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Problemas de Conducta

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria


Hospital General Eugenio P’De Bellar
Postgrado de Pediatría y Puericultura

Problemas de conducta
en pediatría

Adjuntos:
Residentes 1:
Dra. Irene Garrido
Dra. Angerliet Suarez
Dr. Oliver Ascanio
Dra. Cassiel Requena
Dr. Jhon Canino

OCTUBRE 2023
El niño con problemas de conducta

Los niños van adquiriendo un gran número de habilidades a medida que crecen.
Algunas de estas habilidades, como, por ejemplo, controlar la orina y las
deposiciones, dependen principalmente del nivel de madurez de los nervios y del
cerebro del niño. Otras, como comportarse adecuadamente en casa y en la escuela,
son resultado de una interacción muy compleja entre el desarrollo físico e intelectual
(cognitivo) del niño, la salud, el carácter y la relación con sus padres, sus profesores y
las personas que lo cuidan.

1. Lo primero que debe hacer el pediatra es evaluar el problema de conducta del


niño, teniendo en cuenta su edad, su desarrollo, su contexto familiar y social, y
sus antecedentes médicos y psicológicos. Para ello, puede utilizar herramientas
como el Test de Detección Sistemática del Desarrollo de Denver II, que facilita la
evaluación de varios dominios del desarrollo. También puede realizar una
entrevista con el niño y sus padres, y observar su comportamiento en la
consulta.

2. Lo segundo que debe hacer el pediatra es identificar la causa o el factor


desencadenante del problema de conducta, que puede ser orgánico (p. ej., una
enfermedad, un dolor, una alergia, etc.), psicológico (p. ej., un trauma, un estrés,
una ansiedad, etc.), o ambiental (p. ej., un cambio, un conflicto, una falta de
estimulación, etc.). Para ello, puede solicitar pruebas complementarias, como
análisis de sangre, radiografías, audiometrías, etc., o derivar al niño a otros
especialistas, como psicólogos, logopedas, otorrinolaringólogos, etc.

3. Lo tercero que debe hacer el pediatra es intervenir sobre el problema de


conducta, ofreciendo al niño y a sus padres orientación, consejo, apoyo y
tratamiento. Para ello, puede utilizar diferentes estrategias, como la educación
sanitaria, la modificación de conducta, la terapia cognitiva, el entrenamiento de
padres, o el tratamiento farmacológico. La intervención debe ser multidisciplinar,
individualizada, precoz y continuada.

Conducta del pediatra ante algunos problemas benignos diarios:

 Anorexia: Se trata de la falta de apetito o rechazo a la comida, que puede deberse


a causas físicas o emocionales. El pediatra debe descartar cualquier enfermedad
que pueda afectar al apetito, como infecciones, alergias, problemas digestivos, etc.
También debe valorar el estado nutricional y el crecimiento del niño, y preguntar
sobre sus hábitos alimenticios y su relación con la comida. El pediatra debe
aconsejar a los padres que ofrezcan al niño una dieta variada, equilibrada y
adaptada a sus gustos y necesidades, que respeten sus señales de hambre y
saciedad, que eviten presionarle o castigarle por comer o no comer, que le den un
buen ejemplo con su propia alimentación, y que hagan de las comidas un momento
agradable y tranquilo.

 Onicofagia: Se trata del hábito de morderse las uñas, que suele estar
relacionado con el nerviosismo, la ansiedad, el aburrimiento o la imitación. El
pediatra debe explorar las uñas del niño y detectar posibles complicaciones,
como infecciones, inflamaciones, deformidades, etc. También debe indagar
sobre el motivo que lleva al niño a morderse las uñas, y sobre su estado
emocional y su autoestima. El pediatra debe orientar a los padres para que
ayuden al niño a dejar este hábito, ofreciéndole alternativas para canalizar su
tensión, como juguetes, chicles, etc., elogiando sus logros y progresos, evitando
criticarle o regañarle, y buscando soluciones conjuntas con el niño

 Llanto: Se trata de la expresión sonora del malestar, el dolor, el miedo, la


frustración, el enfado o la tristeza del niño, que puede variar en intensidad,
duración y frecuencia según su edad, su temperamento y su entorno. El pediatra
debe descartar cualquier causa orgánica que pueda provocar el llanto, como
cólicos, otitis, dermatitis, etc. También debe valorar el estado emocional y el
desarrollo del niño, y observar su interacción con sus padres y cuidadores. El
pediatra debe aconsejar a los padres que atiendan al llanto del niño, que le
ofrezcan consuelo, cariño y seguridad, que le hablen con calma y dulzura, que le
mezan o le canten, que le distraigan con juegos o cuentos, y que respeten sus
ritmos y sus necesidades⁴. Rabia: Se trata de la expresión de ira, enfado o
agresividad del niño, que puede manifestarse con gritos, golpes, mordiscos,
pataletas, etc. El pediatra debe descartar cualquier causa orgánica que pueda
alterar el estado de ánimo del niño, como problemas hormonales, neurológicos,
metabólicos, etc. También debe evaluar el desarrollo emocional y social del niño,
y explorar los posibles factores que desencadenan su rabia, como frustraciones,
celos, inseguridades, etc. El pediatra debe orientar a los padres para que ayuden
al niño a controlar su rabia, enseñándole a identificar y expresar sus emociones
de forma adecuada, ofreciéndole alternativas para canalizar su energía, como
deportes, juegos, etc., estableciendo límites y normas claras y coherentes,
evitando la violencia física o verbal, y reforzando positivamente sus conductas
apropiadas.

 Ansiedad: Se trata de la sensación de miedo, nerviosismo, preocupación o


angustia del niño, que puede interferir con su funcionamiento normal. El pediatra
debe descartar cualquier causa orgánica que pueda provocar la ansiedad, como
problemas respiratorios, cardíacos, tiroideos, etc. También debe valorar el nivel
de ansiedad del niño, y diferenciar entre una ansiedad adaptativa, que es normal
y transitoria, y una ansiedad patológica, que es excesiva y persistente. El pediatra
debe indagar sobre las posibles fuentes de la ansiedad del niño, como cambios,
pérdidas, amenazas, exigencias, etc. El pediatra debe aconsejar a los padres
para que ayuden al niño a superar su ansiedad, ofreciéndole apoyo, comprensión
y seguridad, escuchando sus miedos y preocupaciones, ayudándole a afrontar
las situaciones que le generan ansiedad, enseñándole técnicas de relajación,
respiración o autoinstrucciones, y evitando sobreprotegerle o minimizar su
problema.

 Masturbación: Se trata de la estimulación de los genitales del niño, que puede


ser consciente o inconsciente, y que suele estar relacionada con la curiosidad, el
placer, el aburrimiento o el estrés. El pediatra debe descartar cualquier causa
orgánica que pueda causar la masturbación, como infecciones, irritaciones,
parásitos, etc. También debe valorar el desarrollo sexual y psicológico del niño, y
detectar posibles signos de abuso o maltrato sexual. El pediatra debe informar a
los padres de que la masturbación es una conducta normal y frecuente en los
niños, que no tiene efectos negativos sobre su salud o su personalidad, y que no
implica una sexualización precoz o una desviación. El pediatra debe recomendar
a los padres que respeten la intimidad del niño, que no le repriman, castiguen o
avergüencen por su conducta, que le eduquen en valores y normas sociales, que
le ofrezcan información adecuada a su edad sobre su cuerpo y su sexualidad, y
que le proporcionen otras actividades que le distraigan y le diviertan.

Alteraciones o modificaciones de la conducta evolutiva

Para analizar las variaciones, alteraciones o modificaciones de la conducta evolutiva


del recién nacido, lactante, preescolar, escolar y adolescente, el pediatra debe tener en
cuenta los siguientes aspectos:

 La conducta evolutiva es el conjunto de cambios que se producen en el


comportamiento de las personas a lo largo de su ciclo vital, desde el nacimiento
hasta la vejez. Estos cambios están influidos por factores biológicos, psicológicos y
sociales, y se manifiestan en diferentes áreas, como el desarrollo cognitivo,
emocional, social, moral, sexual.

 Las variaciones de la conducta evolutiva son las diferencias individuales que existen
entre las personas de una misma edad o etapa del desarrollo. Estas diferencias
pueden deberse a la genética, el temperamento, el ambiente, la educación, la
cultura, etc. Las variaciones son normales y esperables, siempre que no afecten al
bienestar o al funcionamiento del individuo.
 Las alteraciones de la conducta evolutiva son los desvíos o desajustes que se
producen en el comportamiento de las personas respecto a lo que se considera
normal o esperado para su edad o etapa del desarrollo. Estas alteraciones pueden
deberse a causas orgánicas, psicológicas o ambientales, y se manifiestan en
diferentes áreas, requieren de una evaluación y una intervención adecuadas. Las
alteraciones pueden ser:
 transitorias o permanentes
 leves o graves

Las modificaciones de la conducta evolutiva son los cambios que se producen en el


comportamiento de las personas como resultado de una intervención o un tratamiento.
Estos cambios pueden ser positivos o negativos, voluntarios o involuntarios,
conscientes o inconscientes, y se pueden medir mediante diferentes indicadores, como
la frecuencia, la intensidad, la duración, la calidad, etc. Las modificaciones pueden
tener efectos a corto o a largo plazo, y pueden generalizarse o mantenerse en
diferentes contextos.

Para analizar las variaciones, alteraciones o modificaciones de la conducta evolutiva, el


pediatra debe utilizar diferentes técnicas, como la observación, la entrevista, el
cuestionario, el test, el registro, el análisis funcional, etc. El pediatra debe comparar el
comportamiento del niño o adolescente con el de sus iguales, con el de otras etapas
del desarrollo, y con el de sus expectativas o metas.

El pediatra debe identificar los factores que influyen en el comportamiento, tanto los
que lo favorecen como los que lo dificultan, valorar el impacto del comportamiento en el
bienestar y el funcionamiento del niño o adolescente, y en su entorno familiar, escolar y
social. Se debe establecer un diagnóstico, un pronóstico y un plan de acción, en
colaboración con el niño o adolescente, sus padres, y otros profesionales si es
necesario

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