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Etica Periodistica

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Comunicación

Social
Modalidad Abierta y a Distancia

Ética Periodística
Guía Didáctica
5 créditos
Ciclo Carrera

8  Comunicación Social

La Universidad Católica de Loja

Facultad de Ciencias Sociales, Educación y Humanidades


MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA

Facultad de Ciencias Sociales, Educación y Humanidades


Departamento de Ciencias de la Comunicación

Ética Periodística
Guía Didáctica
5 créditos

Carrera Ciclo

- Comunicación Social VIII

Autora:
María Luján González Portela
Reestructurada por:
Valarezo Cambizaca Luis Mario
Abendaño Ramírez Mónica Elizabeth

PERI_4000
La Universidad Católica de Loja
Asesoría virtual:
www.utpl.edu.ec
Universidad Técnica Particular de Loja

Ética Periodística
Guía didáctica
María Luján González Portela
Reestructurada por:
Abendaño Ramírez Mónica Elizabeth

Diagramación y diseño digital:

Ediloja Cía. Ltda.


Telefax: 593-7-2611418.
San Cayetano Alto s/n.
www.ediloja.com.ec
edilojacialtda@ediloja.com.ec
Loja-Ecuador

Primera edición
ISBN digital - 978-9942-04-576-8

Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual
4.0 Internacional (CC BY-NC-SA 4.0)
Usted acepta y acuerda estar obligado por los términos y condiciones de esta Licencia, por lo que, si existe el
incumplimiento de algunas de estas condiciones, no se autoriza el uso de ningún contenido.

Los contenidos de este trabajo están sujetos a una licencia internacional Creative Commons Reconocimiento-
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No puede aplicar términos legales ni medidas tecnológicas que restrinjan legalmente a otras a hacer cualquier uso
permitido por la licencia. https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/

15 de julio, 2014
2. Índice

2. Índice 4

3. Introducción 5

4. Bibliografía 9

4.1. Básica 9

4.2. Complementaria 11

5. Orientaciones generales para el estudio 14

6. Proceso de enseñanza-aprendizaje para el logro de competencias 17

PRIMER BIMESTRE

Unidad 1. Necesidad de una prensa más ética 17

Unidad 2. El deseo de ser responsable 20

Autoevaluación 1 28

Unidad 3. Principales avenidas éticas 30

Autoevaluación 2 36

Unidad 4. La libertad y la ética de la prensa 38

Autoevaluación 3 41

SEGUNDO BIMESTRE

Unidad 5. Verdad, objetividad y ética 43

Autoevaluación 4 51

Unidad 6. La propaganda: abandonando la ética 53

Autoevaluación 5 61

Unidad 7. La fórmula tuff: ¿verdad o consecuencias? 63

Unidad 8. Análisis de los problemas: fuentes y citas 66

Autoevaluación 6 68

Unidad 9. Recapitulación 70

7. Solucionario 72

8. Anexos 79
Guía Didáctica: Ética Periodística PRELIMINARES

3. Introducción

La ética es el carácter o modo de ser moral adquirido a través del hábito y la


virtud. Por tanto, la ética del periodista es ese modo moral particular de ser
profesional que nos vamos apropiando con un esforzado ejercicio de las virtudes
y la interiorización de unos valores firmes y coherentes. Este es el camino para
ir formando bien nuestra conciencia y la única garantía para realizar decisiones
y actos realmente morales en medio de la velocidad y de los dilemas éticos que
nos plantea el agitado quehacer periodístico. Queremos decir con esto que basar
la educación ética solamente en el aprendizaje de normas éticas y de códigos de
conducta o deontológicos, y en el conocimiento de la legislación específica, sería
insuficiente. Las personas somos muy capaces de conocer todo esto y a la vez
de incumplirlo. Por el contrario, una educación ética basada en la virtud y en el
ejercicio de hábitos positivos, de modo constante y paciente, es la forma de irnos
haciendo, poco a poco, personas y profesionales éticos.

Esta tarea de irse construyendo un auténtico carácter o personalidad moral


es una misión que atañe a toda persona por el hecho de serlo, ya que somos
constitutivamente libres y morales; es decir, no nos queda más remedio que
elegir constantemente hacia dónde encaminar nuestra vida. De esta elección
libre depende lo que hagamos de nosotros mismos: o bien personas de una gran
calidad moral y, por tanto, rectas, honestas, íntegras, felices; o bien personas
de baja calidad moral, y, por tanto, inconstantes, manipulables, mediocres e
infelices. El hecho es que, inevitablemente, debido a nuestra libertad, estamos
construyendo y conduciendo nuestra vida hacia algún lugar, aunque siempre
haya grados intermedios. Pero quizás resida aquí nuestra grandeza: en tener en
nuestras manos la posibilidad de llegar a ser lo mejor de nosotros mismos y no
desperdiciar nuestra vida y talentos en algo menor.

Si afirmamos esto de cualquier ser humano, con mayor razón lo hacemos de


estas mujeres y estos hombres peculiares que son los periodistas, a quienes la

5 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRELIMINARES

sociedad les ha encomendado una responsabilidad tan grande. Como dice el


Pfr. Domingo Moratalla, las complejas situaciones que tienen que afrontar hoy
los periodistas y comunicadores hacen que los universos mediales -es decir, los
nuevos espacios que generan los medios de comunicación - se conviertan en
universos éticos y que lo ético no sea una dimensión más de la comunicación,
como algo añadido o accidental, sino que sea parte estructural de su naturaleza1
. Por poner un ejemplo, antes de evaluar moralmente una información, el hecho
de que dispongamos o carezcamos de ella es ya, estructuralmente, un problema
ético.

Hablando del poder que han adquirido los medios de comunicación actualmente
por su omnipresencia en todos los ámbitos del quehacer humano y de la
consiguiente responsabilidad moral que esto conlleva, son muy significativas las
palabras del pensador francés Gilles Lipovetsky:

Esta omnipresencia mediática unida a una poderosa influencia sin precedentes


es el origen del destacable regreso de la preocupación ética: cuando el poder
se incrementa, el interrogante sobre los justos límites de ese poder se vuelve
inevitable; (…). Sucede tanto con la ética de la información como con la bioética
o la ética ecológica: la consideración de las consecuencias deplorables o
catastróficas para los hombres y las instituciones democráticas sirve cada vez de
incentivo para la reactivación del principio de responsabilidad.2

Pero este reto que tiene ante sí el periodista, de convertirse en una persona moral
a la vez que elevar el nivel moral de su profesión día a día, no se puede realizar
sin tener claro un referente antropológico desde el cual visualizar quién es el ser
humano y qué es lo que lo humaniza y dignifica. Parafraseando a Jesús Martín
Barbero, si el comunicador deja de plantearse y preguntarse por lo peculiar y
único de la condición humana, estaría abdicando de su misión3.

1 A. Domingo Moratalla, “Ética hermenéutica y ética de la información”, en Éticas de la


Información y Deontologías del Periodismo, Tecnos, Madrid, 1995, p. 113.
2 Gilles Lipovetsky, El crepúsculo del deber, Anagrama, Barcelona, 1996, p. 235.
3 Cfr. Jesús Martín Barbero (1999): “Comunicación y solidaridad en tiempos de globalización”,
conferencia dictada en el Encuentro Mundial de Comunicadores Cristianos, Medellín. (inédita)

6 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRELIMINARES

Nuestro proyecto ético tendrá que partir, entonces, de un concepto de persona


que dé verdadero fundamento a la alta dignidad humana, y para ello acudiremos
a una antropología no reductiva sino potenciativa del ser humano, como es la que
aporta Cristo en el Evangelio y que desarrolla el Magisterio de la Iglesia Católica.

Unido a la relación entre los medios de comunicación y la dignidad humana están


aspectos tan cruciales para la sociedad actual como la defensa de la vida desde
la gestación, de la paz, de la interculturalidad, de la democracia, del derecho a la
educación, de una economía para el desarrollo y la igualdad, de la preservación
del medio ambiente, de la defensa de los grupos vulnerables como los no nacidos,
los menores, discapacitados, minorías étnicas, y otros muchos conflictos que
acucian a nuestro mundo y que exigen el compromiso de los periodistas y de los
medios de comunicación.

Desde esta visión y desde la experiencia del propio proyecto moral personal,
el periodista debe actuar con el sentido de responsabilidad que esta delicada
tarea de informar y comunicar comporta, sabiendo que más que el derecho
individual a la libertad de expresión lo que le debe mover es el deber de informar.
Lejos de ser ningún privilegio o arma de poder –como muchos periodistas y
directores de medios la utilizan- la libertad de expresión impone el deber en los
periodistas de hacer posible el derecho a la información que todo ciudadano
posee. La información, por tanto, no pertenece a los periodistas o a las empresas
informativas sino que le pertenece al público y es éste quien por un mandato
tácito delega en los comunicadores y en los medios la misión de acceder,
investigar y difundir la información para que se verifique el derecho universal a la
información y a la verdad.

No obstante, la realidad de los medios de comunicación que observamos


cada día, tanto en Ecuador como en el resto del mundo, es a menudo muy
desalentadora por los continuos ataques a la dignidad de la persona y la
tendencia a supeditar el periodismo y la comunicación a la lógica del mercado y
de los rating de sintonía. Ante ello, puede surgir en nosotros la pregunta de si un

versión: 1.2.0

7 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRELIMINARES

periodismo ético y responsable es posible, y no cabe más que una respuesta,


pues, como ya dijimos antes, lo ético es tan connatural al periodismo que es
preciso afirmar que el periodista o es ético o no es periodista.

Todo ello justifica la presencia de la Ética Periodística como asignatura obligatoria


y esencial del pénsum de estudios de la Licenciatura en Comunicación Social, en
el sistema UTPL-ECTS, tanto en la Modalidad Abierta y a Distancia como en la
Modalidad Presencial en Loja. Esta asignatura tiene una carga de cinco créditos y
se imparte en el octavo ciclo de la carrera.

Le animamos, querida y querido estudiante, a que emprenda el estudio de


esta materia con mucha ilusión y dedicación, sabiendo que la ética es un saber
práctico. Se trata no solo de conocer teóricamente cuál es el mejor modo de
hacer periodismo y comunicación sino de irse apropiando, a través de actos
virtuosos ejercitados diariamente, de un excelente modo de ser profesional. Esta
forma moral de vivir y de ser periodista, que se concreta en hábitos virtuosos
muy específicos (rigor con uno mismo y con los demás, búsqueda de la verdad,
inconformismo, integridad, independencia, etc…) son la mejor garantía para
no ceder a las tentaciones de mediocridad que a veces nos asaltan en nuestro
interior y para superar con dignidad los múltiples condicionantes externos con los
que tenemos que trabajar.

Mucho más allá de la calificación, si al final del ciclo académico hemos logrado
interiorizar este objetivo de nuestra asignatura y hemos empezado a adquirir
nuevos hábitos, propios de periodistas íntegros y libres, podemos considerar que
hemos “pasado” con éxito esta materia.

8 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRELIMINARES

4. Bibliografía

4.1. Básica

El texto básico de nuestra materia es Fundamentos Filosóficos de los nuevos


medios de información, de John Calhoun Merrill, filósofo norteamericano y
reconocido estudioso de la ética periodística. Es un libro editado en 1997 en
Nueva York y traducido por Porfirio Barroso Asenjo, Catedrático de Ética y
Deontología Periodística de la Universidad Complutense de Madrid y reconocido
experto en este campo.

Este libro lo estudiaremos casi completamente, a excepción del capítulo 7


(‘Korzybski al rescate’). La distribución de los capítulos del libro en cada bimestre
está indicado claramente más adelante en esta Guía.

En este libro Merrill analiza las distintas teorías éticas centrándose en la dialéctica
liberalismocomunitarismo, pues han representado las dos maneras principales
de entender las libertades informativas y la función periodística. La riqueza
del libro seguramente consiste en la continua ejemplificación de los temas con
casos prácticos del mundo periodístico lo que hacen muy didáctico y aplicado el
contenido.

Además del texto básico, es de estudio obligatorio la presente guía didáctica y,


especialmente, los diversos artículos o capítulos de libros que forman parte de los
anexos de la misma:

▪ BRIOSCHI E.T. (1984): Elementi di economia e tecnica della publicita.


Milán, Vita e Pensiero. En el fragmento que se extrae se analiza muy bien el
concepto de propaganda y su diferencia con la publicidad.

9 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRELIMINARES

▪ DE PABLOS, José Manuel ( ): Laboratorio de Tecnologías de la Información


y Nuevos Análisis de Comunicación Social, Depósito Legal: TF-135-98 /
ISSN: 1138-5820 Año 2º.

▪ FLECHA ANDRÉS, José Román (1995): “El valor de la verdad”, en E. Bonete


(coord.) (1995): Éticas de la Información y Deontologías del Periodismo,
Madrid, Tecnos, pp. 88-94. Es un interesante ensayo sobre la verdad que
debe transmitir el periodista en sus textos: la verdad sobre el hombre, sobre
el mundo y sobre Dios.

▪ GONZÁLEZ PORTELA, Ma . Luján (2008): Libertad y responsabilidad de la


prensa en el autocontrol y la enseñanza de la ética de cinco países andinos
(tesis doctoral), Universidad Complutense de Madrid (España). De esta tesis
extraeremos el concepto de Autocontrol ético y las formas más importantes
de autocontrol.

▪ RESTREPO, Javier Darío (2006): “Las fuentes”, lección 24 del libro 40


lecciones de ética de Javier Darío Restrepo. Caracas, Mondadori, pp. 147-
152. Este autor, un experimentado periodista colombiano, nos ilustra con su
gran conocimiento práctico la forma ética de manejar las fuentes.

▪ RODRÍGUEZ DUPLÁ, Leonardo (1995): en E. Bonete (coord.) (1995): “Ética


clásica y ética periodística” en Éticas de la Información y Deontologías del
Periodismo, Madrid, Tecnos, pp. 65-77.

(1995): “Incidencia en la ética periodística del debate entre teleologismo y


deontologismo”, en Éticas de la Información y Deontologías del Periodismo,
Madrid, Tecnos, pp. 174-190.

Tanto en uno como en otro artículo, Rodríguez Duplá hace una comparación
de la ética basada en virtudes (clásica) y la ética basada en normas (ética
moderna), subrayando la importancia de la primera sobre la segunda, así como
clarifica el debate histórico entre éticas teleológicas, que van desde el utilitarismo
hasta el maquiavelismo, y las ética deontológicas, que basan su actuación en la

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Guía Didáctica: Ética Periodística PRELIMINARES

coordinación de varios principios éticos. Ello nos ayuda a descubrir cuáles son
las posturas éticas más adecuadas que debemos asumir como personas y como
periodistas.

4.2. Complementaria

▪ Fuentes impresas

Los siguientes libros, si bien no son estrictamente necesarios, le pueden ser de


utilidad y enriquecimiento:

▪ GARCÉS, Fabián (1993): Ética en la Comunicación. Quito, Cronos,


Comunicación para el desarrollo.

(1995): “¿Exigir ética solo al periodista?”, en Chasqui, No . 50, enero 1995. Quito,
CIESPAL.

En ambos documentos, este autor ecuatoriano ya fallecido los temas típicos de la


ética periodística en relación a los conflictos habituales del periodista.

▪ HERRÁN, María Teresa y RESTREPO, Javier Darío (2000): Ética para


periodistas. Bogotá, Tercer Mundo Editores, edición ampliada para
Latinoamérica. Éste es un libro que hace un repaso interesante por los
principales principios de la ética periodística e incluye una colección de
varios códigos éticos importantes. Tiene también el valor de aportar la rica
experiencia profesional de Javier Darío Restrepo y la visión jurídica de la
académica María Teresa Herrán.

▪ KAPUSCINSKI, Ryszard: “La utopía ética”. Presentación en power point


realizada por Javier Darío Restrepo. Este texto nos aporta las ricas ideas del
periodista polaco, nacidas de la vasta y entregada vida de un periodista de
vocación.

11 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRELIMINARES

▪ MALDONADO S., Alberto (1983): “Deontología Profesional. Código de ética


del periodismo ecuatoriano” en Comunicación o Incomunicación (1983).
Quito, Ediciones Índice. Este autor hace un análisis sobre el código ético
de los periodistas ecuatorianos, que aunque ya está un poco desfasado,
conviene conocer.

▪ OQUENDO, Diego (1987): Alegato por la Prensa y sus Libertades. Quito,


El Conejo. En esta obra, el conocido periodista de Radio Visión expresa su
perspectiva acerca de las libertades informativas sobre todo en nuestro país.

▪ PAZ Y MIÑO, Juan J. (1986): “Derecho de libre expresión y Código de


Ética en Ecuador”, en Chasqui, No . 18 (abril-junio 86). Quito, CIESPAL
(pp. 43-53). El historiador Paz y Miño hace una relación sobre el significado
de la libertad de expresión y el modo como la interpreta el código ético
ecuatoriano.

▪ RICAURTE, César (2007): “Ciudadanos y medios, la observación y vigilancia


es un camino”, en diario El Universo de 22 de julio de 2007: Enlace web En
este artículo, el autor, un conocido activista por las libertades informativas,
reflexiona sobre la importancia de las audiencias para lograr que los medios
de comunicación sean más éticos.

▪ SALVADOR GARCÍA, Milton (2004): Comunicación Social. Leyes, Estatutos,


Reglamentos y Códigos de Ética. Quito, Editorial Quipus-CIESPAL. En
este folleto, el autor recoge la ley del ejercicio profesional del periodista
ecuatoriano, así como los estatutos de la Fenape y el código de ética del
periodista, documentos que, aunque obedecen a un momento histórico,
conviene conocer.

▪ Fuentes de internet

(sitios web, portales, blogs y recursos electrónicos)

A continuación tiene Ud. una relación de sitios web sobre comunicación y


periodismo y revistas especializadas en comunicación, algunos de los cuales
12 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA
Guía Didáctica: Ética Periodística PRELIMINARES

contienen información relativa a la ética periodística, códigos éticos del


periodismo, artículos interesantes o documentación sobre el tema que le pueden
servir para ampliar su conocimiento:

Portales o sitios web

▪ e-periodistas (guía de recursos de Internet para periodistas): Enlace web


▪ pressnet (portal de recursos periodísticos): Enlace web
▪ CELAP (Centro Latinoamericano de Periodistas): Enlace web
▪ ijnet (Red internacional de periodistas): https://www.ijnet.org/es/Director.
aspx?P=Ethics
▪ ALAIC (Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación):
Enlace web
▪ Infoamérica (portal de la comunicación iberoamericana): Enlace web
▪ IPYS (Instituto Prensa y Sociedad): Enlace web
▪ Poynter Online: http://www.poynter.org/subject.asp?id=32

Revistas especializadas en comunicación

▪ Sala de Prensa: Enlace web


▪ FELAFACS (Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación
Social): http://www.dialogosfelafacs.net/77/enlaces-red.php (relación de
todas las revistas de comunicación latinoamericanas)
▪ Revista latina: http://www.ull.es/publicaciones/latina/ versión: 1.2.0

13 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRELIMINARES

5. Orientaciones generales para el estudio

Sobre la estructura de la guía didáctica

Para el estudio de la materia, como Ud. ya conoce, es preferible empezar


leyendo la guía didáctica. En ella estructuramos los contenidos del texto básico
de la siguiente forma: tomamos nueve de los diez capítulos del mismo (La
Ética del Periodismo), y los distribuimos en nueve temas agrupándolos en dos
partes o bimestres. En el primer bimestre tendremos los temas 1, 2, 3 y 4, que
corresponden a los cuatro primeros capítulos del libro, y en el segundo bimestre
trataremos los temas 5, 6, 7, 8 y 9, que corresponden al resto de capítulos del
libro, excepto el capítulo 7 (‘Korzybski al rescate’), que no lo vamos a estudiar.

En la guía didáctica encontrará por cada tema una serie de explicaciones,


aclaraciones o ampliaciones de lo que contiene el texto básico, que intentarán
ayudarle en la comprensión del mismo. Dicha explicación la estructuramos en
varios apartados:

Referencia: Indica el capítulo del texto base al que nos estamos refiriendo.

Diálogo cognoscitivo-orientación: Explicaciones y recomendaciones del Profesor.

Actividad recomendada: Actividades complementarias y de refuerzo para


promover un mejor aprendizaje de los contenidos.

Autoevaluación: Al final de cada tema le proponemos unos ejercicio de


autoevaluación que le recomendamos que realice para que verifique usted mismo
qué nivel de comprensión de los contenidos ha alcanzado hasta el momento
y detecte sus debilidades y dificultades, para pedir la ayuda que requiera al
profesor.

14 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRELIMINARES

Recomendaciones metodológicas

En orden a obtener el máximo provecho de su tiempo y de su


esfuerzo, nos permitimos hacerle las siguientes recomendaciones
metodológicas:

1. Lea detenidamente los capítulos pertinentes del texto básico y las


explicaciones del profesor en la guía. Para ello, debe realizar una lectura
pausada y analítica de cada uno de los temas expuestos en el libro.

2. Elabore fichas de resúmenes con los contenidos de cada uno de los


capítulos.

3. Aplique el significado e interpretación que extraiga de los contenidos del libro


y de la guía en las actividades que le sugerimos.

4. Realice las tareas y aplique los contenidos en las actividades que le


proponemos, para lo cual racionalice y organice debidamente su tiempo.

5. Tanto en el estudio del libro y de la guía como en la elaboración de sus


tareas, tenga siempre a mano un Diccionario de la Lengua Española (o
consúltelo en la web: www.rae.es/rae.html), para verificar el significado de
las palabras y para escribir correctamente y rigurosamente en su idioma,
como corresponde a un estudiante de 8º. ciclo. Lógicamente, la evaluación
de sus trabajos a distancia tendrá en cuenta el dominio de la ortografía y de
la sintaxis.

6. Es útil también el uso de un Diccionario de Sinónimos y Antónimos para


evitar la repetición de palabras y para ir adquiriendo una riqueza léxica,
característica básica de un buen periodista.

15 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRELIMINARES

Actitud personal ante el estudio

Cuando se disponga a estudiar, le recomendamos que tenga en cuenta lo


siguiente:

▪ Tenga una actitud positiva, voluntad, motivación e interés.


▪ Planifique un horario real del tiempo de estudio.
▪ Procure que el lugar de estudio esté limpio y cuando inicie cuide de que no
haya ruido o distracciones a su alrededor.
▪ Tenga a la mano todas sus herramientas de estudio para que no tenga que
distraerse por alguna necesidad.
▪ Utilice fichas de trabajo o tenga un cuaderno para anotar lo más importante.

16 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

6. Proceso de enseñanza-aprendizaje para el logro de competencias

Primer bimestre

Unidad 1. Necesidad de una prensa más ética

Referencia: Esta unidad se basa en el capítulo I del texto básico (pp. 33-62).

Competencia a desarrollar en esta unidad e indicadores de aprendizaje

Como ya consta en el cuadro de planificación para el trabajo del alumno, la


competencia principal que queremos desarrollar en usted esta primera unidad es
“Conoce y comprende la importancia de la verdad y la objetividad en el periodismo
desde la visión del humanismo cristiano.”

También conviene tomar en cuenta que usted va a poder comprobar o evidenciar


que adquirió esta competencia si ha aprendido dos cosas:

▪ Discernir la mejor elección en cada situación profesional.


▪ Entender la relación entre libertad y responsabilidad.

17 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

Temas clave de la unidad

▪ Entender la sensibilidad actual que hay en la sociedad, muy crítica con la


actuación de los medios.

▪ Descubrir la importancia de la teoría de la responsabilidad social que elaboró


la Comisión Hutchins en 1947 en Chicago.

Motivación

En este tema vamos a detectar que la alarma que ya dieron en 1947 un grupo de
académicos y periodistas, agrupados en la Comisión Hutchins, y que dieron a luz
a la Teoría de la Responsabilidad Social de la Prensa, continúa estando presente
en la sociedad actual, pues los cinco puntos críticos que plantearon (pp. 51-52 del
texto básico) siguen vigentes en la actualidad.

Diálogo cognoscitivo – orientación

Las críticas contra la prensa son tan viejas como la misma prensa. Desde el
principio del periodismo se han levantado voces críticas sobre las actuaciones
antiéticas y corruptas de muchos diarios y periodistas. Una voz que se alzó con
fuerza fue la de la denominada Comisión Hutchins en 1947, en Chicago, llamada
a sí porque fue comandada por Robert M. Hutchins, Canciller en ese entonces
de la Universidad de Chicago. Éste conformó un grupo de notables académicos
que se encargaron de hacer un diagnóstico de la situación de la prensa
estadounidense, que había mostrado enormes debilidades a raíz de la cobertura
que hicieron de los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, y de plantear
cuáles eran los retos que debía asumir para ser una prensa realmente pertinente
y responsable con la sociedad.

La crítica dura que hizo la Comisión Hutchins en aquel entonces se encontró con
la fuerte oposición de la mayoría de los grandes medios norteamericanos que no
aceptaron el informe de la Comisión acusándolo de autoritario y de ir en contra
de la libertad de expresión. Esta reacción reflejó las dos formas que existían

18 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

en Estados Unidos, y también a nivel mundial, de entender el periodismo y la


libertad de expresión: una visión muy liberal, que entendía la libertad en términos
absolutos, y otra visión, centrada en la responsabilidad que los medios de
comunicación contraen con la sociedad.

Entre éstos estaban los filósofos comunitaristas, que ponían el énfasis no en el


individuo, como los liberales, sino en la comunidad y en la sociedad. El análisis
de estos debates y contradicciones que se dieron en Estados Unidos y en otros
países, y que siguen hasta la actualidad, nos hacen adoptar un postura crítica
frente al extremismo con el que muchos entienden la libertad de expresión y las
libertades de la prensa en general, y que esa libertad debe estar al servicio de
la responsabilidad con la sociedad. Es decir, que se tiene que dar un cambio de
eje: pasar del énfasis en el emisor (los periodistas y la prensa) al énfasis en el
receptor (la audiencia, la sociedad).

Actividades recomendadas

1. Realice un pequeño sondeo a unas diez personas con la pregunta ¿qué le


parecen los periódicos ecuatorianos? ¿Qué piensa de los periodistas en
Ecuador? Después, saque sus conclusiones y compárelas con la opinión
que tiene la gente en Estados Unidos, según lo que contiene el texto básico.

2. Revise las cinco exigencias de la Comisión Hutchins y piense cuáles son las
más necesarias para la prensa en el Ecuador.versión: 1.2.0

19 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

Unidad 2. El deseo de ser responsable

Referencia:

Esta unidad se basa en el capítulo II del texto básico (pp. 65 – 92).

Competencia a desarrollar en esta unidad e indicadores de aprendizaje

La competencia principal que queremos desarrollar en usted en esta segunda


unidad es la misma que en la primera “Conoce y comprende la importancia de la
verdad y la objetividad en el periodismo desde la visión del humanismo cristiano.

Usted va a poder comprobar o evidenciar que adquirió esta competencia si ha


aprendido dos cosas:

▪ Discernir la mejor elección en cada situación profesional.


▪ Entender la relación entre libertad y responsabilidad.

Temas clave de la unidad

▪ Detectar la necesidad de ser responsable.


▪ Definir lo que representa la responsabilidad del comunicador.
▪ Identificar el papel del periodista frente a la sociedad.

20 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

Motivación

Esta unidad se centra en un hecho palpable en el periodismo: que en todo buen


periodista deber haber el deseo y la voluntad de ser ético y la conciencia de que
se está haciendo lo más justo en cada momento. Puede haber diferencias entre
los periodistas en la forma de concebir lo ético y lo justo, pero lo que no puede
faltar es el deseo sincero de ser éticos.

Diálogo cognoscitivo – orientación

El periodismo, una profesión llena de dilemas éticos

Cuando somos estudiantes de Periodismo se nos advierte siempre sobre


los dilemas éticos que el ejercicio de esta profesión conlleva. Repasamos,
deslumbrados, famosos casos de la historia de la prensa en los cuales la verdad
fue desvirtuada. Empeñados en conseguir una buena formación juramos en
silencio no cometer nunca un fraude. Y así, las figuras de Janet Cooke y Jaison
Blair-brillantes narradores de historias imaginarias se erigen como la antítesis del
buen periodista: aquel que siempre dice la verdad. Hasta nos volvemos enemigos
declarados de todos aquellos que sirven a intereses políticos y económicos.

Tal vez el día en que un presidente, un agente de gobierno o un empresario


poderoso intente comprar nuestro silencio o postura tarde en llegar, y quizá nos
encontraremos pocas veces en encrucijadas éticas tan pomposas como las
ilustradas en los libros. Lo que no imaginamos de estudiantes es que los dilemas
morales se nos presentarán todos los días y en las situaciones “más sencillas”.

Todas las acciones llevan impresas decisiones éticas, aún las de poca
trascendencia, y esto puede comprobarse en el ejercicio diario. Ser éticos va más
allá de no aceptar sobornos o no transmitir historias falsas como verdaderas. La
diferencia entre colocar una grabadora con desidia para rellenar la nota y la de
escuchar con atención, con la disposición para entender y luego procurar hacer
entender al público, es fundamental. Llegar tarde a una comisión, pedirle el dato
a un colega y salir del apuro no es igual a ser testigos primeros del hecho. Cubrir

21 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

las noticias desde internet o través del teléfono resulta pobre e insuficiente. Nadar
en la superficialidad, informar sin investigar, sin un trabajo acucioso, puede ser
tan peligroso como mentir. Conformarnos con un dato dudoso, inexacto, difuso,
es más corrosivo que obviarlo. Quedarnos solo con la información de las primeras
fuentes puede tendernos muchas trampas, y hasta aceptar un gesto “amable”
(almuerzos, obsequios, favores, etc.) nos pondrá en apuros.

Como si fuera poco, el uso de la palabra nos presenta también un gran reto. La
tentación de recurrir a la ficción para escribir historias más impactantes siempre
está rondándonos. Resulta fácil transgredir la realidad con un adjetivo superlativo
y de mayor impacto. El lenguaje insinuante y tendencioso del que algunos se
ufanan, no es sinónimo de agudeza y buena pluma, sino de irresponsabilidad
y cobardía. El periodista no sólo es responsable ante la sociedad de lo que
dice, también de cómo lo dice, y del procedimiento por el cual ha obtenido la
información. Un buen periodista debe ‘tener puesta la camiseta’ de la ética a
todas horas y ‘sudarla’ con pasión, para preservar lo más valioso que tiene: su
independencia y su credibilidad.

La necesidad de ser responsable nace de la frecuente ocurrencia de ciertos


hechos lamentables que nos demuestran que estamos atravesando por una grave
crisis de los valores tradicionales. De forma general se observa que principios
fundamentales considerados anticuados de carácter universal han perdido
vigencia como sistema de valores, incidiendo negativamente en las diferentes
actividades sociales, donde el Periodismo no se encuentra ajeno al problema.

Pero antes de cualquier reflexión, resulta necesario aclarar qué se entiende


por valor. Diversos autores coinciden en que el valor va siempre unido a una
necesidad; es decir, a un objeto se le atribuye valor porque tiene cualidades
que responden a determinadas necesidades. En consecuencia, el valor no
existe, se lo entiende como propiedad de una cosa o una actitud basado en una
necesidad. Desde este punto de vista, en una sociedad habrá tantos valores como
necesidades. El valor es común a todos los seres humanos, pero cada uno hace
su descubrimiento individualmente como resultado de una aventura personal.

22 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

Precisamente el estudio de estos valores, de su esencia, obligatoriedad y validez


para todos los hombres, es lo que conocemos como ética. Javier Darío Restrepo
en su libro Ética para periodistas afirma que la ética es la ciencia de los valores
morales y de su realización por obra de los hombres.

En cuanto ciencia práctica, la ética no constituye un saber por el saber mismo,


sino un saber para la práctica, que nace de práctica, porque se refiere a las
acciones de las personas que son controladas por la razón y por la voluntad,
cuando actúan libremente. La ética no pregunta cómo se conducen los hombres,
esa tarea le compete a la moral; sino que ella establece cómo deben conducirse.

En esta delimitación se evidencian las diferencias entre ambos términos, a pesar


de que coincidan en el sentido de su origen etimológico: “Costumbre”. Estudiosos
de la materia establecen que una de las distinciones más aceptadas entre sendos
conceptos es aquella que considera la moral como el “conjunto de juicios de valor
de los ideales, virtudes e instituciones morales“: de esta manera se puede decir
que la ética es la ciencia de investigación filosófica para buscar la fundamentación
de la moral.

Por otro lado, están los valores. El ejercicio profesional en general se cimenta
en el respeto de ciertos valores, y siguiendo determinadas normas de conducta.
Además, existe consenso sobre la existencia de unos valores que distinguen a
una determinada profesión y le dan fisonomía propia. En el Periodismo, ese valor
distintivo lo constituye la veracidad.

Buscar sólo la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad, es la actitud
diaria que toda comunidad humana exige al profesional de la comunicación,
consciente de que las mentiras o medias verdades difundidas por diversos medios
les impiden conocer la realidad.

Sin embargo, la irresponsabilidad con que se conducen muchos de los


profesionales de la comunicación nos demuestra que esa concientización
está muy lejos de ser alcanzada. La venalidad, la aceptación de prebendas,
el sometimiento a intereses económicos, el culto al dinero, son actitudes que

23 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

se evidencian hoy en día, afectando la credibilidad tanto de justos como de


pecadores, contribuyendo al desprestigio general de la profesión, y haciendo
perder de vista que el último fin del Periodismo es la búsqueda del bien común y
no el éxito individual.

Considerando que dentro de los sectores económicos mundiales, el de la


Comunicación es el que más rápido desarrollo y crecimiento ha tenido, ocupando
los medios masivos un lugar preponderante en cuanto empresa, es crucial
reflexionar sobre la responsabilidad social que le compete al periodista frente a la
información considerada como una mercancía desde una perspectiva empresarial.

Desarrollo de la conciencia ética

Es necesario trabajar y analizar las etapas del desarrollo ético. Algunos filósofos
y psicólogos dicen que los seres humanos nos desarrollamos a través de varias
etapas. Para analizar este apartados lea detenidamente el texto guía (pp. 66 –
69), donde podrá ampliar su conocimiento frente a este punto. En la lectura de
dichas páginas nos daremos cuenta de que muchos filósofos están de acuerdo
en que el nivel más alto en el desarrollo de la conciencia ética tiene que ver
con los valores espirituales y religiosos. Esto refleja que la dimensión espiritual
de la persona es la más importante y que no podemos realizarnos plenamente
como seres humanos sin atender esa dimensión. Esta idea la profundizaremos
enseguida.

Asimismo, existen varias cuestiones éticas fundamentales que deberán ser


abordadas en nuestro estudio. Es aquí donde debemos preocuparnos por
entender: ¿Qué es lo justo? y ¿por qué preocuparnos de la ética y de hacer lo
justo?, preguntas importantes que es necesario analizar y que se responderán,
querido estudiante, si recurrimos a nuestro texto guía, pero que nunca
podrán estar realmente resueltas sin su concepción personal concientizada e
interiorizada.

Estas preguntas tienen mucho que ver con el concepto de persona que
asumamos y la importancia que le concedamos al ser humano, lo cual está

24 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

desarrollado en el Anexo I de esta Guía. Por ello, remítase en este momento a


dicho Anexo I, léalo y continúe con la lectura de la Guía.

Dos formas de entender la ética: libertarios y comunitarios

En el texto guía aparecen las dos formas principales en que se ha concebido la


ética en general y también la ética periodística. La primera corriente es la liberal
o libertaria, que pone el énfasis en el desarrollo del individuo, y la segunda es la
comunitaria, que pone el acento en el grupo, en la sociedad. Los distintos filósofos
éticos se alinean en una u otra postura. Podría parecer, según la visión un tanto
radical de algunos de dichos autores, que estas dos perspectivas éticas fueran
antagónicas e irreconciliables. La cuestión que late en el fondo es qué entienden
por libertad y por responsabilidad de la prensa, pues la principal crítica que los
éticos libertarios hacen a los comunitarios es que éstos no otorgan autonomía
y libertad a la persona. Los libertarios miran de forma sospechosa los llamados
a la responsabilidad que hacen los comunitarios, porque sienten que esa
responsabilidad es un modo de coartar la libertad personal. Pero tras la lectura
del Anexo I, donde vemos qué son realmente la libertad y la responsabilidad,
podemos darnos cuenta de que son las dos caras de una misma moneda y que el
hecho de ser libres —y lo somos por naturaleza, pues nacemos constitutivamente
libres— conlleva automáticamente una responsabilidad, la obligación de
responder por nuestros actos y por nuestra vida14. Además, el hecho de ser libres
es consecuencia de la alta dignidad que poseemos, que muchos filósofos, como
Kant, tenían claro que procedía de que el hombre es imagen y semejanza de
Dios.

Reconocer la dignidad y grandeza de cada ser humano tiene una repercusión


automática que la expresa maravillosamente Cristo en el Evangelio cuando dice:
“Ámense los unos a los otros como Yo les he amado” (Jn 13, 34). Afirmar que
el otro tiene dignidad, que todo ser humano posee la misma dignidad, rompe
toda separación entre uno mismo y los demás, entre el desarrollo y la libertad

1 Esto no es así en los animales, que no son libres de elegir sus actos, pues su naturaleza les
implica la obediencia a sus instintosversión: 1.2.0

25 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

individual y el desarrollo social y comunitario. Debido a esta igualdad que hay


entre todos los seres humanos —o fraternidad, si damos un paso más adelante—
debemos reconocer que no podemos desarrollarnos personalmente si no es en
comunidad, en sociedad, pues todos los que me rodean tienen igual dignidad
que yo, tienen los mismos derechos. El individualismo y su postura extrema
que sería el egoísmo, el no tener en cuenta a la comunidad, no es propio de
humanos, nos deshumaniza y deshumaniza a la sociedad. Si esto lo aplicamos
al periodismo vemos consecuencias clarísimas: aquellos periodistas, medios y
propietarios de medios que no actúan por el bien de su audiencia, sino por su
interés personal, y no son conscientes de la dignidad de cada uno de sus lectores,
oyentes o telespectadores, tergiversan y pervierten sus objetivos hasta límites
insospechados. Esas personas y medios son capaces, con tal de lograr sintonía y
audiencia, de hacer cualquier cosa.

Por tanto, no hay contradicción entre individuo y comunidad: el individuo no es


persona sin una comunidad que le reconoce como tal y que respeta su dignidad;
la comunidad no se desarrolla y no cumple sus objetivos si sus miembros no
crecen como personas, con toda la riqueza y singularidad con la que ha nacido.

Rechazo del escepticismo

Hay que mencionar, por otro lado, que si afirmamos la dignidad de la persona y
que ésta procede de su peculiar naturaleza de ser imagen y semejanza de Dios,
o dicho de otro modo, de ser hijo o hija de Dios, no hay cabida al escepticismo,
es decir, al no tener claridad de cómo debemos actuar y de qué es lo más ético
en cada momento. A este respecto, en la página 88 del texto guía, al principio del
apartado ‘La pregunta colateral’, se dice que no es posible saber lo que debemos
hacer y en la página siguiente se matiza que no podemos saber si estamos
haciendo lo que debemos. Igualmente, debemos matizar estas afirmaciones
pues, si bien las personas no somos infalibles, pues no somos máquinas y
cometemos errores, sí somos capaces de saber cuáles son los actos mejores en
cada momento. Negar esto sería menospreciar la dignidad que poseemos por la
cual tenemos una libertad, que es capacidad de llegar a la plenitud de nosotros
mismos.

26 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

Actividades recomendadas

1. El mundo del periodismo americano es pragmático, competitivo y orientado


hacia el éxito. ¿Cuáles serían las razones principales para qué un periodista
quisiera ser ético? ¿Cómo podría traerle ventajas al periodista?

2. Tome el ejemplar de un diario y examine el contenido. Haga una selección


de las noticias que le parece que están realizadas con profesionalidad,
rigor y búsqueda de la verdad, y aquellas que le parece que no son así.
Cuantifique qué grupo de noticias es mayor y saque una conclusión. Este
ejercicio podrá ser utilizado como tema de discusión en uno de los foros en
el EVA.

27 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

Autoevaluación 1

1.  (   ) Un deseo de ser responsable, una conciencia profunda de hacer


lo justo o lo mejor, es mejor que hacer simplemente algo.

2.  (   ) La manera de pasar que tiene una persona de una etapa a otra,
desde la más alta hasta la más baja, depende del deseo de la
persona de ser ética.

3.  (   ) Cuando la vida adquiere unidad y coherencia y la persona está


preocupada por las obligaciones sociales y el cumplimiento de las
esperanzas del público, esto se denomina ética funcional.

4.  (   ) Lo esencial para que un periodista sea ético, es que hay


esperanzas del público con respecto al periodismo.

5.  (   ) La preocupación del público por el aspecto no ético es, una razón
para los periodistas que los conduce a ser éticos.

6.  (   ) Aristóteles ha subrayado, el énfasis en el progreso personal, en el


amor propio y en el esforzarse habitualmente en el camino de la
virtud.

7.  (   ) Los comunitarios rechazan cualquier insinuación de adoptar una


posición autoritaria o tiránica.

8.  (   ) La moral hace siempre énfasis a lo universal y a lo categórico.

9.  (   ) El punto clave de la ética personal se reduce a la dignidad de la


persona misma.

28 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

10.  (   ) La ética es una ciencia exacta y lo será aún cuando la sociedad


decida que hay una serie de reglas éticas absolutas o universales.

29 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

Unidad 3. Principales avenidas éticas

Referencia

Esta unidad se basa en el capítulo III del texto básico (pp. 95 – 120).

Competencia a desarrollar en esta unidad e indicadores de aprendizaje

La competencia principal que queremos desarrollar en usted en esta unidad es


“Discierne críticamente entre los aportes y debilidades de las diversas éticas
periodísticas.”

Usted va a poder comprobar o evidenciar que adquirió esta competencia si ha


aprendido lo siguiente:

▪ Distingue las diversas teorías éticas.


▪ Valora el aporte de cada teoría desde la antropología cristiana.
▪ Identifica la postura ética en los medios actuales.
▪ Reconoce la supremacía de la virtud sobre la norma.

Temas clave de la unidad

▪ Identificar los caminos que se presentan al periodista frente a una profesión


ética.
▪ Definir las diferentes propuestas de la ética para el profesional del
periodismo

30 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

Motivación

En esta unidad haremos un recorrido histórico por las diversas teorías éticas a fin
de extraer los aspectos positivos y de analizar críticamente aquello que se oponga
a la dignidad humana. El panorama ético que analizaremos lo podremos sintetizar
en dos grandes visiones éticas históricas: la ética de la virtud (Aristóteles) y la
ética deontológica (Kant). También veremos cómo se da un debate interesante
entre el teleologismo (el fin es lo que importa) y el deontologismo (hay deberes
éticos irrenunciables).

Diálogo cognoscitivo – orientación

Ética directa frente a ética indirecta; virtud frente a la norma

Merrill sostiene que hay dos enfoques en la ética: el directo y el indirecto, y que en
torno a estas dos perspectivas se sitúan casi todas las teorías éticas. La pregunta
moral básica del enfoque directo es esta: ¿Qué tendría que hacer yo? La pregunta
moral fundamental en el enfoque indirecto es: ¿Qué tipo de persona tendría que
ser yo? En la ética directa se encuentra sobre todo la ética deontológica de Kant,
centrada en el deber que las personas debemos cumplir. En la ética directa se
encuentra la ética aristotélica, centrada en la virtud que el hombre debe vivir para
irse forjando un carácter moral.

Lea, por favor, el Anexo 2 (Ética clásica y ética periodística), en el cual se trata
la importancia de la virtud frente a la norma y las consecuencias que trae para el
periodismo pensar la ética periodística solo como el cumplimiento de normas.

Éticas teleológicas frente a éticas deontológicas

En el texto-base el autor hace varias clasificaciones de las distintas teorías


éticas. Para simplificar, diremos que hace la distinción entre éticas teleológicas
(de telos=fin) y las demás (la deontológica y la subjetiva). En las primeras está
tanto el pragmatismo de Maquiavelo, para el cual el fin justifica los medios, y el
utilitarismo, que busca la máxima felicidad para el mayor número de personas, y

31 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

para el cual, como este fin es lo más importante, es lícito usar todos los medios
necesarios, incluidos los no éticos. Es indudable que en el periodismo, ésta es la
teoría ética más practicada.

Del resto de éticas, destacamos la deontológica, por ser también de las más
extendidas en periodismo.

Aquí nos encontramos con el siguiente dilema: si el fin, suponiendo que


sea bueno, justifica los medios, o si existen deberes que son irrenunciables
y absolutos, es decir, de obligado cumplimiento sean cuales sean las
circunstancias. Este debate es crucial para los periodistas pues continuamente
en nuestra profesión se nos plantean situaciones en las que, si hiciéramos
determinada cosa no muy honorable, podríamos acceder a información muy
valiosa y hacer un bien a la sociedad, como destapar un escándalo.

Para analizar este tema, vayamos nuevamente a los Anexos, en este caso al
Anexo 3, y leamos el texto que se nos plantea (“Incidencia en la ética periodística
del debate entre teleologismo y deontologismo”). En este interesante artículo
vamos a ver que el teleologismo y su tesis principal (el fin justifica los medios) se
cae por su propio peso, y nos conduce, como dice Leonardo Rodríguez Duplá,
al fanatismo y al totalitarismo. La segunda forma de razonamiento moral, el
deontologismo, es más acertada y a la vez más compleja pues supone tener en
cuenta varios principios morales. En el caso de que éstos entren en contradicción
hay que ir analizando hasta qué punto un principio debe sacrificarse en favor de
otro.

La postura deontológica, que tiene en cuenta no solo las consecuencias de las


acciones sino la naturaleza intrínseca de las mismas, nos lleva a preguntarnos si
hay acciones reprobables siempre o normas que sean irrenunciables, y llegamos
a la conclusión de que sí, de que hay vetos o límites absolutos. Nos referimos a la
dignidad humana, ya sea la de las personas objeto de la información como la de
los destinatarios. Siempre es ilícito y reprobable usar los medios de comunicación
para degradar la dignidad humana.

32 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

Por tanto, para hacer un buen razonamiento moral y actuar adecuadamente


en todo momento, tenemos que admitir límites morales innegociables e
intransferibles. Tenemos que formar nuestra conciencia moral en este sentido,
de ser consecuentes y firmes ante la defensa de la persona y su dignidad, y no
dejar que las circunstancias, las prisas o los intereses de cualquier tipo nos hagan
perder de vista este principio fundamental. En esto reside nuestra responsabilidad
como periodistas, en defender a toda costa, frente a las prioridades económicas o
políticas que nos quieran imponer, el valor innegociable de la persona humana y
su felicidad.

A continuación le presentamos un cuadro2 en el que se resumen las principales


teorías éticas y que le pueden ayudar a comprender mejor aquellas que se
exponen en el texto básico:

Eudemonismo o Ética kantiana o Ética comunicativa


Epicureísmo o hedonismo
ética de las virtudes del deber o dialógica
Sócrates, Platón, Epicuro (Grecia, s. IV a. de Kant (Prusia, s. Apel, Habermas
Aristóteles (Grecia, C.) XVIII) (Alemania, s. XX)
ss. V-IV a. de C.)
Eudeimonía=felicidad Hedoné= placer La felicidad El fundamento Las normas morales
La máxima aspiración a la que aspira el hombre es de la norma proceden del
del hombres es al el placer. Jerarquía placeres: moral es el consenso en el
bien supremo, la los superiores son los deber: necesidad diálogo de todas las
felicidad, que se espirituales (placeres físicos de una acción personas afectadas.
encuentra en Dios más elevados) por respeto a Reconocerse
la ley, no por el recíprocamente
bien que pueda como interlocutores
reportar, sino válidos, capacidad
por el respeto al autolegisladora.
deber (imperativo Normas mínimas
categórico) universales.

2 Los contenidos del cuadro están tomados en su mayoría de L.J. González Álvarez (2001):
Ética latinoamericana. Ediciones Usta, Bogotá, pp. 26-39, y también del Anexo 1 de la guía
didáctica Ética, de González, L. (2012, UTPL).versión: 1.2.0

33 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

Eudemonismo o Ética kantiana o Ética comunicativa


Epicureísmo o hedonismo
ética de las virtudes del deber o dialógica
La felicidad se La felicidad se alcanza El criterio de
alcanza mediante mediante la práctica de bondad moral
la práctica de las las virtudes. Contemplar la es que haya
virtudes. Contemplar verdad es el ideal superior la voluntad
la verdad es el ideal de vida virtuosa. de cumplir el
superior de vida deber; la buena
virtuosa. voluntad”, sin
importar las
consecuencias.
Moral cristiana Utilitarismo Ética axiológica
Parte de la filiación Jeremy Bentham, Inglaterra, Max Scheler,
divina y de la s. XVIII Resurgimiento Nicolas Hartmann
fraternidad universal. epicureísmo s. XX

Felicidad como unión Felicidad como consecución Es bueno el acto


con las personas del máximo placer y reducir que realiza un
divinas, participar de al máximo el dolor. Placer valor y malo el
la vida abundante de como bienestar, confort, que lo impide.
un Dios amor: “Dios sensualidad. Ética material
es amor y quien no (la materia o
ama no ha conocido contenido de lo
a Dios.” moral, el bien),
frente a la ética
formal (Kant)
El criterio de Felicidad como consecución Los valores
moralidad es el amor: del máximo placer y reducir plasman ideales
“ámense los unos a al máximo el dolor. Placer de perfección que
los otros como Yo como bienestar, confort, el hombre capta
les he amado”. Ideal sensualidad. intuitivamente.
del amor perfecto de
Cristo: “no hay mayor
amor que dar la vida
por el amigo”.

34 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

Eudemonismo o Ética kantiana o Ética comunicativa


Epicureísmo o hedonismo
ética de las virtudes del deber o dialógica
Utilitarismo social: John
Stuart Mill: La máxima
felicidad posible para la
mayoría. Placer sensual y
placeres superiores.
Nota. Elaboración propia.

Actividades recomendadas

Análisis de problemas éticos.

1. Basándonos en lo dicho y en lo expuesto por Merrill en su texto guía, analice


el siguiente caso y su fundamentación:

¿Se considera usted en primer lugar, como deontólogo Kantiano, Teleólogo


utilitarista a la manera de Mill o racionalista egoísta como Rand? ¿O piensa
que tiene una responsabilidad de atraer consecuencias positivas para otra
gente? ¿Puede usted defender la opinión de que incluso un adepto de Kant
puede ser Teleólogo, por lo menos un teleólogo a priori, que piensa en las
consecuencias en el momento de formular axiomas y principios?

2. Le proponemos que en la siguiente tabla identifique cuáles son las virtudes,


los valores y las normas de la profesión periodística, y que haga otra tabla
con otra profesión, para que pueda hacer la comparación y visualizar de
modo más claro la peculiaridad de la profesión del periodista.

Profesión:
Virtudes Valores Normas
(Éthos profesional) (Valores e ideales) (Deberes, obligaciones)

35 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

Autoevaluación 2

1.  (   ) El periodista comunitario buscará más armonía y consenso en la


práctica del periodismo.

2.  (   ) El periodista liberal apoyará más diversidad y contienda.

3.  (   ) El periodista comunitario querrá ver menos normas éticas


universales y absolutas y más contienda social.

4.  (   ) El periodista comunitario apoyará la ética más flexible, relativa y


personal.

5.  (   ) La pregunta moral fundamental en el enfoque indirecto de la ética


es: ¿Qué tendría que hacer yo?

6.  (   ) Los periodistas teleológicos hacen lo que ellos piensan que sirve
mejor a la sociedad, al grupo, o a sus periódicos, o a sí mismos.

7.  (   ) La ética humanista, se funda en un sentido moral que nos impulsa


hacia la acción recta.

8.  (   ) La ética pragmática tiene como meta lograr los fines anticipados,
y básicamente, no se preocupa de las acciones humanas
altruistas.

9.  (   ) El periodista deontólogo dice: “Yo no soy responsable de los


resultados. Yo no tengo la responsabilidad de decir la verdad.”

36 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

10.  (   ) El existencialista tiene que vivir la angustia de decidir lo que es


justo; este decidir no crea la esencia de cada persona.

37 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

Unidad 4. La libertad y la ética de la prensa

Referencia

Este unidad se basa en el capítulo III del texto básico (pp. 121 – 151).

Competencia a desarrollar en esta unidad e indicadores de aprendizaje

La competencia principal que queremos desarrollar en usted en esta unidad es


“Concibe las libertades informativas en relación al derecho de toda persona a la
información”.

Usted va a poder comprobar o evidenciar que adquirió esta competencia si ha


aprendido lo siguiente:

▪ Conoce y entiende el origen y evolución histórica de los conceptos de


libertad de expresión y derecho a la información.
▪ Entiende el alcance del derecho a la información y el giro que dio al mundo
informativo.

Temas clave de la unidad

▪ Identificar qué es la libertad de expresión o de prensa.


▪ Analizar hasta dónde llega la ética en la libertad de prensa.
▪ Descubrir el autocontrol como la forma de conjugar libertad y responsabilidad
de la prensa.

38 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

Motivación

«En el río revuelto de la miserable actualidad juegan con ventaja los traficantes de
lodo. Si cualquier cosa puede ser dicha impunemente de cualquiera, quien gana
no es la transparencia, y menos todavía la libertad de expresión: ganan los turbios
y corruptos, que así pueden confundirse con quienes no son como ellos». Antonio
Muñoz Molina, periodista.

¿Qué es la libertad y la ética de la prensa? ¿Son compatibles? Estos dos términos


parece que están siempre en conflicto. En este capítulo intentaremos orientarnos
en estos aspectos, descubriendo el verdadero sentido de la libertad de expresión
y el autocontrol ético de los periodistas como el mejor camino para garantizar el
ejercicio ético tanto de los profesionales como de los dueños de los medios y del
Estado.

Diálogo cognoscitivo – orientación

En este tema, vemos cómo surge históricamente la libertad de expresión, también


llamada libertad de prensa, y cómo los distintos autores concebían los límites
a esta libertad. Pese a las diferentes teorías de unos y otros, pues algunos
son partidarios de más límites que otros, lo cierto es que la mayoría de autores
entienden que la libertad de expresión no puede ser absoluta y que se deben
poner unos límites. Para entender la necesidad de límites a la libertad, remítase
de nuevo al Anexo 1 donde se clarifica qué es libertad y qué es responsabilidad.
Allí analizará por qué la libertad no puede ser absoluta pues está ligada a la
responsabilidad.

Libertad de expresión y derecho a la información

Un giro fundamental que se dio en la forma de entender la libertad de expresión


lo representó la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, poco
después de la fuerte conmoción y crisis que supuso la Segunda Guerra Mundial,
que reconoció el derecho de todo ser humano a recibir, investigar y difundir
información. Esto suponía, en el campo de las libertades informativas, desplazar

39 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

el peso, siempre situado en el emisor (los periodistas, los medios) así como en
sus libertades y derechos, hacia los receptores y su derecho universal (no solo de
unos pocos) a la información.

Ver la profesión periodística y su ética desde la óptica del derecho universal a


la información cambia considerablemente la perspectiva pues supone aceptar
que, antes que nada, los periodistas tenemos unas obligaciones con nuestras
audiencias, y que es el derecho de éstas a la información lo que justifica
nuestra profesión. Aquí está el nexo entre la libertad de los periodistas y su
responsabilidad: la libertad y derechos que tenemos los periodistas están al
servicio de los ciudadanos y no de nosotros mismos ni de los medios. Para
profundizar más en esta tesis leamos el Anexo 4, en el que veremos cómo la
libertad de expresión está estrechamente relacionada, además de con el derecho
universal a la información, con el bien común, el desarrollo democrático y la
función social que tienen los medios.

Actividades recomendadas

Análisis de problemas éticos.

De acuerdo a lo dicho y a lo expuesto por Merrill en su texto guía y a los anexos 1


y 4 analice el siguiente caso:

Si un periodista no tiene libertad de escoger entre acciones alternativas ¿puede


él o ella ser moral o inmoral? ¿Por qué si o por qué no podría un gobierno
(o editor) autoritario proporcionar líneas directivas que harían que la acción
periodística fuera ética? ¿Cómo contestarían esta pregunta de manera distinta los
comunitarios y los libertarios?versión: 1.2.0

40 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

Autoevaluación 3

1.  (   ) A pesar de que la libertad puede obrar en contra de la


conformidad ética, es mentira también dentro del marco de la
filosofía que la libertad es una suposición para cualquier tipo de
acción ética.

2.  (   ) La libertad de expresión es esencial, aunque algo peligrosa, para


cualquier concepto de ética de la comunicación que tenga sentido.

3.  (   ) La libertad hace fácil, concebir unos “criterios del bien y del mal
que puedan ser objetivados” y que todos nosotros podamos tener
en común.

4.  (   ) Un periodista moderno que quiere la libertad de expresión, no


tiene dudas sobre el apoyo de la gente a este tipo de libertad.

5.  (   ) Fang subraya que la razón de la existencia de esta libertad es el


descubrimiento de la verdad.

6.  (   ) La libertad, según los libertarios, es considerada peligrosa,


mientras que la cohesión social y la armonía son consideradas
benéficas y deseables.

7.  (   ) Para los periodistas, el confucionismo representa una alternativa


a los valores occidentales, especialmente protestantes, de
individualismo robusto, sacrificio y auto-promoción.

8.  (   ) Mientras John Locke creía que la libertad de la prensa era un


derecho concedido por Dios, Mill veía la libertad en términos
utilitarios.

41 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística PRIMER BIMESTRE

9.  (   ) La esperanza de que la gente llegue a ser más fuerte mediante la


simple eliminación de las restricciones es una verdad.

10.  (   ) Un periodista se decanta constantemente por una dirección:


por seguir una ética determinada por el grupo o por lo menos
de la mayoría, o a seguir una ética auto-impuesta y, a veces,
minoritaria.

42 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

Segundo bimestre

Unidad 5. Verdad, objetividad y ética

Referencia

Para el estudio de esta unidad diríjase a las páginas 153-181 de nuestro texto
básico.

Competencia a desarrollar en esta unidad e indicadores de aprendizaje

La competencia principal que queremos desarrollar en usted en esta unidad es


“Conoce y comprende la importancia de la verdad y la objetividad en el periodismo
desde la visión del humanismo cristiano.”

Usted va a poder comprobar o evidenciar que adquirió esta competencia si ha


aprendido lo siguiente:

▪ Interioriza la importancia de buscar la verdad y la objetividad.


▪ Entiende la neutralidad como la defensa de la dignidad humana.

43 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

Temas clave de la unidad

▪ Importancia de la verdad en el desarrollo periodístico.


▪ Necesidad de un periodismo objetivo.
▪ La aplicación de la ética en la vida personal y profesional.

Motivación

En este capítulo se aborda el problema de la verdad, que por ser el objetivo


principal del periodista (decir la verdad, informar de la verdad) es algo que debe
merecer nuestra atención. Vinculado a ello está el tema de la exactitud y de la
objetividad, asuntos también de sumo interés porque constituyen el reto continuo
de los periodistas.

Diálogo cognoscitivo – orientación

Atentar contra la verdad: consecuencias

Primero veamos el tema desde el reverso, es decir, lo que significa la falta de


verdad y objetividad. Para ello, en todo este apartado nos basaremos en un
fragmento de la obra Laboratorio de Tecnologías de la Información y Nuevos
Análisis de Comunicación Social, de José Manuel de Pablos, Depósito Legal:
TF-135- 98 / ISSN: 1138-5820 Año 2º. José Manuel de Pablos advierte de que
las intervenciones que atentan contra la prensa seria y respetable se encuadran
dentro de la llamada prensa amarilla, la cual es la antítesis del periodismo serio,
riguroso, objetivo y transportador de la verdad: “Prensa capaz de provocar la
noticia aún cuando no existe y de deformar la información con el fin de hacerla
más atractiva y comercial para el crédulo lector”. Precisamente, uno de los vicios
del sensacionalismo es la magnificación: al inflar una noticia más allá de sus
justas proporciones, se pueden obtener dividendos en la expectativa y en la
atención que el tema logre crear. “La experiencia demuestra hasta qué punto es
posible contradecir el principio periodístico de la verdad conceptual con hechos
magnificados”.

44 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

Es posible que el sensacionalismo y el escándalo produzcan una rentabilidad


económica inmediata. Sin embargo, tarde o temprano gran parte del público
consumidor acaba dándose cuenta de la baja calidad de los productos que
los medios ofrecen. Cuando esto sucede, cuando se descubre que el público
discrimina más de lo que pudiera sospecharse o creerse, se apela a la ética.

El engaño, la falta de contrastación de las fuentes, la ocultación de datos, la


verdad a medias, el dar gato por liebre, redundan en la falta de confianza y de
credibilidad. De un modo u otro se reconoce que la fidelidad a unos principios y el
autocontrol –y en eso consiste la ética-es también rentable: otorga credibilidad y
da prestigio.

La información y el entretenimiento que los medios de comunicación ofrezcan a


sus públicos deben cimentarse en el respeto a los derechos fundamentales. Hay
demasiado insulto, demasiado rumor expresado como hecho cierto, demasiada
explotación del dolor ajeno, demasiada irresponsabilidad. No es lícito informar de
cualquier modo, como no es lícito entretener de cualquier manera.

No es lícito hacer una u otra cosa sin el respeto debido a la dignidad de cada
persona, sea cual sea su rango o su lugar en la sociedad. No todo se puede
convertir en mercancía. Si los productos que más atentan cada día contra la
ética fueran siempre los que más se vendieran, significaría que la sociedad está
enferma.

Al respecto, las normas éticas le indican que deberá responder tanto por su
trabajo, como por las consecuencias que de éste se generen. Por eso, antes de
emitir o de publicar un mensaje, debe ser consciente del poder del instrumento
que usa y de los efectos que puede provocar.

El periodista influye en la conciencia de la sociedad: Tiene una responsabilidad


política e ideológica. Por lo tanto, ese sentido de responsabilidad debe obligarle
a ir más allá de la presentación escueta de los hechos; a verificar los datos,
contrastar las fuentes, averiguar y presentar los antecedentes, el contexto y
las consecuencias del hecho noticioso. Deberá buscar y llegar a la verdad,

45 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

verificando la información a través de diversas fuentes, adoptando una posición


analítica frente a las mismas, confrontándolas y comprobando sus afirmaciones.
Solo así podrá llegar a la verdad propiamente dicha, ya que si obtiene una verdad
a medias, será una verdad mutilada, deformadora de los hechos objetivos, y con
posibles nefastas consecuencias para la sociedad en su conjunto.

“Como respuesta a informaciones dadas a la ligera, alguien puede perder


bienes preciosos como la libertad o la vida, y la sociedad puede padecer males
incalculables. No prever esa respuesta o consecuencias de las informaciones es
actuar con irresponsabilidad.”

La exigencia de buscar la verdad

Un tema que aparece en este capítulo del texto básico es el de si le es posible


al ser humano encontrar la verdad. Merrill hace una clasificación de los tipos de
verdad y la más elevada es la del nivel transcendental. Es necesario reflexionar
sobre esto porque si adoptamos una postura escéptica o pesimista y afirmamos
que no nos es posible encontrar la verdad total —aunque es verdad que no la
podemos poseer de modo absoluto—, estaríamos desconfiando de la capacidad
que tiene el hombre. Para profundizar en esto acudiremos al Anexo 6, en el que
José Román Flecha afirma que es posible llegar a la verdad sobre el ser humano,
sobre la humanidad, sobre el mundo y sobre Dios. Veamos.

La búsqueda de la verdad en la práctica diaria del periodismo

Merrill afirma que hay varias conjeturas o creencias falsas cuando se habla
de objetividad. Lo que pretende dicho autor es hacernos caer en cuenta que
realmente hay numerosos límites a la hora de informar y que la objetividad hay
que entenderla como una aspiración continua a la que nunca se llega de modo
completo.

46 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

Conviene ir a la práctica periodística para darnos cuenta de que ser veraz, exacto,
amplio y oportuno, significa ante todo, en el proceso de investigación, tener la
honestidad de:

1. Recurrir a la mayor variedad de fuentes a las que sea posible tener acceso;

2. Someter a crítica el discurso de las fuentes para develar el valor situacional


y el valor en juego que han operado en su construcción, y dejar en evidencia
su sentido estratégico, sus intereses subyacentes.

En el proceso de elaboración y producción del texto (texto, en sentido amplio: sea


escrito, radial, televisivo o en otro formato), la objetividad implica:

1. Ser transparentes en la exposición de los contenidos que aparentan ser


datos objetivos (indicando sus insuficiencias, sea en su calidad de indicios
circunstanciales o de pruebas supuestamente directas);

2. Ser claros en evidenciar las hipótesis e interpretaciones que se proponen,


así como las opiniones que se expresan.

3. Igualmente, aclarar los intereses u objetivos socioculturales que se


pretenden con el mensaje,

4. Así como las consecuencias que su difusión tendría para el emisor, los
destinatarios y otros posibles involucrados.

5. En cuanto a la oportunidad, ésta se refiere a los efectos que representa


la comunicación temprana o tardía de la información y al valor de uso que
su omisión, retardo o entrega inmediata representa para los diferentes
protagonistas vinculados al acontecimiento.

Para entender bien la objetividad

(tomado de Javier Darío Restrepo: http://chasqui.comunica.org/restrepo74.htm,


fecha de consulta: 16- 12-08)

47 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

La ilusión de una objetividad pura desaparece cuando intervienen las inevitables


tomas de posición, implicadas en la decisión entre varios hechos que pueden ser
convertidos en noticia: ¿cuáles se cubren y cuáles se silencian? Al optar por un
determinado hecho, viene un segundo paso: las fuentes que se consultaron: ¿por
qué esas y no otras? Se repite el fenómeno cuando el periodista utiliza el material
proporcionado por las fuentes, porque debe seleccionar unas partes y descartar
otras: ¿con qué criterio se hace la selección? Y las decisiones continúan al
preferir un enfoque a otros, al titular, al subtitular, al diagramar, al ilustrar. En todas
estas etapas se mantiene vivo el riesgo de que las posiciones subjetivas impidan
la objetividad.

Victoria Camps formula reflexiones que seguramente han pasado ya por la


cabeza de los periodistas sometidos a esa dualidad de sentirse obligados a ser
o parecer objetivos y de decidir en cada uno de los pasos de la elaboración de
una noticia, entre su subjetividad y el mandato de la objetividad. Dice la filósofa
española: “informar no es tan distinto de opinar, o por lo menos, interpretar.
Decidir cuál ha de ser el objeto de la información es dar una opinión. Decidir la
forma -la extensión, la imagen-que debe tener la información, es manipular la
realidad”. Porque, agrega Camps, “no se informa sólo por informar. El informador
elige una información y elige, a su vez, el público al que la dirige. Nadie habla en
el vacío”.

Periodismo objetivo, periodismo comprometido

(tomado de Javier Darío Restrepo: http://chasqui.comunica.org/restrepo74.htm,


fecha de consulta: 16- 12-08)

En vez de la impasibilidad de hielo del periodismo objetivo, aparece el periodismo


que se compromete, que tiene una opinión, que defiende un punto de vista.
Pero, ¿hasta qué punto es esto posible sin violar la norma de la imparcialidad
informativa?

48 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

La experiencia de la relación periódico-lectores demuestra:

1. Que no es creíble el periodista que hace gala de no creer en nada; en


cambio, aporta razones de credibilidad el que manifiesta honestamente en
qué cree.

2. Una objetividad mecánica sólo produce esa información simplista que


reproduce los dos puntos de vista enfrentados, y se lava las manos diciendo
que las conclusiones corren por cuenta del lector.

3. Esa objetividad es la que impide ir más allá de la superficie de los hechos,


para acometer su interpretación y análisis.

4. Bárbara Philips, citada por Rivers y Methews, señala que el énfasis en la


objetividad interfiere con el conocimiento de la audiencia.

Estas afirmaciones de Javier Darío Restrepo conviene matizarlas: el periodista,


como cualquier ser humano, tiene una opinión sobre las cosas según su forma
de ver la vida. Por tanto, al informar lo hace desde su concepción de las cosas,
de lo que le parece bueno o malo. Es decir, si un periodista rechaza el aborto
y defiende la vida desde la concepción, al informar de temas relacionados con
esto lo va a hacer partiendo de que el aborto es un crimen. Pero una cosa es
la postura vital que tiene un periodista y otra es que al informar de una serie de
hechos los mezcle con el juicio particular que él tiene sobre esos acontecimientos.
Por tanto, el tener una visión sobre la vida y sobre las cosas no implica falta de
objetividad.

Actividades recomendadas

Análisis de problemas éticos.

¿Está de acuerdo con Sissela Bok en que no es ético que un periodista ignore
determinados aspectos de una historia? ¿Por qué deberá ser el periodista un
narrador de verdades y al mismo tiempo decir que, en ocasiones, la mentira está

49 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

justificada? ¿Qué es más probable: ser un narrador de verdades o un buscador


de la verdad? Si un periodista tiene que ser ético, ¿debería intentar poner toda la
verdad que ha buscado y ha encontrado en su relato?

50 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

Autoevaluación 4

1.  (   ) Uno de los problemas principales de los códigos éticos y su


deificación de la verdad es que no llegan nunca a decir qué es la
verdad.

2.  (   ) Si una versión parafraseada de las observaciones de una fuente


capta la esencia de lo que se ha dicho, entonces se dice con
seguridad que el periodista se ha alejado de la verdad.

3.  (   ) Una de las razones que dan lugar a los muchos problemas que
los periodistas tienen con “la verdad” es que nunca están seguros
de la índole de verdad a la que se están enfrentando.

4.  (   ) La objetividad puede sugerir, semánticamente, un conocimiento


completo o puede sugerir limitaciones naturales de la información
que se mantienen a un nivel mínimo debido a la actitud del que
comunica la información.

5.  (   ) Cuando los periodistas toman en consideración los aspectos más


amplios de la ética, no tienen por qué preocuparse por la difusión
de los conocimientos.

6.  (   ) Ser sincero no tendría que ser la meta general o normal del
reportero, teniendo en cuenta las dificultades epistemológicas.

7.  (   ) Erich Fromm dice que la objetividad requiere más que la simple
precisión: requiere que el observador llegue a estar relacionado,
en cierto modo, con lo que se relata. Para él, “a objetividad no es
sinónima, así como se afirma muchas veces debido a una falsa
idea de la objetividad “científica”, a la imparcialidad, a la ausencia
del interés y de la preocupación.

51 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

8.  (   ) Un reportero que quiere llegar al sentido de la historia no puede


implicarse, juzgar y adoptar posiciones con respecto a las
personas y a las perspectivas presentadas en la historia.

9.  (   ) La creciente competencia entre noticieros y periódicos lleva a


veces a que quien se considera dueño de una primicia la cuente
como es, con el fin de atraer más la atención de los receptores.

10.  (   ) En el exterior de la mente de cada individuo humano existe una


realidad independiente o autónoma de su conciencia subjetiva, y
en ese sentido objetiva, mundo del que el propio sujeto conocedor
forma parte, del que depende su existencia y con el que
interactúa.

52 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

Unidad 6. La propaganda: abandonando la ética

Referencia

Para el estudio de este tema diríjase a las páginas 183-211 de nuestro texto
básico.

Competencia a desarrollar en esta unidad e indicadores de aprendizaje

La competencia principal que queremos desarrollar en usted en esta unidad es


la misma que en la anterior unidad: “Conoce y comprende la importancia de la
verdad y la objetividad en el periodismo desde la visión del humanismo cristiano.”

Usted va a poder comprobar o evidenciar que adquirió esta competencia si ha


entendido la importancia de delimitar la información de la propaganda.

Temas clave de la unidad

▪ Diferencias entre periodismo y propaganda.


▪ Las formas de propaganda en que incurren los periodistas en su ejercicio
profesional.

Motivación

La propaganda es el apoyo y difusión de unas ideas o posturas, y, por tanto,


es perfectamente legítima, pues todo ser humano o grupo de personas tiene
derecho a expresar lo que piensa y comunicarlo a los demás. Pero si hablamos

53 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

de periodismo, es lo opuesto a la objetividad e imparcialidad. Por ello, es


importante detectar cuáles son las prácticas propagandísticas en que incurren a
veces los periodistas y que no son admisibles. Este tema, por tanto, no se centra
en los aspectos positivos de la propaganda, que sin duda los tiene, sino en la
desvirtuación del periodismo cuando éste se pone al servicio de los intereses
personales o de un colectivo.

Diálogo cognoscitivo – orientación

Definición y legitimidad de la propaganda

En primer lugar, hablemos de la definición de propaganda y de sus aspectos


positivos, cosa que Merrill no trata en su libro. Para ello, transcribimos un
fragmento de BRIOSCHI E.T., Elementi di economia e tecnica della pubblicitá, Vita
e Pensiero, Milán 1984.

Definición de propaganda y su diferencia con la publicidad

La propaganda es una actividad de comunicación no personal, que se desarrolla,


preferente pero no necesariamente, a través de los mass media; tiene carácter
persuasorio, y proviene de una fuente no siempre identificable y de objetivos
extracomerciales. Se diferencia según los objetivos que se propone. La
propaganda personal mira a determinar juicios, y sobre todo comportamientos,
favorables (consenso) o contrarios (disenso) a personas. -La propaganda
ideológica está encaminada a la adhesión a doctrinas, teorías y opiniones
relativas a la convivencia social. -La propaganda política tiende a obtener
(mediante el voto, propaganda electoral) el consenso para la toma del poder por
parte de un grupo político o para favorecer el consenso a la gestión del mismo.
En la propaganda social el Estado (u organismos institucionales) miran a la
colaboración del público para afrontar problemas de gran interés social: donación
de sangre, protección del ambiente y de los animales, limpieza y ornato urbano,
etc. -Propaganda económica: iniciativas de instituciones estatales encaminadas a
dirigir la actuación de los ciudadanos en el campo del consumo, por ejemplo hacia
las carnes alternativas, el pescado azul, métodos de ahorro energético, etc.

54 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

No es siempre fácil distinguir concretamente la actividad propagandística de la


actividad publicitaria. Pero a grandes rasgos diremos que la publicidad se mueve
en el mundo económico y busca convencer de la compra de un producto o del uso
de un servicio; la propaganda se mueve en la vida política y social y lo que busca
es la adhesión del receptor a una serie de ideas y concepciones sobre las cosas.

Aspectos positivos y negativos de la propaganda

Según Brioschi, hay que superar la concepción difundida de que la propaganda


es necesariamente algo artificioso que, a través de un complejo de técnicas y
expedientes, somete al hombre a operaciones de manipulación y fraude. Si se
la lleva con criterios éticos determinados, la propaganda es un derecho y una
necesidad, la indispensable “alma de la opinión pública”. Un ciudadano, o un
grupo de ciudadanos, tienen derecho a poner en común y buscar el acuerdo
de otros miembros de la sociedad sobre lo que estima bueno y justo para la
comunidad. La vida social, para desarrollarse en una valorización armónica de
las personas y en una solución progresiva de los problemas que la afligen, debe
fundarse en la opinión pública = “expansión característica de la naturaleza social
del hombre” en la cual se realiza la “tendencia espontánea de todo individuo a
comunicar a otros sus ideas, opiniones y sentimientos propios, de modo que se
conviertan en juicios y comportamientos colectivos”. En la dinámica de la opinión
pública la propaganda asume un cometido de animación: informa, suscita la
confrontación de propuestas, alimenta el diálogo entre las partes y estimula la
decisión y el obrar.

Libertad y bien común

Los requisitos éticos fundamentales se refieren, ante todo, al objeto de la


campaña propagandística, que obviamente debe ser en sí mismo moral; no sería
tal, por ejemplo, el ateísmo, el aborto, el genocidio, la violación de los derechos
civiles, la violencia, la desigualdad fiscal, etc., y, si se trata de personas en lid
electoral, la ineptitud profesional o la esclavización a intereses particulares inicuos
(p.ej., mafiosos). Cuando el tema de la propaganda está constituido por opciones
operativas concretas y complejas (nuclear o antinuclear, un sistema fiscal más

55 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

bien que otro, moralmente se invoca una atención real al bien común, una
presentación lo más exhaustiva y objetiva posible de los hechos en orden a un
debate social informado. El bien común debe además quedar salvaguardado en la
modalidad según la cual se efectúa la propaganda.

La transparencia de las fuentes de financiación debería evitar la desproporción


de algunas campañas (sobre todo, pero no sólo, electorales) en perjuicio de
las demás. Y ello porque existen riesgos de que triunfen las razones del dinero
sobre las de las ideas o del mérito, y que la campaña sea instrumento del
poder incontrolado de intereses y grupos ocultos. -El Estado podrá intervenir
para regular los tiempos, los lugares, los canales de la propaganda, a fin de
salvaguardar el pluralismo de las voces y los derechos de las minorías. Dos
consideraciones sociológicas son iluminadoras para el moralista. Primera. Los
“mass media” son “medios de tolerancia” (D. Riesman). Los grandes medios,
por exigencias económicas obvias, fundan su fortuna sobre un público lo más
amplio y heterogéneo posible. Por eso tenderán a suavizar la agresividad y
las excesivas unilateralidades de una campaña de la que se constituyen en
portadoras y a conceder espacio también a otras campañas, si no contrastantes,
por lo menos laterales: tendencialmente favorecen un cierto pluralismo. Segunda.
Consolidación del modelo social (T. Parsons).

En el mundo occidental la propaganda política en sus varias y contradictorias


manifestaciones asume, o pretende asumir, un rol de consolidación y
perfeccionamiento del modelo social de matriz democrática. Si sus propuestas
son de cambiarlo, es a fin de hacer más auténticamente lo que debiera ya ser
o es. La destrucción del modelo es patrimonio de impulsos marginales y no
influyentes. Además, el adversario debe ser éticamente considerado como el
partner de un diálogo en la búsqueda del bien del país; un diálogo evidentemente
vivo, puede que áspero hasta la contestación, aunque persuasoria de sus
posiciones: recurriendo, además de a las razones y denuncias de hechos
y responsabilidades sociales, a la ironía o a la caricatura. Son moralmente
inaceptables: el vilipendio, la denigración, la especulación sobre datos privados
socialmente irrelevantes; más inaceptable aún es impedir de los modos más
diversos la posibilidad de expresión o de réplica. La propaganda en estos casos

56 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

se degrada a una “deslegitimación” del adversario (destrucción de su imagen


moral y anulación de su capacidad de comunicar), a guerra psicológica análoga
a la conflictividad propagandística existente entre naciones en guerra (ya sea
fría o declarada). Entre las armas privilegiadas de esa guerra psicológica hay
que contar con la “desinformación”: poner en escena acontecimientos bélicos de
fachada y/ o organizar campañas de falsa información alarmista para inducir al
enemigo a dar pasos falsos. Además de la gravedad moral de la responsabilidad
de los eventuales efectos de la provocación, no hay que devaluar la crisis de
credibilidad a que -sobre todo en tiempo de paz se expone al sistema informativo
de un país “desinformados” de sus mismos ciudadanos y aliados. Es un “efecto
bumerán”, que resquebraja la confianza de los ciudadanos en las propias
instituciones y la dignidad y fiabilidad de la imagen del país.

La propaganda y el requisito de la verdad

Respecto al público, la propaganda debe ser antes y más que persuasoria,


verdadera. Pues en primer lugar es “información”. “Ciertamente no respeta la
verdad el propagandista que inventa o deforma los datos o los hechos (p.ej.,
con fotomontajes); que argumenta citando pasajes arrancados del contexto que
adrede ignora las denuncias válidas, las rectificaciones y confutaciones; que
insinúa con insistencia escándalos inexistentes; que se sustrae al debate abierto o
elude las cuestiones comprometedoras” (E. Baragli).

El compromiso moral específico del receptor consiste en la “racionalización”


del mensaje transmitido. Al igual, y más aún que la publicidad, la propaganda
de hecho tiende no tanto a producir opiniones y convicciones cuanto a suscitar
opiniones y comportamientos: comprar determinada mercancía (publicidad),
votar por tal partido o participar en tal iniciativa, inscribirse en una determinada
asociación (propaganda). Propaganda y publicidad son las dos caras de un
mismo fenómeno de producción de consenso en orden a obrar, de modo que
a veces se funden y confunden. Sin embargo, mientras que la publicidad
exige una participación limitada (mercado de una mercancía o de un servicio,
particular respuesta a una necesidad particular), la propaganda se apoya
en una participación máxima. Se funda, en efecto, en situaciones a menudo

57 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

excepcionales, en estados de ánimo apasionados o en persuasiones ideales


difundidas y dominantes, para inducir a opciones operativas con la complicidad
emotiva de los receptores. Es tanto más persuasiva cuanto más encendida
e irracional es la actitud receptiva del público y espectacular la propuesta del
mensaje.

De ahí la importancia de potenciar la indispensable formación básica de los


usuarios al acercarse a la comunicación con un adiestramiento en el ejercicio
crítico de los mecanismos propagandísticos, los cuales buscan captar la adhesión
sin que intervenga una información efectiva y una deliberación consciente. El
fenómeno creciente de la disidencia (más o menos profesada) en los regímenes
totalitarios, sostenidos por una propaganda monolítica, se explica justamente
sobre todo por el resquebrajamiento del factor participación-complicidad (a
causa de las necesidades desatendidas, de los problemas eludidos, de las
promesas decepcionadas y de las programaciones fallidas), además de una
promoción cultural generadora de sentido crítico como voluntad de verificación y
confrontación, que hace cada vez menos practicable la segregación ideológica de
las cortinas de acero o de bambú.

Ética de la publicidad

Como hemos mencionado, en cuanto a la publicidad es oportuno también tener


claro cuándo ésta es legítima y cuándo no. Hay dos opiniones contrapuestas
a la hora de concebirla: algunos consideran la publicidad responsable de la
degradación del hombre a puro sujeto consumidor, animado por una concepción
materialista hedonística de la vida; otros, en cambio, exaltan en la publicidad la
protagonista del progreso económico social de las sociedades avanzadas.

La intervención del magisterio moral católico en este campo es reciente y


presenta dos características ejemplares: realismo y esencialidad. Realismo. La
presencia de la publicidad en la sociedad contemporánea es ineliminable y su
importancia va en crecimiento constante. Esencialidad. Se trata de una actividad
articulada en numerosos y complejos estratos de competencia, y además en
rápida evolución. El magisterio propone orientaciones éticas generales, pidiendo

58 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

a los operarios del sector (y por razones que implican el bien común, al Estado) la
formulación de normativas deontológicas concretas y de normas jurídicas.

La publicidad es por su naturaleza una actividad positiva y moral. En efecto,


presenta tres “ventajas sociales” principales. Información: difunde el conocimiento
de productos y servicios necesarios o útiles. Bienestar: “Incrementa ampliamente
la venta de los productos, desarrolla la industria y el comercio en beneficio final de
todos”. Desarrollo: “Su uso circunspecto puede estimular a los países en vías de
desarrollo a mejorar su tenor de vida”.

Por otro lado, la comunicación publicitaria debe inspirarse en un doble principio


moral: el respeto de la libertad de elección del receptor, la “verdad sustancial del
mensaje”.

Debe existir un código de autodisciplina publicitaria, en el cual todas las


categorías interesadas (usuarios, profesionales, medios) adopten reglas de
comportamiento y normas particulares inspiradas en el compromiso de una
publicidad realizada sobre todo como servicio para información del público, con
especial atención a su influencia en el consumidor.

La libertad del consumidor debe convivir con la legitimidad moral de la


“persuasividad” impresa al mensaje por los recursos de la técnica expresiva.
Equilibrio difícil, confiado a la calidad profesional y a la sensibilidad ética de los
operadores.

La primera condición de libertad (y dignidad) del consumidor es la verdad del


mensaje; la publicidad mentirosa, además de ofensa a la persona y distorsión de
sus elecciones, es degradación de la publicidad engañosa, con su consiguiente
descrédito. Por eso la publicidad debe evitar todo lo que puede conducir
a error, y por tanto no sólo las simulaciones y falsificaciones verdaderas y
propias, sino también las omisiones, las ambigüedades o las exageraciones no
manifiestamente hiperbólicas, en especial en lo que se refiere a las características
y a los efectos del producto, al precio, la gratuidad, las condiciones de venta, la
difusión, etc. Además, la publicidad deberá poder reconocerse siempre como tal.

59 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

No debe explotar los motivos de miedo, violencia, sexo en términos tales que
resulten indecentes, vulgares y repugnantes. Y así, se excluye la trasgresión del
respeto del gusto, de la sensibilidad y de las convicciones religiosas y morales de
los usuarios. Es indispensable un cuidado particular en los mensajes dirigidos a
niños y a adolescentes: hay que evitar lo que amenaza el equilibrado desarrollo
de su personalidad, el abuso de su inexperiencia y credulidad, la excitación y
un deseo inmoderado de consumo y posesión. No es moral inducir a niños y
adolescentes a influir en los adultos para la adquisición de productos apoyándose
en los sentimientos de afecto y en el sentido de responsabilidad respecto a ellos.
El empleo de niños en la confección del mensaje expone al menor a riesgos
gravemente deseducativos, que imponen atentas reservas morales.

Actividades recomendadas

Análisis de problemas éticos.

Si un reportero gráfico viniera a su ciudad universitaria para sacar una serie de


fotografías para acompañar una historia y tuviera una actitud negativa hacia su
colegio, por una razón cualquiera, ¿cuáles serían algunos de los métodos que
podría usar para dar una mala impresión a través de sus fotografías? ¿Cómo
podría sacar los mismos tipos de fotografías que él sacó, pero dando una imagen
positiva de la escuela? ¿Piensa Ud. que es más fácil hacer propaganda mediante
fotografías que mediante las palabras? ¿Por qué?versión: 1.2.0

60 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

Autoevaluación 5

1.  (   ) El objeto de la propaganda es de naturaleza político ideológica en


orden a obtener (conservar, potenciar) el consenso al ejercicio del
poder.

2.  (   ) La publicidad es por su naturaleza una actividad negativa pero


moral.

3.  (   ) La comunicación publicitaria debe inspirarse en un principio moral:


el respeto de la libertad de elección del receptor ó la “verdad
sustancial del mensaje”.

4.  (   ) El deber de los receptores consiste en “reaccionar” ante la


publicidad basándose en una información ética y cultural.

5.  (   ) Siempre es fácil distinguir concretamente la actividad


propagandística de la actividad publicitaria.

6.  (   ) El bien común debe quedar salvaguardado en la modalidad según


la cual se efectúa la propaganda.

7.  (   ) Respecto al público, la propaganda debe ser antes y más que


persuasoria, verdadera. Pues en primer lugar es “información”.

8.  (   ) La propaganda no es el lado oscuro del periodismo.

9.  (   ) Cuando la propaganda llega a ser sinónima de la difusión


organizada de los mensajes, gana significado periodístico.

61 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

10.  (   ) La privatización provoca en el público una reacción de retiro en


un mundo privado cuando los medios de comunicación lo inundan
con tantas informaciones que llegan a ser amenazadoras y
abrumadoras.

62 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

Unidad 7. La fórmula tuff: ¿verdad o consecuencias?

Referencia

Para el estudio de este tema diríjase a las páginas 237 – 256 de nuestro texto
básico.

Competencia a desarrollar en esta unidad e indicadores de aprendizaje

La competencia principal que queremos desarrollar en usted en esta unidad es


la misma que en la anterior unidad: “Conoce y comprende la importancia de la
verdad y la objetividad en el periodismo desde la visión del humanismo cristiano.”

Usted va a poder comprobar o evidenciar que adquirió esta competencia si ha


aprendido a:

▪ Interiorizar la importancia de buscar la verdad y la objetividad.


▪ Entender la neutralidad como la defensa de la dignidad humana.

Temas clave de la unidad

▪ Los cuatro aspectos fundamentales de la información periodística: verdad,


imparcialidad, completitud y neutralidad.
▪ De qué modo un periodista puede cumplir estas cuatro exigencias, a pesar
de las muchas limitaciones, internas y externas, que tiene.

63 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

Motivación

En este capítulo se tratan cuatro cualidades esenciales que debe asumir el


periodista en su labor y que debe interiorizar para poder ejercer un periodismo
libre y responsable.

Diálogo cognoscitivo – orientación

No vamos a remitirnos a ningún otro autor complementario, pues lo que expone


Merrill en el texto básico está muy claro y suficientemente desarrollado.

Nos interesa resaltar de este tema que es muy necesario analizar con profundidad
las cuatro características de un buen periodismo que Merrill nos propone con
su fórmula TUFF, por sus siglas en inglés, o VICN (por sus siglas en español):
veracidad, imparcialidad, completitud y neutralidad.

Las tres primeras, que ya han sido tratadas en temas anteriores de esta materia,
parece que son bastante comprensibles y claras a la hora de aplicarlas en nuestro
día a día. Sin embargo, el cuarto aspecto, la neutralidad, es el que representa
mayores dificultades a la hora de nuestra práctica profesional.

La neutralidad implica ser imparcial o ecuánime, justo, equitativo, moderado.


Ya sabemos, como hemos dicho al referirnos a la objetividad, que todas estas
cualidades son un ideal al que aspiramos y que no podemos cumplirlas de
modo absoluto o total, debido a las numerosas limitaciones internas y a las
condicionantes externas. Lo total y lo absoluto solo lo podemos decir de Dios.
Pero sí podemos llegar al máximo de nuestras posibilidades en la vivencia de la
neutralidad y del resto de características, y de eso se trata.

Cuanto más pensemos y analicemos el modo de llevar a la práctica estas cuatro


notas de un periodismo ético, más luces tendremos en los momentos conflictivos,
todo ello acompañado de un verdadero deseo e intención de vivirlo y de hacer de
nosotros profesionales virtuosos.

64 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

Actividades recomendadas

1. Escoja dos diarios ecuatorianos y analice cómo tratan el tema del aborto,
al respecto de la propuesta que se ha presentado en la Asamblea Nacional
del Ecuador de despenalizar el aborto en casos de violación. Detecte qué
postura adopta cada diario.

2. Haga el mismo ejercicio (al menos que un diario sea ecuatoriano) analizando
la cobertura que han hecho de algún caso de pederastia en sacerdotes para
ver la actitud y postura que adoptan dichos diarios.

Para la autoevaluación le solicitamos que lea el cuestionario de las páginas 254-


256 del texto guía.versión: 1.2.0

65 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

Unidad 8. Análisis de los problemas: fuentes y citas

Referencia

Para el estudio de esta unidad diríjase a las páginas 257 – 293 de nuestro texto
básico.

Competencia a desarrollar en esta unidad e indicadores de aprendizaje

La competencia principal que queremos desarrollar en usted en esta unidad es


la misma que en la anterior unidad: “Conoce y comprende la importancia de la
verdad y la objetividad en el periodismo desde la visión del humanismo cristiano.”

Usted va a poder comprobar o evidenciar que adquirió esta competencia si ha


aprendido a

▪ Comprende y asume la ética en los procedimientos de obtención de


información.
▪ Asume la importancia del correcto uso de las fuentes.

Temas clave de la unidad

▪ Necesidad de ser éticos frente a la utilización de fuentes.


▪ Importancia de las citas en los textos periodísticos.

66 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

Motivación

Este capítulo es de vital importancia pues debemos saber cómo tratar a


nuestras fuentes y cómo hacer uso de la información que llega a nuestras
manos o que logramos obtener. También debemos analizar la importancia de
citar adecuadamente las declaraciones de dichas fuentes en nuestros textos
periodísticos.

Diálogo cognoscitivo – orientación

El tema de nuestra relación con las fuentes de las noticias y la manera de trabajar
con las informaciones que nos aportan es uno de los aspectos más cruciales en
la ética periodística y de los más cotidianos, pues diariamente acudimos a fuentes
para escribir nuestras notas. Por lo complejo de esta relación, Merrill se centra
en las fuentes humanas, es decir, en las personas que se convierten en nuestros
informantes.

Para profundizar en las repercusiones y dilemas éticos que se nos plantean a la


hora de relacionarnos con las fuentes humanas de nuestras noticias, remítase al
Anexo 7 de esta guía que es un texto de Javier Darío Restrepo. Nos parece que
dicho texto sintetiza muy bien la forma ética de tratar las fuentes humanas y que
complementa todo lo que dice Merrill.

Actividades recomendadas

Actividad recomendada (Análisis de problemas éticos)

De acuerdo a lo expuesto por Merrill en el texto base, analice el caso ocurrido


entre Jefree Mc Donald, acusado de triple asesinato, y el periodista Joe Mac
Ginnis.versión: 1.2.0

67 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

Autoevaluación 6

1.  (   ) ¿Diría que una cita directa es más veraz y honesta que una cita
indirecta?

2.  (   ) ¿Si es así, es ético para un periodista usar citas indirectas y ser
menos honesto?

3.  (   ) Incluso si un periodista usa las citas directas de la fuente, ¿quiere


decir esto que esta parte del relato es objetiva?

4.  (   ) ¿Cómo podría una cita indirecta deformar o modificar lo que dijo
en realidad una fuente?

5.  (   ) ¿Hay que incluir en el relato cómo y (quizás por qué) una fuente
dice algo?

6.  (   ) ¿Los verbos de atribución (por ejemplo: dijo bruscamente, gruñó,


murmuró) tendrían que ser omitidos siempre que sea posible?

7.  (   ) ¿Por qué sí o por qué no?

8.  (   ) Las fuentes anónimas no dañan a la ética cuando se citan


diciendo algo negativo, despectivo o falso sobre alguien.

9.  (   ) La costumbre de usar citas “parche” intenta dar al lector algunas


de las palabras exactas de la fuente, situando al mismo tiempo
estos pedacitos seleccionados en el contexto del lenguaje propio
del periodista.

10.  (   ) El problema del cambio de las palabras o de la omisión de una


cita directa es ciertamente una verdad.

68 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

11.  (   ) Una de las preocupaciones más importantes de la ética, es la


relación que existe entre el periodista y la fuente.

12.  (   ) Existe una razón real para que una fuente sea el enemigo del
periodista, y una actitud del periodista que sugiera esto puede
muy bien causar la ausencia de la cooperación en la fuente.

69 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

Unidad 9. Recapitulación

Referencia

Para el estudio de esta unidad diríjase a las páginas 281 – 295 de nuestro texto
básico.

Competencia a desarrollar en esta unidad e indicadores de aprendizaje

La competencia principal que queremos desarrollar en usted en esta unidad es:


“Promueve y desarrolla los mecanismos de autocontrol ético para asegurar la
práctica profesional moral y la participación de las audiencias en la comunicación.”

Usted va a poder comprobar o evidenciar que adquirió esta competencia si ha


aprendido a desarrollar lo siguiente:

▪ Entiende el concepto y alcance del autocontrol ético.


▪ Distingue la utilidad de cada mecanismo.
▪ Promueve y apoya en su entorno la creación de mecanismos de autocontrol.

Temas clave de la unidad

▪ Forma de complementar las distintas teorías éticas.


▪ El autocontrol es el mejor modo de promover y exigir responsabilidad a los
medios y a los periodistas.

70 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SEGUNDO BIMESTRE

Motivación

En este tema se hace una síntesis de todo lo visto a lo largo del libro de Merrill
y se van sacando unas conclusiones importantes, especialmente la de que
individualismo y comunitarismo no tienen por qué excluirse y que el mejor modo
de ejercer un periodismo ético es viviendo el autocontrol o autorregulación.

Diálogo cognoscitivo – orientación

Como el capítulo del libro de Merrill al que nos estamos refiriendo es muy claro,
no hace falta añadir mucho más. Solo enfatizaremos la idea de que la postural
liberal o individualista no es incompatible con la postura comunitarista, como
ya hemos mencionado en algún tema atrás. Una verdadera ética periodística
tendrá en cuenta tanto el desarrollo de la conciencia moral del individuo como el
bienestar de la sociedad o bien común, pues ambas cosas van unidas.

Lo que subraya Merrill y que nos parece muy importante es la tendencia relativista
de la sociedad actual que es no comprometerse con ninguna teoría moral. El
error principal de hoy es “no juzgar”, no emitir juicios morales sobre las cosas.
Esta indiferencia es lo que un verdadero periodista debe combatir a través de
una conciencia bien formada que observa e informa de la realidad analizando
qué cosas son reprobables y que merecen ser denunciadas (la guerra, el aborto,
la injusticia, la inequidad, el hambre….) y qué cosas merecen ser alabadas y
resaltadas en nuestras páginas (las acciones solidarias, las buenas prácticas
gubernamentales, la justicia, el combate del hambre y la miseria, las gestiones a
favor de la paz, la lucha contra el terrorismo, etc….)

Le animamos a que vuelva a revisar el Anexo 5 donde hablamos del autocontrol,


para que descubra cuál es el camino práctico para un periodismo ético, es decir,
libre y responsable.

Como actividad sugerida y autoevaluación le invitamos a que analice los


problemas éticos que Merrill plantea en las páginas 294 y 295.

71 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SOLUCIONARIO

7. Solucionario

Autoevaluación 1
Pregunta Respuesta Retroalimentación
1. V El denominador común en todas las discusiones éticas es la
actitud, que representa ese deseo de ser responsable, una
conciencia profunda de hacer lo justo o lo mejor, es mejor
que hacer simplemente algo
2. V Es necesario fortalecer nuestro desarrollo ético como
individuos a través de varias etapas.
3. F El concepto corresponde a la ética racional.
4. V Hay esperanzas del público con respecto al periodismo, lo
que debe despertar el deseo en el periodista de ser ético en
su trabajo.
5. F La preocupación del público por el aspecto ético es, en
realidad, una razón para los periodistas que los conduce a
ser éticos.
6. V El énfasis en el progreso personal, en el amor propio y en
el esforzarse habitualmente en el camino de la virtud fue
señalado desde los tiempos de Aristóteles hasta el día de
hoy.
7. V Los comunitarios desean el orden social, rechazan cualquier
insinuación de adoptar una posición autoritaria o tiránica, les
interesa la estabilidad social.
8. V Para Clifford Christians la moral hace siempre reclamo a lo
universal y a lo categórico.
9. V La ética personal se reduce a la dignidad de la persona
misma, al desarrollo del carácter propio.
10. F La ética no es una ciencia exacta y nunca lo será, implica
bastante subjetivismo, aun cuando la sociedad decida que
hay una serie de reglas éticas absolutas o universales.

72 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SOLUCIONARIO

Autoevaluación 2
Pregunta Respuesta Retroalimentación
1. V El periodista comunitario buscará más armonía y consenso
en la práctica del periodismo, se orientará al prójimo.
2. V El periodista liberal apoyará más diversidad y contienda.
3. F El periodista comunitario querrá ver más normas éticas
universales y absolutas y menos contienda social.
4. F El periodista liberal apoyará la ética más flexible, relativa y
personal.
5. F La pregunta moral básica del enfoque directo de la ética es:
¿Qué tendría que hacer yo?
6. V Teleológico hace referencia a tomar en cuenta las
consecuencias, el mayor bien para el mayor número de
personas o para uno mismo.
7. F La ética personalista, se funda en un sentido moral que nos
impulsa hacia la acción recta.
8. F En la ética pragmática los periodistas logran el éxito al dejar
saber la verdad a la gente, son altruistas, no egoístas.
9. F El periodista deontólogo dice: “Yo no soy responsable de los
resultados. Yo tengo la responsabilidad de decir la verdad.
10. F El existencialista tiene que vivir la angustia de decidir lo que
es justo; este decidir crea la esencia de cada persona.

73 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SOLUCIONARIO

Autoevaluación 3
Pregunta Respuesta Retroalimentación
1. F A pesar de que la libertad puede obrar en contra de la
conformidad ética, es verdad también dentro del marco de la
filosofía que la libertad es una suposición para cualquier tipo
de acción ética
2. V La libertad de expresión es esencial pero también peligrosa,
debe ser una elección ética y libre.
3. F La libertad hace difícil, si no imposible concebir unos
“criterios del bien y del mal que puedan ser objetivados” y
que todos nosotros podamos tener en común.
4. F Un periodista moderno que quiere la libertad de expresión
tiene dudas sobre el apoyo de la gente a este tipo de libertad
5. F Walter Lippmann subraya que la razón de la existencia de
esta libertad es el descubrimiento de la verdad.
6. F La libertad, según los comunitarios, es considerada
peligrosa, mientras que la cohesión social y la armonía son
consideradas benéficas y deseables.
7. V Para Confucio los periodistas deben lograr su madurez tanto
moral y profesional, ser eficaces y serviciales.
8. V John Stuart Mill pensaba que si la libertad causaba daño
había que limitarla, la veía en términos utilitarios.
9. F La esperanza de que la gente llegue a ser más fuerte
mediante la simple eliminación de las restricciones es una
falacia.
10. V Seguir lo determinado por un grupo, basarse en la
costumbre, en la armonía de la comunidad.

74 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SOLUCIONARIO

Autoevaluación 4
Pregunta Respuesta Retroalimentación
1. V Uno de los problemas principales de los códigos éticos y
su deificación de la verdad es que no llegan nunca a decir
qué es la verdad. Existe incluso una contradicción entre el
presentar la verdad y ser ético.
2. F Si una versión parafraseada de las observaciones de una
fuente no capta la esencia de lo que se ha dicho, entonces
se dice con seguridad que el periodista se ha alejado de la
verdad.
3. V Una de las razones que dan lugar a los muchos problemas
que los periodistas tienen con “la verdad” es que nunca
están seguros de la índole de verdad a la que se están
enfrentando.
4. F Existen numerosos límites a la hora de informar y que la
objetividad hay que entenderla como una aspiración continua
a la que nunca se llega de modo completo.
5. V Las normas éticas le indican que deberá responder tanto
por su trabajo, como por las consecuencias que de éste se
generen. Por eso, antes de emitir o de publicar un mensaje,
debe ser consciente del poder del instrumento que usa y de
los efectos que puede provocar.
6. F Ser sincero tendría que ser la meta general o normal
del reportero, sin tener en cuenta las dificultades
epistemológicas.
7. V Erich Fromm dice que la objetividad requiere más que
la simple precisión: requiere que el observador llegue a
estar relacionado, en cierto modo, con lo que se relata.
Para él, “a objetividad no es sinónima, así como se afirma
muchas veces debido a una falsa idea de la objetividad
“científica”, a la imparcialidad, a la ausencia del interés y de
la preocupación.
8. F Un reportero que quiere llegar al sentido de la historia tiene
que implicarse, juzgar y adoptar posiciones con respecto a
las personas y a las perspectivas presentadas en la historia.

75 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SOLUCIONARIO

Autoevaluación 4
Pregunta Respuesta Retroalimentación
9. F La creciente competencia entre noticieros y periódicos lleva
a veces a que quien se considera dueño de una primicia
la exagere, con el fin de atraer más la atención de los
receptores.
10. V En el exterior de la mente de cada individuo humano existe
una realidad independiente o autónoma de su conciencia
subjetiva, y en ese sentido objetiva, mundo del que el propio
sujeto conocedor forma parte, del que depende su existencia
y con el que interactúa.

76 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SOLUCIONARIO

Autoevaluación 5
Pregunta Respuesta Retroalimentación
1. F La propaganda es una actividad de comunicación no
personal, tiene carácter persuasorio, y proviene de
una fuente no siempre identificable y de objetivos extra
comerciales.
2. F La publicidad es por su naturaleza una actividad positiva y
moral
3. F La comunicación publicitaria debe inspirarse en un doble
principio moral: el respeto de la libertad de elección del
receptor, la “verdad sustancial del mensaje”.
4. F Con la publicidad se juega a la persuasión del receptor.
5. F No es siempre fácil distinguir concretamente la actividad
propagandística de la actividad publicitaria. La publicidad
se mueve en el mundo económico y busca convencer
de la compra de un producto o del uso de un servicio; la
propaganda se mueve en la vida política y social y lo que
busca es la adhesión del receptor a una serie de ideas y
concepciones sobre las cosas.
6. V El bien común debe además quedar salvaguardado en la
modalidad según la cual se efectúa la propaganda.
7. V Respecto al público, la propaganda debe ser antes y más
que persuasoria, verdadera. Pues en primer lugar es
“información”.
8. F La propaganda es el lado oscuro del periodismo.
9. F Cuando la propaganda llega a ser sinónima de la difusión
organizada de los mensajes, pierde cualquier significado
periodístico.
10. V La privatización provoca en el público una reacción de retiro
en un mundo privado cuando los medios de comunicación
lo inundan con tantas informaciones que llegan a ser
amenazadoras y abrumadoras.

77 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística SOLUCIONARIO

Autoevaluación 6
Pregunta Respuesta Retroalimentación
1. V Una cita directa es más veraz y honesta que una cita
indirecta
2. V Es algo menos honesto en relación con el lector. Significa
jugar con la verdad.
3. V Si un periodista usa las citas directas de la fuente, su relato
atiende a ser más objetivo.
4. V El periodista que usó la cita indirecta quería guardar silencio
y proteger a la fuente de consecuencias negativas.
5. F Los periodistas cambian de una cita directa a una indirecta
pensando sin pensar en lo ético y más bien se busca un
estilo variado.
6. F Las fuentes anónimas pueden solo dañar a la ética cuando
se citan diciendo algo negativo, despectivo o falso sobre
alguien.
7. V La costumbre de usar citas “parche” intenta dar al lector
algunas de las palabras exactas de la fuente, situando al
mismo tiempo estos pedacitos seleccionados en el contexto
del lenguaje propio del periodista.
8. F El problema del cambio de las palabras o de la omisión de
una cita directa es ciertamente una mentira.
9. V Si es periodista está demasiado familiarizado con la fuente,
aparece automáticamente una suposición de prejuicio, sea
verdadero o falso.
10. F No existe una razón real para que una fuente sea el enemigo
del periodista, y una actitud del periodista que sugiera esto
puede muy bien causar la ausencia de la cooperación en la
fuente.

78 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

8. Anexos

El presente material ha sido reproducido con fines netamente


didácticos, cuyo objetivo es brindar al estudiante mayores
elementos de juicio para la comprensión de la materia, por lo tanto
no tiene fin comercial.

Anexo 1

Definiciones de dignidad humana, Ética Profesional, Libertad y


Responsabilidad. (de González Portela, Ma . Luján (2008): Libertad y
responsabilidad de la prensa en el autocontrol y la enseñanza de la ética de cinco
países andinos (tesis doctoral), inédita, pp. 52-58.

1. La dignidad humana como fundamento ético.

Una de las acusaciones contra la Comisión Hutchins6 fue su indefinición frente


a los conceptos claves de la ética. Ante la teoría libertaria, que promovía un
sentido absoluto de libertad y sospechaba de todo intento de someter a la prensa
a deberes y responsabilidades por considerarlos restrictivos de la libertad, la
teoría de la responsabilidad social tampoco acertó a distinguir entre libertad y
el abuso de ésta pues no ofreció una definición consistente ni de libertad ni de
responsabilidad.7

Esta imprecisión y ambigüedad están muy acordes con la forma extrema en


que muchos entienden hoy el pluralismo, que lleva en último término a una
relativización y a considerar imposible definiciones universalmente válidas de las
cosas.8 No es este el enfoque que a nosotros nos interesa, pues niega el carácter
racional de la ética y en el fondo huye de todo compromiso práctico de mejora
personal y social.9

79 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Puesto que queremos analizar el enfoque que se da a la libertad de expresión


y a la responsabilidad de la prensa en los códigos y en la enseñanza de la ética
periodística de cinco países andinos tenemos que partir de una idea clara de
estos conceptos, pues, de hecho, en todos los códigos subyace una determinada
fundamentación ética. Necesitamos un referente respecto al cual contrastar los
diversos modos de entender la libertad y la responsabilidad de prensa a lo largo
de los códigos de los diversos períodos.

Para el actual pensamiento occidental, heredero de la Ilustración, lo que debe


ser el núcleo de toda ética y de toda deontología profesional es la dignidad de la
persona. Esto, a su vez, se constituye en el mayor bien incondicional, en aquello
que justifica moralmente cualquier deber y cualquier virtud, toda norma y todo
acto.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, así como todos


los documentos inspirados en ella, como los códigos deontológicos que nos
ocupan, parten de esta idea kantiana de la dignidad de la persona como fin en
sí misma, dotada de un valor absoluto incondicional, lo cual sabemos que Kant
sustentaba en una visión cristiana del hombre como imagen y semejanza de Dios,
fundamento último de su dignidad.10

Esta concepción de la persona, junto con la idea de hombre como fin en sí


mismo,11 tiene implicaciones muy concretas para la ética y la deontología de la
información.

Por una parte, la dignidad de la persona como sumo bien está de tal manera
presente en los códigos que sin ella carecerían de justificación la mayoría de
normas morales deontológicas del periodismo. Además, el periodismo de por sí
y los procesos que implica (investigación, difusión y recepción), son realizados
por personas, involucrando a personas y al respecto de personas. Por tanto, la
calidad moral de un medio de comunicación y de cada acto profesional se podrá
valorar por la medida en que trate a la persona como fin y nunca como medio.

80 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

2. Ética Profesional.

La ética es mucho más que la ciencia que estudia los actos, hábitos o costumbres
correctos y adecuados a la naturaleza humana. Es la ciencia que estudia el
carácter o personalidad moral que el hombre ha de apropiarse necesariamente
como un quehacer, una tarea obligada por su condición de persona moral y
libre.12 En este sentido, carácter moral no es solo el resultado de la ejecución
de una serie de actos reiterados -que a su vez generan hábitos- sino que se
convierte en la fuente personal de donde emana nuestra singular manera de
obrar.13

Por otro lado, una profesión no es un mero dominio de actividades técnicas o la


adquisición de determinadas destrezas, sino que es una especial manera de ser,
una manera moral de ser profesional.

Así pues, la ética profesional es la manera moral de ser profesional en un


determinado oficio; en nuestro caso, es el carácter y la personalidad con la que se
debe ejercer el periodismo. Desde esta óptica, la deontología y los códigos éticos
más que ser un compendio de deberes y normas, deberán explicitar esta manera
moral de ser periodista, aunque esto no sea incompatible con la existencia de
criterios y normas de obligado cumplimiento, sino que, antes bien, los exija.

Siguiendo igualmente a Bonete Perales, por la proliferación de códigos de


conducta a partir de los años 90, se ha enfatizado mucho la importancia de la
dimensión deontológica y normativa de la moral dejando un poco de lado las otras
dos dimensiones: la praxeológica, que define las virtudes propias del periodista,
y la dimensión axiológica, con los valores o el contenido del bien al que debe
aspirar el profesional y que fundamentan toda norma. Y, al fin y al cabo, estas dos
últimas dimensiones son las que sustentan el aparato normativo de los códigos,
pues le proporcionan una determinada teoría justificadora y unos principios éticos
generales que le sirven de base.

En realidad, se da una verdadera complementariedad entre estas tres


dimensiones, al igual que entre la ética –o moral pensada- y las diversas morales

81 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

sociales y deontologías –o moral vivida-, pues las normas que proponen los
códigos deontológicos se justifican en la medida en que diseñen una manera
específica de ser profesional, es decir, presuponen necesariamente una teoría
ética que fundamente esos deberes.14

3. Libertad.

Aranguren, hablando de la moral como estructura, afirma que somos


constitutivamente libres y, por tanto, morales, porque tenemos que estar ajustando
constantemente nuestros actos a la realidad. Nuestras acciones no es que
puedan tener justificación, deben tenerla para ser realmente humanas, y para ello
siempre entran en juego la posibilidad y la libertad.15Además, los actos humanos
quedan justificados cuando el hombre, entre todas las posibilidades, elige la
realidad buena.

La libertad, por tanto, no hay que entenderla en sentido negativo como ausencia
de obstáculos y limitaciones, ni como posibilidad de elegir cualquier cosa. Si así
fuera, la libertad sería más una esclavitud, como expresa Nikolai Berdiaev:

Si todo está permitido al hombre, entonces la libertad se transforma en la


esclavitud de uno mismo.16

Debemos entender la libertad de modo positivo como “libertad para” hacer el bien,
para ir construyendo una vida auténticamente humana. En este sentido, Victoria
Camps17 sostiene que la libertad no es ausencia de normas, sino la autonomía
del individuo para crear sus propias normas, es decir, para ajustarse a una
manera ética de vivir, pues el acto auténticamente humano y libre es el que se
ajusta a la norma ética.18

Por tanto, no somos libres para hacer lo que se nos antoje, sino lo que debemos
hacer, de modo que la libertad acrecienta nuestra responsabilidad.19 En realidad,
nuestra libertad está dirigida al pleno desarrollo de nuestra humanidad, pues es la
“responsabilidad del hombre de ser verdaderamente él mismo”.20

82 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

A su vez, José Ángel Agejas entiende la libertad no sólo como capacidad de


elegir, como libertad de autodeterminación, sino como una conquista y un logro
del que no nos podemos sustraer. El libre albedrío es sólo el punto de partida y
condición previa, pero no es toda la libertad; ésta es libertad de perfección, logro
constante del sujeto, por lo cual más que un derecho es un deber. De este modo,
la libertad se construye con las acciones que perfeccionan al sujeto.21

Si ser libres es ser lo que humanamente debemos ser, las normas y criterios de
conducta que nos demos a nosotros mismos tendrán que ser auténticamente
humanas, es decir, deben brotar de nuestra especial dignidad personal. A este
respecto, lo que mueva al ser humano no puede ser el dinero o puros intereses
materiales porque entonces se difuminan la responsabilidad y la autonomía
éticas.22 Igual que la ganancia acompaña al quehacer periodístico, pero no
sustituye su objetivo primordial de servicio público, el dinero u otros intereses
similares no pueden ser el fin del hombre, pues no es esto lo que le realiza ni le
puede llevar a la plenitud.

A este respecto, Stuart Mill insistía en que la libertad es más que la capacidad
de escoger sin restricciones, es saber defenderse de las tiranías sociales tales
como la económica, la de la opinión, la de las modas, el éxito fácil; en distanciarse
de ellas está el genio del individuo.23 La grandeza de la persona no reside en
ninguna de esas cosas sino en el valor innegociable de su dignidad, a la cual
tenemos que estar ajustando nuestros actos, medios y fines. Tratar siempre a
la persona como fin y nunca como medio debe ser, por tanto, el criterio para
nuestros juicios morales y el contenido de nuestra libertad.

Esta medida o límites positivos que permiten la realización de la auténtica libertad


se concreta en la práctica de una serie de virtudes acordes a la dignidad humana
como son, en el marco de la profesión periodística, la verdad, la justicia y la
responsabilidad personal.24 Y decimos que son límites positivos porque son
interiores y profundos, no exteriores ni impuestos al hombre. Son las condiciones
que la misma naturaleza del hombre exige para que la libertad de la persona y de
la sociedad se realice plenamente. Esto mismo, con otras palabras, expresaba
Stuart Mill en su obra citada al afirmar que nuestra libertad está limitada por la

83 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

exigencia de usarla para el bien y por el límite de la libertad y dignidad de los


demás.

Así pues, la concepción de libertad como la realización libre de lo que debemos


ser nos ha conducido a la necesidad de especificar un ethos, un modo de ser o
carácter moral, plenamente humano. Adela Cortina afirma que es posible llegar
a un ethos universalizable y a definir los rasgos de una persona con vocación
humana, que serían autorrenuncia, reconocimiento, compromiso moral y
esperanza.25

4. Responsabilidad.

Partiendo de la realidad constitutivamente libre y, por tanto, moral del ser


humano, podemos afirmar que libertad y responsabilidad son una misma cosa.26
Somos responsables, en primer lugar, porque somos dueños de nuestros actos,
los hemos elegido: “uno se siente responsable no porque haya hecho algo
contrario a lo esperado, sino porque necesariamente tiene que actuar en algún
sentido”.27 En este sentido formal de responsabilidad, ésta es la obligación
moral que contraemos con nosotros mismos y los demás por el hecho de haber
elegido una acción o un pensamiento.28 De este modo, podríamos considerar la
responsabilidad como la prolongación de la libertad.

En segundo lugar, la libertad es responsable porque siempre es para el bien, para


la persona y dentro del horizonte del bien común.29 El bien, que es la dignidad
de la persona, representa el límite y condición de posibilidad de nuestra libertad,
porque ninguna libertad ni derecho constituyen un valor absoluto o un fin en sí
mismos sino que están ordenados a la búsqueda de la verdad y del bien común.

En tercer lugar, la libertad es responsable debido a nuestro carácter social y


comunitario, es decir, no solo porque tenemos que escoger entre varias opciones
sino porque “esa elección afecta a más de una vida (...) estamos obligados a dar
cuenta ante los otros de lo que hacemos, a título personal o plural”.30

84 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Esto nos remite a una concepción social y comunitaria de la libertad y de los


derechos y a rechazar una visión individualista o corporativista. La libertad
siempre comporta un deber y una responsabilidad porque, debido a la dignidad
del ser humano, los derechos de los demás son mis deberes y los deberes de los
demás son mis derechos. Si unos derechos excluyeran a otros o a los de otros no
serían propiamente derechos.31

Como nos recuerda Adela Cortina, la libertad y la autonomía como capacidad de


toma de decisiones y de compromisos por uno mismo nunca es absoluta y no es
incompatible con las conexiones y ligazones que suponen la vida en sociedad.
Ninguna persona escapa a esta recíproca necesidad de interpelación que supone
la vida social y comunitaria, que nos exige y requiere siempre una respuesta. Ser
responsable es, por tanto, asumir unos compromisos con los demás pero también
que exista la exigencia de esos compromisos.32

De este modo, podríamos entender también la responsabilidad como la respuesta


a una demanda de expectativa de respuesta. En la profesión periodística, como
en ninguna otra, se da esta expectativa, este requerimiento de que los medios
se comprometan con el fin de su profesión: proporcionar una información veraz,
garantizar una opinión pública libre, ser instrumentos de la libre expresión y evitar
los abusos en todo ello para proteger el honor, la intimidad y la propia imagen a la
que todos tenemos derecho.

Por su parte, Weber, hablando del político, cree en una ética de la responsabilidad
que toma en cuenta las consecuencias de las propias decisiones, especialmente
en relación con los demás, en contraposición de una ética de la intención o de
principios, que se centra en los fines últimos.33 El político responsable será el que
mantiene sus principios y convicciones irrenunciables y, a la vez, tiene en cuenta
las consecuencias.

6 Así se conoce comúnmente a la Comisión sobre Libertad de Prensa conformada


en 1947 por un grupo de académicos e intelectuales de Estados Unidos y
presidida por Robert M. Hutchins, de la Universidad de Chicago, que elaboraron el

85 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

documento “Una prensa libre y responsable”, en el que desarrollaron la histórica


Teoría de la Responsabilidad Social de la Prensa.

7 Cfr. Edmund Lambeth (1992): Periodismo comprometido: un código de ética


para la profesión. México D.F.; Limusa, p. 51.

8 Cfr. Carlos Soria (1983): “Nota Preliminar” al libro de Emmanuel Derieux:


Cuestiones ético-jurídicas de la Información. Pamplona, Eunsa, p. 20.

9 Cfr. José Ángel Agejas (2002): “Ética: realización personal y desarrollo social”,
en Agejas, J.A. y Serrano, J.A. (coords.) Ética de la comunicación y de la
información (2002), Barcelona, Ariel, pp. 17 y 18.

10 Cfr. Enrique Bonete Perales (1995): “De la ética filosófica a la deontología


periodística”, en AAVV: Éticas de la Información y Deontologías del Periodismo,
Madrid, Tecnos, 1995, pp. 27 y ss.

11 La tercera formulación del imperativo categórico es, para Bonete, la que


tiene mayor fuerza moralizadora y fundamentadora pues le da una sólida base
antropológica a los códigos deontológicos. La calidad moral de un medio de
comunicación se podrá evaluar en la medida en que se trate a la persona como
fin y nunca como medio.

12 Cfr. J.L. Aranguren (1958): Ética. Madrid, Alianza, pp. 47 y ss. ó 140 y ss.

13 Cfr. Enrique Bonete Perales (1995): “De la ética filosófica a la deontología


periodística” en E. Bonete (coord.) y AAVV (1995): Éticas de la Información y
Deontologías del Periodismo. Madrid, Tecnos, p. 19.

14 Cfr. E. Bonete (1995), op. cit., pp. 21 y 22.

15 En Ética (1975), p. 47 y ss.

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Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

16 En N. Berdiaev (1946): Essai de métaphysique eschatologique, Paris, citado


por Brajnovic (1978), Deontología Periodística, Pamplona, Eunsa, p. 120.

17 Cfr. Victoria Camps (1995), “El lugar de la ética en los medios de


comunicación”, en Enrique Bonete y AAVV (1995): Éticas de la Información y
Deontologías del Periodismo, Madrid, Tecnos, 1995., p. 53.

18 Cfr. J.L. Aranguren (1975), op. cit., p. 49.

19 Cfr. Victoria Camps (1995), “El lugar de la ética en los medios de


comunicación”, en Enrique Bonete y AAVV (1995), op.cit., p. 64.

20 Luka Brajnovic (1978), op. cit., p. 119.

21 Cfr. J.A. Agejas (2002), op. cit., pp. 28-30.

22 Cfr. V. Camps (1995), op. cit., p. 53.

23 Cfr. John Stuart Mill (1988), Sobre la libertad, 6ª. ed., Alianza, Madrid, citado
por Camps, op. cit., p. 64.

24 Cfr. Brajnovic (1978), op. cit,.pp. 120-121.

25 Cfr. Adela Cortina (1999), Ética sin moral, Madrid, Tecnos, (4ª. ed.), pp. 237-
238.

26 Cfr. Victoria Camps (1993): Virtudes Públicas, Madrid, Espasa Calpe, p. 51.

27 Adela Cortina (2001), Ética Mínima. Madrid, Tecnos, (7ª.ed.), p. 56.

28 Cfr. Jesús González Bedoya (1987): Manual de Deontología Informativa.


Madrid, Alhambra, p. 70.

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Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

29 Cfr. Antonio Cabrejas, O.P., (2006): “La ética del mundo globalizado” en Vida
Pastoral, nº 123, julio-sept 2006, Bogotá, p. 44.

30 Adela Cortina (2001): op. cit., p. 56.

31 Cfr. A. Cabrejas (2006). op. cit., pp. 44 y 45.

32 Adela Cortina (2001), op.cit., p. 61.

33 Citado por Adela Cortina (2001), p. 57.versión: 1.2.0

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Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Anexo 2

Ética clásica y ética periodística, de Leonardo Rodríguez Duplá, en E. Bonete


(coord.) (1995): Éticas de la Información y Deontologías del Periodismo, Madrid,
Tecnos, pp. 65-80.

ÉTICA CLÁSICA Y ÉTICA PERIODÍSTICA

Leonardo Rodríguez Duplá

Profesor Titular de Ética e Historia de las Ideas Políticas en la Facultad de


Ciencias de la Información de la Universidad Pontificia de Salamanca.

I. ¿VINO VIEJO EN ODRES NUEVOS?

La expresión “ética clásica” se refiere a la filosofía moral elaborada por Platón y


Aristóteles. A pesar de ciertas divergencias considerables en el pensamiento de
estos dos autores, no parece inadecuado reunirlos aquí bajo un denominador
común. En general, el acuerdo predomina en ellos sobre la discrepancia, y
cuando se registran diferencias, sólo pueden entenderse como reacciones de
Aristóteles frente a ideas de su maestro, que es en todo momento su principal
interlocutor. La continuidad de intereses y planteamientos, que sin duda destaca
especialmente cuando comparamos las ideas de Platón y Aristóteles con las
de pensadores modernos, se puede apreciar también sin salir de los textos
de los dos filósofos, dadas las continuas remisiones, implícitas o explícitas, de
Aristóteles a los diálogos platónicos. Por lo demás, el propósito de este ensayo no
es sino una primera aproximación al problema de la relevancia del pensamiento
clásico para la deontología periodística. Se trata de indicar una posible vía de
investigación, no de agotarla. Entendemos que este modesto objetivo puede
cumplirse considerando el pensamiento clásico todavía a cierta distancia, sin
descender a un examen pormenorizado que, en último término, habría de atender
a las mínimas diferencias.

89 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Modesto o no, ¿es éste un objetivo razonable? ¿No incurrirá en un anacronismo


patente quien pretenda aplicar ideas del siglo IV a.C. a una profesión nacida
anteayer, caracterizada para colmo por un ritmo trepidante de innovación
tecnológica y conceptual , que hace su futuro literalmente imprevisible? Se dirá
–platónicamente– que las ideas no envejecen, que su validez no está pendiente
de los vaivenes de la historia. Pero también es cierto que la reflexión platónica
nace como respuesta a exigencias de una coyuntura vital concreta y, por ello,
irrepetible; y que en las obras éticas de Aristóteles se ha leído a menudo algo
así como una hermenéutica de la vida en la ciudad – Estado griega, forma de
organización política de la que hoy no queda más que el recuerdo. Sin duda,
no es éste el lugar para emprender un examen general de la dialéctica entre
platonismo e historicismo. Mas tampoco podemos dejar de preguntarnos, siquiera
brevemente, si será razonable extrapolar el pensamiento clásico a contextos tan
distintos de aquel en que se generó.

La dificultad se agrava considerablemente si se tiene en cuenta que la deontología


periodística, como cualquier otro aspecto de la deontología profesional, forma
parte de lo que tradicionalmente se denomina ética speciali, mientras que la
ética clásica ha de entenderse sobre todo como ethica generalis. Convendrá
aclarar esta distinción. La ética general se ocupa de identificar y fundamentar las
virtudes y los deberes que son propios de todo ser humano. La ética especial, en
cambio, considera los deberes y virtudes propios de algunos grupos de hombres:
por ejemplo, los deberes del soldado o las virtudes del padre de familia. No
es de extrañar que la humanidad haya reflexionado preferentemente sobre el
primer grupo de deberes, que a todo el mundo incumben. Fruto de esa reflexión
es un repertorio de normas que han pasado a formar parte de los procesos de
socialización de casi todas las culturas y son como las andaderas de nuestra vida
moral. Por haber nacido de una larga experiencia que se ha ido decantando a
través de las generaciones, esas normas se refieren precisamente a un amplio
conjunto de situaciones que se repiten una y otra vez en la vida de los hombres.
Al tipificar los modos de conducta apropiados a esas situaciones, las normas
proporcionan una orientación valiosa.

90 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

La situación no es tan favorable en el caso de la ética particular, que no ha


sido cultivada con la misma intensidad. Además, y ésta es un dimensión del
problema que se ha manifestado con especial claridad en tiempos recientes, el
territorio de lo humanamente posible se ha dilatado de manera espectacular,
cargando a la reflexión moral con una serie de tareas que, apenas abordadas,
son reemplazadas por nuevos problemas suscitados por logros técnicos de última
hora. La ética se las ve y se las desea para seguir el ritmo impuesto por la técnica.
Acaso el exponente más claro de esta situación generalizada lo constituyan las
ciencias de la vida. El desarrollo de las técnicas de reproducción asistida y de la
ingeniería genética – por ceñirnos a dos casos llamativos – plantea interrogantes
que han conmovido a la opinión pública. Una disciplina aún reciente, la bioética,
se ocupa de ellos de manera sistemática. Viniendo a nuestro problema, es claro
que también el crecimiento vertiginoso de la presencia y complejidad de los
medios de comunicación en las sociedades desarrolladas, con el consiguiente
incremento de su ascendiente sobre las conciencias individuales, plantea
problemas éticos cuya consideración reviste la mayor urgencia. Y es en este
punto, después de un rodeo, donde se nos plantea, enconada, la misma cuestión
de antes: ¿podrá la ética clásica, nacida en una época sin ordenadores ni
satélites, ética general para colmo, arrojar luz sobre los problemas deontológicos
del periodismo, profesión reciente y de futuro incierto?

Yendo a lo esencial, las objeciones planteadas hasta ahora son dos. Una se
funda en la radical novedad de la praxis periodística frente a las condiciones de
vida de la Antigüedad clásica. Otra, en la distancia que separa la ética general
de la particular. Si estos dos escollos son insalvables, la única opción razonable
será abandonar el proyecto de encontrar en la ética clásica orientación para la
deontología periodística. De ahí que, antes de pasar adelante, sugiramos por
qué las dificultades señaladas no se nos antojan tan temibles como parecían de
entrada.

En primer lugar, resulta desproporcionado hablar de novedad radical cuando


nos referimos al periodismo. Que los hombres se comuniquen, que transmitan
información, no es precisamente una novedad. Siempre lo han hecho, y por ello
las disyuntivas morales implicadas en el fenómeno de la comunicación – mentir

91 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

o ser veraces, por ejemplo – siempre han estado abiertas. Lo novedoso hoy es
más bien el caudal y la variedad de la información disponible. Esto hace que
esas disyuntivas morales se enconen hasta cobrar en ocasiones un aspecto
dramático. Abundando en el mismo ejemplo, hoy cabe mentir a una escala antaño
insospechada. Con todo, la fealdad moral de la mentira y su carácter alienante se
echan de ver con igual claridad cuando el engaño no se beneficia de progresos
técnicos ni amenaza invadir la totalidad de nuestra existencia. Y cosa parecida
podría decirse del resto de los desafíos morales planteados por el periodismo:
los principios morales relevantes son conocidos desde siempre, aunque las
condiciones presentes supongan amenazas nuevas para esos principios. Por ello,
no resulta de entrada implausible suponer que la reflexión antigua sobre estos
principios pueda ser de interés todavía hoy.

En segundo lugar, la distancia entre la ética general y la ética especial no es tan


grande como pudo sugerir la exposición anterior. No son saberes independientes,
sino que el segundo prolonga al primero. Retomemos el caso paradigmático de
la bioética. La técnica humana pone hoy a nuestro alcance procedimientos de
laboratorio de los que, como ocurre con la fecundación in vitro, la clonación de
genes humanos o la elección del sexo del embrión, es dable pensar que lesionan
la dignidad del hombre; otros modos de obrar sujetos a discusión, como la
eutanasia o el aborto, no tienen nada de nuevo. De unos y otros ha de ocuparse
la bioética en tanto que parte de la ética especial, examinándolos todos y
pronunciándose acerca de su compatibilidad con el respeto a la dignidad humana.
Pero adviértase que el principio que ordena respeto a la dignidad humana no lo
descubre la ética especial, sino que lo toma de la ética general, que previamente
lo debe haber asegurado. De este modo, la función de la ética especial es
acomodar los principios de la ética general a ciertos ámbitos de la praxis humana,
en ocasiones esotéricos. Y si resulta que los filósofos clásicos han ofrecido
argumentos convincentes acerca de principios morales generales, este hecho
será de la mayor importancia para la deontología profesional incluso en el caso de
la mas novedosa profesión del futuro.

92 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

II. VIRTUDES FRENTE A NORMAS

Si la ética clásica resultara ser, en sus líneas generales al menos, una ética
superior a las modernas, de ello se seguirían consecuencias de largo alcance
para la deontología informativa. Algunas de ellas afectarían decisivamente a
nuestro modo de entender la formación moral del periodista. Para mostrar esto,
será imprescindible recordar algunos de los rasgos distintivos de la ética clásica,
en contraposición a la moderna.

La pregunta que intenta responder la ética clásica es ésta: ¿cómo vivir? Se


trata de averiguar qué género de vida es el más digno y provechoso para un ser
humano. Platón y Aristóteles indagaron largamente las condiciones de la vida
buena para el hombre, y concluyeron que la más importante es la virtud. Por
virtud se entiende un hábito o cualidad permanente del sujeto que le capacita para
obrar de manera moralmente recta. Sin conducta virtuosa, la plenitud humana es
impensable. De ahí que la ética haya de investigar la naturaleza de las virtudes
humanas, la relación que guardan entre sí y el modo de adquirirlas.

Por contraste, la ética moderna ha relegado la virtud a un lugar muy secundario.


Ella se ocupa, sobre todo, de contestar a la pregunta: ¿qué debo hacer? Se trata
de identificar y fundamentar los deberes que han de observar las personas. Si
la ética clásica atendía primordialmente al sujeto, a las cualidades que han de
adornarle si ha de alcanzar la plenitud, la ética moderna se interesa por los actos
de ese sujeto y por su conformidad a las leyes que expresan deberes universales.
El concepto de virtud es sustituido por el de norma o ley. A la vez, se denuncia
por ideológica toda doctrina de la vida buena con pretensiones de validez
universal. A lo más a que puede aspirar la ética es a establecer normas que rijan
la convivencia de los hombres. Qué haga cada cual en el ámbito privado de su
existencia, sobre esto el pluralismo es insuperable y la ética no tiene nada que
decir.

Pero volvamos a la ética clásica. Como doctrina de la virtud que es, lleva
aparejada cierta concepción de la educación moral. Esta consistirá en la
adquisición de las distintas virtudes mediante habituación. Los niños se ejercitarán

93 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

en la conducta virtuosa, al principio obligados. Poco a poco esta costumbre


mecánica irá haciéndose lúcida y los educandos terminarán practicando la virtud
en atención a su belleza intrínseca. En el caso ideal, la virtud se habrá convertido
en una segunda naturaleza.

Es importante advertir la heterogeneidad de esta educación moral frente a otros


tipos de instrucción. Uno puede aprender a hacer raíces cuadradas o memorizar
las desinencias de la primera declinación latina en unos pocos minutos. Se trata
de simples reglas que pueden aplicarse eficazmente nada más aprenderlas. Si se
olvidan pueden refrescarse sin dificultad. En cambio, la conducta virtuosa es hija
de la experiencia. No se puede aprender instantáneamente, pues lejos de ser una
aptitud puramente racional, se extiende también a los afectos y emociones, que
han de ser lentamente ahormados por la educación en la virtud.

Las últimas consideraciones nos ponen en condiciones de ver sin dificultad qué
profundas consecuencias tiene la concepción clásica de la educación moral
para la deontología periodística. Recordemos que en los últimos tiempos ha
cundido la alarma social ante la progresiva degradación ética de los medios de
comunicación. Sensacionalismo, manipulación, frivolidad o sumisión a criterios
comerciales, son algunos de los cargos vertidos sobre los medios informativos.
Por su parte, el gremio periodístico no ha hecho oídos sordos a estas quejas. Se
ha producido una reacción en cadena de “rearme moral”, en la que cabe contar
diversas medidas de orientación y control. Sin duda, la más notoria de ellas es
la confección de numerosos códigos deontológicos de la profesión periodística,
es decir, repertorios de normas de obligado cumplimiento para los profesionales
de los medios de comunicación. El estudio y la discusión de estos códigos
son parte del currículo académico de cualquier periodista que se forme hoy en
la universidad. Los propios medios de comunicación les dedican su atención
regularmente, con lo que el debate sobre la conveniencia y el contenido de los
códigos ha transcendido a la opinión pública. Por su parte, muchas empresas
mediáticas cuentan ya con personal encargado de velar por la observancia de las
normas o de aclarar problemas derivados de su aplicación.

94 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Este protagonismo de las normas deontológicas contrasta vivamente con el olvido


de ese otro discurso moral que gira en torno a las virtudes. Conscientemente
o no, la actual deontología periodística se adhiere sin reservas a la tradición
ética moderna. Acaso sea responsable de ello la fragmentación cultural de las
sociedades avanzadas, pues la unanimidad, hoy perdida, en el modo de entender
la existencia humana es el terreno óptimo para el cultivo de las virtudes. Mas
sean cuales fueren las causas, es un hecho que hoy buena parte de la reflexión
deontológica al uso cree poder sustituir sin pérdida las virtudes por normas.
Paralelamente, cree poder asimilar la educación moral al adiestramiento en
técnicas que se practican aplicando reglas mecánicamente. En suma: la moderna
deontología vuelve la espalda a las enseñanzas de la ética clásica. ¿Lo hace
impunemente?

Los clásicos contestarían que no, y darían al menos tres razones que abonan esta
negativa.

1. La primera es el fenómeno de la akrasía o flaqueza de la voluntad. El


hombre no es un ser puramente intelectual, sino que su conducta depende
también de resortes irracionales. El conocimiento claro y actual de la norma
no garantiza su cumplimiento. Somos capaces, muy capaces, de hacer el
mal a sabiendas. Esta es la enseñanza de la historia de Leoncio, narrada
por Platón en el libro IV de La república. Tras largo forcejeo entre su deseo
de regocijarse en la visión de los cadáveres arrojados por el verdugo junto
a la muralla y la clara conciencia de tratarse de una apetencia morbosa,
Leoncio espeta a sus ojos: ”Ahí los tenéis, malditos, saciaos del hermoso
espectáculo”(440a). Si hemos de dar crédito a este testimonio -y acaso no
falten en la vida de ningún hombre experiencias que lo corroboren‐, no hay
razón para depositar excesivas esperanzas en una educación moral cuyo
núcleo sea el aprendizaje de un repertorio de normas deontológicas, pues
cabe conocer al dedillo esas nornas y, con todo, infringirlas movidos por
algún deseo o pulsión irracional.

En cambio, una educación moral centrada en la lenta asimilación de las virtudes


parece mucho más promisoria. La ejercitación de la virtud va ahormando o

95 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

encauzando los sentimientos y deseos del sujeto. La virtud se convierte así


en un resorte interno de la conducta, el cual ofrece mucha más fiabilidad que
el simple enunciado de un límite impuesto desde fuera. Recordemos que la
“educación musical”, primera fase del adiestramiento moral diseñado por Platón
en La república, consiste en familiarizar al alma con la belleza e inclinarla a ella
ya desde la infancia temprana. Como Platón pensaba que lo bello y lo bueno son
en el fondo lo mismo, esperaba que la connaturalidad del alma con la belleza se
traduciría espontáneamente en conductas moralmente buenas. Se compartan o
no los presupuestos metafísicos de esta pedagogía, parece razonable conceder
que en la idea de la virtud como dimensión adquirida del carácter y raíz estable de
la conducta hay un núcleo de validez permanente.

2. En segundo lugar, una virtud es mucho más que una tendencia arraigada
a cumplir una norma. La virtud lleva aparejada la lucidez moral y, en esa
medida, es ella misma normativa. La valentía del soldado no se reduce a no
abandonar su puesto; habiéndose quedado en él, todavía ha de interpretar
la situación, siempre cambiante, discernir la acción adecuada y obrar en
consecuencia. Se entenderá bien a qué nos referimos si se considera el
caso de quien intenta acomodar su conducta a un conjunto de normas
morales. Inevitablemente, las normas son abstractas: declaran la bondad
o maldad de tipos de acciones (mentir, robar, socorrer,etc.), haciendo
abstracción de las circunstancias particulares que concurren en cada caso
(a quién se mienta, qué se robe, etc.).En cambio, las circunstancias en
que se ve envuelto el sujeto moral son en todos los casos estrictamente
individuales e irrepetibles. La cuestión es: ¿cómo salvar la distancia
entre las mediaciones normativas, siempre universales y abstractas, y el
carácter único e irrepetible de cada situación vital concreta? Los partidarios
de la ética normativa no tienen más que una salida: apelan a normas
subalternas que no sean tan generales como las primeras.Pero, por más que
especifiquemos las normas subordinadas, éstas seguirán siendo universales:
seguirá siendo posible un número ilimitado de casos que, aun cayendo
bajo esa norma, sean distintos entre sí y, por ello, reclamen un tratamiento
diferente. Platón ha denunciado plásticamente el proyecto de una legislación

96 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

exhaustiva, que comprenda todos los casos posibles, comparándolo con el


intento de decapitar a la hidra, monstruo mítico cuyas cabezas se multiplican
al ser cortadas (Rep.426e).

Los partidarios de la ética de la virtud se encuentran en una posición más


favorable. Como se dijo, el virtuoso no es simplemente un hombre que conoce
un conjunto de reglas y está acostumbrado a respetarlas. Posee también una
peculiar lucidez que le hace capaz de sopesar los rasgos moralmente relevantes
de cada situación y reconocer la conducta adecuada en cada coyuntura. Este
sexto sentido moral compara Aristóteles felizmente a la regla de plomo utilizada
por los arquitectos lesbios: no es una regla rígida, como las comunes, sino un
instrumento flexible que adopta la forma de la piedra u oquedad que se trata de
medir (Eth. Nic. 1137b2933).

3. Por último, Platón ha advertido de la inevitable degradación de los oficios


o técnicas que ya no tienen su asiento en el alma del artesano, al modo de
una pericia o maestría adquirida tras larga práctica, sino que perviven como
un conjunto de fórmulas o recetas aplicables mecánicamente. Tales saberes,
desprovistos de la sensibilidad para las mínimas diferencias cualitativas
característica del arte verdadero, están abocados al fracaso. La medicina
hipocrática, por ejemplo, no podría recuperarse con sólo estudiar los textos
de esa tradición que se han conservado y otros que pudieran recuperarse.
Lo que de este modo se alcanzaría no pasaría de ser una versión lejana y
desvaída de un saber que sólo cabe transmitir de maestros a discípulos y en
contacto directo con la praxis.

De las reflexiones anteriores no se sigue que la idea de confeccionar códigos


deontológicos sea absurda. Los códigos pueden cumplir una función orientativa
y jurídica importante. El error está más bien en hacer de ello el núcleo de la
formación ética de los periodistas. Los antiguos nos enseñan que el conocimiento
de las normas no garantiza su cumplimiento (akrasia); que ese conocimiento,
por ser abstracto, no proporciona orientación suficiente en situaciones concretas;
que se degradará el aspecto moral de la profesión periodística si se reduce a la

97 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

observancia de un repertorio de normas que al periodista le vienen impuestas


desde fuera.

Además, la eficacia de los códigos en el proceso de “rearme moral” de los medios


de comunicación es más limitada de lo que se suele suponer. En el caso más
favorable – es decir, si la infracción de las normas acarrea penas – los códigos
cumplirán una función correctiva del mal ya consumado, con lo que llegarían
demasiado tarde. En cuanto a su efecto disuasorio respecto a las infracciones
futuras, no debemos olvidar que lleva aparejado el riesgo de una juridificación
de lo moral. Por supuesto, tanto la función correctiva cuanto la disuasoria son
en sí mismas saludables y , por ello, han de ser promovidas. Pero no podemos
contentamos con eso.

Se impone, pues, revisar nuestras ideas sobre la formación moral del periodista.
Si hemos de dar crédito a los clásicos, esta no puede esperar a la universidad,
pues consiste en la lenta adquisición de un hábito virtuoso y lúcido. Dado que
este proceso debe comenzar en la infancia y de él se han de beneficiar todos los
hornbres -no sólo los periodistas están necesitados de rectitud moral-, el problema
cobra unas dimensiones sociales difíciles de sobrevalorar.

III. PERIODISMO Y RETÓR

Nuestra siguiente cala en la ética clásica nos lleva hasta la crítica de Platón
a la retórica, expuesta en el diálogo Gorgias. La reflexión Platónica alcanza
certeramente –al menos así nos lo parece- a ciertas deformaciones del
periodismo que, lamentablemente, hoy han dejado de ser una excepción.

Recordemos el tenor general de la cítica platónica. Gorgias es un célebre sofista,


esto es, un maestro itinerante que recorre la Hélade ofreciéndose a instruir a
los jóvenes, a cambio de un estipendio, en una disciplina que les permita el
triunfo social. Se trata de la retórica, que capacita para promover la causa propia
ante los tribunales y en las asambleas. Sócrates interroga largamente a Polo y
Gorgias acerca de esta enseñanza. Ante las respuestas vagas o evasivas de sus
interlocutores, Sócrates insiste en definir la retórica por sus frutos. La discusión

98 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

alcanza un punto crítico cuando distingue entre creer algo y saberlo a ciencia
cierta, y fuerza a Gorgias a reconocer que la retórica induce al auditorio a una
mera creencia, esto es, a una convicción infundada.La retórica no proporciona
verdadero conocimiento. Persuade, sí, pero no enseña. Prueba de ello es que
las propuestas del orador, que habla sin conocimiento de causa, serán mejor
recibidas por la asamblea que las del experto–Gorgias nos recuerda que no
fueron los ingenieros, sino los políticos, quienes impusieron la construcción de
las murallas deAtenas (455-e)- .Los interlocutores de Sócrates celebran que así
sea, pues en ello se conoce el poder de la retórica para someter a vasallaje a
los demás saberes. El orador se perfila como único hombre libre, pues sólo él
es capaz de someter a sus conciudadanos (452d). Libertad y tiranía resultan
convertibles.

El orador no ofrece propiamente razones que abonen las tesis que él defiende.
¿Cómo iba a acerlo, si su técnica es por principio idiferente frente al valor de
verdad de esas tesis? Los recursos de que se vale para encarecer una opinión,
podría movilizarlos igualmente a favor de la opinión contraria.Fiado en que la
convicción infundada es subjetivamente indistinguible de lá lúcida _nadie puede
estar en el error y saberlo-, el orador manipulará los resortes emocionales del
alma humana para persuadir a su auditorio. Mientras el verdadero político procura
el bien de sus conciudadanos, bien que lleva aparejado placer, el orador procura
placer sin preocuparse del bien -es decir, adulará los oídos del auditorio diciéndole
en cada caso, no lo que le conviene, sino lo que apetece oír_. La eficacia de este
torcido proceder es pavorosa. Sócrates la ilustra con la fábula del cocinero y el
médico que han de ser juzgados por un tribunal de niños. El médico alega que
sólo buscaba el bien de sus jueces. Con este fin les ha cauterizado o sajado.
Bastará que el cocinero, sin referirse para nada al bien, es recuerde todas las
golosinas que les ha preparado, para quela suerte del médico esté echada.

Hasta aquí lo más esencial del diagnóstico platónico de la retórica. La medida


en que la crítica de Platón alcance a ciertas aberraciones hoy frecuentes
enlos medios de comunicacíón, depende de la semejanza que guarden esas
aberraciones y el proceder propugnado por Gorgias. ¿Habrá quien niegue tal
semejanza?

99 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Que los medios de comunicación incurren en la escisión de placer y bien


denunciada por Platón, es cosa palmaria. En las progranaciones de televisión
menudean concursos insulsos o morbosos. Les hacen compañía series de
un sentimentalismo edulcorado y ramplón. El sensacionalismo, el recurso a la
violencia o al sexo, la parodia llena de acidez, se abren paso también en la prensa
escrita. El denominador común parece ser la tendencia a favoreder la pasividad,
el acomodamiento indolente en un placer siempre disponible. Y no cabe disculpar
esta presenciadel placer exento de toda referencia al bien alegando el pluralismo
insuperable de las concepciones de la vida buena. Hoy existe un amplio acuerdo
acerca de ciertos componentes indispensables de la vida buena, entre los que se
cuenta el acceso a la verdad y el espíritu crítico.

Todavía está por mencionar el ejemplo más elocuente: la publicidad comercial que
inunda los medios de comunicación. Aquí la persuasión por medio de estímulos
irracionales es practicada sistemáticamente. Muchas técnicas publicitarias son
en sí mismas indiferentes a lacalidad del producto anunciado: el mismo anuncio
puede promover el consumo de dos productos de características opuestas. El
estímulo placentero corta amarras con la verdad y con el bien. La publicidad,
como la retórica, persuade sin instruir.

Al crear una falsa apariencia de instalación en la verdad y con ello fomentar


la inercia intelectual, los medios de comunicación tienen a menudo un efecto
alienante. La existencia espiritual se alimenta de la búsqueda y contacto con
la verdad. Recurrir a estrategias que vetan por principio la vía de la lucidez –
única que nos permite distinguir opinión de conocimiento -es secar la fuénte de
la emancipación individual y, por ello mismo, sustituir la plenitud humana por
un sucedáneo. Platón y Aristóteles advirtieron claramente que el contacto con
la realidad no adulrerada es condición indispensable de la vida buena. A esta
percepción reponde la idea platónica, paradójica prima faciem, de los “falsos
placeres”, que en el diálogo Filebo se excluyen de la vida buena. Reparemos
en esta idea. ¿Tiene sentido hablar de placeres falsos? Hablamos de billetes
falsos o de perlas falsas para referirnos a cosas que no son lo que parecen. Mas
es evidente que una experiencia no puede parecer placentera y no serlo. Da la
impresión, por tanto, de que todos los placeres son verdaderos. Sin embargo,

100 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Platón insiste en llamar falsos a los placeres que se fundan en un error, teórico
o estimativo. Falsa en este sentido preciso sería la euforia de quien recibe una
buena noticia que no se corresponde con la realidad; falso también el placer de
quien se recrea en lo vulgar. La falsedad de estos sentimientos estriba en que
no cumplen la promesa escrita en el rostro de todo placer: hacernos felices. De
hecho, a menudo celebramos haber salido del error, aunque ello ocurra al precio
de dejar de experimentar placer. Por eso no envidiamos el placer que nace del
mal gusto. Y entendemos de sobra que quien acaba de recibir una noticia triste
declare: “Habéis hecho bien en decírmelo.” Con ello testimonia que prefiere
vivir en la realidad – a veces hostil, pero realidad al cabo- a refugiarse en una
ignorancia indolora.

La cuestión decisiva es ésta: ¿sustituyen los medios de comunicación la realidad


palpitante por otra fingida, abriendo de este modo el paso a los falsos placeres
recusados en el Filebo? Por nuestra parte, estamos convencidos de ello. Este
triunfo de la ilusión sobre la realidad es parte de un proceso más amplio que
puede describirse en términos generales como pérdida de transitividad por parte
de los medios de comunicación. Éstos vuelven la mirada cada vez más sobre sí
mismos: nunca faltan periodistas entre los invitados a los coloquios y debates
de la radio o de la televisión; se otorgan premios entre sí, de lo que informan
puntualmente al público; no es infrecuente que las cámaras recorran las tramoyas
del estudio o enfoquen las espaldas de otros cámaras que, esto sí, enfocan al
locutor el cual acaso habla sobre los medios de comunicación. Pero la pérdida
de transitividad llega a su colmo con la inflación que, a manos de los medios de
comunicación, padecen aspectos aislados o accesorios de la actualidad. El asunto
más trivial, el personaje más insulso, el suceso más irrelevante, se convierten en
foco de atención pública si lo quiere el cuarto poder. Cuando las cosas llegan a
este extremo, el lenguaje se torna metalenguaje, el discurso ya no versa sobre
la realidad (incluyendo en este concepto la importancia objetiva de las cosas),
sino que se refiere a una colección de espejismos creados por el propio discurso
periodístico y que forman parte de él. El caso del fútbol, del que se habla a todas
horas como de algo de enorme transcendencia, es paradigmático.

101 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Por supuesto, cabe replicar, como a menudo se hace, que la oferta mediática ha
de ser indiscriminadamente amplia, toda vez que se le ha de suponer al público la
madurez suficiente para elegir por sí mismo. Negar esto equivale, según parece,
a adoptar una postura paternalista y rehusar a los agentes morales la condición
de sujetos autónomos. Esta réplica es falaz por distintas razones. En primer
lugar, los hombres no somos espíritus exentos que desarrollen su existencia en
una campana de vacío; antes bien, tenemos una biografía que ha ido ahormando
nuestra personalidad y, a la vez, limitando nuestra libertad. Un factor decisivo
en este proceso lo desempeñan hoy sin duda los medios de comunicación. Las
estadísticas sobre el número de horas que pasan frente al televisor los niños de
los países desarrollados son alarmantes. Cuando esos niños sean adultos, ¿cabe
sostener seriamente que su capacidad de elección seguirá intacta? Además, no
hay por qué temer la presunta pérdida de autonomía por parte del público al que
se intenta defender de la falta de transitividad de los medios de comunicación. La
verdadera autonomía hunde sus raíces en el contacto con la realidad. Lo dijimos
antes : no hay emancipación sin verdad.

Sustituir la realidad por un universo ilusorio, reemplazar las experiencias más


profundamente humanas por la ñoñería, todo ello so pretexto de que acaso el
público prefiera precisamente esto después de todo, no es más que una manera
de encadenar las conciencias, por más que se haga bajo el estandarte de la
libertad.

Con esto llegamos a un último parecido entre la retórica enseñada por Gorgias
y las deformaciones presentes del periodismo. La razón última por la que el
sofista encarecía la retórica era la capacidad de ésta para someter a las demás
artes: “Cuando la tengas en tu poder, el médico será tu siervo, el maestro de
gimnasia también, y de este hombre de negocios se mostrará que no gana para
sí mismo, sino para otro, para ti que sabes hablar y convencer a las masas”
(452e). Ante el desprecio masivo de la verdad y la exaltación del mal gusto que
dominan hoy muchos medios de comunicación, ¿no haremos bien en recelar en
sus promotores el intento de adquirir poder económico e ideológico a cualquier
precio? Por supuesto, y como ocurre con la retórica de Gorgias, la de los medios

102 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

de comunicación va acompañada siempre de una campaña de legitimación que,


de no ser siniestra, resultaría cómica.

IV. PERIODISMO Y CREMATÍSTICA

Es un hecho que cualquier empresa que quiera sobrevivir en un sistema


económico como el nuestro tiene que asegurarse una cuota de mercado. Para
ello ha de acomodar su funcionamiento y su oferta a criterios comerciales
precisos. Pero estos criterios no son los únicos a los que ha de someterse la
empresa. También ha de regirse por principios deontológicos. Por desgracia,
aquellos criterios y estos principios a menudo se inhiben mutuamente.
Esto es especialmente claro en el caso de los medios de comunicación: el
quebrantamiento de la intimidad de las personas célebres, por poner un solo
ejemplo, es una estrategia moralmente reprobable que, sin embargo, reporta
pingües ganancias a las publicaciones sensacionalistas.

Dado el profundo cambio experimentado por las condiciones económicas de la


Antigüedad a esta parte, no son de esperar en los textos de Platón o Aristóteles
directrices concretas aplicables a las condiciones presentes. Con todo, algunas
de sus calas en la naturaleza de la actividad económica son tan profundas, que
continúan arrojando luz sobre su sentido y sus límites morales en cualquier
coyuntura.

Platón fue muy consciente de que la tensión entre las exigencias morales y las
necesidades materiales no se solventa negando las segundas. Incluso advirtió
que muchas veces son inseparables. En el libro VIII de La república condena que
las leyes permitan la enajenación total de los bienes de un ciudadano; quien no
posee un mínimo de bienestar material, pronto se ve expoliado también en su
dignidad. Además, como las artes proceden originariamente de la necesidad, no
es de extrañar que este principio suyo se deje sentir en su ejercicio, incluso en el
de las liberales.

Platón se opone, por tanto, a desentenderse del interés material connatural a


toda actividad profesional. Pero también se resiste a reducir esa actividad al

103 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

interés, esto es, a declararla exenta de vinculaciones morales. En su polémica


con Trasímaco, según el cual el político consumado dicta leyes con vistas a su
propio interés únicamente, el Sócrates platónico hará valer que todas las artes
procuran el beneficio de aquellos a quienes se aplican. Cierto que el buen médico
se enriquecerá si sus pacientes sanan y el buen pastor si su ovejas medran.
Pero ni el beneficio del médico ni el del pastor entran en la definición de sus
respectivas artes. De hecho no se adultera la medicina ni el pastoreo si se ejercen
gratuitamente. El lucro es accidental al arte: lo acompaña pero no lo constituye.
Fundándose en que las artes se especifican por sus objetos, Sócrates hará
reconocer a Trasímaco que la adquisición de riqueza es diferente y parasitaria
de otras artes como la medicina. Es diferente por ser distintos sus objetos: en
un caso la salud del paciente, en otro el enriquecimiento del propio médico. Es
parasitaria por hacer de la salud del paciente un instrumento de lucro.

A nuestro juicio, estas reflexiones platónicas conservan hoy toda su vigencia


y facilitan el diagnóstico deontológico de los medios de comunicación. De dar
crédito a Platón, la hoy tan frecuente tiranía de los “índices de audiencia” – como
se dice ahora con lamentable anglicismo – despoja a los medios de comunicación
de su dignidad profesional, al privarles de las características esencial de toda
technê – perseguir el bien del receptor – e intrumentalizarlos al servicio de
un fin que les es ajeno – la ganancia del empresario – Además, como esta
instrumentalización no puede llevarse a cabo sino sacrificando la calidad al
morbo, este falso periodismo, al que acabamos denegar la categoría de technê,
queda relegado ahora a la categoría de alcahueteo o adulación (kolakeia), es
decir, donde Platón situó a la retórica. Por último y siempre apoyándonos en
los análisis platónicos, el que el buen desempeño de un periodista se mida
atendiendo a sus ingresos es una práctica aberrante, toda vez que esos ingresos
están en función del proveho económico que genera para la empresa, y que este
provecho, según se vio, crece a menudo por medios reprobables.

Pasemos ahora a Aristóteles. Sus análisis económicos van más lejos que los de
Platón, pero los criterios de enjuiciamiento moral son básicamente los mismos.
Como su maestro, Aristóteles reconoce el humilde origen de las artes: proceden
de la necesidad, concretamente son fruto de la división del trabajo que hizo

104 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

posible la convivencia política. Pero, por más que la asociación política y todos
los procesos de orden económico que llevó aparejados nacieran de la necesidad,
persiguen un fin más alto que la mera supervivencia. La polis – ésta es una
tesis fundamental de la Política de Aristóteles – nace por mor de la vida, pero
subsiste por mor de la vida buena. Este último es el concepto decisivo. Se trata
de alcanzar el bien del hombre, su plenitud. Las conductas, sean individuales o
colectivas, se justifican o descalifican en función de sus aptitud para fomentar ese
bien supremo.

Valiéndose de ese criterio, Aristóteles distingue dos clases de crematística.


El objeto de la primera, a la que llama “natural”, es facilitar algunas de las
condiciones de la vida buena. Tal es el caso del trueque que garantiza alimentos.
Esta finalidad representa un límite para la crematística natural (no en vano telos
significa ambas cosas: fin y límite). El segundo tipo de crematística, la “comercial”,
persigue la obtención de dinero. En la medida en que no tiene a la vista un criterio
de vida buena, la actividad crematística comercial es ilimitada y, además, supone
un descenso al nivel de la vida a secas o mera supervivencia. Esto la hace
condenable. Además, la crematística comercial posee dos rasgos que coinciden
con los que Platón afea a la retórica: pretende erigirse en el arte suprema que
subordina a todas las demás artes y virtudes; y está íntimamente ligada al
hedonismo.

Tambíen en la Ética a Nicómaco encontramos análisis económicos que tocan


a nuestros intereses presentes. En el libro V expone Aristóteles el origen del
dinero. Éste nació para facilitar el comercio proporcionando una medida común
a las distintas prestaciones. A cada una se le asigna un precio, de suerte que el
valor de cada prestación puede expresarse en términos de cualquier otra. Pero,
en realidad, los precios expresan, no el valor intrínseco del bien, sino la medida
en que es deseado (chreia). De hecho, se establecen de manera puramente
mecánica, según la ley de la oferta y la demanda.

La certera descripción aristótelica del funcionamiento del mercado tiene una


profunda intención crítica: reclama que el precio de los bienes se establezca
atendiendo a la dignidad del artífice y a la calidad intrínseca del propio bien.

105 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Niega, por tanto, que las ciegas leyes del mercado hayan de ser justas
necesariamente.

¿De qué modo inciden estos análisis en la empresa periodística en tanto que
empresa? Una primera consecuencia es que la actividad periodística – como
toda otra actividad profesional – ha de perseguir el bien de la comunidad política.
De ahí que sea legítimo velar por la salud financiera de la empresa informativa,
pero sólo dentro de los límites que se siguen de la función eminentemente social
del periodismo. Toda lesión del bien común en aras del beneficio económico es,
vista bajo este prisma, aberrante. En segundo lugar, la crítica aristotélica de la
crematística comercial, representada de manera paradigmática en la condena de
la usura, se hace extensiva a los medios de comunicación cuya programación
se rija por criterios exclusiva o predominantemente comerciales, pues también
en ellos se persigue “ilimitadamente” el lucro y no el bien. Por último, la crítica
aristotélica al establecimiento mecánico de los precios seautorizaca la tendencia
moderna a estimar la valía de las personas por sus ingresos o la importancia
de los asuntos por la medida en que se habla de ellos. El que un programa de
televisión goce de gran aceptación y, por tanto, genere beneficios cuantiosos,
es un puro hecho, cuyas causas han de ser investigadas en cada caso. Loss
contratos millonarios de algunos presentadores, sobre ofender al sentido de
justicia, ignoran que los factores determinantes del éxito de un programa son
muchas veces ajenos a su calidad.versión: 1.2.0

106 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Anexo 3

Incidencia en la ética periodística del debate entre teleologismo y


deontologismo, de Leonardo Rodríguez Duplá, en E. Bonete (coord.) (1995):
Éticas de la Información y Deontologías del Periodismo, Madrid, Tecnos. (174 –
190)

INCIDENCIA EN LA ÉTICA PERIODÍSTICA DEL DEBATE ENTRE


TELEOLOGISMO Y DEONTOLOGISMO

LEONARDO RODRIGUEZ DUPLÁ

Profesor Titular de Ética de la Ideas Políticas en la Facultad de Ciencias de la


Información de la Uníversidad Pontificia de Sálamanca

I. TELEOLOGISMO Y DEONTOLOGISMO

¿El fin justifica los medios? Esta pregunta, antigua como el hombre, sigue siendo
objeto de viva polémica en el pensamiento contemporáneo. La clara conciencia
de que no se trata de una cuestión abstracta o erudita, sino de un debate, con
inmediatas consecuencias para nuestra vida individual y colectiva, no ha hecho
sino atizar la discusión. El presupuesto de este capítulo es la convicción de que
el debate mencionado también afecta decisivamente a la ética periodística, por lo
que urge repensar en este contexto particular la pregunta por la justificación de
los medios reprobables.

Hemos de empezar por familiarizarnos con el sentido exacto de la discusión.


Acudamos para ello a la pieza teatral Los justos, de A. Camus donde se formula
con gran plasticidad nuestro problema y sus posibles respuestas. La obra, basada
en un hecho histórico, nos presenta a un grupo de terroristas rusos del Partido
Socialista Revolucionario que, en febrero de 1905, atentan contra la vida del gran
duque Sergio, tío del zar. Con este atentado, al que seguirá la proclamación de
un manifiesto reivindicativo, pretenden desestabilizar el régimen zarista y así
contribuir a liberar al pueblo ruso de la opresión: “estamos decididos a ejercer

107 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

el terror hasta que la tierra sea devuelta al pueblo “, declara el jefe de la célula
terrorista en el acto primero. Pero esta unanimidad acerca del fin perseguido
no impide que se den muy graves discrepancias sobre los medios que es lícito
utilizar para alcanzarlo. Este desacuerdo se manifiesta con gran dramatismo
cuando Kaliayev, el protagonista de la obra, abandona su propósito de arrojar una
bomba contra la calesa del gran duque al comprobar que con él viajan dos niños.
Stepan, otro terrorista que acaba de escapar de un presidio donde sufrió terribles
vejaciones, condena sin paliativos la conducta de su compañero. La pusilanimidad
de Kaliayev ha echado a perder una operación preparada a costa de graves
pérdidas y, lo que es peor, ha retrasado el logro del objetivo revolucionario:
“Porque Yanek no ha matado a esos dos, millares de niños rusos seguirán
muriendo de hambre durante años”. Frente a las protestas de Kaliayev –“matar
niños es contrario al honor” -y de Dora, que apela al sentimiento de vergüenza y
afirma que “incluso en la destrucción hay un orden, hay límites”, Stepan sostiene
que “nada está prohibido de lo que pueda servir a nuestra causa[...].No hay
límites”.

Más adelante consideraremos otros aspectos de Los justos. Lo que ahora nos
interesa es caracterizar las posturas encarnadas por Stepan y Kaliayev. El primero
piensa que el fin justifica los medios. Dicho técnicamente, es un representante
típico del teleologismo (de telos, -eôs, que en griego significa “fin”). En efecto,
Stepan comienza por identificar un fin último de la conducta (la revolución) y
sostiene luego que cualquier acción es buena si es un medio conducente a ese
fin. Lo que decide la calidad moral de las acciones no es, por tanto, su naturaleza
intrínseca, sino su eficacia respecto al logro del fin último.

No es difícil advertir que el teleologismo implica el rechazo de todas las normas


morales tradicionales, como las que ordenan no mentir o respetar la vida
inocente. El teleologista sostiene que en cada caso se ha de comprobar cuál es
la acción que tiene las mejores consecuencias- esto es, la que nos acerca más
al fin último-; una vez identificada, podemos estar seguros de que esa acción es
nuestro deber, siendo irrelevante que se acomode o no a las normas tradicionales.
En esto Stepan es consecuente. Cuando un compañero suyo expresa sus
escrúpulos ante la mentira, él afirma: “Todo el mundo miente. Mentir bien, de

108 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

esto se trata”; cuando la presencia de los dos niños en la calesa paraliza a su


compañero, Stepan sostiene: “Cuando nos decidamos a olvidarnos de los niños,
ese día seremos los amos del mundo y la revolución triunfará” ; y cuando el jefe
de célula, lleno de cólera, le pregunta si le parece lícito emplear dobles agentes,
contesta sin ambages que, si ello es necesario para la revolución, sí. En resumen:
hay un único principio moral, que ordena fomentar el bienestar humano. Toda otra
norma o consideración queda anulada en aras de ese fin.

La posición contraria al teleologismo de Stepan la encarna Kaliayev, cuya


adhesión a la causa revolucionaria, con ser sincera, se ve limitada por otras
convicciones morales. Insiste en tener en cuenta, no sólo las consecuencias de
la conducta, sino también la índole de la conducta misma, pues estima que hay
ciertos deberes de los que no nos dispensa la bondad del fin perseguido. Por muy
importante que sea la revolución, ésta no justifica la muerte de niños. Dicho de
otro modo: el principo revolucionario no es el único criterio de la reflexión moral;
existen asimismo otros deberes, como el respeto a la vida inocente o la veracidad,
que limitan las pretensiones del principo revolucionario. Justamente por defender
la validez de esos deberes –frente a su anulación por el teleologismo de Stepan-,
la posición defendida por Kaliayev se conoce técnicamente como deontologismo
(de deon, -ontos: lo debido).

Hemos escogido a dos protagonistas de Los justos para ilustrar los modelos
de razonamiento moral que la ética filosófica conoce como deontologismo y
teleologismo. En realidad, no hubiera sido difícil encontrar otras ilustraciones,
toda vez que estamos ante una disyuntiva que nos acucia en múltiples ocasiones.
Cuando Antígona invoca frente a Creonte el deber sagrado de enterrar al
hermano, está adoptando una postura deontologista. Teleologista es, en cambio,
el argumento de Caifás al entregar a Jesús: mejor que muera un inocente a que
perezca todo un pueblo. Deontologista Alexis Karamázov cuando afirma que no
torturaría a una chiquilla ni siquiera si con ello se garantizara la felicidad del resto
de los hombres. Teleologista, de nuevo, quien invoca la razón de Estado para
legitimar actos o políticas que, abstractamente considerados, pueden parecer
abominables.

109 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

II. EL CASO WALLRAFF

Si de la caracterización ofrecida del teleologismo y el deontologismo


descontamos todo lo accesorio o anecdótico -que el fin perseguido por Stepan
sea precisamente la revolución; que el escrúpulo de Kaliayev se refiera
precisamente a la inmolación de unos niños-, nos quedan, escuetos, dos modelos
de razonamiento moral aplicables en principio a las más variadas situaciones.
También a las coyunturas propias de la profesión periodística. El informador
puede guiar su conducta atendiendo a un repertorio de principios como los
referidos a la veracidad, el respeto a la intimidad o el secreto profesional. Ya
vimos que el solo hecho de reconocer validez a varios principios éticos hace
de él un deontologista. Pero también puede pensar que existe un fin supremo
a cuyo logro debe estar encaminada toda su actividad, de suerte que sólo las
actuaciones profesionales que favorezcan ese fin son moralmente aceptables.
Defender esto último es abrazar el teleologismo.

Ambas posturas están presentes en el panorama periodístico contemporáneo. La


mayoría de los profesionales de la información propugna, a través de sus órganos
colegiados, el modelo deontológico. Buena muestra de ello es la proliferación
de códigos éticos profesionales. Mas, cuando pasamos de las intenciones a los
hechos, el panorama cambia ostensiblemente. El sometimiento de buena parte de
la oferta mediática a criterios exclusivamente comerciales nos confronta con un
caso claro de teleologismo, toda vez que el afán de beneficio económico devora
toda otra consideración y justifica el morbo o la vulgaridad. Cierto que incluso los
programas de televisión más desaprensivos respetan ciertos principios. Pero cabe
recelar que lo hagan en unos casos por coerción jurídica y en otros por astucia:
ciertas dosis mínimas de autocensura son indispensables para alcanzar a un
sector amplio del público.

No merece la pena discutir casos tales de teleologismo. Sólo un cínico sostendría


que se trata de una postura moral, siendo así que la máxima que la preside
es francamente egoísta. En cambio, es del mayor interés examinar el tipo de
periodismo practicado durante los treinta últimos años por el alemán Gunter
Wallraff. Aunque también él defiende el teleogismo, sus móviles no son egoístas:

110 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

se vale del periodismo para denunciar implacablemente la injusticia política y


económica propiciada por el capitalismo en Alemania. Lo notable de su proceder,
lo que realmente le convierte en teleologista, es la convicción de que su fin
denunciatorio justifica el empleo de medios que, según la opinión general, están
vedados al periodista. Wallraff, un maestro de Ia caracterización, se vale del
fingimiento, la suplantación, la falsa identidad, en una palabra: de todo tipo de
engaño, para acceder a información reservada. Se finge estudiante y se ofrece
como confidente a la policía política alemana que vigila a los grupos políticos
juveniles. De este modo descubre que el Ministerio del Interior alemán sólo está
interesado en controlar a los grupos de izquierda, mientras a los de derecha los
trata más benignamente. Haciéndose pasar por fabricante de napalm al que
toturan los remordimientos, acude a confesarse y llega hasta un obispo católico,
cuya moral pone a prueba. En otra ocasión, se hace pasar por un consejero
ministerial y llega a averiguar la existencia de unidades para militares organizadas
para defender las fábricas en casos de revueltas. Pero quizá el caso que más
celebridad ha dado a Wallraff, en Alemania es su denuncia de la manipulación
de la realidad a manos del diario sensacionalista Bild. Con ayuda de una falta
identidad, logra Wallraff colaborar durante cuatro meses en la redacción del
papelucho y reunir pruebas abundantes de la función intoxicadora que cumple.

He aquí un periodista atípico, que se vale de la mentira para llegar hasta la verdad
y darla a conocer. Sin duda, hay algo de fascinante en la actitud camaleónica
de Wallraff, capaz de trabajar durante años en distintas empresas para conocer
desde dentro las condiciones laborales en las fábricas alemanas, capaz de
hacerse pasar por un inmigrante turco durante dos años para familiarizarse con
la vida de los Gastarbeiter y mejor denunciar su explotación. También hay algo
de heroico en este hombre, de quien sabemos que su compromiso con la justicia
le ha llevado a asumir numerosos riesgos y sacrificios. Por otra parte, no es
difícil simpatizar con sus denuncias. Cierto que su actuación está inspirada por
una ideología política concreta, que le lleva a arremeter contra los aspectos mas
despiadados del sistema capitalista. Mas no hace falta compartir los supuestos
ideológicos del autor para aprobar su implacable denuncia de la explotación de

111 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

los débiles, la manipulación de los más ignorantes, la parcialidad política de las


instituciones, la connivencia del Estado con los más poderosos.

Con todo, ni la fascinación que ejerce su originalismo modo de proceder ni la


admiración que suscita su arrojo nos ahorran preguntarnos si nos hallamos ante
un modo moralmente aceptable de entender el periodismo. Una vez más: ¿El fin
justifica los medios? ¿Vale todo, con tal de que sirva para eliminar las lacras de la
sociedad? ¿O más bien el periodista ha de renunciar a ciertos procedimientos que
– valiéndonos de la expresión de Kaliayev – “son contrarios al honor”?

III. RECUSACIÓN DEL TELEOLOGISMO

La caracterización de deontologismo y teleologismo ofrecida en la primera sección


nos permitirá formular de forma severa el problema. Se trata, en definitiva, de si la
conducta del periodista ha de regirse por un único principio moral (que ordena la
denuncia implacable de toda forma de corrupción), o por varios principios (entre
los que se cuenta la denuncia de la corrupción, sí, pero también la prohibición
de engañar, adoptar falsas identidades y muchos otros). Si hemos de reconocer,
como quiere Wallraff, un único principio, entonces la deliberación moral revestirá
en todos los casos una misma forma: se tratará de ver si la acción cuya aptitud
moral se está considerando es un buen medio para el fin ordenado por el
principio. Hacerse pasar por un consejero ministerial, por ejemplo, es una acción
perfectamente legítima, puesto que es el medio mejor para revelar a la opinión
pública el escoramiento ideológico de la policía política alemana. En cambio, si el
modelo deontológico que reconoce la validez de varios principios es el acertado,
la deliberación moral ofrecerá mayores dificultades. Los casos más complicados
se plantearán con los inevitables conflictos entre varios principios. Ante tales
dilemas, no queda otra salida que estimar el peso de cada una de las exigencias
enfrentadas y atender a la de mayor importancia. Más de un deontologista
sostendrá que, por muy importante que sea desenmascarar la injusticia, ello no
justifica el engaño de adoptar una falsa personalidad.

Un principio o varios, ésta es la cuestión. ¿Cómo abordarla? Una primera


estrategia consiste en pedir las credenciales de ambas posturas: ¿en qué se

112 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

fundan unos y otros para defender uno o varios principios, respectivamente? Este
camino no nos llevará muy lejos, pues ambas partes alegan un mismo tipo de
razones: a ambas les parece intuitivamente evidente la verdad de sus principios.
Los partidarios de Wallraff se declararán convencidos de que la crítica social es
el único fin del periodismo; sus rivales se dirán no menos convencidos de que
también han de ser veraces. Es una opinión contra otra, y todavía no hemos dado
con el procedimiento para decidir cuál es la correcta.

A la vista de este primer fracaso en nuestro intento de mediar en la polémica,


probaremos suerte con un criterio puramente formal para cotejar teorías rivales.
Aunque este criterio formal parece favorecer a una de las partes, veremos
luego cómo, cuando se entiende bien, remite a un decisivo criterio material, que
terminará dando la razón a la parte contraria.

El criterio formal a que hacíamos referencia se conoce comúnmente como “navaja


de Occam”. Acogiéndose al conocido principio entia non sunt multiplicanda praeter
necessitatem, este criterio declara preferibles las teorías simples a las complejas.
De dos teorías astronómicas –digamos- que expliquen un mismo tipo de
fenómenos, será preferible la que se valga de un aparato conceptual más sencillo.

Esto parece razonable y es comúnmente aceptado por razones operativas,


pues es más cómodo aprender y manejar una teoría simple que una compleja.
Con todo, no se debe pasar por alto que el criterio de simplicidad es de suyo
secundario: se aplica para elegir entre teorías que poseen una misma potencia
explicativa. Nadie adoptaría una teoría astronómica, por simple que fuera, si no
nos permitiera predecir un sencillo eclipse. El criterio principal, por tanto, es la
capacidad explicativa, no la economía conceptual. Justamente esta capacidad
explicativa es el criterio material al que nos referíamos más arriba. Se funda en
el hecho trivial de que la manera lógica de comprobar la calidad de una teoría es
apreciar la medida en que es capaz de “reconstruir” el segmento de realidad sobre
el que ella versa.

El criterio formal de simplicidad favorece claramente al teleologismo, que cuenta


con un único principio moral, frente a la relativa complejidad del deontologismo.

113 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Pero acabamos de ver que ese criterio sólo resulta decisivo si hemos mostrado
con anterioridad que ambas teorías tienen la misma eficacia explicativa.Veremos
que esta prueba de la confrontación con los hechos no la supera el teleologismo.

Pero ¿cabe en ética algo así como una “confrontación con los hechos”? ¿No
es claro que no se trata de una disciplina descriptiva, cuyo cometido fuera
retratar con la mayor fidelidad posible un aspecto del mundo, sino de un saber
prescriptivo, la verdad de cuyos asertos no depende del efectivo comportamiento
de las cosas? La dificultad suscitada por estas preguntas no es insuperable, como
pondrá de manifiesto una breve excursión a otro ámbito prescriptivo: la estética.

Considérese el caso de quienes se adhieren a una norma preceptiva estética,


digamos el canon de Policleto, la prohibición de quintas paralelas en la armonía
medieval o la tesis de que el arte es revolución permanente. Cuando la adhesión
a esas reglas sea algo más que un puro prejuicio, no inmunizará comtra
experiencias reacias: el discípulo de Policleto puede encontrarse con que la más
bella representación escultórica de un efebo que él haya visto no respeta las
proporciones postuladas por el célebre cánon; nada impide que llegue a oídos de
un músico medieval una composición que a pesar de utilizar quintas paralelas,
sea bella; ni es absurdo que el marxista llegue a reconocer la perfecta inutilidad
de una obra maestra. En todos estos casos es patente la discrepancia entre la
teoía de que alguien venía pertrechado y una percepción que se impone por su
evidencia. ¿A que carta quedarnos? Uno puede recusar la percepción estética
anómala, alegando que no cumple los requisitos previstos pero entonces su
concepción de belleza se torna arbitraria y banal. La única actitud razonable
consiste en abandonar la teoría antes aceptada, precisamente por su incapacidad
para dar cuenta de fenómenos patentes como los que se acába de mencionar.
Son los hechos los que juzgan a las teorías, no a la inversa; y en este terreno los
hechos en cuestión son las percepciones del propio sujeto.

Algo así ocurre en la ética: los hechos que las teorías están llamadas a reconstruir
sistemáticamente, los datos últimos de la ética normativa son justamente,
percepciones que tenemos por irrenunciables. Como se verá seguidamente, esta
averiguación es de la mayor importancia para nuestro examen de la polémica

114 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

entre deontologismo y teleologismo, pues nos proporciona un criterio: se trata


de apreciar cuál de las dos teorías se acomoda mejor a nuestras percepciones
morales. Este examen, anticipemoslo, nos llevará a recusar el teleologismo como
teoría moral insuficiente.

Algo así ocurre en la ética: los hechos que las teorías están llamadas a reconstruir
sistemáticamente, los datos últimos de la ética normativa son justamente,
percepciones que tenemos por irrenunciables. Como se verá seguidamente, esta
averiguación es de la mayor importancia para nuestro examen de la polémica
entre deontologismo y teleologismo, pues nos proporciona un criterio: se trata
de apreciar cuál de las dos teorías se acomoda mejor a nuestras percepciones
morales. Este examen, anticipemoslo, nos llevará a recusar el teleologismo como
teoría moral insuficiente.

IV. NUEVAS RAZONES CONTRA EL TELEOLOGISMO

La necesidad de rechazar el teleologismo, documentada por los ejemplos


anteriores, se impone con mayor claridad aún a medida que van saliendo a la luz
nuevas implicaciones de esta teoría.

La tesis constitutiva del teleologismo (“el fin justifica los medios”) tiene mala
prensa. En la mente de muchos va asociada a la imagen del desaprensivo, y
acaso nuestros ejemplos anteriores hayan abonado esta idea. Pero esta mala
fama es puro prejuicio, pues aunque el teleologismo sea falso, de ahí no se
sigue, ni mucho menos, que quienes lo defienden lo hagan con intención aviesa.
No es lo mismo propugnar una teoría falsa que ser una mala persona. Más aún:
el teleologismo posee un marcado carácter humanitario, por más que se trate
de un humanitarismo muy mal entendido. Lo que le interesa al teleologismo es
hacer un mundo más justo y mejor, en el que los hombres sean por fin dichosos.
Con tal de alcanzar ese fin, está dispuesto literalmente a todo. Lo que pasa por
alto el teleologismo es que el verdadero servicio a la humanidad consiste no
sólo en el intento de alcanzar el mayor saldo de felicidad colectiva, sino también
y decisivamente en el respeto a la dignidad de cada hombre individualmente
considerado. Un hombre no es una magnitud más en una estadística cuyo saldo

115 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

positivo fuera el único objetivo moral. Atenta contra la humanidad quien da muerte
al inocente, por muy buenas consecuencias que esa acción pueda tener en una
situación particular. Éste es el sentido de la renuncia de Kaliayev a arrojar la
bomba contra los niños.

Si es justo reconocer que el teleologismo puede estar inspirado en la adhesión,


sincera aunque extraviada, a la causa de la humanidad, también es preciso
advertir las siniestras consecuencias que llega a tener esa doctrina cuando es
vivida con toda coherencia. En nuestra opinión, éste es otro de los mensajes
decisivos de Los justos: por más que la revolución se proponga liberar al pueblo,
la consecuencia inevitable de entenderla teleológicamente es la tiranía. “Detrás de
lo que dices – advierte Kaliayev a Stepan- veo anunciarse un depotismo que, si
llega a instalarse, hará de mí un asesino aun que se trate de ser un justiciero”

¿Exagera Kaliayev? En modo alguno. La lectura de la obra _y, más decisivamente


aún, la historia europea reciente – obliga a darle la razón. Daremos dos muestras
de ello. En la intensa escena en que se discute si es lícito sacrificar niños, Dora
advierte que semejante conducta desacreditaría la revolución a ojos del pueblo:

DORA.- Abre los ojos y comprende que la organización perderá sus poderes y
su influencia si tolera un solo instante que los niños sean triturados por nuestras
bombas (...) Ese día, la revolución será odiada por la humanidad entera.

STEPAN.- Qué importa, si nosotros la amamos lo bastante para imponerla a la


humanidad entera y salvarla de ella misma y de su esclavidud.

DORA.- ¿Y si la humanidad entera rechaza la revolución? ¿Y si el pueblo entero,


por el que tú luchas, rehúsa que sus hijos sean muertos? ¿Habrá que golpearle a
él también?

STEPAN.- Sí, si es necesario, y hasta que comprenda. También yo amo al pueblo.

Siniestro amor el de Stepan, pero consecuente donde los haya. Las palabras
transcritas jalonan el paso del humanitarismo al fanatismo. Ni siquiera el

116 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

consentimiento del pueblo, presunto beneficiario de la revolución, es ya necesario.


El mayor amor a la humanidad se torna indistinguible del mayor desprecio. Unos
pocos – la Organización – se erigen en jueces de todos, asumen heroicamente
la responsabilidad de todos y, precisamente por ello, desahucian moralmente
al resto, lo declaran insolvente, menor de edad. Pero insistamos en que no nos
hallamos ante una convicción que el autor haya otorgado arbitrariamente a
Stepan. Antes bien, es una consecuencia necesaria de sus premisas teleologistas.
Sólo la falta de lucidez o la flaqueza evitarán que quien entienda el compromiso
con la humanidad como lo hace Stepan llegue a sus mismas convicciones
atroces. El teleologismo bien entendido es la antesala del totalitarismo. En
la segunda escena sobre la que queremos llamar la atención, asistimos a un
íntimo diálogo entre Kaliayev y Dora. Esta le pide que le declare un amor total,
incondicionado. Tras varias evasivas rechazadas por Dora, Kaliayev le ruega que
no siga hablando. ¿Qué es lo que sella los labios del joven revolucionario? ¿por
qué no puede manifestar un amor que, sin embargo, siente? La razón la deja
adivinar Camus sin dificultad: un amor como el que Dora espera es incompatible
con la revolución. También aquí se cumple el dicho de que no se puede servir
a dos señores: la adhesión incondicionada a los ideales revolucionarios (única
que puede empujar al terrorismo) excluye un amo incondicionado, toda vez que
esos dos compromisos se traducen en principios de conducta distintos y, por ello
mismo, podrían entrar en conflicto. (Ya sabemos que reconocer validez a varios
principios equivale, justamente a abandonar el teleologismo.) El teleologismo no
sólo conduce a la tiranía: también devora los sentimientos más nobles, tout ce qui
fait qu’un homme consente a vivre. He aquí uno de los aspectos más dolorosos
del drama de Kaliayev.

Pudiera parecer que nuestro interés por Los justos ha resultado contraproducente:
una cosa es utilizar ese texto para caracterizar las dos posibles respuestas a
la pregunta por la justificación de los medios, pregunta que nos interesa por su
incidencia en la ética periodística, y otra muy distinta embarcarse en un análisis
de las raíces del totalitarismo, desviando así nuestra atención de la deontología
periodística. Sin embargo, esta impresión es falaz. A ningún ser humano,
periodista o no, pueden serle indiferentes las consecuencias lógicas de sus

117 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

convicciones. Sepámoslo o no, querámoslo o no, nuestras actitudes nos sitúan


en distintos frentes de batalla intelectual y moral. Decisiones aparentemente
intrascendentes secundan ideologías lesivas de la dignidad humana, o bien
promueven su respeto condicionado.

V. ¿VETOS ABSOLUTOS EN EL PERIODISMO?

Traslademos ahora los resultados de la discusión general al plano periodístico


concreto. Hemos visto que la polémica entre teleologismo y deontologismo
puede formularse como la alternativa entre uno o varios principios morales,
respectivamente. Hemos visto también que el teleologismo no resiste la
confrontación con los hechos. Por tanto, la deliberación moral del periodista ha de
atender a varios principios morales, como reclama el deontologismo. Esto hace
de la deliberación moral una tarea compleja, que a menudo se habrá de enfrentar
a casos dudosos. En efecto, el periodista se verá a menudo desconcertado
por el hecho de que el celo en el cumplimiento de un principio pueda llevarle
a inclumplir otro principio. El respeto escrupuloso del derecho a la intimidad
que asiste a los dignatários públicos, por ejemplo, puede terminar lesionando
el derecho a la información que asiste a la ciudadanía, a quien, en ocasiones
afectan decisivamente rasgos del carácter de aquellas personas públicas. A su
vez, el excesivo énfasis en el derecho a la información también puede llegar a ser
contraproducente, como cuando la información sobre atentados hace el juego al
terrorismo. Otro conflicto muy común es el que se da entre calidad y financiación:
la calidad es irrenunciable, pero el exceso de celo puede llevar a la bancarrota,
con lo que las buenas intenciones no se realizarán ni siquiera en parte.

A la luz que arrojan los ejemplos anteriores, la deliberación moral del periodista
cobra el aspecto de un difícil sopesamiento de exigencias enfrentadas. En muchos
casos, no se tratará de optar exclusivamente por uno de los polos de la alternativa
– respeto de la intimidad o derecho a la información, por ejemplo ‐, sino de
averiguar hasta qué punto cada principio debe ceder a favor del otro. Se tratará,
pues, de alcanzar un difícil equilibrio que haga justicia a ambas exigencias. En el
proceso de identificación de ese justo medio apenas son de ayuda los principios
generales (por ejemplo, lo que recogen los códigos deontológicos), pués éstos,

118 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

precisamente por ser generales, no pueden anticipar la multitud de casos


diferentes que se presentan en la actividad profesional concreta. Además, los
principios se enuncian haciendo caso omiso de su restricción por otros princios.
De este modo, los principios deontológicos se limitan a ser mojones que acotan
los intervalos dentro de los cuales ha de situarse nuestra decisión.

La deliberación moral está lejos de ser un sistema exacto, provisto de un método


mecánico de decisión. Pero esta inexactitud no puede esgrimirse como argumento
contra el deontologismo: no es que el deontologismo como teoría ética sea
impreciso o vago, sino que la realidad moral sobre la que versa el deontologismo
es ella misma proteica. Más aún: en ocasiones se registran en el panorama moral
situaciones trágicas, en las que toda decisión es mala. Ni siquiera estos casos
refutan al deontologismo. La función o misión de una teoría ética no es fingir una
realidad cuadriculada y complaciente, sino reflejarla tal cual es. Nadie desdeña
la economía porque esta ciencia no sea capaz de hacer predicciones tan fiables
como las de la astronomía. Más bien, esta incapacidad se interpreta como indicio
de una mayor movilidad del objeto de la economía. Una teoría moral que pudiera
considerarse ciencia exacta sería una ficción absurda.

En las páginas precedentes nos hemos adherido al modelo deontológico, que


exige se tengan encuenta no sólo las consecuencias de las acciones, sino
también su naturaleza intrínseca. Pero queda por dilucidar un punto que divide a
los deontologistas entre sí: ¿existen acciones que no sea lícito realizar en ninguna
circunstancia? O lo que es lo mismo: ¿hay normas que no admitan ninguna
excepción?

Considérese el caso de un médico a quien se solicita que provoque un aborto,


alegando el grave peligro que el embarazo supone para la vida de la madre, que
tiene otros hijos de quienes cuidar. Si el médico es teleologista, no verá nada
objetable en la interrupción de ese embarazo, dado que con ello se gana más de
lo que se pierde: en ambos casos se pierde una vida humana, pero sólo mediante
el aborto se garantiza el bienestar de los otros hijos. Si el médico es deontologista
– éste es el caso que nos interesa- , su reflexión será distinta. No sólo tendrá
en cuenta los resultados del aborto, sino la acción misma de provocarlo, que le

119 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

parecerá en sí misma reprobable. Pero aquí no termina todo. Todavía hay que
distinguir dos posibles actitudes del médico deontologista. 1) Éste puede declarar
el aborto reprobable en pincipio, con lo que quiere decir que una acción semejante
sólo queda justificada en situaciones excepcionales y por razones gravísimas.
Con esto se desmarca del utilitarismo, que no reconoce que haya conductas
malas en principio, como no sea el dejar de velar por las mejores consecuencias
de nuestra conducta. 2) Pero también cabe, en segundo lugar, que el médico sea
de la opinión de que el aborto es una acción tan abominable que no puede ser
justificada bajo ningún concepto. Nos hallaríamos por tanto, ante un veto absoluto,
esto es, ante una prohibición que no conoce excepciones.

Quienes sostienen que realmente existen vetos absolutos, no afirman que lo


sean todas las normas morales que prohíben algún tipo de conducta. Sostener
que no hay excepción posible a la prohibición moral que pesa sobre el aborto, es
perfectamente compatible con reconocer que otras normas, como la que ordena
no mentir, admiten excepciones (por ejemplo, en el caso de un enfermo terminal a
quien consolamos con la falsa expectativa de una pronta recuperación).

¿Existen realmente vetos absolutos? Más concretamente: ¿los hay en el


ámbito del periodismo? Terminaremos este ensayo ocupándonos de estas dos
interrogantes.

Para abordar la primera, será útil acudir una vez más a Los justos, donde se
aborda el problema de manera sutil. Ya hemos visto que Kaliayev opina que no se
puede sacrificar niños en ningún caso, ni siquiera si la revolución está en juego.
Estamos, pues, frente a un veto absoluto. Pero esto no es todo. A nuestro juicio,
la intención de Camus va más allá del rechazo del descamado teleologismo de
Stepan o de la aprobación del deontologismo de Kaliayev. El autor ha elaborado
de manera magistral e1resto fatal de contradicción que subsiste en la postura
del propio Kaliayev. Ni siquiera éste, con su encendida condena del sacrificio de
niños, va lo bastante lejos; y no ir hasta el final es contradecirse.

120 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

La incongruencia de Kaliayev, presente a lo largo de toda la obra, sale a la


superficie a partir del acto cuarto. El terrorista, detenido tras el asesinato del gran
duque, es interrogado en la cárcel por el jefe de policía Skouratov:

SKOURATOV.- ¿Por qué (...) salvó usted a la gran duquesa y a sus sobrinos?

KALIAYEV.- ¿Quién se lo ha dicho?

SKOURATOV.- Su informador nos informaba a nosotros también. En parte al


menos (...) Pero ¿por qué les ha salvado?

KALIAYEV.- Eso no es asunto suyo.

SKOURATOV (riendo)- ¿Usted cree? Yo le diré por qué. Una idea puede matar
a un gran duque, pero difícilmente basta para matar niños. He aquí lo que usted
descubrió. Pero entonces se plantea la cuestión: si la idea no basta para matar
niños, ¿merece que se mate a un gran duque?

Esto es poner el dedo en la llaga que lacera a Kaliayev desde el comienzo


de la obra. La aguda sugerencia de Camus parece ser ésta: Stepan peca de
inmisericorde, sí, pero es coherente; Kaliayev, que sí conoce la misericordia,
peca de inconsecuente, pues quien tiene ojos para el carácter sagrado de la vida
de un niño, también los tiene para reconocer lo abominable del terror. Y esto lo
barrunta Kaliayev, no cabe duda. De hecho, las líneas transcritas nos brindan la
clave para entender un rasgo paradójico de su actitud: desea ardientemente ser
condenado a muerte y ejecutado. La razón es que sólo así puede el terrorista
reconciliarse consigo mismo. “Morir por la idea es estar a la altura de la idea. Es la
justificación”. Esta palabra es decisiva. Al confesarse necesitado de justificación,
Kaliayev reconoce que el argumento revolucionario por sí solo no es bastante
para legitimar su conducta; que sin su propia muerte, nada le distingue de un
asesino. El terrorista no se perdona la atrocidad que, pese a todo, se cree
obligado a perpetrar. De ahí que tema, más que ninguna otra cosa, ser indultado.
“No podría soportar la vergüenza”, le dice a otro preso, que luego resulta ser

121 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

su verdugo.Y al declararse la gran duquesa dispuesta a pedir al zar un acto de


gracia, él la ataja: “Se lo suplico, no lo haga. Déjeme morir o la odiaré a muerte”.

Ahora se entenderá por qué decíamos más arriba que la intención de Camus vá
más allá de la simple condena del teleologismo. El mensaje cifrado en el trágico
destino de Kaliayev parece ser este: no basta con rechazar la tesis de que el
fin justifica los medios, ni basta reconocer algunas limitaciones a ese principio
siniestro. Quien no las reconoce todas, puede verse abocado a la situación de
Kaliayev, que Dora describe incomparablemente: “es muchísimo más fácil morir
de contradicciones que vivirlas”.

La lucidez moral no admite rebajas: Exige se tengan los ojos bien abiertos
para captar todas las apelaciones de la realidad. ¿Y en el caso del desempeño
periodístico? ¿También aquí topamos con algo así como vetos absolutos?
Los primeros casos de normas morales que se nos ocurren parecen indicar lo
contrario. Considérese la norma, esencial para la deontología periodística, de
respetar la verdad. Parece claro que en determinadas circunstancias la infracción
de esta noma está justificada, como cuando el gobierno de un país en guerra
oculta o retoca datos sobre las derrotas propias, para así mantener alta la moral
de la nación. Pero, si existe lo que Platón denominaba “noble mentira”, entonces
da la impresión de que no debe de haber en el ámbito periodístico ni una sola
norma deontológica que no conozca excepciones.

Sin embargo, miradas las cosas más de cerca, el caso de la noble mentira no
prueba tanto, por más que la veracidad sea central para el periodismo. También el
ejercicio periodístico está sujeto a restricciones incondicionadas. Los ejemplos de
vetos absolutos localizados anteriormente pueden servirnos de guía. Afirmábamos
la no-disponibilidad de la vida humana: no es lícito matar al inocente, ni siquiera si
de ello se derivaran resultados ventajosísimos para el resto. Cada individuo posee
una dignidad intocable, que le sustrae a todo cálculo meramente cuantitativo
que pretendiera erigirse en criterio único de la conducta moral. A la raíz de esa
no-disponibilidad la denominamos “dignidad humana”. Pues bien, también en el
ámbito periodístico la dignidad humana funda vetos innegociables, ya se trate
de la dignidad de las personas que son objeto de la información, ya de la de sus

122 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

destinatarios. Si hemos de dar la razón al personaje de Malraux que define la


dignidad, por la que él lucha, como lo contrario de la humillación, entonces es
ilícito siernpre y sin excepción hacer de los medios de comunicación vehículo
para la vejación de un hombre, sean cuales fueren sus culpas. Por ejemplo,
incurrieron en una grave irresponsabilidad los medios de comunicación de todo el
mundo al difundir las conocidas imágenes de Abimael Guzmán, máximo dirigente
de la organización terrorista Sendero Luminoso, vestido con un ridículo atuendo
de presidiario de opereta, enjaulado como una fiera e increpado por docenas
de personas. Lo humillante, lo que lesiona el honor de las personas, ha de ser
desterrado sin contemplaciones de la práctica periodística.

Tampoco es de recibo ningún contenido mediático que degrade al receptor, por


ejemplo, la incitación al odio. Esta norma no conoce excepciones, como pone de
manifiesto la reflexión sobre el racismo y las demás formas de discriminación. Ni
siquiera un Estado embarcado en una guerra puede fomentar el odio a la nación
enemiga, pues justamente el odio nos hace ciegos para la dignidad. Aunque
hay situaciones en las que resulta legítimo combatir, ni siquiera en esos casos
podemos olvidar el carácter personal del enemigo. (A esta percepción respondía
la distinción latina entre inimicus y hostis.)

Estos ejemplos, al tiempo que ponen ante los ojos la existencia de límites morales
intransgredibles, revelan la capacidad del periodismo para promover el respeto a
la dignidad humana, como también para lesionarla. Muestran cuán grande es la
responsabilidad del periodista y, por lo mismo, hasta qué punto es necesaria la
reflexión sobre estas cuestiones.versión: 1.2.0

123 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Anexo 4

De la libertad de expresión al derecho a la información: Declaración


Universal de 1948, de González Portela, Ma . Luján (2008): Libertad y
responsabilidad de la prensa en el autocontrol y la enseñanza de la ética de cinco
países andinos (tesis doctoral), inédita, pp. 95-103.

La nueva teoría liberal que impulsó Robert Hutchins en 1947 (la Teoría de la
Responsabilidad Social de la Prensa) estaba transformando la forma de entender
la libertad de expresión. Un año después, la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, aprobada el 10 de diciembre de 1948, proclamaba que toda
persona tiene derecho a la información (investigar, recibir y difundir informaciones
y opiniones), lo cual suponía la superación y sustitución de la antigua idea de
libertad de expresión por la de derecho a la información, así como el acta de
nacimiento de este derecho.34 Carlos Soria se refiere a este hecho como una
verdadera revolución jurídica pues se llega a la conclusión histórica de que la
información le pertenece al pueblo, de que es un derecho humano y de que la
libertad es el único modo de ejercerlo.35

1. El derecho a la información: fundamento de la libertad de expresión

El punto cinco del documento “Una prensa libre y responsable”, de la Comisión


Hutchins, pedía a la prensa que garantizase el acceso total del público a la
información y de los periodistas a las fuentes como depositarios de ese derecho.
Esto suponía cambiar el énfasis en el concepto “libertad de información”, centrado
en el emisor, y ponerlo en el de derecho a la información del destinatario, es decir,
en el derecho de todo ciudadano.

Este aspecto va también a quedar patente en la Declaración Universal de los


Derechos Humanos con el concepto derecho a la información, que implica
el cierre de una época histórica, iniciada con el art. 11 de la declaración
revolucionaria francesa de 1789, en la que predominó la idea de la información
como una libertad, bajo el concepto de libertad de expresión.36

124 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

La libertad de expresión lograda en 1789 era concedida por el poder —por tanto,
limitable o anulable por el poder— y era la libertad de unas pocas personas:
los periodistas y los empresarios de la información. La libertad de expresión
se entendía y ejercía como una manifestación individual de la libertad, con el
marcado tinte individualista del espíritu ilustrado y liberalista del que nació. Por
el contrario, el derecho a la información no es una prerrogativa concedida por la
autoridad a unos cuantos privilegiados sino que pertenece a todas las personas;
su sujeto es universal. Como ha desarrollado José Ma . Desantes extensamente,
la libertad de expresión históricamente se ha considerado como una idea y una
conquista política concedida por el poder y dependiente, por tanto, de los flujos
y reflujos liberalistas o absolutistas. Contrariamente, la libertad de expresión
va unida a un derecho natural que el poder no concede sino que reconoce: el
derecho a la información. Esto quiere decir que la libertad es también un derecho
natural de la persona, pues procede de ella, y tiene que adaptarse a la naturaleza
humana poniéndose al servicio de los derechos esenciales y existenciales de
la misma. Separada de la persona y de sus derechos, la libertad aliena; en
vez de realizar los derechos de la persona, los destruye. Es por ello también
que Desantes afirma que la auténtica posición de la libertad es ser el modo de
ejercicio del derecho. Según el jurista, la propia Constitución española lo refleja
cuando menciona el “derecho a expresar y difundir libremente los pensamientos,
ideas y opiniones” (art. 20.1) y el derecho “a comunicar o recibir libremente
información veraz” (art.20.1.d).37

Además, la perspectiva del derecho a la información genera automáticamente un


deber en periodistas y empresarios: el de satisfacer el derecho a la información
del público. Por ello, a partir de 1948 la libertad informativa la podemos concebir
como el modo libre de ejercer el derecho a la información y el deber que le
acompaña.38

Como dice Carlos Soria, “la libertad adquiere la legitimidad, la fuerza y el carácter
natural del derecho a la información”.39 Es decir, que la libertad es legítima y justa
cuando es para cumplir el derecho a la información del ciudadano y cuando se
entiende la información como un deber.

125 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Esta visión contrasta con la postura liberal más extremista, representada entre
otros por William Peter Hamilton, editor en 1908 del Wall Street Journal, quien
afirmaba que “un periódico es una empresa privada que no debe nada al público,
que no le concede ninguna franquicia. Por tanto, no le afecta ningún interés
público....”.40 Claramente, es un punto de vista reduccionista del ejercicio de
la libertad de expresión, pues solo la entiende desde el emisor, y, como dice el
profesor Teodoro González Ballesteros, representaría el liberalismo salvaje del
mercado de las ideas que abusa del ejercicio de la libertad de emisión violentando
el derecho a recibir información que tiene toda persona, que es lo que justifica en
realidad la libertad de expresión: “el ciudadano es el sujeto que justifica todo el
amparo y reforzamiento jurídico que tiene la información”.41 La función del medio
es solo ser instrumento para que sea efectivo el derecho fundamental a recibir
información.

De hecho, los informadores y empresas periodísticas actúan en virtud de un


mandato general, social y tácito del público, que es a quien le pertenece la
información.42

No obstante, la jurisprudencia informativa ha vivido en una constante


contradicción desde 1948 y no se ha podido desligar del todo de la antigua
interpretación liberal que no distinguía entre el derecho a comunicar y el derecho
a recibir, enfatizando el primero e ignorando, por tanto, al receptor. Se reconocía
la libertad de informar pero no la de ser informado. Mientras que el derecho a
comunicar tiene su autonomía legal, pues le asisten derechos fundamentales
como el secreto profesional, la cláusula de conciencia y el derecho de autor, el
derecho a recibir, aunque está reconocido por la jurisprudencia, no dispone de
instrumentos jurídicos que lo hagan efectivo en la práctica.43

Como síntesis podemos afirmar que el concepto de derecho de la información


constituye la superación de la idea de libertad de expresión y la comprensión
plena de ésta, pues así como no se puede hablar de derecho eficaz si no se
lo puede ejercer libremente, no es posible hablar de libertad si, como derecho
subjetivo o modo de ejercer cualquier derecho, no se ejercita con arreglo al
derecho al que sirve de base.44 Dicho de otro modo, al igual que la actividad

126 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

informativa exige la máxima libertad, lo que descarta toda censura o modo de


restringir la libertad informativa, hay que aceptar la responsabilidad que conlleva
la repercusión pública de esa libertad y el deber de informar, contenidos ambos
en el derecho a la información.45 De esta forma, vemos cómo en el concepto de
derecho a la información se recapitulan los diversos matices de la relación entre
libertad y responsabilidad de la prensa y cómo nos conduce a la necesidad del
autocontrol, por ser la mejor forma de garantizar la libertad informativa, no de
limitarla.46

2. La libertad de expresión ‘positiva’: en función de la verdad y el bien


común.

El sentido extremista de libertad sin restricciones y sin dar cuentas a nadie,


centrada en el derecho del emisor, se sustentaba en un concepto negativo
de libertad. Desde la nueva visión del derecho a la información, la libertad de
expresión hay que entenderla de forma positiva como “libertad para” pues está
ordenada a satisfacer la necesidad de verdad del público. En este sentido,
Hutchins concebía la libertad de prensa como libertad de hacer el bien.47

Si nos remitimos a la constitución moral de la persona, vemos que la libertad


siempre es positiva, porque la tenemos para realizar algo. Consta de una
dimensión estructural: el carácter constitutivamente libre y moral de la persona
y de sus actos, y de la dimensión del contenido: la bondad o maldad, moralidad
o inmoralidad de dichos actos. La libertad no es indeterminación a actuar en un
sentido o en otro sino que es la capacidad de darle un contenido y una dirección
realmente moral a nuestra libertad. Y decimos un contenido moral porque la
libertad de hacer el mal no puede considerarse libertad en sentido estricto sino
una deformación o degradación de la libertad, aunque parta de ese carácter
constitutivamente libre que tenemos. En nuestro caso, la libertad de expresión
está al servicio de la verdad y de la persona humana y solo en este marco tiene
sentido y cabe ser exigida. Corroborando esta idea, Walter Lippmann creía que la
libertad de la prensa era un concepto válido solo cuando servía para descubrir la
verdad.48

127 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

En cuanto a la relación de la libertad de expresión con la verdad, la constitución


española es uno de los pocos textos que lo menciona explícitamente juntamente
con la libertad de expresión al reconocer y proteger en el art. 20, 1 d) el derecho a
comunicar o recibir libremente información veraz. Aunque en el apartado anterior,
al hablar del derecho a la información estaba implícito el derecho a la verdad,
cabe explicitarlo ahora.

Así pues, se puede afirmar que hablar del derecho a la información es hablar
del derecho a la verdad. El Decreto Inter Mirifica (1963) del Concilio Vaticano II
lo expresa con mucha claridad cuando expresa que el derecho a la información
exige que ésta “sea siempre objetivamente verdadera”.49 Igualmente, Desantes
afirma que el derecho a la información, entendido como derecho a la noticia, exige
“aquella cualidad que requería la noticia para ser tal y no ser corrupción de la
noticia: la verdad.”50

Por otro lado, hay que sustituir un concepto de libertad entendida individualmente,
que sacraliza la autonomía del sujeto y que significa ausencia de constricciones
estatales, por el concepto de libertad positiva que la entiende de modo colectivo
y social porque lo que persigue y a la vez la fundamenta es el servicio al bien
común.51 La información ya no sirve a una persona, el periodista o el propietario
del medio, ni supone el ejercicio individual de la libertad de prensa frente al
Estado, sino que sirve a los intereses públicos.52

Como explica de un modo claro y sencillo Guido Gatti, los medios de


comunicación realizan una forma esencial de bien común para la sociedad actual
pues la información se ha convertido en un bien no solo para los individuos sino
para la convivencia social y para una auténtica democracia.53 Es este cariz de
bien para la vida en sociedad lo que incluso legitima la libertad de expresión. Y
ese servicio a la comunidad no puede ser de cualquier manera sino el servicio a
las necesidades reales de la misma, un servicio a su verdadero bien. Esto implica
distinguir las necesidades de la gente de lo que pide la gente, es decir, unir el bien
común a la verdad de lo que constituye una auténtica necesidad de las personas.

128 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Por otro lado, una libertad de expresión positiva implica pasar del énfasis en el
“cómo de la información”, es decir, en el modo de obtener las noticias y en los
obstáculos que hay que salvar para ello, al énfasis en el “qué de la información”,
en la importancia de la elección de contenidos para saber la verdad de lo que está
pasando. En este segundo aspecto es donde, a nuestro entender, reside lo más
característico de la profesión periodística y la grandeza de la misma, pues implica
no solo el hecho de informar sino tener un criterio para la interpretación veraz y
adecuada de la actualidad, desde una auténtica conciencia de servicio social.54

3. El derecho a la información como función pública y social.

El derecho a la información, lejos de ser una libertad ejercida a título individual


y prerrogativa de unos pocos, hemos visto que es un deber para con todo
ciudadano. La razón es que es un acto de justicia informativa en el que se da
aquello a lo que todos tenemos derecho.55

En este sentido, la información cumple una importante función pública,


independientemente de que sus agentes sean públicos o privados. Nadie,
por tanto, debería invocar el derecho a la información si no es para verificar el
derecho de los demás. Esta visión de la información dista mucho de aquella
concepción de la empresa informativa “que no le debe nada al público”, pues es
justamente el derecho del público a la información el que justifica el quehacer de
la empresa periodística y de los periodistas.

Este sentido público de la información se enmarca históricamente en la quiebra


del modelo de Estado liberal y su transformación en Estado social, unido a la
evolución de la prensa en medios de comunicación social. Esto supuso el cambio
de la noción de libertad de prensa individual por una libertad institucional, en
la que la información cumple una función pública de carácter social, pues es
imprescindible para el funcionamiento del sistema democrático e incluso garante
de su supervivencia. De este modo, el derecho a la información es el soporte
de otras libertades, transcendiendo su significado, y convirtiéndose en libertad
preferente sobre las otras libertades públicas.56

129 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Por otro lado, la información es un elemento indispensable para la formación de la


comunidad. Las personas necesitamos la información porque ésta nos provee de
hechos, ideas y opiniones que nos hacen conocer la realidad y posibilitan la toma
de decisiones prudenciales; nos inducen a obrar lo correcto y propagarlo a los
demás, así como nos ayudan a pensar y a formular nuestras propias opiniones.57

Enfatizando todavía más, Carlos Soria relaciona la guerra con la manipulación


de las conciencias generada en parte por la ausencia de información, y afirma
que la historia —especialmente la segunda guerra mundial— ha demostrado
que la información se ha convertido en un elemento esencial para la paz y para
la construcción de las sociedades humanas.58 De ahí que comunicación y
comunidad sean realidades interdependientes.

En las sociedades democráticas se hace todavía más palpable el papel de la


información, pues ésta se convierte en un elemento esencial para hacer eficaz
y real la participación del pueblo en las elecciones periódicas y en todos los
mecanismos que articulan un gobierno democrático.59 Es más, el contenido
esencial del derecho a la información, para autores como González Ballesteros,
es justamente el desarrollo participativo y constitucional de la persona, además de
la formación de la opinión pública.

La función social de la información es para Fernández del Moral60 un elemento


fundamental para que una ocupación sea considerada profesión cuando afirma
que el sentido de servicio y el altruismo son la clave para una auténtica labor
periodística y para que se pueda hablar de responsabilidad y de deontología.
Además, es por la transcendencia social de la información que podemos afirmar
que el derecho a la información está al servicio del bien común.

Por otra parte, la noción de información como bien social es justo la contraria de la
noción de información como mercancía en la que se basó el modelo de desarrollo
capitalista tan combatido por el NOMIC.61

130 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

4. Límites del derecho a la información

De todo lo anterior, sacamos la conclusión de que los límites del derecho a la


información se encuentran inscritos en la misma naturaleza de este derecho,
consistente en la información veraz a la que toda persona tiene derecho y en el
servicio al bien común. Por ello, cuando empleamos nuestra libertad para difamar,
mentir, tergiversar la verdad o para encender odios, no tenemos ningún derecho a
la libertad de expresión. Quien no asume el deber con su conciencia de expresar
la verdad y de buscar el bien común tampoco puede reclamar el derecho de libre
expresión.

La UNESCO manifiesta que en la Declaración Universal del 1948 se recoge


la concepción de Montesquieu sobre el límite de las libertades, enunciado por
primera vez en la Declaración Francesa de 1789 que contemplaba la limitación
por ley de la libertad de expresión, frente a la concepción de libertad absoluta
proclamada por la Primera Enmienda americana (1791).62

Por su parte, Carlos Soria afirma que los límites al derecho a la información hay
que encontrarlos, no en la ley positiva, sino en la finalidad, estructura y objeto
propio de este derecho, y en la coordinación con los otros derechos humanos. La
finalidad es formar al hombre en su dimensión social para construir la comunidad,
teniendo en cuenta que los mensajes tienen que poseer sus elementos
esenciales: la verdad, en la comunicación de hechos; el bien, en la comunicación
ideológica; y el criterio, en la comunicación de juicios u opiniones. La estructura
son las tres facultades que contiene el derecho, esto es, a investigar, difundir y
recibir. Toda persona, como titular del derecho a la información, es titular de todo
el derecho, es decir, con sus tres facultades. Y el objeto, la información de ámbito
público, que tiene sus límites en otros derechos humanos que prevalecen sobre el
derecho a la información: los derechos de personalidad (vida, honor, intimidad) y
los que defienden el interés común (la paz).63

Para la jurisprudencia constitucional española, sin embargo, el derecho a la


información prevalece sobre los otros derechos fundamentales porque es
condición de posibilidad de éstos: la dignidad de la persona, libertad ideológica,

131 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

libertad de expresión, derecho de sufragio y derecho a la educación. Hay cuatro


límites a las libertades de expresión-información, que son los derechos de
personalidad (honor, intimidad y propia imagen) y la protección de la infancia y la
juventud, pero si la libertad es ejercida legítimamente o si se trata de noticias de
interés público, la libertad de expresión-información prevalecerá.64

En esta misma línea se expresa José Luis del Hierro para quien los derechos de
personalidad no tienen una protección superior pues los intereses de la persona
no pueden sobreponerse a los de carácter colectivo. La libertad de información es
un derecho preferente con un núcleo resistente y constitucionalmente indeclinable
como es el interés público y la veracidad.65

34 Cfr. M. Logié en La definition de l’information donnée par la professeur Clausse


et le droit à l’Information, en Publics et techniques de la diffusion collective, Études
offertes à Roger Clausse, pp. 169-179; y B. Voyenne (1970): Droit à l’Information,
París, p. 112., citados por J.M. Desantes Guanter (1973): El autocontrol de la
actividad informativa, Madrid, Cuadernos para el diálogo, p. 117.

35 Cfr. Carlos Soria (1991b): La hora de la ética informativa. Barcelona, Mitre, p.


13.

36 Cfr. Carlos Soria (1991a) “Derecho a la Información”, en Ángel Benito (coord.):


Diccionario de Ciencias y Técnicas de la Comunicación. Madrid, Ediciones
Paulinas, pp. 343 y ss.

37 Cfr. J. M. Desantes et al. (1994): Derecho de la Información (II). Madrid, Colex,


p. 24.

38 Cfr. Carlos Soria (1991a): op. cit., p. 344.

39 Ibídem.

132 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

40 Theodore Peterson (1967): “La teoría de la responsabilidad social de la


prensa”, en Fred S. Siebert y Theodore Peterson, Tres teorías sobre la prensa.
Buenos Aires, Ediciones de la Flor, p. 89.

41 Teodoro González Ballesteros (2002): “El Derecho del ciudadano a la


información veraz”, en AAVV: Deontología, Función Social y Responsabilidad de
los Profesionales de la Comunicación. Madrid, Consejo Social de la UCM, p. 33.

42 Cfr. Carlos Soria (1991a): op. cit., p. 347.

43 Cfr. Teodoro G. Ballesteros (2002): op. cit., p. 39.

44 Cfr. J.M. Desantes (1994): op. cit., p. 25.

45 Cfr. J.I. Bel Mallen (1992): “La responsabilidad jurídico-informativa del sujeto
profesional”, en J.I. Bel Mallen et al.: Derecho de la Información (I). Madrid, Colex,
p. 201.

46 Según expresó Francisco Tomás y Valiente siendo presidente del Tribunal


Constitucional español, citado por J.I. Bel Mallen (1992): op. cit., p. 296.

47 Cfr. Merrill (2000): op. cit., p. 9 (cap. 1).

48 Cfr. Merrill (2000): p. 38 (cap. 4).

49 Citado por Guido Grooscors (1997): Ética en la comunidad iberoamericana.


Madrid, Editorial Comunica, p. 113.

50 En J.M. Desantes Guanter (1974): La información como derecho. Madrid,


Editora Nacional, p. 51.

51 Cfr. José Luis del Hierro Aguazas (1991) “Libertad de prensa”, en Ángel
Benito (coord.): Diccionario de Ciencias y Técnicas de la Comunicación, Madrid,
Ediciones Paulinas, p. 854.

133 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

52 Cfr. José Luis del Hierro (1991): op. cit., p. 862 y ss.

53 Cfr. Guido Gatti (1997) Ética de las profesiones formativas: Bogotá, San Pablo,
pp. 152 y 153.

54 Cfr. Javier Fernández del Moral (2002): “Deontología, función y valoración


sociales y responsabilidad de los profesionales de la información y la
comunicación”, en AAVV: Deontología, Función Social y Responsabilidad de los
Profesionales de la Comunicación, Consejo Social de la UCM, p. 17.

55 Cfr. Carlos Soria (1991a), op. cit., p. 346.

56 Cfr. José Luis del Hierro (1991), op. cit., p. 862 y ss.

57 Cfr. Carlos Soria (1991a), op. cit, p. 347.

58 Ibídem, p. 343.

59 Cfr. Teodoro González Ballesteros (2002): op. cit., p. 37. Para un análisis
amplio de la relación entre participación e información véase J. M. Desantes
Guanter (1974): La información como derecho. Madrid, Editora Nacional, pp. 28-
32.

60 Cfr. J. Fernández del Moral (2002): op. cit., p. 16.

61 Cfr. J. Baldivia et al. (1981): La formación de lo periodistas en América Latina.


México D.F., Editorial Nueva Imagen, p. 9.

62 Cfr. Henri Pigeat, Jean Huteau (2000): op. cit., p. 26.

63 Cfr. Carlos Soria (1991a), op. cit., p. 345 y 348.

64 Cfr. David Ortega, op. cit., p. 38 y ss.

65 Cfr. José Luis del Hierro (1991), op. cit., p. 869.versión: 1.2.0

134 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Anexo 5

autocontrol: concreción y efectividad del sentido de responsabilidad, de


González Portela, Ma . Luján (2008): Libertad y responsabilidad de la prensa en
el autocontrol y la enseñanza de la ética de cinco países andinos (tesis doctoral),
inédita, pp. 117-128.

1. Definición de autocontrol

La autorregulación o autocontrol es la conjugación de la libertad y la


responsabilidad en la actividad informativa. El antiguo Presidente del Instituto
Internacional de Prensa, E. J. B. Rose, lo expresaba de un modo muy conciso y
claro: “el autocontrol no es otra cosa que el envés de la libertad informativa”.66

El autocontrol se materializa en códigos y mecanismos elaborados


voluntariamente por los propios periodistas y empresas informativas, y contando
normalmente con la participación del público, circunstancia que se da en las
formas más depuradas, según Desantes.67 De este modo, se evita que sea el
Estado o el mercado los que impongan sus reglas del juego, pues como dice
Victoria Camps: “Cuando nadie fija criterios sobre lo que conviene o no conviene
hacer desde el punto de vista de la ética, de la justicia o de la democracia, quien
decide es el mercado”.68

El autocontrol se ejerce tanto en el ámbito interno de la profesión, velando


por el ejercicio de una elevada moralidad profesional, y en el ámbito externo,
defendiendo la libertad de prensa.69 En este mismo sentido, podemos hacer
extensible al autocontrol en general la metáfora que Núñez Encabo aplica a los
consejos de prensa: un perro de dos cabezas, una que ladra hacia el exterior y
otra hacia el interior.70

Claude-Jean Bertrand, más que de autocontrol o de autorregulación, prefiere


hablar de medios de asegurar la responsabilidad social, utilizando el signo
M*A*R*S (Moyens d’assurer la responsabilité sociale) entendiéndolos en un
sentido amplio. Según él, existen más de 30 formas, que de acuerdo a su

135 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

estructura se clasificarían en: individuales (ombudsman), grupos organizados


(comisión de arbitraje, de disciplina o de ética, conformados por periodistas
o surgidos en el seno de sindicatos o gremios; tribunal de ética, consejos de
prensa, sociedad de redactores, observatorios, asociación de consumidores…);
documentos escritos (códigos, revistas críticas); procesos cortos (sondeos,
campañas, auditorías…) o procesos largos (educación universitaria, formación
continua y programas escolares de educación para los medios). Todos ellos se
mueven o bien por la crítica, o por la observación sistemática, o por la formación o
favoreciendo el acceso del público a los medios.71

2. Razón de ser del autocontrol.

Hay varias razones que justifican la necesidad del autocontrol. Se pueden


estructurar, según Bel Mallen, atendiendo al agente que esté involucrado: en
cuanto al sujeto universal (público), el autocontrol tiene la misión de tutelar
su derecho a la información y de propiciar su participación en el engranaje
informativo; en cuanto al sujeto cualificado (periodistas), garantiza el respeto a
su libertad y evita el heterocontrol; y en cuanto al sujeto organizado (empresa),
conduce a una mayor calidad de la información y a la pertinencia social de la
empresa.72

3. Formas de autocontrol.

Vamos a tratar en este apartado de dos formas de autocontrol, siguiendo la


clasificación de Bertrand: la basada en textos, como es el caso de los códigos
deontológicos, y la constituida por personas, ya sea grupalmente, en el
caso de los consejos de prensa, tribunales de ética y comisiones de ética, o
individualmente, en el caso del ombudsman o defensor del lector, por ser los
mecanismos más comunes. Para el siguiente epígrafe dejamos una tercera
forma de autocontrol o medio de asegurar la responsabilidad social como es el
caso de los procesos: auditorías éticas y enseñanza de la ética, y las acciones
desplegadas por las asociaciones de usuarios.

136 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

3.1. Mecanismos escritos: Los códigos deontológicos.

El profesor Porfirio Barroso aporta dos definiciones complementarias de código


ético o deontológico del periodismo. Por un lado, es el conjunto de principios de
conducta, derechos, deberes y normas profesionales emanados de los medios o
de los profesionales, cuyo cumplimiento se asume voluntariamente. Por otro lado,
es el conjunto de creencias y valores que una organización profesional considera
válidos, y representan una forma de entender la profesión y una orientación
sobre el modo de practicarla. En cualquier caso, para Barroso, este conjunto
de deberes, derechos, creencias y valores que es un código ético es uno de los
símbolos que distingue a un determinado trabajo como profesión, y es el modo
en que los profesionales de un sector económico reconocen el servicio social que
cumplen y la manera de asumir su responsabilidad frente a ello.73

En este sentido, los códigos son más que un reglamento operativo, ya que se
ocupan de lo más sustancial de la profesión, de aquello que es distintivo y que
entraña su específica dimensión ética. 74

Los códigos son más necesarios en las actividades en que el profesional dispone
de un mayor margen de decisión personal y en las que tiene mayores y más
graves responsabilidades, como es el caso del periodismo. Por eso se les llama
deontológicos, pues expresan más que nada los deberes del periodista hacia
el público, partiendo de que el hecho de informar es ante todo un deber del
profesional para con el derecho del público a ser informado.75 De este modo, los
códigos explicitan algo implícito: que el servicio responsable a la verdad a la que
el público tiene derecho es la razón de ser de la profesión periodística.

Por otro lado, los códigos son instrumentos de defensa y autocontrol que
los propios profesionales elaboran y adoptan con un doble objetivo: evitar la
injerencia de los gobiernos en supervisar el ejercicio ético de los medios, con la
consiguiente pérdida de libertad que supondría, y lograr una información cada vez
más objetiva y veraz, velando así por el prestigio social de la profesión.

137 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

3.2. Función y utilidad de los códigos.

Al hablar de los códigos, no podemos desconocer la crítica existente en el


seno de la profesión y de la academia en torno a su pertinencia y razón de ser.
Hugo Aznar hace un amplio recorrido por las objeciones que se le ha puesto a
la deontología que han sido sobre todo cuatro: el riesgo de restringir la libertad
de expresión con la ‘imposición’ de un modo único de proceder y concebir el
periodismo; su excesiva generalidad y la consiguiente inutilidad a la hora de
resolver los problemas concretos; su escasa efectividad por la ausencia de
sistemas que garanticen su cumplimiento; reducir la ética periodística a la sola
deontología.76 Ante ello, podemos afirmar que los códigos deontológicos cumplen
una misión indiscutible por cinco razones:

a. El reconocimiento público de la dimensión ética de una profesión


o actividad, por parte de los mismos que la llevan a cabo. Frente a una
concepción meramente tecnicista de buen profesional y de capacidad
de rentabilidad, con la aprobación de códigos se intenta revalorar la
profesión por su dimensión moral y al periodista por la ejemplaridad ética
en su trabajo. En este sentido, los códigos también sirven de tarjeta de
presentación del grupo de profesionales frente a su público para que éste lo
identifique.77

b. Especificar los contenidos morales concretos de una profesión, es decir,


las normas y obligaciones que tienen que guiarla. Esta labor prescriptiva
de los códigos tiene varios objetivos. Por un lado, conocer los aspectos
éticos de la profesión permite a los periodistas tener un punto de referencia
para los problemas que se le presentan. Por otro lado, la existencia de
códigos combate el relativismo y el subjetivismo pues exigen consensuar
un marco común ético de valores, principios y normas a partir de los cuales
dialogar y discutir.78 Por último, los códigos van acumulando e incorporando
contenidos y problemas éticos a medida que se van actualizando y de esta
manera van constituyendo un acervo o patrimonio moral de la profesión,
reflejando el progreso ético de la misma.

138 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

c. La existencia de códigos en una profesión ayuda a una persona a


defenderse mejor de las presiones externas y a la profesión en sí a hacerse
valer y respetar frente a los condicionantes externos.

d. Compromiso de una profesión de llevar a cabo su misión de una forma


moral y digna: La formulación y adopción de códigos son ya un claro mea
culpa por parte de los periodistas, que con ello reconocen que la prensa
y los medios en general merecen en alguna medida las críticas que se le
hacen. Por ello, “comprometerse a trabajar de acuerdo con un código de
ética es la señal más evidente de la reivindicación de un estatus social mejor
por parte del profesional”.79

e. Espíritu de servicio. Los códigos deontológicos no pueden servir para


reforzar un espíritu gremial entendido como defensa de unos privilegios
de clase, o como incremento del poder de las agrupaciones profesionales.
La motivación de los códigos deontológicos tiene que ser hacerse mejores
profesionales para servir mejor a la sociedad, es decir, potenciar el espíritu
de servicio.

La gran beneficiaria de los códigos es, por tanto, la sociedad, que gracias a ellos
puede conocer qué puede esperar y exigir de los periodistas. Y eso se hace
especialmente importante en el periodismo, donde no hay una relación directa
profesional-cliente y en el que el público está especialmente desasistido.

Por último, cabe mencionar que contar con un código deontológico evita que
el control ético se haga desde fuera, y permite discriminar entre los buenos
profesionales y los que solo buscan sus intereses personales.

3.3. Mecanismos grupales: consejos de prensa, tribunales de honor,


comisiones de quejas, comisiones de ética.

Para Desantes, el órgano de autocontrol pionero fue el Tribunal de Honor de


Suecia, de 1916, con resoluciones estrictamente morales, sin apoyarse en
normas escritas ni procedimientos.80 Estaba compuesto por la Asociación de

139 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Editores de diarios y periódicos, y el Sindicato de Periodistas. Le seguirían el


Estatuto del periodista en Francia (1935), que contemplaba comisiones especiales
de faltas profesionales; el Tribunal de Honor de Suiza (1938); el Consejo
Disciplinario y Comisiones de Redactores en Holanda (1948) y el Tribunal de
Honor de Luxemburgo (1949).81 Pero Desantes considera que los verdaderos
órganos de autocontrol nacen a partir de 1950, fecha del término de las primeras
comisiones reales sobre la prensa, en el Reino Unido, que se consideran las actas
fundacionales del autocontrol.

Entre estos órganos grupales hubo desde el principio, como hemos visto, distintas
fórmulas y denominaciones, aunque la más generalizada ha sido la del consejo
de prensa. Este mecanismo se diferencia de otros sobre todo por su composición,
pues normalmente integra tanto a periodistas como a propietarios de un conjunto
de medios, y en ocasiones a representantes de la sociedad, mientras que las
comisiones de ética o los tribunales de honor de un gremio de periodistas están
formados solo por miembros de esas organizaciones

El Consejo de Prensa británico (1953, 1963) fue un modelo durante muchos


años. Nació siendo solo de profesionales hasta que en 1963 empezó a incluir
al público. Desde entonces, ha habido tal variedad en los consejos que se han
ido creando, por su composición y objetivos, que es difícil una definición que los
englobe a todos. Bertrand opta por una definición negativa: no es una comisión
gubernamental de censura, ni una comisión de autocensura, ni emana de los
usuarios…, y atendiendo a su objetivo: preservar la libertad de prensa de las
amenazas gubernamentales y económicas que pesan sobre ella, garantizar el
cumplimiento de la misión social de la prensa y obtener el apoyo del público.82

Siendo ambiciosos, según Bertrand, los consejos de prensa deberían supervisar


la estructura empresarial de los medios y las políticas de comunicación del país,
así como ser un foro de discusión continua sobre los diversos problemas de la
comunicación, pero en la práctica se limitan a ayudar a la prensa en su lucha
contra la amenaza continua que suponen los gobiernos y a forzar a la misma
prensa a rendir cuentas al público. No obstante, aunque ésta segunda función
fuese la única, ya es un logro importante. La recepción y análisis de las quejas del

140 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

público es la manera de tender puentes entre las empresas y el público y a que


se dé un progreso ético en ambas instancias. A través del proceso de análisis del
reclamo, que supone escuchar a las partes y emitir una resolución, que debería
ser publicada por el medio cuestionado, se le ayuda al público a entender mejor la
función que deben tener los medios y a los periodistas y propietarios a interiorizar
más sus principios éticos.83

Los verdaderos consejos de prensa son aquellos mixtos, es decir, conformados


por miembros de la profesión y miembros externos, excluyendo siempre a
representantes gubernamentales, que desvirtuarían el sentido de un órgano de
autocontrol, y que tengan una composición tripartita: propietarios, periodistas
y usuarios. A este respecto, ha habido desde el principio recelos sobre la
conveniencia de que participasen personas ajenas a los medios en los consejos
de prensa,84 pero autores tan autorizados como Desantes Guanter han afirmado
que la forma más depurada de autocontrol es la que admite a representantes de
la sociedad, pues es la manera de que ésta considere al organismo de autocontrol
como propio y de que confíe en él.85

Para Bertrand, el consejo de prensa está llamado a ser el mejor órgano de


autocontrol porque representa a la vez a los tres agentes de la comunicación:
los inversores que tienen el poder de informar; los productores que tienen el
talento de informar y los usuarios que tienen el derecho de ser informados. De la
articulación y colaboración entre estos tres grupos depende la efectividad de los
consejos, dado que carecen de todo poder coactivo.

En América Latina el desarrollo de los mecanismos grupales de autocontrol es


reciente pero significativo, visto en el contexto mundial en que todavía no son
numerosos. En cuanto a los consejos de prensa, existen dos propiamente dichos:
el Consejo de Ética de los Medios de Comunicación Social (Chile), creado en
1991, que es un consejo mixto de carácter nacional, y el Consejo de la Prensa
Peruana, de carácter profesional, de 1996.86 No obstante, también se podrá
considerar una variante del consejo de prensa a los colegios profesionales
latinoamericanos, pues suelen contemplar en sus códigos un tribunal de honor
o disciplinario, del mismo modo que los consejos de prensa. Cabe mencionar

141 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

el Tribunal Nacional de Ética y Disciplina (TRINED) del Colegio de Periodistas


de Chile y la Comisión de Ética del Círculo de Periodistas de Bogotá, como los
tribunales o comisiones más activos.

El ambiente propicio para los consejos de prensa, según Bertrand, son naciones
con alto nivel de industrialización, con democracias pluralistas que posean medios
desarrollados y con periodistas verdaderamente profesionales. Igualmente lo
manifiesta Desantes Guanter cuando afirma que “el autocontrol únicamente
en unos países con una democracia sincera y plena podrá desenvolverse
totalmente”.87 De todas maneras, dado el bajo número de consejos a nivel
mundial,88 parece que un factor determinante para su proliferación es el
financiero, pues el funcionamiento de un consejo de prensa requiere un
presupuesto importante que no todos los medios están dispuestos a afrontar.

3.4. Mecanismos individuales: el ombudsman o defensor del lector.

Ombudsman es una palabra compuesta construida con el término sueco


‘ombuds’, que significa “el hombre que tramita”, “el representante”, y la palabra
inglesa ‘man’, y como mecanismo de autocontrol comenzó a aplicarse en
Estados Unidos en 1967, en el Louisville Courier-Journal, dos años antes que en
Suecia.89 Se trata de un defensor del lector creado en los periódicos para atender
las quejas y reclamos del público sobre posibles abusos o faltas del periódico y
para velar por el comportamiento ético del medio. Su misión es ejercer la crítica
interna en el periódico, dando explicaciones al público sobre el modo de proceder
del medio y trasladando las quejas del lector al director. Suelen tener una columna
periódica en el diario.

A pesar de todas las dificultades que supone su implantación, hay que decir a
favor del ombudsman que demuestra por parte de la empresa que lo incorpora
una voluntad ética y un signo de humildad, aparte de que es tender puentes hacia
el público, favoreciendo de forma concreta su participación. Lo contrario, que
haya empresas que aún se muestren renuentes a crear esta figura, evidencia
una mentalidad arcaica y contraria al proceso imparable de democratización de la
comunicación.90

142 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Un hecho significativo a favor de esta figura lo constituye la recomendación que


hizo la Asamblea del Consejo de Europa al Consejos de Ministros el 1 de julio de
1993 de crear el ombudsman europeo. En dicha sesión se aprobó por unanimidad
el Código Deontológico del Periodista Europeo, en el que se hace una defensa
decidida de los mecanismos de autocontrol. Cinco años después, la Comisión
Europea celebró en Bruselas un encuentro sobre deontología y prácticas
periodísticas internacionales, en el que se destacó el ombudsman como uno de
los principales sistemas de autorregulación.91

Asimismo, hay muchos periodistas que defienden enérgicamente esta figura. Para
Joaquín Estefanía (El País) es una manera que tiene el diario de defenderse de
los poderes económicos y financieros y para Mario Mesquita, primer ombudsman
de Portugal, el defensor completa el sistema de autorregulación, que sería
insuficiente solo con códigos y jurados éticos, pues dota de mayores garantías al
ciudadano.92 A su vez, los ilustres periodistas colombianos Javier Darío Restrepo
(Defensor del Lector en los diarios El Colombiano y EL TIEMPO) y Germán Rey
(Defensor del Lector en EL TIEMPO, en 2000-2002) son convencidos partidarios
de esta figura autorreguladora.

El defensor del lector y su presencia concreta en una columna del periódico, al


hacer presente a un público anónimo y abstracto, que exige ser respetado, con
su realidad y sus problemas, es un acicate para hacer más responsables a los
medios. La reacción crítica de los lectores exige y mueve a los medios hacia un
mayor rigor y mejor cumplimiento de su función y les recuerda una y otra vez
su razón de ser, por eso son estos mismos medios los que deberían promover
y permitir dicha participación crítica.93 A través del ombudsman se reconoce el
papel del lector y es un modo de democratizar el medio y de obtener credibilidad
social, pues a través de este espacio cuestionan la calidad del medio y le obligan
a corregir y reconocer públicamente sus errores. Del mismo modo, para Diego
Araujo, defensor del lector del diario HOY, de Ecuador, esta figura expresa
la convicción de lo esencial que es para un medio conocer las necesidades,
percepciones y reacciones de los lectores.94

143 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Ian Mayes, ombudsman de The Guardian (Reino Unido), expresa que a través de
esta figura no solo se redefine la relación de los medios con sus públicos a través
de un diálogo civilizado y la confianza mutua, sino que se fortalece la democracia.
Con la corrección y tratamiento de errores y quejas que emiten los propios
ciudadanos, por ejemplo en las columnas semanales de algunos diarios, se les
brinda a éstos la capacidad de expresarse y de sacar conclusiones sensatas
en que basar sus opiniones, y esto va consolidando la cultura democrática.95
Además, el ombudsman, promoviendo la función crítica del lector cumple dos
funciones importantes: primero, canaliza y desarrolla los hábitos críticos de las
comunidades, fortaleciendo la democracia; segundo, es un canal entre el diario y
los lectores, que fortalece la participación crítica de estos y genera una relación
transparente entre los lectores y la información.96

4. Otras formas de asegurar la responsabilidad social.

4.1. Las auditorías éticas y los observatorios.

Otra forma de asegurar la responsabilidad social de los medios, por usar la


terminología de Bertrand, y que no podemos considerar estrictamente como
autocontrol, son las auditorías éticas, hechas por externos, y los observatorios.97
Ya Carlos Soria en 1991 proponía las auditorías éticas como un modo de mejorar
la ética de los medios. Las entendía como una especie de diagnóstico para lo
cual existen metodologías como la de Charnley en EEUU, que mide el nivel de
verdad en las noticias. En esas auditorías se puede encuestar a los lectores
sobre su percepción ética del medio, sobre la línea editorial, sobre la relación del
medios con ciertos grupos influyentes, etc… Lo ideal sería que se publicaran los
resultados y que se hicieran estudios comparativos de año en año. Además, que
no estén hechas por el propio medio, sino por un organismo neutral que podría
cotejar los resultados con los de otros medios.98

Los observatorios de medios, a su vez, representan una de las formas de control


de los medios por parte de la sociedad civil, la cual, gracias al importante soporte
de la red, está asumiendo el protagonismo y papel que le corresponde. Según
Alfaro, “los observatorios son un buen instrumento para que los medios se miren

144 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

al espejo, se evalúen y mejoren tanto en su funcionamiento como en la calidad de


su oferta”.

Haciendo de los medios y de sus contenidos objeto de análisis e investigación


—y asunto de discusión pública— desde muchas perspectivas, la aparición de
los observatorios tiene sobre todo una motivación ética generada por el creciente
descontento de los públicos sobre la labor de los medios. Así lo demuestra
Susana Herrera en un estudio sobre observatorios.99 A la vez, el nacimiento de
los observatorios se produce en un momento de movimientos democratizadores y
movilizadores de la sociedad civil.100

Es importante señalar que, además de reivindicar a la sociedad civil, los


observatorios se fundamentan en defender la información como un servicio
público. En este sentido, la profesión informativa, por gozar de numerosas
garantías y privilegios constitucionales, asume deberes y responsabilidades de
primer orden.101 Justamente estos presupuestos, como ya hemos visto, son los
que sostienen la teoría de la responsabilidad social y el enfoque del derecho a la
información que se ha ido desarrollando desde la mitad del siglo pasado hasta
ahora en los documentos deontológicos y en las distintas formas de autocontrol.

En Suramérica, aparte de Brasil donde surgen en 1992, hay observatorios


desde 1999 en Colombia, Bolivia, Chile, Ecuador, México Argentina, Guatemala,
El Salvador, Venezuela y Perú y hoy se puede decir que hay un acelerado
crecimiento de observatorios en la región.102

Por su parte, en los objetivos que se plantea el Observatorio Francés de Medios


vinculado al Media Watch Global, surgido a raíz del Foro Social Mundial del 2002
de Porto Alegre (Brasil), se aprecia claramente el enfoque de la responsabilidad y
del derecho a la información pues se propone “defender la información como un
bien público y revindicar el derecho de los ciudadanos a ser informados”.103

145 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

4.2. Las asociaciones de consumidores: la fuerza del público.

Otra de las formas grupales de asegurar la responsabilidad de la prensa la


constituyen las asociaciones de usuarios o consumidores de los medios, que
cada vez tienen un mayor protagonismo y presencia en el debate público sobre
la pertinencia ética de los medios. Juntamente con los observatorios, constituyen
los modos principales como la sociedad civil, por sí mima, está asumiendo
organizadamente un papel activo en el desarrollo de la comunicación. Y no solo
por la actividad propia que pueda hacer la asociación en cuanto a pronunciarse
sobre el contenido de los medios y ejercer presión, sino porque son el cauce
ideal para representar a los públicos en los distintos órganos de control y de
autocontrol. En este sentido, nos parece necesario diferenciar los observatorios
y otras iniciativas similares —en las que normalmente hay profesionales de la
comunicación— de las asociaciones de usuarios, que representan de modo más
genuino los intereses de las audiencias y los públicos.

El movimiento de consumidores y usuarios cobra fuerza a partir de los años 60 en


EEUU, muy apoyado por el presidente Kennedy.104Europa también se preocupó
del tema y ya en 1975 el Consejo de la entonces Comunidad Económica Europea
emitió una resolución para proteger y potenciar la figura del consumidor. Años
después, en 1993, el Código Europeo de Deontología del Periodismo aprobado
por el Consejo de Europa recomendaba la creación de asociaciones de usuarios
de los medios.105

Este movimiento asociativo, más o menos desarrollado en los distintos países,


es la muestra de la transformación real de los públicos de meros entes pasivos
en protagonistas activos del proceso informativo, como ya dijimos más arriba.
Dicho protagonismo está desplazando de algún modo al de los periodistas106 y
haciendo que sean los receptores los que tienen la sartén por el mango, como
dice Fernández Areal: “el público, principal responsable de lo que se difunde, por
su adhesión o su rechazo a los medios, es cada vez más crítico, más capaz de
discernir la verdad de la mentira, la limpieza en el proceso de su tergiversación
y alteración en beneficio de alguien o de algo”.107 En este sentido, se puede
hablar de la fuerza del público como un contrapoder pues tiene una capacidad de

146 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

influir en los que influyen y de decidir sobre los que deciden.108 De este modo,
las asociaciones de usuarios de la comunicación se constituyen en la resistencia
o militancia activa del público en contra de aquellas actuaciones mediáticas que
pueden vulnerar sus derechos.

No hay que olvidar el factor tecnológico como un motor propulsor de este proceso
de empoderamiento de su papel en la comunicación por parte del público y
que éste, antes que nadie, debería aprovechar al máximo. Los blogs y todos
los recursos comunicativos que proporciona la Internet eliminan distancias
entre emisores y receptores, entre periodistas y audiencias, y promueven una
interactividad enormemente útil para articular la participación real de los públicos
en el proceso informativo.

El papel de las asociaciones de usuarios está adquiriendo una progresiva


importancia, y siendo cada vez más objeto de estudio, pues se está descubriendo
su potencial a la hora de favorecer la participación de los públicos y de replantear
la relación de los medios con sus audiencias. Su creciente relevancia va en
paralelo con el surgimiento del periodismo de servicio, cívico o ciudadano, como
una corriente revitalizadora del periodismo que busca conectar a los medios
informativos con las necesidades reales de la comunidad.109 Este movimiento
está cobrando fuerza especialmente en Chile.

4.3. La enseñanza de la ética periodística.

Para Bertrand la enseñanza de la ética periodística no solo representa un


elemento que contribuye a desarrollar los medios de asegurar la responsabilidad
social sino que constituye, en sí mismo, uno de esos medios como proceso a
largo plazo. Un buen ejemplo lo encontramos en Estados Unidos. En los años 90
la deontología y la responsabilidad social fueron unos de los temas más tratados
en los seminarios de capacitación y actualización para periodistas, realizados
desde universidades y centros especializados, lo cual incidió positivamente en el
ejercicio periodístico.110

147 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Aunque también han contribuido mucho la actividad investigadora y divulgativa


de la universidad, así como la relación cercana de la academia con los medios
a través de seminarios y congresos, la enseñanza en el aula se considera el
factor más influyente en la formación ética de los periodistas. Esto también
lo atestigua el hecho de que la mayoría de universidades norteamericanas
impartan la asignatura de ética periodística y que, según un estudio hecho por la
Asociación Americana de Editores de Periódicos (ASNE) en 1990, una gran parte
de redactores jefes la consideren útil para la formación profesional.111 Como
veremos en el capítulo V de esta investigación, la implantación de la asignatura
en el 91,4% de los planes de estudio de Periodismo o Comunicación Social de los
cinco países andinos seleccionados, corroboran también dicha afirmación.

Bel Mallen expresa la importancia de la formación ética del periodista al hablar


de la conciencia profesional como la primera norma sobre la que opera el
autocontrol.112 Recoge de Carlos Soria que la formación de la conciencia no
es otra cosa que “operaciones libres, actos plenamente humanos: eso defiende
y eso salvaguarda la libertad de conciencia”113 y recuerda que la conciencia
profesional está al servicio de la información del público como principal sujeto de
la información.

66 E.J.B. Rose (1966) Problem of professional standards, en Press Council and


Press Codes, Zürich, p. 3, citado por J. M. Desantes (1973), op. cit., p. 67.

67 Cfr. J.M. Desantes (1973) cit, p.67

68 V. Camps, en Aznar (1999b), op. cit, p. 17.

69 Cfr. M. Löeffler (1968): “Le Problem de l’Auto-Contrôle de la Presse” en M.


Löeffler y J.L. Hébarre (eds.): Nature et Fonctions de l’auto-control de la presse:
les organismes déontologiques de la presse (vol. 7). Munich, Verlag C.H. Beck, p.
22.

70 Cfr. Manuel Núñez Encabo (1995), op. cit., p. 253.

148 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

71 Cfr. Claude-Jean Bertrand (1999): L’arsenal de la démocratie. Médias,


déontologie et M*A*R*S. Paris, Economica, p. 8.

72 Cfr. José Ignacio Bel Mallen (1991) “Autocontrol” en Ángel Benito (coord)
Diccionario de Ciencias y Técnicas de la Comunicación, Madrid, Ediciones
Paulinas, pp. 112.

73 Cfr. P. Barroso (1991): “Códigos deontológicos de la comunicación”, en A.


Benito: Diccionario de Ciencias y Técnicas de la Comunicación. Madrid, Ed.
Paulinas, p. 198, y P. Barroso (2006): “Lección 35: Los códigos deontológicos y la
ética periodística”, apuntes de la materia de Ética y Deontología de la Información,
Universidad Complutense de Madrid (inéditos), p. 4.

74 Hugo Aznar (1999): Comunicación responsable. Barcelona, Ariel, p. 17.

75 Cfr. Niceto Blázquez (1994): Ética y medios de comunicación. Madrid, BAC, p.


108.

76 Cfr. Hugo Aznar (1997): “El debate en torno a la utilidad de los códigos
deontológicos del periodismo”, en Anàlisi, No. 20. Barcelona, Universidad
Autónoma de Barcelona. (pp. 125-144). Disponible en: http://ddd.uab.es/pub/
analisi/02112175n20p125.pdf.

77 Cfr. N. Blázquez (1994), op. cit., p. 114.

78 Richard Johannesen (1990), Ethics in Human Communication, Prospect


Heights, Waveland Press (3ª. ed.), citado por Aznar (1999a), op. cit, p. 35.

79 Robert White (1995): “A Systemic View of Communication Ethics”, European


Journal of Communication, vol. X, No. 4, en Aznar, p. 36.

80 Aunque el Profesor Parra menciona que el primer órgano fue el Consejo de


Prensa de Noruega, en 1912. En lección 35 “Los códigos deontológicos y la

149 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Ética Periodística” de sus apuntes inéditos para la materia Ética y Deontología


Profesional, impartida en la Universidad Complutense de Madrid, 2006.

81 Ibidem, pp. 126-128.

82 Cfr. C-J. Bertrand (1999), pp. 87-91.

83 Cfr. Carlos Soria (1991), La hora de la ética informativa, Barcelona, Mitre, pp.
101-102.

84 Empezando por el primer Consejo de Prensa británico de 1953, que


desoyendo el criterio de la Primera Comisión Real sobre la prensa, no admitió a
ningún miembro ajeno a la profesión.

85 Cfr. Desantes (1973), p. 180.

86 Según lo asevera el mismo director del Consejo de la Prensa Peruana,


Gustavo Romero, en http://www.media-accountability. org/html/frameset.
php?page=library2, consulta: 1-6-07. No obstante, Bernard menciona que el CPP
nace en 1997 (Ibídem, pp. 111-113).

87 Cfr. Desantes (1973), p. 160.

88 Una compilación hecha por C-J Bertrand y publicada en la web del Consejo de
Prensa de Washington (www.wanewscouncil. org/World, noviembre 2007) registra
35 consejos de prensa en todo el mundo, la mayoría localizados en el centro-norte
de Europa, además de España, Turquía, y Chipre; en Canadá, Estados Unidos,
Oceanía (Australia, Nueva Zelanda y Papúa Nueva Guinea), países asiáticos
como India, Indonesia, Corea del Sur, Taiwán y Tailandia y en Tanzania, en África.

89 Cfr. C. Soria (1991), op. cit., p. 104. Aunque Gerardo Albarrán (SdP No. 50,
2002) y Herrera y Pozo (SdP No. 76, 2005) afirman que fue en 1922 en Japón
donde inició esta figura.

150 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

90 Cfr. Carlos Maciá Barber (2006): La figura del defensor del lector, del oyente
y del telespectador. Los paladines contra el periodismo descaminado, Madrid,
Editorial Universitas S.A., p. 35.

91 Ibidem, p. 76.

92 Ibidem, p. 79.

93 Cfr. Felipe Burbano (1997): “Reflexiones sobre los propósitos y posibilidades


del ‘ombudsman’”, en “Política y medios de comunicación. Ordenamientos
regulatorios y libertades civiles”, en Friedrich Ebert Stiftung (1997): Mecanismos
de Regulación de los Medios de Comunicación. Experiencias Latinoamericanas,
Quito, Proyecto Latinoamericano para medios de comunicación, pp. 134 y ss.

94 Cfr. Diego Araujo Sánchez (1996): “Perfiles de la Defensoría del Lector” en


Chasqui, No. 54, jun. 1996, Quito, Editorial Quipus-CIESPAL, p. 61.

95 Cfr. Ian Mayes (2006): “La ética de la democracia desde la responsabilidad


social de los medios”, en A.C.S. Calandria/ Veeduría Ciudadana de la C.S. (2006):
Autorregulación ya: Búsquedas éticas desde los medios de comunicación. Lima,
ACS Calandria/VCCS, p. 26.

96 Cfr. Diego Araujo (1996), op. cit., p. 62. 97 A veces también se usa el término
‘veeduría’ como equivalente a ‘observatorio’, pues procede de ‘veedor’ (“Que
ve, mira o registra con curiosidad las acciones de los otros”, RAE, 22a. ed.). En
Perú y otros países andinos es frecuente para nombrar las acciones de control
ciudadano a los administraciones públicas.

98 Cfr. C. Soria (1991), op. cit., pp. 107-108.

99 Cfr. Susana Herrera (2005): “Retrato en diez rasgos de los observatorios de


medios en América Latina”, en Sala de Prensa, núm. 84, Año VII, Vol. 3, página
web: www.saladeprensa.org, consulta: 5-2-08.

151 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

100 Cfr. Germán Rey (2003b): “Ver desde la ciudadanía. Observatorios y


Veedurías de medios de comunicación en América Latina”, en la página web de
Veeduría Ciudadana de la Comunicación Social, www.veeduria.org.pe/rey.htm.
Consulta: 9-2- 08.

101 Cfr. http://www.observatoriodaimprensa.blig.ig.com.br/, consulta: 17-11-2007.

102 Cfr. Rosa María Alfaro (2006), op. cit., p. 92.

103 Cfr. Susana Herrera (2005), op. cit.

104 Cfr. Aznar (1999a), Comunicación responsable, Ariel, Barcelona, p. 189.

105 Cfr. Manuel Núñez Encabo (1995) “Código europeo de Deontología del
Periodismo (Consejo de Europa)”, en Bonete Perales, Enrique (coord.) Éticas de
la Información y Deontologías del Periodismo. Madrid, Tecnos, pp. 252 y ss.

106 F. Colombo (1997): Últimas noticias sobre el periodismo. Manual de


periodismo internacional. Barcelona, Anagrama, pp. 213-214.

107 Cfr. M. Fernández Areal (1998): Información y Público. Análisis de un caso en


la Prensa canaria. Pontevedra, Diputación de Pontevedra, p. 16.

108 Cfr. Francisco Iglesias (1994): “Las audiencias, un contrapoder informativo”,


en Fernández Areal, M. (dir.): Comunicación Social. Jornadas sobre comunicación
social. Pontevedra, 3-8 octubre de 1994. Santiago de Compostela, Escola Galega
de Administración Pública, pp. 54-58.

109 Cfr. Susana Herrera (2008): “La participación del público en los medios de
comunicación”, en Sala de Prensa, No. 103 (mayo 2008), Año X, Vol. 4. En: http://
www.saladeprensa.org/art729.htm, consulta: 1-5-08.

110 Cfr. Arnold Ismach (1999): “Écoles de journalisme et déontologie aux États-
Unis”, en Claude-Jean Bertrand (1999), op. cit, p. 203.

152 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

111 Ibídem, p. 208.

112 Cfr. J.I. Bel Mallen (1992): “El autocontrol de la actividad informativa”, en J.I.
Bel Mallen et al: Derecho de la Información (I). Madrid, Colex, p. 302.

113 Cfr. Carlos Soria Sáiz (1989): La crisis de identidad del periodista. Barcelona,
Mitre, citado por J.I. Bel Mallen (1992), op. cit., p. 302.

153 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Anexo 6

El valor de la verdad, de José Román Flecha Andrés, en E. Bonete (coord.)


(1995): Éticas de la Información y Deontologías del Periodismo, Madrid, Tecnos,
pp. 88-94.

1. EL VALOR DE LA VERDAD

Es una confesión religiosa donde la fe en el que es confesado como la Verdad


tiene tanta importancia, también ocupa un lugar predominante la promoción
y defensa del valor ético de la verdad entre los seres humanos y los grupos
sociales.

La ética cristiana se siente obligada, en consecuencia, a advertir a los medios


de comunicación sobre el riesgo de servir a la mentira, tanto en la información
ofrecida, como en los medios utilizados para ello. La deformación de la verdad,
la ocultación de aspectos importantes de la misma que la haría ver desde una
perspectiva más amplia, la oferta de todo tipo de opiniones con igual lujo de
presentación, son otras tantas formas de dar culto a la mentira.

La denuncia de la mentira lleva aparejada la denuncia de toda forma de


manipulación de la información o del espectáculo con vistas a despersonalizar a
los usuarios y, en último término, a la sociedad. Manipulaciones que pueden tener
una finalidad política, o bien ideológica y hasta comercial, parecen considerar a la
persona humana como un medio fácilmente utilizable para cualquier fin.

Sin embargo, tampoco la denuncia de la mentira y la manipulación puede


convertirse en fin en sí misma. A la ética cristiana no le interesa tanto la denuncia
de la mentira como el anuncio de la verdad. Con razón, la instrucción Communio
et progressio afirmaba sobre este punto:

Es necesario que toda comunicación se ajuste a la ley primordial de la sinceridad,


de la honradez y de la verdad. No bastan, pues, la buena intención y la recta
voluntad para que la comunicación resulte, sin más, honesta. Es además

154 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

necesario que la comunicación difunda los hechos a partir de la verdad, esto es,
que dé una imagen verdadera de las cosas y que ella misma tenga su propia
verdad intrínseca114(CP 17).

A. La verdad sobre el ser humano

El ser humano es, a todas luces, una realidad excesiva e inabarcable, incluso
para sí mismo115. Las definiciones del hombre, “las opiniones que el hombre se
ha dado y se da sobre sí mismo, diversas y contradictorias” (GS 12 b), son con
frecuencias falsas, precisamente por tratar de ser simplificadoras.

Ante el enigma del ser humano, la solución más sencilla y más tentadora, por
tanto, ha sido la que trata de dividirlo y parcelarlo. La respuesta de los dualismos,
siempre recurrentes, es la más simple y, por ello mismo, la más falaz116. Una
primera tentación consiste en trocear el ser humano, tratando de introducir una
cuña entre sus aparentes “componentes” intrínsecos: o bien subrayando el
aspecto espiritual de su existencia, o bien subrayando la materialidad evidente
que lo vincula a la tierra117.

Lo mejor de la tradición cristiana ha pensado al ser humano como un


“microcosmos”, como un mundo menor o un mundo abreviado, en el que se
abrazan lo espiritual y lo corporal118. Pero el peligro del reduccionismo acecha
siempre que se trata de simplificar en exceso el ser y el actuar del fenómeno
humano.

El ser humano vive en la frontera de dos mundos119. No es extraño que el


Concilio Vaticano II, al articular las más importantes cuestiones del ser humano,
haya hecho explícita profesión de interés por el hombre “todo entero, cuerpo
y alma, corazón y conciencia, inteligencia y voluntad” (GS 3 a). En la misma
Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo de hoy se afirma más adelante:

En la unidad de cuerpo y alma, el hombre, por su misma condición corporal,


es una síntesis del universo, el cual alcanza por medio del hombre su más
alta cima y alza la voz para la libre alabanza del Creador [GS 14a].

155 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Esa innegable constitución unitaria, aunque ciertamente dialéctica, del ser


humano se convierte a su vez en exigencia ética imprescindible. El mismo
Concilio afirma que “queda en pie para cada hombre el deber de conservar la
estructura de toda la persona humana, en la que destacan los valores de la
inteligencia, voluntad, conciencia y fraternidad; todos los cuales se basan en Dios
Creador y han sido sanados y elevados maravillosamente en Cristo” (GS 61 a).

Juan Pablo II se refiere a la necesidad de superar el dualismo psicosomático


en la encíclica Veritatis splendor. Recordando la doctrina conciliar, se afirma allí
que “la persona – incluido el cuerpo – está confiada enteramente a sí misma, y
es en la unidad de alma y cuerpo donde ella es el sujeto de sus propios actos
morales”120. La misma doctrina es recogida explícitamente, aunque con diversos
subrayados y matices, por el Catecismo de la Iglesia Católica, que no olvida
recordar que “la persona humana, creada a imagen de Dios, es un ser a la vez
corporal y espiritual” (n. 362).

He ahí una advertencia que la fe cristiana ofrece a las tentaciones dualistas en las
que con frecuencia se embarca la comunicación, de un tipo y de otro.

En ese contexto se comprende por qué la instrucción vaticana Communio


et progressio afirme que “cuantos quieran situar debidamente los medios de
comunicación dentro de la historia de la Creación y de la Encarnación redentora,
y asegurar por ello su misma honestidad, tendrán que contemplar al hombre en
su integridad [...]” (CP 15). Una integridad que no se respeta, por ejemplo, en la
presentación utilitarista del cuerpo humano o en la visión deformada de la vida, de
la sexualidad, del amor y la familia121.

B. La verdad sobre la humanidad entera

También ha entrado en crisis la autocomprensión del ser humano como una


mónada aislada. “Los hombres no son islas”. El fenómeno humano es un haz
de interrelaciones. Para el ser humano, vivir es convivir, laborar es colaborar y
padecer es –o ha de ser- compadecer.

156 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Pero también aquí resurgen constantemente dos tentaciones, a la vez


antropológicas y éticas: la de una concepción individualista que parece ignorar
la presencia y las demandas de los demás seres humanos, y, por otro lado, la de
una concepción grupalista que sacrifica la unicidad de las personas en aras de la
utilidad pública.

Cuando se exalta la individualidad humana hasta ignorar la socialidad de sus


raíces y decisiones, la ética se torna individualista y narcisista, y el ser humano,
que se considera autosuficiente, termina –como el Narciso de los mitos–
ahogándose en las fuentes en las que morosamente se detiene a contemplar su
perfección.

Cuando, por el contrario, se exalta la vinculación social hasta el punto de dejar


al individuo inerme y vulnerable, a merced del grupo social o del Estado, la
intervención pública puede llegar a asfixiar al individuo, dictándole modos de
comportamiento y hasta líneas de pensamiento que violan la dignidad de la
persona.

En consecuencia, una ética real y efectivamente preocupada por la persona


habría de descubrir y reafirmar tanto la individualidad como la solidaridad de la
convivencia y la comunicación personal122.

Pues bien, también este segundo bloque de tentaciones se manifiesta con


frecuencia en los ámbitos de la comunicación en terrenos en los que se ha de
ejercer el juicio ético, como los relativos al respeto a la vida, la defensa de la
justicia o la coherencia con la verdad.

Especialmente conflictiva puede ser la situación en que la persona es supeditada


a los intereses de la sociedad: un punto delicado sobre el que repetidas veces se
ha expresado la doctrina de la Iglesia. Véase, a modo de ejemplo, un punto del
Catecismo de la Iglesia Católica:

El respeto de la persona humana implica el de los derechos que se derivan


de su dignidad de criatura. Estos derechos son anteriores a la sociedad

157 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

y se imponen a ella. Fundan la legitimidad moral de toda autoridad:


menospreciándolos o negándose a reconocerlos en su legislación positiva,
una sociedad mina su propia legitimidad moral (cf PT 65). Sin este respeto,
una autoridad sólo puede apoyarse en la fuerza o en la violencia para
obtener la obediencia de sus súbditos. Corresponde a la Iglesia recordar
estos derechos a los hombres de buena voluntad y distinguirlos de
reivindicaciones abusivas o falsas123.

La citada instrucción Aetatis novae, no deja de subrayar, a este respecto, que los
medios de comunicación han de estar al servicio de la comunidad humana y del
progreso social, frente a los conflictos y las divisiones habituales (AN, 9).

C. La verdad sobre el mundo

En su encíclica Redemptoris missio, Juan Pablo II ha denunciado un moderno


dualismo que por ser ético, no deja de ser ontológico: “Una cierta modernidad
arreligiosa, dominante en algunas partes del mundo, se basa sobre la idea de que
para hacer al hombre más hombre basta enriquecerse y perseguir el crecimiento
técnico-económico. Pero un desarrollo sin alma no puede bastar al hombre, y el
exceso de opulencia es nocivo para él, como lo es el exceso de pobreza”124.

Ya no es solamente la doctrina de la Iglesia católica la que ha levantado la voz


de alarma contra el expolio del mundo y de la naturaleza125. Han sido también
las iglesias cristianas, no católicas, reunidas en Basilea126. Y ha sido el Club de
Roma127.

En este punto es más fácil descubrir un empeño de los medios de comunicación


por la defensa del planeta. Pero tal verdad sobre el mundo es inseparable de la
verdad sobre el hombre que lo habita. Y los cristianos afirman que es también
inseparable de la verdad sobre el Dios creador.

158 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

D. Y una verdad sobre Dios

Una cierta filosofía que parece hundir sus raíces en el nominalismo ha terminado
por afirmar que para que el hombre pueda serlo, es preciso que Dios muera.

Es cierto que la muerte del Dios de Abraham ha significado con frecuencia la


reaparición de múltiples dioses. O bien la necesidad del recurso a prácticas
mágicas que parecen requeridas por la necesidad de trascendencia que
experimenta el espíritu humano.

Por otra parte, los medios de comunicación se han visto obligados con frecuencia
a rendir culto a otros dioses menos espirituales y más tiránicos, que han venido a
sustituir la verdad sobre el Dios vivo. En este sentido, ya el decreto conciliar sobre
los medios de comunicación social afirmaba que los hombres pueden utilizar los
medios contra el propósito del Creador y convertirlos en su propio daño” (IM 2).

Años más tarde, en el documento conclusivo de su III Conferencia General, los


obispos latinoamericanos denunciaban una manipulación de la verdad sobre el
hombre que se convierte en una negación práctica de su trascendencia:

Los Medios de Comunicación Social se han convertido muchas veces en el


vehículo de propaganda del materialismo reinante, pragmático y consumista,
y crean en nuestro pueblo falsas expectativas, necesidades ficticias, graves
frustraciones y un afán competitivo mal sano [Puebla 1073].

Todavía en este punto, el espíritu ecuménico al que con dificultad y superando


recelos y fundamentalismos se abren o deberían abrirse las religiones
monoteístas, requiere de todos los comunicadores un mínimo respeto ante la
experiencia religiosa y las manifestaciones de culto de todos los hombres y todos
los pueblos, siempre que no se manifiesten como gravemente lesivas de la vida y
la dignidad humanas.

159 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

2. EL VALOR DE LA LIBERTAD

De poco valdría exaltar el valor ético de la verdad, si no se pusiera el mismo


énfasis en defender la libertad. La fe cristiana es heredera de la fe de Israel que
se apoya precisamente sobre la experiencia de su liberación de la esclavitud de
Egipto. Para los cristianos resulta fundamental la reflexión de Pablo a los gálatas
sobre la libertad que les ha concedido Cristo respecto a las normas rituales de la
antigua Ley. Y, en términos aún más profundos, repiten las palabras del evangelio
de San Juan, en el que se recogen las palabras de Jesús:“La verdad os hará
libres” (Jn8,.32).

Por lo que se refiere a los medios de comunicación social, esta conciencia


religiosa de la libertad se convierte en una exigencia ética plural y multifacética.
Es preciso defender la libertad para acceder a los medios de comunicación. Pero,
por otra parte, es preciso alentar a los medios a promover la libertad y a evitar
cualquier forma de coacción y manipulación del ser humano. Con relación al
primer deber moral, la Iglesia se ha pronunciado en repetidas ocasiones. Baste
mencionar una de las manifestaciones más recientes:

Es evidente que determinados problemas son el fruto de determinadas


políticas y estructuras de los medios de comunicación: citemos, sólo a título
de ejemplo, el hecho de que ciertos grupos o clases ven cómo se les impide
el acceso a los medios de comunicación, la reducción sistemática del derecho
fundamental a la información en ciertos lugares, la extensión de la autoridad que
determinados grupos económicos, sociales y políticos ejercen sobre los medios
de comunicación [Aetatis Novae,4].

Y tras la denuncia profética del hecho de la negación de la libertad, el mismo


documento se expresa de una forma tajante, como tratando de asentar un
principio ético que debería ser inviolable: “No se puede aceptar que el ejercicio de
la libertad de comunicación dependa de la fortuna, de la educación o del poder
político. El derecho a la comunicacion pertenece a todos“ (AN 15) Tal principio se
ramifica evidentemente en todo un abanico de reflexiones éticas que se refieren a
los diversos obstáculos que la libertad ha de salvar cada día.

160 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

A. Contra la imposición

En primer lugar, la ética cristiana no duda en apoyar la legítima aspiración de


los pueblos a mantener sus notas de identidad cultural frente a la invasión y
colonización ejercida por medio de los productos informativos importados del
exterior o bien impuestos desde el interior por quienes no tienen el ánimo de
respetar la diversidad y el derecho de las minorías.

Refiriéndose a su propio continente, los obispos latinoamericanos deunciaron ya


hace años la colonización que las grandes empresas extranjeras de los medios
ejercen sobre la cultura de aquellos países.

La programación, en gran parte extranjera, produce transculturación no


participativa e incluso destructora de valores autóctonos; el sistema publicitario tal
como se presenta y el uso abusivo del deporte, en cuanto elemento de evasión,
los hace factores de alienación; su impacto masivo y compulsivo puede llevar al
aislamiento y hasta la desintegración de la comunidad familiar128

La Iglesia Católica, en efecto, considera positivo “el deseo de numerosos pueblos


y grupos humanos de disponer de sistemas de comunicación y de formación más
justos y equitativos, a fin de preservarse de la dominación y de la manipulación
provenientes del extranjero o de sus compatriotas“ (AN 16). Un riesgo que, según
el mismo documento, afecta también a las minorías sociales y culturales en
ciertas naciones, desarrolladas o en vías de desarrollo.

114 Pablo VI, Cormmunioet progressio 17. Véase sobre este aspecto lo que dice
la instrucción Aetatis novae, 7:

115 Cf. P. Ricoeur, Soi–même’ comme un autre, París 1990.

116 Cf. Juan Pablo II, Redemptor hominis, n. 16, donde se alude a los sistemas
que ofrecen una antropología reductiva y disminuyen la dignidad del ser humano.

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Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

117 Cf. P. Laín Entralgo, El cuerpo humano. Teoría actual, Madrid, 1989; íd.,
Cuerpo y alma, Madrid, 1991

118 Así se expresa Fray Luis de León, De los nombres de Cristo, lib, I (Pinpollo):
Obras completas castellanas, Madrid, 195 l, 423- 41 4.

119 M. Müller y A. Halder, , Sacramentum mundi, 5, Barcelona, 1974, 448.

120 JuanPablo II, Veritatis splendor, 48c.

121 Recuérdese el documento del Pontificio Consejo para las Comunicaciones


Sociales, sobre Pornografía y violencia en las comunicaciones sociales: una
respuesta pastoral, Ciudad del Vaticano, 1989.

122 X. Zubiri, El hombre dy Dios, 66-67 122.

123 Catecismo de la Iglesia Católica, 1930

124 Juan Pablo II, Redemptoris missío (7.12.1990), 59. Ver también el n. 15:

125 R. Flecha, , en Manual de Doctrina Social de la Iglesia, 259-275.

126 H. Vall, , en A. Galindo (ed.), Ecología y creación. Fe cristiana y defensa del


planeta, Salamanca, 1991, 237- 294.

127 D. H. Meadows, D. L. Meadows y J. Randers, Más allá de los límites del


crecímiento. Madrid. 1993.

128 III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Documento de


Puebla, 1072versión: 1.2.0

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Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

Anexo 7

“Las fuentes”, lección 24 del libro 40 lecciones de ética de Javier Darío Restrepo
(Mondadori, Caracas, 2006), pp. 147-152.

OBJETIVO

3. Generales:

El periodista llega al conocimiento de la mayor parte de los hechos que informa a


través de fuentes. Por tanto, es parte de su compromiso con la verdad la actitud
ante las fuentes y su correcto manejo. Esta lección debe dar claridad sobre esos
dos aspectos.

4. Específicos:

▪ Explicar por qué en el tema de las fuentes convergen lo ético y lo técnico


de modo que esta lección también podría encontrarse en las clases sobre
técnicas periodísticas.

▪ Seguir el proceso habitual del periodista para seleccionar sus fuentes y


destacar los pasos que son indispensables para hacerlo.

▪ Acompañar al periodista en el proceso de selección y crítica de los


materiales, para señalar las normas que rigen esa actividad.

▪ Discutir las razones que habitualmente se utilizan para ocultar el nombre de


la fuente, para precisar los casos en que debe darse.

CONTENIDO

1. En el tema de las fuentes convergen lo técnico y lo ético de un modo


significativo porque en cada detalle está presente el otro: o como fuente de
información; o como receptor de la información de la fuente; o como punto

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Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

de referencia o protagonista de la información que entrega la fuente, que el


periodista difunde y que llega a los receptores. Se puede decir que en esa
parte del proceso informativo la importancia que el periodista le da al otro se
convierte en un factor de calidad.

2. Las fuentes se seleccionan en función del buen servicio que, con su ayuda,
se le va a prestar al receptor de la información.

Por tanto, ha de mirarse la idoneidad de la fuente, esto es, su conocimiento


del tema de la información. Si esa idoneidad le consta al periodista también
debe tener en cuenta los intereses que puede tener la fuente en relación con el
tema y que pueden sesgar de alguna manera su información. La práctica de los
periodistas con mayor experiencia demuestra que la constante renovación de
fuentes es indispensable para garantizarle al lector una información lo más pura
posible.

3. El material que proporcionan las fuentes tiene que ser manejado de


modo muy parecido al que acostumbran los técnicos en los acueductos,
que al recibir en sus tanques el agua que viene de las fuentes la somete
a descontaminación, o con químicos o con medios mecánicos para
garantizarles a los consumidores que se trata de agua descontaminada.
Estas prácticas, como las del periodista, parten de una convicción: todo lo
que procede de las fuentes debe ser descontaminado. El periodista dispone
de distintas técnicas para descontaminar la información:

a. La confrontación con las versiones de otras fuentes, plurales y


diversas. No basta una fuente; deben ser varias. Ni sirve que sean
muchas pero del mismo lado, deben mirar el hecho desde distintos
ángulos.
b. Examinar su consistencia interna, contradicciones, incoherencias,
intereses, dependencias.
c. Ampliar la visión del tema con otra clase de fuentes: documentos,
fotografías, videos, libros, prensa, que pueden aportar otros datos o
plantear contradicciones o coincidencias.

164 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

4. En casos excepcionales, cuando la fuente puede correr peligro de perder


su vida o su trabajo, el periodista pacta el silencio sobre su identidad. Es un
pacto que debe mantenerse, aun si la fuente engaña al periodista, porque
cuando un periodista honra su palabra otras fuentes confiarán en ella. Lo
contrario, o sea la publicación del nombre de una fuente a la que se había
prometido secreto, vuelve poco confiable la palabra del periodista a los ojos
de otras fuentes. Lo normal es que el periodista no esté obligado por pacto
alguno y que el lector pueda conocer de dónde proceden todas y cada una
de sus informaciones.

EJERCICIOS

1. Investigación grupal o individual: encontrar y comparar los textos con los


cuales se hace referencia en varios códigos a la reseva reserva de la fuente.

• ¿Coinciden?
• ¿Se diferencian?

2. Trabajo en grupos (todos con los mismos periódicos)

En ejemplares de periódicos en circulación señalar los artículos de una sola


fuente, y los de varias y diversas fuentes.

3. Trabajo en grupos.

En los casos de artículos de una sola fuente:

• ¿Qué otras fuentes se debieron utilizar?


• ¿Por qué?

4. Discutir entre las opiniones surgidas cuando Jefree Mc Donald contó su


historia al periodista Joe Mac Ginnis. Mac Donald estaba en prisión acusado
del triple asesinato de su esposa y de sus dos hijas y confió plenamente en
Mac Ginnis. Este reportero, con tal de obtener la mayor información posible

165 MODALIDAD ABIERTA Y A DISTANCIA


Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

para su libro, fingió creerle al acusado a pesar de que estaba convencido


de su culpabilidad y así lo escribió en su libro. Visión fatal. El caso llegó
a los jueces por la demanda interpuesta por Mac Donald, quien se sintió
engañado. Y esto es lo que concluyeron varios periodistas:

• “El único control de la fuente sobre el periodista es decirle no desde el


comienzo; si usted no quiere que se escriba sobre usted o sobre sus
datos, diga no y el periodista se irá”, esto lo dijo Joe Mac Ginnis autor
del libro.

• “En periodismo la lealtad es hacia la verdad, no necesariamente


respecto de la fuente”, Ken Auletta columnista de The Daily News.

• “El mundo está lleno de gentes que no saben que los periodistas no
son sus amigos y si usted es periodista debe estar dispuesto a olvidar
la fuente con tal de encontrar su verdad” Nora Ephron, escritora.

• “El periodista nunca tiene la despreciable idea de colaborar con la


fuente, lo que el periodista quiere es escribir su historia”, Anthony
Lukas, periodista ganador de dos premios Pulitzer.

Discutir cuál de estas opiniones es la que más coincide con el común del grupo de
alumnos.

LECTURAS

Kapuscinski, Ryszard, Los cínicos no sirven para este oficio. Barcelona:


Anagrama, 2000, pp. 44, 45, 48, 49, 50.

Maria Nadotti: ¿Cuáles son las fuentes con las que trabajas y dónde las buscas?

Ryszard Kapuscinki: Las fuentes son variadas. En la práctica, hay tres tipos. La
principal son los otros, la gente. La segunda son los documentos, los libros, los
artículos sobre el tema. La tercera fuente es el mundo que nos rodea, en el que

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Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

estamos inmersos. Colores, temperaturas, atmósferas, climas, todo eso que


llamamos imponderabilia, que es difícil de definir, y que sin embargo es una parte
esencial de la escritura.

El problema principal hoy en día es que las dos primeras fuentes están creciendo
incesantemente. En cualquier parte a la que uno vaya, cada vez hay más
personas. La selección de personas que queremos como “material” para nuestros
reportajes es un asunto de elección que se lleva a cabo gracias a la intuición y
a la suerte. Y sobre esto es imposible dar alguna definición o formular alguna
receta.

Una de las cosas que resulta fundamental entender es que, en la mayor parte
de los casos, la gente sobre la que vamos a escribir la conocemos durante
un brevísimo período de su vida y de la nuestra. A veces vemos a alguien
durante cinco o diez minutos, estamos viajando a otra parte y a esa persona
no volveremos a verla nunca más. Por tanto, el secreto de la cuestión está
en la cantidad de cosas que estas personas son capaces de decirnos en un
tiempo tan breve. El problema es que las personas, en un primer contacto, son
generalmente muy calladas, no tienen ganas de hablar. Es una experiencia que
todos compartimos: es necesario cierto tiempo para adaptarse al otro. ¡Pero
esos escasos minutos a veces son los únicos que tenemos para hablar con una
persona! Para un periodista, si esos minutos transcurren en silencio o generan
una comunicación insatisfactoria, el encuentro es un fracaso. El éxito depende
entonces de situaciones que están fuera de nuestro control, casi de “accidentes”.

En nuestro oficio a menudo es necesario pretar mucha atención no tanto a las


cosas que nos llegan a través de la radio, de la televisión o en las conferencias
de prensa, como a lo que simplemente está a nuestro alrededor y que pertenece,
precisamente, a los imponderabilia.

Otro problema: cada uno de nosotros ve la historia y el mundo de forma


distinta. Si cada uno de nosotros fuera a un lugar donde está sucediendo algo y
quisiera describirlo, obtendríamos versiones completamente diferentes de esos

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Guía Didáctica: Ética Periodística ANEXOS

acontecimientos, cada uno los contaría a su manera. ¿A quién creer? ¿Cuáles


son los criterios?

(...) Nuestra memoria funciona como un mecanismo selectivo. Entrevistando a


personas distintas, tendremos relatos distintos de un mismo hecho. Tomemos
un experimento realizado por una gran escritora mexicana, Elena Poniatowska:
en la historia reciente de México sucedió un hecho muy trágico, la masacre
de varios cientos de estudiantes en Ciudad de México en 1968, en la plaza de
Tlatelolco. Poniato Wska escribió un libro – cuyo título precisamente es La noche
de Tlatelolco – que consiste en una pura crónica, sin ningún comentario, de ese
acontecimiento que ocurrió en aquella misma plaza, explicado, no obstante, por
cientos de las personas que asistieron. Pero, mientras Poniatowska escribió
un libro de quinientas páginas, para un periódico vosotros tenéis que contar
una historia en tres páginas, o bien hacer un reportaje de apenas un minuto
para la radio o la televisión. La selección de lo que tenéis que escribir está
completamente reservada a vuestra intuición, a vuestro talento y a vuestros
principios éticos. Podemos mentir sin pretenderlo sólo porque nuestra memoria es
limitada o los recuerdos son erróneos, o bien a causa de nuestras emociones.

MLGP/jclg/2013-03-06/103

PDF Interactivo: lfma/08-08-2013/102versión: 1.2.0

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