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Aproximación Al Diagnóstico de Las Enfermedades Hepáticas
Aproximación Al Diagnóstico de Las Enfermedades Hepáticas
Aproximación Al Diagnóstico de Las Enfermedades Hepáticas
En la tabla 3 se enuncian las principales pruebas hepáticas más utilizadas, de acuerdo con la
función o daño que evalúan [5].
Si la historia clínica o el examen físico dan sospecha de disfunción hepática, los resultados
del panel de función hepática dentro de los límites de referencia no excluyen enfermedad
[5, 32].
La ictericia clínica aparece cuando los valores séricos de bilirrubina total superan los 2,5 mg/
dL [3].
Lapresencia de bilirrubina directa mayor de1 mg/dL en un lactante, siempre indica enfer-
medad [3].
El daño de la membrana de los hepatocitos causa la salida de las aminotransferasas a la cir-
culación, tienen alta sensibilidad pero son relativamente inespecíficas de daño hepatocelular,
siendo la ALT más hepato-específica que la AST, ya que la mayor parte de su producción se
limita al hígado, mientras la AST se produce además en tejidos como músculo cardiaco y
esquelético, riñón y glóbulos rojos [36-38].
Entre más alta sea la relación ALT/fosfatasa alcalina, más probable es el diagnóstico de necrosis
celular aguda; hay excepciones, en la hepatitis aguda alcohólica tanto la ALT como la AST
tienen generalmente menos de 10 veces los valores de referencia y en la colangitis ascenden-
te causada por coledocolitiasis, la AST y la ALT pueden elevarse en mayor proporción que la
fosfatasa alcalina [5, 32, 34, 40].
La fosfatasa alcalina es el mejor indicador de obstrucción biliar pero no diferencia colestasis
intrahepática de extrahepática [32, 35].
En la obstrucción biliar (colestasis) puede observarse aumento de 3 a 10 veces los valores de
referencia de fosfatasa alcalina, con aumento de las aminotrasferasas menos de 10 veces sus
valores de referencia [3, 41].
Diagnóstico específico
Enla hepatitis viral aguda, la relación AST/ALT es usualmente menor de 1, mientras que en la
hepatitis alcohólica aguda, la relación generalmente es mayor de 2 [4, 5].
En el daño hepático crónico por alcohol, la relación AST/ALT es usualmente mayor de 1, pero
este patrón también es encontrado en otras variedades de daño hepático crónico, como son
cirrosis, metástasis hepática y colestasis extra e intrahepática.
En pacientes con cirrosis o hipertensión portal con una relación AST/ALT mayor de 3 sugiere
cirrosis biliar primaria [3].
Valores
marcadamente elevados (más de 100 veces los valores normales) de AST y ALT, acom-
pañados de incrementos comparables de la LDH sugieren necrosis isquémica [5].
Pequeños incrementos de AST con ALT normal aunque podrían ser causados por un daño
hepático alcohólico oculto, usualmente se deben a una causa no hepática que elevan la AST
[5, 36].
Incrementos leves a moderados de ALT y AST son típicos del daño hepático crónico, valores
en este rango con una relación AST/ALT menor de 1 ayudan a distinguir esteatohepatitis no
alcohólica de la enfermedad hepática relacionada con el alcohol [5].
Un aumento rápido de las aminotranferasas hasta valores muy altos (por ejemplo, mayores
de 600UI/L, y con frecuencia mayores de 2.000UI/L), seguido de una disminución brusca
después de 12 a 72 horas es típico de obstrucción aguda del conducto biliar [3].
Un predominio de fosfatasa alcalina (3 a 10 veces los valores normales) sobre ALT y AST (me-
nos de 10 veces los valores normales), favorece el diagnóstico de colestasis, sobre todo si se
acompaña de aumento de la bilirrubina total y de la directa (relación bilirrubina directa/bili-
rrubina total mayor de 40%). El patrón colestásico puede deberse a obstrucción extrahepática
o colestasis intrahepática difusa debido a drogas o a cirrosis biliar primaria [3].
En el adulto hombre o mujer no embarazada el origen de una fosfatasa alcalina elevada se
deriva del hígado o del hueso, cuando se acompaña de un aumento de la bilirrubina o de
evidencia de enfermedad hepática, se confirma el origen hepático [5].
La manera más práctica de diferenciar entre el origen hepático u óseo de una elevación de la
fosfatasa alcalina es realizando una determinación de la gamma-glutamiltransferasa (GGT); en
enfermedad hepática se incrementa en mayor proporción comparado con el límite superior
normal, si por el contrario la GGT es normal o sólo ligeramente elevada la fuente de la fosfa-
tasa alcalina es de origen óseo [5].
Aumentos aislados de la fosfatasa alcalina, con el resto del panel hepático normal, general-
mente tienen origen en una enfermedad ósea [5].
Incrementos de la bilirrubina total con una relación directa/total menor de 20%, indican he-
mólisis o síndrome de Gilbert y en ambos casos la bilirrubina total es usualmente menor de 3
a 4 mg/dL y rara vez mayor 6 mg/dL [3, 35, 44].
Una relación de la bilirrubina directa/bilirrubina total entre 20% y 40% apoya la existencia de
necrosis hepatocelular más que una obstrucción extrahepática o alteraciones del metabolis-
mo de la bilirrubina, como son el síndrome de Dubin-Johnson y el síndrome de Rotor [3].
Relaciónbilirrubina directa/bilirrubina total entre 40% y 60% se produce cuando hay daño
hepatocelular o colestasis extrahepática.
Una relación bilirrubina directa/bilirrubina total mayor de 50% apoya la existencia de una
colestasis extrahepática más que la existencia de daño hepatocelular.
En la hemólisis no complicada, a excepción que ésta coexista con una enfermedad hepatobi-
liar, la bilirrubina total sérica no supera valores de 5 mg/dL.
En general, en la ictericia hepatocelular el aumento del nivel sérico de la bilirrubina total es
menor (menos de 10 mg/dL) que en los carcinomas periampulares (menor de 20 mg/dL) o en
la colestasis intrahepática o extrahepática [3].
Un aumento del nivel sérico de bilirrubina con fosfatasa alcalina normal sugiere hiperbilirru-
binemias o estados hemolíticos constitucionales [3].
Severidad de la enfermedad
Elpanel de función hepática es de mayor utilidad como ayuda diagnóstica que como indica-
dor de severidad de la enfermedad [5].
La ALT y la AST son pobres indicadores de la severidad del daño hepático agudo, la bilirrubina
total y la albúmina son más útiles en este contexto [5, 39].
Una AST que alcanza un pico de 1.000 a 9.000 UI/L y disminuye en un 50% al cabo de tres
días, y hasta menos de 100 UI/L al cabo de 1 semana, sugiere hígado de shock con necro-
sis centrolobular, por ejemplo como consecuencia de una insuficiencia cardiaca congestiva,
arritmias, sepsis o hemorragias gastrointestinales [3].
En hepatitis viral aguda, valores de bilirrubina total mayores de 25 mg/dL indican daño hepá-
tico severo [7, 39].
Enla hepatitis alcohólica aguda una bilirrubina total mayor de 5 mg/dL indica un pronóstico
pobre.
En la enfermedad hepática crónica los valores de albúmina disminuyen con la progresión a
la cirrosis [45-47].
Un aumento aislado de GGT es una prueba de tamización y monitorización del alcoholismo.
El aumento de GGT debido a alcohol o fármacos anticonvulsionantes no se acompaña de un
aumento de la fosfatasa alcalina [51].
En la tabla 4 se enuncian las pruebas hepáticas más utilizadas, de acuerdo con la sospecha
clínica [5].
Hepatitis
N N #aJ # >2 Na# J a #J J a #J
alcohólica aguda
Enfermedad
#aJ $aK #aJ #aJ >1 Na# #aJ #aJ
alcohólica crónica
Colestasis difusa
NaJ NaK #aJ #aJ 1 J a #J #aJ #aJ
intrahepática
Obstrucción
NaJ NaK #aJ #aJ 1 J a #J #aJ #aJ
extrahepática
Enfermedad focal
NaK NaK #aJ #aJ 1 J a #J N Na#
intrahepática