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Escenarios, Amenazas y Riesgos
Escenarios, Amenazas y Riesgos
Escenarios, Amenazas y Riesgos
ESCENARIOS,
AMENAZAS Y
RIESGOS
Foto: Tomás Alemán Hernández).
A. ESCENARIOS DE LA DEFENSA
1. ESCENARIO INTERNACIONAL
E
l concepto de seguridad ha experimentado profundas transformaciones en los dos
últimos decenios. Los cambios políticos, económicos, sociales, tecnológicos e ideo-
lógicos, ocurridos en el sistema internacional a partir de 1990, han obligado a una
redefinición de conceptos y esquemas de seguridad y defensa en todo el mundo, diferen-
tes a los que existían en el contexto de la Guerra Fría.
A esto hay que sumar las modificaciones que los atentados terroristas, del 11 de septiem-
bre de 2001, en los Estados Unidos de América, provocaron en la configuración de la
agenda de seguridad multilateral, así como en la naturaleza de la amenaza a la estabilidad
internacional y la forma en que aquella es percibida por los Estados.
Las situaciones de paz y de conflicto se han visto sensiblemente afectadas por diversos
factores entre los que destacan:
Al iniciarse el presente siglo, los problemas de seguridad a nivel mundial se han ordenado
en tres grandes categorías:
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Todas estas amenazas están interrelacionadas y se refuerzan mutuamente, por lo que
demandan de la cooperación intergubernamental a nivel internacional. Estas amenazas,
cualquiera que sea su lugar de origen o su punto geográfico de máxima concentración,
producen efectos que no pueden ser contenidos dentro de las fronteras nacionales, ya
que desbordan fácilmente los límites de un Estado y tienen consecuencias en el interior
de otros, afecta el orden social y la gobernabilidad, inciden en los planes económicos y
otras políticas públicas, y requieren, por tanto, respuestas integrales.
Los gobiernos intentan dar soluciones a través de la adopción de políticas y de una deci-
dida cooperación internacional que se concluye en diferentes formas: asistencia técnica,
científica, financiera, y en aquellos casos que requieren de respuesta operativa, se coor-
dinan esfuerzos de manera colectiva en el ejercicio de nuevas funciones de Seguridad y
Defensa, mediante las cuales recurren a formas y modelos de coordinación internacional
en estos ámbitos.
Al inicio del presente siglo, los atentados terroristas al Centro Mundial de Comercio y al
Pentágono, el 11 de septiembre de 2001, marcan un punto de inflexión en el sistema
internacional y resultan en una recomposición de alianzas en el ámbito global, donde la
lucha mundial contra el terrorismo se ha convertido en el objetivo primario de un grupo
específico de países, aún por encima de las prioridades y realidades estratégicas de los de-
más estados y de las particularidades de cada región. En este sentido, la efectividad de los
organismos multilaterales y el esfuerzo mancomunado, como medio de respuesta a los in-
numerables retos que plantea la amenaza terrorista, se ha visto limitado por el predominio
de un acentuado unilateralismo político y militar en el manejo de este tema.
Las recientes guerras en Afganistán y en el Golfo Pérsico demostraron que los conflictos mi-
litares estarán presentes en el futuro como lo han estado en el pasado, que las situaciones de
antagonismos y fricciones que conducen a situaciones de conflicto están vigentes y que por
ello no puede olvidarse la defensa como elemento constitutivo indispensable de la seguridad
para confrontar, incluso, las llamadas nuevas amenazas.
2. ESCENARIO HEMISFÉRICO
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En el contexto de este nuevo debate, una aproximación al tema de la seguridad hemisfé-
rica exigía como primer paso un consenso en torno a la existencia de valores e intereses
compartidos por los países de la región, el análisis sobre el significado, alcance y proyec-
ción de los conceptos de seguridad internacional en el hemisferio, con el propósito de
desarrollar los enfoques comunes más apropiados, reconociéndose posteriormente que
las amenazas, preocupaciones y otros desafíos a la seguridad hemisférica son de natu-
raleza diversa y de alcance multidimensional y que incluyen aspectos de orden político,
económico, social, ambiental y de salud.
Institucionalización del proceso de cumbres de las Américas, en las que los jefes
de Estado del hemisferio alcanzaron un conjunto de acuerdos, incluyendo aspectos
de seguridad en un nivel propiamente continental y organizados en torno a princi-
pios comunes y políticas específicas que han sido plasmadas en las declaraciones
y planes de acción de cada cumbre.
El incremento del diálogo interamericano y los crecientes vínculos políticos han generado
actitudes cooperativas entre los países del hemisferio, logrando con ello alcanzar enten-
dimientos y crear una considerable red de acuerdos, instancias y regímenes tendientes a
evitar, en la práctica, el uso de la fuerza, asegurar la prohibición del empleo de armas de
destrucción masiva, y regular la utilización y tráfico de armas pequeñas y ligeras.
Los estados americanos construyen su agenda de seguridad nacional con base en dife-
rentes elementos, entre los que destacan su ubicación geopolítica, desarrollo histórico y
cultural, amenazas a su seguridad, misiones y roles asignados a las fuerzas armadas y de
seguridad pública, doctrinas históricas de seguridad y aspectos legales que limitan la par-
ticipación en operaciones supranacionales, litigios entre países vecinos y compromisos
internacionales suscritos.
A todo lo anterior, se agrega elementos que condicionan la posibilidad de que los gobier-
nos se comprometan efectivamente a la aplicación de políticas de seguridad y defensa
a nivel hemisférico, como son las limitadas capacidades financieras de los países de la
región y la tendencia creciente a la reducción de las asignaciones presupuestarias a la
Defensa. Desde esta perspectiva, en el hemisferio puede observarse distintas subregiones
geográficas, las que a pesar de presentar diferencias en su desarrollo socio-económico y
capacidades de defensa, formulan y desarrollan enfoques y políticas generalmente coin-
cidentes. Estas subregiones son: Norte, Centroamérica, Caribe y Sudamérica.
3. ESCENARIO REGIONAL
Esta nueva realidad generó la necesidad de definir el contenido de una nueva agenda
de seguridad en el istmo, de acuerdo con los cambios ocurridos a nivel internacional,
hemisférico y, en particular, los avances en el ámbito regional, desde la perspectiva de
consolidar a Centroamérica como una región de paz, democracia y desarrollo.
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podrían convertirse en desastres, el terrorismo, el crimen organizado y, en algunos paí-
ses, el deterioro de la seguridad ciudadana particularmente causado por la proliferación
de grupos delincuenciales conocidos como "maras".
El Modelo Centroamericano de Seguridad Democrática adoptado por los países del istmo
en la última década, en el marco del proceso de integración regional, ha contribuido a
fortalecer los mecanismos de solución pacífica de controversias que aún persisten en la
región, inspirados en los fundamentos del Tratado Marco de Seguridad Democrática.
2.- Seguridad de las personas y sus bienes. Se establecen los principios que rigen el Mo-
delo Centroamericano de Seguridad Democrática, la que es definida como integral
e indivisible, inseparable de la dimensión humana, el respeto a la dignidad del ser
humano, el mejoramiento de la calidad de vida, el desarrollo pleno en todas sus po-
tencialidades, y la ayuda solidaria y humanitaria frente a emergencias, amenazas y
desastres naturales. Se considera la pobreza y la pobreza extrema como amenazas
a la seguridad de los habitantes y a la estabilidad de las naciones de la subregión.
Su resguardo ha sido encomendado a las autoridades competentes en el área de
seguridad pública.
Tiene como objetivos: garantizar a todos los habitantes las condiciones de seguridad
que les permitan participar y beneficiarse de las estrategias nacionales y regionales
de desarrollo sostenible; el fortalecimiento de los mecanismos de coordinación ope-
rativa para hacer efectiva la lucha a nivel nacional y regional contra la delincuencia
y todas las amenazas transnacionales a la seguridad; y la promoción de la coopera-
ción entre los Estados centroamericanos para garantizar la seguridad jurídica de los
bienes de las personas.
3.- Seguridad Regional. Los principios del Modelo Centroamericano de Seguridad Demo-
crática en este ámbito incluyen: igualdad soberana entre los Estados y seguridad
jurídica en sus relaciones; solución pacífica de las controversias; renuncia a la ame-
naza o al uso de la fuerza contra la soberanía, integridad territorial e independen-
cia política de cualquier Estado de la región; autodeterminación de Centroamérica;
seguridad democrática de cada uno de los Estados estrechamente vinculada a la
seguridad regional; defensa colectiva y solidaria. En correspondencia con lo ante-
rior, ningún Estado fortalecerá su propia seguridad menoscabando la seguridad de
los demás.
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Entre los objetivos que se deben alcanzar, se señalan: el establecimiento de un meca-
nismo preventivo de alerta temprana ante las amenazas; balance razonable de fuer-
zas militares y de seguridad pública; un programa permanente de medidas de fo-
mento de la confianza, así como de un mecanismo centroamericano de información
y comunicación de la seguridad, y mecanismos de solución pacífica de las contro-
versias; el efectivo control sobre los armamentos para lo cual será necesario contar
con informes sobre la composición de las fuerzas armadas y de seguridad pública,
sobre presupuestos de gastos militares y de seguridad pública y la organización del
sistema de registro centroamericano de los armamentos y sus transferencias.
Reunión de Presidentes
Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores
Comisión de Seguridad
Comité Consultivo
4. ESCENARIO NACIONAL
Nicaragua vive una etapa de transición democrática que en la práctica se traduce en es-
fuerzos sostenidos para fortalecer la gobernabilidad, la modernización del Estado, el res-
peto a los derechos humanos, la alternabilidad del poder, entre otros. Asimismo, se desta-
can otras iniciativas importantes, tales como: la formulación, consulta e implementación
del Plan Nacional de Desarrollo y de una Estrategia Reforzada de Crecimiento Económico
y Reducción de la Pobreza (ERCERP), y la lucha permanente contra la corrupción.
Todo lo anterior plantea retos importantes para la institucionalidad del Estado en la me-
dida que propician condiciones favorables para la penetración y propagación de las ame-
nazas transnacionales a la Seguridad Nacional, lo que se expresa de manera directa en la
organización y fortalecimiento de estructuras vinculadas a la narcoactividad, el terroris-
mo, el crimen organizado y actividades conexas.
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B. AMENAZAS Y RIESGOS
La nueva agenda de seguridad del hemisferio ha sido reconocida por los gobiernos de la re-
gión en la Conferencia Especial sobre Seguridad de la OEA, celebrada en México el 27 y 28
de octubre de 2003. La "Declaración sobre Seguridad en Las Américas" detalla un amplio in-
ventario de amenazas, dividiéndolas en dos categorías: tradicionales (heredadas de la Guerra
Fría) y nuevas (emanadas en la posguerra fría). Igualmente enumera una serie de desafíos,
resultado de las debilidades económicas y sociales de la región y con un impacto en la segu-
ridad, como los que se desprenden de las condiciones de pobreza y debilidad institucional de
los países. En su conjunto, esas amenazas se denominan multidimensionales, por su origen
distinto, la importancia para cada país y los diferentes instrumentos para enfrentarlas.
No obstante, cada Estado tiene el derecho soberano de identificar y definir sus propias priori-
dades nacionales de seguridad y formular las estrategias, planes y acciones para enfrentar las
amenazas a su seguridad, conforme su ordenamiento jurídico y el pleno respeto del Derecho
internacional. En el caso particular de Centroamérica, su posición geográfica la convierte en
un área de interés para las organizaciones internacionales dedicadas a la narcoactividad, el
crimen organizado, el terrorismo y otras actividades ilícitas. En los últimos años estas ame-
nazas han tenido una clara manifestación e incidencia en el entorno regional, situación que
ha sido analizada sistemáticamente en todos los foros relacionados con la seguridad de las
naciones del istmo.
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En Nicaragua, la narcoactividad es la principal expresión del crimen organizado. Es
una actividad ilícita transnacional que se realiza a través de redes organizadas sobre
la base del empleo de estructuras de apoyo y logísticas en diferentes áreas del país. En
los últimos años se ha incrementado el tráfico de drogas por mar y aire.
Las características geográficas del país, la amplitud de sus costas y fronteras terres-
tres, su cercanía geográfica con los países productores y consumidores, y las limitadas
capacidades de infraestructura y comunicación, y los efectos del Plan Colombia, son
condicionantes para que los cárteles de la droga utilicen el territorio nacional para la
transportación y almacenamiento de droga en su ruta hacia los países consumidores.
Aproximadamente el 60 por ciento del total de la droga que es introducida a los Esta-
dos Unidos de América por tierra, mar y aire, pasa por el territorio centroamericano.
El narcotráfico es un enemigo poderoso, ya que posee cuantiosos recursos económi-
cos y tecnología que sobrepasan las capacidades de quienes lo combaten. Esto, suma-
do a la ubicación geográfica, la poca presencia institucional del Estado, situación de
pobreza y pobreza extrema de importantes sectores de la población, particularmente
en la Costa Caribe y sectores fronterizos, lo transforma en una clara amenaza para el
sistema democrático y la Seguridad Nacional del país.
Al igual que en el resto de la región, el crimen organizado marca una tendencia peligrosa
en Nicaragua. Sus actividades se manifiestan de forma diversa y en escenarios cambiantes
en dependencia de sus ámbitos de interés (tráfico de drogas, armas, personas, acciones
punitivas, mafias dedicadas a la explotación ilegal e irracional de los recursos naturales,
secuestros, asaltos bancarios).
Terrorismo
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tienen que ver con aspectos culturales y el uso de la tierra, lo que a su vez está re-
lacionado con la debilidad en la creación e implementación de normas y leyes en la
utilización racional y adecuada de la tierra.
2. PRINCIPALES RIESGOS
Las situaciones de riesgo deben apreciarse desde el ámbito de la realidad presente que
no tiene perspectivas de solución a corto plazo, y por el contrario tienden a favorecer
condiciones adversas a la implementación de políticas nacionales de desarrollo.
(Foto: La Prensa).
a. Pobreza
Según el Tratado Marco
de Seguridad Democráti-
ca en Centroamérica: "La
pobreza y la extrema po-
breza lesionan la dignidad
humana y constituyen una
amenaza a la seguridad de
los habitantes y a la esta-
bilidad democrática de las
sociedades centroameri-
canas". De acuerdo con
el Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo
(PNUD), la pobreza se tipi-
fica como la privación de
capacidades básicas y no
únicamente como la falta
de ingresos, considerán-
dose que entre más acce-
so tenga la población a las
condiciones básicas, mejo-
res serán las posibilidades
para que ésta pueda librar-
se de la miseria.
(Foto: DRPE).
b. Degradación ambiental
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La destrucción del medio ambiente amenaza la salud y los niveles de vida material de la
población, flora y fauna y agotan las fuentes de recursos hídricos provocando que los
ríos y aguas subterráneas se sequen.
c. Problemas de propiedad