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Cazador de Microbios

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RESEÑA EL CAZADOR DE MICROBIOS

DARLY JULIANA GALVEZ MALDONADO

DANIELA VALENTINA CABALLERO CABALLERO

ADRIANA RIAÑO PIRATOBA

NINI JOHANA ESCOBAR ALBA

FUNDACION UNIVERSITARIA JUAN DE CASTELLANOS

TUNJA - BOYACA

2020
1. INTRODUCCION:

PAUL DE KRUIF

fue un médico, bacteriólogo, escritor y novelista. Nació en Zeeland (Michigan), Estados

Unidos, el 2 de marzo de 1890, descendiente de holandeses. Estudió Medicina en la

Universidad de Michigan y cuatro años después, en 1916, se recibió como Bacteriólogo y

empezó a trabajar en la misma escuela.

Durante la Primera Guerra Mundial, fue enviado a Francia con el grado de teniente del cuerpo

sanitario de Estados Unidos, llegando después a alcanzar el de capitán, y sus trabajos se

encaminaron a combatir la gangrena gaseosa por medio de una antitoxina. Fue el primero en

inyectar, a los heridos de guerra, el suero contra dicho padecimiento. A su regreso, en 1920,

ocupó un puesto en la sección patológica del Instituto Rockefeller, en donde sus

investigaciones fueron muy apreciadas.

Fue despedido de allí, porque en su primer libro titulado Our medicine men, publicado en

1922 podían reconocerse, aunque veladas delicadamente, algunas personalidades médicas. A

partir de entonces se dedicó a la lucha contra los microbios.

Paul de Kruif murió en Holland, el 28 de febrero de 1971.

“http://www.librosmaravillosos.com/cazadoresdemicrobios/index.html”
2. RESUMEN

CAPÍTULO I

Antonio Leeuwenhoek

Antonio Leeuwenhoek fue el primer cazador de microbios. Dio inicio a una gran

investigación. Probablemente de no haber sido por este hombre obstinado, no muy culto e

inclusive corriente, la ruta de descubrimientos que desencadenó no sería la misma. Atrapado

en una época en la que el “conocimiento” estaba limitado a ser un “hecho” indiscutible, pero

no comprobado.

Antonio van Leeuwenhoek nació en 1632 en Delft, Holanda. Estudió para ser funcionario

público gracias al impulso de su madre, pero Antonio decidió retirarse a los 16 años. Durante

los próximos 6 años se dedicaría a trabajar en una tienda de Ámsterdam, de modo que no fue a

la universidad. Cuando cumplió 21 regresó a Delft. Mientras que en él crecía una curiosidad y

afición por tallar lentes. No obstante, se desconoce de su vida entre sus 20 a 40 años. Por el

mismo hecho de su falta de educación e ignorancia se mantuvo alejado de las hipótesis y

teorías que se mantenían en esa época respecto a la ciencia, en sus inicios. De modo que
Leeuwenhoek opto por observar e interpretar lo que veía. Con el afán de cultivar su nueva

afición, aprendió a fabricar lentes, que poco a poco perfecciono, llegando a ser los mejores.

Leeuwenhoek pasó horas y horas observando objetos bajo sus lentes, muchos lo tildaron de

chiflado. Pero su interés y asombro al comprobar la potencia de los mismos fue mayor que

cualquier comentario mal sano. Un día decide analizar el agua lluvia y se encuentra con unos

“bichitos” como el los llamaba, que le causaban nauseas. Sin salir del asombro quería saber

más sobre aquellas criaturitas, así que continúo con sus interminables observaciones y

experimentos. Empezó a realizar cultivos y decidió informar a la Real Sociedad sobre su

descubrimiento; algunos miembros se burlaron y unos cuantos lo tomaron enserio. En

respuesta a su carta recibió una petición para explicar a aquellos señores de Londres la

realización de su microscopio. A lo que él respondió con un sinnúmero de cálculos. La Real

Sociedad o nombró miembro, tras observar con sus ojos los animalillos antes descritos,

continuó enviando sus observaciones.

El tiempo había pasado y Antonio Leeuwenhoek tenía 50 años cuando descubrió que los

mismos bichos en los dientes, en el intestino de las vacas. Además, descubrió los

espermatozoides y refutó toda clase se supersticiones.

En 1723, a los 90 años murió y dejo unas cartas para enviar a la Real Sociedad.

CAPÍTULO II
Lazzaro Spallanzani.

Los microbios nacen de microbios

Lazzaro Spallanzani nació en Scandiano, Italia en 1729. Era un niño extraño que

experimentaba con su entorno para descubrir.

Spallanzini un niño pequeño un tanto raro, que hacía experimentos crueles con insectos para

entender cómo funcionaba la naturaleza. Quizá era un niño demasiado curioso, tanto como

para aprender de ella, lo que fuese que el descubriera.

Tras la muerte de Antonio Leeuwenhoek, este curioso niño se convirtió en adulto reprimido de

alguna manera, ya que su padre lo obligo a seguir leyes, aunque él sentía indiscutiblemente ser

un hombre de ciencia. En sus tiempos libres se dedicó a estudiar griego, francés y lógica;

mientras que en las vacaciones observaba la naturaleza con admiración.

Entonces un día conoció a Vaillisnieri, un respetable hombre de ciencia, quien ratifico que

Lazzaro Spallazini nació para ser un hombre de ciencia; de modo que Vaillisnieri convenció al

padre para que le permitiera seguir su sueño. El joven Spallazini entró a la universidad de

Reggio y empezó su carrera en ciencias.

Ahora la gente tenía cierta tolerancia el poner en tela de duda las supersticiones de la época.

Spallazini se ordenó sacerdote católico, a los treinta fue nombrado profesor, profesión que lo

llevo a tratar con los animalillos descubiertos por Leeuwenhoek, los mismos que estaban bajo

muchos cuestionamientos que el difunto no logró aclarar. Pero uno de los cuestionamientos

que más pesaba sobre estos animalitos era: ¿Nacen de la nada o necesitan progenitores?
Aunque Spallazini tenía algunas ideas exaltadas sobre la generación espontánea, simplemente

no podía decirlas al azar.

Tras largas horas de análisis se encontró con un libro escrito por Redi. En el que explicaba que

la vida solo puede surgir de la vida.

Lazzaro Spallanzani motivado con la posibilidad de la generación espontánea empezó a

realizar sus propios cultivos de bichejos. Casi simultáneamente Needham probaba su teoría

con el caldo de carnero “demostrando” que los animalillos procedían del caldo. Y por ende

que la vida puede surgir espontáneamente de la materia muerta.

Spallazini solo fruncía el ceño al escuchar tal patraña así que decide repetir el experimento de

Needham pero con redomas de cuello estrecho demostrando que lo que decía Needham era

erróneo.

CAPÍTULO III

Louis Pasteur

Los microbios son una amenaza

Tras la muerte de Spallazini en 1831 las investigaciones y cuestionamientos sobre los bichos

se vieron estancadas. El ritmo de vida de las personas se vio facilitada por sus propios
inventos como el telégrafo y la máquina de vapor. Cuando no se veía ni un poco cercana la

idea de que estos microbios descubiertos por Leeuwenhoek fueran capaces de matar

misteriosa y desprevenidamente a cualquiera. Pasteur a sus nueve años de edad presencio los

gritos horrorizados del Labrador Nicol que había sido mordido por un lobo rabioso. En el

transcurso de varias semanas habían fallecido ocho personas. Pasteur al ser un niño se

preguntaba porque morían las personas al ser atacadas por un lobo, pero al no encontrar

respuesta aparente. Decidió preguntar a su padre que fue un sargento. Él solo se podía

preguntar porque la gente moría por la mordedura de un lobo rabioso. Pero su padre lo único

que tenía claro era que la gente podía morir por balas entonces le dijo que quizá era la

voluntad de Dios.

Por sus destacadas calificaciones fue una especie de profesor, de hecho, era el estudiante más

joven en el colegio Arbois. Más tarde asistió a la Escuela Normal de Paris, aunque la nostalgia

lo obligo a regresar a casa y dejar sus estudios. Al año siguiente regreso a Paris, pero esta vez

sí llegaría a ser un gran químico.

Dos investigadores de la época; Cagniard de la Tour (francés) y un alemán, empezaron a

investigar a los microbios.

Cuando tenía veinte y seis años descubrió que existían cuatro clases de ácido tartárico que en

la naturaleza hay una gran variedad de compuestos. Por lo mismo que recibió felicitaciones

fue nombrado profesor de Estamburgo.

Obtuvo nupcias con la hija del decano de la facultad. Y continuó con su trabajo. Primero

intentó cambias la química de los seres vivos, también experimentó con plantas y trató de

alterar las especies.


Ideo un medio e cultivo de blastocitos y dijo q eran los culpables de las malas fermentaciones,

que eran capaces de transformar el azúcar en ácido láctico. Tachándolos de ser la causa de las

malas fermentaciones. Aunque quería transformar el azúcar en alcohol.

Tras varios experimentos descubrió un fermento nuevo, un pequeño animal con propiedades

de transformar el azúcar en ácido butírico. También dijo que estos animales podían moverse y

realizar cualquier función y que el aire los mataba.

Pasteur tampoco creía que los microbios pudieran nacer de la materia inerte, realizo un

experimento con matraces de cuello de cisne. Así que empezó una serie de travesías por el

mundo, descubrió que a mayor altura el aire era menos contaminado por partículas de polvo.

De modo que el número de microbios era menor.

Ahora tenía como objetivo demostrar a Francia como podría ahorrar mucho dinero a la

industria. Demostrando que los fermentos que transformaban el mosto en vino, el culpable de

que los vinos fueran inservibles era otra especie microbiana y una totalmente diferente

presente en los vinos agrarios.

CAPÍTULO IV

Roberto Koch
El paladín contra la muerte

Entre 1860 y 1870 mientras Pasteur dedicaba sus esfuerzos a la industria del vinagre y su

latente problema con su producto. Un destacado estudiante alemán de la universidad de

Gotinga cursaba la carrera de medicina. Este joven soñaba en ser un explorador o quizá un

médico militar con la ilusión de viajar y conocer muchos lugares nuevos.

Al finalizar sus estudios realizó sus prácticas en el internado de Hamburgo, cosa que por

demás le parecía poco interesante. Mientras que en las calles se divulgaban las palabras de

Pasteur, ya que afirmaba que aquellos seres diminutos eran unos terribles microbios asesinos.

Pero muy difícilmente Roberto lograba escuchar este tipo de cosas ya que él se encontraba

totalmente enfocado en aquellos pacientes psiquiátricos.

Se casó con Emma Franz con la condición de olvidar esas ideas locas de vivir viajando, de

aventura en aventura. Koch se sentía muy inquieto por esta situación ya que él deseaba algo

más emocionante en su vida. Hasta que un día llegó a Wollstein ya que celebraba su

aniversario número veinte junto a Emma, la misma que le obsequio un microscopio.

Este microscopio es de suma importancia en la historia ya que de no haber sido así...

A Roberto Koch no le desagradaba la idea de salvar a los niños y a la gente de la terrible

difteria, sino que le molestaba de sobremanera el hecho de ni siquiera entender de qué quería

curar a las personas que recurrían a él. En el aquel momento prácticamente se había

convertido en un precursor de la explicación a las enfermedades.

Para 1873 los médicos aun no tenían una explicación del todo clara y sobre todo comprobada

sobre el origen de las enfermedades quizá sabían lo mismo que las demás personas que

carecían del conocimiento médico q ellos “poseían”. Aunque Pasteur afirmó que pronto se
descubriría que aquellos microbios eran la causa oculta de lo tuberculosis y muchas otras

enfermedades.

Al parecer los médicos luchaban en contra de la “palabrería de Pasteur”.

El carbunco era una enfermedad que afectaba a cualquiera de hecho podía atacar a un animal

como a una persona. Era una plaga ineludible.

Mientras que dividía su tiempo en sus propios cuestionamientos y experimentos sufría del

ajetreo propio de un médico. De modo que sabía aprovechar muy bien sus tiempos libres. Así

que tomo varias muestras de una vaca muerta por carbunco, llegando a ver en el microscopio

unos blastocitos cortos y poco numerosos.

Decidió experimentar con ratones infectándolos con una astilla empapada con sangre de otro

animal infectado. Al día siguiente lo encontró tieso y con una coloración azulada. Había

conseguido infectar al ratón. Y ahora su gran curiosidad era ver como se desarrollaban los

blastocitos. Con firmes intensiones de crear su propio cultivo de los mismos.

Elevo el nivel de sus investigaciones y experimentos así que decidió buscar cuerpos humanos

de personas ya fallecidas de tuberculosis y hacer algunas observaciones. Un día de 1882 dio

por concluidas sus investigaciones diciendo que la enfermedad podía ser causada dentro del

cuerpo humano por las aguas contaminadas.

CAPÍTULO V

Pasteur y el perro rabioso


La fiebre puercal era una enfermedad de la época, la misma que se daba en mujeres

embarazadas a días de entrar en labor de parto. Esta fiebre era sumamente letal aunque Pasteur

creía que los únicos culpables de la muerte de todas estas mujeres eran los médicos. Pues

decía el haber descubierto aquel microorganismo. Y así fue como empezó a experimentar en

animales específicamente en vacas con la teoría de que si les inyectaba con tuberculosis en

pequeñas dosis a medida de que pasaba el tiempo, si la vaca sobrevivía, se convertiría en una

vaca inmune a la enfermedad con la que intencionalmente había sido infectada. Luego

experimento con gallinas (en 1880) de la misma manera que con las vacas. Todo fue

comprobado porque mediante pasaban los días ni las vacas ni las gallinas murieron infectadas.

Sus experimentos fueron publicados en la Academia de la Ciencia. Decidió dar por concluida

su investigación con un último experimento entonces así fue como el 31 de mayo contaba con

48 ovejas, 2 cabras y algunas vacas se comprobó la teoría de Pasteur. Estos animales fueron

vacunados y ninguno murió.

Al finalizar ese año lleno se fructíferos experimentos. Decidió experimentar con un perro

rabioso encerrándolo en una jaula con algunos perros sanos para que este los contagiara.

Aunque cuatro perros fueron inyectados con la enfermedad de los cuales a la mañana

siguiente encontraron a dos de ellos sin vida. Por su parte los dos perros que sobrevivieron se

recuperaron en unos meses.

A su consultorio llega una madre con su hijo casi nauseabundo con mordeduras de perro en

catorce lugares distintos. Todas las mordeduras fueron causadas por un perro rabioso. El niño

de nueve años sería el primer experimento en humanos. Pasteur llamo a dos de sus amigos

médicos esa misma tarde empezaron con el experimento. Al transcurrir el tiempo el niño

mejoró hasta su recuperación total.


Pasteur falleció en 1895, fue un gran hombre de ciencia ya que salvo miles de vidas.

CAPÍTULO VI

Roux y Bering

Un discípulo y ayudante de Pasteur llamado Emilio Roux. En compañía de Berin discípulo de

Koch jugarían un papel fundamental en el descubrimiento de la toxina diftérica.

Roux encontró el bacilo que probaba la enfermedad, muy peligrosa y muy mortal era capaz de

propagarse a través de gotas muy pequeñas que era distribuida como volantes en la calle por

medio de estornudos también con la tos. Mientras que Emilio descubrió la “kriptonita de la

difteria”. Obteniendo la teoría del bacilo que votaba veneno en la sustancia cultivada. Casi

forzando a construir una membrana en la garganta. Esta enfermedad desgarraba los tejidos.

Trataron de debilitar a la enfermedad con una antitoxina construida de bacilos se afteina.

De modo que la toxina diftérica y tricloruro de sodio formaban una sustancia antidiftérica, era

inyectable. Una especie de vacuna para salvar vidas.

CAPÍTULO VII

Elias Metchnikoff

Los solícitos fagocitos


Un ruso indio, que nació en el sur de Rusia (1845). Fue estudiante de Krarkoff, muy

interesado en el descubrimiento y la ciencia. Fue allí en donde vio por primera vez un

microscopio. Para sus veinte años tenía varios trabajos científicos, lo suficientemente buenos

para ser publicados en revistas científicas.

Estudio la digestión de alimentos en estrellas de mar y esponjas. Dijo que estos poseían

células errantes capaces de perjudicar a seres microscópicos llamado fagocitosis. Definiéndolo

como inmune al ataque de bacterias. Que tenían una especie de sistema eficaz e inmune.

Experimento en monos con la enfermedad llamada sífilis y logro curarlos con ayuda de Roux.

Metchnikoff estuvo ausente durante veinte años y murió a los setenta y un años de edad.

CAPÍTULO VIII

Theobald Smith

Theobald Smith fue un hombre de gran temple que dio un gran impulso a la humanidad. Él

fue el encargado de dar una exposición magistral de como el ganado propio del sur al ser

transportado al norte (y viceversa) contraía fiebre de tejas hasta que finalmente muere. Y

como era posible que los del norte podían contagiar a los del sur.

Smith era bachiller en filosofía, también médico. Pero para el no era suficiente poder

diagnosticar la enfermedad; él quería dar una cura a la misma.

Junto a si colega y amigo Kilborne experimentaron con una vaca completamente sana

colocándole garrapatas del norte de carolina para comprobar o desechar la idea de que era la

causante de la muerte del ganado. Tras el paso del tiempo la vacuna recayó y le realizo una
muestra de sangre a la vaca, al hacerlo descubrió que la sangre de la misma era de una

consistencia viscosa y tenía otro color diferente al normal.

Llego a concluir que las garrapatas no eran las causantes de la enfermedad y muerte, el

causante era el huevecillo de la garrapata, que al incrustarse en la vaca mataban la misma.

CAPÍTULO IX

David Bruce

David Bruce un hombre muy inteligente y entusiasta, con grandes ideas revolucionarias creía

que África sería un lugar grandioso para hacer experimentos.

Estudio en la escuela de Edimburgo y al finalizar se enlisto en el servicio militar. Aunque

como militar no era el mejor, ni el más premiado o alguno de los soldados sobresalientes.

Simplemente carecía de tacto hasta que su seño se cumplió. Lo mandaron a África

específicamente a Zululandia como un investigador, a recolectar información de la nagana o

espíritu reprimido, enfermedad causada por el mosquito tse tse.

También se halló con una enfermedad que a sus víctimas morían al dormir, la llamaron la

enfermedad del sueño; también causada por la misma mosca.

Al fin y al cabo nunca encontró la respuesta a sus cuestionamientos. Prácticamente murió

buscándolas.
CAPÍTULO X

Ross contra Grassi

El paludismo

Ronald Ross junto con Battista Grassi ambos investigadores. Cerca del año 1899 se había

descubierto que esta enfermedad era causada por un mosquito.

Ronald Ross oficial de servicio médico en la India. Battista Graci un italiano conocedor de

insectos y otros vivos. Ros sostenía la idea de que el paludismo era causado por una picadura.

Tras realizar varios experimentos dijo que el mosquito era los portadores y en el momento de

la picadura el mosquito absorbía la sangre y dejaba el virus dentro de nuestros cuerpos.

Y así fue como Ross ganó el premio nobel por haber descubierto el proceso de transición del

paludismo. Recibió tantas ovaciones que se convirtió en el cenador de Italia.

CAPÍTULO XI

Walter Reed

El interés de la ciencia por la humanidad

Walter Reed fue un soldado con gran constancia y disciplina. Investigó sobre la fiebre

amarilla, ahí y fue en donde trabajó. El mismo que recibió órdenes estrictas de buscar

información y que entrevistase al que fuera necesario. Por lo que estuvo un tiempo en Cuba,

en donde conoció a Lazear, un médico un tanto desanimado.


Una vez que el médico dijo que todo era causa de la picadura de un mosquito, este soldado

informo a sus superiores.

Entre tantos experimentos Lazear murió picado por este mosquito. Cinco años más tarde

Carroll murió.

CAPÍTULO XII

Pablo Ehrlich

La bala mágica

En 1864 nació Pablo Ehrlich en Silencia. Empezó a preguntarse cómo podría destruir a estos

microorganismos. Por esto lo llamaban el doctor falseo. En fin, el decidió que era posible así

que empezó a experimentar.

Pasó por tres universidades en la carrera de medicina en las que no mostro ningún interés.

Experimento con ratones y encontró el compuesto 606 la que elimina el tripanosoma

totalmente. Aunque al probar en seres humanos solo existían dos opciones; la primera curarte

y la segunda morir intentándolo.

3. OPINION:

Recomiendo el libro ya que ha sido muy interesante el saber de donde se originan los tipos de

bacterias y de enfermedades, también como pudo evolucionar la medicina y como los aportes

de todas las personas que nombran en el libro influyeron en la evolución de la ciencia, me


parece que deberían destacar un poco mas sus aportes no solo en este libro sino en otros

ámbitos.

También es curioso que no tenía ningún conocimiento respecto a todas las enfermedades que

se pueden propagar, en parte hace reflexionar un poco debido a que en ocasiones no se tienen

los cuidados necesarios y por esta parte causa se propagan más fácilmente, también hace

incentivar la curiosidad y en reflexionar ya que el mundo de bacterias y demás es muy

importante, se debería tener más en cuenta así entenderíamos muchas muertes.

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