Society">
Nothing Special   »   [go: up one dir, main page]

Mn04integradora Ensayo Porfany

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 13

NM04: Integradora

1,- Completa las dos columnas del siguiente cuadro con un ejemplo de cada
concepto expuesto en la primera columna.

2.-Realiza un ensayo sobre los tipos de sociedad, sus características, su


organización social, económica y política.

a) Sociedades cazadoras y recolectoras.

b) Sociedad de pastores y sociedades agrarias.

c) Sociedad y Estados tradicionales.

d) Sociedades modernas e industrializadas


El trabajo en las sociedades modernas-
industriales. Un recorrido de su centralidad
sociocultural.

Por: Estephany Cano Langarica (2022)

Dirección estable: https://www.aacademica.org/carlos.mejia.reyes/17 ARK:


https://n2t.net/ark:/13683/p6wX/4XF Esta obra está bajo una licencia de Creative C
Estephany cano Langarica

El Trabajo en la Sociedades
Modernas-Industriales.

Un Recorrido de su
Centralidad Sociocultural

Revista Xihmai XI (22), 53-88,


Julio

– diciembre 2022

2022

Preparatoria Abierta ISEA

https://alumnos.prepaisea.gob.mx/mod/assign/view.php?id=354

Teléfono: +52 622 118 09 85

• Dirección Email

o 222609011673@prepaisea.gob.mx

Preparatoria Abierta ISEA

Guaymas, Sonora año 2022/vol. XI, número 02

Xihmai 53
Resumen La importancia o centralidad del trabajo en las sociedades industriales contemporáneas
es un rasgo incuestionable que obedece a razones materiales y culturales específicas. Sin embargo,
esto no siempre fue así, según se corrobora en las distintas etapas de la historia de occidente. Este
texto pretende hacer un recorrido que explique las múltiples concepciones del trabajo en las etapas
previas al capitalismo burgués europeo, así como los fundamentos que la moderna ideología del
trabajo instauró como máximas en el contexto previo de las transformaciones catalogadas como
crisis de la sociedad del trabajo. Palabras clave: centralidad del trabajo, sociedad industrial,
Modernidad, subjetividad, valor del trabajo.

Introducción La historia de las sociedades humanas, por lo tanto sociales, se han caracterizado
por la incesante transformación de sus condiciones y de las formas en que se explican el mundo. Las
acciones, organizaciones, instituciones y demás componentes de la colectividad han cambiado de
manera sistemática a través del tiempo, a diferencia de lo que sucede con animales cuyos patrones
de conducta son considerablemente estables en muchos miles de años (Elías, 1996). Estos rasgos de
variación se complejizan porque al hablar de humanidad no suponemos un bloque unívoco de
sujetos asociados, sino que también consideramos diversos colectivos con formas de significar
simbólicamente su entorno de manera diferenciada. Así, la forma en que se entiende cada situación
o fenómeno es mudable entre una época a otra. De esta manera es que la categoría trabajo ha
tenido variaciones en su significado dependiendo la cultura y época en que se circunscribe.

Sobre la definición de trabajo


Para las sociedades contemporáneas, particularmente occidentales, desde hace por lo menos dos
siglos, existe un discurso político e ideológico que posicionó al trabajo como uno de los rasgos
definitorios del proceso moderno. Este semblante, precisado por las clases ilustradas y/o
legisladores del saber (Lyotard, 2000) señalaron al trabajo como pilastra del desenvolvimiento
civilizatorio, la industria, ciencia, así como para conformar la base de aspiraciones utópicas. Sin
embargo, el trabajo como actividad humana ha existido desde los albores de la especie, ya que
invariablemente se ha manipulado la naturaleza para ajustarse o adaptarse a las condiciones
ambientales inherentes (Polanyi, 2003; Köhler y Martín Artiles, 2010: 6; Meda, 2007: 18).
Por lo tanto, los contenidos simbólicos así como cargas imaginarias de esa actividad han cambiado
considerablemente; siendo así una construcción social, histórica y cultural que implica consecuencias
más allá de la simple subsistencia y que está en función de arquitecturas semánticas.

En ello radica la dificultad de definir el trabajo y sus implicaciones, ya que al hacerlo de manera
arbitraria se puede caer en concepciones ontológicas propias de la época en que se enuncia; por lo
que podría parecer víctima de los contenidos imaginarios contextuales. Incluso es complicado
hacerlo porque se presta a ambigüedades para abarcar el total de actividades que socialmente se
significan o asocian a él. Así, para encarar la dificultad, a continuación enunciaremos dos
observaciones preliminares que auxiliarán a aclarar las dimensiones mínimas con las que se concibe
tal actividad.

En primer lugar, el trabajo se define comúnmente de forma instrumental con los elementos propios
del empleo formal (trabajo asalariado), así como con las propiedades que le son inherentes en las
sociedades industriales modernas; es decir, con horarios fijos, prestaciones, regulados, en relación
contractual y más. Sin embargo para no señalarlo de forma insuficiente, tal conceptualización debe
considerar también: Una amplia gama de actividades irregulares, temporales u ocasionales que se
llevan a cabo para obtener dinero y diversas actividades que producen valores de uso, bienes y
servicios para el consumo directo del individuo y su familia o de otros individuos o familias, que son
más o menos necesarias para la sobrevivencia de unos individuos que se distribuyen en diferentes
estructuras domésticas (Mingione, 1993:114).

Abreviando entonces, este primer acercamiento a su abstracción supone actividades destinadas a


producir bienes para la subsistencia o satisfacción de las necesidades humanas como elemento
básico, la cual no se remite únicamente a la categoría institucionalizada de empleo propia de las
sociedades del bienestar. Otro elemento a señalar, y que ha sido sistemáticamente referido en
diversas conceptualizaciones, es que la actividad requiere un cierto desgaste de energía para
alcanzar un objetivo delimitado, ya sea material o inmaterial; y cuyo origen motivacional reside en la
satisfacción de una necesidad o la evitación

Xihmai 57
Estructuración de la importancia del trabajo en la vida moderna cotidiana
Es de manera fundamental señalar a una discusión sociológica clásica que alude a la relación entre
las condiciones macro estructurales y objetivas de la vida social con las micro subjetivas (Ritzer,
1997: 609; Archer, 2009). La relación entre ambas posturas ha sido recuperada con la finalidad de
poner fin a las inclinaciones que se le otorgaron en una primera instancia a lo macro para definir lo
subjetivo y la posterior restitución de las teorías que propusieron la contraparte. Sin embargo,
contemporáneamente se han elaborado ambiciosas propuestas que suponen la conjugación de
ambos niveles analíticos para un ejercicio integrado de la explicación de lo social en un esquema de
interpretación holística. De tal forma que, por ejemplo, la categoría de dualidad de la estructura
(Giddens, 2001; Giddens, 2006) pretende centrar la atención en las prácticas sociales ordenadas a
través del tiempo y el espacio, por lo tanto acción y estructura operan en relación dialéctica. Otra de
las categorías sociológicas que de igual forma pretendió superar el distanciamiento metódico fue el
estructuralismo constructivista que a partir de los conceptos Habitus y Campo (Bourdieu, 1997;
Bourdieu, 2005) fortalecieron la postura. A su vez, y ampliando la perspectiva, se encuentra la
postura Morfogenética (Archer, 2009) que asume explicar la sociedad como una realidad que
emerge a partir del juego e interacción mutua entre estructura y agencia; aunque superando a las
anteriores propuestas a partir de la introducción de la variable temporal y su influencia en la génesis
del cambio social o de su transformación.

Xihmai 70
De que su actividad forma parte de un proceso mucho más complejo, lo orienta
a sentirse como parte de un grupo, perteneciente a una sociedad amplia que lo
cobija y a la cual él contribuye sistemáticamente. Este rasgo del trabajo se
denomina como la dimensión práctico moral (Noguera, 2002:146). En síntesis,
para las sociedades occidentales el trabajo es la base del vínculo social
elemental. Sin importar la doctrina política que se profese o la postura filosófica
de la que surja, el trabajo es entendido como fundamento relacional del total de
la vida colectiva.

A manera de conclusión.

Así el traajo se conformó como una de las categorías ideológicas (Thompson,


2002:85) en las que se fundamenta el proceso moderno de confrontación de
incertidumbres, controlando mediante la razón unívoca la voluntad individual y el
espíritu cívico para arribar al “progreso” (Blumemberg, 2007). Transformando la
sociedad occidental en una sociedad del trabajo (Arent, 2014:32) mediante su
glorificación como nutrimento filosófico de las energías utópicas (Habermas,
2002:117). De aquí que la modernidad concibiera un “vínculo romántico” con el
progreso como camino por el cual transitar y dirigir los esfuerzos para alcanzar
estados de control de la contingencias y arribar a niveles de vida mucho más
satisfactorios. La viabilidad del progreso solo se conseguiría mediante el esfuerzo
colectivo por la labor ética de los sujetos que componen el colectivo (Bauman,
2004:145). Y aquí es donde el Estado asumió como máxima la defensa del trabajo
para garantizar condiciones adecuadas del proyecto moderno sostenido por la
promesa de ser uno de los motores generadores de riqueza, cohesión e identidad
colectiva. De forma coyuntural los motivos de intervención estatal se explican por
la necesidad de regulación económica en la etapa capitalista cada vez más libre
y por la agudización de los conflictos entre las clases sociales en un territorio
(Köhler y Martín Artiles: 2010:518). Como consecuencia de la histórica búsqueda
de igualdad en los estados nación para convertir la categoría de súbdito a
ciudadano, que supone un estatus de igualdad de pleno derecho y obligaciones,
la intervención del estado fue nodal, ya que en las relaciones económicas
concretas pretendió mitigar la inequidad de clase mediante la concentración y
excesiva atención en este fenómeno particular; para aminorar las desigualdades
mediante
Estephany cano Langarica

El Trabajo en la Sociedades
Modernas-Industriales.

• Un Recorrido de su
Centralidad Sociocultural
Revista Xihmai XI (22), 53-88,
Diciembre– 2022

• - RIEZNIK Pablo. (2007). Las formas de trabajo y la historia. Una introducción


al estudios de la economía política. Buenos Aires: Editorial Biblos.
• - RIFKIN, Jeremy. (2014). El fin del Trabajo. Nuevas tecnologías contra
puestos de trabajo: El nacimineto de una nueva era. Barcelona: Paidós. -
RUBIN, Gayle. (1986).
• “El tráfico de mujeres. Notas sobre la del sexo”. Nueva Antropología VIII
(30), 95- 145, recuperado 22 de marzo de 2014 de
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=15903007.
• - SAHLINS Marshall. (1983). Economía de la edad de piedra. Madrid: Akal. -
_________________. (1997).
• Cultura y razón práctica. Contra el utilitarismo en la teoría antropológica.
Barcelona: Gedisa. - SANCHIS Gómez Enric. (2004).
• “Concepciones del trabajo: de las ambigüedades medievales a las
paradojas actuales”.
• Cuadernos de Relaciones Laborales 22(1), 37-65, recuperado 13 de
diciembre de 2014 de
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1079128. - SAYERS, Sean.
(2003).
• “Creative activity and alienation in Hegel and Marx”. Historical Materialism
11(1), 107-128, recuperado 18 de noviembre de 2013 de DOI:
10.1163/156920603321624758. -
• SCHAWRTZ, Shalom. (1994).
• “Are there universal aspects in the structure and contens of Human
values?”. Journal of Social Issues 50(4), 19-45, recuperado 22 de noviembre
de 2014 de DOI: 10.1111/j.1540- 4560.1994.tb01196.x. -
_________________. (1999).
• “A theory of cultural values and some implications for work”. Applied
Psychology 48(1), 23-47, recuperado 23 de noviembre de 2013 de DOI:
10.1111/j.1464- 0597.1999.tb00047.x.
• - SENNET, Richard. (2005). La corrosión del carácter. Las consecuencias
personales del trabajo en el nuevo capitalismo.

• ________________. (2007). “¿Qué sabemos sobre el trabajo?”. Revista


de Trabajo 3(4), 17-32, recuperado 21 de noviembre de 2013 de
• http://www.trabajo.gov.ar/left/estadisticas/descargas/revistaDeTraba
jo/2007n04_revistaDeTrabajo/2007n04_a01_dM%C3%A9da.pdf .
• - MINGIONE, Enzo. (1993). Las sociedades Fragmentadas. Una sociología de
la vida económica más allá del paradigma de mercado. Madrid: Ministerio
del trabajo y seguridad social.
• - MOLINA José Luis y Valenzuela Hugo. (2007). Invitación a la antropología
económica. Barcelona: Ediciones Bellaterra.
• - MOW International Research Team. (1987). The Meaning of Working.
London: Academic Press.
• - NOGUERA, José Antonio. (2000) “El problema de la definición del trabajo”.
Presentado en I Encuentro entre Humanidades y Sociales. Institut
Universitari de Cultura, Universitat Pompeu Fabra. Julio 18. Barcelona.
Recuperado 05 de diciembre de 2013 de
http://gsadi.uab.cat/images/pdfs/noguera/El%20problema%20de%2
0la%20definici%C3%B3n%20del%20trabajo.pdf. -
• ______________________. (2002) “El concepto de trabajo y la teoría
social crítica”. Papers 68: 141-168.
• - PENA López José y Sánchez Santos José. (2007). “El problema de Smith y
la relación entre moral y economía”. Isegoría. Revista de Filosofía Moral y
Política 36, 81-103, recuperado 18 de noviembre de 2013 de
http://isegoria.revistas.csic.es/index.php/isegoria/article/viewArticle/ 60. -
POLANYI, Karl. (2007).
• La gran transformación. Los orígenes políticos y económicos de nuestro
tiempo. México: Fondo de Cultura Económica.
• - REYGADAS, Luis. (2002). “Producción simbólica y producción material:
metáforas y conceptos con respecto a la cultura del trabajo”. Nueva
Antropología XVIII(60), 101-119, recuperado 10 de diciembre de 2013 de
• http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=15906007.
3.-Realiza un cuadro comparativo sobre lo siguiente:

También podría gustarte