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Metodo Global Natural

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Movimiento Mexicano para la Escuela Moderna

Método global natural, ¿Qué hacer?1


Graciela González de Tapia2

Permíteme sugerirte algunos ejercicios que te pueden ayudar, si


acaso optas por ensayar el método global natural para la adquisición de
la lecto-escritura, según lo hemos practicado en nuestro salón de clases
por más de 25 años.
Auxíliate de un texto que te den tus alumnos, las cosas que ellos
dicen, o que lo propicie alguna vivencia de los niños en el aula, y que
conste de una oración, o un par de ellas a lo mucho.
Imagínate esta situación: Beba, una de tus alumnitas, lleva a la
escuela el canario que tiene en su casa, con todo y jaula. Es, pues, el
centro de la atención. Después de observar el canario, pide a Beba que
platique todo lo que sepa sobre él, y organiza la plática con todo el
grupo, permitiendo que cada niño aporte sus propias experiencias,
durante unos 15 minutos.
A continuación escribe sobre el pizarrón, con letra ´script´
suficientemente grande y muy clara, el siguiente texto, o uno similar:
Beba tiene un canario en una jaulita.
Este escrito es tu material. Los ejercicios que te sugiero se
referirán a él invariablemente.
Ejercicio uno.- Lee el texto y hazlo leer a los niños, primero a coro
y después individualmente, señalando con una regla o puntero cada
palabra.
Haz que lo lean a gritos o susurros, en voz alta o baja, alternando
las palabras una fuerte y una quedo, dos y una, o en las combinaciones
y ritmos que se te ocurra. Todo esto entra en la diversión.
Ejercicio dos.- Haz que cada niño pase al pizarrón a señalar una
palabra, la que indiques o cada uno según la fórmula “Dónde dice

1
Texto elaborado en 1991.
2
Profesora de educación primaria, pionera de la Pedagogía Freinet en México. Directora de la
Escuela primaria Manuel Bartolomé Cossío, fundada conjuntamente con José de Tapia Bujalance.

1
Movimiento Mexicano para la Escuela Moderna

canario, dónde dice Beba, dónde dice una, dónde en, dónde tiene, dónde
jaulita, etc.

2
Ejercicio tres.- Haz que los niños visualicen el texto, pero con una
sintaxis diferente. Brinca las palabras al señalarlas, dando de todos
modos sentido a la lectura:
En – una – jaulita – Beba – tiene – un – canario
Un – canario – tiene – Beba – en – una – jaulita
Tiene – Beba – en – una – jaulita – un – canario
Ejercicio cuatro.- Señala cada palabra fuera del orden y pregunta a
un niño cada vez: ¿Qué dice aquí, (canario) y aquí? (jaulita) y aquí?
(tiene) etc.
Ejercicio cinco.- Pasa al pizarrón a cada niño para que realice lo
que se pide y con diferentes modalidades:
Subraya donde dice canario, subraya donde dice Beba, etc.
Rodea la palabra Beba, rodea la palabra jaulita, etc.
Tacha donde dice canario, donde dice tiene, donde dice en, etc.
y todas las modalidades que se te ocurran a ti.

Ejercicio seis.- Forma unos ocho o diez niños frente al pizarrón.


Advierte que deben leer las palabras que señales, uno después de otro,
de ida y vuelta, a toda velocidad y sin perder turno. Advertidos los niños,
señala la misma palabra para que la repitan todos, luego varía y vuelve
a repetir. Se trata de que estén alertas y no pierdan la oportunidad, es
un juego muy divertido. Una secuencia sería aproximadamente así:
Beba, Beba, Beba, tiene, tiene, tiene, Beba, tiene, un, un, un, Beba,
tiene, un, tiene, un, canario, canario, canario, canario, un, canario, un,
canario, tiene, un, canario, en, en, en, una, una, una, en, una, en, una,
jaulita, jaulita, jaulita, en, una, jaulita, Beba, canario, Beba, jaulita, etc.
Recuerda que un niño lee una palabra, el siguiente lee la misma, u
otra, y así va y viene la lectura por la fila.

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Ejercicio siete.- Pide a un niño que pase al pizarrón y que borre
una palabra. En seguida, que la vuelva a escribir.
“Pablo, pasa al pizarrón y borra donde dice canario. Bien. Ahora vuelve a
escribir canario. Muy bien”. Puedes variar el ejercicio pidiendo a un niño
que borre y a otro que escriba la palabra. Inventa nuevas formas.
“Laura, borra donde dice Beba. Muy bien. Ahora, Paco vuelve a escribir
Beba. Muy bien”.
Ejercicio ocho.- Juega con las palabras aisladas, pártelas, sustituye
las letras, aprovecha sus posibilidades.
Por ejemplo escoge “canario”. Quítale rio. ¿Qué queda? cana.
¿Cómo dirá si le pongo una tilde a la n? caña. ¿Y si cambio ñ por m?
cama. ¿Y si la primera a cambia por o? ¡claro! Ahora dice coma. A veces
este ejercicio puede dar resultados chuscos, y a los niños les encanta.
Ejercicio nueve.- Combina los ejercicios. Observa éste: “Laura,
pasa a señalar donde dice jaulita. Muy bien. Pepe, ¿qué dice aquí?
(Señalando jaulita)” Ahora éste. “Pepe, toma un gis amarillo, y subraya
con una línea donde dice Beba. Laura, toma un gis verde y encierra en
un triángulo donde dice tiene. Beba, pasa al pizarrón, y con un gis rojo
encierra en un cuadro donde dice una”. Etc., etc.
Ejercicio diez.- Si acaso quedó sobre el pizarrón el escrito, antes de
visualizar otro se puede pedir a los niños, como un ejercicio de memoria
visual, que pasen al pizarrón a borrar el escrito palabra por palabra.
“Beba, pasa a borrar donde dice canario. Laura, pasa a borrar donde
dice Beba. Pepe, borra donde dice tiene. Etc.”

Los ejercicios que te sugiero están graduados. Son más fáciles los
primeros que los últimos. Es conveniente iniciar sólo con los dos
primeros por unas cuantas semanas, e introducir los siguientes de
acuerdo con el avance y el interés creciente de los niños.

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Cada día has de ejercitar la visualización de un texto diferente. No
se trata de memorizar. Sólo ver, discriminar, participar en el juego. Cada
niño llegará a la lectura él mismo y a su tiempo.
Cuando termines tu ejercicio de visualización, pide a los niños que
copien el texto y lo ilustren con un dibujo. No te preocupes por los
garabatos de los primeros días, paulatinamente se convertirán en letras.
Cuando los niños descubren la lectura, pueden ya servirse de la
escritura para redactar libremente.
Cuando converses con los niños, no te quedes sólo con lo que ellos
te den. Tú también puedes y debes aportar tu experiencia y tu
conocimiento.
Pensemos en el texto que nos ha servido para ejemplificar, y
volvamos a él. Aparte de escuchar lo que ellos te dan como experiencia
propia, tú puedes conducir la conversación, preguntando, por ejemplo,
las diferencias entre el canario (ave) y un gatito (mamífero) o las
características y hábitos del canario. Puedes preguntar a los niños qué
otros pájaros conocen, por qué los hombres los meten en las jaulas,
dónde más han visto animales enjaulados, y todo lo que se te ocurra.
Puedes, incluso, llevarlos al zoológico.
Con esta actividad cerrarías un ciclo, pero cuántos temas
riquísimos te daría para trabajar. ¿O no?

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