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Marques de Sade

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PECADO O PREJUICIO

INSPIRADO EN LA PELICULA: LETRAS PROHIBIDAS DEL MARQUES DE SADE y EN UNA DE


LAS FRASES DEL MARQUES: La conciencia no es la voz de la naturaleza, sino la voz de los
prejuicios.

¿Acaso el mundo debe de girar en torno a una idea, en torno a políticas, reglas, normas o
regímenes sobrepuestos por seres de las cumbres? Hacen ver como si ese fuera todo el mundo y
que no debe existir más.
Esta es la historia de un joven, al que le llaman “padre”; religioso desde su estirpe, sus cantos de
arrullos fueron rezos, ave marías, y rosarios y sus juegos dentro del monasterio; un niño diseñado
directamente al servicio de la iglesia. Era el orgullo de su familia, aquel joven caminaba rectamente
hacia su postulación como sacerdote, después de esto las almas de sus padres serian redimidas por
siempre, ya no habría de que preocuparse; un hijo sacerdote, el orgullo de la familia y el cielo
ganado, que más desearía un padre y una madre.
En esta historia su nombre será: “el Abad”. El Abad de mirada inocente, el de ojos puros que
muestran la nobleza de su alma y lo transparente de ella; sus palabras suaves infunden confianza,
muestran afecto y también pesar, pesar por los desvalidos, los pobres y abandonados, los
miserables; como tal vez los llamen algunos.
Todo el mundo del Abad fueron cuatro paredes, pasadizos y lugares de encierro donde practicaba
sus oraciones y sus ritos. ¡El Abad no conoce algo más¡. Pero que hay detrás de todo esto, un
sacrificio, una vida en santidad, una vida de perfección, una vida de abstinencia; y ¿a cambio de
qué?. Ser como el Abad es una abnegación, es una renuncia total a su propia naturaleza, es dejar
de ser lo que quieres, para ser quien quieren que seas, es permitir que tus sueños terrenales
mueran, guardar tu esencia y esconder tal vez mucho de lo que puedas dar. El Abad nunca pudo
elegir, desde su cuna fue ofrendado y eso era respetable e inconmovible; aunque nadie puede negar
su fortuna, podríamos decir que relativamente nadie podría negar su desdicha. El Abad aprendió a
darlo todo, y no albergó mucho, fue feliz con ello pero tuvo que privarse de recibir lo que realmente
lo haría feliz. Aprendió a cuidar de los demás, a trabajar en pro de un beneficio colectivo, la sociedad
era su prioridad, afuera existían gentes necesitadas, perdidas de su camino, y el Abad podía
enderezarlo. Pero y ¿qué de su naturaleza humana, que de sus sueños y deseos?, reprimirlos es la
respuesta, pero en medio de rezos, y presiones estas querrán salir y lo demandarán a gritos
silenciosos y dolorosos. Pero un día su historia cambia. Al joven padre le es asignada una labor,
llega la noticia que será trasladado de su lugar tranquilo de oración a un lugar donde realmente lo
necesitan, Charenton; un lugar conocido como el sitio de la locura, donde permanecen hombres
encerrados, llenos de miedo por lo que pueda pasarles allá afuera, incluso lo que pueda pasarles allí
mismo, pues ellos son sus propios enemigos, pues viven el infierno de estar atados mentalmente,
atrapados en su propia locura. Quien podría quererlos o cuidar de ellos, ¿acaso la familia, la
sociedad, o el gobierno?, nadie mejor para esto que el Abad.
En Charenton, hay algo especial, algo guarda este lugar, alguien único y memorable por siempre; un
escritor francés, conocido como “EL MARQUES”. Este hombre fue magnífico, su pensamiento sí que
fue diferente, disímil a una sociedad prejuiciosa, relativamente religiosa, pero precisada de libertad.
En este momento podría preguntarme, ¿Quién era realmente libre, el Marques o el pueblo? De
seguro al final de este escrito la respuesta, la entenderá usted mismo.

Escrito inspirado en la película Letras Prohibidas del Marqués de Sade. Trabajo presentado a la
profesora Yenifer Collazos por la estudiante Leidy Liliana Yangana Franco. Tercer Semestre de
Psicologia Nocturno. Fundación Universitaria de Popayán. 2013.
Pero, ¿que hizo diferente al Marques, que mal podría haber hecho un escritor, para ser encarcelado,
llevado a un hospital psiquiátrico y condenado?, la respuesta está en sus letras, y ¡que letras!. Dice
la historia que sus escritos fueron condenados como lo que se conoce hoy en día Sadismo,
descripciones detalladas de prácticas sexuales obscenas que fueron prohibidas totalmente, hasta
quemadas para evitar su difusión. ¡Como si hubiese sido del todo posible¡. Como si quemando las
letras pudieran convertir en cenizas sus ideas y los mismos deseos. Sus historias fueron fascinantes
para muchos pero repulsivos para un emporio en especial, el religioso; quienes se vieron
estrechamente ofendidos por la calidad de sus escritos, por la frialdad de sus descripciones y el
efecto desencadenado en el pueblo. Parecía estar fuera de control, como era posible que estando
en medio de paredes y rejas, esos escritos salieran a la luz, incluso ¿cómo es que aun siga
escribiendo?.
No fue mucho lo que pudo hacer el Abad para evitarlo, su trabajo era guiarlo, acompañarlo, y tal vez
consentirle en muchas cosas, pero los escritos del Marques, sí que eran influyentes. Aun en medio
del encierro sus ideas fluían, el frio de las paredes y la soledad no fueron impedimento, incluso se
puede decir que provocaron mayor deseo y las letras continuaron fluyendo.
Todos los escritos del Marques no fueron solo eróticos, muchos de sus escritos fueron macabros,
tanto así que hasta varios de sus actos fueron su condenación; su libertinaje y su obsesión iban más
allá de los parámetros normales. Al final y después de tantas fugas, terminaría sus días en
Charenton, donde dejaría más huella que en ningún otro lugar.
La labor del Abad no era fácil, se le había encomendado la tarea de sacar de ese estado febril y
perverso al Marqués, pero esto nunca ocurriría. Esa era la esencia del Marques, su escritos eran su
vida, sus letras y su pluma animaban a vivir en ese amargo encierro, donde tendría que abstenerse
de poner en práctica sus más aberrantes deseos. Es aquí donde entra en su papel de lavandera,
una mujer joven y hermosa, casi que enamorada del marques y sus letras, ella sería la salvación
mediata del Marques, y la muerte lenta y súbita del Abad.
Un lugar de encierro, la locura total, letras del marques por todos lados, deseos reprimidos
incontrolados, una joven hermosa dispuesta a satisfacer sus más grandes deseos y dejarse llevar
por las más grandes pasiones; y un Abad en medio.
El Abad prácticamente fue quien tuvo que escuchar las historias del Marques, antes que salieran a la
luz, él ya las conocía, solo que en ningún momento pensó que fueran a ser públicas. Esto obligó al
Abad a cortar todo tipo de relación y privilegios hacia el Marqués. Sus letras no saldrían de nuevo a
la luz, ni siquiera seria escritas. Pero el efecto de sus letras ya vivía en el. El Abad había sido
contaminado.
Las letras del Marques, influyeron significativamente en la sociedad, los textos eran prohibidos pero
en el bajo mundo estos libros y sus historias daban la vuelta, algunos llenos de horror se alejaban
pero otros atraídos por ellas, dejaban que sus más bajos instintos salieran a flote. Es precisamente
este el gran dilema del Abad, luchar internamente para que sus instintos carnales permanecieran
dormidos como siempre lo estuvieron, nunca llego a pensar en ellos, creyó que estarían muertos o
que tal vez nunca existieron, y ahora parecen querer salir de sí mismo y mostrarse tal como son.
¿Pero qué hay de malo en ello?, es que está prohibido, hay una ley que lo condena, hay un voto de
pureza que no se puede romper, o el castigo seria eterno.
Este es el asunto, señoríos como las religiones adoptan posiciones inflexibles, hay un catálogo de
normas y muchos de ellos instituidos por los mismos hombres, qué necesidad tiene el mismo
hombre de prohibirse aquello que más le satisface, porque deshacerse de su propia esencia. El

Escrito inspirado en la película Letras Prohibidas del Marqués de Sade. Trabajo presentado a la
profesora Yenifer Collazos por la estudiante Leidy Liliana Yangana Franco. Tercer Semestre de
Psicologia Nocturno. Fundación Universitaria de Popayán. 2013.
hombre desde tiempos antiguos se ha sometido a mandatos y prohibiciones, pero estas
prohibiciones siempre las han superpuesto los más fuertes, los que están en lugares altos, los que
pueden gobernar, y lo hacen exactamente para tener bajo sus pies y en sumisión a un grupo de
gentes que les sirvan y hagan lo ellos quieran. Y, ¿Cómo logran que hombres racionales e
inteligentes terminen haciendo lo que ellos quieren?, la clave está en ofrecer y dar, a cambio de
lealtad, de compromiso, de sumisión; una posición, afecto, confianza. Quienes crecieron en lugares
como el lugar en que creció el Abad, no tiene más opción que buscar ser aceptados allí dentro,
tendrán que someterse a las normas y reglas, a dejar de hacer lo que más desean, reprimir esos
apetitos, y prácticamente lastimarse a sí mismos por complacer a otro ser imperfecto como él. Pero
¿qué sucede cuando un ser de ese mundo se revela y decide ser salir, conocer, ser diferente?,
aunque en lugar de quienes deciden; pienso que es mejor hablar de que quienes no lo hacen
consiente y decididamente, y su propia naturaleza y deseos son más fuertes que cualquier otra cosa.
¿Qué sucedió en la nuestra historia con el Abad, de qué forma se contaminó, como influyeron las
letras de Marques en su vida?. Aquella mujer hermosa, no cumplía solo su papel de lavandera,
escuchaba, servía de inspiración y se encargaba de llevar a la luz los escritos del Marques, ella
dominada bajo sus instintos, y junto a las letras prohibidas se encargaron de seducir sigilosamente
al Abad. Y ¿Cómo podría negarse a sí mismo?, si en medio de todo continua siendo humano, si aún
corre sangre por sus venas, y esta corre con más rapidez cuando ella se acerca. Ahí empieza el
tormento, tratar de negarse a sí mismo por afirmar quien es y quien nunca decidió ser.
¿Cuantas veces reprimió sus deseos, cuantas veces mordió sus labios hasta cortarse por no caer en
tentación, cuantas veces sintió escalofrío al leer y escuchar las letras, y cuantas veces se excito tan
solo con ver aquella mujer?. Fueron muchas, incontables, e indescriptibles. Fueron tantas que hubo
un instante en el que no pudo más, y cayó el Abad. Lo inverosímil de esta historia no es su caída,
es lo que sucede en su interior. Fue como si el cielo se hubiera estremecido, había una fuerza más
poderosa que la misma que lo llevo a caer, esa fuerza era su conciencia, no había alguno enterado
de lo sucedido, no había alguien que señalara o juzgara, era el mismo quien lo hacía.
¿Pero que es la conciencia?, la conciencia es tipo de una voz interna, una voz que dice que está
bien y que está mal, es aquel conocimiento reflexivo que el ser humano tiene de las cosas, que lo
ayuda a saber que elegir o a reconocer que lo elegido realmente fue bueno o malo.
Como lo dijo el Marques, “La conciencia no es la voz de la naturaleza, sino la voz de los prejuicios”,
la conciencia se alimenta de todo lo que el ser ha vivido, de lo que se le ha enseñado a lo largo de
su vida, un niño pequeño tiene pocas nociones de lo que está bien y lo que no, lo aprende a medida
que crece, cuando es adulto realmente reconoce, sin preguntar lo bueno y lo malo, según lo que se
le haya enseñado. El ser humano crece en lugares y bajo pensamientos que no elige, razón por la
cual muchos no tienen culpa de vivir como lo hacen, de ser quienes son y pensar cómo piensan; así
fue como se formaron a través de los años, como lo mencione al principio, no conocieron algo más.
Hay quienes se atreven a juzgar sus hechos, su presente, sin situarse algún momento en su lugar,
sin reconocer que realmente ellos fueron hechos; así como el Abad, fue hecho, solo que llego un
punto de su vida que no pudo más contra lo que realmente debió ser.
Después de esto, el Abad sabe que actúa mal, tiene conocimiento de que su actuar no es el
adecuado, pero la pregunta es ¿realmente lo siente así?, no hay un ser humano diferente a él que lo
juzgue, en realidad lo enjuicia la voz de su conciencia, conciencia que se alimentó de represiones,
de abstinencias, ahora esa conciencia no reconoce lo que el Abad ha hecho, y sentencia sin piedad.
La conciencia se encarga de culparlo, de atribuirle una falta, que pesa más que la misma conciencia.

Escrito inspirado en la película Letras Prohibidas del Marqués de Sade. Trabajo presentado a la
profesora Yenifer Collazos por la estudiante Leidy Liliana Yangana Franco. Tercer Semestre de
Psicologia Nocturno. Fundación Universitaria de Popayán. 2013.
La culpa lo llevara a un estado deplorable, su condición ya no es la misma, se siente sucio,
inmerecedor del perdón, y digno de un castigo, quisiera devolver el tiempo, pero no es posible,
busca como enmendar el daño pero no puede.
Como quisiera que el Abad entendiera que no es tan malo lo que él ha hecho, es inaceptable para
una sociedad que ha limitado al actuar del hombre, pero es su naturaleza, es su ser, es algo que
viene consigo, que nunca podrá apartar de él; esto tal vez no lo entendería tan fácil; a menos que,
empiece a decidir por sí mismo, deje de actuar y renuncie a lo que ha sido y quiera vivir diferente,
empezar una nueva vida, desde cero, y empiece a alimentar su mente de nuevas cosas.
En la historia este no fue el caso del Abad, la culpa lo atormentó hasta volverse loco, loco de culpa,
loco de rabia, de impotencia, y de aun desear a una mujer que dejo de existir. En su recuerdo solo
queda lo que él pudo ser, y lo que llego a hacer, y porque continua allí, en Charenton, aunque en
otra posición como un preso y loco más.
El lugar cambió, ya no es el respetable Abad, se equivocó, el precio de esa equivocación será su
condenación eterna; así lo cree él, ya no hay indulto, todo está perdido; todo esto lo piensa el Abad,
su raciocinio no va mas allá, no puede decir que las cosas pueden cambiar, que puede redimirse,
porque lo cometido es realmente imperdonable y tendrá que cargar con esa cruz por toda su
miserable vida, encerrado en cuatro paredes a merced de sus recuerdos, con una característica
peculiar, escribir para nunca olvidar.
El caso es extremo, se vive en una sociedad prejuiciosa, intolerante y acusadora, donde un desliz no
es permitido, y los castigos son la muerte en la guillotina, casi parecida a personas o grupos
religiosos de hoy en día.
Toda la historia del Abad, realmente la entiendes cuando de alguna manera la vives, no con las
dimensiones de lo que sucedió en Charenton, pero si similar a una vida que surgió desde un
cristianismo, imposibilitada para mirar hacia otro lugar, queriendo hacerlo, pero con la extrema
prohibición de intentarlo
La prohibición tiene su raíz en un “que dirán”, si dejas de hacer lo que te dicen entonces dejarás de
pertenecer a un circulo, a un mundo, ya no serás aceptado, o no serás visto de la misma forma; tú
dejarás de importar; y no es eso lo que quieres, razón por la cual muchos se quedan allí,
obedeciendo y actuando, dejando de vivir y disfrutar, mostrando una sonrisa, diciendo soy feliz, pero
en realidad no lo son.
Yo me atreví a salir, no porque mis pasiones fueran desordenadas y quisiera sacarlas a flote, sino
por el cansancio también vence. Te cansas de seguir reglas estrictas, te cansas de ir tras un camino
en el cual te desgastas por otros, por el cual toda tu vida has dejado de experimentar algo diferente.
Crecí bajo reglas de una religión, y aunque no pongo en duda la fe que me enseñaron pues aún vive
y permanecerá por siempre; puedo hoy decir que reprimí en mi vida tantas cosas, que aunque hoy
quisiera vivirlas, no puedo hacerlas del todo bien. Recuerdo que en varias ocasiones intenté salir,
pero algo hizo que no lo hiciera por completo; eso que nombré anteriormente; la culpa, lo que dentro
del régimen de una religión se denomina culpa por haber pecado. Realmente te sientes muy mal al
cometer un acto que ha sido prohibido, que es reprobable, sientes o piensas en los dedos
acusadores o en lo que van a decir o hacer contigo, es casi como querer desaparecer y arrepentirse
de haberlo hecho, verdaderamente pesa; y solo te sientes bien o mejor en el momento en que
confiesas tu pecado o tu falta, y haces un pacto de no cometerlo de nuevo; allí recibes toda la ayuda
que necesitas, sonrisas van y vienen, y el consejo no se hace esperar.

Escrito inspirado en la película Letras Prohibidas del Marqués de Sade. Trabajo presentado a la
profesora Yenifer Collazos por la estudiante Leidy Liliana Yangana Franco. Tercer Semestre de
Psicologia Nocturno. Fundación Universitaria de Popayán. 2013.
¿Por qué elegí la película del Marques?, ¿por qué mencioné como protagonista principal al Abad?,
¿por qué escribo sobre mí?, y ¿por qué el dibujo?. Definitivamente hay relación, y quiero explicarla.
Aunque la película Letras Prohibidas, y el dibujo, hacen referencia a un monje católico, para mi es
tipo de un ser que nunca conoció otro mundo diferente al de una iglesia, que tuvo privaciones, que
vivió bajo reglas y normas, que pensó que su vida era perfecta pero dejó de disfrutar tantas cosas
que hoy en día hay vacío muy grande en su vida.
Antes que todo, quiero dejar muy en claro que mi creencia en un Dios no tiene nada que ver con
esto, Dios existe y seguirá existiendo, solo que Dios es tan bueno, y es el que menos critica o
condena, que en realidad no tengo porque inmiscuirlo en este asunto, pues esto es asunto de
hombres, ellos son los que condenan, sin potestad pero lo hacen.
Alrededor del mundo existen una gran cantidad de religiones o sectas, todas profesan un ser
supremo, con diferentes nombres o títulos, y atraen millones de gentes y fundan templos grandes de
reunión para ofrecer culto a su Dios. Muchos llegan a esas iglesias, en realidad muchos buscan paz
interior, una mano ayuda, fuerzas para seguir adelante porque todo su mundo se ha derrumbado, y
en realidad en cualquiera de estos lugares es muy bienvenido.
El principio es reconocer al ser supremo, el nombre que la secta le haya designado, después viene
el arrepentirse de todos los males cometidos, hacer votos de santidad, de llevar una vida agradable;
normalmente esa palabra “agradable”, significa agradar a su Dios; pero a pasar del tiempo no es a
su Dios a quien termina agradando sino a quienes dicen representarlo aquí en la tierra.
Empieza a tener que hacer votos, no solo espirituales sino también económicos, esos votos son
promesa a su Dios, por eso hay que cumplirlos, los votos espirituales fortalecen el alma, y los votos
económicos, sustentan el templo. Tal vez esto no tenga en nada malo, puedo decir que es lo justo
contribuir para que el lugar donde se reúnen, se mantenga bien. Lo que no comparto esta en pedir
más de lo necesario. El talón de Aquiles surge cuando tienes que obedecer tantas reglas y pretender
agradar en todo a hombres, que prohíben tantas cosas; a donde debes ir, con quien ir, que hacer,
como vestirte, entre otras.
Las religiones son buenas hasta cierta parte, en el momento en que dejan de trabajar por su
objetivo, la espiritualidad, dejan de serlo. Pasan a ser regímenes, que desgastan, que decepcionan,
y que cohíben de vivir, y que llegado el momento en que uno de los feligreses caiga repetidamente o
no este en acuerdo, entonces es un pecador, y pierde su estatus, ya no es visto de la misma
manera, y queda solo. Si el caso es de uno de aquellos que creció allí, es más cruel, porque no solo
queda solo, pierde su lugar, le miran diferente, sino que sumado a eso siente culpa; pero si es
alguien que definitivamente quita la venda de sus ojos y los abre, entonces este no sentirá culpa, se
sentirá libre y no tendrá que cargar con cruces o penas durante su vida, sino que hará de ella algo
mejor, en libertad de pensamiento, algo que definitivamente lo hará feliz; sin dejar de creer en su
Dios.
En conclusión, la historia del Abad, fuera de lo carnal y erótico permitió que reflejara algo de lo que
siempre viví y observé, de lo cual puedo decir: sé que se siente; se lo que pasa cuando fallas, se lo
que se siente perder algo preciado, sé que es sentir y querer hacer algo diferente a lo inculcado, y
sentir pena por ello, remordimiento y culpa; pero también sé que es libertad, que es saber y poder
elegir y tomar un rumbo diferente, para no llegar a extremos como el Abad, condenado y encerrado
de por vida. Ahora sé lo que significa intentar por mí misma ser feliz, creyendo aun en Dios, y
profesando que definitivamente Dios trasciende las religiones.

Escrito inspirado en la película Letras Prohibidas del Marqués de Sade. Trabajo presentado a la
profesora Yenifer Collazos por la estudiante Leidy Liliana Yangana Franco. Tercer Semestre de
Psicologia Nocturno. Fundación Universitaria de Popayán. 2013.
Escrito inspirado en la película Letras Prohibidas del Marqués de Sade. Trabajo presentado a la
profesora Yenifer Collazos por la estudiante Leidy Liliana Yangana Franco. Tercer Semestre de
Psicologia Nocturno. Fundación Universitaria de Popayán. 2013.

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