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Elefante Gris Solía Visitar El Bosque de Las Emociones
Elefante Gris Solía Visitar El Bosque de Las Emociones
Elefante Gris Solía Visitar El Bosque de Las Emociones
- Ya lo decía yo, ¿por qué no me harán caso? - decía Escarabajo Rojo echándose
las patas a la cabeza.
Elefante Gris tendió su trompa delicadamente para que se incorporara del suelo
otro de los tripulantes de la nave Arcoíris.
- Eres una celosa y envidiosa - le dijo con su habitual tono agresivo Escarabajo
Rojo.
- ¡Croac, croac! Calma, no pasa nada, es una aventura emocionante, nada más...
¡Qué más da ser un arcoíris o un pastel de nata con nueces? - comentó Rana
Verdosa bajándose del Arcoíris.
- Quizá en este Bosque veamos hormigas de seis cabezas y osos sin pelo, es
apasionante viajar, ¿no cree señor Elefante? Por cierto, que tiene usted una pinta
de aburrido. Ya le daría yo unos retoques color verdoso para que pudiera volar
hasta la osa mayor - acabó diciendo Rana.
Elefante Gris se quedó mirando el curioso baile de Rana, que no paraba de saltar
por encima de todos los colores. Mariposa Azul se posó sobre la trompa de
Elefante Gris y le dijo con tono muy suave.
- Para cumplir un sueño hay que creer en uno mismo. Solo uno puede creer y ser
capaz de lograr lo que persiga; en cuanto dependemos de los demás... - le replicó
Pitufo Añil.
Violeta era una linda flor del mismo color que su nombre.
- Trepemos por el mar y buceemos por la verde hierba, saltemos por los troncos
de los árboles de las nubes... - dijo Rana, que seguía saltando
Y así se pasaron discutiendo unos minutos los siete colores de lo que había sido
un hermoso Arcoíris. Hasta que Elefante Gris intervino dando un golpe fuerte
sobre el suelo.
- Yo soy el animal más viejo de esta zona, no se me ocurre otra cosa que poner mi
trompa a vuestra disposición.
En ese preciso instante, Elefante Gris les indicó a todos los pasajeros de la
nave Arcoíris que se reunieran bajo su trompa. Elefante Gris barritó con energía,
moviendo su trompa hacia arriba. Los siete pasajeros se arremolinaron bajo la
trompa de Elefante Gris.
- Todos los colores son necesarios. Todas las opiniones son necesarias. Solo si
sacáis lo mejor de cada uno de vosotros seréis lo que realmente sois, un hermoso
y único Arcoíris. Cada color, como cada animal, cada persona o cada planta tiene
que controlar sus emociones. Algo así como canalizarlas y quedarse solo con lo
positivo. Mi larga trompa ejercerá de canalizadora de emociones. Será como una
antena que solo captará emociones agradables.
Los siete colores se miraron y comprendiendo lo que les explicaba el animal más
viejo y sabio del Bosque, asintieron.
- ¿Preparados?
Elefante Gris barritó de nuevo, agitó su trompa y cada color se situó de forma
ordenada formando el Arcoíris.