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Montes de Oca Historia de La Filosofía SXX
Montes de Oca Historia de La Filosofía SXX
Montes de Oca Historia de La Filosofía SXX
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Av. República Argentina, 15, 06020, México' D' F'
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ISBN 970-07-2727-0
rMPREso EN uÉxtm
PRfCü'[ED IN NTEXICO
BIBI,ICGRAFÍA GHNERAL *
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LA VUELTA A LOS GRANDES SISTEMAS
inveltis
HISTORIA DE LA TILOSOFíA EL srcr.o xx Z7 I
I,I'
en virtud de una cierta inferencia espontánea e inconsciente fundada
n, . , {,rr ltrsir¡l¡t:s filosóficas que pare en el principio de causalidad o de razón suficiente. Dicho principio es
\lrrltr¡rl ír;t¡tsc las obras que exPlican apriorístico, está fundado en la naturaleza misrna de nuestro entendi-
l..,,r,rqslrt:t-g y los estudios sobre la miento, como en la del ojo la facultad de ver la luz y el color.
484. Conspicuo representante del neohegelianismo inglés es Fran- 487. En la universidad de Harvard elpone
(lg55_
cis Herbert Bne»rrv (1846-1924), euien t¡arrió con la psicología aso- 1916) un ideaiismo absoluro, que ha tenidé eco
sr¡fica de Le Senne, el gran idCalista t u..¿, .o,
n filo-
ciacionista, tan típica de su país. Describe nuestro ascenso a la reali- través
dad en tres etapas: El sentimiento sensible nos lleva al primel encuen- concepto activo áe la idea y del conocimiento en generar
1t
Royce'^ las -
coincidencias singulares
ve
tro corl la realidad, la inteligencia pensante deshilacha la realidad en clmunicándose en la identidad cler
puros fenómenos y el "sentimierto iuperior" nos hace vivir de inme- plano que cada una trata de actuar y que, actuando, constituye
ra co.-
<liato la realidad más allá de todas las contradicciones. Bradley explana ciencias singulares son expresio-
c'l concepto de la contrariedad de la experiencia humana, de su irrea- de la conciencia absolutá, qut:
lidad fundamental. f,a humana experiencia es un tejido de relaciones, completarlas, lás torna verdaá<-
pero toda relación es contradictoria, ya que es t¡n intento de identificar permanencia de la indiviclt¡¡rli
Io opuesto, lo diverso. La experiencia no puede considerarse, pues, sino
(:()mo apariencia; pero puesto que es apariencia reclama una realidad nitud; acenrúa er carácrer religioso'ff'1"'3ü:X,11;.XXlT:rLT'3: ::1,' :,
(:rrya característica será la no contrariedad. Se da, por consiguiente, la str conciencia un sentido u-piio.rr"rrte humano y .ro ér*.tamerrr.
lri
l{calidad como conciencia o experiencia absoluta, de la que nada se gico y racionalista.
¡rrrecle afirmar, pues todo nuestro decir y pensar implican relación y
El aspecto más popular de Ia firosofía de Royce es su doctrirr;r r¡r,,
, en-la
rr¡rrtra<li<:ción. Escepticismo y misticismo son los rasgos típicgs de la filo- ral, Que el criterio de ra fideridad es.roráu para evalu;rr.r;rr,r,
solíir dc Ilradley. ciones humanas: es buena toda acció que a lrn;r t.¡(.,r
lib¡emente elegida. Se qr. ll t;rrr..r r.lr
,ltll"¡. llcrnardr¡ BoseNqurt (1848-1923) desarrolla ideas análogas a las gida, pero Royce consi eiida .r
it r.r r, , .r ,r , ,
,lr llr:rrllcy, lx'r() se preocupa por'extraer de ellas una ética. Hace re- para juzgar Ia bondad area, t,,, l,r
l
.r,¡'r,,
HISTORIA DE LA FILOSOFIA
EL srcr,o xx l7g
llr ,¡rr, ,r(r'rt(' () vu(:lv¿r imposible la fidelidad ajena. La fidelidad a la cada momenjo o graclo «:ondiciona el subsiguiente, sin ser condiciona-
r,,1, lr,lr,l trirrr;rsr. t:l lnás alto criterio del iuicio moral. do por éste: la filosofía es condicionada por-er arte que re
proporciona,
con medio de expresión; la actividaá práciica'_econo_
Itl¡{- l,,rr I{. (}. CoruncwooD (1889-1943) parece agotarse el neohe- mía dicionada por-el conocimienro que ia ilumina; y en
'', lr.rr¡rsrrro ir¡qlés. Abandonando Ia evolución del motivo original de la la fo I momento económico, es decir,'la fuerza y la efica_
,i,n(¡(n(iir, se atiene al vieio esquema de Ia dialéctica heg_eliana. No cia de la acción, condiciona al momento ético que dirige la voluntad
lr.rr c sino sustituir su tríada (arte, religión, filosofía) por uiea especu- prática hacia fines universales.
l,rr rrirr rrr;ts rica, en cinco momentos: arte, religión, ciencia, historia y . El juicio perceprivo o existencial es consid.erado como juicio histó-
rico. Y croce prenuncia er fin de la filosofía teoréticu prru dar
lrlosolí:r, creyendo responder de esta manera a las exigencias modernas paso a
rl. urr;r rnayor adhesión a lo concreto. rrna filosofía puramente histórica, a un historicismo abioluto,
cuyo ca-
rácter p_rfnio sea la mund¡tnid,ad y su criterio ra utitid,ad,. por
eso ra
Ittg.Neohegelianismo italiano.-En Italia encontramos una versión acción del hombre en su calidad moral ha de hallarse adaptada
a las
rk'l rreohegelianismo original y llena de vida. Había despuntado ya en circunstancias y para ello ha de revestirse de una forma estética,
es de-
l;r cscuela napolitana de Vera y Spaventa, que no consideraba el espí- cir, capaz de conectar . eficazmente con las exigencius pr*ciicas del m*
ritrr como el último momento del proceso de la idea, sino como el mis- mento histórico, a la que ha de pre( eder siemfre la forma de ro econó-
r¡r(, principio fundamental, la realidad misma. No se dan, como pen- r¡rico o de la vitalidad. La cuestión básica del pensamiento de croce
es
srrb:r Hegel, una lógica y una filosofía de la naturaleza, junto a la filo- la de hallar una unidad real y din¿ mica entre todas ras formas der es-
s«rfía del espíritu, puesto que no existen ni la idea ni la naturaleza píritu, que nunca llegan a ierrarse sobre sí mismas, sino que se hailan
fuera de la actividad espiritual gue las reconoce: la dialéctica se desen- siempre tensas, dialécticamente abiertas hacia las superioies,
vrrelve todo dentro de la actividad pensante. La filosofía es siempre y un denso lastre de praxis, economía e historia. -á, co,
sril<¡ filosofía del espíritu. No se admite ningún ser trascendente a Ia
t «rtrciencia pura, ni se reconoce nada incomprensible o irracional, que
49I: Grxrrr,r.-Amigo de croce y d.urante muchos años su más des-
rro pueda ser captado por el pensamiento al llevarlo al plano del cono- tacado colaborador en la revista "La critica', fue Giovanni Gentile
t:imiento. Al igual que en Hegel, este proceso de la autognosis de la (187 Sólo por ias políticas se esta amisrad.
rnnciencia absoluta y racional es idéntico con Ia historia de la filosofía. Com ro de ins priblica de M vó a cabo la
En este sentido se orientan Croce y Gentile, continuando y refor- .gran de la ens n el sentido de Tras el clesas_
rnando a Hegel. tre de 1944 fue asesinado en Florencia.
Para Gentile la única realidad es el pensar. El mundo entefo no es
490. Cnocr.-Benedetto Croce (1866-1952) puede ser considerado otra cosa_que el autodesplieg*e del pensamiento. El pensamiento es el
como el más grandé filósofo de Italia después del Renacimiento. Ha- espíritu divino que, en su autorrealizaciirn, crea el mundo. pero esr:r
llándose en la isla de Ischia perdió a sus padres y a su única hermana autorrealización se efectúa por mediación del hombre, portador dél es-
;r consecuencia de un temblor de tierra. Permaneció en Nápoles desde píritu divino. El rnundo no es otra cosa que el pensar'del espíritrr <li
I UB6 hasta su muerte, salvo el año en que fue ministro de instrucción vino en el grado en que ha sido pensado ^por el'hombre. Todo exisrr..
p.es, en el acto de pensar del yo. El yo es siempre algo más «¡rrr. r,l
¡rriblica poco antes del advenimiento del fascismo.
[.a idea básica de Croce es.la de un Espíritu universal que deviene yo. individual y meramente subjetivo. Ér yo r" trár.iendá siempi. ,, ,í
y l)r'ogresa sin cesar. La vida de este Espíritu, que abarca toda la reali- mlsmo, porque en el-yo vive y obra el espíritu divino. sólo eit.<.r.s¡,í
tl¿rrl, se desarrolla circularmente en el sentido de que recorre sin cesar rrtrr-que aparece en el yo es acto pruo, y por eso se ha dado a l;r f ir,,s,,
sus momentos o formas fundamentales, sólo que cada vez los recorre fía de Gentile el nombre de actualismo-
t'rrriqrre<:ido por el contenido de las circulaciones precedentes y sin re- Quedan con esto superadas todas las filosofías, pues h:r rrr.j;rrrr,,r,
existir el acto que las vivió y tan sólo pueden ser actualizadas r.r¡ r r¡ r¡rr,,
¡x'l irsc iamás, 1
l.os rrrr»nentos del Espír'itu universal son el &rte, conocimiento de revividas por los sujetos presentes. I-alilosofía no es ni un ('(,¡lrrrrr,,,l,
lr, ¡r;rrlir:rrl:rr; la filosofía, conocimiento Iógico de lo universal; la ¿cr¡- sistemas, ni un acervo de ideas, sino el acto mismo de filosol:rr lr.,r,r r
tt('tt¡íil r¡ vr¡li«:i<5lr de lo particular, y la ética o volición de lo universal. (:¿lfllente proloilgado, acto siempre actual, que se
¡r<lr.rt' r.<.rlrrr ir.rr,l,, r l,
.IIt(} HISTORIA DE LA TILOSOTíA EL sIGLo xx 38I
r..r( lu,rl¡(l;r(l cs decir, al error y a la "naturaleza estática", lo que va la validez objetiva de los mismos. No son producidos por el espíritu,
,lr'¡.rrrrk» «lc ser pensable. sino reconocidos por é1. Verdad es que no cree poder prescindir de una
l.:r lr:alidad no es para contemplalla; sino ,para realizarla; él mismo garantía metafísica de su validez. Tiene Ia convicción de que sin Dios
¡rrolesaba yoluntarista y antiintelectualista. Sólo el Esplritu es ver-
,.,. vacilaría toda norma moral y jurídica y perderían la realidad y la vida
rl.r<lt'r;rr¡rente real, en un acto que €s: eterno Presente, y en el que el todo valor y todo sentido.
rrr:rl, el dolor v la muerte carecen de verdadera realidad. Existe otra No merece en realidad Ia filosofía neotomista el tratamiento desde-
csl'era inactual, distinta del mai y del error, que es el ideal de pureza ñoso que en general se le prodiga, por más que su condensación lite-
y rle plenitud, a que va tendiendo dialécticamente el acto. raria carezca con frecuencia de atractivo, en parte a causa de su forma
seca y escolástica, en pafte como consecuencia de su inadecuado tono
492. Neohegelianismo holandés.-En los Países Bajos halló Hegel polémico contra Ia filosofía moderna.
r¡n fiel seguidor en J. Bolland (1854-1922), que publicó las obras del
rnaestro provistas de comentarios y lo defendió contra todos los ataques 494. Le vunr¡, e SeNro TorrÁs.-El mismo viraie histórico que lle-
desde su cátedra de Leiden. Propende en: sus escritos hacia una sabidu- vó al neokantismo trajo también la neoescolástica. Y desde el principio
ría del vivir que trata de hacer valer ante las cuestiones vitales de orden se pensó, no tanto ep repetir Io antiguo, cuanto en resolver los proble-
práctico: la religión, la polltica. Rechaza el Cristianismo tradicional has- mas de la época por, los principios del pensamiento tradicional.
ta el punto de que en materia religiosa paxece estar más cerca de la El primer intento importante de restauración de la escolástica se
Ilustración que el propio Hegel. En el camlno político adoptó posicio- debe a los esfuerzos dispersos de hombres como Taparelli d'Azeglio,
nes autoritarias y antidemocráticas siguiendo el pensamiento tardío de Liberatore, Sanseverirro, Tongiorgi, Palmieri, Zigliara,, Ceferino Gonzá-
su fnaestro. Por su magisterio hizo revivir Bolland ei interés por las Iez, Clemens Werner, Stoeckl y Kleutgen. Pero fue el interés de León
cuestiones metafísicas; sus discípulos aplicaron la dialéctica hegeliana XIII lo que dio el espaldarazo al nuevo florecimiento, al prodigar ini-
a diversos campos de la filosofía. ciativas en pro del mismo. Por encima de todas ellas está la publicación
de la encíclica Aeterní Patris, magno documento en qqe se llama cla-
493, Neotomismo.-Suele identificarse Ia neoescolástica con el neo- ramente la atencióri sobre la señera importancia de la obra del Angé-
tomismo, de la que éste es una parte. Pero una parte tan principal, que lico para el pensamiento católico. Aunque no excltrye otras "vías", ad-
no resulta del todo injustificada dicha identificación. En la filosofía quiere una significación central Ia del tomismo. Y esa im¡rortancia
de Santo Tomás alcanzó la escolástica medieval su más significativa y aumentó cuando se crearon en diversos lugares centros de irradiación
madura realización y hacia él han vuelto los ojos los más destacados de su doctrina, además de los ya existentes"
renovadores de la escolástica en nuestra época. La primera fase de la restauración escolástica se caracteriza por su
Durante el siglo xvrrr parecía definitivamente muerta la escolástica; tendencia tradicional y por su polémica contra el pensamiento m()der--
carente de ímpetu metafísico y de comprensión hacia la ciencia moder no. Convenía primero restablecer el contacto con las fuertes doctrinas
na, sus defensores habían sido arrollados'por }a ola de ideas nuevas. Ert que debían alimentar la inteligencia, destacando su oportunidad y anr-
rnenester esperar un siglo todavía para que se iniciara su renacimiento. plitud. Las críticas y refutaciones de Ios filósofos ocupan un vasto cs-
El neotomismo funda el conocimiento de la realidad en el concurso pacio y ofrecen el mismo tono de oposición y defensa.
de la experiencia y de una elaboración interpretativa y definidora del La segunda fase ya no se va a caracterizar tanto por su oposi«:i«irr
material empírico por el pensamiento racional. El objeto de ese cono intransigente corno por una actitud de simpática consideración, prrrrrt;r
cimiento de Ia realidad es concebido como un mundo real; indeperr- a espigar en la filosofía moderrta los elementos que puedan enri«lrrcr cr
diente del sujeto cognoscente y de sus contenidos de conocimiento. S<¡s. al tr¡misrno añejo, rnerced al desarrollo de sus principios básicos ('r¡ (()u
tiene la posibilidad de una metaflsica que trate de establecer una con' formidad con las nuevas exigencias leg-ítimas y c.on los nuev«¡s y:rutl'rr
cepción del mundo sobre el fundamento de' Ias ciencias particulart's. ticos'problemas. Para ello era precis«r aproximar el tomismo ir l;r r r.rr
Sotrreestima la segtrridad con que puede resolver la tatén los problem:rs cia y abrirlo,a Ia exigencia critica.
rnetafísicos de la existencia de Dios, de Ia inmortalidad y de la libertarl,
lrsí como es excesiva su desconfianza hacia las teorías de la evohlcit'¡rr. 495. I-e nscuere »n l-overNe.-L¿r firndación del Inst itr¡l,r rlt l'r1,,
En l¡r filosofía de los valores,' en especial de los valores morales, acepr;r a ]os esfuerzos clel rn:is tarrlc r rrr rlcr¡.rl l)r.'.r
s«lfía cle L<¡vaina, clebido
¡
ilt" HrsroRIA DE LA FILosoFí^ EL srcr-o xx 383
,1, r r,r\lrrt io (lu5 I-l{)26), representa uno de los momentos más im- las deformaciones que le ha infligido la historiografía- idealista. No pue-
1,,'rr.rrr('s t'n cl florecimiento de Ia neoescolástica. Mercier no busca ex- de ser apreciada ., to autenticidad la filosofía moderna encerrándola
l!,'n('r un "¡r:rlcotomismo", sino un "neotomismo". "No se pretenda actr- en las eitrecheces del método inmanentista; son muy altos y variados
,rur()s y;r rnás de dirigir nuestras miradas hacia el siglo xrrr, como si los motivos que intervienen y se mezclan y sólo a-condición de no pre-
¡,r,'t< rrtlii'ramos hacer retroceder al espíritu humano varios siglos, o asen. ferir ninguná puede lograrse Ia fisonomía de cada pensador y valorar
r.rr <lt:s¡rtiticamente el triunfo del tomismo sobre las ruinas del pensa- su significado histórico,
nricr¡tr¡ moderno." Habia estudiado con Wundt psicologla experimerrtal pár lo que itivo se refiere, si Ia neoescolástica
y:rlrrió en Lovaina un laboratorio de la misma. Con este nuevo espí. franco.belga^ se al positiyismo, a la neoescolástica
r itrr ftre escrita su Psicología. italiana le ha t el vasto movimiento de Croce y
La revaloración del tomismo adquiere importancia capital en est(' de Gentile. Con notables variantes en cada pensador, concluye con la
( cntro, a causa de la multiplicidad de los ffabajos y de puntos de vista condenación del principio idealista y la vuelta al principio aristotélico-
desde los cuales se realiza Ia tarea principal. Se trata de impulsar una tomista del conocimiento.
filosofía que, bebiendo en la tradición clásica escolástica, no olvidar;r Los hombres más representativos, además de Gemelli, son F. Olgiati,
ni el progreso moderno ni tampoco la complejidad histórica misma del E. Chiocchefti, A. Masñovo, J. Zamboni, A. Rossi y G. Tredici. Fran-
rnovimiento escolástico. De ahí que la profundización en los temas clá- cisco Olgiati, la figura más completa de la neoescolástica italiana, re-
sicos tradicionates se diera la mano con los estudios de historia de l:r duce a dos las notás fundamentales que la diferencian de los tomistas
filosofía medieval (como los de Mauricio de Wulff), con los trabajos de los demás países: eI sentido más vivo y comPrensivo de Ia historici-
de psicología experimental (como los de A. Michotte) y con la discrr- dad, y la intrinsigencia más absoluta en todo lo que respecta a la me-
tafísica de Santo Íomás. Cree poder delinear el significado de toda la
sión y análisis de las actividades filosóficas contemporáneas, desde lir
filosofía moderna, no ya sobre la base de una doctrina gnoseológica,
fenomenología y la lógica matemática hasta el existencialismo.
sino sobre la base de una concepción metafísica, de la concepción feno-
Las nuevas generaciones de lovainienses representan una atrevid:r menista de lo real, precisamente, cuya Progresiva conquista determi-
evolución respecto a las precedentes: en no pocos puntos fundamentlr naría la fisonomía peculiar del pensamiento moderno en ielación con
les es repensado, criticado y modificado el neotomismo de Mercier. N,, el pensamiento medieval, que concibe la realidad como ser'
dejan de ser metafísicas en el sentido clásico del término; su punto (1.'
partida es la noción d,el ser, cuyo conocimiento no se puede reducir :r 4g7. MtnrrerN.-Entre los tomistas franceses es indudablemente
la simple abstracción. El ser tiene el primado sobre eI conocer y derr |acques'Maritain (1882) la figura más cornpleja _y dgsc.ollante. Llegado
tro del conocer, el orden real lo tiene sobre el orden ideal. Por consi ,it citoticismo a través áel beigsonismo, cala en lo íntimo del espíritu
guiente, el conocimiento tiene un carácter radicdlmente realístico. M:r' rnoderno, amalgama de idealismo y de cientismo, y le señala como fe-
acentúan su empeño por satisfacer las exigencias más profundas dt'l rned.io para su áal el tomismo más depurado. Hlce gala de una aptitud
pensamiento moderno sobre la base de un tomismo renovado, eue lto ,,xcepcitnal para exponer los problemas históricos y contemporáneos,
sólo toma en cuenta su directriz aristotélica, sino también los elemt'r¡ ;ndividuales y socialis, en términos tomistas, lo que Ie permite-Poner
tos platónicos que Ie son esenciales. Es el neotornismo de N. Balthas:rl, :¡l descubierto los lazos que unen los fenómenos históricos al orden sr¡-
de l;r
de L. de Raeymaeker, de F. van Steenberghen. l)ratemporal. Desde.rtoi prrrtos de vista, sostiene que el valor
en un orden que h,1 sido creado
i,"rrorá humana se halla airaigado ¡x,r'
496. L¿ nscunr,¡. n¡ MnÁN.-lrl centro del neotomismo itali:rrr,, ilior y que a Dios vuelve. Reionoce a Ia Iglesia catolica como univcr
contemporáneo lo constituye la Universidad catélica de IVIiIán, QUe tttv. ,,,1, súpránacional e intemporal, pero tiende a despojar de todo r()trrrrrr
(:<'rmo organizador y promotor a Agustín Gemelli (1878-1958). Ader¡rrir ri,:ismá lo que pide qrre ie le iespete. Insiste en qu_e no es l¿rrrt(, l,r
de srr permanente interés por la psicología experimental, mantiene la cs ,r'rnsión de los élegidos cuanto el refugio de los pecadores.
«:rrela milanesa dos tendencias principales: los estudios de la historia rlr I.as contradicciónes entre la fe cristiana y la ciencia m(xl('llr:r \orr
l¿r filos<¡fía ;' la profundización en eI problema crítico. f,os estrtrlir,¡ rrrrputables a las ambiciones ontológicas de Descartes y de Ncwlotr; ¡'tt''
rl<'l¿r historia de la filosofía, especialmente moderna, tienen por obict,, ,1.,n reducirse. mas no espera que puedan Cooperar sin fricr-irilr r¡r "r
cxltt¡¡i¡r¿rr la evolución filosófica para determinar su valor al margctt «lc ,¡rrier:r en un futtrro lejano.
l'{ I rlrsroRlA DE LA Fil)osorí^
lr)¡{. (,r¡.sor',r.-si }Iaritain es el rnás despiert<l rnantenedor der to-
rrr\rr() ('n nt¡cstra época, Etienne G.ilson (1884) es su historiador rnás
rr,rr.rlrlr'. srr elaboración filosófica personal le ha conducido a la funda-
rrr.rrr:rr:i«'¡n de la posición realista, fundamentación de índole a la vez
"¡r,,scol«jgica y metafÍsica que, con el nombre de "realismo metódico",
s('irlx)y¿l en la intuición sensible considerada como una evidencia soblc
l;r <:t¡¿tl es posible montar la trama de los juicios existenciales.
La gnoseología de Gilson no agota todo su pensamiento filosófico.
l',stc comprende un cierto número de posiciones metafísicas, la mayor
¡r:rrte de las cuales han sido,expresadas al hilo de los numerosos traba-
.i«rs realizados por el autor en el campo de la historia de Ia filosofía me-
clieval y en el examen de la obra de los grandes escolásticos. Durantc
trn tiempo el foco de su atención metafísica fue la interpretación dc
la realidad como existencia; en los últimos años, sin embargo, ha ma-
nifestado gran interés por la posición esencialista, no sólo desde un pun-
to de vista histórico, sino también sistemático.
499. Neorealismo.-Como reacción contra el neo-hegelianismo, el
de un Brandley y el de un Bosanquet especialmente, elaboran sus doc-
trinas los neorrealistas apoyados en la méjor tradición empirista inglc-
sa. Aunque separados pór'importantes divergencias uaar.u'da n,rrr"r,,-
sos problemas metafísicos, los filósofos así catalogados no se rehusan ¡r
ser agrupados en una misma escuela.
Dando por supuesto que podemos captar directamente la realidarl
ttansubjetiva y no sólo las representaciones psíquicas, estos empiristas
recalcitrantes sostienen que nuestro conocimiento procede de la expr.
riencia y, para la mayoría de ellos, no hay otra experiencia que la se¡r.
sitile. Suelen interesarse por las ciencias de la naturaleza, cuyo métor.lo
adoptan como rnétodo filosófico. Los atraen particularmente la físir':r
y la matemática y predominan en ellos los intereses teóricos, aunque s('
hayan ocupado algünos de cuestiones éticas y reiigiosas.
Característica sobresaliente de estos pensadores es la afición a invt's
tigar problemas concretos. Mantienen una actitud antisistemática y ar;r
can con violencia y con carencia de justicia los empeños filosóficos qrr,,
les prececlieron. Cuatro grandes filósofos neorrealistas británicos sorr
.,\lexander, Moore, Russell y Whitehead.
:,.
'lll(, HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
EL srcr,o xx 387
,,,rr Lr l,¡r'ir:r lr¡(' ()l)ra del joven Russell, por los años en que, subyuga-
,1,, l,r,r <'l ¡rrr:stigio de las matemáticas, se le presentaban éstas como el fía de la naturaleza. N'uestro mundo no consta'de sustancias ni de con-
r,lr'.rl rlc l;r lilosofía, en su empeño por sentar el conocimiento sobre tenidos de conciencia, sino de aconteceres. Todo acontecer es una rea-
r¡rr.r lr;rsc indubitable. De la época datan los Principi.a mathematica, rtna lidad por sí; como Iá mónada leibniziana se convierte en la unidad sin-
,lc l:¡s obras capitales del pensamiento europeo en este siglo, escrita en tética hel universo. El mundo es un organismo en el que todo se halla
, r¡l;rlxlración con Whitehead influido por todo, donde no puede existir ninguna relación Puramente
Sus profundos estudios matemáticos lo arrastraron a la filosofía del exterrra. Los aconteceres se crean su espacio y su tiemPo. qr, ellos acon-
lcrrguaje. Si es cierto que con Ias palabras queremos designar las cosas tecen objetos, que sólo en ellos se haien visibles. Detrás de los objetos
rcales, también lo es que las palabras son signos de conceptos lógicos de núestra percépción sensible están los objetos eternos en el sentido de
(lr¡e, a manera de sírnt¡olos matemáticos, se enlazan artificialmente en Ias ideas plátóniias, detrás de ellos está Dios, al que debemos imaginar
f rases por medio de las reglas de Ia grarnática. En una lengua ideal de-
como inmanente y, i la par, como trascendente al mundo.
biérarnos intentar descubrir aquellos elementos últimos de la realidad La metafísica de Whitehead se tesuelve en un sistema monista, que
que aprehendemos'inmediatamente por la percepción sensible. Sólo de- niega no sólo la cartesiana "bifurcación" de la realidad en materia y
bería haber una palabra pata cada elemento; las restantes palabras del espiritu, sino también eI principio newtouiano segrln el cual es posible
idiorna habrian de componerse de tales palabras elementales, de suerte definir una cosa sin explicar sus relaciones con las otras cosas del cos-
que el lenguaje todo quedaría referido a la realidad. Las palabras am- mos. Más todavía que en Russell resulta aquí primordial el problema
biguas y oscuras han de ser desterradas de la lengua. Como nuestros de las reláciones entre lós términos.
idiomas están muy lejos de este ideal, det¡eríamos ensayar, en un "ato-
mismo lógico", construir una lengua artificial de palabras, lo mismo 504, Neopositivismo.-El neopositivismo, llamado también empiris-
que construimos la aritmética de números fundamentales. Wittgenstein mo lógico y conaencionalismo lógico, es un movimiento filosófico-cien-
y el Círculo de Viena han hecho suya esta concepción. tificista surgido entre las dos guerras mundiales y que, a Punto de ex-
Esta idea de const¡uir lo nuevo de espaldas a la tradición y a la his-
tinguirse como escuela, perdura como legado intelectual dentro de al-
gunos cítculos filosóficos. Remommente ha influido en el neopositivis-
toria, con una optimista fe ilustrada en el progreso, llevó a Russell a
una crítica en extremo osada de las instituciones históricas de la Iglesia,
mo el empirismo inglés y, con más proximidad, el empirio-criticismo
el Estado, la educación, el matrimonio, etc. Con un estilo agudo y un de la escuela de Avenarius, del que es inmediato continuador. Tam-
discurrir sin temores ni prejuicios pugna porque el hombre, liberado de poco'ha sido ajeno a él el desarrollo de la lógica matemática y de la
física relativista.
sus ilusiones religiosas, se consagre a la transformación razonada, al me-
joramiento creciente del rnundo material que nos rodea. Mantienen sus representantes la pretensión de acabar con los demás
movimientos filosóficos, estimador .á*o "especulativos", y manifiestan
constante y maniática hostilidad hacia la metafísica, en Particular haci;r
503. Wnrrnrrce».-Mientras Russell se deslizaba hacia el positivismo, la del idealismo alemán. Glorifican al empirismo humiano, asi como al
su colaborador en trabajos de epistemología y de lógica, A[fred North
de Mach, y propenden a una intervención rnetódica de la lógica y it
Whitehead (1861-1947), se engolfaba cada vez más en la meta-f_ísica.
una matematización de todas las ciencias. Profesan un empirismo mtr-
Antes de profesar filosofía en Harvard, de 1924 a 1937, enseñó mate-
cho más radical que el positivismo clásico y un agnosticismo total rt:s-
máticas en Cambridg. y en Londres durante trece años.
pecto de cualquier realidad en sí o cualquier objeto de conocimienlrr
Whitehead denuncia las actitudes irracionalistas: el filósofo se aper-
que no pueda verificarse en la experiencia sensible. Los llamados l)r(t
cibe de golpe de que el mundo edtá regido por leyes lógicas y por una
blemas metafísicos, dicen, son pseudoproblemas, problemas plantelt«krs
armonía estética. El racionalismo debe ser abierto: el filósofo tiene en
y expresados en'un lenguaje tautológico carente de sentido o en t¡lt lt'lt
cuenta no sólo los principios descubiertos por la ciencia, sino también
guaje metafórico que es expresión de sentimientos vagos y osclu'()s.
las itrtuiciones más concretas de los artistas y de los genios religiosos,
Si para el positivismo clásico se reducía la filosofía a la sistt'tn;rlir,r
a las cuales añadirá el metafísico sus propias intuiciones. Mas la meta-
ción de las ciencias, para el neopositivismo tiene aquélla tatnl¡idtt rol¡trr
físi<:¿r no podrá ser sino descriptiva: "Donde no hay ser existente, no
función la unificación total del saber humano, pero la retlttt:t' lxrl ('r¡
h;ry ftrndamento."
( l<¡n conocimiento de la física actual creó ttna modernísima filoso-
tero a la lógica y la lógica se diluye en el estudio de la eslrttrltt¡¡t ltt¡
mal del lenguaje. Es eI neopositivismo un intento dt: unil'ir';¡r irirt tutr
tH[t HrsroRrA DE LA FrLosoFfA EL srclo xx 389
vrrr.rl rlt'l:l
ciencia, mediante una unificación total del lenguaje que los sentimientos humanos y que su e§tructura es histórica. L. St¡srrrr
rc.r t'x¡rresión de un fisicismo universal y exclusivo. Stebbing se preocupa particularmente Por la lógica simbólica, com«r los
demás neopósitivistis, hasta conveftirla en eI instrumento privilegiatkr
505. Er, CÍncur,o oo Vr"*o..-A fines del siglo pasado se creó e, la -y, de hecho, rlnico- del filósofo' Neopositivista declarado, fiel a los
r¡niversidad de Viena la cátedra de "filosofla de las iiencias inductivas", principios originales de la escuela, Alfred J. Ayer (1910) rechaza tod<¡
qrre, en 1922, fue confiada al flsico Moritz Schlick (1882-lgBO), proce- io qué no es iusceptible de verificación empírica y pragmitifa._En fra-
dente de Berlln. Del seminario de schlick salió el "círculo de viena". ses co-o, "Todo io que podemos hacer es elaborar una técnica para
Rudolf Carnap y Hans Hahn esbozaron su programa, que no tardó en preyer el curso de las experiencias de nuestros sentidos y sujetarnos a
ganar la entusiasta adhesiQn de muchos filósofos y hombres de ciencia illa mientras funcione'1, o como: "Las proposiciones filosóficas no son
en diversas pártes del muhdo. Miembros destacados del círculo fueron fácticas sino lingüí3ticas, no describen el comPortamiento de objetos
otto Neurath, Vicktor Kraft, Karl Popper, Kurt Grelring, er berlinés físicos o siquierá psíquicos; expresan definiciones, o las consecuencias
Hans Reichenbach y el polaco A. Tarski. El neopositivismá se extendi(i forma]es de definiciones. Por tanto, podemos decir que la filosofía es
rápidamente. sus pártidários procedían con enrusiasmo de sectarios. pu- una rama de la lógica", precisa sin ninguna ambigüedad su posición
blicaban revistas y celebran con asiduidad congresos. Hoy han perdid«r antimetafísica.
aquel empuje y han moderado sus posiciones y criterios.' 507. NroposrrrvlsMo NoRTEAMERIcANo.-También en l,stados tlni-
El círculo de Viena ocupa un lugar interesanre y por demás curio- dos es el neopositivismo la corriente filosófica más poderosa de hoy.día.
so en la filosofla del siglo xx. su empirismo y su exclusivo reconoci. Rudolf Carnlp (1891) enseña en la universidad de Chicago, .Hans
miento de las matemáticas y de las ciencias físico-químicas como cien- Reichenbach (l8gl) en la de los Angeles y sus discípulos americanos
cias nos retrott'ae al siglo precedente. Pero el'interéípor la lógica, en lir no han sido los más remisos en hacer triunfar eI ideal del Wiener Kreis.s-
que, han operado notable renovación, pone a todo tsto ,rn ácento d. En este país el positivismo lógic,r enraiza en las tendencias Pragmatis-
nc¡vedad y su enconado rechazo de la metafísica ha obligado al meta-
tas y realistas pára tomar el nourbre de empirismo científico. Se trata
físico a cuidar con más rigor de su lenguaje. su aftín por la
iusteza p:ue- de explorar el lenguaje como instrumento del conocer y del p-ensar;
de ser considerado como eJ impulso iniciai de un rrrreio comienzo e-n el toma ásí cuerpo eI viejo sueño de Lulio, de Leibniz, de Peirce y de tan-
filosofar.
tos otros: la }ilosofía se convierte en'lá 'iciencia unificada". Aparecetr
Es muy_ posible glre su estrecho camino, tan justo, se hubiera id.
sin cesar trabajos especiaiizados de lógica simbóIica, de semántica g('-
ensanchando poco a poco si la escuela vienesa hubiese podido continuar.
neral, de .epistemología. Algunos nombres p larmente represenl;t-
su.evolución abruptamenre inrerrumpida; de tal posiuitiaad dio ya sus tivos del "érnpirismo científico" son: Ernsi l, P. W- Bridgmarr,
primeros síntomas e indicios. Pero es de saber qué con el advenimiento Stevenso& W. V. Quine, NfcKeon, V. F. Lenzen y eI profesor de llar"
del riazismo al poder casi todos los integrantes áe este círculo hubieron vard C. I. Lewis, quien defiende, en el marco del neopositivisrno, rrrr
de emigrar, arraigando principalmente en Estados unidos y en Ingla- "pragmatis*o concdptualista": la verdad existe a prioti en la naturll<'
terra, países clásicos del empirismo y del pragmatismo. ,á; io pudiendo seidisociado el espíritu de la experiencia, se trata (l('
desprender la verdad gracias aI análisis de los concePtos.
506. Nnoposrrrvrs¡nro ¡Ncr,És.-El positivismo lógico ha conquistaclr una lógica entendida en un sentido rnás amplio y concretg cs l;t
ntunerosos adeptos en Gran Bretaña. t os neopositivistas inglesei sostie-
llamada trlniótiro, o teoría.de los signcls -los rnás importantes <lt''1.,
nen una teoría fenomenista de la percepción, pero sin atenerse pof lo
cuales son los signos lingüísticos, I Ls pal El profesor de clrir;r¡¡,,
general a la actitud puramenre nhgativa que aspiraba a liquidaf tod«rs ha dividido la ca en tres partcs lrtt¡,|.r
Charles Morris ltOOt¡,
los problemas firosóficos tradicion/ales. Así es como Gilbert-Ryle aplic;r de los signos ('lrlr('\í,
rnentales: la sintáctíca, estudio de las conexiones
en oxford el análisis lingüístico al viejo problema de las relacionei en de Ia referencia de los sig¡ros a los obictos si1'rrrlr
la semiótica, estudio
tre el (:uerpo y el espíritu y como otros colegas se han ido acercando de la relación entre los sign«rs y srr\ rtr
cados, y la pragmdtica, estudio
cada vez más a las perspectivas metafísicas tradicionales. utilizan.
térpretes, o sea, quienes los
Sir W. Cecil Dámpier reduce las matemáticas a la lógica. Adria¡r
coates precisa las metas del positivismo lógico al afirmar que er leri- 508. WrqcrNsrnrN'_Tanto el Clrculo de Viena (:()lll() (.| ttl|. tt.,l
guaje engloba toda la extensión del pensamienro, de la actividad y d<. neorrealismo británico sufrieron la influetr.:ia det:isiv¡r tlt'l vi.rr'''' I rr'l
'lrlll HrsroRrA DE LA FILosoFíA EL srcI-o xx 391
r'r¡, \Vrltgcnstcirr (1889-1951); discípulo y amigo de Berrrand Russell positivismo. Como la ciencia natural inquiere sobre cosas físicas y Ia
l'¡,r,»fcsor cn Cambridge desde 1929, donde se sintió más a sus anchas filosofía no puede emitir enunciados sobre las cosas rea,les no caben
r¡rrr crrlr'«'los com¡ronentes de la escuela vienesa. Sa Tratado, aparecido enunciados o juicios metafísicos.
cn l1)?2, cs un punto culminante del "atomismo lógico" propugnado Las frases tienen "sentido" cuando son aerifi.cables, esto es, confir-
¡xrr ltussell y un allanamiento del camino hacia el neopositivismo. madas por la experiencia; cuando son examinables interCubjetivamente
Sr¡s eúseñanzas posteriores se .apartan por completo de las conteni- es decir, por vaÍios sujetos; cuando son gramaticalmente,correctas. Cúan-
rl;¡s crr el Tratado. Todo lengu¿jg es una especie de iuego que sigue do no cumplen estas condiciones carecen de sentido o :§orl frases.,4pa-
<:icrtas reglas y todos los juegos lingüísticos poseen igual valoi. Por lo rentes que deben excluirse de la ciencia. Aquí entran, todos los, gnun-
lÍrrlto, la única regla que se puede aplicar a la interpretación de uno de ciados de la psicología y la qsrérica, de la ética y la relig!ón. Cirnap
cs<ts juegos es el uso que de él se hace. Como la filosofía no tiene otra abogó primerarnente por la lengua de la física como lengua de la cien.
misión que analizar el lenguaje, su tarea propia será aclarar las expte- cia; después hubo de reconoc€r eu€: resulta demasiado estrech4. Hay
siones en su uso corriente, no en su uso científico. Desde este punto distintas lenguas para lzs distintas ciencias; por eso una f¡ase.puede te-
de vista, la filosofía se concibe y practica como una terapia: la cura o la ner sentido en una lengua y carecer de él en otra. Se admite que el len-
liberación respecto de las confuiiones lingüísticas, qu¿ es también la guaje corriente basta como tal.
cura de los problemas filosóficos en cuanto se admite que casi todos Wittgenstein, partiendo del supuesto de que a todas las pa.labras ha
se originan en confusiones lingüísticas, en un uso de las formas lingüís- de corres¡ronder una realidad elemental, opinaba que, eliminando las
ticas que no es el propio del lenguaje corriente. oscuridades, se podía. hacer de la lengua un limpio espejo de Ia reali
dad. Si bien más tarde se retractó de esta opinión pa,ra ver en la len-
509. E¡, eNÁ¡-rsrs DEL LENcue¡n.-Estarnos viendo que el neopositi- gua un instrumento para entendernos con nuestros semeja¡rtes :y afir-
vismo -y no es la única corriente de la filosofía actui en hacer- eso- mar que la significación de las palabras no es otra que la que tienen
gira en torno al lenguaje. Persigue constituir una metodología de la concretamente en una. situación determinada. Moore invitaba a los filó-
ciencia mediante un riguroso análisis lógico aplicado al lenguaje, a los sofos a que dijeran claramente lo que querían decir con sus palabras,
términos y proposiciones de que el lenguaje consta. Conforme a sus estimando que detrás de toda palabra debía haber.una realidad ostensi-
concepciones, toda proposición, desde el momento en. que se relaciona ble. Ryle prgru por demostrir qr" los problemas de la filosofía pro-
con una realidad existente, se refiere exclusivamente a datos Bmpíricos ceden únicamente de un lenguaje oscuro; una vez que la filosofía disipe
y no es, por tanto, susceptible de recibir un sentido metafísico. toda nebulosidad de lenguaje, desaparecen los problemas.
En cualquier enunciado, según Schlick, "la rosa es roja" por ejem- Russell se burla ingeniosamente de estas teorías: "Desde Tales a
plo, hemos de distinguir dos cosas: de acuerdo con la párcepción o sen- nosotros, han preguntado los filósofos qué,es eI rnundo y en qué rela-
sación, la frase enuncia el conocimiento de una propiedad de una cosa ción estamos nosotros cnn é1. Hoy, empero, se.pregunta qué charlata-
real; de acuerdo con e'I pensamien.o, la frase dice dos conceptós lógi- nean sob:e etr múndo los tontos." "Una filosofía pura del lgnguaje, es-
cos que se unen en un enunciado o juicio áegún las reglas Se ia gramá- cribe, es, en el mejor de los casos, una minúscula ayuda para lexicógra-
tica. La investigación de las propiedades de las cosas reales pertenece fos; en eI peot, un rato de charla de sobremesa." Justo .es decir que ya
a la ciencia natural; Ia investigación de Ias propiedádes de los concep se está operando un'cambio en el seno del muy venido a menos neopo-
tos lógicos y" su enlace en frases pertenece'a la filosofía. Esta no tiene sitivismo. Algunos de sus miembros, como Strawson, rlo titubean clr
que preguntar por la realidad -eso es objeto de la ciencia natural-, hablar de metatfsica a la antigua.
sino sólo fijar eI sentido de los enunciados de la ciencia natural, exa-
minar la no contradicción de esos enunciados y transformarlos, según
las rqglas de la lógica, en otras formas de expresión.
La filosofía no conoce Ia realidad, sino que se ocupa sólo de los
sig::os lógicos de los enunciados de la ciencia natural. A la filosofía per-
trenecen cuestiones lógióas y lingüísticas; el que pregunta por algo más
vir i)() es neopositivista. La lógica -matemática ha tomado posesión de la
r it'rr<:ia. En ello radica la distinción esencial entre el antíguo y el nuev<r
rL src¡.o xx 393
l',1 srr¡x:rhornbre es libre. se ha liberado de los valores clel reb¿rñr, 514. TneNsrvrurncróN »r Los vAloREs.-siendo el hombre el crea-
y lr;r ;rlr.gado en sí toda clase de remordimientos. Es cread,or. Es autri dor de los valores, sl único medio de juzgar acerca de su valor será re-
n(,r¡r(), i ¿iene más ley que su voluntad.. Será quien dt, ferirlos a la vida, a la voluntad de poder. si nos colocamos en ese pun-
li¡ra etr el mal. Es el lbgi.slad,dr. lmpone por ia fuerz,, to de vista, nos daremos cuenta pronto de que todos ios valorés'común-
st¡s valo Sacrifica a los hombres sin-escrírpulo en arírs meute admitidos son obra de una humanidad degenerada. El tipo ideal
rle su p de la moral común y cbrriente existe al precio de una gran mentira
porque cierra los ojos a la realidad y no quiere ver cómo está hecha, o
cuando la ve se inclina al pesimismo, lo que equivale a renegar de la
vida.
En un principio se llamó '¡buenof' o "noble" lo que los nobles ha-
cían: dominar y castigar; "malo" habría sido lo que tenía que hacer el
El superhombre es un solitario que sábe mantener su distancia fren. pueblo: obedecer, arrepentirse, amar. Mas como e1 populachb estaba en
te a la plebe. "f .a comunidad lo hace común.t' Vive enre, am:r mayoría se vino a una fatal perversión: la plebe decraró buena su "mo-
el se juega el honor, la salud, la vida. Está a grandes ral de esclavo" y reprobable la "moral de señores". Los judíos inicia-
-riesgo,
sufrimientos y los soporta varonilmente, sabiendo qu vóluntatl ron esta revolución y la constrmaron los'cristianos. La moral nietzschea-
y que son un elemento integrante de una vida ardorosa y arriesgada. na no conoce el bien y el mal, Es bueno lo que aprovecha y malo I<r
que daña. Son virtud todas las actitudes que dicen sí a la vida y ali mun-
do. El inteligente y fuerte no se preocupa ya de las tablas de la morar
antigua, que se oponen a la marcha de la vida.
La crítica de los valores religiosos la centra en el cristianismo. "Odio
al cristianismo con un odio mortal." La cuestión de su verdad care(:(l
{9 impo¡ta¡cia; lo único que cuenta es que su moral se opone a la vida.
El cristianismo defiende una moral de esclavos, es el abógado de t<xl,
lo débil, enfermizo y decadente, envenenador de la vida y predicad.r.
de la müerte. El cristianismo ha hecho de toda verdad una menrira, «k.
todo valor un desvalor, de toda honradez una vileza. La obra de Nietzs-
che está plagada de átaques contra Cristo, el cristianismo y los crisrialros.
se refiere con menosprecio a la mujer, cuya igualdad de derc<:hrs
con el hombre no le cabe en la cabeza. como tampoco le cabe qu(' s(.
mejore la situación de los obrerós, a quienes.debe seguirse traia¡r«k,
como esclavos, sin se les concedan armas ni derechof electorales/
Nietzsche veneró al principio a wagner y lo celebró como el más El Estado es "el-que
más frío de todos los monstruos fríos". El inrtivirl¡¡,,
grande edrrcador de la humanidad. Al derrumbarse la amistad mientras grande es siempre enemigo del Estado; éste es sólo para el ganarlo rl,.
éste trabajaba én el Parsifal, le echó en cara el haber traicionado Il manada. D9 su patria y de su pueblo se expresó con no m..oirrr:s¡x.rlr,,
vida en defenso y de la compasión. que del cristianismo; el que celebra a N'ietzsche como naciorralisr:r:r1,.
Con en Nietzsc al arte. En il artc mán es que no ha leído sus obras. "Los alemanes son una r:anr¡ll;r; un,,
se p inmadurez
cido
que han permanc lse rebaja con su trato." "A los alemanes les falta una idea rl<. lr¡ vilr.,,
pasar más ntos de hádas. Los ' qu. son; pero el superlativo de 7a vileza qs qus no se avcrgii.rrr<.r¡ rlr.
ilusiones y mentiras porq ue sin esta festiv;r ser sólo alemanes." "Cuando me imagino una especie {l{r lrorrrlrrr.,¡rr,
transfiguraciirn del domingo no podrían soportar la brutalidad. de Ir¡s repugna a todos mis instintos, me sale siempre un aleln;i¡r."
rlí:rs <le trabaio" Pero él hombre maduro tiene que aguantar la vid;r El su.perhornbre juega creando, dicta valores, se mar(;r nr(.t.r\. l.r,r r
l¡rrr:¡l si¡¡ cstas formas infantiles y sin echarle Ia capa de estos,,vel.s siempre nuevos Proyectos vitales; para él no existe l¡rr r¡rr¡lrrl,, .rr.rl¡.rl¡¡
ol f rn¡licos". y lleno de sentido, al cual haya de ajustarse, sino r¡rlr. sc rr.l.rr r,,n ¡ ¡1.
iu
HISTORTA DE LA TILOSOTfA
EL srcLo xx Eg1
l(ltr
toriador y eso le puso en trance de descubrir la dimensión histórica de
nr;rn('t'¿loriginaria y constituyente con todas las cosas, y su existir histó- la vida humana. Asl'como Kant, contemplando eI mundo de Gaüleo,
lirr¡ es creición dei rriundo. La realidad de Dios sería la contradicción Newton y I-aplace, se propuso descubrir el fundamento de la ciencia
(l(. csra libertad omnímoda. Crear valores consiste en Proyectar metas racional natural y determinar sus condiciones de posibilidad, Dilthey,
y superarlas, en destruir lo que €ra y en buscar lo que todavía no es: contemplando el de las grandes objetivaciones del espíritu humano, se
í,-f,t q,r.r., iib.ru; esta es la verdadeia doctrina de la voluntad y de la
propone- buscar eI fundamento de las ciencias del espíritu. Quiere ha-
Iibertad." cer una crltica de la razón históricá.
A la concepción mecanicista del hombre como ser natutal, opone la
515. E¡, ¡rnn¡¡o RETORNO.-En su naturaleza irracional y caótica, el concepción histórica del hombre como creador de cultura. Para una fun-
mundo mismo está dominado por la voluntad de aceptarse y afirmarse dameñtación crítica de las ciencias culturales o del esplritu parte de la
a sí mismo. En virtud de esta'aceptación y afirmación, el devenir del conciencia, que es lo inmediato en el hombrg, Pero no de la conciencia
mundo se cierra en un círculo y produce el eterno retorno. El eterno óonsiderada exclusivamente en su actitud cognoscitiva, sino en su ple-
retofno es la expresión cósmica'det espíritu dionislaco por el cu{ l-a na totalidad humana, abarcando lo cognoscitivo, lo volitivo, lo afecti-
vida se exalta y üendice a.sí misma. "Toda alegría quiere la eternidad, vo, etc. Y no sólo de la conciencia individual, sino también de la con-
qñ; t, proflnda, pr ofunda eternidad," "Todo va, todo vuelve, la
ciencia histórica, ya que sólo podemos comprender la historia desde las
rueda de Ia existenciá gira eternamente. Todo muere, todo florece de
vivenCias de nuestra conciencia personal, y sólo podemos comprender-
,rr.ro, el cielo de la üistencia prosigue eternamente." Esta idea, tan nos a rrosotros mismos en la conexión histórica con los demás.
antigua por Io menos como Hericlito, resulta un hallazgo iluminador
y ,oipr.rraente Para Nietzsche, que, la considera como su mensaje su-
afirmo
517. Le Hrsromctoeo.-El método de las cienciLi históricas debe
pr.*f, "Yo, Zat'aüt§tra, que af-irm.o la vida, que.afirmo el dolor' ser distinto del de las ciencias naturales, asl como el objeto de las cien-
11 .i.to eterno, eI más prbfundo de rnis pensamientos"' cias históricaq el hombre, es distinto del objeto de las ciencias natura-
cada hombre vive, muefe y renace indefinidamente, recorre
la mis- Ies, el hecho natural.' El hecho natural se puede corrocer sólo desde fue.
ma serie de acontecimientos. '''Todos los estados que el mundo pue{e ra y permanece externo al sujeto cognoscente; al hombre se le.puede
alcartzar,los ha alcanzado ya' y no una vez, sino un número infinito de comprender sólo desde dentro y los acontecimientos humanos tienen
le da vuel- que ser aiuid,os nuevamente por el historiador. Por consiguiente, la com-
veces." "Hombre, tu vida es como un reloj de arena al que
se
un número prensión de Ios acontecimientos históricos es algo distinto del coneci-
, ta$ y más vueltas; su contenido pasará de un lado a otro minuto. De miento científico de los acontecimientos naturales. Los seres dados rlni-
infinito de veces, separadas por il intervalo de un largo
, camente como objetos tienen una naturaleza inmutable, ciertos caracte-
nuevo encontrarás cada una de tus Penas y alegrías"'
res cólstitutivos que determinan inexorablemente unas posibilidades y
La grandeza del hombre consiste en entregarse aI eterno 1.etorno, en unas reacciones. El hombre, no. El hombre es' histórico;,no vive sim-
A;.'; nada diverso deEsloestlque-es, ni en eI futuro' ni en el pasado
"" el amor fati, del estoicismo, que hace plemente en el tiempo .como un transcurrir que lo acoge, sino que en
ni en toda la eternidad. cada momento de su vida es vivificación de un pasado y, por ello, in-
de la necesidad virtud, y transforma la necesidad cósmica en acto
de
al.que.sabe que forma terpretación que abre un futuro, del cual es él propiamente autor.
u..ptr.iO". El fatum, el'destino, no perturba. es la ca- La vida humana no se forma por yuxtaposición de fragmentos su-
ourie de é1. EI amor fati, actitud dionisiaca an e la existencia, cesiyos, sing que es un todo único, de tal manera que el fin selecciona
lacterística del suPerhombre' y organiza el curso de la vida desde cada momento de la existencia, para
formar con ello un todo coherente, único. En el seno de esta vida in-
516. Dilthey.-sr wilhelm Dilthey (1833-l9lI) no creó ningún sis- dividual y armónica se inscriben todos los actos del hombre, incluso
su escuela
,"rro prop,io, frl un gran incitador en muchos terrenos''A el campo de la sus más elevadas creaciones espiritu4les, como' la ciencia y la filosofía,
que descollaron en,
l)crtenecen muy impoítantes-sabios, Por tanto, son históric¿J, como la vida misma que las realiza y que tie.
i,ist<¡ri¿, cle la'psicología y de la pedagogía' y en
Ia,filosofía actual se
nen por objeto analizar. Esto equivale a afirmar la constitutiva relati-
,,irr"rrn" J,or dáquier.-las huellas Á' este gran penqador' aidad de todo lo existente. No podemos olvidar que el hombre entero,
()r.ir,il,¡ ,1" di.b*ich del Rin, fue profesor en Basilea, Kiel, Breslarr -con sus facultades de conocimiento, su emoción y anhelo, y desde. su
y licrlín. l'.rr I;t csctre.la de Droysen y de Ranke maduró para gran his-
I'I}( HISTORIA DE LA FILOSOTÍA EL srcr'o xx :ltlrl
,.unllr.rnl(: cxistencia, es eI sujeto que lleva a cabo, como autor, la mag- Entiéndese por concepción del mundo a cosm:oaisi.ón (Wcllttt
rrilrr.r v;rticclad de Sus creaciones eipirituales. Estas son un momento de schauung) la ideá general que cada uno tiene de Ia totalidad det ltttutrl,¡
,¡n,r virlir que pretende aclarar su ProPio ser. y de Ia vida. Las concepciones del mundo tienen su raíz última erl l¡r
vida misma y varían segtln la genialidad y modo de ser de cada ¡x'r
l-¡18. Vlvn¡qcle, EXPRESIóN, COMPRENSIóN.-EI cdnocimiento científi- sona. En la base de toda concepción del mundo hay una opción gr rr
r r¡ rle los acontecimientos naturales utiliza la ley de la causalidad, por'
tüita que brota de las entrañas del ptopio ser. Las concepciones del mttl¡
rlrrc éstos se cono¿en cuando se Conocen las causas que los determinan. do pueden reducirse a tres tipos fundamentales: la religiosa busca l¡¡
i.¿r hisroria, por el contrario, debe ernplear una psicología que le Per- solución al enigma de la vida mediante Ia fe en la invisihle trascendctt
rnira captar i vivir desde dentro los acontecimientos históricos. cia; la poéti,ca-consiste en hacer patente mediante símbolos y desde l:r
f ,a &periencia vivida, o aiaertcia (Erlebnis), es la piedra de toque de
experiencia ¡rersonal del poeta eI ocultg sentido de la vida; la filosófirlt
toda certiza inmediata y absoluta contla la cúal nada pueden las apo- trata «le' justificar racionalmente, mediante un sistema de conceptos c()ll
rias escépticas. Es la presencia inmediata.de los propios estados de con- pretensión de valor absolutp, esa opción vital que late en el fondo tlt'
ciencia, ln Ia cual et yo se hace transparente a sí mismo. En Ia uiaencia toda concepción del mundo.
del bre vital entero; equivale a "un sentir Las concepciones metafísicas del mundo se reducen a tres tipos irlc'
que ere sig o aI mundo"' Por eso
conciliables: Ia materialista (Demócrito, Compte), que diviniza la cien'
f ias Ioi o§ tiPos de concePción
"" cia de la aaruraleza, construye el mundo por la causalidad, niega lrr
del mundo. libertad y en religión es siempre atea; la idealista obietiaa (Goethc,
La vivencia logra un punto culminante en la expre,sión. Tóda vi- Schleiermacher), que parte de su sentimiento interno, ve en eI mund<r
vencia tiende a la lxpresión y toda expresión corresponde- a una viven- exterior un espejo de su propio mundo interior y es religiosamente pan-
cia. El hombre se haie expresándose y se expresa haciéndose. El hom- teísta; la id,ealista subietiua (Fichte, los cristianos) , que parte de Xa Ii-
bre es su vida, y su vida ei conjunto de sus manifestaciones expresivas' bertad de la voluntad, ve en el mundo la creación de Dios y es teísta.
f,as vivencias son nelsarias para conocernos a nosotros mismos y Para A pesar de su pretensión de validez absoluta, los distintos tipos de
compfender a los demásn La capacidad de exPresar el rnundo interior, concepción del murido no tienen'rnás que un valor relativo, dependien-
de oljetivarlo en un símbolo, en una norma, en un objeto de arte, es te del modo de ser personal y de las circunstancias históricas. Son'ácti-
condición eserrcial de Ia cultura. tudes ante el mundo, justificadas todas. No hay criterio absofuto de
Las expresiones objetivas son el camino para la comprensión' Com- juicio. Toda época y todo hombre tienen el sentido en sí mismo.
r comprender hace falta conocer la
o de lo comPrendido. Se Puede en- 5?L Bergson:-Henri Bergson (1859-1941) nació er,r Paris en el sencr
es preciso saltar a la interioridad de -una familia judía. Demostró tener un espíritu matemático tan pe-
,ración. Entender es una actividad netrante que sus profesores suf,rieron una desilüsión cuando entró en
meramente intelectiva; para cornplender es. necesario, adernás, una Ca- la secciónhe letrai de la escuela normal. Profesor en Angers y en Cler-
pacidad volitiva y sentimental. Cómo Ia vida no se agota erl la expre- mont-Ferrand. Meditando sobre el rnovimiento y las paradojas de Ze-
sión, ta es totalmente cofllp]ensible; siempre queda en ella Lrn nón descubre la idea directriz de su filosofía; hasta entonces se había
residuo able de rnisteriosidad, que ]a torna enigrnática' adherido al evolucionismo de Spencer, de cuya influencia nunca acer-
tará a librarse. Profesor en París en el liceo Enrique IV y en el Colegio
519. TnonÍe DE LAS CoNCIIPCIoNES DEL MUNDO.-La psicología cienl! de Francia, donde, hasta 192 l, dio sus más famosos cursos, siempre con-
f ica det¡e ser descriptiva. Ella establecerá,
dentro de la propiedad indi- curridísimos, y que tanto contribuyeron a liberar los espíritus de los
vkltral de los hombres, ciertos "tipos", que tienen de común determi-
pre.iuicios cientistas y materialistas que impregnaban el ambiente.
Dtrdas estructluas psíquicas. Aquí nuestro camino hacia el
mundo ex- En su postrera obra, Las dos fuentes de la moral y de la religión, se
r(:rn() y a los otroi no Pasa por e ino )or cl acerca tanto al catolicismo, que se creyó que lo había profesado. Err
olrurr. Sr'rlrl por Ia que se opone uos perc¿l' su testamento dio la razón de no haber pedido el bautismo: "Mis re-
t:rl¡r()ri <kr la realid r; Pero no sól s de hont' flexiones me han acercado cada día más al catolicismo, en el que veo
lrlcs", sino l;rrnbién "tipos de concepciones del mundo"' el coronamiento del judaísmo. Me hubiera convertido de no h4ber vis-
4oo HIsToRIA DE LA FlLosoFíA EL src¡,o xx 401
to prepararse durante años la forrrlir able ola de antisemitismo que va como se aprende r¡na lección. La segunda es puramente psicológica, con-
a arrollar el mundo. He quericlo permanecer con los que serán
mañana siste en revivir un acontecimiento pasado tal como ocurrié en su ori-
perseguidos."
ginalidad única, pues nada se repite dos veces idénticamente.
' L; acdrud positivista de Bergson sufrió una fuerre sacudida por la Con esta distinción se opone Bergson a la hipótesis psicológica del
hombres como Poincaré' MeYerson paralelismo mecanicista y a su interpretación del pensamiento como
sa toda la ciencia' Para toda inves- un mecanismo de fuerzas yuxtapuestas. Supone esta doctrina que nues-
evista. En la ciencia haY también tra vida mental es una duplicación de los procesos cerebrales y que a
un iímite a la racionalización' Por cada región del cerebro le corresponde una parte de nuestra conciencia
propil filosofía, que gira en tor- (localizaciones cerebrales). Ciertas lesiones tópicas serían la cattsa pre-
ón Y de tnttttcton' cisa de deficiencias concretas paralelas de la memoria. Esta interpreta-
ción mecanicista sólo puede hacer referencia a a memoria-hábito; Ia
ú21. La nurecróN Rt,r^L.-Hasta ahora, la ciencia natural ha medido memoria pura queda al margen.
horas, de forma Puramente física' . Los recuerdos no están contenidos en las céluias cerebrales a título
del esPacio. Consta, como "tiemPo de huellas materiales. No tiene sentido preguntarse dónde se conservan,
untos iguales que Pueden luego re- puesto que la pregunta presupone que están en un lugar. A lo sumo
rdadera esencia del tiemPo Perma: se puede responder que están en el espíritu.
esencia sólo la aprehendemos cuan-
ración". La duración real nada tie- 523. INtrncrxcrA E rNTurcróx.-La inteligencia deforma los procc-
sos de nuestra vida consciente para imponerles los crradros mentales que
ne que ver con el tiempo va<:ío y hc ogéneo de ta fill1',lt "P91" 1Jo rigen en el conocimiento científico del mundo exterior. La inteligencia,
parcilación porque for*o r¡u todo t incesante proceso
de implicación
irreversible que descompone el mundo continuo en trozos materiales de espacio y
de todas las experiencias; (r)llstituye un Proceso- temporal
historia y luego Ios mide con refinada geometría, es el instrumento de Ia ciencia na-
e irrepetible; hár:e que sól«r t'l scr vivienie envejezca, tenga.
^senti¿,r rlt: .rt ¡¿ibit<l rtttinario y mecánico, sino tural. Descartes'identificó el mundo real con el espacio geométrico. Estl
memoria, no en el medición y fragmentación triunfa en Ia física y en la técnica; pero r)o
como una representación dt:l ¡r:tsrt<lo en el recuerdo' es capaz de decirnos lo que es la conciencia y el espíritu. A la intr:l i.
La duración real es el <l;rrir dc l:r <:Ont:ien«:ia, despojado de toda su-
.qencia se le escapa la vida. Cuando quiere estudiarla tiene qué haccrl<¡
p"r"rrr,l.rrrra intelectual o sinllrrilit;r y rc<:t¡tr«rciclo en su simplificación a través de sus concepros que parcelan la realidad, la esquernatizan y
cambia sirt
originaria: es una corrientc r:(,ntiIltl;l e inirlter-rumpida, que vacían de contenido. Con ellos construye conexiones que son como rrnl
con otro estad()'
cesar, no sólo srrstituyendo «:acla estaclo cle conciencia red, por cuyas mallas se le va la realidad viviente.
sinoenformatalqueelinteriornrisnro<lelaconcienciarropermanece La facultad que revela la delicada complicación y variedad dei cr¡r'
sr¡ de nuestra vida interior
a conciencia, rur yo susta'ncial' sobre -en cuyo seno no hay más que c¿lidad prrr:r,
s estados. ['a duración es ult proceso flr¡encia inaprensible de procesos que confunden sus límites, vari¿r¡ irirr
al porvenir, conservando el pasad«r e impulso-, es Ia intuición, capaz de aproximarse y sentir íntinr;r¡ur.rrtr',
de vivir el curso de los procesos. Un mismo hecho, el movinri«'r)t(,, (.\
:::':il1H,,T":l# o# "T :ill : interpretado de manera distinta por Ia inteligencia y por la i¡rtrri, i,i,,
""
Itado de todos los Inomentos prec('' Aquella lo describe como un cambio espa.cial, sucesión disc<l¡¡tir¡¡r.r ,1,
nuevo resDecto de éstos' posiciones qlre se pueden suscribir en un sistema fiio, unitorrrrirl;¡rl lr.:i.rl
rlc'ntes, es absolutamente que se debe estudiar a base de simultaneidades y corresp()n(l(.n, r,,.. ,,,,,
1122. lt.r. pnonlruA Du LA NIENf()RIA.-I,a c«¡nciencia
es esenciallncrrtC lo que esiá quieto. Para Ia intuición, el movimiento es ulr ( ur\,) urr, i,
nrcrrrr¡l'i;t, ya qtte la i ca la stencia del p ell .l que cambia constantehente de cualidad, una rnelo<lí;r viv.r y I', r ,¡
hay s meln l'¿t memoria- y l'' nal que desarrolla un tema propio rle esfuerzr¡s y tcnsi()u('ri.
t)r('s('tr(('. I't:rrr
rr',,,r',it'" T
',,,,,,',,,,r,,r <¡tfil' matiZ tCtff pO llsislr La inteligencia sólo capta la exterioridarl tr¡sn¡isilrlr' .1,' 1.r.,,,.,
(, t r('¡rt lrlr rll('(,',,i,,ut.) tllot'()l' pOr la repetitir'rn fle nr«¡vimiclll.(); :lsí r'\ rlr) l)cnetra eu str intimidad incornr¡nicablc. S<'rlo l;r irrtrri, i.irr ¡,r,,,1, 1,,
l, ' HrsroRIA DE LA FILosoFíA
EL srcr-o xx 40,.\
rrr¡ lo inerte se aproxima cada vez más a una mayor estabilidad. El imptrls,
,¡, rr';rl, sril<» clla puede comprender la vida. EI entendirniento y
Ir , ¡r rrt r:r rr<., sir'verr para conocer la realidad viviente; son sólo faculta- vital continúa todavía la creación del mundo en la evolución ciea^d<¡r.;r.
rlr', lrr.i<tir.;rs ordenadas a la acción. La inteligencia sirve para confec- Tampoco Dios es algo acabado; es vida incesante, acción eterna, libcr -
, r(,n;rr olrictos artificiales, instrumentos útiles para la vida. Es la facul-
tad absoluta. sólo el que ha comprendido ei mundo en este fondo cre:¡-
dor divino, ha comprendido su esencia íntima.
r.rrl ¡rro¡ria del homo faber, la que ha creado Ia técnica. La intuición es
rrn;r crr¡xrcidad teórica y penetrante en la interioridad del ser. Es Ia fa-
, r¡lt;rrl propia del honlo sapiens; la única que pnede obtener una autén-
525. N{onar- cERRADA y
MoRAL An¡nnre.-Bergson ba apricadcl srr
teoría de los dos mundos, el de la inteligencia y el de la inruición, :r
tir;r filosofía metafísica. Sólo la intuición nos puede descubrir Ia esen- la moral y a la religión. La moral del lntelecto sólo conoce mancl¿r-
r ir rlel yo y del mundo.
mientos y leyes que se impusieron a la fuerza al hombre de la esclavi,
524. Er rivrpurso vrrer.-Influido .por el evolucionismo materialis- 1u$.
La moral, _empero, de la intuición nos revela el fondo prirnigeni,
t:r, acepta Ia evolución pero no eI materialismo, y la concibe de'una del amor por el que, sin mandamiento ni ley, hacemos siempre, l-ibrt,-
rlr¿rnera diferente. La realidad originaria no es Ia materia, sino un alien- rnente, lo que es recto.
to o impulso uital, cuya característica es un incesante fluir, que cons- Efectivamente hay en el rnundo sociedades cerrad,as en las que actti;r
tituye Ia evolución. La evolución se desarrolla en un doble movimiento: el individuo como una parre del todo, que dejan ,rn *urgeri mínirnr¡
ascendente y descendente. a la iniciativa y a la libertad; y sociedadts abibrtus en las que, por c,r
El desceudente es eI de Ia materia; que no es más que degradación contrario, continúa moviéndose el impulso creador de la vida. Én 1,,.,
de la energía vital, vida petrificada. EI ascendente es eI de la vida que cerradas predomina una moral de obligación, htndada en hábitos s()-
avaJnza, un ímpetu, o élan uital, que tlanscurre por los organismos y ciales que garantizan la existencia y la rolide, del cuerpo social; en l;rs
abiertas reina la moral absoluta
vence los obstáculos que le opone eI mundo de la materia inerte. Cons- -la de los sabios de érecia, la rJe l<¡s
profetas de rsrael, la de los santos del cristianismo-, que atañe rr. ;r
tantemente va creando nuevas formas por la superabundancia de su
fuerza. Pasando por plantas y animales se remonta hasta el espíritu. No
un grupo social, sino a la sociedad entera.
es que el hombre descienda del mono; plantas y animales son sólo pro- 526. RrLrcróN rsrÁrrce v nnrrclóN orr.¡Álnrrce.-Mientras la r¡ror.;rl
'ductos de desecho que se han rezagado en esa ascensión. Fsta corrien- de obligación es inmutable y tiende a la conservación, la moral irlrs.-
te de vida se manifiesta. en los animales inferiores, coillo instinto gue luta se mu-eve y tiende al progreso. A estas dos morales corresp.rrrl«.rr
actúa infaliblemente y conoce por simpatía interior, y en los animales dos tipos diversos de religión. La religión del inrelecto, estátii;u, só1,,
superiores, como inteligencia que construye relaciones con formas ex- conoce el miedo al castigo y el deseo del premio que impulsaro¡r :r lrs
teriores. hornbres dé-la esclavitud a la aspiración de la bienaventuranza (.r(:r.n;r.
El instinto y la inteligencia, cada uno a su modo, son la manifesta- La religión de la intuición, d,in[mican nos une con aquel fondo rlivirr,,
ción más alta del impulso vital; pero se contraPonen y desarrollan uno primigenio en el cual, por la rnística religiosa, se extingue to<l«r .g,ís
a expensas del otrb. La inteligencia fabrica instrumentos artificiales con mo y el alma celebra el triunfo del amor.
la materia inerte; el instinto desarrolla los órganos del cuerpo vivo. La La religión estritica es una reacción defensiva de la natur.alt.r;¡ t,r¡
inteligencia conoce desde fuera, pero no está atada a lo presente: aPre- tra la inteligencia, cuipable de obligar al hombre a reconocer r.l r:rr;ir
hende no sólo realidades, sino también posibilidades. El instinto cono- ter incierto y arriesgado de su existencia en el mundo. Medi;rrrr(.rrr(,.,
c:e desde dentro y como por simpatía, pero está atado a lo real e inme- y supersticiones -debidos a la función fabuladora de la l¿nr;rsí;¡ rr.rr.r
<liato. Si juntamos instinto e inteligencia obtendremos la intuición vi- de pro-porcionar al hombre una defensa contra las perspecriv;rs rlr.¡,,
tal, forma suprema de conocimiento y la única que nos puede poner ligro, de fracaso y de muerte que la vida Ie plantea y qu" l;r irrr,.rr¡i, rr
«:n contacto con la verdadera realidad. Con ella, que no con la inteli- cia le presenta con claridad que no consiente engaño. I{t.s.lr,¡rl,r,, ,1,
qt:rrr:i¿r, podemos hacer metafísica. esta religión son la fe en Ia inrnértalidad y en la protct:«:i<irr rL. l,r i,,l,r,
Porque la conciencia es fluidez, devenir incesante y la vida es im- natural.
¡rrrlso, ¡lrrecle defender Bergson que toda realidad se halla en constante La religión d'indmica se identifica con el mistir:isl¡ro, li.rrrir¡rr.n,, r ,,,
¡rrorlrrr'«i<'lrr v variación. Pero eI curso de este devenir es siempre in- que presupone un hombre privilegiado, no «rbst;rntt: lr¡ ru,rl rr.l,, r¡,r.
\'('rri(): l;r vi<l;r as<:ierrrle hacia forrnas más ricas y completas y la rnateria
I
tuyen la unidad natural de la existencia humana. En esta existencia 530. Les cuLruRAS cr¡rrn ^*^.
armónica hizo irrupción desde el exterior el esplritu, hostil a la vida,
que busca destrozar esa unidad y desttuir el fundamento de la vida.
dirigida por los instintos, los sentimientos, la§
Mientras que el alma,-un'coloreado
mlli:"*.: :mI ]:il;.;:"#:r"";,;ffi
vivencial
t,* #;i:::iy
.,:, ;
que Ie es pr,f)lr) t'xt lttrtr,,
; J;:,
:
f)eben su nacimienrt^'-*"UU
a una protovivenciá
tradiciones constituye mundo de sensaciones, el espíritu te. Están,il;;;;t condiciorin,l,í tl,',,ti'.ilir,r¡rr.r
mundo en átomos ¿bstractos con el tin de §ometer la
descompone ese prenderse ;;-;iH,d, Kff:f';f,fiffiH
ll,{fj,;'ill i ;
:i l,-1,'',',,,, " il,
400 HrsroRrA DE LA FrlosorÍA uL srct.o xx 407
igual que una teqia se arrastre a través de los milenios, ganando nue- es el de las culturas como estil()s <lc vida. En cuanto tiene de punto dc
vos segmentos. Ante la mirada de la observación fisonómica se alza, por vista útil y utilizable para la hist.riografía comprensivo-compárativa y
el contrario, "el fenómeno de una multiplicidad de poderosas culturas, para la filosofía de la historia, lra sido adoptado por ambas. Empleado
que florecen con el vigor primigenio desde el seno de un paisaje ma- por Rothacker como base dc srrs olrras, retorna en el gran Estudio de la
ternal, al cual se hallan ligadas durante todo el decurso de su existen- hístoria.del inglés Arnold Toyrrbce (lBBg) . según él las culturas sr¡r-
cia'histórica,' y cada una de las cuales acuña su materia, sus hombres,, gen no de unas favorabies cr¡¡l<li<:i<¡nes de vida, sino de la respuesta de
sus formas propias, y posee su propia idea, sus pasiones peculiares, su Ios hombres a un reto (chulLcnsc) cn una situación determináda.
vida, su'querer, su senti,r propios; su propia muerte". I a historia uni- No acepta, como Spernslcr, lrr idea de un desarrollo forzoso y de un
versal es el llegar y el desaparecef de estas culturas; como conjunto aislamiento de las cultrrr;rs crrtrc sí. r.r-o convierte en dogma inconcuso
carece de plan previo y de meta final; tan sólo dentro de las culturas los conceptos de la mollol<.»gíir crrltr¡ral y rechaza tanto el fatalismo esté-
irrepetibles es posible distinguir fines y objetivos concretos. tico-naturalista com<¡ el es¡rc«:rrl;rt.iv<¡ idealista. La imagen del circuito
,. El cuño estilístico de cada cultura trae como consectrencia la inexis- quiere expresar tan s<ilo rrna senreianza típica, no un esquema fatal de
tehcia de normas- generalmente válidas para cualquier ámbito de la desarrollo. "La imagen de Ia rueda ¡r<¡s ofrece una imagen de progreso.
vida. Toda cultura posee su matemática, su ciencia natural, su ética, su Gira de continuo en torno al propio eje, pero ha sido creada tan sólr¡
política, su arte y su religión peculiares. No obstante, del mismo modo para que posibilite eI avance del vehículoj y el hecho de que gire sin
que estas formas de vida, son, ,al :menos, comparables entre sl, también cesar, no obliga .'n rnodo alguno al vehículo para el cual fue hecha, rr
lo son las fases del desarrollo de las culturas en particular. Spengler girar a su vez en circulo, desplazándose de ese modo."
hablá de una "homologíall, coincidencia, de los sucesos históricos. La
cultura occidental se encuentra hoy en el tránsito a la "civilización", 532. ortega y Gasset y la Filosofía de la razón vitar.-Desde s. <::i-
que es la momia de la cultura, como la griega después de Alejandro
tedra de metafísica de la universidad de Madrid, desde sus Iibros y dcs
y la romana después de César. Se han entumecido las fuerzas capaces de la "Revista de occidenre", por él fundada y dirigida, José cirte¡¡rr
de engendrar la gran filosoffa y el gran arte, la verdadera religión y y Gasset (1883-J955) llevó a cabo una elevada labor docenre, enrre c.-
moralidad, la ciencia creadora. Nos encontramos en un perlodo tle deca- yos más importantes resultados se cuenta la difusión en España de las
dencia. Fero debemos amar nuestro propio sino (amor fati' de Nietzs-
pringipales corrientes culturales del siglo xx errropeo. siguió en Arern:r
ine¡ 'o desesperar de la vida: "Hemos nacido en esta épo.a y tenemos nia los cursos de cohen, pero se interesó más por Flusserl y por Dilthey.
que recorTer valienternente,, hasta su término, el carnino que nos ha sido
Resultado de su contacto con el pensamiento alemán fue su recusacirin
asignado. No hay otto. Ntlestro deber es perseyerar en el puesto per-
did;, sin esperanza, sin saivación. Como ál soldado romanb de Póm- del idea-lismo. Para é1, la tarea de nuesffa época consiste en "incorpor:,r
peya. Este honroso final es lo único que no se le puede arrebatar al
\a razóni la biología, y subordinarla a lo espontáneo". La vida no tk.r,.
servir a Ia cultura, sino al contrario. En ortega resuenan muchos 1r<:rrs;r
hombre."
El destino de cada una de las culturas es un destino trágico, porque mientos de los demás filósofos vitalistas: Nietzsche, Bergson, f)irrrrt.y
todas han surgido de la irritación del horrbre creador contra su madre,
y hasta Klages.
lá naturaleza. "l)a.lucha contra la qaturaleza es desespetada y, §in em- La realidad radical de las demás, donde se dan todas ellrrs «rr.,,
bargo,, ha de ser llevada hasta el fin." "Mas'el crimei y Ia caída del' momentos suyos, es la vida humana. A nada podriamos referirnos si r,,,
hombre fáuitico §on mayores que cuanto alcanza¡on a ver Esquilo y fuese desde Ia vida y lo que aparece en ella. La uida no es un;r srrr.rr
Shakespeare. La creación se alza con.tra su creador; al iguzl que antaño cia; es un quehacer, del que es responsable cada uno de r¡risr¡rlr)s l)¡,r
el microcosmos hombre se reveló contra la naturaleza, asl también se que brota de nuestra libre decisión.
enoja hoy el microcosmos máquina contra el hombre nórdico. El dueño En este haeer consiste el ser del hombre; el hombre r's lrsr,,rr.r rr
del mundo se convierte en esclavo de la máquina." hacer humano se lleva a cabo en un ambiente o alrcrlr,«lrr, l.r tttt,r,,
tancia. "Yo soy yo y mi circunstancia" (lo que me r<l<lt.:r). ll.r1, rrrr.r rrr
r
5El. Toynbee.lEl pensamiento mas fructífero de'Spengler, antici. conexión eDtre estos dos componentes, de tal suertt'(lu(.n(, ¡,rrrrlr rr rrl,
pado ya en la Antigüedad, y en Ios tiempos modernos por historiado- sistir separados. Esta circunstancia comprende l;rr¡llritln nr 1,.r,. ¡,1,, r ,
I
ier como Vico, Herder, Vollgraff, Lasaulx, Burckhard't y Lamprecht' :imbito de posibilidades que este permite, () sc:r cl lrrrur, 1,,, 1,, ,,,,,,,
r
lt)l{ HISToRTA DE LA FrlosorÍa xL stclo xx 409
, llr¡r(.ilt(), ( ()ilt() t()da acción, por estar inscritos en esta circunstancia mismo de una radical trascendencia. Sólo un método inrnanentista nos
rnl,l r( :r¡ ullil perspectiva. perrnite fundar en la razón la llamada a la trascendencia'
l.;¡ r'c:rlidad de la vida humana, con su ternporalidad y su libertad,
('s(;rl);rn rrl conocimiento de la razón entendida corno facultad de l'o abs- 534. Teilhard de Chardin.-Fue menester que Jo arrebata-se Ia
rr;r(ro, cuyo rnodelo es la geornetría. Debemos acudir a otra tazór.:7a muerre, para que el nombre del jesuíta Pedro Teilhard de chardin
uito.l,, histórica, que trata di. rnodelar su acrividad en otras cohexiones (1881-1965) fulse conocido del gran público. Antes apenas era familiar
nris tenues y variaciones sutiles, como son los procesos de la vida. La -ár qr. a los especialistas de tá paleontología, Pero en estos últimos
nrzón vital es descriptiva, armónica en su ritmo y proceder, con el cur- años ie ha publicido una serie de libros que exPonen las conclusiones
so que describe. La razón debe volver a Ia teoría, la contemplación, que este sa6io ha sacado de sus conocimientos paleontológicos'
porque no debemos olvidar que, antes del análisis y la deducción, debe Profesor de geología participó en numerosas investigaciones en Eu-
disponer la razón de unos últimos elementos, cuyo contenido sólo pue- ropa y en Asia. Pertáeciu al equipo que descubrió cerca de Pekín un
de intuir y que son irreductibles al análisis. frombre fósil llamado "sinántropo". Vfiembro de la Academia <Ie Cien-
cias, se le pr<lhibe la publicación de sus obras y se le invita a no escri-
533. Blondel.-Ah¡mno de la Escuela Normal Superior, Mauricio bir sobre t.*ffi filosóiicos. No se le permite acePtar Ia cátedra que l.e
ofrece el Colegio de Francia. Si su obia no ha sido incluida en el fndi-
Blondel (1861-1949) sufrió la influencia de tres filósofos espiritualis- ce, sí ha sido considerada peligrosa. IJn Monitum de 1962 advierte a
tas: Ollé-Laprune, Boutroux y Duhern. En 1893 presentó su tesis doc-
los fieles que las obras del jeiulta, "contienen tales ambigüedades y
toral: La acción, quinientas compactas páginas, en un estilo tenso e in- hasta errorés trn graves que ofenden la doctrina católica"'
cisivo, en el que se sorprende con frecuencia coÍno un eco del pensa- En Teilhard de Chardin el paleontólogo, el filósofo y el místico se
miento atormentado de Pascal. Blondel se refiere y se vuelve a referir unen para ir más allá de] presente y ofrecer una lepresentación del hom-
sin desmayo a la insaciabilidad constitucional de Ia voluntad humana; bre y del universo del firturo. Habituado por los métodos científicos
muéstrala impulsada por una suerte de necesidad interna a querer siem- o ,rrru rigurosa precisión en sus conclusiones, evita en sus síntesis filo-
pre algo más allá de lo que quiere. Desemboca en Ia exigencia de Ia sóficas lÁ desairollos imaginarios; pero, paralelamente, la fe que lo
vida religiosa y de lo sobrenatural, considerados como la irnica respues- posee centra en las exigencias de su alma unida a Dios el desarrollo del
ta posible al problema de la existencia. En una época, en que los de- bor*or. dpoyándose en lo que en él hay de ánimal desarrolla el hombre
fensores de la razón y los defensores de la fe consideraban su oposición lo que tieñe-de espiritual y acaba por alcanzar, fuera dei espacio y del
irreductible, fue mal comprendido el propósito de Blondel; unos Ie tiempo, en el plano de la pura espiritualidad, el Punto extremo de su
acusaban de intenciones apologéticas extrafilosóficas, los otros de que- perfáccionamiento. Llevando lo más lejos- que puede sus extrapolacio'
rer racionalizar la fe. No pocos católicos le consideraron incurso en Ia nes afirña la posibilidad del "superhombre" futuro, así como la ex-
herejía modernista. Casi medio siglo después el filósofo de Aix, enfer- tensión del pensamiento a otros astros que, en el curso de su evolución
mo y casi ciego, se puso a precisar su pensamiento en una s'erie de obras. en las galaxiás, habrárr triunfado de la materia y hecho surgir el espíritu.
La voluntad no puede ni evitar el problema de la acción, ni resol-
verlo por la aspiración a la nada, ni descansar en la vida sensible o po- 535. Le rvo¡-ucróN rrrrrrenorRxe.-A la manera de Bergson consi-
sitiva. Es preciso trascender Ios fenómenos. Por encima del conocimien- dera el universo entero en "marcha hacia el espíritu". Su práctica cien-
to de los hechos se instala una fe que nace de Ia acción. Por su acción tífica le demuestra. la verdad e importancia capital de la evolución' Los
voluntaria sobrepasa el hombre los fenómenos; no puede igualar sus datos suministrados por ésta constituyen una verdadera properléutica a
propias exigencias; hay en él más de lo que prlede emplear solo. La ac- una filosofía cristiana de Ia historia y nos PIePaIan a comPrender las
<:i<in nos solicita hacia la aprehensión de una realidad "suprafenome- enseñanzao de la fe acerca del destino humano. Mientras que el mate-
nal". Si somos consecuentes con nosotros mismos es menester que nos rialismo del siglo xrx desvalorizaba el espíritr'r, el espiritualismo de
rlirijamos a ese Dios "que nos es más interior que nosotros mismbs"- Teilhár-d tiendá a valorizar la materia: la materia tiende al espíritu, es
.|amás profesó Blondel un inmanentismo doctrinal. Su inmanentis-
la "matriz del espíritu". La materia mineral, después la vegetal, des-
nr() cs plrramente metodológico. Lo que encuentra en el corazón mismo pués la animal, tri iao adquiriendo -formas cada vez más complejS' !n
,lr. l:r;r<t;irin os rrna exigencia de infinito y de absoluto, que es el signo il ..,rso de la evolución de las especies animales se ha ido desarrollando
41].t
xL srcr,o xx 4ll
y rliversificando el sisrema nervioso. ., .j'I"H:#; ,., ." El pensamiento de Teilhard es una ontología optimista y místit::r;
r:hos ", se disponelen una única gran
el que nos mues{ra qui t'el universo
el mal pierde en él mucho de su aspecto misterioso y trágico tradicio-
serii: claramente orientad.á y ascendente desde .i áto*o más simpleias.
ta los vivientes más elevados". La evorución no sería asl más'que la nal. Un mundo en evolución, que progresa por tanteos, tiene que co-
"expresión en el tiempo y en el es¡ acio de la creación misma". - nocer inevitablemente fallas y fracasos; el mal es la simple contrapar-
Dos acontecimientos fueron de decisiva importancia en el camino tida de un orden en formación, trn "subproducto engendrado sobre Ia
de la evoluóión: De macromoléculas inanimadas surgió hace dos o tre§ marcha" por Ia evolución.
mil millones de años el primer microorganismo aniáado (biosfera); d,e 537. Freud.-Podemos contar a Scgismundo Freud (1856-1939) en-
los- mamíferos superiores salió hace quinientos o seiscientos mil años el
primer hombre con conciencia refleja y libertad (noosfera). El hombre tre los filósofos de la vida en cr¡anto también é1, al desvalorar el espí-
actual "permanece todavía en un esiado embrionario, más'allá del cual
ritu, vio en el instinto sensible el verdadero ¡xrder dirigente de la vida.
se perfila ya una larga franja de ultrahumano". El hombre proségtrirá
Hijo de un comerciante judío vivi<t desde los cuatro años en Viena.
Después de estudios iniciales de anatomía cerebral, se dedicó con Char-
un proceso de hominización. En una evolución creciente, por su con-
densada correflexión, la humanidad ascenderá. a la superhumanidad .de
cot en París y cr¡n Bernheim en Nancy a la investigación de la suges-
suprema perfección. Alma y término de toda la evoluiión es cristo: la
tión, hipnosis e histeria. A su regreso comenzó a elaborar, junto con el
doctor Brener, un nuevo método de curación de la histeria con exclu-
huinanidad no será más que un cuerpo místico de personas amándose
unas,a otras, y esta unidad, será el reflejo de la unidad divina mismá, sión de la hipnosis. Así surgió poco a poco la teoría del "psicoanálisis",
término úrltimo y también principio inilial de esra grandiosa historia. que se propagó luego rápidamente por todo el mundo gracias a rln to-
Así pues, la evolución recorre, desde el punto arfa
rrente de libros, folletos y revistas.
@ómienzo de ra pri- Ha realizado Freud descullrimientos sensacionales. El más importarr-
omega (Cristo), las siguientes fases: éos_ te, que de seguro influirá en el concepto acerca del hombre tanto conlo
ristogénesis. En la progredienre cris- el descr,ibrimiento de Copérnico influyó y sigue influyendo en la idea
na vez qurla humapidad haya al_ del hombre sobre el universo, es su teoría del inconsciente. Nos ha mos-
cristo (parusía) para dar a los trado que los pensamientos conscientes del hombre acerca de sí mism<r
perfectos la vida sobrenatüra l. ^'u
y de los demás son tan sólo una pequeña parte de lo que ocurre den-
536. Tn*Hen», Brouonr, BnncsoN.-No obstantq la manifiesta ori- tro de él y que la mayoría de los pensamientos que reconocemos tcncr
ginalidad del pensamiento teilhardiano ha sido relacionado con frecuen- son producto de temores o deseos no reconocidos.
cia con el de Bergson y el de Blondel., ciertamente la creacién evolutiva
de Teilhard tiene algo que ver con la "evolución creadora', del élan uit;al 538. Er- rNc<¡NscrrNrr.-Filósofos y psicólogos habían de mu<:ht¡s
bergsoniano. Pero Teilhard es mucho más racionalista, desconfía me- modos atisbado un inconsciente. Spinoza había afirmado que nosotr()s
conocemos nuestros deseos mas no las razones que los originarr y qu(',
or otra parte, mientras Bergson ve por tanto, nuestra libertad de elegir es puramente ilusoria. Main <L'
cias y paiece acabar Ia historia con
Biran, cuya viQl íntima había sido una prolongada lucha entre la conr:i<'rr
cionales «Ie los héroes y de los san-
cia y una amenaza de disgregación de los componentes del incons«:i«rntr',
procesos de ccinvergencia que con-
desctrbrió y tematizó el sen.s intime. Goethe y los románticos prenrrrrr i;r
e la humanidad entera.
Tarirbién es dable .rastrear en ron por los mismos días el inconsciente colectivo, que Young «)nv('r
go blonde_ tiría en elemento de interpretación psicoanalítica práctica^ l)r'r'r¡ f u,'
Iiano de Ia inmanencia, puesto que su vida es_
tán implicadas qn sus foimas inieri Freud el que demostró con evidencia que el hombre sólo ticnr'((,rr,r
las n dema_. miento de un pequeño sector de su propia personalidad rn«'rrl;rl 1,,
r
rasgos de carácter cofiro com- maestro. Contrariamente'a la opinión de Freud de <¡ut' r'l ¡'sir o.rtr.rlr',t.r
s fíiicas. Para Adler no es eI debe ser un observador objetivo y conrpletamente i¡l('rl(, ¡r srr lr.r. rr nt¡
pSlquica, sino Ia aoluntad d'e Pre' en el terreno emocional, Ferenczi sostenía qrrc el ¡un()t ('s n(, rr',1,r ,I lr
r
o :d,e 'comuniil.ad"
HISTORIA DE LA FII.OSOFÍA
llr'
,,,, rrr!, il('(('s;t¡i() c-r) toda vicla, sino que lo es especialmente en la la'bor
PRAGMATISMO. FENOMENOLOGÍA. AXIOLOGIA
! ,r.rrr\r.r rlt'l lrrédico.
acusacllr r¡(.(t..,rrr.r,r, -
y aspiraciones. Partiendo de Ios principios der
¡rr,,grr,,,i,.,,r(, rr,, r.,, r,,
420 HrsroRrA DE LA rrlosoFÍA EL sIGLo xx 421
sible rechazar ninguna hipótesis cuando traiga consigo resultados útiles tros sentimientos y de las mismas cosas. En estos diversos fenómenos
para nuestra vida. Lo verdadero es lo oportuno en nuestro modo de tiene conciencia el individuo de entrar en relación con potencias in-
pensar, y lo iusto es lo oportuno en nuestro modo de obrar. La verdad conmensurablemente superiores a su naturaleza. La conciencia religitl-
es una propiedad de la idea, no del objeto. La verdad sigue a la idea; sa es, en el fondo, la conciencia humana que se siente en comunión co¡r
ésta se hace verdadera en virtud de los acontecimientos. Ideas verdade- Dios ¡ a través de Dios, con las otras conciencias humanas.
ras son- aquellas que podemos asimilar,-convalidar, corroborar; fa]sas las Mientras la experiencia psicológica se limita aI yo finito, la reli-
que no se prestan a tales operaciones. La única garantía real que tene- giosa contempla cómo se ensancha la personalidad a través de una re-
mos contra la desviación del pensamiento es la expefiencia misma, que lación de comunién entre ella y las personalidades superiores. Mas la
reduce y endereza nuestros errores., La filosofía, por consiguiente, no experiencia religiosa no está completamente separada de la psicológica:
comprueba la verdad, sino que la'crea: "recibimos el bloque de már- existe entre un individuo y los demás una región intermedia a la que
mol, pero esculpimos la,estatua por nuestros medios". se pueden reducir las intuiciones del genio y los postulados metafísicos
-nuestra
El concepto pragmatista de James, más que establecer un principio de experiencia física o psicológica. Así como eI hecho fisioló-
de cohesión absoluta, tiende, a amortiguar los choques entre las dife- gico representá para eI psicólogo sólo una Parte de la conciencia, asl
rentes doctrinas. Podría qonsiderarse ómo una forma de gnoseología el hech-o psíquicó puro y simple representa, desde el punto de vista de
biológica, que viera en el conocimiento una simple manera de adapta- la conciencidreligiosa, la manifestación de un yo caPaz de entrar en la
ción vital y tratara de erigir el criterio práctico en criterio de validez vasta cornunión de las personas. Bajo la apariencia de las leyes fijas de
objetiva. Aquí el pragmatismo se convierte en humanismo, de tono dis- Ia materia está el influjo de la conciencia; bajo las conciencias separa-
tinto según el ideal de vida que cada filósofo exprese. das entre sí, de los individuos, está la recíproca penetración de las colr'
ciencias, coexistente con su individualidad en Ia esfera de lo espiritual
555. PrnsoNerrsMo pLURALrsrrA.-Para James este ideal tuvo por fon-
y de Io divino.
do un pluralismo espiritualista dinámico y progresivo, que debe a Berg-
son algunas de sus orientaciones, como la del continuo fluir de la rea- 157. Schiller.-El riesgo existencial y la acción por el valor sotr cotrs
lidad y el antiintelectualismo. Nada hay acabado en eI mundo, no con- titutivos del ser humano; este es el significado del Pragmatism<¡ irrlr'
tiene éste ninguna sustancia, se halla en perpetuo devenir y tampoco es gral, que él denomina humanismo, de.-Flrnando Canning Scott Sr:lrillcl
un ser único sino compuesto de muy diversos individuos. Su filosofia, (1864Jq37), con el cual pasa el pragmatismo de Estados lJnidos:r lrr
que él designa corno empirismo radical,llega a rechazar la oposición en- glaterra. Aunque era natural de Altona, en Alemania, emigró tctrrl)r;r
tre sujeto y objeto. Aborrece el iguaXitarismo, la uniformidad y la vio' namente a Gian Bretaña. Enseñó durante treinta años en Oxlirrrl y
lencia, y defiende dondequiera la libertad, la diferencia y la variedad. desde 1930 en los Angeles, donde murió.
Considera como realidad suprema la persona. Puesto que hay muchas Retoma la sentencia de Protágoras, el hombre es la rnedida tlt'lr¡rl.r',
personas, llama a su doctrina personalisryo pluralista. Fstá persuadido las cosas, y defiende a los sofistas frente al intelectualismo de l)l:rtr'rrr y
de que, siquiera en mínima medida, todas las cosas de este mundo están hasta refuerza la fórmula del griego al declarar que el homl¡¡'<' rr,, ,',
animadas. Estima tanto lo anímico, que incorpora a la ciencia inclttso sólo Ia medidá-más tamt¡ién el creador de la realidad. Esta r«::tlirl;rrl rr,,
Ia experiencia oculta y llegó a funclar una sociedad para el estudio del es más que una masa informe y conformable, plástica; se cottvictlt'r'rr
ocultismo. una realidad, en un "hecho", cuando ha sido "hecha" por cl lt,rlttlrlt'
Carece de sentido la cuestión de qué sea esa realidad; la qrrt' rlt'l¡r' r, '
556. f.e rxpnnrrNcrA RErrcros,t.-La religiói es esencialmente una planteada en su lugar es ieué es lo que podemos hacer de t'll;¡? l'i|,,.,,
f'otma de vida de la conciencia individual, en la que el yo se .siente mo- far no quiere decir explicar el mundo sino configurarlo. N,, lr.rl rrrr
rlifi«:ado hasta lo más profundo. Es unh experienóia que varía radical- bloque, trniverso hecho y cabal. Como Ia configuración tlt'l rrttrrttl,, r'r
nr('r'rtc de individuo a individuo. l,a caracterizan elementos como la ale- nuestro deber moral, filosofía es lo mismo que moralitl;trl-
gr'í;r cs¡riritual inconmovible; el sentimiento del pecado; la conversión',
(lu('sustituye una perionalidad ptt otra nlreva y superior; la santiclad; 558. Le rócrce.-Bajo la decisiva influencia del lr'rgi« t, r\llr,.,l "r,l¡,
l,r virl:r nrísti«'l cspiritrra.l, en la que el homlrre tiene conciencia de vi- wick, dirigió Schilter su atención primordial a la l<igit'rr, (lrr('rto ¡,ttll'
rrr l,r vir!;r rr¡isnr:r '<lc T)ir¡s; l¿t oracirin, qrre rnodifica el curso de ntres- Ser, Según é1, ni formal ni abstracta. La ldrgic:r <:s :tls, I lrtttrt.trt,, ,1, l"
422 HrsroRIA DE LA FrlosoríA EL SIGLO XX 428
)
cervir a los hombres, es un instrumento de trabajo. Ya puede la lógica 560. L¡, r,xpnmrxcrA.-Fuera del conocimiento adquirido con los
expulsár al hornbre, que éste volverá. métodos de las ciencias de la naturaleza no existe ningrln conocimiento
El piincipio de"identidad y las demás leyes.lógicas, que Pasan por ¡eal. En épocas anteriores, cuando la humanidad no estaba todavla en
absolutás, soñ falsas. Y lo mismo cabe decir de la verdad. No existe nin- posesión de la técnlca moderna, se buscaban las razones de obrar fuera
del campo de la experiencia. Pero ya es hora de que desechemos toda
¡¡una ver{ad absoluta porque toda verdad es humana. No sólo los ani-
males; tamtiién las ideás luchan por la existencia. Verdadera es la idea idea de trascendencia y nos pongamos a escuchar exclusivamente a la
que, en competenLia con las demás, se impone.y las sobrevive. Lo que experiencia
ayer se tenía por un error puede hoy ser reconocido e iniponerse como Est¡ no se identifica ni con la conciencia ni con la subjetividad. Es
verdad uhiversal. La metafísica es sólo un rompecabezas sobre cosas mucho más vasta que la conciencia, porque comprende también la ig-
rlltimas de muy dudoso valor. norancia, el hábito, todo Io qbe es "oscuro, vago y misterioso" y que
No afirma Schiller que cualquier proposición útil sea verdadera, como tal no forma parte de la conciencia. Tampoco coincide conrla
pero sí que' un juicio para ser verdadero debe ser yril I que-un juicio subjetividad, porque no se liÍnita a una sucesión- de sensaciones, imá-
vbrdadero representa un valor. La vérdad no se halla fijada sino gue es genes e impresiones personales. Todos los procesos del experimento son
dinámica, se encuentra en constante devenir. Concibe lá verdad darwi- acciones o actitudes referidas a cosas más allá de tales procesos; no son,
trlanamente, ya que la deja desembocar en'el río de la vida;' su teoríá por consiguiente, subjetivos. La experiencia abraza entero el muñdo
,ho es propiamente una Iógica sino una "biología" del conocimiento. de los sucesos y las personas y es'esencialmente historia.
La experiencia nos enseña que todo cambia, que no hay nada fijo
ni en el campo material ni en el espiritual. ta filosoffr se ha venido
É59. Depey.-Con str inquebrantabl-e fe en el progreso y el irrefre- ocupando sobre todo del orden, la unidad y Ia bonda{ del mundo; mas
nable amor a la aventura, que rompe con todas las tradiciones y ensaya
el desorden, la multiplicidad y la mudanza están intrlnsecamerlte mez-
por doquier nuevos caminos, John Dewey (1359-1952) pasa por el tipo clados con sus contrarios y deben ser tonsiderados tan reales como éstos.
americano de cuerpo entero. Natural de Burlington, conoció el Oeste
medio y enseñó en las universidades de Chicago y de Colurnbia. De 561. rNsrnuvrcNrer.lsrro.-La lógica tiene un valor instrumental y
enre los muchos influjos que contrib9yeron a la foimación de Dewey operativo, pues "la función del pensamiento reflexivo es. . . transfor-
los más importantes son los de HegéI, Darwin y Peirce. Del último mar una situación en la que se tienen experiencias caracterizadas por
aprendió a analizat el significado de una idea en términos de conse: oscuridad, dudas, conflictos, es decir, perturbadas, en una situación i:l;r-
cüencias prácticas diferenáiales consiguientes a su aplicación. De Dar- ra, coherente, ordenada, armoniosa". El pensamiento no es más que rrn
win tómó el modelo biológico que le permitió asimilar todos los pro- instrumento para la acción. La idea no posee más que un valir ins-
blemas reales a una falta de aiuste entre organismo y ambiente. De trumental; se trata de una función desarrollada por La experiencia a«:-
Ftregel sacó los caracteres filosóiicamente más importantes de su plan- tiva y que está al servicio de esta experiencia. El
-hombru
ráIo comienza
teamiento. La realidad es un todo unitario cuyas articulaciones y oPG a pensar cuandg-tiene que vencer dificultades; todo pensamiento br¡s«.a
siciones son siempre relativas, momentos de un desarrollo, no divisio- resolver una "sítuación problemática". El valor de una teoría cientíti<:¡r
nes estáticas. Pero, mientras para Hegel todo es racionalidad absoluta, depende de su grado de aptitud para resolver esa tensión. verda«lcr.:r «.s
.rrecesidad y certidumbre, para Dewey muestra el todo caracteres de in- siempre aquella idea_que demuestra ser instrumento aprovechabl<'
certidrlmbie y errqr, de piecariedad y riesgo, y la razón no es más- qu_e ¡r;rr.;r
la lucha de la vida. como los animales se imponen en ésa luch¿r,,,,, .,,,*
url medio para alcanzar una situación de mayor estabilidad y seguridad. zarpas y dientes, así los hombres con sus ideas. Formamos nuev:rs irlr.,rs
Dewey ha cobrado fama como un reformador de la educación con siempre que nos hallamos en necesidad, cuando ya no basta¡r r;rs irr¡.,r,,
un sentiáo extremadamente social, pero también su filosofía ha ejer- viejas, cuando necesitamos de nuevos instrumentos para «lorrrir¡,¡r l,,r
cid«¡ una gran influencia sobre el pensamiento, la- cultura y la usanza nuevos peligros que surgeh.
política, en los Estados Unidos particularmente. Ha elaborado una fgrr Se dan, por una parte, los hechos de experiencia, inrlisr.rrtilrlrs. ¡,,r
nra de pragmatismo, llainada instrumenlalismo por el acento que Pone ()tra, las ideas, cuya función es completar y organizar llrs rt:rtr¡.; rlr. l,r
e¡r el valor instrumental del conocimiento, para resolver sitUaciones pro- experiencia. Lo mismo que un operario ensaya slrr:<'siv;urrr.rrl¡. 1,,, rrri
Ille¡n¡iticas de nuestra existencia. trl¡mentos de que dispone, asi procede por tantc()s <.1 lilrivrlo .r,rt,., ,1,
'124 HrsroRIA DE LA rrlosoFíA EL srcr,o xx 425
escoger libremente la idea más adecuada para solucionar el- problema mas. Para que las cosas manifiesten al hombre su esencia es neces¿Irto
dadó: h idea no es verdadera más que en la medida en que logra c-om- que éste se retraiga de la esfera de los intereses prácticos que rigen su
pletar los datos de la experiencia. Ei absurdo conferir un valor absoluto vida cotidiana y considere las cosas mismas como puros objetos de con-
a esas ideas, que no son más que in§trumentos. templación. Desde este punto de vista, deja de ser irnportante y puede
dejarse de lado Ia existencia de las cosas mismas y del mundo en su
562. Pr»ecocÍe.-La doctrina del interés es la base de ia pedagogía totalidad.
de Dervey. No se puede suscitar artificialmente interés por algo que no Para el filósofo lo tlnico importante es saber qué es Ia cosa, conocer
es capaz de suscitárlo por sí mismo. Es indispensable que la enseñanza la esencia. Prescinde de la existencia o no existencia de las cosas, de la
se funde en inüereses reales. existencia o no existencia del mundo en su conjunto; "¡rone el mundo
El proceso educativo tiene dos aspectos: trno psicol-égico, que con- entre paréntesis" en expresión de Husserl. Su punto de vista es el de
siste eri la exteriorización y el despligue de las potencialidades del in- un espectador de§interesado ante el cual están presentes los objetos
dividuo, y otro social, que'consiste en preparar y adaptar al individuo hacia los que se dirigen los intereses y necesidades del hombre común,
a las tareas que desempéñará en la sociedad. A menudo están en graYe aunque sólo baio la forma de fenómenoü esto es, de puras esencias que
oposición los^ dos utpeitbt, Pero !Y lPolición P".+t desaparecer -si te- se manifiestan como tales a la conciencia del yo. Fenómeno significa,
rremos presente que las poténcialidades del individuo en desarrollo ca- en esta escuela, manifestación de la esencia de las cosas; en consecuen-
recen dé significado fuera de un ambiente social, y que, por otra part-:, cia el rnétodo o procedimiento fenomenológico es aquél por el cual el
.,la única áaptación posible que podemos dar al niño es, en'las condi-
horn'bre se coloca en condiciones tales que la cosa misma se le hace prc-
ciones actualés, la qui se produce al hacerlo eniral en posesión com- sente en su verdadera naturaleza.
pleta de todas sus facultades". r
"Con eI advenimiento de la democracia y de las modernas condicio- 564. Brentano.-Por su vida accidentada, por Ia energía y la pc-
ues industriales se ha vuelto imposible predecir lo que será la civiliza- netración de su pensamiento y por el valor con slue defendió sus cor)-
ción dentro de veinte años. Es imposiblé preparar al niño para enfren- vicciones, §ranz Bientano (1833-1917;, sobrino de Bettina y hermano
rar un orden preciso de condiciones." Prepararlo para Ia vida significa del economista, es una de las personalidades más atrayentes de la hist<r
hacerlo dueño de sí, educarlo de modo que consiga el gobierrlo com' ria de la filosofía. Nacido en Marienberg, profesó en Würzburgo y
plero y rápido de sus capacidades. La personiJia-aa individual es el úni- viena. Fue, con Trendelenburg, el más significado aristotelista del sigl<r
lo ug.ot.'de progreso eiectivo; pura áesurrollarla, y no Para coartarla, pasado y se opuso a las cort'ientes filosóficas de su tiempo, tanto Í¡
Ia eü'ucación áebá asumir una fisonomía y un carácter sociales. las que se hallaban bajo el signo del positivismo como, y sobri rodo, a l:rs
No hay separación entre las aulas y el mundo.'No sólo se educa para derivadas del idealismo especulativo posrkantiano. Representa el elr:-
saber, siná también para la convivencia con otros comPañeros de dis- mento aristotélico de la escuela austriaca, como Bolzano representa r:l
tinto modo de ser. Lá escuela no educa para Ia vida; es ya vida. No se platónico.
entra en una escuela, ni se sale nunca de eIIa sino- que se aprende mien-
tras se vive. No hay un ideal acabado de perfección. N.o. hacemos sino Brentano prtípone abandonar toda especulación y toda construc(:i(in
ensayar por nuevos experimentos lo que mejor se ventrca en una sl- para examinar detenidamente el alcance y sentido de cada conccl)t();
tuación. la tradición católica, a la cu¿l permaneció fiel durante gran parr«' rlr.
su vida, lo vinculaba también a su.irreductible oposición frente :rl irk.;r
563. La Fenomenología.-Empresa de Ia corriente filosófica deno- lismo. Su obra, olvidada por las direcciones filosóficas predonrirr;rrrtcs .r
rrrinada lenomenologia es constituir la filosofía como una ciencia rigu- fines del siglo pasado, ha sido revalorizada por la fenornellol<¡r.í;¡ ,1,'
ros:r, de acuerdo con el modelo de la ciencia natural del siglo-xY(, Pelo I{usserl que, al ocupar el centro del interés filosófico, ha darl«¡;r (.n,,
difcrenciándose de ésta por su carácter Pulamente conternplatiao. La cer el origen de buena parte de la filosofía contempofánc:r :rlr.rrr.rn.r r'
cit'nt:i:r natural hace suya la actitud del hombre común, que quiere co- austriaca. Con Brentano se ertlaza, además de Husserl, rrrr rrrirrr.r, r,l
r¡r¡r:t'r' I:rs cosas Para disfrtrtarlas, Poseerlas, usarlas, pof lo que.sólo le siderable de discípulos que, procedentes de esta escuela, lr:rr¡ rr'.rlrr.¡,1,,
,r¡( r(,ri. ,,,, existincia o no existeñcia. Esta actitud no es la más indi- contribuciones apreciables a la psicología, a Ia l<igi«:a, ;r l;r r,',rr rr rl¡ I
,.r.l,r¡r,rr;r (()no(.\.- l¿r verdadera naturaleza, la esencia cle las cosas mis- objeto y de los valores.
'I ]I(I HISTORIA DE LA FILOSOTÍA EL srcr,o xx 427
,l-¡lil-¡. La l¡.¡rnucroNAlrDAD.-Tanto estimó Brentano la psicología, afirma al mismo tiempo que la validez lógica debe ser radicalmente se'
(lu(: crr todo su círculo es perceptible un despertar del interés Por esta parada de la necesidad psicológico-empírica.
t'iencia. Consideraba todas,las ramas del saber como una especie de psi-
cología total, pues que todas las ciencias tienen'que partir de los fenó- 567. Errce.-Brentano edifica su doctrina del conocimiento moral
menos de la conciencia. Frente al fisiologismo, aI asociacionismo y al con método análogo aI que preside su teoría de la verdad, ya qub pra
constrr\ctivismo, convierte su psicologla en una ciencia descriptiva, en cura mostrar, también en'Ia ética, la existencia de juicios de valor do-
una pslóognosia destinada a examinar; mediante una eliminación de tados de evidencia apodíctica, que emanan de las fuentes inmediata-
todo supesto, los fenómenos psíquicos puros dados en los actos inten- mente comprensibles de nuestro amor y nuestro odio. Cuando decimos
cionales. que algo es bueno, tal cosa significa que es imposible que un ruieto
ta
idea de la intencionalidad,, ceqtral en la fenomenología, tiene su amante de ese algo Io valore injustamente; la valoración es "tal y como
origen directo en la psicognosia de Brentano, .que hace de cualquiera de.be ser". De la experiencia de una valoración justificada y certera sí-
de los actos psíquicos, intelectuales, afectivos o volitivos, actos indiso- guese un conocimiento dotado de validez apodíctica, porque los actos
Iublemente unidos a una ¡eferencia al objeto. La intencionalidad es la de amor y de odio se hallan equiparados en rango a las visiones inme-
característica que diferencia radicalmente los actos psíquicos de los fe- diatas de la intuición interna. Tan sólo porque, en eI campo de los
nómegos físicos o naturales. El pensar se refiere siempre a un objeto, valores, ,exisrcn diversos grados de bondad, surgen junto a los axiomas
sea real o ideal, como término obligado de su actividad. Todo pensa- de valor los de la preferencia, que rigen para las decisiones sobre lo
miento lo es de algo que se le opone, y un pensamiento que no piensa mejor y lo peor. Todós ellos se hallan subordinddos al supremo prin-
nada es absurdo. El objeto o correlato del pensar es distinto de é1, y cipio apodíctico práctico, que ordena elegir siempre, lo que se eviden-
esto es lo importante. El pensamiento, como acto uno, está ceñido a las cia como óptimo sobre la base del axioma de la preflerencia. Brentano
condiciones de hecho de mi manera de ser humana, aunque apunta a lo formula sobriamente: "Escoge en cada momento lo mejor que. sea
un término, su'significación, que no está encerrado ni limitado por mi alcanzable."
conciencia subjetiva, sino que presenta caracteres que rebasan Ia redu-
cidá y limitada manera de ser humana. El hombre se abre a un mundo 568. Meinong y la Teoría del objeto.-Farnoso como psicólogo y
de realidades o ideálidades que lo trasciende. Esto significa que no sólo teórico del conocimiento es el discípulo de Brentano y profesor en Graz,
sorros sujetos de nuestras ?itividades limitadas, sino- gue pádemos ele- Alejo Meinong. (1853-1920) . La iávestigación centrui y tu más original
varnos a la contemplación de lo necesario y objetivo, porque éste se contribución de la filosofía de Meinong es la "teoria del objeto", no
reveta a Ia conciencia. sólo importante para la fenomenología, sino también de decisivas con-
secuencias para toda la llamada nueva ontcilogía. Segrln Brentano, toda
566. Eprsrruor,ocÍA.-llrentano distingue entre "representaciones conciencia es concrenciT de algo. Este algo lo llamó Meinong el obieto,
mentales", "juicios" y "movimientos afectiyos", tales como el amor, el y sobre esta base construyó con notable lógica iu teoría del mismo.
odio, la codicia, la alegría, la esperanza, etc. Es importante la posibili- La esencia racional de cada cosa ha de ser considerada a priori, in-
dad, sostenida por é1, de diferenciar entre representaoión mental y dependient.-eni. de toda consideración de 'su existencia. Éor consi
juicip, porque con ello rechaza la definición del Juicio como un enlace guiente, como objetividad pura de lo pensable, no importa si es real
de representaciones mentales. Las percepciones son ya "juicios", por- o irreal, de la misma manera que en matemática se estudian las propie-
que contienen en cuanto tales un juicio existencial. El sentido de cada dades del círculo o dei triángulo prescindiendo de la existencia o no
juicio reside en la afirmación o negación, en el reconocimiento o en existencia sensible. De una manera ¿ún más puramente a priori, pués
el rechazo; también los juicios predicativos se remontan en definitiva esta teoría debería comprender no sólo los objétos posibles, iino incjuso
a proposiciones puramente categóricas, en las que no se lleva a cabo los imposibles. Un cuadrado redondo, por ejemplo, puede ser objeto
ninguna unión de representaciones tnentales. " conocimiento, si bien no exista ni sea posible.
del
Sobre su pvidencia fundamenta Brentano también su propia teoda Ati;-;;;;-á;üiá., a pesar de su formaiión empirista, cad) vez más
de la verdad. Sólo puedc hablarse de verdad y de falsedad en los jui a un método transempírico y a la construcción de una teorla del objeto
cios en Ios qu€ se afirma o niega, y para ello no hay en definitiva otro corno'tal, o puro, se adelanta a la obra. de Husserl. Atribuía objetos
critcrio r¡rrc l;r evidencia rnisma de la percepción interna. Con ella se propios a las funciones fundamentales de nuestra alr4a, distinguiendo
42tl HIsroRrA DE LA rr¡.osorÍA EL slclo xx 421)
cuatro clases de vivencias elementales, y así llegó a las siguientes clases ciencia fundamental buscada es la fenomenología pura, y la filosofla
de objetos: objetos ,soR los objetos de la representación; obietíaos, los sobre ella levantada, eI idealismo fenomenológico en que desemboca.
del juicio; dignitatiaos, los clel sentimiento; desideratiuo.r, los del deseo. El hecho de haberse fragmentado en un sin fin de sistemas o "con-
Con este descubrimiento se ha centrado Meinong en la esfera de las cepciones del mundo" demuestra que Ia filosofía no ha podido satis
valencias y ha superado cualquier concepción puramente cósica de los facer jamás su pretensión de ser una ciencia. "No digo, que sea una
objetos; quedan así perfectamente asentadas las bases metodológicas ciencia imperfecta, digo que no es aún una ciencia, que no se ha entre-
para una teoría de los valores. nado aún como ciencia." Si se quiere -fundar una ciencia filosofica, de-
ben ponerse fuera de juego todas. las filosofías para volver a las cosas
mismas e interrogarlas sin ningún prejuicio. "La epojé filosófica que
569. Husserl.-Edmund<¡ É{usserl (1859,1938) nació en Moravia. en- nos ploponemos llevar a cabo debe consistir en esto: en suspender nues-
tonces Austria. Estudió en Leipzig matemáticas. física y astronomía y
tro. juicio sobre la enseñanza de la filosofía anterior y en que prosiga.
en Viena filosofía con Brentatro. Influyeron err /:l el matemático \t/eier- mos nuestro análisis en los límites impuestos por esta suspensión del
trass, de quien heredó Ia tendencia a la.exactitufl y el riqor .-n el cono- juicio. Es un radicalismo que, ante todos los ídolos, Iastre de la tradi-
cimiento, ei psicólogo K.. Sturnpf, quien le legó el hábit-o de las finas ción y prejuicios de toda clase, hace valer el derecho de la razón autó-
descripclones de los fenómenos psíquicos y Franz Brentano, de quien
noma de imponerse como única autoridad en materia de verdad. Juz-
recibió la teoría de la intencionalidad y estímulos tan decisivns, que gar las cosas de una manera racional y científica es tomar como regla
bien purio afirmar: "Sin Ilrentano no hubiera yo escrito una palabra las cosas mismas, atenerse a ellas prescindiendo de discursos y opini«>
de filosofía." Fue profesor en las r¡niversidades de Halle y cle Cotinga nes, interrogarlas en- cuanto se dan a sí mismas, y rechazar todos los pre-
y después de la de Friburgo de llrisgovia, de la qne fue rernovido en los juicios referentes a la cosa misma."
últimos años por el régiuren nazi a cansa de su ;rscenCencia judía. Oejé Eliminación radical de todo presupuesto y volver a las cosas mism:rs
numerosas obras sin puLrlicar, que ahora se están editancl,¡. constituyen las dos caras de un mismo precepto metodológico. Mas estt¡
Flrrsserl pcisr:ía una gran fuerza lógic;r, era maestro en. la digtinción no es más que una primera aproximación. Después hay que precisar el
y división y tenía verdade¡a pasión por Ia claridad y el rigtr ,..ientífico. ideal de la ciencia, que no es,otro que la posesión de verdades abs<¡lrr-
Su filosofía significa un giro. Iltr dio nuev() ptestigio a Ia fik¡sofía. que tas. "La ciencia quiere verdades válidas de una vez para todas y p:rr:r
amenazaba hundirse en el escepticiu o, y devolvió a.la juventurl ll con- todos." La verdad se nos da por la euid,enci¿, pues la evidencia es rur:r
fianza en ella. I.os rromt¡res de algunos de Ios rnás eminentes filósofos experiencia o intuición en que las cosas están presentes al espíritrr.
de nuestro siglo corroboran la fecrrnrlidad del nrétodo fcnomenológico Pero hay diversas especies de evidencia, algunas §e las cuales no (:xr:lr¡
creado por Fltrsserl. yen la posibilidad de que surjan dudas sobre su objeto. La ciencia <'xigt'
Los principales ternas Ce la fenomenoloqia husseriiana se organizan verdades absolutamente indubitables y esa certeza sólo la da la cvi«lr.r¡
en torrro de la idea de reducci'in. tr(educción a epoiá es r:l pror:triiurien- cia apoclíctica. Si la filosofía debe ser una ciencia, no debe admirir ¡r;rrl,r
to intclectual que consiste en pr)¡¡q¡' entr(: traréntesis ciertos juicios. que no se funde sobre una evidencia apodíctica.
ciertos conocimientos y en tlefinir una cletcnninada perspcctiva, un
cierto tipo de conocirniento 1 rL: objeto" 'Ilrc's son ias principales redu«:- 571. Le nrnuccrór.¡ rnNourNor,ócrce.-Tiene como meta r«'vr.l;¡r r'l
ciones que opera: la filasóficu: que pone fuera de juego a todos los sis- yo puro, como una'es_pecie de residuo que goza de una evidcrrci;r .r¡r,
ternas y aplica el espír'itu a las cosas mismas; l¡t {en.arnenolcigica, q\e díctica. Esta reducción se aplica ante todo al mundo: la exist«'nr i:¡ rlcl
suspende la creencia en un rnundo rcal y pone al es¡ríritu ert pre:sencia mundo no goza de una evidencia apodíctica, ya que se prrc«l«'«orrrr.l,rr
de puros fenómenos, y la eidética., qrle pone entre parétitesis los hechns que no exista, y el conjunto de experiencias sensibles qlrc rr()s l,r rl,rrr
contingentes y revela al espír'itu su esencia (eidos) rrece§aria. podría no ser más que un sueño coherente. Se extiende aclerrr:is :r t,rl.¡..
Ias ciencias que tienen al mundo por objeto, así a las dr: l;r rr:rrur.rlr.r.r
57O. L,q. ,qror;cc¡tiN rlr-ostirtc.t.-Proptisito frrndanterttal de I{rrsserl como a las del hombre. Suspende también la metafísic:r ('n (u,urri, r,\
('s (.nc()l)tnr una ciencia filr¡srifica rlue sirva tle Írltiln;r irrstrlicaci<irt a " plicación del mundo. Suspende incluso las ciencias prn',rs, (r»nr¡ l,r rr,r
l;rs rlisr i¡rlinas filosóficas restartcs y que proporcione a la {'il<¡sofia el temática y la lógica formal, porque son sistemas detlur:tivos r¡rr. ',nl,r r ur
uni((r .()l)()rt( sol¡re el crr:rl puede e]cvarse c:onx¡ «:ieucirt rigtlrcsa. La la evidencia inrrrediata.
4lto HrsroRIA DE LA FrLosoFÍA EL srcr-o xx 431
.S<¡larnente el yo, con sus pensamientos, resiste toda tentativa de duda. si misma, antes sólo por relación a sus objetos. Además se da una corre-
no es el yo empírico, la conciencia de los psicólogos, ni
l',str: residuo lación estricta entre el fenómeno y Ia conciencia. Así como el objeto
cl yo metafísico, la sustancia'pensante de Descartes, que aún pertenecen se reduce a su aparición .en la conciencia, a¡l la conciencia se reduce a
:rl rnundo. Es exactamente el sujeto trascendental, la conciencia pura. str acto de referiise a un objeto. El fenómeno sólo es para la conciencla,
Así la fórmula correcta del cogito no es cogito ergo sum, sirro ego cogito y la conciencia sólo es con relación a un objeto. Para expresar esta idea
cogitatum. emplea Flusserl los términos de "noema" y de "noesis": el "ndema" es
La reducción es, pues, una especie de conversión intelectual, en Ia el polo objetivo de una intención, la "noesis" su polo subjetivo. No se
que eI filósofo pasa ¡!e la actitud natural, ingenua o dogmática, a la puede concebir uno sin el otro y se condióionan recíprocamente'
actitud fenomenológica. En la primera cree en la existencia real del
mundo. En la segunda suspende su creencia y considera todas las cosas Si¡. INtu¡cróN iuoÉrrcn.-La fenomenología se dirige exclusivamen.
estrictamente como fenómenos. Esta conversión se justifica por el ideal te a las esencias, es una ciencia eid,ética. "La fenomenologla Pura, con.
de una filosofía científica y es el primer paso hacia su consecución. Por siderada como una ciencia, no puede ser más que un estudio de la
la reducción fenomenológica se funda como ciencia rigurosa la filoso- esencia, y en modo alguno un estudio de la existencia. Lo particular no
fla. No es una ciencia exacta como las matemáticas, porque no son men- puede ser metido e incluido en unos conceptos de esencia_riguro_sos;
surables los fenómenos. Pero es una ciencia'rigurosa, Pues con el fenó- posee una esencia que se puede enunciar de él con una validez eviden-
meno capta lo absoluto. Lo que Flusserl entiende por absoluto¡ no es te, pero si se le fija como individuo, poniéndolo en un mundo del
un ser que exista en sí sin deperider de ninguna causa, sino solamente 'estar ahl' (Dasein) individual, no se le puede enmarcar dentro de
el ser conocid,o de una manera inmediata e indubitable, el ser absolu- Ios conceptos de la esencia. Para la fenomenología -Io singular es lo in-
tamente dado. En este caso se halla eI fenómeno y sólo el fenómeno, por- determinado, lo indefinible. SóIo puede conocer de urra manera objeti-
que todo su ser consiste en aparecer. vamente válida las esencias y las relaciones de las esencias." I
El ámbito de la fenomenología es, pues, la conciencia pura, con sus Estas esencias constituyen el ser ideal que es necesario admitir fren-
"estados de conciencia" o sus fenómenos, sus vivencias (Edebnisse). Y te al ser real: son los famosos universales, tan fecundos en problemas.
como una de las primeras comprobaciones que se imponen es la de que El ser ideal no existe a la manera del ser real, pero no por eso es un
las vivencias se escurren en el tiempo, se podrá decir también que la puro nada, tiene su forma peculiar de. existencia que más que existir
fenomenología tiene por obieto "el fluio puro de Io vivido". No in- es ser; goza de una objetividad ideal de valor universal y necesario, y
tenta la fenornenología explicar este objeto, sino s«ilo describirlo. Por- son punto de partida y elemento de las verdades que tienen un valor
gue no puede afirmar nada que no se funde en una evidencia inme- absoluto. Y esas esencias ideales no son incognoscibles como el noúmc-
diata. zo kantiano, rii cognoscibles tan sólo corno resultado de un razona-
miento; son también y principalmente. aprensibles por intuición. 'Las
572. f,n rsrnrucroNAlrDAD DE I-A coNCIENCIA.-La reducción no su- esencias son eI objeto de una intuición específica, la intuición eidética,
prime ninguno de los ob'letos que se ofrecen a la conciencia: simple- o Wesensschau.
rnente pone entre paréntesis su existencia en si. Suprimir el objeto se- El camino del ser individual hasta la especie o esencia ideal se hace
ría hacer desvanecer la conciencia, pues es esencialmente relación a un por la abstracción'+eLo no por la abstracción aisladora, que separa unos
objeto. "Toda conciencia es conciencia de algo." Hay tantos modos de otros los momentos de lo individual, sino por la abstracción gene'
rle intencionalidad, como de actos psíquicos específicamente distintos: tali,rud,ora que trasciende los límites del ser individual. Esto se consi-
lrr percepción se refiere al obieto de una manera distinta que la ima- gue por la intuición eidética o ideatoria (o simplemente ideación), que
g^irraci<in. el recuerdo, la significación, la intuición, el juicio, la valo- consiste en elevarse de la intuición de lo individual a la intuición de
r.:r<:irin, el deseo, Ia voluntad, etc. Pero la esencia de la conciencia con- aquella especie por cuya singularización vale lo individual sirviendo la
sisr<.crr teferirse a un objeto. "La intencionalidad no significa otra cosa intuición de lo individual como mera base ejomplar para la intuición
(lu('('sr;r ¡rarticularidad fundamental y general que tiene la conciencia, eidética. Paralelamente a la intuición emplrica, hay una intuición eidé-
,l. sr.r.r,rr<:ir:ncia de alguna cosa, de llevar en su calidad de cogito sir tica que aprehende inmediatamente las esencias. El que no es ciego
,,,t,.i lttlttttt clt sí misrna." para las ideas, las ve tan auténticas e inmediatamente como ve el ser
\i l.r irrrcrrr ion;rlirlad clefine la conciencia, ésta no es cognoscible en concreto de lo individual en la experiencia.
132 HISToRIA DE LA Flr-osorÍA EL srcr-o xx 4gg
il la intuición de las esencias' Es cados en dos campos opuestos polarmente: hay valores y contravalores,
porque caPta su objeto sin frente a los cuales adoptamos actitudes positivas (aprecio, arnor) o ne-
o de vista psicológico, Pues gativas. Se articulan entre sí por orden jerárquico, de acuerdo con sLr
ue forma parte de la reduc- importancia. Hay valores útiles, vitales, lógicos, estéticos, morales y
:ión eidética. religiosos.
Los valores son objetos ideales, intemporales, específicos, compara-
574. Er ¡rrÉrooo FENOMENoLóClCo.-Antes de remontarnos a las bles a las esencias de la fenomenología. Su estudio, iniciado en Ia es-
:sencias ideales hemo§ tenido que poner entre paréntesis (Einkliimme' cuela neokantiana de Baden y cultivado por varios filósofos de fines del
rung) mlicha eseñcia ltas en nues- siglo pasado: Lotze, Rickert, I\feinong, llauch..., ha sido el tema prin-
tra experren El Pa a eliminado cipal de dos grandes filósofos muy prtixirnos a Husserl: Scheler y Hart-
aquellás prej an iniil aria' la cien- mann. Los dos promueven los val«rres a terna de Ia filosofía universal;
cia o la ieli existen además que uno es'discípulo de los culturalistas-vitalistas y otro discípulo de los
plr.r.irau-os de si las cosas consideradas o el 19 qyt considera existen neokantianos de Marburgo, pero amb«rs profundamente influenciados
Ln absoluto' El paréntesis eid'ético nos ha exigirlo finalmente la purifi- por la fenomenología de Ffusserl.
aria de todas las vinculaciones ca-
n una visión asi Purificada, 576. Max Scheler.-Max Schelcr (l{J74-1928) es una personalidad ex-
ntación al pensamiento, de traordinaria, sin duda el pensador ¿rlernán más brillante de su tiernpo.
a Io eterno. Con Kant Pide Nacido en Munich, fue alumno en .|ena de Liebmann y Eucken. Pro-
ciencia empírica a concien- fesó en las universidades de Jena, N{unich y Colonia. Llamado a la de
cia qrascendental. Pero Husserl se distingue de Kant en .que sus esen- Francfort, falleció antes de haller podido iniciar sus cursos. Durante Ia
cias ideales no son formas vacías, sino que ostentan una ópima riqueza primera guerra mundial colab<lró en misiones diplomáticas. conoció a
de fondo. Precisamente en este desvio de Kant nos es dable ver la gran Husserl, cuyas Inuestigacione.s lógicas fueron para él una revelación, y se
acción de este filósofo sobre pensadores como Scheler y Hartmann' adhirió al grupo de fenoment'ilogos muniqueses; pero también determi-
EI pe valor de ifusserl ra su oló- naron decisivamente su pens¿rmiento filósofos como Nietzsche, Dilthey
gico. Es a coPernicaT, I:"1 fís son y Bergson, y, entre los antiguos, muy especialmente San Agustín, a quien
él punto r el que ha de dirig tra qY." lo condujo Eucken. Fue personalista y católico convencido. En los úl-
los^ contenidos de la conciencia son el centro desde donde debe apli- timos años sufrió una transformación interna, en la que alguna parte
carse todo.'Todas las nuevas tendencias de la filosofia comienzan, desde tuvo sl¡ naturaleza poco unitaria y la apasionada dinámica de su vida:
FIusserl, con la conciencia, incluso el neopositivismo y el existencialis- no sólo perdió sus creencias anteriores sino que se desprendió también
mo. Gracias al rnétodo fenomenológico p4sa hoy día por anticuado el de su posición teísta.
método científico-natural de la psicolog*ía experimental'
577. PeneNcóu ENTRE Scnnr,rn^ y Hussenr.-Fue Scheler de por vida
575. Filosofía de los valores.-Fue también Brentano quien puso de un interrog inquieto, un revo o espiritual, una antena sen-
¡elieve que.hay en nuestra conciencia lrrr't a.ntor iusto, qte aprecia o es- sible del es u del tiempo, un escritor, un predicador fer-
tima lo qra a" bueno. El amor no r s la proyección de un.deseo o con- voroso de una ideología, varias veces convertido, gozador incontenido
veniencia egoístas" La conciencia es capaz de revelar, en el sentido eti- y riguroso asceta, político y místico, rico en estimulos, sin madurar err
rrrolrlgico de la palabra, y de estimar lo que le es clado, inmedia e, ningún sistema. Apenas existe campo filosófico en el cual no haya Ir«.
,,,,rr,,i .lig.ro de ier amado. El término de nuestra estimacién es r, cho suyos, en forma viva y profunda, los problemas de su época. Mrry
(Iil(' n()s irrytta a su reconocimiento y amor- al contrario del pensamiento de Flusserl, sosegadrr, paciente, abstr¡utr,,
Los lul¡¡res son cualidades objetivas, cuya participación convierte a el estilo y contenido de los escritos schelerianos reflejan un tem¡x.r,l
l,rs rrlri<'tos <'¡ bienes' Así, la belleza, la bondad, tidad, no son es- mento pleno de int t Así la filosofía del prii,,,.,,,
rr,,, rrrr;rs o r<'l:t«:irtnes formales del ser de las cos s tienen un con- evoluciona desde la a ática, Scheler está más e n r r ¡
rr rrirlo ¡rr,r¡rio. rrn:r t'xceleucia que Ios distingue. Lt¡s valores están colo' rrespondencia con eI curso de la vida propia y sufre la influencia <h. 1.,.,
I
EL Sl(;r.() xx 435
til HISTORIA DE LA FI'LOSOTiE
Los valores como visiones provocan correspondientes' maneras del
r('lir( i()nes de su autor con la fe cristiana y con Ia Iglesia; su carácter sentimiento. La jerarquía de los valores hace posible el acto de preferir,
rtligioso aparece siempre en característico de la vida emocional, actos cuyas más típicas expresiones
No es Scheler un. sistemát y la mayor parte de los
son eI odio y el amor. El amor amplía el horizonte de los valores; eI
lilósofos alemanes. Sus libros entarios y tratan de ilus-
odio lo restringe. Toda la fenomenología de los valores de Scheler se
trar de diferente modo algunos problemz tales, a los que sabe dar
basa, en último análisis, en la intencionalidad entendida en su origen
respuesra sirviéndose del métodó fenomenológico,. Sólo q-". .J_pensa- como eros físico y como "amor" espiritual. Eros y amor son actividades
miénto de Schéler no se concentra sobre este método como hace Husserl; del sentir y del vivir que trascienden hacia esencias ideales. El amor es
el método es sólo un medio para iluminar y descubrir el ser del hom- un superarse en lo que se ama y un reconocimiento de que lo que se
bre. Su manera de pensar no-es formal sino material. Por eso no halla ama como tal provoca amor. Por lo tanto, el objeto del amor tiene una
satisfacción trrt po.o en el imperativo ético formalista de Kant, sino que realidad como la tiene el sujeto que ama y se introduce en la existen-
persigue una éticu que le ofrázca al hombre Ia realizacig" {t los valores' cialidad de "otro".
' Si" Husserl tiená puntos de contacto con escuela de Marburgo,
-la_
Scheler revela cierto pur.t t"t.o con las ideas de Ia escuela de Baden: Ia 579. JrnenquÍa DE Los veronns.-Los valores son algo frente al su-
misma insistencia sobie la importancia de los valores como un dominio jeto, que no se identifica con él; son independientes del sujeto que los
autónomo al lado de los del conocimiento y del ser. sino c[ue 14 pers- intuye. FIay cosas que tienen un valor relativo, en cuanto valen sólo
pectiva de scheler es incomparablemente más vasta que la de la escue- para satisfacer una necesidad; satisfecha ésta, cesa el valor de la cosa.
la de Baden. Hay otras que tienen un valor convencional y pueden ser privadas del
Ambos pensadores han'influido como pocos en la filosofía *r.oPea. mismo a voluntad de los hombres. Son éstos valores apócrifos, que no
Pero si Huiserl ha ahondado sobre todo en el aspecto formal, dirigien- valen por sí; son valores medios. Pero hay valores auténticos, que valen
do su reflexión hacia la metodología de la ciencia y la filosofía, Scheler por sí, valores fines, cuyo valer no puede ser destruido por el hombre.
se ha entregado al estudio de una serie de temas de rico contenido, que Si hay valores superiores a otros es porque unos, por su misma esen-
aún hoy so-n eI caballo de batalla de diversas disciplinas' Ha ejercido, cia, valen más que otros. Esto permite establecerlos en jerarquía. Max
además, una real influencia en los problemas religiosos de nuestro tiem- scheler da los siguientes criterios determinantes del rango de los valo-
po, inyecrando nueva vida a la teología; -pg1sa{or1 como Dietrich von res: la perdurabilidad o fuerza de vigencia, su resistencia a consumirse;
ilitdeúrand y Romano Guardini han recibido de él estímulos decisivos. \a indiuisibilidad: un valor es tanto más valioso cuanto más guard.a su
unidad ante los participantes; la fundamehtación teleológica: un valor
578. Auon rz coNoclMrnNro.-Son bienes las cosas que tienen valor que se ordena a otro es inferior a él; la profunilid,ad de la satisfacción
o los actos que lo realizan; valor es lo que hace que algo sea bueno o p*4y:j9l en su aprehensión; la exigencia de un determinado tipo de
bien. El bieñ es, pues, igual a la realidad más valor. Los valores no se sensibilidad para ser actualizados. Conforme a estos criterios, deiermi-
captan en un acto- del entendimiento, sino en una intuición estimativa, na cuatro rangos fundamentales en la escala axiológica. AI rango ín-
emocional. El entendimiento es ciego para el valor como la vista para fimo pertenecen .los valores del se rtir sensible: ro agradnble y lo ite.s-
los sonidos. El sentimiento es rePlesentativo, puede tener in.tuiciones, agradable e inm(diatamente después viene el rango del sentir vital: lo
visiones de laS esencias: es puro en Cuanto ve. Lo que ve el sentimiento noble y lo innoble.
son las esencias como valores. Estos dos primeros no superan el nirrel animal. En el reino de Ia
El órgano emocional que nos pone en contacto con los valores se persona_ y del espíritu entramos en el tercer rango con lo que podemos
cstructuri en tres fases: un sentir o intuir el valpr,-descubriendo su ma- ilu-ar los valorei del espíritti. En él sq,-da,, tres"especies cardinales: va-
lcria r¡ contenido propio; una preferencia, eñ 'lr-qUe se descubre la lores ló,gicos, valores estéticos y valores éticos. Al rango supremo perte-
icrar«¡uía de los ,álorés, y, antecediendo y acompañando a estas
dos
necen los valores religiosos, aquellos que se refieren a uná relacién di-
í;rscs,'el amor, que nos guía al encuentro y estima de los valores posi-
recta enffe ei hombre y la divinidad. Aquel para quien el valor reli-
riv«¡s,¡l su opuesto, eI odio o antiPatía, que nos haCe resaltar loS valo- gioso, no ocupe el rango supremo, no tiene visión ni vive en sí mismo
r(.ri n(.ll¿rtivos. EI sentimiento axiológico no es psicológico en la acep- el valor religioso. Porqüe es de advertir quÉ no todos los valores son
, irirr rlr. rut t,stado pasivo subjetivo, sino un sentirniento intencional estimados por todos, Hay entre los hombres algunos que denen ceguera
rrlcr irlr¡ si<'rtt¡lr'«' :r un objeto, aI valor'
HrsroRrA DE LA FrLosoríA EL SIGLO XX
1ir6 I i't
para determinados v¿lores. Esta ceguera axiológica se hage ,...t'.o- lecto, sino que son sentidos por nuestro ánr'mo. El sentido de k¡s v;r|,,
"
iectiva y da lugar a que puiblos y épocas hayan sobreestimado ciertos res, o estimativa, nos los muesffa como aquellas cualidades permancnl(.s
i,alores, deseogociendo y aun despreciando otros. que de suyo producen un d,eber id,eal. Si a este deber le damos forrrr;r
dentro de ia vida diaria se convierte en imperaúiuo. Puesto que la óti«;r
58ó. prnsoN¡ y ver-on.-persona y valor son correlativos. Sólo hay estriba en los valores aprehendidos con evidencia emocional, es absolu
valores Para una Persona, y la persorra no sería tal si no estuviera esen- to, igual para todos los pueblos. La diferencia de la ética proviene rirri
:ialmenie ordenaáa al reino deit valor, que es el reino del esplritu. Lo camente de la diferencia en el sentimiento del valor. La moralidad c<¡¡-
1ue hace que una persona sea portadorá y realizadora
de- valores es el siste en realizar los valores en Ia vida práctica.
xpíritu ..r- su acd;idad libre. Espíriru, persona, libertad y valor son
,.ulidrdes que se implican y que nó podrían comprenderse una sin l¡tra. 582. AxrnororocÍa.-El pensamiento de Max scheler manifiesr,
La actifüd de la persona frente al valor l)asa por varios momentos. una aspiración de concreción filosófica propia de nuestro tiempo. No
En primer lugar, el áescubrimiento del valor. Descubrimiento que pue- es verdad que la ciencia se interese por lo concreto y la filosofía por lo
le ser de un valor ya realizado en un bien cultural o de un valor que abstracto: la filosofía ha de ir al encuentro de la realidad concreta del
;e presenta como un ideal no realizado todavía. En ambos casos el hombre y del mundo. El hombre sin el mundo es una abstracción. por
fesiubrimiento se hace por medio de una intuición que no puede re- eso se interesa tanto Scheler por Ia antropología y por la sociología.
luci.rse al conocimiento intelectual, ni se puede transmitir en fórmulas Como mero ser natüral, eI hombre es un callejón sin salida. No se
racionales. La capaci«iad axiológica nada ti tiene que ver con Ia caPaci- ha hecho del animal, sino_ que sigue siendo animal ,y Io será siernpre.
lad intelectual. El que no tiene visión para ciertos valotes, no podrá Pero como ser espiritual, busca a Dios, rompe las barreras de la nitu-
;er llevado a str descubrimiento por medio de razonamientos' raleza y se levanta a la dignidad de persona. 'ise ve claro que lo verda-
A la intuición que descubre,sigue la actitud, estimatiaa, acompañada deramente humano, en el bípedo que anda erecto, es sólo lo que en él
le un movimiento de preferencia, que obliga a la .petsona a tohar po- hay de divino." No tigne sentido decir que el hombre se imagina a Dios
;ición a favor o en'coñtra de un valor. En cuanto se refiere a valores a la manera humana; eI hombre es, a la iníersa, a la manem dirirtr.
ideales, inciua a la realTzacióri de los mismos, o creacióh axiológica. En La persona es totalmente individual, cada hombre, en la medida en
:uanto se refiere'a valores realizados ya, adopta la forma de crítica: se- que es una persona, es un ser y un valor rinicos.,La persona es el foco
ñala la distancia entte lo que es y lo que debiera ser. Pero ademiíS la dé todas nuesrras experiencias y actos, el ceritro metafísico de los actos,
persona es portadora de valores y ella misma Constituye un valor m:is Nunca está acabada, tiene que dibujarse constantemente en sus actos.
ilto u mediáa que se adentra en el reino de los valores. Cuando raliza No puede conocerse a una persona a la manera de una cosa; su esencia
Lrn valor la periona se hace más valiosa. A medida que ascendemot en sólo puede barruntarse realizando con ella sus actos. sólo sintiendo lo
la escala de los valores, más vinculados est¡í'n éstos a la persona. Siem- que ella siente podemos_apreciar aquellos valores por los que una per:
pre es la persona la que realiza valores, séa en las cosas, como en el caso sona configura su vida. Y. a la inversa, sólo por personas pueden ópe-
ie los valores estéticos, sea directarnente én la persona misma, como
en el de los éticos. Todo indiüiduo es una persona por sí y, a la par, miembro de una
persona total. A cada persótra le cárresponde una persona singular y
581. Errce MATERTAL DEL vALoR.-Al hacer ver que las esencias idea- una persona plurll. Esta última. aqliga en los cenrros múltiples dei
les no son formas vacías, sino que poseen contenidoi de perfección gra- vivir, en la totalidad- del convivir. Distingue scheler enffe coáunidad
iluada, demostré Husserl que no es exacta la critica kantiana de la ra- y sociedad, viendo en ésra_un producto de descomposición y decadencia
zón pura, encaminada a fundar la ciencia por medio de _formas Puras. de la auténtica comunidad. Et Estado es er gran pecado de la humani-
En lá visión de la esencia podemos apreherrder con evidencia intelec- dad, es la encarnación de la.voluntad de poder. El sentido_.de la evolu-
lual esencias ideales. Y Sqheler ÍIuestra ahora que podemos aprehender ción es que la humanidad se libere del Estado. De hecho, no exisren
::on evidenciá emocional contenidos de valor no menos ciertos.. Kant IC
J más que dos tipos de personas plurales de comunidades, puras: h ide:
Iundd¡ su ética por medio de una ley formal y lechazó todos los conte' sia y la nación, porque en ambas están unidos sus mieñbros por las
rri«lr¡s de bienes; conclusión a la que tenla que llegar en §u intelectua- mismas ideas y por los mismos valores; en la primera por los ialores
lis¡rrr¡. L<¡s valores de hecho no pueden ser conocidos lxrr nuestro inte- sagrados, en la segunda por los valores culturalés espiritiales.
f tl.t HISToRIA DE Ll FrLosoFrA EL srclo xx 43!)
5tt3. IupornNcre »nr- rspínmu.-El espíritu crea todas las ideas y va- de aquello "no comprendido" en los problemas), como paso a la cons-
l()r'('s (lue constituyen la grandeza de una cultura, Pero no tiene el po- trucción de la tegría, es esencialmente medio de exposición.
rlcl' tlc realizarlos en la vida diaria. Cuanto más nos levantamos jerár- 585. . Er,' coNocrMrENro.-Aunque, aI parecer, no logra superar en
<¡uicamente de la sensibilidad al espíritu, tanto más decrece la corriente este punto el kantismo de un modo definitivo, ofrece Hartmann obser-
«ic la energía. Lo que en el reino de las ideas es lo más potente, es lo vaciones muy apreciables respécto a la teoria del conocimiento. Le re-
rnás impotente en el reino de la realidad. Cuanto más puras son las pugna la idea de que áosotros mismos, por el conocimienio, produzca-
ideas, menos intervienen en el acentecef universal. Sólo donde las ideas mos los objetos. La exper:iencia nos muestra lo contrario. Las cosas no
se vinculan con el instinto de conservación del individuo o de la es- se preocupan para nada de si son conocidas o no.
pecie, se convierten en potencia histÓrica, capaz de forjar la historia.
Un análisis fenomenológico del conocimiento nos hace ver que, en
El espíritu puede actuar sobre el instinto. Posee la fuerza de la eI conocer, se en'frentan el sujeto y el objeto. El objeto determina Ia
atrstraccién, en que separa idea y realidad; asi "ideiza" el mundo. El naturaleza del conocimiento. Como tal, existe independientemente del
instinto no puede obrar sin representaciones e ideas. El espíritu le pro- sujeto y de esta independencia goza tanto el objeto real como el ideal.
pone una idea, como un cebo; y Ie sustrae otra; así rige indiréctamente Hasta aquí no hay todavía opción entre el realismo y el idealismo. Va
la furia del instinto ciego. a ser en un segundo análisis cuando vamos a ver que el realismo nos
hace más comprensible el fenó¡neno del conocimiento que el idealis-
584. N. Hartmaun.-Nióolai'Hartmamr (1882-1950) figura entre los mo. Todas las formas del idealismo delatan intimas contradicciones. Y,
grandes vanguardistas de la metafísica de nuestTo siglo. Oriundo de ante todo, aboga por el realismo la natural constitución del hombre,
Riga, frecueátó el instituto de Leningfado y estudié_ medicina y filo- que es siempre realista. Por si fuera poco, es de suma irnportancia eI
sofia en Tartu, Leningrado y Marburgo, donde fue adjunto con Cohen carácter intencional del conocimiento,- carácter que no puede aclarar el
y Natorp. Soldado en lu primera guerra mundial, p.ro{esor en Mar- idealismo. La conciencia se presenta como una facultad que se trascien-
6119o, iolonia, Berlín, de cuyo desastre de 1945 fue testigo presencial, de a sí misma permaneciendo en su inmanencia asimilativa. No es la
y Gotinga, donde murió. Fue siempre un emPecinado conservador en conciencia algo intencional por razón de su término intramental, sino
irx .ortri*bres. Persuadido de que iada época vive de la sustancia espi- por el hecho de ser el objeto algo en sí y no posición del yo.
ritual que le ha sido transmitida del pasado, estimaba en mucho la Todavia más convincente que un análisis del conocimiento resulta
herencia de los antiguos, la del gran Aristóteles sobre todo, a quien se aquí un análisis de la emotividad. En la multitud de tratos y contactos
está refirien«io de continuo, sin adoptar, no obstante, sus concepiones con los demás y con las cosas del mundo estamos interesados de un
básicas. Veía en el existencialismo de Heidegger una moda pasajera; modo emotivo. La necesaria presuposición de este estar interesado, en-
no podía comprender a esos pensadores que colocan la muerte en él vuelto, irnplicado, es la realidad de los demás y de .lo demás en el
centro mismo de la vida y se sentía repelido por el culto semirreligioso' mundo. El dolor de las cosas, que duramente nos oprime, nos fuerza
que ya entonces se practicaba entre los existencialistas. aI reconocimfento de esta realidad. El manejo, elaboración y trato con
En Hartmann han influido, juntos, Husserl y Scheler. Es sistemá- las cosas nos/muestran sus propieda{es reales, lo mismo que eI proyec-
tico como el primero y recurre al sistema fenomenológicq para agLaar tar, esperar o mantener lucha con el mundo. En estos actos emociona-
1 elaborar su pensamiento. Su contenido, sin embargo, viene a infor- les, en los cuales tropezamos con la dureza de lo real, se impone la evi-
rnarlo la probtefnática suscitada por Scheler. Procede de la escuela de dencia de un encuentro con algo, que'nos asegura la plena realidad de
lVarburgo, pero la reflexión sobre eI problema medular del ser le hace un objeto.
;rbandonar, paradójicamente, las posiciones idealistas y lo lleva hacia El carácter intencional del conocimiento y la realidad de los obje-
lrr)a concepción realista del conocimiento., tos conocidos no excluyen éI hecho de que en el conocer intervenga un
llartmann es no sólo un maestro del pensarniento, sino además un elemento irracional. En eI objeto queda siempre un residuo transobje-
rr¡:r(istrl) de la exposición. Sus obras sistemáticas están ¡rticuladas y tra- tivo e irracional, due permanece inaccesible aI conocimiento. Esta téo-
lxrirr«l;rs de tal modo que se dejan leer con facilidad, destacando clara- ría del r:esiduo ininteligible de la realidad es, juirto con su doctrina del
nr('nt(' srr «r¡ntenido teórico. Lo que él describe como su método, o sean, espíritu objetivo y su distinción entre el ser real y el ideal, uno de los
<'l ;rnllisis clcl fen<lmeno (fenomenologla) y Ia aporética (aclaramiento puntos más originales de la filosofía de Flartmann.
,l ,l I
.5tt(i. MsrerÍsrcn y oNTolocie"-Insistiendo en Ia importancia deci- experiencias co , el estrato de lo psic co;. rcs ¿"r/¡t I
se t
,rr';r rl(: los problemas del ser, tal corno se han desarrollado al correr de ruálrr, con la ia de sí mismos y eI ami ' f«rtttt:rtt '
l
l¡s sislos «lesde Aristóteles hasta Christiarr Wolff, Hartmann los reco- estrato de lo espiritual.
g-. y )Lt estudia cuidadosamente. P:ro cree que, e1 eJ o del ser' Cada estrato-del ser posee
^que
sus cat propias, de un'¡s r 'r
los trasc a todos, ndolos' :rrrrr
l«r áismo que en todos los ámbitos de Ia filoiofía, la in ión aboca tegorlas fundamentales,
tn s ficultades las llama él- qri" ro de modo uniforrire, pues toda la realidad se halla transida ¡xrr
-uretafísica y la ley de \a libertad' La pritttct 'r
que do Por- e nto' lo irra-
en los suPeriores, que li('rt
cion no áe la Es el Plano . contenidos esPecíficamcrr
anecen i carentes de
te son más débiles que los
respuesta. La metafísica no es la solución de los problemas, sino que
está constituida por los problemas mismos, por Ia at in' inferiores.
suprimible. Metifísica significa irracional e irraci e e a
o que'la física, la biología y lrr
5g8" F[osori¿ »¡r- sspÍmru.-
incognoscibilidad. iorés, eI de lo esPiritual consti.
la metafísica ant al etender ofrecer una solución a lo
pr
ofía. El ser espi'ritual no puede dt:
qu 1o tenía. Por eso t zamos por doquier en ella con contradic' tre espíritu individual, ob-
úorr.r; por eso ve otra Yez los mismos problemas sin personal, es la concienci¿r
qoe ;urries reciban sfactoria. Erró también al construir f'a
pesa en las obras de los grandes del i ace Persona' concienci:¡'
,irt"áu, acabados. de I , sólo Pasa a ser esPíritu o cl
filósofos no son lo protrlemas. TodOs los sistemas fes-
se en §u Pe dacl'
ente ef rarecid6 de la especulación. Se- es- Y se aPrehende
tejan sus tri s en el
unos c s principios y se procede luego paulatina-
La persona se forma en la libertad" No está determinada por la situ:r-
tutl"."r, o p ción en que vive, antes codetermina su ptopia situació-n. Sólo la acción
mente mediante la deducción.
libre, detlrminada por los valores, constituye la verdadera dignidad del
si la metafísica no es sino un conjunto de problemas a los que no hombre. El espíritu- objetiao es el espíritu portador de una determinad¿r
la ontología, en cambio, es todo Io que
^u..r.u alguna,
es posible dar respuesta
culrura. Lo que ha cre¿do el espíritu individual en forma de pen1l
poá"*., conocer del ser. La ontología ve objetos, el ser de estos
I delser esePl mientos o estilos de vida, puede ser adoptado por otro§ espíritus indi-
Lt¡. eson coy bleYeI viduales. Se da ,t conttu.rte intercambio animado entle los espíritus
c,rrt t s los os: 1' doquier lemas r les de
refieren a! ser, a sus relaciones, personales. Este espíritu objetivo, el espíritu de una determinada cul-
raleza ontoiógica. Dichos problernas se
que ver con el carácter meta: iura, por ejemplo, no es ulla persona, pero tiene realidad, se hace re:l-
srrs fotmas y ius datos. Ello no tiene nada
lidad in la§ peisonas que lo encarnan. F.l espíritu obietiuado ya no vivc,
lísico de los problemas". sino que espi en la materia, particu e en las obras dt'
,rte. Sin erhb s las obras de nuestra tienen, a par dcl
5S7. Esrneros »nr srn.-Ha superado Hartmann el concepto uni- fondo real "aparente", otro "trasfondo irreal", en cuanto aún -pervivc
lorrnc de realidad, como objeto de la ontología, aI que nos tenía acos-
en ellas el alma de que nacieron. Este espíritu fijado necesita del espí
rr¡r¡rlrrado la filosofÍa clásica; algo unitario y uniforme, en el'que sola-
ritu personal para tornalse por é1 vivo. Si el individuo es bastante fuertc,
ru(:frtc rrn sistema de categorías podía tener validez y agotar adecuada-
impondrá su modo de ser; de lo contrario suc a lo antiguo. Con
nl('nlo sus estructuras.
servadores y progresistas coexistirán en todo y en todo lugar.
l,;rs caregoríaS de la nueva- ontología han d-e corres¡ronder "rasgo a
r:rsrl():r las éstructuras de la realidad", ![ue, además de {os planos: rea'
ii,l;irt irlt.:rli<Iad, y de diversos modos de ser: posibilidad+ealidad, nece-
589. Errce.-Flartmann pretende conciliar en su ética, que ha tt'
,i,l:rrl r-orrtirrgcncia, imposibilidad-irrealidad, consta por 1o menos de cua,
nido gran repercusión, a Kant y a Scheler; intenta establecer una éti«:r
de biánes qué posea, sin embargo, validez absoluta.
rr,, ¡i\/(.1(.s; ¡r;tteria, viáa, conciencia y espiritu. Las cosas inanimadns for-
Entre el esirato del espíritu y el de Ia vida se encuentra el ser hrr
rr rrr (.1 cst ¡rto f'rtlldamental, Cle que trata la fíSiCa; IOS SereS COn Aid,A
mano como poder sintetiTador y "resonador de valores". Los valot'r':
!,¡rnr,¡r (.1 (,sll:rt() (l(: lo biológiCo; loS Sefes COfl Alma fOtman, COn SllS
442 HIsToRIA DE LA r¡¡-osorí¡
son irreales e impotentes; son esencias ideales, que Poseen, no obstante' FILOSOFÍAS DE LA EXISTENCIA
un en si, pero ti en sd que no puede ser localizado, pues no son ni u.n
imperativo nomotético, ni ideas- preexistentes en una mente divina, ni
mandatos divinos, sino puntos ideales de orientación, que forman cons-
telaciones culturales qué va descubriendo el homble en.su proceso de
realización histórica. ÁI iguat qué Scheler, se opone Hartmann a todo, 590. La Filosofía de la existencia.-Como ocurre tantas veces al pre-
relativismo axiológico. tender designar grupos o tendencias con una misma denominación, la
Los vdlores materiales, que constituyen el centro de su ética, pro- expt'esión "filosofía de la existencia" no cobija a un gruPo de filósofos
ceden de diversas concepciones éticas. De la aristotélica acePta los idea- netamente definidos, aunque se haya hecho corriente hablar de unos
Ies de sabiduría, justicia, moderación y valentía. De la cristiana, la ca- cuantos, por lo demás bien distintos, clasificándolos bajo este común
r'idad, la sinceridad, la fidelidad, la humildad, la paciencia. De Nietzs- denominador.
che, la virtud pródiga en derroche vital y el amor cósmico. Del ethos Se dan en estos pensadores ciertas características que los distinguen
actual, la personalifud y el amor personal. del resto. Como rasgo formal que les es propio puede aducirse el hecho
Sólo es moral la acción del hombre cuando procede de libertad- de que la palabra eiiste.ncia haya dejado de tener Ia acepción clásica del
Para que la libertad sea posible es menester excluir tanto la libertad mero existir para convertirse en la expresión de modo del existir hu-
divina como cualquier determinación'finalista. No basta para la mora- mano. Y como.rasgo material, el que la filosofía de la existencia, al
lidad de una acción que esté dirigida a un valor, sino que consiste esen- plantear la cuestión del ser, parte del ser humano siempre en tensión
cidlmente en preferir el valor superior al inferior. Obr¿ moralmente el entre el dato y el proyecto. Tal vez estos caracteres jtrntos puedan es-
que se decide siempre por lo mejor. El objeto de la ética llega, pese a tablecer una distinción entre la filosofía de la existencia y las demás
todas las dificultades, a una síntesis armónica de valores. corrientes filosóficas.
Si hasta.aquí se había procurado unir entre sí ética y religión, Hart- Los filósofos de la existencia han ido desarrollando, valiéndose casi
mann las reputa inconciliables. La religión fija por rnedio de la provi- siempre del método fenomenológico, problemas que ya se habían plan-
dencia divina eI destino del hombre, predica la heteronomía, trasPone teado antes Kierkegaard y Nietzsche. ¿Qué es el mundo? ¿qué es el hom-
aI más allá todcis los valores propiciando una fuga del mundo, declara bre? ¿quién soy yo? ¿qué es ser? son las preguntas claies de estos filó-
la voluntad de Dios como el mandamiento supremo a que debe doble- sofos. Y suelen ofrecer la paradoja de centrar su reflexión sobre'el hom-
garse toda voluntad hurnana. La ética, en cambio, reclama absoluta li- bre y el mundo concretoJ y dé expresar al mismo tiempo esta refle-
bertad, enseña la autonorhla, 'guiere realizar aquí en la tierra los valo- xión en conceptos de abstracción compleja. Así como la de que no po-
res considerarldo inmoral la fuga del mundo, mira al hombre como lo cos de ellos, de pensamiento tan técnico, son a la vez escritores de obras
supremo y estima una traición su subordinación a la voluntad divina. literarias que se dirigen a un gran público.
'En nombre de la ética, habla postulado Kant la existencia de Dios;
en nombre de la misma ética, postula Hartmann que no hay Dios. No
/
591. Exr#r¿Ncrer.rsMo r ESENcrALrsuo.-La palabra existencialismo
puede menos de sorprender que dos lógicos tan eminentes saquen de y su generalizhción se debe al pensador francés Sartre. Este término se
las rnismas premisas una tan opuesta conclusión. refiere a la existencia y a su predominio sobre la esencia. Los existen-
cialistas acusan a la filosofía anterior de ser una filosofía de esencias
abstractas, alejada de la realidad viva y palpitante. Su afán de saber se
dirigía a la inquisición de aquellos rasgos qué permiten distinguir y
citar las cosas: las esencias. Sólo lo universal, lo necesario, lo inmutable
era objeto de la reflexión filosófica. Con coriceptos univer§ales y abs-
tractos forjaba la razón principios y conclusiones de valor universal y
levantaba sistemas que eran considerados, como la representación inte-
lectual de la realidad, como la idea del mun{o. Tanto se enamoró eI
cntendimienro de sus propias construccrones, que las constituyó en ob-
443
ltl HISTORIA DE LA FILOSOTÍN EL SIGLO XX 445
¡r'to rirric«r del filosofar. Los filósofos se alejaron de la realidad desenten- sofos existencialistas ninguna validez universal ni significación norma-
rlitlntlose de Ia existencia. Nada añadíá al saber de las cosas el suponer- tíva para ios demás. Individualidad y existencia son categorías incog-
l:rs cxistentes. Absorbido todo por el pensamiento, el esencialismo se noscibles e incomunicables.
t r¡nvirtió en racionalismo y éste acabó en idealismo. Se consumó así No es posible representar la existencia como objeto del pensamien-
r¡na radical disociación e-rrtre pensamiento y vida, entre el filósofo y el to y demostrarla desde fuera,, sino sólo experimentarla desde dentro y
Ilombre. mostrarla en su peculiaridad. En vez de discurrir acerca de la existen-
Contra esta situación reacciona el existencialismo, que postula un cia, reflexionan desde ella; describen desde la existencia misma el acto
r-etorno de las ideas a las cosas. Frente a la, esencia proclama Ia existen- de existir. La existencia co4creta del existencialista se plantea libre-
cia concreta y singular; frente a los conceptos abstractos del entendi- mente la pregunta acerca de sí misma, mientras aquél vive su existen-
miento, Ia experiencia viva de la realidad; frente al sistematismo, la cia interrogante. Describirla es el obieto de la filosofía existencial, gue
riqueza fluyente de lo real. Dejando a un lado las esencias, se precipita no puede ofrecer una explicación del existir mismo. Este es un hecho
en la otra vertiente de los objetos: el hecho de existir, que se manifiesta primario; sólo cabe describirlo.
en la característica presencia y resistgncia que ofrecen, gracias a las cua- Suelen estar de acuerdo en concebir esta existencia o modo de ser
les se cuenta con ellos y se erigen como independientes de1 pensar. F.n del hombre corno. una pura libertad radical, autónoma, contingente y
este sentido, eI existencialismo es una filosofía que proclama la vuelta finita, que determina y realiza su propia esencia, es decir, que se cons-
a. la existencia concreta, y no se resigna a ser un sistema abstracto, edi- tituye a sí misma, ejerciendo su actividad frente a una vasta gama de
ficado al margen de la experiencia y de Ia vida. posibilidades que le ofrece el mundo, en el cual está inserta, no como
una cosa entre las cosas, sino como un ser abierto a las cosas y necesi-
592. FnosorÍe DE LA srrB.fETrvrDAD.-En.el existencialismo, la aver- tado de elias. Posibilidades Cuya realización, al mismo tiempo que lo
sión contra Ia objetividad de la razón, contra lo general y abstracto, constituye, lo limita y anonada, poniendo de manifiesto su carácter
contra los sistemas cerrados y las concepciones del mundo con validez constitutivamente temporal e histórico.
universal, contra lo meramente teorético, contra los "problemas" po-
sitivos, corre parejas con el interés por el sujeto concreto y existente, ú94. InnecroNeusMo y FENoMENolocÍe.-Heidegger declara expre-
por el yo, por la dignidad de la persona, por el misterio de la interio- samente que pretende acabar con el poder de la inteligencia en "el te-
ridad, por la reflexión subjetiva. Le interesa menos el mundo de las rreno de los problemas relativos al ser y a Ia nada" y "con el dominio
cosas externas y de las ideas en su ser en sí que las reacciones del su- de la lógica dentro de la filosofía". En lusar de un severo conócimiento
jeto a su contacto con los objetos, menos la realidad que son las cosas teórico gravita sotire los existencialistas Ia hostilidad a 7a razór. y la
que la realidad que es el hombre., Busca, no al hombre considerado som-bra del escepticismo. Ante Ias contradicciones y la paradoja del mun-
como ser natural, ni al hombre en general o en abstracto, sino al ser do y de la vida se sienten impotentes y condenados al fracaso. La rea-
humano concreto y singular, al yo inmediato que vive y filosofa. lidad no só)ó'es impenetrable al pensamiento, y por tanto irracional, sino
Si hemos dicho antes que el existencialismo se oponía al racionalis- que enreda a la razón en contradicciones' insolubles y resulta absurda.
mo abstracio y aI sistematismo, ahora añadimos que se opone al natu- Después de Kierkegaard ha sido la fenomenología la corriente filo-
ralismo y al objetivismo. Radica en la su,bjetiuidad humana concreta, sófica que ha ejercido más influjo sobre los existencialismos. Han am-
que no ha de ser entendida en sentido idealista. No es el cogito, sino pliado su método y se esfuerzan en extraer por medio del análisis lo
el su,m, el punto de partida en su filosofar. No se filosofa desde el hom- que se halla oculto todavía y velado en las apariencias, precisamente
lrrc, sino sobre el hombre. El hombre está envuelto en su propio pen- como fenómeno tras la apariencia. Mas, como este análisis suele desarro-
ri;ilnrento. llarse en un ambiente de emotividad y patetismo, predóminan senti-
mientos taies como la angustia, la náusea, la .inquietud, Ia desespera-
l'r93. ExrsrnNcre y LTBERTAD.-Guárdase el existencialismo de inte- ción. De manera que al color subjetivo, irracional y escéptico de la
rr()s;rl'íl('crca de la existencia porque sabe que eso equivaldría a disol- doctrina existencialista se añadió la nota sombría del pesimismo.
r lr l;r t'n rrrr.r r:sencia rnás. Mas bien limítase conscientemente a una ilu-
rr¡in;rcirirr r¡sist«rrnática de la existencia humana, a la descripción de ca- 595., FrrosorÍe DE cRrsrs.-Los dos períodos en que Ia filosofía de la
,,(,\ l).ntir rrl;rrcs rl«'l cxistir. Pero ni siquiera a esto atribuyen los fild> existencia cobra forma son Ios períodos que siguen a las dos guerras
I f (r Dt. lit(;t.(, xx 447
HrsroRrA DE LA rrr,osorÍe
rrlrrt¡tliales.
Lo que pone en marcha e impulsa en su reflexión a los filó_ nada pero proyectado en el ser- se le revela en la angustia y se resuelve
es Ia conciencia d.e tatástrofe, d.;;t""';#";; en la desesperación, por la cual escoge vivirse como paradoja y remite
:::,j:
r¡aza oel
-::rr*nciatisras el impacto de la desgracia, su vivencia de la a Dios sólo la solución del problema inmanente que le angustia.
amenaza el hombre es particularmente depresiva y su- Los temas de Kierkegaard se vuelven a encontrar, en parte, y no ya
|;1r O:
*'t
inseguridad internas, por la monotonía y mi- con entonación religiosa, en el pensamiento de Federico Nietzsche, quien
atisba la necesidad que tiene el hombre de superarse, de trascenderse,
:
;:i*
i ri ca e s to q,., Í",1, i:"1# J"'
Tillill;,", r,
il':T,',',::'H, *,u de salir de la finitud satisfecha de sí mism a, para encontrar las raíces,
condenada a hundirse- en Ia desesperación. La actitud fr.;;"; i;'';;: irracionales, de su ser. También las filosofíai vitalistas de Bergson y
naza de ruina es distinta en cada uno de
,", p.r"oáofes. La primera Dilthey representan influencias decisivas para los existencialistas.
Heidegger da la impresión de que no' re resta Pero ha sido Edmundo Husserl con su fenomenología la figura más
"btl .9:-
posibilidad que la de tener ei valor de niirar de frente
ar hombre orra
su propia ruina, importante para el existencialismo. Sus más destacados corifeos aplican
pero su ante otro horizonte. Jasperi advierte constantemente el método fenomenológico, aunque no participen de
desde el
ffitrs:
es importante.
:H::'ü,:ffffii:i,!TH,H:1
a' ante el que ni siquiera la mueite
las tesis husserlianas ni siquiera de su posición fundamental. Y parece
que no se reduce sólo al método la aportación de Husserl. A medida que
se han ido publicando sus manuscritos inéditos, advertimos que no sólo
Scheler y Hartmann han de ser interpretados ep función de la filoso-
Es peculiar, pues, de ra filosofía existenciar fía de su maestro, sino que también algu¡os existencialismos tienen no
esra enrrada de diag,ós-
tico audaz y d-espiadado. pero no se encuentra sora poco que ver con determinados puntos que derivan de la fenomenolo-
tud: algunos de los más célebres historiaclor., y rr*u.es en semejante acti-
de ciencia gía. Tal es el llamado a la Lebenswelt, al mundo de la vida, y la idea
contemporáneos han formulado prorósticos
,r., ,rá.ro,
característica suya que sea esta cónciencia tcmpor"f
..*úr. y;;;;; de la filosofía como organicidad y teleología, como apertura hacia una
de un filosofar en profundidad y de srarr envergadura.
.i p""ro de partida posibilidad positiva nunca dada, poseída, concluida.
597. Heidegger.-"Debo decir otra vez que mis tendencias filosófi-
596'
FunNrrs DEL Exrs'rENCrAr.rsMO.-No es difícil señarar
motivos cas no puedan ser clasificadas como filosofía existencial. Este error de
existencialistas en filósofos conr«¡ s,n Agusrín
y pur.ui, argunos han interpretación será probablemente difícil de evitar por 'el momerto.
pretendido encontrarlos. hasta c, er_ pensámiento
tóteles. Pero el existenciarism., propiJmente.habrahdo
a. ptri¿n y de Aris- Pero la cuestión que me preocupa no es Ia de la existencia del hombre,
nace en los albo_ es-la del ser en su conjunto y en cuanto tal." Esto escribía Heidegger
res del siglo pasado, en er sen<¡'de[ romanticismo en 1987, diez años después de haber publicado Ser y Tiempo, en cuya
alemán, cuando algu-
nos epígonos destaca. qrre Ia razón tiene frente a sí, introducción señalaba claramente tal intento. Mas como sólo ha publi-
$e -sus como ,n
obstáculo y una resistenr:ia i,ve,cibles, un fundamento oscuro, irracio- cado la primeryparte de la obra, que trata exclusivamente de la exis-
nal, que es la raíz del. ser ¡rrisnr<¡, e[ fondo oscuro, lu ,u¿u tencia human/ el problema del ser sigue como problema y nada auto.
de la que el
ser se origina; y aquí tarrrrié, riene su run¿amánto-eiirraioiduo riza a,creer que vaya a resolverlo.
hu_
mano como ser finito dot¿r<lo de libertad. Martin Heidegger (1889) fue duranre.un riempo novicio jesuíta.
En la crisis del idearisr,«¡ :rrernán cobra particular relieve
y el-pensamiento de s9r-9n Kícrkegaard, considerado como ra figura .Salido de la compañía; se graduó con Rickert en Friburgo, entró en re-
'laciones
er verdadero con Ffusserl en la misma universidad, fue llamado como pro-
fundador del existencialis,l.. cuinto más se desarroilan fesor a Marburgo y volvió a Friburgo como sucesor de Flusserl, cuya
estas doctri_
Das, tanto más se impone e, rrr rnentaridad fenomenologia fue tan decisiva para toda su obra que, según confiesa
moderna el pe.rsamiento del
filósofo.danés, que sábemos crr qué medida," t"ii, él mismo, sin esa formación previa no la hubiera escrito. Privado del
vida trágica y sombría. En este antiir "",tJuru¿o con su cargo de rector en 1945 ¡ror motivos políticos, siguió dando lecciones
del individuo finito, existente, el en Friburgo, Munich y Viena.
muerte se identifican con el proble Al contrario que su maestro, que había puesto "entre paréntesis"
«:ado, que es el acto del individuo f las cuestiones concernientes al ser de las cosas paia investigar sus esen-
<r¡nrradicción que er hombre vive en sí mismo cias fenomenológicas, Heidegger se pregunta: ¿qué es el ser o el existir?
-finitopero eterno,
lll{ HISTORIA DE T,A FILOS(}FÍA
598.
Er- pnosl,rlvrA DEL srn.-Ciencia y filosofía, que tan moros¿rmen-
te han lconsiderado las esencias, han pasado por alto durante siglos el
lrroblema del ser del ente o la existencia. Han procedido como si fuese
una cosa accesoria la existencia, sin caer en la cuenta de que no habrla
siquiera ciencia si antes, no hubiera existencia real. "ta esencia del
Dasein (estar ahl) radica en su existencia (Exístenz)"; tal es la tesis
central de la fenomenología heideggeriana. La particularidad de la Exis-
tencia radica en que Se trata de.un ente a q\rien en su ser le va,en
jrrego su ser mismo. "Comprensión del ser" es ya una determinación
del ser de la Existencia. Por esta razóm la Existencia es "ontológica",
mientras que los demás seres son "ónticost'.
La filosofía; de Heidegger comienza; provisionalmente al menos, ¡ror
el análisis y descripción del individuo concreto, lo¡ el Dusein. Y co-
mienza por eI hombre la cuestión del ser, porque sólo el hombre puede,
entre todos los entes, preguntar por su ser; sólo él puede salfu (ex-sistere)
de la estrecl,rez del ente al reino del ser; sóIo é1 puede trascender las
fronteras de su ser. Si pregunta porrsu ser, sé hace existencia. Dasein
significa lit-eralmente "eitar ahí". En la filosofía clásica alemana designa
Ia existencia de las cosas que están "ahí" ante el sujeto coino objetos.
En Heidegger se refiere exclusivamente al homb:e, aI individuo con-
creto.. en esta situación, con ,:estas esperanzas y con estas inquietudes
suyas.
Esta descripciórr revela inmediatamente que yo no soy una cosa ya
hecha y acabada. El Dasein es un proceso, un cambio conitante qo. d.-
pende de é1 rñlsrno. Yo soy un conjunto de posibilidades que se van
realizando por rni libre decisión. IVli esencial rndnera de ser consiste en
hacerme, y esto e-.s-tni vivir. Mi modo fund¿mental de ser es existir.
Mi esencia es nxi e'xi.stencia.
599. E¡, srn-nN-n¿-uuN»o.-Existo en el mundo, habito en é1, re-
sido y uabájo en éli no pueden separarse uno de btro hombre y mundo.
mental ta mi estar en el mundo rs la
todo y en priñer lu-
ya que z todo lo qrfe
ante él posibilidades,
EL SIGLO XX 4 4\l
hacia las cuales se "pro-yecta". Pero este proyecto, esta tensión entre lo
que ya es y lo que tiene que ser arin, es la preocupación. No es un sen-
timiento pasajero, es su mismo ser. Si se considera que la suprema posi-
bilidad del hombre es la muerte, se le puede definir conforine a esta
perspectiva un "ser para-la-muerte".
Este mundo está constituido, en primer término, por los objetos de
que me sirvo, que forman mi trato normal y cotidiano. El ser de estos
objetos estriba en stt estar al alcance de mi rnano. EI mundo no se com-
pone de cosas sino de útiles, que son esencialmente '.'algo para..."
Todo útil, todo instrumento apunta al hombre,,el cual, como verdade-
ro centfo, "proybcta" el mundo entero en torno a sí, como un imán
proyecta en torno a sí un campo magnético. Está en su mundo y par-
ten de é1, como de un centro, múltiples posibilidades, que trazan invi-
sibles direcciones, las cuales dan sentido a las cosas donde terminan.
Son lo que son, y las cita por eI servicio que le pr€stan: De ahí que el
mundo entero no sea un mundo objetivo (de cosas), sino eI mundo
del hombre
, Nuestro ser humano es siempre un "estar con" otros horpbres, que
están a su vez con nosotros. No vivo solo. En el mundo, y constituyén-
dolo, convivimos necesariamente con los demás. La vida en común es-
tablece una recíproca dépendencia y en esta relación constante con el
prójimo pierde uno su personalidad y autonomía. Soy uno más enúg
otros. Vivimos la existencia inauténtica. Di§persos, ¡rerdidos en la m-asa,
uno ya no es nadie. Para ser rescatadós de esta inmersión en el anoni-
mato, en Io colectivo, debemos erguirnos y asumir la auténtica existen-
cia h,umana, dotada de carácter angustioso y consciente de la propia
voz de la conciencia moral.
I
ll'12 HrsroRrA DE LA ur.osorÍe EL SIGLO XX 458
La primera barrera por la que se halla rodeada nuestra existencia 605. Acr.en¡,cróN DE LA ExrsrENcrA.-Todo saber científico, por muy
uunana es el mundo de los objetos estructurados por las ciencias y sus exacto que sea, nos lleva a un lírnite en que fracasa. Nada puede decit'
eyes. El mundo se presenta como distinto de ml, como no-yo: pero por nos de la razón unitaria del mundo, nada de su sentido;o finalidad.
ste mismo hecho. está ligado a rní, es eI soporte, la extensión, el reflejo Pero es justamente ahora, al fracasar todo ntrestro saber mundano, cuan-
lel yo. No es, pues, e/ mundo el que se rrre aparece, es mi rnundo, do se aclara nuestra propia existencia. La existencia singular es inelu-
rn mundo "privado". No puedo contentarme con uiair. ciegamente en mr diblemente individual, lntima. Só1o se puede aclarar, no comprender.
nuúdo. Siendo hombre intento pensarlo, er-r virtud de una "voluntad
¡riginal de saber". En cuanto pienso el mundo se convierte, por este
nismo hecho, en "objetiv.o". Lo objetivo es el objeto de la rePresen-
ación, lo representad,o qu.e se opone a la subjetividad; es lo aaledero,
o que es pensado racionalmente y vale para todo ser razonable; es lo car las condiciones generales en, que tiene lugar.
:ompulsiao,lo que se impone a todo espíritu. Entre el saber compul- Todo hombre vive siempre incluido en una determinada situación;
ivo y el ser consistente, entre laraz6n y la naturaleza,hay una estricta está determinado"p"t t" sitüación en que vive. Sólo desde ella plantea
strs problemas y formula su solución. Hay situaciones'límite irrevoca-
:orrelación. Mundo privado y mundo objetivo son distintos pero soli-
larios. Pata alcanzar el todo del mundo sería,necesario que uno de los bles, horizontes definitivos de nuestro camPo de existencia: el snfri,
los mundos se bastara a sí mismo y englobara al otro. Pero ninguna de
miento, la lucha, el sentimiento de culpabilidad y la muerte. Constan-
:stas ,totalidades es posible.
temente está en el límite el ser humano, constantemente tiene que fa-
llar. Debe, pero no puede. La vida es un estar en situaciones-límite en
El esfuerzo del sujeto para convqrtit en un todo su mundo privado
que fracasa, p€ro precisamente en estg fracaso se ilumina la existencia.
:s un sistema filosófico, luna Weltanschau,ung. Pero',una concepción del
Entonces es éuando se interroga por el sentido de su existencia. ,Y lo
nundo no es más que una percpectiva individual, destinada a funda- hace en comunicaci.cín. Porque el hombre está esencialmente temitido
nentar una escala de valores. Sólo expresa el yo original, sólo tiene sen-
al otro. Sólo en comunicación con el prójimo logra penetrar hasta Ias
:ido para quien entra en ella y se mantiene en su interior. No es una
más recónditas preguntas sobre sí mismo.
:eoría científica que pueda ser objetivamente comprobada.
También el mundo científico tiene sus llmites y sus deficiencias. 606. Le urrerͧIc¡,.-"La finalidad última de la filosofía de la exis-
En las ciencias especiales se va desmenuzando el fondo unitario del tencia no es la existencia. Su impulso la lleva más lejos: el término de
nundo. Nuestras universidades se han convertido en "tiendas de.,mer- gü fe es el origen de donde bro uestra existencia, que
:ancías del espíritu". La ciencia natural btlsca construirse un edificio \ el término de nuestra fe, lo trascend,encia {i llama
rcabado en qre todas las cosas estén explicadas y ordenadas. También metaJísica al conjunto de pasos llegar a ella. La exis-
a filosofía se ha levantado tales edificios en el materialismo, ¡ositi- tencia humana se orienta hacia la trascendencia: Dios. El mundo es
;rismo e idealismo. Así se ha cerrado la mirada para, la "cosa en sí". Las como un manuscrito que la ciencia no sabe descifrar y que solo p,uede
:eligiones,. a ,través de sus iglesias, nos presentan dogmas hechos que interpretar la existencia libre y personal. Toda realidad es cifra, sim
losotros no tenemos sino que acePtar como paquetes. Asl se nos cierra bolo, que alude y trasparenta a Dios.
a mirada ai Dios real. El arte levanta su biombo en torno a la vida El trascender del hombre de sí mismo y del mundo se produce cuan-
tiaria y lo pinta con maravillosas ilusiones Para que no veamós las do éste existe realmente y puede ocurrir de diferentes modos. El tras-
Eealdades que se ocultan detrás. cender formal es el pensar superior a lo pensable. El mismo entendi-
Jamás podría acabarse la exploración del mundo. Porque al inten-
miento es eI que nos obliga a trascender 1o pensable. Luego vuelvo a
:ar definirlo choca contra dos obstáculos insalvables: lo' indefinido de mí mismo en situaciones-límite y descubro que. estoy implicado en lo
¿r materia y lo infiniúo del espíritu. Siempre podrá hacer nuevos des- trascendente, en aquello que trasciende y va más allá del hembre y del
,:ubrimientos la ciencia, siempre habrá un "residuo" más allá de lo que mundo, en lo absoluto. Lo absoluto es eI Dios escondido, que obra in-
::onoce. L,a posibilidad de un progreso ilimitado atestigua que es limi- cesantemente dentro del mundo. Sólo se requiere que sePamos leer sus
tada. Esta crltica del conocimiento cientifico da lugar a un esfuerzo de cifras, r,as cifras son la lengua misteriosa eñ que nos habla lo náscen-
irrrkrle filosófica y define el giro gue va a tomar esa filosofla. dente. Nada hay que no pueda convertirse en cifras. Cifras son todós los
I
4!t4 HrsroRrA DE LA FrLosoFÍA EL srcr-o xx 45lt
(:onceptos de la anterior metafísica,, el pensamiento en que la huma- una cierta técnica en cuya función se define, un misterio trasciende ¡xrr
nidad ha ido sedimentando su trascender en el curso de la historia. Ci- definición a toda técnica concebible."
fra es el lenguaje de los mitos y de la,+eligión. Cifra por excelencia es El tema de la filosofía es el misterio, aquella dificultad que implica
Ia existencia, puesto que es ya trascendente al mundo. Pero la cifra de el propio suJeto pensante. El filósofo se devana en los temas de su prr»
Ias cifras, la que confiere valor y sentido a todas las demás, es el fracaso pia constitución. Todos los problemas tratados por la filosofía clásic:r
mismo, que nos lleva hasta el límite extremo, tras el cual se extiende el son en realidad misterios: Ja sensación es el misterio de mi comunica-
más allá. ción con las cosas; el sentimiento fundamental es el misterio de mi ser
en el mundo de mi encarnación; la sociabilidad es el misterio de la
607. Marcel-Nunca ha querido ,este filósofo edificar un sisrema presencia del otro como tú; la religión y Ia mística son el misterio de
por temor a que falsee su pensamiento. Por eso resulta sobremaneia la comunicación y dé la presencia del tú absoluto, de Dios. Todos estos
diffcil exlnner sus doctrinas existencialistas, porque se resisten a inte- misterios de" vida, que son luminosas y gozosas certezas, fe transforman
grar ningrln esquema lógico. Gabriel Márcel (1889), convertido al ca- de otro modo en oscuros problemas. Y es que la razón ng puede enten-
tolicismo en 192Q., pasa por ser el más importante existencialista cató- der sino en términos de haber, en tanto qüe los misterioi se ofrecen en
lico francés, por más que rechace este calificativo protestando "contra térmínos de ser. El haber olx)ne, separa, subordina; el sel concilia, apr«>
las deplorables confusiones a que ha dado lugar en su caso el horrible xima, iguala. Las más altas expresiones de la existencia, fe, es¡reranz:r.
vocablo de existencialismo", y resignándose con la etiqueta de "socrá-' amor, no se entienden como modos de haber, sino como modos de scn
tico cristiano". Mas esta declaración no va a impedir que se tre coloque Lo que catacteriza un misterio es el hecho de hallarme yo implir:a<l<r
entre los maestros del existencialismo cristiano. en é!,'Por lo que no puede ser representado ni resuelto, porque is<r
Adepto en un principio del idealismo objetivo, se fue alejando de significaría objetivarlo, degradarlo en problema. La actitud normal del
é1 por un camino que recuerda mucho al que siguió Kierkegaard para espíritu frente al misterio es: reconocerlo, admitir que existe; aproxi
escapar de Hegel. Aunque asegura ,que no conocía al pensador danés rnarse a é1, no por vía lógica sing por experiencias concretas; reflexio-
cuando ya tuvo una idea clara de los principios de su propia filosofía, nar, rro de una manera abstracta,"sino por un esfuerzo de "recogimierr-
su parecido con Kierkegaard es sorprendente. Ha manifestado en di- to", que se parece rnucho al Ípensamilnto subjetivo" de Kierk-egaar<I.
ver§as ocasio¡es que el motivo de su filosofía se encuentra en la refle- La tarea de la metafísica podría definirse como "una reflexión dirigirl:r
xión sobre el ser encarnado. "La existencia está ligada a Ia encarnación, a un misterio".
al hecho de estar vinculado a un cuerpo que verdaderamente no puedo
decir que poseo, sinq que soy. Es la condición de nuestra existencia real, , 609. El u¡srrmo DEL yo y EL r\{rsrERro orr, rú.-Todos los misteri«rs
de nuestra inserción en el mundo." Todo el quehacer filosbfico de Mar- ño son más que aspectos _de otro fundamental: el misterio del ser. I,ll
cel es una constante interrogación sobre el ser del hombre. ser no necesita una prueba o demostración, se experimenta de inmc-
diato; todo lo que puede decirse o pensarse de él derivtr de esta expc-
riencia primidva. El ser del hombre no puede aprehenderse de una ma-
608. Pno¡r.rue.y MrsrERro.-El pensamiento filosófico es de natura- nera unívoca, porque se caracteriza justamente por formarse en esporr-
leza muy distinta que el discurrir de las ciencias positivas: éste plantea tánea libertad. Esto no significa, sin embargo, que eI hombre sea srilo
problemas, aquéI se enfrenta con misterios. Problema es algo con lo por sí mismo; al contrario; ¿s tan sólo en cuanto ser-en-el-mund«r. Sc
que me encuentro, que se halla por entero delante de mí,.frente a Io encuentra siempre en una situación que se define desde su corporei«l;r«|.
cual prescindo de mí y no soy más que un espectador. Misterio, que en Todo lo existente se define y se sitúa por relación a mi cuerpo.
modo alguno equivale a incognoscible, es algo en lo que no puedo pres- Pero esta situación no se le da al hombre como algo inmutablr', sir¡,,
cindir de mi existencia. "Entre un problema y un misterio hay esta que sufre también la influencia del hombre en acción. En el rnurrrt.
diferencia esencial: un problema es algo que yo encuentro ante.mí y el hombre se encuentra con otros hombres. Y.frente a los otr«rs ¡rrrcrlr.
que, por eso mismo, puedo abarcar y reducir; en cambio un misterio es mantener dos actitudes distintas. Puede ser para mí el otro rrrl rilrir.t,,.
atrgo en lo que yo mis'mo estoy comprometido, que es sólo pensable tn é1, y puede ser un sujeto libre, una persona, un fú. Iil yo s<. lr,r¡¡r.r
como una esfera en la que la distinción del en mí y del ante mí piercle por excelencia en la relación yo-tú. Y lo que aquí viene a r'<'sr¡lt:r¡ r1,., ¡
su significado inicial. Mientras un problenra auténtico está sometiilo a sivo es la fidelid,ad. Si soy leal al otro y el otro n)(f ('s lt.;rl, r¡sr.1, , rr
I rrl ¡ HISTORIA DE LA T'ILOSOTÍE EL SIGLO XX l!,'¡
ualor.
te-.Agonfa significa lucha. Lo propic del hombre es que esta lucha Ia
libre contra la muerte y contrá lp'vida al mismo piempo. La fílosofía 6f6. El personalismo.-Ni el personalismo ni el estru«;trrr:rlisnr,,
se-ha empeñ3do, a través de los tiem¡ros, en liquidar lastontradicciones tienen gran co§a que ver con las filosofías de Ia existencia, pero n() l)r,
inherentes al ser humano racionalizáñdolas. y por lo mismo ha traicio- dríamos concluir este manual sin decir unas palabras acer(:Ír tk' r'st.r',
nado-al-pensamiento y ala vida. En vez de tiquiaar las contradicciones, dos recientes manifestaciones de la filosofía.
su misión es rener conciencia de ellas y desarollarlas. Desígnase con el nombre de personalismo, de preferen(;i¡r, ¡¡r¡:r ,,,
rriente de pensamiento de un grupo de filósofos franceses, «:rry:rs rrr.irr
614. Filosofía del espíritu.-Es el nombre que se ha dad.o a una se_, mas figuras son Mounier y Rougemont. Fero también po<lrf;rrr s.r , l.r
rie de trabajos filosóficos redacrado y por r-e senne. y sificados bajo el mismo rubro varios pensadores, cuyas dor:ttin:rs sr' ,, rr
como sopla
91 .Jl* una misma a'hácho corriente en tran en torno a la importancia y significación de la pers()r¡:r llrll,,ll
el Ienguajc filosófico'designat' co la filosofla de ambos - Eucken, Othmar Spann,Seter'Wust, Romano Guardini, -l'lrcorkrr II r,,
y la de otros pensadores con,,ell., ker, Martin Buber... Y con mayof, razón todavía ()tr()s r¡lrr lr.rrr ,,,,
Levrr,rr (l88s-rg5r), carifieado de úrtimo de ros pensadores
,, I,,,ir vuelca pleado el vocablo "personalismo" para caracteriz.at (lc ¡rr,,rl,, rulr, r, rrr,
:'lilsi«¡s, str pensamiento sobre Ia pregunta del ser y evidencia Ia su pensamiento'como el alemán William Stern, t¡rtc ll,rsr¡rr,'¡ri rrrr l,,r
,llil) HrsroRrA DE LA FTLOSOFíA EL srcr.() xx 4lil
crltico", basado en un anáIisis de la naturaleza del, valor y
rortí¡¡ii¡rno alienación. El lr«rmbre occidental pone su actividad a servicio de finr.s
rle las "personas" frente a las "cosas"; como los personalistas bostonia- que él mismo rro desea, pero que tiene que servir si quiere ver asegu-
nos y californianos, en particular R. T. Flewelling, que enfundaron sus rada su supervivencia.
r:onvicciones personalistas en la tradición idealista, sin que nadie"logra- Existe t¡na dialéctica inevitable entre la vida espiritual del hombr«:
ra disuadirles de que el personalismo y eI idealismo constituyen las más y las condir:iones materiales en que vive. Si el hombre se sume en i;¡
eficaces armas de que disponen los cristianos para defender su fe réli- preocupacirrn de su existencia matelial, condena a muerte a su espí-
giosa; como el grupo dg los personalistas británicos, Ílue diluyeton las ritu. Puede esto suceder por dos razones: porque el hombre se vea otil i-
enseñanzas de Buber, Berdyaev y de otras mentalidades filosófico-reli" gado a ha«:erlo debido a la estructura de la sociedad, en cuyo caso ten('-
giosas de nr¡estro siglo e4 un sistema que mucho concuerda con la de- mos el deber de cambiarla, o porque pretenda más que lo necesario
nodada defensa que hiciera Mounier de los valores personales en un para vivir, o por ambición de poder. Estas tendencias íntimas no puerl<.
mundo supuestamente mecanizado, y funcionalizado. contrarrestarlas una renovación de la sociedad, pero sí puede preverrir.
Común a todos los personalistas es la idea de que el hombre no es lo necesario para que la riqueza y el poder no vayan a parar a m¿rn()s
sólo un ser natural o sólo un ser histórico, sino algo o alguien, cuya de unos cuantos.
existencia' trasciende tanto la Naturaleza como la Historia. Mas una La vida espiritual de la sociedad no sólo requiere la libertad es¡rir i
vez aceptado este supuesto, las idiosincrasias individuales o naeionales tual de los miembros de la misma, sino también la abierta inter<:orrrrr
multiplican las directiones personalistas hasta el mareo. Sólo nos refe- nicacii¡n de las sociedades entre sí. Filosofía y religión; arte y r:i«'rrr i,r
rimos aqul aI personalismo francés, cuya actualidad proviene del modo no pueden nutrirse más que de la libertad. Y todas estas activirl;rrk,,i
en que ha sabido entablar el diálogo entre la filosofía y la realidad con- juntas puedan conuribuir á la necesaria unificación de la huma¡rirl:rrl"
creta, y dentro de él al más ardoroso de los' ¡rersonalistas contemporá- con tal de que se las deje desarrollár en libertad. El bienestar de l:r s,
neos, que no se limitó a pensar al acadérrtico modo. ciedad es, en último término, el bienestar del mundo. Mientrrrs rr.irrr.
la esclavitud o el hambre en cualquier rincón del globo, es inr¡xrsilrlr.
617. Mor¡Nrnn.-Para Emmanuel Mounier (1905-1950) lo que está hablar de bienestar en el mundo.
en juego es la renovación de la sociedaü que cree tan necesaria como
el propio Marx. La persona.humana no debe estar supédi¡aáa a h so- 618. El estructuralismo.-Desde hace algunos años, el estru«:rr¡r:rlr.;
ciedad, como en eI matetialismo dialéctico y en la sociedad burguesa
actual, sino que debe poder vivir en libertad. Esto no qignifi:r que Ia
persona se desligue de la sociedad, sino_ que rinicamend puede estar a
su servicio si no es absorbida por ésta. Con que la sociedad y la pgrsona
reconozcan a un Dios personal estará salvaguardado eI valor de la per-
sona. De lo.contrario correrá siempre el peligro de ser vlctima del po-
der ejercido por el Estado, por el Lapital'o pá. una clase determinada.
Adopta del marxismo la idea de que la filosofía debe cambiar al comprometerse metafísicamente. Así se obtiene un pensamicntr, ,.rrr,.
mundo. Mas no impone ningún programa de acción ¡razado de, ante- ramente desprovisto de otro trasfondo que el de la mera refr'r-r-rrr i,r ,1,,
mano; ha de ser eI hombre el que vaya fundando su programa sobre la Ios datos entre sl para captar sus implicáciones y sus condicir)u:nrr¡,.nr,,,,
situación concreta en que vive y que no cesa de evolucionar. Lo cual mutuos.
no es óbice ,para que. esboce las grandes direcciones de acción con , La estructura es un complejo que se basta a sí mismo y (lr(. ,,, ,,,
miras a defender la dignidad de Ia persona y a procurar el bienestar pone ninguna prevalencia de alguno de sus elementos (:()nr() "su\rr.¡r r
do¡" o raiz de los demás. Incluso se prescinder ya de qrr<: l;rs (.sr rr( rur r..
La dignidad de la persona .estriba en su libertad. La tragedia del, pertenezcan o no a un lenguaje, como hacía todaví;r cl rrt.o¡r,)srrr\r,,r¡r,,
marxismo es que no sabe qué hacer de Ia libertad y trata de suprimirla sino que todo queda lirnitado.a la mera tensión inm;r¡rr.rrrr.;r l,r r-.,rr.,
en la práctica. Pero sería grave error creer que la sociedad occidental tura, sin otra referencia de diverso nivel. Y aun l;r tr»rfil,rrr.r, r,,n ,l¡
l;r garantiza. La.estructura de esta sociedad'es tal que hace realidad la una estructura no es algo que venga dado por la lr;rtur.:¡lr.r;r rlr, 1.r.,,,,..r..
t(io HtsroRrA DE LA FrLosoFíA EL srcr,o xx 4(il
onalismo crítico", basado en un anáIisis de la naturaleza del valor y alienación. El hombre occidental pone su actividad al servi<:io rl<'lirrcs
le las "personas" frente a las "cosas"; como los ¡rersonalistas bostonia- que él mismo no desea, pero que tiene que servir si quiere v('r. :rs('flr¡
ros y californianos, en particular R. T. Flewelling, que enfundaron sus rada su supervivencia.
;onvicciones personalistas en Ia tradición idealista, sin que nadie logra- Existe una dialéctica inevitable entre la vida espiritual del lror¡rl,r,'
'a disuadirles de que el personalismo y el idealismo constituyen las más
y las condiciones materiales en que vive. Si eI hombre se sume cn i,r
:ficaces armas de que disponen los cristiaños para defender su fe rbli- preocupación de su existencia material, condena a muerte a su cs¡rí
¡iosa; como el grupo de los personalistas briánicos, que diluyeton las ritu. Puede esto suceder por dos razones: porque el hombre se vea ol¡li
:nseñanzas de Buber, Berdyaev y dg otras, mentalidades filosófico-reli' gado a hacerlo debido a la estructura de la sociedad, en cuyo caso ten('.
liosas de nuestro siglo en un sisiemá que mucho concuerda con la de- mos el deber de cambiarla, o porque pretenda más que lo necesario
rodada defensa que hiciera Mounier de los valores personales en un pa.ra vivir, o por ambición de poder. Estas tendencias íntimas no puc'clcr
nundo supuestamente mecanizado y funcionalizado. contrarrestarlas una renovación de la sociedad, pero sí puede prevenir
Comürr a todos los personalistas es Ia idea de que el hombre no es Io necesario para que la riqueza y el poder no vayan a parar a manos
ólo un ser natural o sólo un ser histórico, sino algo o alguien, cuya de unos cuantos.
:xistencia trasciende tanto Ia Naturaleza como la Historia. Mas una La vida espiritual de la sociedad no sólo requiere la libertad es¡riri-
¡ez aceptado este supuesto, las idiosincrasias individuales o nacionales tual de los miembros de la misma, sino también la abierta intercornrr-
nultiplican las direcciones personalistas hasta el mareo. Sólo nos refe- nicación de las sociedades entre sí. Filosofía y religión, arte y cierrci:r
'imos aquí al personalismo francés, cuya actualidad proviene del modo no pueden nutrirse más que de la libertad. Y todas estas actividark.s
)n que ha sabido entablar el diálogo entre la filosofía y la realidad con- juntas puedan conuribuir a la necesaria unificación de la humanid;rrl,
:reta, y dentro de él al más ardoroso de los personalistas contemporá- con tal de que se las deje desarrollár en libertad. El bienestar de l:r sr¡
reos, que no se lirnitó a pensar aI académico modo. ciedad es, en último término, el bienestar del mundo. Mientras rt'ilrr.
la esclavitud o el hambre en cualquier rincón del globo, es imposilrlt.
617. MouNrnn.-Para Emmanuel Mounier (1905-1950) lo que está hablar de bienestar en el mundo.
:n juego es la renovación de la sociedad, que cree tan necesaria como
:l propio Marx. La persona.humana no debe estar supedi¡aáa a h so- 618. El estructuralismo.-Desde hace algunos años, el estructrrr.:rlis
:iedad, como en el materialismo dialéctico y en la sociedad burguesa mo se ha convertido en Francia en la filosofía de moda y parece ir g.r
rctual, sino que debe poder vivir en libertad. Esto no qignifiur que la nando algún terreno como método en la sociologia y la psicología rrl,.
mana y anglosajona. En sus orígenes, en los campos de la lingüísr ir:
)ersona se desligue de la sociedad, sino que únicamenté puede estar a
de la sociología y de la antropología, no pretendieron nunca har:cr ,!,
u servicio si no es absorbida por ésta. Con que la sociedad y la persona
'econozcan a un Dios personal estará salvaguardado el valor de la per- él un sistema filosófico sus autores. Pero la acogida dispensada ír ('st(.
método y su generalización a todos los campos han acabado convirrid.,
rona. De Io contrario correrá siempre el peligro de ser vlctima del po-
dolo, por lo menos en manos de algunos ensayistas, en una verrl:rrl<.r-;r
ler ejercido por eI Estado, por el capital o por una clase determinada.
actitud filosófica, que coincide con el neopositivismo en el deseo <l('rr,,
Adopta del marxismo la idea de que la filosofía debe cambiar al comprometerse metafísicamente. Así se obtiene un pensamient() (.nr(.
nundo. Mas no impone ningún programa de acción trazado de, ante- ramente desprovisto de otro trasfondo que el de la mera referr:¡r«i;r rlr.
nano; ha de ser el hombre el que vaya fundando su programa sobre la los datos enue sí para captar sus implicaciones y sus condicion:rrrricut,,,,
;ituación concreta en que vive y que no cesa de evolucionar. Lo cual mutuos.
ro es óbice para que esboce las grandes direcciones de acción con . La estructura es un complejo que se basta a sí mismo y (llr(. no l,u
niras a defender la dignidad de la persona y a procurar eI bienesta,r pone ninguna prevalencia de alguno de sus elementos colno "silst,.ilt.r
lc la sociedad. clor" o relz de los demás. Incluso se prescindsr ya de que l:rs ('stlrrr trn.r,.
La dignidad de la persona estriba en su libertad. La tragedia del pertenezcan o no a un lenguaje, como hacía todavía el rrr.o¡xrsitrrr.,rrr,,
¡r¡rlxisrn<¡ es que no sabe qué hacer de la libertad y trata de sup-rimirla sino que todo queda limitado.a la mera tensión inmancntr' :r l,r r...trrr,
'rr l;r ¡rr:i«:ti<:;r. Pero sería grave error creer que la sociedad occidental tura, sin otra referencia de diverso nivel. Y aun llr <:orr[igrrr.rr r,'¡¡ ¡lr
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162 HrsroRrA DE LA Fr¡-osorÍA -E,L SIGLO XX 4(;:I
II{DICtr
cel, Barcelona, Flors. J. MenÍes: Miguet d,e llnamuno, Madrid, Espasa calpe.
L. s. Gnex¡ELi Retrato de (Jnamuno, lVfadrid, Guadarrama. s. s¡nx,eNo poN-
.
I
I
t
I
;
fNDICE
82
]
I
las del imperativo categórrco.-331. Moral y legalidad.-332. Iormalismo y El Espiritualismo francés.-449. Ravaisson.-450. Secretán.-451. Lachelicr.
autonomíi333. Los postulados de la razón práctica.-334. Crítica del 452. Boutroux.-453, El Idealismo inglés.-'454. Green.-455' Renouvier.
juicio 245 456. Teoría del conocimiento.-457. Espiritualismp pluralista.-457. Filosofía
morai.-459. Hamelin.-460. Brunschvicg. El Idealismo crítico.-461' Estética
lrnr,rocnArÍe 270 y moral 3'ltl
Ihnuocneri¿, t(
EL SIGLO XIX
iL IDEALISMO ALEMAN. 835. Los idealistas alemanes.-336. Superación del EL SIGI,O XX
kantismo.-337. Del idealismó crítico al idealismo absoluto.-338. La taz6¡
absoluta y creadora.-339. El método dialéctico.-340. Fichte.-34l. su filo- f .A VUELTA A LOS GRANDES SISTEMAS. 462. El siglo xx.-463. La filo-
sofía.=34á. Idealismo subietivo.-343. Idealismo ético.-344. Teoría -del Es sofía a comienzos del siglo x¡x.-464. Nueva orientación de la filosofía'-46.í.
tado.-345. Schelling.-346. L, filorofia de la identidad.-347. Intuición Intentos de renovación.-466. Neokantismo.-467. Neokantismo critico-fisio'
estética.-848. Uegel.-349. Sentido de su filosofía.-350. El sistema.-35l. lógico.-466. Lange.-469. Neokantismo metafísico-realista.-470. Liebmann.
Divisiones del sistema hegeliano.-352. La lógica.-353. La dialéctica.-554. 471. Volket.-472. Külpe.-473. Las escuelas de Marburgo y Baden.-474.
Filosofía de la naruraleza..-355. Filosofía del espíritu.-356' Moral y teoría Neokantismo lógico.-47 5. Cohen.-476. Natorp.-477. Otros marburguenscs.
478. Neokantismo axiológico.-479. Windelband.-480. Rickert.-48l. Otr¡rs
del Estado.-357. Filosofía de Ia historia'-358' Estética 275
l¡andenses.-482. Neohegelianismo.-483. Neohegellanismo anglonorteamcri'
iN TORNO AL IDEALISMO. 359. Herbart.-360. El realismo pluralista.-361. cano.-484. Bradley.-485. Bosanquet.-486. McTaggart.-487. Royce.-4ttfl.
É,tica.-362. Fries.-363. Beneke .-364. Schopenhauer.-365. EI rnundo como Collingwood.-489. Neohegelianismo italiano.-490. Croce.-491. Gcrrtilt'
representación.-366. Et mundo como volunta d.-367. El pesimismo.-368' 492. Neohegelianismo holandéi.-493. Neotomismo.49{. I-a vuelta a Srttrl<,
Los caminos de la liberación.-369. La cbmpasión.-370. I(ierkegaard.-371' 'Ilomás.-495. La escuela de Lovaina.-496. La escuelá de Milán.-497. i\4:¡ri
La polémica contra Heeel.-372. El hombre existente.-373. Los niveles de tain.-498. Gilson.-499. Neorrealismo.-500. Alexander.-501. Moore.-l"l)il
lá .*irr., cia.-374. Schleiermacher.-375. Krause.-376. Derecha e izguierda Il.ussell.-503. Whitehead-504. Neopositivismo.-505. El Círculo de Vit'rr:r.
hegelianas.-277. Srrauss.-378. Feuerbach.-379. Stirner.-380. Marx.-381. El 506. Neopositivismo inglés.-507. Neopositivismo norteamericano.-508. Witt
. materialismo dialéctico 295 genstein.-509. El análisis del lenguaje ......¡ 3(;7
ENTRE EL IDEALISMO Y EL POSITIVISMO. 382. EI tTAdiCiONAIiSMO._383. VI'l'ALISMO, HISTORIC:SMO, INTUICIONISMO. 510. Nietzsche.-51 l. l.:,
De Maistre.-384. De Bonald.-385. Lamennais.-386. Main de Mirán.-387' votuntad de poder.-512. El superlrombre. Ciencia y arte.-514. Tr:rs. ,r:r
El pensarniento de Main de Birán.-388. Cousin.-389. Teoría del eclecti- r:ión de los valores.-5l5. El eterno retorno.-516. Dilthey.-517. La Iristori
cismo.-890. Balmes.-391. Bolzano.-302. Rosmini.-393. La i<iea del ser.-394. cidad.-518. Vivend", cxpresión, comprensión.-5l9. Teoría de I:rs rrrrr«'¡r
Gioberti.-395. La filos El utilitarismo inqlés'-397' <:iones del mundo.-520. Bergson.-521. La duración reat.-522. E,l ¡rrolrlcrur
Bentham.-398. Malthus I Asociacionismo'-400' Hamil- rlr: Ia memoria.-523. Inteligerrcia e intuición.-524. El impulso vital. 521i.
ton.-401. Relatividad d Cuantificación del predicado' Moral cerrada y moral abierta.-526. Religión estátiga i religión din:irrri
403. Los trascendentalistas.-404. Emerson 315 ca.--527. Klages.-528. Alma y espíritu.-529. Spengler.-530. Las crtllttt:ts
corno organismos.-531. Toynbee.-532. Ortega y Gasset-583. Blondel.-1"¡ii4.
EL POSITMSMO. 405. Positivismo.-406. Caracter'ísticas del Positivismo.-4O7. T'cilhard de Chardin.-535. La evolución teilhardiana.-536. Teilhard, lllorr
del, Ilergson.-537. Freud.-530. El inconsciente.-539. Estratos del ¡:si<¡rris
mo.-540. Sublimación.-54l. Máscaras.-542. Complejo de Edipo.--543. I'si
coaniilisis.-544. Derivaciones del psicoanálisis.-545. Adler.-546. fun¡5.- 5'17.
Rank y Ferenczi.-548. Tendencias neofreudianas ..... :l'):l
422. Lamarck.:i.2l. Darwin.--424. Spencer.-425. Teoría de lo incognosci- PRAGMA'l'ISMO, FENOMENOLOGÍA, AXIOLOGÍA. 549. El Pragttt:tristtt,,
ble.-426. El Evolucionismo de spencer.-427., Evolucionismo de la vida 550. La csencia del Pragmaiismo.-551. Peirce.-552. James.-lí53. l'sir,¡k¡
psíquica.-428. Et O El Positivismo alemán'-430' Háckel' gía,-554. El Pragmatismo de James.-555. Personalismo pluralista. 55(i l..r
+al. tf Positivismo .-432. Lombroso'-433. Otros positivis' experiencia religiosa.-557. Schiller.--558. La lógica.-559. I)t:wt'y !,(,lr
tas.-434. Taine.-43 [,os sociólogos .'.. 329 La experiencia.-561. Insirumentalismo.-562. Pedagogia.-563. L:t l;t'¡t,,¡¡t,'
rrología.*564. Rrentano:-565. La intencionalidad.-561i. X¡:istr:ntokr¡ií;r t,t¡'i
DEL posITI\¡IS\,fO A LA FILOSOFÍA ACTUAL. 437.81 Empiriocriticismo' Érica.-568. Mcinong. La teoría del objeto.-569. Husserl.-l'r7O. l.:r tr.!'rtr rr¡tt
43g. Avenarius.-,tr39. NIach.-440. Crítica del Empiriocriticisrno.-44i. La filosrifica.-l¡71. La reducción fenornenológica.-572. La ilttt'rrr:ir¡n;rli,l.r,l ,1,
filosofía dcl "t:omo si".-442. \\',rrrrdt. La psicología.-443. La filosofía.--444. l,r <:orlciencia.- 573. Intuición eidética--b74- Ll m/:to<lr¡ lt'rtotttt'tt'rl'''¡'r"'
l,a corriente metafisica.-445. l-echner.-446. Lotze.-447. E. Hartmann.-448.
I
I
472 HrsroRIA DE LA FrLosoFíA
Pás.
I'ilosofla de los valores.-576. Max Scheler¡=57V. Par¿gón entre Sctreler
l"¡75.
y Husserl.-578.. Amor y conocimiento.-579. Jergrquía de fos valores'*580'
irersona y valor.-581.'Ética material del valor.r582: Antropología.-583.
Impotencia del espíritu.-584. N. Hartmann.-585, El conocimiento.-586.
MeiafÍsica y ontológía.-587. Estratos del ser.-588. Filosofla del esplritu. ' .-_
589. É,tica 417
ILUSTRACIONES
....r
Sócrates 84
P1atón...... 85
Rousseau 272
Kant 273
flegel 36+
Schopenhauer 365
Kierkegaard 464
Bergson 465
I
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