Capital y Cibernética
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segunda época
julio-agosto 2022
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D E M O C R AC I A
timothy erik ström
CAPITAL Y CIBERNÉTICA
N
o faltan los epítetos a la hora de dar cuenta de las transfor-
maciones que se están produciendo en el capitalismo global
bajo el impacto de la revolución tecnológica en curso. Por
nombrar solo algunos, se habla de capitalismo algorítmico,
capitalismo cognitivo, capitalismo comunicacional, capitalismo de datos,
capitalismo digital, capitalismo sin fricción, capitalismo de la infor-
mación, capitalismo de plataforma, semiocapitalismo, capitalismo de
vigilancia o capitalismo virtual. Últimamente, este proyecto de categori-
zación ha planteado una ruptura que se aleja del propio capitalismo, pero
no en el sentido de un avance, sino como una regresión a un mundo de
barones de los datos y usuarios-siervos: feudalismo digital, tecnofeuda-
lismo, feudalismo de la información o neofeudalismo se han convertido
en nuevas palabras clave tanto en la izquierda como en la derecha, lla-
mando la vigorosa atención de Evgeny Morozov, cuya «Crítica de la razón
tecnofeudal» apareció en el último número de la nlr1.
Morozov admite que el uso del término puede ser en gran medida retó-
rico, aprovechando el «valor de choque» del feudalismo y el afecto de los
memes ligados al mismo. Pero también lo considera como el síntoma de
un fracaso intelectual a la hora de conceptualizar los sectores más avanza-
dos de la economía digital, ante los que «las mentes más brillantes de la
izquierda todavía se encuentran muy a oscuras»2. Si las gigantescas plata-
formas infotecnológicas como Google, Amazon y Facebook no obtienen
1
Evgeny Morozov, «Crítica de la razón tecnofeudal», nlr 133/134, marzo-junio
2022.
2
Ibid. pp. 101-103.
new left review 135 jul ago 2022 27
28 nlr 135
sus beneficios a través de la clásica explotación capitalista de sus trabajado-
res, ¿deberían ser consideradas como terratenientes de nuevo cuño, como
rentistas no productivos que aprovechan su dominio de la red y su mono-
polio sobre los conjuntos de datos y los algoritmos para extraer ingresos
en concepto de publicidad generados en otras partes de la economía
capitalista? O, como sostiene Shoshana Zuboff en The Age of Surveillance
Capitalism, ¿se están enriqueciendo mediante la extracción y expropia-
ción de los datos de los usuarios mediante la vigilancia algorítmica en lo
que vendría a ser una forma de «desposesión digital», que alimenta una
nueva lógica de acumulación similar al modelo de «acumulación por des-
posesión» planteado por David Harvey en The New Imperialism? O tal vez,
como plantea Cédric Durand en Techno-féodalisme, ¿no nos habrán subor-
dinado efectivamente los gigantes tecnológicos a su dominio a través de su
control sobre la información y el conocimiento («monopolización intelec-
tual»), a partir de cuya infraestructura desarrollan medios de depredación
cada vez más sofisticados, à la Veblen, para apropiarse del plusvalor sin
participar en el proceso productivo?
Pilotar la acumulación
3
Ibid. pp. 122-123, 129-130, 139-140, 111-113, 132-133.
30 nlr 135
abarcar tanto los procesos históricos profundos como las discontinui-
dades radicales de nuestra actual coyuntura, conjugando los niveles
analíticamente específicos de las finanzas especulativas y la investiga-
ción tecnocientífica, de las concentraciones de riqueza y poder social y
de las formas incorpóreas de comunicación4. El término «cibernético»
deriva, como es sabido, del griego kubernētikós, o «timonel», hallándose
relacionado etimológicamente con «gobernar». El barco del Estado de
Platón requería un verdadero piloto, que combinara el conocimiento
de las estrellas y los vientos con la autoridad de mando. Pero la acuña-
ción de «cibernética» en la década de 1940, que surgió del trabajo de un
grupo de elite de científicos, ingenieros y técnicos en el corazón del com-
plejo militar-industrial de Estados Unidos, enfatizó en cambio la unidad
de las comunicaciones y el control5.
4
Los argumentos que aquí se presentan se basan en el trabajo de los escritores de
Arena, una cooperativa editorial radical con sede principalmente en Melbourne y
alrededores. Durante décadas, los escritores de Arena han formulado un singular
análisis teórico de la condición contemporánea. Para una introducción al pensa-
miento de Arena, véase John Hinkson et al. (eds.), Cold War to Hot Planet: Fifty
Years of Arena, Melbourne, 2016; véase también Manfred Steger y Paul James,
Globalization Matters: Engaging the Global in Unsettled Times, Cambridge, 2019, así
como los ensayos de Geoff Sharp, «Constitutive Abstraction and Social Practice»,
Arena, núm. 70, 1985, y «Extended Forms of the Social: Technological Mediation
and Self-Formation», Arena, núm. 1, 1993.
5
Según lo formulara el matemático Norbert Wiener, autor del éxito de ventas de
1948 Cybernetics, que puso el término en circulación: «Si el siglo xvii y los prolegó-
menos del xviii son la era de los relojes y si los siglos xviii y xix constituyen la era
de las máquinas de vapor, la época actual es la era de la comunicación y el control»,
Norbert Wiener, Cybernetics: Or Control and Communication in the Animal and the
Machine, Nueva York, 1948, p. 39; ed. cast.: Cibernética. El control y la comunicación
en animales y las máquinas, Barcelona, 1985.
ström: Cibernética 31
racionalizada en la interpretación del espacio, por nombrar solo algunos
ejemplos. El conjunto de estas prácticas facilitó la expansión y la extrac-
ción, la centralización y la concentración, la aceleración y la acumulación,
conformando la historia temprana de la modernidad capitalista.
6
Lewis Mumford, Technics and Civilization [1934], Oakland (ca), 1963, p. 24; The
Myth of the Machine, 1970, pp. 118-119 [ed. cast. El mito de la máquina. Técnica
y evolución humana, Logroño, 2010]. Como proceso reflexivo, la abstracción –la
capacidad de apartarse del mundo, de la inmediatez de la experiencia, y de extraer
lecciones, pensar y planificar– es, por supuesto, una característica constitutiva de la
experiencia humana; como tal, también sirve a los fines de la justicia social.
32 nlr 135
modo de comunicación (incorpóreo) a través de máquinas informáticas
en red y con un modo de organización: una red distribuida, gestionada
por burocracias centralizadas. Estos rasgos cibernéticos se combinan con
el «capitalismo», concepto que expresa un modo de producción (la pro-
ducción racionalizada y privatizada de bienes para extraer y concentrar la
máxima cantidad de plusvalor en manos de los propietarios del capital)
combinado con un modo de intercambio (el dinero, que media las relacio-
nes en el seno de circuitos financiarizados) y con un modo de consumo
o, dicho con más precisión, de niveles intensos de sobreconsumo de mer-
cancías. La ventaja de este marco más amplio que ofrece el «modo de
práctica» frente al más habitual «modo de producción» es que reconoce
la importancia de otras prácticas además de la producción de bienes: la
comunicación, el intercambio, la investigación, el consumo y la organi-
zación, prácticas de las que cada aspecto tiene componentes económicos,
políticos, culturales y ecológicos.
7
Vannevar Bush, Science, the Endless Frontier: A Report to the President on a Program
for Postwar Scientific Research, Office of Scientific Research and Development, 1945.
34 nlr 135
interdisciplinaria e interinstitucional y propiciando colaboraciones a
gran escala. Estos laboratorios cambiaron la trayectoria del desarrollo
tecnológico, que pasó de los resultados incidentales y poco sistemáticos
de la creatividad individual y del diletantismo práctico –ejemplificado
por alguien como Nikola Tesla– a instituciones diseñadas para trans-
formar la práctica social. Estos proyectos tecnocientíficos irían más allá
de la conquista de la naturaleza (el sueño de la revolución científica de
principios de la modernidad) para aspirar a su reconstitución: la reor-
ganización de la vida social en un nivel superior de abstracción. Así, si
la modernidad capitalista era ya más abstracta que las diversas socieda-
des feudales y consuetudinarias a las que desplazaba, la transformación
cibernética llevaría esto a otro nivel. La «dominación niveladora de la
abstracción», para usar la frase de Adorno y Horkheimer, implicaba una
nivelación en dos sentidos: nivelación entendida como aplanamiento
(como la destrucción colonial de las relaciones sociales profundas y de
las prácticas basadas en el lugar) y nivelación como la adición de nuevos
estratos, lo cual implicaba la reconstitución de las relaciones sociales
mediante prácticas más abstractas8.
8
Theodor Adorno y Max Horkheimer, Dialectic of Enlightenment [1947], Londres,
1997, p. 13; ed. cast. Dialéctica de la Ilustración, Madrid, 2018.
ström: Cibernética 35
Las tecnologías cibernéticas se desplegaron rápidamente contra los ene-
migos percibidos en el exterior, sobre todo la urss y los movimientos
anticoloniales del Tercer Mundo, así como contra los trabajadores y los
militantes y las militantes radicales del mundo rico. Sin embargo, el
poder de abstracción de las tecnociencias no habría de seguir siendo
patrimonio exclusivo de Washington. En 1949 la Unión Soviética
detonó un arma atómica. Ese mismo año, el Partido Comunista Chino
salió victorioso de la sangrienta guerra civil y al cabo de quince años
Pekín había adquirido sus propias armas nucleares. Poco después China
emprendería una búsqueda de riqueza y poder plagada de calamidades,
que terminaría resultando triunfante, asumiendo la posición de una
potencia mundial agresivamente nacionalista. En la actualidad Pekín se
encuentra en las garras de lo que he denominado «capitalismo ciber-
nético con características chinas» a medida que se despliega una lucha
activa e impredecible por la hegemonía sobre este estrato más abstracto9.
El ascenso de la cibernética
9
Timothy Erik Ström, «Cybernetic Capitalism with Chinese Characteristics»,
Arena, núm. 6, 2021.
36 nlr 135
el Estado-nación poswestfaliano. Según avanzamos hacia el presente, el
capitalismo cibernético ya no es emergente, sino que se ha convertido
en la formación social globalmente dominante, mientras que las formas
más antiguas han sido en parte reconstituidas en un nivel más abstracto,
generando tensiones, conflictos y contradicciones manifiestas entre los
distintos niveles.
10
Friedrich Hayek, Law, Legislation and Liberty [1973], 2013, p. 491 [ed. cast. Derecho,
legislación y libertad, Madrid, 2006]. Véase también Garret Hardin, «The Cybernetics
of Competition», Perspectives in Biology and Medicine, núm. 7, 1963, pp. 54-55.
ström: Cibernética 37
base misma de la socialidad humana, socavando las formas de existen-
cia más arraigadas. El cibercapitalismo, que se ha expandido hacia fuera
y hacia abajo desde el complejo militar-industrial impulsado por la bús-
queda de nuevos mercados, opera ahora a través de un conjunto material
de prácticas, significados y aparatos tecnológicos sociales: un vasto conglo-
merado de alcance mundial constituido por múltiples capas de sistemas y
soportes, máquinas y gestión, trabajo y regulaciones, mercancías y comu-
nicaciones, ideologías e interoperabilidad, productos y protocolos. De
esta capa cibernética surgen múltiples bucles de retroalimentación, que
reorganizan niveles menos abstractos de la existencia social, socavando
y desestabilizando las formas de ser y hacer en el mundo que se daban
por sentadas, superponiéndolas a formas tecnológicamente mediadas,
concentradoras del poder, intensificadoras de la desigualdad, automati-
zadoras del trabajo, especulativas en el ámbito financiero, intensivas en
energía y, sobre todo, profundamente abstractas11.
11
Stephen Pfohl, «New Global Technologies of Power: Cybernetic Capitalism and
Social Inequality», en Mary Romero y Eric Margolis (eds.), The Blackwell Companion
to Social Inequalities, Hoboken (nj), 2005.
12
Un ejemplo concluyente es la profunda cooperación de Microsoft con el complejo
militar-industrial israelí. Sirviéndose de la tecnología de contrainsurgencia desarro-
llada por las Fuerzas de Defensa de Israel, Microsoft contribuye con la tecnología
de reconocimiento facial y los auriculares de realidad aumentada que permiten a
los soldados identificar al «enemigo» y controlar los drones con gestos. Gran parte
de su colaboración tiene que ver con el aparato logístico cotidiano utilizado para
controlar a los palestinos, esto es, con el entramado de permisos, pases, toques de
queda, cierres, puestos de control y controles de carretera que son, como señala
38 nlr 135
Lógica capitalista
Saree Makdisi, «la música de fondo de la ocupación, cuyo verdadero significado solo
se hace patente cuando se evalúa de forma acumulativa» respaldado por el software de
gestión empresarial y los sistemas de almacenamiento, que hacen posible la despose-
sión sistemática. Véase Saree Makdisi, Palestine Inside Out: An Everyday Occupation,
Nueva York, 2008, p. 6.
ström: Cibernética 39
había comenzado a buscar a alguien a quien encargar la investigación de
sistemas para rastrear los datos producidos por la difusión de los ordenado-
res personales, los primitivos sistemas de correo electrónico y la naciente
web mundial. La darpa (Defense Advanced Research Projects Agency), la
nasa (National Aeronautics and Space Administration) y la nsf (National
Science Foundation) financiaron la investigación del Departamento de
Informática de la Universidad de Stanford sobre la gestión de grandes
sistemas de datos, incluidos los primeros trabajos de los estudiantes de
posgrado Sergey Brin y Larry Page, que condujeron al desarrollo de su
rastreador web y de su algoritmo de clasificación de páginas en 1996. La
pareja registró el nombre de dominio google.com en septiembre de 1997.
La empresa se benefició de la primera burbuja de las «punto.com», cuando
el dólar se fortaleció y los capitales huyeron de la crisis financiera de Asia
oriental. De un millón de dólares en 1998, la capitalización de Google se
disparó a 25 millones un año después, pero la ausencia de beneficios era
evidente. Lo cierto es que la «mercancía resultados de búsqueda», que
según se ha dicho hace de Google una empresa como cualquier otra, no le
permitía pagar el alquiler. Tras la caída de las empresas «punto.com» en
2000, los inversores empezaron a exigir pruebas de rentabilidad, lo que
llevó a la empresa a encabezar sus páginas de resultados de búsqueda con
anuncios publicitarios específicos vinculados a las consultas efectuadas,
extrayendo y comercializando de esta forma los datos producidos por los
potenciales consumidores. De acuerdo con este criterio, la oferta pública
inicial de acciones efectuada por Google en 2004 valoró la empresa en 85
mil millones de dólares.
(mn), 2000, pp. 87-93; y Adam Greenfield, Radical Technologies: The Design of
Everyday Life, Londres y Nueva York, 2017, p. 32.
40 nlr 135
de las primeras jugadas de Google fue expandirse en el sector de las
comunicaciones con el lanzamiento de su sistema de correo electrónico,
Gmail, en 2004. Al año siguiente adquirió el sistema operativo para dis-
positivos móviles Android, que desde entonces ha pasado a dominar el
mercado mundial de los teléfonos inteligentes, lo cual evidencia un com-
portamiento similar al poder infraestructural que el sistema operativo de
Microsoft ganó en el ámbito de los ordenadores de sobremesa, mercado
en el que sigue dominando con el 75 por 100 de su cuota total. En 2005
Google se hizo con YouTube, que actualmente es el segundo sitio web
más visitado del mundo, después de Google Search.
Ciberfinanzas
14
Richard Henderson y Owen Walker, «BlackRock’s Black Box: The Technology
Hub of Modern Finance», Financial Times, 24 de febrero de 2020.
15
Cédric Durand, Fictitious Capital: How Finance Is Appropriating Our Future,
Londres y Nueva York, 2017, p. 102; ed. cast. El capital ficticio. Cómo las finanzas se
apropian de nuestro futuro, Madrid, 2018.
42 nlr 135
de las acciones tecnológicas. En 2015 Google anunció por sorpresa que
se reorganizaría en un holding, Alphabet, Inc. La reorganización fue
recompensada con creces por Wall Street, ya que las acciones subieron
otros 200 millardos de dólares en solo seis meses, aunque el negocio
principal seguía siendo exactamente el mismo, en un contexto de un
Nasdaq al alza16. A partir de entonces, el valor de Google saltó hasta los
727 millardos de dólares registrado en 2017, que se convirtieron en 922
millardos en 2019, 1,1 billones en 2020 y 1,9 billones en 2021, tras las
beneficiosas medidas pro empresariales acordadas sin fisuras por el
Partido Demócrata y el Partido Republicano durante la pandemia. En
su conjunto, Apple, Microsoft, Alphabet, Amazon, Tesla y Facebook
tienen actualmente una capitalización de mercado colectiva de más de
9,5 billones de dólares. A modo de comparación, esta cifra es apenas
inferior al pib combinado de Alemania, el Reino Unido y la India. Esta
apuesta especulativa es la mayor burbuja financiera jamás verificada.
También es una medida del aumento exponencial de la desigualdad
verificado durante el último medio siglo, cuya curva se ha agudizado
rápidamente con la pandemia de la covid-19, que ha sido aprovechada
por la clase dominante estadounidense para llevar a cabo una transferen-
cia masiva de riqueza de los pobres a los ricos. La burbuja en sí misma
es un poderoso impulsor de la desigualdad más extrema, un bucle de
retroalimentación cada vez más abstracto, que asola el tejido social y
ecológico del planeta.
Alex Hern, «How Alphabet Became the Biggest Company in the World», The
16
2017 2022
BlackRock 5,4 10
Vanguard 4,4 7,2
State Street 2,4 3,9
Fidelity 2,1 4,5
T, Rowe Price 1 1,6
Total 15,3 27.2
Fuente: Nasdaq.com, 6 de marzo de 2022; Peter Phillips, Giants: The Global Power
Elite, Nueva York, 2018.
17
En 2021 Amazon gastó 56 millardos de dólares en I+D, Meta/Facebook, 25 millar-
dos, Microsoft y Apple, 22 millardos respectivamente, además de los 32 millardos
de Alphabet (datos de Macrotrends.net).
18
Chris Mellor, «Autonomous Vehicle Data Storage», Block & Files, 3 de febrero de
2020; Anders Andrae y Tomas Edler, «On Global Electricity Usage of Communication
Technology: Trends to 2030», Challengers, núm. 6, 2015; Sean Cubitt, Finite Media:
Environmental Implications of Digital Technologies, Durham (nc), 2017.
44 nlr 135
se concentra en los sistemas de aviones no tripulados con el objetivo
de construir servicios de entrega comercial a partir de la investigación
militar-industrial.
1. Servicios principales
Google Search, el motor de búsqueda más popular del mundo y el núcleo
original de la empresa.
YouTube, la plataforma para compartir vídeos en línea más popular del
mundo, comprada por Google en 2006.
Google Maps, el mapa cibernético más popular del mundo.
Chrome, el navegador web más popular del mundo.
Gmail, el proveedor de correo electrónico más popular del mundo.
Google Assistant, interfaz de voz de inteligencia artificial.
Y muchos más, como Google Calendar, Docs, Drive, Google Arts & Culture,
Google Pay, Google Photos, Google Play, Scholar, Translate, etcétera.
2. Principal motor de generación de dinero
Adsense, la rama publicitaria de la compañía, el área más rentable de la cor-
poración, que financia gran parte del resto.
3. Investigación tecnocientífica
atap (Advanced Technology and Projects), un instituto de investigación
que desarrolla tecnología de vanguardia y que trata de llevarla al mercado
rápidamente.
Google ai, un laboratorio que pretende «llevar los beneficios de la inteligen-
cia artificial a todas y cada una de las personas del planeta».
Google Research, un laboratorio que busca «efectuar descubrimientos que
tengan un impacto sobre todas y cada una de las personas del planeta».
4. Infraestructura y logística
Android, el sistema operativo para móviles más utilizado del mundo.
Fitbit, empresa de vigilancia de ciberfitness comprada por Google en 2019.
Google Nest, infraestructura «inteligente» para uso doméstico, comprada en
2014.
Google Cloud, plataforma que vende acceso a los centros de datos de las
corporaciones.
Google Pixel, fabricante de teléfonos inteligentes.
Waze, un mapa digital creado en Israel, comprado en 2013.
Google Classroom, una plataforma de aprendizaje en línea y presencial para
reorganizar la educación.
5. Influencia geopolítica
Jigsaw, un think tank/incubadora de tecnología para contrarrestar las amena-
zas a las «sociedades abiertas».
ström: Cibernética 45
Google.org, la agencia filantrópica de la compañía, que fomenta las «asocia-
ciones público-privadas» y realiza inversiones estratégicas, a menudo en
empresas con ánimo de lucro.
6. Filiales globalizadoras
Múltiples filiales para la evasión de impuestos, tales como Google Ireland
Holdings Unlimited Company (gestionada y controlada desde las Bermudas).
Múltiples filiales globalizadoras con puestos de avanzada en treinta y seis
países, desde Chile a Hong Kong, pasando por Noruega.
19
Jonathan Beller, The Message Is Murder: Substrates of Computational Capital,
Londres, 2018, p. 11.
20
Kate Soper, Post-Growth Living: For an Alternative Hedonism, Londres y Nueva
York, 2020, p. 55.
ström: Cibernética 47
el hiperconsumo, todo ello puesto al servicio de la acumulación capitalista
y la proyección del control social. De ahí se deriva toda una serie de trans-
formaciones drásticas en todos los aspectos de la vida, tanto en el campo
de la práctica social –ecológica, económica, política y cultural– como en un
ámbito ontológico más profundo, que desestabiliza y reconfigura la con-
dición humana y el mundo natural. La remodelación del mundo de vida
no es en sí misma una novedad para el capitalismo; de hecho, es algo que
ha hecho varias veces. La electrificación, la invención del motor de com-
bustión interna y el vuelo motorizado revolucionaron el mundo capitalista
avanzado a partir de la década de 1890; y la urbanización planetaria quizá
lo haya transformado todavía más. La comparación de la actual transfor-
mación con la segunda revolución industrial no hace, sin embargo, sino
subrayar la importancia de captar lo que es único en la actualidad. La abs-
tracción de la comunicación y la información, impulsada por la lógica del
propio cibercapital, está transformando el mundo de vida al margen de
cualquier instancia político-democrática de decisión y de todo proceso de
rendición de cuentas.
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