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Libro Tecnologias Ancestrales Ed - Chilon
Libro Tecnologias Ancestrales Ed - Chilon
Libro Tecnologias Ancestrales Ed - Chilon
y reducción de riesgos
del cambio climático
Terrazas precolombinas
Taqanas Quillas y Wachus
Terrazas Precolombinas
Taqanas, quiillas y waachus
Ministerio de Planificación
del Desarrollo
Tecnologías ancestrales y reducción de riesgos del cambio climático
Terrazas Precolombinas Taqanas Quillas y Wachus
Publicación:
© PROMARENA, 2 008
Av. 6 de Agosto No. 2570
Tel./Fax: (591-2) 2430503
La Paz, Bolivia
www.promarena.org.bo
Gestión de:
Lic. John Vargas Vega
Viceministro de Planificación Territorial y Ambiental
Autor:
Ing. M.Scǀ Eduardo Chilon Camacho
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© Ilustraciones: Ing. Carlos Laruta Vin
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Es una grata satisfacción presentar esta publicación porque es, sin duda, un
invalorable aporte al conocimiento de las tecnologías ancestrales y,
particularmente, de las terrazas agrícolas, sus características, clasificación y
posibilidades económicas de valorización, lo cual tiene una gran importancia en
el contexto actual de sostenibilidad y uso de las tierras de alta montaña y en la
valorización de los activos de los campesinos más pobres de la región andina.
Introducción 13
Primera parte
Fundamentos de la tecnologia ancestral: El software y el harrdwaree
de la tecnología andino–amazónica 15
Antecedentes 15
A manera de conclusiones 74
Bibliografía 79
Segunda parte
Terrazas agricolas precolombinas taqanas quillas y wachus 83
Antecedentes 83
Conclusiones 25Ȟ
Recomendaciones 25ȟ
Bibliografía 25ȣ
Tercera parte
El promarena y la revalorización de conocimientos locales 26ȟ
Antecedentes 26ȟ
Conclusiones 32ȝ
Recomendaciones 32Ȟ
Bibliografía 32ȟ
Introducción
13
En la actualidad y a pesar del tiempo transcurrido, todavía es admirable
contemplar, en numerosas comunidades del altiplano, valles, yungas y la llanura
amazónica, inmensas áreas cubiertas con terrazas precolombinas, taqanas,
sukakollu, q´ochas, sistemas de lomas y drenaje, construidas en tiempos en que
aún no se disponía de los conocimientos que hoy existen. Lamentablemente,
por múltiples factores, en la actualidad sólo una pequeña proporción de estas
tecnologías están en uso, la mayor parte se encuentran abandonadas. Lo que
actualmente se observa es un proceso gradual de pérdida de estos
conocimientos y sólo un escaso número de prácticas y tecnologías de origen
ancestral que progresivamente pierden su carácter integral.
Pero nada de esto niega el gran componente indígena presente en nuestra
sociedad, el que se expresa con mayor fuerza en el mundo rural de Bolivia. El
resultado es un país cuya principal característica es la diversidad cultural, la que
al mismo tiempo lo enriquece y lo complejiza. El reto del desarrollo del país es
asumir esta realidad como una premisa básica para planificarse, con
posibilidades de éxito, políticas de investigación y de desarrollo rural integral.
Una racionalidad elemental aconseja hacer una lectura de esta valiosa
historia ancestral, para llegar a entender cómo fue posible, cómo se realizó y
cómo funcionaron los sistemas de producción agropecuaria andino–amazónicas.
En ellas se podría encontrar muchas respuestas que podrían ser de gran
provecho en la actualidad y que sean, además, útiles para enfrentar con éxito la
problemática del cambio climático y del desarrollo de la Bolivia actual y del
mundo. Se tiene que partir del hecho que no es posible definir políticas,
estrategias y acciones concretas de desarrollo, sin remitirse a la lectura de la
historia de épocas precolombinas, sobre todo del uso del espacio andino–
amazónico y de la recuperación y puesta en vigencia de las valiosas tecnologías
andino-amazónicas ancestrales.
14
PRIMERA PARTE
Antecedentes
15
la más alta expresión de la sabiduría andino-amazónica para manejar espacios
geográficos heterogéneos.
Estas infraestructuras productivas demuestran que las culturas ancestrales
andino-amazónicas fueron capaces de reconocer su medio y adecuarse a él,
asegurando una oferta estable de alimentos, manejando racional y
adecuadamente los recursos naturales, la biodiversidad, el fraccionamiento y
las fluctuaciones temporales y permanentes.
En el ámbito productivo agrícola y pecuario, lograron perfeccionar el uso y
manejo racional de la tierra, el agua y otros recursos, con el acceso a diversos
pisos agroecológicos y el manejo de la biodiversidad; basta señalar que de los
103 ecosistemas existentes en el planeta, 84 están concentrados en el área
andino-amazónica de Bolivia. Paralelamente se llegó a un exitoso
aprovechamiento de los animales y las plantas mediante la domesticación y el
fitomejoramiento. Para tener una idea de la eficiencia y sofisticación agrícola
precolombina, el 40% de las plantas que consume la humanidad son producto
de la ingeniería genética y de la biotecnología andino-amazónica.
Todo lo anterior se sustentaba en una cosmovisión holística que involucraba
diversos relacionamientos en un conjunto coherente y con una precisa
sincronización especial y cronológica.
Sin embargo, desde la conquista se ha sufrido intensos cambios y un
mestizaje no sólo étnico, sino también cultural, que ha influido directamente en
la desarticulación de la organización social, la forma de organizar la producción,
y las tecnologías empleadas. Lo que actualmente se observa es un proceso
gradual de pérdida de estos conocimientos y sólo un escaso número de prácticas
y tecnologías ancestrales que progresivamente pierden su carácter integral.
16
1. El software de la Tecnología Andino-Amazónica
2
El aporte de plantas alimenticias al mundo, por parte de las culturas ancestrales andino-amazónicas,
está conformado por una variedad de tubérculos, granos, raíces, hojas, plantas medicinales, frutos y se-
millas que, cultivados en diversos pisos ecológicos, les permitieron una soberanía y seguridad alimen-
taria. Después de la conquista, muchos de estos cultivos fueron llevados al continente europeo. En la
zona altoandina y los valles interandinos se domesticó y cultivó papa (Solanum tuberosum), papalisa
(Ullucus tuberosum), oca (Oxalis tuberosum), isaño (Tropaelum tuberosum), quinua (Chenopodium qui-
noa), kañawa (Crenopodium pallidicaule), tarwi (Lupinus mutabilis), achakana o raíz comestible de al-
tura (Tuber edule), maca (Lepidium meyenii), achira (Bulvucastanum bunium), achojcha (Leonia
glycicarpa), aji (Capsicum pubescens), ajipa (Helianthus tuberosus), zapallo (Cucúrbita máxima), cala-
baza (Lagenaria siceraria), frijol (Phaseolus vulgaris), jat´ataco (Amaranthus blitum), Koimi o millmi
(Amaranthus caudadtus), tuna (Opuntia vulgaris), lujma (Cydonia nana), lok´osti (Passiflora malifor-
mis), maíz (Zea mayz), pepino (Cucumus sativus), palto (Inga edulis), pacae (Persea gratissima), tomate
(Lycopersicum esculentum), tumbo (Passiflora laurifolia), wakataya (Capraria peruviana). En los Yungas
se cultivó amachi peke (Maranta allouya), maní (Arachis hypogaea), camote (Hipomoea batata), coca
(Erythroxylum coca), cacao (Theobroma cacao L.), chirimoya (Anona cherimolia), papaya (Carica can-
dins), piña (Ananassa sativa), racacha (Arracacha sculenta), wayaba (Psydium pomiferum), tomate de
árbol (Cyphomandra betacea), walusa (Xanthosoma sagillifolia), yacón (Helianthus acuosus), yuca (Man-
dioca sp). (Cárdenas, M, Gandarillas H., Condarco R. 1984). En la fauna se tiene la llama (Auchenia lama),
alpaca (Auchenia pacos), guanaco (Auchenia guanaco), vicuña (Auchenia vicuña), chinchilla (Eyromis
manigera), vizcacha (Lagidium sp), pato (Sardionis carunculada), parihuana (Phoenicopterus andina),
wallata (Bernicla melanoptera), suri (Pterochemis sp), peces como el ispi (Orestias agassizi), karachi
(Orestias neveui), mauri (Trichomycterus rivulatus), suchi (Trichomycterus dispar) (Condarco R., 1970).
18
Gráfico 1: Heterogeneidad agroecológica de Bolivia y homogeneidad europea
20
Gráfico 2: El software y hardware de la Tecnología Andino-Amazónica
21
Sólo referencialmente, con el propósito de contextualizar el software andino-
amazónico, mencionaremos algunas cuestiones que incluyen ciertas constantes
que se encuentran prácticamente en todos los rituales del mundo andino-
amazónico; remarcándose que es en estos rituales agropecuarios, que en la
actualidad todavía practican las comunidades andinas y amazónicas, donde
subyace el software de la tecnología andina-amazónica.
A mediados de febrero o inicios de marzo, los campesinos del altiplano
boliviano ejecutan unos rituales sencillos en relación con la marcación de los
límites de las nuevas parcelas y con la primera roturación de las aynuqas y de sus
qapanas. Las comunidades de Sococoni y Timusí del municipio de Chuma
cuentan con riego y realizan un ritual de inicio de la siembra.
En el mes de mayo, la comunidad de Moyapampa juntamente con otras
parcialidades del cantón Amarete, municipio de Charazani, realiza un ritual
agrícola y ganadero en el cerro Isqani –para la salud de las personas, para que sea
un año bueno en producción en sus qapanas y que haya armonía en las
comunidades– mediante el pago de una cría de alpaca macho.
En zonas de valle, en los meses de julio y agosto se lleva a cabo la celebración
de la fiesta del agua con la limpieza de estanques o q’otas, y de los canales que
posibilitan el riesgo en las taqanas, q’ochas, tarazukas, e inauguran la época de
la siembra. La comunidad de Cohoni, a pesar de su cercanía con la sede de
gobierno, realiza la fiesta del agua con la limpieza de canales y mantenimiento
de su monumental sistema de riego, que se alimenta de los deshielos del nevado
Illimani. La fiesta del agua se presenta como un complejo y muy elaborado ritual
de ceremonias, que se viene celebrando, cuidadosamente, desde tiempos
inmemoriales y constituye en cada celebración una nueva oportunidad para
estrechar los vínculos que unen a los comunarios con sus divinidades y
antepasados identificados en lugares sagrados.
El mes de agosto es considerado como el mes crucial del año, marca el paso
del invierno a la primavera. Es el mes en que todos los campesinos están atentos
a las señales de la naturaleza para establecer sus pronósticos que orienten el
momento más apropiado para empezar la siembra y, a la vez, predecir el
resultado de la cosecha de próximo año. Para ello se presentan ofrendas a la
22
Pachamama, a los achachilas y a los espíritus de los productos, para conseguir
benevolencia y bendición para una buena cosecha. Las comunidades del
municipio de Tiahuanaco se guían por las nubes presentes los primeros tres días
del mes para programar sus siembras.
En algunas comunidades, como es el caso de Huaraco (comunidad de la
provincia Aroma, departamento de La Paz, en el altiplano central de Bolivia),
nombran a un kamanaca que, durante el periodo del crecimiento de los cultivos
en las taqanas, aynoqas, sukakollu, tendrá la responsabilidad de vigilar las
parcelas. Esta persona, ayudada por otros comunarios jóvenes, construye un
pequeño montículo en el centro de las parcelas. Allí presenta regularmente
ofrendas a los espíritus para que protejan a las plantas y mantengan alejadas de
las parcelas, las granizadas y heladas que pueden destruir las plantas tiernas.
El mes de octubre está relacionado con los difuntos, probablemente se debe
a que es uno de los meses más secos del año por lo que se establece una
asociación entre sequía y los huesos secos de los muertos. A los difuntos se les
pide también colaborar en la protección de las plantas y en su crecimiento, ellos
disfrutan después de los buenos resultados de la cosecha, y es en la fiesta de los
difuntos (2 de noviembre) donde se les retribuye con abundante comida.
A fines de noviembre se presenta nuevamente un momento crucial del año
agrícola, ansiosamente se esperan las lluvias necesarias para fructificar las
siembras. Los campesinos ejecutan ritos para obtener lluvias y tener a su favor
al espíritu de los granizos. (Van Den Berg, 1987)
En muchas comunidades se conserva la costumbre de mantener algunos días
de ayuno durante el mes de diciembre. En la madrugada, los comunarios se
reúnen, piden perdón por sus pecados, rezan pidiendo que no haya helada ni
granizada y que haya buena cosecha. Ofrendan una wilancha (un sacrificio
sangriento), un feto generalmente de llama en el centro de las parcelas y el
ofrecimiento de una misa (ofrenda dulce).
En el mes de enero se intensifican los ritos para conjurar las heladas que
suelen presentarse, al mismo tiempo, los campesinos presentan sencillas
ofrendas a los espíritus de los productos, antes de ejecutar los aporques.
23
El mes de febrero, a menudo llamado el mes loco, en razón de las
precipitaciones pluviales intensas, determina ofrendas que se presentan a la
Pachamama, por el alimento que ofrece a las plantas en crecimiento. Mediante
estas ofrendas también se llama a los espíritus de las parcelas, llevando a sus
casas algunas plantas para festejarlas. Esta tradición se mantiene en la
comunidad de Chacarapi.
En algunas zonas de Potosí todavía se ajusta esta época a las llamadas
batallas rituales; la sangre derramada por los combatientes es considerada como
el mejor abono que puede recibir la tierra.
Al final de la época de lluvias el peligro de la caída de granizadas es mayor y
es por eso que se realizan ritos para apaciguar al espíritu del granizo.
La cosecha es celebrada entre mayo y junio, como una fiesta de
agradecimiento que se caracteriza por manifestaciones de alegría, mediante
libaciones sobre los productos cosechados y mediante danzas antiguas.
El mes de julio es aquel en que más celebraciones de matrimonio se realizan,
posiblemente porque tiene relación con las cosechas y por ser la época cuando
el campesino tiene mayores posibilidades de costear una fiesta. A menudo en
está época del año se construyen las nuevas viviendas (Van Den Berg, 1987).
En la amazonia se cita el caso de la comunidad de San José de Uchupiamonas,
“descubierta” por los conquistadores españoles hace 390 años y habitada por
el pueblo indígena amazónico sipiramonas al que los conquistadores sumaron
pobladores quechuas, trasladadas desde Apolobamba, dando como resultado
la mezcla entre tacanas y quechuas. Sus rituales, costumbres e idioma
permanecieron con el tiempo, utilizándose el quechua en sus relaciones de
intercambio o trueque y el tacana como lengua de comunicación interna.
Francisco Navi, sabio quechua-tacana manifiesta que… “Vivimos en la selva,
comemos, nos curamos y nos vestimos con lo que la selva nos da, sabemos que
los árboles, las plantas y los animales que hay en ella, están poseídos por seres
sobrenaturales que pueden castigarnos…” (Mamani y Limaco, 2006).
24
1.3. Destinatarios de los rituales agropecuarios
Los destinatarios de los rituales agrícolas son, en primer lugar, los espíritus
protectores del hogar, del corral, de la casa, del terreno y del bosque, a los que
se les llama generalmente uywiris. Se distinguen entre uywiri mallku, espíritu
protector masculino, y uywiri tayka, espíritu protector femenino.
Se habla también de los achachilanaka, los achachilas de la casa. Entre ellos
se destaca al kunturmamani, identificado a veces con el fogón de la cocina y
que se personifica con el cóndor; ave majestuosa de los Andes que, con sus
enormes alas extendidas, vela por la seguridad del hogar.
En el espacio ritual de las parcelas está en primer lugar la Pachamama, Madre
Tierra, deidad femenina que es considerada como la más importante, por ser la
sustentadora de la vida, y por eso es invocada en todo los ritos: “Tierra, mi
verdadera madre, tu hijo soy y, como a tal, concédeme buenos y abundantes
frutos; haz que tu seno sea pródigo esta vez más y recompense los trabajos y
desvelos de quien sólo fía en tu inagotable fecundidad” (Paredes, 1920).
La Pachamama está casada con Anata, el protagonista de la gran celebración
de la precosecha, el padre de las parcelas, que una vez por año se presenta para
recibir su parte de la cosecha. Los hijos espirituales de la Pachamama (y de
Anata) son los ispallanaka, espíritus que velan por las parcelas, son como los
espíritus de los productos agrícolas.
Cada producto agrícola, cada árbol o animal del bosque tienen su propio
espíritu. Ellos son los que tienen que ver con la mayor o menor producción de
cada una de las especies de los producto. Por último, está el manq’a tatita, el
señorcito del alimento, el espíritu vital o el alma de cada producto, íntimamente
relacionado con los ispallanka: “… Muchos manifiestan que cuando no se ofrece
ningún rito a los espíritus de los productos o que se desprecia a los mismos ya
sea desperdiciándolos o no recogiéndolos, cuando éstos se encuentren botados
por algún sitio y pisoteados por la misma gente que se alimenta de los
productos, entonces Man’qa tiene que reaccionar contra esos malos
tratamientos y actúa con los espíritus…”.
25
Los destinatarios de los ritos son también los anchanchus, espíritus de la
tierra de carácter maligno, que pueden hacer daño a los cultivos. Por eso, el
campesino siempre tratará de estar en buena relación con ellos, ofreciéndoles
también obsequios y reconociéndolos en sus oraciones.
Otro ritual está completamente dominado por los achachilas, los espíritus
de los cerros y de las montañas, a quienes se invoca igualmente en todos los
rituales. Ellos controlan el tiempo, los vientos, las nubes, las lluvias y las
granizadas. Velan por el bienestar de los hogares y colaboran con la Pachamama
y con los espíritus de los productos para que no haya escasez, sino que siempre
lleguen los alimentos a ellos (Ochoa, 1976).
3
La cibernética es la ciencia que estudia el manejo y control de los sistemas probabilísticas complejos.
26
qotañas, campos elevados, sistemas de drenaje y otros, articulados a la
programación de los ciclos agrícolas y a la estructura de un sistema
astronómico, lo que les permitió contar con mayores opciones para enfrentar
el riesgo (gráfico 3).
Gráfico 3: Planificación sistémica andino-amazónica
27
1.4.1. Relaciones de reciprocidad y acceso a los recursos naturales
El acceso vertical
28
la falta de servicios e infraestructura caminera, que a los productores no les per-
mite insertarse de modo más dinámico a los mercados de La Paz y El Alto.
Los agricultores de Coscapa son muy activos en tareas de seleccionar y adap-
tar cultivos y animales a distintos pisos ecológicos especializados. A pesar de
las dificultades actuales, todavía mantienen una fuerte herencia cultural para
la adecuación, experimentación, aprendizaje y observación de las condiciones
geográficas y ambientales que favorecen a distintos cultivos y animales. Esta
habilidad les permite diversificar su autoabastecimiento, aprovechando al má-
ximo todos los ecosistemas ecológicos disponibles para buscar la mejor pro-
ducción en cada uno de ellos.
De modo general se reconocen tres ecosistemas, cada uno de los cuales se
subdivide en varios sub-ecosistemas, que son utilizados de modo simultáneo
por los comunarios de Coscapa; observándose que en cada uno de ellos se
cuenta con abundante dotación de agua. Se reconocen los siguientes ecosiste-
mas:
• Parte alta o punta altiplánica. Es un ecosistema propicio para el cultivo de
papa amarga y en estos últimos años también de papa dulce, y la crianza de ca-
mélidos y ovinos. la agricultura se realiza en sistema de aynuqa4 y en taqanas o
terrazas agrícolas de origen precolombino. Es apropiada para la crianza de ca-
mélidos andinos y por su ubicación en el contrafuerte de la cordillera oriental
de los Andes, cuenta con humedad permanente. En este piso ecológico, todas
las familias campesinas tienen acceso a las áreas de pastoreo y a los terrenos
agrícolas.
• Parte media o cabecera de valle. Esta zona presenta características favorables
para el cultivo de papa dulce, variedades sani imilla, tarako, imilla negra y otras.
Precisamente por las características de este piso ecológico, especialmente en
clima y suelo, Coscapa es una comunidad productora de semilla de papa. Su
producción la realizan en sistema de terrazas agrícolas precolombinas y en sis-
tema de aynuqa. También realizan actividades ganaderas, especialmente de
4
Aynuqa, sistema ancestral de rotación tiempo espacio, formado por varias zonas, en la que una se cul-
tiva durante cierto número de años, mientras las otras zonas permanecen en descanso recuperando su
fertilidad natural.
29
vacunos, ovinos, presentando una población muy significativa de camélidos,
especialmente de llamas, que son utilizadas como animales de carga y como
fuente de fibra, carne y cuero. Todos los comunarios tienen acceso a la tierra de
este sector.
• Parte baja o de yungas. En este piso ecológico con características de clima y
suelo de yungas subtropical amazónico, se cultiva maíz duro, maíz choclo, lo-
cotos, racacha, walusa y otros cultivos tropicales. Es propicio, además, para la
ganadería de vacunos de leche y de carne. Sin embargo, los problemas fitosa-
nitarios y de sanidad animal afectan la producción actual (gráfico 4).
30
El acceso horizontal
El acceso transversal
31
El agua, en su recorrido desde las cumbres nevadas hasta su desembocadura
en los grandes ríos y mares, generó una integración hidráulica entre comunida-
des andinas y amazónicas. En este recorrido transversal se va distribuyendo el
agua y regando todos los pisos ecológicos, desde los pastizales alto andinos
hasta los cultivos de las tierras bajas amazónicas; de este modo los pueblos y la
geografía son integrados en una misma unidad (gráfico 5).
Gráfico 5: Representación del acceso a los pisos ecológicos
34
tirantes de agua en los canales de los sukakollu en comparación a la pampa,
existe una diferencia de temperatura máxima promedio de 0.5º C, con algunas
variaciones diarias de más de 1º C entre la pampa y los sukakollu.
Durán, A. (1992) encontró diferencias mínimas entre las temperaturas de los
sukakollu y la pampa de sólo 0.3º C en la misma región de Caquiaviri. Estas di-
ferencias aparentemente mínimas, favorecen a los cultivos frente a los drásticos
descensos de las temperaturas.
Martinic, N (1996) introdujo el análisis armónico como una técnica estadís-
tica computarizada para facilitar el estudio termodinámico de los sukakollu. Se-
ñalando que el calor producido por los camellones tiende a difundirse a lo largo
de la atmósfera y que el coeficiente de difusión del aire en el Altiplano sólo se
puede estimar debido a la densidad del aire a la altura andina. El modelo de es-
tudio introducido a los sukakollu verifica que las soluciones dejan de ser simples,
con la posibilidad de que los coeficientes de atenuación efectivos sean de gran
magnitud.
Este principio ocurre cuando las heladas que se originan por el enfriamiento
de la capa de aire próxima al suelo, se mezclan y son contrarrestadas por el calor
y la humedad relativa irradiados desde las infraestructuras andino-amazónicas
por sus componentes piedra, suelo y agua. El rol del suelo es importante y está
relacionado con su contenido de humus5, la actividad de los microorganismos
y su contenido de humedad, acumulando el calor durante el día e irradiándolo
lentamente por la noche, lo contrario ocurre en suelos pobres en humus y secos,
que se enfrían rápidamente.
5
El humus presente en el suelo está relacionado con la actividad de los microorganismos responsables
de la transformación, síntesis y resíntesis, de la materia orgánica, del intercambio gaseoso, del uso y
almacenamiento del agua y de la acumulación e irradiación del calor. Un gramo de suelo agrícola
contiene de 50 a 100 millones de microorganismos, por lo tanto la dinámica de la regulación térmica,
humedad relativa y el flujo continuo de agua y nutrientes de las infraestructuras precolombinas, depende
mayormente de las características del suelo.
35
Resulta de particular importancia el proceso termodinámico relacionado con
la humedad relativa, que se incrementa en las horas criticas; fenómeno que es
determinante en la protección de las plantas contra la heladas.
Huanca, R (1996) verificó que la humedad relativa es el parámetro agrocli-
mático con mayor diferencia entre los sukakollu y la pampa, mostrándose una
diferencia de 10% a favor del sistema sukakollu, comprobándose que éste es el
factor más importante en la atenuación del efecto pernicioso de las heladas.
Sobre la difusión del calor existe una diferencia marcada del coeficiente de
atenuación de los sukakollu con respecto a la pampa; la diferencia de atenuación
en la pampa es de 6 m, pero en los sukakollu es de 16 m. En consecuencia, se
comprueba que existe una atenuación térmica tres veces mayor en los sukako-
llu en relación a la pampa; demostrándose que existe una capa de aire húmedo
más espesa y con mayor capacidad térmica sobre los sukakollu que sobre la
pampa.
Esta capa de aire húmedo no tiene una estructura lineal, sino que es expo-
nencial y el funcionamiento apropiado de los sukakollu se debe a la posibilidad
que la humedad relativa cubra toda la superficie cubierta por estas infraestruc-
turas.
Huanca, R. y Mamani, B. (1996), utilizando el análisis armónico, comproba-
ron que los coeficientes de atenuación son y = 3 m, y =5 m para la pampa y
sobre los sukakollu respectivamente. Lo que involucra, de acuerdo al modelo de
difusión térmica, que el calor sensible tiende a permanecer adyacente a la su-
perficie del cultivo.
Estas observaciones verifican el fenómeno de la turbulencia, provocada por
la mezcla del aire frío de la atmósfera con el aire caliente adyacente a la super-
ficie de los sukakollu. Este comportamiento es similar y también ocurre en las
terrazas agrícolas precolombinas o taqanas.
36
microbiológicos, de nutrientes, y en la recuperación de la fertilidad natural del
suelo. Esto ocurre porque el agua que llega al suelo se divide en cuatro partes: el
agua que corre, el agua que se infiltra, el agua que se evapora y el agua que es
utilizada por las plantas. El agua que corre en la superficie por acción de las
infraestructuras andinas y amazónicas queda estacionaria favoreciendo su
infiltración, además este proceso lleva las partículas finas o coloides arcillosos en
forma lenta y gradual hacia las partes bajas por eluviación mecánica.
Lo mismo ocurre con los nutrientes que no son utilizados por las plantas, de-
jando en la superficie un suelo de textura media que favorece una pronta infil-
tración que en asociación con el humus reduce al mínimo la pérdidas por
evaporación. Por otro lado, los nutrientes eluviados son nuevamente transpor-
tados hacia las raíces por capilaridad, flujo de masas o difusión. Los nutrientes
extraídos por las plantas son reincorporados al suelo como rastrojos o restos
de cosechas y como enmiendas orgánicas en la forma de abono verde, compost,
estiércol, restituyéndose el ciclo natural de entradas y salidas de los nutrientes.
En los sukakollu ocurre un movimiento ascendente, descendente y lateral
del agua desde los sukahumas (canales) a los camellones por difusión, flujo de
masas y capilaridad y los nutrientes que son lixiviados a los canales de agua lle-
gan a formar parte de la biomasa vegetal que en gran volumen se genera en el
agua, para luego ser incorporados a los camellones como abono orgánico.
Fernández, C. (1994), instaló diques–vertedero de tepes y tierra, en los ca-
nales de agua de los sukakollu, para estudiar el efecto de la altura de tres tiran-
tes de agua, T1 = tirante de agua de 65 cm de altura, T2 = tirante de agua de 50
cm T3 = tirante de agua de 35 cm de altura; encontrando diferencias estadísti-
cas entre tratamiento T1 y T2, sobre todo, en el contenido de humedad del suelo,
tanto en el centro como en el borde de los camellones. El potencial hidráulico
indicó un movimiento ascendente, descendente y lateral del agua que benefi-
ció a los cultivos, especialmente el tirante de agua de 50 cm de alto.
Chilon E. (1994), en un estudio preliminar de análisis de agua que ingresa al
sistema suskakollu de Koani – Pampa, en relación al agua que sale por el canal
de evacuación del sistema, observó que la calidad de agua calificada como
buena al ingresar al sistema , mantenía su calidad a la salida de los sukakollu.
37
Esta observación no guarda relación con lo reportado por otros investigadores
quienes sostienen que las aguas de evacuación de los sukakollu son de mala ca-
lidad, por la alta concentración de sales que arrastran a su paso. La razón de la
buena calidad de agua al ingreso y a la salida del sistema Koani–Pampa se de-
bería a que en el complejo de sukakollu, de origen precolombino, se ha logrado
un equilibrio en el balance de nutrientes. Otra explicación sería que el análisis
que se realizó al final de la temporada de lluvias.
Mamani, B. (1996), comprobó la influencia benéfica de la materia orgánica
en las propiedades físico–químicas y biológicas del suelo de los sukakollu, sobre
todo, en la densidad aparente, la porosidad y la capacidad de retención de agua.
Así mismo observó que la conductividad y la acidez del suelo aumentan en el
suelo de los sukakollu antes de la siembra en la relación a la pampa, pero dis-
minuye en forma notable después de las cosechas.
Los rendimientos obtenidos en los sukakollu, con la dosis alta de materia or-
gánica (1.5 kg de estiércol/m2) se cosechó 16.5 Tm/ha, con la dosis media equi-
vale a 1 kg estiércol/m2 se obtuvo 9.85 Tm/ha y con la dosis baja (0.5 kg
estiércol/m2) un rendimiento de 5.40 Tm/ha y en el testigo sólo 4.95 Tm/ha de
papa.
Chilon E. (1991), en una investigación realizada en sistema de aynuqa, en
condiciones de secano en la comunidad de Huaraco, provincia Aroma, departa-
mento de La Paz, aplicando en banda continua y al fondo del surco estiércol de
oveja (1,012% N, 30,42% C), estiércol de llama (1,3% N, 24,5%C) y ambos abo-
nos en mezcla con paja brava (Stipia ichu), con el propósito de evaluar su efecto
sobre la capacidad retentiva de humedad del suelo, sobre la estructura, porosi-
dad y el rendimiento del cultivo de papa.
Los resultados de la primera campaña mostraron una marcada influencia be-
néfica sobre las propiedades físicas del suelo y sobre el rendimiento del cultivo.
El estiércol de llama más paja, en una dosis equivalente a 100 kg N/ha, dio el
más alto rendimiento con 8.4 Tm/ha, explicado por la riqueza de compuestos
hormonales y bacterias de este abono, así como a su tratamiento de prehumi-
ficación antes de la siembra. En segundo lugar, el estiércol de llama produjo 7.8
Tm/ha; en tercer lugar el estiércol de oveja más paja con 7.6 Tm/ha, y en cuarto
38
lugar el estiércol de oveja que arrojó 6.1 Tm/ha. Los cuatro tratamientos supe-
raron al testigo, verificándose el efecto del humus proveniente de los abonos
orgánicos, como una fuente y reserva de nutrientes para las plantas, y su efecto
benéfico sobre las propiedades físicas, químicas y principalmente biológicas del
suelo.
39
2.2. Tecnologías ancestrales para la reducción del riesgo de los
fenómenos climáticos
Las tierras altas de Bolivia, que incluyen al altiplano norte, central y sur, los
valles secos y el chaco, presentan una larga temporada seca que se extiende por
casi nueve meses y un corto periodo de lluvias. Las culturas precolombinas que
se desarrollaron en estas zonas fueron civilizaciones hidráulicas, que desarrolla-
ron una cultura para contrarrestar la escasez de agua. Las alternativas tecnoló-
gicas generadas con esta finalidad se ordenan en los siguientes grupos.
40
permitían regular térmicamente zonas en pendientes y realizar el riego en zonas
alejadas.
En algunas comunidades, el propósito principal de construir reservorios es con-
tar con agua para la familia y el ganado durante gran parte del año; su uso es co-
lectivo con lo que se reduce el gasto de energía y el maltrato de los animales,
por el traslado desde grandes distancias.
- Técnicas forestales de conservación y reproducción de bosques. Consistentes
en la reforestación en zanjas de infiltración, como una de las formas más efi-
cientes de cosechar y almacenar el agua en el suelo. Las zanjas de infiltración
construidas en curvas a nivel permitían la intercepción del agua de escorrentía,
facilitando su infiltración y almacenamiento en el suelo. La práctica de la fores-
tación, reforestación y recuperación de bosques y especies nativas forestales,
caso de la kishuara (Buddleja incana), queñua (Polylepis sp), aliso (Alnus joru-
llensis), y otras, se daba de modo permanente. Relictos de los grandes bosques
de kishuara es posible admirar a la entrada de Tacacoma, municipio del mismo
nombre en la provincia Larecaja.
Esta tecnología puesta en vigencia en la comunidad de Huaraco, en el altiplano
central, ha permitido la recuperación y reforestación de 3 hectáreas de suelos
sobrepastoreados de laderas. En el primer año de implementación de las zanjas
de infiltración se posibilitó la recuperación del 40%, de la cobertura vegetal na-
tural, llegando al 80% al tercer año, así como el prendimiento de numerosas
especies forestales nativas y exóticas, plantadas dentro de las zanjas de infiltra-
ción (Chilon, E., 1991).
El Programa del PAC, con sede en Patacamaya, realizó un trabajo de difusión de
zanjas de infiltración, en varias comunidades del altiplano, con la metodología
de premiación a la mayor y mejor construcción comunal; se estima que se al-
canzó en conjunto un millón de metros lineales de zanjas de infiltración (Aranda,
B., 1993).
41
Cuadro 1: SISTEMA ANCESTRAL ANDINO-AMAZONICO Y CHAQUEÑO DE REDUCCION DE
RIESGOS DEL CAMBIO CLIMATICO
Altiplano norte/central/sur, valles interandinos Llanura tropical amazónica, Moxos, Cuenca baja
Valles secos, valles mesotérmicos y chaco ríos Yapacani, Beni, Sub-trópico húmedo, otros
a) Cosecha de aguas
1. Q´otañas (reservorios) a) Sistema hidráulico de lomas y
2. Zanjas de infiltración terraplenes
3. Forestación y reforestación,
conservación y reproducción de b) Sistema de drenaje a gran escala
bosques
4. Sistemas agrosilvopastoriles c) Lagunas artificiales
5. Técnicas agrostológicas y de control
del pastoreo d) Islas artificiales
6. Manejo de suelos
7. Control de cuencas y microcuencas e) Canales y diques
c) Riego ancestral
Técnicas agronómicas: aynuqa, qapana, milli, lameo, corrales itinerantes, surcos en curvas a
nivel, rotación y asociación de cultivos, labranzas adecuadas, herramientas conservacionistas
chaqkitaclla, huiso, enmiendas y correctores del suelo, abonamiento orgánico (ccompost, bocashi,
estiércol fermentado, abono verde) uso del mulch, otras.
Manejo de la biodiversidad y la complejidad: diversificación de las actividades productivas,
deshidratación de alimentos, almacenamiento y conservación de alimentos, domesticación y
mejoramiento de fauna y flora.
Otras tecnologías: Instrumentos de nivelación prehispánicos.
FUENTE: Chilon E. 2002
42
- Sistemas agrosilvopastoriles. Son sistemas que combinaban racionalmente ac-
tividades de agricultura, silvicultura y pastoreo en un ciclo de extracción y repo-
sición continua de nutrientes. El sistema en sí permite la obtención de cultivos
alimenticios, carne, lana, leña y madera de modo simultáneo o gradual. Todavía
es posible observar la práctica de estos sistemas, o por lo menos parte de ella en
las comunidades de Sorata, Amarete y Charazani.
- Técnicas agrostológicas y de control del pastoreo. Consistente en el manejo, es-
tablecimiento y recuperación de los pastizales nativos, riesgo de bofedales, téc-
nicas especializadas del pastoreo de camélidos, con el uso de corrales itinerantes,
apriscos, descanso y rotación de canapas, parcelas de exclusión para favorecer el
semillamiento de pasturas nativas y la recuperación natural de la vegetación.
El altiplano boliviano es “potencialmente uno de los terrenos de pastos más rico
y productivo del mundo, tanto más que la mejor pradera natural de los Estados
Unidos”. Un campo natural de pastoreo (Canapa) en Santiago de Machaca, que
fue protegido contra el sobrepastoreo con parcelas de exclusión, resultó produ-
cir 6.660 kg de forraje por hectárea, más que cualquier pradera norteamericana.
Así mismo, cuando el terreno sobrepastoreado se recuperó, las especies de mal
sabor fueron sustituidas por especies apetitosas. Se comprobó que las comuni-
dades naturales de gramíneas del altiplano resultan idóneas para la ganadería de
camélidos llama, alpaca, vicuña.
- Manejo de suelos. Basado en el mejoramiento de la capacidad retentiva y de al-
macenamiento del agua por el suelo y en la recuperación y mantenimiento de su
fertilidad, mediante la aplicación de fuentes de materia orgánica tales como el
compost, abonos verdes y estiércol previamente tratados y pre-humificados, en-
riquecidos con la aplicación de enmiendas naturales de roca fosfórica, feldespa-
tos, polvo de huesos y cenizas de th’ola. Se dio especial énfasis a la presencia de
organismos benéficos como las lombrices, musarañas, ciempiés, bacterias, algas,
actinomicetos y hongos benéficos.
Sobre la base de estos principios, la Universidad Rural UAC-Tiahuanaco, a una al-
titud de 4.000 msnm ha logrado un método de elaboración de compost en un
tiempo de 2 a 3 meses, utilizando activadores biológicos e insumos locales como
estiércol de camélidos, malezas, ceniza y agua.
43
- Control de cuencas y microcuencas. Todas las infraestructuras y medios tecno-
lógicos andino-amazónicos estaban orientados al manejo y control integrado de
las cuencas y microcuencas. Mayormente, las poblaciones se ubicaron en las
partes altas de las cuencas, la parte media y baja fueron dedicadas a los culti-
vos y a la ganadería, las partes de los desagües o ríos en su lecho fueron modi-
ficados, si no mantenidos en su forma natural. Se dio mucha importancia al
mantenimiento de la cobertura vegetal y a la forestación, que estando presen-
tes, actuaban como bombas hidráulicas, regulando los excesos de agua de la
época húmeda y la escasez hídrica de la época seca.
b) Sistemas complejos
44
agua, en algunas taqanas se realiza, por las fisuras del muro de contención;
pero cuando las terrazas eran muy altas y se calculaba que este drenaje no
bastaba, se hacían galerías con lajas de piedra que funcionaban como tubos
de concreto.
• Sobre la retención de la fertilidad del suelo: al hacer las terrazas a nivel, el
agua que corre queda estacionaria, favoreciendo la infiltración; además este
mecanismo permite trasladar las partículas finas, lenta y gradualmente, hacia
las partes bajas por eluviación mecánica, dejando en la superficie un suelo de
textura media que favorece una pronta infiltración y reduce al mínimo las
pérdidas por evaporación. Llegada el agua a las partes inferiores y cumplida
su función nutritiva, se evacua para ser aprovechada en los planos inferiores
llevando a ellos los elementos solubles arrastrados de la terraza superior,
principalmente de nutrientes solubles, caso de los nitratos en el suelo.
Las características son descritas a detalle en la sección correspondiente a las
terrazas precolombinas de Bolivia.
- Los sukakollu o camellones. Forman parte del manejo del espacio geográfico,
que desarrollaron las comunidades andino-amazónicas, para diversificar la pro-
ducción agrícola y contrarrestar los riesgos del clima. Los sukakollu se definen
como campos elevados cultivables, que se intercalan con canales de agua lla-
mados sukahumas, de diferentes dimensiones dispuestos en patrones geomé-
tricos definidos.
Sukakollu en aymara significa “plantación encima de elevaciones” y constituye
el nombre nativo más antiguo, rescatado hasta el presente, de los avanzados
sistemas de producción agrícola que desarrollaron las culturas andino-amazó-
nicas.
Los sukakollu son importantes porque permiten aprovechar las tierras
marginales inundables de mal drenaje, ubicadas en fisiografías planas; siendo
importantes los sistemas de sukakollu, existentes en las zonas aledañas al lago
Titicaca, especialmente los de Koani–Pampa y luego aquellas de la pampa
amazónica inundable de Mojos, en el departamento del Beni.
45
- Las tarasukas. Son variantes de los sukakollu, consistentes en surcos dobles ha-
bilitados en camellones angostos, rodeados de sukahumas o canales de agua,
construidos en áreas inundables.
- Las q’ochas o q´otas. Son excavaciones geométricas formando grandes hoyos
extendidos que posibilitan la cosecha de agua de lluvia y la producción en zonas
áridas, minimizando los riesgos de heladas y sequías en el sistema ecológico an-
dino. Fueron utilizadas para el cultivo de tubérculos andinos, pastoreo o como
fuentes de agua para consumo humano o abrevadero de animales. Su presen-
cia se evidencia en las cercanías de Kalamarca y en Taraco.
- Los campos hundidos. Infraestructuras construidas bajo el nivel del suelo, cuya
función era la de atenuar las sequías en el altiplano y valles secos y posibilitar
la retención de la humedad permitiendo cultivar vegetales y plantas arbustivas.
46
llo andino-amazónico es buscar un bienestar duradero para el conjunto de miem-
bros de la comunidad natural (universo, naturaleza, sociedad y divinidades). El
agua es uno de los miembros de esta comunidad viva que coadyuva, bajo múl-
tiples modalidades, al bienestar del conjunto y cada uno de sus miembros.
Para la agroindustria occidental, el agua es un elemento universal para la
producción agrícola. En situación de los sistemas tradicionales de riego y bajo
criterios campesinos, el riego puede distorsionar este concepto, que resulta uni-
lateral y sesgado; sobre todo, en la organización de la distribución de agua por
parte de los usuarios y en consecuencia bajar el rendimiento y la eficiencia de
los sistemas de riego.
En la concepción andino-amazónica, el agua es considerada como un “ser
vivo”, como todos los demás miembros que habitan en el espacio y dependiendo
del estado de ánimo que tenga, su comportamiento puede ser muy variable, un
día bondadoso prodigando favores y otros días malévolo, haciendo daño a los
demás, por lo que es necesario establecer una relación de diálogo y reciprocidad
para comprenderse y poder vivir juntos.
De la misma manera que no hay un ser vivo único, sino un gran número de
ellos, no hay un agua única uniforme y constante, sino una gran variedad de
aguas para riego. Así las diferentes fuentes naturales de agua producen tipos de
agua con características específicas.
Hacer fluir el agua hacia abajo podría parecer la cosa más fácil del mundo.
Pero cuando un caudal respetable de más de 30 l/seg. debe ser transportado
por canales rústicos de fuentes del nevado Illimani, ubicado a 80 km de los cam-
pos de terrazas agrícolas en la comunidad de Cohoni, se convierte en una tarea
difícil. Éste es esencialmente el problema con el que se enfrentaban los anti-
guos “ingenieros” de los Andes. En la actualidad asombra la maestría de los co-
munarios de Cohoni para manejar el agua y realizar el riego en “composturas”
en terrazas precolombinas, utilizando una tecnología de riego que se consideraba
que existía sólo en la zona sur andina de Perú.
En el sector Cuñapata del municipio de Chuma, se encuentra un canal pre-
colombino semi abandonado de 5 km que incluye restos de “estructuras de re-
lleno” como acueductos para salvar las quebradas y taqanas para conducir
47
fácilmente los canales a través de las laderas, y una represa que está taponada
con tierra pero factible de recuperarse. El sistema de riego en su mejor momento
de uso, se estima que sirvió para irrigar 60 hectáreas de terrazas agrícolas. (Ta-
llacagua S., 1995)
El riego campesino actual se define como la totalidad de medidas que per-
miten al usuario superar el déficit hídrico y establecer su cultivo de agua adu-
cida en forma artificial y en forma óptima, utilizando para ello una amplia gama
de conocimientos andino-amazónicos sobre riego que han sido desarrollados y
validados durante muchos años.
Actualmente, el riego, en el ámbito campesino, consiste en pequeñas obras
comunitarias de irrigación con tecnologías de bajo costo y autogestionarias en
su administración y manejo (mantenimiento, tarifas). Pero, además, implica la
recuperación de todo un sistema tradicional andino-amazónico de tecnología de
riego.
El sistema de riego campesino es un producto social, históricamente cons-
tituido, pero nunca totalmente concluido, que involucra relaciones culturales y
étnicas. Aunque el agua de riego sea sometida a las leyes hidráulicas e hidroló-
gicas, cuando la maneja un campesino, obedece más que todo a las leyes y re-
glas sociales del grupo que la aprovecha.
La gestión social del agua descansa, particularmente, sobre un saber hidráu-
lico y agronómico de larga data, desde la evacuación y la captación del recurso
hasta su reparto en las parcelas con cantidades y frecuencias adecuadas a los re-
querimientos de los cultivos.
48
expectativas positivas respecto al éxito de las cosechas y, en parte, contribuyen
a la toma de decisiones relacionadas a las fechas de siembra o las variedades
que serán utilizadas
Los pronósticos climáticos deben entenderse como una respuesta de los co-
munarios para determinar estrategias de cultivos y de siembras, en relación a sus
necesidades de consumo alimenticio y defensa ante los riesgos climáticos.
Las fechas de barbecho, de la siembra, del tipo y variedades de cultivo, em-
padre, separación del ganado, inicio del pastoreo, entre otras, se calculaban y
establecían en base a indicadores climáticos botánicos, zoológicos y astronómi-
cos.
Los indicadores etnobotánicos permitían, a través de la relación entre los ci-
clos anuales de determinadas plantas silvestres o domesticadas y sus ritmos
biológicos particulares, establecer el tiempo de las actividades agrícolas y pe-
cuarias.
En la comunidad de Huaraco, por ejemplo, todavía se planifica las activida-
des productivas, en base a los siguientes indicadores climáticos:
- Si el pájaro leque-leque hace sus nidos en el suelo debajo de las th’olas, el año
será seco. Si, por el contrario, hace sus nidos en las partes altas de las th´olas,
el año será lluvioso.
- Cuando las abejas o ypatas hacen bolsitas en el suelo y están llenas de miel,
será un buen año; pero si las abejas llenan las bolsitas con tierra, el año será
seco.
- Cuando en los campos sale y abunda mucho garbancillo (Astragalus garbanci-
llo) será un año relativamente seco. El mismo pronóstico sirve para la chilca,
planta compuesta cuyo nombre científico es Senecio pampae, que cuando flo-
rece mucho indica un año seco.
- Si los conejos y vizcachas salen de sus cuevas y se trasladan a las zonas altas, será
un año lluvioso; si permanecen en las zonas bajas, será un año de sequía (Chi-
lon, E., 1992).
Rosales, C. (1992), poblador de la comunidad Huaraco, señala lo siguiente:
“En cuanto a los pronósticos del tiempo, en los últimos años las costumbres
han cambiado mucho. Existen señales que se pueden ver en los animales, en la
49
tierra y en las plantas. Para los animales, si se observa que el zorrillo excava en
busca de larvas en las partes altas el año será lluvioso. Al contrario, si busca su
alimento en las partes bajas, húmedas y donde hay inundación, entonces será
un año seco. El zorro está en celo en el mes de septiembre, por lo que grita en
las alturas indicando que la producción agrícola será mejor en las lomas; cuando
grita en las pampas indica que la cosecha será mejor allí. Sin embargo, esta señal
se considera menos segura que la del zorrillo. Para la tierra se puede observar el
suelo en invierno: cuando el ventarrón lleva el sedimento formando oleadas
hacia el sur; significa que habrá bastante lluvia; pero si forma oleadas hacia el
este o el oeste, el año será seco”.
50
Gráfico 7: Perfil de una q´allpa - comunidad Huaraco
51
trabajo de comparación de estos conocimientos con la caracterización con-
vencional, mediante el análisis de laboratorio de los suelos clasificados por los
campesinos (gráfico 8).
52
- Clasificación de suelos por su textura
• Cha’lla: Suelos arenosos, limosos y areno-limosos que contienen de 60 a 80%
de arena. No retienen el agua, se secan rápidamente. La humedad es aprove-
chada directamente por las plantas, lo que garantiza una germinación rápida.
Carecen de materia orgánica, pero son cultivables. Son suelos secos y sensi-
bles a las heladas.
• Taquiak’a o japulak’a: Suelos francos, fáciles de trabajar, con regular contenido
de humedad, aptos par cultivo de papa, quinua, trigo, cebada.
• K’arpa o k’ausa lak’a: Suelos limosos y limo-arcillosos que presentan una es-
tructura más densa, por su elevado contenido de limo y arcilla. Se vuelven
compactos y duros al secarse y son difíciles de trabajar. Sirven para fabricar
adobes.
• Ñiq’i o llink’i: Suelos arcillo-limosos y limosos, que contienen de 35 a 40% de
arcilla. A veces resulta difícil distinguirlos de los anteriores.
• Jajwi o qalas: Suelos pedregosos que contienen hasta un 90% de gravas an-
gulares y sub-angulares. Esta capa de gravas reduce la incidencia de las hela-
das y actúa como una superficie de protección frente a la escorrentía y erosión.
• Si hay variación textural, los comunarios nombran distintamente las capas
u horizontes profundos y las superficiales. Para fines de clasificación de sue-
los, hacen referencia siempre a la capa superficial y a veces a capas más pro-
fundas.
53
y alta estabilidad estructural. El color rojizo está generalmente asociado a la
presencia de carbonatos y a un pH alcalino.
• Ch’iar lak’a: Suelos negros y turbosos. Son suelos de altura y de lugares hú-
medos, presentan un pH ligeramente ácido (pH = 5 a 6) y una textura franca
a franco arcillosa.
• Jap´u: Suelos negros, muy orgánicos, francos a franco arenosos, de estructura
grumosa.
54
• K’ajui o parqi yapu: Suelos gravosos, franco areno-limosos, que sirven para el
cultivo a secano. Están ubicados en laderas con pendientes pronunciadas.
• S’aja huarancu: Suelos marginales que presentan procesos de erosión irre-
versible; sólo para protección.
55
f) Clasificación amazónica de suelos
56
constituyendo auténticos sistemas de drenaje y aprovechamiento de zonas
inundadas o saturadas de agua. Restos de estas infraestructuras están dispersas
en más de 400 mil km2, en los llanos amazónicos de Mojos en el departamento
del Beni. Estas lomas artificiales requirieron de un movimiento de tierras
equivalente a 3.5 millones de m3 en cada una, y son terraplenes de cientos de
kilómetros de longitud que servían como diques de contención y comunicación
durante la época de inundaciones. Además, la presencia de lagunas artificiales
geométricas, donde se albergaba a peces y plantas acuáticas utilizados en la
alimentación y elaboración de abonos orgánicos y una agricultura sofisticada
revelan altos conocimientos sobre astronomía, hidráulica y geología. Este
sistema hidráulico les permitió contrarrestar las grandes inundaciones cíclicas
que caracterizan a la planicie amazónica.
Kennet Lee (1977) señala que en este sistema trabajó una enorme población,
y se desarrolló entre los años 1.000 a 500 A. de C. para perderse alrededor del
siglo XII de nuestra era, constituyendo una civilización precolombina hidráulica,
que controló las inundaciones cíclicas y las sequías, para un área de cultivos es-
timada en 50 mil km2. Como esta cultura amazónica, aparentemente, no co-
noció los metales ni la rueda, sus obras civiles debieron realizarlas sólo con
esfuerzo manual. Pinto Parada (1987) señala que una tinaja desenterrada en
1920 en el Beni, presenta un dibujo de la organización social de esta civilización
hidráulica, con hombres jalando cuerdas, que en un extremo arrastran cueros
con montones de tierra.
b) Sistemas de drenaje
57
c) Lagunas e islas artificiales
Estas lagunas e islas artificiales permitían la vida acuática que constituía una
fuente importante de alimentos y las islas como plataformas para la construc-
ción de habitáculos o pahuichis que incluso servían como plataformas para cul-
tivos diversificados.
d) Canales y diques
58
Mapa 1: Alternativas tecnológicas andino-amazónicas para contrarrestar
el riesgo climático en tierras altas
59
Mapa 2: Alternativas tecnológicas andino-amazónicas para contrarrestar
el riesgo climático en tierras bajas
60
TESTIMONIOS FOTOGRÁFICOS
Terrazas agrícolas en
uso, Amarete.
61
Chakitaklla utilizada en la preparación del suelo de las terrazas ancestrales.
62
Zanjas infiltración Comunidad
Huaraco Altiplano Central.
63
2.2.3. Técnicas agronómicas que permiten la conservación del suelo y el man-
tenimiento de su fertilidad
a) Sistema aynuqa
b) Sistema qapana
c) Sistema milli
64
d) Sistema de lameo
e) Las canapas
El manejo de los campos naturales de pastoreo Canapas, era una de las prin-
cipales actividades de las poblaciones que habitaban las partes altas de los
Andes. El desarrollo de la ganadería de camélidos se sustentó en las pasturas
naturales, que estaban asociadas a técnicas de riego de bofedales, parcelas de
exclusión para garantizar el semillamiento de los pastizales, descanso y rota-
ción de los campos de pastoreo.
65
h) Rotación y asociación de cultivos
Es la labranza y las labores culturales de los cultivos, con una mínima remo-
ción de la tierra, con la práctica de la labranza mínima, el descanso de los sue-
los y la rotación de cultivos.
66
ración del agua capilar. En lo social, permitía el trabajo compartido y el laboreo
de terrenos ubicados a grandes distancias.
l) Abonamiento orgánico
67
carlo al depósito dan 21 vueltas en sentido anti horario, y dejan en reposo por
21 días, cuidando de tapar la olla y enterrarlo por ese tiempo en el centro del te-
rreno de cultivo. Luego extraen el abono líquido y lo aplican utilizando ramas de
thola al follaje de la papa antes del inicio de la floración. Los resultados en el ren-
dimiento final de tubérculos son bastante significativos, además que, por su
fuerte y penetrante olor, previenen los daños al cultivo por los animales espe-
cialmente las ovejas.
También utilizaron abonos verdes de tarwi y porotos, turba y humus en mez-
cla, rastrojos de cosecha, y el compost resaltándose la experiencia de la UAC-Tia-
huanaco, de producir compost en un máximo de dos y medio meses utilizando
activadores biológicos e insumos locales: malezas, estiércol, ceniza y agua, in-
dependientemente de la estación del año en un ecosistema altiplánico y a una
altitud de 4.000 msnm.
Medina, J. (1995) señala que a diferencia de los planificadores que desde hace
500 años tratan de entender y manejar el territorio boliviano, como si fuese una
llanura homogénea, utilizando el concepto de “región”, el hombre andino-ama-
zónico entendió este espacio como biodiverso, complejo y heterogéneo.
68
Es necesaria la referencia que de los 103 ecosistemas existentes en el mundo,
aproximadamente 84 se reproducen en la geografía boliviana. A esta heteroge-
neidad se añade otras variables como la exposición al sol, los cambios bruscos
de temperatura, la insolación, granizos, heladas, inundaciones, sequías, entre
otros factores.
Así se comprende cuán acertados estuvieron los científicos andino-amazó-
nicos para acceder a esta biodiversidad y complejidad, generando cerca del 40%
de las plantas que actualmente consume la humanidad, mediante la práctica
de la domesticación y el fitomejoramiento en el marco de la ingeniería genética
y de la biotecnología andino-amazónica.
Debe incluirse también la extraordinaria técnica del manejo de los camélidos
y animales menores como cuyes, vizcachas, chinchillas. Baste como ejemplo
decir que contaron con más de 6.000 variedades de papa en ocho familias y
cerca de 50 variedades de maíz, cultivados y adaptados a los valles interandinos,
yungas y trópico, así como también a zonas altoandinas como las islas del Lago
Titicaca donde a 4.000 metros de altitud se cultiva un maíz tipo confite.
b) Deshidratación de alimentos
69
Mapa 3: Técnicas agronómicas para la conservación del suelo y su fertilidad natural
70
c) Almacenamiento y conservación de alimentos
71
tificó un instrumento topográfico formado por un cilindro que tiene un agu-
jero en un lado y una figura en forma de cruz en el lado opuesto, con un
cuenco de nivelación sujeto a la parte superior del cilindro.
Sobre la base de los estudios de Ortlof, se reconstruyó un sencillo instru-
mento topográfico consistente en un depósito de calabaza con un agujero en
un punto y una figura en cruz en el punto opuesto. Tanto en el brazo vertical
como en el horizontal de la cruz se hicieron marcas de graduación y en la
cara interna del depósito se fijaron tres marcas, que permiten definir una su-
perficie plana paralela a un tubo hueco de observación, cuando el tubo atra-
viesa el agujero y el centro de la cruz. Cuando el cuenco se llena de agua y
se coloca sobre un recipiente mayor de arena, sujeto sobre un trípode, la po-
sición del cuenco se ajusta hasta que el nivel del agua alcance las marcas in-
teriores del cuenco.
La superficie a nivel del agua en el cuenco forma un “horizonte artificial”, o
plano superficial absoluto, que corre paralelo al tubo de observación. El tubo
se puede mover verticalmente para observar, a través de él, un madero de
longitud conocida (H) igual a la altura sobre el suelo del tubo de observación,
colocado verticalmente a determinada distancia (L). Calibrando la apertura
en cruz, se puede medir el desnivel medio del terreno (O) observando el
extremo superior del madero, en razón de que el procedimiento proporciona
el ángulo vertical y el ángulo horizontal, es posible determinarlo mediante
cálculos bastante sencillos.
El instrumento topográfico reconstruido por el Centro de Investigación y Di-
fusión de Alternativas Tecnológicas Andino-Amazónicas CIDAT, bajo los prin-
cipios de la ciencia ancestral, permitió realizar trabajos bastante precisos en
el trazado y nivelación de terrazas agrícolas o taqanas, determinación del
talud de los muros de contención, canales de riego, trazo de sukakollu, q’o-
tañas, así como establecer mediciones con mucha precisión. Es posible que
con mayor estudio e investigación se encuentren versiones mejoradas y más
finamente calibradas que proporcionen mejores resultados que el prototipo
reconstruido (gráfico 9).
72
Gráfico 9: Instrumento de nivelación precolombino
73
A manera de conclusiones
74
Las culturas andino–amazónicas, sin utilizar fórmulas y modelos hidráulicos,
máquinas, fotografías aéreas, imágenes satelitales, laboratorios y modelos ma-
temáticos, manejaron ecológicamente y de modo sostenible los recursos natu-
rales.
El debate se hace necesario porque la pregunta planteada no es un ataque
al conocimiento científico actual, todo lo contrario, es un input a animarse y
colocarse dentro del problema que tienen nuestras comunidades rurales.
La importancia de inventariar y reconstituir un repertorio de alternativas tec-
nologías de larga data, es similar a las generadas por los sistemas tecnológicos
modernos; pero las primeras tienen una gran ventaja, la de utilizar materiales lo-
cales y estar sustentadas por cientos de años de aplicación en agroecosistemas
determinados.
75
Las interpretaciones y estudios que ven positivamente a las tecnologías an-
dino-amazónicas ancestrales y sus posibilidades de “recuperarlas” para su puesta
en vigencia hoy en día en mayor escala, se apoyan y, sobre todo, ponen énfasis,
en la relación armoniosa y equilibrada que se estableció entre la base ecológica
para el manejo y preservación del medio ambiente y las técnicas diseñadas por
las culturas andino-amazónicas de larga data, para la transformación y uso pro-
ductivo de las mismas, lo cual establece el concepto de un “desarrollo sosteni-
ble andino-amazónico.
77
nuevo marco del Estado puede ser dinamizados y hacer realidad un aspiración
que sólo es de intelectuales y académicos.
En definitiva, el desarrollo rural del país que integre a todos sus actores y com-
ponentes, debe estar, necesariamente, vinculado a la sabiduría, valores cultura-
les y tecnologías ancestrales que, sin embargo, requieren ser conjugados con los
conocimientos y avances que nos brindan la tecnología y la ciencias actuales, den-
tro de un diálogo de “tinku” articulado e igualitario, que nos permita lograr un
desarrollo humano armónico, equilibrado y permanente.
El desarrollo del área rural del país debe ser motivo de cuidadosa acciones, que
incorporen la experiencia y el saber de los campesinos, de los técnicos de campo
y profesionales con sensibilidad social para que, en un futuro próximo, tengamos
la satisfacción de recibir la gratitud y el reconocimiento de nuestros hijos y del
país, caso contrario seremos pasibles a demandas que nunca tendrán respuesta.
Por lo tanto, es necesario propiciar un programa nacional de recuperación de
tecnologías andino-amazónicas, encargado de inventariar, caracterizar, describir y
establecer el estado de su situación. Asimismo, fomentar la realización de pro-
yectos regionales de desarrollo rural y de investigación, validación, evaluación,
promoción y transferencia de las alternativas tecnológicas andino-amazónicas en
la participación plena de las comunidades campesinas.
Recomendar a las universidades, centros de investigación y organizaciones pri-
vadas de desarrollo, realizar investigaciones multidisciplinarias orientadas a la re-
cuperación de las tecnologías andino-amazónicas que proporcionen información
básica, sobre la cual se realicen trabajos de recuperación de tecnologías de origen
precolombino.
Recomendar a los centros de educación técnica y superior la incorporación en
su currícula de planes de estudio de materias y cursos sobre la temática de la
revalorización de las prácticas productivas y las tecnologías andino-amazónicas
precolombinas.
78
Bibliografía
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82
SEGUNDA PARTE
Antecedentes
84
Por la amplitud, heterogeneidad y variabilidad de la región andino-amazónica
del país, todavía no es posible un estudio detallado de las terrazas agrícolas en
todas y cada una de las regiones y subregiones. Para los propósitos del presente
trabajo y la validación del Sistema de clasificación de terrazas agrícolas se ha
seleccionado comunidades de los valles interandinos de los municipios de Cha-
razani, Curva, Chuma y Mocomoco y, como estudios de caso, dos áreas repre-
sentativas: Cohoni en los valles interandinos y Yanacachi en los yungas del
departamento de La Paz.
85
Las taqanas precolombinas están soportadas por grandes paredes de piedra
en forma de escalinata que, por lo general, siguen las curvas de nivel y presen-
tan superficies cultivables casi horizontales. Las terrazas agrícolas proporcionan
terrenos nivelados y suelos profundos en pendientes que son muchas veces
abruptas.
La función principal de las taqanas es la de evitar la pérdida de suelo en lade-
ras de fuertes pendientes y facilitar el riego en zonas que presentan declives pro-
nunciados, en virtud del control de la caída de agua en una pendiente y por la
distribución del agua de lluvia o de riesgo en la superficie de cultivo. Casi todas
las taqanas bajo riego, son regadas mediante sistemas de canales que incluyen
zanjas, desagües o sistemas de drenaje.
88
En el caso de Ambaná enclavada en la vertiente oriental de la provincia Ca-
macho, departamento de La Paz, las características de las terrazas denotan una
marcada influencia Inca, especialmente de aquellas diseminadas en las laderas
de Markapata. Los anfiteatros, ruinas, chullpas y taqanas de Yaskapata verifican
esta aseveración.
En relación al esfuerzo humano requerido para la construcción de las terra-
zas agrícolas, Guaman Poma de Ayala, señala que:
Con referencia al interés que tuvieron los conquistadores españoles por con-
servar las estructuras de las terrazas agrícolas, se puede aludir a la ordenanza Nº
25 que fuera expedida por el virrey Don Francisco de Toledo (1569-1581):
89
Mapa 4: Cobertura geográfica de terrazas precolombinas en el continente americano
90
1.3. Ciencia ancestral y terrazas precolombinas
92
(hardware), por lo que no pueden manifestarse o funcionar separadamente
(Chilon, E., 1996). En el capítulo anterior se desarrolló la conceptualización del
software y el hardware de la tecnología andino–amazónica.
Las terrazas agrícolas precolombinas son estructuras conservacionistas que
funcionan exteriorizando tres principios físicos básicos, que también se mani-
fiestan en otras infraestructuras andino-amazónicas: la regulación térmica, la
humedad relativa y la turbulencia, y el flujo continuo del agua y nutrientes.
El calor del sol que ocurre durante el día es acumulado, almacenado y con-
servado, en las piedras del muro de contención de las terrazas agrícolas y, prin-
cipalmente, en el suelo aprovechando su contenido de humus orgánico, su
actividad microbiológica y el contenido de agua. Según el tipo de terraza agrí-
cola, durante la noche el calor del sol, almacenado y conservado en las rocas del
muro, y en el humus (relacionado directamente con la dinámica de los micro-
organismos) y la humedad presentes en el suelo agrícola, es irradiado lenta-
mente produciendo un efecto termorregulador microclimático apropiado, que
protege a los cultivos de las heladas, generados por los descensos bruscos de la
temperatura.
Chilon, E., Vera, G. y Mamani S. (2008) utilizando geotermómetros, deter-
minaron la variación térmica de una terraza agrícola cultivada en Amarete, mu-
nicipio Charazani, encontrando que la temperatura en el muro de piedra sigue
un patrón de comportamiento regular y acorde con las leyes de la física, alcan-
zando su mayor valor a las 12 del día con 16.6º C, enfriándose gradualmente; a
las 16 horas se registró 15.5º C, a las 18 horas 14.5º C, a las 22 horas 12.5º C y a
las 24 horas 11º C; alcanzando sus menores temperaturas en el nuevo día a par-
tir de las 4 de la madrugada con 10º C y a las 8 de la mañana se registró 9.5º C.
Lo sorprendente es que la temperatura del suelo de la terraza presentó un com-
portamiento atípico; a las 12 del día registró 14º C, a las 16 horas 16º C, a las 18
horas 17º C, a las 22 horas 16.5º C, a las 24 horas 16º C, a las 4 de la madrugada
15º C, y a las 8 de la mañana la temperatura se mantuvo en 15º C. Esta misma
93
temperatura se prolongó hasta las 12 del día. Se evidencia que el suelo y sus ca-
racterísticas relacionadas con su riqueza en humus, presencia y actividad de mi-
croorganismos y su contenido y almacenamiento de humedad son el principal
factor operativo de los principios de funcionamiento de las terrazas precolom-
binas.
Estos hallazgos se contraponen a la teoría de Earls (1987), quien manifiesta
que los muros de piedra se construyeron para aprovechar al máximo la radiación
solar para generar temperaturas excepcionalmente altas en los suelos. Puede ser
que el muro de piedra, que cumple un rol importante en la conservación del
suelo, coadyuve a la temperatura ambiental, pero se ha demostrado que el suelo
enriquecido con materia orgánica, tiene una influencia decisiva en la absorción
de la radiación solar, así como en su difusión en horas de la noche y en la ma-
drugada; las observaciones empíricas de los propios productores refuerzan esta
aseveración: “…En tiempo de heladas, entre las cinco y seis de la madrugada, el
suelo está calientito…” (testimonio de Simón Mamani). Por su parte, Schulte
(1996) estudiando el manejo de la diversidad ecológica en Charazani, también
logró resultados que contradicen las teorías de Earls.
El aire frío de las heladas que impacta sobre la infraestructura de las terra-
zas agrícolas, se mezcla con el aire caliente que se irradia desde el muro de pie-
dras y del suelo rico en humus y húmedo, atenuándose la temperatura e
incrementándose la humedad relativa, lo que minimiza y controla los efectos
negativos de las heladas. Resulta de particular importancia el proceso termodi-
námico relacionado con la humedad relativa, que se incrementa en las horas
críticas, fenómeno que es terminante en la protección de las plantas contra las
heladas.
Las laderas, cuando están dotadas de infraestructuras de terrazas agrícolas,
evitan el enfriamiento rápido de la capa de aire próxima al suelo, debido a que
el muro de piedra y el suelo –por el humus, microorganismos y la humedad pre-
sentes–, habiendo acumulado suficiente calor del sol durante el día, lo van irra-
94
diando lentamente durante la noche minimizando y controlando los efectos
perniciosos de las heladas sobre los cultivos. Se ha observado que si los suelos
de las terrazas son pobres en humus y secos, se enfrían rápidamente debido a
la pérdida de calor por irradiación nocturna.
96
2. Tipología de las terrazas agrícolas precolombinas
Para muchos investigadores, las terrazas agrícolas son parte de una configu-
ración agrícola utilizada desde tiempos ancestrales que requerían de una alta
inversión de mano de obra en su construcción y mantenimiento. Generalmente
se relacionan con cultivos intensivos y con métodos de mantenimiento de la
fertilidad de la tierra y con, por lo menos, poblaciones densas, en los lugares
donde se desarrollaron estas infraestructuras ancestrales. Denevan, W. (1994),
agrupa a las terrazas agrícolas en dos categorías:
97
en Chiapas, Tehuacan, en Bolivia, Perú y Ecuador, en el norte de Chile y en el
noroeste de Argentina.
98
2.1.4. Terrazas aisladas en segmentos
99
profundos en pendientes, a veces, muy agudas; en Perú se las denomina
andenes. Su función principal es la de facilitar el riego en zonas ubicadas en
declive por el control que realiza de la caída de agua en una pendiente y por la
distribución del agua en la superficie de cultivo.
Casi todas las terrazas de banco son regadas mediante sistemas de canales,
zanjas o desagües. Este tipo de terrazas se ve muy bien representado en el
conjunto arquitectónico de Pisac en el Cuzco, donde tienen muros de piedra con
alturas de 1.20 a 2.00 m, una estrecha y larga senda, en gran parte tallada en la
roca sube por entre los andenes, hasta la planicie, donde se ubican los edificios
prehispánicos.
El siglo pasado, Charle Wiener citado por Ravines (1980) en la revista Alpan-
chis, señalaba la ya extraordinaria magnitud de la andenería de Pisac que recor-
taba en escalones de 300 m de longitud, las laderas que cubre totalmente los flan-
cos de la colina, mencionando que “… nada más difícil que franquear las terrazas,
que son de 3 a 4 m de altura, y donde los muros que los sostenían están cubier-
tos de plantas espinosas. Tuvimos que subir 42 de estas gradas, la terraza supe-
rior está separada de la plataforma por una pendiente abrupta de más o menos
300 m que con pequeñas interrupciones , tiene un gradiente que varía entre 35º
y 45º de inclinación, es aquí donde la ascensión es horriblemente fatigante”.
Las terrazas de banco son similares a las taqanas con muro de piedra y la
plataforma de cultivo nivelada presentes en la región aymara de Bolivia.
Son una variante de las terrazas de banco, con superficies de cultivo anchas
y planas (hasta de 100 m o más), y muros de retención comparativamente bajos.
Se las observa en los valles anchos y perpendiculares de los ríos o, a veces, en
las formaciones sedimentarias en forma de abanico fluvial, en las entradas de los
valles más grandes. El flujo de agua por el valle no es interrumpido como en el
caso de las terrazas de barranco. El riego de estas terrazas se realiza por las te-
rrazas bajas naturales de los ríos ubicados ladera arriba, y su función principal es
la de controlar el agua de riego.
100
2.2.3. Los cuadros
101
3.1. Sobre el control de la erosión
102
3.3. Sobre el mantenimiento de la fertilidad del suelo
103
Al respecto, Ericsson (2000) citado por Ballivián, J. (2008) estima que las te-
rrazas presentes en los alrededores inmediatos del Lago Titicaca, llegarían a cu-
brir una superficie de hasta 500.000 hectáreas. Por su parte, Schulte (1996)
indicaba que la superficie de terrazas prehispánicas existentes en Bolivia seña-
lada por Chilon E. (1996) de aproximadamente 600.000 hectáreas, estaba so-
bredimensionada.
Con la presente investigación se retomó la discusión sobre estas controver-
sias, con una posición sobre aseveraciones y resultados en esta temática.
De acuerdo a los estudios preliminares e información, se reporta la existen-
cia y uso de terrazas precolombinas en varios departamentos del país:
• La Paz: en la cuenca del Lago Titicaca, en las laderas de los valles internadinos
de las provincias Bautista Saavedra, Franz Tamayo, Muñecas, Camacho,
Murillo, Sud Yungas, Larecaja y en las laderas de los ríos de la meseta
altiplánica.
• Oruro: en las serranías de la cordillera oriental, correspondientes al altiplano
central y sur, y en la cuenca del Lago Poopó.
• Potosí: en los valles interandinos y altiplano, en las microcuencas de los ríos,
en los centros arqueológicos de Yura, Puna y Calcha, en el sendero Turqui–
río Pilcomayo1, en Cornelio Saavedra principalmente en Betanzos y en el
cantón Potobamba.
• Chuquisaca: en los valles interandinos, en las secciones municipales de Presto
y Pasopaya, en Tarabuco y Yamparaez.
• Cochabamba: en los valles altos, medios y bajos, en la provincia
Independencia, en Tapacari, Ayopaya, Mizque y Aiquile y, principalmente, en
las laderas de las serranías que limitan con la provincia Inquisivi del
departamento de La Paz.
• Tarija: en las laderas cordilleranas de la provincia Avilés en varias
comunidades de la primera y segunda Sección y en las provincias de Cercado
y Méndez.
• Santa Cruz en las zonas aledañas a la divisoria de cuencas denominada
Siberia, y principalmente en las cercanías de Comarapa, Saipina y el complejo
de Samaipata.
104
Estas importantes infraestructuras conservacionistas y productivas, de origen
ancestral, siguen un patrón de distribución a lo largo de la Cordillera de los Andes
que cruza al país de este a sur oeste y está relacionado con los pueblos andino-
amazónicos que se han desarrollado en dos momentos históricos importantes,
verificándose que la presencia de las terrazas está ligada con los asentamientos
y sistemas productivos de estos pueblos:
Los llamados sitios Tiwanaku de mayor relevancia (500 a.C. a 1050 d.C.)
cuyos lugares más importantes en La Paz son: Tiawanaku, Lucurmata, Pajchiri,
Konko Wankani, Cundisa, Ojje y Chiripa. En Cochabamba: Independencia,
Capinota, Piñani, Quillacollo, Pojpo Collo, Arani, Mizque, Aiquile, Omereque,
Jarqa Pata (Pocona).
Los sitios del Tawantinsuyo Inka desarrollados de 1400 a 1532 d. C. que
incluyen los santuarios y centros ceremoniales de la Isla del Sol, Isla de la Luna,
Copacabana en el departamento de La Paz y Samaypata en Santa Cruz de la
Sierra; los tambos principales y fortalezas ubicadas en Tarija, Potosí, Chuquisaca,
Cochabamba, Oruro y La Paz (mapa 5).
1
Ballivián J. (2008) reporta la presencia de terrazas y plataformas agrícolas asociadas con restos de
cerámica prehispánica, en el sendero Turqui-Pilcomayo, en las Comunidades de Yocalla, Luqueta, Turqui
y Salinas de Yocalla.
105
Mapa 5: Cobertura de terrazas precolombinas en Bolivia
106
4.2. Inventario de terrazas precolombinas en el departamento de la Paz
2
Se incluye el área estudiada a detalle por Apaza J. (2004) en la microcuenca Phinata en Amarete, donde
indetificó 598,34 hectáreas de terrazas ancestrales en uso bajo el sistema de qapanas.
107
• Provincia Camacho, en Ambaná, jurisdicción cantonal de más de 40
comunidades y principalmente en la cima y faldas de Markapata, donde se
encuentran terrazas, posiblemente incaicas, diseminada en diferentes sitios,
muchas de las estructuras de taqanas ubicadas en los valles bajos, están
siendo arrasadas por los ríos Rojo y Blanco o Cho´xawaya.
También en las laderas de las serranías de Carabuco, y mayormente en
Italaque y Mocomoco3, donde se observan laderas cubiertas por terrazas que
se extienden desde Huallpacayo hasta los valles bajos aluviales, incluyendo
los valles cerrados de Paco y Santa Wara, presentando una superficie
estimada en 30.000 hectáreas de terrazas, algunas de ellas en uso y un
número no determinado de terrazas abandonadas.
• Provincia Manco Cápac, en la península de Copacabana, en las comunidades
Titicachi, Zampaya, Chaña, Cusijata, Kopacati, e islas del Sol y de la Luna en
el Lago Titicaca y toda el área circunlacustre que abarca parte de las
provincias de Ingavi, Los Andes y Omasuyos, presentando una superficie
mayor a las 50.000 hectáreas.
• Provincia Inquisivi, en áreas aledañas a Quime, Licoma, Choquetanga, Ichoca,
Inquisivi y Suri, especialmente en el valle de Miguillas ubicado entre la
cordillera Quimsa Cruz y la serranía Chokerkamir que incluye los sitios
arqueológicos de Vilkara, Humapalka, Wilawaranka y Chullpamarca; se
calcula una superficie de taqanas que sobrepasa las 15.000 hectáreas.
• Provincia Sud Yungas, la proyección fotogramétrica permitió calcular una
superficie de 20.000 hectáreas entre quillas y taqanas, siendo uno de los
exponentes más importantes, las terrazas y quillas ubicadas en la cuenca del
río Takesi, especialmente en zonas aledañas al camino precolombino entre la
Mina Chojlla, pasando por Yanacachi hasta Puente Villa.
En la otra vertiente de la cordillera oriental se identificó la presencia de
terrazas entre Lambate y Pasto Grande, en está última zona se tiene el
complejo arqueológico de Inkalakaya.
3
Ricerca e Cooperazione (1999) señala que el valle de Mocomoco junto a su vecino Charazani son los
lugares más notables en terraceo del país, estimando que el área global de tierra cultivable con terrazas
agrícolas en la zona es de 24,000 hectáreas.
108
• Provincia Nor Yungas, en Coripata, Huancané y Tocaña, así como en Coroico
se tiene terrazas, incluyendo quillas, wachus y zanejos, cubriendo una
superficie aproximada de 18.000 hectáreas.
• Provincia Larecaja, en comunidades del municipio de Combaya, Sorata,
Quiabaya y en laderas de la vertiente del río Consata, están presentes unas
3,000 hectáreas.
• Provincia Pacajes, en las zonas aledañas a Comache, Caquiaviri y el complejo
arqueológico de Achiri se tiene una superficie de 2.000 hectáreas.
• Provincia Aroma, en lomadas y laderas de las serranías, se observan terrazas
a lo largo de la carretera La Paz-Oruro, en una superficie de 3.000 hectáreas
aproximadamente.
• Provincia Murillo, existen terrazas precolombinas bajo riego en el complejo
de Cohoni, abarcando más de 32 comunidades; en el cantón Zongo,
principalmente en las comunidades de Coscapa y Chucura, en zonas aledañas
a la sede de gobierno en Achumani en el área de Kellumani y en el distrito
rural de Hampaturi.
En conjunto se encuentra una superficie de taqanas que sobrepasa las 15.000
hectáreas (mapa 6).
109
Mapa 5: Cobertura de terrazas precolombinas en el departamento de La Paz
110
4.3. Posibilidades de recuperación de las terrazas precolombinas
112
5.1. Sistema de clasificación de terrazas agrícolas
114
5.1.3. Subclases de terrazas agrícolas
115
5.1.4. Nomenclatura
116
Estas estructuras formaban parte del sistema de producción del pueblo y fue-
ron utilizadas para el cultivo de tubérculos andinos, maíz, granos y legumi-
nosas, con prácticas de rotación de cultivos, descanso y aplicación de abonos
orgánicos.
Son terrazas de dimensiones heterogéneas, en unos casos largas y anchas, en
otros muy cortas. Su superficie es variable desde 2 hasta 1.000 m2, pueden
presentar escalinatas de piedras sobresalientes que comunican unas terrazas
con otras, el pircado de sus muros no es exacto dado que se han utilizado pie-
dras heterogéneas y los intersticios están rellenados con clastos pequeños,
lo que ayuda a la oxigenación del suelo y a la intensificación de la actividad
de los microorganismos.
En zonas provistas de amplias extensiones de terrazas rústicas agrícolas, están
presentes estructuras de protección de lluvias y rayos a manera de habitácu-
los circulares de piedra; en el caso de los yungas se observan estructuras de
armazón de varillas de madera con techos de chala de maíz, que protegen de
lluvia y dan sombra en días de fuerte insolación. La mayoría de terrazas iden-
tificadas en el departamento de La Paz, corresponde a esta categoría.
117
con cambio abrupto de pendiente, con la finalidad de controlar derrumbes
o deslizamientos y para facilitar la comunicación y transporte entre zonas
ubicadas en las altas montañas.
Estas terrazas son de estructuras sólidas y firmes, con muros de lajas de pie-
dra, con un ancho superficial de 1 a 2 m y una altura variable de hasta 2 m.
118
• A9: Quillas de producción de coca
Las quillas son pequeñas terrazas o taqanitas de plataforma de cultivo an-
gosta, dispuestas estrechamente y muy juntas, con muros de retención de
piedra pizarra laminares y alargadas perfectamente entrelazadas y estabili-
zadas, con muros que miden aproximadamente de 0.40 a 0.80 m de altura
y ubicadas en laderas de montañas con pendientes muy pronunciadas, per-
mitiendo reducir la erosión y aumentar la infiltración del agua de lluvia.
Las quillas, permitieron dar uso agrícola a laderas muy inclinadas de zonas
sub–tropicales de los Yungas, ancestralmente eran utilizadas para el cultivo
de la coca, mediante una plantación en trinchera entre las gradas. Reciente-
mente, proyectos de recuperación de quillas, están introduciendo cultivos
de café, cítricos, flores, frutales, níspero y pacae.
Las quillas son estructuras características de los Yungas del departamento de
La Paz, habiéndose identificado extensas áreas de quillas abandonadas pero
en buen estado de conservación en la cuenca del Takesi, en el municipio de
Yanacahi, provincia Sud Yungas de La Paz. También se reporta su existencia
en la provincia de Sandia al sur del Perú, donde se las denomina gradas.
119
5.2.2. Grupo B: Por su acabado
120
• C2: Terrazas o taqanas convexas en semiluna
Son terrazas semi–circulares cuya curvatura se desarrolla hacia fuera; están
construidas secuencialmente siguiendo las curvas de nivel sobre los pro-
montorios casi verticales de una ladera. Presentes en Charazani y Amarate.
121
5.2.4. Grupo D: Por el régimen de riego
122
5.2.5. Grupo E: Por su pendiente o desnivel
123
La pared o muro de piedra y el suelo, actúan como recolectores de calor, y
tienen influencia sobre los cultivos en función de su altura, su inclinación al
sol en una época del año determinada y su color, que le permiten producir
distintos matices de radiación que inciden sobre las plantas.
124
5.2.7. Grupo G: Por la altura del muro de contención
• G1: Terrazas con muros a ras del suelo y plataforma de cultivo con su
pendiente original
Corresponden a las terrazas o taqanas ubicadas en pendientes abruptas con
suelos superficiales, presentan muros piedra y plataformas de cultivo con una
inclinación ostensiblemente menor que la pendiente natural de la ladera.
• G2: Terrazas con muros a ras del suelo y con la plataforma de cultivo
nivelada
Son las terrazas o taqanas propiamente dichas, con plataformas de cultivo ni-
veladas que facilitan la infiltración del agua, presentando muros de conten-
ción de piedra sólidos y firmes a ras del suelo.
• G3: Terrazas con muros sobre la superficie del suelo, para la nivelación
gradual del suelo
Es una modalidad de terrazas, con muros de piedra sobreexpuestos a la su-
perficie del suelo, con la finalidad de lograr una nivelación gradual, producida
por el movimiento de la tierra por las prácticas culturales tales como barbe-
cho, deshierbe y aporque.
125
• H2: Chullpa tirquis de producción de quinua, con área menor a 20 m2
Las terrazas ancestrales llamadas chullpa tirquis son plataformas cortas, de
muros angostos, presentes en laderas empinadas de zonas de valle. En el
caso del cantón Potobamba (Potosí) constituyen auténticos modelos o pa-
trones de construcción de terrazas para las comunidades de la zona.
126
Gráfico 11: Clases de terrazas precolombinas de Bolivia
127
Terrazas o taqanas A3
de ceremonias
128
Terrazas o taqanas A6 de uso mixto
129
Wachus A11 de uso agrícola en los Yungas
Zanjeo A12 de uso agrícola en los Yungas Quillas A10 de producción de coca
130
Terrazas o Taqana B1 ornamentales Terrazas o taqanas B2 semirústicas
131
Terrazas o taqanas C2 convexas en semiluna Terrazas o taqanas C4 rectangulares
132
Taqana C5 irregular o q´onto
133
Taqanas D1 de riego
134
Terrazas o taqanas D3 de secano Terrazas o taqanas F1 con muro de piedra
Terrazas o taqanas F2 con muro vegetado Terrazas o taqanas F3 con muro de tierra y
de pastos talud inclinado
135
Terrazas o taqanas F5 de
formación lenta
136
6. Uso del sistema de clasificación de terrazas precolombinas
Descripción:
• Clase A7: Terrazas de uso temporal, se cultivan una vez al año durante el pe-
riodo de las lluvias estacionales, siendo característico en todas las qapanas.
• Clase B3: Terrazas rústicas o de pueblo, con predominancia de muros con
caras externas irregulares, construidas con piedras heterogéneas, son sóli-
das y resistentes; en la parte baja próxima a la ribera del río se encuentra te-
rrazas con talud de tierra, entremezclada con piedras y vegetales inclinados
hacia atrás.
137
• Clase C5: Terrazas irregulares, no presentan una forma definida, la plata-
forma de cultivo no sigue un patrón de construcción definido, con muros
cortos no alineados.
• Clase D3: Terrazas de secano, evidenciándose en las entrevistas realizadas
que el 100% de las terrazas estudiadas son a secano y no cuentan con siste-
mas de riego; facilitan la infiltración del agua de lluvia y la conservación de
la humedad durante la época de estiaje.
• Clase E2: Terrazas con pendiente disminuida, en más del 50%, posibilitando
una nivelación gradual del suelo por las labores culturales.
• Clase F4: Terrazas de formación lenta, formadas por barreras vegetales den-
sas, o con cercos de piedra en las que, año tras año, por las labores cultura-
les, se va desplazando el suelo hacia la barrera.
• Clase G1: Terrazas con muros de contención a ras del suelo y plataforma de
cultivo con su pendiente original.
• Clase H4: Terrazas con una superficie cultivable de 100 a 500 m2.
• Subclase op: Terrazas de origen precolombino, construidas antes de la con-
quista por los antepasados de los pobladores actuales.
• Subclase ci: Terrazas intactas o buenas, con una estructura y barrera de con-
tención estable y en buen estado.
• Subclase fm-b: Terrazas con suelos de fertilidad media a baja, con escasa ma-
teria orgánica y una textura franco arenosa.
138
GRUPO A CLASE SUB-CLASE
A7: Terraza de uso temporal (descanso) oa: Terraza antigua
B3: Terraza rústica o de pueblo ci: Terraza intacta o buena
C5: Terraza irregular fa: Terraza con suelos de alta fertilidad
D3: Terraza de secano
E2: Terrazas con disminución del 50%
de pendiente del suelo
F4: Terraza de formación lenta
G3: Terraza con muros sobre-expuestos,
nivelación gradual
H5: Terraza con superficie cultivable de
500 a 1000 m2
Descripción:
• Clase A7: Terrazas de uso temporal, se cultivan una vez al año, durante el pe-
riodo de las lluvias estacionales, siendo característico en todas las zonas
bajas, intermedias y altas de cada microcuenca.
• Clase B3: Terrazas rústicas o de pueblo, con predominancia de muros con
caras externas irregulares, construidas con piedras heterogéneas, en otras
con tierra labrada, son sólidas y resistentes a la actividad agrícola, con talud
de piedra entremezclada con vegetales.
• Clase C5: Terrazas irregulares, no presentan una forma definida, la plata-
forma de cultivo no sigue un patrón de construcción definido, con muros
cortos no alineados.
• Clase D3: Terrazas de secano, evidenciándose con las visitas in situ y las en-
trevistas dirigidas que el 100% de las terrazas estudiadas son a secano y no
cuentan con sistemas de riego.
• Clase E2: Terrazas con pendiente disminuida, en más del 50% del área culti-
vable, posibilitando la nivelación gradual del suelo por las labores culturales.
• Clase F4: Terraza agrícola con muros de piedra, entremezclada con barreras
vegetales, donde año tras año, por las labores culturales, se va desplazando
el suelo hacia la barrera.
139
• Clase G3: Terrazas con muros de contención sobre el suelo y plataforma de
cultivo con su pendiente original.
• Clase H5: Terrazas con una superficie cultivable de 500 a 1.000 m2.
• Subclase oa: Terrazas antiguas construidas en la época republicana.
• Subclase ci: Terrazas intactas o buenas con una estructura y barrera de con-
tención estable y en buen estado.
• Subclase fa: Terrazas con un suelo de buena fertilidad, con alto contenido de
materia orgánica y una textura franco arcillo arenosa.
• Pendiente frontal
Muchas de las terrazas o taqanas presentes en la zona montañosa de Sud
Yungas, en La Paz, tienen una pendiente frontal hacia el borde del muro, de
aproximadamente 2 a 3%, y un desnivel longitudinal (hacia el desagüe) de
hasta el 2%. Las terrazas de Cohoni, con un suelo arable de textura franco ar-
140
cillo arenoso, presentan una pendiente promedio de 1 a 3% contraria a la
pendiente del terreno. Esto permite que el agua que cae sobre la estructura
se desplace hacia el talud o pared superior de la terraza en donde se concen-
tra, y por el desnivel longitudinal del 2% de la estructura hacia el desagüe, el
agua se evacúa gradualmente del terreno, evitándose concentraciones per-
judiciales de agua para el desarrollo de los cultivos. La pendiente frontal de
la superficie de cultivo de las terrazas con suelos sueltos o ligeros es a nivel
lo que determina que la infiltración y percolación del agua se realice sin di-
ficultad; en terrazas con suelos arcillosos o pesados, la inclinación del terra-
plén de cultivo puede tener una pendiente suave de 1 a 3%, hasta una
pendiente media de 4 a 8%, para mejorar la retención de humedad en época
de lluvia y facilitar su permeabilidad.
• Talud del muro de contención
El talud o inclinación de los muros de las terrazas, depende de la naturaleza
del terreno. En tierra firme se tiene un talud de 0.5:1, es decir 0.5 unidades
horizontales por 1 unidad vertical, en tanto que en terrazas con suelos más
sueltos, los taludes son más suaves de 1:1 ó 1.5:1. Sin embargo, como ex-
cepción de la regla, muchas terrazas presentan muros completamente ver-
ticales, sin talud.
• Altura del muro de contención
Los muros de contención presentan de 1 a 3 m de altura, predominando los
muros de 1.5 a 2 m, aquellos de alturas mayores a 3 o 4 m, generalmente se
encuentran en cárcavas o accidentes pronunciados de la pendiente natural;
además ésta altura máxima de los muros está condicionada por el tipo y ta-
maño de rocas y por la capacidad humana para edificar muros altos. Los
muros de contención, fueron construidos magistralmente en base a rocas de
diverso tipo, la ligera inclinación de la plataforma de cultivo evita que el agua
de lluvia se retenga en la superficie, la nivelación de los bordes impide que
el agua escurra de un lado a otro, facilitándose que todo el agua de lluvia
caída en la terraza se infiltre uniformemente. Las piedras del muro de con-
tención pueden ser cortadas y encajadas. Estos muros pueden ser de es-
tructuras sólidas de encaje perfecto o de construcción rústica. Los muros
141
más grandes y anchos pueden estar compuestos de más de dos filas de pie-
dra, con las caras planas hacia el exterior sin presentar salientes, separadas
y forradas con clastos pequeños. Para cubrir todos los intersticios se acu-
mula material de relleno compuesto de piedras menudas a fin de evitar todo
escape posible de material fino de la terraza. El cuerpo del muro es inclinado
hacia atrás para lograr un mejor apoyo, su altura y grosor es calculado para
una estructura que pueda sostener un relleno saturado con agua. En el com-
plejo agrícola precolombino de Chawarani y Pukarilla en la provincia Muñe-
cas, La Paz y en Cohoni en el complejo ceremonial y funerario de
Chullpaloma, se han encontrado muros que miden más de 8 m de alto.
• Superficie de las terrazas o taqanas
La superficie de las taqanas no responde a un modelo técnico rígido como
ocurre con las terrazas modernas, sino que estuvo condicionado en su di-
seño por factores mágico-religiosos, estéticos, científico-astronómicos, so-
ciales-organizacionales y también por la presencia de causes naturales:
afloramientos rocosos y cambios abruptos de la pendiente. En general, la te-
rrazas estudiadas en el departamento de La Paz, presentan una longitud que
oscila entre 5 m, para el caso de las quillas, hasta unos 80 m para las terra-
zas agrícolas, por un ancho que varía desde 0.50 m en las quillas, hasta unos
40 m de superficie cultivable. Excepcionalmente, se puede encontrar terra-
zas de 1x2 m2 y de 30x100 m2 o más. Los primeros en la zona de los Yungas
en laderas muy inclinadas y los otros en Amarete, Charazani y Curva, luga-
res de pendiente media.
• Canales de riego y partidores
Muchas terrazas o taqanas pueden incluir muros laterales, canales de riego
con partidores de agua, bocatomas y desagües; en el caso del complejo de
Cohoni las terrazas de riego presentan canales que conducen el agua a las
parcelas con un caudal aproximado de 4 litros/segundo; estos canales están
interconectados entre sí, permitiendo el riego de todas las terrazas, de tre-
cho en trecho se ubican partidores de agua y disipadores de energía hidráu-
lica, en sectores donde los canales presentan pendientes muy pronunciadas.
142
• Escalinatas de acceso
Algunas terrazas presentan escalinatas de acceso, en forma de gradas den-
tro de los muros que facilitan el ingreso y en otras, las gradas son formadas
al cortar el material de las mismas pendientes sin un muro de retención. Ver
gráfico 12.
Las terrazas observadas en muchas zonas del país constan, en general, de las
siguientes partes:
144
Gráfico 12: Componentes estructurales de las terrazas precolombinas
145
1. Pendiente longitudinal
2. Pendiente frontal
3. Talud del muro
4. Altura del muro
5. Canal de riego
6. Separación entre muros
7. Superficie de la taqana
8. Escalinatas de acceso
Gráfico 13: Configuración y partes de una terraza precolombina
146
8. Quillas de los Yungas de Bolivia
• Muro de contención
Es el muro de retención del suelo, construido con piedras laminares y alar-
gadas, principalmente pizarras y esquitos, con una altura de 0.40 a 0.80 m,
cumplen la función de soporte del suelo, presentando un talud que está en
148
función de la pendiente del terreno y una cara superficial externa formada
por las piedras laminares entrecruzadas unas con otras.
• Cuerpo del muro
Es la estructura del muro construida con rocas de pizarra alargadas, dis-
puestas ordenadamente y trenzadas entre sí, lo que otorga solidez y estabi-
lidad al muro.
• Cara interna o contraenchape
Es la superficie interna del muro, conformada por salientes de los fragmen-
tos de rocas que constituyen el muro de la quilla.
• Cimiento o base
Es la base sobre la que se asienta el muro de contención, cuya profundidad
y ancho están en función de la altura del muro de contención.
• Material de relleno
Formado por gravas y fragmentos angulares, que se depositan como relleno
en el fondo de la quilla, con la finalidad de facilitar el drenaje.
• Plataforma de cultivo
Es la capa de suelo cultivable, enriquecida con humus, presenta un ancho de
0.40 a 0.50 m, donde tradicionalmente se planta la coca en un canal o en
trincheras entre las gradas; en esta parte es donde se realiza la dinámica mi-
crobiológica, nutrición de las plantas y el intercambio de gases y aprovecha-
miento del agua, con una notable reducción y control de la erosión hídrica
(gráfico 14).
149
Gráfico 14: Configuración y partes de una quilla
150
TESTIMONIOS FOTOGRÁFICOS
151
Extensa superficie de terrazas precolombinas de distintos tipos, comunidad Atique Amarete.
152
Modalidad de terraza corral cancha en microcuenca Chacarapi.
153
9. Estudios de caso: terrazas precolombinas de los yungas y
valles interandinos del departamento de La Paz
154
Estos sistemas de terrazas agrícolas habrían sido construidos, inicialmente,
por los tiwanacotas, continuados por los pacajes, los mollos y, finalmente, con-
solidados por los incas, quienes perfeccionaron y utilizaron las ya existentes y
ampliaron la superficie de taqanas y quillas de producción agrícola.
La región de los Yungas, es el área donde las taqanas y las quillas de origen
ancestral alcanzaron su máxima expresión como tecnologías para conservar los
suelos y producir coca y otros cultivos, en zonas de alta montaña. En la actua-
lidad se puede observar áreas de taqanas y restos arqueológicos, que son una
muestra de la magistral técnica empleada en la construcción de quillas y taqa-
nas ancestrales, probablemente de origen Tiwanacota, y cuyo desarrollo habría
sido completado y extendido por los Incas.
Es admirable observar extensas áreas de taqanas y quillas en toda la región
de los Yungas, desde la cresta de las montañas nevadas hasta las zonas bajas de
los Yungas, lo que se puede comprobar recorriendo la ruta llamada Camino del
Inca que se extiende desde el nevado Takesi, descendiendo a la mina Chojlla y
los asentamientos de Yanacachi, Villa Aspiazu, Ticuniri, hasta llegar a Chulumani,
en la provincia Sud Yungas del departamento de La Paz.
Es posible verificar relaciones de reciprocidad y de producción de esta zona
con la otra vertiente yungueña de Lambate, Pasto Grande e Inkalakaya, donde
también están presentes y se desarrollaron sistemas de producción en terrazas
agrícolas precolombinas.
157
que la parte alta de la cuenca presenta mayor humedad, debido a la con-
densación de las neblinas.
• Laderas de montaña (ML). Este paisaje corresponde a las laderas que se en-
cuentran en la parte alta, media y baja de las montañas, como transición de
la montaña al fondo aluvial del río. Presenta pendientes que fluctúan desde
158
muy altas, altas, moderadas y suaves, se extiende en el margen derecho del
río Unduavi y márgenes derecho e izquierdo del río Takesi. Se distinguen tres
subpaisajes:
MLs: Laderas de pendientes suaves, poco erosionadas.
MLm: Laderas de pendientes moderadas, con mediana y alta erosión.
MLa: Laderas de pendientes altas y muy altas, severamente erosionadas.
• Suelos de pie de monte de montaña. Los suelos del pie de monte, se dividen
en subpaisajes en función de la pendiente, relieve y susceptibilidad a la ero-
sión. Agrupándolos por su textura de la forma siguiente:
- Suelos de la unidad MPDe. Los suelos de esta unidad de mapeo,
taxonómicamente corresponden al orden Entisols, presentando muy poco
o ningún desarrollo pedogenético y forman una estrecha asociación con
el suborden Orthents, gran grupo Udorthents y subgrupo Andeptic
159
Udorthents. Son laderas de montaña con pendientes moderadas a fuertes,
con un material parental de rocas metamórficas pizarrosas; son suelos poco
profundos a superficiales, con colores variables. Textura de franco arenoso
gravoso a franco gravoso en todo el perfil; estructura de bloques sub-
angulares, consistencia friable, con baja capacidad de retención de humedad.
Con un pH regularmente ácido a fuertemente ácido, sin problemas de
toxicidad; con una capacidad de intercambio catiónico baja lo mismo que de
cationes intercambiables, contenido de materia orgánica de media a baja; los
suelos presentan una fertilidad natural calificada como baja.
• Suelos de ladera alta. Corresponde a los suelos ubicados en laderas con pen-
dientes moderadas a muy fuertes, que se extienden desde las cumbres hacia
las laderas altas.
- Suelos de la unidad MLMpm. Los suelos de esta unidad de mapeo, por su
taxonomía corresponden al orden Inceptisols, suborden Ochrepts, gran
grupo Eutrochrepts y subgrupo Dystic Eutrochrepts. Se caracterizan por
un mediano a poco desarrollo genético, con una estrecha asociación con
el suborden Ochrepts, gran grupo Eutrochrepts y subgrupo Dystric
Eutrochrepts; presentan una topografía en ladera de montaña, ondulada a
ligeramente inclinada; el material parental formado por pizarras, textura
franco arenosa a franca, infiltración moderada, con alta capacidad de
retención de humedad, reacción ligeramente ácida en todo el perfil; una
CIC baja y contenido bajo de cationes básicos, contenido de materia
orgánica alto a medio, fósforo con un nivel medio, y la fertilidad natural del
suelo calificada como media.
- Suelos de la unidad MLMpm-a. Los suelos de esta unidad corresponden al
orden Entisols, suborden Arents, gran grupo Udalfic y subgrupo Udalfic
Arentes. Se caracterizan por presentar una fisiografía de ladera de montaña,
con relieve ondulado y pendientes fuertemente empinadas de 50 a 60%,
textura franco areno gravoso, con rápida infiltración, de baja a mediana ca-
pacidad de retención de humedad. Reacción de fuertemente ácida a me-
dianamente ácida, con una CIC media, bajo contenido de bases cambiables,
160
contenido medio de materia orgánica; fósforo en un alto contenido. Por su
fertilidad natural se califican como suelos de fertilidad media.
- Suelos de la unidad MLMpa. Los suelos de esta unidad de mapeo, taxonó-
micamente se clasifican en el orden Entisols, suborden Orthents, gran
grupo Udorthents y subgrupo Typic Udorthents, se ubican en laderas de
montañas empinadas y chaqueadas con severa erosión; de material pa-
rental conformado por pizarras metamórficas, textura de franco areno ar-
cillo gravoso a franco, con buena capacidad de retención de humedad, con
una infiltración de moderada a rápida. Su reacción es fuertemente ácida,
baja CIC, contenido de alto a medio de materia orgánica, y fósforo en un
nivel bajo. Son suelos de baja fertilidad.
161
medianamente ácida, baja CIC, bajo contenido de materia orgánica. Por su
fertilidad natural se califican como suelos de mediana a baja fertilidad.
UDALFIC Textura
ARENTS ARENTS Pihuaya 2 MLMpm-a
ARENTS liviana
Textura
HAPLU- ULTIC HA- Hilumaya
moderad. MLApa
DALFS PLUDALFS 3
pesada
ALFISOLS UDALFS
Textura
TROPU- OXIC TRO- Villa
moderad. MLApm
DALFS PUDALFS Aspiazu 3
pesada
La FAMILIA se clasifica de acuerdo a su granulometria en: textura liviana, textura media y textura
moderada a pesada.
La SERIE se clasifica tomando en cuenta el origen o génesis del suelo en:
PICHU 2 Suelos de origen coluvio-aluvial sub-reciente
YANACACHI 2 Suelos de origen coluvio-aluvial sub-reciente
MOKORI 1 Suelo de origen coluvio-aluvial reciente
PIHUAYA 2 Suelos de origen coluvio-aluvial sub-reciente
HILUMAYA 3 Suelos de origen coluvio-aluvial antiguos
VIILA ASPIAZU 3 Suelos de origen coluvio-aluvial antiguo
162
• Clasificación de tierras por su capacidad de uso. Mediante la clasificación de
tierras por su capacidad de uso (USDA), en el área de estudio se ha identifi-
cado una proporción menor de tierras arables aptas para agricultura de es-
carda y cultivos que se adaptan a las condiciones del suelo y el clima,
pertenecientes a las Clases III y IV. Una gran superficie corresponde a tierras
no arables, correspondientes a las Clases V, VI y VII no aptas para cultivos en
limpio, excepto para cultivos especiales, están ubicadas en laderas de mon-
tañas con pendientes muy empinadas. Las tierras de la Clase VIII no tienen
utilidad económica deben ser declaradas zonas de reserva o de protección.
De acuerdo al USDA, los suelos de las Clases VI y VII no son aptos para cul-
tivos, sin embargo las quillas y taqanas precolombinas, que se esparcen en
grandes extensiones de la zona, corresponden a estas clases de tierras; las
limitaciones relacionadas con las fuertes pendientes y que se constituye en
el factor limitante del sistema convencional, fueron solucionadas por nues-
tras culturas precolombinas mediante la modificación y adecuación del pai-
saje con el terraceo intensivo, que les permitió usar productivamente laderas
con pendientes mayores a 45º, controlando la erosión hídrica y los frecuen-
tes deslizamientos de las tierras de alta montaña.
163
e) Hidrografía: Los rasgos principales de la hidrografía de la región están vi-
sualizados por los ríos del sistema hidrográfico andino-amazónico, que nacen en
la cordillera y abren su paso a través de inmensas formaciones geológicas, for-
mando tres ríos importantes, el río Unduavi, río Coroico y el río Tamampaya,
afluentes del río Beni, que a su vez desemboca en el río Amazonas. Los ríos Un-
duavi y Takesi, nacen en los nevados y glaciares de la cordillera y en su recorrido
van recibiendo numerosos afluentes, se unen a la altura de Puente Villa y con-
forman el río Tamampaya.
164
Cuadro 6: VEGETACIÓN PREDOMINANTE EN LOS YUNGAS
167
productiva es la producción de flores agapanto, nardo, lirio y azucena. Su
cultivo es en surcos a nivel, con una producción continua durante 4 a 5 años,
después de ese período de agotamiento de la fertilidad de los suelos, las
parcelas son dejadas en descanso entre 8 a 10 años, pero aún con este
descanso no se logra recuperar su fertilidad natural. La presión del mercado,
provoca un agotamiento de las áreas cultivables, y un avance hacia las partes
superiores de mayor pendiente.
• Comunidad Chaco. Es una de las pocas comunidades, donde es evidente la
práctica de medidas de conservación de suelos, con el cultivo en terrazas o ta-
qanas, lo cual repercute en una mayor y mejor producción, con la consiguiente
disminución de las pérdidas por erosión. Su aptitud productiva está relacio-
nada con la producción de flores, racacha, durazno, walusa, yuca, amenaza-
dos por el ataque de plagas y enfermedades propias de la zona sub-tropical.
• Comunidad Pichu. Esta comunidad presenta una extensa área de chaqueo,
con la producción de racacha, maíz, zapallo, hortalizas y flores, también fru-
tales como paltos, cítricos y café; el área cultivada con flores principalmente
lirios, se incrementa con los años alcanzando de 60 a 80 hectáreas “…por-
que el maíz en estos terrenos cansados ya no da buen rendimiento…” (co-
munario Martín Mamani). La memoria colectiva de los pobladores registra
que hasta el año 1952, había una buena producción de claveles y de rosas,
pero una enfermedad hizo desaparecer estas flores, posteriormente se fo-
mentó el cultivo de lirios y nardos con buenos resultado, pero la presencia de
enfermedades hace temer que la catástrofe anterior se repita. Se observa
prácticas de descanso, adaptadas del sistema aynuqa, en razón de que mu-
chos comunarios de la zona, son de origen aymara, cultivan sus parcelas de
3 a 4 años, periodo en el cual es notoria la baja en los rendimiento, por lo que
se deja en descanso hasta por 10 años.
• Comunidad La Florida. Es una comunidad productora de cítricos, con plan-
taciones carentes de manejo técnico, con severos daños causados por el ata-
que de enfermedades, presencia de líquenes y musgos, densidad muy alta
de plantas en un mismo campo, ausencia de podas y los suelos presentan
una gran pérdida de la capa superficial.
168
• Yanacachi: Sus suelos están sometidos a una fuerte erosión, y a una densa
presencia de la maleza Melinis minutiflora (pasto gordura), con extensas
áreas de frutales afectados por plagas y enfermedades, bajos rendimientos
y con el agotamiento de la fertilidad de los suelos por la sobre explotación
agrícola. Sólo los campesinos de mayor edad de origen aymara, practican
cultivos en taqanas y quillas.
• Comunidad Chaguara. Esta zona se caracterizaba por la producción de coca,
muy apreciada por su calidad y consistencia, actualmente las áreas de pro-
ducción han disminuido, así como los niveles de producción, las superficies
cultivables soportan severos daños, por erosión y destrucción de grandes
áreas de quillas, por la presencia del pasto gordura.
• Comunidad Quisno. Es una de las comunidades más afectadas por la ero-
sión y la destrucción y abandono de extensas áreas de quillas y taqanas. La
zona era productora de coca con el trabajo continuo de más de 30 familias,
pero en la actualidad se ha sufrido un éxodo, la mayoría de las familias, se
trasladaron a La Paz y Caranavi, empujados por la baja producción de sus tie-
rras, la represión al cultivo de coca, la falta de vías de comunicación y por la
pérdida de las fuentes de agua que se secaron como consecuencia del in-
tenso chaqueo y del sismo ocurrido hace 40 años.
• Comunidad Mokori: El problema que afecta a la comunidad es la ocurrencia
de deslizamientos y hundimientos de las montañas circundantes, y que
requieren contrarrestarse con urgentes medidas de estabilización de taludes.
Estos fenómenos tendrían su origen en los movimientos sísmicos, y aunque
no existen registros oficiales, los efectos quedaron en la memoria colectiva
de los pobladores. Refieren que hace 40 años hubo un temblor muy fuerte y
otro en el año 1983 con las mismas características que el primero, que
hicieron caer parte de la montaña al río Huacani, causando la destrucción
de extensas áreas de quillas y taqanas, todavía se sienten temblores todos
los años. Se teme que el hundimiento de la montaña en la parte frontal del
río Huacani, sea mayor y genere un represamiento de las aguas de este río y
del Takesi, el embalse natural podría poner en peligro a toda la comunidad
de la parte baja o de pie de monte. Otro problema es la erosión hídrica y el
169
intenso chaqueo, los propios comunarios plantean sus soluciones, tales como
construcción de zanjas de desviación y drenaje en la parte superior de las
laderas afectadas, recuperación de la vegetación natural, utilizando plantas
de alta densidad radicular y raíces pivotantes, protección de riberas y el
desvío de las aguas del río Huacani, para que no siga socavando la base del
cerro.
• Comunidad Pihuaya: Soporta una alta erosión, agravada por la características
de sus suelos superficiales y pedregosos. Sus campos de producción de frutas
y cultivos anuales soportan problemas de sanidad animal y daños por aves
silvestres. Sus áreas chaqueadas no tienen posibilidades de recuperación.
• Comunidad Tuymu: Sus suelos están ubicados en zonas de fuertes pendien-
tes, muchos cultivos perennes están abandonados e infestados de plagas y
enfermedades; las estructura conservacionistas que antes caracterizaron a la
comunidad, están en proceso de destrucción por falta de mantenimiento, lim-
pieza y reparación. Presentan cultivos aislados de nogal, cítricos, café en un
estado deplorable de manejo, sin podas y sin práctica de control sanitario.
• Comunidad Hilumaya. Es una zona con problema de erosión y baja fertilidad
de los suelos, se produce cultivos anuales de maíz, maní, racacha, walusa,
locoto. Esta producción sólo es de subsistencia, no existiendo incentivo para
la producción en escala comercial. El rendimiento de café es de una
libra/planta equivalentes a 15 quintales/hectárea, coca 300 libras/cato (1
cato=1/4 hectárea) o 6 taquias/cato con tres cosechas por año. Un problema
que aqueja a esta y otras zonas es la invasión del pasto gordura, (Melinis
minutiflora) que es considerada como una amenaza para la producción
agrícola. “…Cuando era chico no había este pasto gordura, un sanitario de
Machacamarca me ha contado que el padre Florencio de Chulumani, es el
que ha traído este pasto de otro país para el alimento del ganado, ahora se
ha vuelto una maleza difícil de erradicar, su semilla se desparrama como
polvo por el viento, y hace perder la coca… el deshierbe no lo afecta…”
(comunario Cándido Tarqui).
• Comunidad Santa Rosa. Es una zona con sobreexplotación agrícola, con un
chaqueo intenso y sin posibilidades de extender su frontera agrícola. Los
170
cultivos actuales soportan falta de cuidados culturales y no se realiza
prácticas eficientes de rotación o asociación de cultivos.
• Comunidad Machacamarca. Es una comunidad con serios problemas de ero-
sión y baja fertilidad de suelos, sus campos están invadidos de pasto gor-
dura; no se realiza prácticas de sanidad vegetal, lo que repercute en la merma
paulatina de los rendimientos. Sus cultivos principales son mandarina, na-
ranja, plátano, walusa, maíz y café.
• Comunidad Villa Aspiazu: Además del problema de la erosión de los suelos,
se presentan problemas de tenencia de tierra, en la comunidad están regis-
tradas 21 familias, pero la mayoría de los pobladores vive en la ciudad de La
Paz, y retorna por una sola vez al año en las festividades y de vacaciones; los
comunarios activos y presentes en la zona solo disponen de 2 a 3 catos para
cultivar, los mayores propietarios son los residentes que están asentados en
La Paz, los mismos que no quieren alquilar sus tierras abandonadas. Los cul-
tivos que se practican en el lugar son maíz, racacha, walusa y coca. En su
anexo de Ticuniri existe una mejor producción de coca y de cítricos.
• Comunidad Suiqui Milamilani: Es una zona que produce coca como cultivo
principal, flores nardo y azucena, frutales naranja, mandarina, lima, hortali-
zas repollo, rábano, nabo. En razón del rápido agotamiento de los suelos y los
bajos rendimientos agrícolas, año a año se incrementa las áreas cultivadas
con la coca.
172
Mapa 7: Inventario de Terrazas Precolombinas en Yanacachi
Tercera Sección Provincia Sud Yungas
173
Cuadro 7: Inventario de taqanas y quillas de Yanacachi
SUPERFICIE DE TAQANAS Has SUPERFICIE DE QUILLAS Has TOTAL
Nº COMUNIDAD Descanso o Descanso o TAQANAS
En uso Total En uso Total Y QUILLAS
abandonad. abandonad.
1 Hierbani 3 3 3
2 Tres Marías 3 3 3
3 Chaco 30 30 30
4 Pichu 15 30 45 45
5 Florida 110 110 10 10 120
6 Yanacachi 230 80 310 30 10 40 350
7 Chaguara 4 15 19 6 35 41 60
8 Quisno 2,5 2,5 0,5 3000 300,5 3003
9 Mokori 17 17 20 70 90 107
174
10 Pihuaya 16 10 26 2 50 52 78
11 Tuymu 5 5 80 80 85
12 Hilumaya 12 12 3 50 53 65
13 Santa Rosa 2 2 8 50 58 60
14 Machacamarca 58 58 30 15 45 103
15 Villa Aspiazu 12 10 22 4 10 14 36
16 Suiqui Milamilani 40 10 50 20 160 180 230
559,5 155 714,5 133,5 3.530,0 3663,5 4.378,0
Cuadro 8: Resumen inventario taqanas y quillas en Yanacachi
559.5 12.7 155.0 3.6 714.5 16.3 133.5 3.1 3.530 80.6 3.663,5 83.7 4.378,0 100,0
175
Superficie
Terrazas (%)
(Has)
Taqanas uso
Quillas descanso (13%) Taqanas
559,50 13
(81%) uso
TAQ
QANA
A: A7 – B3 – C1 – D3– E1 – F1 – G1 – H4 / op, ci, fm-b
176
UNIDAD DE MAPEO MLMpa
Comunidad Pichu, cantón Yanacachi,
LOCALIZACIÓN
provincia Sud Yungas, La Paz
CLASIFICACIÓN TAXONÓMICA Typic Udorthents
CLASIFICACIÓN TÉCNICA Apto para producción de cultivos
VEGETACIÓN O CULTIVO En estado de “challido” listo para la quema
MATERIAL PARENTAL Depósito coluvio-aluvial de pizarras
FISIOGRAFÍA Ladera de montaña
RELIEVE Plano (Terraza agrícola)
PENDIENTE 35% en la ladera, 4 a 5% en la taqana
ALTITUD 2.200 msnm
CLIMA TEMPERATURA 20.4º C
PRECIPITACIÓN 1.989 mm/año
PERMEABILIDAD Moderadamente rápido
CLASE DE DRENAJE Regular
CONDICIÓN DE HUMEDAD En capacidad de campo
ESCURRIMIENTO SUPERFICIAL Rápido, grado 3
PROFUNDIDAD NAPA FREÁTICA No visible
EROSIÓN Laminar y en surcos
DISTRIBUCIÓN DE RAICES Hasta 0.80 m
SALINIDAD O ALCALINIDAD No presente, clase 1
PEDREGOSIDAD SUPERFICIAL Clase 2
Ing. M.Sc. Eduardo Chilon Camacho
DESCRITO POR
11/05/99
a) Características morfológicas
177
color en húmedo: 2,5 YR 5/1; sin carbonatos; raíces finas, medias y gruesas
abundantes (zona de chaqueo); alto contenido de materia orgánica (6,83%);
permeabilidad moderadamente rápida; límite de horizonte abrupto.
• A14 (47 a 118 cm) Textura: Franco; estructura: bloques subangulares, finos,
débiles; consistencia en húmedo: friable; reacción: fuertemente ácido (pH:
5,17); color en seco: 7,5 YR 6/6, color en húmedo: 10 YR 3/6; ausencia de car-
bonatos; contenido medio de materia orgánica (2,56%); permeabilidad mo-
derada a rápida.
178
9.2.2. Clasificación y caracterización convencional de una quilla precolombina
QUILLA
A: A9 – B2 – C4 – D3– E1 – F1 – G2 – H1 / op, cr, fb
179
UNIDAD DE MAPEO MLMpa
Comunidad Mokori, cantón Yanacachi,
LOCALIZACIÓN
provincia Sud Yungas, La Paz
CLASIFICACIÓN TAXONÓMICA Andeptic Udorthents
CLASIFICACIÓN TÉCNICA Apto para producción de coca
VEGETACIÓN O CULTIVO Helechos, chume y malezas
MATERIAL PARENTAL Depósito coluvio-aluvial de pizarras
FISIOGRAFÍA Ladera de montaña
RELIEVE Ondulado (en graderío)
PENDIENTE 70% en la ladera, 3% en la quilla
ALTITUD 1.360 msnm
CLIMA TEMPERATURA 20.4º C
PRECIPITACIÓN 1.989 mm/año
PERMEABILIDAD Moderadamente rápido
CLASE DE DRENAJE Bueno
CONDICIÓN DE HUMEDAD En capacidad de campo
ESCURRIMIENTO SUPERFICIAL Rápido, grado 3
PROFUNDIDAD NAPA FREÁTICA No visible
EROSIÓN Laminar y en surcos
DISTRIBUCIÓN DE RAICES Hasta 0.60 m
SALINIDAD O ALCALINIDAD No presente, clase 1
PEDREGOSIDAD SUPERFICIAL Clase 4
Ing. M.Sc. Eduardo Chilon Camacho
DESCRITO POR
1/05/2000
a) Características morfológicas
180
húmedo: 7,5 YR 3/2; sin carbonatos; raíces finas abundantes, escasas media-
nas y gruesas; modificador textural: 58,5% de grava laminar fina; contenido
medio de materia orgánica (2,72%); permeabilidad moderadamente rápida;
límite de horizonte difuso.
• A12 (16 a 39 cm) Textura: Franco arenoso gravoso; estructura: bloques sub-
angulares, medios a finos, débiles; consistencia en húmedo: friable; reacción:
fuertemente ácido (pH: 4,98); color en seco: 10 YR 4/3, color en húmedo: 10
YR 2/2; ausencia de carbonatos; escasas raíces finas, medias y gruesas; mo-
dificador textural: 53,2% de gravas laminares; contenido medio de materia
orgánica (2,52%); permeabilidad moderadamente rápida; límite de horizonte
gradual.
181
TESTIMONIOS FOTOGRÁFICOS
182
Quillas abandonadas y en pro-
ceso de destrucción.
184
escaso número de pobladores que permanecen en las comunidades y al
problema de tenencia de la tierra. Por lo que un proyecto de recuperación de
terrazas agrícolas y de conservación de suelos, tiene que considerar el diseño de
una estrategia, que permita motivar a los pobladores a asentarse en sus
comunidades y forjar su propio desarrollo. En el cuadro 9 y el gráfico 16, se
observa las hectáreas posibles de incorporar al sistema productivo, mediante la
rehabilitación y construcción de taqanas y quillas.
185
Cuadro 9: Posibilidades de ampliación de área cultivable con la rehabilitación
y construcción de terrazas agrícolas
186
5 Florida 10 10 5 5 15
6 Yanacachi 80 50 40 90 10 10 10 100
7 Chaguara 15 15 10 25 35 35 35 60
8 Quisno 30 30 3.000 980 980 1010
9 Mokori 10 10 70 70 70 80
10 Pihuaya 10 10 5 15 50 50 50 65
11 Tuymu 5 5 80 80 80 85
12 Hilumaya 60 60 50 50 50 110
13 Santa Rosa 10 10 50 50 50 60
14 Machacamarca 10 10 15 15 15 25
15 Villa Aspiazu 10 10 30 40 10 10 10 50
16 Suiqui Milamilani 10 10 80 90 160 80 80 170
155 125 396 521 3.530 1.430 5 1.435 1.956,0
Cuadro 10: Resumen ampliación area cultivable con la rehabilitación de taqanas y quillas
125 6.4 396 20.2 521 26.6 1.430 73.1 5 0.3 1.435 73.4 1.956 100,0
187
9.2.4 Manejo actual de las terrazas agrícolas
188
construir taqanas, no sólo como estructuras anti-erosión, sino también que
garanticen la conservación de la fertilidad y propiedades físicas del suelo.
• Comunidad Tres Marías (anexo comunidad Chaco): Las flores son cultivadas
en taqanas, según los productores para contrarrestar el efecto de las fuertes
pendientes. Los cultivos son realizados en surcos en curvas de nivel, lo que
es importante como práctica de conservación de los suelos. Los comunarios
no se convencen de las ventajas de las taqanas, además se fijan mucho en el
esfuerzo y requerimiento de mano de obra para su construcción.
• Comunidad Chaco: Es la comunidad donde mejor se practica la reconstruc-
ción y construcción de taqanas, guiados por un productor Santiago Velarde
con muchos conocimientos de está tecnología y que tiene sus parcelas lle-
nas de terrazas estables y bien construidas. En su comunidad es llamado Ka-
manaka (maestro), informa que llegó a la zona en 1942 procedente del
Altiplano y que a la fecha ha construido cerca de 10 hectáreas de taqanas en
su propia dotación de tierra; critica a sus compañeros que hablan mal de las
terrazas agrícolas “…Son flojos, no hacen cavada para el cimiento por eso sus
taqanas se caen rápido…”, sus taqanas son recientes, pero fueron construi-
das en base a los modelos precolombinos. Los comunarios diferencian las
taqanas tiwanakotas de las actuales, porque las taqanas precolombinas pre-
sentan sus muros estables, conformados por bloques rocosos de gran ta-
maño, bien amarrados y cruzados, a veces con muros perfectamente tallados
y ornamentales, caso las terrazas presentes en la ruta del Takesi; en cambio
las terrazas recientes y la de la época de los abuelos, son de piedras peque-
ñas principalmente de fragmentos de pizarras, de poca estabilidad. Los pro-
ductores practican un sistema de rotación azucena-maíz-nabo en las
terrazas, sin tomar en cuenta a las leguminosas o la aplicación de materia or-
gánica. Otro ejemplo de rotación es utilizar las taqanas con tres años de nar-
dos y 5 años de descanso. Una taqana tipo de esta comunidad presenta las
siguientes características: largo 10 m, ancho 5 m, altura de muro 1.50 m,
ancho de muro 0.70 m, inclinación del muro 20%, tipo de piedra lajas de pi-
zarra. Se requiere un trabajo aproximado de 10 jornales, que aumenta o dis-
minuye en función de la existencia de material para hacer el muro. La
189
construcción incluye un cimiento de 50 cm de profundidad, que se construye
con piedras grandes y planas, luego se levanta el muro, la nivelación de la pla-
taforma de cultivos se realiza paralelamente con la construcción del muro.
En el trabajo participa toda la familia campesina, las mujeres ayudan a re-
colectar las piedras, los hombres cavan el cimiento y construyen el muro, y
las mujeres y los niños van nivelando y rellenando las terrazas con cascajo,
grava y tierra. Los comunarios refieren que la construcción de taqanas debe
realizarse con piedras “machos” que son de color blanco, sólidas y duras (roca
metamórfica tipo gneis), porque las piedras “hembras” (fragmentos de pi-
zarras) no sirven para hacer taqanas por su corta duración.
• Comunidad Pichu: Es una comunidad que presenta una experiencia reciente
en la construcción de taqanas. La falta de orientación técnica ocasiona des-
ánimo en algunos comunarios porque, al no estabilizar bien el muro de con-
tención y no realizar un cimiento apropiado, la vida útil de la estructura es
muy corta. Algunos comunarios de la zona, con la metodología de prueba y
error, están demostrando que haciendo un buen cimiento, sobre el cual se
construye el muro, utilizando piedras “macho”, la taqana es bastante esta-
ble y duradera. Sobre el origen de las taqanas, hacen una diferenciación entre
terrazas antiguas de origen precolombino y las actuales. Manifiestan que los
tiwanacotas y los incas hacían sus terrazas con piedras muy grandes, ama-
rradas entre sí y por eso duraban muchos años, en cambio las actuales son
muy simples y de poca duración, por la falta de piedra apropiada. Una ta-
qana tipo de la comunidad Pichu, presenta un largo de 5 m, ancho de muro
0.60 m, altura de muro 1.20 m, tipo de piedra: fragmentos de pizarras, talud
del muro vertical, ancho de la plataforma de cultivo 5 m. En su construcción,
si la piedra está disponible, la terraza requiere 5 jornales, la recolección de
piedra requiere de 3 a 4 jornales adicionales. Por su cercanía a la comunidad
Chaco, es posible mejorar la capacidad técnica, con un intercambio hori-
zontal de productor a productor. Como una innovación se ha observado una
modalidad de taqana, con una especie de senda de paso a bajo relieve al
borde del muro de contención, que además funciona como canal de eva-
cuación de los excedentes de agua.
190
• Comunidad La Florida: Las taqanas existentes se cultivan intensivamente por
5 a 7 años y luego se dejan en descanso o q’allpa durante 5 a 6 años, durante
el cual se cultiva en otras parcelas, retornando después del descanso, pero
según los propios comunarios, los rendimientos son más bajos en este se-
gundo período, en comparación al primero; esto se explica porque el suelo no
logra recuperar su fertilidad natural. Sobre la presión social al uso de la tie-
rra, se testimonia: “…Cuando terminemos de cultivar las 400 hectáreas que
tenemos en conjunto, nos iremos a otras tierras que tenemos en el lugar co-
lindante con Sirupaya… son alrededor de 30 hectáreas que son para los
hijos… también tenemos en Monte Redondo unas 20 a 30 hectáreas que son
del Estado y es como si nos perteneciera a toda la comunidad… es la única
solución que tenemos para nuestros hijos…” (comunario Martín Mamani).
• Comunidad Yanacachi: Presenta taqanas y quillas en su mayor parte en des-
canso o abandonadas, estas infraestructuras son semejantes a las de la co-
munidad La Florida, tanto en su forma y características, como en su uso y
cultivo.
• Comunidad Chaguara: En esta comunidad se construyen wachus con la mo-
dalidad de cavada, que se diferencian de las quillas precolombinas por su
forma de zanjas, empezándose a cavar con la picota, para luego amontonar
las piedras, que son utilizadas como material para construir las pircas pe-
queñas. Respecto a los requerimientos de jornales para su construcción, en
lugares pedregosos se puede construir hasta cuatro wachus/día/hombre, en
lugares donde no hay material rocoso se construyen 3 wachus/día/hombre.
En esta comunidad se ha observado con gran preocupación el derrumbe y
abandono de quillas y taqanas, muchas de las cuales presentan posibilidades
de recuperación.
• Comunidad Quisno: Es una de las comunidades que presenta la mayor ex-
tensión de quillas y taqanas abandonadas, con posibilidades físicas de recu-
peración; pero la limitante radica en la ausencia de población, como
resultado de la migración. Respecto al origen y diferencias entre taqanas pre-
colombinas y recientes el siguiente testimonio se constituye en una signifi-
cativa respuesta: “…los abuelos contaban que los incas jefes hacían construir
191
quillas arreando y azotando a las piedras…así debió ser porque existen qui-
llas en zonas muy pendientes, muy peligrosas para trabajar…” (comunario
Pascual Choque). El Secretario General del sindicato agrario por su parte sos-
tiene que las quillas abandonadas de la época de los patrones fueron cons-
truidas por los pongos esclavos de las haciendas, porque no se encuentra
otra explicación para la construcción de quillas en semejante extensión de
tierra.
• Comunidad Pihuaya: En esta comunidad, diferencian a las quillas y taqanas
por su tamaño y uso, llamando taqanas a las terrazas amplias dedicadas a
cultivos perennes y anuales, con las siguientes características: altura de muro
1 m, ancho de muro 0.60 m, tipo de piedras fragmentos de pizarras, talud
25% de inclinación, ancho de plataforma 4 m, longitud de terrazas 30 m. El
muro no sólo tiene la función de contener el suelo y evitar la erosión sino que
también sirve como lindero y cerco para evitar el daño de los animales; se uti-
lizan para cultivar frutales, plátanos, maíz, cítricos y café. Las quillas son te-
rracitas pequeñas, mayormente utilizadas para el cultivo de coca, presentan
un ancho de plataforma de 0.40 m y una altura de muro de 0.50 m.
• Comunidad Hilumaya: Construyen y rehabilitan quillas que son utilizadas
para el cultivo de coca, también siembran en wachus que son similares a la
cavada. Estos wachus son de origen reciente, de la época de los patrones,
pero tuvieron como modelo a las quillas y taqanas precolombinas, que se
encuentran muy distantes en la cresta de los cerros “…los Incas se metían
por todo los sitios…habían sido buenos trabajadores…de ellos hemos apren-
dido a construir terrazas y quillas…”. (comunario Emerson Mamani). Para
los comunarios de Hilumaya, las taqanas son terrazas grandes, con un muro
de piedra cuya altura depende de la pendiente; las quillas son terracitas an-
gostas y sólo sirven para la coca. Su técnica de construcción de taqanas es
similar a otras comunidades, inicialmente sacan un surco y remueven la tie-
rra para extraer y seleccionar las piedras largas que servirán para el muro,
como unión entre piedras se utiliza tierra fresca; se continúa con el volteo de
la tierra superficial enterrándola al fondo y sacando el suelo profundo a la su-
perficie, luego realizan la nivelación de la taqana. Desde el punto de vista
192
técnico, esta última operación indica falta de conocimientos y experiencia
para construir la taqana, porque al colocar la tierra superficial en el fondo, se
pierde la tierra fértil y sus respectivos nutrientes. Una taqana tipo de la co-
munidad de Hilumaya, presenta las siguientes características: largo 10 m,
ancho 5 m, altura de muro 1.50 m, requerimiento de 10 jornales/taqana. Un
concepto campesino interesante sobre la terraza como tecnología de con-
servación es el siguiente: “…La diferencia entre taqana y sólo pendiente está
en que no se arrastra la tierra…el abono se conserva allí mismo porque la ta-
qana hace un suelo plano…en la pendiente toda la tierra se va hacia abajo,
especialmente la tierra negra…”.
• Comunidad Machacamarca: Las características de una taqana tipo de esta
comunidad son las siguientes: largo 8 m, ancho 8 m, altura de muro 1.80 m,
tipo de piedra fragmentos de pizarra. Un requerimiento de 8 jornales/taqana,
siempre y cuando se tenga piedra disponible en el lugar de construcción, si
no se incrementa en 2 a 3 jornales para el acarreo de piedra.
• Comunidad Villa Aspiazu: Para los comunarios de esta zona las quillas y
taqanas actuales se construyeron en base a los modelos precolombinos
tiwanacotas, restos de los cuales están esparcidos desde las montañas hasta
Yanacachi, Villa Aspiazu, Ticuniri enlazando con Chulumani, a lo largo de la
ruta del Takesi, donde además están presentes restos arqueológicos
funerarios, templetes, tambos y caminos antiguos. Las taqanas de la
comunidad, se utilizan para el cultivo de maíz, papa, maní y flores, y las
quillas para el cultivo de coca. Un proyecto de recuperación y construcción
de taqanas, quillas y wachus en la zona dependerá de la solución al problema
de tenencia de tierras.
193
• Taqana: Son terrazas amplias con muros de piedra, tierra o vegetación, utili-
zadas para la siembra de diversos cultivos anuales y perennes.
• Wachu: Son pequeñas terrazas, que presentan relleno de cascajo y grava mez-
clada con tierra, con muros de tierra estabilizados a base de compactación por
golpeo con una paleta especial. Se construyen en laderas formando una es-
pecie de graderío, con un rendimiento por día, de 6 wachus de 6 metros de
longitud por 6 graderíos. Son inestables y de mediana a corta duración.
El área total de taqanas y quillas en uso actual, alcanza una superficie de 693
hectáreas, sin tomar en cuenta las tierras cultivables de lomadas, planicies on-
duladas y pequeñas áreas aisladas de poca pendiente. El total de la superficie co-
rrespondiente a taqanas y quillas abandonadas que suma 3.685 hectáreas,
supera ampliamente al área cubierta por estas estructuras conservacionistas en
uso. Se agrupan taqanas y quillas en diverso estado de conservación.
194
Los rubros agrícolas más importantes producidos actualmente en las taqanas
son: flores, racacha, walusa, maíz, frutales caso plátano, paltos, nísperos,
hortalizas, yuca y café, en las quillas en uso se produce mayormente coca,
presentándose un proceso reciente del cambio por café y frutales.
En el cuadro 11 se registra la superficie y distribución de cultivos en terrazas
agrícolas, observándose que las comunidades de Suiqui Milamilani, Mokori,
Yanacachi, Florida, Pichu y Chaco presentan las mayores superficies.
Cuadro 11: Superficie y distribución de cultivos en terrazas en uso
195
ÁREA EN TERRAZAS, TAQANAS Y QUILLAS EN USO
Nº COMUNIDAD PROD. Distribución de Terraza Descanso/ OBSERVACIONES
Has Total
Cultivos en Has en uso abandona
Coca (30),
Plátano (50),
Níspero (50), Quillas invadidas
Cítricos (60), por la maleza
6 Yanacachi 260 Paltos (15), 260 90 350 Melinis
Racacha (15), minutiflora o
Walusa (15), pasto gordura
Flores (20),
Hortalizas (5)
Coca (6),
Taqanas sin
Walusa (0.5),
mantenimiento.
7 Chaguara 10 Níspero (3), 10 50 60
Quillas
Varios: Palto,
abandonadas
Café (0.5)
Quillas
Paltos (0.5),
abandonadas
8 Quisno 4 Cítricos (2), 3 3.000* 3.003
cubiertas de
Coca (20)*
malezas
Cítricos (2), Quillas con
9 Mokori 60 Walusa (2), 37 70* 107 producción de
Coca (20) coca
Cítricos (2),
Microclima
Café (1),
10 Pihuaya 18 18 50* 10** 78 favorable para
Plátano-Papaya
frutales
(2), Coca (12)
Quillas
Walusa, Yuca,
abandonadas
11 Tuymu 5 Racacha (3), 5 80* 85
pero
Café (2)
recuperables
196
ÁREA EN TERRAZAS, TAQANAS Y QUILLAS EN USO
Nº COMUNIDAD PROD. Distribución de Terraza Descanso/ OBSERVACIONES
Has Total
Cultivos en Has en uso abandona
Frutales varios
(5), maíz-maní-
Cultivos sin
12 Hilumaya 15 Locoto (4), 15 50* 65
manejo técnico
Coca (3),
Papa (3)
Coca (8),
Quillas invadidas
Papa (0.5),
13 Santa Rosa 18 10 50* 60 por pasto
Racacha (0.5),
gordura
Frutales (1)
Plátano (25),
Cocales
Walusa (13),
Machaca- deteriorados por
14 90 Racacha (10), 88 15* 103
marca maleza pasto
Coca (30),
gordura
Café (10)
Cítricos (5),
Maíz (4), Quillas
Walusa (1), abandonadas
15 Villa Aspiazu 19 16 10* 10** 36
Racacha (1), cubiertas de
Coca (4), malezas
Café (1)
Flores (5),
Quillas
Cítricos (20),
Suiqui 160* abandonadas,
16 65 Coca (20), 60 230
Milamilani 10** práctica de
Walusa (9),
wachus.
Racacha (6)
197
9.2.7. Otras medidas de conservación de suelos practicadas en la tercera
sección de sud Yungas
198
de práctica es que impide la escorrentía superficial libre, posibilitando la
retención del suelo y los nutrientes en los campos de cultivo.
199
9.3. Terrazas precolombinas de valles interandinos subcuenca Cohoni y
Tahuapalca
200
están referidas a las fuertes pendientes, la erosión y presencia de suelos
superficiales que en gran parte fueron controladas por las poblaciones ancestrales
mediante la construcción de terrazas agrícolas precolombinas, llamadas taqanas
y sistemas de riego que aprovechaban el agua de los nevados, principalmente del
Illimani. En la actualidad se observan impresionantes complejos de taqanas
abandonadas con una menor proporción en uso.
A diferencia de lo que se observa en la actualidad, estas subcuencas tuvieron
una activa ocupación por culturas precolombinas, confirmándose el hecho de
que eran unos expertos geotécnicos, ubicaban sus centros productivos y
poblaciones en las partes altas de la cuenca, evitando los riesgos de mazamorras
y deslizamientos, aprovechando de modo racional y sostenible el agua pura de
los nevados y controlando la erosión con los magistrales sistemas de terrazas
agrícolas.
202
promedio anual calculada en la parte baja de la cuenca es de 705.09 mm, que
comparada con la precipitación promedio anual de 482.6 mm, se presenta
una diferencia de 222,49 mm, como déficit de humedad en los meses de
abril a noviembre y por otra parte se presenta un exceso de humedad du-
rante los meses de enero a marzo.
203
a su vez permiten definir las unidades de mapeo. Los afloramientos rocosos die-
ron origen a las planicies o llanuras aluviales y los frecuentes ciclos de erosión y
sedimentación del cuaternario moldearon el actual relieve. Los paisajes identi-
ficados son los siguientes:
• Montañas estructurales (ME): Este paisaje está conformado por serranías
altas, con pendientes pronunciadas y disectadas por interfluvios densos. Co-
rresponde a los anticlinales de la cordillera oriental, dispuestos así en forma
paralela con rumbo N-S, encerrando a los valles angostos en forma de V;
este paisaje está representado por dos subpaisajes.
- ME Sar/E-H: Laderas de estructuras montañosas sedimentarias de rocas
areniscas, fuertemente disectadas.
- MEIgr/E-H:: Laderas de estructuras montañosas ígneas graníticas y volcá-
nicas, fuertemente disectadas. Estos subpaisajes, cubren la mayor super-
ficie del área de estudio, el mismo que aparentemente no tiene
importancia para el aprovechamiento agrícola, excepto por los magistra-
les sistemas de terrazas agrícolas precolombinas actualmente abandona-
das, pero aquellas que todavía se utilizan para la producción de cultivos,
garantizan una inmejorable conservación de los suelos.
• Colinas denudacionales (CD): Paisaje conformado por ondulaciones pro-
nunciadas con elevaciones menores a los 300 m sobre el nivel de base local,
constituidas por material sedimentario de areniscas y materiales metamór-
ficos de pizarras meteorizadas; se incluye otras intrusiones en menor pro-
porción y en este paisaje se encuentran geoformas de lomadas y colinas. Las
colinas altas de cimas redondeadas e irregulares, altamente disectadas pre-
sentan divisoria de aguas muy discernible, pendientes medias a escarpadas,
presentan erosión en cárcavas; está formada por sedimentos constituidos
por areniscas, argilitas y conglomerados.
• Planicie coluvio-aluvial (PAc): Conformado por los siguientes subpaisajes:
- PAcal/C: Abanicos aluviales moderadamente inclinados, con geoformas
producidas por la acción fluvial, con la presencia de materiales heterogé-
neos, depositados en depresiones y zonas onduladas, por su antigüedad
sustentan terrenos en producción actual.
204
- PAccd/C: Conos de deyección moderadamente inclinados, de origen flu-
vial y que se concentran en la parte final de los sistemas de drenaje; se ca-
racterizan por su textura moderada a gruesa.
• Otras unidades: Se tienen como otras unidades o paisajes, a todas aquellas
unidades que no son significativas en el área de estudio.
- E: Escarpes casi verticales, considerados como áreas de protección, por su
pendiente y tipo de suelos.
- D: Zonas de deyección reciente (coladas de barro o mazamorras)
205
se observan más arbustos y árboles nativos caso bosques de queñua, y algunas
plantaciones de especies exóticas de eucaliptos y coníferas. La parte baja de la
cuenca, que corresponde a la formación “Estepa espinosa-montano bajo
subtropical” (ee-MBST), se caracteriza por presentar arbustos de tipo espinoso,
cactáceas y árboles de poca altura; en el cuadro 13 se consigna la vegetación
más importante de la zona.
Cuadro 13: VEGETACIÓN PREDOMINANTE EN COHONI
CLASE DE NOMBRE
NOMBRE CIENTÍFICO
VEGETACIÓN COMÚN
Pennicetum clandestinum Kikuyo
Cortaderia cubata Sehuenca
Atriplex sp. Tunu
Heterosperma sp. Chamico
HERBÁCEAS
Achirocline alata Wira wira
Adesmia miraflorensis Tagargaya
Dondonea viscosa Chacotea
Tecoma cochabambensis Sago sago
206
9.3.4. Características económico-productivas y sociales
207
Cuadro 14: AYNUQAS POR COMUNIDAD
209
ancestral, que todavía se practica entre las comunidades del valle y altiplano,
constituyendo un mecanismo que garantiza la vida y el mantenimiento
familiar. El trueque o intercambio comunal, se realiza después de la cosecha
de los productos, en los meses de mayo a junio principalmente en la feria de
Pocota, intercambiándose maíz, papa y durazno por pescado, queso y
charqui del altiplano.
210
Cuadro 15: Labores culturales por cultivo
211
Injerto manzana en pie Toda la familia y
Manzana Abril a mayo serrucho. Trabajo familiar
criollo parientes cercanos
Secado de hojas por 5 Cajones para chipar
Tuna Enero a marzo (embalar)
días luego plantación
Transporte con
Plantación de los
Lujma Enero a marzo caballos, mulas y asnos
brotes de la raíz
Siembra directa de
Palta Noviembre a diciembre
arbolitos
Preparación de suelo, Noviembre a junio (a
Maíz riego, surcado y secano), marzo a abril
siembra (choclo)
Preparación de suelo, Picotas, chontillas,
Toda la familia y
Haba riego, surcado y Agosto a marzo palas, arado, reja, yugo Trabajo familiar
parientes cercanos
siembra (fabricados localmente
Preparación del suelo, Siembra agosto a
Papalisa, papa, oca chonteada, khapujeada septiembre, cosecha a
y siembra partir de marzo
9.4. Inventario de terrazas precolombinas de Cohoni
213
Mapa 8: Inventario de terrazas precolombinas en el cantón
Cohoni Provincia Murillo
214
Cuadro 16: Inventario de terrazas precolombinas en Cohoni
SUPERFICIE TAQANAS o TERRAZAS AGRÍCOLAS (hectáreas)
ALTITUD
No. COMUNIDAD TOTAL APROX. DESCANSO
msnm TOTAL EN USO RECUPERABLES
hectáreas ABANDONAD
1 Jalancha 4.160 170,00 60,00 10,00 50,00 40,00
2 Tanimpata 3.800 1.158,00 350,00 45,00 305,00 200,00
3 Pucaya 3.680 613,00 250,00 60,00 190,00 120,00
4 Llujo 3.620 719,00 280,00 50,00 230,00 120,00
5 Cohoni 3.590 980,00 650,00 162,00 488,00 350,00
6 Khapi 3.500 2.670,00 540,00 120,00 420,00 380,00
7 Yaricachi 3.440 1.038,00 340,00 65,00 275,00 200,00
8 Caimbaya 3.420 660,00 290,00 70,00 220,00 190,00
9 Atahuallani 3.340 1.830,00 650,00 72,00 578,00 380,00
10 Tarujimaña 3.300 2.630,00 680,00 70,00 610,00 380,00
11 Achojpaya 3.300 530,00 230,00 120,00 110,00 70,00
12 Mutuaya 3.260 2.740,00 664,00 90,00 574,00 350,00
13 Hussi 3.200 1.125,00 410,00 75,00 335,00 200,00
14 Chocotollo 3.200 982,00 320,00 80,00 240,00 150,00
15 Choro 3.200 1.110,00 342,00 85,00 257,00 200,00
215
16 Chañurani 3.160 194,00 42,00 17,00 25,00 20,00
17 Pancoya 3.150 250,00 95,00 25,00 70,00 40,00
18 Caripo 3.120 722,00 212,00 40,00 172,00 150,00
19 Luquicachi 3.100 475,00 200,00 48,00 152,00 120,00
20 Challasirca 3.050 138,00 30,00 9,00 21,00 15,00
21 Pampa Huerta 2.960 420,00 180,00 68,00 112,00 80,00
22 Huarimutuaya 2.900 725,00 345,00 52,00 293,00 160,00
23 Wichurata 2.900 292,00 132,00 50,00 82,00 60,00
24 Cachapaya 2.840 275,00 114,00 40,00 74,00 40,00
25 Cebollullo 2.760 119,00 62,00 40,00 22,00 10,00
26 Chojawaya 2.740 844,00 420,00 71,00 349,00 260,00
27 La Granja 2.590 344,00 67,00 40,00 27,00 10,00
28 Glorieta 2.590 268,00 137,00 75,00 62,00 40,00
29 Kotaña 2.580 1.938,00 640,00 84,00 556,00 300,00
30 Tahuapalca 2.360 657,00 394,00 90,00 304,00 200,00
31 Tirata 2.145 538.00
32 Tamurini 2.140 194,00
33 Murata 2.000 519,00
216
Posibilidades
Hectáreas (%)
recuperación
No
2.368 25,9
recuperables
TAQ
QANA
A: A2 – B2 – C4 – D3– E1 – F1 – G2 – H4 / op, ci, fm-b
217
Comunidad Yaricachi, cantón Cohoni, provincia
LOCALIZACIÓN
Murillo, La Paz
CLASIFICACIÓN TAXONÓMICA Typic Ustorthents
CLASIFICACIÓN TÉCNICA Apto para producción agrícola
VEGETACIÓN O CULTIVO Maíz, papa, haba, cebada
MATERIAL PARENTAL Depósito coluvio-aluvial de rocas volcánicas
FISIOGRAFÍA Ladera de montaña
RELIEVE Plano (terraza agrícola)
PENDIENTE 30% en la ladera, 3 a 5% en la taqana
ALTITUD 2.800 msnm
CLIMA TEMPERATURA 14ºC
PRECIPITACIÓN 698,4 mm/año
PERMEABILIDAD Moderada
CLASE DE DRENAJE Bien drenado, grado 2
CONDICIÓN DE HUMEDAD En capacidad de campo
ESCURRIMIENTO SUPERFICIAL Rápido, grado 3
PROFUNDIDAD NAPA FREÁTICA No visible (posiblemente 4 a 8 metros)
EROSIÓN Laminar y en surcos
DISTRIBUCIÓN DE RAICES Hasta 0.90 m
SALINIDAD O ALCALINIDAD No presente, clase 1
PEDREGOSIDAD SUPERFICIAL Clase 0
a) Caracteristicas morfológicas
Las características morfológicas de los horizontes del perfil del suelo son:
218
• A12 (19 a 42 cm) Textura: Franco arcillo arenosa; estructura: bloques
subangulares, medios moderados; consistencia en húmedo: friable; reacción:
neutra (pH: 7,0); color en seco: 10 YR/ 6/3, color en húmedo: 10 YR 4/3;
ausencia de carbonatos; raíces finas y medias abundantes; contenido medio
materia orgánica (1,99%); permeabilidad moderada; límite horizonte claro.
219
9.4.2. Caracterización del sistema hidráulico precolombino de Cohoni
220
abiertos por la erosión, así como taqanas y puentes para conducir fácilmente
el agua a través de canales, por laderas empinadas y muy accidentadas.
La localización de las numerosas compuertas y viaductos precolombinos, en la
red física y los puntos de control actuales, ayudan a entender las reglas de
distribución del agua, cuyo uso es, fundamentalmente, para la producción agrícola
en terrazas agrícolas bajo riego, ubicadas en las partes intermedias de montañas
escarpadas, donde se cultiva papa, maíz, calabazas, alfalfa, frutales, cereales y
hortalizas. Las comunidades usuarias del sistema hidráulico de Cohoni todavía
utilizan estrategias ancestrales para el ordenamiento de uso, calendarios
astronómicos y tecnologías tradicionales para organizar la producción, en función
de la disponibilidad del agua y de las características socio-espaciales de las
comunidades.
La mujer juega un rol importante en el riego parcelario, se encarga de ir a la
toma del canal principal que transporta el agua de los deshielos a las terrazas
agrícolas, encargándose de rodear todo el tramo del canal, en una longitud de más
de 10 km y en laderas empinadas, cuidando que el agua no se pierda, reparando
los daños menores del canal; cierra la compuerta cuando observa la señal de humo
en su parcela, lo que indica que el esposo y la familia han concluido con el riego
de sus terrazas agrícolas. (Molina, 2001).
El sistema hidráulico de Cohoni está conformado por una red intrincada pero
ordenada de acequias sencillas y canales que, a manera de las venas del sistema
circulatorio sanguíneo, se entrecruzan y alimentan sistemáticamente, permitiendo
el riego de grandes extensiones de terrazas agrícolas. Existen filtraciones y
ramificaciones que se desprenden a manera de desagües de los canales principales,
que se unen a otros canales aguas abajo, donde son utilizadas para consumo
humano y riego, mucha de la humedad aparece en la parte baja como filtraciones
y ojos de agua; este fenómeno explica la humedad de los suelos de la comunidad
Tahuapalca, así como la formación de su microclima especial.
En la actualidad, el riego parcelario es realizado por hombres y mujeres, con una
maestría que demuestra que los regantes tienen un amplio conocimiento de las
técnicas de riego que sin duda tiene sus orígenes en las culturas precolombinas
(gráfico 18).
221
El riego parcelario se realiza en horas de la noche o por la madrugada; en el
siguiente cuadro se presentan las principales características del riego parcelario
de Cohoni.
Cuadro 18: Características del riego parcelario
PERÍODO FORMA FORMA FRECUENCIA DURACIÓN
RESPONSABLES/
CULTIVOS DE DE DE DE DEL
HERRAMIENTAS
CULTIVO SIEMBRA RIEGO RIEGO RIEGO
0.30 m
Papa entre
En
Haba Junio y plantas; La familia
composturas 1 vez al mes 2 horas
Maíz octubre 0.40 m Picotas y palas
y por surcos
entre
surcos
0.30 m
Dos veces entre
Tomate al año plantas;
Por surcos y 2 veces por La familia
Lechuga enero- 0.80 a 1 hora
camellones semana Picotas y palas
Vainita febrero 0.40 m
mayo-junio entre
surcos
Una vez
2.50 m
Durazno año al En fosas y 1 vez por La familia
entre 2 horas
Ciruelos febrero- por surcos semana Picotas y palas
plantas
marzo
222
Gráfica 18: El sistema hidráulico precolombino de Cohoni
223
a) Tomas de captación y caudales
225
Los canales precolombinos no guardan relación con las recomendaciones de
los métodos convencionales y modernos de riego. Los canales principales de
origen precolombino, en la toma son angostos y pequeños, y a medida que se
alejan de las q´otas y qotañas, van recibiendo volúmenes de carga de numerosas
fuentes de agua, que hacen que los canales se vayan ensanchando y
profundizando, presentando dimensiones amplias en el sector de ingreso a las
parcelas de riego, observándose la maestría en el riego parcelario por parte de
actuales pobladores de Cohoni.
En los seguimientos de campo a nivel de parcela se puso en evidencia, que
la erosión debida al riego es menor a la esperada, aún cuando la agricultura se
realiza en laderas muy empinadas, en razón de que el sistema hidráulico
precolombino de Cohoni está asociado al sistema de las impresionantes terrazas
agrícolas en uso actual.
226
c) Confrontación cultural hidráulica ancestral vs. la actual
227
agosto; en esta fiesta participativa se manifiesta la gran riqueza de la vida
comunal en todos sus niveles: social, económico e ideológico.
La fiesta del agua se presenta como un complejo y muy elaborado ritual de
ceremonias, que se viene celebrando cuidadosamente desde tiempos
inmemoriales y constituye en cada celebración una nueva oportunidad para
estrechar los vínculos que unen a los comunitarios con sus divinidades y
antepasados, identificados en lugares sagrados.
En esta costumbre primero se efectúa una wajta preparada por un yatiri de
la comunidad. El acto consiste en brindar una “mesa” al achachila del Illimani de
cuyos deshielos mana el agua de la vida.
La limpieza de las acequias es organizada por el Secretario General, cada jefe
de familia lleva consigo una picota o pala, los jóvenes se organizan con un grupo
de música, los niños llevan banderas de Bolivia y blancas. El Secretario de
Agricultura disfraza a la ahuila que también es un joven disfrazado de mujer y se
fabrica una tejeta (muñeco de trapo), que simboliza la fecundidad.
En esta festividad simbólica se resalta cierta pureza de las costumbres que
aún se mantienen vigentes a pesar de todos los cambios sociales, económicos,
políticos y culturales que han experimentado las comunidades en los últimos
años.
228
TESTIMONIO FOTOGRÁFICO - COHONI (VALLES INTERANDINOS)
229
Sistema Hidráulico y terrazas agrícolas de Cohoni, que dependen de los deshielos del nevado Illimani.
230
9.5. Causas del abandono y destrucción de quillas y taqanas en
Yanacachi y Cohoni
23Ȝ
refieren que hace 30 años se presentó un movimiento sísmico muy fuerte y otro
que se repitió el año 1983 con la misma intensidad que el primero, que
desestabilizó a la montaña que da al río Huancani, parte de la cual se derrumbó,
causando la destrucción de extensas áreas de quillas y taqanas en muchas
comunidades, particulamente en Mokori e Hilumaya.
Son aquellos relacionados con las actividades que realiza el propio hombre,
dentro de un complejo marco económico, social, político y cultural, sin dejar de
lado las políticas de los gobiernos a través de la historia, los cambios de los
patrones de cultivo y la migración de la población, que constituyen las
características inherentes a esta problemática.
El proceso de destrucción empezó con la llegada de los conquistadores
españoles, que iniciaron también un proceso de reducción de la población
indígena; en la época republicana el sistema de haciendas con los llamados
patrones, incidió directamente en la gravedad de este proceso, y sólo en algunos
casos se realizó la construcción de quillas nuevas para el cultivo de coca,
lamentablemente la hoja de coca fue y es utilizada para la fabricación de
alcaloides, lo que generó una represión a su cultivo, con el abandono sistemático
de grandes superficies de quillas.
Otros aspectos que contribuyeron con la destrucción de la infraestructura de
taqanas y quillas, son las prácticas indiscriminadas del chaqueo y la agricultura
migratoria, así como la introducción del ganado exótico representado
principalmente por equinos, asnos, vacunos, porcinos y caprinos; especialmente
los primeros que por sus hábitos de alimentación, muy devastadores, se
asentaron en las laderas empinadas y, en la actualidad, caballos y asnos,
pastorean libremente en áreas de quillas abandonadas, agravando el estado de
conservación de las taqanas y quillas y del suelo en general. En las laderas de la
comunidad Quisno, se observan destrozos de los muros de quillas ancestrales,
provocados por los animales de carga (mulas) que pastorean libremente.
23ȝ
9.5.3. Migración definitiva y temporal
23Ȟ
agrícolas. En su mayoría, los migrantes temporales no poseen mucha tierra de
producción y dejan sus tierras para ser trabajadas por sus familiares, porque al
retornar al medio originario, éstos continúan apegados al cultivo de sus tierras.
En el caso de Cohoni se presentan tres clases de migración: migración
definitiva, migración temporal y migración “golondrina”, esta última se
caracteriza por la movilización a otras comunidades donde se requiere mayor
mano de obra para las labores agrícolas.
23ȟ
10. Aprendizajes de experiencias en rehabilitación y construcción
de terrazas
23Ƞ
aceptación por parte de los comunarios, sin embargo también se presentaron
limitaciones que impidieron una mejor actividad.
Los logros en la rehabilitación de la superficie de taqanas en estas dos
comunidades son los siguientes, comunidad de Kollasuyo: rehabilitación de 1.43
hectáreas de taqanas con trabajo familiar y 0.24 hectáreas de taqanas con
trabajo comunal. Comunidad de Yumani, rehabilitación de 2.98 hectáreas de
taqanas con trabajo familiar.
Las limitaciones presentadas están referidas al abandono de este sistema
de cultivo por un largo período y el cambio de costumbre en el trabajo agrícola
por otros sistemas que demandan menor esfuerzo, determinando, en última
instancia, que los agricultores muestren desconocimiento y desconfianza en las
ventajas de esta tecnología. Un problema frecuente fue la falta de materiales
locales, piedra y cascajo durante la ejecución de los trabajos, causada por la
movilización y erosión del material original, además de la extracción de las
piedras de los muros de contención de las taqanas precolombinas para la
construcción de cimientos de las viviendas y muro de delimitación de las
parcelas. A esto se suma en gran medida la pérdida del espíritu de trabajo
comunal con el consecuente retraso en el avance de las obras de rehabilitación.
b) El caso PROMARENA
23ȡ
hectáreas de terrazas nuevas y 84 has de formación lenta, en comunidades de
su área de acción del departamento de La Paz, sin incluir aquellas terrazas
rehabilitadas y/o construidas por el efecto multiplicador, que triplican esta
cantidad. Esta dinámica se presentó en las comunidades del cantón Amarete
del municipio Charazani y en las comunidades del municipio de Curva.
Las limitaciones: La falta de agua para riego y el cambio notorio de la
frecuencia y estacionalidad de las lluvias producto del cambio climático, genera
cierta inseguridad, sobre todo en aquellas comunidades que no reciben
capacitación y asistencia técnica, para una rehabilitación masiva de las terrazas
abandonadas y en descanso.
23Ȣ
10.1.2. Técnica de reconstrucción de taqanas y quillas
2.Se procede a desmontar los restos del muro anterior que presenten signos de
inestabilidad, limpieza de gravas y tierra hasta descubrir los antiguos
cimientos; esta sección en las taqanas está constituida por grandes bloques.
4.El vacío que queda entre el talud de tierra y la primera hilera de piedras, se
rellena con gravas, guijarros y piedras chicas hasta alcanzar el mismo nivel.
8. Si se cuenta con agua, el primer riego en las taqanas se aplica con mucho
cuidado, para evitar la sobresaturación, la inundación y que se produzcan
filtraciones y derrumbes.
10.1.3.1. Herramientas
a) Herramientas tradicionales
23Ȥ
coloca la reja conjuntamente con la cinta de cuero de camélidos que se envuelve
alrededor del palo logrando formar la tak’lla.
La tak´lla es producto de un desarrollo tecnológico autóctono y todavía se
utiliza en las comunidades originarias altoandinas. En el pasado llegaron a
fabricar grandes cantidades de tak’llas de diversos tamaños. Sus funciones son
diversas, pero fundamentalmente se utiliza para la roturación de la tierra, para
la extracción de piedras y como apoyo para ayudar a sostener el peso de las
rocas durante la construcción de las taqanas.
Chilon, E. (1994) señala que el poblador de los valles interandinos y del
altiplano, desde tiempos precolombinos, utilizaba como herramienta de
labranza la tak´lla o chaquitaklla, que a manera de un arado de pie, permitía el
movimiento del suelo, manteniendo y conservando los agregados del suelo
(estructura) en su forma natural. Esta herramienta conservacionista evita la
erosión pronunciada del suelo, porque limita su remoción a una labranza
mínima, manteniendo una buena agregación de los terrones, al mismo tiempo
facilita una mejor infiltración del agua, disminuyendo la evaporación del agua
capilar del suelo, además, por tratarse de un instrumento sencillo, resulta muy
útil para el trabajo en laderas con pendientes medias a fuertes.
El uso de esta herramienta contribuye a los lazos sociales, por el trabajo
compartido y el laboreo de terrenos ubicados a grandes distancias, así mismo,
estos instrumentos de origen mágico espiritual, expresan la concepción
armónica de la relación respetuosa al penetrar en la tierra simbolizando un acto
de amor sensual para procrear la simiente que se deposita en ella. El hombre
andino con la creación de estos instrumentos sólo es un mediador que facilita
esta relación (gráfico 20).
• La liuq’ana
2 ȟț
extracción de los cultivos (papas, ocas, ollucos, etc.), también es útil en la
rehabilitación de taqanas, especialmente para la separación y clasificación de
piedras y cascajo de relleno (gráfico 20).
• Kupaña
La kupaña, llamada también huactana (desterronador), es una herramienta
andina utilizada para romper los terrones grandes del suelo, posibilitando su
desmenuzación para dejar bien mullido el suelo después de la roturación. Es
utilizado en la época de las siembras, además de ser útil en la reconstrucción de
las taqanas. En cuanto a su estructura, consta de un madero de un metro de
longitud, con un diámetro de 4 cm en su parte final y 8 cm en su cabezal donde
lleva una punta de hierro pesado o se amarra una piedra grande para el
rompimiento de los terrones.
• Andadilla
Es una especie de transportador de rocas y tierra, constituido por dos
maderos, que sostienen a una tela de lana gruesa que sirve como base para
trasladar los materiales y es operado por dos comunarios.
• El nivel en “A”
Es un instrumento de fácil construcción que permite el trazado de curvas a
nivel, para la nivelación de la superficie de cultivo de las taqanas, para establecer
el talud o inclinación de los muros de piedra, para la construcción de zanjas de
infiltración y canales de riego. Consta de dos maderos delgados de dos metros
de largo, un madero delgado de un metro de largo, un cordel o pedazo de hilo,
una piedra y un lápiz. Para su construcción se atan o clavan en un extremo los
dos maderos largos, el tercer madero se asegura en la mitad de los palos largos
de tal manera que forman una “A”. Luego se ata en el extremo superior la pita o
cordel y la piedra se ata en el extremo inferior, se calibra y se usa directamente
en el campo.
24Ȝ
• Instrumentos de nivelación precolombinos
Las evidencias históricas demuestran que las culturas andino amazónicas
desarrollaron técnicas topográficas sofisticadas; con la intervención de diversas
ciencias es posible reconstruir los instrumentos y técnicas de nivelación
precolombinos, por ejemplo examinando la cerámica de los museos
arqueológicos. Ortlof (1989), reconstruyó un sencillo instrumento topográfico
consistente en un cuenco con un agujero en un punto y una figura en cruz en el
punto opuesto, tanto en el brazo vertical como en el horizontal de la cruz, se
hicieron marcas de graduación y en la cara interna del cuenco, se fijaron tres
marcas, que permiten definir una superficie plana paralela a un tubo hueco de
observación, cuando el tubo atraviesa el agujero y el centro de la cruz.
Chaquitaklla
Porra de madera
liuq’ana
liuq’ana
Huiso
Huiso
Lampa
24ȝ
b) Herramientas modernas
Actualmente las familias de las comunidades, también utilizan herramientas
modernas, en combinación con las tradicionales, sobre todo en la construcción
de taqanas y quillas.
• Picota
Es una herramienta que consta de un palo de un metro de largo, en su base
lleva un hierro, plano en uno de sus lados y en el otro una punta afilada. Por lo
general es utilizada para el roturamiento de la tierra, para la excavación y
extracción de piedras utilizadas en la construcción de taqanas. La picota o
azadón es utilizado por todas las familias de casi todas las comunidades andinas
en sus diferentes actividades agrícolas y de construcción.
• Pala
Es otra herramienta comúnmente empleada por los agricultores y es un
instrumento fabricado de metal, tiene forma de cuchara sujeta por un mango de
madera de 80 cm, todas las familias tienen esta herramienta para el
levantamiento y volteo de la tierra.
• Combo
Esta herramienta consta de un cuerpo pesado de metal en forma rectangular
que en su parte media lleva introducido un madero de unos 60 cm de largo, que
permite el uso por el hombre. Es utilizado para romper y acomodar las piedras,
en la construcción del muro de las taqanas.
• Carretilla
Es una herramienta de menor uso en las comunidades campesinas, sirve para
transportar materiales como tierra, piedras, cascajo y otros de un lugar a otro.
Esta herramienta utilizada en la construcción de taqanas facilita el acarreo de
materiales por una sola persona.
24Ȟ
• Cernidor
Esta herramienta es utilizada por las familias campesinas para cernir y separar
la tierra y las gravas por tamaños y acondicionar la plataforma de cultivo.
• Rastrillo
El rastrillo es utilizado en las actividades agrícolas para la nivelación y
emparejamiento de la tierra y para separar el cascajo sobre la superficie del
cultivo. Esta herramienta está hecha de hierro fraccionado en forma de dientes
doblados y sujeto a un palo largo para manipuleo por el hombre.
• Cordel o lienzo
El cordel consta de un hilo grueso manufacturado industrialmente, es
utilizado para marcar y delinear desde un punto a otro, tanto el muro de las
taqanas, así como la superficie de cultivo en la fase inicial de construcción, y en
la culminación de las mismas.
• Barreno o barreta
Es una herramienta que se utiliza en las zonas andinas, para la reconstrucción
y construcción de taqanas. Es una herramienta de forma lineal, constituida en
su totalidad por una barra metálica resistente, presentando uno de sus extremos
de forma plana y el otro extremo acabado en punta, es utilizado como palanca
para acomodar las piedras en los muros de las taqanas.
Únicamente humana.
24ȟ
10.1.4. Consideraciones para un programa nacional de rehabilitación de
terrazas precolombinas
a) El caso de ACLO-Potosí
24Ȣ
que condiciona sólo la aplicación de cierto tipo de tecnologías. Por ello la
comunidad tiene que designar el lugar y un determinado número de hectáreas
de tierras de laderas para la construcción de las taqanas.
24ȣ
- Las taqanas técnicamente bien diseñadas y construidas permiten el
escurrimiento superficial del agua, evacuando el exceso hídrico hacia otras
taqanas. La modificación de la pendiente de las laderas con el terraceo,
permite un buen diálogo con el riego o con la lluvia, logrando que el suelo
se conserve en buen estado y el microclima mejore y sea más benigno.
24Ȥ
4.Relleno del muro y nivelación de la plataforma de cultivo, se debe rellenar los
hoyos que quedan entre el suelo y el muro en construcción con mucho
cuidado, incorporando una capa de grava en el fondo, para regular la
evacuación de las aguas de lluvias en exceso hacia las capas inferiores de la
plataforma de cultivo, evitándose el encharcamiento y saturación de agua,
que provocaría la desestabilización y derrumbe de las taqanas.
2 Ƞț
por experiencia el modo de realizar el trabajo de mantenimiento de las taqanas
y el tiempo que se requiere para ello.
25Ȝ
11.3. Períodos de trabajo de mantenimiento de las taqanas
25ȝ
Conclusiones
25ȟ
3.530 hectáreas; la superficie de taqanas y quillas con posibilidades de
recuperación, alcanza a 1.956 hectáreas, correspondiendo 555 hectáreas a
taqanas y 1.435 hectáreas a quillas recuperables.
• La zona de estudio de los valles interandinos, correspondiente al cantón Co-
honi, de la primera sección de Palca, provincia Murillo, departamento de La
Paz, presenta una superficie total de terrazas precolombinas de 9.126 hectá-
reas, incluyéndose terrazas en uso, en descanso y abandonadas con distinto
grado de deterioro, localizadas en cinco subcuencas que conforman el sis-
tema hidráulico precolombino del Illimani. De la superficie total, solamente
se utiliza el 21% que equivale a 1.923 hectáreas que cuentan con riego del sis-
tema hidráulico precolombino que aprovecha los deshielos del Illimani. Las
taqanas en descanso y aquellas abandonadas representan el 79% con una su-
perficie aproximada de 7.203 hectáreas. Se puede rehabilitar un 53% que
equivale a 4.835 hectáreas con lo cual se podría incrementar el área bajo
cultivo a 6.758 hectáreas de terrazas agrícolas.
• Los pobladores de Cohoni han heredado una concepción cultural muy
arraigada que relaciona el culto al agua, su crianza y la disponibilidad de este
recurso bajo condiciones de estricta reciprocidad. El sistema hidráulico
precolombino aprovecha los deshielos del Illimani y cuenta con cinco
subsistemas con tomas ancestrales. Los caudales de riego de los canales
oscilan entre 40 a 180 l/seg con tiempos de riego que varían de 4 a 8 horas,
así como profundidades de lámina de riego entre 20 y 30 cm en cabecera de
surco y 30 a 50 cm al final del surco. La siembra de las terrazas se efectúa en
surcos perpendiculares a la pendiente, ordenados en composturas que
facilitan el riego de los cultivos.
• El abandono y destrucción de las taqanas y quillas, está determinado por
factores naturales y por la intervención del hombre. Los primeros están
relacionados con los procesos geodinámicos internos y externos propios de
la corteza terrestre, que han modelado el paisaje natural a la vez que
destruyen las modificaciones artificiales; el hombre con sus actividades
socio-económicas y culturales, también es un factor contraproducente, con
la práctica indiscriminada del chaqueo y la agricultura migratoria, la
introducción de pastos exóticos que devinieron en malezas altamente
25Ƞ
agresivas, la introducción de ganado exótico, tenencia de la tierra, los
cambios de los patrones de cultivo y la migración definitiva y temporal que
en las últimas décadas se acentuó como un fenómeno social alarmante.
• En el país se están generando valiosas experiencias de reconstrucción y
construcción de terrazas precolombinas, llevadas a cabo por proyectos
estatales caso PROMARENA, organizaciones privadas de desarrollo, caso
UNITAS, y las universidades del país, que son importantes avances en el
proceso de enriquecimiento de los recursos metodológicos y técnicos
necesarios, para una aproximación con mayor realismo a las tecnologías
andino-amazónicas; especialmente para impulsar un proceso de reha-
bilitación de las terrazas precolombinas sobre bases científicas sólidas, para
su vigencia en el nuevo escenario de cambio que plantea la realidad del país.
Recomendaciones
25Ȣ
Bibliografía
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BALLIVIAN, Julio A. (2008) “Paisajes cultivados en los valles altos de La Paz: una in-
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La Paz, Bolivia.
25ȣ
BALLIVIAN, Julio A. (2008) “Antecedentes Culturales del Manejo de Terrazas Agrícolas
Prehispánicas”, en Guía para la Rehabilitación y Construcción de Terrazas Agrícolas
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LECHTMAN, Heather et al. (1981) “La tecnología en el mundo andino”, Tomo I, Serie
Antropológica, 1ª edición, Universidad Nacional Autónoma, México D.F.
ORTLOF, Ch. (1989) “Ingenieros de canales del Perú preinca” artículo publicado en la
revista Investigación y Ciencia del Scientific American, Nro. 149, febrero, 1989.
26ȝ
REGAL, Alberto. (1970) “Los trabajos hidráulicos del Inca en el antiguo Perú”, 1ª edición,
Lima, Perú.
RITS, Stephan; SAN MARTIN, Juan (1993) “Agroecología y Saber Campesino en la Con-
servación de Suelos”, AGRUCO-Universidad San Simón de Cochabamba, 3ª edición,
Cochabamba, Bolivia.
26Ȟ
TERCERA PARTE
Antecedentes
26ȟ
indígenas del área rural, a partir de la planificación estratégica comunitaria, la
movilización de capacidades locales y la transferencia de recursos financieros
en concordancia con los Pilares del Plan Nacional de Desarrollo”. El
PROMARENA se ejecuta mediante dos componentes: Manejo de Recursos
Naturales y Servicios Rurales no Financieros.
El ingreso de las comunidades al proyecto es por demanda, es decir, por vo-
luntad propia y, aquellas que cumplan con los requisitos, firman convenios y
contratos con el PROMARENA, habilitándose para recibir semestralmente la
transferencia de fondos financieros en su cuenta comunal. Estos recursos son
destinados a la contratación y pago de los técnicos capacitadores de los con-
cursos familiares, realización de pasantías regionales y para el fondo del pago
mensual de los promotores zonales. El primer fondo comunal es transferido a la
firma del contrato y los subsiguientes a la presentación de los descargos y con-
formidad con el uso correcto de los fondos.
26Ƞ
1.2. Componente de servicios rurales no financieros
26ȡ
1.3. Actividades transversales
26Ȣ
1.3.3. Formación de recursos humanos
26ȣ
1.3.6. Lucha contra la desertificación
26Ȥ
1.3.9. Promoción de crecimiento comunitario-desnutrición crónica
El proyecto cuenta con cuatro Unidades Técnicas Locales (UTLs), que me-
diante convenios con los municipios trabajan con las comunidades que deman-
dan su participación; su distribución y cobertura es la siguiente:
2 Ȣț
Cuadro 20: Distribución de las UTLs y cobertura de atención
Chaco Tarijeño
9 29 175 2.174 1.099 1.075
Chuquisaqueño
Valles Altos
10 35 222 5.376 1.005 4.371
Cochabamba
Norte
Integrado 8 25 120 1.400 589 811
Santa Cruz
27Ȝ
Cuadro 21: Ámbito de trabajo UTL- VIA La Paz
Nº km2/
DEPARTAMENTO PROVINCIA MUNICIPIO
COMUNIDADES Municipio
Bautista Charazani 35 1.616
Saavedra Curva 8 630
Aucapata 25 1.181
Chuma 50 2.555
Sorata 32 1.430
Combaya 8 116
Quiabaya 22 294
Larecaja
Teoponte 29 1.550
Guanay 7 118
Luribay 29 825
Loayza
Sapahaqui 36 430
Cajuata 6 230
Licoma 6 184
Inquisivi
Quime 10 278
Colquiri 32 980
9 21 469 18.078
TOTAL
Provincias Municipios Comunidades km2 *
* Dato aproximado
Fuente: UTL-Vía La Paz PROMARENA, enero 2009.
27ȝ
3. Los concursos y la revalorización de los conocimientos
locales UTL- Valles Interandinos y Yungas La Paz
27Ȟ
mientos, la tierra se conserva y el proyecto, al concluir, no se lleva nada, ni una
piedra. La familia tiene “su terraza” y la cultiva y maneja porque primero está su
seguridad alimentaria. ¿Acaso esto no es sostenibilidad?.
Así mismo, las comunidades tienen la posibilidad de ejercitar el control social,
verificando el trabajo realizado por ellas mismas. En conclusión, el incentivo es un
aliciente para el trabajo y depende de su forma de uso, siendo evidente que en
muchos casos existe la necesidad de adecuarlo a la realidad de las comunidades.
Esto sólo se logra cuando comunidades y técnicos están juntos en el campo “hom-
bro a hombro y codo a codo” definiendo y decidiendo las mejores soluciones.
El concurso inicial “Diagnóstico y Propuestas de Desarrollo Comunal” con-
siste en que cada comunidad realiza su autodiagnóstico, utilizando como he-
rramientas los mapas parlantes, reflejando en ellos su pasado, su situación
actual y su deseo futuro de desarrollo como comunidad. Complementan el au-
todiagnóstico con su propuesta de desarrollo comunal a ejecutar a corto, me-
diando y largo plazo. El PROMARENA apoya con un Consultor de Gestión
externo que organiza y capacita a cada una de las comunidades. El producto se
constituye en una línea de base realizada por las propias comunidades.
Los siguientes concursos comunales y familiares consisten en la realización
de trabajos físicos, previo consenso y acuerdo con las comunidades, en obras
integrales de manejo y conservación de suelos, manejo y conservación de aguas,
manejo y conservación de la cobertura vegetal, producción agrícola, manejo de
ganado y otras actividades inherentes a los recursos naturales.
En el caso de la UTL-La Paz, se ha ejercitado una planificación secuencial de
concursos integrales que se presentan en el diagrama adjunto. El proyecto di-
funde los concursos mediante afiches y la entrega anticipada de las bases donde
se consigna los requisitos de participación, los trabajos a realizar, los criterios de
calificación, las metas mínimas a cumplir para aspirar a un premio o incentivo,
y el calendario de inicio y culminación del concurso. Así mismo, el PROMARENA
financia un consultor externo especialista en el tema del concurso, que en cali-
dad de Asistente Visitante, organiza, capacita, hace seguimiento y califica a cada
una de las comunidades. También se programa y realiza concursos familiares,
concursos de mujeres, concursos escolares y concursos especiales.
27ȟ
TESTIMONIO FOTOGRÁFICO - PROMARENA
Terrazas construidas en la
comunidad Lampayani,
municipio de Quiabaya.
27Ƞ
27ȡ
Terraza construída en ladera muy empinada, Comunidad Inca Roca.
Habilitación de laderas con la construcción de terrazas agrícolas, comunidad Challapata.
La mujer cumple un rol importante en la siembra y manejo de las terrazas agrícolas, Amarete.
27Ȣ
3.1. Resultados UTL-Valles Interandinos y Yungas La Paz
El PROMARENA, mediante sus UTLs, recoge las iniciativas comunales del au-
todiagnóstico y Plan de Desarrollo comunal y, en consenso con las comunida-
des integrantes de un grupo zonal1, organiza y ejecuta los concursos en temas
relacionados con el manejo de los recursos naturales, por ejemplo, terrazas agrí-
colas en valles, recuperación de praderas naturales en altiplano, reforestación,
control de cárcavas, elaboración y producción de abonos orgánicos y muchas
otras actividades.
Por estar ligada a la temática del presente libro, se tomó como referencia las
actividades y trabajos en construcción y reconstrucción de terrazas agrícolas,
control de cárcavas, cosecha de lluvias, reforestación y producción de abonos or-
gánicos, realizadas por las comunidades y familias participantes en la UTL-VIA
La Paz, en las gestiones 2006, 2007 y 2008.
En el altiplano, se destaca la recuperación de 1.250 hectáreas de praderas
naturales y la producción y conservación de forrajes y en los Yungas la produc-
ción de 280.000 plantines de cacao, con la plantación inicial de 112.000 plan-
tas injertadas, en sistemas agroforestales ocupando una superficie de 180
hectáreas, acompañada de acciones para la reconstitución de los bosques sub-
tropicales.
En los valles interandinos de La Paz, como resultado tangible del trabajo co-
munal y familiar, se tiene la construcción y rehabilitación de un total de 308,16
hectáreas, de las cuales 122,27 hectáreas corresponde a terrazas construidas lo
que representa el 40% del total, incluyéndose 122.284 m3 de muros de con-
tención de piedra, la rehabilitación en qapanas de 101.91 hectáreas de terrazas
precolombinas y antiguas representando el 33% y la construcción de 83,98 hec-
táreas de terrazas de formación lenta que constituyen el 27%. En el cuadro se
presenta el detalle por gestiones.
1
Un Grupo Zonal está conformado por seis a ocho comunidades, integradas bajo criterios de cercanía,
similitud geográfica y ecológica, facilidad de comunicación y acceso entre ellas. En los valles se integran
comunidades con vocación productiva y problemática de conservación y manejo de recursos naturales
similares.
27ȣ
Cuadro 22: Construcción y rehabilitación de terrazas agrícolas UTL-VIA La Paz
TERRAZAS
MUROS
Nº Nº FAMILIAS TERRAZAS PRECOLOM- TERRAZAS
PIEDRA
GESTIÓN COMU- PARTICI- CONSTRUIDAS BINAS FORMACION
TERRAZAS
NIDADES PANTES hectáreas REHABILITADAS LENTA has
CONST. m3
hectáreas
2006 234 3.092,00 37,33 41.026,00 16,63 30
27Ȥ
Cuadro 23: Medidas de control de cárcavas
2ȣț
Cuadro 24: Construcción de infraestructura de cosecha de lluvias
2
El proceso de compostación, data de épocas precolombinas, su efecto benéfico como abono orgánico
se evidencia en la formación y estabilización de los agregados del suelo, en el almacenamiento de hu-
medad, en el suministro de energía y nutrientes a los microorganismos, en los procesos edafogenéticos,
en la protección del suelo contra la erosión y en mayores y mejores cosechas. La experiencia de com-
postaje a 4.000 msnm. en la U.A.C. Tiahuanaco de la Universidad Católica Boliviana, estableció que el
manejo adecuado de los volteos y aireación, humedad y activadores biológicos, permite obtener un ex-
celente compost en 2.5 meses, independientemente de le época o estación del año. Esta experiencia está
siendo transferida masivamente a las comunidades participantes por la UTL-VIA La Paz.
28Ȝ
Cuadro 25: Producción de abonos orgánicos y biohuertos familiares
Nº
Nº COMPOST BIOL BIOCIDAS BIOHUERTOS
FAMILIAS
GESTIÓN COMU- PRODUCIDO PRODUCIDO PRODUCIDOS INSTALADOS
PARTICI-
NIDADES tm litros litros hectáreas
PANTES
28ȝ
Cuadro 26: Reforestación, producción y plantación de arbolitos
Nº PLANTINES ESPECIES
Nº PLANTINES ARBOLITOS
FAMILIAS FRUTALES E ARBÓREAS Y
GESTIÓN COMU- FORESTALES PLANTADOS EN
PARTICI- INDUSTRIALES ORNAMEN-
NIDADES PRODUCIDOS CAMPO LA PAZ
PANTES PRODUCIDOS TALES
28Ȟ
4.1. Delimitación espacial y participación
Zona Porcentaje
Municipio Cantón Nº
agroecológica (%)
Ayata Tarisquia 1 1,2
Amarete 6 7,3
Charazani
Charazani 7 8,5
Cañuhuma 1 1,2
Curva Curva 1 1,2
Opinhuaya 1 1,2
Valles Chuma 11 13,4
interandinos Chuma Luquisani 4 4,9
Tuiluni 6 7,3
Ilave 5 6,1
Italaque 5 6,1
Mocomoco Mocomoco 18 22,0
Pacobamba 1 1,2
V.Rosario 10 12,2
Yungas Ayata Camata 5 6,1
TOTAL 82 100,0
28ȟ
Gráfico 21: Proporción de participación por municipios
28Ƞ
Cuadro 28: Antigüedad de terrazas agrícolas
Antigüedad Porcentaje
Nº
de terrazas (%)
Precolombinas 39 47,6
Antiguas o republicanas 35 42,7
Modernas o recientes 8 9,7
Total 82 100,0
28ȡ
Cuadro 29: Origen de construcción de las terrazas agrícolas
Porcentaje
Constructores de las terrazas agrícolas Nº
(%)
28Ȣ
destruidas, estas últimas sin posibilidades de recuperación. El estado de con-
servación más frecuente, a criterio de los agricultores, es de conservación regu-
lar de las terrazas (41,25%), lo que indica que las comunidades actuales hacen
labores de mantenimiento que si bien no son óptimas, garantizan la preserva-
ción de las terrazas, el 21,54% corresponde a terrazas en buen estado de con-
servación, siendo mayormente precolombinas. La presencia de un porcentaje
significativo de terrazas en estado semi-destruido (23,53%), pero con posibili-
dades de ser recuperadas por las propias comunidades, tendría un impacto en
la ampliación de la frontera agrícola de los municipios de la zona.
28ȣ
4.4.2. Recuperación de las terrazas precolombinas
28Ȥ
evidencia que estas infraestructuras, además de conservar los suelos, servían
para cosechar las lluvias y almacenar la humedad en el suelo, sólo el 5,5% de las
terrazas cuenta con riego. Por otro lado, el 92% de los encuestados manifiesta
que realizan prácticas de mantenimiento de las terrazas, lo que indica que estas
prácticas son inherentes a los sistemas de producción local, manteniendo en vi-
gencia los sistemas de trabajo y producción de origen milenario. Se debe tomar
en cuenta que las instituciones presentes en la zona, entre ellas el PROMARENA,
coadyuvan e incentivan estos trabajos de mantenimiento tradicional.
2Ȥț
Cuadro 31: Iniciativa de mantenimiento de las terrazas antiguas
La familia 45 66,18
Apoyo de instituciones 10 14,8
Comunidad 10 14,6
Asociación productores 3 4,42
Total 68 100,0
29Ȝ
4.4.6.Tiempo dedicado al arreglo de las terrazas antiguas
29ȟ
Gráfico 29: Tipos de terrazas antiguas por su uso y acabado del muro
29Ƞ
Gráfico 30: Tipos de terrazas antiguas por su forma y por el tipo de muro
29ȡ
En la categoría de terrazas por la altura del muro de contención existe una
mayor presencia de terrazas con el muro a ras del suelo y la plataforma con su
pendiente original (40,6%), en menor proporción los otros tipos de terrazas. En
la categoría de terrazas por la superficie de la plataforma de cultivo, mayor-
mente se presentan terrazas con un área de plataforma de cultivo de 10 a 100
m2 (38,9%), seguido de las terrazas con un área de 100 a 500 m2 y en menor por-
centaje los otros tipos.
Gráfico 31: Tipos de terrazas por la altura del muro y por el área de la plataforma de cultivo
29Ȣ
Cuadro 34: Resumen tipología de terrazas agrícolas antiguas
Categorías Fi Porcentaje (%)
Por uso
Experimentación 2 2,7
Agrícolas o de producción 49 67,1
Mixtas 1 1,4
Uso temporal 12 16,4
Varias categorías (*) 9 12,3
Total 73 100,0
Por su acabado
Ornamentales o vistosas 3 4.8
Intermedias o semirústicas 34 54,0
Rústicas o del pueblo 24 38,1
Varias categorías (*) 2 3,2
Total 63 100,0
Por su forma
Cóncavas en semiluna 6 9,4
Convexas en semiluna 8 12,5
Cóncavas múltiples con un solo vértice 2 3,1
Rectangulares (geométricas) 30 46,9
Irregulares 10 15,6
Circulares concéntricas 2 3,1
Varias categorías (*) 6 9,4
Total 64 100,0
Régimen de riego
De riego y drenaje 16 23,9
De inundación 3 4,5
Secano 47 70,1
Varias categorías (*) 1 1,5
Total 67 100,0
(*) Se refiere a la presencia otros tipos de terrazas consideradas en el Sistema de Clasificación, y que se
presentan en menor proporción
29ȣ
Categorías Fi Porcentaje (%)
Pendiente y desnivel
Con plataforma de cultivo nivelada 23 39,0
Con disminución del 50% de su pendiente 23 39,0
Ambas categorías (*) 13 22,0
Total 59 100,0
Tipo de muro de contención
Con muro de piedra 48 72,7
Con muros de contención de tierra con talud inclinado 8 12,1
Con muros de contención vegetados 2 3,0
De formación lenta 2 3,0
Varias categorías (*) 6 9,1
Total 66 100,0
Altura del muro de contención
Con muros de contención al ras del suelo y plataforma con
28 40,6
pendiente
Con muros de contención al ras del suelo con la plataforma
21 30,4
nivelada
Con muros sobre la superficie del suelo, para nivelación gradual 18 26,1
De las terrazas construidas, el 26% cuenta con riego, lo que muestra que se
hicieron esfuerzos para ubicar sitios con fuentes de agua donde construir las
terrazas, sin embargo, estas infraestructuras, en su mayor parte, se utilizan al
secano, aprovechando la estación de lluvias. Respecto a los trabajos de
acondicionamiento, en el 95% de las terrazas se realiza el mantenimiento, lo
que indica que lo pobladores valoran el esfuerzo que requiere la construcción de
terrazas nuevas, asimismo se presenta un proceso paulatino de apropiación de
la orientación técnica que ofrecen las instituciones caso PROMARENA, que
auspicia concursos comunales, apoyando con técnicos especialistas que
capacitan, hace seguimiento y evalúan los trabajos de manejo de las terrazas.
Ȟțț
4.5.2. Organización del mantenimiento de las terrazas construidas
La familia 45 56,25
PROMARENA 18 24,50
Comunidad 14 15,50
Asociación de productores 3 3,75
Total 80 100,0
30Ȝ
Cuadro 36: Época del año de reparación de las terrazas construidas
Valle interandinos Yungas
Época
n (%) N (%)
Dic-En 3 4,1
Abr-Mar 3 4,1
Mar-May 5 6,8
May-Jun 5 6,8
Jul-Sep 35 47,9
Oct-Nov 3 4,1
Antes lluvia 4 5,5 1 20
Antes siembra 12 16,4
Después cosecha 1 1,5
Invierno 1 1,4
Otoño/Invierno 4 80
Rotación 1 1,4
Total 73 100,0 5 100.0
30ȝ
4.5.5. Número de cultivos presentes en las terrazas recientes
30Ȟ
Cuadro 37: Frecuencia de cultivos por zona agroecológica
30ȟ
- Por la altura del muro de contención terrazas con muros de contención a
ras del suelo y plataforma de cultivo con su pendiente original.
- Por el área de plataforma de cultivo terrazas con una superficie de 10 a
100 m2.
En el cuadro 38 se muestra en detalle la clasificación correspondiente.
30Ƞ
Categorías Fi Porcentaje (%)
Régimen de riego
De riego y drenaje 20 31,3
De inundación 2 3,1
Secano 39 60,9
Varias categorías (*) 3 4,7
Total 63 100,0
Pendiente y desnivel
Con plataforma de cultivo nivelada 29 45,3
Con disminución del 50% de su pendiente 18 28,1
Varias categorías (*) 17 26,6
Total 64 100,0
Tipo de muro de contención
Con muro de piedra 40 62,5
Con muros de contención de tierra con talud inclinado 11 17,2
Con muros de contención vegetados 3 4,7
De formación lenta ó Cariz 3 4,7
Varias categorías (*) 7 10,9
Total 64 100,0
Altura del muro de contención
Con muros de contención a ras del suelo y plataforma con
26 38,8
pendiente
Con muros de contención al ras del suelo con la plataforma
22 32,8
nivelada
Con muros sobre la superficie del suelo, para nivelación
15 22,4
gradual
Varias categorías (*) 4 6,0
Total 67 100,0
30ȡ
Categorías Fi Porcentaje (%)
Por área de plataforma de cultivo
Quillas, wachus o zanjeos de cultivo de coca, con área menor
4 5,6
a 10 m2
Chullpa tirquis de producción de quinua, con un área menor a
3 4,2
20 m2
Terrazas con área de 10 a 100 m2 32 44,4
Terrazas con área de 100 a 500 m2 21 29,2
Terrazas con área de 500 a 1,000 m2 10 13,9
Varias categorías 2 2,8
Total 72 100,0
(*) Se refiere a la presencia de otros tipos de terrazas consideradas en el Sistema de Clasificación, y que
se presentan en menor proporción
Sobre los criterios que tienen las comunidades para la recuperación de las te-
rrazas precolombinas y la construcción de terrazas nuevas, en ambos casos los
criterios más comunes que dan los informantes son la necesidad de producción
de cultivos (45,5%), para satisfacer los requerimientos de la seguridad alimen-
taria y la generación de excedentes, y la conservación de recursos naturales
(37,9%) que involucra a los recursos naturales suelo, agua y planta, lo que tam-
bién es corroborado con los criterios de las ventajas de la recuperación y cons-
trucción de terrazas agrícolas.
30Ȣ
Cuadro 39: Resumen de criterios de la recuperación y construcción de terrazas agrícolas
30ȣ
CETHA, Proyecto de Capacitación Campesina PROCAP, Programa Integral de
Nutrición PIN, otras ONG, Gobierno Municipal y, con mayor énfasis, el
PROMARENA desde 2006, con su metodología de concursos.
Todas las prácticas de manejo se realizan con una frecuencia mayor al 50%,
destacando las terrazas de formación lenta que es practicada por el 80% de los
entrevistados, la rotación de cultivos por el 88% y las zanjas de infiltración
practicada por el 84% de los agricultores. Luego se ubican las prácticas de
control de cárcavas con diques de contención, surcos en contorno y manejo de
pasturas.
La totalidad de abonos orgánicos empleados son de origen animal y vegetal,
destacando el compost, bocashi, los bioles, abonos verdes y estiércol de
vacunos, ovinos, conejos, cuyes, asnos y camélidos. Las prácticas de manejo y
conservación de suelos y aguas están asociadas con herramientas apropiadas y
conservacionistas. En los valles interandinos se usa chaquitaclla, chontilla, huiso,
liucana, picota, cuti, pala, rastrillo, barreta, machete, carretilla y yunta. En los
yungas se emplea tajlla, liucana, picota, machete, pala, chontilla, carretilla y
azadón. El 90% de los productores entrevistados ha recibido algún tipo de
asistencia técnica y sólo el 10% reporta que no fue usuario de proyectos de
desarrollo rural.
Gráfico 35: Frecuencia de prácticas de conservación aplicadas
30Ȥ
5. Testimonio de los participantes
3Ȝț
estamos construyendo terrazas nuevas para enfrentar el calentamiento. El
PROMARENA nos incentivó con los concursos comunales y familiares, ahora
estamos construyendo terrazas por nuestra propia cuenta, se tiene cuatro
terrazas grandes de dos mil metros cuadrados cada una. Para garantizar y guardar
la semilla ahora estamos practicando la siembra chuqui.
31Ȝ
constitución de una microempresa con registro SENASAG, que les permita
comercializar y exportar sus medicinas naturales.
Contamos con siete qapanas, cada una de las cuales se siembra un año y
descansa seis años; los trabajos en la nueva qapana se inicia en febrero, con la
reparación de las terrazas agrícolas, removemos la tierra con la chaquitaclla,
aflojamos y sacamos las piedras de la tierra, para reparar los muros de las terrazas,
nivelamos y removemos, dejamos listo el terreno hasta la siembra en septiembre.
Mientras tanto realizamos la cosecha de la anterior qapana entre abril y mayo. De
junio a julio realizamos la selección de semilla de papa, oca, papa lisa, isaño, luque
en la parte alta; en agosto nuestros dos maestros Kallawayas, que ya son
ancianitos realizan los pronósticos climáticos junto a algunos jóvenes, a quienes
enseñan sus secretos, observan las estrellas, la posición de las flores de los cactus,
si miran al este el clima será bueno en los valles, si las flores miran al oeste no será
muy bueno, por lo que hay que asegurar la cosecha sembrando en la altura. En
el mes de septiembre del 12 al 15, se realiza la ceremonia ritual y cultural “Lujchi”,
para iniciar la siembra y pedir a los achachilas y a la madre tierra una buena
cosecha; la cosecha lo esperamos para abril y mayo del siguiente año, y en febrero
trabajamos la nueva qapana, iniciando un nuevo ciclo.
31ȝ
Con el apoyo del PROMARENA, estamos recuperando nuestras tradiciones y
cultura que ya se estaban perdiendo, con los concursos comunales y familiares
hemos reconstruido y construido nuestras terrazas agrícolas, tenemos cosechas
pero también plantas medicinales, que no sembramos sino que aparecen entre
los muros y en las cabeceras de las terrazas; creo que el mejor premio que
recibimos no es el incentivo económico, que también es importante, sino la
terraza que es nuestra y servirá para cultivar con nuestra costumbre en qapana.
Tenía pena porque me estaba quedando solo como kallawaya en medicina
natural, porque los jóvenes se están yendo, ahora gracias al PROMARENA tengo
un grupo de 12 socios de mi comunidad, que han aprendido a elaborar las
medicinas naturales, pomadas, jarabes, parches, infusiones, mates y otros, pero
no sólo eso, también a recomendar la medicina adecuada, mediante la
observación del paciente y dejándolo hablar sobre su dolencia. Los Prones que
nos ha financiado el PROMARENA han ayudado mucho a capacitar y formar
nuevos kallawayas naturistas. Los secretos y el conocimiento kallawaya lo
trasmitimos de padres a hijos en lengua puquina, no es posible darle a
desconocidos o fuera de la comunidad, porque nuestros padres decían que había
el riesgo del mal uso de estos conocimientos y, actualmente, nosotros somos
celosos para no generar competencia porque ya es un trabajo y nos permite
ingresos para mantener nuestras familias”.
31Ȟ
de cinco años, ahora son sólo de dos. La preparación de tierras y la refacción de
las terrazas se realizan en febrero, se usa el huiso y la barreta para remover la
tierra, sacar las piedras grandes y reparar los muros de la terraza. En mayo, se
realiza siembra con el primer milli, y luego el siguiente; al año se realizan tres
cultivos en milli, antes se hacía dormir ahí a los animales de enero a abril para que
abonen las terrazas; actualmente esta costumbre está desapareciendo y, más
bien, están entrando los fertilizantes químicos. La construcción de terrazas la
estamos haciendo impulsados por el PROMARENA, con los concursos comunales
y familiares, para lo cual tomamos como modelo las terrazas de nuestros
antepasados del complejo de Cuñapata donde están las mejores terrazas y
también las terrazas de los chullpares de Chuñumpata. Organizadamente, todas
las comunidades cuidamos estos restos históricos y hacemos terrazas largas con
muros sobre-expuestos, que con los aporques se va nivelando.
31ȟ
de ellos, depende de ser sociable y utilizar técnicas de animación para interesar a
las personas mayores y a las mujeres luego la capacitación se facilita, pero es
importante el idioma. La comunidad tiene sus conocimientos previos, los mayores
tienen la práctica, y el técnico lo que hace es complementar y enseñar en campo
donde es necesario. En el caso de las terrazas de Sococoni, algunas están en uso
otras en descanso en qapana. Existen zonas para recuperar terrazas antiguas, los
hermanos son conscientes de que las terrazas agrícolas son importantes sobre
todo en las laderas que presentan declives. El agua causa erosión lo que se impide
con la terraza, además que se mejora el valor de las propiedades de los hermanos,
una ladera con terrazas tiene más valor que una ladera pelada…”
31Ƞ
nuestros líderes y técnicos locales es importante para el futuro, porque
capacitando a nuestra propia gente podremos ejecutar otros proyectos, sobre
todo aquel con el que fuimos premiados por la UNESCO, sobre la inventariación
de los conocimientos kallawayas. Con el PROMARENA, las comunidades han
aprendido a recibir y descargar fondos públicos, así como a manejar cuentas
bancarias, esto nos ha favorecido a las autoridades, porque antes pensaban que
el alcalde podía gastar a su gusto la plata. Los premios en forma de incentivos
económicos a las comunidades es positivo, porque premia al trabajo que uno
realiza en su propio beneficio, la plata del Estado llega directamente a las familias
y éstas se animan a hacer obras por cuenta propia, el ser humano siempre
necesita de un incentivo, a veces una palmada en el hombro resulta suficiente
para emprender grandes obras”.
31ȡ
El PROMARENA es el primer proyecto en Mocomoco, que ha dado
oportunidad a los técnicos locales, sobre todo, a las mujeres. La metodología de
concursos y de pasantías nos ha permitido compartir nuestras experiencias y
saberes con otros hermanos y proyectos de Italaque, Chuma y de otras
provincias, en manejo de los recursos naturales, manejo de las terrazas agrícolas
y en los conocimientos de nuestros ancestros sobre la preservación de nuestros
recursos genéticos de plantas y animales para que no se pierdan y sirvan para
las futuras generaciones”.
31Ȣ
la lucha contra la pobreza. Recomiendo a los usuarios que no bajen la guardia
después de beneficiarse con el proyecto, más al contrario, deben aplicar y
compartir los conocimientos adquiridos en campo, apoyando a las comunidades
vecinas que no han tenido la oportunidad de participar para que repliquen las
técnicas, no deben ser mezquinos y siempre tienen que luchar por el desarrollo
y superación de todas las familias rurales.
31ȣ
R ufino Quispe Apaza, líder local de la región Suni Alpaqueros de Charazani,
proveniente del Centro de Formación AYNIKUSUM, técnico en manejo
de recursos naturales de altura, ha adquirido experiencia en la constitución de
microempresas comunales y con apoyo del PROMARENA ha ejecutado dos fases
del proyecto de producción y comercialización de charque de alpaca.
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charque, piel en colchas y otros, incorporando técnicas y tecnologías científicas
sin perder la identidad cultural, saberes y “haceres” propios de las comunidades.
La naturaleza nos ha dotado la sabiduría y capacidad al hombre, éstas hay, lo
único es emprender y desafiar con responsabilidad y optimismo, no es quejarse
y buscar empleo en la ciudad, hay que crear nosotros mismo los espacios de
trabajo, para ello no se necesita ser sabio o político; la asistencia y la bendición
de Dios, nada más hacer y hacer conocer nuestro trabajo”.
A quilino Yujra Ticona, líder local del cantón Amarete, Presidente del
Concejo Municipal de Charazani, comprometido con la revalorización
de las tradiciones, costumbres y conocimientos de sus comunidades originarias.
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Petrona Flores y Simón Mamani Jaime Layme Cleto Titirico
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Conclusiones
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• Para los comunarios, la mayor parte de las terrazas son de origen precolom-
bino, con un regular estado de conservación y todavía se mantienen las for-
mas de trabajo y manejo ancestral, presentándose la mayor parte de las
categorías y clases del sistema de clasificación. Los miembros de las comu-
nidades conocen varias prácticas de manejo y conservación de suelos y aguas
y todas ellas se realizan con una frecuencia mayor al 50%, producto del tra-
bajo del PROMARENA y de otras instituciones.
• Los criterios de más alta prioridad para la toma de decisiones en el manejo
y uso de las terrazas agrícolas son la conservación de los recursos tierra, agua
y vegetación y la producción agrícola, para satisfacer las necesidades los re-
querimientos de la seguridad alimentaria, lo que determina la necesidad fa-
miliar de recuperar terrazas precolombinas o construir nuevas terrazas.
Recomendaciones
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Bibliografía
UTL-La Paz PROMARENA (2006) “Cartilla de difusión Unidad Técnica Local Valles nor
La Paz”, Charazani, La Paz, Bolivia.
UTL-La Paz PROMARENA (2006) “Informes técnicos UTL-Valles Nor La Paz”, Charazani,
La Paz, Bolivia.
UTL-La Paz PROMARENA (2007) “Informes técnicos UTL-VIA La Paz”, La Paz, Bolivia.
UTL-La Paz PROMARENA (2008) “Informes técnicos UTL-VIA La Paz”, La Paz, Bolivia.
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