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Síntomas Del Vacío

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SÍNTOMAS DEL VACÍO

22 de Marzo, asistí a un curso impartido por el psicoanalista italiano Massimo Recalcati, que tuvo
lugar en Madrid.

Recalcati es milanés; ejerce su profesió n en dicha ciudad, ademá s de ser docente de la Universidad
de Pavía. Se formó en Psicoaná lisis Lacaniano en París, contando ademá s con una só lida formació n en
Filosofía y Sociología. No es un lacaniano ortodoxo, sino que está abierto a otros muchos autores:
Desde Freud, Ferenczi, Heléne Deutch, Mélanie Klein, Bion, y Otto Kernrberg, entre otros. Es
presidente de la Escuela Lacaniana en Italia y fundador de “Joná s”( Centro de Investigació n
psicoanalítica de los nuevos síntomas). Colabora en revistas internacionales y en el perió dico italiano
“Il Manifesto”.

Entre sus libros, destacan:” Clínica del vacío”, “La ú ltima cena “, “El hombre sin Inconsciente”, “No
era como antes” y “El complejo de Telémaco”, que aparecerá en españ ol el pró ximo Octubre.

Este artículo, pretende divulgar a modo de resumen, la charla de Recalcati, con el que me identifico,
desde que leí su libro”Clínica del vacío”, allá por 2009.

Los “síntomas del vacío” son aquellos con los que nos enfrentamos los psicó logos que tratamos a
pacientes en consulta. Se trata de un nuevo tipo de patologías caracterizadas por una defensa
desesperada frente a la angustia, aunque muchas veces, los sujetos no sepan precisar de qué se
angustian.

Dichos síntomas van desde ataques de pá nico o ansiedad, trastornos de alimentació n (anorexias,
bulimias, obesidades mó rbidas ), depresiones que son má s bien apatías, dependencias patoló gicas ( a
sustancias, a personas, a las pantallas de todo tipo … ), a síntomas psicosomá ticos, etc.

La emergencia de estas nuevas patologías nos tiene que hacer pensar en un cambio social y por
tanto de un cambio en los conflictos del individuo.

Este cambio social puede situarse desde la mitad del siglo XX, al finalizar la 2ª guerra mundial,
hasta hoy en pleno siglo XXI. Un hecho histó rico que inaugura una nueva época es la caída del Muro de
Berlín, en 1989. Anteriormente a este acontecimiento, la sociedad occidental se basaba en un precario
equilibrio, conseguido con los bloques Este- Oeste, pero la caída del muro, precipita un nuevo “status
quo” y entramos de lleno en la Era de la Globalizació n.

A partir de aquí, aparece un nuevo orden mundial y el sistema capitalista se pervierte, volviéndose
feroz y desaforado. La Democracia (el poder del pueblo) queda sustituida por la Plutocracia ( el poder
del dinero). Las antiguas ideologías, los valores, la religió n y la ética sufren una importante
devaluació n. La consigna de las nuevas generaciones es: el “Carpe diem”, o sea, vivir al día, de un modo
hedonista. Y como complemento, los siguientes imperativos categó ricos: “Debes consumir” y “Debes
gozar”.

Lo que nos enferma es el vacío que estas consignas llevan implícitas. Es el vacío de la Ley, de la
É tica, y como consecuencia aparece un vacío del Deseo: No hay ilusió n, no hay motivació n, ni metas, ni
libido, en términos freudianos.

¿Qué quiere decir Ley?: Los límites ló gicos para el desarrollo armonioso del individuo y de la vida
colectiva. TODO NO SE PUEDE. Los límites son necesarios y estructurantes para una sana evolució n
del individuo y de la sociedad . No se puede tener todo, comer todo, experimentar todo y que no haya
consecuencias. Necesitamos una Ley que nos contenga.
Freud en su ensayo “El malestar en la cultura” opone impulsos o pulsiones frente a cultura. Quiere
decir que la cultura implica sacrificar parte de lo instintivo. Habla de “Sublimació n”: Si somos capaces
de sublimar, es decir de sacrificar parte de lo instintivo, seremos seres creativos.

El vacío y la ausencia de Ley, matan la creatividad, instaurando la Repetició n. Así, los individuos se
ven abocados a repetir como autó matas, compulsivamente conductas, sin que exista la mínima noció n
de consciencia por medio.

Al poder le conviene una sociedad compuesta por individuos pasivos, adictos, sometidos,
consumistas, para manejarlos con facilidad.

Estamos en la era del Narcisismo. Todas las patologías del vacío que hemos mencionado tienen el
tronco comú n del narcisismo. Los individuos está n encerrados en sus burbujas, actuando de un modo
egoísta, buscando su propio placer o beneficio inmediato, en lugar de ser empá ticos o de estar
abiertos a los otros.

El soció logo Bauman habla de una sociedad líquida, caracterizada por la velocidad vertiginosa, la
transitoriedad total. Líquido frente a só lido, porque actualmente todo es cambiante, convulso y
amorfo, como el agua que se escapa entre los dedos.

Actualmente, se ha perdido en gran parte el sentimiento de culpa. Como no hay Ley, tampoco hay
culpa. El trauma no es producido como antañ o por el conflicto psíquico entre dos valores, sino que
hoy, el trauma está producido por el vacío de la Ley.

Actualmente, la tendencia no es desear el encuentro con el otro, es decir, la comunicació n, el amor,


sino el goce total (de algo o de alguien ) y este goce se convierte en mortífero. Pensemos en las drogas,
las bulimias, las adicciones, las dependencias patoló gicas. Es el goce que no reconoce el límite.

Los límites y la ley constituyen un trauma positivo, que dan posibilidad a la aparició n del deseo.
Deseo algo porque estoy en falta, no soy completo. El deseo es puntual y reconoce una falta, una
ausencia; mientras que el goce es total y narcisista: No le falta de nada o le falta todo.

La ú nica posibilidad de juntar deseo y goce se llama amor.

Recalcati promueve trabajar una clínica de la falta, frente a la clínica del vacío. En la clínica de la
falta hay deseo, hay renuncia, hay culpa, hay amor El deber del terapeuta es enseñ ar que la libertad no
es hacer todo lo que se quiere. La libertad es asumir lo que se hace. La libertad es un vínculo. Los
vínculos cobran importancia en la constitució n del sujeto, frente a la sociedad actual que fomenta el
individualismo, la soledad y la melancolía. Todo ello tiene como efecto la muerte del deseo y la
momificació n del sujeto. Por eso hablamos hoy de “Neo-melancolías “: No hay pérdidas, no hay duelo,
ni tristeza, ni culpa. Solo apatía y pereza de desear.

Los terapeutas concienciados, deben ocupar “el lugar del padre “, que imprime el límite y que
enseñ an a juntar la Ley y el Deseo. Las psicoterapias deben humanizarse.

Recalcati dice que al tratar clínicamente a un sujeto no debemos excluir nunca el contexto social.
Hay que hacer Psicología Social, porque a partir de Freud y de Lacan hay que tener en cuenta que el
sujeto no es un ente aislado, sino un producto de la sociedad que le ha tocado vivir. “El sujeto no es
nada sin el otro”.

En Octubre de este añ o, Recalcati publicará en españ ol “El complejo de Telémaco”. Se basa en la


historia de Ulises, relatada por Homero en “La Odisea “:
Ulises, rey de Ítaca, se va a recorrer el mundo, dejando en palacio a su esposa Penélope y a su hijo
adolescente Telémaco. Como el retorno de Ulises se demora tanto, Penélope se ve requerida por
numerosos pretendientes que quieren convertirla en su esposa, argumentando que Ulises ha muerto y
el reino necesita un nuevo rey.

Penélope guarda en su corazó n la esperanza de que su esposo vuelva. Todas las noches teje un
manto y a la madrugada desteje lo que ha hecho. Es una excusa frente a los pretendientes: Les dice
que cuando el manto esté terminado elegirá esposo entre ellos.

Mientras, Telémaco, el hijo de Ulises sufre al ver que el palacio de su padre ha sido tomado por los
perversos pretendientes que montan todas las noches comilonas y orgías arruinando los bienes y la
hacienda que le pertenece por herencia, al tiempo que ve sufrir a su madre.

Al final, Ulises vuelve, se une a su hijo y se enfrentan a los malvados pretendientes, arrojá ndolos del
palacio y desterrá ndolos de Ítaca. Con la vuelta del padre, se restablece la ley y todo vuelve a la
normalidad.

Para los seguidores de este blog recomiendo repasar los siguientes artículos, que tienen que ver con
el tema del vacío: “El laberinto de las adicciones “, “ El Narcisismo”, “ Adolescencia y patologías
narcisistas “ y “Autenticidad y autoestima”.

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