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Educación Sexual Integral Con Perspectiva en Diversidad Funcional UNTER SIERRA GRANDE
Educación Sexual Integral Con Perspectiva en Diversidad Funcional UNTER SIERRA GRANDE
Educación Sexual Integral Con Perspectiva en Diversidad Funcional UNTER SIERRA GRANDE
en Diversidad Funcional”
Silvina Peirano
Profesora de educación especial (Reg. 881835). Especialista en sexualidad y diversidad funcional. Docente ESI (Educación Sexual
Integral) del Instituto Superior del Profesorado en Educación Especial (CABA). Ex-Capacitadora en Educación Sexual Integral;
Ministerio de Educación de la Nación. Co-directora del curso “Orientador/ra en sexualidad y diversidad funcional”.Docente de la
Diplomatura Superior “Sexualidad y discapacidad”, Universidad de Santiago del Estero. Docente del Diplomado “Discapacidad en lo
Social”. Universidad de la República del Uruguay. Trabajo Social.Docente del Diplomado de Postítulo Sexualidad y Terapia
Ocupacional” Facultad de medicina. Univ. Nacional de Chile. Ex directora de la diplomatura “Sexualidad con perspectiva en
Diversidad funcional”. Centro Universitario del Gran Rosario (Rosario, Santa Fe). Creadora de numerosos cursos de formación
presenciales y virtuales. Disertante y conferencista nacional e internacional.Creadora de “Mitología de la sexualidad especial” y
“SEX Asistent”. Directora del “Centro Julia Pastrana - Espacio de sexualidad”.
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CV extenso
FB I @sexespecial
formacionesidiscapacidad@hotmail.com
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¿POR QUÉ EDUCACIÓN INCLUSIVA?
Javier Romañach Cabrero
Enero 2012
Si tan contentos estamos de ser como somos, ¿queremos que haya más gente con diversidad funcional?
Tardé bastantes meses en darme cuenta de que era una pregunta completamente inútil. Es decir, una
pregunta trampa. ¿Queremos que salga el sol por las mañanas? Qué más da si queremos o no.
Simplemente pasa. Lo mismo ocurre con la diversidad funcional. Queramos o no, la diversidad funcional
existe, es una realidad incontestable de la que da fe toda nuestra historia.
Con el tiempo nos dimos cuenta de que no sólo existíamos las personas discriminadas por nuestra
diversidad funcional, sino que la diversidad funcional es inherente al ser humano y que nuestra
funcionalidad varía en función de nuestro crecimiento, el incontestable paso del tiempo. Por lo tanto, es
inevitable.
Lo que sí podemos evitar es la discriminación por esa diversidad funcional. Porque la discriminación es
una construcción social, no es inherente al ser humano, es una circunstancia construida por el tipo de
sociedad que hemos elegido. Una sociedad que no sabe qué hacer con nosotros mismos cuando
llegamos a mayores. La discriminación por diversidad funcional es segregación, apartheid, exclusión de
la comunidad; por eso construimos residencias.
¿Por qué demandamos educación inclusiva? Porque, si admitimos la segregación desde la educación y
desde la infancia, estamos aceptando de facto la segregación; nuestra propia segregación cuando
pasemos a ser discriminados por nuestra diversidad funcional.
Todos los seres humanos queremos lo mismo: que nos quieran, que nos acepten, estar con los demás.
Ese es el objetivo fundamental de la educación: la convivencia de unos con otros. Así lo estipula la
Declaración Universal de Derechos Humanos, y así lo estipula nuestra Constitución. Segregar en la
educación es ir contra ese principio, contra ese objetivo. ¿Cómo vamos a llevar una vida independiente
en la comunidad, con nuestra gente, si desde pequeñitos se nos aparca en sitios especiales?
La segregación educativa no es nueva: se hizo con las mujeres, se hizo con los negros en Estados
Unidos y en Sudáfrica, se ha hecho con todos aquellos seres que han sido considerados inferiores.
Nuestro cambio de paradigma consiste en que no nos sentimos inferiores, simplemente somos diferentes
y queremos que se trate esa diferencia como hemos hecho con el resto de colectivos: con la convivencia;
empezando desde la infancia, que es donde se aprenden los valores de una sociedad.
Yo fui educado en un colegio de manera que nunca conviví con ningún tipo de diversidad. Por ello, me
cuesta más adaptarme a la realidad actual en la que la diversidad de religiones, razas, culturas,
funcional, orientación sexual, género, etc. está por todos lados. Si hubiera crecido en ese entorno, si
hubiera estudiado con gente diferente, la convivencia con la diversidad no representaría ningún problema
y ni siquiera harían falta los Derechos Humanos ni la Constitución porque a todos mis compañeros les
hubiera pasado lo mismo.
No me parece ni remotamente tan relevante cuánto se aprende en el colegio, ya que saber mucho te
puede dar herramientas para sobrevivir en una sociedad utilitarista y capacitista como la nuestra, pero no
tiene por qué contribuir a que seas más feliz. Y nuestro punto de partida es que los seres humanos
deberíamos tener la oportunidad y el objetivo de ser felices, no capaces. Feliz se puede ser en cualquier
circunstancia de la vida, pero es imposible que seas siempre capaz.
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INTRODUCCIÓN
ALEGORÍA DEL DESEO
Como en un viaje a Ítaca, en el que lo que importa es disfrutar del camino sin olvidar
la meta; compartir la invitación a recorrer la “Mitología de la sexualidad especial”, se
fundamenta en la necesidad de deconstruir las certezas respecto del constructo
sexualidad especial, en referencia a lo que se ha denominado el sexo de los
discapacitados.
Los intentos por negar la diversidad como un hecho humano, resultan decisivos al
momento de naturalizar la diversidad funcional como una identidad dolorosa y difícil de
sobrellevar, a la que se impone la vergüenza por ser poseedor de un cuerpo que se
enseña a ocultar, al igual que los intereses sexuales. Aplicar la Perspectiva en ESI y
diversidad funcional puede permitirnos superar la mirada punitivista y cientificista que
hemos depositado sobre los cuerpos diversos, tensionando los estereotipos impuestos
al colectivo.
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Detenidas, en el mejor de los casos, en la infancia -y de allí la construcción aniñada
de su sexualidad- una mayoría considerable de personas con diversidad funcional, se
han auto construido pensando en el sexo como un espacio de privilegio (sólo) para
quienes no presentan dicha condición. Así, la negación de la propia sexualidad se
ritualiza cuando toma contacto con la identidad discapacitada: lo que para todes es
sencillamente sexo o educación sexual, para muchas personas con diversidad
funcional se concibe como una forma de sexoterapia o protocolo de actuación o
abordaje, que se suman a la abultada lista de tratamientos rehabilitatorios.
Por ello, nos preguntaremos por procesos de transversalización tales como: ¿Qué
sucede con las niñas, adolescentes y mujeres con diversidad funcional?. ¿Cómo
transcurren las vidas de personas con diversidad funcional que son pobres, o son
lesbianas, o presentan diversidades funcionales consideradas graves?. ¿Su situación
es muy distinta a la de una mujer obesa, un joven privado de su libertad, un adulto
mayor que vive en una residencia o una trabajadora sexual?. ¿Qué rol tienen la
escuela y les docentes en estos procesos?. ¿La ESI resulta un recurso para la
inclusión de les alumnes o pacientes con diversidad funcional y, si es así: dónde y para
qué se les incluirá, y quienes serán les responsables de garantizar tales fines?.
Sin olvidar los derechos universales que deben enmarcar las reivindicaciones de
aquellos colectivos que históricamente han tenido que dar fe de su equidad sexual,
intentaremos dar respuesta a si la sexualidad es un derecho (o mucho más que eso), y
para quienes.
Las personas con diversidad funcional son seres sexuados como cualquier otro, y no
personas que deben aprender una sexualidad diferente. La tentativa de estudiar
aisladamente la estructura de un sujeto con discapacidad, además de no ofrecer
resultados útiles y significativos, conlleva el riesgo de potenciar la variante de la
deficiencia por sobre la personalidad e identidad toda.
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La problemática sexual de las personas con diversidad funcional no puede ser
separada de la “problemática” (no como conflicto a resolver, sino como construcción)
sexual en general. Debe regresar al terreno sexual del que nunca debió haber salido,
dejando el campo exclusivo de lo pedagógico (aquello que se supone, nosotres
debemos enseñarles a elles), por la creación de ámbitos propicios, integrales e
inclusivos, que les doten de herramientas para desarrollar el acceso a una sexualidad
sana y placentera; tal como cada quien la concibe o fantasee.
Silvina Peirano
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EDUCACIÓN EN SEXUALIDAD(es)
La educación en sexualidades continúa siendo una asignatura pendiente, más aún
cuando se hace referencia a la sexualidad de personas con diversidad funcional.
Señalándolo, sólo estamos contribuyendo a mencionar la evidencia y a sostenerla
donde hemos decidido acotarla: en las “asignaturas pendientes por problemáticas”;
justificando nuestra falta de compromiso respecto de éstas.
Sin embargo, no todes tenemos este derecho reconocido de igual manera, por lo que
considerar la Educación como un Derecho Universal, no puede obviar el hecho
educativo y la diversidad que éste implica. Desde el concepto de Educación inclusiva,
tomando lo expresado en la Convención Internacional por los Derechos de las
personas con Discapacidad (Art. 24: Educación), a lo que sumaremos los aportes
de Ley de Educación Sexual Integral (ESI. Ley 26.150. Argentina, 2006), y los
aportes del Modelo de la Diversidad Funcional, procuraremos construir y brindar una
ESI con Perspectiva en Diversidad Funcional. Una Educación Sexual Integral
inclusiva, ampliada y de equidad. Una Pedagogía Sexual abierta y responsable con las
realidades humanas no hegemónicas.
La ESI debe ser un recurso para encaminar los objetivos y propósitos en dirección a
que todas las personas aprendan a conocerse y a expresar su sexualidad de manera
(auto)satisfactoria. Desde este marco, si propiciamos el educar y prestar apoyos a las
sexualidades de las personas con diversidad funcional, y dar respuesta a sus
demandas en lo que a la vivencia de su sexualidad se refiere; ello implica plantearnos
los mismos objetivos, prestando apoyos específicos e individualizados conforme a la
diversidad de cada quien, con la frecuencia e intensidad que se requiera, según su
edad y sus circunstancias. Nada que no se considere ya, en relación a otres
educandes, sin intuírles por ello; especiales.
Propiciaremos:
.Educar en sexualidad/es y no la sexualidad, comprendiendo que el mundo y nuestras
vidas (todas las vidas) resultarán más vivibles y menos precarias, cuando podamos
impregnarles la potencia que nos brinda la sexualidad. El motor que supone la ética
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solidaria de encontrarnos y comprender/nos para romper el silencio; constatando que
toda educación es sexual y por ello, en sí misma, un acto de amorosidad.
.El objetivo de toda educación sexual es propiciar el “estar bien consigo misme”, en su
cuerpo y en sus relaciones con les otres.
Nos damos cuenta, por lo tanto, que el tema de la sexualidad es una cuestión ética.
Es decir, está relacionado con el reconocimiento que este “otro-discapacitado”
pueda vivir según sus deseos y, está relacionado también, con el hecho de
reconocer al otro su estatuto de sujeto. En este sentido detrás de cada una de las
negaciones y represiones sexuales dirigidas a las personas con discapacidad está
en juego el reconocimiento de dicho estatuto de sujeto.
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No es exagerado afirmar que posiblemente a través del deseo y los
comportamientos sexuales de las personas con retraso mental toda la democracia
y la modernidad quedan interrogadas. (...) Podríamos pensar que si bien las
personas con discapacidad entraron ya hace dos siglos en el registro de lo
humano, actualmente continuamos preguntándonos “qué hacer” con su sexualidad.
Tal vez no haya una única respuesta, ni ésta pueda darse desde un solo marco
conceptual. Históricamente la “no” educación sexual que se ha impuesto a las personas
con diversidad funcional, ha tenido como única finalidad conseguir que no se despierte
su impulso sexual. De allí que, o bien se prohíbe expresamente, o se actúa como si no
existiese. Sin embargo, este negacionismo del hecho sexual es sólo en apariencia, ya
que el miedo está presente y surge con toda intensidad cuando hay alguna situación
que irrumpe y se considera relacionada con “los problemas” que acarrea la sexualidad.
Si hiciésemos un análisis de las diversas situaciones que llevan a no iniciar algún tipo
de intervención en ESI, podríamos enunciar un mito que engloba al resto: Las
personas con diversidad funcional no necesitan educación sexual, por lo que el
analfabetismo sexual continúa siendo un obstáculo enorme, y muches corren el riesgo
de sentirse excluídes al comprobar que sólo el silencio y hasta el misterio, ocupan
toda cuestión relativa a su sexualidad, pero no les involucra.
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No controlan sus impulsos.
.Incitación a conductas sexuales, desbordes, embarazos y abusos; o enfrentarlas
con sus limitaciones en materia sexual
.El temor a una eventual consecuencia: rechazo u oposición de las familias y
grupos sociales y/o religiosos.
.Carencia de recursos teóricos y técnicos adecuados por parte de les docentes.
.Miedo a equivocarse, a no tener respuestas o no saber cuánta información
brindar.
.La dificultad de abordar el tema por parte de familiares, docentes y
profesionales de la salud debido, en parte, a la confusión existente, el
desconocimiento sobre la temática, la historia psicosexual personal, etc; y la
falta de consensos entre estes.
.Temor a abusos sexuales.
.Falta de una normativa legal institucional que apoye, avale y promueva la
educación sexual.
.Definir responsables o “a quién le toca” la educación sexual.
.Falta de recursos teóricos y prácticos en ESI, que se adapten a cada tipo o
grado de discapacidad.
.Otros
No existen particularidades eróticas en las personas con diversidad funcional más allá
de la diversidad erótica humana en general. Lo que sí pueden presentarse, son
particularidades que no debemos considerar como aspectos especiales a tener en
cuenta (grado y tipo de discapacidad), y sí como singularidades biográficas, que no son
excusas necesarias y de impacto negativo para no implementar una propuesta en ESI.
Un adecuado programa de educación sexual, brindado a personas con y sin diversidad
funcional, abarca no sólo la información biológica y anatómica, sino información sobre
sentimientos, comportamientos, autoimagen, valores y actitudes de vida. No se debe
esperar, ni es propósito de la educación sexual, lograr una desaparición de las
manifestaciones, deseos o intereses sexuales.
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personas con diversidad funcional, ser y comportarse como individuos sanos
sexualmente, en una sociedad insalubre en materia sexual?. La mejor manera de
conocer los sentimientos y necesidades de las personas con diversidad funcional, es
recurrir a ellas mismas, ya que conforman la mejor fuente de información.
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manera significativa para las personas a las que están dirigidos, y resulten funcionales
a su vida cotidiana.
PROCESOS DIDÁCTICOS
Veamos un ejemplo que clarificará los diálogos anteriores: Juan tiene 18 años de
edad, concurre a un taller protegido, donde realiza tareas de armado de cepillos. La
familia consultan si es necesario “iniciarlo sexualmente”, ya que se masturba
diariamente. Esta situación les indica a ellos que su hijo necesita una “descarga
fisiológica”.
A Juan se le ha adjudicado una edad mental aproximada de 8 o 9 años, y realiza
actividades laborales asignadas de acuerdo a la misma. La inquietud de sus familiares,
es la de padres de un varón de 18 años con un desarrollo evolutivo sin diversidad
intelectual.
Uno de los objetivos fundamentales de la ESI es ayudar a que cada persona adquiera
conciencia de su propio cuerpo y de sus movimientos emocionales, para poder
escuchar sus deseos y ser responsable de sus relaciones. Pero: ¿cuál es en este
proceso, la tarea y el alcance docente y de la escuela?.
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relata:
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La ESI brindada a personas con diversidad funcional debe ir en consonancia con un
trabajo comunitario que favorezca la toma de decisiones, así como la promoción de la
vida independiente, cuestionando tanto los cordeles de la sobreprotección, como el
abandono por parte de los Estados y sus organismos, agentes públicos y/o familiares.
Como profesionales, tenemos la responsabilidad de conocer y ofrecer recursos
pedagógicos que consideren el contexto, las necesidades de las personas con las que
trabajamos y las metodologías más convenientes para cada una de ellas o el grupo,
promoviendo estrategias de autocuidado de la salud sexual que mejor respondan o se
“adapten” a las mismas; y no adaptando a las personas a nuestra falta de recursos.
La vulneración del derecho a recibir ESI, así como información en salud sexual y/o
reproductiva, tiene como resultado ya conocido -y no por ello revertido- la sistemática
negación del derecho al placer, a la expresión sexual y afectiva, a la intimidad, a la
privacidad, y un largo etcétera. El acotado acceso a la ESI, restringe la falta de
oportunidades para aprender a relacionarse sexual y afectivamente, aumenta la
vulnerabilidad de las personas ante, por ejemplo, las infecciones de transmisión sexual,
los embarazos no deseados, así como las violencias sexuales e institucionales.
También puede generar efectos negativos como conflictos entre los deseos y las
normas sociales, frustraciones, represión; en definitiva, impide un desarrollo adecuado
y libre de la sexualidad y de la propia vida.
Han existido, y coexisten -así como sucede con los diversos modelos en
discapacidad- diferentes modelos de acercamiento a la educación sexual: represivos,
ideológicos, preventivos, etc. Estos modos, que pueden denominarse Enfoques o
Modelos conceptuales no son neutros ya que reflejan distintas maneras de pensar y
significar la sexualidad, y que derivan en diferentes acciones de educación sexual en la
escuela.
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construcción social. La concepción de las personas con diversidad funcional como
discapacitadas, constituye el origen de la exclusión y la discriminación de las personas
que no encajan en los parámetros corporales o intelectuales considerados esperables.
La ESI con Perspectiva en Diversidad Funcional debe cuestionar la ficción de la
normalidad y la autosuficiencia, mostrando la vulnerabilidad como elemento
común que nos une a todas las personas, desde el cual también es posible
construir agencia y empoderamiento en relación con nuestras sexualidades, y
alianzas con otros cuerpos y funciones.
Reivindicar desde la ESI a las personas con diversidad funcional como ciudadanes de
derechos implica dejar de concebirlas como portadoras de un problema individual.
Implica reconocer que la mayoría de las limitaciones a las que se enfrentan están
vinculadas a procesos económicos, sociales y culturales, enraizados en el capacitismo,
que han convertido las diferencias físicas y/o psicológicas en un motivo para
considerarlas ciudadanes de segunda.
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amplifica el machismo y viceversa y, a su vez, como muchas personas con diversidad
funcional, son excluidas por otras diversidades o movimientos. Genera referentes del
propio colectivo, autogestivos y críticos a la normatividad corporal y los cánones de
belleza, defendiendo todos los cuerpos como cuerpos deseables y deseantes.
Todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los
establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las
jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y
municipal. A los efectos de esta ley, entiéndase como educación sexual integral
la que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos.
“Una dimensión fundamental del hecho de ser humano, que se expresa en forma de
pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, actividades,
prácticas, roles y relaciones. La sexualidad es el resultado de la interacción de
factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o
espirituales.En resumen, la sexualidad se practica y se expresa en todo lo que
somos, sentimos, pensamos y hacemos”.
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de “relaciones sexuales”. Durante mucho tiempo, se entendió que hablar de sexualidad
era posible recién en el momento en que les niñes dejaban de serlo. Esto era así, entre
otros factores, porque el concepto de sexualidad estaba fuertemente unido (sólo) al de
genitalidad. Desde esta mirada, la educación sexual en la escuela se daba
preferentemente en la educación secundaria -en particular, durante las clases de
biología- y priorizando temas como los cambios corporales en la pubertad o la
reproducción humana.
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No son simples categorías temáticas que separan los contenidos curriculares de la
ESI, sino herramientas conceptuales al servicio de la integralidad de las propuestas
pedagógicas o de intervenciones de profesionales o equipos de orientación.
.Les docentes no tenemos que pedir permiso a las familias para brindar ESI, porque no
se trata sólo de una clase aislada, de un día o un tema, pero a la vez, tenemos la
responsabilidad de informarlas y hacerlas participes de la educación sexual de sus
hijes.
.Contamos con diversos materiales y recursos: Cuadernillos por nivel o ciclo, videos,
láminas, folletos, revistas, etc., creados por el Programa Nacional de Educación sexual
Integral, que se fundamentan en los contenidos y temas plasmados en los
Lineamientos curriculares.
Tal como lo hemos planteado, la perspectiva que nos lleva a proponer una ESI con
fundamentación en diversidad funcional, no avala en ningún caso la restricción una
educación sexual “especial”, si por ella entendemos recortar los contenidos a brindar o
no, “bajar” el nivel y calidad de la propuesta o, lo que es lo mismo, ofrecer una ESI que
no responde a las edades, inquietudes y realidades de las personas con diversidad
funcional.
Propiciaremos así, una ESI identitaria, que tome y ponga en valor realidades y
situaciones específicas de estudiantes con diversidad funcional, docentes, instituciones
y familias. Una propuesta pedagógica que no sólo relate las inequidades y logros
dentro del ámbito escolar, sino que las tome como contenidos jerarquizados de la
educación sexual que brinda.
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POSIBLES EJES DE LA ESI CON PERSPECTIVA EN DIVERSIDAD FUNCIONAL
Finalizando este apartado, avanzaremos algunos de los temas, que trabajaremos en
posteriores encuentros, todos ellos contenidos que la ESI toma en sus lineamientos, a
los que les aplicaremos las especificidades que las perspectiva en diversidad funcional
nos invitan a interseccionalizar:
2- La Enseñanza de la ESI
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.El desarrollo curricular
¿ESI especial?. Selección y adaptación de contenidos.
“Que el alumnes logre”. ESI de calidad, y accesible. Otros
Ejs: sólo las aulas del primer piso son accesibles, los espacios de ocio y trabajo grupal
no lo son. Para acceder a la cantina y el kiosco hay que atravesar varios desniveles, la
cartelería es totalmente "visual".
.Qué espacios para lo privado y para lo público están garantizados para alumnes y
docentes. ¿Propician la independencia o el aislacionismo? ¿El control, los cuidados
necesarios o los prohibicionismo institucionalizados?.
Ej: alumnes que requieren o desean estar soles procurando silencio o menor
compañía; o que se les abandona. Que desean estar con un amigue o pareja, que
necesitan autoestimularse, etc. ¿La higiene o cambiado se realiza en lugares que
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garantizan la privacidad corporal?.¿A quién le toca el cambiado o higiene?.
Ejs: consultar a les alumnes de qué manera quieren ser saludades por les docentes,
qué lugar ocupan en la fila les alumnes que se desplazan en silla de ruedas, etc.
Ej: enviar a les alumnes a hacer "eso" (masturbación) al baño, sin ofrecer
acompañamiento e información, etc.
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bajo el lema: “conductas o aprendizajes socioafectivos esperables”. Entonces, no se
brinda educación sexual, sino que se “educa la sexualidad” del otro/a. Se enseña a
familiares y profesionales cómo debe reaccionarse frente a dichas expresiones, por lo
que la lucha (en tanto enfrentamiento) continúa; esta vez bajo el manto de la educación
sexual entendida como adoctrinamiento. Si todas las conductas son previsibles,
controladas y encausadas, desaparece mágicamente el temor ante el crecimiento y
desarrollo físico y sexual de las personas con diversidad funcional; que "justifica" las
medidas adoptadas para garantizar la protección y control.
La existencia de las personas con diversidad funcional, parece estar signada por la
forma universal del sufrimiento. La respuesta cultural frente a la discapacidad revela la
influencia del cuerpo de creencias de la cultura judeocristiana. Las ideas sobre el
castigo, la culpa, la prueba de fe, el sufrimiento; siguen estando presentes frente a la
explicación de la diversidad y el “padecer” que ésta supone. La Teoría de la tragedia
personal se impone por sobre la opresión social. Se depositan todas las culpas en el
“discapacitado” y se avala el constructo social de impedimento displacentero.
Nada más lejano al placer y el goce sexual que el dolor físico y emocional adjudicado
a quienes construimos como seres dolientes.
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suprimido. El primer mecanismo es la infantilización. Es bien sabido: los niños no
tienen relaciones sexuales.
Es una creencia popular que la persona con discapacidad pierde, o lo que es peor,
nunca tuvo función sexual. Este hecho entorpece su proceso de descentralización de la
sexualidad, limitando la expresión de la misma al autoerotismo rígido, no por elección o
gratificación personal, sino como parte del proceso de aislamiento que requiere la
asexualización. Nuestra cultura produce modelos de ángeles asexuados, a quienes se
les enseña la castidad y la soledad, como el inevitable destino que le espera a la
persona con discapacidad. La “abstinencia” se asocia a la discapacidad como la opción
heroica del ángel.
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La sociedad occidental ha desarrollado una férrea desconfianza hacia la sexualidad en
general, y en particular hacia aquellas sexualidad que aparecen claramente “fuera de la
norma”. Desde esta concepción, el deseo sexual es un instinto o fuerza peligrosa que
podría alienar aún más a la persona con discapacidad. Cómo veremos, este rol de
hipersexuación es el que suele justificar políticas intervencionistas, represivas,
medicamentosas y, desde luego: justifica la inoperancia familiar, social e institucional en
educación sexual.
“Si les hablamos del tema, esto será un descontrol”, suele oírse con más frecuencia de
la imaginada, y no sólo en los ámbitos “especiales”. La sexualidad se presenta como
algo a resolver (problema), por un experto, que traerá la cura mágica a las conductas
disolutas e inadecuadas a nivel sexual; así como técnicas para dirigir o educar las
manifestaciones sexuales y, fundamentalmente el modo de sostener y justificar el
modelo de disciplinamiento imperante.
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ellos relacionados con la sexualidad y el placer-, desde el nacimiento y durante toda su
vida; por lo que el sexo es un lujo que parecen no poder permitirse.
.No son atractives sexualmente. El atractivo sexual, y el sólo poder acceder a una
relación con otra persona con “iguales características” es consecuencia de relacionar
un cuerpo considerado perfecto con el interés en materia sexual, que hace mención al
conocido lema “mente sana en cuerpo sano”, lo que supone que las dificultades física
o intelectuales, generan indefectiblemente incapacidad sexual.
.Hay una manera correcta y una manera incorrecta de tener relaciones sexuales,
por lo que las personas con discapacidad no acceden al sexo.
Suele pensarse que el sexo debe ser espontáneo y genital y que por ello las personas
con discapacidad no pueden tener un “sexo real”.
Si bien es cierto que no todas las persona o parejas con diversidad funcional pueden
correr por la playa, rodar en la arena con música de fondo y tener un jugueteo sexual
sin despeinar su cabello, es igualmente cierto cierto que no todos desean manifestarse
sexualmente de ésta manera. La mayoría de nosotros tenemos relaciones sexuales
incómodas y torpes. Por lo tanto, pretender que hay un "verdadero" tipo de relaciones
sexuales, y de lo contrario, no se puede jugar el juego, es simplemente falso.
.Las personas con diversidad funcional son una mala opción para parejas
románticas: a quienes conforman pareja con otras personas con discapacidad, se les
suele llamar "nobles", como si el sólo hecho de no presentar una aparente o visible
discapacidad y “aceptar las diferencias de la pareja”, los convirtiese en un gran partido.
Vivir con una discapacidad no significa que se contribuya en menor a una relación, ni
que se esté en situación de desventaja o dependencia de ésta.Las relaciones humanas
implica siempre un compromiso de equidad.
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silla de ruedas sus relaciones con las mujeres eran en general más abiertas y relajadas
porque “dejó de ser una fuente de peligro”. La silla lo “invalidaba”. Aparece el amor
platónico y/o fraternal, por lo tanto, la persona con discapacidad se siente como un
monstruo sagrado e intocable, una extraña criatura que se adora de lejos. Su cuerpo
es un santuario dedicado al culto de la virginidad.
A los ojos de los puristas, la castidad conyugal de las personas con discapacidad está
representada por el matrimonio. Suele citarse como casos ejemplarizantes, el
“casamiento” de personas con discapacidad, pero escasamente se habla de
convivencia, parejas, matrimonio igualitario o relaciones ocasionales; lo que confirma la
regla: la discapacidad (como concepto limitante) nos iguala en falta de derechos.
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BIBLIOGRAFÍA Y RECURSOS
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MATERIALES ESI
RECURSOS IMPRESCINDIBLES
Web Programa Nacional ESI
Ley 21.150 Educación sexual integral
Marco normativo
Lineamientos curriculares
Guía para el desarrollo de la ESI
VIDEOS GENERALES
CANAL de VIDEOS
Video institucional
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INICIAL
Láminas
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CUADERNILLO
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Láminas
Video ESI Secundario (Rosario)
Video ESI Secundario (Paraná)
Video ESI Secundario (Neuquén)
Salud Sexual y reproductiva desde la mirada de los/as adolescentes
CUADERNILLO
Revista: Cambios que se ven y se sienten.
Educación sexual integral.Para saber más sobre la pubertad
JÓVENES y ADULTOS
Recursos
Videos
CUADERNILLO
FAMILIAS
Revista para charlar en Familia
Video para charlar en familia
Video “Familia” (Canal Encuentro)
Familias, escuela, comunidad: vínculos educativos
Herramientas para interpretar y actuar frente
a los cuestionamientos hacia la ESI en las
escuelas
EDUCACIÓN ESPECIAL
Cuadernillo “Es parte de la vida”
Libro Sexualidad sin barreras
Lámina sensibilización educación especial
Recreaciones auditivas de láminas ESI
Video: “Para charlar en familia” (en lengua de señas)
Video Formosa Educación especial/discapacidad intelectual
Video Lanús Educación especial/Escuela de ciegxs
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Falsas creencias
Serie de videos: Queremos saber
Serie de videos: Canal encuentro
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Serie de videos: ¿Y ahora qué?
Embarazo no intencional en la adolescencia / Plan ENIA
EDUCAR EN IGUALDAD
Guia orientaciones
Educar en igualdad
Video 1
Video 2
Maltrato infantil. Orientaciones para actuar desde la escuela
Video: Amores sin violencia
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