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La Revolucion Democratica de Rafael Corr

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La Revolución Democrática de Rafael Correa Ana María Tibocha, Mauricio Jaramillo Jassir

La Revolución Democrática
de Rafael Correa Ana María Tibocha*
Mauricio Jaramillo Jassir**

RESUMEN
El objetivo del artículo es dar luces acerca del proceso que comenzó en Ecuador desde 2006 y se inscribe en el
denominado socialismo del siglo XXI. En ese sentido, el texto estará dividido en cuatro partes. En la primera,
se estudiará el perfil de Rafael Correa, lo que implica un estudio de su formación profesional, carrera política
y plataforma ideológica. En segundo lugar, se analizará la propuesta para la convocatoria de una Asamblea
Constituyente. Al respecto se hará un paralelo entre el momento actual y el ambiente previo a la redacción de la
Constitución de 1998; asimismo, se estudiarán los choques entre las diferentes ramas del poder público en torno a la
convocatoria para dicha asamblea y se identificarán, de forma sintética, los puntos de la propuesta del gobierno para
la elaboración de la nueva Carta Magna. En tercer lugar, se abordarán los asuntos económicos con base en cuatro
puntos: la renegociación de la deuda externa, la propuesta del Banco del Sur, la gestión de los recursos naturales, y el
papel del Estado en la economía. Finalmente, se examinarán aspectos generales de la política exterior ecuatoriana,
especialmente en lo referente a sus relaciones con Colombia.
Palabras clave: Socialismo del siglo XXI, revolución ciudadana, economía solidaria

BOLIVIAN MAS-IPSP, HALFWAY BETWEEN A SOCIAL MOVEMENT AND A POLITICAL


TITLE: RAFAEL CORREA’S DEMOCRATIC REVOLUTION
[22]
SUMMARY
This document aims at highlighting the political process in Ecuador from January 2006 and its alignment in the so-
called XXI Century Socialism. Hence fore, the article is divided into four parts. Firstly, we explore Rafael Correa’s
profile. That implies an analysis of his education, his professional career and his political movement Alianza País.
Secondly, we will study his proposal for a new Constitution. At such aim, there will be a comparison between
the current process and the previous one in 1998. Likewise, the clashes among public branches, legislative and
executive, caused by the call to a new Constitution will be described. Thirdly, economic affairs will be treated based
on the following concerns: re-negotiation of foreign debt, the South Bank project, management of natural resources
and the state’s role in domestic economy. Finally, Ecuadorian foreign policy under Correa’s rule will be assessed,
especially towards Colombia.
Key words: XXI century socialism, citizenship revolution, solidarity economy

FECHA DE RECEPCIÓN: 15/05/2008


FECHA DE APROBACIÓN: 15/06/2008

* Investigadora del Grupo de Investigación de la Facultad de Economía de la


Universidad del Rosario. Magíster en Economía de la Universidad del Rosario.
** Investigador del Observatorio de Política Exterior Colombiana de la Universidad
ISSN 0121-4705

del Rosario. Actualmente coordina el proyecto en curso sobre el impacto de la Constitución


sobre la consolidación democrática en Ecuador y es profesor titular de “Política contemporánea
de la región andina”. Máster en Relaciones Internacionales y Seguridad Internacional Instituto
análisis político nº 64, Bogotá, de Estudios Políticos de Toulouse, Francia. Actualmente aspirante a doctorado en Ciencia
septiembre-diciembre, 2008: págs. 22-39 Política de la Universidad de Ciencias Sociales de Toulouse.

análisis político nº 64, Bogotá, septiembre-diciembre, 2008: págs. 22-39


La Revolución Democrática de Rafael Correa Ana María Tibocha, Mauricio Jaramillo Jassir

internacional
INTRODUCCIÓN
Rafael Correa, actual presidente de Ecuador, preconiza el socialismo del siglo XXI en uno de los
países más inestables de América Latina (desde 1996 ningún presidente elegido por sufragio universal
ha podido llevar a buen término su mandato)1. El panorama no es alentador para el dirigente ecua-
toriano, ya que debe enfrentar numerosos y complejos retos en los cuatro años de mandato que el
pueblo le delegó en diciembre de 2005, cuando lo eligió en segunda vuelta. Entre sus propuestas más
polémicas están la convocatoria a una Asamblea Constituyente2 para la “refundación” del sistema
político y la redefinición de los intereses económicos dentro de la llamada “economía solidaria”. En
cuanto a la política exterior, el mandatario ecuatoriano promueve una proyección más regional que
privilegie a sus vecinos inmediatos por encima de la relación con Washington. De esta forma, su amis-
tad con Hugo Chávez y su estrecha relación con Evo Morales han despertado inquietudes entre los
sectores más conservadores de la política ecuatoriana, que lo acusan de desviar la atención doméstica
hacia asuntos ideológicos sin pertinencia actual. En ese mismo sentido, Correa es enemigo acérrimo
de las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), entidades con
las cuales ha protagonizado enconados enfrentamientos.
Por otra parte, la relación con Colombia ha presentado altibajos como consecuencia de las fumi-
gaciones por aspersión aérea con glifosato ordenadas por el gobierno de Bogotá sobre la zona fronte-
riza entre ambas naciones. Igualmente, la posición que ha asumido Correa frente al Plan Colombia
y los grupos al margen de la ley, especialmente con respecto a las FARC, ha despertado malestar en
Colombia. Recientemente, ambos países han enfrentado un impasse a raíz del abatimiento de “Raúl
Reyes” en territorio ecuatoriano. La crisis evidenció, entre otros, el desconocimiento mutuo que pro-
fundiza la desconfianza entre los dos vecinos.
Estos hechos corroboran la necesidad de un análisis sobre el gobierno de Rafael Correa que per-
mita dar luces sobre la naturaleza de un fenómeno político sobre el que se escribe y polemiza mucho,
[23]
pero del que se tiene muy poca certeza.

I. EL PERFIL DE RAFAEL CORREA


Rafael Correa, economista guayaquileño, fue elegido presidente el 26 de noviembre de 2006.
Ganó la primera magistratura con el 56.4%3 de los votos, derrotando en segunda vuelta al poderoso
empresario de la industria bananera Álvaro Noboa. A pesar de su incontestable victoria, es muy poco
lo que se conoce de este joven y carismático líder que ha emprendido el difícil camino de una profun-
da transformación del país.
Uno de los rasgos más característicos de Rafael Correa es su carácter religioso, reflejo del im-
pacto profundo que ha tenido el catolicismo en su vida y formación. Cuando cursaba la educación
primaria, en colaboración con la comunidad salesiana, realizó desplazamientos a ciudades ecuato-
rianas lejanas de su natal Guayaquil, lo que le permitió ver aspectos socioeconómicos del país que
fueron moldeando su conciencia política. Décadas después, cuando fue elegido presidente y antes
de ser investido, una ceremonia simbólica fue llevada a cabo en Zumbahua, provincia de Cotopaxi,
donde había realizado el trabajo social, demostrando la importancia de su pasado como voluntario
en su consciencia política.
El vínculo con la religión le imprime a Correa un carisma que desde el inicio de su carrera en los
estrados públicos ha sido trascendental para su arribo a la cabeza del ejecutivo. En Ecuador, al igual
que en el resto del continente, la iglesia y la religión desempeñan un papel legitimador determinante:

1
“Ecuador, nueve años nueves presidentes” en BBC Mundo, 21 de abril de 2005 [en línea], en www.news.bbc.co.uk
2
La actual Constitución data de 1998; en el siglo XX el país tuvo 7 Constituciones y desde 1967 tres diferentes fueron aprobadas.
Cfr. SOLIMANO, Andrés, “Governance crises and the Andean region: A political economy analysis”, en Serie macroeconomía para el
desarrollo CEPAL, febrero de 2003, p. 15.
3
“Ganó Correa”, en El Universo, 27 de noviembre de 2006 [en línea], en www.eluniverso.com.

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según un estudio de Latinobarómetro, es una de las naciones del continente donde la iglesia goza
de mayor apoyo popular, con un 77% de confianza4. Esto explica en alguna medida la ventaja obte-
nida por Correa al proyectar la imagen de un hombre de convicciones religiosas sólidas y apartado
de la política tradicional; una mezcla que en el contexto ecuatoriano resulta efectiva en términos
electorales.
A diferencia de otros mandatarios, Rafael Correa no cuenta con una larga trayectoria política. La
mayor parte de su vida profesional la pasó en el sector privado y en el medio académico, en el que se
destacó no sólo por la obtención de títulos universitarios que culminan con un doctorado en Econo-
mía de la Universidad de Illinois, sino por una producción investigativa de consideración. Su ingreso
en la política se produjo en enero de 2003, cuando siendo profesor titular de la Universidad San
Francisco de Guayaquil se convirtió en asesor económico del entonces vicepresidente Alfredo Palacio,
durante el gobierno de Lucio Gutiérrez. Tras la destitución del ex coronel en abril de 2005, Palacio
asumió la presidencia y Correa fue designado como ministro de economía y finanzas.
La formación de economista tiene una incidencia considerable en la estructuración del Correa
político y en su vocación social. Sus publicaciones ponen en evidencia un rechazo al neoliberalismo y
a la consecuente “furia antiestatista”5 que sacudió al continente durante la década de los noventa. De
igual forma, en muchos de sus artículos arremetió contra las políticas económicas de buena parte de
sus antecesores, en especial de Jamil Mahuad y de Lucio Gutiérrez, a las que consideró como desas-
trosas para el futuro del país a mediano y largo plazo.
Los argumentos de Correa evidencian su concepción del vínculo siempre controversial entre Es-
tado, economía y sociedad. El actual primer mandatario siempre fue enfático en señalar los efectos
negativos del neoliberalismo y de la reducción del papel del Estado frente a la economía y los asuntos
sociales. Correa afirma que las políticas económicas latinoamericanas impulsadas por el Consenso de
Washington durante la década de los noventa, provocaron un aumento de la pobreza. Asimismo, ase-
[24]
gura que uno de los legados más negativos de dicho Consenso fue considerar la estabilidad (reducción
de la inflación y del déficit fiscal) como el máximo logro de la economía, desdeñando lo social. En
efecto, para el líder ecuatoriano el origen de la crisis de 1999 no está ligado a la falta de disciplina fiscal
del Estado ecuatoriano, como muchos sostienen, sino al poder casi omnímodo del sector bancario que
amortiguó en el resto de la sociedad la crisis financiera.
Por otra parte, cuando apenas transcurrían tres meses de la administración del ex coronel Lucio
Gutiérrez, Correa arremetió contra él por privilegiar el pragmatismo por encima de la ideología. En
uno de sus textos académicos el mandatario asevera al respecto: “Las autoridades económicas han
manifestado que el programa económico del actual gobierno no tiene ‘color’ y responde exclusiva-
mente a factores técnicos. Nada más absurdo que esto. La política económica es un campo netamente
normativo de la economía, es decir, que responde a intereses y juicios de valor”6.
De esta forma, es claro que para el actual presidente ecuatoriano la política económica no obede-
ce a factores técnicos sino a valoraciones y estimaciones, lo cual es un reflejo del papel trascendental
que la ideología desempeña en su pensamiento, lo que resulta clave para entender su proceder. El
ajuste estructural emprendido por Gutiérrez en 2003, fue presentado como la única vía posible para
estabilizar la economía del país. Sin embargo, para Correa quienes pagaron el precio de dicha medida
fueron precisamente los más débiles y vulnerables en términos económicos. Los compromisos con-
traídos con el Fondo Monetario Internacional derivaron en un aumento del precio de la gasolina y de
servicios públicos, así como en el congelamiento de las pensiones de jubilación y de los salarios, entre

4
OPPENHEIMER Andrés, “El populismo religioso”, en Hoy, 9 de diciembre de 2006 [en línea], en www.hoy.com.ec
5
O’DONNELL Guillermo, “Acerca del estado en América Latina contemporánea: diez tesis para discusión”, en Hacia una democracia
de ciudadanos y ciudadanas, Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, 2004, p. 148.
6
CORREA Rafael, “La política económica del gobierno de Lucio Gutiérrez. Una perspectiva desde la economía política”, en Revista
Iconos, marzo de 2003, No. 16, p. 6.

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internacional
otros. Estos hechos provocaron una caída en los índices de popularidad de Lucio Gutiérrez, la perdida
de aliados en el gobierno (como el Movimiento Popular Democrático y el Movimiento Plurinacional
Pachakutik) así como una radicalización de los sectores opositores al mandatario. En este contexto, el
país asistió al ya mencionado debate, aún vigente, sobre la posición que debe asumir el Estado frente
a la economía. Esta discusión fue esencial en la proyección de Correa como líder que fomentaba una
economía asistencial.
Las posturas de Rafael Correa frente a la dolarización y a la política económica del gobierno de
Lucio Gutiérrez dejan entrever la forma como se gestó poco a poco su compromiso político hasta
llegar a ocupar un cargo público. Su vida como pensador, académico y consultor empezó a transfor-
marse, hasta llegar a la cartera de economía durante la administración de Alfredo Palacio.
Durante su efímero paso por la cartera de finanzas y economía (desde el 25 de abril hasta el 4
de agosto de 2005) las medidas emprendidas por Correa suscitaron polémica entre muchos sectores
ecuatorianos y en los organismos multilaterales de crédito. No obstante, sus decisiones proyectaron
la imagen de un ministro comprometido con las causas sociales. Una de las primeras medidas fue la
creación de la Cuenta Especial de Reactivación Productiva y Social, del Desarrollo Científico-Tec-
nológico y de la Estabilización Fiscal (CEREPS) en reemplazo del Fondo de Estabilización, Inversión
Social y Productiva y Reducción del Endeudamiento Público (FEIREP). Las razones esgrimidas por
Correa para la reestructuración estaban basadas en que el FEIREP favorecía los intereses de los com-
pradores de bonos de la deuda pública ecuatoriana por encima del interés general, al destinar, por
ley, un porcentaje de los ingresos petroleros para el pago de la deuda. Con el CEREPS, el gobierno
anunció una nueva distribución de la renta del petróleo, por medio de la cual se reducía del 70% al
30% el porcentaje orientado al pago de la deuda pública7. Además, se dio prioridad a la inversión
social por encima del pago de la deuda externa. Los organismos multilaterales de crédito y los inver-
sionistas internacionales respondieron con duras críticas a la medida y en consecuencia la calificación
[25]
del riesgo país para Ecuador pasó de 600 a 800 puntos, lo que debilitó su imagen en el exterior para
créditos e inversión8.
Por otra parte, el entonces ministro ordenó invertir en actividades productivas US$ 800 millones
del fondo de reserva del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) depositados en el Banco
Central. No obstante, el Congreso rechazó la iniciativa y devolvió alrededor de US$ 700 millones a
los afiliados, algo que afectó negativamente a la economía del país en términos inflacionarios9.
En materia de política exterior y económica, la gestión de Correa para obtener la compra de una
parte de la deuda pública por Venezuela y una serie de acuerdos en materia energética con ese país
lo distanciaron del presidente Alfredo Palacio, quien censuró la postura del ministro, vis-à-vis del go-
bierno de Caracas10. El hecho desnudó la afinidad ideológica entre Correa y el presidente Chávez, y
allanó el camino para la estrecha relación que en la actualidad ambos mandatarios comparten.
Finalmente, la renuncia de Correa se produjo ante la negativa del Banco Mundial para otorgar
un crédito por US$100 millones. Luego de poco más de 3 meses al mando del ministerio, Correa dejó
la sensación entre la ciudadanía de ser un hombre comprometido con las cuestiones sociales, lo que
disparó su popularidad en un país decepcionado de la política tradicional y del neoliberalismo.

Su plataforma política: Alianza Patria Altiva y Soberana (Alianza PAÍS)


Alianza Patria Altiva y Soberana (Alianza PAÍS), como la gran mayoría de los partidos políticos
ecuatorianos en los últimos 11 años (desde el ascenso de Bucaram), se ha configurado en torno a una

7
ORTIZ DE ZÁRATE Roberto, “Biografía de Rafael Correa Delgado”, en Centro de Investigación de Relaciones y Desarrollo (CIDOB), 7
de mayo de 2007 [en línea], en www.cidob.org.
8
MARTÍNEZ Mariana, “Ecuador: incertidumbre y protestas”, en BBC Mundo, 22 de agosto de 2005 [en línea], en www.news.bbc.co.uk
9
Ídem.
10
ORTIZ DE ZÁRATE Roberto, Ob. cit.

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persona más que a un proyecto político. Este fenómeno pone en evidencia el mesianismo y el perso-
nalismo característicos de la vida política del Ecuador a lo largo del siglo XX. Aunque el proyecto
político de Rafael Correa tiene raíces profundas en la izquierda, el socialismo que preconiza tiene
asidero en el cristianismo y no en el marxismo. En consecuencia, se aleja de la concepción marxista
de la religión como un reflejo de las relaciones de producción. El mandatario ecuatoriano considera
que el cristianismo va mucho más allá y fomenta por vía mística la igualdad social, lo cual es uno de
los rasgos más protuberantes del llamado socialismo del siglo XXI, pregonado por Hugo Chávez y del
que Correa se declara abiertamente adepto.
El 29 de julio de 2006, Alianza PAÍS proclamó la candidatura de Rafael Correa en el cantón Pa-
lestina, provincia de Guayas, al suroccidente del país. Como compañero de fórmula Correa escogió
a Lenín Moreno Garcés, quien estaba en cabeza de una fundación dedicada al estudio del humor y
la risa como fuente de salud. Moreno Garcés es un emblema de la superación personal y de la lucha
contra la discriminación hacia los discapacitados. Es administrador público de la Universidad Central
del Ecuador y proviene de una de las provincias más pobres del país, Napo.
La ceremonia de lanzamiento de la candidatura del binomio Correa-Moreno dejó al descubierto
la importancia simbólica del vicepresidente como un icono de la lucha contra la discriminación y la
promoción de la superación. En esa ocasión, Lenín Moreno realizó una reveladora y conmovedora
alocución: “Hace nueve años un joven con los ojos llenos de odio me dio un balazo en la espalda. Es-
tuve cuatro años tirado en una cama, quería morirme... descubrí que el buen humor, el optimismo y
la fe pueden suprimir el dolor”11. No obstante, para los críticos el nombramiento de Moreno obedecía
a razones populistas y buscaba conmover instintos básicos de la población.
En síntesis, el perfil de Rafael Correa deja entrever un político no tradicional, independiente y
con una formación académica muy sólida. Sin embargo, el reto no deja de ser complejo, si se conside-
ran la volatilidad política del país y las ambiciones del mandatario por transformar estructuralmente
[26]
al Ecuador. En efecto, Correa ha enfrentado diversas crisis que han desnudado muchas de sus falen-
cias, como los cambios radicales en muchas de sus posturas que le han valido fuertes críticas. De igual
manera, los enfrentamientos con la prensa pueden afectar la imagen de demócrata que Correa quiere
proyectar. Finalmente, y tal vez este sea el desafío más complejo, Correa deberá buscar alianzas con
muchos de sus otrora enemigos políticos con el propósito de poner en marcha su ambicioso plan de
reformas. Dichos arreglos pueden hundir su proyecto o bien pueden darle una fuerza de la que hasta
ahora carece por la falta de consensos, un mal que ha aquejado a Ecuador en los últimos decenios.

II. EL PROYECTO DE UNA NUEVA CONSTITUCIÓN


El establecimiento de una nueva Constitución es una de las propuestas más emblemáticas del presi-
dente Rafael Correa. El proceso de convocatoria para la Asamblea Constituyente estuvo lleno de polé-
micas en torno a la legalidad sobre algunas decisiones tomadas por el presidente pero que no contaron
con el apoyo del desprestigiado aparato legislativo. No obstante, el primer mandatario ha obtenido un
apoyo abrumador de la población para emprender el proceso de reformas estructurales del sistema
jurídico-político del país. En abril de 2007, el 81% de los ecuatorianos se pronunció a favor del estable-
cimiento de una nueva carta magna12, lo que fue considerado como un triunfo para la administración
de Alianza PAÍS. Recientemente, a finales de septiembre de 2007, se llevó a cabo la elección de los
miembros de la Asamblea encargada de discutir la nueva Constitución; Alianza PAÍS resultó victorio-
sa, quedándose con aproximadamente 70 de los 130 escaños, lo que le permitiría llevar a buen término
muchas de las decisiones y reformas preconizadas por Correa y que han causado controversia.

11
RONQUILLA Gisella, “Lenín Moreno integra fórmula con Correa”, en El Universo, 6 de agosto de 2006 [en línea], en www.eluni-
verso.com
12
CHIRINOS Rafael, “Triunfo histórico de Correa”, en BBC Mundo, 16 de abril de 2007 [en línea], en www.news.bbc.co.uk

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internacional
Entre las acciones que pretende llevar a cabo el partido del presidente se destacan la disolución
del actual Congreso, elegido hace menos de un año, la supresión de la autonomía del Banco Central
respecto del gobierno, el fortalecimiento del poder del ejecutivo y una reorganización político-ad-
ministrativa. De todas formas, vale la pena insistir en el hecho de que la población ecuatoriana ha
depositado grandes esperanzas en este proyecto para la “refundación” del sistema político, y que una
desilusión puede derivar en un cambio abrupto de gobierno, como ha sucedido en el pasado.
En ese orden de ideas es importante analizar las diferencias entre el proceso de elaboración de la
Constitución de 1998 con el actual, con el fin de dar luces sobre los aspectos innovadores de la pro-
puesta de Correa.

Intentos precedentes por reformar el sistema político ecuatoriano


La década de los noventa significó para el Ecuador una marcada volatilidad por las tentativas de
reforma al sistema político. El reestablecimiento de la democracia en 1979 no derivó en una mejora
sustancial de la calidad de vida de los ciudadanos, y por el contrario el país cayó en profundas crisis
políticas. Entre los grandes damnificados de esta situación se encuentran los partidos políticos que ha-
bían asumido la primera magistratura hasta ese entonces (Partido Roldosista Ecuatoriano, Izquierda
Unida, Partido Social Cristiano, Democracia Popular). Efectivamente, se les acusaba de ineficientes
y corruptos, razón que explica, entre otras, el surgimiento exitoso de figuras políticas independientes.
En este contexto de desilusión frente a la democracia, las reformas al sistema han sido concebidas
como una tabla de salvación o un camino ineluctable para la evolución del sistema político. Como lo
señala el analista Pablo Andrade, la idea de “refundar” el sistema político siempre ha surgido en mo-
mentos de crisis nacional, con lo cual se comprende la importancia de la frase a la que con frecuencia
alude el presidente Correa sobre la transformación estructural del sistema político ecuatoriano cuan-
do menciona la urgencia de refundar el sistema político del país13. Bajo esta perspectiva varias formas
[27]
estructurales han sido propuestas.
En 1986 el gobierno de León Febrés Cordeo (1984-1988) convocó a una consulta popular sobre
la posibilidad de elegir a candidatos que no tuviesen filiación partidista. La respuesta de la ciudadanía
fue un contundente “no” con más de 1,7 millones de votos, contra apenas 700 mil que se expresaron
por la reforma.
Durante el mandato de Sixto Durán Ballén (1992-1996) se realizaron dos consultas de este tipo.
La primera en agosto de 1994, con siete puntos sobre reformas constitucionales cuya mayoría fue
aprobada por la población. Ese mismo año tuvo lugar otra consulta dividida en dos partes. La prime-
ra estaba asociada al proceso de descentralización, la redistribución de los ingresos y al régimen de
seguridad social. La otra parte tenía que ver con reformas a la Constitución, entre las que sobresalía
la posibilidad de disolver el Congreso. Este paquete de reformas fue rechazado por los electores14.
En 1997 y luego de la destitución de Abdalá Bucaram, se llamó a una consulta popular para la
ratificación de Fabián Alarcón en su reemplazo y el establecimiento de una Asamblea Constituyente
para la redacción de una nueva Carta Magna. La consulta fue aprobada y se dio vía libre a la Cons-
titución de 1998, que reformó temas electorales, la organización de la rama judicial y le dio al país
el carácter diverso en términos culturales y étnicos. De esta manera, al comparar el preámbulo de
la Constitución de 1979 con la de 1998 se puede apreciar la inclusión del tema de la diversidad y el
cambio en la forma de concebir a la nación ecuatoriana.

13
Entrevista realizada a Pablo Andrade, profesor de la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito, 5 de noviembre de 2007.
14
“Ecuador celebrará este domingo su sexta consulta popular”, en Agencia Bolivariana de Noticias, 12 de enero de 2007 [en línea], en
http://www.abn.info.ve

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Constitución de 1979 Constitución de 1998

La República del Ecuador, fiel a sus orígenes El pueblo de Ecuador inspirado en su historia milenaria,
históricos y decidida a progresar en la realización en el recuerdo de sus héroes y en el trabajo de los
de su destino, en nombre de su pueblo, invoca a la hombres y mujeres que, con su sacrificio, forjaron la
protección de Dios y se organiza fundamentalmente patria, fiel a los ideales de la libertad, igualdad, justicia,
por medio de esta Constitución Política15. progreso solidaridad, equidad y paz [...] proclama su
voluntad de consolidar la unidad de la nación ecuatoriana
en el reconocimiento de la diversidad de sus regiones,
pueblos, etnias y culturas [...]16.

Aunque parte de la población había sembrado grandes esperanzas en el cambio que podía supo-
ner una nueva Carta Magna, diversos sectores veían con escepticismo el proceso de cambio. Los indí-
genas, particularmente, no se sintieron incluidos del todo; únicamente en el carácter multiétnico que
se le reconocía al país. En este punto cabe señalar, además, que los encargados del diseño de la Cons-
titución de 1998 fueron los partidos políticos hoy considerados tradicionales, como la Izquierda De-
mocrática, el Partido Social Cristiano, la Democracia Popular y el Partido Roldosista Ecuatoriano.
En consecuencia, algunos sectores perciben la Constitución de 1998 como la expresión política de
los partidos tradicionales y de una desprestigiada clase dirigente. Además es importante recordar que
no ha logrado uno de sus principales cometidos:

Detener la ola de inestabilidad en la que está sumergida la nación


En las elecciones de 2002, la victoria de Lucio Gutiérrez, un outsider, dio cuenta del llamado “voto
[28] castigo” en contra de la política tradicional. Durante el interrumpido gobierno del ex coronel queda-
ron de manifiesto algunos de los problemas estructurales del sistema, especialmente la politización de
las cortes y la ausencia de mecanismos de control político de la ciudadanía. En cuanto al primero, la
crisis de las cortes, que acabó con la salida de Gutiérrez, dejó al descubierto que esos tribunales fun-
cionaban bajo la tutela ideológica de los partidos políticos. La respuesta desmesurada del ex coronel,
quien ordenó la salida de los magistrados de las principales cortes (Corte Suprema de Justicia y Tribu-
nal Supremo Electoral) para reformar el sistema de administración de justicia, terminó por agudizar
la situación. La caída de Gutiérrez profundizó la crisis política que desde 1996 ha sacudido al país y
cuyo síntoma más visible es la imposibilidad de los mandatarios para llevar a buen término el período
de cuatro años para el que son elegidos.

La Constitución bajo la administración de Rafael Correa


Para las elecciones presidenciales de 2006, algunos sectores independientes se mostraban partida-
rios de la conformación de una asamblea constitucional que pudiese remediar de raíz las imperfec-
ciones del marco jurídico-político ecuatoriano. De esta forma, Rafael Correa hizo de la Asamblea su
propuesta de gobierno más visible y simultáneamente la más criticada por sus detractores, quienes la
consideraban como una promesa populista de efectos efímeros y no estructurales. Como respuesta, el
discurso del actual presidente se tornó cada vez más virulento en contra de los partidos tradicionales,
a los que acusaba con frecuencia de ser los responsables de los grandes males del país en la denomi-
nada partidocracia. Ciertamente, los partidos habían dejado de ser los canales de participación de la
sociedad en política, para concentrar el poder con un efecto nefasto sobre el espíritu democrático del

15
“Constitución Política de Ecuador de 1979”, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes [en línea], en http://www.cervantesvirtual.com.
16
“Constitución Política de la República del Ecuador de 1998”, Ecuanex [en línea], en http://www.ecuanex.net.ec

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internacional
Ecuador. En virtud de esto, el movimiento de Correa, Alianza PAÍS, no presentó listas para las elec-
ciones legislativas, ya que su propósito era disolver el Congreso una vez en el poder.
Por otra parte, el discurso cargado de acusaciones contra el Congreso y los partidos tradicionales
caló en la población y Correa fue consolidando su imagen de independiente, lo que en el contexto
ecuatoriano representa créditos electorales.
Con su llegada al poder el 15 de enero de 2007, Correa emprendió el camino para el estable-
cimiento de una Asamblea Constituyente, su tarea más apremiante. Sin embargo, el proceso estuvo
plagado de vicisitudes desde un comienzo y marcó un duro enfrentamiento entre la rama judicial y la
legislativa. El 6 de marzo el Congreso, de mayoría opositora a Correa, destituyó al presidente del Tri-
bunal Supremo Electoral, Jorge Acosta, por autorizar la convocatoria a una consulta popular sobre la
Asamblea Constituyente. El (TSE), máxima autoridad en época de elecciones, decidió por unanimi-
dad la destitución de los 57 congresistas que habían ordenado la salida del magistrado Acosta, por la
extralimitación en sus funciones. Los parlamentarios depuestos no acataron la decisión, pero cuando
se disponían a entrar a las instalaciones del Congreso una multitud de partidarios del gobierno les im-
pidió el ingreso en medio de incidentes violentos. Pasadas algunas semanas, los suplentes asumieron
los cargos de los congresistas destituidos, lo que significó una victoria política para el gobierno y el fin
del choque entre las tres ramas del poder público.
La consulta popular sobre la realización de una constituyente se efectuó el 15 de abril y recibió
una aprobación aproximadamente del 80% de los votantes. Los votos nulos o en blanco resultaron
cerca del 6%, algo inusual ya que el porcentaje de estos votos normalmente se estima entre el 20 y el
30%17.
A finales de septiembre, las elecciones para definir a los 130 miembros de la Asamblea fueron
llevadas a cabo en medio de una fuerte popularidad de Rafael Correa. Este ambiente se vio reflejado
en el resultado: el movimiento oficialista Patria País, como se bautizó al partido oficialista de cara a
[29]
estas elecciones, obtuvo alrededor de 70 escaños de un total de 130, lo que le permite tener el control
sobre el proceso de toma de decisiones, considerando que estas se adoptan por mayoría absoluta (la
mitad más uno). Esta posición le permitirá al gobierno implementar la mayoría de las reformas al
sistema político, aunque la realización de este objetivo depende también del grado de cohesión del
movimiento oficialista.
La unidad de Alianza PAÍS aparece así como uno de los aspectos más relevantes para la viabilidad
del proyecto gubernamental, y puede considerarse un reto complejo si se observa la diversidad de la
base que apoya a Correa (algunos indígenas, movimientos campesinos, gremio de los transportadores,
intelectuales, disidentes de grupos de izquierda y progresistas, entre otros).
Aunque no se tiene una certeza absoluta sobre el proyecto constitucional del gobierno, existen
algunos referentes que permiten hacerse una idea. Puede tenerse en cuenta, un documento elaborado
por el Consejo Nacional de Educación Superior (CONESUP) en el que se recogieron iniciativas de
la ciudadanía y de algunos intelectuales a través de las universidades. Se estima que el proyecto de
Constitución del gobierno surgirá a partir de ese informe y estipularía entre otros:
• La posibilidad de que el Congreso destituya al presidente, con la condición de que el legislativo
se declare cesante y se convoque a nuevas elecciones para ambas ramas.
• Una transformación del actual Congreso unicameral, que pasaría a contar con dos cámaras:
una alta de circunscripción nacional, compuesta por 30 diputados, y una baja de circunscripción
regional, con 70.
• Una nueva división político-administrativa, por medio de la cual se crean 7 regiones autónomas y
tres distritos en el caso de Quito, Guayaquil y Galápagos, con un estatus especial medioambiental
para este último.

17
“Thightening his grip”, en The Economist, 21 de abril de 2007, Tomo 383, No. 8525. p.60.

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• La autonomía del Banco Central se suprime. El primer mandatario debe nombrar al director de
esta entidad, facultad que busca establecer un control sobre la economía por parte del Estado.
• La economía solidaria adquiere un mandato constitucional.
• Se prohíbe la privatización de los recursos naturales.
Como se puede apreciar, una de las principales reformas está orientada a someter al Congreso al
sufragio de los ecuatorianos, si esa institución decide destituir al presidente, situación frecuente en los
últimos años en el Ecuador, como sucedió con la salida de Abdalá Bucaram y de Lucio Gutiérrez. La
reforma pretende conjurar la caída abrupta de los gobiernos y estabilizar la política.
Las reformas de tipo económico buscan aumentar el control del Estado en este terreno, tendencia
que ha despertado críticas por parte de quienes ven en éstas un retroceso luego del proceso de libera-
lización emprendido en los años noventa. No obstante, para otros sectores se trata de un recurso para
mejorar la distribución de los ingresos en un país golpeado por la pobreza.
Decididamente, la nueva Constitución espera insertar al Ecuador en el llamado Socialismo del
Siglo XXI y profundizar la revolución ciudadana. Estos conceptos aparecen como inasibles, aunque
existen algunas aproximaciones a ellos: buscan corregir las imperfecciones de la economía de merca-
do por medio de una distribución más efectiva de los recursos. De igual forma, pretenden fortalecer
el sistema político por medio de una participación más activa de los ciudadanos no sólo en el plano
electoral sino en el control político de sus mandatarios.
Aunque el establecimiento de la Constitución representa una adquisición política para el gobierno
de Rafael Correa, no es la solución automática para todos los males políticos que aquejan a la nación.
Existen muchas esperanzas sembradas en el proyecto que de no ser colmadas pueden debilitar la go-
bernabilidad, como se acotó anteriormente.

III. LA POLÍTICA ECONÓMICA


[30]
Desde su desempeño como ministro de Economía de Ecuador, Rafael Correa ha dejado clara su
postura frente a los planeamientos económicos imperantes en el mundo occidental y a los hechos eco-
nómicos recientes de su país. Crítico de la economía capitalista y del pensamiento liberal, su política
de gobierno se enmarca en el modelo de la economía solidaria.
Esta nueva concepción teórico-práctica tiene como principio “la introducción de niveles crecien-
tes y cualitativamente superiores de solidaridad en las actividades, organizaciones e instituciones eco-
nómicas, tanto en el terreno de las empresas como en los mercados y en las políticas públicas”18.
Como todo modelo económico busca cubrir las necesidades de la población en todos los niveles, pero
a diferencia del liberal, lo hace a través de la construcción de organizaciones y políticas fundamenta-
das en valores como la cooperación y la ayuda mutua, con el fin de que “las mediaciones monetarias
entre la producción y el consumo sean las menores posibles”19. De esta forma, su desarrollo se da en
el marco de la sociedad civil e implica la organización comunitaria destinada a la obtención de bene-
ficios sociales compartidos, centrados en la inclusión de todos lo grupos de la sociedad, y en especial
de los más vulnerables.
Dentro de los aspectos más relevantes de la política económica del presidente Correa se encuen-
tran la renegociación de la deuda externa y la dolarización, los cuales ha estudiado ampliamente
desde la oposición a gobiernos anteriores; también se destacan la gestión de los recursos naturales y
la intervención del Estado en la economía.

18
“¿Qué es la Economía de Solidaridad?” [en línea], en www.economiasolidaria.net
19
RAZETO MIGLIARO Luís, “Economía popular de solidaridad: identidad y proyecto en una visión integradora” [en línea], www.
economiasolidaria.net

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internacional
La deuda externa ecuatoriana
Rafael Correa fue uno de los críticos de la política emprendida a partir de la crisis financiera de
1999 y de la renegociación de la deuda que se realizó en 2000, por considerarlas contrarias a los in-
tereses ecuatorianos.
Para Correa la renegociación fue favorable para los intereses de los acreedores, en tanto la susti-
tución de bonos generó un mayor servicio de la deuda al establecer un incremento en el plazo y en la
tasa de interés, y la recompra de la deuda se realizó por encima del valor de mercado de los bonos,
con pérdidas para el país. A esto se suma el hecho de que el Banco Central posee parte importante de
la deuda y, por tanto, del pago de intereses, situación que considera inaceptable, ya que sobreestima el
servicio de la deuda y genera distorsiones sobre el balance fiscal, reduciendo los recursos disponibles
para la inversión social.
Por lo anterior, la política del gobierno de Correa se ha enmarcado en el constante rechazo de lo
que él llama la deuda ilegítima, y en la búsqueda de nuevas negociaciones. Es así como, desde su paso
por el Ministerio de Economía, el mandatario ecuatoriano ha buscado darle a este tema un tratamiento
“más patriótico y más técnico”, y sus declaraciones han estado marcadas por la intención de suspender
los pagos o reducir los recursos fiscales destinados a ello, con el fin de destinarlos a inversión social.
A pesar de estas declaraciones del gobierno, Ecuador ha continuado con los pagos de la deuda y
ha cumplido con todas sus obligaciones; pero la política en materia de deuda continúa sometida a las
necesidades internas del país, a las que el gobierno da prioridad, y el pago de las obligaciones está con-
dicionado a la disponibilidad de recursos, tal como lo afirmó el primer mandatario: “Si es que existen
recursos para la deuda externa, la pagaremos, si es que en algún momento hay crisis y tengo que es-
coger entre pagar salarios y pagar deuda, no lo dudaré dos veces, se pagarán primero los salarios”.20
Por otra parte, las relaciones con los organismos multilaterales han sido tensas desde que Correa
asumió la presidencia, en especial desde que el representante del Banco Mundial en Ecuador fue
[31]
declarado persona non grata, el 20 de abril de 2007, y el gobierno solicitó su retiro del país; además,
el presidente ecuatoriano ha amenazado con expulsar a los representantes del FMI en varias ocasio-
nes21. Estos incidentes han provocado fuertes variaciones en las cotizaciones de los bonos ecuatorianos
y en la tasa de riesgo país, generando complicaciones en la obtención de créditos. Sin embargo, por
el momento Ecuador dispone de los recursos para hacer los pagos de deuda de 2008 y no se han pre-
sentado problemas de financiamiento.

Banco del Sur


La posición del presidente Rafael Correa frente a los organismos multilaterales de crédito, en es-
pecial el BM y el FMI, ha dado paso a un creciente apoyo a la iniciativa del gobierno venezolano de
crear un Banco para América del Sur, que permita canalizar los recursos de los países latinoamerica-
nos hacia la inversión en la región. Según el Mandatario ecuatoriano:
América del Sur no necesita financiamiento, ni del Fondo Monetario, ni del Banco Mundial, tiene decenas de
miles de millones de dólares regados por todo el mundo […]. El propio Ecuador tiene 3.600 millones de reserva mo-
netaria, que son ahorro público, y que no sirve para nada en dolarización, la reserva es importante cuando se tiene
que respaldar una moneda nacional pero Ecuador no la tiene. Y todo ese dinero se lo manda a Miami, lo que quiere
decir que estamos financiando al país más rico del mundo, Estados Unidos”22.
Esta iniciativa, a la que también se unieron los mandatarios de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay
y Uruguay, representa una oportunidad de integración regional. Proceso que el gobierno ecuatoriano
considera fundamental para consolidar los lazos y generar alternativas que permitan mayor autono-

20
Ídem.
21
“El BM es ‘non grato’ en Ecuador”, en BBC Mundo, 26 de abril de 2007 [en línea], en www.news.bbc.co.uk
22
Presidencia de la República de Ecuador, “América del Sur dará un gran paso con la creación del Banco del Sur”, 20 de octubre de
2007 [en línea], en www.presidencia.gov.ec

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mía en las decisiones de política económica para América Latina. Sin embargo, la definición de los
recursos con los que contará el Banco del Sur aún está por realizarse, y por ello existe incertidumbre
respecto a la viabilidad y alcance del proyecto.

Gestión de recursos naturales


Una de las políticas más criticadas por el presidente Correa ha sido la administración de los re-
cursos naturales, en especial el uso de los derivados del petróleo. Por lo tanto, la política de gestión
de recursos naturales del gobierno Correa, se ha centrado en el establecimiento de acuerdos con los
países vecinos, en la reestructuración de los contratos con las empresas explotadoras de petróleo y en
la destinación de las rentas petroleras a la financiación de inversión social más que al pago de deuda.
El reingreso de Ecuador a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), de la que
se había retirado en 1994, y la realización de acuerdos de integración energética regional, constituyen
aspectos fundamentales de la política implementada. Al respecto, Ecuador suscribió el programa
de canje de crudo con Venezuela, a través del cual se intercambia crudo ecuatoriano por productos
derivados venezolanos, con el fin de suplir el déficit ecuatoriano en esta materia, y se han entablado
negociaciones con Colombia y Venezuela para establecer algunos acuerdos que permitan la ejecución
del gasoducto trasandino, el cual se basa en un anillo energético que unirá a estos países mediante el
uso y la comercialización de gas natural23.
Paralelamente, el gobierno ecuatoriano ha entablado conversaciones con el gobierno chileno para
que la Empresa Nacional de Petróleos (ENAP) explore en busca de gas en el Golfo de Guayaquil24, y
ha suscrito tratados con Brasil, la mayor parte de ellos con énfasis en el tema de los biocombustibles25,
por considerar que su producción sería positiva para la economía ecuatoriana, en la medida en que
reactivaría el sector agrícola y generaría mayor ocupación en el campo26, y también favorecería la
diversificación energética.
[32]
En otro frente, el presidente Correa ha establecido conversaciones con las compañías de explota-
ción minera, ya que existen varias concesiones por las que el Estado no percibe regalías, y ha decretado
que el Estado ecuatoriano debe recibir el 99% de los réditos extraordinarios por el precio del petró-
leo27. Según las declaraciones del mandatario, el objetivo es recuperar la soberanía ecuatoriana sobre
los recursos energéticos, sin alterar la ganancia acordada en los contratos para las empresas. No obs-
tante, los empresarios señalan que el decreto reduce significativamente los ingresos de las compañías
petroleras y los obliga a producir a pérdida, lo que ha dado paso al surgimiento de tensiones entre el
Estado ecuatoriano y las petroleras privadas, algunas de las cuales han amenazado con dejar el país.

Papel del Estado en la economía


La política de Rafael Correa está dirigida a fortalecer el papel del Estado en la economía; objetivo
que responde en parte a los problemas de pobreza y desigualdad que enfrenta Ecuador.
Dentro de las principales medidas para combatir la pobreza, el gobierno ha implementado una serie
de subsidios, entre los que se destacan el implantando sobre los combustibles y el Bono de Desarrollo Hu-
mano (BDH) que reciben más de 1 millón de ecuatorianos pertenecientes a grupos vulnerables. Además
se crearon bonos para el área agrícola y se puso en marcha la red de microcréditos 555: cinco mil dólares
al cinco por ciento de interés y pagaderos a cinco años, con un presupuesto de 250 millones de dólares.

23
Presidencia de la República de Ecuador, “Correa sorprendió a las petroleras”, 13 de noviembre de 2007 [en línea], en www.presi-
dencia.gov.ec
24
Presidencia de la República de Ecuador, “El Presidente anuncia cambios en Petroecuador”, 13 de noviembre de 2007 [en línea], en
www.presidencia.gov.ec
25
Se trata de un combustible compuesto por derivados de organismos recientemente vivos o sus desechos metabólicos. Los componen-
tes provienen generalmente del azúcar, trigo, maíz o semillas de oleaginosas.
26
“Lula y Correa firman acuerdos”, en BBC Mundo, 5 de abril de 2007 [en línea], en www.news.bbc.co.uk
27
“Correa sorprendió a las petroleras”, en BBC Mundo, 10 de octubre de 2007 [en línea], en www.news.bbc.co.uk

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internacional
Sin embargo, la carga presupuestaria que esto representa para el Estado ha generado preocupa-
ción en algunos sectores que la consideran insostenible en el mediano y largo plazo; también se critica
la falta de focalización de algunos subsidios, como los otorgados a los combustibles, ya que se financia
por igual a ricos y pobres, al punto en que los empresarios e industriales privados que utilizan com-
bustible para la producción son los más beneficiados.
Al respecto, el gobierno considera que los subsidios otorgados servirán para fortalecer el capital
humano y que es necesaria una política con énfasis en la inversión y en la equidad social, aunque
reconoce que los resultados sólo serán efectivos si el gasto es de calidad. Además, prevé el incremen-
to de los recaudos por impuestos gracias a la creación de la Unidad de Grandes Contribuyentes y
la Unidad de Coordinación entre el Servicio de Rentas Internas - SRI y la Corporación Aduanera
Ecuatoriana, y el proyecto de reforma tributaria y el código impositivo, que serán tramitados por la
Asamblea Constituyente, y que buscan la eliminación de los escudos fiscales (extensiones fiscales y
beneficios tributarios) y la tipificación de sanciones económicas, ya que las deducciones especiales han
crecido vertiginosamente28.
Por otra parte, el gobierno pretende fijar un impuesto a la salida de capitales que frene la salida de
las reservas de los bancos y la realización de depósitos en cuentas externas, con el objetivo de evitar
la fuga de las divisas del país. A pesar de que varios países han adoptado la medida, tratando de fre-
nar la reevaluación de las monedas nacionales, es una alternativa bastante cuestionada, en tanto que
reduce la inversión extranjera y la entrada de capitales. Esto ha generado diversas reacciones, ya que
compromete la posición internacional del país, en especial si se considera la importancia que tiene la
entrada de divisas en una economía dolarizada.
Adicionalmente, las medidas económicas implementadas por el presidente Correa van mas allá
de la gestión de la política fiscal, pues considera que el Estado debe tener margen de maniobra en los
diferentes escenarios de la vida económica, dentro de los que se encuentra el Banco Central. A pesar
[33]
de la pérdida de la política monetaria como instrumento de estabilización, producida por la dolariza-
ción, es necesario que esta sirva a los intereses de la nación, por lo cual se busca una reducción de la
autonomía del Banco Central.
La administración Correa apunta a sintonizar su política en materia económica con las medidas
del Banco Central Ecuatoriano, especialmente en lo que se refiere a las tasas de interés, a la deuda
externa y a las reservas monetarias que se encuentran en el exterior, pero que deben regresar al país.
Para reforzar el control sobre el Banco Central, el gobierno pretende darle un carácter constitucional
a la supresión de la autonomía del ente monetario.

Dolarización
A finales de los años noventa, Ecuador enfrentó una fuerte crisis financiera y monetaria produ-
cida por la crisis Asiática, la volatilidad de los precios de las materias primas y los severos cambios
climáticos, en especial al Fenómeno del Niño, que hicieron evidente la vulnerabilidad de la economía
ecuatoriana ante choques externos y el limitado margen de maniobra del gobierno ecuatoriano para
estabilizar la economía.
Ante la inflación rampante y la fuerte devaluación del sucre, que generaron un problema de
confianza en la moneda nacional y dieron paso al uso generalizado del dólar en las transacciones, el
gobierno de Jamil Mahuad decretó la sustitución de la moneda nacional, el sucre, por el dólar29, en
un proceso conocido como dolarización. Sin embargo, los alcances de la medida fueron limitados y
hoy se cuestiona su sostenibilidad en el largo plazo, en especial por la pérdida de competitividad en
precios, que ha generado un aumento de las importaciones y una reducción de las exportaciones, y

28
“La reforma tributaria prevé eliminar los escudos fiscales”, Ob. cit.
29
No obstante, en la Constitución de 1998 el sucre sigue siendo la moneda nacional.

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el consecuente deterioro de la cuenta corriente que ha sufrido esta nación andina, comprometiendo
el nivel de las reservas internacionales, elemento fundamental de la estabilidad económica de un país
dolarizado.
Rafael Correa fue uno de los críticos más acérrimos contra la dolarización de la economía ecua-
toriana, por las implicaciones sobre la soberanía económica y los costos sociales que conlleva. Sin
embargo, desde su posición como ministro de economía, Correa ha reiterado que el actual sistema
de dolarización se mantendrá30 durante su mandato, aunque resulte insostenible a largo plazo; así
mismo, ha dejado claro su apoyo a la propuesta de una moneda regional como esquema alternativo,
ya que se trata de economías con características similares, lo que permite una mayor coordinación en
materia monetaria.
Mientras esto sucede, el gobierno ecuatoriano ha dejado claro que no revertirá el proceso de dola-
rización, y planea elevar el dólar a moneda de curso legal, otorgándole reconocimiento constitucional
como moneda nacional a través de la Asamblea Constituyente. Con esto, se intenta establecer un nue-
vo sistema bimonetario o que el Banco Central pueda fijar directamente la unidad monetaria, que, de
aprobarse, sólo se aplicará en caso de que la dolarización colapse en el largo plazo.

IV. POLÍTICA EXTERIOR

Lineamientos generales
A pesar de la refundación del país preconizada por Rafael Correa, existen principios rectores de
la política exterior ecuatoriana con los cuales será difícil e improbable romper. Dichos elementos se
resumen en cuatro ejes temáticos31:
• El conflicto con Perú (aunque desde 1998, con la resolución del conflicto, el
tema ha perdido relevancia).
[34] • Los efectos del conflicto colombiano.
• La defensa de los recursos naturales.
• Las relaciones económicas internacionales.
También cabe subrayar que existen afinidades claras entre la proyección en política exterior del
presidente Correa y el Plan de Política Exterior (PLANEX) 202032 elaborado por independientes,
intelectuales, autoridades de las zonas fronterizas, pobladores y ex diplomáticos. El objeto de este
documento consiste en señalar los pilares de la política exterior con miras al 2020, cuando se comple-
tan dos siglos de la fundación del Ecuador como república. Esta sintonía le puede dar legitimidad al
accionar internacional de la administración Correa, si se toma en consideración la participación de
diversos sectores en el PLANEX, por lo que su puesta en marcha significaría una democratización de
la diplomacia ecuatoriana, un avance muy valioso no sólo en términos de relaciones exteriores sino en
el ámbito de la consolidación democrática.
Luego de la publicación del documento, quedaron en evidencia tres puntos de política exterior en
los que existe un claro consenso entre la población33:
• Rechazo a la presencia de tropas extranjeras, en franca alusión a la base norteamericana de
Manta, ubicada al Este del país. La base fue establecida en 1999 por los gobiernos de Bill
Clinton y Jamil Mahuad. El gobierno de Ecuador enfrentaba una crisis interna que lo hizo
vulnerable a exigencias de Washington, y que derivó en el mencionado y polémico acuerdo.

30
Ídem.
31
Conferencia pronunciada por el embajador Javier Ponce Leiva en el marco de la Cátedra de Ecuador, Universidad Nacional de
Colombia, Universidad del Rosario, Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, Bogotá, 15 de febrero de 2005.
32
www.mmrree.gov.ec
33
Conferencia pronunciada por el embajador Javier Ponce Leiva en el marco de la Cátedra de Ecuador, Universidad Nacional de
Colombia, Universidad del Rosario, Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, Bogotá, 15 de febrero de 2005.

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internacional
• Rechazo a una intervención militar regional, con la excepción de una misión bajo la dirección
o coordinación de las Naciones Unidas.
• No intervención en el conflicto colombiano.
• El asunto de las drogas de uso ilícito es una cuestión de salud pública y no de seguridad
nacional.
A pesar de ello, y como en la mayor parte de los países andinos, Ecuador adolece de una política
exterior presidencialista en la que los consensos y la participación de la sociedad civil se ven entor-
pecidos. Tal como lo anota Javier Ponce, ex embajador ecuatoriano y promotor y coordinador del
PLANEX, el presidencialismo acentuado34 “contribuye a la ausencia de consensos sólidos sobre los
temas prioritarios del relacionamiento internacional del país, abriendo la posibilidad que líneas de
conducta seguidas con relativa consistencia durante décadas puedan ser bruscamente modificadas
por el Presidente de la República sin respaldo partidario ni ciudadano alguno”.
En virtud de lo anterior, el PLANEX pretende dar respuesta a cambios bruscos e irresponsables
sobre el accionar externo, por lo que existe un reto para Rafael Correa en la medida en que tiene
frente a sí un mandato popular con lineamientos que, de no ser respetados, pueden poner en riesgo
la estabilidad política.
Dadas estas circunstancias, no se esperan grandes rupturas en el diseño y ejecución de la política
exterior ecuatoriana durante la administración Correa, por dos razones: en primer lugar, existe un
consenso entre diversos sectores para no arriesgar la imagen del país en el exterior, ya que la con-
vulsión política que ha sufrido representa una pérdida de inversión y de elegibilidad para el crédito
internacional; en esta vía, el respeto por los compromisos adquiridos con el exterior es vital. En segun-
do lugar, el margen de maniobra del gobierno, aunque es amplio internamente en virtud del apoyo
popular, es estrecho frente a actores internacionales, por lo que la prudencia en el accionar externo
prevalecerá.
[35]
En efecto, habrá continuidad en muchos temas y en especial en el fortalecimiento de organizacio-
nes regionales de integración, como la Comunidad Andina (CAN) y la Unión de Naciones Sudameri-
canas (UNASUR), que pueden representar para Ecuador réditos derivados de la integración comer-
cial y, más recientemente, energética. A pesar de lo que muchos suponen, no existe un alineamiento
absoluto con Hugo Chávez, y el gobierno de Quito no se ha involucrado en la Alternativa Bolivariana
para las Américas (ALBA); por el contrario, el presidente Correa ha buscado insistentemente el retor-
no de Venezuela al seno de la CAN, lo que denota su interés en fortalecer la integración andina más
allá de la continental. Vale le pena recordar que Ecuador es el país más beneficiado por el comercio
intra andino, especialmente en los últimos 3 años. Sus exportaciones en este contexto se han duplica-
do, pasando de US$ 783 millones en 2004 a un estimado de US$ 1.648 millones en 200635.

Estados Unidos, un aliado condicional


Las relaciones con Washington han sido controversiales desde que Correa era candidato a la
presidencia. El rechazo a la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, la
no renovación del acuerdo sobre la Base de Manta, que expira en noviembre de 2009, así como el
reingreso a la OPEP, se revelaban como temas que podrían distanciar a ambos Estados; con todo, el
gobierno de Quito ha sido muy prudente en sus actuaciones en el campo bilateral.
En cuanto al TLC, la administración Correa ha dejado en claro que le interesa tener una relación
comercial fluida con su vecino del norte, aunque no en el marco de un acuerdo de libre comercio, sino
en uno de complementación económica, menos ambicioso pero más realizable. Este pacto buscaría

34
PONCE LEIVA Javier, “Las relaciones entre Ecuador y Colombia, un ejemplo de una política exterior democrática”, en Comentario
Internacional, No. 6, semestre 2005- 2006, p. 49.
35
Comunidad Andina, Secretaría General, Proyecto Estadística “Exportaciones FOB Intra-comunitarias”, [en línea], en www.comu-
nidadandina.org

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institucionalizar las ventajas arancelarias otorgadas en el marco del ATPDEA36 para no depender de
los cambios en la composición ideológica del Senado y de la Cámara de Representantes de Estados
Unidos. Las elecciones presidenciales de 2008 en Estados Unidos serán determinantes para el futuro
de este acuerdo: de darse la victoria de un demócrata el camino para dicho acuerdo estará despejado.
Al respecto, cabe recordar la oposición de algunos miembros de este partido a buena parte de los tra-
tados de libre comercio firmados por el gobierno de Washington y a algunos en trámite, por lo que el
acuerdo de complementación económica resulta práctico y viable.
En lo concerniente a la Base de Manta, aunque la no renovación parece inamovible, hasta el mo-
mento no ha habido declaraciones condenatorias de Washington sobre esta decisión.
Por otra parte, el reingreso de Ecuador a la Organización de Países Exportadores de Petróleo, otra
de las promesas bandera de Correa en política exterior, denota una politización cada vez mayor del
tema energético en la región. En 1992, Quito había decidido el retiro del cartel ante la presión ejer-
cida por Estados Unidos, cuya economía fue víctima de las consecuencias de los embargos petroleros
de los años setenta. El gobierno de Sixto Durán Ballén (1992-1996) concebía a los Estados Unidos
como una prioridad en política exterior, a lo que se sumó la suspensión de las ventajas arancelarias
otorgadas a Ecuador, lo que provocó el retiro de este último de la OPEP.
En este contexto, surge la inquietud por establecer si Estados Unidos tomará retaliaciones contra
el país andino en lo concerniente al ATPDEA, ante el reingreso de este a la OPEP y la suspensión del
contrato de Manta. Hasta el momento, una derogación de las ventajas arancelarias para los andinos
que gozan de sus beneficios (Ecuador, Bolivia, Colombia y Perú) parece improbable, ya que provo-
caría un aumento vertiginoso de los cultivos de uso ilícito. Cabe recordar que una de las estrategias
antinarcóticos emprendidas por el gobierno de Washington y que ha tenido éxito es el desarrollo de
cultivos alternativos que generan un ingreso estable para los campesinos andinos en el marco de ven-
[36] tajas arancelarias. En resumidas cuentas, Estados Unidos también depende y se ve afectado por las
dinámicas de la región andina, por lo que un cambio drástico en sus economías puede afectarle.

Colombia y Ecuador: dos naciones siamesas 37 separadas por la política


Luego del acuerdo de paz logrado entre Perú y Ecuador en octubre de 1998 en Brasil, la política
exterior ecuatoriana experimentó un cambio sustancial en dos sentidos. Primero, se modificó el prin-
cipio por el cual Ecuador buscaba el acceso a un mayor territorio en el Amazonas, que duró desde
1940 hasta la firma del citado acuerdo. En segundo lugar, Perú perdió peso en la agenda de seguridad
y política exterior, dejando un lugar que fue ocupado por Colombia y específicamente por los efec-
tos de su conflicto sobre las provincias fronterizas (Sucumbíos, El Carchi y Esmeraldas). Asimismo,
la firma del acuerdo entre Lima y Quito coincide con la implantación del Plan Colombia, factor de
exacerbación del conflicto colombiano.
En consecuencia, la ponderación del tema de Colombia en la agenda interna y exterior del Ecua-
dor aumentó de manera negativa, y al tiempo se comenzó a asociar a los colombianos con el crimen,
los robos, el secuestro y un sinnúmero de delitos, hasta crearse incluso un ambiente de xenofobia. Esto
se pudo corroborar en noviembre de 2006 en un informe del diario El Tiempo, que denunciaba las dis-
criminaciones de las que eran objeto los colombianos en algunas de las poblaciones fronterizas38. Aun-
que la situación es preocupante, parece no existir una voluntad por parte del gobierno colombiano
por convertir a Ecuador en una prioridad de su política exterior, lo que agudiza el problema. Según el

36
Es un acuerdo que le permite a una serie de bienes andinos entrar al mercado estadounidense con ventajas arancelarias. Se le deno-
mina Andean Trade Preferentes Act- Drugs Enforcement.
37
El término fue utilizado por el historiador ecuatoriano Jorge Núñez en el marco de la Cátedra de Ecuador, Universidad Nacional de
Colombia, Universidad del Rosario, Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, Bogotá, 1 de febrero de 2007.
38
AYALA SAMANIEGO Maggy, “Brotes de xenofobia contra colombianos en Ecuador”, El Tiempo, 12 de noviembre de 2007 [en
línea], en www.gda.com

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internacional
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), 250 mil colombianos han
cruzado la frontera para huir de la violencia; no obstante, desde 2000 sólo se han registrado 50 mil
como refugiados, debido al temor a represalias o por desconocimiento, y 15 mil han sido reconocidos
por el Estado ecuatoriano. Solamente a Lago Agrio, provincia de Sucumbíos, llegan 230 colombianos
al mes. Es menester reconocer, en todo caso, que Ecuador ha respetado la Convención de 1951 sobre
el Estatuto de Refugiados, destinando recursos para su atención39.
En lo que tiene que ver con el conflicto armado colombiano, el presidente Correa ha sido muy
contundente desde que era candidato en cuanto a la no intervención de su país en el tema. En octubre
de 2006, en plena campaña presidencial, el entonces candidato aseveró que no calificaría a las FARC
de terroristas, pronunciamiento que fue muy mal recibido en Colombia, sin tener en cuenta que se
trata de un principio de política exterior ecuatoriano.
A pesar de los desencuentros causados por los efectos del conflicto colombiano y las fumigaciones
que por aspersión aérea ordenó el gobierno colombiano a finales de 2006 en la frontera sur, existen
lazos que van más allá de dichos problemas: se evidencian en la relación comercial, que goza de buena
salud y cuenta con una proyección en ambas economías. Después de Perú, Colombia es el segundo
destino de las exportaciones ecuatorianas, y recibe el 21% del total de las mismas. En cuanto a las
importaciones, Colombia se consolida como su principal socio, ya que el 31% de las importaciones
provienen de este país40.
Aunque se trata de dos economías competitivas y el intercambio es deficitario para el Ecuador,
este va en ascenso; pero lo más importante tiene que ver con el contenido cualitativo. El comercio se
basa en productos manufacturados con alto valor agregado, lo cual ha ayudado a diversificar las eco-
nomías, ha impactado positivamente las cifras de empleo y ha contribuido al aprendizaje en ambos
países41. Ahora bien, resta por determinar el impacto que pueda tener sobre este comercio la firma de
un TLC entre Colombia y Estados Unidos.
[37]
De cara al futuro, existen puntos comunes en la agenda de ambas naciones que merecen una aten-
ción especial, ya que pueden ser escenarios de concertación e integración política.
Una de las coincidencias entre Colombia y Ecuador es que a pesar de contar con una salida al
Océano Pacífico, no han aprovechado dicha condición para proyectarse hacia el Asia Pacífico42. Am-
bos países se encuentran en proceso de admisión para convertirse en miembros del foro Asian Pacific
Economic Cooperation (APEC), y para 2008 se espera una respuesta por parte del mismo. La entrada
de ambos en el foro significaría la posibilidad de diversificar las relaciones de los países andinos que
tienen salida al Pacífico, circunstancia que ya ha sido aprovechada por Perú y Chile, que hacen parte
integral del APEC. El ejemplo de los gobierno de Lima y Santiago deja enseñanzas para las políticas
exteriores de Bogotá y Quito. Los primeros han diversificado con éxito sus relaciones comerciales ex-
teriores, haciéndolas menos vulnerables a los cambios en el exterior e incentivando la diversificación
de la producción nacional para acomodarse a las demandas de los nuevos socios.
A su vez, la Comunidad Andina se perfila como un escenario de encuentro de intereses entre
Colombia y Ecuador. Desde su llegada al poder, el presidente Correa ha insistido en la necesidad del
regreso de Venezuela y el fortalecimiento del bloque. Paralelamente, los mandatarios de Quito, La
Paz y Caracas comparten las inquietudes por los efectos negativos que un tratado de libre comercio
de Estados Unidos con Perú y con Colombia pueda tener sobre el comercio andino. Por lo tanto, la

39
“Ojo al Ecuador”, en El Tiempo, Editorial de 18 de noviembre de 2007.
40
Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), “Ecuador: comercio exterior global: enero - junio de 2005 - 2006”, 10 de
agosto de 2006 [en línea], en www.agrocadenas.gov.co
41
Conferencia pronunciada por el economista Marco Romero, en el contexto de la Cátedra de Ecuador, Universidad Nacional de
Colombia, Universidad del Rosario, Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, Bogotá, 22 de febrero de 2005.
42
Los puntos en común de las agendas de ambos países son el fruto de reflexiones en el seno del Observatorio de Política Exterior
Colombiana, en especial de discusiones con el embajador Fabio Ocaziones Jiménez.

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CAN puede servir de escenario para la concertación de una política común andina frente al tema del
comercio con los Estados Unidos. El tema cobra importancia ante la dilatación en la ratificación del
tratado comercial con Colombia en el legislativo norteamericano, circunstancia que obliga a la admi-
nistración Uribe Vélez a diversificar sus relaciones con el fin de reducir la vulnerabilidad colombiana
frente a Washington.
Finalmente, en lo referente al ATPDEA y al sistema generalizado de preferencias (SGP)43, Ecua-
dor y Colombia comparten el anhelo de que ambos mecanismos de lucha contra las drogas adquieran
un carácter institucional y no dependan de los embates políticos coyunturales. En este sentido, ambos
pueden formular una política exterior regional que dé más fuerza a su inserción y estimule la integra-
ción binacional, que sólo es posible si se identifican intereses comunes.

V. CONCLUSIONES
A lo largo del texto se pudo corroborar que en las últimas décadas, y especialmente desde el go-
bierno de Sixto Duran Ballén, existe una tendencia marcada al reformismo, en el afán de profundizar
la democracia y estabilizar a Ecuador. Sin embargo, la volatilidad política ecuatoriana no es el fenó-
meno más trascendental y determinante en términos democráticos; la inestabilidad es tan sólo el síntoma
de una problemática mucho más compleja: una consolidación democrática inacabada. En este sentido, Ecuador es
un claro ejemplo de la brecha que existe en los países andinos entre la instauración de la democracia y
su efectiva consolidación, fenómeno que merece un análisis detallado que permita evaluar de manera
más prolija el estado de las democracias de la región.
Por otra parte, el gobierno de Rafael Correa cuenta con un importante apoyo popular que le per-
mite avanzar en las reformas preconizadas durante su campaña presidencial. Ahora bien, es necesario
recordar que en el pasado las esperanzas no colmadas de la población provocaron la caída de varios
gobiernos, ante lo cual la administración Correa deberá estar atenta para no agudizar la crisis.
[38]
La Revolución Ciudadana es un proceso en construcción, por lo que la formulación de defini-
ciones precisas resulta un ejercicio irrealizable. No obstante, existen referentes claros que permiten
dilucidar las ideas más básicas sobre la orientación del proceso. Este busca sobre todo mejorar cuali-
tativamente el estado de la democracia ecuatoriana mediante reformas concretas al sistema político
y económico. Asimismo, las transformaciones aspiran a modificar la cultura política ecuatoriana,
para hacer de Ecuador una sociedad más incluyente, responsable en términos políticos y activa en la
gestión del poder.
En cuanto a las reformas al sistema político, dependen en buena medida de la nueva Carta Magna
en la que el gobierno intentará, entre otros, reforzar los poderes del ejecutivo. Para muchos esto cons-
tituye una amenaza contra la democracia y el Estado de derecho. En este debate lo más determinante
será analizar la transparencia en los procesos de transformación, de eso depende la legitimidad del
mismo.
La política exterior revela complejos desafíos en el plano regional andino, especialmente en cuan-
to al relanzamiento de la CAN, y entraña un reto enorme con miras al futuro en el ámbito bilateral
con Colombia. Las relaciones entre ambos se han visto dilatadas en el último tiempo, y los más afec-
tados han sido los ciudadanos de uno y otro lado de la frontera que diariamente sufren los embates
del conflicto colombiano.
Finalmente, Ecuador atraviesa un proceso, y por ello requiere de un seguimiento constante e
ininterrumpido: la naturaleza misma del fenómeno supone transformaciones que continúan en el
tiempo, por lo que su estudio es una tarea ineludible para entender la compleja realidad de los andi-
nos.

43
El SGP, que nació en 1990 y otorga ventajas arancelarias a Ecuador, Perú, Bolivia, Colombia y, años más tarde, a Venezuela.

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internacional
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