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Los Principios Contables: de La Regulacion Profesional AL Ambito Internacional
Los Principios Contables: de La Regulacion Profesional AL Ambito Internacional
Los Principios Contables: de La Regulacion Profesional AL Ambito Internacional
Vol. XV, n. 46
1985
pp. 25-56
LOS PRINCIPIOS
CONTABLES:
DE LA REGULACION
Jorge Túa Pereda
Profesor Tittilar PROFESIONAL
de Teoría
de la Contabilidad
de la Universidad
AL AMBITO
Autónonza de Madrid
INTERNACIONAL
1. Intuodt~cción.-2. Génesis y definición de1 té~r~ziizo ((principio contable»:
2.1. La normalización profesional como origen de los principios contables.
2.2. El concepto de principio contable y la aceptación generalizada.
2.3. Aceptación generalizada versus utiliclad del principio.
3. La inteunaciona1iz.ación (le los principios contables:
3.1. Génesis y desarrollo de la regulación internacional de la Contabilidad
y de la Auditoría.-3.2. El Comité Internacional de Normas Contables (I.A.S.C.).
3.3. Las Normas de Contabilidad de la Comunidad Económica Europea.
Bibliografía.
1. INTRODUCCION
Todo ello con una finalidad, a la cual ya hemos hecho alusión: dejar
constancia de q ~ el~ desarrollo
e de la actividad reguladora que ha expe-
rimentado nuestro país en los últimos años no es sino reflejo y conse-
cuencia de una necesidad sentida especialmente en' todos los países del
área occidental, donde, tras uila etapa de impulso de las maiiifestacioiles
internas o ilacionales, la norinalización contable, al tiempo que lo Ilace
la propia actividad económica, trasciende las fronteras de los diferentes
países, para situarse en el ámbito internacional.
Una advertencia previa me parece necesaria, en la medida en que, en
los últimos años, me l-ie ocupado con frecuencia -y, posiblemente, con
reiteración y hasta con exceso- de estos temas. Por este motivo, el tra-
bajo que ahora presento no es sino una síntesis de obras anteriores (1).
(2) Puede verse, para este país y para Gran Bretaiia, México y Canadá, el in-
teresante trabajo de ZEFF (1972). No obstailte, hay que señalar que el Institute of
Chartered Accountants of England and Wales es anterior (1880) a la A.A.P.A., si
bien no comenzó su actividad de normalización contable hasta un período pos-
terior.
(3) Puede ampliarse el estudio cle estos jalones cie la regulación norteameri-
cana en el ya citado trabajo de ZBFE (1972) y en CAREY(1969), CHATFIELD(1974) y
MOONITZ(1970). Por nuestra parte hemos sintetizado estos extremos en TÚA (1983c
y 1983d).
Jorge TÚa Peieda artículos
28 LOS PRINCIPIOS CONTABLES doctrinales
(4) Su título fue Uni/ornz Acco~~rzting.Un año más tarde, en 1918, se publicó
una nueva edición con un sugerente titulo: «Métodos aceptados para la prepara-
ción de estados financieros)). Propuesta que la Federal Reserve Board somete
a la consideración de bancos, banqueros y asociaciones de Banca, comerciantes,
fabricantes y asociaciones de fabricantes, auditores, expertos contables y asocia-
ciones de profesionales. Según ZEFF (1972, pág. 115) se editaron y distribuyeron,
en el año de esta segunda edición y en los inmediatamente siguientes, nada me-
nos que sesenta y cinco mil ejemplares. Apareció en el Journal of Accountancy
(junio de 1917) y en el Canadian Chartered Accountants (julio de 1917).
(5) Este hecho concreto y las motivaciones que lo determinaron pueden estu-
diarse en detalle en ZEFF(1984, págs. 448 a 452).
artículos Jorge Túa Pereda
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LOS PRINCIPIOS CONTABLES 29
doctriiiales
(6) Como indicanlos en TÚA (1983c, pág. 364), desde ese momento el informe
de auditoría se convierte en instrumeilto para medir la veracidad de los estados
financieros y, simultánean~ente,para administrar la admisión a cotización oficial.
Jorge Túa Pereda artículos
LOS PRINCIPIOS CONTABLES
(14) Vid. con respecto a este Congreso las impresiones de nuestro compatriota
OLIVER TRUJILLO (1967a y b).
(15) Sobre los trabajos de la O.N.U. en el imbito de la normalización de la
contabilidad puede verse ALVAREZMELC~N (1984), FELD(1980), JANESOLA(1978) y
SAHLGREN
(1977).
(16) Vid. a este respecto O.C.D.E. (1979 a y b).
(17) Vid. sobre este Congreso REYDEL(1978 b).
l artículos
1
Jorge Túa Pereda
LOS PRINCIPIOS CONTABLES 35
doctrinales
PUBLICA
O.N.U.1
,
i MUNDIAL
PRIVADA
-/, I.C.C.A.P. 1 (1'
I C.E.E.
I.A.A.
=-iREGIONAL
c A.I.S.G. (1)
n
Li7
A.N.A.S.E.
C.A.C.
(1) Estos dos organismos han cesado sus actividades al crearse otros con
similar ámbito gebgráfico y propósitos equivalentes.
Joi-ge Túa Pereda
LOS PRINCIPIOS CONTABLES
37
doctrinales
y propósito
3.2.1. Gestación, o~gnnizació~z
Ya hemos indicado que el I.A.S.C. fue concebido, en principio, como
un Comité dependiente del 1.C.C.A.P., si bien en 1973 otorgó su carta cons-
titutiva, con lo que, sin desvincularse de aquél, cobró autonomía propia.
En principio, firnlaron el documento fundacional tan sólo nueve paí-
ses. No obstante, se han adherido posteriormente otros muchos, hasta
que en 1982, con ocasión del Congreso Internacional de México, se firmó
un tratado entre I.A.S.C. e I.F.A.C. en el que, entre otros puntos (22), se
acordó que todos los miembros de la I.F.A.C. lo serían del I.A.S.C. y vice-
versa, por lo que puede decirse que actualmente se encuentran represen-
tados en ambos la totalidad o, al menos, la mayoría de los países con
alguna manifestación organizada de la profesión contable.
Se trata, sin embargo, de una organización privada, en la que están
representadas las respectivas instituciones de expertos contables y no
sus países de origen. A pesar de este carácter profesional y privado que,
obviamente, hace que sus pronunciamientos carezcan de otra fuerza coer-
citiva que no sea el apoyo que le presten los miembros de la profesión,
las Normas Internacionales de Contabilidad son estudiadas y aun respe-
tadas con atención y meticulosidad, al menos en los países cuyos sistemas
de información financiera se encuentren en un buen nivel de desarrollo.
Tras la modificación de 1982 (23), el Consejo Rector está constituido
por diecisiete miembros, trece de los cuales se nombran por el Consejo
de la I.F.A.C., mientras que los cuatro restantes se nombran por el pro-
pio Consejo, como representantes de organizaciones no contables, con
interés en el proceso de emisión de normas. Entre los miembros del
primer grupo han de figurar, al menos, tres representantes de países
en vías de desarrollo.
Entre las obligaciones de los organisinos profesionales integrados
en el I.A.S.C. figuran las siguientes, recogidas de su carta constituti-
va (24), que dan idea del propósito de esta institución:
a) Prestar su apoyo a las normas emitidas por el Comité.
b) Hacer cuanto le sea posible para:
(22) Puede verse un resumen de todos sus puntos en TÚA (1983d, pág. 292).
(23) Destinada especialmente a mitigar el peso específico de los países funda-
dores. Vid. ídem, pág. 280.
(24) En el texto aludimos a la carta constitutiva de 1977, que, en estos extre
mos, recogía textualmente el contenido de la versión fundacional de 1973. En la
airtáculos Jorge Túa Pereda
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doctrinales
(37) A ello habría que añadir, por cuanto incide en la información contable,
la regulación de Derecho Bursátil, en el que se han publicado tres directrices re-
gulando, respectivamente, las condiciones de admisión o cotización oficial y los
requisitos a cumplir para mantenerla (Dir. 79/279), la obligación de publicar y10
poner a disposición del público un folleto previo a la admisión a cotización ofi-
cial (Dir. 801390) y la de publicar información referida a los seis primeros meses
de cada ejercicio (Dir. 821121).
Jorge Túa Pereda artículos
LOS PRINCIPIOS CONTABLES doctrinales
(40) Sobre este texto comunitario puede verse CLAYTON .(1984) y RODR~GUEZ
FIGUEROA y VELAPASTOR (1982).
(41) Art. 2. En cuanto a estos extremos, su tenor literal es el siguiente:
((2.4. Cuando la aplicación de la presente directriz no sea suficiente para dar
la imagen fiel señalada en el párrafo 3, se suministraran informaciones comple-
mentarias.)) «2.5. Si, en casos excepcionales, la aplicación de una disposición de
la presente directriz se manifiesta incompatible con la obligación prevista en el
párrafo 3, se considerará que tal disposición no es aplicable, a fin de que se dé
la imagen fiel en el sentido del citado párrafo. Todo lo cual se mencionará, ex-
plicando su motivación, en el anexo, e indicando también su influencia sobre el
patrimonio, la situación financiera y los resultados.
(42) Este principio ha suscitado no pocas controversias, cuyo origen no es
~ t r oque las diferencias entre los derechos continental y anglosajón. Vid. al res-
pecto TOA (1982 y 1983 b), así como la bibliografía allí citada. De entre la apare-
:ida con posterioridad, son de interés los comentarios al respecto incluidos en
YONZALO, CASTROy GABAS (1985, págs. 71 y SS.).
(43) Art. 3 y 31, respectivamente.
(44) Art. 4 in fine y, expresamente, arts. 8 y 31 e. Por nuestra parte, en ante-
- de gestión continuada, por el que se presume que la sociedad
continuará sus actividades (45);
- principio de prudencia, especialmente en cuanto al tratamiento
de beneficios realizados, riesgos previsibles y pérdidas eventua-
les, y depreciaciones (46);
- principio del devengo, por el que se considerarán los gastos y los
ingresos que afecten al ejercicio al que las cuentas se refieran,
con independencia de la fecha de su pago o de su cobro.
zación internacional. Por este motivo, tanto los países que as-
piran a integrarse en la Europa comunitaria como los restantes,
analizan profundamente las implicaciones de estos textos e, in-
cluso, adoptan aquellos elementos que consideran oportunos (47).
(47) No podemos dejar de mencionar aquí, por cuanto son intentos de adap-
tación a la C.E.E.,el Anteproyecto de Ley de Sociedades Anónimas español y el
proyecto de reforma del Plan General de Contabilidad sobre el que puede verse
TOA (1984 b). En cuanto a Portugal puede verse SILVA CRAVO(1983).
(48) Vid. en este último sentido T i r ~(1983 b).
(49) Vid. argumentos similares en COLBEy POHLMANN (1981, pág. 175).
artíc~los Jorge Túa Pereda
LOS PRINCIPIOS CONTABLES 51
doctrinales
N o obstante, 110 queremos que sean éstas las impresiones que pre-
valezcan en el ánimo del lector, ya que incluso las opiniones negativas
reconocen un buen nivel d e realizaciones, que nos parecen al margen
de toda duda (50).
l BIBLIOGRAFIA CITADA