La Pereza
La Pereza
La Pereza
Cada turista que visita Costa Rica inmediatamente pregunta por el “Oso perezoso”. Resulta que
estos animales son tan famosos ya que pueden vivir en un mismo árbol desde que nacen hasta que
mueren por una sencilla razón…pereza de moverse a otro árbol. ¿Que le parece?
La pereza en el cristiano es un acto de rebeldía contra el Señor. El nos creó con un sentido de
propósito para que pudiéramos ser productivos. La pereza es muy peligrosa ya que es posible
estar demasiado envuelto en la misma sin darnos cuenta y por otro lado una vez que usted está en
este vicio es muy difícil salir de él. Sabemos que este problema puede tocar (y de hecho lo hace) a
todas las clases sociales dentro de la Iglesia, desde niños que no tienden su cama, hasta padres
desempleados por falta de interés en buscar trabajo. Es ahí cuando La pereza pasa de una
adicción a una manera de vivir.
El Libro de Proverbios tiene muchas cosas que decir en general acerca de la pereza que también
pueden ser aplicadas a los asuntos espirituales. La pereza es como una enfermedad espiritual que
avanza de manera sigilosa y que gradualmente mata la convicción de pecado, las resoluciones, los
deseos de Dios, los impulsos del Espíritu Santo y nuestro disfrute de Dios. También mata nuestra
fe y amor, nuestro odio al pecado y la fortaleza espiritual que un cristiano tiene para resistir a la
tentación. Es la razón por la que nuestra vida espiritual y entusiasmo pueden ser muy débiles. Todo
esto la convierte en un asunto urgente que debemos considerar.
¿Por qué los cristianos de hoy no somos diligentes? Es porque no conocemos nuestra necesidad.
Decimos que «la necesidad convierte a hombres mudos en oradores» – podemos añadir que la
necesidad convierte a hombres flojos en trabajadores. (Trabajamos porque tenemos necesidades).
Estamos convencidos de nuestra necesidad de proveer para nuestras familias a través de nuestro
trabajo. “Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado
la fe, y es peor que un incrédulo” (1 Timoteo 5:8); y proveer para otros en la familia de Dios: “Antes
vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos
me han servido. En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y
recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos
20:34-35).
El necesitado no se marchará de la puerta de Dios hasta que Él responda. La necesidad nos haría
diligentes en las cosas a las que Él nos llama. «Este pobre clamó, y le oyó Jehová» (Salmo 34:6).
Sería una excelente panorámica, si cada uno de nosotros tuviera una panorámica de nuestras
necesidades.
Debemos familiarizarnos más con Dios y procurar tener mucho del conocimiento del Altísimo. Esto
es claro cuando comparamos Job 22:27 con el verso 21.
Si nos hemos familiarizado con Dios, la evidencia de esto será que le oraremos a Él. ¿Por qué nos
comunicamos tan poco con Dios? ¿Lo conocemos o no?
La Biblia tiene mucho que decir acerca de la pereza. Los Proverbios especialmente, están llenos de
sabiduría concerniente a la pereza y advertencias a la persona perezosa.
Odia el trabajo: “El deseo del perezoso le mata, porque sus manos no quieren trabajar” (21:25);
Le encanta dormir: “Como la puerta gira sobre sus quicios, así el perezoso se vuelve en su cama”
(26:14)
Da excusas: “Dice el perezoso: El león está en el camino; el león está en las calles” (26:13)
Desperdicia tiempo y energía: “También el que es negligente en su trabajo, es hermano del
hombre disipador” (18:9) (Redes sociales)
Cree que es sabio, pero es un tonto: “En su propia opinión el perezoso es más sabio que siete
que sepan aconsejar” (26:16).
“La mano de los diligentes señoreará; mas la negligencia será tributaria” (12:24);
Su futuro es sombrío: “El perezoso no ara a causa del invierno; pedirá, pues, en la siega, y no
hallará” (20:4)
Puede llegar a empobrecer: “El alma del perezoso desea, y nada alcanza; mas el alma de los
diligentes será prosperada” (13:4).
Un cristiano puede volverse haragán si erróneamente cree que Dios no espera fruto de una vida
transformada. Los cristianos no son salvos por obras, sino que muestran su fe mediante sus obras.
“. . . yo te mostraré mi fe por mis obras. . . Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así
también la fe sin obras está muerta” (Santiago 2:18, 26).
El Señor, sin embargo, da poder a los cristianos para vencer la propensión de la carne a la pereza,
al darnos una nueva naturaleza (2 Corintios 5:17). De modo que si alguno está en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
En nuestra nueva naturaleza, somos motivados a ser diligentes y productivos por amor a nuestro
Salvador quien nos redimió. Nuestra antigua propensión hacia la pereza – y todos los demás
pecados – ha sido reemplazada por un deseo de vivir una vida santa: “El que hurtaba, no hurte
más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el
que padece necesidad” (Efesios 4:28).
Como cristianos, sabemos que nuestros trabajos serán recompensados por nuestro Señor, si
perseveramos en ser diligentes: “No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo
segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y
mayormente a los de la familia de la fe” (Gálatas 6:9-10); “Y todo lo que hagáis, hacedlo de
corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la
recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís” (Colosenses 3:23-24); “Porque Dios no
es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre,
habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún” (Hebreos 6:10).
Los cristianos deben trabajar con la fortaleza de Dios para evangelizar y discipular. El apóstol Pablo
es nuestro ejemplo: “…que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, a quien anunciamos,
amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar
perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando según la potencia
de él, la cual actúa poderosamente en mí” (Colosenses 1:27b-29).
Aún en el cielo, continuará el servicio de los cristianos a Dios, aunque ya no abrumados por la
maldición (Apocalipsis 22:3). "Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero
estará en ella, y sus siervos le servirán."
Libres de enfermedad, tristeza y pecado – aún de pereza – los santos glorificarán al Señor por
siempre. “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del
Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Corintios 15:58).
Posponer el trabajo. Esta causa es la número uno de la lista. La Biblia contiene unos 30
versículos en cuanto a ser diligentes. La palabra “diligente” significa prontitud, hacer lo que se
tenga que hacer como decir “ayer mismo”. No es de extrañar porque se nos hace esta exhortación
como cristianos. Es fácil hacer proyectos espirituales; !Mañana si comenzaré a leer mi Biblia, la otra
semana comenzaré a orar 3 veces al día! y cosas como estas son las que poco a poco van
convirtiendo la pereza en una adicción. Pablo escribió: “En lo que requiere diligencia, no perezosos;
fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;” (Rm.12:11).
No planificarse. Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y
calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? (Lucas 14:28)
El Dios de Abraham de Isaac y de Jacob sin duda alguna es un Dios planificador. Desde la caída
de Adán Dios planificó su plan para salvar al hombre (Gn.3:15) incluso antes de la fundación Dios
tenía presente el plan de redención para la humanidad y el propósito de que su hijo muriera en la
cruz de acuerdo a Efesios 1:4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que
fuésemos santos y sin mancha delante de él....
Cuando llegó el cumplimento de los tiempos…(Galatás 4:4) implica que Dios había escogido un
tiempo especifico en la historia para enviar a su hijo..Dios tenía un plan. Si Dios que lo sabe todo y
es en todo, tenía un plan, ¿No cree usted que nosotros debemos de tener un plan en lo espiritual?
Yo planeo ir al cielo y para eso necesito enumerar las cosas que debo de hacer y las que debo de
evitar para lograr el objetivo. Es trascendental que cada cristiano tenga un plan de trabajo espiritual.
¿Cuantas almas planea llevar al Señor este año? ¿Cuantos versículos planea memorizar?
¿Cuantos hospitales y cárceles están en su lista para visitar?¿Cuantos niños huérfanos y viudas
están incluidos en su presupuesto de este año?. ¿En qué puedo ser útil en mi iglesia?
Los líderes y ministros sin lugar a dudas deben de planear su trabajo; los mensajes, clases bíblicas
y campañas, cuantas congregaciones visitar y apoyar, cuantos viajes misioneros tomar y hasta
cuanto dar a la ofrenda por domingo. El trabajo del Señor debe de estar bien planificado, eso no
significa que siempre va a salir como lo planeamos pero al menos sabemos hacia donde vamos.
¿Donde se ve usted en lo espiritual de aquí a 5 años y donde estará su congregación de aquí a 10
años?
Amar el mundo (Mundanalidad). Cuando el mundo está tan metido en el cristiano el interés por la
obra de Dios se pierde, y si usted no trabaja gradualmente para el Señor el mundo lo va a absorber.
El Señor exhortó a buscar el Reino de Dios primeramente y su justicia y las demás cosas serán
añadidas (Mt 6:33) Cuando su trabajo secular está primero usted puede ser una persona activa
siempre ocupado y preocupada por su trabajo pero perezoso para el Señor. El mundo siempre ha
sido el enemigo más grande del creyente. (Juan 17). No son del mundo, como tampoco yo
soy del mundo.
Permítame mencionar brámente algunos pasos a seguir para vencer la pereza espiritual si usted
ha sido culpable y siente estar involucrado con la misma.
Distraerse. Para poder terminar algo y que la pereza no lo venza apague cualquier distracción que
pueda hacer tropezar la disciplina que usted mismo se está imponiendo. De hecho en eso consiste
la disciplina.(Redes sociales, la television, el NEFFLIX...)
No es que no va a tener tiempo libre. Es bueno disfrutar los ratos como seres humanos; (Ir a comer
con un amigo, ir al cine, ir al parque, ir a un resort, salir de viaje, usar las redes sociales)... Pero que
el entretenimiento no te consuma ni te robe tu tiempo para las cosas de Dios.
Dios no ha pedido que eliminemos el factor humano sino más bien que brilles dentro del mismo (Mt.
5:16). Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y
glorifiquen a vuestro Padre que están los cielos.
(1Crónicas 12:32) De los hijos de Isacar, doscientos principales, entendidos en los tiempos, y que
sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos.
Los cristianos sabemos que el tiempo en esta vida es corto y necesitamos invertir muy bien el
tiempo ya que de el también seremos cuenta el día del Juicio. Para terminar permíteme sugerirle el
rodearse de gente que le anime en el Señor y que lo impulse. No personas que nos retracen.
(Efesios 5:14-17) Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te
alumbrará Cristo. Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino
entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.