4 - Los Textos Descriptivos
4 - Los Textos Descriptivos
4 - Los Textos Descriptivos
La descripción es un tipo de texto, oral o escrito,
que consiste en representar la realidad con palabras.
No suele aparecer de forma aislada, sino que se
combina con otro tipo de textos, como los narrativos,
los expositivos, los argumentativos…
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En la descripción literaria también en la del lenguaje de la publicidad domina
la función estética o poética. La actitud suele ser subjetiva: el emisor da su visión
personal de lo que describe. Se usa el léxico connotativo.
Frau Diller era una mujer mordaz, con gafas de gruesos cristales y una mirada cruel y fulminante.
Había perfeccionado esa mirada malévola para desalentar a todo aquel que pretendiera robar en
su tienda, que regentaba con porte militar, voz helada y un aliento que incluso olía a “heil Hitler”.
MARKUS ZUSAK, La ladrona de libros
3. Descripción DE PERSONAS
Según los elementos que se describen, podemos considerar cuatro tipos de
descripción:
Prosopografía – descripción física de una persona:
aspecto, vestimenta, altura, cabeza, rostro, color del pelo, etc.
Etopeya – descripción psíquica de una persona: carácter,
aficiones, virtudes, defectos, cualidades, costumbres, etc.
Retrato – descripción que combina la prosopografía y la
etopeya, es decir, los rasgos físicos y los psíquicos.
Caricatura – descripción con intención humorística,
satírica, crítica… Para ello, se exageran o deforman los rasgos
que se describen.
Luschía, el jefe, era uno de los tenientes del Cura y además capitaneaba su guardia negra. Sin
duda, gozaba de la confianza del cabecilla. Era alto, huesudo, de nariz fenomenal, enjuto y seco.
Tenía Luschía una cara que siempre daba la impresión de verla de perfil, y la nuez puntiaguda.
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El domador no ofrecía ese aire, entre petulante y grosero, tan común a los acróbatas de barracas
y gentes de feria; era sombrío, joven, con aspecto de gitano, el pelo negro y rizoso, los ojos
verdes, el bigote alargado en las puntas por una especie de patillas pequeñas, y la expresión de
maldad siniestra y repulsiva.
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Tellagorri, tíoabuelo de Martín, hermano de la madre de su padre, era un hombre flaco, de nariz
enorme y ganchuda, pelo gris, ojos grises, y la pipa de barro siempre en la boca.
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Aquel hombre tenía algo de esa personalidad enigmática de los seres sanguinarios, de los
asesinos y de los verdugos; su fama de cruel y bárbaro se extendía por toda España. Él lo sabía
y, probablemente, estaba orgulloso del terror que causaba su nombre. En el fondo era un pobre
diablo histérico, enfermo, convencido de su misión providencial.
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4. CARACTERÍSTICAS LINGÜÍSTICAS
Enumeración de elementos, coordinados o yuxtapuestos.
Su guardarropa, adquirido directamente en desfiles de modelos o en tiendas exclusivas, se
componía de todos los trajes, vestidos, bolsos, medias, ligueros y encajes íntimos imaginables
cuyas combinaciones podían llegar también al infinito haciendo de ella una obra de arte.
MANUEL VICENT, La novia de Matisse
Abundancia de sustantivos, referidos a la realidad
material o abstracta, y adjetivos u otros complementos
nominales, que sirven para calificarlos, clasificarlos,
seleccionarlos, etc.
Ahora que tenía un rato examiné la habitación. Era una espacio
grande, cuadrado, pero no tan largo como la Sala Grande de
abajo. Con las ventanas abiertas era luminoso y aireado; tenía las
paredes encaladas y el suelo de baldosas grises y blancas,
formando con las oscuras un dibujo de cruces cuadradas.
TRACY CHEVALIER, La joven de la perla
Uso preferente de las formas verbales de presente y pretérito imperfecto de
indicativo.
A pesar del calor, llevaba unos pantalones de pana descoloridos y una camisa negra, de seda
quizá, que le estaba demasiado ajustada para ser suya. El pañuelo rojo con el que contribuía a
abrasar su cuello era el remate más infame que se pueda imaginar a la indumentaria descrita.
JUAN JOSÉ MILLÁS, Papel mojado
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La chabola está dividida en dos partes. En la primera tengo a los lagartos que ya están casi
recuperados. En la otra a los que siguen enfermos nos dijo Ismael una vez que habíamos
cruzado la cancela de la cerca.
BERNARDO ATXAGA, “Samuel Tellería Uribe” en Obabakoak
ACTIVIDADES
1. Lee detenidamente la siguiente descripción y di si es estática o dinámica, técnica
o literaria, y justifícalo.
Una débil claridad se ha ido extendiendo en el cuadro negro del patio. Lentamente lo claro se va
avivando. Abajo luce todavía el mechero de gas. La claridad del cielo se ha convertido en un
resplandor difuso y lactescente. Y desde los tejados, en el angosto ámbito del patio, va bajando
ese resplandor con suavidad por los muros de la casa. Ya roza la impostura de la ventana. Las
estrellas han desaparecido hace rato. La claridad diurna, viva allá arriba, es todavía borrosa en lo
hondo de los cuatro elevados muros. Ha traspasado ya el dintel de la ventana y llega hasta el
pasillo en que luce el mechero de gas. El contacto entre las dos luces se ha establecido. La luz
del gas se rinde y desfallece; dura un instante no más este desfallecimiento de la luz del
mechero tras la labor fatigosa de la madrugada; es hora ya de que se recoja la llamita hasta la
noche próxima. En el alero de los tejados el resplandor del día es vivo y rojo. De pronto, el fulgor
de la llama de gas desaparece.
JOSÉ MARTÍNEZ RUIZ, “AZORÍN”, Doña Inés
2. En los siguientes fragmentos aparecen descripciones de personas. Léelos y di si
se trata de prosopografías, etopeyas o retratos. Justifica tus respuestas.
a.
La persona que se me acercó al bajar del tren preguntándome en inglés si Laura Prats era yo no
recordaba en absoluto a la de la fotografía. Era, eso sí, carirredonda, agarbanzada; sin embargo,
el pelo canoso y alborotado, la mirada oscura, más inquisitiva que bonachona detrás de unas
gafas de montura exótica, la hacían muy diferente de la imagen que exhibía en su página web
propagandística. Pero más que su cara llamaba la atención lo fornido de su corpachón. Sus
anchas espaldas y abultada tripa le daban un aire masculino. Vestía sin ninguna gracia una
especie de chándal de un color indefinido entre grisáceo y azul y calzaba unos zapatones
deportivos. Su voz grave también resultaba bastante varonil.
CARME RIERA, El verano del inglés
b.
Su tío Juan […] era un hombre atractivo pero serio, educadísimo pero distante, tranquilo pero de
expresión preocupada, misterioso y corriente al mismo tiempo, sobrio por su propia voluntad y
casi seductor a su pesar, un hombre alto, moreno y delgado, de aspecto muy joven aún a pesar
de sus cuarenta años, que debería parecerse a todos los demás pero que por alguna razón no
acababa de parecerse del todo, una indefinible cualidad que no llegaba a presagiar ningún
acontecimiento extraordinario ni a merecer una atención especial.
ALMUDENA GRANDES, Los aires difíciles
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c.
Giuseppe Tomasi di Lampedusa […] fue más bien un lector, insaciable y obsesivo. Las pocas
personas que lo trataron de cerca se quedaron asombradas de sus exhaustivos conocimientos
de literatura e historia, materias de las que poseía sendas bibliotecas descomunales. No solo
había leído a todos los autores importantes o imprescindibles, sino también a los segundones y a
los mediocres, que, sobre todo en novela, consideraba tan necesarios como los grandes.
“También hay que saber aburrir”, decía, y leía, con interés y paciencia, la literatura mala.
JAVIER MARÍAS, Vidas escritas
a.
b.
c.
3. Localiza y comenta las características lingüísticas del texto descriptivo presentes
en los tres textos anteriores (ten presentes tres características en cada uno de
ellos):
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4. Lee el siguiente texto y, a continuación, usándolo como modelo, redacta una
descripción de un/a amigo/a tuyo/a. Procura fijarte en aquellos aspectos más
representativos de la persona que describas.
Mi mejor amigo en el internado era un chaval de ojos penetrantes y temperamento nervioso que
insistía en responder a las siglas JF, pese a que tenían poco o nada que ver con su nombre real.
JF tenía alma de poeta libertario y un ingenio tan afilado que a menudo acababa por cortarse la
lengua con él. Era de constitución débil y bastaba con mencionar la palara microbio en un radio
de un kilómetro a la redonda para que él creyese que había pillado una infección.
CARLOS RUIZ ZAFÓN, Marina
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