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Introducción
Introducción
Introducción
Sócrates
Desde muy joven, llamó la atención de los que lo rodeaban por la agudeza de sus
razonamientos y su facilidad de palabra, además de la fina ironía con la que salpicaba sus
tertulias con los ciudadanos jóvenes aristocráticos de Atenas, a quienes les preguntaba sobre su
confianza en opiniones populares, aunque muy a menudo él no les ofrecía ninguna enseñanza.
Su inconformismo lo impulsó a oponerse a la ignorancia popular y al conocimiento de los que
se decían sabios, aunque él mismo no se consideraba un sabio, aun cuando uno de sus mejores
amigos, Querefonte, le preguntó al oráculo de Delfos si había alguien más sabio que Sócrates, y
la Pitonisa le contestó que no había ningún griego más sabio que él (Apología 21a). Al escuchar
lo sucedido, Sócrates dudó del oráculo, y comenzó a buscar alguien más sabio que él entre los
personajes más renombrados de su época, pero se dio cuenta de que en realidad creían saber
más de lo que realmente sabían. Filósofos, poetas y artistas, todos creían tener una gran
sabiduría, en cambio, Sócrates era consciente tanto de la ignorancia que le rodeaba como de la
suya propia. Esto lo llevó a tratar de hacer pensar a la gente y hacerles ver el conocimiento real
que tenían sobre las cosas.
Asumiendo una postura de ignorancia, interrogaba a la gente para luego poner en evidencia la
incongruencia de sus afirmaciones; a esto se le denominó «ironía socrática», la cual queda
expresada con su célebre frase «Yo sólo sé que no sé nada» (?? ??da ?t? ??de? ??da [en oida oti
ouden oida]). Su más grande mérito fue crear la mayéutica, método inductivo que le permitía
llevar a sus alumnos a la resolución de los problemas que se planteaban por medio de hábiles
preguntas cuya lógica iluminaba el entendimiento. Según pensaba, el conocimiento y el
autodominio habrían de permitir restaurar la relación entre el ser humano y la naturaleza.
La sabiduría de Sócrates no consiste en la simple acumulación de conocimientos, sino en
revisar los conocimientos que se tienen y a partir de ahí construir conocimientos más sólidos.
Esto le convierte en una de las figuras más extraordinarias y decisivas de toda la historia;
representa la reacción contra el relativismo y subjetivismo sofista, y es un singular ejemplo de
unidad entre teoría y conducta, entre pensamiento y acción. A la vez, fue capaz de llevar tal
unidad al plano del conocimiento, al sostener que la virtud es conocimiento y el vicio
ignorancia.
El poder de su oratoria y su facultad de expresión pública eran su fuerte para conseguir la
atención de las personas.
Sócrates no escribió ninguna obra porque creía que cada uno debía desarrollar sus propias
ideas. Conocemos en parte sus ideas desde los testimonios de sus discípulos: Platón, Jenofonte,
Aristipo y Antístenes, sobre todo. Tales testimonios no son convergentes, por lo que no resulta
fácil conocer cuál fue el verdadero pensamiento de Sócrates
La Educación
Sócrates fue en su tiempo un docente innovador, crítico y humilde, que impulsó a sus
discípulos que eran quienes estuvieran dispuestos a conversar con él en jardines, calles o
plazas, a pensar, y esto le valió una condena a muerte, la que esperó con gran serenidad,
acusado de corromper a los jóvenes.
Su pensamiento lo conocemos a través de la obra de su discípulo Platón, ya que Sócrates no
dejó ningún texto escrito.
Fue contemporáneo de los sofistas, pero éstos cobraban por sus lecciones, mientras Sócrates
enseñaba gratuitamente, pues consideraba que enseñar era una misión sagrada.
Además Sócrates no decía como los sofistas poseer la sabiduría sino que se hallaba en su
constante búsqueda.
Lo primero para él, era el conocimiento personal, de uno mismo, luego vendría el conocimiento
del universo exterior. El control de los impulsos, la serenidad de espíritu, el alejamiento del
lujo y las pasiones eran la enseñanza que daba Sócrates, sobre todo con su ejemplo, pudiendo
ser considerado el fundador de la ética.
Su enseñanza se efectuaba mediante el diálogo, con el que intentaba extraer verdades de su
interlocutor y sacarlo de la ignorancia.
En una primera instancia, el maestro se dedica a criticar el discurso que escuchaba de quien
con él conversa, haciéndole ver sus falacias e incluso llegando a ponerlo en ridículo indicándole
sus contradicciones. Esta parte se denomina ironía.
Luego viene la mayéutica a efectos de extrae la verdad que subyace en el intelecto humano, que
puede exteriorizarse ayudado por preguntas del maestro, que cumple un oficio similar al de la
partera (profesión de la madre de Sócrates) que ayuda a que la vida salga al exterior. En este
caso lo que nace es la verdad, llegando a la raíz del objeto de conocimiento
Aparece ya en Sócrates el rol del maestro como guía que orienta a quien necesita descubrir por
sí mismo, y no como dueño del saber a transmitir ante un estudiante pasivo.
Método socrático:
Sócrates no predicaba la virtud directamente, sino más bien, invitaba a reflexionar sobre ella.
No ofrecía las recetas acabadas sino convidaba a la búsqueda.
Por eso, son de suma importancia los dos métodos, o para ser más correcto, los dos momentos
del mismo método, que Sócrates empleaba en la mencionada búsqueda de la verdad y de la
virtud, las mismas las llamaba: ironía y mayéutica, respectivamente.
Ironía
Sócrates pertenece a una especie de hombres que no tienen amor propio en las discusiones, y
que aceptan encantados la refutación si así se descubre la verdad. Confiesa que su única
cualidad es la ironía, consistente en interrogar a los sabios y procurar sacar la verdad que hay
en el fondo de sus respuestas.
En Sócrates la Ironía se mezcla con la cortesía cuando éste extrema su modestia hasta decir de
que él es lento y gárrulo, y que no llega a poner en claro las cosas.
El alcance de la Ironía o modestia socrática se hace patente una vez que en el descubrimiento
de la verdad nos encontramos ante la siguiente alternativa: o llegamos a alcanzarla o, por el
contrario, nos debemos convencer de que no sabemos lo que ignoramos, y esto no sería, en
verdad, un premio despreciable de nuestro trabajo.
Tal es el fundamento del famoso sólo sé que no sé nada, la afirmación socrática más
concluyente e indubitable, resultado de una fundamental desconfianza. Y es que si Sócrates
discute siempre para descubrir si efectivamente sabe o no, es porque no quiere hacerse
ilusiones de que sabe algo cuando nada sabe. Por todo ello, con una modestia que es la más
firme base de todo método de conquista de la verdad, grita Sócrates: Atenienses que me
escucháis; no sé nada, y ante vosotros me presento desnudo y sin los adornos de una mentirosa
certeza.
Además, la ironía o modestia socrática es grande en cuanto que por ella se traza límites. Así no
incurre en la insensatez de discutir de omni re scíbili, como por principio hacían los sofistas. Y
es que el vino de los saberes recién descubiertos no se le subió a Sócrates a la cabeza. Conservó
un afán tan grande de saber que la apariencia de sabiduría en los maestros-sábelo-todo le
parecía mera elocuencia. En este sentido, la ironía socrática representa también un afán de
sinceridad que le aleja de todo culto a las meras apariencias.
Mayéutica
Del griego maieutiké (arte de las comadronas, arte de ayudar a procrear). La mayéutica es el
método filosófico de investigación y enseñanza propuesto por Sócrates. Consiste esencialmente
en emplear el diálogo para llegar al conocimiento. Aunque Sócrates nunca sistematizó la
mayéutica, seguramente es correcto destacar las siguientes fases en este método:
en un primer momento se plantea una cuestión que, en el caso del uso que Sócrates hizo de este
método, podía expresarse con preguntas del siguiente tipo ¿qué es la virtud?, ¿qué es la
ciencia?, ¿en qué consiste la belleza?;
en un segundo momento el interlocutor da una respuesta, respuesta inmediatamente discutida
o rebatida por el maestro;
a continuación se sigue una discusión sobre el tema que sume al interlocutor en confusión; este
momento de confusión e incomodidad por no ver claro algo que antes del diálogo se creía saber
perfectamente es condición necesaria para el aprendizaje, y Sócrates lo identifica con los
dolores que siente la parturienta antes de dar a luz;
tras este momento de confusión, la intención del método mayéutico es elevarse
progresivamente a definiciones cada vez más generales y precisas de la cuestión que se
investiga (la belleza, la ciencia, la virtud);
la discusión concluiría cuando el alumno, gracias a la ayuda del maestro, consigue alcanzar el
conocimiento preciso, universal y estricto de la realidad que se investiga (aunque en muchos
diálogos de Platón no se alcanza este ideal y la discusión queda abierta e inconclusa).
La idea básica del método socrático de enseñanza consiste en que el maestro no inculca al
alumno el conocimiento, pues rechaza que su mente sea un receptáculo o cajón vacío en el que
se puedan introducir las distintas verdades; para Sócrates es el discípulo quien extrae de sí
mismo el conocimiento. Este método es muy distinto al de los sofistas: los sofistas
daban discursos y a partir de ellos esperaban que los discípulos aprendiesen; Sócrates,
mediante el diálogo y un trato más individualizado con el discípulo, le ayudaba a alcanzar por sí
mismo el saber.
El arte de la mayéutica implica la teoría platónica de la reminiscencia pues al considerar al
discípulo competente para encontrar dentro de sí la verdad debe suponer que el alma de aquél
la ha debido conocer en algún momento antes de hacerse ignorante.
La palabra sophistes significaba maestro en sabiduría. Como tales se presentaban estos señores
que andaban de lugar en lugar, participaban en la política y cobraban por sus lecciones. Sabían
o simulaban saber de todo: astronomía, geometría, aritmética, fonética, música, pintura. Pero
su ciencia no buscaba la verdad sino la apariencia de saber porque ésta reviste de autoridad.
No eran, pues, propiamente filósofos pero tenían en común una actitud que sí puede llamarse
filosófica: el escepticismo y relativismo. No creían que el ser humano fuese capaz de conocer
una verdad válida para todos. Cada quien tiene "su" verdad.
No eran, pues, propiamente filósofos pero tenían en común una actitud que sí puede llamarse
filosófica: el escepticismo y relativismo. No creían que el ser humano fuese capaz de conocer
una verdad válida para todos. Cada quien tiene "su" verdad.
Los Sofistas enseñaban la areté requerida para estar a la altura de las nuevas circunstancias
sociales y políticas (recordemos que la palabra areté, traducida generalmente por virtud.
La primera exigencia de esa areté era el dominio de las palabras para ser capaz de persuadir a
otros. "Poder convertir en sólidos y fuertes los argumentos más débiles", dice Protágoras.
Gorgias dice que con las palabras se puede envenenar y embelesar. Se trata, pues, de adquirir el
dominio de razonamientos engañosos. El arte de la persuasión no está al servicio de la verdad
sino de los intereses del que habla. Llamaban a ese arte "conducción de almas". Platón dirá más
tarde que era "captura" de almas.
Como los sofistas, hablaba y enseñaba sobre la areté, pero mientras los sofistas decían que no
podemos conocer nada. Ahora bien, si se trata de la areté de todo hombre -de la que pretendían
ser maestros los sofistas-.
Pensamiento:
Sócrates no escribió nada y, a pesar de haber tenido numerosos seguidores, nunca creó
una escuela filosófica. Las llamadas escuelas socráticas fueron iniciativa de sus seguidores.
Acerca de su actividad filosófica nos han llegado diversos testimonios, contradictorios entre
ellos, como los de Jenofonte, Aristófanes o Platón, que suscitan el llamado problema socrático,
es decir la fijación de la auténtica personalidad de Sócrates y del contenido de sus enseñanzas.
Si creemos a Jenofonte, a Sócrates le interesaba fundamentalmente la formación de hombres
de bien, con lo que su actividad filosófica quedaría reducida a la de un moralista práctico: el
interés por las cuestiones lógicas o metafísicas sería algo completamente ajeno a Sócrates. Poco
riguroso se considera el retrato que hace Aristófanes de Sócrates en "Las nubes", donde aparece
como un sofista jocoso y burlesco, y que no merece mayor consideración.
Más problemas plantea la interpretación del Sócrates platónico: ¿Responden
las teorías puestas en boca de Sócrates en los diálogos platónicos al personaje histórico, o al
pensamiento de Platón? La posición tradicional es que Platón puso en boca de Sócrates sus
propias teorías en buena parte de los diálogos llamados de transición y en los de madurez,
aceptándose que los diálogos de juventud reproducen el pensamiento socrático. Esta posición
se vería apoyada por los comentarios de Aristóteles sobre la relación entre Sócrates y Platón,
quien afirma claramente que Sócrates no "separó" las Formas, lo que nos ofrece bastante
credibilidad, dado que Aristóteles permaneció veinte años en la Academia.
El rechazo del relativismo de los sofistas llevó a Sócrates a la búsqueda de la definición
universal, que pretendía alcanzar mediante un método inductivo; probablemente la búsqueda
de dicha definición universal no tenía una intención puramente teórica, sino más bien práctica.
Tenemos aquí los elementos fundamentales del pensamiento socrático..
Los sofistas habían afirmado el relativismo gnoseológico y moral. Sócrates criticará ese
relativismo, convencido de que los ejemplos concretos encierran un elemento común respecto
al cual esos ejemplos tienen un significado. Si decimos de un acto que es "bueno" será porque
tenemos alguna noción de "lo que es" bueno; si no tuviéramos esa noción, ni siquiera
podríamos decir que es bueno para nosotros pues, ¿cómo lo sabríamos? Lo mismo ocurre en el
caso de la virtud, de la justicia o de cualquier otro concepto moral. Para el relativismo estos
conceptos no son susceptibles de una definición universal: son el resultado de una convención,
lo que hace que lo justo en una ciudad pueda no serlo en otra. Sócrates, por el contrario, está
convencido de que lo justo ha de ser lo mismo en todas las ciudades, y que su definición ha de
valer universalmente. La búsqueda de la definición universal se presenta, pues, como la
solución del problema moral y la superación del relativismo.
Esa verdad que se buscaba ¿Era de carácter teórico, pura especulación o era de carácter
práctico? Todo parece indicar que la intencionalidad de Sócrates era práctica: descubrir aquel
conocimiento que sirviera para vivir, es decir, determinar los verdaderos valores a realizar. En
este sentido es llamada la ética socrática "intelectualista": el conocimiento se busca
estrictamente como un medio para la acción. De modo que si conociéramos lo "Bueno", no
podríamos dejar de actuar conforme a él; la falta de virtud en nuestras acciones será
identificada pues con la ignorancia, y la virtud con el saber.
La influencia de Sócrates:
Sócrates ejercerá una influencia directa en el pensamiento de Platón, pero también en otros
filósofos que, en mayor o menor medida, habían sido discípulos suyos, y que continuarán su
pensamiento en direcciones distintas, y aún contrapuestas. Algunos de ellos fundaron escuelas
filosóficas conocidas como las "escuelas socráticas menores", como Euclides de Megara
(fundador de la escuela de Megara), Fedón de Elis (escuela de Elis), el ateniense
Antístenes (escuela cínica, a la que perteneció el conocido Diógenes de Sinope) y Aristipo de
Cirene (escuela cirenaica).
Conclusión
Con respecto a Sócrates, dedico su vida a filosofar y enseñar.
El no cobraba las lecciones que les brindaba a los ciudadanos, no pronunciaba discursos ni
escribió.
La principal preocupación de Sócrates era la conducta degradada de los subciudadanos, por
este motivo, enfoco su curiosidad intelectual en el ser humano y su capacidad que tenia éste de
conocer la verdad.
Decía que la sabiduría se adquiría en las conversaciones, haciéndose preguntas y buscando
juntos las respuestas, por lo cual invitaba a los que conversaban con él, a pensar juntos cual es
el objeto del ser humano.
Sócrates no respondía las preguntas, él quería que los hombres se hagan las preguntas y que
ellos mismos las respondieran, de esta manera nseño a pensar, a buscar la verdad y saber que
es posible alcanzarla.
Sócrates enseñaba que el "arete" era conocimiento, por ello le parecía evidente que si los
hombres llegaban a entender lo que era el bien y lo justo, escogerían eso, nadie escoge el mal
conscientemente, si lo hacen es por ignorancia.
Bibliografía
Profesor Alberto Gómez,( apuntes de la materia de filosofía y educación (2012).
Carpio,
http://educacion.laguia2000.com
http://www.webdianoia.com
http://palabrasyvidas.com
Platón y la educación del
individuo
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Crédito: gustaboarielschwartz
Era totalmente recomendable, desde los 3 hasta los 6 años, que los
niños fuesen educados mediante el juego, aunque también se considera
necesario aplicar algún correctivo para que no se vuelvan caprichosos.
Evitando de cualquier manera posible la humillación que, al igual que los
castigos a los esclavos, no creaban más que deseos de venganza. La
educación se llevaba a cabo en el templo y era dirigida por una nodriza
elegida por las llamadas “encargadas de la supervisión de los
matrimonios”. Poseía la potestad de aplicar castigos inmediatos a los
hijos de esclavos y extranjeros, siempre y cuando, se le consultase a los
guardias urbanos antes de decidir la sanción. Una vez cumplidos los seis
años, se separaban de los niños aunque se procuraba que siguiesen
recibiendo una educación similar. Principalmente en todo lo que tenía
que ver con las armas.
Crédito: gustaboarielschwartz
Aunque según su opinión debían descartarse todas aquellas fábulas que
presentaban a los héroes o dioses como seres gobernados por los
sentimientos: capaces de matar por venganza, ser infieles, traicionar,
mentir…por el contrario, desde niños debían escuchar que todo aquel
que se haya comportado de manera noble y respetuosa, la otra vida le
depararía bondades. Otra de las cosas consideradas importantes según
Platón, para la educación, era la música, la gimnasia y la alimentación.
Tenían como único fin educar el alma. La primera aportaba suavidad,
cortesía y dignidad, mientras que la segunda aportaba valentía y fuerza.
“No hay ninguna disciplina que deba aprender el hombre libre por medio
de la esclavitud. El alma no conserva ningún conocimiento que haya
penetrado en ella por la fuerza.
-Platón-
Con ello expresó que una de las maneras, si no la más importante, para
instruir a los niños era educándolos a través del juego. Dejando al
descubierto sus habilidades y capacidades.
Imágenes | W.Commons, Gustavo A. S.
La educación en Platón
22 septiembre, 2016arjephilo
Platón filósofo ateniense, discípulo de Sócrates. Nació en el 427a.C y murió en el 328 a.C,
cuyos años de vida se vieron marcados por dos importantes conflictos armados (guerras
médicas y la guerra del peloponeso) hechos que llevaron a Platón a comprender la necesidad de
reformar la vida de la polis para que la tiranía o los atropellos cometidos por la democracia no
volvieran a repetirse -la muerte de Sócrates resulta incomprensible para Platón.
El ideal filosófico de Platón será “la educación”, destinada a formar élites ciudadanas que
entiendan que la política ha de ejercerse con el propósito de contribuir a la existencia de
ciudadanos justos en una polis que, a su vez, sea justa.
La educación platónica está diseñada en función de la política y la vida civil, cuyo fin es
conseguir gobernantes excelentes. Esta educación se concretaría en una serie de fases selectivas
que permitirán clasificar a los individuos en la sociedad según sus capacidades y sus dotes
naturales. Esta educación sería universal e igual para todos. Además, los encargados de educar
serían los gobernantes, puesto que de este sistema educativo depende el funcionamiento de la
sociedad, y ellos, han sabido dirigir su alma hacia lo inteligible, hacia la verdad, hacia la
contemplación de las Ideas eternas.
Este proceso educativo se trata de un proceso dinámico, un camino que se ha de recorrer lento y
dificultosamente, ya que es un proceso gradual y que requiere un gran esfuerzo, cuya finalidad,
es el conocimiento del Bien en sí y actuar virtuosamente. Sería el siguiente:
Con este entramado educativo, el Estado es la institución educativa por excelencia, puesto que
todos los miembros de la sociedad serán incluidos en ella para ser seleccionados y dirigidos
hacia la tarea que han de desempeñar. La política es el objetivo último de la educación
platónica, y así como la educación es ilustrada mediante el ascenso desde el interior de la
caverna hacia el exterior, la política corresponde al obligado descenso del filósofo que ha
conocido las formas y la Idea de Bien hacia el interior de la caverna.