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Tema Bulimia y Anorexia

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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUTEMALA

ESCUELA NACIONAL DE ENFERMERIA DE OCCIDENTE


ENFERMERIA EN LA ATENCION DEL NIÑO Y EL ADOLECENTE
LICENCIADO: JOSE LUIS MAZARIEGOS
SECCION “C”

Tema de investigación: Bulimia y Anorexia

Nombre: Rosa Eugenia López coyoy.


Cerne: 201907223.

Fecha: Quetzaltenango, junio de 2020


Bulimia
La bulimia o bulimia nerviosa es un trastorno alimenticio y psicológico
caracterizado por la adopción de conductas en las cuales el individuo se aleja de
las formas de alimentación saludables, consumiendo comida en exceso en
períodos de tiempo muy cortos, también llamados «atracones», seguido de un
período de arrepentimiento, el cual puede llevar al sujeto a eliminar el exceso de
alimento a través de vómitos o laxantes. El temor a engordar afecta directamente
a los sentimientos y emociones de la persona que sufra el trastorno, influyendo de
esta manera en su estado anímico que en poco tiempo desembocará en
problemas depresivos.

Signos y síntomas de la bulimia


Preocuparse por la forma del cuerpo y el peso.

Vivir con miedo de aumentar de peso.

Repetir episodios de comer cantidades excesivas de alimentos de una sola


vez.

Sentir una pérdida de control durante el atracón, como si no pudieras dejar


de comer o no pudieras controlar lo que comes.

Forzar el vómito o hacer demasiado ejercicio para no aumentar de peso


después de un atracón.

Usar laxantes, diuréticos o enemas después de comer cuando no son


necesarios

Ayunar, restringir las calorías o evitar ciertos alimentos entre atracones

Usar suplementos dietéticos o productos a base de hierbas en exceso para


bajar de peso

La gravedad de la bulimia se determina por el número de veces a la semana que


te purgas, por lo general al menos una vez a la semana durante por lo menos tres
meses.
Causas

Se desconoce la causa exacta de la bulimia. Muchos factores pueden influir en el


desarrollo de trastornos alimentarios, entre ellos, la genética, la biología, la salud
emocional, las expectativas sociales y otros aspectos.

Tratamiento

El diagnóstico de la bulimia resulta complicado ya que los episodios de voracidad


y vómitos se ocultan con facilidad. Además, algunos síntomas pueden ser
confundidos con los de otras patologías. Para un diagnóstico adecuado es
necesaria una entrevista psiquiátrica que desvele la percepción que el enfermo
tiene del propio cuerpo y la relación que mantiene con la comida.

Asimismo, es necesaria una exploración física completa para detectar los


trastornos fruto de su comportamiento alimenticio. Los objetivos del tratamiento
son corregir los trastornos alimenticios y psicológicos de la enfermedad. En virtud
de la gravedad se puede recurrir a un tratamiento ambulatorio o a la
hospitalización.

En primer lugar, se trata de evitar los vómitos, normalizar el funcionamiento


metabólico del enfermo, se impone una dieta equilibrada y nuevos hábitos
alimenticios. Junto a este tratamiento, encauzado hacia la recuperación física, se
desarrolla el tratamiento psicológico con el fin de reestructurar las ideas racionales
y corregir la percepción errónea que el paciente tiene de su propio cuerpo.

El tratamiento también implica la colaboración de la familia, ya que en ocasiones el


factor que desencadena la enfermedad se encuentra en su seno. La curación de la
bulimia se alcanza en el 40 por ciento de los casos, si bien es una enfermedad
intermitente que tiende a cronificarse. La mortalidad en esta enfermedad supera a
la de la anorexia debido a las complicaciones derivadas de los vómitos y el uso de
purgativos.
Características epidemiológicas
 La gran mayoría de los casos se ubican en la adolescencia temprana y
media, en las que se da el inicio de los cambios puberales, y por lo tanto
hay una mayor fijación y conciencia del cuerpo.
 En la dinámica familiar destaca la conflictiva en el subsistema parental, lo
que influye negativamente en el desarrollo saludable del adolescente.
Existe además serias dificultades en el manejo de límites familiares lo que
adicionalmente genera confluidos entre los diferentes subsistemas.
 Se encontraron alianzas entre los subsistemas que generan una
homeóstasis patológica al inferior de la familia, ejemplo e ello el elevado
porcentaje de violencia intrafamiliar que se detectó en el estudio,
favoreciendo que se perpetúe la sintomatología del trastorno alimentario.
 Esta disfuncionalidad familiar se convierte en un factor de riesgo ya no sólo
para desarrollar trastornos de la alimentación sino de otras conductas de
riesgo
 En cuanto al impacto psicológico de los trastornos de la alimentación
destaca la comorbilidad con trastorno del afecto (depresión mayor y
distimia) y trastornos de ansiedad (trastorno obsesivo-compulsivo).
 Desde el punto de vista nutricional destaca como antecedentes importantes
de la enfermedad los tiempos inadecuados de alimentación y la preferencia
por alimentos que aportan menos calorías pero que son insuficientes para
cubrir las necesidades energéticas del adolescente.
 Es importante destacar como la percepción del peso como excesivo es un
hallazgo que se destaca frecuentemente desde antes de que la enfermedad
se establezca y que junto con los trastornos de ansiedad se convierten en
factores pre mórbidos.
 En cuanto a las actividades escolares destaca la imagen perfeccionista y
obsesiva en los pacientes con el trastorno
 En conductas de riesgo asociados se encuentran un elevado consumo de
drogas lícitas e ilícitas y el acceso a la pornografía.
 Abuso sexual sigue siendo un antecedente importante como factor de
riesgo para desarrollar trastornos de la alimentación y otras conductas de
riesgo.

Cuidados de Enfermería
Están dirigidos a la prevención de los trastornos de la conducta alimentaria, a
través de educación para la salud, aplicando medidas de:

Prevención primaria: identificar personas de riesgo observando los factores


predisponentes. Informar sobre ideas y actitudes relativas al cuerpo y a la
alimentación.

Prevención secundaria: detección de casos, mediante la evaluación, el diagnóstico


y la puesta en marcha de acciones conducentes a la recuperación.

Valoración psicopatológica: Cambios de peso y de hábitos alimenticios. Actitudes


ante la figura, el peso y la dieta. Conductas para perder peso. Evaluación del
funcionamiento social y psicológico de la familia. Actitud ante la enfermedad y
existencia de motivación para el cambio.

Valoración física:

 IMC: indica el estado nutricional del paciente.


 Signos de sequedad en la piel y estado de las mucosas. Presencia de
hirsutismo.
 Pliegue cutáneo. Constantes por debajo de los patrones normales. Pérdida
del esmalte de los dientes e inflamación de las glándulas parotídeas.
 Pruebas complementarias: analítica completa, técnicas de imagen…

Prevención terciaria: medidas encaminadas a mantener la recuperación del peso


conseguido y a prevenir recaídas.

La actitud del personal debe ser comprensiva pero firme para conseguir que
recupere el equilibrio orgánico mediante la hidratación, restauración del peso y
tratamiento de las complicaciones, si existen.
La enfermera, además de participar en todo el proceso, tiene como
responsabilidad el control de las comidas, donde rectificará cualquiera de las
conductas anómalas con la comida.

Este control debe ser realizado de clara y sin implicaciones emocionales ni


reproches. Después de las comidas se debe hacer un control estricto de las
posibles conductas para compensar la ingesta, como el ejercicio o los vómitos.
También se responsabiliza del control de peso. Normalmente en el contrato
conductual se especifica el peso que se debe conseguir cada semana; si no se
consigue se perderán privilegios, mientras que, si se consigue alcanzar lo pactado,
los ganará.

Siendo la educación uno de los puntos importantes del tratamiento, se explicarán


al paciente las consecuencias derivadas tanto de los trastornos nutricionales como
de las conductas compensatorias. Cabe recordar que una de las complicaciones
más importantes tanto en el vómito, como en el uso de laxantes, es el
desequilibrio electrolítico, sobre todo la hiponatremia e hipopotasemia, que pueden
producir arritmias cardíacas y conducir a la muerte si no son controladas
adecuadamente.

La enfermera también debe tener en cuenta el riesgo de suicidio, presente en un


porcentaje importante de personas con trastorno de la conducta alimentaria.

Medidas preventivas
La prevención se puede realizar en diferentes ámbitos, como en la familia o en el
colegio:

1. Los centros escolares pueden suponer una fuente de información muy


válida, tanto para los padres como para los alumnos, mediante conferencias
impartidas por profesionales. Asimismo, las actitudes de los profesores y de
las compañeras ante la sospecha de un caso, pueden resultar
determinantes en la detección.
2. En casa, la prevención se basa en una adecuada relación familiar, con
supervisión directa por parte de los padres y promoviendo un ambiente
favorable para el diálogo. A pesar de que los padres puedan sentirse como
“intrusos” en la intimidad de sus hijos, cuando se sospeche alguna conducta
alimentaria alterada es muy importante que la observen de cerca. El hábito
de comer en familia es una de las principales medidas preventivas.

Anorexia
Es un trastorno alimentario que causa que las personas pierdan más peso de lo
que se considera saludable para su edad y estatura.

Las personas con este trastorno pueden tener un miedo intenso a aumentar de
peso, incluso cuando están con peso insuficiente. Es posible que hagan dietas o
ejercicio en forma excesiva o que utilicen otros métodos para bajar de peso.

Signos y Síntomas
 Una persona con anorexia por lo general:
 Tiene un miedo intenso de aumentar de peso o engordar, incluso cuando su
peso es insuficiente.
 Se niega a mantener el peso en lo que se considera normal para su edad y
estatura (15% o más por debajo del peso normal).

Tiene una imagen corporal que está muy distorsionada, está muy concentrada en
el peso corporal o la figura y se niega a admitir el peligro de la pérdida de peso.

Las personas con anorexia pueden limitar mucho la cantidad de alimento que
comen, o comen y luego se provocan el vómito. Otros comportamientos incluyen:

 Cortar el alimento en pedazos pequeños o cambiarlos de lugar en el plato


en lugar de comérselos.
 Hacer ejercicio a toda hora, incluso cuando hay mal tiempo, están
lastimadas o están muy ocupadas.
 Ir al baño inmediatamente después de las comidas.
 Negarse a comer con otras personas.
 Usar pastillas que las hagan orinar (diuréticos), tener deposiciones (enemas
y laxantes) o que disminuyan su apetito (pastillas para adelgazar).

Otros síntomas de anorexia pueden incluir:

 Piel amarillenta o manchada que está reseca y cubierta con un fino vello
 Pensamiento confuso o lento, junto con mala memoria o capacidad de
discernimiento
 Depresión
 Boca seca
 Sensibilidad extrema al frío (usar varias capas de ropa para permanecer
caliente)
 Adelgazamiento de los huesos (osteoporosis)
 Atrofia muscular y pérdida de grasa corporal

Causas
No se conocen las causas exactas de la anorexia. Muchos factores probablemente
estén involucrados. Los genes y las hormonas pueden jugar un papel. Las
actitudes sociales que promueven tipos de cuerpos muy delgados también pueden
contribuir.

 Los factores de riesgo para la anorexia incluyen:


 Estar más preocupado o prestarle más atención al peso y la figura
 Tener un trastorno de ansiedad en la niñez
 Tener una imagen negativa de sí mismo
 Tener problemas alimentarios durante la lactancia o la primera infancia
 Tener ciertas ideas culturales o sociales respecto de la salud y la belleza
 Tratar de ser perfeccionista o demasiado centrado en reglas
 La anorexia a menudo comienza durante los años anteriores a la
adolescencia o la adolescencia, o a principios de la edad adulta y es más
común en mujeres, aunque también se puede ver en hombres.

Tratamiento
El mayor desafío en el tratamiento de la anorexia nerviosa es ayudarle a la
persona a reconocer que tiene una enfermedad. La mayoría de las personas que
sufre este tipo de anorexia niega tener un trastorno alimentario y, con frecuencia,
buscan tratamiento sólo cuando su afección es grave.

Los objetivos del tratamiento son primero restaurar el peso corporal normal y los
hábitos alimentarios. Un aumento de peso de 1 a 3 libras (lb) o .5 a 1.5 kilogramos
(kg) por semana se considera una meta segura.

Se han diseñado diferentes programas para tratar la anorexia. Estos pueden


incluir cualquiera de las siguientes medidas:

Aumento de la actividad social.

Disminución de la cantidad de actividad física.

Uso de horarios para comer.

Para comenzar, se puede recomendar una estadía corta en el hospital. Esto es


seguido por un programa de tratamiento diario.

Se puede necesitar una hospitalización más prolongada si:

La persona ha perdido mucho peso (estar por debajo del 70% de su peso corporal
ideal para su edad y estatura). Para la desnutrición grave y potencialmente mortal,
la persona puede requerir alimentación intravenosa o una sonda de alimentación.

La pérdida de peso continúa incluso con el tratamiento.

Se presentan complicaciones de salud, como problemas cardíacos, confusión o


niveles bajos de potasio.

La persona tiene una depresión grave o piensa cometer suicidio.

Los profesionales de la salud que por lo general participan en estos programas


incluyen:

Enfermeras profesionales

Médicos
Asistentes médicos profesionales

Nutricionistas o dietistas

Profesionales en salud mental

El tratamiento a menudo es muy arduo. Las personas afectadas y sus familias


necesitan trabajar intensamente. Se pueden tratar muchas terapias hasta que el
trastorno esté bajo control.

Las personas con anorexia pueden marginarse de los programas si tienen


esperanzas poco realistas de "curarse" con la terapia sola.

Se utilizan diferentes tipos de psicoterapia para tratar a las personas con anorexia:

La terapia individual cognitiva conductista (un tipo de psicoterapia), la terapia de


grupo y la terapia de familia han sido todas efectivas.

El objetivo de la terapia es cambiar los pensamientos o comportamientos de una


persona con el fin de estimularlo a comer de un modo más sano. Esta clase de
terapia es más útil para tratar a las personas más jóvenes que no hayan tenido
anorexia durante mucho tiempo.

Si la persona es joven, la terapia puede incluir a la familia entera. La familia es


vista como parte de la solución, en lugar de ser la causa del trastorno alimentario.

Los grupos de apoyo también pueden ser una parte del tratamiento. En estos
grupos, los pacientes y las familias se reúnen y comparten lo que les ha pasado.

Las medicinas, como antidepresivos, antipsicóticos y estabilizadores del estado de


ánimo, pueden ayudar a algunas personas cuando se administran como parte de
un programa de tratamiento completo. Estas medicinas pueden ayudar a tratar la
depresión o la ansiedad. Aunque estos fármacos pueden ayudar, no se ha
demostrado que algún medicamento disminuya el deseo de bajar de peso.

Características Epidemiológicas:
Alexitimia: dificultad para darse cuenta de sus estados internos y sentimientos
(hambre, ansiedad, tristeza…).
Capacidad de ejercitar la voluntad para controlar el deseo de comer.

Comportamiento ejemplar hasta la instalación de la enfermedad.

Presencia de amenorrea, es decir, ausencia de la regla.

Sexualmente inactiva también a nivel de deseo.

Negación del hambre y la enfermedad, llegando a considerar su conducta


alimentaria normal e incluso motivo de orgullo.

Oscilación entre peso muy bajo a bajo, con apariencia flaca y demacrada.

Introversión y retraimiento social.

La edad en que se presenta el trastorno es más temprana, entre los 14 y 18 años


(se está constatando el descenso de la edad de inicio).

Cuidados de Enfermería
La enfermera deberá descentralizar la relación de ayuda con el peso corporal,
ofrecer educación nutricional, desarrollar psicoterapia individual y en grupo
trabando la distorsión corporal, llegar a un pacto en el tratamiento, acordar que,
según pierde peso, pierde privilegios, controlar el peso a diario y vigilar las
conductas del paciente.

Medidas de Prevención
Estas son algunas claves que te ayudarán a prevenir la anorexia en tus hijos o
familiares de corta edad:

Enseñar a los niños desde pequeños, tanto en casa como en la escuela, la


importancia de unos correctos hábitos alimenticios.

Comer en familia siempre que sea posible, convirtiendo el momento de la comida


en una reunión agradable en la que se intercambian las vivencias del día.

Los menús deben ser variados e incluir todos los tipos de alimentos necesarios
para una correcta nutrición.
Salvo que existan razones de salud, no se deben excluir alimentos de la dieta del
niño, pues todos son necesarios en su justa medida, aunque sí se debe limitar el
consumo de dulces y postres industriales, sustituyéndolos, en la medida de lo
posible, por otros hechos en casa.

Probar con distintas verduras y frutas hasta encontrar las que más le agraden.
Aunque no le guste la coliflor, puede que le encanten las espinacas.

Establecer horarios de comida regulares. Mejor si la comida se reparte en cuatro o


cinco tomas a lo largo del día (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena).

Fomentar su autoestima. Es importante que conozca sus capacidades y


limitaciones, y aprenda a sentirse a gusto consigo mismo. Esto evitará futuros
complejos.

Reforzar su autonomía y estimularle para que tenga sus propias opiniones y


resulte menos vulnerable a los mensajes de los medios de comunicación y la
publicidad que transmiten la idea de que tener un cuerpo perfecto es sinónimo de
éxito y felicidad, olvidando los valores de las personas.

Comentar con el niño estos mensajes sobre estética y alimentación que difunden
los medios de comunicación, razonando lo que es cierto y lo que no, y
enseñándole a valorar la salud por encima de los condicionamientos estéticos.

No proponerle metas, ni académicas ni deportivas, que superen sus capacidades,


para evitar frustraciones.

Animarle a practicar ejercicio con regularidad. Es bueno para su salud y le ayudará


a mantenerse en forma.

Facilitar sus relaciones sociales y su participación en actividades extraescolares,


excursiones, visitas culturales programadas por el colegio, etcétera. Si se siente
integrado socialmente, es difícil que al crecer piense que le van a rechazar por no
cumplir unos cánones de belleza concretos.
Establecer una buena comunicación dentro del ámbito familiar, para que el niño se
sienta seguro, y sea capaz de buscar el consejo y la ayuda de su propia familia
cuando se enfrente a situaciones que le resulten difíciles o estresantes.

Prevención de la anorexia en la adolescencia

La mayoría de los casos de anorexia se dan en mujeres con edades


comprendidas entre los 14 y los 18 años. Jóvenes que han recibido un falso
mensaje que ensalza la delgadez como la representación del éxito, la felicidad, lo
correcto y lo natural. El deseo de cambiar el aspecto físico no implica que se
padezca una enfermedad mental, pero sí incrementa las posibilidades de
desarrollar un trastorno alimentario cuando se convierte en una obsesión y se
adoptan conductas inapropiadas. La adolescencia –como nos cuenta desde su
propia experiencia Beatriz Esteban en esta entrevista– es una etapa
especialmente vulnerable porque la personalidad no está suficientemente
formada, de ahí la importancia de establecer programas de prevención de la
anorexia, para evitar el desarrollo de este y otros trastornos alimentarios.

Los educadores en contacto con adolescentes juegan un papel muy importante en


la detección precoz de los trastornos alimentarios, y deben avisar a los familiares
si observan alteraciones emocionales o cambios en el comportamiento o el
aspecto físico de los jóvenes.

Si el joven necesita perder peso por motivos de salud, debe hacerlo siempre bajo
control médico y con el conocimiento de los padres. Si estos observan que el
deseo de perder peso está injustificado, o que el joven empieza a reducir sin
motivo la cantidad de comida, deben consultar inmediatamente con un
especialista.

Los familiares deben evitar hacer comentarios despectivos sobre el aspecto físico
de otras personas. Se puede criticar una mala acción o el mal carácter de alguien,
pero no burlarse de su fealdad o gordura.
En esta misma línea, se debe enseñar al adolescente a valorar las virtudes de los
otros en vez de juzgarlos por su aspecto físico.

Favorecer la integración y convivencia entre personas procedentes de distintos


ámbitos sociales y culturales, ayuda al adolescente a comprender que ser
diferente no significa ser peor ni mejor.

Potenciar su autoestima para que valore sus cualidades y capacidades y no se


avergüence de sus limitaciones.

Un ambiente familiar positivo, sin caer en la sobreprotección, proporcionará al


adolescente la seguridad y el apoyo necesarios para superar sus problemas.
Bibliografías
https://es.wikipedia.org/wiki/Bulimia

https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/bulimia/symptoms-causes/
syc-20353615

https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/psiquiatricas/bulimia.html

https://www.revista-portalesmedicos.com/revista-medica/bulimia-nerviosa-
cuidados-enfermeria/

https://enfamilia.aeped.es/temas-salud/anorexia-bulimia-prevenir-tratar

https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000362.htm#:~:text=Es%20un
%20trastorno%20alimentario%20que,cuando%20est%C3%A1n%20con%20peso
%20insuficiente.

http://www.gaztebizz.eus/GazteInfo/ficha_detalle.asp?
Tem_Codigo=290&Idioma=CA&ID=3233&P=P&H=&IdP=11866&IdGr=1926

https://www.revista-portalesmedicos.com/revista-medica/anorexia-nerviosa-
enfermeria/

https://www.webconsultas.com/anorexia/prevencion-de-la-anorexia-1999

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