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Final Linguistica

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FINAL LINGÜÍSTICA:

I. Introducción:
AITCHISON: Si un animal està programado de nacimiento para desarrollar alguna forma de
conducta, es probable que encontremos algùn indicio biològico que dé cuenta de elio. Con
todo, no debemos caer en un excesivo optimismo. Los indicios biológicos no son
esenciales. La cantidad de información que suministran varía de unas especies a otras y de
una actividad a otra. Los cambios en la morfología del organismo o cambios estructurales
son los indicios más directos de una programación innata. Sin embargo, también hay que
tornar en consideración las adaptaciones fisiológicas, o cambios en las funciones
corporales, tales como la tasa cardiaca o la respiración. La primera parte de este capítulo
está dedicada a analizar las partes del cuerpo humano de las que cabe sospechar sean
adaptaciones relacionadas con el lenguaje. En ella se examinan los órganos que se
emplean para producir y planificar el lenguaje, esto es, la boca, las cuerdas vocales, los
pulmones y el cerebro.
Boca, pulmones y materia gris: Contemplando los órganos empleados en el lenguaje, se
puede situar a los humanos a mitad de camino entre la adaptación estructural evidente de
los pájaros para el vuelo y la falta de relación aparente entre la morfología de estos
animales y su actividad de construcción de nidos. El cerebro y el tracto vocal humanos
presentan una serie de rasgos poco habituales. Estos rasgos no permiten, por sí solos,
adivinar que las personas hablan. Pero si se asume de entrada que los humanos hablan un
lenguaje, cobra sentido todo un conjunto de hechos biológicos aparentemente gratuitos.
Tales hechos se contemplan entonces corno adaptaciones parciales del organismo a la
producción del lenguaje. natural a articular una serie de sonidos con gran rapidez y de
manera controlada.
NO TERMINE DE LEER PORQUE HABLA MUCHO DE BIOLOGÍA. LEER ANTES DEL
FINAL.

Benveniste: “Naturaleza del signo lingüístico”: El de F. de Saussure de quien procede la


teoría del signo lingüístico actualmente afirmada o implicada en la mayoría de los trabajos
de lingüística general. Y es comò una verdad evidente, no explicita todavía, pero no
obstante incontestada de hecho, que Saussure enseñó que la naturaleza del signo es
arbitraria. La fórmula se impuso en seguida. Toda discusión sobre la esencia del lenguaje o
sobre las modalidades del discurso comienza por enunciar el carácter arbitrario del signo
lingüístico. El principio es de alcance tal, que cualquier reflexión relativa a cualquier parte de
la lingüística tropieza con él por necesidad. Esta definición es motivada por enunciados muy
sencillos: Se llama signo "al total resultante de la asociación de un significante [= imagen
acùstica] y de un significado [= concepto]..." "Así la idea de 'soeur' [= hermana] no està
vinculada por ninguna relación interior a la sucesión de sonidos s-o-r que le sirve de
significante; podría ser representada igual de bien por no importa cuàl otra: lo prueban las
diferencias entre las lenguas y la existencia misma de lenguas diferentes: el significado
'boeuf [=buey] tiene por significante b-d-f a un lado de la tronferà y o-k-s (Ochs) al otro" (p.
102). Esto debe establecer que "el nexo que une el significante al significado es arbitrario",
o más sencillamente que "el signo lingüístico es arbitrario". Por "arbitrario" el autor entiende
que "es inmotivado, es decir arbitrario en relación con el significado, con el cual no tiene
nexo ninguno natural en la realidad". principios o partiendo de definiciones diferentes. Se
trata de saber si es coherente y si, admitida la bipartición del signo (y la admitimos), se
sigue que deba caracterizarse el signo corno arbitrario. Acabamos de ver que Saussure
toma al signo lingüístico corno constituido por un significante y un significado. Ahora bien
—esto es lo esencial—, entiende por "significado" el concèpto. no une una cosa y un
nombre, sino un concepto y una imagen acústica". Pero asegura acto seguido que la
naturaleza del signo es arbitraria porque no tiene con el significado "nexo ninguno natural en
la realidad". Es claro que el razonamiento está falseado por el recurso inconsciente y
subrepticio a un tercer término, que no estaba comprendido en la definición inicial. Este
tercer término es la cosa misma, la realidad. Ya puede decir Saussure que la idea de "sceur"
no está ligada al significante s-ó-r; no por ello deja de pensar en la realidad de la noción.
Cuando habla de la diferencia entre b-ó-f y o-k-s, se refiere a pesar suyo al hecho de que
estos dos términos se aplican a la misma realidad. He aquí pues la cosa, expresamente
excluida por principio de cuentas de la definición del signo, entrando por un rodeo e
instalando permanentemente la contradicción. Hay así una contradicción entre la manera en
que Saussure define el signo lingüístico y la naturaleza fundamental que le atribuye. Uno de
los componentes del signo, la imagen acústica, constituye su significante; otro, el concepto,
es A significado. Entre el significante y el significado el nexo no es arbitrario; al contrario, es
necesario. El concepto ("significado") "boeuf" es por fuerza idéntico en mi conciencia al
conjunto fònico ("significante") bof. ¿Cómo iba a ser de otra manera? Los dos juntos han
sido impresos en mi espíritu!juntos se evocan en toda circunstancia. Hay entre ellos
simbiosis tan estrecha que el concepto "boeuf" es corno el alma de la imagen acùstica bof.
El espíritu no contiene formas vacías, conceptos innominados. A la inversa, el espíritu no
acoge más forma sonora que la que le sirve de soporte a una representación identificable
para él; si no, la rechaza como desconocida o ajena. El significante y el significado, la
representación mental y la imagen acústica, son pues en realidad las dos caras de una
misma noción y se componen como incorporante e incorporado El significante es la
traducción fònica de un concepto; el significado es el correlato mental del significante. Esta
consustancialidad del significante y el significado asegura la unidad estructural del signo
lingüístico. Lo que es arbitrario es que tal signo, y no tal otro, sea aplicado a tal elemento de
la realidad, y no a tal otro. En este sentido, y sólo en
este, es permisible hablar de contingencia, y será menos para dar una solución al problema
que para señalarlo y dejarlo por el momento. rozada siquiera, si se le define corno lo hace
Saussure, ya que lo propio de tal definición es precisamente, no considerar más que la
relación del significante con el significado. El dominio de lo arbitrario es relegado así fuera
de la comprensión del signo lingüístico. La arbitrariedad existe en relación con el fenòmeno
o el objeto material y no interviene en la constitución propia del signo.
Saussure habla de una mutabilidad e inmutabilidad del signo: inmutabilidad porque, siendo
arbitrario, no puede ser puesto en tela de juicio en nombre de una norma razonable;
mutabilidad porque, siendo arbitrario, siempre es susceptible de alterarse. No es entre
significante y significado donde la relación al mismo tiempo se modifica y permanece
inmutable, sino entre Signo y objeto; es, en otros términos, la motivación objetiva de la
designación, sometida, corno tal, a la acción de diversos factores hìstóricos. Lo que
Saussure demuestra sigue siendo cierto, pero acerca de la significación, no del signo.
mente por la definición del signo, es el del valor, donde Saussure piensa encontrar una
confirmación de sus puntos de vista: “ (...) la elección que recurre a tal segmento acùstico
para tal idea es perfectamente arbitraria. Si no fuera éste el caso, la noción de valor
perdería algo de su carácter, puesto que contendría un elemento impuesto desde fuera.
Pero de hecho los valores permanecen enteramente relativos, y he aquí por qué el vínculo
entre la idea y el sonido es radicalmente arbitrario”. La elección que recurre a tal segmento
acústico para tal idea no es arbitraria en manera alguna; este segmento acústico no existiría
sin la idea correspondiente y viceversa. En realidad Saussure piensa siempre, por mucho
que hable de "idea", en la representación del objeto real y en el carácter evidentemente no
necesario, inmotivado, del nexo que une el signo a la cosa significada. La prueba de està
confusión yace en la frase siguiente, en la cual subrayo el miembro caracteristìco: "Si no
fuera éste el caso, la noción de valor perdería algo de su carácter, puesto que contendría un
elemento impuesto desde fuera". Es por cierto "un elemento impuesto desde fuera", o sea la
realidad objetiva, lo que este razonamiento toma comò eje de referencia. Pero si se
considera el signo en sí mismo y en tanto que portador de un valor, la arbitrariedad queda
necesariamente eliminada. Ya que —la ùltima proposición es la que encierra con mayor
claridad su propia refutación— es harto cierto que los valores permanecen enteramente
"relativos", pero se trata de saber cómo y en relación con qué. Planteemos ahora mismo
esto: el valor es un elemento del signo; si el signo tornado en sí mismo no es arbitrario,
comò se cree haber demostrado, se sigue que el carácter "relativo" del valor no puede
depender de la naturaleza "arbitraria" del signo. Como hay que prescindir de la
conveniencia del signo a la realidad, con mayor razón no debe considerarse el valor más
que comò un atributo de la forma, no de la sustancia. Desde ese punto y hora, decir que los
valores son "relativos" significa que son relativos los unos con respecto a los otros. Ahora
bien, ¿no es esta justamente la prueba de su necesidad? Ya no se trata aquí del signo
aislado, sino de la lengua corno sistema de signos, y nadie ha concebido y descrito la
economía sistemàtica de la lengua con la intensidad de Saussure. Quien dice sistema dice
ajuste y adecuación de las partes en una estructura que trasciende y explica sus elementos.
Allí todo es tan necesario, que las modificaciones del conjunto y del detalle se condicionan
recíprocamente. La relatividad de los valores es la mejor prueba de que dependen
estrechamente uno del otro en la sincronía de un sistema siempre amenazado, siempre
restaurado. Es que todos los valores son de oposición y no se definen más que por su
diferencia. Opuestos, se mantienen en mutua relación de necesidad. Una oposición està,
por fuerza de las cosas, subtenida de necesidad, corno la necesidad da cuerpo a la
oposición. El signo, elemento primordial del sistema lingüístico, encierra un significante y un
significado cuyo nexo debe ser reconocido corno necesario, por ser estos dos componentes
consustanciales uno del otro. El carácter absoluto del signo lingüístico así entendido rige a
su vez la necesidad dialéctica de los valores en constante oposición, y forma el principio
estructural de una lengua. Es tal vez el mejor testimonio de la fecundidad de una doctrina el
que engendre la contradicción que la promueve. Restaurando la verdadera naturaleza del
signo en el condicionamiento interno del sistema, se afianza, más allá de Saussure, el rigor
del pensamiento saussurìano.
“Comunicación animañ y ñenguaje humano”: Aplicada al mundo animal, la noción de
lenguaje sólo tiene curso por abuso de términos. Es sabido que ha resultado imposible
hasta la fecha establecer que haya animales que dispongan, así fuera en forma
rudimentaria, de un modo de expresión que tenga los carac­teres y las funciones del
lenguaje humano. Todas las observaciones serias practicadas sobre las comunidades
animales, todos los intentos realizados por medio de variadas técnicas para provocar o
controlar una forma cualquiera de lenguaje asimilable al de los hombres han fracasado. No
parece que los animales que emiten variadas voces manifiesten, en ocasión de tales
emisiones vocales, comportamientos de los que pudiéramos inferir que se transmitieran
mensajes "habla­dos". Las condiciones fundamentales de una comunicación propia­mente
lingüística parecen faltar en los animales, así sean superiores. De otra manera se plantea el
asunto en el caso de las abejas, o cuando menos hay que considerar que pudiera
plantearse. Todo hace creer -y el hecho ha sido observado desde hace mucho- que las
abejas tienen modo de comunicarse entre ellas. La prodi­giosa organización de sus colonias,
sus actividades diferenciadas y coordinadas, su capacidad de reaccionar colectivamente
ante situaciones imprevistas, hacen suponer que tienen la aptitud de intercambiar
verdaderos mensajes. La atención de los observadores se ha dirigido en particular al modo
como “las abejas son advertidas cuando una de ellas descubre una fuente de alimento. Las
investigaciones de Karñ Von Frisch han dado a conocer el proceso de la comunicación entre
las abeja; ya que descubrió que se comunicaban mediante dos tipos de danzas, que el
investigador creyó que se diferenciaban por la naturaleza del botín: la danza circular
anunciaría néctar, la danza en ocho, polen. Pero tras otras investigaciones logró determinar
la significación de las danzas. La novedad fundamental es que no atañen, como en un
principio se creyó, a la naturaleza del botín, sino a la distancia que lo separa de la colmena.
La danza en círculo anuncia que el lugar del alimento cae a poca distancia, dentro de un
radio de unos cien metros a partir de la colmena. Entonces las abejas salen de la colmena y
se dispersan, hasta dar con él. La otra danza, que la recolectora realiza estremeciéndose y
describiendo ochos(wagging-dance), indica que el punto está a mayor distancia, superior a
cien metros, hasta a seis kilómetros. Este mensaje incluye dos indicacio­nes distintas, una
acerca de la distancia propiamente dicha (mayor es la distancia, más lenta es la danza), la
otra sobre la dirección (la señala el eje del ocho, con relación al sol; según se incline a
derecha o a izquierda, este eje indica el ángulo que el lugar del descubrimiento forma con el
sol). Hoy por hoy puede uno cerciorarse de que es por cierto la danza, en sus dos
variedades, la que sirve a las abejas para informar a las compañeras de sus hallazgos y
guiarlas mediante indicaciones relativas a la dirección y la distancia.
No es preciso subrayar la importancia de estos descubrimientos para los estudios de
psicología animal. Quisiéramos insistir aquí en un aspecto menos visible del problema, que
K. von Frisch, atento a describir objetivamente sus experiencias, no ha tocado. Por primera
vez estamos en condiciones de especificar con alguna precisión el modo de comunicación
empleado en una colonia de insectos; y por vez primera podemos representarnos el
funcionamiento de un ‘lenguaje” animal. Acaso sea útil señalar con brevedad en qué es o no
es un lenguaje, y cómo estas observaciones sobre las abejas ayudan a definir, por
semejanza o por contraste, el lenguaje humano. Las abejas se presentan como capaces de
producir y comprender un verdadero mensaje, que encierra varios datos. Pueden, así,
regis­trar relaciones de posición y de distancia; pueden conservarlas en “memoria”; pueden
comunicarlas simbolizándolas por diversos com­portamientos somáticos. El hecho notable
es, ante todo, que manifiesten aptitud para simbolizar: hay ciertamente correspondencia
“convencional” entre su comportamiento y el dato que traduce. Esta relación es percibida
por las demás abejas en los términos en que les es trasmitido, y se toma motor de acción.
Hasta aquí, encontramos en las abejas las condiciones mismas sin las que ningún lenguaje
es posible, la capacidad de formular e interpretar un “signo” que remite a cierta “realidad”, la
memoria de la experiencia y la aptitud para descomponerla.
El mensaje transmitido contiene tres datos, únicos identificables hasta ahora: la existencia
de una fuente de alimento, su distancia, su dirección. Podrían ser ordenados estos
elementos de manera un poco diferente. La danza en círculo indica sencillamente la
presencia del botín, implicando que está a escasa distancia. Se funda en el principio
mecánico del “todo o nada”. La otra danza formula en verdad una comunicación; esta vez
es la existencia del alimento la que está implícita en los dos datos (distancia, dirección)
expresamente enunciados. Se aprecian aquí varias semejanzas con el lenguaje, humano.
Estos procedimientos ponen en juego un simbolismo verdadero, si bien rudimentario, por el
cual datos objetivos son traspuestos a gestos formalizados, que incluyen elementos
variables y de “significación” constante. Por lo demás, la situación y la función son las del
lenguaje, en el sentido de que el sistema es válido en el interior de una comunidad dada y
de que cada miembro de ésta se halla en aptitud de emplearlo o de comprenderlo en los
mismos términos. Pero las diferencias son considerables y ayudan a adquirir con­ciencia de
lo que caracteriza propiamente el lenguaje humano. Está, primero y esencial, el hecho de
que el mensaje de las abejas consiste por entero en la danza, sin intervención de un
aparato “vocal”, en tanto que no hay lenguaje sin voz. De ahí otra diferencia, que es de
orden físico. Por no ser vocal sino de gestos, la comunicación entre las abejas se efectúa
necesariamente en condiciones que permiten una percepción visual, a la luz del día; no es
posible en la oscuridad. El lenguaje humano desconoce semejante limitación. Aparece
también una diferencia capital en la situación en que se realiza la comunicación. El mensaje
de las abejas no atrae ninguna: respuesta de los alrededores, sino determinada conducta,
que no es respuesta. Esto significa que las abejas no conocen el diálogo, condición del
lenguaje humano. Hablamos a otros que hablan, tal es la realidad humana. Lo cual revela
un nuevo contraste. Por no haber diálogo para las abejas, la comunicación se refiere tan
sólo a cierto dato objetivo. No puede haber comunicación relativa a un dato “lingüístico”: ya
por no haber respuesta -reacción lingüística a una manifestación lingüística-, pero también
porque el mensaje de una abeja no puede ser reproducido por otra que no hubiera visto por
sí misma las cosas que la primera anuncia. Se ve la diferencia respecto al lenguaje
humano, donde, en el diálogo, la referencia a la experiencia objetiva y la reacción a la
manifestación lingüística se trenzan libremente y sin límite. La abeja no construye mensaje
a partir de otro mensaje. Si consideramos ahora el contenido del mensaje, será fácil
observar que se refiere siempre y solamente a un dato, el alimento, y que las únicas
variantes que comprende son relativas a datos espaciales. Es evidente el contraste con la
ilimitación de los contenidos del lenguaje humano. Por añadidura, la conducta que significa
el mensaje de las abejas denota un simbolismo particular que consiste en una calca de la
situación objetiva, de la sola situación que da ocasión a un mensaje, sin variación ni
trasposición posible. Ahora bien, en el lenguaje humano el símbolo en general no configura
los datos de la experiencia, en el sentido de no haber relación necesaria entre la referencia
objetiva y la forma lingüística.
Finalmente, un carácter de la comunicación entre las abejas la opone rotundamente a las
lenguas humanas. El mensaje de las abejas no se deja analizar. Sólo podemos ver en él un
contenido global, por estar ligada la única diferencia a la posición espacial del objeto
relatado. Más es imposible descomponer este contenido en sus elementos formadores, en
sus “morfemas”, de suerte que corresponda cada uno de éstos, a un elemento del
enunciado. El lenguaje humano se caracteriza precisamente por esto. Cada enunciado se
reduce a elementos que se dejan combinar libremente según reglas definidas, de suerte
que un número de morfemas bastante reducido permite un número considerable de
combinaciones, de donde nace la variedad del lenguaje humano, capacitado para decir
todo. Un análisis más detenido del lenguaje muestra que estos morfemas, elementos de
significación, se resuelven a su vez en fonemas, elementos de articu­lación despojados de
significación, aún menos numerosos, cuyo en­samble selectivo y distintivo suministra las
unidades significantes. Estos fonemas “vacíos” organizados en sistemas constituyen el
fun­damento de toda lengua. Es manifiesto que el lenguaje de las abejas no permite aislar
semejantes constituyentes; no es reducible a elemen­tos identificables y distintivos. El
conjunto de estas observaciones hace aparecer la diferencia esencial entre los
procedimientos de comunicación descubiertos en las abejas y nuestro lenguaje. Esta
diferencia se resume en el término que nos parece más apropiado para definir el modo de
comunicación empleado por las abejas; no es un lenguaje, es un código de señales. No
deja de ser significativo, con todo, que este código, única forma de “lenguaje” que se haya
conseguido descubrir hasta la fecha entre los animales, pertenezca a insectos que viven en
sociedad. Es también la sociedad la que es condición del lenguaje.
“De la subjetividad del lenguaje”: El lenguaje es confundido con un instrumento debido a
que es homologado con el discurso. No es un instrumento porque no es creado por el
hombre, es parte de su naturaleza. Las palabras, los gestos, la mímica,son actualizaciones
del lenguaje, expresiones de éste. Para que la palabra garantice la “comunicación” es
preciso que la habilite el lenguaje, del que ella no es sino actualización. Es en y por el
lenguaje como el hombre se construye como sujeto: porque el solo lenguaje se funda en
realidad, en su realidad que es la del ser, el concepto de “ego”. La subjetividad es la
capacidad del locutor de plantearse como “sujeto”. Se define como la unidad psíquica
que trasciende la totalidad de las experiencias vividas que reúne, y que
asegura la permanencia de la conciencia. La conciencia de sí no es posible más que si se
experimenta por contraste. Noempleo yo sino dirigiéndome a alguien. El lenguaje no es
posible sino porque cada locutor se pone como sujeto y se remite a sí mismo como yo en su
discurso. En virtud de ello, yo plantea a otra persona, la que, exterior y todo a “mí” se vuelve
mi eco al que digo tú y que me dice tú. La polaridad de las personas, tal es en el lenguaje la
condición fundamental, de la que el proceso de comunicación, que nos sirvió de punto de
partida,no pasa de ser una consecuencia del todo pragmática. Ego y Tú son
complementarios, pero según una oposición “interior/exterior”, y al mismo tiempo son
reversibles. Es en una realidad dialéctica, que engloba los dos términos y los define por
relación mutua, donde se descubre el fundamento lingüístico de la subjetividad.
Los pronombres personales no designa ni un concepto ni un individuo. El “yo” no denomina
ninguna entidad léxica, estamos ante una clase de palabras que escapan al estatuto de
todos los demás signos del lenguaje. Yo se refiere al acto de discurso individual en que es
pronunciado y cuyo locutor designa. Es un término que no puede ser identificado más que
en lo que por otro lado hemos llamado instancia de discurso, y que no es otra referencia
que la actual. Es en la instancia de discurso en que yo designa el locutor donde éste se
enuncia como “sujeto”. Así, es verdad que el fundamento de la subjetividad está en el
ejercicio de la lengua. Por poco que se piense, se advertirá que no hay otro testimonio
objetivo de la identidad del sujeto que el que así da él mismo sobre sí mismo. El lenguaje
está organizado de tal forma que permite a cada locutor apropiarse la lengua entera
designándose como yo. De estos pronombres dependen a su vez otras clases de
pronombres:los indicadores de deixis. Tienen por rasgo común definirse solamente por
relación a la instancia de discurso en que son producidos, es decir, bajo la dependencia del
yo que en aquella se enuncia. De una u otra manera,una lengua distingue siempre
“tiempos”, pero siempre la línea divisoria es una referencia al “presente”: el tiempo en que
se habla. El lenguaje es pues la posibilidad de la subjetividad, y el discurso provoca las
emergencias de la subjetividad.
“El aparato formal de la enunciación": Está primero la emergencia de los indicios de persona
(la relación yo-tú), que no se produce más que en la enunciación y por ella: el término yo
denota al individuo que provee la enunciación, el término tú, al individuo que está presente
como alocutario. Las formas llamadas tradicionalmente "pronombres
personales","demostrativos", nos aparecen ahora como una clase de "individuos
lingüísticos", de formas que remiten siempre y solamente a "individuos", trátese de
personas, de momentos, de lugares, por oposición a los términos nominales que remiten
siempre y solamente a conceptos. Otra serie, tercera, de términos aferentes a la
enunciación está constituida por el paradigma entero de las formas temporales, que se
determinan por relación con el EGO, centro de la enunciación. Los "tiempos" verbales cuya
forma axial, el "presente", coincide con el momento de la enunciación, forman parte de este
aparato necesario. Es esta presencia en el mundo que sólo el acto de enunciación hace
posible, pues el hombre no dispone de ningún otro medio de vivir el"ahora" y de hacerlo
actual más que realizarlo por inserción del discurso en el mundo. A partir de este presente
continuo, coextensivo con nuestra presencia propia, se imprime en la conciencia el
sentimiento de una continuidad que llamamos "tiempo". Lo que en general caracteriza a la
enunciación es la acentuación de la relación discursiva al interlocutor, ya sea éste real o
imaginado, individual o colectivo. Esta característica plantea por necesidad lo que puede
llamarse el cuadro figurativo de la enunciación. Como forma de discurso, la enunciación
plantea dos "guras" igualmente necesarias, fuente la una, la otra meta de la enunciación. Es
la estructura del diálogo. La enunciación es la puesta en funcionamiento de la lengua por un
acto individual de utilización.
• Benveniste se propone dar cuenta del aparato formal de la enunciación es decir, de las
formas lingüísticas que remiten al acto enunciativo.
• En cuanto (el individuo) se declara locutor y asume la lengua, implanta al
otro delante de él. Toda enunciación es explícita o implícitamente, una alocución,
postula un alocutario.
• El locutor toma la lengua como instrumento y en esa relación determina los caracteres
lingüísticos de la enunciación.
• Para Benveniste, sistema lingüístico y proceso comunicativo son inseparables, pues
ciertos elementos de la lengua adquieren significación sólo cuando son actualizados por el
hablante en el momento de la enunciación.
• De este modo, las personas, el empo y el lugar del enunciado se indican por su relación
con la situación de enunciación.
• Todos aquellos elementos que hacen referencia tanto al yo y al tú como al aquí y al ahora
se consideran índices específicos de la enunciación o deícticos.
• Son los elementos lingüísticos a los que asignamos siendo sólo en situación de
enunciación.

García: Discute con la empresa generativa, que busca formalizar la expresión lingüística a
través de la descripción de oraciones gramaticales (generadas por la gramática). Críticas:
1. Se basa en atributos formales (modelo para L natural): pierde asidero en la realidad
empírica.
2. La gramaticalidad de una oración no es un atributo de su mera forma, sino que la
intuición de lxs hablantes:
● atiende al contenido comunicativo de la expresión
● juzga su forma en función del contexto en que cumple una función com.
pertinente
● marcará ciertos valores idiosincráticos (considerados relevantes) según la
comunidad reflejando una relación recíproca entre formas lingüísticas y pautas
culturales.
3. No es posible separar el aspecto lingüístico del de “uso comunicativo” de una
expresión; se confunde lo gramatical (lingüísticamente correcto) con lo
comunicativamente funcional (pragmáticamente efectivo).
4. Desajuste fundamental entre el objeto de estudio (dinámico) y las categorías
conceptuales con las que se intenta aprehender la lengua (estáticas).
No niega la gramaticalidad, sino que establece que es una construcción gradual, hay
grados.
La tarea del lingüista consiste en describir una lengua y explicar el comportamiento de los
hablantes, para lo cual ejerce un criterio selectivo sobre los “datos” que constituyen el objeto
de su análisis.
Sintaxis: Colocación de formas, libre e infinita, limitada, no por principios absolutos de (no)
combinabilidad (formalismo), sino por la posibilidad de inferir un mensaje coherente
(relevante) de una combinación dada en un contexto dado.
Propuesta metodológica (retoma Sperber y Wilson):
● No es posible disociar la lengua de su uso, puesto que sólo en su uso existe.
● La lengua no debe ser abordada como un mero código; no es ergon (cosa hecha)
sino energía (fuerza interna viva y actuante).
● El uso de la lengua es una operación cognitiva: la mente impone (o saca) sentido a
una expresión lingüística en su contexto.
● El valor de las diversas formas que integran una expresión lingüística es interpretado
de manera tal que el mensaje global a que contribuyen sea máximamente coherente
con:
a) el valor independiente de las formas enunciadas
b) el contexto cognitivo compartido al cual es relevante
c) la información enciclopédica compartida, el conocimiento general del mundo.
Por tratarse de una operación mental, la inferencia de un mensaje se produce por pasos, en
los que se van integrando más y más elementos del contexto (ya sea lingüístico o
extralingüístico). Hay una progresiva integración de formas y contexto en la búsqueda de un
mensaje relevante (que no esté en conflicto con nada de lo dicho ni con la información
extralingüística de los interlocutores).
El mensaje será siempre el primero hallado (el inferencialmente más fácil); hay una escala
de proximidad inferencial que permite discutir de manera coherente los grados de
gramaticalidad.
La búsqueda de los datos
La autora estudia los grados de aceptabilidad del pronombre sí, para demostrar que es
necesario cambiar la visión estática de la lingüística formalizadora por un enfoque dinámico.
Presenta dos casos agramaticales del uso del pronombre, haciendo la distinción de que uno
de ellos es más aceptado que el otro, a pesar de su agramaticalidad.
Para obtener los datos para un análisis que dé cuenta de esta diferencia, se parte de estos
supuestos:
● hay una menor o mayor distancia inferencial que media entre forma y mensaje global
● la comunicación será tanto más efectiva cuanto menos difícil sea la inferencia de la
intención comunicativa del hablante
● lo más sencillo es lo más frecuente
● las formas lingüísticas ocurrirán con mayor frecuencia en contextos relativamente
más congruentes con su valor
Frecuencia (relativa) de uso: Síntoma del valor de la forma. Tiene que ver con la cantidad
de veces que aparece una forma lingüística en determinado contexto. Es relativa porque
está en relación con diferentes variables: quién usa la forma, su competencia. Para
establecerla se parte del consenso de distintos hablantes respecto de la normalidad de un
uso comunicativo.
Metodología: García propone un método experimental que le permite obtener de hablantes
nativos información sobre la eficacia comunicativa de una expresión dada. Parte de un caso
de uso real y lo presenta, en su contexto pero con la forma crítica omitida, a un grupo de
hablantes nativos para que llenen el hueco con la forma que estimen más apropiada. En
teoría el uso original será el que mejor refleje el mensaje que quería transmitir el autor y el
más natural en su contexto.
La fuerza del método radica en obtener un continuo de las respuestas de los informantes
como reflejo del mayor o menor grado de congruencia entre contexto y forma original, para
así identificar, de manera metodológicamente aceptable, los casos de uso “feliz” (forma bien
integrada en su contexto) y uso “inapropiado” (forma no motivada por su contexto).
Diseño del experimento: Doble objetivo: metodológico y analítico. Datos: Variedad de
informantes.
Hernández Campoy: Cap 1: La Sociolingüística es una ciencia interdisciplinar que se
ocupa de las relaciones existentes entre el lenguaje y la sociedad. Pero desde sus
comienzos la Sociolingüística ha tenido que hacer frente a toda una serie de problemas
relacionados con su definición, cuestionàndose incluso su estatus corno campo de estudio.
Asi, unos, más reticentes, la consideran corno una 'tentativa' interdisciplinar, otros, una
disciplina corno tal con identidad propia, otros comò una parte de la Lingüística General, y
otros, más radicales, corno el nùcleo central de toda la Lingüística—argumentando que toda
la sociolingüística es lingüística y toda la lingüística es sociolingüística. Podemos destacar
cinco características definitorias e inherentes a està disciplina: i) es una ciencia; ii) es una
rama de la Lingüística, si bien, comò apunta Labov, es una forma distinta de hacer
lingüística; iii) mira al lenguaje corno fenòmeno social y cultural; iv) estudia el lenguaje en su
contexto social, en situaciones de la vida real, por medio de la investigación empírica; y v)
està relacionada con la metodología y contenidos de las ciencias sociales, principalmente la
Antropología Social y la Sociología. Un marco taxonómico para clasificar los estudios
sociolingüísticos es el obtenido atendiendo a los micro y macro-constructos. Para ello,
hemos de remontarnos a las mismas bases de la Lingüística de los años cincuenta, donde
se establece la distinción entre prelingüística, microlingüística y macrolingüística. Las dos
primeras se localizarian en lo que se ha llamado lingüística interna o endolingùistica, y la
tercera en la lingüística externa, también llamada exo lingüística o metalingüística. La Pre
Lingüística tiene como principal objeto de estudio la Fonètica; la Microlingüística se ocupa
del lenguaje en un sentido restringido, centràndose en la estructura de los sistemas
lingÜísticos y trabajando con la Fonologia, Morfologia, Sintaxis y Semàntica corno niveles
de anàlisis. Finalmente, la Macrolingüística se ocupa del lenguaje en un sentido más amplio,
dirigiendo su interés hacia la adquisición y uso de la lengua, y la interdependencia de la
cultura, la sociedad y la lengua; en este paradigma se situarán disciplinas corno la
Estilística, la Psicolingüística, la Pragmàticayìa Sociolingüística.
Fishman habla de dos paradigmas conceptual y metodològicamente complementarios que
serían la macro-sociolingùistica y la micro-sociolingüística. La primera se ocupa de estudios
a gran escala sobre el uso de la lengua en términos de comportamiento grupal, incluiria
ramas como la Sociología del Lenguaje, la Lingüística Secular (sociolingüística laboviana),
la Dialectología y la Lingüística. La segunda, con un alcance mucho más restringido, se
dedica a la descripción y anàlisis de las lenguas y de las características de sus usuarios,
este paradigma comprenderla el Anàlisis del Discurso, la Psicología Social del Lenguaje, la
Etnografìa de la Comunicación y Lingüística Antropològica. Es decir, si la
macro-sociolingüística se centra en el estudio de la organización social del comportamiento
lingüístico, la micro-sociolingüística, por el contrario, se ocupa del análisis de la
organización lingüística del comportamiento social. Con todo, determinados tipos de
estudios sociolingüísticos (cambio de código, contacto lingüístico, bilingüismo, actos de
identidad, etc.) son difíciles de clasificar de forma excluyente en està tipología, resultando
està distinción corno las dos caras de la misma moneda. La doble aproximación
macro/micro al estudio del lenguaje puede reducirse también a la dicotomía
formalismo-funcìonalismo, respectivamente. Figueroa (1994) considera que la
Sociolingüística se aproxima más al marco hegeliano y al paradigma lingüístico
funcionalista, si bien reconoce que mucho del trabajo hecho en este campo procede del
formalismo que presidió los estudios sobre el lenguaje realizados en las décadas anteriores.
A la hora de desarrollar una teoría sociolingüística unificarla del lenguaje, que integre las
aproximaciones formalistas y funcionalistas, los investigadores se manifiestan de muy
diversas formas. El debate sobre la integración de las aproximaciones formalistas versus
funcionalistas para el desarrolló de una teoría sociolingüística unificada del lenguaje ha
superado, pues, los límites de la Sociolingüística y ha afectado a la misma Ciencia
Lingüística en conjunto, dado que plantea la cuestión de las posturas segregacionista
versus integracionista de la primera con respecto a la segunda. Este hecho se debe a la
manifiesta pluralidad de intereses que Trudgill subrayó en su momento cuando hablaba de
la diversidad de objetivos que tienen los investigadores de este campo, aún utilizando los
mismos datos e incluso la misma metodología. En este sentido, y en la línea sostenida por
Hymes, Trudgill siempre ha considerado la importancia de estudios de naturaleza
interdisciplinaria, reclamando el apoyo y la cooperación entre investigadores de diferentes
campos, sin tener importancia, en ùltimo y extremo, que se llame sociolingüística o no el
trabajo realizado. Aunque la ve poco factible a corto plazo, la teoría sociolingüística
unificada del lenguaje sería deseable por muy diversos motivos entre ellos, porque evitarla
el exceso de acrimonia in transdisciplinar que muy frecuentemente sale a la superficie de
este campo de estudio. En cualquier caso, la evidencia apunta, y así lo deseamos nosotros,
a que la Sociolingüística tiende inevitablemente a la integración tanto teórica comò
metodològica, a pesar de la pluralidad y la diversidad actualmente existentes. Así ha
quedado patente la tendencia integradora con los intentos de los sociolingÜistas por
adaptarse a aquellos aspectos y artefactos del comportamiento humano que inciden en la
comunicación comò son la clase social, gènero, edad, raza, etnia, redes sociales, grupos
sociales, actitudes, identidad, política, ideología, etc. De hecho, la Sociolingüística surgió sin
base teórica alguna, salvo la asunción de la naturaleza social del lenguaje, y ha ido
construyendo toda su fundamentación, afortunadamente creemos, gracias a la
interdisciplinariedad que ha practicado.
La Sociolingüística no surge al margen de la filosofía social de su tiempo. Tratar sus
orígenes, muy a grandes rasgos, necesariamente implica tener en cuenta diversos
acontecimientos históricos previos, o más bien movimientos teóricos anteriores que
constituyen un punto de convergencia en la motivación por el desarrolló de està nueva
disciplina comò reacción a los mismos y también corno respuesta a toda una serie de
necesidades sociales. La tesis kuhniana sobre la ruptura epistemológica motivada por la
revolución científica y la consiguiente adopción de un nuevo paradigma es, pues, un hecho
patente. Es sobre todo a partir de la Segunda Guerra Mundial cuando tiene lugar,
primeramente en el mundo anglo-norteamericano y posteriormente en otros países, la crisis
de las concepciones historicistas y el surgimiento de una sòlida corriente neopositivista en el
mundo de la ciencia en general, que será la llamada «revolución cuantitativa». Se produce
entonces un enfrentamiento entre lo cuantitativo y lo cualitativo en el que se oponen teorías,
métodos y técnicas de trabajo, y, por encima de todo, dos concepciones diferentes de la
investigación científica. El punto de partida de la concepción neopositivista del trabajo
científico es siempre empírico, la experiencia, y profundamente anti-idealista, en el que no
se reconocen corno vàlidos ningùn tipo de conocimiento derivado de la razón pura ni juicio
apriorístico alguno, salvo la probabilidad de verdad. Para expresar con precisión y claridad
los resultados de la investigación científica, entonces, se exige el uso del lenguaje
matemàtico y de la lògica, que se concibe corno una autèntica sintaxis de la ciencia, siendo,
así, la verificabilidad, la posibilidad de comprobar empíricamente la verdad o falsedad de los
enunciados, un criterio fundamental. Esto va a suponer un rechazo de la intuición y del.
conocimiento introspectivo, tan en boga por aquellos momentos de mitad de siglo, por
considerarlo un poder de conocimiento inferior, o, al menos, con menos garantías de
objetividad. El investigador ha de ser fundamentalmente, y por vocación, un hombre de
campo, y no de sillón. Finalmente, este interés por la aplicación de los sistemas lógicos al
material empírico propugnada por la revolución cuantitativa afectará tanto a las ciencias
naturales como sociales del momento.
Así mismo, en los años cincuenta y sesenta el modelo de sociedad occidental suina también
un proceso de modernización global mediante los correspondientes de industrialización y
urbanización: el proceso de urbanización iba ligado al surgimiento de las ciudades, en
detrimento de las zonas rurales, comò focos de desarrollo industrial. Pero los desajustes de
este proceso ocasionaron toda una serie de problemas sociales en los grandes centros
urbanos. Sería entonces la Sociología, surgida en los años sesenta corno disciplina
académica, la que provocò el interés de los lingüistas y educadores de los países
industrializados occidentales por todos aquellos aspectos con un contenido social,
concretamente por las relaciones entre el lenguaje y la marginación social, y por el uso de
su metodología en la investigación sobre éstos. Pero si durante los aftos sesenta los
incipientes estudios sociolingüísticos se centraban en los problemas de los países
desarrollados de Norteamérica y Europa, en los años setenta y ochenta, por el contrario, las
cuestiones relativas al multilingùismo y las políticas de lenguas nacionales de los países en
vías de desarrollo de Centroamérica y Sudamérica, Àfrica y Asia tomaron un caràcter
prioritario. Una de las principales causas del desarrollo de los estudios socio-culturalmente
contextualizados, siguiendo la inercia epistemológica de la revolución cuantitativa, se
encontraba en las propias concepciones estructuralistas y generativistas; concretamente, en
el sentimiento tan generalizado de insatisfacción ante las explicaciones e interpretaciones
ofrecidas por estas concepciones a los nuevos problemas planteados. La dicotomía
saussureana langue/parole, posteriormente perfeccionada con la chomskiana de
competencia/actuación, centraba su estudio en los rasgos formales de una lengua
sistemàticamente homogénea y la competencia del hablante ideal, e ignoraba, muy a
propòsito, la heterogeneidad de la parole y la actuación del hablante. Langue
estaba directamente relacionada con la lingüística interna, o microlingüística, que sólo se
ocupa de la estructura de los sistemas lingüísticos y trabaja con la Fonologia, Morfologia,
Sintaxis y Semàntica comò niveles de anàlisis. Parole estaba, y de hecho està,
directamente relacionada con la lingüística externa, o macrolingüística, que se ocupa del
lenguaje en un sentido amplio: se interesa por la adquisición y uso del lenguaje, la
interdependencia de la cultura, la sociedad y la lengua, los mecanismos implicados en el
comportamiento de la lengua, etc. La sistemática homogeneidad de la noción saussureana
de 'lengua' estaba asociada con la competencia chomskiana, mientras que 'habla' se
vinculaba con actuación, concepto relacionado con las expresiones concretas producidas
por los hablantes en situaciones reales independientemente del sistema abstracto de reglas.
Las lenguas fueron vistas como sistemas autosuficiente, autónomos y coherentes, y los
lingüistas sólo estaban interesados en los rasgos formales de una lengua idealizada: la
ñangue y la competencia. En otras palabras, en el pasado los lingüistas se centraron en la
microlingüística, la sistemàtica homogeneidad de la lengua y la competencia del hablante,
ignorando deliberadamente el nivel macro lingüístico con el habla regularmente
heterogénea, su variabilidad y la actuación del hablante, desestimando además el estudio
del lenguaje en su contexto socio-cultural. La explicación teòrica que normalmente se
ofrecía para los fenómenos de la variabilidad era la noción bloomfieldiana de 'variación
libre'; està explicación, ademàs de evitar tener que enfrentarse con la supuesta
inmanejabilidad de los mismos, implicaba sostener que en realidad no hay ninguna razón
para elegir una variante en lugar de otra del abanico de posibilidades disponibles para una
determinarla forma lingüística dentro del repertorio verbal del hablante. Es decir, que se
puede utilizar cualquiera de las variantes indistintamente. Sin embargo, la aproximación
sociolingüística a estos fenómenos defendió y constatò empíricamente que no existe la
'variación libre' corno tal, sino la variación social y/o contextualmente condicionada, donde
cada variante ha de describirse en términos de frecuencia de uso atendiendo a factores
sociales y/o contextuales: hay hablantes que utilizan una variante predominantemente, otros
que utilizan otra también predominantemente, y hay quienes pueden presentar una
variación esporàdica en la frecuencia de uso de ambas formas. Un sistema lingüístico
monolítico comò el que presidia los presupuestos teóricos de aquellos afios era, por
consiguiente, incapaz de explicar el hecho de que la estructura social pudiera mantener
alguna relación causal con esas variaciones presentes en el lenguaje. Hubo una reacción
lògica contra este modelo teòrico que tuvo como consecuencia un cambio fundamental: de
la noción de comunidad de habla sistemàticamente homogénea se pasa a la noción de
comunidad de habla regularmente heterogénea.
Fue principalmente a partir de los afios sesenta cuando, gracias a la colaboración de
científicos sociales y a la presunción de la naturaleza heterogénea de- las comunidades
LIngÜísticas, algunos lingüistas se interesaron por la tan olvidada macrolingüística, la
lingüística externa, y se decidieron a acometer las complejas realidades del uso de la
lengua en la sociedad, utilizando los niveles de anàlisis micro lingüísticos (fonologia,
morfologia, sintaxis, y semàntica) corno variables LIngÜísticas. Pero si los conceptos de
competencia y actuación van ligados a los de gramaticalidad y aceptabilidad, por ser los
ùltimos cualidades de los dos primeros, el hecho de que la Sociolingüística se centre en la
actuación lingüística concreta de los hablantes —la lengua en uso—, con su aceptabilidad, y
se aleje de la competencia y la gramaticalidad no significa que se interese por un lenguaje
ilógico y caòtico corno la propia naturaleza espontánea del habla podría hacernos suponer
equivocadamente. De ahí que, desde el Anàlisis del Discurso y la Etnografía de la
Comunicación, la Sociolingüística haya demostrado e insistido en la existencia de otras
reglas, en este caso socio-culturales, que redimensionan la competencia y matizan la
gramaticalidad, de algùn modo regulando la comunicación a través de la denominada
competencia comunicativa.
Al mismo tiempo que esto ocurría en el campo de la Lingüística General, la Dialectología
sufría un proceso de redefìnición y reformulación de sus principios teóricos y cometidos, por
un lado, y de actualización de los métodos y técnicas empleadas, por otro. De esta manera,
cabe hablar, corno indica Walters (1988:120), de una transformación en los cometidos
teóricos: del estudio de los dialectos y de su descripción se pasa al estudio del dialecto y de
su naturaleza. Así, la Sociolingüística ha logrado constatar la variabilidad del lenguaje
localizando y describiendo la simetría existente entre la variación social y la variación
lingüística en términos de variación sociolingüística, esto es, formas alternativas de decir lo
mismo aunque socialmente significativas. De este modo, se ha podido rechazar la noción de
'variación libre' corno explicación a estos fenómenos puesto que « h a y razones suficientes
para que un hablante utilice una variante en lugar de otra dentro de las posibles alternativas
que su repertorio verbal le pueda ofrecer: la lengua, mediante sus variables lingUisticas, se
correlaciona de modo muy significativo con rasgos distintivos sociales, corno son la clase
social, estatus, edad, sexo, raza, religión, redes sociales, etc, y estilos. En las relaciones
entre la sociedad y el lenguaje, mundo y pensamiento, ya no se trata de concluir si el
lenguaje es un fiel reflejo de la sociedad o viceversa, sino más bien que el lenguaje es la
sociedad. Con todo, el estudio del lenguaje en tanto que fenòmeno socio-cultural no es
precisamente reciente. Como ha indicado Hymes (1972a), el concepto de sociedad y su
posible repercusión en el medio de comunicación verbal se ha hecho explícito en la Ciencia
Lingüística desde los mismos inicios del siglo X X , ascendiendo en la escala de valores y
prioridades con las posteriores teorías sociolingüísticas. En cualquier caso, todos estos
ingredientes han hecho que se caracterice està disciplina corno eminentemente
interdisciplinaria: Lingüística y Sociología {Sociología del Lenguaje), Lingüística y Psicología
{Psicologia Social del Lenguaje), Lingüística y Antropología {Lingüística Antropològica,
Antropolingüística), Lingüística y Etnografía {Etnografía de la Comunicación,
Etnolingüística), Lingüística y Geografía {Geolinguistica), Sociolinguistica e Historia
{Sociolingüística Histórica), etc.
Capítulo 2: El debate, en està àrea de estudio, llega con el término empleado,
'sociolingüística', dada su multiplicidad de interpretaciones. Asi, durante muchos afios
William Labov se opuso al mismo, considerado por él un «uso de algùn modo engañoso de
un término curiosamente redundante» (Labov 1972a: 183), «puesto que implica que puede
haber una teoría o pràctica lingüística exitosa que no sea social» (Labov 1972a: xix). Él
pensaba que esta disciplina, en verdad, debería haberse llamado simplemente lingüística en
lugar de sociolingüística. Al analizar los fundamentos de la teoría sociolingüística, Figueroa
(1994) considera a Labov centrado bàsicamente en la variación lingüística y lo define desde
el realismo y positivismo, tanto social como científico. Desde un punto de vista metateórico,
la formulación de la Sociolingüística de Labov se basa en tres tipos de realismo: el realismo
metafísico, el realismo científico y el realismo mundano. El primero defiende la idea de que
el mundo, o realidad mundana, existe independientemente de nuestro conocimiento sobre
éste; el realismo mundano hace referencia al mundo 'secular y cotidiano' en que la gente
vive y se desenvuelve diariamente; y el realismo científico consiste en la aplicación del
realismo metafísico a la Ciencia, lo que significa que està describe el mundo real. Así, con
estos supuestos, Labov (1972a: xix) considera que los estudios lingüísticos previos a los
sesenta estaban muy alejados del 'mundo real'; en todos ellos predominaba el estudio
introspectivo, conocido comò lingüística 'de sillón' —para diferenciarla de la 'secular'—,
sobre el sistema lingüístico abstracto del hablante-oyente ideal. De ahí que su trabajo fuera
en cierto modo un desafío a la tradición. Con todo, aunque él desarrollara una Dialectología
urbana sociològica y lingüística, o sociolingüística, desde el realismo y el positivismo,
tampoco ha abogado nunca por la exclusión del procedimiento que no es meramente
empírico, el introspectivo, sino que, más bien, ha considerado que tanto la lingüística de
sillón corno la lingüística secular se complementan y son inevitablemente imprescindibles.
De hecho, si Labov aceptó el término 'sociolingüística', a pesar de considerarlo redundante
en un principio, fue con el ùnico propòsito de delimitar el estudio empírico sobre el lenguaje
en su contexto socio-cultural frente al puramente introspectivo y socio-culturalmente
descontextualizado: «si no fuera necesario comparar este estudio con el del lenguaje ajeno
a su contexto social, yo preferirla afirmar que se trataría simplemente de lingüística».
Tomando corno referencia a Rona (1972, 1974), el trazado de un eje tridimensional que
contenga un eje diastràtico (dimensión social, también incluyendo una dimensión diafàsica o
estilística), un eje diacrònico (dimensión temporal), y un eje diatópico (dimensión espacial o
geogràfica), nos permite considerar la cobertura de los estudios sociolingüísticos con
respecto a otras disciplinas: EJE DIACRÓNICO (tiempo), EJE DIATÓPICO (geografía), EJE
DIASTRÁTICO (sociedad).
Eje diacrónico: El tiempo, traducido en desarrollos históricos, siempre se ha considerado
la unidad contextual principal de la teoría tanto social como no lingüística. Podemos afirmar
que todo elemento histórico (temporal) de los hechos humanos ha sido un rasgo esencial y
comùn a las diferentes tendencias de la ciencia social hasta la mitad del presente siglo
aproximadamente. Tradicionalmente, la Geografía y la Historia, por ej empio, siempre se
han atribuido
un excepcionalismo que las caracterizaba corno ciencias singulares entre las demàs y que
las excusaba frente a las revoluciones científicas; así, la tradición historicista consideraba
que ambas se enfrentan con explicar lo ùnico siempre a través del tiempo. Tampoco
estuvieron al margen de estas concepciones historicistas (Lingüística y la Dialectología
Tradicional) ambas completamente desvinculadas entonces. Tanto para la Lingüística
Histórica, con su teoría de las ondas, corno para la Filología Comparada, con su teoría del
àrbol genealògico, el tiempo y los desarrollos históricos conformaban sus modelos de
anàlisis, comò lo reflejan sus estudios de naturaleza eminentemente diacrònica. Durante el
siglo XIX, pues, son patentes tres modelos de representación del conocimiento lingüístico:
la Filología, la Lingüística Comparada e Histórica y, con una importancia menor, la
Lingüística Descriptiva. Durante algùn tiempo los tres enfoques aparecen mezclados en
obras que intentan adscribirse a una u otra tendencia de investigación. En el ùltimo cuarto
del siglo los lingüistas neogramàticos alemanes se esfuerzan por establecer las lindes de
las tres disciplinas. Esta normativa impone una visión ordenada del sistema, la cual
contribuye a descripciones exhaustivas de las variedades históricas o contemporáneas de
lenguas conocidas. Fue el lingüista de formación neogramàtica Ferdinand de Saussure
quien configurò definitivamente la distinción entre ambos métodos de estudio cuando
propuso la antinomia sincronía-diacronía. La lingüística sincrònica estudia el lenguaje
haciendo abstracción de la acción del tiempo sobre él y, concentràndose en el eje de
simultaneidades, analiza estados de lengua; la diacrònica centra su investigación en la
acción del tiempo y, desde el eje de sucesiones, en las fases de la evolución de aquélla.
Con el comienzo del siglo X X se inicia una nueva etapa en el estudio lingüístico. La crisis
de los paradigmas científicos, especialmente el darwiniano a finales del siglo XIX, terminó
de eclipsar a la Lingüística Histórica. Parecía claro que el estudio meramente diacrònico era
insuficiente para profundizar en el conocimiento de la complejidad de las lenguas y su
variación interna, sobre todo si se basaba en los paradigmas científicos de la época. Tanto
en Europa comò en los Estados Unidos se rompen los lazos con la tradición lingüística
entonces vigente. Entramos así en una nueva etapa que es la que perdura hasta nuestros
días: la lingüística sincrònica. Si la investigación decimonónica se centraba en la historia de
las lenguas y su evolución hasta nuestros días, la reconstrucción de proto-lenguas, las
familias de lenguas, etc, el nuevo enfoque lingüístico del siglo X X , por el contrario, supone
el estudio de las lenguas corno sistemas de comunicación en un momento cronològico,
dejando de lado su historia, sus cambios o su evolución. Es decir, la Lingüística Sincrònica,
a diferencia de la Diacrònica, se aleja de los cambios históricos que han sufrido las diversas
lenguas para centrarse en lo que Ferdinand de Saussure denominó état de langue. Lo que
prevalece ahora no es la evolución lingüística, sino el estudio de la lengua en un momento
histórico concreto, en un punto en el tiempo. bien metodològicamente es ùtil, ha sido
cuestionada posteriormente. Hay que reconocer, sin embargo, que, a pesar de ofrecer
algunas concepciones un tanto desacertadas, corno la de ausencia de sistematicidad en la
evolución diacrònica, es incuestionable la validez —si bien exclusivamente metodològica—
de la propuesta saussureana para diferenciar la investigación descriptiva de estados de
lengua y la exploración de los distintos estadios de su progresión, corno, de hecho, se ha
venido practicando. Tanto la Sociolingüística Histórica, comò la Lingüística Socio-histórìca,
en términos de Romaine (1982byl988), tratan de integrar estas dos perspectivas temporales
en una misma propuesta disciplinar e investigadora.
Eje diatópico: La Dialectología Tradicional ha insistido en el espacio geográfico (físico)
para sus descripciones sintópicas o diatópicas y sincrónicas o diacrónicas de los idiolectos.
En lo que se refiere al espacio, concretamente, su tratamiento coincide con el de la
Geografía Humana de aquellos momentos anteriores a 1960, que se ocupaba de las
regiones', con 'la diferencia' y 'la distintividad' corno referentes de su objeto de estudio.
Asumiendo que los dialectos eran entidades discretas, homogéneas y separadas por
fronteras dialectales, los dialectólogos tradicionales analizaban las àreas de modo individual
y con total independencia de las circundantes, siempre buscando sus características ùnicas
y trazando isoglosas en mapas lingüísticos para 'diseccionar' y representar esa
discontinuidad de las àreas dialectales —en lugar de centrarse en los procesos mismos o
en las estructuras espaciales. Pero ni tuvieron en cuenta jamàs, por ejemplo, una dimensión
social (eje diastràtico) ni le dieron al espacio más importancia que la de considerarlo un
mero continente de variación lingüística. Su percepción del espacio era, por tanto, más bien
estàtica. Al limitarse al tiempo y a la historicidad para reconstruir la variación dialectal
existente en el pasado, o presente, de una lengua, ignoraban el dinamismo de la sociedad,
no evaluaban las posibles interrelaciones de los distintos lugares, y la función del espacio se
reducía a la representación en mapas de la distribución geogràfica de su variación
fonético-fonológica, morfo-sintàctica o léxica. La Geolingùistica trudgilliana, ofrece una
aproximación más dinàmica a la relación existente entre el espacio geogràfico y el lenguaje.
Eje diastrático: Tras el prolongado desinterés por la sociedad en los estudios lingüísticos,
ya abordado anteriormente, podemos afirmar que, actualmente, en las relaciones entre la
sociedad y el lenguaje, mundo y pensamiento, ya no se trata de concluir si el lenguaje es un
fiel reflejo de la sociedad o viceversa, sino más bien que el lenguaje es inevitablemente la
sociedad. Ha sido la Sociolingüística la disciplina que ha logrado constatar la variabilidad del
lenguaje mediante la localización y descripción de la simetría existente entre la variación
social y la variación lingüística en términos de variación sociolingüística, esto es, formas
alternativas de decir lo mismo aunque socialmente significativas. De este modo, se ha
podido rechazar la noción de 'variación libre' y, por el contrario, demostrar y afirmar que la
lengua, mediante sus variables lingiiisticas, se correlaciona de modo muy significativo con
rasgos distintivos sociales (variación diastràtica), corno son la clase social, edad, sexo, etc,
ademàs de situacionales o estilisticos (variación diafàsica). Si, en general, la Dialectología
Tradicional estudia la variación lingüística de modo bidimensional, esto es, temporal y
geogràficamente, la Lingüística Secular, o Sociolinguistica Laboviana, por su parte, comò se
subrayó en Hernàndez Campoy (1993a y 1993b), estudia la variación lingüística de modo
(tridimensional, esto es, temporal, geogràfica y socialmente (incluyendo la dimensión
diafàsica a través del estudio del estilo).
Eje diafásico, el contexto situacional: En Lingüística, el énfasis en el contexto ha ido, en
desarrollos cronológicos, muy de la mano del puesto en la sociedad, de ahí que vaya
habitualmente ligado a la Sociolingüística, a pesar de la solidez de los estudios de
Estilística. Como hemos apuntado en 1.3.5, la lingüística britànica firthiana londinense
ofrece toda una teoría del significado, con el contexto situacional corno pieza fundamental:
el significado de cualquier enunciado hay que entenderlo teniendo en cuenta las diversas
funciones de los determinados contextos situacionales en que pueda ser utilizado. Pero, del
mismo modo, el uso en la lengua de una determinada variante, en lugar de otra, puede
obedecer a condicionantes estilisticos motivados por el contexto situacional (variación
diafàsica) en que tiene lugar el acto del habla, ademàs de los sociales, corno son la clase
social, estatus, edad, sexo, redes sociales, etc. Esto es, la lengua varía no solo segùn las
características sociales del hablante sino también según el contexto social en el que éste se
encuentra, con lo que el mismo hablante puede utilizar diferentes variedades lingüísticas en
diferentes situaciones y con objetivos también diferentes. Aparte del tratamiento que la
Sociolingüística da a este eje diafásico corno paràmetro socio-situacional en sus estudios
correlacionales, la Socio-semiòtica hallidayana, o el contextualismo, inspirada en Firth, hace
un gran hincapié en està perspectiva.
Cap 3: La Sociolingüística ha quedado constituida comò la disciplina lingüística que estudia
el lenguaje y su relación con la sociedad y la cultura. Las posibilidades de està relación
pueden concretarse en tres direcciones: la influencia de la sociedad en la lengua, la
covariación de fenómenos socio-culturales y lingüísticos, y la influencia de la lengua en la
sociedad. Una vez localizada la Sociolingüística en los estudios de la Ciencia Lingüística, y
establecidas su cobertura, división y límites, puede esbozarse con mayor solidez y precisión
el marco taxonómico del espectro temático lenguaje y sociedad. Pero la heterogénea
definición de la Sociolingüística afecta incluso a las taxonomías tan diferentes que se han
sugerido para los estudios sociolingüísticos. Coincidiendo en destacar la naturaleza
susceptible de multiplicidad de interpretaciones de los estudios relativos al paradigma
lenguaje y sociedad, Hymes (1974 ) y Trudgill (1978b, 1983b) nos ofrecen las dos tipologías
de estudios sociolingüísticos más recurridas. Hymes (1974) habla de tres aspectos
interrelacionados que resultan primordiales para la Sociolingüística por afectar al campo de
acción, dependencias con respecto a otras disciplinas, y fundamentos de la Ciencia
Lingüística: primero, que hay una forma de organizar el lenguaje que forma parte de la
constitución de la conducta comunicativa en la comunidad, cuya comprensión requiere una
forma nueva de descripción de la lengua; segundo, que el reconocimiento de està forma de
organización nos lleva a reconocer que el estudio del lenguaje ha de ser un campo
multidisciplinario, un campo para el que la Lingüística General sea indispensable, pero
también junto con otras disciplinas comò la Sociología, la Antropología Social, la Pedagogia,
el Folclore, y.la Poètica; lercero, que el estudio de està forma de organización nos lieve a
reconsiderar también las bases de la Lingüística misma. Podríamos decir que estos tres
aspectos tienen que ver con el campo de acción, las dependencias y, en último término, con
los fundamentos mismos de la Lingüística. Estos tres aspectos pueden interpretarse comò
tres reivindicaciones que él hace para la Sociolingüística, las cuales tienen un caràcter
consecutivo puesto que la primera reivindicación conduce a la segunda y està a la tercera.
La descripción lingüística debe incluir la organización de la conducta comunicativa de la
comunidad, esto es, una aproximación etnográfica; el estudio del lenguaje debe llevarse a
cabo de un modo interdisciplinar, con lo que, así, los propios fundamentos de la Lingüística
serían más diáfanos. Hymes (1974: 195) también subraya la diversidad de interpretaciones
del término 'sociolingüística' y distingue tres orientaciones principales en estos estudios, a
las que compara con la teoría lingüística convencional: i) lingüística social y lingüística
(Habla Hymes de una orientación social y lingüística centrada en la aplicación de la teoría
lingüística para la solución de problemas sociales cotidianos derivados del lenguaje y el uso
de la lengua, sin colisionar con la Lingüística General. En està tendencia situaría el trabajo
de Fishman con la Sociología del Lenguaje y sus estudios sobre los problemas educativos
en países tanto desarrollados, concretamente en los grandes nùcleos industrializados
—susceptibles de generar marginación con las minorias lingUisticas—, corno en aquellos en
vías de desarrollo que se encuentran necesitados de políticas lingÜísticas); ii) lingüística
socialmente realista (La orientación lingüística socialmente realista tiene los mismos
objetivos que la Lingüística General, si bien difiere radicalmente en la metodología de
investigación. Es, como decía Labov, un modo distinto de hacer Lingüística. En este grupo
situarla, por consiguiente, el trabajo de Labov con la Lingüística Secular, e incluso el de
Lakoff con su anàlisis del significado y los actos de habla en contexto sociales), y iii)
lingüística socialmente constituida (La orientación lingüística socialmente constituida
contempla el lenguaje comò parte de la conducta comunicativa y de la acción social:
«concebida para expresar la convicción de que la función social da forma a los modos en
que los rasgos lingüísticos aparecen en la vida real». A diferencia de la primera tendencia,
que era compatible con la teoría lingüística tradicional, y en total sintonía metodològica con
la segunda, la tercera supone una redefìnición de la Lingüística dado que de algùn modo
'desafía' tanto la teoría lingüística corno la metodología de trabajo de la Lingüística
General).
Trudgill(1978)nos ofrece una clasificación de las direcciones en Sociolingüística atendiendo
a los objetivos de los investigadores de este campo. Para él, una cosa es investigar las
relaciones entre lenguaje y sociedad con el propòsito de una mayor comprensión de la
estructura y naturaleza del lenguaje y còrno las lenguas funcionan en la interacción social; y
otra cosa muy diferente es investigar esas relaciones con el fin de comprender mejor la
sociedad. Así que, atendiendo a los objetivos, segùn él, marcados en las investigaciones
sociolingÜísticas, es posible dividir los estudios de lenguaje y sociedad en tres grupos:
disciplinas con objetivos i) sociológicos (Aquellos estudios en los que los objetivos son
completamente sociológicos, o científico sociales, y que, por tanto, segùn Trudgill, no serían
lingüísticos: aquí situaría la Etnometodología, a la que considera corno «un modo de hacer
la etnografìa o sociología que estudia el razonamiento pràctico de la gente y el conocimiento
del sentido comùn de su sociedad y el modo en que funciona» (Trudgill 1978b: 2), puesto
que utiliza datos lingüísticos con fines meramente sociológicos), ii) sociológicos y
lingüísticos (Serían aquellos estudios en los que los objetivos son en parte sociológicos y en
parte lingüísticos. Para Trudgill este sería el grupo más controvertido puesto que «...algunos
investigadores incluyen toda està categoría dentro de la sociolingüística; otros la excluirian
en su totalidad; y otros incluirían algunas àreas pero no todas» (Trudgill 1983 b: 3). Aquí
incluye la Sociología del Lenguaje, la Psicología Social del Lenguaje, la Lingüística
Antropològica, el Anàlisis del Discurso, y la Etnografía de la Comunicación), y iii) lingüísticos
(Serían aquellos estudios en los que los objetivos son puramente lingüísticos. En està
categoría sitúa Trudgill a la Dialectología Tradicional, la Lingüística Secular, y la
Geolinguistica).
Martínez y Speranza: La perspectiva etnopragmática es una propuesta
teórico-metodológica que plantea un modelo de explicación del empleo de la lengua basado
en la idea de que las elecciones lingüísticas de los hablantes no son aleatorias, sino que
están motivadas semántica y pragmáticamente, y que la búsqueda de motivación debería
estar ligada a consideraciones de índole comunicativa.
La condición de la gramaticalidad en los enunciados producidos por los hablantes no es
considerada, desde esta perspectiva, como una propiedad separada, independiente y
arbitraria, sino que reflejaría conceptualizaciones determinadas que pueden hacerse
manifiestas en el análisis lingüístico. En este sentido, la gramática estaría siempre
“emergiendo”; un estado de gramática es la consolidación de perspectivas conceptuales y
necesidades comunicativas materializadas en las selecciones lingüísticas de los hablantes,
en las que inciden aspectos culturales.
La perspectiva etnopragmática busca explicar estrategias lingüísticas (elecciones
gramaticales que la tradición explica y evalúa desde condiciones más rígidas) desde las
conceptualizaciones originadas en un marco cultural determinado. Intenta explicar patrones,
procesos o rasgos culturales que se hacen manifiestos en el uso de la lengua.
La etnopragmática considera condición excluyente entrar en el análisis de la lengua a través
de la variación intra-hablante, a partir de la cual puede dar cuenta de la variación
inter-hablante.
La variación implica que un evento puede representarse lingüísticamente desde diferentes
perspectivas, y que dos o más términos son referencialmente equivalentes. Los parámetros
que determinan la alternancia pueden ser tanto lingüísticos como extralingüísticos.
El enfoque etno pragmático asume, en consonancia con la Escuela de Columbia:
● El hecho de que la sintaxis es comunicativamente motivada, libre de todo
sometimiento a reglas y ligada a las posibilidades cognoscitivas de los hablantes.
● La necesidad analítica de postular el significado único e impreciso para cada forma
que se haya manifiesto en todos los contextos en que la forma ocurre.
● La existencia de señales de soporte material no fónico, dentro de las unidades de la
lengua, tales como el orden de las palabras o la ausencia de un morfema.
● La diferencia entre el significado (monosemia) de las inferencias en los mensajes
que lo anidan (polisemia).
● La consideración de la frecuencia relativa de uso de las formas en variación como
síntoma de la perspectiva cognitiva del hablante.
● La gramática de una lengua está íntimamente ligada a la cultura de sus hablantes
Si bien la perspectiva etnopragmática (que enfatiza la variación intra-hablante, el significado
básico de los morfemas en variación, su relación con el contexto y el perfilamiento cognitivo
que implica la alternancia) puede aplicarse al análisis de situaciones de monolingüismo y de
registro estandarizado, son las situaciones de contacto de lenguas las que nos revelan con
mayor intensidad las posibilidades de los hablantes en el manejo de sus lenguas.
El objetivo del enfoque etno pragmático:
● Estudiar las motivaciones de los hablantes en sus selecciones lingüísticas.
● Determinar la relación entre el aporte significativo de dichas selecciones y el
mensaje que se infiere en el discurso.
Dos aspectos fundamentales del enfoque etno pragmático:
1. Se trata de estudios de variación lingüística
2. Se considera indispensable tener en cuenta la frecuencia relativa de uso de las
formas en variación, a la luz del contexto.
Contexto: Todos los elementos lingüísticos (el entorno lingüístico -micro- inmediato que
acompaña a cada forma alternante) y extralingüísticos donde cada variable dependiente es
admisible (factores extralingüísticos de producción, componentes del efecto inferencial del
mensaje -macro-; pautas comunicativas, sociales y culturales relevantes a la comunidad de
habla que estudiamos).
Frecuencia relativa de uso: Valor metodológico; la frecuencia con que se prefieren unas
formas a otras revela la colocación (sintaxis) más coherente de los recursos lingüísticos
disponibles, cuánto y cuándo los hablantes recurren a las formas en variación. El “cuánto”
es medido por la frecuencia relativa de uso de las formas, y el “cuándo” a partir de la mirada
a los contextos lingüísticos micro sintácticos y a la compresión de los contextos
extralingüísticos (etnográficos, culturales, etc).
Para el enfoque etno pragmático, la variación lingüística es la alternancia de formas
lingüísticas distintas: variables dependientes (cada forma en alternancia) y variables
independientes (las postula el investigador; no están dadas de antemano, sino que son los
factores que influyen en la selección de formas. Se postulan con el fin de explicar las
“diversas frecuencias relativas en las propiedades cualitativas de los contextos que las
evocan”).
Técnicas empleadas por el enfoque etno pragmático para el análisis de la variación
1) Técnicas de análisis cualitativo:
● El contraste de pares mínimos (variables dependientes bajo estudio)
● El análisis textual (entrevistas)
● Las encuestas a informantes
● La introspección
2) Técnicas de análisis cuantitativo:
● Medición de la frecuencia relativa de uso
● Herramientas estadísticas
¿Cómo se plantean las hipótesis en el enfoque etno pragmático?
Las hipótesis y su demostración se plantean a la luz del análisis cualitativo-cuantitativo de
las formas en variación (variables dependientes o formas alternantes), en contexto.
Las hipótesis se experimentan en un corpus constituido por el discurso real de los
hablantes, es decir, la producción lingüística que los seres humanos utilizan para
comunicarse. Y esto hace excluir todo intento de trabajar con emisiones
descontextualizadas o estructuras ad hoc.
El significado que cada forma en variación privilegia comienza como algo no observable,
algo que no puede ser reconocido a primera vista. El objetivo del investigador es plantear
una hipótesis acerca del significado particular de cada forma en variación para llegar a
comprender la distribución de la señal que se asocia con cada forma. Y esta señal no se
distribuye al azar en el uso del lenguaje. Lo que causaría su alejamiento de una distribución
aleatoria parecería ser su significado y la forma en que este es explotado para la producción
de mensajes. El procedimiento analítico que se emplea para probar la hipótesis radica en la
evaluación de en qué medida los significados hipotetizados para cada forma en alternancia
contribuyen aceptablemente al efecto total del mensaje.
Martinez: La metodologìa se presenta corno una propuesta congruente con los principios
teóricos que privilegian una visión "socio-funcional-cognitiva" del lenguaje. Junto a técnicas
informales de valor cualitativo tales corno el contraste de pares mínimos, el anàlisis textual,
las encuestas a informantes y la introspección, entre otras, se propone la relevancia de la
formulación de hipótesis y su demostración mediante métodos cuantitativos porque, al decir
de Garcia (1988: 28): "El contexto no determina: sólo delimita, probabilísticamente, los
confines de un mensaje más o menos congruente". El corpus en el que se experimentan las
hipótesis lo constituye el discurso real, es decir, la producción lingüística que los seres
humanos utilizan para comunicarse. Esto hace excluir todo intento de trabajar con
emisiones descontextualizadas o estructuras ad hoc. Ante la eventualidad de que el corpus
genuino no resultará muy productivo en cuanto a la frecuencia de las formas cuyo uso se
desea analizar, el método propone la aplicación de tests experimentales que permiten
incrementar los datos. El anàlisis etnopragmàtico del discurso parte de la consideración de
que las combinaciones sintàcticas y su evidente regularidad son motivadas por principios
cognitivos generales a los que el hablante apela para lograr relevancia y coherencia
comunicativas. Ha centrado específicamente su interés en mostrar cómo la frecuencia
relativa de uso de las formas constituye un sintonia de la perspectiva cognitiva del hablante
y refleja pautas culturales. La Etnopragmàtica es una disciplina de reciente desarrollo, por
consiguiente no se han generalizado aùn pautas de orden teòrico y metodològico. No
excluye esto, sin embargo, la existencia de investigaciones que han conducido a la reflexión
sobre este enfoque del análisis del lenguaje, tal como señalamos a continuación. En la
década pasada, se hace alusión a la etnopragmàtica corno disciplina, en la literatura
lingüística, en varias ocasiones.
En 1993, es mencionada en el proyecto: Programa de investigación etnopragmàtica:
Variación lingüística corno reflejo de valores culturales, dirigido por Èrica C. Garcia Garcia,
en el que se esboza una definición: "Etnopragmàtica: interpretación de estrategias
comunicativas de ìndole pragmàtica en términos de categorías étnicas". Quedan
establecidos dos aspectos fundamentales de este enfoque: 1) se trata de estudios de
variación y 2) se considera indispensable tornar en cuenta la frecuencia de uso de las
formas lingüísticas. Otras características de la etnopragmática son: El anàlisis
etnopragmàtico se propone ayudar a explicar los procesos cognitivos que llevan al hablante
a resolver sus necesidades comunicativas. El desvío en la frecuencia (relativa) de uso de
las formas revela perspectivas cognitivas, insólitas o no; La presencia de la variación en el
uso del lenguaje puede arrojar luz sobre esos procesos puesto que la frecuencia relativa de
uso de las formas es un síntoma de la perspectiva cognitiva del hablante (Garcia, 1995:70),
en tanto permite descubrir en qué contexto pragmàtico se favorece qué forma lingüística; El
enfoque cognitivo que una comunidad hace de su realidad se manifiesta en la lengua
mediante desvíos —a veces inesperados— en la frecuencia de uso. Dichos desvíos
reflejan, muchas veces, estrategias etno pragmáticas y ponen de manifiesto el contacto
entre dos culturas.
La Etnopragmàtica relaciona el significado de los signos con los mensajes usados en la
comunicación y considera que esta relación no puede determinarse a priori. Apuesta a que
la gramática no es generativa en tanto no hay reglas, ni conjuntos de cadenas arbitrarias
obligatorias en un lenguaje. Adhiere, por lo tanto, al menos en parte, a los siguientes
enfoques: Estructuralismo (se relaciona con la reinterpretación y reelaboración de las
orientaciones funcionales de las tradiciones saussureana, jakobsoniana y de la Escuela de
Guillaume. La filiación con dichas teorías del lenguaje, en efecto, no es absoluta, ya que la
Etnopragmàtica, siguiendo a la Escuela de Columbia, considera que la lengua es forma y
sustancia. En cuanto a la postura de Jakobson, la Etnopragmàtica se aparta en lo que se
refiere a la consideración del proceso comunicativo, ya que pone énfasis en el poder
inferencial de los seres humanos, que permite extraer mensajes de la relación entre el
significado de las formas gramaticales y el contexto de aparición de las mismas);
Sociolingüística (la Etnopragmàtica establece su objetivo en la explicación de la variación
en el lenguaje, pero lo hace desde una perspectiva diferente de la que ha adoptado la
tradición sociolinguìstica); Enfoques cognitivos (El concepto de estrategia comunicativa y
su relación con los procesos cognitivos de los hablantes permiten vincular a este enfoque
con principios que emanan del interés por la relación entre la cognición y el lenguaje);
Pragmática y análisis del discurso (La Etnopragmàtica se basa en el anàlisis
microsintdctico, firmemente enraizado en los presupuestos pragmàticos de toda habla
(Garcia 1995:70); toma en consideración el estudio de la lengua en uso comò medio de
comunicación entre los seres humanos y la interpretación del significado en el contexto,
interesàndose por corno afecta la función comunicativa a la gramàtica de las lenguas (Reid
1995:115-6). Considera que la gramàtica es "emergente" (Heine, Claudi y Hiinnemeyer
1991) y se nutre de los hallazgos de la Pragmàtica en lo que se refiere a los procesos
comunicativos (Sperber y Wilson 1986), generando la bùsqueda de paràmetros lingüísticos
y extralingüísticos, de orden pragmàtico y discursivo, para explicar la selección lingüística);
Escuela lingüística de Columbia (El compromiso teòrico que subyace a la Etnopragmàtica
està fuertemente ligado con los principios de la Escuela Lingüística de Columbia).
Teoría de la metodología: dado que los anàlisis propuestos deben permitir la
desconfirmación de los resultados, està siendo puesta siempre a prueba y, por lo tanto, està
sujeta a potenciales avances y retrocesos. Es decir, se concibe una Teoría no acabada,
dinàmica, en construcción, a la luz de los hallazgos que constituyen los resultados del
anàlisis. Esta concepción de la Teoría es consistente con los principios metodológicos que
se consideran eficaces para el análisis y a los cuales la Etnopragmàtica se ciñe
estrictamente. desvíos cuantitativos observados en el empleo de formas que apuntan a un
mismo referente y de la convicción de que el uso alternante de unidades lingüísticas no es
casual ni caótico sino que responde a necesidades de los hablantes en sus intentos
comunicativos. Los principios metodológicos que guían el anàlisis son los expuestos en toda
la obra de Garcia y en algunos trabajos de representantes de la Escuela de Columbia,
especialmente Diver (1995), Huffman (2000), Martinez (2004), Mauder y Martinez (2007).
Las hipótesis, en consecuencia, giran en torno a la identificación de una sustancia
semàntica que està en juego en el uso sistemàtico de formas lingüísticas y a las relaciones
de valor que surgen de la categorización de dicha sustancia semàntica, categorización que
los hablantes realizan a partir de una determinada conceptualización del mundo. esbozados
anteriormente— deberà tenerse en cuenta que un mismo significado puede dar lugar a una
amplia variedad de efectos en el mensaje y, por elio, diferenciar el significado bàsico
—invariable— de cada unidad lingüística, el mensaje que el hablante intenta transmitir y la
escena que quiere representar.
ESTÁ INCOMPLETO, faltan 2 páginas. Habla sobre cómo se analiza un fenómeno
lingüístico, los datos cuantitativos y cualitativos, y cómo se escribe el informe. Leer de
nuevo antes del final para saberlo bien.
Moñinari Marotto. “Comprensión del texto”: Un texto no es un conjunto aleatorio de
oraciones, sino un conjunto coherente. La comprensión de cada oración se atribuye a la
construcción de una interpretación coherente de todo el texto. La relación de
interdependencia entre el texto y las oraciones que lo componen se expresa: La información
presentada en cada oración deberá ser evaluada en relación con alguna representación del
discurso previo; cada oración a su vez contribuye a ir actualizando dicho discurso.
Coherencia y cohesión:
▪ La comprensión del texto como proceso componente El lector/oyente debe llevar a cabo
procesos componentes de la comprensión, correspondiente a distintos niveles de
procesamiento. Dichos procesos incluyen: Identificar palabras, recuperar el significado de
las mismas, detectar estructuras sintácticas, y extraer el significado de oraciones
individuales. La comprensión del texto exige establecer relaciones, que mantienen unidos
los eventos, hechos e ideas descritos por las diversas oraciones que conforman el texto,
mediante nexos como: temporales, motivacionales, causales, lógicos, etc. Estas relaciones
entre las distintas oraciones se establecen para armar el significado global del texto
(demanda esfuerzo y conciencia). El texto es presentado a la memoria como una
representación coherente, y no como trozos individuales de información. Esta
representación constituye la base para el recuerdo, comunicar a otros, y cualquier tarea de
acceso a la información almacenada en la memoria acerca del texto. La coherencia
entonces, depende de procesos inferenciales, basados en el conocimiento del lenguaje
como del mundo. La coherencia proviene de establecer la consistencia lógica y psicológica
de los eventos y estados relatados.
▪ Inferencias en comprensión del texto La comprensión del texto, requiere que el lector
arribe a una coherente representación del mismo en la memoria, y para ello se requiere que
cada nueva oración sea evaluada en relación con el texto previo. Una oración en un texto
recibirá un procesamiento semántico (significado) en tanto a sí misma, como en relación
con el texto. Para lograr una representación coherente del texto almacenado en la memoria,
se debe identificar relaciones entre las partes del texto, también entre el texto y el
conocimiento previo del lector. La comprensión del texto exige que el lector ponga en
marcha procesos inferenciales que permitirán utilizar su conocimiento previo como la
información general que dispone acerca del mundo. Se habla de procesos inferenciales, ya
que dentro de un texto se producen lagunas informacionales que deben ser llenadas por el
lector. Todo texto requiere que el lector realice inferencias, la coherencia del texto, se arma,
se construye mientras se avanza con la lectura del mismo. El lector utiliza su conocimiento
para identificar relaciones implícitas en el texto, activar información acerca de eventos,
hechos y temas no mencionados en él. Es por esto que la compresión la genera el sujeto.
Una inferencia se define como la información que es activada durante la lectura sin figurar
explícitamente en el texto.
Entonces:
• Un texto es un conjunto coherente de oraciones (para que tenga sentido).
• Un texto tiene siempre lagunas en su coherencia.
La cohesión del texto: Del conjunto de procesos inferenciales que el lector debe llevar a
cabo, para construir la coherencia, algunos tienen por objeto el procesamiento de las
relaciones de cohesión del texto. La cohesión está dada por la presencia de expresiones
cuya interpretación depende de la interpretación de otras expresiones del texto. Dichas
expresiones permiten evitar repeticiones de palabras y mantener la continuidad referencial
(el tema). La cohesión establece distintos tipos de relaciones con distintas partes del texto
con diferente significado. La más importante fuerte de cohesión textual son las expresiones
anafóricas, o anáforas. Es una expresión cuya interpretación depende de la interpretación
de otra expresión que aparece previamente en un texto denominado antecedente de
anáfora. Es la presencia de un término que para adquirir significado se debe buscarlo en
una cláusula (parte) anterior del texto.
Sin embargo, la coherencia de un texto no es solo coherencia referencial, ya que la
presencia de estas anáforas no garantiza la coherencia. La presencia de lazos anafóricos
co-referenciales tampoco alcanza para ser un texto coherente. No debe confundirse
pseudo-coherencia con baja coherencia. La primera es continuidad referencial, con
ausencia de lazos de consistencia lógica y/o psicológica entre las sucesivas afirmaciones.
La verdadera coherencia requiere de esos lazos. En cambio los textos con baja coherencia
exigirán más al lector en la realización de inferencias. En relación a estos textos con baja y
alta coherencia, la coherencia se convierte en variable independiente.
Independencia de coherencia y cohesión: Cohesión y coherencia diferencian un texto de un
conjunto de oraciones. Estas dos características no se implican mutuamente, pero en la
mayoría de los textos, muestran una considerable interdependencia.
a) Las expresiones anafóricas, fuente principal de cohesión textual, son los lazos que
contribuyen (aunque no determinan) a una estructura coherente.
b) La coherencia contribuye al proceso de asignación de antecedentes a las expresiones
anafóricas. La interpretación de las anáforas depende de la coherencia..
En resumen: Los conjuntos de oraciones constituyen textos en base a las relaciones que las
unen en una estructura coherente. El lector debe realizar inferencias que darán lugar a las
conexiones necesarias para comprender el texto. Algunas de esas conexiones están
señaladas mediante marcadores de cohesión tales como las expresiones anafóricas,
mientras que otras conexiones dependen del establecimiento de relaciones lógicas o
psicológicas. En todos los casos el lector deberá basarse tanto en su conocimiento general
del mundo y en sus habilidades lingüísticas. Como resultado se obtendrá una
representación coherente del texto almacenado en la memoria e integrada a la red de
conocimientos.
- El procesamiento anafórico: el procesamiento de las anáforas consiste en establecer
la conexión mental necesaria entre la anáfora y su antecedente en el texto. Es muy
importante resolver las anáforas ya que determinan sus correspondientes
antecedentes, de lo contrario no se podría construir una representación coherente
de la situación descrita en un texto, ni comprender.
Aspectos de la investigación de la comprensión del texto: La investigación de la
comprensión se inicia desde tres partes que se tienen en cuenta:
• Estructura del texto, en psicolingüística se efectuó una distinción entre distintos tipo de
texto.
• Conocimiento previo, permite realizar inferencias necesarias para organizar la información
contenida en el texto y así lograr una representación coherente del mismo. Todo texto
supone que además de las habilidades lingüísticas, el compresor dispone en su MLP
información (conocimiento general del mundo) necesaria para establecer la comprensión.
• Procesamiento del texto, debe considerarse la interacción estructura-proceso, y esto
conduce a los modelos de procesamiento. Los procesos cognitivos permiten comprender los
textos y construir una representación de la información textual.
- Estructura del texto: Tipología de textos; Elaboración de modelos formales de la estructura
del texto.
- Conocimiento previo necesario para que el sujeto comprenda: Conocimiento del lenguaje;
Conocimiento general del mundo; Conocimiento específico de dominio.
-Procesamiento del texto: Procesos cognitivos implicados en la comprensión del texto.
Relacionado con las líneas de investigación, se plantea el aprendizaje a partir del texto, que
no debe confundirse con la memoria de textos. Recordar un texto es reproducirlo, mientras
que aprender un texto implica ser capaz de usar la información provista por el texto en
conjunto con el conocimiento previo para inferir nuevos hechos o problemas.
La estructura del texto: tipos de textos:
Narrativos: se caracterizan por la presencia de personajes que llevan a cabo
eventos/acciones en tiempo y espacio específicos. La ocurrencia de sucesos sigue una
secuencia temporal y según relaciones causales y motivacionales. Pertenecen a novelas,
cuentos y fábulas, que tienen como fin entretener; requieren menos esfuerzo para su
comprensión. La información es ficticia y se narra como si fuera de manera cotidiana. Son
los textos que se estudian más por las características universales de la comprensión.
Expositivos: describen conceptos, ideas, argumentos, información nueva para el lector, y a
su vez describen relaciones lógicas entre acontecimientos y objetos con el fin de explicar,
educar, persuadir. Estos textos requieren más esfuerzo y atención, por lo que los obliga a
aplicar todos sus recursos cognitivos. Presentan un desarrollo piramidal, primero visión
general de los elementos, para luego enriquecerlos. Dentro de estos se encuentran, los
artículos científicos, ensayos filosóficos, libros de texto, etc.
Descriptivos: describen situaciones en un determinado momento, con características físicas
y perceptibles, con fin informativo. Son de este tipo las guías de turismo o catálogos.
Modelos formales de la estructura del texto: Siguiendo a Meyer, se puede definir la
estructura del texto como la organización que lo mantiene ligado y le da su organización
general. La estructura es lo que lo diferencia de un conjunto de palabras u oraciones. La
estructura muestra cómo ciertas ideas son de central importancia, mientras que otras son
periféricas, además especifica las conexiones lógicas entre ideas. Algunas razones para la
elaboración de modelos formales de la estructura textual son:
a. Método de identificación de la estructura textual, es necesario para examinar el proceso
de comprensión del texto: para examinar qué información ha procesado un lector a partir del
texto, el investigador necesita saber qué información ha sido presentada en el mismo. A
partir de este análisis de la estructura textual, se pueden derivar sistemas de asignación de
puntajes para pruebas experimentales de comprensión y memoria de textos.
b. Además, los investigadores postulan la hipótesis de que hay un paralelismo entre los
análisis que ellos efectúan de la estructura textual y la representación del texto en la
memoria del sujeto.
Los diversos modelos que se han propuesto para la estructura textual se clasifican en dos
grupos: Modelos de estructura de historias, llamados también gramáticas de historias,
que postulan que las historias o cuentos poseen una forma canónica, y que la gente tiene
un conocimiento implícito de esas formas y lo utiliza en la derivación de una representación
organizada de la información de una historia; Modelos “generales” de la estructura
textual, para tener una amplia aplicabilidad, es decir, aplicarse al análisis de cualquier tipo
de texto. Ponen énfasis en el análisis inductivo de la estructura.
Gramática de historias: Surgieron en la década del 70, se plantea que las historias tienen
una estructura canónica estándar, y se supone que la gente los procesa con una modalidad
predominante de arriba abajo. El conjunto de expectativas que forma un esquema de
historia (fórmula) puede ser usado para guiar la comprensión y para dirigir la recuperación
cuándo se quiere recordar o reproducir un cuento. Se han propuesto para textos narrativos
en especial cuentos sencillos que los mismos presentan una estructura canónica, es decir
un orden predeterminado. La gramática propuesta por Rumelhart, supone que las historias
tienen varias partes conceptualmente separables, siendo identificadas por el lector. Los
componentes necesarios de toda historia son: marco (afirmaciones que establecen el
tiempo, lugar y personajes principales), tema (foco general que responde la trama, es una
meta u objetivo que el personaje principal debe alcanzar. Se puede introducir la meta o no
estar precedida por una secuencia de sucesos que conducen a ella y la justifican), trama
(número indefinido de episodios, cada uno de los cuales comprende uno o más intentos de
alcanzar submetas, las cuales son objetivos parciales, que pueden definirse como métodos
particulares de alcanzar la meta u objeto deseado) y resolución (es el resultado final de la
historia con respecto al tema. Realización exitosa de la meta, o situación satisfactoria del
personaje principal). El conjunto de gramática específica las partes constituyentes de la
historia y luego las sub-partes, dando lugar a un esquema de tipo árbol. Sin embargo, la
complejidad y variedad de textos es tal que resulta dudoso que haya una gramática válida
para todos ellos.
En una gramática oracional, las denominadas categorías terminales como sustantivo, verbo,
adjetivo, proposición pueden definirse enumerando el conjunto de sustantivos, verbos, etc.;
las reglas gramaticales determinan restricciones para su combinación. Si las gramáticas de
historias no pueden definir sus categorías, entonces poseen escaso valor explicativo. Se
realizaron experimentos, en donde en recuerdos de textos, se recuerdan mejor los
contenidos pertenecientes a niveles superiores de la estructura que los pertenecientes a los
niveles inferiores, independientemente de la ubicación. Este resultado es denominado
efecto de los niveles. En el recuerdo del texto, los resultados experimentales indican un
recuerdo diferencial de información textual según el nivel de importancia en la estructura del
texto.
Análisis proposicional: La investigación psicolingüística sobre el texto surgió en los años 70,
con los primeros estudios acerca de la memoria para textos, rápidamente se planteó la
necesidad de un sistema de evaluación objetivo, cuantificable. Como resultado se
elaboraron sistemas que permiten analizar cualquier tipo de texto desde el punto de vista
del autor, de una manera útil para la experimentación psicológica. Kintsch, propone como
unidad de análisis, la proposición. Las proposiciones se definen como las unidades mínimas
a las que puede asignarse un valor de verdad o significado. Cada proposición consiste en
un PREDICADO (término relacional, el verbo, lo que se dice) + ARGUMENTO (sobre lo que
se dice). Realidad lógica de las proposiciones, el modelo proposicional puede tener dos
connotaciones diferentes: como representación del científico y como representación del
sujeto. Mediante diversos experimentos, se demostró que, las oraciones con pocas
proposiciones son leídas más rápidamente que las oraciones con muchas proposiciones.
Además, otros experimentos relacionados con el priming, cuyo procedimiento fue presentar
oraciones a los sujetos para su estudio y luego testear palabras aisladas para su
reconocimiento. El sujeto debía decidir si la palabra del test estaba en una de las oraciones
estudiadas. El interés estaba centrado en comparar en qué medida una palabra presentada
para su reconocimiento afectaba a la palabra presentada a continuación. Se evaluó la
influencia de cada palabra presentada para su reconocimiento sobre el reconocimiento de la
siguiente, y se demostró que si dos palabras de test seguidas pertenecían a la misma
oración estudiada se facilitaba el reconocimiento de la segunda, pero lo más importante del
estudio, fue que el efecto priming era mayor si ambas palabras pertenecían a la misma
proposición, que sí pertenecían a la misma oración pero a distintas proposiciones.
La carga de procesamiento no depende de la oración, sino de la densidad de proposiciones
que cada oración tenga. Cuanto más complejo sea un texto más proposiciones tiene. Más
difícil le resulte al lector, más procesos deberá hacer. La realidad psicológica está en la
proposición y no en la oración. Lo que siempre va a quedar es el formato proposicional.
El procesamiento del texto: El proceso de integración del texto produce las estructuras
cognitivas que constituyen los productos finales deseados de la comprensión, y en ese
sentido es el más importante proceso componente de la comprensión. El modelo de
procesamiento de Kintsch y Van Dijk Se propone describir el sistema de operaciones
mentales que subyacen al procesamiento que ocurre en la comprensión de textos y en la
producción de protocolos de recuerdo y resumen. Este modelo reúne tanto el análisis de la
estructura textual y la descripción de su procesamiento. Cuando se comprende un texto se
lo representará en tres niveles: Base del texto (se entiende en términos artificiales, es decir
se recodifica al texto en un formato proposicional. Es un conjunto de proposiciones que
puede describirse en dos niveles: micro ( se organiza a la representación del texto en
términos proposicionales (con significado) y en función de su importancia, es decir tiene una
estructura jerárquica, ya que no todas las proposiciones tienen la misma importancia) y
macro estructura (se denomina tópica, o núcleo del texto. Se proponen reglas que permiten
reducir y organizar la información detallada en la microestructura del texto para derivar la
macroestructura. Es el significado del texto, es decir se puede plantear el tema central del
texto. Esto quiere decir que es el resultado de una buena microestructura. Se arman
relaciones de coherencia local y global); y el modelo de procesamiento (toma como input
la lista de proposiciones que representa el significado del texto. El primer paso consiste en
el chequeo de la coherencia referencial. Si se halla que la lista de proposiciones es
referencialmente coherente, es aceptada para ser procesada, si hay lagunas, se inician
procesamientos inferenciales para llenarlas, y el resultado será el agregado de una o más
proposiciones al texto. El procesamiento de la lista de proposiciones tiene dos aspectos:
-Chequeo de la coherencia referencial dada por el solapamiento de argumentos entre
proposiciones. -Derivación de la macroestructura. El procesamiento se realiza
secuencialmente, en ciclos de proposiciones a la vez. Para garantizar la conexión de cada
nuevo grupo de proposiciones con las ya procesadas, el modelo supone que parte de la
MCP actúa como un retén, que contendrá en cada ciclo a algunas proposiciones
seleccionadas para su integración con las nuevas proposiciones que ingresen en ciclo
siguiente. De esta manera el procesamiento prosigue a lo largo del texto construyendo una
red coherente de proposiciones que constituye la base del texto. Finalmente el output del
procesamiento será una base de texto coherente y jerárquica almacenada en la memoria).
Niveles de comprensión y representación: En las sucesivas revisiones del modelo, se
distinguen niveles de comprensión del texto:
➢ Nivel superficial, las palabras y oraciones que aparecen en el texto y sus relaciones
lingüísticas. Es una representación del texto tal como aparece, se lo dice tal cual está. Aquí
comprender se produce leyendo y se establecen relaciones de coherencia local entre las
palabras. La lectura persiste poco en la memoria y se arma la estructura para el siguiente
nivel. Es leer.
➢ Estructura semántica, provee otro conjunto de relaciones que constituyen un nivel de
comprensión más profundo el nivel de la base de texto. Se construye el significado del texto
de la estructura superficial, por lo que se realiza una comprensión más profunda y persiste
más tiempo en la memoria.
➢ Modelo de situación, la información es elaborada a partir del conocimiento previo
integrado con él. Este modelo es estudiar, es el resultado de vincular la base del texto con
mi conocimiento previo. Se le suma al texto todas las inferencias que puedo realizar sobre
la lectura. Es una comprensión profunda y se mantiene en la memoria.
Conocimiento previo y aprendizaje a partir del texto: Varios investigadores han investigado
cómo los guiones son utilizados para la comprensión y recuerdo de textos narrativos. La
noción de “guión” fue desarrollada por Schank y Abelson, quienes propusieron que parte de
nuestro conocimiento está organizado en torno a cientos de situaciones estereotipadas de
actividades rutinarias. Se llamó guiones a las estructuras de memoria que una persona tiene
almacenadas, referidas a su conocimiento acerca de actividades rutinarias. La comprensión
de textos narrativos exige al lector, habilidades lingüísticas y conocimiento general del
mundo del tipo que los guiones puedan contener. Pero los expositivos, exigen más, además
de lo anterior dicho, se requiere un grado de conocimiento específico de dominio. Un texto
expositivo trata acerca de un dominio determinado y supone en el lector un cierto grado de
conocimiento previo acerca de ese dominio. Se han realizado estudios en donde se utiliza el
método de contrastación, que consiste en relacionar una característica básica, con la
ejecución de una o varias tareas de comparación. Cuando la característica básica es de
algún tipo de conocimiento previo específico, los sujetos serán divididos en expertos y
principiantes, o individuos de alto y bajo conocimiento. Se distinguen dos objetivos:
-Determinar cómo ambos grupos ejecutan las tareas que se le proponen. -Sugerir ideas
acerca de cómo un principiante deviene experto. Además Kintsch y colaboradores
compararon la actuación de sujetos de bajo y alto conocimiento previo. Se observó dos
interesantes resultados; los primeros obtuvieron en general mejores puntajes, pero la
diferencia de puntajes entre ambos grupos de sujetos fue mayor en tareas que reflejan el
modelo de situación que en tareas que reflejan la base del texto. El segundo resultado se
obtuvo de utilizar textos de alta y baja coherencia. El texto más coherente permitió una
mejor actuación tanto a los sujetos de alto como bajo conocimiento previo. Pero en tareas
que dependen de un buen modelo de situación, los sujetos de bajo conocimiento previo
obtuvieron mejores resultados con el texto más coherente, los sujetos de alto conocimiento
previo tuvieron un mejor rendimiento con el texto de baja coherencia o con lagunas.
Sperber y Wilson: CAP 1 -> La comunicación es un proceso que implica la existencia de
dos dispositivos de procesamiento de la información. Uno de ellos modifica el entorno físico
del otro. En consecuencia, el segundo dispositivo construye unas representaciones
semejantes a las que ya estaban almacenadas en el primero.
Dos modelos de la comunicación:
A) Modelo del código: Es el único modelo en el que se basaron todas las teorías de la
comunicación. De acuerdo a este modelo, la comunicación se consigue mediante la
codificación y decodificación de mensajes. Según este modelo, un código es un
sistema que empareja mensajes con señales, haciendo que dos dispositivos de
procesamiento de información (organismos o máquinas) puedan comunicarse; un
mensaje es una representación interna de los dispositivos de comunicación; y una
señal es una modificación del entorno exterior que puede ser producida por uno de
los dispositivos y reconocida por el otro.
Esta idea está tan arraigada que resulta difícil considerarla una hipótesis, sin
embargo lo es, con sus méritos bien conocidos y sus poco conocidos defectos. Su
mérito principal consiste en que es explicativa: los enunciados consiguen comunicar
pensamientos, y la hipótesis de que los decodifica es una forma de explicar cómo lo
consiguen. Su principal defecto es que descriptivamente resulta insuficiente: la
comprensión implica algo más que la simple descodificación de una señal lingüística.
B) Modelo inferencial: Es un modelo diferente al A, que cree que la comunicación se
consigue mediante la producción e interpretación de inferencias.
INFERENCIA: son procesos interpretativos mentales (cognitivos) deductivos,
mediante los cuales se llega a una conclusión derivada de un supuesto o de un
conjunto de supuestos (premisas) que se aceptan como verdaderos (o
probablemente verdaderos) basándose en la verdad (o probable verdad) de otros
supuestos. SUPUESTOS: son pensamientos, representaciones conceptuales que el
individuo considera como representaciones del mundo real.
Los autores proponen que la comunicación se debe estudiar combinando ambos modelos,
el inferencial y el del código.
CAP 3-> Tener efectos contextuales es una condición necesaria para la relevancia y que, en
igualdad de condiciones, cuanto mayores son los efectos contextuales mayor es la
relevancia. Intentan definir la relevancia corno un concepto teòrico útil.
Lo primero que cabe apuntar es la doble vertiente —cognitiva y comunicativa— sobre la que
descansa la relevancia; por una parte, se trata de una teoría que tiene en cuenta la
cognición humana, puesto que un supuesto (o enunciado) es relevante cuanto mayor sea su
efecto cognitivo o contextual y menor su esfuerzo de procesamiento. O dicho de otro modo:
lo que digamos resulta relevante si se adapta al contexto de la conversación y si,
además, es fácil de procesar para nuestro interlocutor. Para que un supuesto o
enunciado sea relevante es necesario recurrir al contexto, puesto que la relevancia o
pertinencia no es una característica propia de los enunciados, sino que surge a partir de la
relación entre el enunciado y el contexto. No obstante, cabe mencionar que el contexto no
es algo fijo y predeterminado, sino que es el destinatario del mensaje quien lo amplía con el
objetivo de lograr la interpretación más adecuada con la intención del emisor; el contexto
también es aquel conjunto de conocimientos compartidos por los interlocutores en un
intercambio verbal, y que resultan necesarios a la hora de comunicarnos.
Sperber y Wilson (1994, pp. 177-178) distinguen tres formas de ampliar el contexto:

1. Recurrir a la memoria a corto plazo —o en otros términos, a las observaciones


iniciales de la conversación—;
2. Considerar la memoria enciclopédica aplicada tanto al contexto como al
enunciado.
3. La relación del proceso comunicativo con el entorno inmediato de los
interlocutores con el fin de añadir información y, por tanto, de inferir el supuesto
de manera idónea.
La explicación a este hecho parece sencilla: la ampliación del contexto responde a una
búsqueda de la relevancia del enunciado por parte del destinatario. Es decir, el destinatario
busca un contexto en el que el enunciado sea lo más pertinente posible.
La relevancia guarda relación con la intención comunicativa del hablante en tanto en cuanto
se sobreentiende que el emisor siempre va a pretender que su información resulte
relevante para el destinatario. Este último, a su vez, decide si la información es relevante
a partir del esfuerzo de procesamiento que conlleva dicho enunciado, así como los efectos
que este tenga en el contexto.
La teoría de la relevancia incide en que la «característica esencial de la mayor parte de
la comunicación humana es la expresión y el reconocimiento de intenciones».

Valle Arroyo: NO LO RESUMI PORQUE ESTÁ CAÍDO EL CAMPUS (5/12). DESCARGAR


DE LA FOTOCOPIADORA Y RESUMIR!!!

II. La variación lingüística como expresión del dinamismo comunicativo:

Lavandera: CAP 1: Ubica al análisis sociolingüístico dentro de un marco funcionalista.


El propósito de Lavandera es demostrar que resulta inadecuado extender, a otros niveles
del análisis de la variación, la noción de variable sociolingüística, desarrollada
originariamente sobre la base de datos fonológicos, en el estado actual de la investigación
sociolingüística.
La significación social y estilística de la variación fonológica
Diferencias de forma: Comunican alguna información. Premisa que posicionó significación
social y estilística en un nivel a la par del significado referencial y modificó la base de los
análisis lingüísticos. El estudio de la variación comenzó principalmente como el estudio de
la variación social y estilística.
Relación de frecuencia: Las distintas frecuencias de las variantes de una variable se
correlacionan con posiciones más altas o más bajas de un índice socio-económico y de una
escala de formalidad del contexto. No hay hablantes que nunca emplean una variante ni
que siempre la usen; la frecuencia con que se elige una forma frente a otra forma
alternante, se vuelve significativa cuando se la correlaciona con otro elemento lingüístico o
extralingüístico.
Conclusiones
La variación no-fonológica afecta formas con significado. Propone debilitar la condición de
que el significado deba ser el mismo para todas las formas alternantes y reemplazarla por
una condición de comparabilidad funcional; para la variación no-fonológica las afirmaciones
cuantitativas deben tratarse como datos que necesitan interpretación.
CAP 2: Busca demostrar que en el estado actual de la investigación sociolingüística, resulta
inadecuado extender a otros niveles de análisis de la variación, la noción de variable
sociolingüística desarrollada sobre la base de datos fonológicos.
El estudio cuantitativo de la variación sintáctica: En 1972 Sankoff presentó una ponencia en
la que postula que la extensión de consideraciones probabilísticas de la fonología a la
sintaxis no constituye conceptualmente un salto difícil. Y presentó 3 ejemplos, luego de
desarrollar, García postula que los 3 ejemplos presentados por este para apoyar su
convocatoria al estudio cuantitativo de la variación sintáctica son casos en los que la
variación no parece comunicar significación social y estilística. Los factores condicionantes
identificados son sintácticos o se interpretan como evidencia de un cambio en marcha en el
uso dentro de la comunidad.
La propuesta de la autora es debilitar la condición de que el significado deba ser el mismo
para todas las formas alternantes, y reemplazarla por una condición de comparabilidad
funcional. Y propone no analizar como variables sociolingüísticas a formas sintácticas no
alternantes al menos que se den otras dos condiciones: que pueda probarse que son
portadoras de significación social y estilística, y que pueda probarse que son un tipo de
instrumento del lenguaje semejante a las variables fonológicas, es decir, elementos cuya
propiedad definitoria es una convariación cuantificable y con respecto a los cuales las
relaciones de frecuencia mismas son las que señalan diferencias. Finalmente, para la
variación no fonológica, las afirmaciones cuantitativas deben tratarse como datos que
necesitan interpretación, y las reglas probabilísticas por ahora constituyen solamente
recursos heurísticos. Las regularidades y tendencias reflejadas por el análisis probabilístico
requieren una explicación formal y sustancial. Las explicaciones sustanciales, tendrán que
derivarse de la lingüística, la sociología, la psicología,la antropología. Mantener claros los
límites entre las distintas disciplinas es mucho menos importante que llegar a una
explicación.
Diver: La idea general es que el lenguaje humano es un tipo de instrumento especial de
comunicación, un código impreciso por medio del cual se pueden transmitir mensajes a
través del ejercicio del ingenio humano. El código y el ingenio deben mantenerse
separados, ya que muchas de las dificultades que encontraron varias escuelas de análisis
lingüístico se debieron al intento por incluir el ingenio dentro de la estructura del lenguaje
mismo. La naturaleza de la relación entre el análisis y la teoría será un tema recurrente en
este paper, así como también el hecho de que el análisis guíe a la teoría y no al revés, sin
importar cuán poco familiar resulte este concepto.
Puntos fundamentales: Lo que llamamos informalmente Lenguaje es un instrumento único
de comunicación en los seres humanos. Se diferencia de otras formas de comunicación no
humanas, o sea, animales, debido al resultado de ciertos cambios que sucedieron a nuestra
especie en el proceso de evolución. Los humanos han mejorado su sistema de mecanismo
de producción de sonido en el área de las cuerdas vocales, lo cual hace posible la
producción de un gran número de sonidos distintivos. Otra capacidad es la correspondiente
al desarrollo del sistema nervioso central que provee los controles necesarios para los
movimientos de una musculatura muy precisa. Se puede notar que estas propiedades
(innatas) van paralelamente con aquellas que permiten a nuestra especie utilizar
herramientas. Otras especies también se comunican y utilizan herramientas, pero los
humanos tienen capacidades biológicamente más desarrolladas.
Los humanos son beneficiados por el desarrollo de la inteligencia o la habilidad de resolver
problemas, lo cual hace posible la unión de mensajes de un grado de complejidad mucho
mayor e inferir en la comunicación aun cuando la información es escasa. Esta ventaja en
funcionamiento hace posible que las unidades de comunicación sean altamente imprecisas
en comparación con la precisión de las ideas que se comunican. Esta característica,
compartida con otras especies, es la que se refiere generalmente a la economía del
esfuerzo; es decir, el evitar el uso de un grado mayor de precisión al necesario para lograr
realizar cualquier tarea dada.
Los cuatro factores –la comunicación, el mecanismo de producción sonora, la inteligencia, y
la economía- saturan la estructura y funcionamiento del lenguaje, como hemos analizado.
Como resultado de la teoría, mucho de lo nuevo que realizamos, y mucho de lo difícil que es
para otros entender, surge desde su ausencia virtual en otros abordajes la “teoría
lingüística”. Retrotraigámonos entonces a la posición más primitiva y austera de todas en la
observación del lenguaje humano. Lo que es observable en un proverbio Swahili para el que
desconoce la lengua es simplemente sonidos en sí, el fenómeno acústico que está
enteramente descategorizado. Si quisiéramos describir los sonidos, el procedimiento
incluiría un análisis acústico y en consecuencia determinaríamos las características de las
ondas sonoras. Sin embargo, algunos especialistas afirman que si tomamos esta posición
de austeridad, nos saldríamos del área de la Lingüística. Por lo tanto, reconocemos dos
posibilidades en la identificación de las observaciones y sugerimos que, de esta distinción,
surgen dos disciplinas diferentes y no dos meras teorías dentro de la misma disciplina. Si se
acepta la observación subjetiva –el reconocimiento y la naturaleza de los juicios que
postulan problemas por ser resueltos –, la tarea confrontada tomará alguna forma; una
posibilidad de tal forma puede ser vista en la historia de la filosofía y la sintaxis. Es
incuestionable que, si aceptamos a las ondas sonoras como observaciones a ser
justificadas, el problema y su solución pueden tener diferentes orígenes. No existe,
entonces, argumento alguno sobre lo que debería tomarse como observación; uno puede
obrar como le plazca. Si hubiese la posibilidad de una confrontación entre las dos
elecciones, ésta se originará del éxito que cada una de ellas tenga ante el mismo problema.
En términos prácticos, esto ocurre en el área del análisis gramatical. La sintaxis busca
relacionar categorías morfológicas de una gramática con las categorías del pensamiento
determinadas subjetivamente, relacionar el caso “nominativo” con el “sujeto”. Un abordaje
que comience con las ondas sonoras como observaciones, tiene como característica
principal que no comienza con ninguna categoría subjetiva del pensamiento. Por el
contrario, las categorías con las que termine serán resultado del análisis. Lo que cada
método de estudio tiene que decir sobre el caso nominativo, por ejemplo, puede evaluarse
luego empíricamente en términos de un criterio usual y un aval suficiente, así como también
la concordancia entre la hipótesis y la observación. La prueba de que esto sea factible se
verá en la práctica.
La estructura de la teoría: La explicación como descubrimiento de la motivación: Cualquiera
sea la causa – es decir, cualquier causa que resuelva un problema para nosotros – es
necesariamente introducida en la matriz general de la teoría. Sin embargo, no se introduce
ninguna causa potencial a menos que demuestre resolver el problema planteado. Éste es el
límite último del dominio de la teoría y, si procedemos rigurosamente sobre esta base,
indefectiblemente muchas de las preocupaciones de los lingüistas tradicionales no se
tomarán en cuenta. Hemos determinado que nuestras explicaciones estarán basadas en las
causas inmediatas y no las causas primarias. La base de nuestra determinación es
simplemente que el análisis de niveles más remotos de causalidad no nos provee de
ninguna solución mejor de la solución que ya tenemos. La teoría, entonces, tiene tres
componentes principales en su estructura: observaciones, orientaciones, e hipótesis. Véase
que las observaciones, es decir las ondas sonoras, existen independientemente de
cualquier intento de nuestra parte de entenderlas; ellas proponen un problema que
podemos llegar a resolver o no. No son inventadas por nosotros en el proceso de planteo de
un problema. De igual manera, las orientaciones existen como cuerpos de conocimiento,
independientemente de cualquier investigación de las ondas sonoras del habla. Esta
independencia es importante, ya que es el factor por el cual podemos introducir la noción de
causa. La orientación es algo más que existe fuera del problema y a la que apelamos para
entender, explicar, y observar. Las hipótesis, por otro lado, no existen independientemente
del problema. Representan los detalles de la solución y son creadas por nosotros
simplemente para mostrar cómo el proceso causativo ocurre. En suma, el término “teoría”
se aplica a las interrelaciones entre sus componentes – observaciones, hipótesis,
orientaciones. La teoría es la forma general de la solución dada al problema postulado por
las observaciones. Las hipótesis proveen los detalles de la solución demostrando la relación
de causa y efecto entre las orientaciones y las observaciones.
La teoría, para nosotros, no es el comienzo del análisis sino el fin. Gradualmente nace del
análisis de tipo que efectuamos nosotros. Esta experiencia analítica se basa en pequeños
problemas que se van sumando a un cuerpo de precedentes al cual nos referimos para
cada nuevo problema. Sin embargo, aun los precedentes desarrollados no ejercitan ningún
control sobre el procedimiento analítico. La teoría, como la representación inclusiva de la
experiencia analítica, está abierta constantemente a revisión, generando así nuevas
instancias de análisis.

LEER ANTES DEL FINAL. HABLA MUCHO SOBRE MÉTODOS.

Martínez y Speranza - Variaciones lingüísticas: usos alternantes


Variación: cuando un mismo hablante alterna formas lingüísticas distintas para crear un
mensaje equivalente. Cubre los diferentes niveles del lenguaje: fonológico, morfológico,
sintáctico y léxico.
Interés en el análisis de la variación en el campo de la sintaxis en cuyo abordaje subyace la
motivación semántica y pragmática (necesidad comunicativa) que lleva a lx hablante a
preferir una u otra forma (elección gramatical).
Orígenes del concepto de variación
Labov: Los primeros estudios de la variación lingüística la definen como dos formas de
decir lo mismo, estableciendo que las variantes tienen el mismo valor de verdad. Se
concluye que la variación lingüística está socialmente condicionada (no es libre, sino
motivada).
Lavandera: Cuestiona a Labov en cuanto a la imposibilidad de que, en la variación
fonológica, el significado sea el mismo para todas las formas alternantes. Según esta visión,
el uso alternante se sustenta en la noción de equivalencia referencial (dos maneras distintas
de remitir al mismo referente): implica que un mismo evento puede representarse
lingüísticamente desde diferentes perspectivas, que tienen que ver con procesos cognitivos
implícitos en el uso del lenguaje.
Cambio lingüístico: Transformación o reajuste que garantiza que la lengua mantenga su
función básica comunicativa; innovación creativa que logra éxito comunicativo y garantiza
que se preserve la comunicabilidad. Desde el enfoque tradicional: descompostura en el
sistema.
El uso del lenguaje y las necesidades comunicativas de los hablantes van generando
opciones sintácticas que provocan cambios lingüísticos; el dinamismo gramatical es propio
de la lengua en uso.
Sintaxis: Cristalización del uso. La gramática no precede a la lengua, es una foto de su uso
estandarizado; lxs hablantes son lxs que cristalizan ciertos usos y tienden a “regularizarlos”.
Variación: Expresión en un estado de lengua de los movimientos internos; su estudio es
importante para analizar el cambio lingüístico en progreso. Sin tener en cuenta la variación
que se produce en el proceso del cambio se pierde el análisis de qué es lo que provocó el
cambio.
Variación y contexto
Congruencia entre significado y contexto: Un análisis de la variación lingüística debe
proponer el descubrimiento de los factores contextuales que influyen en la selección de las
formas, sin dejar de tener en cuenta la relación entre el aporte significativo de las mismas y
su contexto de aparición.
Ejemplo: la selección de los tiempos verbales perfecto o imperfecto no se corresponde con
el significado aspectual, sino que conlleva un propósito comunicativo determinado:
diferencia entre dos mundos posibles, el de la realidad y el del sueño. Se elige este juego
verbal donde la forma más apropiada para la irrealidad será el imperfecto, cuyo significado
de “no conclusión de la acción” genera una inferencia de “menos creíble” en relación con el
pretérito perfecto.
La variación aparece en distintas lenguas, sin embargo, no todos los usos variables son
evaluados socialmente de la misma manera. Podemos distinguir tres posicionamientos
sobre este fenómeno:
● Variación lingüística normativa: las gramáticas contemplan su existencia y no se
refieren a ellas como una “desviación de la norma” ni tampoco un “error” (ejemplo:
–ra o –se).
● Variación lingüística no normativa: no aparecen contempladas en las gramáticas,
pero son toleradas por la comunidad de habla.
● Variación lingüística estigmatizada

Variación y significado
El análisis de la variación en el lenguaje nos permite identificar el aporte significativo básico
de cada una de las formas alternantes. Este reconocimiento y la congruencia entre el mismo
y sus contextos de aparición resultan herramientas claves para la comprensión del uso del
lenguaje; es el significado básico el que permite establecer cuáles son los otros factores que
intervienen en la variación. Una mirada atenta a los contextos puntuales de cada enunciado
ofrecerá los datos necesarios para postular los factores externos a las formas en variación.
La alternancia de las formas pone de relieve la perspectiva del hablante y las motivaciones
comunicativas que entran en juego en el uso de una u otra variante.
Tipos de variación
● Variación verbal
● Variación en el uso de los pronombres (ejemplo: “vos” - “tu”)
● Variación en el orden de las palabras (ejemplo: adjetivo calificativo antepuesto -
pospuesto)
● Presencia - ausencia de una forma lingüística. Habitual en el uso cotidiano.

Garcia. Biñinguismo e interferencia sintáctica: Data ya de más de un siglo la idea de que


el contacto entre lenguas puede resultar en la modificación de éstas, y muchos han sido los
estudios dedicados al problema. Igualmente reconocida es la importancia del contexto
social en que se produce el contacto: no cambia de igual modo la lengua socialmente
inferior que la prestigiosa. Si interesa averiguar qué tipos de adaptación lingüística se dan
en uno y otro contexto social, será preciso prestar atención a los mecanismos de cambio
lingüístico, puesto que es a través de ellos que entran en juego los diversos factores
sociales. Son básicamente dos los tipos de modificación en que resulta el contacto
lingüístico: el préstamo y la reestructuración. En ambos casos se adoptan categorías ajenas
a la propia lengua, y propias a la ajena. Pero si en el préstamo se trata de una adopción
abierta y directa, la reestructuración presupone, más bien, la reinterpretación de categorías
propias: el abandono del sistema propio es sólo parcial, y, sobre todo, mucho menos
consciente de lo que puede ser la adopción de un préstamo. En efecto: por lo menos en su
etapa inicial, el préstamo supone conciencia de que se está recurriendo a una
forma/estructura ajena; también se da, sobre todo, en la lengua socialmente inferior. Esto
último no sorprende, ya que, por definición, se desea abandonar 'lo socialmente inferior' y
acceder a lo 'prestigioso': pero es también esta asimetría social, en última instancia, la que
explica que el préstamo sea consciente. En el caso de las lenguas socialmente 'superiores',
en cambio, sobre todo se hacen notar los sustratos lingüísticos: más bien que de
transferencias directas e identificables, entran en juego reestructuraciones indirectamente
atribuibles a una lengua socialmente inferior. Parte del descrédito científico que pesa sobre
la noción de 'sustrato' se debe, sin duda, a lo difícil que resulta relacionar causalmente la
adaptación producida en la lengua prestigiosa con los rasgos de la lengua socialmente
inferior. Y, en efecto, a este concepto suele apelarse sólo para invocar los resultados de una
posible 'interferencia', sin que a la vez se explicite exactamente cómo podría haberse
producido la reestructuración. Semejante práctica obedece -a nuestro juicio- a falta de la
suficiente atención a las implicaciones que para el 'contacto entre lenguas' tiene el uso
mismo -que a la larga puede conducir a reestructuraciones a nivel de langue.
Creemos posible, entonces, que el efecto de un sustrato se haga sentir a través de un uso
que sólo cuantitativamente se aparte de la norma, aunque en sí (o aún) no revele
contaminación con categorías ajerias. Por ejemplo, los valores gramaticales de una lengua
(vgr. el quechua) podrían infiltrarse en otra (vgr. el español), si la frecuencia con que se
emplean las formas de la segunda en efecto responde a normas propias de la primera. Es
evidente que una infiltración semejante resulta -por definiciónimposible de reconocer en una
instancia particular de uso. Pero es este, justamente, el motivo por el cual es tan difícil
escapar al efecto 'osmótico' de un sustrato. Naturalmente, si la infiltración adquiere
proporciones reconocibles, el rasgo en cuestión podrá ser estigmatizado o rechazado -caso
en el cual la lengua de sustrato también afectará a la superior, pero de modo disimilativo. En
uno u otro caso la frecuencia con que se producen usos (in)directamente relacionables a
una lengua socialmente inferior, podría, eventualmente, afectar la estructura de la lengua
superior.
Los casos de variación son, por definición, aquellos en los que no se percibe diferencia
estructural alguna: ambas alternativas manifiestan una misma estructura lingüística de
manera igualmente idónea. Pero nada requiere que ambas alternativas sean igualmente
frecuentes, y en efecto, rara vez lo son. La equivalencia estructural permite, justamente, que
la frecuencia de uso de una u otra alternativa obedezca a otros factores, estructuralmente
irrelevantes. Es por ello que un desequilibrio cuantitativo (en un contexto de variación)
puede resultar en cambio estructural: la reestructuración se verá facilitada justamente por la
equivalencia que presupone toda alternativa. En resumen: es posible que, de por sí, y
tomadas aisladamente, las estructuras empleadas por algunos hablantes no delatan
influencia alguna de otra lengua. ¡Pero sí podría revelar interferencia la proporción en que
dichos hablantes recurran a una alternativa determinada! Porque tal frecuencia -reflejo
indirecto de algún patrón ajeno- podría resultar, algún día, gracias a la sucesiva cumulación
de reinterpretaciones en el aprendizaje, en la reestructuración del propio sistema.
Los pronombres clíticos y su reinterpretación: La riquísima literatura sobre leísmo y laísmo
es prueba evidente de que el valor de los pronombres le, lo y la no ha permanecido
invariable durante los siglos. En particular, se ha producido, y continúa 'en marcha', una
reinterpretación de su contenido semántico, en la que el valor original de caso parece ceder
a otro, referencial. El uso frecuente de le es innegable: queda por aclarar su interpretación.
¿Se trata de una pervivencia de un leísmo peninsular que data de la conquista o la colonia?
¿Nos hallamos frente a una evolución independiente pero paralela a la que ha ocurrido en
Espafia? ¿O se trata, quizás, de una reinterpretación de las categorías pronominales
españolas bajo la influencia de sustratos locales?. Esta última posibilidad no puede
descartarse: el tal leísmo se daría sobre todo en países andinos como Perú y Ecuador, que
es justamente donde, durante siglos, ha habido contacto con el quechua, excelente
candidato al papel de lengua de 'sustrato'. Las diferencias entre las dos lenguas, tanto en
estatus social como en estructura gmmatical, son indudablemente importantes. El quechua
no sólo carece de género gramatical, sino que también difiere del español en cuanto a la
categoría de caso (Lozano 1975:301). Mientras que en el español el caso está
indisolublemente integrado a la expresión de la persona gramatical, el quechua lo expresa
mediante post-posiciones idénticas para nombres y pronombres (Cerrón-Palomino
1976:113, 128). Las diferencias no se limitan, empero, a la expresión formal de la categoría:
también hay importantes diferencias de contenido.
El análisis de las formas le/ lo- la: Tradicionalmente se analizan los pronombres clíticos de
tercera persona le/lo-la como Dativo/ Acusativo, dejándose sin explicitar las consecuencias
que tal valor pueda tener para su distribución en el uso. Por el simple hecho de que estas
formas-oblícuas- aparecen ligadas al verbo, sus referentes están implícitamente
contrapuestos al sujeto del verbo. El Dativo le difiere entonces del Acusativo lo/la en que
establece, entre el sujeto y el objeto, una oposición distinta de la que marca el Acusativo. En
qué consiste precisamente esta diferencia lo podemos concluir del tipo de referente
característico de le (vs. lo), del tipo de evento que 'rige' uno y otro caso, del número de
participantes característico de uno y otro caso, y del efecto que resulta de la sustitución de
un caso por el otro en pares 'mínimos’. Todos estos datos sugieren como diferencia
fundamental entre los dos casos gramaticales que el Dativo (le) señala la relativa
independencia del referente del pronombre respecto del sujeto del evento, mientras que el
Acusativo (lo/ la) señala, en cambio, la total dependencia de su referente respecto del
sujeto. Si el objeto difiere mucho en actividad respecto del sujeto, esperamos lo; si poco, le.
Concluimos que cualquier característica del contexto que sugiera una autonomía del objeto
relativamente grande debería favorecer el uso de le. Mutatis mutandis, el recurso a lo se
vería favorecido por contextos que sugieran la total pasividad del objeto respecto del sujeto.
Validación del análisis: ¿Es posible (in)validar un análisis que presupone una evaluación
libre y creativa de la situación a describir? Está claro que si se postulan valores relativos, no
pueden hacerse predicciones absolutas sobre el (no) uso de las formas. Pero lo que sí
puede (y debe) hacerse es predecir la mayor (o menor) frecuencia de una u otra forma,
según que el contexto sugiera la mayor o menor autonomía del objeto en el evento. Para
obtener este tipo de dato (y así poner a prueba nuestro análisis) debemos identificar pares
de condiciones contextuales opuestas que, si bien permiten tanto le como lo, sugieran ya
una mayor autonomía/responsabilidad del objeto (y consiguientemente favorezcan el uso de
le), ya lo contrario. Una vez identificados tales pares de condiciones, podemos confrontar a
hablantes nativos con oraciones que las ejemplifiquen, y en las cuales haya ocasión de
optar por una u otra forma pronominal. Así se verá si los informantes en efecto recurren a le
relativamente más en los contextos que sugieren una mayor independencia del objeto.
Hace un anañisis cuantitativo (tabñas y eso) del uso del ñe en Perú y Ecuador. Y las
concñusiones son:
Hemos visto que tanto en el Perú como en el Ecuador -países andinos con una larga
histnria de contacto con el quechua- pueden reconocerse, respecto de los pronombres
personales del español, dos grupos de hablantes: los 'completos/monolingües', que
dominan tanto la oposición de caso como la de género, y los 'parciales/bilingües', que han
reducido el sistema pronominal a dos formas, eliminando el Acusativo femenino la. La
coincidencia en cuanto a la simplificación del sistema no resulta aparente a primera vista, ya
que en Perú el segundo grupo de hablantes no favorece el pronombre le en la medida en
que lo hace el correspondiente grupo ecuatoriano. Pero las estrategias subyacentes
parecen ser las mismas, tanto para la 'alternación' en contextos que toleran tanto le como
lo, como en los contextos 'regido'. El análisis de los datos nos muestra claramente que el
uso de los grupos 'parcial/bilingüe' se aparta del de los 'monolingües' sobre todo en el
terreno del género gramatical, punto en que el quechua diverge notablemente del español.
Pero es justamente en este terreno -en los 'simples' errores de género para lámina y pelota-
que los monolingües peruanos y los ecuatorianos completos se apartan -también ellos- de
los grupos de control. Tomadas individualmente, las estructuras que producen los tres
grupos 'andinos con paradigma completo' no se distinguen en nada de las producida por los
grupos de control. Pero los números cantan: las relaciones cuantitativas que emergen en el
uso cumulativo divergen de lo sugerido por el sistema. Por su forma misma prefiguran
nuevos valores, que alejan el habla de dichos grupos del de los grupos de control. No es
seguro que dichos valores vayan en dirección de un mayor acercamiento al habla de los
grupos 'andinos con paradigma defectivo': parecería haber indicios de un (subconsciente?)
rechazo de los rasgos más típicos de dichos grupos. El uso divergente de los monolingües
andinos podría ser consecuencia del haber estado expuestos, desde la infancia, a un
español plagado de errores de género. Esto sin duda puede tener como efecto que se mine
la sensibilidad a tal tipo de error, sobre todo cuando se trata de una concordancia anafórica.
Pero el efecto también podría ser el contrario: una reafirmación de los propios valores, y un
rechazo de un uso estigmatizado. En esto lo que creemos ver en el desuso de le para la
segunda persona de respeto en el Ecuador, y en la creciente identificación de le con
referencia masculina para todos los grupos andinos con paradigma completo.
De ser así, se comprobaría que el mecanismo de interferencia no es indiferente al estatus
social de la lengua interferida: la lengua de prestigio no adopta rasgos de la lengua
socialmente inferior, sino que éstos la penetrarían, a lo sumo, por osmosis, a través de la
estructura cuantitativa del uso de hablantes que a lo más dominan una especie de 'media
lengua' (Muysken 1979).
El 'sustrato' sería real, y tanto más cuanto que puede tener efecto sólo indirectamente, a
través de las categorías derivadas de la frecuencia de uso en el proceso de adquisición de
lengua. Como resultado más interesante de nuestra investigación vemos la coincidencia
entre diversos grupos de hablantes, no en cuanto a determinado porcentajes sino, más
bien, respecto de las estrategias empleadas. Esto sugiere la realidad e importancia de las
frecuencias de uso que, justamente por imponderables y ubicuas, no dejan de surtir efecto.
Pero para llegar a comprender estos efectos necesitamos enfocar el continuo dialectal y/o
sociolingüístico de manera distinta de como suele estilarse en muchos estudios en los que
frecuentemente priva, todavía, una visión prescriptiva.

Hudson. Variedades del lenguaje: El proposito es ver hasta qué punto resulta posible
describir las relaciones del lenguaje con la sociedad en términos de categorias lingiiisticas
'globales' tales corno 'lengua X ' o 'dialecto Y ' , y categorias sociales globales corno
'comunidad Z'. ,>Cómo deberian definirse categorias linguisticas globales corno 'lenguaje X '
? {Como deberian delimitarse sus aspectos particulares? De hecho, <;se corresponden
estas categorias con alguna clase de realidad objetiva de modo que tales categorias tengan
sentido? (jPueden distinguirse distintos tipos de categoria global (por ejempio 'lengua' frente
a 'dialetto')? <iCómo se relacionan las categorias globales las unas con las otras? <;En qué
consisten (es decir, son categorias de qué)? <;Cómo deberian definirse las comunidades
con vistas a tales propósitos? (iLas comunidades definidas por criterios lingiiisticos tienen
alguna clase de objetividad real? Y asi sucesivamente. Es aùn demasiado pronto para dar
respuestas definitivas a la mayorfa de estas preguntas, pero es posible plantear serias
dudas sobre algunas respuestas que se ban dado y que han sido ampliamente aceptadas.
En resumen, podremos mostrar que las cosas son mucho mas complejas de lo que muchos
lingiiistas creen, aunque puede suceder muy bien que al lector con menos dedicación a la
linguistica le parezca que su vision del lenguaje, normal y de sentido comùn, se ajusta
bastante bien a los hechos. Por otra parte, mucha gente normal suelen preguntar a los
'profesionales' cosas corno: «<;Dónde se habla el cockney verdadero?» y «El criollo de
Jamaica, <<es o no una clase de inglés?», con el convencimiento de que tales preguntas
son realmente significativas, mientras que veremos que éstas son cuestiones que no
pueden ser investigadas cientificamente. Es posible, pues, que haya algunas sorpresas en
este capitulo, tanto para el lector profesional corno para el lego en la materia, por lo menos
por lo que respecta a las conclusiones, aunque muchos de los hechos en los que se basan
no tienen nada de sorprendentes.
Eñemento ñinguistico: En la respuesta a està pregunta està implicada la teoria de la
estructura linguistica, y la gente darà respuestas distintas segun qué teoria crean que
proporciona una vision mas adecuada de la estructura linguistica.Serían las 'partes del
lenguaje' a que deben hacer referencia algunas afirmaciones sociolingufsticas, cuando no
sean posibles afirmaciones mas globales.
Variedades del lenguaje: Si se piensa en el 'lenguaje' corno un fenòmeno que incluye todas
las lenguas del mundo, eI término VARIEDAD DE LENGUAJE (O simplemente VARIEDAD,
para àbreviar), puede usarse para referirse a distintas manifestaciones del mismo. Ix) que
hace que una variedad de lenguaje sea distinta de otra, son los elementos lingiiisticos que
incluye, de modo que podemos definir una variedad de lenguaje comò el consunto de
elementos lingiiisticos de similar distribución socid. Està "3éfinición nos permite denominar a
cuatquiera'de ks siguientes 'variedades de lenguaje': inglés, francés, inglés londinense,
inglés de comentarios futbolisticos, lenguajes utilizados por los miembros de una
determinada casa-grande de la cuenca noroccidental del Amazonas, lenguaje o lenguajes
empleados por una persona determinada. Se podrà ver por està lista que la misma noción
de 'variedad' incluye ejemplos de lo que normalmente se llamarfan lenguajes, dialectos y
registros. La ventaja de tener un termino general que abarque todos estos conceptos, es
que nos permite preguntar qué base existe para hacer una distinción entre los ùltimos
términos: por ejemplo, ¿por qué a algunas variedades las llamamos lenguas, y a otras
dialectos distintos de esa misma lengua?. No hay ninguna base sòlida que nos permita
hacer tales distinciones. Esto nos deja ùnicamente con el termino general de 'variedad' para
referirnos alo que el lego ññama 'lenguajes', 'dialectos', o 'estilos'. Una variedad puede ser
mucho mas extensa que un estrato 'lenguaje', y puede incluir un nùmero de lenguajes
distintos. A su vez, segùn la definición, una variedad puede contener sirnplemente un
puñado de elementos, o incluso, en caso extremo, un ùnico elemento, si se define en
función de la enferà de hablantes o circunstancias con las que el elemento se asocia. Asi,
por ejemplo, podria definirse una variedad que consistiera en los elemento! » usados por
una familia o población determinada. Asi, una variedad puede que sea mucho menor que un
'lenguaje', o incluso que un 'dialetto'. No hay restricciones para las relaciones entre las
variedades: pueden sobreponerse, y una variedad puede incluir otras. La caratteristica que
define una variedad es su relación relevante para con la nociedad; en otras palabras, por
quién y cuàndo se utilizan los elementos cn cuestión.
Comunidad ñinguistica: es ampñiamente usado por los sociolingiìistas para-referirse a una
comunidad basadaen unjengùajè. Si las comunidades lingùisticas pueden ser delimitadas,
entonces tambìén pueden ser estudiadas, y quizà sea posible encontrar diferencias
interesantes entre comunidades que se correlacionan con diferencias en su lenguaje. La
definición de 'comunidad linguistica' preferida por nosotros predice que no podrà existir un
conjunto ùnico de gente, tal comò el que vive en la ciudad de Nueva York, respecto al que al
sociolingùista le sea posible hacer todas sus generalizaciones; por el contrario: distintas
afirmaciones seràn verdaderas de comunidades delimitadas segùn distintos criterios.
Lengua, registro y dialecto: Veremos que los tres conceptos son extremadamente
problemàticos, tanto en el momento de encontrar una definición general para cada uno de
ellos y que lo distinga de los demos, corno desde el punto de vista de encontrar criterios
para delimitar variedades. ¿Qué diferencia hay, pues, entre lengua y dialecto para los
hablantes de inglés? Por una parte, hay una diferencia de tamano, puesto que la lengua es
mas extensa que el dialecto. Es decir que una variedad llamada lengua contiene mas
elementos que un'a llamada dialecto. La otra diferencia entre 'lengua' y 'dialecto' es una
cuestión de prestigio, prestigio que posee la lengua y del que el dialecto carece. El que una
variedad sea llamada lengua o dialecto depende del prestigio que uno crea que tal variedad
tiene, y para mucha gente éste es un asunto muy claro, que depende del hecho de que sea
usado en la escritura formai. La noción de 'lengua estàndar' es un tanto imprecisa, pero una
lengua estàndar habrà tenido que pasar por los procesos senalados a continuación:
- Señección: De una forma u otra debe haber sido seleccionada una variedad
particular comò la que va a ser desarrollr.da corno lengua estàndar. Puede que sea
una variedad ya existente, corno la usada en un centro politico o comercial
importante, pero también podria ser una amalgama de distintas variedades. La
elección es un asunto de mucha importancia social y politica, ya que la variedad
escogida suele necesariamente ganar prestigio, y asi la gente que ya lo habla
comparte ese prestigio.
- Codificación: Alguna institución tal corno la Academia tiene que haber escrito
diccionarios y libros de gramàtica para 'fijar' una variedad, de forma que todos
puedan ponerse de acuerdo en lo que es correcto.
- Eñaboración funcionañ: Tiene que ser posible utilizar la variedad seleccionada en
todas las funciones asociadas con el gobierno centrai y con la escritura, por ejemplo
en el parlamento y en los tribunales, en documentos burocràticos, educativos y
cientificos de toda clase, y, naturalmente en los diversos géneros literarios. Elio
puede suponer que haya que anadir elementos linguisticos adicionales a la variedad
seleccionada, especralmente palabras técnicas, pero también hace falta desarrollar
nuevas convenciones para usar las formas existentes: còrno formular preguntas de
exàmenes, còrno escribir cartas en estilo formai, etc
- Aceptación: La variedad elegida tiene que ser aceptada por la población afectada
corno la variedad de la comunidad; de hecho, normalmente comò la lengua nacional.
Una vez que ha sucedido asf, la lengua estàndar sirve de potente elemento
unificador del Estado, comò simbolo de su independencia con respecto a otros
Estados y corno una marca de su diferencia frente a otros Estados. Es precisamente
està función simbòlica la que en cierta medida impulsa a los Estados a desarrollar
una lengua estàndar.
Este anàlisis de los factores involucrados especificamente en la estandarización ha sido
bastante ampliamente aceptado por los sociolingùistas.
Modeño del arboñ de parentesco: el modelo del àrbol de parentesco no es muy
recomendable para el sociolingùista, ya que representa una exagerada idealización de las
relaciones entre las variedades. En particular, no permite influencias entre las variedades,
que en casos extremos podria incluso Uevar a una fusión; que una variedad proceda de dos
variedades distintas.
Diañectos regionañes: A partir del siglo XIX, los dialectólogos de Europa y de los Estados
Unidos (y en menor escala los de las Islas Britànicas) han estudiado la distribución
geogràfica de los elementos linguisticos. Los resultados suelen plasmarse en un mapa,
donde se muestran las formas que aparecen en cada localidad. El dialectòlogo puede
entonces trazar las lineas del àrea en donde se registra un elemento y las àreas donde se
registran otros elementos, marcando un limite llamado ISOGLOSA para cada àrea (del
griego iso- 'igual' y glossa, 'lengua'). El modelo del àrbol de parentesco permite hacer una
importante predicción acerca de las isoglosas, concretamente que no deben intersectarse.
Està predicción es una consecuencia de la jerarquia estricta existente en el modelo entre las
variedades, lo que permite tan sólo dos tipos de relación entre dos variedades: o bien una
es antepasado de la otra, o las dos son 'hermanas'. Sin embargo, hay situaciones que son
incompatibñes con este modeño. A partir de tales hechos, muchos dialectólogos han
sacado la conclusión de que cada elemento tiene su propia distribución dentro de la
población de hablantes, y que no hay razón alguna para suponer que elementos distintos
tengan idéntica distribución. No es necesario que las isoglosas delimiten variedades,
excepto en el sentido trivial en que las variedades constan de sólo un elemento; y si no
podemos utilizar las isoglosas para delimitar variedades, <iqué es lo que podemos utilizar?
Parece que no hay alternativa, y que nos hallamos en una posición similar a la anterior en
nuestra discusión de las lenguas: no hay forma de delimitar las variedades, y por lo tanto
debemos concluir que las variedades no existen. Lo ùnico que existe son hablantes y
elementos, y los hablantes pueden presentar un mayor o menor grado de homogeneidad
respecto a los elementos de su lenguaje. Aunque no atrayente, està conclusión es al menos
verdadera, e incidentalmente suscita cuestiones tales comò qué es lo que determina la
cantidad y clase de homogeneidad entre la gente.
Teoría de las ondas: Ya en el siglo XIX se desarrolló una alternativa al modelo del àrbol de
parentesco para dar cuenta de la clase de fenòmeno que acabamos de considerar. Se
denomina TEORIA DE LAS ONDAS, y se basa en la hipótesis de que los cambios
linguisticos se extienden desde centros de influencia hacia las zonas circundantes, mas o
menos de la misma forma en que se extiende la onda de agua de un embalse al echar una
piedra. Este punto de vista del cambio linguistico es aceptado por casi todos, si no todos,
los eruditos, tanto en el campo de la linguistica histórica comò en el de la sociolingufstica.
La teoria de las ondas explica por qué se intersectan las isoglosas postulando diferentes
focos geogràficos de irradiación de los distintos elementos. La isoglosa entre dos elementos
comò farm con y sin / r / , muestra el lugar donde termina la influencia de un elemento y
empieza la de otro; en la hipótesis de que uno de los elementos represente una innovación
querela decir que la isoglosa senala los puntos mas lejanos que ha alcanzado el nuevo
elemento cuando el dialectólogo ha recogido sus datos. No hay ninguna razón por la que
innovaciones conducentes a cualquiera de las dos isoglosas hayan tenido que producirse
en el mismo lugar —ni incluso en la misma epoca—, de modo que no hay ninguna razón
especial que impida que las isoglosas se intersecten. El autor pñantea otra anañogia que no
sea la de las piedras, y pñantea que segun està nueva analogia, una innovación linguistica
seria comò una nueva especie que hubiera brotado (o por mutación o por haber sido traida
de fuera), y que puede o no prosperar. Si prospera, puede que se extienda y sustituya a
algunas o todas sus contrincantes; pero, si no, puede o bien morir o bien quedarse
confianada en un àrea pequena del campo (es decir, en una comunidad linguistica muy
pequena). E l hecho de que una especie se desarrolle o no, depende de la fuerza con que
crezcan sus representantes (es decir, de la fuerza e influencia de su comunidad linguistica):
cuanto mayores sean las plantas, mas semillas produciràn, y mayor sera la oportunidad de
que la especie conquiste nuevo territorio.
Los diañectos sociañes: Los dialectólogos hablan de DIALECTOS SOCIALES, O de
SOCIOLECTOS, para referirse a diferencias no regionales. Debido a estos otros factores,
puede que un hablante muestre mas semejanza en su lengua con gente del mismo grupo
social de una región distinta que con gente de otros grupos sociales, aunque sean de la
misma región. Debido a diferencias de apreciación respecto a las distinciones regionales
y sociales entre la pronunciación y otros aspectos del lenguaje, suele ser norma! distinguir
entre acento y dialecto, queriendo indicar con ACENTO sólo la pronunciación, y con
DIALECTO cualquier aspecto de la lengua, incluida la pronunciación. Elio nos permite
distinguir entre dialecto estàndar (que debería Llamarse 'la lengua estàndar') y dialectos
no-estàndar, y también poder hacer afirmaciones aparte respecto de la pronunciación en
función de los acentos. Seria dificil trazar isoglosas para los dialectos sociales, ya que se
haria necesario plasmarlas en un mapa multidimensional, pero no hay motivo para dudar de
que, si un mapa asi pudiera dibujarse, hallariamos que cada isoglosa sigue un camino
ùnico.

Martinez, Speranza y Fernandez:

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