The United States">
Nothing Special   »   [go: up one dir, main page]

Resumen Del Resumen de La Lectura (Comprobacion de Lectura)

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 4

Resumen del resumen de la lectura

(comprobación de lectura)
De América como actor político mundial puede decirse que se inició en los
procesos de independencia generados en sus países integrantes hace ya
doscientos años, afirmación que se respalda en el desplazamiento de la ideología
europea y sus procesos históricos emparentados con el criollismo y el cambio que
esto pudo haber provocado en sus inicios para la economía sustentada en las
colonias. En Latinoamérica, el siglo XX, analizado desde la geopolítica, fue
revolucionario en cuanto a la dureza con la que estallaron los límites geográficos
de la política desde México hasta Chile. La geopolítica contemporánea se
caracteriza por una compleja coexistencia de espacios absolutamente
controlados y de territorios planificados, al lado de nuevas tierras incógnitas que
funcionan con una lógica interna propia, al margen del sistema que los ha
engendrado. Terminando el siglo XX algunos teóricos aseguraron que la
geopolítica, a la que culparon de los crímenes cometidos durante la Segunda
Guerra Mundial, había llegado a su fin.

En el nuevo siglo se puede afirmar con seguridad que tal juicio fue apresurado y
que desconocidos actores y variadas tácticas han permitido la metamorfosis de la
geopolítica en geoeconomía. Los estudios de geopolítica en
Latinoamérica muestran que los Estados Unidos, tradicionalmente han mantenido
un liderazgo apoyado en diferentes métodos, pero en todas las
oportunidades, fundamentado en el interés de practicar la doctrina del destino
manifiesto2. En el siglo XXI, la primera potencia mundial no renuncia a mantener
puntos estratégicos para el dominio económico y militar en todo el
continente, pues desde tiempo atrás han manifestado que «el nuestro es un
derecho amparado en el destino manifiesto a extendernos sobre el continente
entero.» Los siglos XIX y XX, fueron de gran beneficio para los estadounidenses, que
se acostumbraron a manejar las relaciones con Latinoamérica como si se tratara
de administrar la huerta familiar.

Este recurso finito, ha dictado la política internacional de grandes


potencias, facilitado el ascenso y derrocamiento de gobiernos, iniciado
guerras, desarrolladlo fortunas fabulosas y ha contado entre sus servidores
anotables estadistas. El geógrafo colombiano Héctor Ruchi que afirma que la
«política a escala mundial, y más exactamente los impactos del ejercicio del poder
por cuenta de imperios y estados fuertes, siempre ha revestido grados más o menos
importantes de complejidad. En nuestros días, las crisis y el desorden global se han
agudizado en tal proporción que las aproximaciones ortodoxas de la geografía
política solo sirven de puntos de partida para abordar estudios de dificultad
inusitada.» Y para reafirmar tan legítimo reclamo, si una titularidad histórica fuese
menester, debe recordarse que fueron los geógrafos quienes pusieron las bases
sobre las cuales se construyó la instrumentación conceptual y teórica de lo que
inicialmente se denominó geografía política.

Precisamente, esta ponencia aborda temas propios de la geopolítica mostrando


cómo, la y las políticas a nivel global y regional, en especial, en Latinoamérica, han
sido impactadas por la geografía. Es conveniente recordar entonces que el
término América Latina o Latinoamérica se refiere a las regiones del Continente en
las que se habla lenguas latinas, es decir, las lenguas romances derivadas del latín
como el español, portugués y francés. Durante el siglo XX y lo que va corrido del
XXI, la región Latinoamericana en su conjunto se ha enfrentado a la globalización
en condiciones competitivas desventajosas. Esta complicada situación
política, social y económica, ha convertido a Latinoamérica en un importante
nicho de observación permanente por parte de quienes imponen el orden mundial
y la consideran un baluarte para el futuro de la humanidad, especialmente por
asuntos relacionados con la biodiversidad.

En los últimos tiempos, la importancia geopolítica de Latinoamérica llama la


atención de propios y extraños, incluso, de los estrategas en seguridad de los
Estados Unidos, que buscan fuentes de suministro de gas, petróleo, minerales y
recursos estratégicos en regiones más estables para mantener el ritmo de
producción que garantice el abastecimiento de todos los sectores de la economía
en el país más consumidor del planeta. Colombia, se ha opuesto a dicho proyecto
y se ha quedado sola en la región convirtiéndose en blanco de ataques de
gobiernos simpatizantes del mismo. El Tratado de Libre Comercio con Estados
Unidos, después de cinco años de fricciones, además de ser un importante hecho
económico, obedeció a una maniobra geopolítica que consolida las relaciones
económicas, políticas y militares entre el gigante norte americano y su
incondicional aliado en Latinoamérica. El nuevo TLC trasciende lo económico y
afianza una relación política necesaria entre Colombia y Estados Unidos.

No en vano las declaraciones del expresidente Bush, quien alguna vez calificó el
TLC con Colombia como "una medida de seguridad nacional". El presidente
Theodore Roosevelt se había referido a la Doctrina Monroe como un corolario para
justificar el derecho de intervenir en otros estados latinoamericanos, sobre todo en
América Central y en El Caribe, en casos de "wrong-doing or impotence". La
estratégica ubicación geográfica de Colombia en la esquina noroccidental de
Sudamérica, y sus abundantes recursos naturales, son fundamentales para no
perder totalmente la influencia norteamericana en la región. El Área de Libre
Comercio de las Américas es el corolario de la aplicación de políticas capitalistas
globales que en Estados Unidos intuyeron los neoliberales y cuyo objetivo es la
apropiación jurídica de todo el hemisferio occidental a través de una integración
que sólo proporciona ventajas y beneficios a los grandes capitales
norteamericanos sin importar que el hambre, la pobreza, el analfabetismo y la
violencia, continúen afectando a los pobladores de Latinoamérica.
Latinoamérica requiere una verdadera integración, que permita además de
crecimiento económico, el desarrollo humano mediante la eliminación de la
pobreza, la desigualdad y la violencia en todas sus manifestaciones. «Formar en
América la más grande nación del mundo por su extensión y riquezas que por su
libertad y gloria», proclamaba el libertador Bolívar en 1815. La defensa del territorio
nacional siempre ha sido una prioridad de las Fuerzas Armadas de cualquier
Estado-nación. Sin embargo, los Estados Unidos, por su poder, sus carencias, sus
necesidades en energía, minerales, capitales financieros, recursos
humanos, después de la Segunda Guerra Mundial, incrementaron las
intervenciones y compromisos internacionales, y eso determinó una segunda
prioridad, que no es otra que la movilización de su población y creación de
escudos defensivos en lugares estratégicos.

Con el fin de proteger los recursos del Atlántico sur, no sería raro, la conformación
de una fuerza naval entre Brasil y Argentina para garantizarla seguridad del mar y
del extenso litoral. Evitar el saqueo que se está produciendo en el Atlántico sur es
asunto de soberanía y en la lucha por los recursos, un conflicto naval no debe
descartarse. El escudo defensivo militar de los Estados Unidos de América es un
típico caso de geoestrategia y geoeconomía que aplica las teorías del poder
naval, terrestre, y aéreo de Mahan, Mackinder, y De Reigner, y que se relacionan
con el dominio mundial8. Con el pretexto de controlar y combatirlas células
dormidas del terrorismo islámico internacional, los Estados Unidos vienen
proponiendo con insistencia la instalación de bases militares en
Latinoamérica, aunque en realidad lo que están buscando es acercarse al territorio
donde se ubican las más grandes reservas de biodiversidad, energéticos, y agua
del mundo, ya que para el año 2050 está prevista la escasez de estos recursos.

Me refiero a la amazonia, territorio extenso y rico, considerado patrimonio de la


humanidad, ubicado estratégicamente al sur del continente americano. La
reciente ocupación de siete bases militares colombianas en el 2009 por parte de
tropas de los Estados Unidos de América constituye el mejor ejemplo de la
metamorfosis de la geopolítica en geoeconomía. De las cien empresas
transnacionales con mayores activos en el extranjero, 85 tienen su casa matriz en
los Estados Unidos de América, Japón y la Unión Europea, y más del 60% de ellas se
dedica a los sectores del petróleo, industria automotriz, sector
farmacológico, telecomunicaciones o electrónica. Por lo que respecta a las
multinacionales españolas, se puede afirmar que poseen un tamaño mediano a
nivel mundial.

Por lo tanto, aunque se pueda atribuir a las multinacionales españolas un tamaño


medio en el contexto mundial, su importancia cualitativa es notablemente superior
si el criterio de clasificación atiende a su grado de internacionalización. Sobre la
presencia de las empresas multinacionales en Latinoamérica, en la actualidad, las
españolas son líderes en los sectores de los hidrocarburos, electricidad, banca y
telecomunicaciones. Tres corporaciones españolas se encuentran entre las doce
mayores transnacionales de la región y dos bancos españoles son los mayores de
esta. En este corto período, tanto la economía española como las economías de
los países de Latinoamérica sufrieron profundas transformaciones para ponerse a
tono con los procesos de globalización económica, lo que contribuyó a que las
operaciones de las multinacionales y las sociedades en las que desarrollan sus
actividades se vieran igualmente reconfiguradas.

También podría gustarte