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3 Fisiología Sangre
3 Fisiología Sangre
3 Fisiología Sangre
FISIOLOGÍA CARDIOVASCULAR
El APARATO CARDIOVASCULAR tiene las mismas funciones básicas descritas para la sangre
ya que es el aparato donde ésta va a ser transportada:
1. Transporte de nutrientes a las células de los tejidos.
2. Transporte de productos de desecho metabólicos.
3. Participación en mecanismos homeostáticos como la regulación de la temperatura,
regulación del equilibrio hídrico, etc.
4. Participación en la defensa y comunicación en el organismo, transportando células
y moléculas de defensa y hormonas.
5. Participación en la reproducción al proporcionar el mecanismo de erección del
pene. Estas importantes funciones se llevan a cabo por las dos piezas que componen
este aparato: el corazón, que actúa como bomba impelente-aspirante, y una red de
distribución constituida por los vasos sanguíneos.
Corazón
El corazón es un órgano muscular (miocardio), situado en el
mediastino medio, cubierto en parte por los pulmones, que tiene
como misión impulsar la sangre para ser distribuida a los tejidos.
Tiene cuatro cámaras o cavidades, dos aurículas y dos ventrículos,
separadas por un tabique muscular, y a su vez las aurículas están
separadas de los ventrículos por un plano valvular: las válvulas
auriculoventriculares. La sangre venosa procedente de la circulación de todo el cuerpo,
vuelve al corazón por las venas cavas superior e inferior entrando por la aurícula derecha
(AD). Por la vena cava superior ingresa la sangre que procede de la cabeza y los brazos y por
la cava inferior la sangre que proviene del abdomen y las piernas. Esta sangre es pobre en
oxígeno pues ha dejado parte de el en el organismo. Desde la aurícula, a través de una
válvula (tricúspide) la sangre pasa a otra cámara del corazón, el ventrículo derecho (VD) y de
aquí, a través de la válvula pulmonar, por la arteria pulmonar llega a los pulmones, donde se
carga de oxígeno que tomamos en la respiración. La sangre, ya oxigenada, vuelve al corazón,
a la aurícula izquierda (AI), por las venas pulmonares (dos izquierdas y dos derechas). Desde
aquí, pasando por la válvula mitral, llega al ventrículo izquierdo (VI), que es el principal motor
impulsor de la sangre hacia el resto del cuerpo, desde donde, a través de la válvula aórtica
sale la sangre oxigenada para ser distribuida a los diferentes órganos. La función de las
válvulas auriculoventriculares es la de evitar el reflujo hacia las aurículas cuando se produce
la sístole ventricular. Las válvulas semilunares (aortica y pulmonar) realizan la misma función
entre las arterias aorta y pulmonar y ventrículos en la diástole.
La unidireccionalidad sanguínea se debe al sistema de válvulas. El corazón está envuelto por
el pericardio que forma una cavidad membranosa en la que hay una pequeña cantidad de
líquido (líquido pericárdico) que sirve de lubricante y amortiguador de los movimientos
cardiacos. Esta superficie pericárdica tiene una parte de la membrana que envuelve el
corazón (pericardio visceral), para luego hacer un repliegue formando el pericardio parietal.
El pericardio además de facilitar la movilidad del corazón, actúa como sistema de control
limitante para la distensión cardiaca que se produce con el llenado sanguíneo.
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Sistema vascular
El sistema circulatorio constituido por las arterias y las venas, tiene una gran capacidad para
adaptarse a las distintas necesidades del organismo.
La pared arterial tiene gran cantidad de tejido elástico y muscular liso, lo que permite a la
arteria cambiar su calibre (dilatarse y contraerse) adaptándose a la cantidad de sangre que
transporta y facilitando la impulsión del bolo sanguíneo. Las arteriolas por su parte, a
diferencia del resto de las arterias, tienen mayor proporción de tejido muscular y por ello se
contraen ó se dilatan más intensamente regulando el flujo de sangre.
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Los capilares no tiene células musculares y su pared está compuesta solamente por el
endotelio con una sola capa de células planas, rodeada por la membrana basal sobre la cual
se sustentan. En general, la pared capilar es permeable dado que sus células tienen
pequeños poros. Las venas se caracterizan por tener paredes finas, pero con células
musculares que les permite aumentar o disminuir su calibre. Al ser poco consistentes, sus
paredes se colapsan si están vacías aunque también pueden dilatarse mucho y aumentar su
volumen varias veces, actuando como reservorio sanguíneo.
Histología cardiaca
La pared cardiaca, al igual que la pared vascular, está formada por tres capas de tejidos. La
más interna recibe el nombre de endocardio y es una capa de células epiteliales muy planas
con uniones muy fuertes entre ellas, y en contacto continuo con la sangre.
La capa media es la más importante y se denomina miocardio, está formada por fibras
musculares estriadas cardíacas que superficialmente se disponen de forma oblicua, en la
porción central del miocardio adoptan una disposición circular y las más profundas se sitúan
longitudinalmente. Su contracción garantiza un acortamiento en todos los ejes del espacio y
justifica la función de bomba que tiene esta estructura. La tercera capa de la pared cardiaca y
la más externa es el epicardio, formado por tejido conectivo laxo con redes de fibras
elásticas, vasos y nervios.
El pericardio es una bolsa que recubre todo el corazón. El pericardio permite los movimientos
del corazón con un rozamiento mínimo, funciona como lubricante, disminuyendo la fricción
en los continuos movimientos cardíacos, e impide los llenados excesivos.
tipo especial de unión intercelular, gap que garantiza la comunicación eléctrica ente estas
células; y por otro lado, proporciona lugares de adhesión y anclaje de una célula con otra. Los
discos intercalares proporcionan la base estructural que permite que el corazón se comporte
como un sincitio funcional, ya que no morfológico porque cada célula mantiene su
individualidad.
Periodo refractario
El periodo refractario absoluto abarca el tiempo
desde que se inicia la fase 0 hasta casi la mitad
de la fase 3. Por término medio es de unos 200
ms. El periodo refractario relativo abarca el
tiempo restante hasta que la membrana se ha
repolarizado por completo. Dura unos 50 ms, y
hay una cierta recuperación de la excitabilidad ya
que se pueden generar potenciales de acción si
el estímulo es muy fuerte.
Acoplamiento excitación-contracción
El acoplamiento, al igual que en el
músculo esquelético, es un mecanismo
dependiente íntegramente del Ca++
presente en el sarcoplasma.
La despolarización sostenida durante
la fase de meseta en el potencial de
acción cardíaco garantiza la entrada de
Ca++ necesario para la liberación del
almacenado en el retículo.
Debido a esta característica no se puede generar un segundo potencial de acción hasta que el
primero no se haya acabado; y cuando esto sucede, también ha finalizado prácticamente la
actividad contráctil.
Propiedades mecánicas
En la actividad normal del corazón, la distensión que presentan las fibras musculares viene
dada por el grado de llenado que tienen las cavidades cardíacas, es decir por la cantidad de
sangre que entra en el corazón procedente de las venas (retorno venoso). A medida que se
va cargando el corazón con volúmenes mayores de sangre, las fibras presentarán un grado de
distensión mayor y responderán con una fuerza contráctil más alta, lo cual permitirá realizar
el bombeo de mayores volúmenes con mayor eficacia. Esta propiedad garantiza que el
corazón, en condiciones normales, bombea toda la sangre que recibe.
Las células cardíacas tienen un metabolismo fuertemente aerobio, que les garantiza un
adecuado soporte de ATP. Para ello contienen muchas mitocondrias y mioglobina, la cual les
proporciona el color rojo. Si se compromete por cualquier alteración el suministro de sangre
u oxígeno a las fibras, su capacidad de supervivencia es muy reducida y mueren.
Ciclo cardíaco
La característica más relevante en el comportamiento contráctil del corazón es su función
cíclica de bombeo, por ello los parámetros que mejor miden esta actividad son los valores de
presión y volumen; de ahí que la descripción del ciclo cardíaco se realice mediante las
medidas mencionadas a nivel de las cavidades cardíacas y en los vasos sanguíneos de entrada
y salida del corazón.
El ciclo se desarrolla al mismo tiempo en las dos partes del corazón (derecha e izquierda),
aunque las presiones son mayores en el lado izquierdo. La observación al mismo tiempo del
ECG permite correlacionar los cambios mecánicos con los acontecimientos eléctricos que los
preceden; y añadidamente demuestra la unidad de acción del músculo auricular y
ventricular.
El cierre y apertura de las válvulas cardiacas genera una serie de vibraciones y de
turbulencias en el flujo sanguíneo, que se propagan por los tejidos y originan una serie de
ruidos recogidos en un registro denominado fonocardiograma. De forma sencilla, pueden ser
percibidos con la ayuda de un fonendoscopio. El 1º ruido, es producido por el cierre de las
válvulas auriculoventriculares, en el inicio de la sístole ventricular, y el 2º ruido, es originado
por el cierre de las válvulas semilunares, al inicio de la diástole ventricular. Este 2º ruido es
menos sonoro que el 1º (de forma onomatopéyica suelen describirse como "lub" el primer
ruido y "dub" el segundo).
Fases del ciclo cardíaco
a) Fase final de la diástole.
b) Fase de sístole.
c) Fase inicial y media de la diástole.
En un adulto normal la frecuencia cardíaca es de 70 ciclos/minuto, lo que supone menos de 1
segundo por ciclo. La duración media es de 0,8 segundos, los cuales no se distribuyen
equitativamente entre sístole y diástole, ya que la diástole dura unos 0,5 segundos y la sístole
0,3 segundos.
En la gráfica de la figura
pueden observarse las
modificaciones de presión y
volumen que tienen lugar en el
corazón izquierdo, aurícula y
ventrículo, izquierdos y aorta,
además del ECG y los ruidos
cardíacos.
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Tipos de flujo
Flujo laminar
En condiciones fisiológicas el tipo de flujo mayoritario es el denominado flujo en capas o
laminar. El fluido se desplaza en láminas coaxiales o cilíndricas en las que todas las partículas
se mueven sin excepción paralelamente al eje vascular. Se origina un perfil parabólico de
velocidades con un valor máximo en el eje o centro
geométrico del tubo.
En el caso del sistema vascular los elementos celulares que
se encuentran en sangre son desplazados tanto más
fuertemente hacia el centro cuanto mayor sea su tamaño.
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Flujo turbulento
En determinadas condiciones el flujo puede presentar remolinos, se dice que es turbulento.
En esta forma de flujo el perfil de velocidades se aplana y la relación lineal entre el gradiente
de presión y el flujo se pierde porque debido a los remolinos se pierde presión.
Para determinar si el flujo es laminar o turbulento se utiliza
el número de Reynolds (NR), un número adimensional que
depende de:
Resistencias vasculares
La resistencia no puede medirse directamente por ser una magnitud compuesta, pudiendo
obtenerse de la ecuación inicial al establecer un gradiente de presión entre dos puntos y
medir el flujo que se establece:
Tipos de resistencia
La resistencia periférica total es la suma de las resistencias vasculares. Los vasos sanguíneos
en el sistema vascular constituyen una red en la que determinados segmentos se sitúan en
serie y otros en paralelo. La resistencia varía dependiendo de la colocación de los vasos.
Viscosidad
Uno de los factores que determina la resistencia al movimiento de los fluidos son las fuerzas
de rozamiento entre las partes contiguas del fluido, las fuerzas de viscosidad.
La viscosidad (η) se define como la propiedad de los fluidos, principalmente de los líquidos,
de oponer resistencia al desplazamiento tangencial de capas de moléculas. Según Newton,
resulta del cociente entre la tensión de propulsión (τ) o fuerza de cizalladura y el gradiente de
velocidad (Δν) entre las distintas capas de líquidos.
Debido a que la longitud de los vasos y la viscosidad son relativamente constantes, el flujo
viene determinado básicamente por el gradiente de presión y por el radio. De la ecuación
representada, destaca el hecho de que el radio al estar elevado a la cuarta potencia, se
constituye como el factor más importante. Si suponemos un vaso con un flujo de 1 ml/seg al
aumentar el diámetro dos veces el flujo pasa a ser de 16 ml/seg, y si el diámetro aumenta
cuatro veces el flujo pasará a ser 256 ml/s. Por esta relación se puede justificar el papel
preponderante que los cambios en el radio del conducto juegan en la regulación del flujo
sanguíneo.
La ecuación de Poiseuille está formulada para flujos laminares de fluidos homogéneos con
viscosidad constante, sin embargo, en los vasos sanguíneos estas condiciones no siempre se
cumplen; si la velocidad del flujo es alta o si el gradiente de presión es elevado, se pueden
generar remolinos o turbulencias que modifican el patrón del flujo. Al producirse
turbulencias se necesitarán gradientes de presión mayores para mantener el mismo flujo.
Siendo Pi – Po la presión transmural (Pt), o diferencia de presión entre el interior del vaso y el
exterior; r el radio del vaso y, e, el espesor de la pared vascular. La tensión parietal se mide
en N/m. Así a igual presión, la tensión parietal será tanto mayor cuanto mayor sea el radio y
cuánto más delgada sea la pared.
Presión arterial
La presión o tensión arterial es la fuerza por unidad de
superficie ejercida por la sangre contra las paredes
vasculares. Esta fuerza de empuje es el único impulso con
que la sangre ha de recorrer todo el circuito vascular para
poder retornar al corazón. La presión viene determinada
por el volumen de sangre que contiene el sistema arterial
y por las propiedades de las paredes, si varía cualquiera de
los dos parámetros, la presión se verá
modificada.
Tan sólo una tercera parte del volumen
sistólico sale de las arterias durante el
periodo de sístole, y el volumen restante
distiende las arterias incrementando la
presión arterial. Al terminar la
contracción ventricular, las paredes
arteriales distendidas vuelven de forma
pasiva a su posición de partida y la
presión arterial empuja la sangre a las
arteriolas.
La curva de presión aórtica es el modelo
tipo de los cambios de presión que ocurren en las grandes arterias. La presión máxima se
obtiene durante el periodo de la eyección ventricular y recibe el nombre de presión sistólica.
La presión mínima se mide en el momento final de la diástole, previo a la contracción
ventricular, y se denomina presión diastólica. En la curva correspondería la primera a 120
mm Hg y la segunda a 80 mm Hg, indicándose simplemente como 120/80. Estas medidas
utilizan algunas convenciones de partida, la primera es que la presión atmosférica se usa
como referencia cero, los valores están dados por encima de los 760 mm Hg ambientales y la
segunda es que todas las presiones utilizadas en el aparato circulatorio se refieren a nivel del
corazón.
La presión arterial media es un parámetro cardiovascular importante ya que proporciona el
valor de presión con que la sangre llega a los tejidos, es por lo tanto la fuerza efectiva que
conduce la sangre a lo largo del sistema vascular. Su medida exacta se realiza calculando el
área bajo la curva de presión dividida por el intervalo de tiempo; aunque puede estimarse a
través de cálculos más sencillos, como el que sigue: PAM = (2 PAD + PAS) / 3
Los valores normales en la población presentan una cierta variación. Para un adulto joven y
sano los valores de 120 mm. Hg para la presión sistólica y 80 mm. Hg para la diastólica se
consideran como normales. Factores constitucionales (sexo, raza, peso) y del estilo de vida
(dieta, hábitos como el consumo de tabaco o alcohol, etc.), influyen de forma muy
importante en la presión arterial.
Circulación capilar
La circulación capilar desarrolla la función básica y
última del sistema cardiovascular: el intercambio
de sustancias entre la sangre y las células del
organismo facilitando su supervivencia.
La magnitud de este flujo y el hecho de que el capilar no se vacíe está determinado por las
fuerzas que intervienen en el equilibrio de Starling. A través de este equilibrio, existe un
movimiento de líquido sin modificación de las concentraciones de solutos de bajo peso
molecular, a un lado y otro. Sin embargo, las cantidades (volumen) tanto de agua como de
solutos cambiarán en función de la dirección preferente del flujo.
Equilibrio de Starling
Este equilibrio describe como se mantienen los volúmenes distribuidos correctamente. Los
movimientos de agua en el lecho capilar se desarrollan en ambos sentidos, mediante dos
sistemas de fuerzas opuestas, las presiones hidrostáticas y coloidosmóticas, que se
establecen a través de la pared capilar.
Existen dos gradientes contrarios de presión que son: uno hidrostático, ejercido por el
líquido, y otro coloidosmótico dependiente de las proteínas. De acuerdo con estas
diferencias, el movimiento depende de cuatro variables individuales que son las siguientes:
Presión hidrostática capilar (Phc). Cuando la sangre llega al extremo arterial del
capilar la presión hidrostática o arterial es de 35 mm de Hg. y, como el capilar
también ofrece cierta resistencia al flujo, la presión sigue descendiendo y en el
extremo venoso del mismo la presión ha caído a 16 mmHg.
Presión hidrostática intersticial (Phi). Es la presión que ejerce el líquido intersticial. Su
medida es compleja y se asume que su valor es 0 mmHg., aunque en algunos tejidos
se han obtenido valores subatmosféricos o negativos que oscilaban entre –3 y –9
mmHg., debido probablemente al drenaje linfático.
Presión osmótica, coloidosmótica, u oncótica capilar (pC). Es la presión desarrollada
por las proteínas plasmáticas. El efecto osmótico de estos solutos empuja al agua
hacia el interior del vaso. Su valor es de aproximadamente 28 mm Hg.
Presión osmótica o coloidosmótica intersticial (pI). Es la presión que ejercen las
proteínas del líquido intersticial. Como su concentración es mucho más baja que la
plasmática (1-2 g/dl), su valor es de 3 mm Hg.
La combinación de estas cuatro presiones a lo largo del recorrido capilar permite analizar los
movimientos, totalmente pasivos de líquidos que tienen lugar y que son dependientes de la
siguiente ecuación:
PF = (Phc + pI) – (Phi + pC)
Donde Pf se define como presión eficaz o
neta de filtración y se define como la
diferencia de presiones que empujan el
líquido hacia fuera (Phc + pI), y las
presiones que empujan hacia adentro (Phi + pC).
a) Flujo en el extremo arterial del capilar. En esta región el sumatorio de presiones
que empujan el líquido hacia el exterior del capilar es superior al sumatorio de las que
lo empujan hacia el interior. La diferencia da como resultado una presión eficaz de
filtración de 10 mm Hg. Por lo tanto en esta primera porción del capilar se produce la
filtración o salida de líquido hacia el espacio intersticial.
b) Flujo en el extremo
venoso del capilar. En este
punto la diferencia de
presiones se invierte
siendo el sumatorio de
presiones hacia el exterior
inferior al sumatorio de
presiones hacia el interior.
El resultado final da una
presión eficaz de filtración
de –9 mm Hg, lo que
indica una "filtración
inversa" o movimiento de
líquido hacia el interior del
vaso definido como
absorción o reabsorción.
Así, ambos procesos tienden a compensarse; sin embargo, debido a que las presiones netas
no son iguales existe un flujo mayor de filtración que de absorción.
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En términos porcentuales, del 100% de filtrado (20 litros/día), se absorbe el 90% (18
litros/día) a través de la región venosa del capilar, y el 10% restante (2 litros/día) será
recogido por el sistema linfático.
Una cuestión que debe remarcarse es que la filtración y absorción a nivel capilar no
desempeñan un papel significativo en el intercambio de nutrientes y productos de desecho,
ya que la principal fuerza de empuje para ambos, no es el gradiente de presiones, sino el
gradiente de concentraciones. Comparativamente las cantidades que se mueven, a través de
filtración y absorción, son muy pequeñas.
Circulación venosa
Estructura y funciones de las venas
La función principal del sistema venoso es
permitir el retorno de la sangre desde el lecho
capilar hasta el corazón. Comienza en las vénulas
de la microcirculación, para ir convergiendo, en
vasos de calibre cada vez mayor, hasta terminar
en las venas cavas, de 3 cm. de diámetro.
Estructuralmente, las venas son vasos de paredes
más delgadas, con un menor contenido en fibras
musculares y elásticas que las arterias, con una
sección transversal normalmente elíptica y con
un diámetro superior al de la arteria
correspondiente. Estas características
determinan que son vasos de baja resistencia.
Por otro lado, al ser fácilmente distensibles
poseen una gran capacidad para almacenar y liberar importantes volúmenes de sangre hacia
la circulación sistémica. Entre el 60% y el 70% de la sangre de todo el sistema cardiovascular
está almacenado en la porción venosa, la mayor parte en las venas de menos de 1 mm de
sección.
Pulso venoso
Aunque en las vénulas el flujo es continuo y no existe pulsatilidad, en las grandes venas
próximas al corazón hay oscilaciones de presión y volumen que reflejan las variaciones de
presión en la aurícula derecha y que, transmitidas retrógradamente, se las denomina pulso
venoso.
En un registro de pulso venoso yugular pueden
apreciarse varias ondas. La contracción auricular es
responsable de la aparición de la onda positiva "a", y la
siguiente onda, "c", se produce por protrusión de la
válvula tricúspide en la aurícula al contraerse el
ventrículo. La depresión u onda negativa "x" aparece por
el desplazamiento del plano valvular hacia la punta cardíaca en el momento de la eyección.
La relajación del ventrículo durante el período en que aún están cerradas las válvulas
aumenta la presión auricular y hace aparecer la onda "v"; y, por último, la apertura de las
válvulas y el flujo de sangre hacen disminuir la presión auricular, causando la onda negativa
"y".
Presión venosa
Las venas constituyen un sistema de baja presión, la resistencia al flujo de sangre es pequeño
y consecuentemente la fuerza de empuje necesaria, para que la sangre recorra esta segunda
porción del aparato circulatorio, no es muy elevada.
Un aumento de la presión venosa periférica tiene como repercusión una disminución del
volumen reabsorbido en los lechos capilares, lo que podría reducir el volumen sanguíneo
hasta un 5%. Esta disminución, sin embargo, se ve contrarrestada por el aumento de la
presión del líquido intersticial, que reduce la filtración desde el capilar y aumenta el drenaje
linfático.
Retorno venenoso
El retorno venoso se define como la cantidad de sangre que fluye desde las venas hacia la
aurícula derecha cada minuto, empujada por un gradiente medio de presión de unos 10
mmHg. Al formar parte de un circuito cerrado la entrada a la bomba debe balancearse
estrechamente con la salida o gasto cardíaco.
El retorno venoso depende de:
a) El gradiente de presión: presión venosa periférica – presión venosa central.
b) La resistencia al flujo.
Bomba muscular
La presencia de las válvulas en las venas garantiza que la
dirección del flujo de la sangre sea únicamente hacia el
corazón. La presión desarrollada durante la contracción
muscular colapsa los troncos profundos y debido a la
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Bomba respiratoria
Los movimientos respiratorios constituyen un factor que favorece al retorno venoso.
Durante la fase inspiratoria, la presión intratorácica disminuye haciéndose inferior a la
atmosférica; como las venas del cuello están sometidas a presión atmosférica, se ejerce un
efecto de succión sobre las mismas, pasando la sangre hacia las cavas y en último lugar hacia
el corazón. En las venas inferiores, el efecto de la depresión del diafragma en la inspiración
provoca un aumento de presión intraabdominal facilitando el flujo venoso hacia el tórax, ya
que el reflujo a las venas de las piernas es impedido por las válvulas venosas.
Por el contrario, durante la espiración los cambios se invierten y la presión en el interior del
tórax aumenta hasta aproximarse a la atmosférica, aunque siempre permanece inferior a la
abdominal; en este caso se disminuye la entrada de sangre venosa hacia el tórax.
Bomba cardíaca
La actividad muscular del corazón no solo sirve para empujar la sangre al circuito; también
tiene una función aspirante facilitadora del retorno venoso. La disminución de la presión en
la aurícula derecha aumenta el retorno venoso.
Circulación linfática
El sistema linfático es una red de vasos junto con pequeños órganos, los ganglios linfáticos;
que sin formar parte, estrictamente, del sistema cardiovascular, colabora junto con el
sistema venoso en la recuperación del excedente filtrado a nivel tisular y,
consecuentemente, en el mantenimiento del equilibrio hídrico en el organismo.
Toda la linfa procedente de la parte inferior del cuerpo llega al conducto torácico y se vacía
en el sistema venoso en la unión de la yugular interna izquierda con la subclavia. La linfa de la
mitad izquierda de la cabeza y el cuello, del brazo izquierda y partes del tórax también llega
al conducto torácico. La linfa que procede de la mitad derecha de la cabeza y el cuello, del
brazo derecho y partes del tórax es conducida por el conducto linfático derecho, que
desemboca en la confluencia de la yugular interna derecha y la subclavia del mismo lado.
Formación de la linfa
La linfa es líquido intersticial que penetra en los vasos linfáticos,
por ello, su composición es idéntica a la del líquido intersticial de la
parte del cuerpo de la que provienen. Es una solución cuya
composición variará dependiendo del territorio donde se forme. La linfa que
llega al sistema venoso es al fin una mezcla de la procedente de todos los
territorios, tiene un color amarillento y capacidad de coagularse ya que
contiene fibrinógeno.
Flujo linfático
Debido a que este sistema carece de bomba impulsora, el flujo depende
enormemente de las fuerzas externas.
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Los mecanismos que determinan que la linfa fluya son varios, unos intrínsecos en el propio
diseño del sistema y otros extrínsecos, como los descritos para el sistema venoso.
a) Bomba linfática capilar. Un incremento en la entrada de líquido intersticial,
produce un aumento concomitante de flujo linfático.
b) Bomba linfática vascular. La presencia de fibras musculares lisas ejerce una acción
bombeadora debida a las contracciones rítmicas y espontáneas.
c) Bomba muscular y respiratoria. La contracción de la musculatura esquelética
comprime los vasos linfáticos actuando como una bomba externa para el flujo
linfático.
d) Pulsaciones arteriales. En vasos linfáticos de trayecto contiguo a arterias, la onda
de pulso arterial puede comprimir su pared ayudando al avance de la linfa.
e) Compresiones externas. La compresión desde el exterior, mediante vendajes o
medias, de cualquier parte del organismo facilita el flujo linfático.
De las dos variables (presión y resistencia) que podrían controlarse, la utilizada es la presión
arterial. Para que la función del sistema cardiovascular se lleve a cabo se hace necesario que
la presión arterial se regule con precisión. Ha de mantenerse dentro de un rango que permita
un flujo sanguíneo adecuado a todos los tejidos orgánicos en función de sus necesidades.
Sustancias vasoconstrictoras
a) Noradrenalina y adrenalina. La noradrenalina es un potente vasoconstrictor. La
adrenalina también es vasoconstrictora en menor grado, pudiendo en algunos casos
provocar vasodilatación, como en los vasos coronarios.
b) Angiotensina II. Es una de las sustancias vasoconstrictoras más potentes. Actúa
fundamentalmente en las pequeñas arteriolas, y en condiciones normales su efecto
es sobre todo el organismo, aumentando la resistencia periférica total y la presión
arterial.
c) Vasopresina o ADH. Es la hormona vasoconstrictora más potente. Sólo se secreta
en muy pequeñas cantidades y su papel es elevar la presión sanguínea de una forma
muy eficaz.
d) Endotelinas. Péptidos con una potente acción vascular. Actúan de forma autocrina
y paracrina. Sus células diana preferentes son las fibras musculares lisas
subendoteliales.
Sustancias vasodilatadoras
a) Óxido nítrido (NO). Causan vasodilatación por relajación del músculo liso.
b) Factor hiperpolarizante endotelial (FHDE). Molécula derivada del ácido
araquidónico, que es sintetizada por la célula endotelial.
c) Bradicinina o sistema calicreína-cinina. Forma parte de una familia de polipéptidos,
denominados cininas, obtenidos de las 2-globulinas del plasma. La acción de la
bradicinina y de la calidina es una fuerte dilatación arteriolar y un aumento de la
permeabilidad capilar
d) Histamina. Es producida y liberada prácticamente en todos los tejidos que sufren
una lesión; en su mayor parte la circulante procede de los mastocitos y los basófilos
circulantes.
e) Prostaglandinas. Algunas prostaglandinas provocan vasoconstricción (PGF) y otras,
vasodilatación (PGA1, PGA2, PGE). Se cree que su función es muy local.
f) Péptido auricular natriurético (PAN). Es un potente vasodilatador, secretado por
varios tejidos, entre ellos la aurícula.
Control nervioso
En el sistema vascular todas las acciones están mediadas por el sistema nervioso autónomo
simpático. Los nervios simpáticos tienen muchas fibras vasoconstrictoras y pocas
vasodilatadores.
La inervación de pequeñas arterias y
arteriolas permite incrementar su
resistencia y modificar el flujo
sanguíneo; en los grandes vasos, en
concreto las venas, permite
modificar su capacidad, alterando el
volumen del sistema circulatorio
periférico y proyectando más sangre
hacia el corazón.
Tipos de regulación
Regulación local
Cada tejido es capaz de regular su propio flujo sanguíneo según sus necesidades específicas.
En términos generales, cuanto mayor sea la tasa metabólica de un tejido, mayores serán sus
requerimientos de flujo. Existen, sin embargo, algunos órganos (riñón o cerebro) que
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necesitan flujos elevados y constantes para realizar sus funciones, de ahí que en ellos se
observen cambios relativamente pequeños de flujo.
El flujo sanguíneo está regulado localmente de una manera muy estricta, impidiendo en cada
momento que haya excesos o defectos de irrigación, y manteniendo el trabajo mínimo para
todo el sistema.
La regulación local puede ser:
A corto plazo: cambios rápidos que se instauran en un plazo de tiempo corto, de
segundos a minutos.
A largo plazo: cambios más lentos que van apareciendo a lo largo de días, semanas o
meses.
Regulación central
En la regulación integral del sistema cardiovascular se realiza el reparto equilibrado de flujo a
cada uno de los órganos. La variable básica en el funcionamiento de dicho sistema es la
tensión arterial o fuerza responsable principal de que el flujo sanguíneo llegue a todos los
órganos. Los mecanismos que se describen, a continuación, tienen como objetivo mantener
la tensión arterial dentro de un rango de valores que garantice la homeostasis corporal y la
supervivencia del organismo.
Los centros del sistema nervioso central que participan en este sistema de regulación son:
a) Centros vasomotores bulbares. El centro vasomotor se sitúa en el tronco del
encéfalo, en la formación reticular del tercio inferior de la protuberancia y los dos
tercios superiores del bulbo. Las fibras procedentes de este centro proyectan a la
médula y a los vasos sanguíneos. Está formado por tres zonas diferenciadas:
1. Zona vasoconstrictora (Presora) o C-1.
2. Zona vasodilatadora (Depresora) o A-1.
3. Zona sensorial.
b) Centros superiores nerviosos controladores del centro vasomotor. El resto de la
formación reticular de la protuberancia, mesencéfalo y diencéfalo controlan la
actividad del centro vasomotor, ya sea estimulándolo o inhibiéndolo. El hipotálamo
ejerce una acción muy potente sobre el centro vasomotor, tanto en condiciones
basales como de estimulación intensa. La estimulación de la corteza motora excita el
centro vasomotor en una vía mediada a través del hipotálamo; otras zonas de la
corteza cerebral también influencian este centro.
Los mecanismos de control que forman parte de esta regulación se inician por la activación
de diferentes receptores sensoriales:
1. Mecanismo de control de los barorreceptores. Los barorreceptores son receptores de
presión situados en las paredes vasculares de las grandes arterias de la circulación
mayor. El aumento de presión estira la pared y estimula los barorreceptores, que
envían señales nerviosas hacia el sistema nervioso central, para que se desarrollen las
correspondientes órdenes, a través del sistema nervioso autónomo, hacia la
circulación y se restaure el valor normal de presión. Los barorreceptores no son
estimulados por valores de tensión arterial entre 0 y 60 mm Hg; por encima de 60 mm
Hg, responden rápidamente hasta un máximo de 180 mm Hg. La zona de máxima
respuesta se sitúa en los límites normales de presión arterial, alrededor de 100 mm
Hg, en la zona de máxima pendiente. Esquema del reflejo barorreceptor: ante un
incremento de presión, se produce un incremento en la descarga nerviosa. Los
efectos son: Vasodilatación de todo el sistema periférico y disminución de la
frecuencia cardíaca y de la contractilidad. Importancia del sistema barorreceptor: el
sistema barorreceptor es catalogado como un sistema tampón o amortiguador de la
tensión arterial, ya que sin su presencia las modificaciones de la presión durante las
actividades normales diarias serían muy grandes. Mientras está actuando compensa
los cambios manteniendo los valores en unos límites muy estrechos, de alrededor de
los 100 mmHg. Función de los barorreceptores en los cambios posturales: al pasar
del decúbito a la posición erecta, la tensión arterial de la cabeza y de la parte alta del
cuerpo tiende a disminuir, pudiendo llegar a disminuir tanto el flujo que se pierda el
conocimiento. La tensión que desciende origina un reflejo barorreceptor inmediato,
que produce una fuerte descarga simpática en el organismo, reduciendo al mínimo
esta bajada de tensión.
2. Mecanismo de control de los quimiorreceptores. Los quimiorreceptores son células
sensibles a la disminución de oxígeno, al aumento de anhídrido carbónico y al
aumento de hidrogeniones. Se encuentran situados en los cuerpos carotídeos y
aórticos. Las señales son transmitidas al centro vasomotor a través de las mismas vías
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