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Evaluación I Pensamiento Keynesiano
Evaluación I Pensamiento Keynesiano
Evaluación I Pensamiento Keynesiano
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Uno de los postulados más discutidos en la epistemología económica es el concepto del 'hombre
racional'. La racionalidad es el fundamento de numerosas teorías económicas que presuponen que
los individuos siempre buscan maximizar su utilidad. Este supuesto se utiliza como una lente
epistemológica a través de la cual se modelan las decisiones económicas. Sin embargo, el enfoque
de la "racionalidad perfecta" ha sido cuestionado debido a su falta de correspondencia con la
conducta humana real, como se ha evidenciado en estudios de economía conductual. La
percepción del "hombre racional" en economía representa una idealización que, aunque útil para
ciertos modelos, puede carecer de aplicabilidad universal.
Asimismo, el concepto de 'hombre racional' puede servir como un punto de partida para el
desarrollo de modelos más sofisticados que incluyan factores como la incertidumbre, la
información asimétrica y los impulsos psicológicos. Reconocer las limitaciones de un paradigma
basado en la racionalidad completa podría permitir el surgimiento de enfoques epistemológicos
más robustos que capten la complejidad de la conducta humana en entornos económicos.
Dentro del marco materialista, es relevante discutir la objetividad con la que se pueden evaluar las
condiciones económicas. Esta visión a menudo limita las variables consideradas a elementos
cuantificables, como la producción, el consumo y la acumulación de capital. Esto excluye factores
menos tangibles pero igualmente cruciales, como la justicia social, el bienestar y la sostenibilidad
ambiental, que a menudo son relegados a un segundo plano en discusiones económicas.
Además, una interpretación materialista de la realidad puede llevar a una visión reduccionista de
las interacciones humanas y sociales. Este reduccionismo puede oscurecer la comprensión de
cómo se entrelazan los aspectos sociales, culturales y económicos en una red compleja que afecta
tanto la organización de los sistemas productivos como la distribución de recursos y poder en una
sociedad.
Un tema espinoso en la epistemología económica es el sesgo de confirmación hacia la economía
de mercado. La narrativa predominante en muchas instituciones y entre numerosos economistas
se inclina hacia el libre mercado como el sistema más eficiente para la asignación de recursos. Este
sesgo puede deberse a factores tanto ideológicos como empíricos. No obstante, el sesgo de
confirmación afecta la objetividad en la evaluación de datos y puede limitar la exploración de
alternativas económicas.
Por otro lado, la eficiencia de mercado, a menudo elevada a un ideal, puede ser un concepto
engañosamente simplista. Es vital considerar si el mercado está equipado para abordar problemas
como externalidades negativas, bienes públicos y fallos de mercado. La epistemología económica
debe ir más allá de la economía de mercado para considerar una gama más amplia de estructuras y
sistemas que puedan ofrecer soluciones a problemas complejos.
Finalmente, es importante destacar cómo la economía, en su afán por crear modelos matemáticos
y conceptuales simplificados, influye en la definición de políticas a gran escala. La simplicidad es
necesaria para hacer los modelos manejables y comprensibles; sin embargo, estos modelos
pueden omitir variables sociales, culturales o psicológicas críticas. Este hecho representa un
desafío epistemológico, ya que los formuladores de políticas adoptan estos modelos simplificados
como base para decisiones que afectan a millones de personas.
La epistemología económica es un campo de estudio que aborda cuestiones complejas sobre cómo
se produce, valida y aplica el conocimiento en economía. La idealización del 'hombre racional', la
visión materialista de la realidad, el sesgo de confirmación hacia el libre mercado y la influencia de
modelos simplificados en la formulación de políticas son temas que plantean desafíos y
oportunidades en nuestra comprensión de la economía. Estos aspectos no sólo afectan la validez
de las teorías económicas, sino que también tienen implicaciones prácticas en la vida de las
personas y en la estructura de las sociedades. Por lo tanto, un examen epistemológico crítico de
estos temas es esencial para una comprensión más completa y ética de la economía y su impacto
en el mundo.
Fuente: elaborado a partir de Raworth (2017). Doughnut Economics: Seven Ways to Think Like a
21st-Century Economist
Con base en el anterior texto, elija la respuesta adecuada:
4. ¿Cuál es una de las razones por las que se adoptan modelos económicos simplificados en la
esfera política?
Contexto Histórico en la Génesis de la "Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero" de John
Maynard Keynes: Una Reevaluación Multidimensional
La importancia de la "Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero" de John Maynard Keynes
en la economía contemporánea es incuestionable. No obstante, un análisis exhaustivo del contexto
histórico que rodeó su formulación es crucial para una comprensión íntegra del impacto y alcance
de esta obra seminal. El presente texto explora dicho contexto a través de cuatro ejes principales:
el escenario pos Primera Guerra Mundial y sus implicaciones en Alemania, la Gran Depresión de
1929, la necesidad articulada por Keynes de una teoría general en oposición a modelos
económicos específicos, y el legado duradero del pensamiento keynesiano en la historiografía
económica.
La Primera Guerra Mundial dejó un orden económico global perturbado, con Alemania como uno
de sus ejemplos más trágicos. Las reparaciones impuestas por el Tratado de Versalles precipitaron
una espiral de hiperinflación y desempleo en la nación. Keynes, en su capacidad diplomática,
articuló sus críticas a estas políticas punitivas en "Las Consecuencias Económicas de la Paz" (1919),
prefigurando en muchos sentidos los fundamentos ideológicos que más tarde se desarrollarían en
la "Teoría General".
Las preocupaciones de Keynes sobre el equilibrio del mercado y el papel del estado surgieron de
este ambiente internacional volátil. Estas preocupaciones serían más tarde integradas en su
esquema teórico, que buscaba ofrecer una alternativa al orden económico existente, dominado
por paradigmas ortodoxos.
Por otra parte, la catástrofe económica que se desató en 1929 resaltó de manera abrupta las
deficiencias de las teorías económicas clásicas, especialmente su suposición sobre la capacidad
autoajustable del mercado. En una época de creciente desempleo y deflación, las prescripciones
basadas en el laissez-faire demostraron ser profundamente insuficientes.
La Gran Depresión brindó un escenario empírico para evaluar las limitaciones del enfoque
económico convencional. Las políticas de laissez-faire y el modelo de equilibrio general, que
postulaban una capacidad autoajustable del mercado, se mostraron ineptas para abordar la
complejidad del colapso económico. La fe en la autorregulación del mercado no pudo prevenir ni
mitigar el sufrimiento humano a gran escala. Millones de personas perdieron sus empleos y sus
ahorros, desencadenando un ciclo de pobreza y desesperación que socavó la estabilidad social y
política.
En este ambiente de crisis, las ideas de Keynes adquirieron una relevancia particular. Su crítica a las
falacias del libre mercado y su llamado a la intervención gubernamental en la economía fueron
respuestas directas a la falla catastrófica de los mercados para autocorregirse. Keynes desafió la
noción de que las políticas monetarias podían, por sí solas, resolver los problemas inherentes a la
crisis económica. Su enfoque en políticas fiscales y en el estímulo a la demanda agregada
proporcionaron un nuevo conjunto de herramientas para los responsables de la formulación de
políticas, que iban más allá de la mera manipulación de tasas de interés o la confianza en la "mano
invisible" del mercado. Este cambio paradigmático ofreció un marco más realista y humanista para
abordar crisis económicas, un enfoque que ha tenido una influencia perdurable en la economía
moderna.
En este contexto, Keynes postuló que las teorías económicas clásicas eran casos particulares que
sólo se aplicaban en circunstancias específicas. En un mundo de incertidumbre y complejidad, los
mecanismos del libre mercado no podían garantizar por sí mismos ni el pleno empleo ni la
estabilidad económica.
Su llamado a una "teoría general" desafiaba las concepciones previas y abogaba por un enfoque
que considerara un espectro más amplio de escenarios económicos. Específicamente, Keynes
introdujo el concepto de la intervención del Estado en situaciones específicas, que sería un
instrumento en la formulación de políticas económicas posteriores.
La "Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero" de Keynes no fue un artefacto teórico aislado,
sino una respuesta a desafíos socioeconómicos complejos y multifacéticos. Para apreciar
plenamente su importancia, es esencial considerar la confluencia de factores históricos que
influenciaron su creación y posterior impacto en la teoría y práctica económica global.
1: ¿Cuál fue uno de los principales factores que motivó a Keynes a desarrollar su "Teoría General
del Empleo, el Interés y el Dinero"?
4: ¿Qué concepto introdujo Keynes en su teoría para abordar la complejidad de las crisis
económicas?
5: ¿Cuál fue uno de los legados más importantes de la "Teoría General" de Keynes en la
economía moderna?
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