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El Sustrato Prerrománico en La Fonología Del Español
El Sustrato Prerrománico en La Fonología Del Español
El Sustrato Prerrománico en La Fonología Del Español
Los romanos pusieron pie en la península ibérica en el año 218 a. C. para poner freno a la
expansión cartaginesa durante la segunda guerra púnica. Aunque Hispania se
romanizaría (y latinizaría) con relativa rapidez, es evidente que antes del desembarco de
los legionarios de Gneo Cornelio Escipión ya había allí otras personas y que estas
hablaban sus propias lenguas no latinas, es decir, lenguas prerromanas.
Precisamente, la pronta romanización —muy especialmente de la Bética— causó el
relativamente rápido abandono de estas lenguas vernáculas —con la obvia excepción
del vasco—, lo que supone un gran inconveniente a la hora de estudiarlas en la
actualidad. Efectivamente, los testimonios de lenguas prerromanas no llegan ni
cuantitativa ni cualitativamente a la suela de los zapatos a los copiosos testimonios latinos
de todo el imperio romano ni aun a los de la Hispania romana.
La importancia del sustrato prerromano en el español, ayuda a comprender la evolución
de la lengua latina. Muchos vocablos en español se consideran provenientes de lenguas
prerromanas, en algunos casos sin que se pueda precisar de qué lengua provienen. En
este sentido, los hispanohablantes de hoy en día emplean palabras ya usadas por los
distintos pueblos prerromanos como una herencia “viva” de algunas lenguas anteriores a
la entrada del latín.
Estas lenguas, entre las que se encontraban dialectos celtas, el vasco y el íbero, dejaron
su influencia en algunos aspectos del léxico español.
Vocalismo
El vasco y el ibérico con total seguridad tenían solo cinco vocales, y posiblemente también
el celtibérico y el lusitano (aunque estas dos quizá oponían las breves a las largas, igual
que el latín clásico).
También es posible que sea a causa del sustrato la frecuente metátesis de yod en la
evolución de étimos latinos como solitariu > sol(i)tairo > solteiro >
«soltero», capiam > caipa > queipa > «quepa» o coriu > coiro > «cuero».
Consonantismo
Normalmente achacada al vasco es la pronunciación fuerte en inicio de palabra de la r.
Mientras que en italiano llaman a la ciudad eterna [ˈɾoma] (con percusiva), los
hispanohablantes la llamamos [ˈroma] (con vibrante). Efectivamente, todo parece indicar
que en vasco no existía la /r/ en inicio de palabra, por lo que rex pasaba a errege (con
vocal protética).
También se mencionan las lenguas prerromanas para la evolución de f inicial en
castellano, que como sabemos pasa primero a una aspiración [h] y posteriormente se
elide. Parece que efectivamente no había /f/ inicial en muchas de estas lenguas.
Otra cuestión es la del betacismo (lo que desemboca en la confusión de ‹b› y ‹v›),
supuestamente explicado por la ausencia de [w] en ibérico (aunque sí existe con
seguridad en celtibérico y lusitano); también tendría influencia el vasco. El hecho de que
ya haya muestras de betacismo en Pompeya (sin conexión aparente con la lengua
ibérica) resta plausabilidad a la teoría.
Fuente:
López, M. (2017). Sustrato prerrománico en el léxico español. Marterlengua.
https://masterlengua.com/sustrato-prerromanico-en-el-lexico-espanol/
Gramática Histórica del castellano. (s.f.). ¿Cómo influyeron las lenguas prerromanas en el
español?
https://www.delcastellano.com/lenguas-prerromanas-peninsula-iberica/