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Leopoldo Marechal en Primera Plana
Leopoldo Marechal en Primera Plana
Leopoldo Marechal en Primera Plana
cada uno de estos adjetivos supondría iniciar una serie de reparos. Sin embargo, si nos
atenemos a los hechos, podríamos señalar entre otras encrucijadas interesantes la compleja
relación del autor con el campo intelectual argentino por su explícita adhesión al peronismo
hay que sumar la igualmente confusa vinculación con el justicialismo incipiente primero
novela, Adán Buenosayres, publicada en 1948 pero concebida desde la década del 30.
sociedad que esperaba, lo llevó a aceptar un cargo de menor jerarquía al que desempeñaba
más bien de humilde colaboración. Respecto del trabajo de escritura, el período fue fecundo
para su dramaturgia, aunque hacia 1950 Marechal expresa en una carta a su amigo el poeta
Francisco Luis Bernárdez que el “ambiente [es] depresivo para la creación artística” con
una “indiferencia del medio, cada vez mayor”, a lo que añade casi proféticamente: “Me
parece que nos ha llegado otra vez la hora de la ‘torre de marfil’ o de la ‘catacumba’”
escritura, entre los cuales destacan varios poemas extensos y su segunda novela, El
consagración y canonización.
La operación que se realizó desde el semanario Primera Plana tuvo como objetivo
sido esquivo hasta el momento. Para eso los redactores, liderados por Tomás Eloy
Álvaro Fernández Bravo al introducir un dossier sobre el tema señala que “el
problema del valor en el campo literario ha despertado en los últimos años un interés
caso de Marechal, la noción de valor permite atravesar las complejas relaciones que su
figura de autor y sus textos han establecido con los campos intelectuales de las diversas
coyunturas en que emergen sus novelas1. Pensar en el valor literario resulta especialmente
útil para leer la operación llevada adelante desde el semanario Primera Plana en el
los circuitos editoriales, pero también con las lecturas que se hacen desde los círculos
este sentido, David Throsby señala que “el valor puede ser visto como un punto de partida
valor es, entonces, un dispositivo construido socialmente en el marco del proceso por el
cual las obras de arte devienen mercancía y que habilita diversas lecturas críticas de la obra
Al analizar la relación entre la noción de valor y la tarea del crítico, Northrop Frye
afirma: “Las estimativas comparativas de valor son realmente inferencias, más válidas
(citado por Fernández Bravo, 3). Sin embargo, lo que se lee no necesariamente está en el
texto, sino que suele estar en la mirada: en la medida en que los criterios de esta mirada se
hagan más explícitas, la noción de valor/es será más clara (Avelar 2009; Laera 2010).
1
Un análisis crítico pendiente es la consideración de la figura de Marechal poeta después del 55, no
visibilizada en la operación de Primera Plana pero que gravita poderosamente sobre la producción
lírica de los sesenta en Argentina. En este sentido, el estudio realizado por Horacio Víctor Zabala en
la biblioteca privada del autor y el libro de Marisa Martínez Pérsico ya citado son aportes iniciales
muy valiosos para el estudio del período en la escritura de Marechal y sus relaciones intelectuales
con discípulos, entrevistadores y poetas.
Al analizar las literaturas postautónomas (cfr. Ludmer 2010), Alejandra Laera
afirma que “la noción de valor (cultural y literario) ha profundizado sin retorno la tendencia
a su economización” (6); en esta línea, Álvaro Fernández Bravo señala que “el valor no es
ya más asignado por árbitros asociados con la república de las letras, sino por el mercado”
(14). Sin embargo, en el Buenos Aires de la década del 60 podemos considerar también al
nuevo periodismo como una voz que comienza a formar lectores. Al considerar la
cultural, nos interesa particularmente observar cuáles son los valores a partir de los que se
configura esta propuesta de relectura desde el periodismo, es decir, qué se estima y qué se
El semanario Primera Plana, creado en noviembre de 1962, forma parte del grupo
de revistas que en los años sesenta se insertaron rápidamente en el tejido social buscando
explicar o interpretar los procesos que se estaban generando en el país, las cuales tuvieron
un lugar central en los espacios de lectura y discusión (Montrucchio 2000). Primera Plana
escribía pensando en un lector modelo “profesional, de clase media o alta, interesado por la
política, la economía y la cultura”, ante el cual “supo consagrarse como guía de orientación
del gusto” (Fangmann, 74). Promotor de la no ficción como género periodístico, no tendía
dada por la medida en que sintonizaba con los valores y las creencias que estaban
modernidad” en la vida cotidiana de sus lectores (Fangmann, 74). En este sentido, al estilo
de las revistas norteamericanas como la Newsweek, apoyó las novedades, las vanguardias,
todas las formas artísticas y culturales de renovación dentro y fuera del país (Montruccio
2000). En el ámbito literario, “críticos como Ángel Rama, Emir Rodríguez Monegal y
En su afán de tomar distancia para mirar lo real, Primera Plana mantuvo una
relación distante y extraña con el peronismo ya que “discutía con una versión del
peronismo construida por los peronistas” (Montrucchio, 59); sin embargo, según afirma
articular lo que para Oscar Terán son las dos preocupaciones cosmopolizantes centrales de
la revista: por un lado, traer el mundo y leerlo con ojos argentinos; por otro, llevar a los
y novedades. En julio de ese año, aparecía en la revista una nota titulada “El retorno de
redacción de la nota están ocultos bajo el nombre del semanario. El título de la nota explota
unánimemente reconocida como la mejor novela escrita en la Argentina” (3), a la vez que
inicia una operación periodística de visibilización del autor quien desde hace diez años se
ha “convertido en una susurrada leyenda que, a veces, conduce a una interrogación cruel:
‘¿Cómo? ¿Todavía vive?’” (2). El motivo de la entrevista parece haber sido la próxima
lado, el éxito comercial del que goza hoy la primera novela del autor (con datos precisos de
cantidad de ejemplares, páginas y precio de venta) y, por otro lado, a recordar el vínculo de
acercamiento del autor al peronismo provocó el silencio y el desdén de sus colegas” (4). La
vanguardias.
desdén; pero es también el escritor activo a quien las nuevas lecturas de su novela y las
decisiones editoriales han redescubierto: “la aparición de El banquete coincidirá con una
han presentado cinco tesis sobre la primera novela de este alejado” (13). En este retorno de
vigencia y su modernidad.
En octubre de 1965, la tapa del N° 155 de Primera Plana presenta a sus lectores una
realizada tres meses antes: biblioteca elegante de fondo, pipa en la boca. En el editorial, se
[novelas] que haya conocido la Argentina” (3). En la nota central del número, Tomás Eloy
elabora una serie de títulos que coloca en centro de la escena a El banquete. Como
corolario de esta operación, se publica la reseña de la novela. El texto se titula “El Banquete
Martínez. Entre los aspectos que organizan la reseña, señalaremos dos: por un lado, la
país “después de Adán, solo Rayuela de Julio Cortázar alcanzó a transformar esos supuestos
injertos en material dramático valioso” (38); en segundo lugar, el desafío al lector, dado que
“no es fácil escribir novelas que exijan la complicidad del lector, que apelen a su
de los títulos que hoy conforman la biblioteca privada de Leopoldo Marechal hay varias
foco en su figura de autor como novelista, poniéndola en obvia sintonía con las propuestas
del boom, refiriéndose a la estructura, el lenguaje y la relación con el mito (aspectos que
serían expuestos por Carlos Fuentes en 1969 para referirse a la nueva narrativa
entonces, descubriendo a Marechal como “maestro” también de la novelística: “la clave [de
la novela] está en el lenguaje (…) y es allí, en ese territorio hasta hace poco tan arisco para
El Premio Forti Glori que recibe en 1966 por El banquete cierra el ciclo de su
importantes concursos literarios de novela como el Casa de las Américas en Cuba, asiste al
estreno de sus propias obras dramáticas y viaja por el país brindando conferencias.
Marechal muere en 1970. Su obra narrativa (más recientemente también la dramática) fue
tal vez podamos encontrar cómo esos valores literarios que cimentaron la operación de
2
La “biblioteca privada de Leopoldo Marechal”, situada actualmente en la Universidad Nacional de
Rosario, es problema de múltiples aristas que debe ser abordado por la crítica especializada. En este
sentido, la lectura completa del citado artículo de Horacio Víctor Zabala y el denodado esfuerzo de
la Fundación Marechal (a cargo de sus hijas, María Magdalena y María de los Ángeles) por la
recuperación y resguardo de la obra del autor puede ampliar el panorama y marcar fecundos
caminos críticos como el desarrollado por Marisa Martínez Pérsico.
Bibliografía
Avelar, Idelber (2009) “La construcción del canon y la cuestión del valor literario”. Aisthesis N°46,
Santiago, dic. 2009; 213-221. Versión on-line:
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-71812009000200011
Fangmann, Cristina (2009) “Primera Plana: la renovación de la crítica periodística en los años 60”.
Actas de I Jornadas de Historia de la Crítica en la Argentina, Universidad de Buenos Aires, 3
y 4 de diciembre de 2009; 73-78.
Fernández Bravo, Álvaro (2010) “Introducción: Elementos para una teoría del valor literario”.
Boletín de literatura argentina N° 15, Rosario.
Laera, Alejandra (2010) “Entre el valor y los valores (de la literatura)”. Boletín de literatura
argentina N° 15, Rosario.
Ludmer, Josefina (2010). Aquí América latina. Una especulación. Buenos Aires: Eterna Cadencia.
Marechal, María de los Ángeles (2016) “Bio-cronología de Leopoldo Marechal”. Marechal,
Leopoldo (2016), Descenso y Ascenso del Alma por la Belleza. Buenos Aires: Vórtice; 149-
195.
Martínez, Tomás Eloy (1965) “El Banquete de Severo Arcángelo y Adán Buenosayres”. Primera
Plana, Año III, N° 155, 26 de octubre de 1965, Buenos Aires; 38.
Martínez Pérsico, Marisa (2013) Leopoldo Marechal, entre la cuerda poética y la cuerda
humorística. Con 62 fichas inéditas de Adán Buenosayres y dedicatorias de época. Cittá de
Castello: Edizioni Nuova Prhomos.
Montrucchio, Marisa (2000) “Hojeando al peronismo en Primera Plana: una historia sui generis en
los años sesenta” [en línea]. Sociohistórica. Cuadernos del CISH N°8, La Plata, segundo
semestre de 2000; 45-82. Disponible en: http://www.sociohistorica.fahce.unlp.
edu.ar/article/view/SHn08a02/1830. [Fecha de consulta: 17/07/2017]
Piñeiro, Elena (2006) “El semanario ‘Primera Plana’ (1962-1969): prensa y modernización del
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Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de
Rosario. Disponible en: http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/contribuciones/
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Primera Plana (1965) “El retorno de Adán Buenosayres”. Año III, N° 140, 13 de julio de 1965,
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Zabala, Horacio Víctor [2014(2008)] “El expolio del legado de un escritor argentino: Leopoldo
Marechal”. Buenos Aires: Folletos Literarios. LX Peña del Libro “Trenti Rocamora”.