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Articulo de Formacion Ciudadana y Valores de Fanny Moreno
Articulo de Formacion Ciudadana y Valores de Fanny Moreno
Articulo de Formacion Ciudadana y Valores de Fanny Moreno
RESUMEN
Citizens for this historical time must face various economic, political, social, cultural and
environmental situations, product of today's accelerated changes, especially ICT, which
are subject to a globalized world and the knowledge society; Under this scenario, the
objective of this research was to analyze the learning contents of the subject programs
that constitute the knowledge base of the Social Sciences and to identify the trends in
citizen training and education. The methodology was based on the qualitative paradigm
from the approach of hermeneutics (Cisterna, 2005), and content analysis (Porta and
Silva, 2003). Conclusions: the learning contents of the knowledge areas are totally
obsolete in terms of the political, economic, social and environmental reality of
Venezuelan society. Update the contents, skills and values for the development of a
different Venezuelan society from the one currently presented, to achieve the
development of a plural and democratic nation with high levels of technological and
scientific competence. The learning contents of the knowledge area do not develop
knowledge in terms of: information and communication technology, planetary
awareness, values of tolerance, respect and love, negotiation and conflict resolution,
culture of peace, citizen rights and duties, citizen participation, planning and citizenship,
cultural diversity, conception of a political-ideological, plural and democratic system.
INTRODUCCIÓN
Hoy día, los sistemas educativos y las instituciones educativas son provistos y
administrados por el Estado, puesto que ningún estado intenta establecer instituciones
educacionales que contradigan sus propósitos, valores e ideales y además el estado es
consciente que las instituciones educativas y sus sistemas apoyarán y mantendrán los
propósitos y creencias que tiene.
De allí que, la realidad social se construye socialmente desde la vida cotidiana, como lo
afirman Berger y Luckmann (1979), es la vivencia de los docentes en la escuela, cuya
actividad está cargada de rutinas y símbolos, construidos mediante acciones reciprocas
grupales y que conllevan a procesos de intersubjetividad que, a su vez sirven de
fundamento para la construcción de los saberes de quienes hacen vida social en
determinados contextos los cuales son vistos como espacios de prácticas donde los
sujetos llevan a cabo sus acciones y, al mismo tiempo constituyen el escenario de base
de la vida siendo sus actores protagonistas quienes pretenden perpetuar su orden
social.
De este modo, el mundo de la vida cotidiana no es una realidad privada, sino
intersubjetiva, y por consiguiente social, tal como lo explica Schütz (1973), tiene una
serie de consecuencias sumamente importantes para la constitución y estructura de los
bienes del conocimiento, por lo tanto frente a la relación sujeto y objeto, existen
ordenamientos subjetivos de significatividades que van evolucionando en situaciones
intersubjetivas, dentro de un ambiente de sentido socialmente determinado, donde se
incorporan elementos del conocimiento común del bien subjetivo que tienen origen
social, es decir son objetivados de las experiencias de los involucrados.
Dentro de este orden de ideas, Schütz (1977) señala que el mundo cotidiano es el
ámbito donde aplica la teoría de la acción, es decir, sus investigaciones nos hablan de
las relaciones intersubjetivas que realizan los actores sociales, donde el científico se
preocupa de la vida cotidiana y, al hacerlo, procede a investigar sociológicamente la
conciencia del actor que vive en ese mundo.
De esta manera, llama poderosamente la atención que el mundo de la vida cotidiana
del ser docente, está asociado a la vocación, a un sacerdocio, a un oficio o a un trabajo
que implica amorosidad, creatividad, competencia científica, capacidad de lucha por la
libertad y formación y capacitación permanente, debe tener humildad, sentido común,
valentía, tolerancia, decisión, seguridad, paciencia y alegría de vivir, sentido de relación,
ya que sin estos elementos el trabajo docente pierde sentido y significado social.
Por ello, las familias, la escuela, la sociedad y el estado son corresponsables en el
proceso de educación ciudadana y desarrollo integral de sus integrantes, expresándose
así el propósito puntual de la educación primaria venezolana (p.15). Sin embargo, a
pesar de estar fundamentado en las leyes y reglamentos de la República, en la
educación primaria venezolana, los valores como el respeto, la tolerancia y la
solidaridad, se observó poco interés para su transposición como saber escolarizado,
aunada a la incoherencia en el accionar por parte de algunos docentes entre lo
practicado al enseñar los valores.
Lo cual permitió inferir que esa ineficacia tal vez esté asociada a una concepción
tradicionalista y fragmentaria como guía de la acción pedagógica actual y lo axiológico
no escapa de su impregnación. No obstante, se ha planteado desde el currículo la
prioridad de transformación de lo educativo y se aboga por clases participativas con
pertinencia y contextualizadas a una realidad social concreta, donde se susciten unas
interacciones sociales diarias promotoras de la participación, creatividad e inclusión. De
tal manera, se garantice la producción de conocimiento y el estudiante sea el
protagonista de sus aprendizajes.
Dentro de esta perspectiva, la presente investigación estableció criterios empíricos,
teóricos y metódicos sobre la concepción del ser docente y de las representaciones
sociales que ellos tienen de la escuela y de la formación ciudadana, por lo tanto, la
escuela es un componente de la construcción social de la realidad y de subjetividades,
ya que busca desarrollar conocimientos, distribuir capital cultural, socializar saberes,
para
la formación ciudadana y construir representaciones sociales para el ejercicio de la
docencia y ciudadanía desde la participación democrática, así como también generar
integración de los actores sociales en las construcciones simbólicas sobre el significado
social de la escuela y la ciudadanía.
Por lo que, la presente investigación tiene como objetivo proponer la formación
ciudadana y los valores en los docentes del Colegio José Trinidad Morán, ubicada en
Barquisimeto, estado Lara; de modo tal, se rescate una educación en valores con
sentido para la vida, sobretodo en este tiempo de banalidades, puesto que se necesita
una educación de autoconocimiento; que ayude al ser a descubrir razones para vivir y
convivir feliz.
Dentro de esta perspectiva, se despliega a Schütz (ob.cit.), como otro teórico dentro de
esta investigación, el mismo explica el mundo social en todas sus dimensiones,
representa un cosmos muy complicado para las actividades humanas cuyas acciones y
sentimientos están en la base de todo sistema, por lo que se busca es la comprensión
de sus acciones y sentimientos para lograr entender el estado de ánimo que indujo al
hombre a adoptar actividades específicas hacia su ambiente social.
En este mundo social las actividades humanas están orientadas hacia las
idealizaciones y formalizaciones que representan la génesis del sentido que los
fenómenos sociales tienen para los actores, el mecanismo de la actividad mediante la
cual los seres humanos se comprenden unos a otros y a sí mismos.
A su vez, Schütz (ob.cit.), señala el mundo social, representado por los fenómenos
sociales puede ser descrito desde la personalidad social, desde el acto social, desde el
grupo social y desde las relaciones sociales, lo que significa que cada fenómeno social
puede ser estudiado bajo el esquema de referencia de la objetividad o subjetividad, es
decir que el estudio del mundo social deber ser abordado desde un marco de referencia
objetivo o subjetivo, sin embargo, es el mundo subjetivo el que debe ser mantenido en
todo su vigor porque de lo contario la teoría pierde su cimiento básico, ya que es el
elemento que remite al mundo de la vida y la experiencia cotidiana, significa entonces
que el punto de vista subjetivo es la garantía única, de que el mundo de la realidad
social no será reemplazado por un mundo ficticio e inexistente construido por el
observador científico.
En este sentido, se puede afirmar que la investigación estuvo orientada hacia el mundo
social de los docentes que desde su vida cotidiana y desde sus relaciones sociales
desarrolladas en la escuela van generando esquemas y significatividades asociadas a
la experiencia en el campo de la educación y de los signos y significaciones que los
docentes le dan al proceso educativo dentro de la escuela primaria, sus relaciones con
su semejantes desde la interacción y la intersubjetividad como elementos coadyuvantes
al desarrollo de las identidades docentes y a las identidades que tienen con la escuela
como espacio de socialización.
Estos elementos determinan el mundo social de los docentes que no es común a todos,
se concibe como el campo de acción y de orientación posible organizado alrededor de
ese mundo de vida docente que según sus esquemas, planes y significados derivan de
ellos, pero que ese mismo mundo social es el campo de acción de otras personas. Lo
que representa que el mundo social desde el comienzo es un mundo organizado y que,
mediante el aprendizaje, la educación, las experiencias y los experimentos de todo tipo,
los actores sociales adquieren cierto conocimiento del mundo y de sus instituciones.
Por lo que, conviene resaltar que lo dicho por Schütz (ob.cit) coincide plenamente con
lo señalado, por Bárcenas y Melich (1997) cuando afirman que la acción docente
constituye la construcción de la identidad del sujeto docente, quien desde el contexto
escolar se hace individuo, negocia sus diferencias con los otros docentes y construye
un marco común que le permite convivir en un espacio de la vida cotidiana como es la
escuela, además el docente, al construir definitivamente su identidad de ser docente en
el contexto educativo, logra consolidar significados sociales que le permiten configurar
un representación social de la escuela y de su yo docente desde el sentir, vivir y pensar
el mundo de la vida de ser docente y es por ello que el mundo de la vida de ser docente
coligado a la escuela permite configura formas de convivir, formas de relación e
interacción y formas de vivir la diferencia, el reconocimiento y la ciudadanía.
De manera que, el observador necesariamente deberá proceder a interpretar y a
reconstruir el sentido y los significados de ese mundo y de las propias interrelaciones
entre los actores. Este mundo de la vida cotidiana, mundo de sentido común, mundo de
la vida diaria, son las diversas expresiones que indican el mundo intersubjetivo
experimentado por el hombre en su actitud natural y que según el autor citado este
mundo ya existía, que tiene su historia y que se presenta de manera organizada.
Los valores cívicos según Ribera (2006), se construyen a partir de la relación de cada
individuo con su entorno cultural y familiar, sus experiencias de vida y su propia
capacidad de análisis, los valores cívicos permiten preparar a los sujetos sociales para
aprender a convivir y a profundizar los valores de la democracia, a partir del momento
que los individuos cultiven la autonomía personal, la voluntad, el respeto a la diferencia,
la aceptación de contrariedades y la disponibilidad al diálogo como una virtud y como
un método para las relaciones con los demás.
Autores como Pérez (2016), consideran que hay que introducir en el lenguaje colectivo
la referencia a los valores cívicos, desde la premisa de que es urgente su tratamiento
para la construcción de la comunidad, y para una vida personal plenamente respetuosa
con el entorno. El olvido de esta premisa es preocupante puesto que provoca una
concepción de la desvinculación de la comunidad, de la falta de respeto por los demás,
o del denominado abuso de los derechos. La ciudadanía ha de ser consciente de sus
derechos y deberes, de forma libre, crítica si cabe, pero de forma responsable,
participativa y solidaria.
CONCLUSIONES
Las realidades sociales no son sólidas estructuras, sino creaciones muy frágiles que
pueden quebrarse de diversos modos. Dada su fragilidad, las realidades sociales
pueden ser quebradas tanto por el etnometodólogo como por el profano, con la
diferencia de que el etnometodólogo puede forzar conscientemente esa disrupción para
estudiar el proceso de construcción de la realidad. La permeabilidad de la realidad
implica que las personas viven en diversos mundos sociales, pudiendo moverse de una
a otra realidad. Así, conductas que resultan reprensibles en un determinado contexto
social pueden ser aceptables en otro contexto distinto.
En este sentido, la fragilidad está asociado a la vulnerabilidad de la población inmersa
en el contexto educativo, producto de los cambios sociales, políticos económicos de
carácter local y mundial que hacen que los sujetos sociales sean más propensos a
padecer de los efectos relacionados con los cambios de la realidad social que pudieran
generar perturbaciones en la vida cotidiana de los docentes y los estudiantes, así como
también en el funcionamiento de las instituciones educativas.
Al respecto, se puede señalar lo indicado por Schütz (ob.cit.) existen varias órdenes de
realidades, tal vez un número infinito de ellos, cada uno de los cuales tiene su propio
estilo especial y separado de existencia, por eso existen múltiples realidades como el
mundo de los sentidos, el mundo de las cosa físicas, el mundo de la ciencia, el mundo
de las relaciones ideales, el mundo de la mitología y la religión y los diversos mundos
de la opinión individual, por ello lo real se encuentra en cierta relación con nosotros.
Esta situación planteada, por Schütz (ob.cit.) indica que el mundo de la vida es el
amplio horizonte que abarca la totalidad de la manera de experimentar o experienciar,
lo que constituye en el principal referente de la vida social y que el mundo de la vida y la
socialidad, representan la intencionalidad espontanea de la conciencia que orienta su
atención directamente a las cosas las cuales son aceptadas sin cuestionamiento.
Igualmente, Schütz y Luckmann (ob.cit.) sostienen el mundo de la vida entendido en su
totalidad, es un mundo natural y social, es el escenario y lo que pone límites a mi acción
y a nuestra acción recíproca. Para dar realidad a nuestros objetivos, debemos dominar
lo que está presente en ellos y transformarlos. De acuerdo con esto, no sólo actuamos
y operamos dentro del mundo de la vida sino también sobre él, es una realidad que
modificamos mediante nuestros actos y que, por otro lado, modifica nuestras acciones.
Por consiguiente, para Schutz y Luckmann (ob.cit.) el mundo de la vida no se restringe
solamente a la arena de las ejecuciones prácticas, el mundo de la vida constituye el
horizonte de todas las formas de realidad que las diversas actitudes vivenciales y
cognoscitivas pueden llegar a configurar y por eso, podemos pensar el concepto de
mundo de la vida tan ampliamente, que incluya todas las modificaciones de actitudes y
estados de alerta.
Todo ello conlleva a pensar que la realidad social de la escuela y la formación
ciudadana desde las representaciones sociales de los docentes, están sujeto a la
permeabilidad y fragilidad de la realidad social por las múltiples realidades que tienen
los docentes, producto de los fenómenos sociales inéditos que generan la disgregación
del tejido social de los educadores como consecuencia de las desigualdades
económicas y la falta de ingresos con perspectivas más amplia, y la ausencia de un
programa institucional que responda a las necesidades de los docentes.
REFERENCIAS
Morín, E. (2000). Los siete saberes necesarios a la educación del futuro. Caracas-
Venezuela: Edit. FACES/UCV.