades de la personalidad enfermiza del acosador.
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Muchas víctimas no son conscientes de que están sufriendo un uso laboral, al menos al principio, y
consideran que los incidentes que se producen de forma continua son normales en la actividad
laboral o que las personas que lo ejercen se comportan así porque han hecho algo que les ha
molestado. La situación de indefensión, sin embargo, es patente incluso cuando se es consciente de
que se está sufriendo acoso laboral.
La única opción es denunciarlo, pero para ello deberá ir recogiendo pruebas (documentos, emails,
grabaciones, etc.) y testimonios de lo que está ocurriendo. Sólo así podrá denunciar al acosador ante
la dirección de la empresa o incluso en los tribunales, pues en la actualidad es una figura con
entidad jurídica propia en la legislación laboral.