Peru">
Revalorando Nuestras Raíces Desde El Andar Con Arguedas
Revalorando Nuestras Raíces Desde El Andar Con Arguedas
Revalorando Nuestras Raíces Desde El Andar Con Arguedas
Por otro lado, es claro que Arguedas mantenía una lucha interna donde
se percibió incapaz de hacer lo que más amaba, y la desazón lastimera de no
poder contribuir a su patria, lo llevó a juntar sus latidos con la tierra que
anhelaba. Porque, al final, el encuentro de dos mundos era la propia vida de
Arguedas, nacido de padre diplomático peruano y de madre indígena de la
región andina. Aun así, él se adentró en el mundo indígena, colocando allí su
corazón. «Yo no soy un aculturado; yo soy un peruano que orgullosamente,
como un demonio feliz, habla en cristiano y en indio, en español y en
quechua», fragmento del discurso No soy un aculturado (1968). Estas palabras
del propio Arguedas nos demuestran que la interculturalidad enriquece nuestra
identidad y la fortalece.