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Elabora un ensayo de 5 cuartillas mínimo en dónde incluyas los 3 grandes conflictos del
Siglo XX.
Primera Guerra Mundial, Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.
Señalando las consecuencias económicas, políticas y sociales de cada una.
INTRODUCCION
El siglo XX supuso un progreso tecnológico sin precedentes para la
humanidad. Además, en muchas partes del mundo se logró un amplio
reparto de la riqueza, un mejoramiento generalizado de las condiciones de
vida y un avance en la democratización de la sociedad. Sin embargo, el
siglo estuvo marcado a fuego por el conflicto armado prácticamente
incesante a lo largo y ancho del planeta. Estos fueron los tres
grandes conflictos mundiales que generaron millones de muertos y
desplazados durante el siglo XX. I Guerra Mundial tras décadas de
creciente competitividad entre las grandes potencias europeas por los
recursos naturales en África y la hegemonía en el Viejo Continente, la Gran
Guerra acabó estallando en 1914. Lo que se planeó como una guerra corta
acabó estancándose en las trincheras de la frontera francoalemana durante
cuatro años. II Guerra Mundial, aunque el primer conflicto mundial se había
considerado “la guerra para acabar con todas las guerras”, su final no
supuso más que un paréntesis hasta el siguiente estallido. En 1939, tras
dos décadas de creciente tensión y violencia en Europa, comenzaba la II
Guerra Mundial. Guerra Fría con millones de personas muertas y
desplazadas de sus hogares y con Europa aún en ruinas, los temores sobre
el estallido de más conflictos mundiales no tardó en regresar. Estados
Unidos y la Unión Soviética, los dos grandes vencedores de la II Guerra
Mundial, comenzaron a configurar dos bloques de influencia.
Poco antes del final del siglo XX, la Unión Soviética se disolvió en medio de
una crisis económica y política para la que no tuvo respuesta. La época de
los conflictos mundiales se habían terminado, pero las guerras
periféricas continuaron produciéndose durante el siglo XXI hasta nuestros
Días.
DESARROLLO
Los tres conflictos mundiales del siglo XX
La primera guerra mundial
La Primera Guerra Mundial, anteriormente llamada la Gran Guerra, fue una
confrontación bélica centrada en Europa que empezó el 28 de
julio de 1914 y finalizó el 11 de noviembre de 1918, cuando Alemania
aceptó las condiciones del armisticio. Recibió el calificativo de «mundial»
porque se vieron involucradas todas las grandes potencias industriales y
militares de la época, divididas en dos alianzas. Por un lado, la Triple
Alianza formada por las Potencias Centrales: el Imperio alemán y Austria-
Hungría. Italia, que había sido miembro de la Triple Alianza junto a Alemania
y Austria-Hungría, no se unió a las Potencias Centrales, pues Austria, en
contra de los términos pactados, fue la nación agresora que desencadenó el
conflicto. Por otro lado, se encontraba la Triple Entente, formada por
el Reino Unido, Francia y el Imperio ruso. Ambas alianzas sufrieron cambios
y fueron varias las naciones que acabarían ingresando en las filas de uno u
otro bando según avanzaba la guerra: Italia, el Imperio del Japón y Estados
Unidos se unieron a la Triple Entente, mientras el Imperio otomano y
el Reino de Bulgaria se unieron a las Potencias Centrales. Más de 70
millones de militares, de los cuales 60 millones eran europeos, se
movilizaron y combatieron en la entonces guerra más grande de la historia.
Hasta antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, esta guerra era
llamada Gran Guerra o Guerra Mundial expresión esta última que en
Alemania comenzó a utilizarse desde su comienzo (Weltkrieg), aunque solo
se generalizó en Francia (Guerre Mondiale) y en el Reino Unido (World
War) en la década de 1930, mientras que en Estados Unidos la
denominación se impuso a partir de su intervención en 1917, ya que allí se
la conocía como Guerra Europea.
¿Cómo fue el nuevo orden mundial tras la Gran Guerra?
Los tratados de paz firmados que ponían fin al conflicto establecieron
un nuevo orden mundial en el que Europa, semidestruida, arruinada,
desgastada, endeudada, agotada mental y demográficamente, perdía su
hegemonía en favor de potencias emergentes como Estados Unidos de
América en el Atlántico o Japón en el Pacífico.
Estados Unidos había intentado ejercer su influencia en la firma de los
tratados de paz a pesar de las desavenencias con los países europeos,
especialmente con Francia. Las posturas eran divergentes como hemos
visto en el apartado anterior, pero, aun así, esgrimiendo el derecho a la
autodeterminación e impulsando la democracia como forma de gobierno,
consiguió que se crearan una serie de nuevos países. Se dibujó un nuevo
mapa de Europa. Pero las consecuencias de la guerra más grande que
habían visto los ojos humanos fueron mucho más profundas. Las podemos
diferenciar en varias categorías:
Consecuencias políticas.
El nuevo mapa europeo se caracterizó por:
Desaparecieron las grandes dinastías y se desintegraron los antiguos
imperios derrotados, como el turco, que limitó su territorio a Turquía y que
fue rodeado de protectorados tutelados por ingleses y franceses tales como
Irak, Siria, Líbano o Palestina. También el imperio austrohúngaro vio cómo
Austria se convertía en una pequeña república y surgían nuevos estados a
su alrededor como Hungría, Checoslovaquia o una Yugoslavia donde los
serbios cumplían sus sueños de autodeterminación y hegemonía en la zona
junto con croatas, bosnios y eslovenos.
Aislamiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (la URSS),
que era considerada un peligro por las democracias europeas. Para ello y a
modo de estados tapón, se creó la Gran Polonia y Rumanía, además de
estados como Finlandia, Estonia, Letonia y Lituania. Constituían un
auténtico colchón protector contra la voluntad bolchevique de expandir la
revolución comunista por Europa.
La presión del presidente norteamericano Wilson impulsó la creación de la
Sociedad de Naciones con sede en Ginebra (Suiza). Se pretendía
garantizar la paz a través del diálogo en la Asamblea General en la que
todos estuvieran presentes y dirigida por un Consejo compuesto por los
vencedores del conflicto armado. Pero la realidad fue distinta y su labor
poco efectiva, ya que el Congreso de Estados Unidos rechazó incorporarse
a la misma. La URSS tampoco estaba presente, ni los países descontentos
como Italia o Alemania.
Consecuencias sociales.
Las cifras del conflicto hablan por sí solas:
Sesenta y cinco millones de personas movilizadas, diez millones de
muertos, dos millones de viudas, cuatro millones de huérfanos… A esto
tendríamos que añadir los heridos, mutilados y desaparecidos. Además, la
población europea sufrió mucho en la recuperación debido a la gran
mortalidad y al descenso de la natalidad y la mano de obra.
El empobrecimiento de la población provocó tensiones sociales.
Las mujeres consiguieron ciertos avances de carácter social durante el
conflicto. Sin embargo, al finalizar la guerra, experimentaron cierto
retroceso. Al volver el hombre a incorporarse al mundo laboral, las desplazaron sin remedio
de nuevo al ámbito doméstico. No había trabajo para todos y las mujeres volvieron a ser la
sacrificadas quedándose en el paro.
Consecuencias políticas
El fin de los regímenes totalitarios en Alemania, Italia y Japón y su
reemplazo por sistemas políticos más democráticos.
La emergencia de los Estados Unidos y la Unión Soviética como
superpotencias mundiales. Los diferentes sistemas políticos, sociales y
económicos de estos países llevaron al inicio de una competencia por la
preponderancia mundial conocido como Guerra Fría. Debido a estas
diferencias ideológicas, el mundo quedó dividido en dos bloques políticos
enfrentados: el comunista y el capitalista.
El inicio de un proceso descolonización motivado, entre otras razones, por
la ayuda proporcionada por las colonias a sus metrópolis durante la guerra.
Este proceso llevó en pocos años a la independencia de gran cantidad de
países de Asia y África.
La creación en 1945 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la
cual reemplazó a la Sociedad de las Naciones.
Consecuencias económicas
Gran cantidad de ciudades, puertos, puentes, carreteras y vías ferroviarias
quedaron destruidas debido a los bombardeos terrestres y aéreos, lo cual
afectó seriamente la economía de los países beligerantes.
Estados Unidos y la Unión Soviética crearon una gran industria de
armamentos, la cual sigue en pie hoy en día.
Los Estados Unidos implementaron el Plan Marshall para dar apoyo
financiero a los países europeos devastados por la guerra. El objetivo de
esa ayuda no fue solo económico; estuvo motivado también por el temor a
la extensión del comunismo en Europa Occidental.
Se crearon instituciones, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional, para solventar las crisis financieras mundiales.
Consecuencias sociales
La muerte de unos 60 millones de personas, entre militares y civiles. Entre
ellos, los millones de judíos, gitanos, homosexuales, discapacitados y
opositores que fueron asesinados en los campos de concentración y
exterminio de la Alemania nazi. El Holocausto judío fue uno de los
genocidios más crueles y sangrientos de la historia universal.
Luego de la guerra, otros cientos de miles de personas murieron
de hambre y de diversas enfermedades. En Japón, miles de personas
murieron luego de 1945, afectados por la radiación de las bombas arrojadas
por los Estados Unidos en Hiroshima y Nagasaki.
Hubo intensos movimientos migratorios, tanto de personas desplazadas por
la guerra que buscaban volver a sus hogares, como de europeos que se
radicaron en América o que regresaron a Europa cuando se iniciaron las
luchas por la descolonización en Asia y África.
Guerra fría
La Guerra Fría fue un enfrentamiento político, económico, social, ideológico,
militar e informativo iniciado tras finalizar la Segunda Guerra Mundial entre
el bloque Occidental (occidental-capitalista), liderado por los Estados
Unidos, y el bloque del Este (oriental-comunista), liderado por la Unión
Soviética.
La primera fase de la Guerra Fría comenzó inmediatamente después del
final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945. Estados Unidos creó la
alianza militar de la OTAN en 1949, con el objetivo de frenar la influencia
soviética en Europa. La Unión Soviética respondió a la creación de esta
alianza con el establecimiento del Pacto de Varsovia en 1955. Las
principales crisis de esta fase incluyeron el bloqueo de Berlín de 1948-1949,
la segunda fase de la guerra civil china (1946-1949), la guerra de
Corea (1950-1953), la crisis de Suez de 1956, la crisis de Berlín de 1961 y
la crisis de los misiles cubanos de 1962. La Unión Soviética y los Estados
Unidos comenzaron a competir por la influencia en América Latina, Oriente
Próximo y los estados recién descolonizados de África y Asia, donde el
comunismo tenía una gran fuerza y donde se vivieron enfrentamientos tales
como la Emergencia Malaya o la guerra de Indochina. En 1985, y al otro
lado, Gorbachov se convirtió en el líder de la Unión Soviética, adoptando
una actitud conciliadora con los americanos, firmando muchos pactos de
reducción de armas. En 1989 hubo una retirada soviética de Afganistán y un
año más tarde se firmó la reunificación de Alemania, como Gorbachov como
figura importante. Finalmente, el colapso de la Unión Soviética en 1991
propició el fin de la Guerra Fría.
CONCLUSIÓN
Como lo muestra la celebración del centenario de la Primera Guerra
Mundial, la guerra es un objeto de estudio que todavía plantea muchas
preguntas dentro de la comunidad científica, y en particular entre los
historiadores. A pesar de los miles de libros que se han escrito sobre el
tema, este fenómeno sigue constituyendo un área importante de
investigación para las ciencias sociales, y ello por una razón fundamental:
los conflictos armados desintegran las sociedades, generan una quiebra del
sentido de la historia, una ruptura semiótica en la evolución de las
comunidades humanas, porque la guerra es una crisis de dimensiones
extraordinarias que afecta a los individuos como sujetos sociales en su
capacidad para dar sentido y significado a sus acciones. Altera los hitos
temporales y geográficos y sumerge a las comunidades humanas en una
nueva realidad. Por su naturaleza, la guerra no puede dejar de suscitar
múltiples preguntas y estimular el debate, sobre todo porque pone en juego
una multitud de factores y variantes que hacen particularmente compleja la
tarea del investigador. Dicho esto, no hay duda de que seguiremos
debatiendo por muchos años sobre la capacidad de transformación de la
realidad política, social y cultural que encierran las guerras civiles. También
seguiremos reflexionando sobre la identidad política de sus principales
actores sobre su impacto geopolítico (local, regional, nacional o
supranacional), los tipos de violencia que generan (la guerra convencional,
la insurrección, la guerrilla urbana o rural, el golpe de estado, la represión,
etc.), los métodos de resolución de estos conflictos (mediación,
intervención, negociación o pacificación) o sus consecuencias materiales y
morales. Pero el principal desafío que deben abordar de inmediato las
ciencias sociales es devolver a las guerras civiles su sentido primigenio, que
es su naturaleza de confrontación extrema para la conquista del poder
político sea o no detentado en exclusiva por el estado.
Los Estados Unidos de
América, máximo proveedor
de recursos y productos
industriales y mayor
prestamista, vivieron su
época más dorada (los
felices
años veinte). Se convirtieron
en la primera potencia
económica mundial