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Arturo Manrique Guzmán - La Comunidad Urbana Autogestionaria de Huaycán. Balance y Perspectivas.

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LA COMUNIDAD URBANA
AUTOGESTIONARIA DE HUAYCÁN

Balance y Perspectivas

Arturo Manrique Guzmán

Marzo, 2002
En memoria de Denis Sulmont,
un gran sociólogo, excelente Maestro
y mejor amigo.

1
Índice
Página

Introducción 3

Capítulo 1: Aspectos generales. 9

Capítulo 2: La Comunidad Urbana Autogestionaria de 40


Huaycán. Balance y perspectivas a diecisiete
años de su fundación.

Capítulo 3: Las organizaciones de mujeres de Huaycán. 68

Capítulo 4: Las organizaciones juveniles de Huaycán. 84

Capítulo 5: Actividad económica y empleo en Huaycán. 95

Capítulo 6: El Parque Industrial No 1 de Huaycán. 119

Conclusiones. 157

Recomendaciones. 169

Anexo 1: Huaycán en cifras. 174

Anexo 2: Cronología del Parque Industrial No. 1 de 230


Huaycán.

Anexo 3: Resultados del Censo Empresarial aplicado en 238


el Parque Industrial No. 1 de Huaycán.

Anexo 4: Lista de personas e instituciones que 250


proporcionaron información para el
diagnóstico de Huaycán.

2
Introducción

En mayo de 1,984, la Municipalidad Metropolitana de Lima creo,


por Resolución de Alcaldía No 40, el “Programa Especial de Habilitación
Urbana del Área de Huaycán” (PEHUH). Los antecedentes de este
programa se remontan a un año antes, cuando en setiembre de 1,983 se
crea la Asociación de Vivienda “Andrés Avelino Cáceres”. Algunos meses
más tarde, en marzo de 1,984, se crea la Asociación de Vivienda “José
Carlos Mariátegui”. Ambas Asociaciones de Vivienda estaban
conformadas, en su mayor parte, por familias provenientes de los distritos
de Ate - Vitarte y El Agustino que carecían de vivienda. Su objetivo era
ocupar los terrenos eriazos de la zona de Huaycán en beneficio de sus
asociados y, con tal propósito, solicitaron el apoyo primero de la
Municipalidad de Ate - Vitarte y, luego, de la Municipalidad de Lima
Metropolitana. Cuando el Dr. Alfonso Barrantes Lingán asume la alcaldía
metropolitana, en enero de 1,984, recoge esta iniciativa y decide crear
el PEHUH.

La idea era promover una ocupación ordenada del espacio


urbano por parte de las familias de más bajos recursos, privilegiando el
eje de crecimiento oeste / este, en contraposición con el eje norte / sur,
que hasta entonces había predominado. En otras palabras, lo que se
buscaba era romper con el modo tradicional de expansión urbana. Este
se caracterizaba, por un lado, por el proceso de urbanización seguido

3
por los sectores medios y altos; y, por el otro, por las invasiones realizadas
por los sectores populares. En el primer caso, las urbanizadoras privadas
ocupaban terrenos agrícolas que previamente eran habilitados, esto es,
se hacía las instalaciones de luz, agua y desagüe, se construían pistas y
veredas, se lotizaban los terrenos e incluso se iniciaba la construcción de
las viviendas. Sólo después de haber sido habilitado el terreno, se
procedía a su ocupación. En el caso de los sectores populares, la
ocupación del terreno precedía a la habilitación. Las barriadas se
edificaron en terrenos eriazos que primero eran invadidos por familias
pobres que no contaban con casa propia, y luego, gradualmente, se
hacían las instalaciones de los servicios básicos y se iniciaba la
construcción de las viviendas.

El Programa Especial de Habilitación Urbana de Huaycán -al igual


que otros programas similares, como el que se implementó en las laderas
del río Chillón, en el Cono Norte de Lima Metropolitana- fue concebido
como una alternativa a las dos modalidades de urbanización
anteriormente descritas. En este caso lo que se buscaba era
efectivamente promover la ocupación de terrenos eriazos por parte de
las familias de los sectores populares que carecían de vivienda; pero la
idea era hacerlo de un modo ordenado, respetando los terrenos
agrícolas y siguiendo el plan de habilitación previamente diseñado por el
Equipo Técnico (ET) del programa. En otras palabras, la habilitación del
terreno debía ser simultánea a su ocupación. Se buscaba, de este modo,
aprovechar la capacidad de autogestión de los vecinos, siguiendo un
modelo de participación que presuponía el involucramiento
generalizado de la población en el proceso de habilitación urbana. Ésta
fue concebida en tres niveles que se encontraban entrelazados unos con
otros. En un primer nivel, estaba la realización de estudios y obras
generales de habilitación, bajo la responsabilidad de la Secretaría

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Ejecutiva del Programa. Un segundo nivel, era el de las obras comunales,
realizadas por las Unidades Comunales de Vivienda (UCVs). Y, por último,
estaba el nivel de las obras individuales, ejecutadas por cada vecino en
el ámbito de su propiedad. El Equipo Técnico del programa operaba
como ejecutor en el primer nivel; en tanto que en el segundo y tercer
nivel lo hacía ofreciendo asistencia técnica a los vecinos.

Estos fueron los supuestos bajo los que se concibió el Programa


Especial de Habilitación Urbana de Huaycán. A mediados de 1,984,
cuando los trabajos de habilitación en el nivel general apenas habían
comenzado, los integrantes de las Asociaciones de Vivienda “Andrés
Avelino Cáceres” y “José Carlos Mariategui” decidieron que no podían
esperar más y tomaron posesión del terreno. La toma se realizó de
manera pacífica el 15 de julio de ese año. Si bien es cierto que ésta
significó una alteración en el cronograma de ejecución de actividades
del PEHUH, éste siguió funcionando de acuerdo con lo previsto. Los
pobladores, desde un inicio, se organizaron conforme a los lineamientos
del programa. Es así como surgen las UCVs y las UVCs y un año más tarde,
a mediados de 1,985, se crea la “Comunidad Urbana Autogestionaria de
Huaycán” (CUAH), siguiendo el modelo de estructura piramidal previsto
por el programa. Cabe precisar, sin embargo, que la población asumió
un comportamiento ambiguo con respecto a las “innovaciones técnicas”
que proponía el programa, tal como lo mostró un estudio de DESCO
hacia finales de las década de los ’801. Estas innovaciones estaban
referidas a la colectivización de los servicios básicos y públicos -agua,
desagüe, limpieza pública, etc.- que tenían como unidad de gestión a
las UCVs. Por un lado, los pobladores aceptaban estas innovaciones del
programa y, por el otro, no las asumían en términos prácticos. En el fondo,

1Julio Calderón Cockburn & Luis Olivera Cárdenas. “Municipio y Pobladores en la


habilitación urbana (Huaycán y Laderas del Chillón)”. DESCO. Lima - Perú, 1,989.

5
no hubo un rechazo al “chalet” como modelo de vivienda futura, que
era lo que propugnaba el programa.

Ahora bien, al margen de estas contrariedades, El PEHUH contó en


todo momento con el apoyo de la Municipalidad de Lima Metropolitana
durante la gestión de la Izquierda Unida (1,984 - 1,987). Cuando esta
agrupación política deja el gobierno municipal, este apoyo disminuye. En
adelante, fue la propia organización comunal -entonces fortalecida- la
que emprendió la tarea de impulsar el desarrollo de Huaycán. La
capacidad de movilización de los pobladores, en este contexto, fue
decisiva para obligar al gobierno central a realizar obras en la
comunidad, sobre todo, en lo que respecta a la habilitación de los
servicios básicos de luz, agua y desagüe. El apoyo de la cooperación
internacional, a través de distintas ONGs, también fue muy importante en
este periodo de tiempo, que va desde la toma de Huaycán hasta el final
del gobierno aprista. En aquella época no sólo se realizaron obras de
infraestructura sino también algunos estudios que permitían tener un
conocimiento más o menos claro acerca del nivel de desarrollo
alcanzado por la comunidad.

Esta situación contrasta con la que tuvo lugar durante la década


de los ’90, en los dos periodos del régimen de Fujimori. La presencia de
Sendero Luminoso y la intervención del Estado fue sumamente negativa
para Huaycán. Por un lado, produjo un deterioro del capital social de la
comunidad (que se traduce en una desconfianza generalizada que
actualmente caracteriza a la población); por el otro, aisló a Huaycán e
hizo que disminuyera al mínimo el apoyo de otros agentes externos
(ONGs, Iglesia, etc.). Una de las consecuencias de este aislamiento es la
falta de información que actualmente existe acerca de la comunidad.
En los últimos doce años, salvo uno que otro trabajo de menor nivel, no

6
se ha realizado ningún estudio serio sobre Huaycán. La falta de
información, sin lugar a dudas, viene a ser una limitación para aquellas
entidades que tienen interés en intervenir en la comunidad, en tanto que
ella es el principal insumo para la generación de propuestas de
desarrollo. La poca información que existe o se encuentra
desactualizada o no ha sido sistematizada. La necesidad de llenar este
vacío es precisamente lo que indujo a ADEC - ATC a realizar el presente
diagnóstico.

El objetivo de este trabajo es no sólo proveer información


actualizada acerca de Huaycán sino también ofrecer un balance del
nivel de desarrollo alcanzado por esta comunidad en sus diecisiete años
de existencia. Se ha puesto un particular énfasis en la dinámica
organizativa (a fin de evaluar el potencial de capital social existente) y
en el desarrollo alcanzado por las PYMEs. Para tal efecto, se ha recurrido
a la utilización de distintos instrumentos de investigación. El recojo de la
información existente en las entidades públicas y privadas y, en general,
en las distintas organizaciones de la comunidad, se ha efectuado a través
de una “encuesta institucional”, que ha sido lo suficientemente flexible
como para adaptarse a las especificidades de cada entidad a la que se
requirió información. La “entrevista a informantes claves” ha sido otro de
los instrumentos utilizados. En este caso han sido entrevistados no sólo
lideres de la comunidad sino también profesionales que laboran desde
hace varios años en Huaycán y que, por lo mismo, manejan valiosa
información. Otra fuente de información ha sido la “entrevista grupal”,
aplicada a distintos actores de la comunidad (mujeres, jóvenes y
microempresarios). En el caso específico del Parque Industrial de
Huaycán, se ha recurrido a la realización de un censo, a fin de contar con
información actualizada acerca de las PYMEs que operan en este
emporio industrial. Limitaciones de orden presupuestal nos inhibieron de

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realizar una “encuesta de hogares” que nos hubiese permitido obtener
información más precisa acerca de la población de Huaycán. No
obstante, la información levantada a través de los instrumentos
mencionados es altamente confiable y nos ha permitido alcanzar con
holgura el objetivo de la investigación.

Los resultados del diagnóstico han sido organizados en seis


capítulos y cuatro anexos. El primer capítulo contiene información
general acerca de Huaycán, referida a temas como población, vivienda,
servicios públicos, salud, educación, seguridad ciudadana y mujer y
familia. En el segundo capítulo se realiza un balance de la organización
comunal -esto es de la CUAH- y de los problemas que ésta tiene que
afrontar en el contexto actual. Las organizaciones de mujeres y la forma
cómo éstas han sido afectadas por la intervención del régimen de
Fujimori en la última década es el tema del tercer capítulo. El cuarto
capítulo está orientado a tratar el tema de las organizaciones juveniles
de Huaycán. El quinto capítulo está abocado a la actividad económica
en los distintos sectores que ella comprende (agropecuario, PYMEs,
comercio, transporte, salud y educación). El último capítulo, que es el más
extenso, tiene por objeto efectuar un balance del desarrollo que hasta el
momento ha seguido el Parque Industrial de Huaycán. En lo que respecta
a los anexos, el primero contiene información estadística que, en su
mayor parte, ha sido obtenida a través de la “encuesta institucional”
mencionada en el párrafo anterior. En el Anexo 2 se incluye una
cronología del Parque Industrial de Huaycán. Los resultados del censo
que se aplicó a este emporio industrial, por su parte, están incluidos en el
Anexo 3. Finalmente, el último anexo contiene la lista de instituciones,
grupos y personas que colaboraron brindando información para la
realización del presente diagnóstico.

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Antes de pasar a la lectura de los resultados del diagnóstico,
conviene hacer público el agradecimiento a algunas personas sin cuya
colaboración no hubiera sido posible realizar el presente trabajo. En
primer lugar, debo agradecer a la señorita Sheyla Cabezas Navarro y al
señor Manuel Espinoza Loarte, estudiantes del último año de sociología
de la UNMSM, que se desempeñaron como asistentes de la presente
investigación y lo hicieron con mucha solvencia, demostrando que tienen
un gran futuro en la profesión. Debo agradecer también a Humberto De
la Cruz, coordinador de los proyectos de ADEC - ATC en Huaycán, que
en todo momento nos brindó el apoyo necesario al equipo de
investigación. Un agradecimiento especial merece Gricelda Tello,
directora de ADEC - ATC, que siempre apostó por la realización de este
trabajo. Debo agradecer, en particular, su paciencia frente a las
reiteradas postergaciones del presente informe de investigación. Cabe
hacer extensivo Igualmente mi agradecimiento a Abelardo Vildoso, Luis
Buezo, Marco Loayza e Ilich Abregú, todos ellos integrantes de ADEC -
ATC, que aportaron con sus puntos de vistas a la realización del presente
estudio. Por último, se hace necesario precisar que la responsabilidad por
lo que aquí se dice -o deja de decir- recae únicamente en el autor y no
necesariamente compromete a una institución como ADEC - ATC que
fue la que contrato nuestros servicios.

Arturo Manrique Guzmán

9
Capítulo 1

ASPECTOS GENERALES

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La Comunidad Urbana Autogestionaria de Huaycán (CUAH) se
ubica a la altura del KM 16.5 de la Carretera Central, en el distrito de Ate
- Vitarte, situado en el Cono Este de Lima Metropolitana. El área que
ocupa es una vieja quebrada situada en las faldas de los cerros Fisgón y
Huaycán, al este de las ruinas incaicas que llevan el mismo nombre. Su
extensión territorial comprende un área urbana de 576.696 hectáreas, a
la que cabe agregar 1,332.206 hectáreas correspondientes a las faldas
de los cerros circundantes. En total, la extensión territorial de Huaycán es
de 1,908.902 hectáreas. Esta comunidad urbana tuvo su origen a
mediados de 1,984, cuando un grupo de familias, provenientes en su
mayor parte de los distritos de La Victoria, El Agustino, Ate - Vitarte y San
Juan de Lurigancho, tomó posesión de los terrenos destinados al Proyecto
Especial Huaycán, impulsado por la Municipalidad Metropolitana de
Lima. Desde entonces, Huaycán ha crecido vertiginosamente en
términos demográficos. En 1,985, de acuerdo con un auto-
empadronamiento realizado por los propios pobladores, su población era
de 17,264 habitantes. El Censo de 1,993, por su parte, registró un total de
44,526 habitantes. El año 2,000 se estima que Huaycán alcanzó los 100,025
habitantes. Esto quiere decir que en 17 años su población creció en cerca
de 600%. El crecimiento poblacional de Huaycán, sin embargo, tiende a
disminuir desde hace algunos años. La ocupación del espacio urbano
llegó a su tope hacia mediados de la década pasada y eso hizo que el
crecimiento de Huaycán, en los últimos años, se torne más endógeno que
exógeno.

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La población actual de Huaycán, como ya ha sido señalado, es de
100,025 habitantes. El 49.7% son hombres y el 50.3% mujeres. La mayor
parte de la población es joven. El 65.7% es menor de 35 años y el 49.5%
aún no cumple los veinticinco. Esto quiere decir que aproximadamente
dos tercios de la población de Huaycán están conformados por niños,
adolescentes y jóvenes (estos últimos comprenden tanto a los jóvenes
que tienen entre 18 y 25 años como aquellos cuyas edades se ubican
entre los 26 y los 34 años). El 50.9% de los pobladores es casado o conviven
con alguien; el 37.6% aún permanece soltero; el 9.9% es separado y/o
divorciado; y el 1.6% viudo. Cabe subrayar que el 23.1% de los jefes de
hogar de Huaycán son mujeres. En su mayor parte se trata de madres
separadas y/o divorciadas; pero también hay un número importante de
madres solteras que han optado por construir un hogar de manera
independiente. En sus inicios, la población de Huaycán era
mayoritariamente de origen migrante. El Censo de 1,993 reportó que ese
año el 50.6% de la población era de provincias. La mayoría provenía de
la sierra sur, principalmente de los departamentos de Ayacucho,
Apurimac y Huancavelica. Se trataba de familias que habían venido
huyendo de la violencia política entre finales de la década de los ‘80s y
principios de los ’90, conocidos también como “migrantes de guerra” 2.
También había pobladores llegados de la sierra central, en particular, de
los departamentos de Junín y Cerro de Pasco. Esta situación, sin embargo,
ha cambiado en los últimos tiempos. Actualmente, la mayor parte de la
población de Huaycán está conformada por “migrantes de segunda

2Actualmente se sabe que al menos 60 familias de Huaycán, que llegaron huyendo de


la violencia política, son beneficiarias del Programa de Apoyo al Repoblamiento (PAR)
del PROMUDEH; pero se presume que su número es mucho mayor. Lo que pasa es que
muchas de estas familias, a pesar de las dificultades que tienen que afrontar, han
optado por quedarse a vivir en la capital.

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generación” o hijos de migrantes. Ahora bien, a diferencia de sus padres,
esta población -que es predominantemente joven- se encuentra
totalmente adaptada al modo de vida urbano.

En los diecisiete años que tiene de existencia, Huaycán ha tenido


logros importantes; pero también, a medida que ha ido creciendo y se
ha ido transformando en una comunidad cada vez más compleja, se han
generado nuevos problemas. Es necesario por ello hacer un balance de
los logros que se han obtenido en materia de desarrollo urbano, así como
de los problemas que aún no están siendo atendidos en la comunidad.
Eso es precisamente lo que nos proponemos realizar en lo que sigue. Para
tal efecto, se ha subdividido el presente capítulo en distintos ejes
temáticos, a saber: vivienda y servicios básicos; servicios públicos; salud;
educación; seguridad ciudadana y, por último, mujer y familia. Sin más
preámbulos, pasemos a desarrollar cada una de estos ejes temáticos,
para luego -como corolario del capítulo- proceder a realizar un balance
final.

1. Vivienda y servicios básicos

En Huaycán existen un total de 16,680 viviendas, agrupadas en 231


UCVs y 47 ampliaciones. El 43.5% de las viviendas se encuentran ubicadas
en las zonas bajas; lo que equivale a 7,260 lotes. En las zonas altas, por su
parte, existen 9,420 viviendas (56.5% de los lotes). La más habitada es la
Quebrada Oeste, con 4,140 viviendas (24.9% de los lotes). Las Quebradas
Sur y Este cuentan con 2,640 lotes cada una (15.8% de los lotes). Cada
vivienda es habitada, en promedio, por seis personas. No existe, por tanto,
un problema de hacinamiento. Se estima, sin embargo, que al menos
5,000 lotes son habitados por más de una familia. En muchos de estos
casos, se trata de madres solteras que no han roto el vínculo con su familia

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de origen, debido a las limitaciones económicas con que cuentan.
Existen, por otro lado, unos 3,000 lotes que son habitados por familias
nucleares cuyo número de miembros simplemente es mayor al promedio
que, en el caso de Huaycán, es de cuatro personas por familia.

En lo que respecta a los servicios básicos de luz, agua y desagüe,


la mayor parte de las viviendas actualmente cuentan con el acceso a
estos servicios. De acuerdo con el censo de 1,993, ese año sólo el 61.2%
de las viviendas tenían acceso a la luz eléctrica. La situación era más
dramática aún en el caso de los servicios de agua y desagüe. El servicio
de agua sólo cubría al 25.4% de los lotes, la mayoría de los cuales tenía la
conexión fuera de la vivienda. El 70% de las familias se abastecían de
agua comprándola a camiones cisternas. Sólo el 4.8% de los lotes, por
otro lado, tenían conexión de desagüe; el 54.4% contaba con pozo ciego
o negro y el 40.5% simplemente no tenía ninguna conexión. Esta situación
ha cambiado significativamente en los últimos ocho años. Actualmente,
prácticamente el 100% de las viviendas que se encuentran ubicadas en
las zonas bajas de Huaycán cuentan con acceso a los servicios de luz,
agua y desagüe. Las conexiones de agua y desagüe, por otro lado, son
internas a las viviendas en su totalidad. En las zonas altas, la situación es
un tanto diferente. Aunque no existen cifras oficiales, se estima que al
menos un 80% de las viviendas ubicadas en estas zonas tienen conexión
de luz. En lo que concierne al agua y desagüe, el nivel de acceso se
reduce al 65% o 70% de las viviendas (E, 10). En términos generales, puede
decirse que aproximadamente el 90% de las viviendas de Huaycán
actualmente tienen acceso al servicio de luz. En el caso de los servicios
de agua y desagüe, este porcentaje se reduce a 80%; lo que equivale a
decir que una de cada cinco viviendas -sobre todo en las zonas altas- no
cuenta con acceso a estos servicios.

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Un dato importante a tener en cuenta es el hecho de que la
mayoría de los lotes de Huaycán no se encuentran registrados en la
Municipalidad de Ate - Vitarte. En efecto, sólo el 41.8% de las viviendas
cuentan con registro en la municipalidad. Existen zonas, como la “V” y la
“X” -en las partes altas-, en las que ningún predio ha sido registrado. La
zona “B” es la que cuenta con un mayor número de lotes registradas. El
porcentaje de viviendas empadronadas, en este caso, se eleva al 92.6%.
La mayoría de los lotes registrados, por otro lado, se encuentran ubicados
en las zonas bajas. Para ser más exactos, el 66.5% de los lotes
empadronados por la municipalidad se ubican en las zonas bajas; y el
33.5%, en las zonas altas. De lo expuesto, se desprende que el 58.2% de
los lotes de Huaycán no se encuentran aptos para tributar a la
municipalidad. Y de los que si se encuentran aptos, la mayoría no cumple
con pagar los impuestos que le corresponden por ley. En general, se
estima que sólo el 15% de las viviendas de Huaycán cumple con hacer el
pago del impuesto predial y de los arbitrios a la municipalidad del distrito.
Este porcentaje revela un bajo nivel de conciencia tributaria en la
población que, por un lado, exige la prestación de servicios a la
municipalidad y, por el otro, no cumple con pagar sus impuestos, que son
precisamente los que financian estos servicios.

2. Servicios públicos y sociales

En julio de 1,998 se inauguró la Agencia Municipal de Huaycán,


órgano encargado de promover el desarrollo de la comunidad y de
brindar una serie de servicios sociales que se encuentran dentro de las
atribuciones del gobierno local. La Agencia Municipal cuenta con
distintas áreas, a saber: Seguridad Ciudadana; Defensa Civil;
Participación Vecinal; Servicios Públicos y Sociales (transporte, limpieza
pública, ornato, etc.); y Defensoría Municipal del Menor y el Adolescente

15
(DEMUNA). En este acápite sólo nos referiremos a los avances que se han
producido en la construcción de infraestructura -como un aporte
concreto del gobierno local para el desarrollo de la comunidad- y a la
provisión de servicios públicos y sociales a cargo de la municipalidad.
Igualmente haremos referencia a una serie de servicios públicos que son
provistos por otros agentes de la comunidad.

El rol de la municipalidad distrital ha sido muy importante en los


últimos años, sobre todo, en la construcción de la infraestructura vial, que
ha hecho más rápida la comunicación entre las distintas zonas de
Huaycán y de la comunidad en su conjunto con distintos puntos de la
ciudad. En efecto, en 1,999 el municipio de Ate - Vitarte asfaltó la vía de
acceso que une a Huaycán con la carretera central, que cubre un tramo
de 1½ kilómetros, llegando hasta el Ovalo 15 de Julio. Posteriormente, se
continuó con el asfaltado de las principales vías de la comunidad: la Av.
J. C. Mariátegui, hasta la zona “Q”; la Av. 15 de julio, hasta la zona “K”; y
la Av. A. A. Cáceres, hasta la zona “M”. Actualmente, aún restan por
asfaltar importantes tramos de estas vías, sobre todo, aquellos que llegan
hasta las zonas más altas de Huaycán (R, S, T, X, V y Z). No obstante, se ha
avanzado mucho en esta tarea y lo más importante es que la
municipalidad sigue trabajando, pese a los problemas de recaudación
que se presentan en la zona.

Un problema aún pendiente de solución, que tendrá que ser


afrontado conjuntamente con la organización vecinal, es la construcción
de pistas y veredas en las calles de Huaycán, que aún no cuentan con
esta infraestructura, la misma que constituye un componente básico de
la habilitación urbana. Este problema es común tanto a las zonas altas
como bajas y su solución -como ya ha sido dicho- no es competencia
única de la municipalidad. La experiencia que se tiene de otros lugares,

16
que han afrontado situaciones similares a la de Huaycán, demuestra que
la iniciativa de los vecinos es fundamental para la solución de este
problema.

En lo que respecta a la limpieza pública, la Agencia Municipal


actualmente cuenta con cuatro camiones para el recojo diario de la
basura que se produce en el lugar. Dos de estos camiones operan en las
zonas altas y los otros dos en las zonas bajas. Además, existen seis
microempresas recolectoras de residuos sólidos que trabajan
coordinadamente con la municipalidad. Estas microempresas,
conformadas por trabajadores independientes que recogen los residuos
en carretillas, operan en las UCVs y ampliaciones de más difícil acceso
para los camiones de la municipalidad, debido a la estrechez de sus
calles o a que se encuentran alejadas de las vías troncales. No obstante,
el servicio de limpieza pública no se da abasto, pese a que ha mejorado
en los últimos años. En efecto, en Huaycán se producen
aproximadamente cincuenta toneladas diarias de basura, de las cuales
la municipalidad sólo recoge entre cuarenta y cuarenta y cinco
toneladas. Esto quiere decir que entre el 10% y el 20% de los residuos
sólidos que se producen diariamente en Huaycán se quedan sin recoger.
Antes de que la Agencia Municipal comenzara a funcionar, este
porcentaje era mayor aún y bordeaba el 40% de los residuos sólidos. En
los últimos años, como se puede apreciar, se ha experimentado una
mejoría; pero aún no es suficiente lo que se ha hecho. La basura que no
se recoge, por otro lado, se acumula en los denominados “puntos
críticos” de la comunidad. Cada quince o veinte días, la municipalidad
realiza operativos especiales para el levantamiento de los residuos que se
amontonan en estos lugares. Estos operativos, más que una solución,
vienen a ser un paliativo, porque difícilmente llegan a neutralizar los focos
de infección que se generan en los “puntos críticos”.

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El ornato, por su parte, es probablemente el servicio público menos
desarrollado con que cuenta Huaycán. El problema no tiene que ver con
la ausencia de áreas destinadas a este propósito, sino con lo
descuidadas que éstas se encuentran. En efecto, en Huaycán existen
cinco parques de gran extensión -sin contar dos parques o campos
infantiles de menor tamaño- que cubren un área total de 84.385
hectáreas; lo que equivale al 4.4% del área urbana de la comunidad.
Estas áreas verdes, con la excepción del Parque Central, se encuentran
bastante descuidadas en su implementación. En algunos casos, como
por ejemplo en el Parque Ecológico de Huaycán -que cuenta con una
extensión de 4.5 hectáreas-, sólo se cuenta con el terreno, que ha sido
rellenado para este propósito; pero no existen plantaciones de árboles o
jardines, menos aún se han construido caminos o veredas que permitan
la circulación de personas. En los demás parques, se ha avanzado un
poco más en la arborización; pero aún falta construir la infraestructura. En
la Agencia Municipal funciona un vivero que está en capacidad de
abastecer a las distintas áreas verdes de Huaycán; el problema, sin
embargo, es que no siempre se cuenta con el personal necesario. Otro
problema con el que se tiene que lidiar es la escasez del agua, que
impide brindar un adecuado mantenimiento a las áreas verdes3.

3Un caso particular, a propósito del ornato y la preservación del medio ambiente, viene
a ser el Proyecto Primas Huaycán Verde, que actualmente se encuentra bastante
descuidado. Este proyecto es bastante ambicioso y tiene como objetivo arborizar las
laderas de los cerros de Huaycán que se encuentran ubicados a la altura de la zona
“C”, en un área de aproximadamente 10 hectáreas. Paralelamente se busca favorecer
el riego urbano a través de la instalación de tuberías que llegan hasta las zonas A, B, C,
D y E, las mismas que permanecen inactivas. Inicialmente, el proyecto Huaycán Verde
lo tuvo la ONG CIUDAD, que no sólo fue la entidad que lo diseño sino también la que
comenzó su ejecución en la primera mitad de la década de los ‘90. Posteriormente,
debido a problemas internos que se suscitaron en esta ONG, el proyecto fue

18
En lo que concierne al transporte público, Huaycán tiene
prácticamente todas sus vías principales asfaltadas y, con el apoyo de la
Municipalidad de Lima, se ha logrado poner un semáforo en la entrada
de la comunidad; pero aún falta mucho por hacer, sobre todo, en lo que
refiere a la semaforización de las principales vías y al ordenamiento del
tránsito. A propósito de esto último, la municipalidad del distrito -en
coordinación con el CEC - CUAH y la Comisaría del lugar- gestionó con
éxito ante la Dirección de Transporte Urbano de la Municipalidad de Lima
Metropolitana la concesión de nueve rutas que comunican a Huaycán
con distintos puntos de la ciudad, las mismas que actualmente se
encuentran operativas. Estas rutas se encuentran a cargo de cinco
empresas de transporte que ofrecen este servicio en vehículos couster y
combis. Las rutas comunican a Huaycán, entre otros distritos, con el
Cercado de Lima, La Victoria (La Parada), S. J. de Lurigancho, San Miguel
(Av. La Marina), San Martín de Porras y Chosica. Además del servicio
externo de transporte, existe también un servicio interno, conformado por

abandonado. Recién en marzo de 1,999 se produjo su reactivación por parte del CEC –
CUAH en coordinación con la Municipalidad de Ate – Vitarte y el Colegio Juan XXIII.
Actualmente el proyecto se encuentra semiparalizado. La infraestructura con que se
cuenta -dos motobombas y un canal de riego que llega hasta el reservorio principal-,
por desgracia, no se encuentra en buen estado. A lo anterior cabe agregar las deudas
que se arrastran de años anteriores con Luz del Sur y con el Fondo Contravalor Perú
Francia. Esta última llega a 168,000 dólares. Pese a todos estos problemas, se han
realizado algunas plantaciones de tunas y la municipalidad ha asignado una persona
para el mantenimiento de las motobombas y el cuidado de la zona; lo cual resulta, a
todas luces, insuficiente. Prueba de ello, viene a ser la invasión que se ha hecho del área
del proyecto por parte de algunas familias que han ocupado las faldas de los cerros
ubicados en la zona “C”. El futuro del Proyecto Huaycán Verde aún es incierto, toda vez
que ni la municipalidad ni el CEC - CUAH cuentan con los recursos necesarios para
llevarlo a cabo. Y tampoco se cuenta con financiamiento de alguna entidad
cooperante del exterior.

19
unidades de moto - taxi. En Huaycán existen aproximadamente 480 moto
- taxistas que cobran tarifas que oscilan entre S/. 1.00 y S/ 1.50 por
trasladar a distintos puntos de la comunidad. Un porcentaje importante
de estos moto - taxistas (45%), opera de un modo independiente, es decir,
no se encuentran organizados. Los demás, se encuentran agrupados en
cinco empresas de transporte, de las cuales sólo una es formal. En
términos generales, sólo el 7.5% de las unidades de moto - taxis que
existen en Huaycán son formales. La gran mayoría, por el contrario, son
informales. Esta situación de informalidad genera una serie de problemas
que afectan el ordenamiento del tránsito al interior de la comunidad. El
congestionamiento vehicular que se observa en algunas de las
principales vías de Huaycán, sobre todo en el Ovalo 15 de Julio, en su
mayor parte es originado por moto - taxistas. Este es un problema que aún
se encuentra pendiente de solución; no obstante que las autoridades ya
han tomado algunas medidas que apuntan en esa dirección.

En Huaycán existen, además de los mencionados, otros servicios


públicos que son provistos por agentes privados. El más importante de
todos es el servicio telefónico. La red telefónica prácticamente cubre
todas las zonas bajas y algunas UCVs de las zonas altas. El servicio es a
domicilio y público; aunque son muy pocas las cabinas telefónicas que
existen en la comunidad. Además del teléfono, otro servicio importante
es la radio. En Huaycán existen tres estaciones de radio. La más
importante es Radio Emmanuel, de propiedad de la Parroquia “San
Andrés”. Esta estación ha cumplido un rol importante en el desarrollo de
la comunidad. En Huaycán existe también el servicio de televisión por
cable y, en los últimos años, se han instalado cinco cabinas públicas de
Internet, de propiedad de particulares. Algunas entidades, como el
Parque Industrial, cuentan igualmente con acceso al servicio de Internet.
En materia de recreación y deportes, Huaycán cuenta con una

20
interesante infraestructura que incluye treinta y nueve lozas deportivas,
dos complejos deportivos, dos campos de fútbol, un estadio y una
cancha de voleibol. En su mayor parte, esta infraestructura ha sido
construida por la propia comunidad, contando con el apoyo de la
Municipalidad de Ate - Vitarte. A lo anterior, cabe agregar la existencia
de una Biblioteca Pública, que funciona en las instalaciones del complejo
parroquial. Recientemente, el Ministerio de Justicia ha inaugurado en
Huaycán un Módulo Básico de Justicia, que permitirá a sus pobladores -y
a los de zonas aledañas- acceder a este servicio con mayor celeridad y
ahorrándose el costo en tiempo y dinero que implica el traslado al centro
de la ciudad, tal como ocurría anteriormente.

3. Salud

En materia de salud, en Huaycán se han logrado importantes


avances que, en su mayor parte, han sido producto de la iniciativa de los
propios pobladores que, por otro lado, han contado con el respaldo del
Ministerio de Salud. Actualmente existen en la comunidad un total treinta
y dos establecimientos de salud, de los cuales cuatro son estatales y los
demás pertenecen al sector privado. Estos últimos comprenden siete
clínicas privadas y veintiún consultorios particulares. No existen
estadísticas acerca de la cobertura de estos establecimientos; pero se
estima que la población que se atiende en ellos es menor que en el caso
de la red de salud pública. No obstante, la cantidad de clínicas y
consultorios particulares y el tiempo que tienen de existencia -varios de
ellos sobrepasan los diez años- sugiere que cuentan con un mercado más
o menos estable en Huaycán, el mismo que se ha mantenido pese a la
crisis económica que ha afectado a la población en los últimos años.

21
En lo que respecta a la red de salud pública, Huaycán cuenta con
un hospital, dos postas médicas y un puesto de salud de la municipalidad
de Ate - Vitarte. En estos establecimientos laboran un total de 79
profesionales de la salud, entre médicos, enfermeras y personal técnico
de apoyo. El hospital local, que es la dependencia de mayor tamaño,
cuenta con una construcción provisional en un área de 1,687.53 M². El
área total destinada al hospital cuenta con 13,329.76 M², la cual se
encuentra debidamente inscrita en el Registro Predial Urbano a nombre
del MINSA y de la Comunidad de Huaycán, pero aún no ha sido
construida. Actualmente, el hospital cuenta con dieciséis camas y una
ambulancia para la atención al público. El mayor peso del servicio, sin
embargo, recae -al igual que en las postas médicas y el puesto de salud-
en la atención ambulatoria.

El año 2,000, de acuerdo con la información proporcionada por la


unidad de estadística del hospital, la red de salud pública que opera en
Huaycán realizó un total de 103,721 consultas médicas; lo que significó un
incremento en el servicio de salud del 8% con respecto al año anterior. El
grueso de la atención recayó en la especialidad de medicina general
(26.4%), seguida de ginecología (18.9%), pediatría (12.1%) e
inmunizaciones (10.2%). Ese mismo año, los establecimientos de salud
pública atendieron a 13,049 menores de cinco años. La morbilidad
infantil, en su mayor parte, tiene que ver con enfermedades respiratorias
agudas (46.9%) y enfermedades diarreicas (23.3%). Los demás tipos de
enfermedad que afectan a la población infantil alcanzan porcentajes
muy inferiores. Cabe destacar, sin embargo, que los casos de desnutrición
sólo llegan al 2.5% (el año anterior llegó al 4.9%) y la tuberculosis al 0.1%,
porcentaje que además tiende a ser constante. Hasta el momento no se
han registrado casos de SIDA en la población menor de cinco años.

22
La situación es algo parecida a la de la población infantil en lo que
refiere a las estadísticas de morbilidad general. En efecto, el año 2,000
fueron atendidas 33,713 personas de distintas edades en la red de salud
pública que existe en Huaycán. De este total, el 37.2% estaba afectado
por enfermedades respiratorias (IRA) y el 11.8% por enfermedades
diarreicas (EDA). Un porcentaje menor alcanzaron las infecciones
dentales (5%) y las enfermedades de la piel (3.9%). La incidencia de la
tuberculosos -al igual que en la morbilidad infantil- llegó al 0.6% y el SIDA
al 0.1%. La mayor parte de las enfermedades que afectan a la población
de Huaycán, como se puede apreciar, pueden evitarse si se recurre a
una estrategia de salud preventiva. Esta es una tarea pendiente en la
que ya se encuentran trabajando los principales agentes de salud de la
comunidad; aunque, por el momento, todavía no se cuenta con
resultados positivos que indiquen una disminución en la incidencia de
estas enfermedades en la población.

4. Educación

El nivel educativo de la población de Huaycán es relativamente


bajo. La proyección de las cifras del censo de 1,993 al año 2,000 estima
que el 49.3% de la población mayor de cinco años tiene un nivel
educativo que no sobrepasa la instrucción primaria; lo que equivale a
44,917 personas. El número de analfabetos bordea aproximadamente las
3,000 personas (3.2%). La población con nivel inicial llega a 2,640 personas
(2.9%). El número de pobladores que cuentan con educación primaria es
de 39,277 personas, esto es, el 43.2% de la población. La población que
tiene educación secundaria, por otro lado, es de 38,409 personas (42.2%).
Sólo el 8.5% de la población tiene educación superior. Estos últimos, que
suman 7,694 personas, en su mayor parte han realizado sus estudios en
institutos de educación técnica superior. Son muy pocos los profesionales

23
que existen en Huaycán que han pasado por la universidad. El nivel
educativo de los pobladores de Huaycán es pues, de acuerdo con lo
señalado, estructuralmente bajo.

Las cifras que aparecen en el Cuadro No 01 permiten corroborar


esta tendencia. El año 2,000, como se puede apreciar, sólo el 88.2% de la
población que se encontraba en edad escolar efectivamente se
matriculó en los colegios que existen en Huaycán. El 11.8% sencillamente
no lo hizo o, en su defecto, realizó sus estudios fuera de la comunidad. El
margen de la población escolar que realiza sus estudios fuera de
Huaycán, sin embargo, es bastante reducido. Se estima que no es mayor
al 2% de la población escolar. En su mayor parte, los que salen de la
comunidad lo hacen para realizar sus estudios secundarios. La incidencia
de esta población, por tanto, no es significativa con respecto a la
tendencia que expresa el cuadro en mención. En el nivel inicial, como se
puede observar, sólo se matriculó el 63.2% de la población en edad de
estudiar. Este porcentaje revela que muchas familias optan por no
matricular a sus hijos en este nivel educativo, sobre todo, por motivos
económicos. Algunas incluso retrazan en uno o dos años el ingreso de sus
hijos a la primaria. El grueso de la población escolar, no obstante, se
encuentra en el nivel primario. El número de matriculados en este nivel
educativo el año 2,000 sobrepasó en 16.7% a la población en edad de
estudiar la primaria. Esto se explica debido a que, como ya dijimos, hay
muchos menores que inician sus estudios tardíamente. Otros abandonan
la escuela para luego, después de uno o dos años, retomarla. Y, por
último, están también los que repiten de año y que retrazan su ingreso a
la secundaria. En el nivel secundario, la situación es diferente. El 35.1% de
la población que se encuentra en edad escolar para asistir a la
secundaria simplemente no lo hace. Algunos, ciertamente, se quedan
rezagados en la primaria o realizan sus estudios fuera de la comunidad;

24
pero la gran mayoría, para decirlo sin ambages, se desvincula del sistema
antes de concluir sus estudios secundarios. La tendencia entonces es a
completar los estudios primarios -actualmente la mayoría lo hace en
Huaycán-; quedando en un segundo plano la realización completa de la
secundaria.

CUADRO No 01: POBLACIÓN QUE ASISTE AL COLEGIO SEGÚN


EDAD ESCOLAR. AÑO 2,000 (%)

NIVEL POBLACIÓN EN POBLACIÓN QUE


%
EDUCATIVO EDAD ESCOLAR ASISTE A LA ESCUELA

• Inicial 3,580 2,264 63.2


• Primaria. 10,759 12,551 116.7
• Secundaria. 9,338 6,059 64.9
TOTAL 23,677 20,874 88.2
Fuente: ADEC - ATC / USE No 06.
Elaboración: ADEC - ATC.

Esta situación se explica principalmente por la pobreza en que


viven la mayoría de las familias de Huaycán; la misma que se ha
agudizado aún más debido a la crisis económica que ha golpeado al
país en los últimos años. Sin lugar a dudas, este factor ha contribuido a
incrementar la deserción escolar en los distintos niveles educativos. Otro
factor, que no siempre se toma en cuenta, viene a ser lo poco atractiva
que resulta la escuela para muchos jóvenes. Como nos lo manifestó uno
de ellos: “en la mayoría de los colegios la educación es tradicional. Yo
creo que los principales responsables son los docentes. Los profesores
creen que su labor se limita a la trasmisión de conocimientos y que los
alumnos deben memorizar lo que ellos dicen. Eso esta mal. Los profesores
deberían cambiar. Tienen que actualizarse. Muchos de los conocimientos
que trasmiten además ya están pasados de moda. Por eso es que
muchos jóvenes abandonan la escuela y se meten a las pandillas… No le
encuentran utilidad a lo que aprenden en el colegio y, por si fuera poco,

25
no se le brindan los espacios para que puedan expresarse libremente”
(Shirley, EG, 4). El problema, entonces, es más complejo de lo que parece.
Involucra no sólo factores objetivos -como la pobreza o la crisis
económica- sino también subjetivos. Es probable que una modernización
del sistema educativo, que empiece por mejorar la calidad de los
docentes, haga más atractiva la escuela para muchos jóvenes de
Huaycán que actualmente se desvinculan de ella antes de concluir sus
estudios secundarios.

Por lo demás, Huaycán cuenta con una importante infraestructura


educativa, que por ahora se encuentra subutilizada. En efecto,
actualmente existen un total de 83 colegios en la comunidad: 31
pertenecen al sector público y 52 al sector privado. Como se puede
apreciar, la mayoría de los centros educativos que existen en Huaycán
(62.7%) son de origen privado. Ahora bien, los colegios particulares por lo
general son más pequeños que los públicos y, por lo mismo, albergan una
menor población en los distintos niveles educativos. De los 20,874
escolares que estudiaban en Huaycán el año 2,000, el 75% se encontraba
matriculado en colegios públicos y el 25% en escuelas privadas. En otras
palabras, uno de cada cuatro escolares realiza sus estudios en un colegio
particular. Este dato es muy interesante, puesto que indica que no son
pocas las familias de Huaycán que le dan una alta importancia a la
educación y que están dispuestas a invertir en ella. Los colegios privados
precisamente se valen de las expectativas que se generan al interior de
estas familias. No obstante, el servicio que ofrecen -pese a ser mejor en
algunos aspectos que en los colegios públicos- dista mucho de lo que
podría denominarse una educación de calidad. En el sector público
existen 31.5 alumnos por docente. En el sector privado, por su parte, este
promedio baja a 15.5 alumnos por docente. El índice de repitencia es
igualmente más bajo en el sector privado (0.2%) que en el público (5.2%).

26
Estos indicadores, sin lugar a dudas, abogan a favor de la escuela
privada. Sin embargo, la infraestructura y el equipamiento con la que
cuentan los colegios particulares, en su mayor parte, es inferior a la que
poseen las escuelas públicas. El personal docente, por otro lado, muchas
veces es reclutado entre los estudiantes de los últimos ciclos de las
facultades de pedagogía de distintas universidades, a quienes -
precisamente por no contar con título pedagógico- se les paga sueldos
muy bajos. Estos factores hacen que las diferencias entre la escuela
pública y la escuela privada en Huaycán sean finalmente poco
significativas.

Además de la educación escolarizada, Huaycán cuenta con tres


colegios -dos públicos y uno privado- que ofrecen el servicio de
educación para adultos en horario nocturno. El número de matriculados
en estos colegios fue de 562 personas el año 2,000; la mayor parte de las
cuales se inscribió en los colegios públicos (94.5%). Cabe destacar que
uno de estos colegios, el Manuel Gonzáles Prada -que es el que cuenta
con la población más grande (80.1%)-, ofrece tanto el nivel de educación
primario como secundario. En lo que respecta a la educación superior,
en Huaycán existen seis Institutos Tecnológicos y CEOs que brindan este
servicio a las personas egresadas de la secundaria. Estos Centros de
Educación Superior -dos públicos y cuatro privados- contaban el año
2,000 con una población de 711 estudiantes. El 50.1% de la población
estudiantil se concentraba en el Instituto Tecnológico Superior
“Huaycán”, de carácter público, que ofrece las especialidades de
contabilidad, informática, mecánica automotriz y electrónica. Los demás
Centros de Educación Superior cuentan con una población mucho más
pequeña y ofrecen diversas especialidades que incluyen educación
inicial, idiomas, computación, electrónica, electricidad, enfermería,
farmacia, laboratorio clínico, secretariado, industria del vestido (o corte y

27
confección) y cosmetología. En su mayor parte, los egresados de estos
Centros de Educación Superior cuentan con muy pocas posibilidades de
ejercer su profesión en Huaycán, por lo que tienen que salir fuera de la
comunidad para buscar trabajo.

5. Seguridad ciudadana

Actualmente, Huaycán es percibido por la mayor parte de sus


pobladores como un lugar inseguro, debido al acoso de la delincuencia
común y a la violencia protagonizada por las pandillas juveniles, que
escapan al control de la policía y el serenazgo local. El problema de la
inseguridad afecta por igual a los pobladores de las zonas altas y bajas.
Cabe señalar, sin embargo, que Huaycán no siempre fue una zona
insegura. En sus inicios, y ante la ausencia de policía, los pobladores
organizaron las rondas de autodefensa en las distintas zonas y UCVs,
orientadas a combatir la delincuencia común. Estas rondas cumplieron
su rol de manera más o menos eficaz hasta inicios de los años ’90. Como
lo manifestó uno de nuestros entrevistados: “cada lote tenía sus silbatos,
su linterna y su polo… Todos participaban en la autodefensa. No había
espectadores. Si había un asalto, los pobladores tocaban sus silbatos y
salían de sus lotes para capturar al asaltante, lo ataban a un poste y se le
castigaba. Pero no faltaba alguien que se comunicaba con la Comisaría
de Santa Clara… Los policías venían y se llevaban al asaltante y no le
hacían nada. Esto funcionó desde el inicio de Huaycán hasta 1,992. Ese
año, Fujimori creo los comités de autodefensa y se politizó el asunto por
la guerra contra Sendero” (E, 10). En efecto, la década de los ’90, además
de la agudización de la pobreza, trajo consigo un nuevo actor: Sendero
Luminoso. La presencia de Sendero fue bastante perniciosa para
Huaycán. La subversión, como se verá en el siguiente capítulo, atrajo a
los militares a la comunidad y éstos no dudaron en utilizar la organización

28
comunal para combatirla. Es así como, en 1,992, se crean los comités de
autodefensa, cuyo propósito era combatir la subversión. Esta experiencia
fue desastrosa para Huaycán, no sólo porque no se logró detener a la
subversión, sino porque además se perdieron muchas vidas en el intento.
Los comités de autodefensa desaparecieron en 1,994, no sin antes
sembrar la desconfianza en la población respecto a cualquier forma de
autodefensa.

La presencia de Sedero y de los militares, de alguna manera,


contuvo a la delincuencia común, más allá de la sensación de
inseguridad que proyectaban en los pobladores de Huaycán. Esto duró,
más o menos, hasta mediados de los años ’90, época en que se consolida
la derrota de la subversión. La posguerra trajo consigo un nuevo
escenario de inseguridad. En este contexto, se produce un
desplazamiento de la violencia política hacia la violencia social, que
tiene como principales protagonistas a la delincuencia común y a las
pandillas juveniles. Este proceso se vivió en todo el país -sobre todo en las
ciudades más grandes- y, como no podía ser de otra manera, también
tuvo lugar en Huaycán. En efecto, desde hace siete u ocho años los
pobladores de Huaycán sufren el acoso permanente de la delincuencia
común y de las pandillas juveniles; las mismas que se han visto favorecidas
por la pobreza y por los altos índices de desempleo que existen en la
comunidad. Esto sucede tanto en las zonas altas como en las bajas y la
organización comunal no se encuentra en capacidad -como antaño-
para contrarrestarlas. La inauguración, en 1,996, de la Comisaría de
Huaycán y el traslado de la sede de radiopatrulla del Cono Este a la
comunidad han significado muy poco -hasta la fecha- en materia de
lucha contra la delincuencia. Los pobladores acusan a la policía de
corrupción. Se dice que simulan operativos para capturar a delincuentes
y pandilleros y, luego, “coimean” para liberarlos. En general, existe un

29
sentimiento de desconfianza generalizada hacia los custodios del orden
que, como seguidamente veremos, no favorece la participación de la
población en la lucha contra la delincuencia y la violencia juvenil.

Actualmente, la Comisaría de Huaycán cuenta con 82 efectivos,


de los cuales 10 son oficiales. Esto quiere decir que existe un policía por
cada 1,220 pobladores. Este personal cuenta con cuatro patrulleros y dos
motocicletas, con los que se realiza el patrullaje motorizado de la
comunidad. El patrullaje a pie prácticamente no existe. Además se
cuenta con el apoyo de la unidad de radiopatrulla del Cono Este, cuya
sede -como ya se dijo- queda en Huaycán. A lo anterior, cabe agregar
la presencia de 16 efectivos del serenazgo de la Municipalidad de Ate -
Vitarte, destacados en la Agencia Municipal de Huaycán, los mismos que
cuentan con un vehículo para patrullar el sector. Todo este personal y
equipo, sin embargo, resulta insuficiente para garantizar el orden público
en la comunidad. El patrullaje, por lo general, se limita a las zonas bajas
de Huaycán. Las zonas altas prácticamente se encuentran
desguarnecidas y, por lo mismo, están a merced de la delincuencia
común y de las pandillas juveniles.

Según la información proporcionada por la Comisaría, entre enero


de 1,999 y julio del 2,001, se registraron 194 delitos y hubo 249 personas
detenidas a causa de los mismos. Esta cifra, a todas luces, es inverosímil,
teniendo en cuenta la magnitud de la población de Huaycán. Es
increíble, por ejemplo, que en todo este tiempo sólo se hayan registrado
cinco actos de vandalismo protagonizados por pandilleros. La actividad
delictiva, como se puede apreciar, es un fenómeno subreportado en la
información oficial con que se cuenta. Lo mismo ocurre con las pandillas
juveniles. Según la PNP, en Huaycán existen cinco pandillas que, en

30
conjunto, cuentan con aproximadamente 360 integrantes. Esta cifra
resulta bastante conservadora, teniendo en cuenta la actividad de las
pandillas juveniles que se observan los fines de semana. En todo caso, es
probable que esta cifra haga referencia a las pandillas que cuentan con
un mayor nivel de organización y, por lo mismo, tienen una actividad más
constante. Cualquiera que sea el caso, lo más probable es que el número
de pandilleros no sea mayor al 2% o 3% de la población juvenil y
adolescente que existe en Huaycán.

Para contrarrestar esta actividad delictiva, contando con el apoyo


de la ciudadanía, la PNP ha constituido -en el marco de su programa de
participación ciudadana- alrededor de 225 Juntas Vecinales en todo
Huaycán. La conformación de estas juntas -que se ha venido dando
aproximadamente desde 1,998- ha contado con el apoyo del CEC -
CUAH y la Municipalidad de Ate Vitarte. Esta última ha colaborado con
la donación de chalecos, gorras y celulares con que se les dota a los
pobladores que se inscriben de manera voluntaria en estas Juntas
Vecinales. La función de las juntas es complementar el trabajo policial en
la lucha contra la delincuencia común y las pandillas juveniles. En
Huaycán existen -al menos nominalmente- Juntas Vecinales de
autodefensa en prácticamente todas las UCVs de las zonas altas y bajas;
no obstante, éstas no cuentan con el apoyo de la población. Las
personas que se hacen responsables de estas Juntas Vecinales, por lo
general, son designadas por la Oficina de Participación Ciudadana de la
Comisaría y su función es coordinar con esta unidad policial y organizar
a los vecinos para la autodefensa. El problema es que éstos muestran
poco interés en integrarse a estas juntas. La noción de autodefensa es
asociada por los pobladores con la experiencia -bastante negativa- de
los “comités de autodefensa” que se formaron en la época de la guerra
contra Sendero. Obviamente, existe el temor de volver a pasar por una

31
experiencia similar. El hecho de que estas juntas se constituyan además
por iniciativa de un agente externo que proyecta desconfianza en la
población, como es el caso de la policía, tiende a desalentar la
participación en las mismas; más aún cuando entre la delincuencia y el
pandillaje muchas veces se encuentran involucrados familiares o vecinos
con los que se guarda una relación cercana. Todos estos problemas -
corrupción policial, desconfianza de la población en los custodios del
orden, baja disposición para la autodefensa, etc.- contribuyen a
incrementar el clima de inseguridad que se vive en Huaycán y deja a la
población a merced de la delincuencia común y de las pandillas
juveniles.

6. Mujer y familia

La situación de la mujer es particularmente crítica en Huaycán,


tanto en la vida pública como privada. La mujer es objeto del machismo
y el maltrato no solamente en el hogar sino también fuera de él. No son
pocos los obstáculos -que incluyen no sólo la marginación en los cargos
dirigenciales sino también la violencia física y verbal- que han tenido que
afrontar las mujeres para hacerse de un lugar en la organización
comunal, pese a que el 23.1% de las familias de Huaycán tienen como
jefe de hogar a una mujer y, por lo tanto, les asiste el derecho a estar
representadas4. Pero la mujer ha sido objeto de discriminación y maltrato

4Una de nuestras entrevistadas nos manifestó al respecto lo siguiente: “en Huaycán hay
mucho machismo a nivel de la organización vecinal. Hay mucha incomprensión. Antes,
cuando íbamos a los congresos, nos pifiaban, no nos dejaban participar y había mucha
marginación. Los dirigentes no nos querían escuchar. Pero poco a poco nos hemos
ganado un espacio. Ellos no querían que participemos en Congresos y Plenarias… Ahora
la situación ha cambiado. Ya no hay una oposición tan férrea como antes. Hemos
conquistado el corazón de algunos varones y ya nos dejan participar; aunque hace

32
no sólo en la organización comunal, sino también en las entidades del
estado. Los funcionarios del PRONAA discriminaban a las mujeres de las
organizaciones de base (comedores y clubes de madres) que eran
contrarias a apoyar la reelección de Fujimori. No sólo se les cortaba el
apoyo alimentario del Estado, sino que también se les hacía seguimiento
y se las hostilizaba. El mayor daño, sin embargo, ha sido ocasionado por
los funcionarios del Ministerio de Salud en el marco de la política de
esterilizaciones que emprendió el anterior régimen. Entre 1,995 y el 2,000
se practicaron 620 Anticoncepciones Quirúrgicas Voluntarias (AQV) a
mujeres de Huaycán, según la información proporcionada por el Hospital
Local. Esto equivale al 2.5% del total de madres que existen en la
comunidad. El daño físico y psicológico que se ha ocasionado a estas
mujeres, como se sabe, es irreversible. Afecta no sólo su capacidad
reproductiva sino también su autoestima, que se ve sumamente
deteriorada como consecuencia de este tipo de intervenciones. Ahora
bien, la marginación y maltrato que padece la mujer en la vida pública
no es sino reflejo de lo que acontece la esfera privada, tal como nos lo
manifestó una de nuestras informantes:

“Yo creo que el problema empieza en el hogar. El esposo no le permite a


la mujer desarrollarse y la limita. En la familia la mujer carece de
autoestima y ello le impide salir adelante. Son pocas las mujeres que si
cuentan con el apoyo de los hijos, del esposo y de otros familiares. Hay

poco había un dirigente en la zona “A” que marginaba a las mujeres de los comedores
y clubes de madres. Es uno de muchos. En 1,991 hubo una plenaria poblacional en la
parroquia San Andrés. Cuando dijimos que los clubes de madres eran una organización
autónoma, algunos dirigentes apagaron la luz y nos agredieron a mí y a una compañera
que se encontraba conmigo ahí. Nosotros nos defendimos y salimos gritando. Ese tipo
de agresiones hemos tenido que sufrir en Huaycán para ser admitidas en la organización
vecinal” (E, 8).

33
muchos hombres machistas que no permiten que sus esposas o
convivientes se desarrollen. Los varones deberían permitir que la mujer
participe en el campo dirigencial o laboral porque es bueno para su
desarrollo. Es una muestra que las familias están avanzando. Ya pasó esa
época en que la mujer se tenía que quedar haciendo las tareas propias
de la casa, como cuidar a los hijos y cocinar. La mujer tiene que
desarrollarse, así como las mujeres que participan en política y están en
el Congreso… En Huaycán, desgraciadamente, las mujeres todavía no
tienen valor para salir adelante. Tienen miedo a la pareja con la que
viven, por el machismo que aún no desaparece en los hogares. Se
debería dar más apoyo a la mujer, sobre todo, en conocimientos para
que ella puedan hacer valer sus derechos. El problema empieza desde
la formación de la mujer en casa. Crecen en una familia donde no se les
permite opinar. En esta época se debe permitir que la mujer opine. Hay
que aprender a escuchar tanto la voz de un niño como la voz de la mujer.
Un niño tiene criterios de opinión igual que una mujer. La mujer nunca va
a progresar si sólo hace lo que le ordena su esposo. Su autoestima siempre
va a permanecer baja y nunca va a poder salir adelante. Ya no debe
existir el machismo” (Cristina, EG, 6).

Como se puede apreciar, el machismo es bastante acentuado en


los hogares de Huaycán. En esta opinión coinciden la totalidad de
mujeres que fueron entrevistadas para el presente diagnóstico. Pero el
machismo no sólo se expresa en discursos, mejor aún, antes que en
discursos se manifiesta en hechos. El maltrato físico y psicológico, sobre
todo en las familias más pobres, viene a ser su manifestación más
concreta. Los niveles de violencia física y verbal contra las mujeres son
bastante altos en Huaycán; no obstante que las cifras oficiales sugieran
otra cosa. En efecto, la Comisaría de Huaycán registró, entre enero de
1,999 y julio del 2,001, 515 denuncias por violencia contra la mujer; de las
cuales el 84.5% fueron por maltrato físico y el 15.5% por maltrato

34
psicológico. Esta cifra es a todas luces inverosímil y, en todo caso, revela
que el problema del maltrato a la mujer se encuentra subreportado en
Huaycán (al igual que en otras partes). La proyección de los resultados
de la ENDES 2,000 referidos a la violencia familiar nos ofrece un panorama
distinto. De acuerdo con este estimado, el 43.2% de las mujeres de
Huaycán alguna vez han sido objeto agresiones psicológicas por parte
de su cónyuge o pareja. En lo que respecta a la violencia física, el
porcentaje se reduce al 39.5%; lo que equivale a 10,059 mujeres. Cabe
precisar, sin embargo, que 3,285 mujeres son maltratadas de manera
frecuente (12.9%). Esto quiere decir que son objeto de maltrato físico (y
psicológico) en forma sistemática. Este estimado es bastante
conservador, toda vez que se ha construido sobre la base de la
proyección del ponderado de Lima, que está referido tanto a zonas
pobres como no pobres. Es muy probable que, en una comunidad pobre,
como es el caso de Huaycán, la incidencia de la violencia contra la mujer
sea mayor aún. Ahora bien, al margen de cualquier tipo de
especulación, nuestros estimados nos permiten afirmar que sólo una de
cada ocho mujeres de Huaycán que son víctimas de maltrato físico por
parte de sus cónyuges y/o parejas, denuncian el hecho a la policía.

La otra cara de la violencia familiar viene a ser el maltrato contra


los niños y adolescentes. En Huaycán existen -siempre en base a la
proyección de la ENDES 2,000- 9,700 niños y adolescentes que son
castigados a golpes por sus padres. En este caso, la violencia es ejercida
no sólo por parte del padre sino también de la madre. No es posible
precisar cuántos de estos menores son víctimas de maltrato en forma
sistemática; pero se presume que su número sobrepasa las tres mil
personas. Llama la atención, sin embargo, que entre enero de 1,999 y julio
del 2,001 la DEMUNA de Huaycán sólo haya registrado 14 casos de
maltrato infantil. Es probable que muchos de estos casos se hayan

35
computado bajo el concepto de violencia familiar, cuya incidencia es
de 941 casos en el mismo periodo de tiempo. Cualquiera que sea el
registro real, lo cierto es que el fenómeno del maltrato infantil al interior
de la familia -al igual que la violencia contra la mujer- se encuentra
subreportado. El problema de la violencia familiar, en general, no está
siendo atendido en Huaycán. La Comisaría y la DEMUNA no sólo no se
dan abasto, sino que además no cuentan con personal especializado. El
personal con que cuentan apenas ha sido capacitado para atender este
problema y su accionar, de acuerdo con la opinión de los pobladores,
deja mucho que desear. No existen, por otro lado, defensorías sociales -
salvo el caso de una defensoría escolar- creadas por iniciativa de los
propios pobladores. Tampoco hay ONGs especializadas que laboren en
la zona y que tengan entre sus líneas de intervención a la violencia
familiar. En esta materia, aunque suene un poco duro decirlo,
prácticamente todo está por hacer en Huaycán.

El problema de la violencia familiar no debe ser soslayado, toda vez


que produce una serie de patologías individuales que afectan el buen
desenvolvimiento de la vida comunitaria y que, por lo tanto, justifican su
inclusión en la agenda pública. Entre las principales patologías asociadas
a la violencia familiar, caben mencionar las siguientes:

• Las personas que son objeto de violencia al interior de la familia


presentan un debilitamiento progresivo de sus defensas físicas y
psicológicas, que se traduce en problemas de salud, tales como
enfermedades psicosomáticas, depresión, etc.

• Las víctimas del maltrato familiar registran una significativa


merma en su rendimiento intelectual, que afecta sus

36
actividades laborales y educativas (ausentismo, falta de
concentración, baja productividad, etc.).

• Los niños y adolescentes que son víctimas de la violencia en sus


familias o son testigos de la violencia conyugal entre sus padres
con frecuencia presentan trastornos en su comportamiento
escolar y dificultades en el aprendizaje.

• Los menores que aprenden en sus hogares modelos de relación


violentos tienden a reproducirlos en sus relaciones futuras
cuando se hacen adultos, tanto dentro como fuera del hogar,
perpetuando el problema.

• Un porcentaje significativo de menores de edad que presentan


conductas delictivas (robo, pandillaje, etc.) provienen de
familias donde fueron víctimas o testigos de la violencia crónica
de los miembros adultos.

• Existe, por último, una correlación positiva entre los


antecedentes de violencia familiar y el comportamiento
adictivo de hombres y mujeres (consumo de drogas ilegales,
tranquilizantes, etc.).

Es sintomático que varias de estas patologías sean frecuentes en


Huaycán, sobre todo en lo que respecta al bajo rendimiento escolar, la
violencia juvenil, el consumo de drogas y bebidas alcohólicas, etc., que
involucran principalmente a los jóvenes y adolescentes. La pobreza,
asociada a situaciones de violencia que se experimenta en la familia -de
un modo directo o indirecto-, explica el involucramiento de muchos
menores de edad en las pandillas juveniles.

37
Pero la violencia, a menudo, es expresión de crisis conyugales que
amenazan la unidad familiar. El desenlace de estas crisis muchas veces
viene a ser la desestructuración de la vida familiar. En situaciones como
ésta, la mujer carga con la peor parte. La fragilidad de las uniones
conyugales se expresa en el alto número de mujeres separadas y/o
divorciadas que existen en Huaycán. De acuerdo con nuestros cálculos,
actualmente existen 4,740 mujeres que son separadas y/o divorciadas en
la comunidad. En su mayor parte, se trata de madres de familia que han
asumido la jefatura de su hogar, luego de haber sido abandonadas por
sus parejas. El número de madres solteras, por otro lado, es de 1,720
mujeres, de las cuales 191 son adolescentes. A propósito de esto último,
un problema que causa preocupación en Huaycán es el alto número de
madres adolescentes que existen en la comunidad. El año 2,000, se
estima que había 890 madres que tenían entre 12 y 19 años. Esto equivale
al 11.5% de las adolescentes que viven en Huaycán. La mayor parte de
estas menores (78.5%) conviven con sus parejas. Este problema es
ocasionado por la falta de orientación en el hogar y por la pérdida de
referentes al interior del mismo. Muchas adolescentes, ajenas al control
de sus padres, se inician sexualmente a una edad muy temprana. Una
buena parte de ellas no tiene conocimiento -o simplemente no hacen
uso- de los métodos anticonceptivos y, por eso, resultan embarazadas.
Estas menores, por lo general, terminan haciendo abandono de la
escuela y son absorbidas en su totalidad por el rol materno,
obstaculizando de ese modo su desarrollo personal. De lo expuesto, se
desprende que la mujer carga sobre sus hombros con la mayor parte de
los problemas familiares que tienen lugar en Huaycán. Sin embargo, no
cuenta con el apoyo necesario para enfrentar estos problemas. Es
importante por ello emprender acciones que apunten a mejorar la

38
situación de la mujer al interior del hogar y hagan viable, de ese modo,
su participación en la vida pública.

******

No cabe duda de que la Comunidad Urbana Autogestionaria de


Huaycán ha avanzado mucho en los diecisiete años que tiene luego de
haber sido fundada. Es verdad que la mayoría de la población vive en
una situación de pobreza; pero este problema tiene que ver más con el
desempleo y subempleo que con el acceso a los servicios básicos. La
mayoría de las viviendas de Huaycán, como ha sido señalado, cuentan
con acceso a los servicios de luz, agua y desagüe (en el caso de las zonas
bajas, el acceso a estos servicios es total). En lo que respecta a los
servicios públicos, también se ha avanzado a un ritmo bastante
acelerado, sobre todo en los últimos años; pese a que aún falta mucho
por hacer. Lo mismo puede decirse en el caso del servicio de salud que,
a pesar de las limitaciones con que cuenta, cubre las expectativas de la
población. La situación de la educación, lamentablemente, deja mucho
que desear. Si bien es cierto que Huaycán cuenta con una interesante
infraestructura en este campo, también es verdad que la calidad del
servicio que brindan, tanto la escuela pública como privada, es muy
baja. El problema es más grave aún si tenemos en cuenta que un
porcentaje importante de la población en edad escolar (cerca del 12%)
se queda sin estudiar. En parte, esta población deja de la escuela por
problemas socioeconómicos; pero también hay un porcentaje
importante, sobre todo en el nivel secundario, que lo hace porque
considera que los conocimientos que se imparten en ella no les serán
útiles.

39
El bajo nivel educativo de la población tiende a acrecentar los
índices de desempleo y subempleo que afecta a la mayoría de familias
de Huaycán y, por consiguiente, favorece la reproducción de la pobreza.
La pobreza, asociada al desempleo y subempleo, se encuentran en la
base de un conjunto de conductas de riesgo social que afectan a la
mayoría de la población. En la vida pública, estas conductas están
relacionadas con la actividad delictiva y con la violencia protagonizada
por las pandillas juveniles. La seguridad ciudadana -o, más bien, su
ausencia- se ha convertido en un problema de primer orden en Huaycán,
toda vez que el accionar de la delincuencia común y de las pandillas
juveniles se ha salido del control de las autoridades locales y de la
población en su conjunto. En la vida privada, la situación es igual de
insegura, sobre todo para las mujeres y los niños, que constituyen las
principales víctimas de la violencia al interior de la familia. La violencia
familiar, por otro lado, genera una serie de patologías individuales que
afectan el buen desenvolvimiento de la vida comunitaria. En síntesis,
Huaycán ha avanzado mucho en lo que respecta a su proceso de
consolidación urbana; no obstante, existen algunos problemas asociados
a su crecimiento urbano, como es el caso de la inseguridad ciudadana
y la violencia familiar, que actualmente no están siendo atendidos. Y la
organización comunal, que tan buenos resultados tuvo en sus inicios,
como seguidamente veremos, tampoco se encuentra preparada para
afrontarlos.

40
Capítulo 2

LA COMUNIDAD URBANA
AUTOGESTIONARIA DE HUAYCÁN.

Balance y Perspectivas a diecisiete años de su


fundación

41
La Comunidad Urbana Autogestionaria de Huaycán posee una
organización compleja que se rige por un esquema piramidal de
participación. Esta estructura organizativa se estableció en el Primer
Congreso Poblacional realizado en julio de 1985 y, desde entonces, se ha
mantenido con pocas modificaciones hasta nuestros días. En el Cuadro
No 2 se puede observar los distintos órganos que conforman la CUAH. En
la base se encuentran la Unidades Comunales de Vivienda (UCV) y la
Unidades de Vivienda y Comercio (UVC), cuyo ente representativo viene
a ser la Junta Directiva de Base. Ésta consta de seis miembros que son
elegidos cada dos años entre los socios titulares de los lotes que conforma
una UCV y/o una UVC. El órgano máximo de gobierno a este nivel viene
a ser la Asamblea de Base, que se reúne ordinariamente cada dos meses.
En un nivel intermedio se encuentran las Zonas, conformadas por varias
UCV y UVC, cuyo ente representativo viene a ser el Consejo Ejecutivo
Zonal, integrado igualmente por seis miembros elegidos entre los
delegados de las distintas UCVs para un periodo de tres años. Aquí
también las máximas instancias de gobierno vienen a ser, en primer lugar,
la Asamblea Zonal Poblacional y, en un segundo nivel de jerarquía, la
Plenaria Zonal de delegados. La primera se reúne ordinariamente cada
seis meses; en tanto que la segunda se realiza de manera ordinaria cada
tres meses.

42
CUADRO No 02: ESTRUCTURA ORGANIZATIVA DE LA COMUNIDAD URBANA
AUTOGESTIONARIA DE HUAYCÁN
ORGANOS QUE INTEGRAN LA CUAH
NIVEL AMBITO
ORGANOS DE DECISIÓN ORGANOS DE
ORGANIZATIVO TERRITORIAL ORGANOS DE EJECUCIÓN
PLENARIA ASAMBLEA Y/O CONGRESO. CONTROL

• Central. • CUAH • Consejo Ejecutivo • Plenaria General de • Congreso Ordinario con- • Consejo de Vigilancia
Central. delegados convocada vocado cada dos años. Central.
ordinariamente por el CEC
- Integrado por cada seis meses. - Integrado por
catorce cinco miembros.
miembros. • Plenaria general • Congreso Extraordinario,
Extraordinaria convocada convocado cuando las - Se renueva cada
- Se renueva cada cuando las circunstancias circunstancias lo tres años por
tres años por lo requieran. requieran. medio del voto
medio del voto popular.
popular.

• Intermedio. • Zona. • Consejo Ejecutivo • Plenaria Zonal de Dele- • Asamblea Zonal • Consejo de Vigilancia
Zonal. gados ordinaria Poblacional convocada Zonal.
convocada cada tres ordinariamente cada seis
- Integrado por seis meses. meses. - Integrado por tres
miembros. miembros.
• Plenaria Zonal
- Se renueva cada extraordinaria convocada - Se renueva cada
tres años. cuando las circunstancias dos años.
lo requieran.

• Base. • UCV y/o UVC • Junta Directiva de • Asamblea de Base • Consejo de Vigilancia
Base. ordinaria convocada de Base.
cada dos meses.
- Integrado por seis - Integrado por tres
miembros. • Asamblea de base miembros.
extraordinaria convocada
- Se renueva cada cuando las circunstancias - Se renueva cada
dos años. lo requieran y con agenda dos años.
específica.

43
En la cúspide de la organización comunal se encuentra el Consejo
Ejecutivo Central (CEC), que asume la representación de toda la CUAH.
Este consejo, de acuerdo con el estatuto vigente, está integrado por
catorce miembros que son elegidos por medio del voto popular cada tres
años (antes la elección del CEC tenía lugar cada dos años). Los órganos
máximos de gobierno vienen a ser, sin embargo, la Plenaria General de
Delegados y el Congreso poblacional. La primera se realiza
ordinariamente cada seis meses con la participación de los delegados
de base, las dirigencias zonales y los representantes de los “organismos
naturales” (Clubes de madres, Comedores Populares, Comités del Vaso
de Leche, etc.); el Congreso, por su parte, tiene lugar ordinariamente
cada dos años y puede ser convocado extraordinariamente, al igual que
las Plenarias, cuando la circunstancias lo requieran. De hecho, hasta la
fecha se han realizado nueve congresos ordinarios y cinco
extraordinarios, el último de los cuales fue llevado a cabo entre setiembre
y octubre del 2001 para tratar la situación orgánica de la CUAH. Si bien
es cierto que, formalmente hablando, el Congreso poblacional viene a
ser “la máxima autoridad de la Comunidad”, en la práctica, es el Consejo
Ejecutivo Central el órgano que concentra el mayor poder de decisión
de la CUAH, pese a que se trata de una instancia ejecutiva.
Paralelamente, en las distintas instancias de la organización comunal
existen los Consejos de Vigilancia, encargados de supervisar y fiscalizar
las acciones de los órganos ejecutivos, tarea que no siempre se cumple
de manera satisfactoria.

Este modelo organizacional demanda para su adecuado


funcionamiento de una participación activa de la mayoría de la
población, que incluye una disposición favorable para ocupar los
distintos cargos dirigenciales, lo que en los últimos años no ha venido
ocurriendo. En efecto, en Huaycán existen aproximadamente 16,680 lotes

44
(incluyendo las ampliaciones), lo que implica que la CUAH debería
contar con un número similar de asociados; sin embargo, éste es
significativamente menor. No existe una cifra exacta; pero se estima que
el número de asociados -entre aquellos que han cumplido con actualizar
su inscripción en el padrón de socios y aquellos que no lo han hecho aún-
no sobrepasa los diez mil. Esta cifra, en realidad, es la que se consignó el
año de 1,993. El número de socios con inscripción actualizada en el último
Padrón de Asociados, que data de 1,999 -año en que la gestión de Pedro
Huayta procedió a regularizar la inscripción de la CUAH en los registros
públicos-, es aún mucho menor. La cifra llega, de acuerdo con este
documento, apenas a los 1,200 socios5. Esta situación, que expresa una
clara tendencia a la desafiliación de la CUAH por parte de la población
de Huaycán, se manifiesta también en el comportamiento electoral de
la misma. En efecto, en las últimas elecciones realizadas en diciembre del
2,000, en las que gano la Lista No 4, encabezada por Carlos Castro,
asistieron a votar apenas 3,000 personas. Esta baja concurrencia fue la
que motivó el desconocimiento de esta elección por parte de las
dirigencias zonales. Se acusó al Comité Electoral, entre otras cosas, de no
haber hecho una adecuada convocatoria de la población. El referente
era las elecciones de marzo de 1,998, en las que fue elegida la lista
encabezada por Pedro Huayta, a la que acudieron a votar 6,800
personas, es decir, el número de electores se redujo en el 2,000 al 44% de
lo que fue dos años antes6. El problema, sin embargo, no es nuevo. En las

5Este dato ha sido tomado del informe de la directiva encabezada por Pedro Huayta,
ex secretario general de la CUAH, en el periodo 1998 - 2000. Véase: “Informe de la
gestión del Consejo Ejecutivo Central de la Comunidad Urbana Autogestionaria de
Huaycán, periodo 1998 - 1999 - 2000J”, diciembre del 2000.

6Pedro Huayta, en la entrevista que le hiciéramos, nos dijo lo siguiente al respecto: “Para
garantizar las elecciones en Huaycán a veces hay que bajar a las bases. Muchas veces
la población ni siquiera está enterada de que se van a realizar elecciones para el

45
elecciones de 1993, de un total de 10,000 socios, sólo acudieron a votar
5,765, esto es, el 58%. El ausentismo ese año llegó al 42%7. En el 2,000 -en
el supuesto de que el número total de socios, con inscripción actualizada
y no actualizada, no haya disminuido con respecto al año ‘93-, el
ausentismo aumentó al 70%8. Este porcentaje llega al 82% si tomamos
como referencia el total de lotes existentes en Huaycán. En otras
palabras, sólo el 18% de los propietarios de lotes acudieron a votar en los
últimos comicios de la CUAH. La situación, como se puede apreciar, es
mucho más grave que la del año ’93 -año en que, como se verá más
adelante, la presencia de Sendero era bastante fuerte-, al punto de
haber desencadenado una crisis orgánica en la CUAH.

En el nivel de las bases, esta escasa participación de la población


se expresa en una baja concurrencia a las asambleas de base. Esto se
da, sobre todo, en las zonas bajas, que cuentan con un mayor nivel de
consolidación urbana, esto es, tienen acceso a los servicios básicos de
luz, agua y desagüe. En algunas UCVs se ha podido observar que, de
sesenta socios, sólo participan en las asambleas entre diez y quince. La
mayoría, además, no cumple con hacer sus aportaciones. Varias Juntas

Consejo Ejecutivo Central. Aquella vez no se trabajó en las bases y sólo participaron
3,000 pobladores. Tenía que haberse superado a los 6,800 que votaron en nuestro
periodo; pero no llegó ni a la mitad. Con 3,000 votos no se hace una Directiva Central”
(E, 10).

7Este último dato ha sido tomado del trabajo de Juan Fernández, "Diagnóstico de
Organizaciones Poblacionales de Ate-Vitarte". Lima, 1996.

8Aquí sólo estamos tomando como referencia a las elecciones de diciembre del 2,000.
Cabe mencionar que en febrero de ese año también se llevó a cabo un proceso
eleccionario, en el que salió elegido el Sr. Elmer Rosales. Estas elecciones también fueron
anuladas por una baja concurrencia de la población.

46
Directivas no se encuentran completas y también se dan casos de UVCs
en las que la organización comunal simplemente se ha extinguido. Hay
también casos en los que los presidentes de UCVs no son elegidos por sus
bases sino que, más bien, son designados arbitrariamente por cúpulas
enquistadas en la dirigencia zonal y central, con el propósito de apoyar
intereses particulares. Es así como en las Plenarias y Congresos se
presentan casos de doble representación de algunas bases que
respaldan a facciones distintas de la organización comunal. Todo lo cual
ha contribuido a minar la confianza de la población en los dirigentes de
la Comunidad. La Comunidad Urbana Autogestionaria de Huaycán
dispone, en sus distintas instancias organizativas, de 2,728 cargos
dirigenciales. Esto es en teoría. En la práctica, el número de dirigentes
activos en Huaycán no sobrepasa los ochocientos.

Actualmente, la situación orgánica de la CUAH es bastante crítica.


El CEC que encabezaba Carlos Castro ha sido destituido por el V
Congreso extraordinario realizado en octubre pasado, por las razones
esgrimidas más arriba, y se ha dado inicio a un nuevo proceso
eleccionario. Nada garantiza, sin embargo, que esta vez la concurrencia
de la población sea mayor que en las elecciones de diciembre del 2000,
en las que salió elegido Castro. Es más, lo que se percibe en la población
es, por un lado, un creciente desinterés por la organización comunal y,
por el otro, una actitud crítica con respecto a la labor desempeñada por
los dirigentes, que son acusados de corruptos e ineficientes por un sector
importante de la población, sobre todo, por los más jóvenes. De hecho,
se ha perdido la confianza en la dirigencia comunal lo que,
inevitablemente, ha debilitado el soporte orgánico de la CUAH. Un joven
que participó en una de las entrevistas grupales realizadas para el
presente diagnóstico, lo expreso en los siguientes términos

47
“No confiamos en los dirigentes porque, una vez que llegan al poder, se
olvidan de los demás. Empiezan con las ganas y el entusiasmo de hacer
algo por su comunidad; pero en el camino se encuentran con una serie
de situaciones, como el manejo de dinero, que termina corrompiendo a
muchos. Y parece que es contagioso porque casi todos son así” (Richard,
EG, 4).

A nuestro modo de ver, cuatro son los factores que explican la


actual crisis orgánica que atraviesa la CUAH. En primer lugar, cabe
mencionar el relativo éxito inicial de la organización comunal, sobre todo
en los primeros cinco años, en los que se obtuvieron importantes logros
que más adelante pasaremos a reseñar. En segundo lugar, la
intervención de agentes externos en Huaycán -tales como “Sendero
Luminoso” y el Estado, incluyendo a la Municipalidad de Ate-Vitarte- ha
sido particularmente perniciosa para la organización comunal. En tercer
lugar, la corrupción cada vez más extendida en la dirigencia es otro
factor que ha contribuido a debilitar la organización vecinal en la medida
en que proyecta desconfianza en la población. En cuarto lugar, cabe
mencionar el alto grado de complejidad que ha adquirido la CUAH, lo
que hasta cierto punto ha tornado disfuncional la organización comunal,
inspirada en un esquema piramidal de participación a todas luces
obsoleto que, simplemente, ya no responde a las necesidades de la
población. Todos estos factores, en su conjunto, explican la crisis orgánica
que actualmente padece la Comunidad Urbana Autogestionaria de
Huaycán, la misma que se caracteriza por el declive de la participación
vecinal que a su vez es consecuencia de la creciente desconfianza de la
población en la dirigencia comunal.

En lo que respecta a lo primero, es necesario subrayar que la


organización comunal tuvo importantes logros desde su constitución, en
1,985, hasta inicios de la década de los ’90. No esta demás decir que el

48
contexto jugó a favor de la CUAH. El gobierno municipal de la Izquierda
Unida en Lima Metropolitana llegó a su fin en 1986; pero esta organización
política, que fue la que impulsó el Proyecto Especial Huaycán, se
mantuvo en el poder en el distrito de Ate - Vitarte hasta finales de 1989. Si
bien el apoyo municipal a nivel metropolitano mermo con la salida de
Barrantes, éste se mantuvo en el nivel distrital. A lo anterior cabe agregar
el apoyo de la cooperación internacional, a través de distintas ONGs
(Centro IDEAS, CENCA, MORAY, etc.), que desde un inicio se
comprometieron a promover el desarrollo de Huaycán. Pero fue la propia
organización comunal la que, gracias a su pujanza, obtuvo los principales
resultados. Entre 1,987 y 1,988 se realizaron una serie de movilizaciones
con el propósito de presionar al gobierno central -presidido entonces por
Alan García- para que realizara obras de agua potable y electrificación,
lo que finalmente se consiguió. Estas movilizaciones incluso le costaron un
muerto a la comunidad, la del joven Rafael Flores Echevarría, quien
falleció en febrero de 1987 como consecuencia de la represión policial.
Desde entonces, el CEC de la CUAH firmó una serie de convenios con
distintas entidades estatales (SEDAPAL, Electrolima, Ministerio de la
Presidencia, Ministerio de Salud, INC, etc.) para la ejecución de obras
públicas en Huaycán. Esto, sumado a apoyo de las ONGs -que también
trabajaban en convenio con la distintas instancia orgánicas de la CUAH-
, hizo que Huaycán entrara en un acelerado proceso de consolidación
urbana. A los ocho años de su fundación, las zonas bajas de Huaycán -
que es donde entonces vivía la mayor parte de la población- contaban
con acceso a los servicios básico de luz, agua y desagüe. Este viene a
ser, sin duda, un logro muy importante de la organización comunal, toda
vez que el mismo proceso ha tomado en otros lugares entre quince y
veinte años.

49
Lo anterior tuvo importantes consecuencias para la organización
comunal. En primer lugar, se produjo un desgaste de la organización
comunal, sobre todo, en las zonas bajas mejor consolidadas, lo que se
tradujo en una disminución de la participación vecinal que, en adelante,
comenzó a ser percibida como innecesaria por un sector importante de
la población que consideraba que la organización ya había cumplido
sus metas. En segundo lugar, se generó una brecha de desarrollo urbano
entre las zonas bajas y las zonas altas, que es donde actualmente vive la
mayoría de la población. Este desarrollo desigual corre el riesgo de
perpetuarse en la medida en que el desgaste de la organización
comunal afecta por igual tanto a las zonas bajas como a las zonas altas,
pese a que la participación vecinal es mayor en estas últimas que,
paradójicamente, son las que más pierden con esta situación. En términos
generales, puede decirse que la organización comunal ha tenido logros
importantes en Huaycán; pero no ha agotado aún su función. La
consolidación urbana incluye ciertamente el acceso a los servicios
básicos de luz, agua y desagüe -que, en el caso de la CUAH, se limitan a
las zonas bajas y algunas UCVs de las partes altas-; pero implica también
la construcción de pistas y veredas que sencillamente no hay en
Huaycán, con excepción de las vías troncales. El argumento de la
consolidación urbana, entonces, no es suficiente para explicar el
debilitamiento de la organización vecinal en Huaycán, toda vez que este
asentamiento a lo sumo alcanza el status de semi - consolidado en sus
zonas bajas.

El debilitamiento de la organización comunal en Huaycán tiene


que ver con un efecto acumulativo en el que -además del factor ya
mencionado- han jugado un rol importante la intervención de agentes
externos tales como “Sendero Luminoso” y el Estado. Para nadie es un
secreto la presencia que tuvo SL en Huaycán, al punto de que este

50
asentamiento llegó a ser conocido como “zona roja” a principios de los
‘90. La presencia de Sendero no sólo fue política sino también militar. Una
columna del autodenominado “Ejercito Guerrillero Popular” llegó a
operar en las zonas altas de Huaycán, hostigando y amedrentando a la
población, incluso hubieron algunos dirigentes que fueron asesinados.
Sendero luminoso llegó a infiltrar algunos comités de base; pero nunca
pudo controlar la organización vecinal. Como nos lo manifestó uno de
nuestros entrevistados:

“Sendero nos ha intervenido en varias oportunidades. En 1,989 tuvimos un


Segundo Congreso, donde se realizó un debate intenso acerca de la
jurisdicción que deberían tener las zonas. A las diez de la noche, los
levantados en armas se metieron al local buscando a algunas personas
que eran apristas, con la intención de retirarlos del lugar, no se sabe para
que … En 1,990, ingresaron de nuevo a nuestro local y quemaron algunos
documentos. Después de eso, aparecían en las zonas altas y en algunas
asambleas y mercados. Se infiltraron en algunas bases; pero no llegaron
a infiltrar la organización central y menos a controlarla” (E, 10).

La consecuencia directa de la presencia de Sendero en Huaycán


fue la disminución de la participación de la población en las distintas
instancias de la organización comunal. En 1,992, durante la gestión de
Pascuala Rosado, el 50% de los cargos que conformaban el CEC de la
CUAH se encontraban vacantes9. La mayoría de los dirigentes zonales y
centrales, por otro lado, ejercían sus funciones prácticamente desde la
clandestinidad, por temor a sufrir un atentado de SL. Los miembros del
CEC, por ejemplo, dormían en distintos lugares, fuera de sus domicilios.
Incluso tuvieron que cambiar de costumbres y de horarios para evadir el
“reglaje” del que eran objeto. A las reuniones comunales se llegaba sin

9Juan Fernández, Ob. Cit.

51
avisar, previa verificación de que no existía ningún peligro al ingresar. La
dirigencia de Huaycán, a pesar de ello, mantuvo una actitud ambigua
frente a la presencia de Sendero. Como lo ha señalado Julio Chávez,
analizando el discurso de algunos dirigentes de la época, no hubo un
deslinde claro con respecto a las posiciones de la subversión10. Para un
sector importante de la antigua dirigencia de Huaycán, que provenía de
las canteras de la izquierda, SL tenía “objetivos revolucionarios”; aunque
se discrepaba con el uso del terror como método de lucha. Esta
ambigüedad discursiva se expresaba en el lenguaje cotidiano a través
del uso de términos como el de “compañeros” para referirse a los
senderistas. En otras palabras, no hubo un rechazo afectivo con respecto
a la subversión. Esto se explica por el hecho de muchos senderistas eran
amigos o familiares de los pobladores de Huaycán y, aun estando en la
subversión, mantenían sus lazos de afecto con éstos11; pero también
existía el temor a ganarse la enemistad de los subversivos, porque ello
significaba poner en riesgo la propia vida. Cualquiera que sea el caso, lo
cierto es que la presencia de SL -que, además, estuvo acompañada de
una campaña de desprestigio de la dirigencia vecinal, sobre todo,
cuando ésta contravenía sus intereses- hizo que muchas personas se
inhibieran de participar en la organización comunal.

10Julio Chávez Achong. “Procesos organizativos urbanos en un contexto de ajuste


estructural y violencia política. El caso de Huaycán, 1990 - 1994”. Ponencia presentada
al IV Congreso Nacional de Sociología, organizado por la UNFV entre el 20 y el 23 de
octubre de 1998. Lima – Perú.

11Como dice Chávez: “una parte de la militancia senderista había sido reclutada de las
filas de partidos de izquierda que se encontraban disconformes con las dirigencias
nacionales y regionales. Algunos de estos cuadros eran además antiguos dirigentes
sociales vitartinos, en su mayoría jóvenes con mediana instrucción y sin trabajo estable”
(Ob. cit., p.8).

52
Esta situación se agravó más aún cuando el Estado, a través de las
Fuerzas Armadas, decidió intervenir en Huaycán. Esta intervención se dio
hacia 1,992 y operó haciendo uso de la propia organización comunal.
Esto fue posible, además, gracias a que en un sector de la dirigencia -
asesorados por intelectuales y políticos ligados a una facción de la
izquierda- se produjo un cambio de opinión en relación a Sendero y se
decidió enfrentarlo frontalmente. La cabeza visible de este grupo de
dirigentes fue Pascuala Rosado, quien por esa época se desempeñaba
como secretaria general de la CUAH. Fue precisamente durante la
gestión de Pascuala, en 1,992, que en el seno de la CUAH se crea el
cuerpo de autodefensa de Huaycán, con el propósito de hacer frente a
los alzados en armas. Se reclutó individualmente a cada uno de sus
miembros a cambio de apoyo en alimentos para sus familias. Los
alimentos ciertamente fueron provistos por el Estado. Sendero nunca
perdono este hecho a Pascuala y no paro hasta asesinarla cruelmente
en 1,996, luego de que ésta retornara de Chile, donde estuvo asilada. Las
rondas de autodefensa no fueron bien recibidas por la población que
percibió su creación como una toma de partido a favor del Estado y, en
particular, de los militares, en la guerra interna que se libraba contra la
subversión; lo que, a su vez, implicaba una perdida de autonomía de la
organización comunal. Los militares, además, aprovecharon estas
circunstancias para infiltrar la organización a través de sus aparatos de
inteligencia. En la entrada de Huaycán se estableció una base militar,
que aún existe hasta ahora, desde la cual se monitoreo el trabajo de
inteligencia y de intimidación a la población.

Las rondas de autodefensa fueron percibidas como parte de este


accionar militar, lo que creo muchos anticuerpos en la población, que
prefirió no participar en las mismas, para no hacerles el juego a los
militares. Sendero, por su parte, reaccionó con violencia. En un atentado

53
con dinamita que tuvo como blanco el local del cuerpo de autodefensa
murieron tres ronderos y varios quedaron heridos. La situación se hizo
insostenible, al punto que la propia Pascuala tuvo que pedir protección
militar, lo que terminó por aislarla aún más de la población. Además,
varios de los dirigentes que se oponían a su gestión pero que no
necesariamente simpatizaban con Sendero -y que incluso le enfrentaron
ideológica y políticamente-, fueron objeto de acoso y de intimidación por
parte de los militares. Uno de estos dirigentes, citado por Chávez,
expresaba su malestar frente al acoso de Sendero y de los militares en los
siguientes términos:

"Nosotros encontramos oídos sordos. Les decimos a los levantados en


armas que con lo que hacen no se gana a las masas y ellos no oyen. El
gobierno es otro sordo. Se le dice que la gente es pacífica y que cuando
se levanta o protesta es por necesidad, pero no escucha”12.

Este doble acoso por parte de Sendero y de los militares hizo que
mucha gente, incluyendo una buena parte de los dirigentes, se
abstuvieran de participar en las distintas instancias de la organización
comunal. Esta situación se mantuvo, por lo menos, hasta 1,994.
Posteriormente, el accionar de Sendero disminuyó paulatinamente. Los
militares también, poco a poco, se fueron retirando, a medida que se fue
pacificando la zona. La intervención del estado, sin embargo, no ceso.
Su objetivo esta vez se orientó, como en otros lugares, a crear las
condiciones favorables para la reelección de Fujimori. Por un lado, el SIN
hostilizaba a los dirigentes que eran considerados como opositores al
régimen (utilizando en algunos casos la coartada del terrorismo); por el
otro, se cooptaba a aquellos cuadros que mostraban cierta disposición
para apoyar al régimen, a cambio de favores políticos. Funcionarios

12Julio Chávez Achong, Ob. Cit., p. 10

54
ligados a entidades como el FONCODES, COFOPRI, PRONAA, etc., aquí
cumplieron un rol fundamental. Los dirigentes, en este contexto, se
convirtieron en verdaderos “brokers” o intermediarios de los organismos
estatales13. Los pobladores, en unos casos, acudían a ellos en forma
individual para que intermedien en los tramites de titulación. En otros
casos, se valoraba su habilidad para conseguir la realización de obras de
agua, desagüe, luz, etc. Poco importaba si tenían o no la representación
de sus bases; lo que interesaba era que tan eficientes eran para
conseguir los “favores” de las entidades del estado. Esta situación se
mantuvo así por lo menos en los últimos cinco o seis años. No se puede
negar que Huaycán haya avanzado en este periodo de tiempo en la
construcción de infraestructura urbana (se han asfaltado las principales
vías de la comunidad; se ha avanzado en materia de titulación; se ha
seguido realizando obras de agua, desagüe y luz en las partes altas, etc.);
pero todo esto se ha conseguido a costas del debilitamiento de la
organización comunal. La participación de la población no sólo ha
disminuido, sino que además ésta ha dejado de hacer sus aportes a la
comunidad. Pedro Huayta, ex secretario general de la CUAH, nos dice lo
siguiente al respecto:

“El pueblo de Huaycán y los dirigentes no podemos quejarnos porque


hemos avanzado bastante. Hemos avanzado en la construcción de
servicios básicos de luz, agua y desagüe; el proceso de titulación se
encuentra bastante avanzado; se han asfaltado las principales vías;
tenemos una Catedral, la única en el cono este; vamos a inaugurar el
módulo básico de justicia; tenemos la sede de radio-patrulla en el cono

13Esta idea del dirigente popular como broker o intermediario entre la población y los
agentes externos (llámese estado u ONGs) ha sido trabajada por Martín Tanaka en
varios de sus estudios. Véase, en particular, uno de sus más recientes trabajos:
“Participación popular en políticas sociales. Cuándo puede ser democrática y eficiente,
y cuándo todo lo contrario”. CIES - IEP, Lima - Perú, 2001.

55
este, etc. En el Parque Industrial siempre hemos tratado de apoyar; pero
hay poca coordinación entre los dirigentes. No nos podemos comparar
con otros asentamientos humanos porque aquí los dirigentes siempre
están en actividad: están en las UCVs, en las zonas y en la comunidad;
están en las Plenarias, el Congreso, etc. En este momento estamos
tratando de solucionar el problema de organización en la dirección de
Huaycán. En esto ha influido la misma política nacional. Han habido
muchas elecciones presidenciales y los candidatos se han metido en la
organización. Ha habido mucha intromisión y nosotros aceptamos
porque la directiva no tenía recursos. La población ya no aporta como
antes. Los primeros cinco años todos hacíamos nuestras aportaciones y
las cosas salieron bien; pero ahora ya no es así” (E, 10).

Se ha producido pues, como consecuencia de la intervención del


Estado, un divorcio entre la población y la dirigencia comunal que
explica la actual crisis orgánica de la CUAH. Cada uno hace su juego a
parte. La población no sólo participa cada vez menos en la organización
comunal, sino que además se ha vuelto conformista, como lo reconocen
los propios pobladores, en el sentido de que esperan de que sean otros
los hagan las cosas por ellos. Los dirigentes, por su parte, realizan su
trabajo en función de sus intereses particulares. Para un importante sector
de la población, ya no se trata de cooperar para obtener un bien público
(luz, agua, desagüe, etc.). De lo que se trata, mas bien, es de obtenerlo
evitando cooperar en lo más mínimo. En la medida en que los dirigentes
pueden contribuir a este propósito, entonces se les otorga cierto
reconocimiento. Los jóvenes, que a menudo desarrollan una percepción
muy aguda de las cosas, tienen plena conciencia de esta situación, tal
como nos lo manifestaron dos de ellos en una de las entrevistas grupales
que realizáramos:

56
“Yo creo que Huaycán ha sido siempre un pueblo muy luchador. Hemos
sabido sobrellevar nuestros problemas; pero eso parece haber
cambiado. Ahora la gente se ha vuelto muy conformista. Se conforma
con lo que tiene y no quiere más. La gente espera que el presidente o el
alcalde de Lima vengan a hacer obras a Huaycán; pero no piensan que
ellos mismos pueden hacerlas. Por eso la organización ya no funciona. En
algunas zonas donde ya han sido cubiertas las necesidades básicas de
agua, luz, desagüe, etc., se piensa que ya no es tan importante el hecho
de organizarse. Ya no se realizan las asambleas de base. Los presidentes
de las UCVs tampoco hacen nada por el progreso de Huaycán. No se
piensa en construir pistas, veredas, parques, etc. La problemática actual
de Huaycán está centrada en los jóvenes. Hay mucho pandillaje,
drogadicción, familias desintegradas, madres adolescentes, etc.; pero los
dirigentes no hacen nada para afrontar estos problemas” (Marcos, EG,
3).

“En Huaycán ha pasado lo mismo que en otros pueblos jóvenes.


Comenzó buscando satisfacer sus necesidades básicas de agua, luz,
desagüe, etc. y, en parte, lo consiguió; pero llegó un momento en que la
población se durmió. Aquí, en la zona B, por ejemplo, ya tienen luz, agua,
teléfono y hasta cable… Ahora están subiendo a las partes altas para
satisfacer las necesidades de vivienda de esa zona; pero no se han dado
cuenta que en la parte baja todavía hay muchas necesidades que
atender y que requieren mucho empeño. La educación, por ejemplo, es
una de ellas. ¿De qué vale un pueblo que tiene luz, agua, pistas, etc., si
éste no tiene valores? Por eso pienso que los dirigentes se han quedado
‘dormidos’. También creo que, de alguna manera, nos hemos
corrompido, porque nos gusta las cosas fáciles. Con frecuencia caemos
en eso. Sólo estiramos la mano. Los padres dan el ejemplo y los jóvenes,
lamentablemente, estamos cometiendo los mismos errores. Sin valores
una sociedad no existe, se desintegra. Este es uno de los problemas
básicos de Huaycán y no está siendo atendido por nadie” (Jesús, EG, 3).

57
De estas opiniones se deduce que no existe una agenda propia de
trabajo en Huaycán. En 1,997, el CEC elaboró, con el apoyo de algunas
ONGs, el Plan Estratégico de Huaycán14. Este documento debería normar
el accionar de los dirigentes; pero no es así. Primero, porque la mayoría
de los pobladores desconoce de su existencia, incluyendo un sector de
la dirigencia. Segundo, porque se ha perdido la capacidad de movilizar
a la población en torno a acciones de mutuo beneficio que favorezcan
el desarrollo de la CUAH. Y tercero, porque se carecen de recursos para
realizar las metas que contempla el plan. En la práctica, los dirigentes
orientan su accionar en función de las prioridades de la política social del
Estado. Durante el régimen de Fujimori, como se sabe, la política social se
centró en la atención de los problemas de la sobrevivencia, que abarca
la salud y la alimentación, así como el acceso a los servicios básicos
(incluyendo la titulación de lotes). Estos problemas son precisamente los
que privilegió -y aún privilegia- la dirigencia de Huaycán, buscando
canalizar los recursos del Estado para su atención; pero se trata de una
agenda impuesta desde fuera, que respondía al interés de un régimen
autoritario que buscaba perpetuarse en el poder; lo que no quiere decir
que la población de Huaycán realmente no requiera atender estas
necesidades. El problema, en todo caso, radica en el hecho de que
existen -como nos lo recuerdan los jóvenes- otras necesidades que
requieren igualmente atención; pero que no son tomadas en cuenta,
simplemente porque no tiene prioridad en la política social del Estado y,
por consiguiente, no se cuentan con recursos para atenderlas. Es
sintomático, por otro lado, que la caída del régimen autoritario haya
coincidido con el inicio de la crisis orgánica que actualmente atraviesa
la CUAH.

14CUAH. “Plan de Desarrollo de la Comunidad Urbana Autogestionaria de Huaycán”.


Lima, 1997. La elaboración de este documento contó con el apoyo de las ONGs IDEAS,
CIUDAD, CENCA, ADELH, SUYASUN, CEPROMUP, IPAS y MORAY.

58
En el plan estratégico de 1,997 se reconoce como problemas de la
organización comunal, entre otros, la “participación limitada de la
población” y la “deficiente comunicación entre dirigentes y sus bases”,
además de la débil integración de la CUAH y de la escasez de recursos
para desempeñar la función dirigencial. Se habla igualmente, como
parte de las soluciones, de la necesidad de “fortalecer la CUAH”,
estableciendo instancias de integración y participación de la población.
Lo paradójico es que, en los cuatro años transcurridos desde la
elaboración de este documento hasta la fecha, los problemas
mencionados, lejos de haber encontrado alguna solución, por el
contrario, se han agudizado. En la actualidad, la intromisión del Estado
ha disminuido por el lado de las entidades que dependen del gobierno
central; pero se ha acentuado en el nivel municipal. En efecto, un grupo
importante de dirigentes de Huaycán -que incluye tanto dirigentes
zonales como ex miembros del CEC que aún se mantienen en actividad,
más allá de que ocupen o no algún cargo en la comunidad-,
actualmente se encuentran laborando en la municipalidad de Ate -
Vitarte, a pedido expreso del alcalde Oscar Benavides, de las filas de
“Somos Perú”. Algunos laboran en la Agencia Municipal de Huaycán;
otros, por el contrario, lo hacen en la propia municipalidad, ocupándose
de asuntos que no necesariamente conciernen directamente a la CUAH.
La cooptación de estos dirigentes por parte de la municipalidad, al mejor
estilo fujimorista, tiene como propósito controlar la organización comunal.
En la práctica, esto es lo que ha venido ocurriendo, más allá de que los
dirigentes aludidos lo nieguen. En el conflicto que actualmente atraviesa
la comunidad, la facción que lidera el defenestrado Carlos Castro acusa
a la otra parte -conformada por algunas dirigencias zonales que cuentan
con el respaldo, poco disimulado, de la Agencia Municipal- de estar
coludida con el Alcalde de Ate Vitarte, a quien además se hace

59
responsable directo de la división de la CUAH, dado el interés que tiene
de ser reelegido en los próximos comicios municipales. La otra facción,
por su parte, acusa a Castro de ser un aliado del gobierno de turno. No
existe pues, de uno y de otro lado, una defensa clara -que vaya más allá
de lo retórico- de la autonomía de la organización vecinal. De lo que se
trata es de controlar la CUAH para favorecer intereses particulares y
foráneos que no necesariamente coinciden con el interés de la
comunidad.

Ahora bien, la intervención del Estado a través de diversas


entidades públicas -que implica el acceso a recursos de distinta
naturaleza, incluyendo recursos de tipo monetario; pero también el
manejo de influencias en la administración pública-, ha acarreado una
mayor corrupción en la dirigencia de Huaycán, lo que ha terminado por
acrecentar la desconfianza de la población en la organización comunal.
La sospecha de corrupción por parte de los dirigentes siempre ha existido
en Huaycán. Esto tiene que ver, en parte, con la existencia efectiva de
casos de corrupción (los que, por lo general, quedan sin sanción); pero
también tiene que ver con la actitud recurrente de las directivas
entrantes, en todas las instancias de la organización comunal, de criticar
el comportamiento de las directivas salientes, como una forma de afirmar
sus propias posiciones, sembrando dudas acerca de la honestidad de los
dirigentes de la gestión anterior. Son muy pocos los dirigentes salientes
que sean bien vistos por sus sucesores. Y, lamentablemente, esta
percepción se hace extensiva a las bases. La falta de transparencia
contribuye a reforzar esta tendencia. En Huaycán, son muy pocos los
dirigentes que rinden cuentas de su gestión ante sus bases y, lo que es
peor aún, no existen archivos documentarios que contengan la más
elemental información que permita evaluar el trabajo realizado por las
distintas directivas. Cada dirigente arma su propio archivo y se lo lleva a

60
su casa cuando termina su gestión. Este modo de gestión, sin lugar,
favorece la corrupción. Y no son pocos los dirigentes que caen en ella.
La forma más común de corrupción -más no la única- viene a ser el tráfico
de los terrenos de la comunidad. Los dirigentes son plenamente
conscientes de este problema; pero es muy poco lo que se hace para
neutralizarlo. Pedro Huayta no tuvo reparos en manifestarnos lo siguiente:

“Muchas veces los dirigentes no defienden los intereses de la comunidad.


Existen áreas intangibles que pertenecen a la comunidad; pero que no
siempre se respetan. Una ex Secretaria General de la CUAH se quiso
apropiar de estos terrenos para favorecer sus intereses particulares. Así
como ella, existen otros dirigentes que trafican con las áreas que
pertenecen a la comunidad. Hay dirigentes que tiene tres o cuatro lotes.
Eso es aprovecharse del cargo. No sirven al pueblo sino se sirven del
pueblo. Son unos vendidos, por eso la población va perdiendo la
confianza y credibilidad en ellos” (E, 10).

La consecuencia de la corrupción, como es de esperarse, viene a


ser la pérdida de confianza de la población en sus dirigentes. La
confianza fue la base sobre la que se construyó el éxito inicial de
Huaycán. En la actualidad, sin embargo, lo que predomina es la
desconfianza. La confianza tiene que ver con la existencia de
expectativas positivas con respecto a los otros, en este caso, dirigentes y
pobladores. La desconfianza, por el contrario, está asociada a las
expectativas negativas que proyectamos sobre los demás (y que éstos, a
su vez, proyectan sobre nosotros). Ambas remiten a procesos subjetivos a
través de los cuales se ordena y simplifica la experiencia cotidiana. La
primera fomenta la cooperación y hace posible la acción organizada. La
segunda, más bien, tiene un efecto contrario. La desconfianza hace que
las personas se inhiban de cooperar y tiende a debilitar la organización.
Poco importa si de por medio está la obtención de un bien público -

61
llámese luz, agua o desagüe- que beneficie a todos por igual. La
desconfianza, lamentablemente, se encuentra bastante arraigada en
Huaycán, sobre todo, en las bases. Y la principal causa que se le atribuye
viene a ser la corrupción de los dirigentes. Una ex dirigente zonal -con un
cierto tono exculpatorio, por un lado, y con una actitud resignada, por el
otro- declaró lo siguiente al respecto:

“La desconfianza que existe en las bases porque los dirigentes se han
corrompido. Cuando llegamos a Huaycán todos confiábamos en todos,
y todos invertíamos dinero en una causa común. Lamentablemente, los
dirigentes han hecho que esa confianza y credibilidad se quiebren. Esa
confianza se ha perdido por culpa de ellos. Yo tengo 16 años viviendo en
Huaycán. En un momento fui dirigente de base. Mi primer cargo fue el de
secretaria y realicé las primeras actas de mi base. Después fui asistenta
social en mi zona y trabajamos con gente confiable; pero basta que haya
un dirigente de la zona que se quiera reelegir en su cargo para que la
confianza se pierda. El dinero juega aquí un rol importante. Cuando no se
rinde un balance claro acerca de los aportes de los socios, entonces se
empieza a desconfiar y se pierde la fe en la dirigencia. Lo peor de todo
es que las bases piensan que todos los dirigentes son iguales. Piensan que
todos somos corruptos. No se toma en cuenta el hecho de que también
hay buenos dirigentes. Algunos dirigentes trabajamos incluso con nuestro
propio dinero. Nos cuestan las comunicaciones, las fotocopias, los
documentos, las salidas a Lima, etc. Ponemos nuestro tiempo y dinero.
Otros dirigentes, por el contrario, invaden cerros y terrenos y los negocian
con los pobladores para sacarles dinero. Por culpa de ellos, que son
corruptos, todos somos vistos igual. Nosotras apoyamos las cosas justas;
pero, al final, se impone lo injusto” (Lourdes, EG, 6).

Existe pues una predisposición a la desconfianza en la población,


que no distingue entre buenos y malos dirigentes; lo que a su vez tiende
a debilitar la organización comunal en la medida en que hace que la

62
gente se inhiba de participar en ella. Pero sería demasiado simplista
explicar la crisis orgánica de la CUAH solo en base a los factores
mencionados. Un factor decisivo, a nuestro modo de ver, tiene que ver
con los cambios que han tenido lugar al interior mismo de la comunidad.
En efecto, en los diecisiete años que tiene de existencia, la CUAH no sólo
ha crecido en términos poblacionales sino que además se ha tornado
cada vez más compleja. En un principio, la necesidad de conseguir un
lote y de acceder a los servicios básicos de agua, luz y desagüe hizo que
se construya una comunidad de intereses que fue precisamente la que
orientó la acción colectiva que, como ya hemos mencionado, obtuvo
logros importantes. La organización comunal, inspirada en un esquema
piramidal de participación, respondió a este interés común que
presuponía cierta homogeneidad en la población (todos tenían las
mismas necesidades y problemas y cooperaban voluntariamente para
encontrarles solución a los mismos). El problema es que en el transcurso
de la última década -a medida que se han ido solucionando (aunque de
un modo desigual) algunas de las necesidades básicas y han ido
surgiendo otras- Huaycán se ha convertido en una “comunidad”
altamente compleja, pese a que sigue siendo predominantemente
pobre. Su población es cada vez más heterogénea y, como es lógico, sus
intereses tienden a diversificarse. Un amplio sector de la población -sobre
todo en las partes bajas- tiene acceso a los bienes públicos esenciales de
agua, luz y desagüe. Sus intereses, por tanto, ya no se expresan
necesariamente a través de la organización comunal sino que lo hacen
por medio de grupos de interés o apelando a la iniciativa individual. La
prioridad para estos pobladores -en el que los jóvenes son la mayoría- ya
no es la obtención de bienes públicos sino que más bien se orienta a la
obtención de bienes semipúblicos y privados. En este contexto, la
organización comunal, tal como fue concebida en un principio,
simplemente se ha tornado disfuncional.

63
La organización comunal en Huaycán, como ya ha sido señalado,
se construyó siguiendo un modelo piramidal de participación que
presuponía un involucramiento generalizado de la población en las
distintas instancias de la CUAH. De acuerdo con este esquema, en la
base se encuentra la comunidad, entendida como una entidad
homogénea, compuesta por individuos con intereses comunes. La
comunidad, a su vez, se expresa de manera organizada, y la voz de esa
organización vienen a ser sus dirigentes, que canalizan los intereses de la
población y dan forma a las demandas de la comunidad. La
participación es concebida, así, como un proceso homogéneo que
involucra de manera indistinta a la comunidad con sus dirigentes sin exigir
una mayor especialización de parte de estos últimos. Cualquiera puede
asumir un cargo dirigencial si es que ello expresa la voluntad de las bases.
Esto es precisamente lo que hace a los dirigentes “representativos” de la
comunidad. La capacidad de representación de un dirigente es mayor
en tanto que mayor sea su posición en la jerarquía de la organización
comunal. Los dirigentes centrales, bajo este esquema, monopolizan la
representación de la comunidad. El problema surge, como hemos visto,
cuando la población deja de participar en la organización,
sencillamente porque ésta ha dejado de ser funcional a sus intereses. La
idea de comunidad como entidad homogénea no se aplica para el caso
de Huaycán. Lo que se tiene, por el contrario, es un conglomerado
urbano altamente complejo y heterogéneo que se resiste a ser
representado por un tipo particular de organización. En Huaycán
convergen una pluralidad de intereses que articulan lógicas colectivas e
individuales que reclaman distintos canales de expresión. La
participación, en este contexto, se torna cada vez más esporádica y
responde a intereses muy concretos de los pobladores. Martín Tanaka,
reflexionando en torno a este último punto, nos dice lo siguiente:

64
“En situaciones más complejas, en general la participación adquiere la
forma de un compromiso esporádico que se expresa en grupos de interés
y descansa sobre la intervención de lideres sociales que, en realidad,
cumplen la función de brokers o intermediarios entre la población y
agentes externos. Estos actores son ‘representativos’ no por ser expresión
auténtica de las bases sino en función de su eficacia. En estos casos,
resulta fundamental evitar dos peligros: que dichos lideres y las
organizaciones que dirigen defiendan intereses particulares,
contrapuestos al interés general, y que se pretenda manipular
políticamente la representación popular o monopolizarla. Por el contrario,
se debe promover la defensa del derecho a la diferencia, a la existencia
de formas múltiples de expresión”15.

En Huaycán, como hemos tenido oportunidad de ver, el


debilitamiento de la organización comunal ha tenido como contraparte
la redefinición del papel de los dirigentes que, poco a poco, se han
convertido en verdaderos brokers o intermediarios entre la población y
los agentes externos, en particular, las entidades públicas dependientes
del gobierno central. La dirigencia de la CUAH posee sus propios
intereses, distintos a los de la población que pretende “representar”, y
actúa en función de ellos. En otras palabras, su accionar se orienta sobre
la base de la obtención de beneficios específicos que son precisamente
los que provienen de su capacidad de intermediación.
Lamentablemente, los peligros sobre los que advierte Tanaka no han
podido ser evitados en el caso de Huaycán. Muchos dirigentes han
terminado defendiendo intereses particulares contrapuestos a los
intereses de la comunidad y, en el camino, varios de ellos se han
corrompido; lo que, como ya ha sido señalado, ha generado

15Martín Tanaka. Ob. Cit., p. 11.

65
desconfianza en la población, que ha optado mayoritariamente por
desvincularse de la organización comunal o, por lo menos, se inhibe de
participar en ella. No han faltado tampoco los intentos de manipulación
política de la CUAH. No son pocos lo dirigentes que han hecho uso del
cargo para lanzarse a la arena política. La dirigencia comunal, por otro
lado, insiste en pretender monopolizar la representación de la población;
lo que es totalmente contrapuesto al sentido común popular, que
comienza a percibir en la organización comunal un obstáculo para el
desarrollo de Huaycán. Todos estos problemas han terminado por
desencadenar la crisis orgánica que actualmente padece la CUAH.

Para finalizar, conviene mencionar que la dirigencia de Huaycán


parece aún no tener plena conciencia del problema que enfrenta la
organización comunal. Desde hace ocho o nueve años se viene
discutiendo en Huaycán la necesidad de establecer cambios en la
organización comunal. Hasta cierto punto se acepta que ésta ya no
responde a las necesidades de la población; pero las soluciones que se
han propuesto no necesariamente son las más adecuadas. Algunos
viene proponiendo desde hace varios años de que Huaycán sea distrito.
Otros más bien plantean la necesidad de que sea proclamado como
Centro Poblado Menor. Un sector de la dirigencia, por otro lado, esta
conforme con pertenecer al distrito de Ate - Vitarte, siempre que exista
en Huaycán una Agencia Municipal. En marzo de 1,998 se realizó una
consulta popular para decidir en torno a estas opciones. Ninguna resulto
favorecida. La opción más votada fue la primera, que obtuvo 2,800 votos,
esto es, alrededor del 41% del total, sin llegar a constituir una clara
mayoría. En la actualidad, hay todavía dirigentes que insisten en que
Huaycán sea distrito; pese a que, desde julio de 1,998, viene funcionando
en la zona una Agencia Municipal. Para ellos, no es problema el hecho
de que apenas un 15% de los hogares de Huaycán cumpla con pagar

66
sus tributos a la Municipalidad de Ate - Vitarte. Arguyen de que la
población no paga, no porque no tenga capacidad de pago, sino
porque “no están de acuerdo con pagar a la municipalidad de Vitarte”
(E, 10). Según su punto de vista, cuando la población tenga la seguridad
de que lo que aporta será invertido en la comunidad, entonces se
volcará masivamente a pagar sus tributos. No se toma en cuenta, sin
embargo, el hecho de que la población tampoco cumple con hacer sus
aportes a la CUAH. Y no lo hace precisamente porque percibe en ella -o,
mejor dicho, en la dirigencia- el germen de un ente burocrático que ha
dejado de ser funcional a sus intereses. Se supone que, en la eventualidad
de que Huaycán sea distrito, es de la dirigencia actual de donde saldrán
las futuras autoridades. Si ésta en la actualidad no goza de la confianza
de la población, difícilmente podrá revertir esta situación desde una
posición de autoridad. Lo más probable es que la población continúe sin
pagar sus tributos; lo que torna inviable la posibilidad de que Huaycán se
convierta en distrito.

La solución a los problemas de la CUAH pasa necesariamente por


flexibilizar su estructura organizativa que, como ya hemos señalado, ha
dejado de ser funcional a los intereses de la población. La organización
vecinal aún es necesaria en Huaycán, porque se trata de un área urbana
que no se encuentra del todo consolidada. En la parte baja -y en algunas
zonas de la parte alta- ciertamente se ha avanzado en el acceso a los
servicios básicos de luz, agua y desagüe (y también en lo que concierne
a la titulación); pero aún falta construir pistas y veredas. En la parte alta
existen aún UCVs que no cuentan con acceso a los servicios básicos. Por
otro lado, existen problemas globales que requieren de una atención
inmediata como, por ejemplo, es el caso de la seguridad ciudadana.
Estas son algunas de las tareas pendientes de la organización vecinal. Los
intereses de los vecinos, sin embargo, difieren de acuerdo a las

67
necesidades específicas de cada Zona y/o UCV. Es necesario por ello
que la organización comunal adopte un modelo más flexible que sea
capaz de convocar la participación de los vecinos en torno a la solución
de sus problemas específicos. Esta flexibilización pasa, en primer lugar, por
diferenciar el ámbito vecinal de lo político, construyendo nuevos
liderazgos sociales capaces de intermediar con los agentes externos, en
forma eficiente, la solución de los problemas concretos de la población.
En segundo lugar, se requiere desconcentrar el poder. Es necesario
empoderar a las bases, dotándolas de una mayor autonomía, incluso
para decidir acerca de la forma de organización que voluntariamente
deseen asumir. Los órganos centrales e intermedios, en el supuesto de
que se mantengan, deben asumir una función de coordinación de las
tareas colectivas que requieran la participación de distintas bases,
renunciando a la pretensión de monopolizar la representación de la
comunidad. La adopción de estas medidas podría contribuir a dar una
solución duradera a la crisis orgánica que actualmente padece la CUAH;
pero finalmente le corresponde a los pobladores decidir soberanamente
respecto a la solución que consideren más adecuada para su
comunidad.

68
Capítulo 3

LAS ORGANIZACIONES DE MUJERES DE


HUAYCÁN

69
En Huaycán actualmente existen un total de 438 organizaciones de
mujeres, entre Clubes de madres, Comedores Populares, Comités del
Vaso de Leche y el denominado Frente de Mujeres. Estas organizaciones
agrupan a un total de 7,020 socias, que constituyen alrededor del 20% de
las mujeres adultas que viven en Huaycán. Esto quiere decir que sólo una
de cada cinco mujeres adultas se involucra en una organización
femenina. En su mayor parte, se trata de mujeres mayores de 35 años que
cuentan con carga familiar. Las mujeres más jóvenes, incluyendo
aquellas que son madres de familia, por lo general, no se involucran en
estas organizaciones. La mayoría de ellas prefiere participar en calidad
de beneficiarias antes que como socias. Cabe destacar, sin embargo,
que la inmensa mayoría de la población de Huaycán no es beneficiaria
de estas organizaciones. En el mejor de los casos, la cobertura de
beneficiarios alcanza a un 30% de la población, conformado
mayoritariamente por niños, mujeres y ancianos. Este dato es importante
subrayarlo, puesto que indica que existe un importante segmento de la
población que viven en condiciones de extrema pobreza,
principalmente en las zonas altas de Huaycán, al que no llega la ayuda
alimenticia del Estado. En todo caso, este es un tema que vale la pena
profundizar en una investigación posterior.

70
Los Clubes de Madres, Comedores Populares y Comités del Vaso
de Leche existen en Huaycán prácticamente desde su fundación. Su
número fue creciendo en la medida en que se iba incrementando la
población. Hacia finales de los ’80, estas organizaciones se agruparon en
torno a distintas centrales. En 1,989 se crea la Asociación de Clubes de
Madres de Huaycán. Por la misma época, nace también la Central de
Comedores Autogestionarios de Huaycán y Horacio Zevallos (que incluye
a los comedores de este último Asentamiento Humano). La Comités del
Vaso de Leche estuvieron agrupados desde un inicio en torno a una
Coordinación Central, que era el nexo con los responsables del programa
en la Municipalidad de Lima Metropolitana. En 1,996, cuando se produce
la distritalización del Programa del Vaso de Leche, los comités de
Huaycán pasan a coordinar con la Municipalidad de Ate - Vitarte. En
términos generales, puede decirse que las organizaciones de mujeres de
Huaycán han pasado por dos etapas muy marcadas en su proceso de
desarrollo. En una primera etapa, que tuvo lugar en los años '80, estas
organizaciones emergen en la escena pública y se consolidan
internamente, manteniendo su autonomía respecto a cualquier tipo de
agente externo. La segunda etapa, por el contrario, transcurre a lo largo
de toda la década de los ’90 y se caracteriza por el progresivo
debilitamiento de estas organizaciones.

Este debilitamiento de las organizaciones de mujeres se debió tanto


a factores internos como externos. Entre los primeros, cabe mencionar el
distanciamiento que se ha producido entre la dirigencia central y las
bases. Este distanciamiento no se dio de la noche a la mañana, sino que
tuvo un proceso de maduración que duro varios años. Entre 1,989 y 1,992
hubo algunos conflictos entre los comedores y los clubes de madres
debido a que sus dirigentes no tenían claro las diferencias entre una y

71
otra organización16. El problema, sin embargo, se circunscribió a la
dirigencia y no tardó en ser superado. Posteriormente, tanto los Clubes de
Madres como los Comedores tuvieron que unirse para defender de
manera conjunta a ambas organizaciones cuando el gobierno de
Fujimori las comenzó a atacar. Esto funcionó bien hasta mediados de la
década pasada. Fue a partir de entonces que se comenzó a hacer
evidente el divorcio entre las dirigentes centrales y las bases. En algunos
casos, las dirigentes de la Central de Comedores y la Asociación de
Clubes de Madres se desvincularon de sus bases y pasaron a defender
sus propios intereses. En otros casos, se mantuvo el vínculo con las bases;
pero el afán de permanecer en el cargo hizo que la relación entre
dirigentes y bases se tornara conflictiva. Muchas dirigentes asumieron un
manejo autocrático de sus organizaciones, manipulado a las bases en
función de sus intereses y reprimiendo los liderazgos emergentes que

16Los Clubes de Madres actualmente sólo existen como comedores; pero no siempre fue
así. Entre 1,985 y 1,990 estos clubes contaban con talleres que, en su mayor parte, se
encontraban productivos. Entonces se contaba con el apoyo del Estado que
capacitaba a las madres en distintas especialidades -tejido, corte y confección y
sastrería- y luego les otorgaba créditos para que operen en los talleres que funcionaban
en cada club. Existían además los PRONOE - NIDO, que eran una especie de guardería
en la que las madres que trabajaban dejaban a sus niños. El comedor era
exclusivamente para las madres que trabajaban. Esta situación cambio con el
advenimiento de Fujimori al poder. Entonces el Estado redujo su apoyo a estas
organizaciones y lo circunscribió únicamente a la alimentación. En reemplazo de los
PRONOE - NIDO se crearon los “Wawa Wasis”, cuya actividad -como se sabe- no
depende de los Clubes de Madres. Los talleres simplemente desaparecieron. En otras
partes los Clubes de Madres han podido conservar los talleres con el apoyo de la
cooperación internacional; pero este no ha sido el caso de Huaycán. En esta
comunidad los Clubes de Madres en los últimos diez años sólo han venido funcionando
como comedores. No obstante, las dirigentes de estas organizaciones aún insisten en
distinguirlas de los comedores autogestionarios, pese a que en la práctica cumplen la
misma función.

72
amenazaban su permanencia en el cargo. Este comportamiento generó
desconfianza en las bases y finalmente produjo un debilitamiento de las
organizaciones de mujeres. Veamos lo que nos manifestó un de nuestras
entrevistadas cuando fue interrogada en torno a este problema:

“En las bases existe mucha desconfianza hacia las dirigentes eternas de
las coordinadoras de mujeres. Ellas dicen una cosa y hacen otra. Las
dirigentes tienen la suficiente labia y conocimientos; pero no son utilizados
para bien. Utilizan su poder de convencimiento para maltratar a otras
mujeres. Hasta cuando las mujeres hablamos mal, se ríen. Pero aún
cuando las mujeres tenemos dificultades en la comunicación, siempre
tenemos algo que aportar y comunicar… Muchas mujeres a veces no
participan porque no tienen motivación o no cuentan con el tiempo
necesario… Pero las dirigentes no les quieren dar oportunidad porque
piensan que son ignorantes. Sólo ellas quieren ser dirigentes. Pienso que a
ellas les gusta permanecer en el cargo porque de ese modo obtienen
algún lucro personal… No quieren soltar la mamadera. Por eso ponen una
serie de obstáculos a las dirigentes que recién comienzan. Ellas piensan
que si uno asume un cargo terminara desplazándolas. Hay algunas
dirigentes jóvenes que trabajan bien y, por eso, son mal vistas por las
dirigentes que tienen más trayectoria… Yo pienso que hay que dejar de
lado el egoísmo y apoyar a las nuevas dirigentes. Pasan los años y
también las dirigentes deberían pasar. Al terminar un periodo, se debe
abandonar el cargo y dar oportunidad a otras mujeres; aunque no
tengan mucha experiencia, porque en el camino se aprende. En la
práctica, esto no se da. Ya es hora de que las cosas comiencen a
cambiar” (Cristina, EG, 6).

Este distanciamiento entre las dirigentes y las bases, como se puede


apreciar, asumió también la forma de un conflicto generacional que
hasta el día de hoy se encuentra irresuelto. Las dirigentes más antiguas -
que se identifican con la generación de fundadoras- tienen serias

73
dificultades para aceptar el liderazgo de las más jóvenes, que mantienen
una relación más estrecha con las bases. De este conflicto entre
dirigentes antiguas y jóvenes se valió precisamente el régimen de Fujimori
-como seguidamente veremos- para dividir a estas organizaciones y
debilitarlas aún mas. En efecto, el mayor daño que se ha ocasionado a
las organizaciones de mujeres ha venido de afuera. Tiene que ver con la
intervención de dos agentes externos, Sendero Luminoso y el Estado, que
se confabularon para debilitar a estas organizaciones. Sendero intentó
infiltrar las organizaciones de mujeres -y, de hecho, mantuvo presencia
en algunas ellas-; pero jamás tuvo el control de las mismas. El acoso de
Sendero, sin embargo, fue permanente. Su presencia, por otro lado,
atrajo la de los militares. Las organizaciones de mujeres se vieron, de ese
modo, involucradas involuntariamente en el conflicto armado. Las
presiones de uno y otro lado produjeron un desgaste en la organización
y fueron las dirigentes -sobre todo las más antiguas- las que cargaron con
el mayor peso del mismo. La señora Adela Carhuancho, ex presidenta de
la Asociación de Clubes de Madres, nos manifestó lo siguiente al
respecto:

“Sendero Luminoso tuvo una presencia fuerte en Huaycán y, por


supuesto, también intentó infiltrar nuestra organización; pero nosotras
hemos sido muy cuidadosas y jamás hemos permitido que se infiltre ni
Sendero ni ningún otro partido político. Nosotras podemos tener, cada
una, nuestra tendencia política; pero jamás hemos dejado que se
inmiscuya dentro de la organización. A Sendero lo hemos tenido metido
dentro de la organización, haciendo una fuerte presión; pero sólo fue eso.
Sendero nunca controló la organización. Los militares [sin embargo] nos
presionaban para que les entregáramos la lista de madres y nosotras
teníamos que acompañarlos de casa en casa para que conozcan a las
madres que eran socias y también a las presidentas, en general. Si
nosotras entregábamos la relación que nos pedían los militares, no

74
sabíamos si allí estaba infiltrado Sendero, porque conocíamos a las socias
pero no su tendencia política. Además las otras madres nos llamaban
“soplonas”. Si no entregábamos esa lista, los militares nos decían que
estábamos protegiendo a esa gente. Entonces estábamos en un dilema.
Los militares, por un lado, y Sendero, por el otro. Tuvimos que conseguir el
apoyo de un abogado para presentar una acción de amparo por el
acoso que nos hacían lo militares. Sendero, en cambio, continuo con el
acoso. Cuando la señora María Elena Moyano llamó a una marcha por
la paz, yo tuve una asamblea con los Clubes de Madres. Previamente,
una compañera dirigente -Isabel Clavijo- se había comprometido a unir
esfuerzos con Villa el Salvador en esa marcha... Yo no tenía conocimiento
de eso. Fui a la asamblea y Sendero amenazó que rodarían las ‘cabezas’
de las dirigentes si íbamos a esa marcha… Ellos siempre nos acosaban
hasta que, poco a poco, se fueron alejando” (E, 8).

No cabe duda que el acoso de Sendero y de los militares hizo


mucho daño a las organizaciones de mujeres. No obstante, fueron las
dirigentes las que acusaron el mayor desgaste. Como se sabe, Sendero
hizo de la difamación una de sus armas preferidas. En ese sentido, se
empecinó en destruir la imagen de las dirigentes que no simpatizaban
con su proyecto político. Las acusaba de haber cometido una serie de
actos dolosos que no siempre eran verdaderos. El objetivo era debilitarlas
para poner en su lugar a gente que simpatizaba con su postura política.
Los militares, por otro lado, acusaban a las dirigentes de ser cómplices de
la subversión, por el sólo hecho de que éstas se negaban a colaborar con
ellos. Algunas dirigentes jóvenes incluso llegaron a ser cooptadas por los
militares. De uno y otro lado, entonces, se sembró la duda acerca de la
probidad de la conducta de las dirigentes -sobre todo de las más
antiguas- y, de ese modo, se produjo un desgaste de su imagen frente a
las bases. Cuando la subversión es derrotada, las organizaciones de
mujeres ya se encontraban bastante debilitadas. Lo que hizo el régimen

75
de Fujimori, en su segundo periodo, fue azuzar los conflictos internos al
interior de estas organizaciones para dividirlas y controlarlas. El objetivo
estuvo puesto, sobre todo, en los Clubes de Madres y Comedores
Autogestionarios. Los funcionarios del PRONAA fueron los encargados de
realizar esta tarea. Estos funcionarios aprovecharon el descontento que
existía en las dirigentes más jóvenes para ponerlas en contra de las
antiguas, con el evidente propósito de dividir a la organización y ponerla
al servicio de la reelección de Fujimori. Esto ocurrió, más o menos, a partir
de 1,997. La señora Carhuancho, indagada en torno a este asunto,
describió de la siguiente manera el accionar de la gente del PRONAA:

“Al comienzo, la gente de PRONAA -que eran fujimoristas- nos dirigía la


palabra, nos respetaban en algo como organización. Había cierta
coordinación con ellos en el primer periodo de Fujimori. Posteriormente
ellos vieron que no nos dejábamos manipular y que nos quejábamos de
las cocinas obsoletas que teníamos. Nosotros les hicimos saber que no
teníamos porqué politizarnos y que nuestra función como organización
era defender el interés de las beneficiarias y no del gobierno. Muy
hábilmente el PRONAA formó los centros de acopio, para así quitarnos
autoridad a la dirigencia. Primero comenzó a cambiar a las Juntas
Directivas de los clubes de madres. Las presidentas antiguas jamás se
dejaron manipular. Las nuevas presidentas, en cambio, desconocían los
objetivos de la Asociación de Clubes de Madres y, por eso, fueron
captadas por la gente del gobierno. Ellos lograron poner a su gente de
confianza en las directivas de los clubes de madres. En ese momento fue
que nuestra gente comenzó a desertar de la asociación. Los centros de
acopio formaron una Junta Directiva que hizo un paralelismo a las
organizaciones de mujeres (Asociación de Clubes de Madres y Central
de Comedores). La idea era desaparecernos. Nos desconocieron como
dirigentes y se negaban a recibirnos. Incluso, empezaron a intimidarnos,
a irse contra nosotras cuando hacíamos nuestras marchas. Esto era obra

76
del SIN. En el SUTEP hicieron una huelga y yo participé (porque trabajo en
el magisterio). No tenía nada que ver con mi labor como dirigente de mi
club de madres; sin embargo, ese día se paralizó todo en mi comedor...
A mí me hicieron hasta un seguimiento. Auditoria llegaba desde muy
temprano y se quedaba hasta muy tarde para tratar de encontrarme
algo. Así ha sido… Para debilitar a nuestras organizaciones han tenido
que pasar 10 años… Pero lo más importante es que nos debilitaron; pero
no nos desaparecieron… Actualmente, con la vuelta de la democracia,
los clubes de madres y los comedores estamos en un proceso de
recuperación…” (E, 8).

El PRONAA formó un total de cuatro Centros de Acopio en


Huaycán, que funcionaron en las zonas “A”, “G”, “O” y en la Av. José
Carlos Mariátegui. Desde estos Centros de Acopio se monitoreo el control
de los Clubes de Madres y Comedores Autogestionarios. La estrategia fue
muy simple. Primero se hostilizaba -y hasta se desconocía- a las dirigentes
que no simpatizaban con el régimen. Paralelamente, se ejercía presión
sobre las bases, suspendiendo los suministros de víveres y generando la
sensación de aislamiento entre sus miembros. El objetivo era generar
descontento en las bases con respecto a la permanencia en el cargo de
las dirigentes a las que se quería remover. Una vez logrado este objetivo,
se buscaba reemplazar a las antiguas dirigentes por dirigentes más
jóvenes, que previamente habían sido cooptadas por los funcionarios del
régimen y que, por tanto, gozaban de su plena confianza. Esta estrategia
dio buenos resultados, pese a que la ayuda social del gobierno no
significó -bajo ninguna circunstancia- un aporte mayor al 20% en el
presupuesto mensual de los Clubes de Madres y Comedores
Autogestionarios. En su mayor parte, estas organizaciones
autofinanciaban el servicio que brindan, como lo siguen haciendo hasta
el día de hoy. No obstante, el régimen de Fujimori logró su objetivo de

77
dividirlas y controlarlas, a pesar de que no todos lo Clubes de Madres y
Comedores Populares se pusieron de su lado.

Algunas cifras ilustran bien el control que el PRONAA ejerció sobre


las organizaciones de mujeres de Huaycán. De las 105 bases con que
contaba la Asociación de Clubes de Madres antes de 1,997, sólo 50
permanecieron activas en el 2,000. La mayor parte de los clubes
desertaron de la organización y se adscribieron a la red del PRONAA. En
el 2,001, luego de la caída del régimen, el número de bases activas se
incrementó a 85, permaneciendo aún 20 desvinculadas de la
organización. La tendencia, sin embargo, apunta a que se recomponga
la unidad de los Clubes de Madres en torno a la organización que los
representa a nivel de Huaycán. En el caso de los Comedores
Autogestionarios, la situación es diferente. De los 73 comedores que
actualmente existen en Huaycán, 40 fueron creados por el PRONAA. Sólo
26 pertenecen a la antigua Central de Comedores Autogestionarios de
Huaycán y Horacio Zevallos, es decir, una minoría. Los siete comedores
restantes dependen de la Iglesia Católica. La mayoría de los comedores,
como se puede apreciar, son “independientes”. Las socias que los
crearon provienen, en su mayor parte, de los Clubes de Madres y
Comedores más antiguos, de los que previamente se desvincularon. En
términos generales, el número de socias de estas organizaciones ha
disminuido en los últimos años. Antes, los Clubes de Madres y Comedores
Autogestionarios tenían entre 30 y 35 socias, en promedio. Actualmente,
su número de miembros oscila entre 15 y 20 socias por organización. A
primera vista diera la impresión de que ha disminuido el nivel de
participación. Y, en parte, ha sido así. Algunas mujeres han optado por
desvincularse de estas organizaciones, sin que ello les impida acceder a
sus servicios en calidad de beneficiarias. La mayoría, sin embargo,
optaron por crear nuevos comedores “independientes”, contando con

78
el aval del PRONAA. Estos comedores crearon una Junta Directiva que
hizo paralelismo a la Asociación de Clubes de Madres y a la Central de
Comedores, arrogándose la representación de las bases de estas
organizaciones. Esta es la forma como finalmente el régimen de Fujimori
ejerció su control sobre los Clubes de Madres y Comedores
Autogestionarios, poniéndolos al servicio de su afán reeleccionista.

En el caso de los Comités del Vaso de Leche, la situación se manejó


de un modo distinto. En 1,996, el régimen de Fujimori distritalizó el
Programa del Vaso de Leche. La idea fue quitarle la administración del
programa a la Municipalidad de Lima Metropolitana -que se encontraba
fuera del control del gobierno- para entregársela a las municipalidades
distritales. Una buena parte de estos municipios tenían como alcaldes en
esa época a gente ligada a la alianza “Cambio ’90 / Nueva Mayoría”.
Ese fue el caso del distrito de Ate - Vitarte, cuyo alcalde era el Sr. Enrique
Pajuelo, de las filas del partido de gobierno. El alcalde Pajuelo no dudó
en cooptar a las principales dirigentes de los Comités del Vaso de Leche
para respaldar las acciones del gobierno. A diferencia de lo que sucedió
con los Clubes de Madres y Comedores Populares, aquí fueron
cooptadas tanto las dirigentes antiguas como las más jóvenes. Esto no
quiere decir que en los Comités del Vaso de Leche no exista el conflicto
entre antiguas y nuevas dirigentes. Lo que ocurre es que el apoyo al
partido de gobierno le permitió a las dirigentes más antiguas mantener su
posición al interior de la organización. Cuando Oscar Benavides, de las
filas de “Somos Perú”, asume la alcaldía del distrito, muchas de las
dirigentes que anteriormente apoyaron a Pajuelo pasan a colaborar con
él. Con el actual alcalde disminuyó la manipulación de los Comités del
Vaso de Leche; pero se mantuvo -y se mantiene aún- las condiciones que
lo hicieron posible.

79
Los Comités del Vaso de Leche son -entre todas las organizaciones
de mujeres- los que cuentan con el mayor número de socias; pero
también son las menos activas. La mayoría de las socias no asiste a las
reuniones a no ser que sea coaccionada. La coacción ejercida sobre las
socias por las dirigentes centrales, zonales y de base viene a ser un
mecanismo de movilización en este tipo de organización. La razón es muy
sencilla. Las socias no tienen control sobre el recurso, esto es, los lácteos
que se consumen. El 100% del recurso -que es provisto por el Estado- es
controlado por las dirigentes. Esto les otorga un poder excesivo, en
particular, a las coordinadoras centrales y zonales, que presionan a las
bases en función de sus intereses. A nivel de las bases las dirigentes rotan
con cierta frecuencia. En las coordinadoras zonales y en la central, por el
contrario, la rotación de las dirigentes suele ser más lenta. Las mismas
dirigentes permanecen por años en los cargos y son muy pocas las
dirigentes de base que acceden a ocupar cargos en un nivel más alto.
Este divorcio entre dirigentes y bases hace que éstas, por lo general, no
respondan de manera voluntaria a las convocatorias de las primeras. Las
dirigentes, por su parte, no se hacen problemas. Saben que mientras
mantengan el control del recurso pueden controlar a las bases como
mejor les parezca. Muchas veces las socias de los Comités del Vaso de
Leche se movilizan sin tener conocimiento del motivo que les induce a
hacerlo. Lo hacen sólo para no tener que pagar multas o para que no le
corten el acceso al recurso. Una socia de un Comités del Vaso de Leche
nos manifestó su malestar con respecto al uso que se ha dado a esta
organización por parte de las autoridades locales y de las propias
dirigentes, en los siguientes términos:

“Las organizaciones de mujeres hemos sido manipuladas en el gobierno


pasado. Y eso también se ha dado en el Vaso de Leche. Antes estaba el
alcalde Pajuelo y muchas veces las coordinadoras del Vaso de Leche se
prestaban para determinados fines políticos. Si las mujeres no iban a las

80
reuniones o mítines se hacían acreedoras a multas o castigos. Incluso
hasta les quitaban la leche, siendo los niños los que más se perjudicaban.
Ahora también hay dirigentes que tienen mucho acercamiento con la
municipalidad y olvidan que la organización es netamente autónoma. Si
las mamás se dejan manipular por las dirigentes, por el municipio o por el
gobierno, nunca van a poder ser autónomas. El municipio no presiona al
Vaso de Leche. Las que presionan son las dirigentes que son vitalicias y
que saben cómo manipular y utilizar a las madres. Las madres estamos
obligadas a ir a las reuniones. Si no vamos, nos ponen multas y nos quitan
la leche. Si hablamos más de la cuenta también nos marginan. No les
gusta que reclamemos. Yo soy simple socia del Vaso de Leche y veo que
las dirigentes y coordinadoras de la zona se comportan así con nosotras.
Quieren que asista a las reuniones la misma coordinadora del Vaso de
Leche. No permiten que una socia la represente. Si la coordinadora no
va, nos cortan la leche o nos ponen multa. Yo pienso que el dirigente
tiene que tener capacidad para convocar a la gente sin necesidad de
poner multas. Las mamás van presionadas a las marchas para no pagar
la multa; pero desconocen cuál es el fin de la marcha. Las madres deben
saber que las marchas sirven para reclamar algo. Nos falta más
capacitación y saber para que sirven las movilizaciones” (Beatriz, EG, 5).

Como se puede apreciar, existe un malestar en las bases con


respecto al rol que vienen desempeñando las dirigentes. Ello no es
obstáculo, sin embargo, para que éstas se sigan desempeñando en el
cargo. Para ello se valen no sólo del control que tienen sobre el recurso
sino también de su capacidad de intermediación con respecto a distintos
agentes externos. Esto último es común a las dirigentes de todas las
organizaciones de mujeres (Clubes de madres, Comedores
Autogestionarios y Comités del vaso de Leche). Una dirigente de base,
nos manifestó lo siguiente al respecto:

81
“Hay mucha marginación entre las mujeres. Se supone que la asamblea
de coordinadoras o de presidentas de comedores tiene la facultad de
elegir una nueva coordinadora zonal; pero, al final, las antiguas dirigentes
permanecen en el cargo porque se amparan en el poder que tienen y
en su capacidad de intermediación. Por eso nunca dejan el cargo.
Muchas de las mujeres que son coordinadoras y a la vez son madres
solteras o beneficiarias, las autorizan para permanecer en el cargo
porque ellas no se sienten capaces de ejercerlo. Es un chantaje que
hacen. Por eso que existe tanta dirigente vitalicia” (Cristina, EG, 6).

Actualmente, las organizaciones de mujeres gozan de mayor


autonomía; pero ello no quiere decir que se encuentren fortalecidas. Los
problemas internos que hicieron posible su manipulación y debilitamiento
aún subsisten y no tienen visos de solución. En efecto, los conflictos entre
antiguas y nuevas dirigentes aún se mantienen. Un buen ejemplo de ello
viene a ser lo acontecido con el Frente de Mujeres de Huaycán. Esta
organización se creo en 1,998 por iniciativa del CEC de la CUAH. Su
objetivo no era el logro de un beneficio material, como la leche o la
comida; por el contrario, lo que se buscaba era que las mujeres de las
distintas OSBs de Huaycán conozcan sus derechos y deberes para que
no se dejen manipular por nadie ni dentro ni fuera de la organización.
Inicialmente, el Frente de Mujeres logró aglutinar a dirigentes de distintas
generaciones de los Clubes de Madres, Comedores Autogestionarios y
Comités del Vaso de Leche. Alrededor de 200 lideresas respondieron a la
convocatoria del CEC y fueron ellas las que dieron cuerpo al Frente de
Mujeres. Una de las principales metas que se trazó esta organización fue
la creación de una Casa de la Mujer en Huaycán, orientada a capacitar
a las mujeres y a atender los problemas de violencia familiar, embarazo
adolescente, etc., que afectan a las mujeres y que tienen una alta
incidencia en la comunidad. Los problemas, sin embargo, no tardaron en
surgir. Primero fue el CEC, que intentó ejercer su control sobre la

82
organización, a través de la Secretaría de Promoción de la Mujer. Las
integrantes del Frente de Mujeres entonces tuvieron que cerrar filas en
torno a la defensa de la autonomía de la organización. Este es un
problema aún irresuelto y que ha causado más de un problema a la
organización, sobre todo en lo respecta a la obtención de
financiamiento para los proyectos que se piensa realizar. El mayor
problema, no obstante, tiene que ver con los conflictos internos entre las
antiguas y nuevas dirigentes. Esto ha hecho que una gran parte de las
integrantes del Frente de Mujeres finalmente deserten de la organización.
Hasta el momento esta organización ha realizado tres congresos; pero la
concurrencia cada vez ha sido menor. En la actualidad, el Frente de
Mujeres sólo cuenta con 40 socias activas, sobre un total de 200 con las
que inicialmente se fundó.

A los conflictos internos que afectan a las organizaciones de


mujeres, cabe agregar la secuela que ha dejado el maltrato del régimen
dictatorial de Fujimori. Como nos dijo una madre: “Fujimori nos hizo mucho
daño porque malacostumbró a las mujeres: nos enseñó a estirar la mano
para no valernos ni desarrollarnos por nosotras mismas. Las madres más
jóvenes ya no quieren participar porque piensan que otros tienen la
obligación de ayudarlas. No se interesan por ellas mismas, por querer salir
adelante… Todo lo quieren fácil” (Miguela, EG, 5). Existe efectivamente
una baja participación de las madres más jóvenes en las organizaciones
de mujeres. El promedio de edad en estas organizaciones, como ya se
dijo, es de 35 años y su número de integrantes tiende a decrecer. Este
problema, en parte, tiene que ver con lo señalado más arriba. En efecto,
hay muchas mujeres que no les interesa participar en las organizaciones
de apoyo alimentario porque consideran que haciéndolo o no igual se
van a beneficiar de ellas. Es más, no son pocas las que creen que el
Estado o las organizaciones de mujeres tienen la obligación de apoyarlas

83
por el sólo hecho de ser pobres y de tener hijos que alimentar. Pero existe
también un porcentaje importante de mujeres -sobre todo jóvenes- que
no participan sencillamente porque no confían en las dirigentes de las
organizaciones. La indiferencia, sumada a la desconfianza, constituyen
los dos principales obstáculos que actualmente tienen que vencer las
organizaciones de mujeres en Huaycán. Es evidente, sin embargo, que
estas organizaciones aún no han terminado su ciclo y que todavía tienen
muchas tareas que realizar, ya no sólo en el campo de la alimentación,
sino también en otros ámbitos como el del empleo, la violencia familiar,
etc. En otras palabras, las organizaciones de mujeres de Huaycán tienen
que ponerse a tono con lo que vienen realizando sus pares en otros
lugares, en donde cumplen un rol activo en la defensa de los derechos
de la mujer, la lucha contra la violencia familiar, la generación de
empleo, etc., por sólo mencionar a las actividades más importantes.

84
Capítulo 4

LAS ORGANIZACIONES JUVENILES DE


HUAYCÁN

85
Actualmente existen en Huaycán un total de nueve organizaciones
juveniles que agrupan a 389 jóvenes de distintas edades, a los que cabe
agregar alrededor de 200 jóvenes que participan de los grupos juveniles
parroquiales. Lo jóvenes organizados de Huaycán entonces suman 589
personas; lo que constituye el 2.9% de la población entre 15 y 25 años.
Como se puede apreciar, el número de jóvenes que participa de una
organización propia de su edad es bastante pequeño; no obstante que
este segmento poblacional, junto con los niños y adolescentes, es
mayoritario en la comunidad. En Huaycán no existe una tradición
organizativa de los jóvenes. Las organizaciones juveniles que existen -
salvo el caso de Illariq (que es más una agrupación de tipo cultural)-, en
promedio, no tienen más de tres años. En algunos casos, estas
agrupaciones surgen patrocinadas por alguna ONG, como es el caso de
los “Jóvenes Ecologistas”, que cuentan con el respaldo de ADELH. En
otros casos, se crean a raíz del Congreso Juvenil organizado por el CEC
de la CUAH, en diciembre de 1,999, el mismo que contó con el apoyo de
ADEC - ATC. Este es el caso de “Despertar Juvenil” y “Alternativa Juvenil”,
organizaciones que inicialmente agruparon a jóvenes que participaron
en ese congreso. La mayoría de las organizaciones juveniles, sin embargo,
se han creado por iniciativa propia de sus integrantes, motivados por la
necesidad de contar con un espacio adecuado en donde puedan
compartir sus problemas con sus pares y expresarse de manera
autónoma.

86
Los jóvenes organizados de Huaycán, al igual que los no
organizados, comparten el mismo sentimiento de exclusión con respecto
a los adultos. Sienten que tanto en la familia como en la comunidad no
se les toma en cuenta. En la familia perciben que hay una falta de
comunicación entre padres e hijos que se expresa en los altos índices de
violencia domestica, la violencia juvenil, el embarazo adolescente, etc.
Lo mismo sucede en la comunidad. Los jóvenes sienten que se los
margina en las distintas instancias de la organización comunal. Como nos
dijo uno de ellos: “los adultos piensan que no tenemos ideas, que sólo
somos un problema, que sólo estamos para hacer vida social y pasar el
tiempo… No se les ha ocurrido pensar que nosotros también queremos
hacer algo por nuestra comunidad, que queremos participar para hacer
que las cosas cambien en beneficio de todos y, en particular, de los
jóvenes… Hay mucho prejuicio con respecto a los jóvenes. Por eso nos
marginan” (Pablo, EG, 3). Este sentimiento de exclusión parece ser
generalizado en los jóvenes de Huaycán, independientemente de que se
encuentren organizados o no. Esto no quiere decir que los cursos de
acción de los jóvenes sean los mismos. Al contrario, como seguidamente
veremos, existen distintas maneras como los jóvenes expresan su malestar
con respecto al trato que reciben de las generaciones mayores.

En realidad, Huaycán siempre ha sido una comunidad compuesta


por una población mayoritariamente joven. Lo fue desde el principio. La
organización comunal, en sus inicios, estuvo compuesta también por
gente joven. Se trataba de jóvenes padres de familia, de las
generaciones de los ’70 y ’80, que contaban con hijos pequeños, que se
harían jóvenes más tarde, en la década de los ’90. El problema es que, a
medida que fue pasando el tiempo, la antigua dirigencia de la

87
comunidad fue envejeciendo sin que se genere, por otro lado, la
oportunidad de un recambio generacional al interior de la misma. Todo
lo contrario, los dirigentes impidieron de un modo sistemático la
participación de los jóvenes en la organización comunal. Se generó así
una situación problemática en la que la mayor parte de la población -
compuesta por jóvenes, adolescentes y niños- carece de espacios de
participación que le permitan expresarse de manera autónoma. Existe
pues un conflicto generacional en Huaycán que puede expresarse en los
siguientes términos: por un lado, está la población adulta -incluyendo a
la dirigencia comunal- que tiene una percepción equivocada de los
jóvenes y que subestima su capacidad para convertirse en agentes de
cambio. Por el otro lado, están los jóvenes, que se sienten marginados de
la vida pública y privada y que expresan su malestar de distintas maneras.

La gran mayoría de los jóvenes prefiere el aislamiento y asumen una


actitud de desconfianza generalizada que los lleva a abstenerse de
participar en cualquier tipo de organización, incluyendo aquellas que se
han formado por iniciativa de sus pares. Sería apresurado decir que el
accionar de estos jóvenes obedece a lógicas individuales que buscan
sacarle provecho a contactos personales que mantienen dentro y fuera
de la comunidad; pues ocurre que la baja autoestima, la falta de
motivación, el retraimiento, la indiferencia, etc., son rasgos característicos
de este grupo de jóvenes y, por lo mismo, tienen muchas dificultades
para relacionarse con los demás. Este es el motivo que los lleva a optar
por el aislamiento. Un porcentaje minoritario de jóvenes, por otro lado,
expresa su malestar a través de una serie de conductas de riesgo social
(pandillas, drogadicción, embarazo adolescente, etc) que afectan la
tranquilidad de la población. Como ya se ha mencionado en el Capítulo
1, los jóvenes y adolescentes de Huaycán involucrados en pandillas
juveniles no superan el 2% de la población entre 12 y 24 años. Su accionar,

88
sin embargo, tiende a ser magnificado por la población adulta (y, en
algunos casos, por los propios jóvenes), que percibe este tipo de
comportamiento como característico de la mayoría de los jóvenes de
Huaycán. Finalmente están los jóvenes organizados, que también
constituyen una minoría, pero que -a diferencia de los anteriores- asumen
una actitud crítica con respecto al comportamiento de los adultos y
apuntan a generar un cambio en la situación de los jóvenes. Son estos
jóvenes los que, a través de sus discursos, no tienen reparos en expresar
su desconfianza hacia la dirigencia de la comunidad. Esta desconfianza,
en realidad, constituye un sentimiento generacional que es compartido
por la mayoría de jóvenes de Huaycán. Los siguientes testimonios son
bastante esclarecedores a este respecto:

“Los dirigentes ya no inspiran confianza en los jóvenes. Cuando está por


culminar su periodo, siempre vienen a pedir nuestro apoyo para
reelegirse. Nos invitan a sus reuniones y ofrecen muchas cosas que
después se olvidan y no cumplen. Yo creo que la desconfianza en los
dirigentes comienza cuando uno se pregunta porqué ellos quieren
quedarse eternamente en los cargos... A los jóvenes, en cambio, nos
ponen una serie de obstáculos. El requisito que le ponen al joven que
quiere desempeñar un cargo en el CEC es que primero tiene que ser
presidente de su UCV, después presidente de su zona y así… hasta llegar
a lo más alto. Cuando llegue ese momento, ya seremos ancianos... En
ese sentido, estamos limitados. No contamos con un espacio en el cual
participar. Si a los jóvenes nos dieran la oportunidad de desempeñar un
cargo dirigencial, estoy seguro que lo haríamos con mucha
responsabilidad y empeño. Pero a los dirigentes no les interesa. No nos
toman mucho en cuenta porque piensan que los vamos a desplazar en
sus puestos. Por otro lado, piensan también que somos incapaces… La
desconfianza es recíproca. Ellos tampoco confían en nosotros” (Richard,
EG, 4).

89
“Yo conozco a muchos dirigentes que tienen más de 10 años en el cargo.
Algunos están desde que se formó Huaycán. Cuando un joven acude a
alguna asamblea o congreso poblacional, algunos de ellos aplauden, les
alegra que haya gente joven… Pero la mayoría no aplaude,
diplomáticamente saludan al joven, murmuran entre ellos y sienten un
poco de temor de sentirse desplazados. También hay aquellos que se
comportan de una manera hostil. Nos ‘pifian’, intentan callarnos cuando
hablamos, se burlan de nosotros… Los jóvenes aportan nuevos
pensamientos, nuevas ideas, nuevas soluciones, nuevas formas de dirigir
y de organizar… Los dirigentes, en cambio, viven de otra realidad. Ellos se
han quedado ‘dormidos’ en pensamientos antiguos que no son menos
importantes, porque se trata de experiencias, pero que ya no se
aplican… Como se dice, se han quedado rezagados en el tiempo. En la
actualidad, no existe una nueva ideología ni pensamientos innovadores.
Es necesario que haya una nueva generación de pensamientos y los
jóvenes podemos aportar en ese aspecto” (Jesús, EG, 3).

Los jóvenes constituyen naturalmente un grupo de interés con


agenda propia, cuyos problemas no están siendo atendidos en la
comunidad. Entre estos problemas cabe mencionar, además de la
exclusión de la que son objeto en la organización comunal y de la
desconfianza recíproca que se mantiene con la dirigencia, los problemas
derivados de la situación de pobreza en la que se encuentran inmersos
la mayoría de ellos. Nos referimos obviamente a los bajos niveles
educativos y a las altas tasas de desempleo y subempleo; pero también
a los problemas de violencia doméstica, desestructuración familiar,
pandillaje juvenil, drogadicción, embarazo adolescente, etc., que de
una u otra manera afectan a la mayor parte de los jóvenes de Huaycán.
Todos esto problemas están entrelazados. El abandono de la escuela y el

90
desempleo juvenil guardan estrecha relación con el pandillaje y el
consumo de estupefacientes, tal como lo manifiestan los propios jóvenes:

“En mi UCV somos alrededor de veinte jóvenes, de los cuales diecisiete


no trabajan ni estudian, dos trabajan y uno estudia. Los diecisiete que no
trabajan ni estudian están metidos en las pandillas y en la drogadicción.
Yo vivo en la zona ‘A’, que está en la parte baja, que se supone es la más
desarrollada de Huaycán. En las zonas altas, la situación de los jóvenes es
más grave aún…” (Richard, EG, 4).

“La problemática de Huaycán para nosotros está centrada en los


jóvenes. Hay mucho pandillaje, drogadicción, familias desintegradas,
etc. Como los jóvenes no encuentran trabajo y la comunicación con los
padres no es buena, entonces se meten a las pandillas. Ahí toman,
fuman, practican el libertinaje… y se embarazan. Luego van a las
discotecas y arman peleas con las pandillas rivales. No se preocupan por
su desarrollo personal, que es lo principal. La problemática juvenil cada
vez está más fuerte en Huaycán principalmente porque no hay apoyo
para los jóvenes” (Indira, EG, 3).

No cabe duda de que estos problemas tienen prioridad entre los


jóvenes que participan en las organizaciones juveniles. La necesidad de
encontrarles solución es precisamente lo que los lleva a organizarse. Una
de las jóvenes entrevistada declaró que lo que la motivaba era “el
cansancio de ver la misma situación siempre…”. “Nadie hace nada por
los jóvenes de Huaycán -nos dijo-, por eso nosotros queremos hacer algo”
(Shirley, EG, 4). Sus compañeros manifestaron su acuerdo con este punto
de vista. Estos jóvenes son conscientes de que organizadamente pueden
aportar mucho más a su comunidad que individualmente.
Lamentablemente, son muy pocos los jóvenes de Huaycán que piensan

91
así. La mayoría, como lo reconocen sus pares organizados, esperan que
haya un incentivo material para participar. De lo contrario, no lo hacen y
prefieren mantenerse al margen de cualquier tipo de organización. Los
jóvenes organizados, por el contrario, arguyen que el beneficio no
necesariamente tiene que ser material. Ellos consideran que el estar
organizados les ha permitido obtener una “ganancia” en lo que
concierne a su desarrollo personal. El siguiente testimonio ilustra con
bastante claridad lo que acabamos de señalar:

“Una vez traté de invitar a un amigo para que ingresara a nuestra


agrupación y lo primero que me preguntó fue: ‘¿qué gano con ir?’, ‘¿me
pagan?’… Yo le respondí que podía ayudar a su comunidad y compartir
una serie de experiencias con otros jóvenes. Nunca vino. Los chicos
mayormente esperan que haya alguna ganancia económica para
participar. Yo pienso que la ganancia no necesariamente tiene que ser
material… Es verdad uno invierte su tiempo y, a veces, incluso pone de su
dinero; pero, a cambio, aprendes a expresarte, a no tener miedo.
Fortaleces tu autoestima. Me parece que esto también es una forma de
ganancia: desarrollar nuestra personalidad. El interés económico no lo es
todo. Desgraciadamente, la mayoría de los jóvenes no lo ven así”
(Marcos, EG, 4).

Estos jóvenes, por otro lado, conciben la organización como un


medio para obtener distintos tipos de beneficios -incluyendo beneficios
materiales- más que como un fin en sí mismo. En su opinión, la acción
colectiva u organizada no necesariamente tiene que oponerse a la
iniciativa individual. Al contrario, tiene que saber encausarla. Lo
importante es que los jóvenes tengan la oportunidad al interior de la
organización de expresar sus ideas y, en caso de reunir el consenso de
sus pares, de llevarlas a la práctica. Uno de los jóvenes nos manifestó lo
siguiente al respecto:

92
“Nosotros somos concientes de que a través de la organización podemos
dar mucho más de lo que damos individualmente. Si una persona va a
protestar por algo al Congreso, no le hacen caso; pero si acude una
organización entera, entonces sí. Ahí la cosa cambia. Organizados
podemos descubrir lo que queremos para nuestra comunidad y captar a
más jóvenes, porque sabemos que muchos de ellos tienen buenas ideas
para su comunidad. Esas ideas, desgraciadamente, no se pueden
materializar porque no existen -o son muy pocos- los espacios que brindan
la oportunidad a los jóvenes para que expongan sus ideas. Si el joven está
sólo, no va a poder cristalizar sus sueños. Organizados, en cambio, si
podemos hacerlo. Nuestra organización brinda al joven -entre otras
cosas- la oportunidad de opinar y plasmar sus ideas, para bien de la
comunidad” (Manuel, EG, 4).

Las organizaciones juveniles, de acuerdo con este testimonio, no


sólo favorecen el desarrollo personal de sus miembros, sino que además
les brindan la oportunidad de poner en práctica sus proyectos en
beneficio propio y de la comunidad en su conjunto. Ahora bien, el gran
problema que tienen que afrontar este tipo de organizaciones es el bajo
nivel de participación de los jóvenes. Sus miembros se quejan de que
difícilmente son escuchados por sus pares al interior de la comunidad. En
su opinión, los jóvenes de Huaycán están sumidos en un “vacío
existencial” que -sumado a la ausencia de un incentivo económico y a
la desconfianza que reina en la mayoría de ellos- explicaría su poco
interés en participar en este tipo de organizaciones. Una joven expresó
esta opinión en los siguientes términos:

“Yo he notado que existe un vacío existencial en muchos jóvenes. Al no


saber para qué vives, no haces nada y te dedicas a perder el tiempo...
Cuando te organizas, en cambio, le encuentras sentido a tu vida. Sabes

93
hacia dónde vas. Yo conozco a muchos jóvenes que no saben qué hacer
con sus vidas, se dejan llevar por el placer y, después de eso, sienten una
gran frustración. En nuestra organización queremos desarrollar nuestros
propios ideales. Buscamos que todos los jóvenes puedan ser líderes
potenciales, con conocimientos y valores para que puedan llegar a otros
jóvenes. Buscamos mejorar nosotros como personas y hacer mejores a los
demás. Cuando estamos organizados hay más confianza y amistad entre
hermanos. Cuando no hay organización, en cambio, hay mucha
desconfianza… Muchos jóvenes piensan que se pierde el tiempo
organizándose, porque no reciben nada a cambio … y es aburrido. Otros
piensan que la organización esta relacionado con la política y, por eso,
prefieren seguir en sus fiestas… Hay una gran desmotivación en los
jóvenes. Por eso es que no quieren participar” (Ybette, EG, 3).

En realidad, las organizaciones juveniles de Huaycán padecen de


una ambigüedad discursiva que hace que se las perciba ancladas al
viejo paradigma participativo que privilegia un “interés común”, cada
vez más abstracto, que resulta poco atractivo para la mayoría de los
jóvenes. Éstos, por el contrario, se inclinan más hacia la obtención de
bienes semipúblicos (educación, oportunidades de empleo, etc.) y
privados, que apunten a satisfacer sus necesidades concretas. El discurso
de las organizaciones juveniles no trasmite claridad a este respecto. Sus
integrantes insisten en hablar de un “interés común” más allá de que, por
otro lado, también hablen de la necesidad de obtener beneficios
individuales para los jóvenes. Esta ambigüedad discursiva genera dudas
en los jóvenes respecto a las reales intenciones de los miembros de estas
organizaciones. No son pocos los que, en efecto, consideran que en estas
organizaciones existe una intencionalidad política y prefieren abstenerse
de participar en ellas. Hay incluso quienes piensan que estos jóvenes son
manipulados por los dirigentes de la comunidad y que lo único que
buscan es protagonismo personal para luego lanzarse a la arena política.

94
La desconfianza de los jóvenes, como se puede apreciar, también
alcanza a sus pares. Es probable que un cambio en el discurso de las
organizaciones juveniles, que apunte a corregir la ambigüedad
señalada, poniéndolo a tono con las expectativas de los jóvenes, motive
una mayor participación de éstos en este tipo de organizaciones.

Por lo demás, la situación actual en la que se encuentran las


organizaciones juveniles de Huaycán no debería llamar la atención, pues
forma parte de su proceso de maduración. No se debe perder de vista el
hecho de que estas organizaciones, en promedio, no tienen más de tres
años y que surgen en medio de condiciones adversas que, en términos
generales, se caracteriza por un debilitamiento del capital social de la
comunidad. Este débil capital social se traduce en una desconfianza
generalizada que afecta principalmente a la población más joven. No
existe tampoco un referente organizativo en los jóvenes que no sea el de
la propia organización comunal. Es más, el Congreso Juvenil de 1,999 -a
partir del cual se formaron organizaciones como “Despertar Juvenil” y
“Alternativa Juvenil”- se realizó a partir de una iniciativa del CEC de la
CUAH. No debe extrañar, por tanto, la influencia del paradigma
participativo que encarna la CUAH en las organizaciones juveniles. Esta
influencia, de algún modo, es inevitable. Lo importante es que estas
organizaciones, a medida que se desarrollen, tienen que ir dejando de
lado esta influencia. De hecho, ya han evolucionado en esa dirección;
pero aún tienen que seguir avanzando. Sólo así podrán romper el muro
de la desconfianza y captar la atención mayoritaria de los jóvenes. El
entorno actual, por otro lado, las favorece. Es muy probable que, en los
próximos años, estas organizaciones se incrementen en Huaycán y
congreguen a un número cada vez mayor de jóvenes. Mas allá de las
limitaciones actuales, tienen todo el potencial para lograrlo.

95
Capítulo 5

ACTIVIDAD ECONÓMICA Y EMPLEO


EN HUAYCÁN

96
El desarrollo económico de Huaycán es bastante incipiente. La
mayor parte de la población es pobre y no son pocas las familias, sobre
todo en las zonas altas, que viven en una situación de extrema pobreza;
aunque no existe una cifra oficial a este respecto. La PEA de Huaycán,
de acuerdo con nuestros estimados, es de 43,250 personas. De este total,
11,960 son jóvenes que tienen entre 15 y 24 años; lo que equivale al 28%
de la PEA. El número de niños y adolescentes trabajadores (NATs), por otro
lado, es de 735 menores, es decir, el 1.7% de la PEA. Los niveles de
desempleo y subempleo son igualmente altos. El número de
subempleados, siempre de acuerdo con nuestras estimaciones, es de
18,219 personas (42.6% de la PEA); los desempleados, por su parte, llegan
a 3,738 personas (8.8%). Las tasas de desempleo y subempleo juvenil son
las más altas en relación con las distintas categorías de edad. El
desempleo llega a 14.6% en la población de 15 a 24 años, muy por
encima del promedio general. El subempleo, por su parte, se ubica en
49.6% en la misma categoría de edad. Cabe precisar, sin embargo, que
nuestros estimados acerca del desempleo y subempleo en Huaycán son
bastante conservadores, puesto que han sido obtenidos de manera
indirecta17. Es muy probable que un estudio más exhaustivo -que ha

17Las cifras sobre desempleo y subempleo han sido obtenidas, a falta de información
específica acerca de Huaycán, en base a la proyección de las mediciones oficiales del
Ministerio de Trabajo para Lima Metropolitana, que no distingue entre niveles
socioeconómicos. En una comunidad pobre, como es el caso de Huaycán, es muy
probable que los niveles de desempleo, y sobre todo el subempleo, sean mayores que

97
estado fuera del alcance del presente diagnóstico- arroje cifras más altas
en ambas categorías ocupacionales. Huaycán, por otro lado, sigue
manteniendo el perfil de “ciudad dormitorio”, tal como fuera calificada
desde un inicio por los propios pobladores, pese a la actividad
económica que se realiza en su interior. En efecto, el 81.8% de la PEA de
Huaycán (81.8%) labora o busca trabajo fuera de la comunidad. El 18.2%,
por el contrario, se queda a trabajar en Huaycán. En su mayor parte, la
gente que labora en la comunidad son jóvenes sin mayor experiencia o
personas con bajos niveles de calificación, que trabajan en condiciones
laborales bastante desventajosas. La mayor parte de la PEA, sobre todo
la que cuenta con mayor experiencia y calificación, sale de Huaycán en
busca de mejores oportunidades de empleo.

La mayor parte de la actividad económica que existe en Huaycán


tiene un carácter de sobrevivencia. En otras palabras, la economía de
este asentamiento humano opera dentro del circuito de la economía
informal. No existen empresas de mediano o gran tamaño que tengan
capacidad de dar empleo a una población mayor a las veinte personas.
Tampoco existen grandes establecimientos comerciales o cadenas de
tiendas. No se ha constatado, por ejemplo, la presencia de restaurantes
tipo “Norky’s” o “Roky’s”, cuyas redes se encuentran extendidas casi por

el promedio. Esta presunción se basa en las últimas estimaciones del INEI que señalan
que la población urbana, y en particular de la capital, fue la principal afectada por el
incremento de la pobreza en los últimos años. En efecto, en el caso de Lima
Metropolitana la pobreza aumentó del 25% en 1,997 al 39% en el 2,000. En el mismo
estudio se señala que la diferencia entre pobres y no pobres no es significativa en lo que
respecta al desempleo, siendo incluso ligeramente menor en los primeros (4% y 5%
respectivamente). La diferencia radica en el subempleo. El 79% de los pobres en las
zonas urbanas, de acuerdo con el INEI, realizan actividades informales que lindan con
el subempleo. Este fácilmente podría ser el caso de Huaycán. Véase: INEI. “Nuevas
estimaciones de la pobreza en el Perú, 1,997 - 2,000”. Lima - Perú, agosto del 2,001.

98
todo Lima, pese al mercado potencial que se tiene en la zona. La
presencia de la banca formal se restringe a una oficina de “Mibanco”
ubicada en la avenida J. C. Mariátegui. Aunque no existen cifras oficiales,
se sabe que un porcentaje importante de las familias de Huaycán
contrajeron deudas con el Banco de Materiales para la construcción de
sus viviendas que luego, debido a la crisis económica que ha golpeado
en los últimos años, no pudieron pagar. Buena parte de estas familias han
sido declaradas morosas y los datos del jefe de hogar se encuentran en
INFOCORP. La presencia de la diócesis de Chosica, conjuntamente con
el recientemente inaugurado Módulo Básico de Justicia del Poder
Judicial, pueden contribuir a dinamizar la economía de Huaycán y a
integrarla dentro del circuito formal; pero ello aún no viene ocurriendo.
En general, puede decirse que la actividad económica de Huaycán no
se encuentra integrada al sistema económico formal y se restringe, en su
mayor parte, a actividades de sobrevivencia que operan dentro del
circuito de la economía informal. Como tal, tienden a reproducir la
pobreza en la que viven la mayoría de las familias.

En el presente diagnóstico se ha podido detectar la presencia de


4,509 unidades económicas en Huaycán, sin contar los establecimientos
de salud y educación, públicos y privados, que también constituyen una
importante fuente de empleo. En su mayor parte, estas unidades
pertenecen al sector comercio (54.3%); le siguen, en el orden de mayor
a menor, el sector transporte (22.2%), la industria (11.8%) y el sector
agropecuario (11.7%). En su conjunto, todos estos sectores -incluyendo
salud y educación- generan un total de 9,580 puestos de trabajo. El sector
comercio es el que genera el mayor número de oportunidades de
empleo (44.8%); le siguen el transporte (15.9%); la educación (14.6%); las
PYMEs (9%); el sector agropecuario (5.5%); la construcción (2.6%); la salud
(2.4%); y otros (5.2%). El 31.7% de los puestos de trabajo disponible en

99
Huaycán se corresponde con un tipo de empleo adecuado; en tanto
que el 68.3% está asociado más bien a condiciones de subempleo. A lo
anterior, cabe agregar que el 17.7% de los empleos disponibles en
Huaycán son ocupados por personas que provienen de otros lugares; lo
que equivale a 1,700 puestos de trabajo. Por lo general, se trata de los
puestos de trabajo mejor remunerados, que requieren de mano de obra
calificada que es muy escasa en Huaycán. Los mayores demandantes
de personal calificado son los sectores de salud y educación (personal
médico, enfermeros, docentes, etc.); pero también se da el caso de
algunas PYMEs, sobre todo en el sector de calzado, que demandan
mano de obra calificada que no existe en la zona o que, en el mejor de
los casos, es bastante escasa. Sólo el 82.3% de los puestos de trabajo
disponibles en Huaycán son ocupados por pobladores de la zona. Esto
equivale a 7,880 empleos que, como ya ha sido mencionado,
representan el 18.2% de la PEA local. En su mayor parte se trata de
empleos mal remunerados que, además, se desarrollan en condiciones
laborales bastante desfavorables para el trabajador. Veamos, en lo que
sigue, cómo es que se desarrolla la actividad económica en cada uno
de los sectores mencionados.

1. Sector Agropecuario

En Huaycán existen 528 unidades agropecuarias, las cuales se


encuentran agrupadas en siete asociaciones de productores que operan
en las zonas aledañas de la Comunidad, sobre todo, en las faldas de los
cerros que rodean las quebradas altas. De estas asociaciones, la más
grande es la de “Los Israelitas”, integrada por 152 productores, que no
sólo se dedican a la actividad agropecuaria, sino que además realizan
trabajos de artesanía. Esta asociación, como su propio nombre lo indica,
está conformada en su totalidad por seguidores de la agrupación

100
religiosa “Los Israelitas del Nuevo Pacto Universal”. Sus miembros se
encuentren esparcidos en las partes altas de la zona “R”. Otras
agrupaciones de regular tamaño lo constituyen las asociaciones “12 de
agosto” y “Los Álamos”, que cuentan con 100 y 85 productores,
respectivamente. La primera opera en las partes altas de la zona “V”; la
segunda, por su parte, lo hace en las alturas de la zona “Z”. Las demás
asociaciones son más pequeñas. Están compuestas por no más de
sesenta productores.

En general, la actividad agropecuaria genera 528 puestos de


trabajo, que equivalen al 5.5% de la totalidad de puestos disponibles en
Huaycán. En rigor, se trata de familias que se dedican a la crianza de
ganado porcino y vacuno, así como de aves, en muy pequeñas
cantidades. En vista de que no existen en Huaycán un área agrícola para
el cultivo de pastos, los alimentos se tienen que traer de afuera, lo que
incrementa los costos de producción. Los ingresos que se obtienen por
esta actividad, en consecuencia, son bastante bajos y no son pocos los
casos, sobre todo en la crianza de aves, en los que sólo se realiza para el
autoconsumo. La condición de los productores agropecuarios, en su
totalidad, es la de subempleados. La mayor parte de ellos, debido a los
bajos ingresos que perciben, se ven en la necesidad de emplearse en
otras actividades (y no son pocos los productores en los que el trabajo
agropecuario ha pasado a ser una actividad secundaria); pero aun así
no logran obtener ingresos que les permita superar a sus familias la línea
de la pobreza. La actividad agropecuaria en Huaycán, por tanto, es de
subsistencia y tiende a reproducir la pobreza de las familias que se
dedican a ella, la misma que tiende a ser endémica.

101
2. Industria (PYMEs)

La actividad industrial en Huaycán se reduce a la labor que realizan


las Pequeñas y Microempresas productivas (PYMEs). Como ya ha sido
mencionado, en Huaycán no existe la mediana o la gran industria, por lo
mismo que carece de un área industrial, de acuerdo con la zonificación
establecida por la municipalidad de Ate - Vitarte. El Parque Industrial, por
otro lado, ha sido habilitado específicamente para las PYMEs, además de
que se trata de un área bastante pequeña y con muy pocas
posibilidades de crecimiento. En 1,995, la ONG ADELH realizó un censo de
las microempresas productivas de Huaycán y llegó a determinar la
existencia de 416 PYMEs, de las cuales 323 se encontraban operativas, 66
funcionaban eventualmente y 27 habían dejado de funcionar. La mayor
parte de las PYMEs se concentraban en las zonas A, B, C, E y G18. En el
presente diagnóstico -basándonos en la información proporcionada por
los representantes de los distintos gremios productivos y por algunos
informantes claves-, el número de PYMEs de Huaycán ha sido estimado
en 530. De este total, 289 (54.5%) se encontraban operativas en el
momento en que se hizo la indagación; y 241 (45.5%), por el contrario,
habían paralizado sus labores. Es decir, en seis años el número de PYMEs
operativas de Huaycán decreció en 10.5%; no obstante que la cantidad
de PYMEs, en general, se incrementó en 27.4%. Esta situación se explica
por la recesión económica que ha vivido el país en los últimos años; la
misma que ha golpeado de un modo particularmente duro a las PYMEs
de Huaycán.

No todas las PYMEs, por otro lado, se encuentran asociadas. Se


estima que sólo dos de cada tres pertenecen a algún gremio productivo.

18Agencia de Desarrollo Económico Local de Huaycán (ADELH). “Resultados del censo


de Microempresas Productivas”, agosto de 1,995.

102
En el caso de las PYMEs operativas, la mayoría (61.2%) no se encuentran
asociadas. No sucede lo mismo con las PYMEs no operativas que, en su
totalidad, están asociadas. Es así que, de 353 PYMEs que pertenecen a
algún gremio productivo, el 68.3% no se hallan operativas; en tanto que
el 31.7% si lo están. En total, existen cinco gremios productivos en
Huaycán, cuyo promedio de antigüedad es de poco más de seis años. El
gremio productivo que tiene el mayor número de asociados -y también
de PYMEs no operativas- es la Asociación de Productores “Santa Rosa”.
Esta organización reúne a 150 PYMEs, de las cuales sólo el 13.3% se hallan
operativas; la gran mayoría (86.7%), por el contrario, se encuentran
paralizadas, y no son pocos los casos de PYMEs que prácticamente han
desaparecido. Otro gremio de regular tamaño es la Asociación de
Pequeñas Empresas Industriales de Huaycán (APEIH), que agrupa a 93
microempresarios que ocupan las instalaciones del Parque Industrial de
Huaycán. En este caso, sólo el 53.8% de las PYMEs se hallan operativas. El
gremio de más reciente formación es la Asociación de Productores
“Nuevo Milenio”, que cuenta con setenta afiliados, de los cuales sólo 10
(14.3%) se encuentran productivas. Los dos gremios restantes son más
pequeños y, en conjunto, reúnen a 40 PYMEs que en un 80% se
encuentran operativas. Como se puede apreciar, la mayor parte de las
PYMEs organizadas de Huaycán no se encuentran operativas. Esto se
debe, en parte, a la crisis económica (y política) que ha agobiado al país
en los últimos años; pero también tiene que ver con la desconfianza que
existe entre los propios empresarios y con la inoperancia de las
dirigencias, que no sólo no ha podido impedir el cierre de muchas PYMEs
sino que, además, ha terminado por desalentar la participación en los
distintos gremios empresariales. Prueba de ello viene a ser el hecho de
que la mayor parte de la PYMEs operativas que existen actualmente en
Huaycán -independientemente de que sus propietarios valoren

103
positivamente o no la organización- no se encuentran agremiadas. Los
siguientes testimonios son bastante ilustrativos a este respecto:

“A la mayor parte de microempresarios les falta conciencia. No tienen


deseos de crecer y de hacerse buenos empresarios aquí en Huaycán.
Entre los mismos productores nos peleamos y no vemos la forma de
organizarnos para ayudarnos y buscar un apoyo y, así, sobresalir. La
mayoría prefiere hacer las cosas por su cuenta, con su propio esfuerzo,
individualmente. Nosotros mismos tenemos que defendernos
organizadamente; pero eso no ocurre. Una vez, hace dos meses, llegaron
a mi casa [los inspectores] de Luz del Sur. Registraron mi taller de calzado
y me cambiaron de medidor al trifásico. Ahora pago luz comercial. Se me
elevó el consumo de electricidad. No hay nadie a quien acudir para
reclamar… por lo mismo que no estamos organizados. Es más, lo que me
pasó parece que fue por un “soplo” de la competencia, aquí mismo en
Huaycán. Hay mucha desconfianza entre los mismos empresarios… Esto
sucede incluso en el Parque Industrial, en donde no se ve organización,
ni deseos de superación…” (Faustino, EG, 2).

“Yo pienso que la organización trae ventajas. Las PYMEs que están
organizadas están en mejor situación que las que no lo están: cuentan
con asesoramiento, charlas técnicas, créditos...; pero muchas veces no
lo saben sacar provecho. Como producen más barato, venden también
más barato y no sólo malogran el mercado sino que ellas mismas se
perjudican. Como no saben sacar costos, no establecen un margen de
ganancia que les permita acumular y muchas veces trabajan a pérdida.
Por eso que andan endeudadas. Todo el Parque Industrial tiene deudas,
justamente por vender barato. Lo que pasa es que a la gente le falta
tomar conciencia, no quieren crecer. La mayoría de nosotros no hemos
estudiado para ser empresarios. Nos hemos hecho, como se dice,
empíricamente. La gente no sabe sacar costos, no conoce de
marketing… Por eso es necesario organizarse, para acceder a charlas,

104
capacitaciones… cosas que nos puedan servir, no? Lamentablemente,
en todas las organizaciones no funciona la directiva. Los dirigentes sólo
ven por sus intereses. Uno ya no sabe en quien confiar. Una vez llegó una
casa comercial y otorgó créditos para un grupo de microempresarios
como adelanto de los productos que quería comprarles; pero el dirigente
recibió el dinero y se fue con toda su familia. Los dirigentes ya no
coordinan nada, no organizan. Al comienzo, las ferias eran hermosas,
asistía mucha gente. Ahora, en cambio, ya no llegan ni a veinte
participantes” (José, EG, 2).

Como se puede apreciar, el principal problema que padecen las


PYMEs de Huaycán es la ausencia de cultura empresarial de sus
propietarios; lo que, sumado a la desconfianza que existe entre ellos,
explica el bajo nivel de desarrollo que han alcanzado. En efecto, la
mayoría de los microempresarios de Huaycán -como ellos mismos lo
reconocen- son ex trabajadores dependientes que se han hecho
“empíricamente” y que, por lo mismo, muestran una serie de carencias
que se traducen en una deficiente gestión empresarial. El problema, sin
embargo, no son estas carencias, sino el hecho de que no parece
importarles mucho superarlas; lo que revela la existencia de una
mentalidad pre - capitalista. Esta mentalidad se expresa, entre otras
cosas, en la carencia de un sentido del calculo que, a su vez, explica la
deficiente capacidad para realizar una evaluación de costos, que
muchas veces los lleva a trabajar a perdida. Las organización, en este
contexto, es concebida como un medio para acceder a determinados
beneficios de parte de agentes externos -Estado, ONGs, etc.-; pero no es
vista como un mecanismo para desarrollar las propias capacidades
empresariales o para expandirse a nuevos mercados. La mayoría de las
PYMEs produce para el mercado de Huaycán. Son muy pocos los que
colocan sus productos en otros mercados y los que lo hacen, en su mayor
parte, operan a través de mecanismos indirectos. Algunos -sobre todo en

105
la línea de calzado- lo hacen a través de la subcontrata con empresas
de mayor tamaño que cuentan con un mercado propio y que buscan
abaratar costos a través de este mecanismo. Otros, por el contrario,
trabajan para otras PYMEs mejor posicionadas, cuya oferta no puede
satisfacer la demanda que tienen sus productos en el mercado. Así, por
ejemplo, hay confeccionistas que trabajan para otros confeccionistas de
Gamarra. Existen también PYMEs cuyos productos son comercializados,
de manera directa, en mercados como “Polvos Azules”; y otras, como en
el caso de algunas PYMEs del gremio de carpintería, cuyos productos se
comercializan en provincias; pero son muy pocas y con muy pequeño
movimiento de capital. La mayor parte de las PYMEs comercializan sus
productos en Huaycán y eso hace que muchas veces, debido a la
estrechez del mercado, se genere una competencia desleal entre ellas,
de lo cual dan fe los testimonios citadas más arriba. El problema es que
este comportamiento desleal produce desconfianza y ésta, a la larga,
termina perjudicando a todas las PYMEs de Huaycán, en tanto que hace
improbable la cooperación entre ellas para afrontar diversos problemas
que tienen en común.

A lo anterior cabe agregar el problema de la informalidad. La


mayor parte de las PYMEs de Huaycán, con la excepción de las que se
encuentran instaladas en el Parque Industrial, están prácticamente
condenadas a ser informales. En efecto, la mayoría de las PYMEs operan
en locales destinados para vivienda y, por lo mismo, no cuentan con
licencia de funcionamiento. En el mejor de los casos, la municipalidad de
Ate - Vitarte les otorga una licencia provisional que caduca cada cierto
tiempo; lo que obliga muchas veces a pagar coimas a los funcionarios
municipales para obtener la renovación de la licencia. Esto, obviamente,
contribuye a incrementar los costos de producción y pone a la mayoría
de las PYMEs de Huaycán en una situación de desventaja con respecto

106
a sus similares que operan en las instalaciones del Parque Industrial, las
mismas que no tienen mayores problemas para funcionar. Esta situación
ha generado un conflicto entre las PYMEs de uno y otro lado. Los
empresarios que no pertenecen al Parque Industrial señalan que éste se
encuentra poblado por gente oportunista que no reúne los requisitos
para ser considerados empresarios. Acusan a los empresarios del Parque
Industrial, entre otras cosas, de hacer “competencia desleal” porque se
aprovechan de los “privilegios” con que cuentan para vender más
barato y desplazarlos del mercado local. Uno de los empresarios nos
manifestó lo siguiente al respecto:

“A nosotros ADELH nos invitó a participar de una feria escolar; pero la


gente del Parque Industrial no sabe trabajar. No manejan costos y hay
mucho egoísmo en ellos. Hacen competencia desleal. Como se dice, no
comen ni dejan comer. Por eso es que no participamos en ferias, porque
no nos sale a cuenta. Ellos cuentan con una serie de privilegios y venden
más barato; pero no a un costo real… Así se trabaja a perdida…Ni para
ellos mismos les sale, por eso que andan endeudados y no pueden pagar
los créditos que han recibido” (José, EG, 2).

Los empresarios del Parque Industrial, por su parte, prácticamente


han perdido comunicación con los productores que operan fuera de sus
instalaciones; lo que contribuye a reforzar la imagen de aislamiento que
proyecta este emporio en la comunidad. Esta situación de informalidad
forzosa en la que se encuentran la mayoría de las PYMEs, por otro lado,
obliga a aquellas que tienen mayores posibilidades de crecimiento a salir
de Huaycán, ante la imposibilidad de contar con un espacio adecuado
para su desarrollo, tal como lo expuso uno de los empresarios que fue
entrevistado:

107
“Yo anteriormente he sacado una licencia provisional con la
municipalidad; pero esto ya no me sirve… Semanalmente hago de 500 a
600 pares de zapatos y mi producción va en ascenso. Yo trabajo con la
‘Bata’, que es una empresa grande… Me va bien, no me puedo quejar;
pero la empresa, para seguir trabajando conmigo y darme contratos más
grandes, me pide que mi documentación esté en regla. Yo tengo RUC y
pago mis impuestos a la SUNAT; pero no tengo la licencia. La
municipalidad no me la quiere dar porque, según dicen, mi zona es R-4 y
es área residencial… Así Huaycán nunca se va a desarrollar. Ahora, si
quiero que mi empresa siga creciendo, me tengo que ir de Huaycán”
(Ramón, EG, 2).

En general, la mayoría de las PYMEs de Huaycán operan dentro de


un régimen de economía de subsistencia y, por lo mismo, cuentan con
muy pocas posibilidades de crecimiento. Se estima que, en promedio,
dan trabajo a tres personas por unidad y pagan un salario que oscila
entre los 400 y 500 soles mensuales. En conjunto, las PYMEs operativas dan
empleo a 867 personas, incluyendo a los propios microempresarios, lo que
equivale al 9% del total de puestos de trabajo que actualmente se
generan en Huaycán. En rigor, la condición ocupacional de las personas
que laboran en las PYMEs de Huaycán es la de subempleados, no sólo
por los bajos niveles saláriales, sino también por las prolongadas jornadas
de trabajo, la inestabilidad contractual, la falta de seguridad social, etc.
Esta situación de precariedad laboral, por otro lado, hace que las PYMEs
sean incapaces de retener -y, más aún, de captar- mano de obra
calificada. En efecto, los trabajadores mejor calificados -que se forman
al interior de los propios talleres-, por lo general, no duran. En cuanto se
les presentan mejores oportunidades de empleo -sobre todo fuera de
Huaycán- no dudan en irse. Este problema, aunque parezca mentira,
atenta contra la calidad del producto, debido a que los nuevos
trabajadores -en proceso de formación- a menudo no cuentan con la

108
capacidad y la destreza de los más antiguos; lo que muchas veces
genera descontento en los clientes, al punto de que optan por terminar
la relación comercial. Las PYMEs de Huaycán entonces cuentan con un
nivel de desarrollo bastante precario y sus posibilidades de crecimiento,
en el ámbito de la comunidad, son muy limitadas, debido a los problemas
que hemos mencionado.

3. Comercio

El comercio viene a ser la principal actividad económica de


Huaycán, y no sólo porque genera el mayor número de puestos de
trabajo -como, en efecto, ocurre-, sino porque además es la única
actividad cuyo desarrollo estuvo previsto desde un inicio en el Plan de
Habilitación Urbana de la CUAH. En efecto, en Huaycán existen las
llamadas Unidades de Vivienda y Comercio (UVCs), que se extienden a
lo largo de las principales avenidas que, en consonancia con las mismas,
han adoptado la denominación común de “franjas comerciales”. En el
presente diagnóstico hemos podido contabilizar un total de 296 unidades
comerciales situadas en las “franjas comerciales”; las mismas que no se
encuentran asociadas y, por el contrario, operan individualmente. La
mayor concentración comercial, sin embargo, se da en los mercados -
cuyos espacios han sido especialmente habilitados para este propósito-
y en las calles, que han sido desbordadas por el comercio ambulatorio.
En Huaycán existen un total de trece mercados que agrupan a 609
unidades comerciales. Los más antiguos son el “Mercado Modelo 15 de
Julio” y el mercado “Señor de los Milagros”, cuyos orígenes se remontan
a los días de la toma de Huaycán, a mediados de 1,984. No se trata de
mercados muy grandes; por el contrario, el primero agrupa a 50
comerciantes y el segundo a 20. El mercado más grande, y también uno
de los más antiguos, es el “Santa Rosa”, ubicado en la Zona “P”, que

109
congrega a 312 comerciantes. Los demás mercados -que se han ido
constituyendo a medida que ha ido creciendo Huaycán- son más
pequeños y, en promedio, agrupan alrededor de 25 comerciantes cada
uno.

El comercio ambulatorio, por su parte, no sólo es el que congrega


el mayor número de unidades comerciales, sino que, además, es el que
genera la mayor cantidad de puestos de trabajo. En Huaycán existen
cinco “paraditas” que, en conjunto, agrupan a 1,545 comerciantes
informales. La más grande es la que se encuentra ubicada en la Av.
Andrés Avelino Cáceres, a la altura de la zona “C”, que reúne a 1,400
ambulantes. En realidad, este emporio es de reciente formación -data
del año 2,000- y agrupa a los comerciantes informales pertenecientes a
las asociaciones “Chavín de Huántar” y ACUCEH que, antes de ser
reubicados en esta zona, se encontraban ubicados en las avenidas 15 de
Julio y José Carlos Mariátegui. Los demás emporios de comercio
ambulatorio son mucho más pequeños y, en promedio, agrupan
alrededor de 40 ambulantes cada uno. Actualmente existe el proyecto
de crear el Mercado Central de Abastos de la CUAH, que incluso cuenta
con un terreno de 19,399.82 M², ubicado en la zona “C”; pero que aún no
ha sido habilitado. La idea es concentrar en este espacio a los
comerciantes informantes, una vez que se concrete la habilitación del
terreno. Lamentablemente, este proyecto actualmente se encuentra
estancado, debido a la crisis orgánica que padece la CUAH.

En Huaycán existen, en total, 2,450 unidades de comercio, de las


cuales el 63% son informales y el 37% restante, por el contrario, son
formales. La actividad comercial genera, de acuerdo con nuestros
estimados, 4,292 puestos de trabajo: 1,792 en el sector formal y 2,500 en
el sector informal. Esta cifra equivale al 44.8% de los puestos de trabajo

110
que se generan en Huaycán. En su mayor parte, se trata de empleos muy
precarios, debido no sólo a que los ingresos son bastante bajos -sobre
todo en el comercio informal- sino también a las condiciones mínimas de
seguridad laboral. Se estima que al menos un 50% de la población que
labora en el comercio formal lo hace en condiciones de subempleados.
En el caso del comercio informal, la condición de subempleado se hace
extensiva al 100% de la población que labora en este sector. La mayoría
de la población que se dedica al comercio ambulatorio, por otro lado,
es de sexo femenino. Se trata de madres de familia, en su mayor parte
jóvenes, que muchas veces realizan su actividad laboral en compañía de
sus hijos. De acuerdo a la información que manejamos, al menos un 50%
de los niños y adolescentes trabajadores (NATs) que existen en Huaycán
laboran en el comercio ambulatorio. La ONG INTSOL, que atiende el
problema del trabajo infantil en la comunidad, tiene registrado a 320 de
estos menores entre sus beneficiarios. La mayoría de los NATs realiza su
actividad apoyando a algún familiar o pariente; pero existe también un
porcentaje menor que se emplea como cargadores en los mercados de
la zona. En general, la actividad comercial se encuentra bastante
sobredimensionada en Huaycán y, en su mayor parte, esta situación
obedece a las necesidades de sobrevivencia de la población, que
encuentra en esta actividad un paliativo que le permite contrarrestar en
algo los efectos de la pobreza y el desempleo.

4. Transporte

El transporte viene a ser una actividad económica significativa en


Huaycán, debido a que constituye -después del comercio- la segunda
más importante fuente de empleo, sobre todo para la población más
joven. En efecto, en Huaycán existen un total de diez empresas que se

111
dedican a esta actividad; las mismas que agrupan a 785 unidades de
transporte. Pero además existen, en el caso del servicio de moto taxi, 216
unidades de transporte que no se encuentran congregadas en torno a
alguna empresa; lo que hace un total de 1,001 unidades de transporte
que operan en Huaycán, tanto en el servicio externo como en el interno.
El servicio externo es cubierto, en su totalidad, por unidades coaster y
combis que se encuentran agrupadas en cinco empresas y que operan
en nueve rutas o líneas de transporte que unen a Huaycán con distintos
puntos de la ciudad. La más grande de estas empresas es ETRANTURSA,
que cuenta con 260 unidades, entre combis y coasters, las mismas que
prestan servicio en cuatro líneas de transporte. Le sigue en tamaño la
Empresas de Transporte “California”, con 150 unidades, distribuidas en dos
líneas de transporte. Las demás empresas son más pequeñas y prestan
servicio en forma individual en una sola ruta. La peculiaridad que tienen
estas empresas que prestan servicio externo es que no todos sus afiliados
son de Huaycán (probablemente la gran mayoría no lo sea) y la
posibilidad de que den empleo a la población local, por tanto, es
bastante aleatoria. En todo caso, los empleos de conductores y
cobradores que generan estas unidades de transporte suelen ser
disputados por los pobladores de Huaycán con gente que proviene de
otros lugares y no siempre son los primeros los que se quedan con el
puesto de trabajo.

El servicio interno de transporte, por su parte, es cubierto en su


totalidad por unidades de moto taxi. En total, existen 480 de estas
unidades en Huaycán, que constituyen el 47.9% de las unidades de
transporte que operan en la zona. De este total, 216 (45%) no se
encuentran afiliadas a ninguna empresa y, por el contrario, trabajan en
forma independiente de manera informal. La unidades de moto taxi que
se encuentran organizadas suman 264 (55%), las mismas que se agrupan

112
en torno a cinco empresas de transporte, de las cuales sólo una es formal
y las demás son informales. La única empresa de servicio de moto taxis
que se encuentra constituida formalmente es la E. T. “3 de Enero”, que
agrupa a 36 unidades, lo que equivale al 7.5% del total de moto taxis que
operan en Huaycán. Las demás empresas, que en conjunto agrupan a
228 moto-taxistas, actualmente se encuentran en vías de formalización,
para lo cual cuentan con el apoyo de ADEC - ATC que viene ejecutando
un proyecto con estas empresas. El 92.5% de las unidades de moto taxi,
en consecuencia, son informales, independientemente de que se
encuentren organizadas o no. Ahora bien, a diferencia del servicio
externo, el servicio interno de transporte es provisto en su totalidad por
pobladores de la zona, que no sólo generan -a través de esta actividad-
su propio puesto de trabajo, sino que además dan empleo a otra gente
del lugar, principalmente a los jóvenes. El ingreso promedio que genera
esta actividad, para el caso de los propietarios de vehículos -que, en su
mayor parte, se encargan de operarlos-, oscila entre los 800 y los 900 soles
mensuales. Este ingreso se reduce por lo menos a la mitad en el caso de
los trabajadores dependientes, que se emplean como conductores en
estas unidades de transporte; los mismos que además carecen de las más
mínimas garantías laborales.

En general, el servicio de transporte genera un total 1,523 puestos


de trabajo; lo que equivale al 15.9% de los puestos disponibles en
Huaycán. La mayoría de estos empleos son creados por el sector formal,
que contribuye con el 70.8% de los mismos. El transporte informal, por su
parte, crea el 29.2% de los empleos disponibles en esta actividad
económica. Cabe recordar sin embargo que, por lo menos en lo que
concierne al servicio de transporte externo, los puestos de trabajo -que
no bajan de mil- no siempre son ocupados por pobladores de Huaycán,
siendo esta posibilidad bastante aleatoria. Lo que quiere decir que el

113
mercado ocupacional del transporte que existe en Huaycán se
encuentra abierto a gente de otros lugares. Lo correcto, es decir, en todo
caso, que la población de Huaycán que se ocupa en esta actividad -
que, incluso, puede ser mayor al número que aquí hemos estimado- está
permanentemente entrando y saliendo del mercado de trabajo y, por lo
mismo, carecen de estabilidad laboral y, en general, de las más
elementales garantías laborales. Esta situación, por lo demás, es
característica del mercado de transporte existente en el país. La
competencia que existe en el mercado laboral, por otro lado, tiende a
empujar los ingresos hacia abajo. Esto sucede tanto en el transporte
formal y, con mayor razón, en el informal. Los más afectados,
obviamente, son los jóvenes, que mayormente se emplean como
cobradores en los vehículos coaster y combis que circulan en Huaycán.
El servicio de transporte, en consecuencia, suele ser bastante
competitivo, laboralmente hablando. Esta situación -como se
comprenderá- genera inestabilidad e incertidumbre en la población que
se ocupa en esta actividad; lo que, a menudo, los lleva a aceptar
trabajos en condiciones bastantes desfavorables. No es exagerado decir,
por tanto, que la mayor parte de la población de Huaycán que labora
en el servicio de transporte lo hace en condiciones de subempleo.

5. Salud y Educación

Los servicios de salud y educación, tanto en el sector público como


en el privado, constituyen una importante fuente de empleo en Huaycán.
En conjunto, se estima que ambos sectores contribuyen a crear el 17.2%
de los puestos de trabajo que existen en la zona. El problema, sin
embargo, es que estos sectores demandan personal calificado que suele
ser escaso en Huaycán. Esto obliga muchas veces a contratar gente que
no reside en el lugar, sobre todo, cuando se trata de profesionales

114
(médicos, enfermeras, educadores, etc.). Se estima que al menos un 50%
del personal que labora en los establecimientos de salud y educación
públicos y privados -sobre todo el que cuenta con mayor calificación y
percibe los más altos ingresos- proviene de otros lugares, ajenos a
Huaycán. En el sector salud, existen un total de 32 establecimientos, que
incluyen el hospital local, las postas médicas, el puesto de salud de la
municipalidad y las clínicas y consultorios particulares; los que, en
conjunto, generan 230 puestos de trabajo. Un porcentaje importante del
personal que labora en los establecimientos de salud de origen privado,
incluyendo a médicos y enfermeras, proviene de Huaycán. En la red de
salud pública, por el contrario, el personal procede mayoritariamente de
otros lugares. En Huaycán existe actualmente el Instituto Particular
“Touluse” que forma profesionales de nivel intermedio en las
especialidades de farmacia, enfermería y laboratorio clínico. Los
egresados de este centro de educación superior, lamentablemente,
pocas veces encuentran trabajo en los establecimientos de salud que
existen en la comunidad y, en su mayor parte, optan por buscar trabajo
en otros lugares, cuando no renuncian a ejercer su profesión.

En el sector educativo, la situación es un poco distinta con respecto


a la de salud. En Huaycán existen -como ya hemos tenido oportunidad
de mencionarlo- un total de 89 entidades educativas, entre públicas y
privadas, que brindan servicios en los niveles preescolar, primaria,
secundaria y superior. El 63% de estas entidades pertenecen al sector
privado; el 37%, por el contrario, están adscritas al sector público. Esto no
quiere decir, sin embargo, que el personal que labora en el sector privado
sea mayoritario. En efecto, de los 896 docentes que prestan servicio en
Huaycán, el 60% lo hacen en el sector público y el 40% en el privado. Algo
parecido ocurre con el personal administrativo. En general, el sector
educativo genera un total de 1,390 puestos de trabajo, la mayoría de los

115
cuales pertenecen al sector público. La razón es muy sencilla, las
entidades educativas del sector público son de mayor tamaño que las
del sector privado -que las superan en número pero no en cantidad de
educandos- y, por lo mismo, requieren de un mayor número de personal.
Las condiciones del empleo en la educación pública, por otro lado, es la
misma que en otros lugares: bajos sueldos, bajo nivel de calificación del
personal, ausencia de capacitaciones, etc. Un dato importante viene a
ser el hecho de que al menos un 40% del personal docente que labora
en el sector público reside en la comunidad. En realidad, se trata del
grupo de docentes que llegó a Huaycán con los primeros pobladores -y
también con los que fueron llegando posteriormente- y que se hicieron
cargo de la creación de la mayor parte de los centros educativos del
Estado que actualmente existen en la comunidad. En el sector privado,
la situación no difiere mucho. Al menos la mitad del personal que labora
en los colegios e institutos privados de Huaycán proviene de otros lugares;
la otra mitad reside en la comunidad. Los niveles de calificación y los
ingresos que recibe este personal no siempre son más altos que en el
sector público. Varios colegios privados recurren a la contratación de
estudiantes de pedagogía de los últimos años de las universidades
públicas y privadas para ocupar los puestos de docentes que generan,
obviamente, con sueldos más bajos y en condiciones laborales que no
pocas veces lindan con el subempleo. Este régimen de contratación se
hace extensivo a los docentes calificados que, por temor a perder su
empleo, muchas veces aceptan trabajar en condiciones desfavorables.

Los servicios de salud y educación, en consecuencia, constituyen


la principal fuente de empleos calificados que existen en Huaycán; pero
éstos no siempre son asumidos por el personal idóneo y las
remuneraciones tampoco son las más optimas del mercado.
Formalmente los empleos que generan estos sectores son adecuados -en

116
el sentido de que respetan las normas laborales vigentes-; pero las
condiciones en que se desempeñan, a menudo, dejan mucho que
desear. Lo importante, sin embargo, es reiterar que al menos el 50% de los
puestos de trabajo que generan los servicios de salud y educación en
Huaycán no son cubiertos por personal que reside en el lugar. No es
deseable que estos puestos de trabajo sean asumidos en su totalidad por
gente de la comunidad; pero evidentemente se puede disminuir la
dependencia de personal foráneo promoviendo -con el apoyo del
Estado y de otros agentes externos- la formación de profesionales idóneos
para estos puestos al interior de Huaycán.

******

Los distintos sectores económicos que hemos analizado constituyen


los principales generadores de puestos de trabajo en Huaycán; pero no
son los únicos. Existen otras actividades económicas cuya presencia es
menos significativa; pero que igualmente contribuyen a crear puestos de
trabajo. Uno de estas actividades es la de construcción que, de acuerdo
con nuestros estimados, da trabajo aproximadamente a 250 personas. En
su totalidad, se trata de trabajadores independientes que se emplean
como albañiles en la construcción de viviendas. Eventualmente, también
son reclutados como peones por empresas constructoras que realizan
obras en la zona, sobre todo, en el tendido de redes de agua y desagüe;
pero esto ocurre con muy poca frecuencia. Otras actividades
económicas están relacionadas con oficios menores que, en algunos
casos, son desempeñados en forma independiente (gasfiteros,
electricistas, jardineros, etc.) y, en otros, se ejercen al interior de alguna
empresa de servicios. Es el caso, por ejemplo, de algunos restaurantes y
hoteles, que requieren de cocineros, mozos y, en general, de personal de
servicio para la atención de su clientela. En realidad, estos

117
establecimientos aún son pocos en Huaycán; pero su número tiende a
crecer. En el futuro, es muy probable que se constituyan en una
importante fuente de empleo; más aún si se da impulso a la actividad
turística, que aún es bastante tenue en Huaycán, pese a que cuenta con
un atractivo complejo arqueológico. En estas actividades diversas -que
incluyen también al personal que labora en las cabinas de Internet, en los
tragamonedas (que no faltan en la zona), en las ONGs, etc.- se emplean,
de acuerdo con nuestros cálculos, alrededor de 500 personas. En su
mayoría, se trata de gente del lugar que recibe salarios muy bajos por la
actividad que realizan y que, además, no siempre se respetan sus
derechos laborales, siendo su condición ocupacional la de
subempleados.

Para finalizar, cabe señalar que la actividad económica que se


realiza en Huaycán, en sus distintas modalidades, genera un total de
9,580 puestos de trabajo. Esta viene a ser, como se dice, la capacidad
neta de puestos de trabajo con que cuenta la comunidad. Ahora bien,
sólo 7,880 de estos puestos son ocupados por personas que residen en el
lugar; lo que equivale al 82.3% de los empleos disponibles en Huaycán.
Esta cifra también es un descriptor de la capacidad de autocontención
de la fuerza laboral que, en el caso de la CUAH, se sitúa en el 18.2% de la
PEA. El problema es que esta capacidad de autocontención -que es
relativamente pequeña- sólo funciona para la PEA que cuenta con los
más bajos niveles de calificación o carece de experiencia. La población
con mayor experiencia o con más altas calificaciones, por lo general, no
se queda a laborar en Huaycán. Lo paradójico de todo esto es que los
puestos de trabajo que se generan en la comunidad y que requieren de
personal calificado en un 50% son ocupados por gente que reside en
otros lugares. Lo que sucede es que la mano de obra calificada que
existe en Huaycán -como su propio nombre lo dice- se encuentra

118
especializada en actividades de orden industrial, que demandan un
conjunto de destrezas manuales; en tanto que los puestos de trabajo de
mayor calificación en la comunidad, por lo general, requieren de
profesionales de nivel técnico y universitario formados en los campos de
la salud y la educación. Este tipo de personal es escaso en Huaycán; lo
que, sin lugar a dudas, constituye una debilidad que es necesario
fortalecer, aprovechando las oportunidades que ofrece el entorno, sobre
todo, a partir de la intervención de agentes externos, como es el caso del
Estado y de algunas ONGs. Mientras ello no ocurra, la actividad
económica de Huaycán va a seguir manteniendo el perfil de
sobrevivencia que actualmente la caracteriza. En efecto, sólo el 31.7%
de los puestos de trabajo disponibles en Huaycán reúnen las condiciones
de empleo adecuado. El 68.3%, por el contrario, linda con el subempleo
y no ofrecen ninguna alternativa para salir de la pobreza. Antes bien,
tienden a perpetuarla.

119
Capítulo 6

EL PARQUE INDUSTRIAL No 1 DE HUAYCÁN.

120
Los antecedentes del Parque Industrial se remontan a los orígenes
de Huaycán, tal como se puede observar en la Cronología que se
adjunta al presente documento (ver el Anexo 02). Como se sabe,
Huaycán fue concebido desde un inicio como un programa
habitacional. En el proyecto original no se contempló la necesidad de
contar con una zona industrial. La idea era hacer de Huaycán una suerte
de “ciudad dormitorio”, cuya gente saldría a laborar a las fabricas y
establecimientos comerciales ubicados a lo largo de la Carretera
Central, incluyendo el centro de Lima. En efecto, eso era lo que hacían
la mayor parte de los pobladores que inicialmente ocuparon Huaycán. El
problema, sin embargo, era que para mucha gente le resultaba
dificultoso trasladarse hasta Vitarte o Lima. El transporte no sólo era
escaso, sino que además era lento y caro, por la sencilla razón de que no
existían vías asfaltadas. Mucha gente optó, en estas circunstancias, por
residir en otro lugar. Sólo volvían los fines de semana para cuidar de sus
lotes. Otros, por el contrario, optaron por crear su propia fuente de trabajo
en Huaycán. Entre éstos habían artesanos, carpinteros, zapateros, etc.,
que llegaron entre los primeros pobladores; pero también habían obreros
calificados que, al perder su empleo, decidieron hacerse productores
independientes. Contaban a favor con un mercado naciente que
demandaba una serie de bienes que, al ser producidos en la zona,
resultaba más baratos adquirirlos, sobre todo, por el ahorro que
significaba en materia de transporte. Este grupo de pobladores
constituye la primera hornada de microempresarios que se hicieron en
Huaycán.

121
En abril de 1,986, este grupo de empresarios emergentes decidió
asociarse y constituir la Asociación de Talleristas y Artesanos
MAQUICENTRO, que estuvo conformada por alrededor de cincuenta
socios, en su mayor parte carpinteros. La idea era retomar la experiencia
de los migrantes chinos en Lima que antiguamente fabricaban muebles
en la calle Capón. “Estos migrantes -según lo que nos manifestó uno de
nuestros entrevistados- tenían corralones muy grandes donde ponían
maquinaria y le daban un espacio a cada carpintero para que puedan
fabricar sus muebles. Cada quien hacía lo suyo: mesas, sillas, roperos, etc.
Al final de cada semana, el dueño del Maquicentro le compraba sus
productos a los carpinteros y luego los comercializaba” (E, 6). En Huaycán
se quiso hacer algo parecido, con la diferencia de que, en este caso, los
productores no contaban con un socio capitalista. En rigor, lo que se
quiso imitar fue el sistema de trabajo. Se llegó incluso a contar con un
espacio de trabajo en la Zona “J”, que fue utilizado por poco tiempo. En
diciembre de 1,987, MAQUICENTRO realizó la primera feria de micro y
pequeños empresarios de Huaycán, que contó con el apoyo del centro
IDEAS. Para entonces, el número de microempresarios había crecido en
Huaycán y se encontraban agrupados, además de MAQUICENTRO, en
otras organizaciones como la Asociación de Micro y Pequeños
Industriales (AMPI) y la Asociación de Pequeños Industriales y Artesanos
de Huaycán (APIAH). Es así como en abril de 1,989 se realiza el Primer
Encuentro de PYMES y Artesanos de Huaycán, convocado por
MAQUICENTRO, que contó con la participación de 240 microempresarios.
En este evento se conformó la Central de Productores de Huaycán (CPH),
que unificó a los gremios anteriormente mencionados, cuyo principal
objetivo era la creación de un Parque Industrial en la zona.

122
En noviembre de 1,990, la Central de Productores de Huaycán
inició las gestiones ante la presidencia de la república para que ésta se
encargue de la construcción del Parque Industrial, sin obtener resultados
positivos. Un año más tarde, en diciembre de 1,991, se desactiva la CPH
y el proyecto del Parque Industrial es asumido por el CEC de la CUAH.
Para entonces, ya se contaba con un terreno en la Zona “C”. Al fracasar
los trámites con el gobierno central, el CEC creyó conveniente solicitar el
apoyo de la Municipalidad de Lima Metropolitana. Las gestiones se
hicieron directamente con el Alcalde Ricardo Belmont. En enero de 1,992,
éste ordenó a INVERMET la formulación del proyecto del Parque industrial
de Huaycán y la ejecución de la obra. En julio de ese año, con motivo
del aniversario de Huaycán, el Alcalde Belmont colocó la primera piedra;
pero es recién en abril de 1,993 que se dio inicio a la obra que, en su
primera etapa, se limitó a la construcción de la infraestructura básica. Los
trabajos de habilitación duraron aproximadamente diez meses. En julio
de 1,994, la Comisión de Desarrollo Urbano de la Municipalidad de Ate -
Vitarte convocó a las PYMES de Huaycán para conformar un Comité Pro
Micro Parque Industrial, con el objetivo de seleccionar a los beneficiarios.
Esta iniciativa, sin embargo, no prosperó. Un año después, en julio de
1,995, se inició la construcción en el área del Parque Industrial del
“Consorcio Popular Huaycán” (CPH)19, promovido por un sector de la
dirigencia central que colaboraba estrechamente con el gobierno de
Alberto Fujimori. Esta obra contó con el apoyo financiero de FONCODES

19Este consorcio tenía como asociados a seis ex dirigentes de la comunidad, ajenos al


PIH, que no desarrollaban actividad productiva alguna. En el mes de marzo de 1,999, el
“Consorcio Popular Huaycán” pasó a manos del gremio de confecciones. En enero del
2,001, lo empresarios de este gremio decidieron desactivar el CPH y constituir, en su
lugar, el “Maquicentro Textil Huaycán”. Esta iniciativa tardó algunos meses en
concretarse, hasta que finalmente, en el mes de junio, se realizó la inscripción en los
registros públicos.

123
y de la CAF - SIN. En diciembre del mismo año, un grupo de treinta
microempresarios de Huaycán, organizados en una Junta Directiva, tomó
posesión de las instalaciones del Parque Industrial, para evitar de que
éstas sean utilizadas con fines políticos por parte de la dirigencia central.

En marzo de 1,996, se funda la Asociación de Pequeños Industriales


de Huaycán (APEIH), que es la que actualmente mantiene la posesión de
las instalaciones del Parque Industrial. Inicialmente esta asociación sólo
contaba con 58 socios; pero, poco a poco, este número fue creciendo
hasta llegar a 94 en la actualidad. Luego de pasar por un proceso de
fortalecimiento interno -y contando con el apoyo de la Municipalidad de
Ate - Vitarte-, los miembros de la APEIH acordaron tomar posesión
individual de los lotes del Parque Industrial. La asignación de lotes
individuales se hizo efectiva en enero de 1,997, dos meses después de
que se tomara la decisión. Previamente se formó un comité evaluador
que calificó a cada uno de los microempresarios beneficiarios de los
lotes. Hacia finales de febrero del ’97, el ex presidente Fujimori visitó las
instalaciones del Parque Industrial de Huaycán, acompañado de una
numerosa delegación de periodistas nacionales y extranjeros (estos
últimos se encontraban en el Perú cubriendo las incidencias de la toma
de la embajada del Japón por parte del MRTA). El motivo era inaugurar
el “Consorcio Popular Huaycán”; pero una descoordinación con la
dirigencia central -que no cumplió con convocar a la población- hizo que
el ex presidente desviara su atención hacia los miembros de la APEIH que,
para entonces, ya habían tomado posesión individual de los lotes del PIH;
aunque éstos todavía se encontraban sin construir. Es bajo estas
circunstancias que Fujimori se comprometió a apoyar la construcción de
los módulos individuales de las PYMEs del Parque Industrial de Huaycán.
Inmediatamente ordenó al Banco de Materiales el financiamiento de las
obras, cuya construcción estuvo a cargo de los propios

124
microempresarios. Diez meses después de iniciados los trabajos, en enero
de 1,998, Fujimori retornó al PIH para inaugurar los módulos individuales
de las PYMEs.

Cabe precisar que la construcción de los módulos individuales de


las PYMEs del Parque Industrial acarreó una serie de problemas para los
miembros de las APEIH. Éstos no sólo contrajeron una deuda bastante
abultada con el Banco de Materiales, muy por encima de su capacidad
real de pago, sino que además, en el tiempo que duro la edificación de
los lotes, varias de las PYMEs perdieron contacto con el mercado, lo que
afectó su actividad productiva. En efecto, en la medida en que la
construcción de los módulos individuales demandó de los
microempresarios el aporte de su mano de obra, varios de éstos dejaron
de producir en el tiempo que duró la edificación de las viviendas - talleres.
Cuando quisieron reinsertarse en el mercado, las condiciones habían
cambiado y, prácticamente, tuvieron que empezar de cero. El Estado,
por su parte, trató de paliar la situación incluyendo al Parque Industrial en
el Programa de Compras Estatales, vía FONCODES y PROMPYME; lo que
incrementó la dependencia de las PYMEs de la política social del
gobierno. Este paliativo funcionó, más o menos bien, durante todo 1,998.
Incluso, en noviembre de ese año, PROMPYME implementó y puso en
funcionamiento el Maquicentro de Calzado. El problema, sin embargo,
es que muchos de los microempresarios se acostumbraron a esta
situación. La recesión económica, por un lado, y la crisis política, por el
otro, hicieron insostenible este vínculo asistencial que se generó entre el
Estado y las PYMEs del PIH. Los efectos se comenzaron a sentir en 1,999 y
se hicieron más fuertes aún los años 2,000 y 2,001. El hecho es que, como
se verá más adelante, de las 92 PYMEs que se encontraban operativas a
principios de 1,998, sólo cincuenta seguían operando el 2,001 y, de éstas,
veinte lo hacían de manera eventual. En este periodo de tiempo, muchas

125
de las PYMEs no sólo dejaron de producir, sino que además varios de los
propietarios se vieron obligados a traspasar sus lotes a terceros, en la
medida en que no pudieron honrar la deuda que contrajeron para
construirlos.

A lo anterior cabe agregar la crisis orgánica que se desató en la


APEIH; lo que resintió la capacidad de negociación de esta entidad con
los agentes externos. En efecto, entre marzo de 1,998 y julio del 2,001 se
sucedieron cuatro juntas directivas en la APEIH, antes de que asuma la
que actualmente se encuentra en funciones, presidida por Luis Garma.
Éste último nos manifestó, a propósito de la crisis que actualmente
atraviesa la APEIH, que “el problema principal [era] recuperar la
confianza del microempresario en su organización. Han pasado muchos
años de inoperancia en las juntas directivas de la APEIH que han hecho
que los empresarios se encierren en sus talleres y le den la espalda a la
organización” (E, 6). En realidad, existen varios factores que explican la
crisis orgánica de la APEIH. El más importante, desde nuestro punto de
vista, tiene que ver con el hecho de que los microempresarios no
perciben la utilidad de esta organización en las actuales circunstancias.
La APEIH se constituyó con el propósito de que sus socios accedan a la
propiedad individual de los lotes del PIH, incluyendo la implementación
de los servicios básicos que permitan operar a las PYMEs. Este objetivo,
prácticamente, ya ha sido logrado; más allá de que en materia de
titulación se haya avanzado muy poco. Este último trámite los propietarios
prefieren hacerlo en forma individual. No recurren, por tanto, a la
organización para llevarlo a cabo. Todo lo contrario, se inhiben de
participar en ella. No sólo no asisten a las reuniones, sino que además han
dejado de hacer sus aportaciones. Esta situación se agrava más aún con
las denuncias acerca de la corrupción de los dirigentes. Se dice que éstos
trafican con los lotes del Parque Industrial, que cobran U. S. $ 1,500 a los

126
nuevos asociados y que, por si fuera poco, no rinden cuentas a nadie del
dinero que ingresa a la APEIH. Este suele ser el argumento de los
microempresarios para explicar su bajo nivel de participación en la
organización. Ocurre que cada vez menos se sienten identificados con
ella. En los últimos meses, sin embargo, la situación parece haberse
estabilizado en el plano dirigencial; no obstante que los niveles de
participación de los asociados siguen siendo bastante bajos.

Es importante subrayar, por otro lado, que los problemas de la


APEIH tienen poco que ver con una actitud negativa hacia la
organización por parte de sus miembros. Prueba de ello viene a ser el
hecho de que en los últimos doce meses se han constituido cuatro
consorcios productivos que agrupan a empresarios de los distintos
gremios del PIH. En efecto, en febrero del 2,001 se constituyó el “Consorcio
de Metal – Mecánica, SAC”, conformado por ocho empresarios de ese
gremio. Algunos meses más tarde, en junio, se inscribió en los registros
públicos el “Maquicentro Textil Huaycán” (antes “Consorcio Popular
Huaycán”), integrado por dieciséis empresarios del gremio de
confecciones. En el mismo mes se constituyó el “Consorcio de Calzado
Huaycán”, conformado por catorce microempresarios de ese gremio. Y,
por último, en el mes de noviembre, formalizó su inscripción en los registros
públicos la empresa “Industria de la Madera Huaycán, SAC”, integrada
por doce empresarios del gremio de carpintería. La constitución de estos
consorcios productivos ha contado con el apoyo y la asesoría de ADEC
– ATC, a través del Centro de Promoción Empresarial, que opera en las
instalaciones del Parque Industrial de Huaycán. La idea es que las PYMEs,
a través de estos consorcios, puedan realizar contratos con entidades
públicas y privadas para la fabricación al por mayor de los productos que
ofrece cada gremio y, de ese modo, puedan mejorar su posición en el
mercado. Se busca, asimismo, aminorar los costos de producción,

127
promoviendo las compras al por mayor de los insumos que demanda
cada gremio. Existe pues un interés concreto en los empresarios del PIH
que los lleva a organizarse en consorcios productivos, teniendo como
objetivo su posicionamiento en el mercado. No sucede lo mismo con la
APEIH que, como ya hemos señalado, ya no despierta el mismo interés en
los empresarios que el que generaba en sus inicios, debido a que sus
objetivos ya han sido conseguidos. Ahora bien, los problemas del Parque
Industrial de Huaycán demandan un análisis en mayor profundidad que
el que hasta ahora hemos venido desarrollando. Esa es la tarea que nos
proponemos abordar en la parte final del presente capítulo; pero antes
pasaremos a dar cuenta del estado en que encontramos el PIH al
momento de realizar el presente diagnóstico.

1. Situación actual del Parque Industrial de Huaycán.

En lo que sigue, pasaremos a describir la situación del Parque


Industrial de Huaycán, a partir de la información obtenida a través de un
censo realizado con motivo del presente diagnóstico 20. Hemos
considerado conveniente igualmente complementar los datos del censo
con información proveniente de otras fuentes, de modo tal, que se
pueda tener una descripción más detallada acerca de la dinámica
económica y social del PIH. La información reunida ha sido organizada

20El Censo del PIH se llevó a cabo, conforme a lo planificado, el día sábado 19 de
octubre del 2,001. El levantamiento de la información estuvo a cargo de los asistentes
de campo Sheyla Cabezas y Manuel Espinosa, quienes también se hicieron cargo del
procesamiento de la información, previa capacitación recibida de parte del
responsable del equipo de investigación. Los cuadros estadísticos con los resultados del
Censo, que contienen información detallada acerca de los distintos gremios productivos
-la misma que puede ser objeto de una lectura más específica-, se incluyen en el Anexo
03 del presente documento.

128
en distintos ítems que incluyen el saneamiento físico legal de los lotes del
PIH; la situación productiva de las PYMEs; el perfil del empresariado; la
antigüedad de las empresas que actualmente se encuentran
produciendo; las características del empleo e ingresos; y, por último, la
situación crediticia y tributaria de las PYMEs del PIH. Sin más preámbulos,
y de manera ordenada, pasaremos a dar lectura de cada uno de los
ítems mencionados.

1.1. Saneamiento físico legal de los lotes del PIH.

• La totalidad de los lotes del PIH se encuentran construidos. En un


80% de los módulos, aproximadamente, la construcción
prácticamente ha sido terminada. El acceso a los servicios de luz,
agua y desagüe igualmente alcanza a la totalidad de los lotes. No
son pocas las viviendas - talleres que cuentan con servicio
telefónico y, en algunos casos, se ha podido observar el acceso al
servicio de cable. La totalidad de los propietarios, sin embargo,
arrastran deudas con SEDAPAL y Luz del Sur que fueron contraídas
años atrás, cuando el consumo de luz, agua y desagüe se hacía
de manera colectiva (Esta forma de consumo se mantuvo, más o
menos, hasta 1,998). Estas deudas alcanzan sumas bastante altas.
En el caso de Luz del Sur, se estima que la deuda es de 30,000
nuevos soles. Con SEDAPAL la deuda es igualmente alta; aunque
un tanto menor. Estos montos han sido negociados con cada una
de las empresas y se ha prorrateado su pago entre todos los
propietarios. Actualmente, cada lote cuenta con medidores de luz
y agua y el pago de estos servicios se realiza en función del
consumo particular.

129
• De acuerdo con la información proporcionada por COFOPRI, el
19.1% de los propietarios de lotes en el Parque Industrial de
Huaycán posee título de propiedad; y el 9.6% se encuentra en vías
de obtenerlo. La gran mayoría, sin embargo, ha iniciado la gestión
ante COFOPRI; pero ha hecho abandono del trámite (71.3%). En
otras palabras, un alto porcentaje de las familias que ocupan las
instalaciones del PIH no muestra mayor interés para acceder a la
propiedad formal de sus lotes. La totalidad de los módulos
individuales, por otro lado, carece de Declaratoria de Fabrica; lo
que, sumado a lo anterior, configura el carácter informal de las
propiedades particulares incluidas dentro del perímetro del Parque
Industrial de Huaycán.

• Este situación de informalidad de los lotes del Parque Industrial se


explica por la actitud de los propietarios que, en su mayor parte, se
conforman con la posesión del lotes, siendo indiferentes a la
titulación; la cual, además, es percibida como costosa y sujeta a
obligaciones (declaratoria de fábrica, pago de impuesto predial,
arbitrios, etc.) que no están dispuestos a asumir. En otras palabras,
no se perciben las ventajas que da el acceso a la propiedad formal
-créditos con la banca formal, contratos de mayor envergadura,
etc.- y, por el contrario, se sobredimensionan las supuestas
“desventajas”.

• Según la APEIH, el 80% de los propietarios individuales del PIH se


encuentran endeudados con el Banco de Materiales. Esta deuda
fue contraída, como ya ha sido mencionado, a principios de 1,997.
Cada propietario accedió entonces a un crédito de 25,000 nuevos
soles para la construcción de su lote. En total, se prestaron
alrededor 2’350,000 nuevos soles, entre todos los miembros de la

130
APEIH. A la fecha, solo el 20% ha terminado de pagar. En realidad,
quienes han logrado pagar su deuda al Banco de Materiales han
sido aquellos que traspasaron su lote a terceros. Se estima que el
monto actual de la deuda con el Banco de Materiales asciende,
en promedio, a 18,000 nuevos soles por cada propietario. Muchos
de ellos sencillamente han dejado de pagar y han pasado a
alargar las lista de morosos de INFOCORP21. A esto cabe agregar
las deudas, ya mencionadas, con SEDAPAL y Luz del Sur, que
ascienden también a sumas astronómicas. Este estado de
endeudamiento hace que muchos propietarios no consideren
conveniente formalizar su propiedad por temor a que luego ésta
les sea embargada por vía judicial.

1.2. Situación Productiva de las PYMEs:

• De acuerdo con los resultados del Censo, el 53.7% de las PYMEs se


encontraban productivas al momento de levantar la información:
32.3% producían en forma regular y el 21.4% lo hacía de manera
eventual. El 45.2% de los lotes, por otro lado, no se encontraba
operativo; aunque alguna vez lo estuvieron. Sólo se encontró un
lote (1.1%) que nunca fue utilizado productivamente.

• De los 43 lotes del Parque Industrial de Huaycán registrados como


“no operativos”, nueve (20.9%) se empleaban como vivienda. Los
34 lotes restantes (79.1%), por el contrario, se encontraban sin uso.

21Según Luis Garma, actual presidente de la APEIH, “casi todo el Parque Industrial está
incluido en INFOCORP, de manera individual, incluido yo” (E, 6). Este estado de
endeudamiento excluye prácticamente a la totalidad de los miembros de las APEIH del
acceso al crédito formal y es además un indicador claro de la desconfianza que
proyectan los empresarios del PIH en otros agentes económicos.

131
No se pudo precisar, sin embargo, cuantos de estos lotes se
encontraba en estado de abandono.

• En total, se han registrado 50 PYMEs operativas en el Parque


Industrial de Huaycán, sin contar los Maquicentros de Calzado y
Confecciones. De este total, el 88% operaba en local propio; en
tanto que el 12% restante lo hacía en local alquilado. La mayor
parte de estas empresas, por otro lado, tienen una constitución
formal (60%) y se encuentran inscritas en los registros públicos como
persona natural (56%) o, en su defecto, como persona jurídica (4%).
El 40%, sin embargo, carece de inscripción en los registros públicos.
En otras palabras, dos de cada cinco de las PYMEs operativas del
Parque Industrial son informales, en tanto que no tienen personería
jurídica, independientemente de que el lote que ocupen haya sido
saneado legalmente o no.

• De los gremios productivos originarios, el que muestra una mayor


regularidad y dinamismo es el de Artesanía. De los 17 lotes
asignados a este gremio, 10 se encuentran productivos y, de estos,
8 lo hacen en forma regular. Le sigue el gremio de Calzado, que
cuenta con 8 empresas operativas, de un total de 13 lotes
asignados a este gremio (uno menos, de acuerdo con el proyecto
original). Los gremios de Carpintería y Metal - Mecánica muestran
igualmente una dinámica interesante, habiéndose incrementado
incluso la posesión de lotes en una unidad en cada caso, en
relación con el proyecto original; pero la producción de estos
gremios tiende a ser eventual y, en un porcentaje importante, se
realiza fuera del perímetro del Parque Industrial. Lo contrario ocurre
con el gremio de Alimentos que, técnicamente, ya no existe. El
gremio de confecciones, que es el más grande en población,

132
muestra igualmente una parálisis preocupante: de los 29 lotes
asignados a este gremio (uno menos de acuerdo con el proyecto
original), sólo 9 se encuentran productivos y, de este total, solo 6 lo
hacen en forma regular.

• Se ha observado que la distribución de las PYMEs operativas no


necesariamente se ajusta al ordenamiento establecido en el
proyecto original del Parque Industrial de Huaycán. Existen, por
ejemplo, PYMEs de calzado que se encuentran operando en el
área de confecciones. Y viceversa. Un total de 6 PYMEs, por otro
lado, han sido registradas como “no agremiadas”, debido a que su
producción no encaja dentro de la línea establecida por los
gremios de origen. Tal es así, que existe una empresa que se dedica
a la producción de plásticos y otra que fabrica tornillos, por sólo
mencionar a las más importantes. Esta dinámica empresarial es
resultante del traspaso a nuevos propietarios del que han sido
objeto algunos lotes del Parque Industrial en los últimos años.

1.3. Perfil del Empresario del PIH:

• El 84% de los propietarios de las PYMEs operativas son hombres; en


tanto que el 16% restante son mujeres. Esto quiere decir que, en
términos gruesos, existe una empresaria mujer por cada cuatro
empresarios hombres. La mayor parte de empresas dirigidas por
mujeres, por otro lado, pertenecen a los gremios de Artesanía y
Confecciones.

• En lo que respecta a la variable edad, el 76% de los empresarios


es mayor de 35 años. El grueso de la población se ubica entre los
35 y 50 años (66%). Cabe destacar que esta tendencia es

133
predominantemente masculina: de los 42 empresarios varones
que fueron registrados, 34 (80%) eran mayores de 25 años. La
situación es distinta en el caso de las mujeres: el 50% de las
empresarias es menor de 35 años. Se ha detectado incluso el caso
de una de ellas que es menor de veinte años.

• La edad promedio del empresariado del Parque Industrial de


Huaycán es de 40.2 años. Aquí también se observa una tendencia
a la baja con respecto al promedio general en los gremios con
mayor presencia femenina: Artesanía: 38 años; Confecciones:
37.4 años; y No agremiados: 36.7 años. En los gremios con mayor
presencia masculina, la edad promedio se ubica por encima del
promedio general. El promedio más alto es el de Carpintería, que
llega a los 44 años.

• En lo que refiere al estado civil, el 86% de los empresarios o bien es


casado (54%) o, en su defecto, convive (32%). Esta tendencia es
similar tanto en los varones como en las mujeres. Cabe destacar,
sin embargo, que la totalidad de los empresarios que declaró que
eran solteros (10%) son hombres.

• En lo que concierne a la variable educación, el 54% de los


empresarios tiene secundaria completa; y el 20% ha realizado
estudios superiores universitarios (14%) y no universitarios (6%). Sólo
un 8% tiene estudios primarios y el 18% no ha concluido la
secundaria. Aquí también las diferencias de género son
significativas: de los nueve empresarios que cuentan con estudios
superiores, ocho son varones y una es mujer.

134
• De acuerdo con una encuesta anterior realizada por ADEC - ATC,
que se aplicó a una muestra de 26 empresarios del PIH22, el 69%
declaró que sus conocimientos los habían adquirido como
trabajadores dependientes (ex obreros y/o empleados) en la línea
productiva en la que ahora se encontraban especializados. El 65%
manifestó, además, que había recibido capacitación empresarial
y/o técnico productivo. El 35% restante, por el contrario, declaró
no haberla recibido.

1.4. Antigüedad de las PYMEs del PIH:

• De las cincuenta PYMEs operativas, el 74% no tiene una antigüedad


mayor a los cinco años: el 16% tiene menos de un año de
funcionamiento; el 20% tiene entre uno y tres años; y el 38% entre
tres y cinco años. Sólo el 26% de las PYMEs sobrepasa los cinco años
de antigüedad. Existen tres empresas, por otro lado, que tienen una
antigüedad mayor a los diez años: dos en el gremio de Artesanía y
una en el de Carpintería.

• La antigüedad promedio de las PYMEs del PIH es de 4.1 años. Por


encima de este promedio general se ubican las PYMEs agrupadas
en los gremios de Artesanía (6.7 años), Carpintería (4.4 años) y
Confecciones (4.2 años). Este dato confirma la regularidad y
constancia que caracteriza a las PYMEs del gremio de Artesanía.

• Los datos mencionados en los dos últimos acápites son


particularmente reveladores. Sólo una de cada cuatro empresas -
de las PYMEs que actualmente se encuentran operativas- existían

22ADEC - ATC. “Línea Base de las PYMEs del Parque Industrial de Huaycán”, abril del 2001.

135
antes de que se formara el Parque Industrial de Huaycán. La
mayoría se constituyeron luego de que éste entrara en
funcionamiento. Lo que tiene relación con los siguientes hechos:

- No todas las familias que inicialmente tomaron posesión de los


lotes del Parque Industrial, pese a que la dirigencia de la APEIH
insiste en negarlo, tenían como jefe de hogar a un empresario.
Se ha podido detectar la presencia de algunos ex dirigentes de
la comunidad que, aprovechando de su posición privilegiada,
tomaron posesión de lotes haciéndose pasar por empresarios.

- Varios de estos ex dirigentes, con el tiempo, se hicieron


empresarios; pero conservando viejos hábitos aprendidos en su
experiencia dirigencial. Se trata de gente que, como se verá
más adelante, carece de cultura empresarial y que mantiene
un perfil reivindicativo (creen, por ejemplo, que el Estado o las
ONGs están en la obligación de asistirlos porque son
“empresarios populares” que dan trabajo a la población).
Algunos incluso han asumido cargos dirigenciales en la APEIH,
proyectando una imagen negativa en la población, que
percibe el Parque Industrial poblado por “políticos” que, de la
noche a la mañana, se hicieron empresarios.

- Otros de estos ex dirigentes traspasaron sus lotes -cobrando


jugosas sumas de dinero- o, en su defecto, los mantienen aún,
cediéndolos en alquiler, con lo que contribuyen a incrementar
los costos de producción de aquellos que realmente quieren
hacer empresa en Huaycán.

136
- Se ha podido comprobar también la existencia de empresarios
que llegaron al Parque Industrial y tomaron posesión de un lote;
pero que no les fue bien y decidieron irse. Algunos traspasaron
su lote a otros empresarios que llegaron después, gozando de
una mejor situación económica. Otros, por el contrario,
mantienen aún la posesión del lote; pero lo tienen cedido en
alquiler o, en su defecto, sólo lo usan como vivienda.

1.5. Empleo e ingresos:

• El Parque Industrial de Huaycán da trabajo a un total de 167


personas, de las cuales 118 son hombres (70.7%) y 49 son mujeres
(29.3%). Los gremios que absorben un mayor número de
trabajadoras mujeres son: Confecciones (55.3%); Artesanía (44.4%);
y las empresas “no agremiadas” (50%).

• Los puestos de trabajo que actualmente generan las PYMEs del PIH
equivalen al 1.7% de la totalidad de puestos de trabajo existentes
en Huaycán; porcentaje que es bastante modesto, teniendo en
cuenta que uno de los objetivos del Parque Industrial es
precisamente la creación de nuevas fuentes de trabajo que
contribuyan a disminuir los niveles de desempleo y subempleo
existentes en la zona.

• Si lo relacionamos con la PEA de Huaycán, los puestos de trabajo


que genera el Parque Industrial equivalen apenas al 0.4%; esto, sin
tomar en cuenta el hecho de que entre el 10 y el 15% del personal
que labora en este emporio industrial proviene de otros lugares,
ajenos a Huaycán; lo que contribuye a acrecentar aún más en la

137
población la sensación de que el Parque Industrial sólo beneficia a
un pequeño grupo de personas.

• El 68% de las PYMEs operativas del PIH tiene entre uno y tres
trabajadores. El 24% emplea entre cuatro y seis trabajadores. Solo
existen cuatro empresas (8%) que dan empleo a un número mayor
de siete personas. El número de trabajadores promedio es de tres
personas. Esta cifra sólo es superada en los casos de los gremios de
Confecciones y de Artesanía. En efecto, las PYMEs agrupadas en
estos gremios dan empleo a un promedio de cuatro trabajadores
cada una.

• En lo que respecta a los ingresos recibidos por los trabajadores, el


72% de las PYMEs paga un salario mensual que oscila entre los 200
y los 600 nuevos soles. Solo se ha detectado el caso de una
empresa -en el Gremio de Confecciones- que paga por debajo de
los 200 nuevos soles. Un porcentaje importante de PYMES (24%), por
otro lado, pagan por encima de los 600 nuevos soles mensuales.
Incluso se ha detectado el caso de una empresa, en el Gremio de
Calzado, que paga un salario mensual mayor a los 1,000 nuevos
soles.

• En términos generales, el salario promedio es de 450 nuevos soles.


Esta cifra sólo es superada -y en forma significativa- en los Gremios
de Calzado y Carpintería, que pagan un promedio de 585 y 534
nuevos soles, respectivamente. Los gremios que menos pagan son
los de Artesanía y Confecciones. En el primer caso, el salario
promedio es de 392 nuevos soles. En el segundo caso, el ingreso
promedio de los trabajadores se reduce a 344 nuevos soles.

138
• El salario promedio, relativamente elevado, que se paga en el
Gremio de Calzado, tiene que ver con el hecho de que este sector,
por lo general, demanda mano de obra calificada que es bastante
escasa en Huaycán. El personal que labora en las PYMEs de
calzado, en su mayor parte, proviene de otros lugares de Vitarte e,
incluso, de otros distritos. Además, las PYMES de este sector tienen
que competir con las grandes empresas de calzado, ubicadas a lo
largo de la carretera central, las cuales pagan un salario
relativamente más elevado. Esto hace que las PYMEs de calzado,
en el afán de retener a la mano de obra calificada, tiendan a
elevar los salarios, a pesar de que el personal siempre termina
desvinculándose cuando consigue mejores oportunidades de
empleo.

• En el caso del Gremio de Carpintería, la situación es más engañosa.


Los salarios relativamente elevados que se paga en este sector
también tienen que ver con la demanda de mano de obra
calificada que, a diferencia del caso de calzado, si existe en
Huaycán. Sin embargo, la mayoría de las PYMES de este sector no
tienen un flujo de trabajo constante. En su mayor parte, trabajan
por contrato de obra, fuera del perímetro de Huaycán, sobre todo,
en los distritos de Santa Anita, San Borja, La Molina, etc. Esto hace
que los trabajadores adscritos a este Gremio no siempre tengan su
ingreso garantizado.

• Los bajos salarios que se pagan en los gremios de Confecciones y


Artesanía tiene que ver, más que con el nivel de calificación de la
mano de obra, con el hecho de que ésta sea predominantemente
femenina. A lo que cabe agregar el número elevado de la PEA

139
femenina que busca trabajo en estos sectores productivos, lo que
tiende a bajar aún más el nivel de los salarios.

1.6. Situación crediticia y tributación:

• El 50% de las PYMEs operativas del PIH se declaran morosas. Es


probable que el número de empresas morosas sea aún mayor; lo
que pasa es que muchos empresarios que se encuentran en esta
situación prefieren no hacerla pública. El gremio con mayor nivel
de morosidad es el de Confecciones: de las diez PYMEs operativas
que existen en este gremio, siete se declaran morosas. Caso
contrario ocurre con el gremio de Artesanía, en el que el número
de PYMEs morosas disminuye a tres, de un total de diez. En los
demás gremios -incluyendo las PYMEs “no agremiadas”- la
situación tiende a matizarse en uno y otro sentido.

• El alto nivel de morosidad de las PYMEs operativas del PIH tiene que
ver no sólo con las deudas contraídas con el Banco de Materiales,
además de SEDAPAL y de Luz del Sur, como ya ha sido
mencionado, sino también con la existencia de líneas de crédito
que paulatinamente se les han ido cerrado. Existen empresarios
que, en forma individual, han contraído deudas con los programas
de crédito de ADELH y SOLIDARIOS, ONGs que operan en la zona.
Varios de estos empresarios, al no honrar sus deudas, han sido
declarados morosos por estas instituciones. El problemas es que
tanto ADELH como SOLIDARIOS han optado por no otorgar más
créditos a los empresarios del PIH, independientemente de que les
deban dinero o no; lo que, sumado al limitado acceso a la banca
formal, prácticamente los descalifica como sujetos de crédito.

140
• De las cincuenta PYMEs operativas que existen en el Parque
Industrial de Huaycán, sólo treinta y dos (64%) poseen RUC, es decir,
se encuentran aptas para tributar a la SUNAT. Las dieciocho PYMEs
restantes (36%), carecen de este instrumento y, por lo tanto, no
tributan. No todas las PYMEs que poseen RUC, sin embargo,
cumplen con pagar sus impuestos a la SUNAT. Sólo lo hace el 75%
de ellas, lo que equivale a veinticuatro empresas.

• En términos generales, sólo el 48% de las PYMEs operativas del PIH


tributa de manera efectiva a la SUNAT. El 52% sencillamente no lo
hace. Esta situación es independiente de que posean RUC o no.
Los gremios que, relativamente, tienen un mayor número de PYMEs
que tributan a la SUNAT, son los de Calzado, confecciones y
Carpintería. En el primer caso, tributan cinco empresas, de un total
de siete. En el segundo caso, el número de empresas que cumplen
con pagar impuestos se eleva a seis, de un total de diez. Algo
parecido sucede en el caso de Carpintería, donde el número de
empresas que tributan es de cinco, de un total de nueve. Lo
Gremios que, por otro lado, tienen un mayor número de empresas
que no pagan impuestos a la SUNAT, son los de Metal - Mecánica,
Artesanía y las PYMES “no agremiadas”.

2. Análisis de la problemática del Parque Industrial de Huaycán.

En una entrevista grupal que realizáramos a un grupo de


empresarios del Parque Industrial con motivo del presente diagnóstico,
éstos identificaron cuatro problemas que, en su opinión, obstaculizaban
el desarrollo de este emporio empresarial, a saber: 1) La falta de
promoción del Parque Industrial; 2) La carencia de capital de trabajo; 3)
La falta de capacitación técnico - productiva; y 4) La escasa información

141
con respecto al mercado. Todos estos problemas explicaban, en opinión
de los entrevistados, el relativo aislamiento del Parque Industrial con
respecto al mercado local y metropolitano. Nosotros coincidimos con los
empresarios en este último punto; pero consideramos que el problema es
más complejo de lo que ellos se imaginan. Desde nuestro punto de vista,
la baja integración del PIH al mercado local y metropolitano se explica,
tal como se grafica en la Figura No 1, a partir de la ausencia de cultura
empresarial que caracteriza a la mayor parte de los empresarios de este
emporio industrial. Esta ausencia se traduce, entre otras cosas, en una
tendencia al aislamiento que se maquilla con un discurso localista y
autocomplaciente que destaca las virtudes de ser “empresariado
emergente” y que encubre el temor a competir y a ser desplazados en la
competencia por empresarios provenientes de otros lugares. En todo
caso, los problemas destacados por los empresarios deben ser evaluados
teniendo como trasfondo este problema mayor. Eso es precisamente lo
que nos proponemos realizar en esta última parte.

El PIH se encuentra efectivamente poco integrado al circuito


económico local y nacional. La mayoría de las PYMEs poseen un
mercado bastante reducido y, por si fuera poco, inestable. Los
empresarios de los gremios de calzado y confecciones producen
principalmente para el mercado local de Huaycán. Son muy pocos los
que colocan sus productos fuera de este ámbito (algunos lo hacen en
Gamarra y otros en “Polvos Azules”; pero se trata de cuatro o cinco
talleres). En el mercado local, por otro lado, tienen que competir con
productos que vienen de fuera o que son fabricados por otras PYMEs de
la zona, ajenas al Parque Industrial, que muchas veces los superan en
calidad y en precios. Una alternativa que se les presenta a estos
empresarios viene a ser la subcontrata; pero este sistema de trabajo es
dependiente del mercado de la empresa contratista y, por si fuera poco,

142
éstas les imponen sus precios a las PYMEs. Los productos, además, son
comercializados con la marca de la empresa contratista. No existe, por
tanto, una conexión directa con el mercado bajo esta modalidad. En los
gremios de carpintería y metal - mecánica, la situación es más grave aún.
La mayor parte de las PYMEs de estos gremios, prácticamente, carecen
de mercado. Su actividad productiva se reduce, en la mayoría de los
casos, a la prestación de servicios. Se trabaja, como se dice, por
“contrato de obra”. El capital de trabajo proviene, en este caso, del
“adelanto” que ofrece el cliente. No existe, por ende, un stock de
productos que ofertar en el mercado. En el caso de metal - mecánica,
los empresarios de este gremio ofertan sus servicios principalmente en
Huaycán. Los empresarios del gremio de carpintería, por el contrario,
operan fuera de la zona, con una cartera de clientes bastante reducida.
El caso de los artesanos viene a ser la excepción. Es el único gremio cuyos
empresarios cuentan con un mercado más o menos estable y con
muchas posibilidades de crecimiento. Sus productos incluso se exportan
a otros países. Pero se trata, como ya se dijo, de casos excepcionales. El
hecho concreto es que el PIH se encuentra poco integrado al mercado
local y metropolitano y esta situación tiene que ver con una tendencia al
aislamiento que parte del mismo empresariado y que es expresión de su
baja o nula cultura empresarial.

Algunos empresarios destacan la “mala ubicación del Parque


Industrial” como un problema que explicaría su relativo aislamiento.
Parten de la idea de que esta “mala ubicación” impide que la gente
acuda al parque para adquirir sus productos o para solicitar sus servicios.
Un empresario del gremio de metal - mecánica nos manifestó que él se
había visto en la necesidad de alquilar un local en la Av. José Carlos
Mariátegui para trasladar ahí su taller porque, de lo contrario, los clientes
no irían a buscarlo. Otros empresarios, por el contrario, son más optimistas

143
en sus apreciaciones. Sostienen igualmente que el PIH se encuentra “mal
ubicado”; pero arguyen que este problema puede ser superado con una
adecuada promoción. “El problema de la mala ubicación del parque -
nos dijo uno de ellos- se resuelve con una buena promoción. Así estemos
en la punta del cerro, la gente vendría si es que hubiera publicidad”
(Víctor, EG, 1). En realidad, el Parque Industrial tiene una ubicación no
precisamente desventajosa al interior de Huaycán. No sólo se localiza en
la parte baja de la comunidad, cerca de la Av. Andrés Avelino Cáceres
-una de las principales-, sino que además cuenta con las vías de acceso
necesarias. El problema, en todo caso, viene a ser la ubicación de
Huaycán. En efecto, la CUAH se encuentra geográficamente un tanto
aislada de la ciudad. El aislamiento de Huaycán hace que el Parque
Industrial se perciba igualmente como un lugar poco accesible. Éste, sin
embargo, viene a ser un problema de percepción. Nada que no pueda
variar con el tiempo. Desde nuestro punto de vista, la baja integración
del Parque Industrial al mercado guarda estrecha relación con la
incipiente articulación de Huaycán a la dinámica urbana de la metrópoli
limeña. En tanto que este problema no se resuelva, el PIH seguirá
teniendo dificultades para integrarse a mercados más amplios en el
ámbito metropolitano. Y, desde luego, la percepción que tienen los
distintos agentes de que el parque no goza de una buena ubicación
tampoco cambiará.

Pero, evidentemente, no se trata de sentarse a esperar a que los


problemas se resuelvan solos. Una estrategia de posicionamiento en el
mercado puede ayudar a acelerar este proceso de integración, no sólo
del Parque Industrial, sino de la comunidad en su conjunto. Los
empresarios -o, por lo menos, sus dirigentes- tienen conocimiento de ello.
Ellos saben que las posibilidades de crecimiento del parque pasan

144
necesariamente por abrirse a nuevos mercados. Luis Garma, presidente
de la APEIH, nos manifestó lo siguiente al respecto:

“Económicamente Huaycán es una ciudad pobre. Los niveles de ingresos


de los pobladores son muy bajos. Pensar que Huaycán va a ser el
mercado del Parque Industrial es totalmente ingenuo. Como
supervivencia y paliativo de la situación actual, esta bien; pero ello no
quiere decir que el desarrollo del Parque Industrial se va a dar sólo en
base al mercado local. Este desarrollo tiene que darse más allá de lo que
es Huaycán. Es necesario abrirnos hacia otros mercados. Las estrategias
que se tienen que usar son dos: apertura y propaganda, siguiendo el
ejemplo de otros parques industriales que sí han tenido éxito” (Luis, EG, 1).

Cabe preguntarse, sin embargo, hasta qué punto los empresarios


del Parque Industrial de Huaycán se encuentran preparados para asumir
este reto. La apertura del parque supone la posibilidad de acceder a
nuevos mercados para la colocación de sus productos; pero también
deja abierto el camino para que muchas PYMEs quiebren y sean
desplazadas por otras -no necesariamente del lugar-, al no estar en
condiciones de competir. Eso es lo que ha pasado en otros lugares en los
que los Parques Industriales han tenido éxito. El ejemplo más cercano es
el del Parque Industrial de Villa El Salvador (PIVES) en el que la mayor parte
de los microempresarios no son precisamente originarios de la zona. En
este caso, la apertura del Parque Industrial significó el desplazamiento de
lo empresarios del lugar que no se encontraban en condiciones de
competir. Lo importante para la autoridad autónoma del PIVES era que
las PYMEs estén produciendo y dando trabajo a la gente del lugar. Poco
importaba si los empresarios eran de Villa El Salvador o no. Al contrario, lo
que se buscó desde un inicio fue hacer atractivo el PIVES a empresarios
de distintos lugares para que inviertan en él y generen nuevas fuentes de
empleo en el distrito. Los empresarios del Parque Industrial de Huaycán

145
conocen bien esta experiencia y, sencillamente, no quieren que pase lo
mismo con ellos. En otra parte de la entrevista grupal que hiciéramos a
los empresarios del parque, Garma -contando con el asentimiento de sus
colegas- nos dijo lo siguiente:

“Yo hago una diferenciación entre el empresario de Huaycán y el


empresario de Villa el Salvador. El primero es un empresario emergente
que ha dejado su taller que tenía de esteras en su UCV y ahora ya tiene
un taller propio en el Parque Industrial. No ha crecido mucho en su capital
de trabajo; pero al menos cuenta con infraestructura, conocimientos,
maquinarias, etc. Eso si, sigue siendo tallerista. No puede decirse que sea
empresario; pero tiene toda la potencialidad para serlo. En Villa El
Salvador, en cambio, el alcalde tuvo que romper con los
microempresarios del lugar y prácticamente los desapareció. Los
empresarios de Villa tenían altos costos de producción y, por eso,
quebraban y se iban del Parque. El alcalde tuvo que traer gente de otros
lugares. Actualmente ya no quedan empresarios originarios del lugar en
el Parque Industrial de Villa El Salvador. Nosotros no queremos que eso
pase acá. No queremos que haya una institución tutora, como en Villa El
Salvador, donde el alcalde preside la autoridad autónoma del Parque
Industrial. Nosotros queremos formar un directorio con la participación del
gobierno y de la alcaldía; pero que, al final, sean los microempresarios los
que tomen sus propias decisiones” (Luis, EG, 1).

Este discurso es bastante revelador de la mentalidad del


empresario del Parque Industrial de Huaycán. Como dice Garma, no se
trata propiamente de empresarios sino de “talleristas”, lo que sugiere la
existencia de formas de producción pre-capitalistas. “El tallerista -como
lo ha señalado Grompone- no necesariamente tiene la expectativa de
convertirse en un productor capitalista (…). Algunos de ellos desean
simplemente quedarse en donde están; a veces, porque conocen bien

146
que ingresar a una lógica diferente trae ventajas, pero también riesgos
de una caída que los deje sin aire para recuperarse por el peso de las
obligaciones contraídas”23. Los microempresarios del PIH conocen bien
las ventajas que le reportaría a este emporio su apertura hacia nuevos
mercados; pero también son conscientes de los riesgos que correrían en
una situación como esa, por eso, prefieren adoptar una actitud
conservadora y recelosa frente a toda posibilidad de cambio. Conviene
aclarar, sin embargo, que a lo que se oponen no es a la aplicación de
cambios, sino a la posibilidad de que estos conlleven algún riesgo que
amenace su status adquirido al interior del parque. Existe pues una
marcada aversión al riesgo que es típica de una mentalidad pre -
capitalista. Esta mentalidad se expresa también en una sobrevaloración
del trabajo manual, del oficio que desempeñan, que tiene prioridad
sobre cualquier otro tipo de actividad que exija un mayor esfuerzo
intelectual. No existe en el empresariado del PIH un sentido del cálculo
económico. Son muy pocos los microempresarios en los que se puede
observar una racionalización de su actividad productiva mediante el uso
de la contabilidad, la estimación de costos y el establecimiento de
márgenes de ganancia que le permitan incrementar su capital. La
mayoría sencillamente no lo hace. La capacidad de planificación es
igualmente muy escasa. Todo lo cual deviene en una deficiente gestión
empresarial que, por si fuera poco, tampoco es percibida como un
problema al cual haya que darle prioridad. Un empresario, a propósito
de esto último, nos manifestó lo siguiente:

“Yo creo que la gestión empresarial no es prioridad. Cada


microempresario realiza su gestión de acuerdo a sus conocimientos y
necesidades. Según eso, va avanzando. Es verdad que, al principio, se

23Romeo Grompone. “Talleristas y vendedores ambulantes en Lima”. DESCO. Lima - Perú,


1,985, p. 77.

147
requiere una orientación al respecto; pero pienso que hay temas mucho
más importantes como, por ejemplo, mejorar la calidad del producto
para poder competir en el mercado. Se requiere también capital de
trabajo. Es necesario que los créditos estén bien planificados para no
caer en la morosidad, haciendo un seguimiento al capital que se presta
y compartiendo la responsabilidad en caso de pérdidas” (Jaime, EG, 1).

Como se puede apreciar, quienes tienen la obligación de planificar


y asumir riesgos no son ellos, sino los agentes -Estado, ONGs, etc.- que
trabajan con ellos, otorgándoles créditos para que puedan desarrollar su
actividad productiva. En otras palabras, lo suyo no es planificar ni estimar
riesgos, sino producir. Si la comercialización de sus productos arroja
perdidas, la responsabilidad no sólo es de ellos sino también de quienes
les otorgaron el crédito para capital de trabajo. Este tipo de
razonamiento es incompatible con una mentalidad capitalista. En el
fondo, los empresarios del PIH no han roto con su condición de ex
trabajadores dependientes (ex obreros, ex empleados, etc.), que lo son
en su mayoría. No se sienten capacitados para asumir sus
responsabilidades empresariales con plena autonomía. Con frecuencia,
reivindican como un derecho la necesidad de contar con la asistencia
del Estado o de algún otro agente externo. El asistencialismo es una
actitud recurrente en los microempresarios del PIH. Existe mucha
inseguridad para lograr cosas por sí mismos. Como lo señaló uno de ellos:
“El estado, el gobierno local y las ONGs deben apoyarnos porque
nosotros damos trabajo a mucha gente. Por nosotros mismos no podemos
salir adelante” (Víctor, EG, 1). Evidentemente, esta inseguridad, que
revela una falta de confianza en sí mismos, guarda estrecha relación con
la aversión al riesgo, a la que ya hemos aludido más arriba. Y, como no
podía ser de otra manera, tiende a reforzar la mentalidad conservadora
que caracteriza al empresario del PIH. Lo ideal para estos empresarios es
abrirse hacia nuevos mercados; pero hacerlo con la tutela del Estado o

148
de alguna otra entidad no necesariamente gubernamental que cumpla
la misma función. Esta suerte de “apertura tutelada” permitiría a estos
empresarios superar su “minoría de edad” sin correr los riesgos inherentes
a los mercados competitivos.

Ahora bien, lo anterior no quiere decir que no exista capacidad de


autocrítica, por lo menos, en un sector del empresariado del PIH. Esta
autocrítica, sin embargo, está cargada de ambigüedad y tiende a
reafirmar la tendencia al asistencialismo como único medio par
solucionar los problemas del parque. Una muestra de ello viene a ser lo
sucedido con el problema del crédito. Como ya ha sido mencionado, la
mayor parte de los empresarios del parque están sumidos en una
situación de morosidad y prácticamente la totalidad carece de acceso
al crédito. Algunos empresarios atribuyen este problema a las
características del sistema financiero peruano que no está diseñado para
favorecer el desarrollo de la micro y pequeña empresa. Esto es cierto;
pero no explica la situación de los empresarios del PIH. En realidad, no se
puede decir que estos empresarios no hayan tenido acceso al crédito.
Todo lo contrario, hasta hace poco contaban con distintas líneas de
crédito. No solamente han tenido el apoyo del Banco de Materiales sino
también de otras instituciones, como es el caso de ADELH y SOLIDARIOS,
que precisamente les han apoyado otorgándoles créditos para capital
de trabajo. El problema es que estas líneas de crédito han sido cerradas
debido a que la mayor parte de los empresarios no cumplía con devolver
los prestamos que se les otorgaban. En algunos casos no pagaban
porque efectivamente carecían de fondos para hacerlo; pero también
han habido casos de empresarios a los que simple y llanamente no les
daba la gana de pagar. Todo lo cual revela una ausencia de “cultura
crediticia” en el empresariado del PIH que, a la larga, ha terminado

149
perjudicándolo, debido a que ha minado la confianza de los agentes
externos (Bancos, ONGs, Estado, etc.).

La reacción de los empresarios frente a este problema ha sido –


como ya ha sido mencionado- bastante ambigua. Por un lado, se intenta
sacar lecciones de la experiencia mediante el ejercicio de la autocrítica.
Hoy en día la mayor parte de los empresarios acepta que las deudas hay
que pagarlas porque, de lo contrario, se afecta la credibilidad y, sin
credibilidad, no se hace nada (aunque todavía existen algunos
despistados -pensando siempre en términos asistencialistas- que hablan
de la condonación de las deudas como la solución ideal al problema;
piensan que ello les permitiría volver a ser sujetos de crédito). Por otro
lado, se insiste en criticar la falta de sensibilidad e incomprensión de las
entidades que antes les otorgaban créditos. Incluso, como ya hemos
tenido oportunidad de darlo a conocer, se habla de una responsabilidad
compartida de estas entidades, debido a que no hacen un seguimiento
de los prestamos que realizan. La solución ideal al problema, además de
la creación de un fondo rotatorio propio24, consiste -en opinión de los
microempresarios- en que se les otorguen nuevos créditos; pero esta vez
contando con una asistencia permanente de las entidades acreedoras,
de modo tal, que ellas mismas garanticen la devolución del dinero. En
otras palabras, lo que se propone es la creación de “créditos asistidos”,
con tasas de interés preferenciales, cuya gestión recaiga no en los
beneficiarios sino en las entidades prestamistas; las mismas que tendrían
que asumir su responsabilidad en caso de perdidas. Las declaraciones
que seguidamente pasamos a citar no dejan dudas a este respecto:

24Existe un proyecto para crear un fondo rotatorio propio para brindar créditos a los
microempresarios del PIH. Este fondo contaría con un capital inicial de US$ 40,000. El
monto se obtendría de la venta de veinte lotes que se habilitarían en un área adyacente
del Parque Industrial.

150
“Definitivamente el crédito es muy importante. Aquí la gente está mal
acostumbrada. Todo préstamo hay que devolverlo, de otro modo, se van
cerrando puertas y así no llegamos a ningún lado. Para nosotros, que
hacemos empresa, la credibilidad es importante. Como el crédito que
nos otorgó el Banco de Materiales fue por una decisión presidencial,
hemos salido adelante gracias a un “crédito social”; lo que, a la larga,
nos ha perjudicado. Cuando no pagamos 5 o 6 letras vencidas, el Banco
nos declara morosos y, después, nos obligan a refinanciar la deuda y
tenemos que hacerlo con interés comercial. En una oportunidad,
pedimos una tregua al Banco de Materiales para que nos dé por lo
menos un año de gracia con el recargo de intereses; pero el Banco
nunca nos hizo caso… Por eso estamos en esta situación. No hay interés
en solucionar nuestro problema” (Víctor, EG, 1).

“El microempresario del Parque Industrial se ha mal acostumbrado. No


tiene cultura crediticia. Piensa que las ONG han captado sus recursos
para dar un beneficio y que éstos no son retornables. Creo que es
necesario cambiar esta mentalidad. No es bueno que se preste plata al
microempresario, pasen los años y no devuelva el dinero. Eso es malo
porque, además, perjudica a todos los empresarios. Por la culpa de
algunos que no pagan, nos quitan el crédito a todos. Tiene que haber
una cultura crediticia. El “asistencialismo” malogró la mentalidad de la
gente. Eso definitivamente tiene que cambiar. Pero la culpa no es
solamente de los empresarios. Por un lado, se habla mal del empresario,
se dice que no paga; pero, por el otro, no se le dan las facilidades del
caso. Mi experiencia me dice que todo crédito tiene que tener
seguimiento. Se les debe brindar apoyo y asesoría a los microempresarios
para que éstos puedan hacer buen uso del dinero. Algunas instituciones
te prestan el dinero y después ya no se acuerdan hasta que llega el día
en que te vienen a cobrar. La cantidad que te prestan además es tan
pequeña, 300 o 400 dólares, que no alcanza para nada. La gente se lo
termina gastando en otras cosas. Algunos se lo consumen en una noche,

151
con los amigos. Yo conocí el caso de una institución que prestaba dinero
con el 1% de interés mensual (esto no lo hace ninguna ONG
actualmente). Todos criticaban el tipo de interés que brindaba esa
institución. La gente, en algunos casos, no pagaba; pero la gran mayoría
si lo hacía. Para que los empresarios recuperen su capital se les inyectaba
más capital. Se le prestaba más plata; pero, eso si, se les hacía
seguimiento. El microempresario podía así pagar todas sus deudas. Tiene
que haber un seguimiento sobre el microempresario para que al final
devuelva el dinero” (Luis, EG, 1).

Lo acontecido con el crédito corrobora nuestra hipótesis acerca


de que el aislamiento del PIH se explica, antes que por su localización
geográfica o la falta de una adecuada promoción, debido a la ausencia
de cultura empresarial que caracteriza a los microempresarios que
ocupan sus instalaciones. La “cultura crediticia” -que no es otra cosa que
el respeto a la palabra empeñada- es un componente básico de la
cultura empresarial, puesto que es generadora de confianza. Su
ausencia, por el contrario, provoca desconfianza en los demás agentes
públicos y/o privados (Estado, Bancos, ONGs, etc.). Estos, por su parte,
tienden a marginar del sistema a la fuente generadora de desconfianza,
en este caso, los microempresarios del PIH. Esta desconfianza, por otro
lado, es introyectada por los propios agentes que la generan que, a
menudo, se muestran inseguros, no confían en sí mismos y, en no pocos
casos, experimentan un deterioro de su autoestima que los lleva a buscar
-en forma individual o en grupo- la “protección” de terceros. Y, cuando
no encuentran esta protección, tienden a cerrarse más sobre sí mismos.
Se aíslan. Eso es lo que ha pasado con los microempresarios del PIH en los
últimos años. Acostumbrados, como estaban, a la protección del Estado,
no supieron que hacer cuando éste dejo de apoyarlos. Muchos de ellos
todavía se sienten desamparados. Saben, por un lado, que la solución a

152
los problemas del parque pasa por su apertura a nuevos mercados (no
sólo de productos, sino también de capitales); pero, por otro lado, no se
sienten capaces de transitar el camino solos, sin el apoyo de una
institución tutora (llámese Estado, Gobierno Local u ONG) que los
patrocine.

A lo anterior cabe agregar el alto grado de informalidad que


caracteriza a las PYMEs del PIH. La informalidad parece ser electiva en la
mayor parte de los microempresarios. Esto se hace evidente, sobre todo,
en lo concerniente al título de propiedad. El trámite para obtener este
documento ante COFOPRI no es muy costoso y, por lo mismo, es
accesible a la mayoría de los empresarios. Todos lo han comenzado, por
iniciativa de los propios funcionarios de COFOPRI, pero son muy pocos los
que actualmente cuentan con el título de propiedad de sus lotes. La
mayoría, como ya hemos tenido oportunidad de decirlo, se encuentra
con el trámite paralizado y trata de dilatarlo al máximo. Subyace el temor
en estos empresarios de que su propiedad le sea embargada por sus
acreedores; pero también se busca evadir el pago de algunas
obligaciones tributarias (impuesto predial, arbitrios, etc.). Su bajo sentido
del calculo económico no les permite sopesar el costo del acceso a la
propiedad formal con las ventajas que ésta implica en cuanto a la
posibilidad de acceder a nuevas fuentes de financiamiento. En algunos
casos, si lo hacen; pero la inseguridad y su aversión al riesgo los lleva a
desistir de acceder a la formalidad. Lo paradójico de todo esto es que los
microempresarios del PIH, por un lado, se quejan de no tener acceso a
créditos para capital de trabajo; y, por el otro, se resisten a formalizar sus
propiedades; lo que, eventualmente, podría abrirles las puertas a nuevas
fuentes de crédito. Lo que subyace a este comportamiento, de nuevo,
es el temor a arriesgar. El estado, las ONG, etc., pueden arriesgar en ellos
colocando sus créditos; pero ellos no pueden hacerlo en beneficio propio

153
accediendo a créditos en la banca formal. Esta parece ser la filosofía que
los motiva. Ahora bien, lo concreto es que la informalidad, sumada a la
ausencia de una “cultura crediticia”, limita el acceso de los empresarios
del Parque Industrial a créditos para capital de trabajo, tanto en el sector
público como en el privado. Ambos problemas, por otro lado, son
indicativos de la inexistencia de una cultura empresarial en los
propietarios de las PYMEs del PIH.

******

Para terminar, conviene subrayar que es cierto -tal como lo han


manifestado los microempresarios- que al Parque Industrial de Huaycán
le hace falta promoción. También es verdad que se necesita capital de
trabajo. Una cosa va amarrada a la otra. Como dijo un empresario: “de
nada sirve que te marquetees, que entregues tu tarjeta, tu teléfono…, si
a la hora en que te vienen a buscar no tienes mercadería para mostrar;
entonces no sólo pierdes un contrato, sino que encima quedas mal y ya
no te vuelven a llamar” (Jaime, EG, 1). Además de promoción y de
capital de trabajo, también se necesita brindar capacitación técnico -
productiva a los microempresarios y al personal que labora en las PYMEs
del PIH. Y, por supuesto, el acceso a la información del mercado es
imprescindible, si se quiere ampliar las redes de comercialización. Todos
estos elementos son necesarios para construir una estrategia de inserción
y posicionamiento en el mercado, y no deben ser subestimados. El
problema, en todo caso, tiene que ver con la sostenibilidad de la
estrategia. Una primera alternativa, haciéndole caso a los empresarios
del PIH, es construir una estrategia de inserción en el mercado sobre bases
artificiales, que no ataquen el problema de fondo y que, por lo mismo, no
garanticen su sostenibilidad en el tiempo. La otra alternativa, que es por
la que nos inclinamos, apunta a atacar el problema en sus raíces. Esto

154
quiere decir que la integración del PIH al mercado de manera sostenible
sólo es posible si es que los empresarios finalmente comprenden que es
necesario cambiar hábitos y costumbres, propios de una mentalidad pre
- capitalista, que se encuentran bastante arraigados en ellos. Desde esta
óptica, la apertura del parque hacia nuevos mercados -y, porque no
decirlo, hacia nuevos capitales- debe estar precedida de una apertura
mental que haga permeable a los empresarios a los valores empresariales
del capitalismo. De otro modo, siempre existirá la posibilidad de que las
PYMEs del parque retornen a la economía de subsistencia que es la que
actualmente las caracteriza. Sin cultura empresarial, el Parque Industrial
de Huaycán no desarrollará. Es necesario, por ello, que las personas
cambien. Y, si es que éstas se resisten a hacerlo, se hace necesario
entonces -aunque suene duro decirlo- cambiar a las personas. La
apertura del parque no puede pasar por alto esta alternativa.
Finalmente, lo que le interesa a la población de Huaycán no es que los
empresarios que ocupan las instalaciones del Parque Industrial sean
originarios del lugar o no, sino que las PYMEs -independientemente de
quienes sean sus dueños- se encuentren produciendo y dando trabajo a
la gente.

155
156
157
CONCLUSIONES

158
A modo de conclusión y como quien extrae las principales ideas
fuerza que se han expuesto a lo largo de los capítulos precedentes,
podemos mencionar lo siguiente:

• La Comunidad Urbana Autogestionaria de Huaycán ha avanzado


mucho en los diecisiete años que tiene de existencia, sobre todo,
en lo que respecta al acceso a los servicios básicos (luz, agua y
desagüe) y públicos (limpieza pública, transporte, ornato, etc.); lo
que no quiere decir que el problema de la habilitación urbana
haya sido superado, pues aún falta construir pistas y veredas
prácticamente en la totalidad de calles de la comunidad. No se
puede decir, en consecuencia, que Huaycán sea un área urbana
consolidada -ni siquiera lo es en las zonas bajas-, toda vez que este
proceso aún no se encuentra concluido. En todo caso, se trata de
un área en vías de consolidación o semi - consolidada.

• La mayor parte de la población de Huaycán es pobre y no son


pocas las familias, sobre todo en las zonas altas, que viven en una
situación de extrema pobreza; aunque no existe una cifra oficial a
este respecto. El problema de la pobreza en Huaycán, sin
embargo, tiene poco que ver con la falta de acceso a los servicios
básicos. Muchas familias de las zonas bajas, que cuentan con

159
acceso a los servicios de luz, agua y desagüe, viven aún en
situación de pobreza. La pobreza está asociada, en este caso, al
bajo nivel educativo de la población, que se traduce en altas tasas
de desempleo y subempleo que afectan a la mayoría de las
familias de Huaycán.

• La situación de la educación es sumamente crítica en Huaycán.


Esta comunidad cuenta con una importante infraestructura
educativa en el sector público; pero la calidad del servicio, tanto
en la escuela pública como privada, es muy baja. Cerca del 12%
de la población en edad escolar se queda cada año sin estudiar.
Esta población deja la escuela, en parte, por problemas
económicos; pero también hay un sector importante de ella que
se desvincula de la escuela, sobre todo en el nivel secundario,
porque considera que los conocimientos que se imparten en ella
no les serán útiles.

• Un porcentaje importante de las familias de Huaycán, en las que la


pobreza se ha tornado endémica, han desarrollado un conjunto
de conductas de riesgo social entre sus miembros -sobre todo en
los más jóvenes- que afectan a la mayoría de la población. Estas
conductas están relacionadas, en la vida pública, con la actividad
delictiva y con la violencia protagonizada por las pandillas
juveniles. La inseguridad ciudadana se ha convertido en uno de
los principales problemas que afectan a Huaycán. El accionar de
la delincuencia común y de las pandillas juveniles se ha salido del
control de las autoridades locales (Comisaría del sector /
Serenazgo de Ate - Vitarte) y de la propia organización comunal.

160
• El problema de la inseguridad afecta no sólo la vida pública sino
también la vida privada. En Huaycán, los índices de violencia
familiar son bastante altos, pese a que las cifras oficiales sugieren
otra cosa. Las principales víctimas son, como siempre, las mujeres y
los niños. La violencia doméstica, la desestructuración familiar, la
alta tasa de embarazo adolescente (que afecta al 11.5% de las
adolescentes), etc., son algunos de los desórdenes más frecuentes
que afectan a los hogares de Huaycán. Estos problemas generan
una serie de patologías individuales que influyen negativamente en
el desenvolvimiento de la vida comunitaria.

• La Comunidad Urbana Autogestionaria de Huaycán (CUAH) posee


una compleja estructura organizativa que responde a un esquema
piramidal de participación que, con el transcurrir del tiempo, se ha
tornado obsoleto. Este modelo organizativo, que concibe la
participación como un involucramiento generalizado de la
población, funcionó bien en sus inicios, cuando la prioridad de la
población era el acceso a los servicios básicos de luz, agua y
desagüe; pero, a medida que estos problemas se fueron
solucionando -sobre todo en las zonas bajas de Huaycán-, la
organización comunal poco a poco comenzó a debilitarse. A este
debilitamiento contribuyo también el accionar de Sendero
Luminoso y de las FF. AA., en los años más críticos de la guerra
interna (1,990 - ‘94), que hizo que la población se inhibiera de
participar en la organización comunal.

• El Estado, una vez derrotada la subversión, estableció un modelo


de intervención que se tradujo en el establecimiento de relaciones
clientelares de tipo autoritario (y cleptocrático) con la dirigencia
comunal. Por un lado, se alentó el conformismo, la pasividad y se

161
desmovilizó de la población; y, por el otro, se afianzó la función de
la dirigencia comunal como intermediaria de los funcionarios
estatales. Todo esto, sumado a la corrupción de un importante
sector de la dirigencia -y al hecho irreversible de que Huaycán es,
en la actualidad, una comunidad mucho más compleja de lo que
fue cuando se fundó-, dio lugar a la actual crisis orgánica en la
CUAH, que se traduce en una desconfianza generalizada de la
población hacia la dirigencia comunal que, a su vez, genera una
baja participación de los vecinos en las distintas instancias de la
organización comunal.

• La organización comunal de Huaycán ha dejado de ser funcional


a los intereses de la población que tienden cada vez más a
diversificarse. La idea de comunidad como entidad homogénea
que involucra al conjunto de la población en su dinámica
organizativa -que es el supuesto sobre el que se constituyó la CUAH-
no se aplica para el caso de Huaycán. Lo que se tiene, por el
contrario, es un conglomerado urbano altamente complejo y
heterogéneo que se resiste a ser representado por un tipo particular
de organización. En Huaycán convergen una pluralidad de
intereses que articulan lógicas colectivas e individuales que
reclaman distintos canales de expresión. La participación, en este
contexto, se torna cada vez más esporádica y responde a intereses
muy concretos de los pobladores.

• La dirigencia comunal aún se resiste a asimilar estos cambios y, por


el contrario, persiste en mantener el monopolio de la
representación de la comunidad. Lo que ocurre es que el
paradigma participativo que presuponía el involucramiento
generalizado de la población en acciones colectivas, que en el

162
pasado le dio buenos resultados a la dirigencia de la CUAH, en la
actualidad simple y llanamente se ha tornado obsoleto. No tiene
sentido volver a él como modelo de soluciones para los problemas
de Huaycán porque sencillamente ya no funciona. Un cambio de
paradigma en el esquema de participación presupone
necesariamente una renovación generacional en el plano
dirigencial. No se trata solamente de inyectar sangre nueva en las
distintas instancias de la organización comunal sino de cambiar
viejas formas de pensar y actuar.

• Las organizaciones de mujeres de Huaycán (Clubes de Madres,


Comedores Autogestionarios, Comités del Vaso de Leche, Frente
de Mujeres, etc.) han pasado por dos etapas muy marcadas en su
proceso de desarrollo. En una primera etapa, que tuvo lugar en los
años '80, estas organizaciones emergen en la escena pública y se
consolidan internamente, manteniendo su autonomía respecto a
cualquier tipo de agente externo. La segunda etapa, por el
contrario, transcurre a lo largo de toda la década de los ’90 y se
caracteriza por el progresivo debilitamiento de estas
organizaciones. Este debilitamiento se debió tanto a factores
internos como externos. Entre los primeros, cabe mencionar el
distanciamiento que se produjo desde inicios de la década
pasada entre la dirigencia central y las bases, que también se
expresa como un conflicto generacional entre las dirigentes más
antiguas y las más jóvenes. Entre los factores externos, una vez más
el accionar de SL y de las FF. AA. -en la época más crítica de la
guerra interna- contribuyó a debilitar este tipo de organizaciones.

• Ni Sendero Luminoso ni las FF. AA., sin embargo, contribuyeron a


debilitar tanto a las organizaciones de mujeres como la

163
intervención del Estado a través de un organismo como el
PRONAA, en el segundo lustro de la década pasada. El accionar
de esta entidad estatal recayó, sobre todo, en los Clubes de
Madres y Comedores Autogestionarios. Los funcionarios del
PRONAA no sólo dividieron a estas organizaciones -
aprovechándose de los conflictos internos entre las antiguas y las
nuevas dirigentes- sino que además promovieron la creación
nuevos comedores y los agruparon en torno a una coordinadora
que hacía paralelismo a la dirigencia central de los Clubes de
Madres y Comedores Autogestionarios. El incremento de
comedores no necesariamente significó un aumento de la
participación femenina en estas organizaciones. Lo que ocurrió fue
que muchas madres se desvincularon de los Comedores
Autogestionarios y Clubes de Madres más antiguos para formar
nuevos comedores. Es así que el número promedio de socias que
integran estas organizaciones disminuyó significativamente entre
un 40% y 50% en el último lustro. En términos absolutos, la
participación femenina en estas organizaciones ha disminuido en
los últimos años y la tendencia se mantiene inalterable.

• Las organizaciones de mujeres de Huaycán gozan actualmente de


una mayor autonomía. Ello no quiere decir, sin embargo, que se
hayan fortalecido. Los problemas internos que hicieron posible su
manipulación y debilitamiento no han desaparecido. Los conflictos
entre antiguas y nuevas dirigentes aún subsisten y todo hace prever
que se mantendrán en los próximos años. A lo anterior, cabe
agregar la secuela que ha dejado la manipulación de estas
organizaciones durante el régimen de Fujimori. Existen muchas
madres que no participan en las organizaciones de mujeres
sencillamente porque saben que igual se van a beneficiar de ellas.

164
Algunas incluso creen que el Estado o las organizaciones de
mujeres tienen la obligación de apoyarlas a ellas y a sus hijos. Existe
también un porcentaje importante de madres -sobre todo jóvenes-
que no confían en las dirigentes de las organizaciones y eso las lleva
a inhibirse de participar en ellas. La indiferencia y la desconfianza
de la población femenina constituyen los dos principales
obstáculos que tienen que vencer estas organizaciones para
revertir la tendencia a la baja participación en ellas.

• La situación de las organizaciones juveniles de Huaycán contrasta


con lo sucedido con la organización comunal y las organizaciones
de mujeres. En este caso se trata de organizaciones relativamente
nuevas que, en promedio, no tienen más de tres años de existencia
y que, pese a su número reducido y al contexto adverso en el que
surgen, han sabido mantenerse y tienden a crecer. Estas
organizaciones surgen en respuesta a la exclusión sistemática de la
que son objeto los jóvenes en la organización comunal. Los jóvenes,
adolescentes y niños constituyen aproximadamente dos tercios de
la población de Huaycán; sin embargo, no tienen participación en
ninguna instancia de la organización vecinal. Esta población
cuenta con una agenda propia que sencillamente no está siendo
atendida por los mayores. Entre los problemas que preocupan a los
jóvenes destacan, en primer lugar, el bajo nivel de la educación y
las altas tasas de desempleo y subempleo juvenil, que tienden a
reproducir la situación de pobreza en la que viven la mayoría de
ellos; pero también existen problemas de violencia domestica,
desestructuración familiar, pandillaje juvenil, drogadicción,
embarazo adolescente, etc., que igualmente captan el interés de
los jóvenes. La necesidad de encontrar alguna solución a estos
problemas es precisamente lo que lleva a los jóvenes a organizarse,

165
más allá de que -por el momento- sólo se trate de un grupo
minoritario.

• Es sintomático que las organizaciones juveniles de Huaycán hayan


nacido justamente en el momento en que se produjo un
renacimiento de la juventud como “masa crítica” a nivel nacional.
Nos referimos obviamente al rol que han jugado los jóvenes en la
derrota de la dictadura fujimorista y al lugar que ocupan en el
escenario político actual. La agenda de los jóvenes de Huaycán es
muy similar a la de los jóvenes de otros lugares, al fin y al cabo, los
problemas son los mismos. Esto hace que su ámbito de acción no
necesariamente se circunscriba a la comunidad; no obstante, en
la práctica, su accionar haya sido netamente local. Lo que ocurre
es que estas organizaciones carecen de un referente al interior de
la comunidad que no sea otro que el de la propia organización
comunal. Esto se expresa en una “ambigüedad discursiva” que, por
un lado, insiste en hablar de un “interés común” y, por el otro,
enfatiza la necesidad de obtener beneficios individuales para los
jóvenes. Esta “ambigüedad discursiva” hace que muchos jóvenes
se inhiban de participar en estas organizaciones porque sospechan
de que sus miembros esconden una intencionalidad política. Esta
suspicacia retroalimenta la desconfianza en los jóvenes que
alcanza también al grupo de pares. Es muy probable que un
cambio en el discurso de estas organizaciones provoque una
mayor participación de los jóvenes en ellas. Más allá de que su
número sea todavía pequeño y la participación de los jóvenes sea
igualmente minoritaria, las organizaciones juveniles de Huaycán
encierran un potencial que, de hecho, está haciendo que crezcan
y seguramente hará que esta tendencia (al crecimiento) se
acentúe en los próximos años.

166
• La actividad económica que existe en Huaycán no se encuentra
integrada al sistema económico formal y se restringe, en su mayor
parte, a actividades de sobrevivencia que operan dentro del
circuito de la economía informal. En ese sentido, tiende a
reproducir la pobreza en la que vive la mayoría de la población.
Los distintos sectores económicos que existen en Huaycán
(agropecuario, PYMEs, comercio, transporte, etc.) generan un total
de 9,580 puestos de trabajo. Esta cifra constituye la capacidad
neta de puestos de trabajo con que cuenta la comunidad. El
sector comercio es el que genera el mayor número de puestos de
trabajo (44.8%), seguido del transporte (15.9%), la educación
(14.6%), las PYMEs (9%), el sector agropecuario (5.5%), la
construcción (2.6%), la salud (2.4%) y otros (5.2%). Es importante
subrayar que sólo el 82.3% de estos puestos de trabajo son
ocupados por personas que residen en el lugar. La capacidad de
autocontención de la fuerza laboral, por otro lado, alcanza sólo al
18.2% de la PEA. Esta capacidad de autocontención
desgraciadamente sólo funciona para la PEA que cuenta con los
más bajos niveles de calificación o carece de experiencia laboral.
La población con mayor experiencia o con más altas
calificaciones, por lo general, no se queda a laborar en la
comunidad. En Huaycán, sin embargo, existe una demanda
sostenida de personal calificado en el sector de la salud y la
educación que no esta siendo atendida por la población. En
efecto, sólo uno de cada dos puestos de trabajo que se generan
en estos sectores es ocupado por gente de la comunidad. En
general, sólo el 31.7% de los puestos de trabajo que se crean en
Huaycán reúne las condiciones de empleo adecuado. El 68.3%, por
el contrario, está asociado a condiciones de subempleo y, por lo

167
tanto, no constituyen ninguna alternativa para salir de la pobreza;
lo que corrobora el perfil de sobrevivencia que caracteriza a la
actividad económica de Huaycán.

• La situación en la que actualmente se encuentran las PYMEs del


Parque Industrial de Huaycán, en términos generales, es de
subsistencia. Los empresarios del PIH atribuyen este problema a los
siguientes factores: 1) la falta de promoción del Parque Industrial;
2) la carencia de capital de trabajo; 3) la falta de capacitación
técnico - productiva; y 4) la escasa información con respecto al
mercado. Todos estos factores explican, en su opinión, la escasa
integración del PIH al mercado local y metropolitano. El problema,
sin embargo, es mucho más complejo de lo que aparenta. Desde
nuestro punto de vista, el aislamiento del PIH se explica a partir de
la falta de cultura empresarial que se observa en los empresarios
de este emporio industrial. Esta carencia se manifiesta, entre otras
cosas, en un bajo dominio del cálculo, la ausencia de una cultura
crediticia, la tendencia al asistencialismo, etc. Existe en el
empresariado del PIH una tendencia al aislamiento que se maquilla
con un discurso localista y autocomplaciente que destaca las
virtudes de ser “empresariado emergente” -que tiene como
contraejemplo a los empresarios del parque industrial de Villa El
Salvador (PIVES) que, en su mayor parte, no son originarios del
lugar- y que esconde el temor a competir en el mercado y a ser
desplazados por otros empresarios.

• Los empresarios del PIH prefieren calificarse a sí mismos como


“talleristas” antes que como empresarios, lo que es revelador de la
existencia de una mentalidad precapitalista en la mayoría de ellos.
Esta mentalidad se expresa principalmente como una aversión al

168
riesgo. Los microempresarios conocen bien las ventajas que le
reportaría al PIH su apertura hacia nuevos mercados; pero también
son conscientes de los riesgos que correrían en una situación como
esa. Este es el motivo por el cual prefieren adoptar una actitud
conservadora y recelosa frente a toda posibilidad de cambio. A lo
que se oponen, en rigor, no es a la aplicación de cambios, sino a
la posibilidad de que estos conlleven algún riesgo que amenace su
status adquirido al interior del parque. Existe pues una marcada
aversión al riesgo que es típica de una mentalidad pre - capitalista.
Ahora bien, la integración del PIH al mercado de manera sostenible
sólo es posible si es que el empresariado finalmente comprende
que es necesario cambiar sus hábitos y costumbres pre - capitalista.
Desde esta óptica, la apertura del parque hacia nuevos mercados
-y, porque no decirlo, hacia nuevos capitales- debe estar
precedida de una apertura mental que haga permeable a los
empresarios a los valores empresariales del capitalismo. De otro
modo, siempre existirá la posibilidad de que las PYMEs del parque
retornen a la economía de subsistencia que es la que actualmente
las caracteriza.

169
RECOMENDACIONES

170
Los problemas de Huaycán que han sido identificados a través del
presente diagnóstico exigen un tratamiento integral que, al menos, debe
contemplar tres áreas de intervención:

• FORTALECIMIENTO DEL CAPITAL SOCIAL: Se recomienda fortalecer


el capital social individual y comunitario que se ha visto seriamente
debilitado en la última década. El debilitamiento del capital social
se expresa, sobre todo, en la desconfianza generalizada que se
encuentra bastante arraigada en la mayoría de la población de
Huaycán. Esta desconfianza se proyecta no sólo hacia las
organizaciones -o sus líderes- sino también hacia las personas. Se
hace necesario, por tanto, reconstruir las confianza en la
población. Para ello se requiere movilizar a los distintos actores de
la comunidad -así como a los agentes externos que operan en ella-
en torno a este objetivo común. Se tiene que actuar de manera
simultánea tanto en el nivel individual como en el comunitario. En
el nivel individual, es necesario inculcar en las personas -sobre todo
en los más jóvenes- normas, valores, creencias y actitudes que las
predispongan a cooperar en la búsqueda de un beneficio mutuo.
En otras palabras, de lo que se trata es de construir un capital social
cognitivo que forme parte de la dotación de capacidades básicas
de las personas. En el nivel comunitario, es necesario fortalecer y

171
empoderar a la organización comunal y a las organizaciones de
mujeres, de modo tal que estas organizaciones -que se han visto
seriamente debilitadas en la última década- puedan recuperar la
confianza de la población y revertir la tendencia a la baja
participación que actualmente las caracteriza. Tanto la
organización comunal como las organizaciones de mujeres aún no
han agotado su ciclo en Huaycán. En el caso de la organización
comunal, de lo que se trata es de fortalecer a los comités de base
y a las dirigencias zonales para que, en consonancia con las bases,
respondan a las necesidades concretas de la población. En lo que
respecta a las organizaciones de mujeres, lo que se debe buscar -
además de fortalecerlas- es ampliar su esfera de acción de modo
tal que estén en capacidad de dar respuestas efectivas a los
problemas de violencia familiar, embarazo adolescente, etc., cuya
incidencia es particularmente alta en Huaycán.

• JÓVENES: Una segunda área de intervención es la que compete a


los jóvenes. Los jóvenes, adolescentes y niños no sólo constituyen la
mayoría de la población de Huaycán, sino que además son los que
mayormente padecen los problemas que afectan a esta
comunidad, sobre todo, por la exclusión de la que son objeto tanto
en la vida pública como privada. Es recomendable por ello
fortalecer el capital social grupal e individual de los jóvenes de
Huaycán, dotándolos de capacidades organizativas y productivas
que, por un lado, le permitan acceder a beneficios materiales que
eleven su calidad de vida y, por el otro, favorezcan la emergencia
de nuevos liderazgos sociales que contribuyan de manera efectiva
al desarrollo sostenido de la comunidad. Una estrategia de
intervención con estas características, en nuestra opinión, permitirá
empoderar a los jóvenes de Huaycán, al dotarlos no sólo de

172
instrumentos y habilidades productivas sino también de
capacidades propositivas, de negociación y ejecutivas y de
espacios institucionales adecuados para su participación.

• EMPLEO: En el campo del empleo, se recomienda emprender


acciones que no sólo apunten a generar nuevos puestos de
trabajo -o a mejorar los ya existentes- sino que estén orientadas
sobre todo a enriquecer el capital humano, de modo tal que
aumenten las probabilidades de conseguir empleo de los
pobladores de Huaycán, tanto dentro como fuera de la
comunidad. Se recomienda, por otro lado, seguir apostando por el
desarrollo de las PYMEs de Huaycán. El hecho de que actualmente
no sean las principales generadoras de empleo en Huaycán no
quiere decir que en el futuro no lo sean. Es necesario, en ese
sentido, promover la apertura del Parque Industrial de Huaycán
hacia nuevos mercados que, eventualmente, incluyan la inyección
de nuevos capitales que contribuyan a crear nuevas fuentes
empleo para la población de Huaycán. Este emporio industrial es
estratégico para el desarrollo de las PYMEs de Huaycán, más allá
de que la mayoría de ellas no funcionen en sus instalaciones. De
manera simultánea, se recomienda ampliar el área de intervención
a las PYMEs que no ocupan las instalaciones del Parque Industrial,
a fin de que puedan tener las mismas oportunidades de desarrollo.
Se recomienda, por último, seguir apostando en la búsqueda de
nuevos yacimientos de empleo en Huaycán. Actualmente, a parte
de los moto-taxistas que operan en el sector transporte, no existen
nuevos yacimientos de empleo en Huaycán. Existe, sin embargo,
todo un potencial de desarrollo en el sector servicios -restaurantes,
hoteles, cabinas de Internet, turismo, etc.- que, de ser bien

173
orientado, puede dar lugar a la generación de nuevas fuentes de
empleo en un futuro próximo.

Marzo del 2,002

174
Anexo 1

HUAYCAN EN CÍFRAS

175
A. POBLACIÓN

Cuadro No 01: Población de Huaycán, según


sexo y edad: año 2000.

SEXO
EDAD TOTAL
HOMBRES MUJERES
0–4 4466 4539 9005
5–9 4412 4484 8896
10 – 14 4517 4589 9106
15 – 19 4805 4883 9688
20 – 24 5356 5442 10798
25 – 29 4840 4919 9759
30 – 34 4218 4218 8436
35 – 39 3593 3650 7243
40 – 44 2955 3002 5957
45 – 49 2537 2558 5095
50 – 54 2055 2088 4143
55 – 59 1665 1692 3357
60 – 64 1364 1385 2749
65 y más años 2899 2894 5793
TOTAL 49682 50343 100025
(%) (49.7) (50.3) (100)
Fuente: MINSA - Hospital Local de Huaycán

176
Cuadro No 02: Población de Huaycán, según
Categoría de edad: año 2000.

SEXO
TOTAL
CATEGORÍA DE EDAD HOMBRES MUJERES
N % N % N %

A. Niños y Adolescentes:

Menores de 6 años. 6231 12.5 6333 12.6 12564 12.6


07 – 12 años. 5357 10.8 5443 10.8 10800 10.8
13 – 17 años. 4690 9.4 4766 9.5 9456 9.5

Sub – total 16278 32.7 16542 32.9 32820 32.9

B. Jóvenes:

18 – 25 años. 8246 16.6 8379 16.6 16625 16.6


26 – 34 años. 8090 16.3 8153 16.2 16243 16.2

Sub – total 16336 32.9 16532 32.8 32868 32.8

C. Adultos:

35 – 59 años. 12805 25.8 12990 25.8 25795 25.8

D. Tercera edad:

60 y más años. 4263 8.6 4279 8.5 8542 8.5

TOTAL 49682 100 50343 100 100025 100


Estimado: ADEC – ATC.

177
Cuadro No 03: Estado Civil de la Población
de Huaycán de 12 y más años.
Año 2000.

ESTADO CIVIL N %

• Soltero (a) 29501 37.6

• Casado (a) 20341 25.9

• Conviviente 19642 25.0

• Separado(a) y/o divorcia- 7740 9.9


do(a)

• Viudo (a). 1237 1.6

TOTAL 78461 100


Estimado: ADEC – ATC (en base al Censo de 1993).

Cuadro No 04: Jefaturas de Hogar en


Huaycán, según sexo.
Año 2000.

SEXO N %

• Hombres. 19005 76.9

• Mujeres. 5701 23.1

TOTAL 24706 100


Estimado: ADEC – ATC (en base al Censo de 1993).

178
Cuadro No 05: Estadísticas de la Mujer
en Huaycán.
Año 2000

ITEMS N

• Número de madres solteras existentes en Huaycán (12 a 1720


49 años)*.

- De 12 a 19 años. 191
(11.1%)
- De 20 a 29 años. 743
(43.2%)
- De 30 a 49 años. 786
(45.7%)

• Número de madres adolescentes existentes en Huaycán 890


(12 a 19 años)*.

- Conviven. 699
(78.5%)
- No conviven. 191
(21.5%)

• Porcentaje de madres adolescentes con respecto al total 11.5%


de la población mujer de 12 a 19 años*.

• Número de madres separadas y/o divorciadas existentes 4740


en Huaycán*.

• Número de nacimientos registrados el año 2000**. 889

• Tasa de mortalidad materna (No de madres fallecidas por 07


cada mil mujeres embarazadas)**.

• Número de mujeres embarazadas aten-didas el año 1503


2000**.

• Número de madres adolescentes aten-didas el año 205


2000**.

• Número de AQV practicadas a mujeres de Huaycán entre 620


1995 y el 2000**.

*Estimado: ADEC – ATC (en base al Censo de 1993).


**Fuente: Hospital Local de Huaycán

179
B. SALUD

Cuadro No 06: Número de establecimientos


de salud existentes en Huaycán.

TIPO DE ESTABLECIMIENTO No
• Puestos de salud de la
01
municipalidad.
• Postas médicas. 02
• Hospitales. 01
• Clínicas particulares. 07
• Consultorios particulares. 21
TOTAL 32
Fuentes: Hospital Local de Huaycán
Municipalidad de Ate - Vitarte.

Cuadro No 07: Recursos Humanos e Infraestructura


de la red de salud pública de Huaycán.

ITEMS No

• Médicos. 08

• Odontólogos. 01

• Obstetrices. 10

• Internos 06

• Enfermeras. 12

• Técnicos en salud. 42

• Camas. 16

• Ambulancias. 01
Fuente: Hospital Local de Huaycán

180
Cuadro No 08: Morbilidad en menores de 5 años registrada
en Huaycán los años 1999 y 2000.

AÑOS
TIPO DE ENFERMEDAD 1999 2000
N % N %
• Infecciones respiratorias
5649 44.2 6125 46.9
agudas (IRA)
• Parasitosis intestinal. 163 1.3 108 0.8
• Desnutrición. 624 4.9 322 2.5
• Enfermedades diarreicas
3297 25.8 3022 23.3
agudas (EDA).
• Anemia. 129 1.0 136 1.0
• Enfermedades a la piel
441 3.4 424 3.2
(TSC).
• Enfermedades del
48 0.4 68 0.5
aparato genito – urinario.
• Tuberculosis. 07 0.1 07 0.1
• SIDA -- -- -- --
• Otros** 2426 18.9 2837 21.7
TOTAL 12784 100 13049 100
Fuente: Hospital Local de Huaycán.

Cuadro No 09: Morbilidad general registrada


en Huaycán los años 1999 y 2000.

AÑOS
TIPO DE ENFERMEDAD 1999 2000
N % N %
• Infecciones respiratorias
11302 39.0 12512 37.2
agudas (IRA)
• Infecciones dentales. 330 1.1 1701 5.0
• Enfermedades de la piel
1204 4.2 1329 3.9
(TSC).
• Enfermedades diarreicas
4057 14.0 3974 11.8
agudas (EDA)
• Infección interna o
597 2.1 948 2.8
intestinal.
• Anemia. 301 1.0 287 0.8
• Tuberculosis. 203 0.7 206 0.6
• SIDA 03 0.1 04 0.1
• Otros** 10939 37.8 12752 37.8
TOTAL 28936 100 33713 100
Fuente: Hospital Local de Huaycán

181
Cuadro No 10: No. de consultas médicas registradas por la red
de salud pública de Huaycán los años 1999 y 2000.

AÑOS
ESPECIALIDAD 1999 2000
N % N %
• Medicina General. 23677 24.6 27353 26.4
• Inmunizaciones. 9515 9.9 10607 10.2
• Pediatría. 11183 11.6 12575 12.1
• Ginecología. 19633 20.4 19594 18.9
• Control del crecimiento y
7497 7.8 8316 8.0
desarrollo.
• Odontología. 6179 6.4 6435 6.2
• Planificación familiar. 8837 9.2 8802 8.5
• Control de tuberculosis. 9066 9.4 9469 9.1
• Nutrición. 32 0.1 13 0.1
• Unidad de rehidratación
447 0.6 557 0.5
oral.
TOTAL 96066 100 103721 100
Fuente: Hospital Local de Huaycán

182
C. EDUCACIÓN

Cuadro No 11: Nivel Educativo de la Población


de Huaycán de 5 y más años.
Año 2000.

PROYECTADO
NIVEL CENSO DE 1993
AL 2000
EDUCATIVO
N % N %

• Sin instrucción. 2433 6.6 3000 3.2

• Inicial preescolar. 1062 2.9 2640 2.9

• Primaria. 15333 41.5 39277 43.2

• Secundaria. 15162 41.1 38409 42.2

• Superior. 2925 7.9 7694 8.5

TOTAL 36915 100 91020 100


Elaboración: ADEC - ATC

Cuadro No 12: No. de Centros Educativos


Públicos y Privados existentes
en Huaycán.
Año 2000.

SECTOR
NIVEL TOTAL
PÚBLICO PRIVADO

• Inicial. 13 18 31

• Primaria. 13 24 37

• Secundaria. 05 10 15

TOTAL 31 52 83
(%) (37.3) (62.7) (100)
Fuente: USE No. 06

183
Cuadro No 13: No. de docentes que laboran
en los Centros Educativos
de Huaycán.
Año 2000.

SECTOR
NIVEL TOTAL
PÚBLICO PRIVADO

• Inicial. 60 27 87

• Primaria. 281 170 451

• Secundaria. 156 139 295

TOTAL 497 336 833


(%) (59.7) (40.3) (100)
Fuente: USE No. 06

Cuadro No 14: No. de Alumnos Matriculados


en los Centros Educativos
de Huaycán.
Año 2000.

SECTOR
NIVEL TOTAL
PÚBLICO PRIVADO

• Inicial. 1880 384 2264

• Primaria. 10101 2450 12551

• Secundaria. 3670 2389 6059

TOTAL 15651 5223 20874


Fuente: USE No. 06

Cuadro No 15: Estructura porcentual de la


población escolar de Huaycán,
según nivel educativo.
Año 2000.

SECTOR PROMEDIO
NIVEL
PÚBLICO PRIVADO GENERAL

• Inicial. 12.0 7.4 10.8

• Primaria. 64.5 46.9 60.2

• Secundaria. 23.5 45.7 29.0

TOTAL 100 100 100


Fuente: USE No. 06

184
Cuadro No 16: Estructura porcentual de la
población escolar de Huaycán,
según sector educativo.
Año 2000.

SECTOR
NIVEL TOTAL
PÚBLICO PRIVADO

• Inicial. 83.0 17.0 100

• Primaria. 80.5 19.5 100

• Secundaria. 60.6 39.4 100

PROMEDIO
75.0 25.0 100
GENERAL
Fuente: USE No. 06

Cuadro No 17: Promedio de Alumnos


Matriculados por Docente.
Año 2000.

SECTOR
NIVEL TOTAL
PÚBLICO PRIVADO

• Inicial. 31.3 14.2 26.0

• Primaria. 35.9 14.4 27.8

• Secundaria. 23.5 17.2 20.5

TOTAL 31.5 15.5 25.1


Fuente: USE No. 06

Cuadro No 18: No. de Alumnos Matriculados


en los Centros Educativos de Huaycán,
según sexo.
Año 2000.

SEXO
NIVEL TOTAL
HOMBRES MUJERES

• Inicial. 1302 962 2264

• Primaria. 6414 6137 12551

• Secundaria. 2975 3084 6059

TOTAL 10691 10183 20874


Fuente: USE No. 06

185
Cuadro No 19: Estructura porcentual de la
población escolar de Huaycán,
según sexo.
Año 2000.

SECTOR
NIVEL TOTAL
HOMBRES MUJERES

• Inicial. 57.5 42.5 100

• Primaria. 51.0 49.0 100

• Secundaria. 49.1 50.9 100

PROMEDIO
51.2 48.8 100
GENERAL
Fuente: USE No. 06

Cuadro No 20: No. de Alumnos que repitieron


el año escolar en Huaycán, según
sector educativo.
Año 2000.

SECTOR
NIVEL TOTAL
PÚBLICO PRIVADO

• Inicial. n. d. n. d. n. d.

• Primaria. 440 12 452

• Secundaria. 134 05 139

TOTAL 574 17 591


Fuente: USE No. 06

Cuadro No 21: Índice de repitencia


Escolar en Huaycán, según
sector educativo (%).
Año 2000.

SECTOR
NIVEL TOTAL
PÚBLICO PRIVADO

• Inicial. n. d. n. d. n. d.

• Primaria. 4.7 0.4 3.6

• Secundaria. 7.5 0.1 2.3

TOTAL 5.2 0.2 3.2


Fuente: USE No. 06

186
Cuadro No 22: No. de Alumnos que repitieron
el año escolar en Huaycán,
según sexo.
Año 2000.

SEXO
NIVEL TOTAL
HOMBRES MUJERES

• Inicial. n. d. n. d. n. d.

• Primaria. 274 178 452

• Secundaria. 86 53 139

TOTAL 360 231 591


Fuente: USE No. 06

Cuadro No 23: Índice de repitencia


Escolar en Huaycán,
según sexo (%).
Año 2000.

SEXO
NIVEL TOTAL
HOMBRES MUJERES

• Inicial. n. d. n. d. n. d.

• Primaria. 4.3 2.9 3.6

• Secundaria. 2.9 1.7 2.3

TOTAL 3.8 2.5 3.2


Fuente: USE No. 06

187
Cuadro No 24: Colegios que cuentan con servicio
de Educación para Adultos en Huaycán.
Año 2000.

No. DE
CENTRO EDUCATIVO SECTOR NIVELES MATRICULADOS
N %

• Colegio 1258. Público • Primaria. 81 14.4

• Colegio Manuel Gonzáles Público • Primaria. 450 80.1


Prada. • Secundaria.

• CEP. Esperanza Nueva Privado • Primaria. 31 5.5

TOTAL 562 100


Fuente: ADEC – ATC.

188
Cuadro No 25: No de Centros de Educación Superior
públicos y privados existentes en Huaycán.
Año 2000.

No DE No DE ALUMNOS
NOMBRE SECTOR ESPECIALIDADES DOCEN- MATRICULADOS
TES N %

• Instituto Tecnológico Público • Contabilidad. 30 356 50.1


Superior “Huaycán”. • Informática.
• Mecánica Automo-
triz.
• Electrónica.

• Centro Educativo Público • Electrónica. 04 50 7.0


Ocupacional “Huay- • Electricidad.
cán”. • Cosmetología.
• Corte y confección.

• Centro Educativo Privado • Cosmetología. 07 90 12.7


Ocupacional “Monte- • Computación.
sori”. • Manualidades.
• Industria del vesti-
do.
• Educación Inicial.
• Idiomas.

• Instituto Particular Privado • Farmacia. 08 30 4.2


“Touluse”. • Enfermería.
• Laboratorio clínico.

• Instituto ACER. Privado • Computación. 12 150 21.1


• Contabilidad.
• Secretariado.
• Ingles.

• Centro Educativo Privado • Cosmetología. 02 35 4.9


Ocupacional “Hermo-
sa”.

TOTAL 63 711 100


Fuente: ADEC – ATC.

189
D. VIVIENDA

Cuadro No 26: No de Predios existentes en Huaycán,


según zona de ubicación.
Año 2001.

UCVs Y AMPLIACIONES.
No DE
ZONA
AMPLIA- PREDIOS
UCVs TOTAL
CIONES
• Zona “A”. 23 -- 23 1380
• Zona “B”. 18 -- 18 1080
• Zona “C”. 15 01 16 960
• Zona “D”. 13 -- 13 780
• Zona “E”. 19 -- 19 1140
• Zona “F”. 12 -- 12 720
• Zona “G”. 19 01 20 1200
• Zona “H”. 09 -- 09 540
• Zona “I”. 08 03 11 660
• Zona “j”. 14 03 17 1020
• Zona “k”. 12 09 21 1260
• Zona “L”. 05 02 07 420
• Zona “M”. 05 04 09 540
• Zona “N”. 04 05 09 540
• Zona “O”. 10 03 13 780
• Zona “P”. 08 -- 08 480
• Zona “Q”. 05 02 07 420
• Zona “R”. 07 08 15 900
• Zona “S”. 08 05 13 780
• Zona “T”. 06 -- 06 360
• Zona “V”. 02 -- 02 120
• Zona “X”. 03 -- 03 180
• Zona “Z”. 06 01 07 420
TOTAL 231 47 278 16680
Fuente: ADEC - ATC

190
Cuadro No 27: No de Predios de Huaycán
que cuentan con registro en la
Municipalidad de Ate Vitarte.
Año 2001.

PREDIOS REGISTRADOS POR


TOTAL DE LA MUNICIPALIDAD DE ATE –
ZONA VITARTE
PREDIOS
N %
• Zona “A”. 1380 781 56.6
• Zona “B”. 1080 1000 92.6
• Zona “C”. 960 699 72.8
• Zona “D”. 780 589 75.5
• Zona “E”. 1140 930 81.6
• Zona “F”. 720 438 60.8
• Zona “G”. 1200 200 16.7
• Zona “H”. 540 180 33.3
• Zona “I”. 660 120 18.2
• Zona “j”. 1020 245 24.0
• Zona “k”. 1260 195 15.5
• Zona “L”. 420 180 42.9
• Zona “M”. 540 281 52.0
• Zona “N”. 540 150 27.8
• Zona “O”. 780 59 7.6
• Zona “P”. 480 166 34.6
• Zona “Q”. 420 108 25.7
• Zona “R”. 900 138 15.3
• Zona “S”. 780 244 31.3
• Zona “T”. 360 203 56.4
• Zona “V”. 120 -- --
• Zona “X”. 180 -- --
• Zona “Z”. 420 61 14.5

TOTAL 16680 6967 41.8


Fuente: ADEC – ATC / Municipalidad de Ate – Vitarte.

191
Cuadro No 28: No de Predios de Huaycán
según zona de ubicación.
Año 2001.

PREDIOS REGISTRADOS
ZONA DE TOTAL DE PREDIOS POR LA MUNICIPALIDAD
UBICACIÓN DE ATE – VITARTE
N % N %

• Zonas bajas. 7260 43.5 4637 66.5

• Zonas altas. 9420 56.5 2330 33.5

- Quebrada sur. (2640) (15.8) (1088) (15.6)


- Quebrada este. (2640) (15.8) (544) (7.8)
- Quebrada oeste. (4140) (24.9) (698) (10.1)

TOTAL 16680 100 6967 100


Fuente: ADEC – ATC / Municipalidad de Ate – Vitarte.

Cuadro No 29: Situación tributaria de los


Predios de Huaycán (impuesto
predial y arbitrios).
Año 2001.

SITUACIÓN TRIBUTARIA TOTAL DE PREDIOS


DEL PREDIO
N %

• No aptos para tributar*. 9713 58.2

• Aptos para tributar: 6967 41.8

- Tributan. 2502 15.0


- No tributan. 4465 26.8

TOTAL 16680 100


*No cuentan con registro en la municipalidad del distrito.
Fuente: ADEC – ATC / Municipalidad de Ate – Vitarte.

192
E. SERVICIOS PÚBLICOS

Cuadro No 30: Servicio de Limpieza Pública


en Huaycán.
Año 2001

ITEMS No

• Toneladas métricas (TM) de basura 50


que diariamente se produce en
Huaycán.

• TM de basura recolectada al día. 40 - 45

• No. de camiones Propios. 04


recolectores

Alquilados. --

• No de microempresas Formales --
recolectoras de basura.

Informales 06

• No. de baños públicos. 01

Fuente: Municipalidad de Ate - Vitarte

193
Cuadro No 31: Ornato, cultura, recreación
y deportes en Huaycán.
Año 2001

ITEMS N

• No de parques en Huaycán. 05

• No de viveros municipales. 01

• Parques y/o campos infantiles. 02

• Salas de Cine y/o Teatro. --

• Museos. --

• Zona Arqueológica. 01

• Bibliotecas. 01

• Radios. 03

• Circuito Cerrado de Televisión. 01

• Cabinas de Internet. 05

• No de Lozas deportivas. 39

• Complejos deportivos. 02

• Campos deportivos. 02

• Estadios. 01

• Canchas de voleibol. 01

Fuente: ADEC – ATC.

194
Cuadro No 32: Áreas verdes de Huaycán.
Año 2001

EXTENSIÓN
ÁREAS VERDES UBICACIÓN
M² %

• Parque Arqueológico, Turístico y Entrada de


Ecológico “Huaycán - Pariachi”. Huaycán.

- Sector 1.
- Sector 2. 644,855.639 76.4
30,846.193 3.7

• Parque Principal (Plaza de Núcleo Central 13,008.950 1.5


Huaycán). de Servicios de
la CUAH.

• Parque Ecológico de Huaycán. Zona “C” 45,134.930 5.3

• Proyecto Primas – Huaycán Lomas de 100,000.000 11.9


Verde. Huaycán

• Parque Central. Zona “H” 10,000.000 1.2

TOTAL 843,845.712 100


Fuente: CEC -CUAH.

195
Cuadro No 33: Líneas de transporte público
actualmente en servicio en Huaycán.
Año 2001

No DE TIPO DE
DESTINO FINAL EN LIMA
LÍNEA VEHÍCULOS

HC Coaster La Parada – La Victoria.

HG Coaster Av. Grau – Cercado de Lima.

HM Combis Canto Grande – SJL.

HO Combis Av. 28 de Julio – Cercado de Lima.

Nuevo Perú Coaster Av. La Marina – San Miguel

Galaxia Coaster Plaza 2 de Mayo – Cercado de Lima

California Combis Evitamiento – Cercado de Lima.

78 Coaster Chosica

119 Coaster Chosica.


Fuente: ADEC – ATC.

Cuadro No 34: Servicio de Moto – Taxi


en Huaycán.
Año 2001

NÚMERO
SITUACIÓN LEGAL DE %
UNIDADES
FORMALES
• E. T. “3 de enero”. 36 7.5
INFORMALES

• Asociadas. 228 47.5

- E. T. “Espíritu Santo”. 105


- E. T. “Luz de la Esperanza”. 34
- E. T. “Oscar Benavides”. 38
- E. T. “15 de julio” 51

• No asociadas. 216 45.0

TOTAL 480 100


Fuente: ADEC – ATC.

196
F. SEGURIDAD CIUDADANA

Cuadro No 35: Personal policial que labora


en la Comisaría de Huaycán,
según sexo.
Año 2001

SEXO
NIVEL TOTAL
HOMBRES MUJERES
• Oficiales. 09 01 10
• Suboficiales. 65 01 66
• Especialistas. 04 02 06
TOTAL 78 04 82
(%) (95.1) (4.9) (100)
Fuente: Comisaría de Huaycán.

Cuadro No 36: Apoyo logístico con que cuenta


la Comisaría de Huaycán.
Año 2001

EQUIPO N ESTADO

• Vehículos Patrulleros. 04 Operativo


motorizados Motocicletas 02 Operativo
• Equipo de radio. 05 Operativo
• Teléfono. 03 Operativo
Computadoras. 03 Operativo
• Equipo de
Impresoras. 03 Operativo
computo
Scanner. -- --
• Máquinas de Escribir. 10 Operativo
Fuente: Comisaría de Huaycán.

197
Cuadro No 37: Servicio de Serenazgo
que opera en Huaycán.
Año 2001

EQUIPO N

• Personal del Serenazgo de la 16


Municipalidad de Ate destacado en
Huaycán.

• No de vehículos y/o patrulleros. 01

Fuente: Municipalidad de Ate - Vitarte.

Cuadro No 38: No de denuncias registradas


por la Comisaría de Huaycán,
según tipos de delitos.
Años 1999, 2000 y 2001

AÑOS TOTAL
TIPO DE DELITO
1999 2000 2001* N %

• Robo. 13 12 19 44 22.7
• Robo agravado. 20 32 30 82 42.3
• Delito contra la vida, el
21 26 16 63 32.5
cuerpo y la salud.
• Homicidio. - - - - --
• Vandalismo. 03 02 - 05 2.5
• Terrorismo. - - - - --

TOTAL 57 72 65 194 100


*Primer semestre (enero- julio)
Fuente: Comisaría de Huaycán.

198
Cuadro No 39: No de personas detenidas
en la Comisaría de Huaycán,
según tipos de delitos.
Años 1999, 2000 y 2001

AÑOS TOTAL
TIPO DE DELITO
1999 2000 2001* N %

• Robo. 30 24 13 67 26.9
• Robo agravado. 53 41 51 145 58.2
• Delito contra la vida, el
14 12 06 32 12.9
cuerpo y la salud.
• Homicidio. - - - - --
• Vandalismo. 03 02 - 05 2.0
• Terrorismo. - - - - --

TOTAL 100 79 70 249 100


*Primer semestre (enero- julio)
Fuente: Comisaría de Huaycán.

Cuadro No 40: No de Pandillas Juveniles


detectadas por la PNP en Huaycán,
según zona de origen.
Año 2001

No DE
No DE
ZONAS INTEGRANTES TOTAL
PANDILLAS
EN PROMEDIO
• Alta. 03 80 240

• Baja. 02 60 120

TOTAL 05 72 360
Fuente: Comisaría de Huaycán.

199
Cuadro No 41: Porcentaje de Adolescentes y
Jóvenes de Huaycán que participan
en Pandillas Juveniles.
Año 2001

POBLACIÓN ENTRE
SITUACIÓN 12 Y 24 AÑOS
N %

• Participan en pandillas 360 1.4


juveniles.

• No participan en Pandillas 25443 98.6


juveniles.

TOTAL 25803 100


Fuente: ADEC - ATC / Comisaría de Huaycán.

Cuadro No 42: Puntos críticos detectados por la PNP


en Huaycán, según zona y/o calle.
Año 2001

TIPO DE ACCIÓN
CALLE Y/O ZONA DÍAS HORAS
DELINCUENCIAL

• Entrada de Huaycán (Carretera Viernes 05 a 11 pm. Asalto y robo.


Central, Km. 16.5). Sábado y
Domingo

• Ovalo 15 de Julio. “ “ “

• Ovalo Santa Rosa. “ “ “

• Mercado Andrés Avelino “ 09 a 11 am. “


Cáceres. 05 a 11 pm.

• Zona “F” (UCV 97) “ 05 a 11 pm. “

• Paradero de la Zona “K”. “ “ “

• Paradero de la Zona “S”. “ “ “

Fuente: Comisaría de Huaycán.

200
Cuadro No 43: No de accidentes de tráfico
registrados por la Comisaría de Huaycán,
según tipo de accidente.
Años 1999, 2000 y 2001

AÑOS TOTAL
TIPO DE ACCIDENTE
1999 2000 2001* N %

• Choque. 59 57 50 166 28.9


• Choque y fuga. 22 26 18 66 11.5
• Atropello. 80 63 56 199 34.7
• Atropello y fuga. 29 21 18 68 11.8
• Volcadura. 11 12 09 32 5.6
• CaÍda de pasajero. 08 10 08 26 4.5
• Otros. 08 06 03 17 3.0

TOTAL 217 195 162 574 100


*Primer semestre (enero- julio)
Fuente: Comisaría de Huaycán.

201
G. VIOLENCIA FAMILIAR

Cuadro No 44: Mujeres de Huaycán alguna


vez casadas o unidas que han sido objeto
de maltrato físico y/o psicológico
por parte de sus parejas.
Año 2000.

ESTADO N %

MALTRATO PSICOLÓGICO

• Han sido objeto de 11001 43.2


maltrato psicológico*.

• No han sido objeto de 14464 56.8


maltrato psicológico.

MALTRATO FÍSICO

• Han sido objeto de 10059 39.5


maltrato físico.

- Frecuente. 3285 12.9


- No frecuente. 6774 26.6

• No han sido objeto de 15406 60.5


maltrato físico.

TOTAL 25465 100


*Incluye insultos, amenazas de abandono, de quitarle a los hijos,
la prohibición de que estudie, trabaje o vea a sus amigos, etc.
Estimado: ADEC – ATC (en base a la ENDES 2000).

202
Cuadro No 45: Niños y Adolescentes de Huaycán
expuestos a castigos físicos y/o psicológicos
por parte de sus padres que pueden devenir
en situaciones de maltrato infantil.
Año 2000

FORMAS DE CASTIGO DEL


N %
PADRE Y/O DE LA MADRE

CASTIGO PSICOLÓGICO

• Reprimenda verbal. 26465 82.4

• Prohibición de algo que le 14228 44.3


gusta.

• Restricción de la 161 0.5


alimentación.

• Ignorándolos. 353 1.1

• Quitándoles el apoyo. 289 0.9

CASTIGO FÍSICO

• Palmadas. 8062 25.1

• Golpes. 9700 30.2

• Encierro físico. 578 1.8

• Echándoles agua. 225 0.7

TOTAL DE NIÑOS Y
32820 100
ADOLESCENTES
Estimado: ADEC – ATC (en base a la ENDES 2000).

203
Cuadro No 46: No de denuncias por violencia contra
la mujer registrada por la Comisaría de
Huaycán, según tipo de maltrato.
Años 1999, 2000 y 2001

AÑOS TOTAL
TIPO DE MALTRATO
1999 2000 2001* N %

• Maltrato físico. 152 164 119 435 84.5


• Maltrato psicológico. 19 25 36 80 15.5
• Reservados. - - - - --

TOTAL 171 189 155 515 100


*Primer semestre (enero- julio)
Fuente: Comisaría de Huaycán.

Cuadro No 47: No de denuncias por violencia contra la


mujer registradas por la Comisaría de Huaycán,
según parentesco con el agresor.
Años 1999, 2000 y 2001

AÑOS TOTAL
PARENTESCO DEL
AGRESOR 1999 2000 2001* N %

• Esposo. 39 42 36 117 22.7


• Conviviente. 90 119 106 315 61.2
• Ex esposo. 14 08 03 25 4.8
• Ex conviviente. 22 12 06 40 7.8
• Otros. 06 08 04 18 3.5

TOTAL 171 189 155 515 100


*Primer semestre (enero- julio)
Fuente: Comisaría de Huaycán.

204
Cuadro No 48: No de denuncias por violencia contra la
mujer registrada por la Comisaría de Huaycán,
según ocupación de la víctima.
Años 1999, 2000 y 2001

AÑOS TOTAL
OCUPACIÓN
1999 2000 2001* N %

• Ama de casa. 101 108 92 301 58.4


• Trabajadora Indepen-
40 39 27 106 20.6
diente.
• Obrera. 10 14 15 39 7.6
• Empleada. 11 20 17 48 9.3
• Estudiante. 02 03 02 07 1.4
• Profesional. 07 05 02 14 2.7

TOTAL 171 189 155 515 100


*Primer semestre (enero- julio)
Fuente: Comisaría de Huaycán.

Cuadro No 49: No de denuncias por violencia contra la


mujer registrada por la Comisaría de Huaycán,
según estado anímico del agresor.
Años 1999, 2000 y 2001

AÑOS TOTAL
ESTADO ANÍMICO
DEL AGRESOR 1999 2000 2001* N %

• Ecuánime 21 26 19 66 12.8
• Ebrio. 145 161 134 440 85.4
• Drogado. 05 02 02 09 1.8

TOTAL 171 189 155 515 100


*Primer semestre (enero- julio)
Fuente: Comisaría de Huaycán.

205
Cuadro No 50: No de denuncias por violencia contra la
mujer registrada por la Comisaría de Huaycán,
según motivo de la agresión.
Años 1999, 2000 y 2001

AÑOS TOTAL
MOTIVO DE LA
AGRESIÓN 1999 2000 2001* N %

• Problema conyugal. 10 12 07 29 5.6


• Problema familiar. 12 13 10 35 6.8
• Problema económico. 52 60 64 176 34.2
• Problemas laborales. 18 25 27 70 13.6
• Celos. 19 22 12 53 10.3
• Alcohol. 17 13 08 38 7.4
• Consumo de drogas. 05 02 02 09 1.7
• Infidelidad. 24 29 17 70 13.6
• Incompatibilidad de
14 13 08 35 6.8
caracteres.
TOTAL 171 189 155 515 100
*Primer semestre (enero- julio)
Fuente: Comisaría de Huaycán.

Cuadro No 51: No de casos atendidos por la


DEMUNA de Huaycán, según tipo.
Años 1999, 2000 y 2001

AÑOS TOTAL
TIPO DE CASO
1999 2000 2001* N %

• Alimentos. 577 589 349 1515 43.0


• Filiación y/o
193 204 147 544 15.4
indocumentación.
• Tenencia y visitas. 63 84 67 214 6.0
• Maltrato infantil. -- 11 03 14 0.4
• Violencia familiar. 377 405 159 941 26.7
• Otros. 84 95 120 299 8.5

TOTAL 1294 1388 845 3527 100


*Primer semestre (enero- julio)
Fuente: Municipalidad de Ate - Vitarte

206
H. EMPLEO

Cuadro No 52: Población Económicamente Activa


de Huaycán, según categoría de edad.
Año 2000.

CATEGORÍA DE EDAD N %
• 06 a 14 años. 535 1.2
• 15 a 17 años. 200 0.5
• 18 y más años de edad. 42515 98.3
TOTAL 43250 100
Estimado: ADEC – ATC.

Cuadro No 53: Porcentaje de la PEA de Huaycán


que labora al interior de la comunidad.
Año 2000.

AREA DE ACTIVIDAD N %
• Huaycán. 7880 18.2
• Otro lugar. 35370 81.8
TOTAL 43250 100
Estimado: ADEC – ATC.

Cuadro No 54: PEA de Huaycán de 15 y más años,


según sexo y categoría de edad.
Año 2000.

SEXO
CATEGORÍA DE TOTAL
HOMBRES MUJERES
EDAD
N % N % N %
• 15 a 24 años. 6834 57.1 5126 42.9 11960 100
• 25 a 44 años. 10251 55.8 8116 44.2 18367 100
• 45 a 54 años. 3161 58.3 2264 41.7 5425 100
• 55 y más años. 4186 60.1 2777 39.9 6963 100
TOTAL 24432 57.2 18283 42.8 42715 100
Estimado: ADEC – ATC.

207
Cuadro No 55: Estructura porcentual de la PEA
de Huaycán de 15 y más años, según
sexo y categoría de edad (%).
Año 2000.

SEXO
CATEGORÍA DE
TOTAL
EDAD HOMBRES MUJERES

• 15 a 24 años. 28.0 28.0 28.0


• 25 a 44 años. 42.0 44.4 43.0
• 45 a 54 años. 12.9 12.4 12.7
• 55 y más años. 17.1 15.2 16.3
TOTAL 100 100 100
Estimado: ADEC – ATC.

Cuadro No 56: PEA de Huaycán de 15 años y más,


según sexo y categoría ocupacional.
Año 2000.

SEXO
CATEGORÍA
HOMBRES MUJERES TOTAL
OCUPACIONAL
N % N % N %
• Obreros 10269 42.0 3016 16.5 13285 31.1
• Empleados. 5140 21.0 3958 21.6 9098 21.3
• Trabajador indepen-
7252 29.7 7399 40.6 14651 34.3
diente.
• Empleador 531 2.2 152 0.8 683 1.6
• Trabajador familiar no
1070 4.4 2134 11.7 3204 7.5
remunerado.
• Trabajador del hogar. 105 0.4 1561 8.5 1666 3.9
• Otros. 65 0.3 63 0.3 128 0.3
TOTAL 24432 100 18283 100 42715 100
Estimado: ADEC – ATC.

208
Cuadro No 57: PEA de Huaycán de 15 años y más,
según condición ocupacional.
Año 2000.

CONDICIÓN OCUPACIONAL N %
• Adecuadamente empleada. 20758 48.6
• Subempleada. 18219 42.6
• Desempleada. 3738 8.8
TOTAL 42715 100
Estimado: ADEC – ATC.

Cuadro No 58: PEA de Huaycán de 15 y más años, según


categoría de edad y condición ocupacional.
Año 2000.

CONDICIÓN OCUPACIONAL
CATEGORÍA DE ADECUADAMEN- TOTAL
SUBEMPELADO DESEMPLEADO
EDAD TE EMPLEADA
N % N % N % N %
• 15 a 24 años. 4283 35.8 5925 49.6 1752 14.6 11960 100
• 25 a 44 años. 10101 55.0 7156 39.0 1110 6.0 18367 100
• 45 a 54 años. 3081 56.8 2000 36.9 344 6.3 5425 100
• 55 y más
3293 47.3 3138 45.0 532 7.7 6963 100
años.
TOTAL 20758 48.6 18219 42.6 3738 8.8 42715 100
Estimado: ADEC – ATC.

Cuadro No 59: Estructura porcentual de la PEA de Huaycán


de 15 y más años, según categoría de edad
y condición ocupacional (%).
Año 2000.

CONDICIÓN OCUPACIONAL
CATEGORÍA DE
ADECUADAMEN- TOTAL
EDAD SUBEMPELADO DESEMPLEADO
TE EMPLEADA
• 15 a 24 años. 20.6 32.5 46.9 28.0
• 25 a 44 años. 48.7 39.3 29.7 43.0
• 45 a 54 años. 14.8 11.0 9.2 12.7
• 55 y más
15.9 17.2 14.2 16.3
años.
TOTAL 100 100 100 100
Estimado: ADEC – ATC.

209
Cuadro No 60: Niños y Adolescentes Trabajadores
Existentes en Huaycán, según grupos de edad.
Año 2000.

GRUPOS DE EDAD N %
• 06 a 10 años 298 40.5
• 11 a 14 años. 237 32.3
• 15 a 17 años. 200 27.2
TOTAL 735 100
Estimado: ADEC – ATC.

Cuadro No 61: Niños y Adolescentes Trabajadores de


Huaycán beneficiarios de la ONG INTSOL,
según sexo y edad.
Año 2001.

SEXO
GRUPOS DE EDAD TOTAL
HOMBRES MUJERES
• 06 a 10 años 100 103 203
• 11 a 14 años. 58 76 134
• 15 a 17 años. 11 04 15
TOTAL 169 183 352
(%) (48.0) (52.0) (100)
Fuente: INTSOL

Cuadro No 62: Niños y Adolescentes Trabajadores de


Huaycán beneficiarios de la ONG INTSOL,
según sexo y acceso a la educación.
Año 2001.

ACCESO A LA SEXO TOTAL


EDUCACIÓN HOMBRES MUJERES N %
• Estudian. 169 182 351 99.7
• No estudian. -- 01 01 0.3
TOTAL 169 183 352 100
Fuente: INTSOL

210
Cuadro No 63: Niños y Adolescentes Trabajadores de
Huaycán beneficiarios de la ONG INTSOL,
según sexo y actividad que realizan.
Año 2001.

SEXO
CATRGORÍA TOTAL
HOMBRES MUJERES
OCUPACIONAL
N % N % N %
• Comercio ambulatorio. 147 86.9 170 93.0 317 90.0
• Cargadores. 03 1.8 -- -- 03 0.9
• Empleado doméstico. 02 1.2 03 1.6 05 1.4
• Obreros. 05 2.9 07 3.8 12 3.4
• Otras. 12 7.2 03 1.6 15 4.3
TOTAL 169 100 183 100 352 100
Fuente: INTSOL

211
I. ACTIVIDAD ECONÓMICA

Cuadro No 64: No de Unidades Económicas existentes en


Huaycán, según sector económico.
Año 2001.

UNIDADES ECONÓMICAS TOTAL


SECTOR
ECONÓMICO NO
ASOCIADAS N %
ASOCIADAS
INDUSTRIA

• PYMES productivas. 353 177 530 11.8

COMERCIO

• Mercados. 609 -- 609 13.5

• Franjas Comerciales. -- 296 296 6.5

• Vendedores ambulan- 1545 -- 1545 34.3


tes.

AGROPECUARIO

• Productores agrope- 528 528 11.7


cuarios.

TRANSPORTE

• Transporte público. 785 216 1001 22.2

TOTAL 3820 689 4509 100


(%) (84.7) (15.3) (100)
Fuente: ADEC - ATC.

212
Cuadro No 65: No de PYMEs existentes en Huaycán,
según situación productiva.
Año 2001.

PYMEs TOTAL
SITUACIÓN
PRODUCTIVA NO
ASOCIADAS N %
ASOCIADAS

• Operativas. 112 177 289 54.5

• No operativas. 241 -- 241 45.5

TOTAL 353 177 530 100


(%) (66.6) (33.4) (100)
Fuente: ADEC - ATC.

213
Cuadro No 66: Asociaciones de PYMEs existentes en la
Comunidad Urbana Autogestionaria de Huaycán.
Año 2001.

SITUACIÓN
PRODUCTIVA
AÑO DE DE LAS PYMEs
NOMBRE DE LA GREMIOS QUE
FUNDA- TOTAL
ORGANIZACIÓN AGRUPA NO
CIÓN OPERA-
OPERA-
TIVAS
TIVAS

1. Asociación de Pe- 1990 • Artesanía 18 4 22


queños Artesanos de • Metalmecánica
Huaycán (APAH). • Carpintería
• Confecciones.
• Calzado.

2. Asociación de Talle- 1994 • Artesanía. 14 4 18


res de Producción • Carpintería.
Artesanal “Nuevo • Cerrajería.
Horizonte”. • Confecciones.

3. Asociación de Pe- 1996 • Artesanía. 50 43 93


queñas Empresas • Calzado.
Industriales de • Carpintería.
Huaycán (APEIH). • Confecciones.
• Metalmecánica

4. Asociación de Pro- 1996 • Calzado. 20 130 150


ductores “Santa • Confecciones.
Rosa”. • Carpintería.

5. Asociación de Pro- 2000 • Calzado. 10 60 70


ductores “Nuevo • Carpintería
Milenio”. • Confecciones.

TOTAL 112 241 353


(%) (31.7) (68.3) (100)
Fuente: ADEC – ATC.

214
Cuadro No 67: Mercados y Asociaciones de
Comerciantes existentes en Huaycán.
Año 2001.

AÑO DE
No DE
NOMBRE DE LA ORGANIZACIÓN FUNDA-
SOCIOS
CIÓN

• Mercado Modelo 15 julio. 1984 50

• Mercado “Señor de los Milagros”. 1984 20

• Mercado “Santa Rosa”. 1985 312

• Asoc. Comercial Micro-Mercado “Virgen de 1987 30


Chapi”

• Asociación de Comerciantes del Mercado 1993 34


Progreso.

• Asoc. “Centro Comercial Mariategui” 1997 50

• Mercado “Virgen del Carmen” 1997 25

• Mercado “Virgen de la Candelaria” 1997 15

• Mercado “Las Palmeras”. 1997 18

• Mini-Mercado “El económico”. 2000 06

• Centro Comercial “Las Magnolias”. 2000 18

• Centro Comercial “Las Piedritas”. 2000 26

• Micro-mercado “Las caseritas”. 2000 05

TOTAL 609
Fuente: ADEC – ATC.

215
Cuadro No 68: Paraditas y Asociaciones de Vendedores
Ambulantes existentes en Huaycán.
Año 2001.

AÑO DE No DE
NOMBRE DE LA ORGANIZACIÓN
FUNDACIÓN SOCIOS

• Mercado Central No 3 1986 55

• Nueva Esperanza. 1995 32

• Mercado 21 de junio. 1997 46

• Paraíso. 1999 12

• Chavin de Huantar / ACUCEH 2000 1400

TOTAL 1545
Fuente: ADEC – ATC.

Cuadro No 69: Asociaciones de Productores


Agropecuarios existentes en Huaycán.
Año 2001.

AÑO DE No DE
NOMBRE DE LA ORGANIZACIÓN
FUNDACIÓN SOCIOS

• Asociación Agropecuaria. “ El granjerito” 1989 35

• Asociación Agropecuaria “12 de agosto” 1993 100

• Asociación Agropecuaria “Ninive” 1994 50

• Asociación Agropecuaria “ La Rinconada” 1995 59

• Asociación Agropecuaria “Los Israelitas” 1995 152

• Asociación Agropecuaria “Los Portales” 1995 47

• Asociación Agropecuaria “Los Álamos”. 1996 85

TOTAL 528
Fuente: ADEC – ATC.

216
Cuadro No 70: No de Empresas de Transporte existentes
en Huaycán, según tipo de vehículos.
Año 2001.

No DE TIPO DE SITUACIÓN No DE
NOMBRE DE LA EMPRESA
LÍNEAS VEHÍCULO LEGAL UNIDADES

• ETRANTURSA 04 Combis y Formal 260


Coaster

• E. T. “Nuevo Perú”. 01 Coaster. Formal. 51

• E. T. “”Galaxia”. 01 Coaster. Formal. 10

• E. T. “California” 02 Combis y Formal. 150


Coaster.

• E. T. “Siglo XXI” 01 Coaster. Formal. 50

• E. T. “3 de enero”. Moto - Taxi. Formal. 36

• E. T. “Espíritu Santo” Moto - Taxi. Informal. 105

• E. T. “Luz de la Esperanza” Moto - Taxi. Informal. 34

• E. T. “Oscar Benavides” Moto - Taxi. Informal. 38

• E. T. “15 de julio” Moto - Taxi. Informal. 51

TOTAL 785
Fuente: ADEC - ATC.

217
Cuadro No 71: No de Unidades de Transporte existentes
en Huaycán, según situación legal y
condición de asociación.
Año 2001.

No DE UNIDADES TOTAL
TIPO DE INFORMALES
VEHÍCULO FORMALES N %
NO
ASOCIADAS
ASOCIADAS

• Coaster. 261 -- -- 261 26.1

• Combis. 260 -- -- 260 26.0

• Moto - Taxis. 36 228 216 480 47.9

TOTAL 557 228 216 1001 100


(%) (55.6) (22.8) (21.6) (100)
Fuente: ADEC - ATC.

218
Cuadro No 72: No de puestos de trabajo disponibles
en el mercado laboral de Huaycán,
según sector económico.
Año 2001.

MERCADOS DE PUESTOS DE TRABAJO


TRABAJO N %
PRODUCCIÓN

• Agropecuario. 528 5.5

• Industria (PYMES)*. 867 9.0

• Construcción. 250 2.6

COMERCIO

• Comercio.

- Formal. 1792 18.7


- Informal. 2500 26.1

SERVICIOS

• Transporte.

- Formal. 1078 11.3


- Informal. 445 4.6

• Salud. 230 2.4

• Educación. 1390 14.6

• Otros. 500 5.2

TOTAL 9580 100


*Incluye sólo los puestos de trabajo generados por las PYMEs operativas.
Fuente: ADEC - ATC.

219
Cuadro No 73: No de puestos de trabajo disponibles
en el mercado laboral de Huaycán,
según tipo de empleo.
Año 2001.

PUESTOS DE TRABAJO
TIPO DE EMPLEO
N %

• Empleo adecuado. 3038 31.7

• Empleo de subsistencia 6542 68.3


(subempleo).

TOTAL 9580 100


Fuente: ADEC - ATC.

Cuadro No 74: No de puestos de trabajo disponibles


en el mercado laboral de Huaycán ocupados
por pobladores de la zona
Año 2001.

LUGAR DE ORIGEN PUESTOS DE TRABAJO


DE LOS TRABAJADORES N %

• Huaycán. 7880 82.3

• Otro lugar. 1700 17.7

TOTAL 9580 100


Fuente: ADEC - ATC.

220
J. ORGANIZACIONES SOCIALES

Cuadro No 75: Organizaciones sociales existentes


en la Comunidad Urbana Autogestionaria
de Huaycán.
Año 2001.

No. DE No DE
TIPO DE ORGANIZACIÓN N
SOCIOS BENEFICIARIOS

• Organización Comunal (CUAH). 01 16680 100025

• Organizaciones de Mujeres. 438 7020 40000*

• Organizaciones Juveniles. 19 589 589

• Wawa Wasis. 233 -- 1998

• Juntas Vecinales**. 225 n. d. 100025

• Asociación de Discapaci-tados de 01 60 1200***


Huaycán.

• Asociación de Artistas Folklóricos de 01 40 100


Huaycán

• Asociación de Directores de la 01 29 10540


CUAH.

• Asociación Deportiva de la CUAH. 01 20**** --

• Organizaciones No Guber- 04 n. d. 1592


namentales (ONGs).

• Organizaciones religiosas. 05 n. d. 4316*****

*Raciones diarias de almuerzos y/o desayunos.


**Organizadas por la Comisaría de Huaycán.
***Beneficiarios potenciales.
****Clubes deportivos.
*****Comprende sólo a los beneficiarios de la Iglesia Católica.
Fuente: ADEC - ATC.

221
Cuadro No 76: No de puestos dirigenciales requeridos por
la organización vecinal de Huaycán,
según niveles organizativos.
Año 2001.

No DE PUESTOS
NIVELES DIRIGENCIALES*
N
ORGANIZATIVOS
N %

• Consejo Ejecutivo Central (CEC - CUAH). 01 19 0.7

• Consejos Ejecutivos Zonales (Nivel 23 207 7.6


intermedio).

- No promedio de UCVs que agrupa 12


cada Consejo Ejecutivo Zonal.

• Juntas Directivas de Base (UCVs y/o 278 2502 91.7


UVCs)**.

TOTAL 2728 100


*Incluye los puestos requeridos por los órganos de control o Consejos de Vigilancia en los
tres niveles organizativos.
**Incluye las ampliaciones.
Fuente: ADEC - ATC.

Cuadro No 77: Organizaciones de mujeres


existentes en la Comunidad Urbana
Autogestionaria de Huaycán.
Año 2001.

TIPO DE No DE No DE
N
ORGANIZACIÓN SOCIAS BENEFICIARIOS*

• Clubes de Madres. 105 1840 9000

• Comedores Populares. 73 1095 6000

• Comités del Vaso de Leche. 259 3885 25000

• Frente de Mujeres. 01 200 --

TOTAL 438 7020 40000


*Raciones diarias de almuerzos y/o desayunos.
Fuente: ADEC - ATC.

222
Cuadro No 78: No. de Clubes de Madres
adscritos a la Asociación de Clubes
de Madres de Huaycán.
Año 2001.

CONDICIÓN DE CLUBES DE MADRES


ASOCIACIÓN N %

• Asociados. 85 80.1

• No asociados. 20 19.9

TOTAL 105 100


Fuente: ADEC - ATC.

Cuadro No 79: No. de Comedores Populares


Adscritos a la Central de Comedores
Autogestionarios de Huaycán.
Año 2001.

CONDICIÓN DE COMEDORES POPULARES


ASOCIACIÓN N %

• Asociados. 26 35.6

• No asociados.

- Comedores Parroquiales 07 9.6


(dependientes de la Iglesia.)

- Comedores independientes
(adscritos a la red del 40 54.8
PRONAA)*

TOTAL 73 100
*Creados por el régimen de Fujimori desde 1997.
Fuente: ADEC - ATC.

223
Cuadro No 80: Estructura organizativa de los
Comités del Vaso de leche de Huaycán.
Año 2001.

NIVELES
N
ORGANIZATIVOS

• Coordinadora Central. 01

• Coordinadoras Zonales (Nivel 23


intermedio).

- No promedio de Comités de Base 11.3


que agrupa cada coordinadora
zonal.

• Comités de Base. 259

Fuente: ADEC - ATC.

Cuadro No 81: Condición de Actividad


de las socias del Frente de
Mujeres de Huaycán.
Año 2001.

CONDICIÓN DE ACTIVIDAD N %

• Socias activas. 40 20.0

• Socias inactivas. 160 80.0

TOTAL 200 100


Fuente: ADEC - ATC.

224
Cuadro No 82: Organizaciones Juveniles
existentes en la Comunidad Urbana
Autogestionaria de Huaycán.
Año 2001.

AÑO DE No DE MIEMBROS
NOMBRE DE LA
FUNDA- TOTAL
ORGANIZACIÓN HOMBRES MUJERES
CIÓN

• ILLariq 1987 13 27 40

• Jóvenes Ecologistas. 1997 40 70 110

• Despertar Juvenil. 1999 07 02 09

• Alternativa Juvenil. 1999 10 15 25

• Gran Parque Nueva 1999 35 17 52


Generación.

• Frente Cultural José 2000 25 20 45


María Arguedas.

• Voz de esperanza. 2001 04 04 08

• Gran Parque Zona 2001 40 25 65


“C”.

• Red de Lideres. 2001 20 15 35

TOTAL 194 195 389


Fuente: ADEC - ATC.

225
Cuadro No 83: No total de Grupos Juveniles y de
Jóvenes Organizados de Huaycán.
Año 2001.

No DE No DE MIEMBROS
TIPO DE AGRUPACIÓN
AGRUPA-
JUVENIL. N %
CIONES

• Grupos Juveniles 10 200 34.0


parroquiales.

• Organizaciones juveniles 09 389 66.0


no parroquiales.

TOTAL 19 589 100


Fuente: ADEC - ATC.

Cuadro No 84: Porcentaje de Jóvenes Organizados


con respecto al total de la población entre
15 y 24 años existente en Huaycán.
Año 2001.

POBLACIÓN JUVENIL ENTRE


N %
15 Y 24 AÑOS

• Jóvenes organizados. 589 2.9

• Jóvenes no organizados. 19932 97.1

TOTAL 20486 100


Fuente: ADEC - ATC.

226
Cuadro No 85: ONGs que trabajan y/o han
Trabajado en Huaycán.
Año 2001

ONGS QUE HAN ONGS QUE TRABAJAN ACTUALMENTE EN


TRABAJADO HUAYCÁN.
DIRECTAMENTE EN
HUAYCÁN. DIRECTA INDIRECTAMENTE.

• CENCA. • ADEC - ATC. • EDAPROSPO.


• MORAY. • INTSOL. • CEDRO.
• CEPRODEP • ADELH. • ECOCIUDAD.
• FOVIDA. • SOLIDARIOS - • MANTHOC
• IDEAS. INICIATIVA. • APRODES.
• IPAS. • ADRA – OFASA.
• CARE – PERÚ. • ACCIÓN POR LOS
• CEPROMUP. NIÑOS.
• SUYASUN.
• CEDRO.
• CIUDAD.

Fuente: ADEC - ATC.

Cuadro No 86: ONGs que trabajan


actualmente en Huaycán.
Año 2001

NÚMERO DE NÚMERO DE
AÑO DE
NOMBRE DE LA PROGRAMAS BENEFICIARIOS.
INICIO DE
ONG. Y/O
ACTIVIDADES N %
PROYECTOS

• ADEC – ATC. 1997 03 230 14.5

• INTSOL. 1994 04 428 26.9

• ADELH. 1996 03 717 45.0

• SOLIDARIOS - 1989 01 217 13.6


INICIATIVA.

TOTAL 11 1592 100


Fuente: ADEC - ATC.

227
Cuadro No 87: Programas y/o Proyectos de ONGs actualmente
en ejecución en Huaycán.
Año 2001
NOMBRE DEL PROGRAMA LÍNEAS DE POBLACIÓN No DE
DURACIÓN
Y/O PROYECYO ACCIÓN BENEFICIARIA BENEFICIARIOS
ADEC – ATC

• Proyecto “Centro de 18 meses • Capacitación. • PYMEs del 50


Promoción Empresarial – • Asistencia Parque in-
Parque Industrial de técnica. dustrial.
Huaycán”. • Asesoría.
• Comercializa-
ción.
• Formación
productiva.

• Proyecto “Nuevos 12 meses • Capacitación • Jóvenes de 30


Yacimientos de empleo empresarial. 17 a 29 años.
en Huaycán”. • Formación
técnica.
• Investigación.

• Proyecto “Desarrollo de 3 años • Capacitación • Adolescentes 150


Capa-cidades para el empresarial. de 12 a 18
Trabajo, la Participación y • Formación años
el Liderazgo de técnica.
Adolescentes de • Asesoría.
Huaycán”. • Desarrollo
personal.

INTSOL

• Programa de Captación y 3 años • Repertorio • NATs de 79


Promoción del Menor. básico para el Huaycán.
aprendiza-je.

• Programa de Promoción 3 años • Educación • NATs de 232


del niño y Niña. Sexual. Huaycán.
• Educación
creativa.
• Talleres
comunitarios.

• Programa de Promoción 3 años • Capacitación • Adolescentes 41


del Adolescente. técnico pro- trabajadores
ductiva. de Huaycán.
• Desarrollo
personal.

Continúa …

228
… Viene.
NOMBRE DEL PROGRAMA LÍNEAS DE POBLACIÓN No DE
DURACIÓN
Y/O PROYECYO ACCIÓN BENEFICIARIA BENEFICIARIOS
INTSOL

• Programa de Promoción 3 años • Educación en • Madres de 76


de la Familia. valores. NATs de
• Educación Huaycán.
para el tra-
bajo.
• Asistencia
solidaria.

ADELH

• Programa de Micro- 6 años • Crédito. • Mujeres co- 327


crédito Ban-quitos • Capacitación. merciantes
comunales “El Pocito”. • Asistencia. de Huaycán.

• Programa de Crédito para 4 años • Capacitación • Microempre- 280


la Consolidación del empresarial. sas produc-
Empleo en • Asistencia tivas.
Microempresas técnica.
productivas
(FORPROEM).

• Red de Lideres 5 años • Promoción • Adolescentes 110


Ambientales. ambiental. escolares.
• Desarrollo
personal
(autoestima y
liderazgo)

SOLIDARIOS – INICIATIVA

• Micro-finanzas para Indefinida. • Crédito. • Mujeres co- 217


Sectores Populares. • Capacitación merciantes
empresarial. de Huaycán.
• Género.
• Comercializa-
ción.
• Asesoría.

TOTAL 1592
Fuente: ADEC – ATC.

229
Cuadro No 88: Servicios permanentes que presta la Iglesia
Católica en Huaycán.
Año 2001
POBLACIÓN No. DE
TIPO DE SERVICIO DEPENDENCIA
BERNEFICIARIA BENEFICIARIOS

• Alimentación. • Área de • Madres de familia. 700*


Comedores.

• Salud. • Área de Salud. • Toda la población. 2,400

• Educación. • Biblioteca. • Población escolar. 120


• Público en general.

• Bienestar social. • Área de casos • Personas indivi- 480


individuales y duales.
sociales.

TOTAL 3700
*Raciones diarias de almuerzos.
Fuente: Parroquia San Andrés.

Cuadro No 89: Programas y/o Proyectos de la Iglesia Católica


actualmente en ejecución en Huaycán.
Año 2001
NOMBRE DEL PROGRAMA LÍNEAS DE POBLACIÓN No DE
DURACIÓN
Y/O PROYECYO ACCIÓN BENEFICIARIA BENEFICIARIOS

• Proyecto de Capacitación 2 años • Capacitación. • Toda la co- 30


de Promotores de Salud. • Campañas munidad de
de salud. Huaycán.
• Educación
sanitaria.

• Proyecto de 4 años • Comercializa- • Mujeres de 300


Comercialización de ción. Comedores
Pescado para Comedores • Gestión de Autogestio-
Autogestionarios. negocios. narios.

• Programa Social de Indefinida. • Capacitación • Niños en 286


Adopción a Distancia. • Talleres de extrema po-
recreación. breza.
• Apoyo eco-
nómico.

TOTAL 616
Fuente: Parroquia San Andrés.

230
Anexo 2

CRONOLOGÍA DEL PARQUE INDUSTRIAL No 1


DE HUAYCÁN

231
CRONOLOGÍA DEL PARQUE INDUSTRIAL No 1 DE HUAYCÁN

EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL PARQUE CONTEXTO


AÑO MES
INDUSTRIAL SOCIOPOLÍTICO

1984 Enero • Se inicia el Gobierno Municipal


de la Izquierda Unida
encabezado por Alfonso
Barrantes Lingan.

Julio • Entre los primeros pobladores llegan • El 15 de julio se realiza la toma


carpinteros, artesanos, zapateros, etc., que de Huaycán por parte de 4500
constituyen el primer contingente de pobladores, entre hombres y
microempresarios de Huaycán. mujeres, aproximadamente.

1985 Julio • Alan García asume la


presidencia de la república.

1986 Abril • Se forma la Asociación de Talleristas y


Artesanos MAQUICENTRO, que agrupó a 50
socios, la misma que se planteó como
objetivo la creación de un Parque Industrial
en Huaycán.

1987 Enero • Se inicia el Gobierno Municipal


del APRA encabezado por
Jorge del Castillo.

Diciembre. • Se lleva a cabo la primera feria de Micro y


Pequeños empresarios de Huaycán
organizado por MAQUICENTRO con el apoyo
del Centro IDEAS.

1989 Abril • Se realiza el Primer Encuentro de PYMES y


Artesanos de Huaycán, convocado por
MAQUICENTRO, con la participación de 240
productores.

• Además de MAQUICENTRO, participaron en


el Primer Encuentro la Asociación de Micro y
Pequeños Industriales (AMPI) y la Asociación
de Pequeños Industriales y Artesanos de
Huaycán (APIAH).

• Como resultado de este Encuentro se


conformó la Central de Productores de
Huaycán (CPH), que unió a los gremios
anteriormente mencionados.

• Se ratifica como objetivo principal de la


Central de Productores de Huaycán la
creación de un Parque Industrial.

Continúa …

232
…Viene.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL PARQUE CONTEXTO
AÑO MES
INDUSTRIAL SOCIOPOLÍTICO

1990 Enero • Ricardo Belmont asume la


alcaldía de Lima Metrópoli-
tana.

Julio • Alberto Fujimori asume la


presidencia de la república.

Noviembre. • La Central de Productores de Huaycán inicia


ante el nuevo gobierno las primeras gestiones
para la creación del Parque Industrial de
Huaycán.

• La presidencia de la república encarga al


Instituto Nacional de Planificación la
elaboración del proyecto del Parque Industrial
de Huaycán, trámite que duró un año sin
resultados positivos.

1991 Marzo • Pascuala Rosado asume la


Secretaria General del CEC de
Huaycán.

Diciembre • Se desactiva la Central de Productores de • Se desactiva el Instituto


Huaycán sin haber logrado sus objetivos. Nacional de Planificación.

• En adelante el proyecto del Parque Industrial


de Huaycán lo asume el CEC de la CUAH a
través del Subsecretario General Luis Garma.

1992 Enero • La CUAH inicia contactos, con la mediación


del Ing. Máximo San Román, primer
vicepresidente de la república, con la
Municipalidad Metropolitana de Lima.

• La Municipalidad de Lima se comprometió a


impulsar la creación del Parque Industrial de
Huaycán, ordenando a INVERMET la
formulación del proyecto y la ejecución de la
obra.

Abril • INVERMET encarga a la Arquitecta Doris • Golpe de Estado del 5 de abril.


Espejo San Román la elaboración del
proyecto del parque Industrial de Huaycán.

Julio • El 15 de julio, en el marco del aniversario de


la CUAH, el alcalde Belmont coloca la primera
piedra del Parque Industrial de Huaycán.

• El Ministerio de la Presidencia
Agosto crea el Fondo Nacional de
Compensación y Desarrollo
Social (FONCODES), con el
financiamiento del BM y del
BID.

Continúa…
…Viene.

233
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL PARQUE CONTEXTO
AÑO MES
INDUSTRIAL SOCIOPOLÍTICO

1992 Setiembre • Captura de Abimael Guzmán


Reynoso que marca el inicio de
la derrota de Sendero
Luminoso.

1993 Enero • INVERMET convoca a Licitación Pública (No • Ricardo Belmont inicia su
001) para la construcción del Parque segunda gestión como Alcalde
Industrial de Huaycán. de Lima Metrópoli-tana.

• En el Distrito de Ate – Vitarte


asume la Alcaldía por el
Movimiento Obras el Sr. Alex
Santiesteban.

• El MITINCI crea el FONDEMI


Abril • Se inicia la construcción del Parque Industrial (Fondo de crédito para la
de Huaycán que, en su primera etapa, se Microempresa).
limito a la habilitación de la infraestructura
básica. La obra tuvo una duración de 10
meses y estuvo a cargo de la Empresa
Constructora “Walter Carty”.

1994 Julio • La Comisión de Desarrollo Urbano de la • El Ministerio de Economía crea


Municipalidad de Ate – Vitarte convoca a las Centro COFIDE (Centro de
PYMES de Huaycán a conformar el Comité Servicios Empresariales).
Pro Micro Parque Industrial, con el objetivo de
seleccionar a los beneficiarios. • El MITINCI crea el Programa
de Pequeña y Micro Empresa
(PPME).

1995 Julio • Alberto Fujimori inicia su


• Se inicia la Construcción en el área del
segundo periodo de gobierno.
parque Industrial del Consorcio Popular
Huaycán (CPH), promovido por un sector de
la dirigencia comunal, con el apoyo de
FONCODES y de la CAF-SIN.
Octubre • Se constituye la Coordina-dora
Nacional de Micro y Pequeñas
empresas (CONAMYPE).

Diciembre
• Se toma posesión de las instalaciones del
Parque Industrial, conocido en ese entonces
como Centro Empresarial Popular de
Huaycán. Esta acción fue emprendida por
mas de 30 microempresarios organizados en
una Junta Directiva.

1996 Enero • Alberto Andrade asume la


Alcaldía de Lima Mtropolitana.

Marzo • Se funda la Asociación de Pequeñas • Sendero Luminoso asesina a


Empresas Industriales de Huaycán (APEIH), Pascuala Rosado, ex
que inicialmente agrupa a 58 socios, que son Secretaria General del CEC de
lo que en ese momento ocupaban las Huaycán.
instalaciones del Parque Industrial.
Continúa…

234
…Viene.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL PARQUE CONTEXTO
AÑO MES
INDUSTRIAL SOCIOPOLÍTICO

1996 Marzo • Se instala la Primera Junta Directiva de la • El gobierno de Fujimori crea la


APEIH que preside Andrés Ventura. Comisión de For-malización de
la Propiedad Informal
• La APEIH entra en un proceso de (COFOPRI).
fortalecimiento de la organización
(formalización, conformación de gremios
productivos, calificación de nuevos socios)
que duró aproximadamente un año.

Julio • La Municipalidad de Ate – Vitarte relanza el


proyecto del Parque Industrial de Huaycán,
presentándolo con el apoyo de diversas
instituciones y los medios de comunicación
ante la opinión pública.

Noviembre • Los miembros de la APEIH acuerdan tomar


posesión en forma individual de los Lotes del
Parque Industrial de Huaycán.

Diciembre • El MRTA toma por asalto la


embajada del Japón en Lima y
mantiene en cautiverio a más
de un centenar de rehenes.

1997 Enero • El consejo directivo de la APEIH inicia la


asignación de Lotes individuales a sus
asociados, previa calificación de los mismos

Febrero • El 25 de febrero el presidente Fujimori visita • Se realiza el 1er. Cade de las


el Parque Industrial de Huaycán y ordena al PYMES (CADEMYPE).
Banco de Materiales el financiamiento para la
construcción de los módulos individuales de
las PYMES.

Marzo • Los primeros días de marzo se inicia la • El gobierno autoriza al Banco


autoconstrucción de los módulos individuales, de Materiales para otorgar
con la participación de todos lo asociados de créditos a las PYMES para la
la APEIH. construcción de Infraestruc-
tura productiva y la adquisi-
ción de maquinaria.

Abril • El 22 de abril el gobierno de


Fujimori toma por asalto la
Embajada de Japón a través
de la “Operación Chavin de
Huantar”.

Junio • ADEC - ATC inicia su trabajo en el Parque


Industrial de Huaycán con el "Proyecto de
Reconversión Laboral y Trabajadores
Periféricos", que alcanzó además a otros
segmentos tales como los jóvenes y las
mujeres de las organizaciones sociales de
base.

Continúa…

…Viene.

235
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL PARQUE CONTEXTO
AÑO MES
INDUSTRIAL SOCIOPOLÍTICO

1997 Noviembre • El gobierno, a través de la


Primera Vicepresidencia de la
república, crea el
PROMPYME, con la partic-
pación de la PCM, el MITINCI,
el MEF, el Ministerio de
Trabajo, un representante de la
CONFIEP y otro de la
CONAMYPE.

1998 Enero • El 5 de enero el presidente Fujimori inaugura • Se da la Ley de Compras


los módulos individuales del Parque Industrial Estatales que permite el
de Huaycán. acceso de las PYMES a este
importante mercado.
• FONCODES y PROMPYME incluyen al
Parque Industrial de Huaycán dentro del • Inicio del Fenómeno del Niño
Programa de Compras estatales. que coincide que coincide con
el comienzo de la recesión
Marzo • Se elige un nuevo consejo directivo de la económica que dura hasta
APEIH encabezado por el Sr. Eduardo nuestros días.
Bustamante Chávez, del Gremio de
Confecciones.

Julio • Finaliza el "Proyecto de Reconversión


Laboral y Trabajadores Periféricos" y la
presencia de ADEC - ATC en el Parque
Industrial de Huaycán se restringe a la
asesoría legal y contable de los
microempresarios, manteniendo de ese modo
su presencia institucional.

Setiembre • Entra en crisis el Consejo Directivo de la


APEIH y se elige una Junta Transitoria
presidida por la Señora Lourdes Corrales, del
gremio de Confecciones.
Noviembre • Se implementa el Maquicentro de Calzado,
con el apoyo del Programa Nacional de
Maquicentros de PROMPYME.

1999 Marzo • El Consorcio Popular Huaycán (CPH) es


incorporado al Gremio de Confecciones,
debido a que, hasta ese momento, tenía
como asociados a seis ex dirigentes
comunales que no desarrollaban actividad
empresarial alguna.

Mayo • Se desactiva la Junta Transitoria de la APEIH.

• Se elige un nuevo Consejo Directivo de la


Junio APEIH, presidido por el Sr. Teodoro Ramírez
Peña, del gremio de Artesanía.

Diciembre • Alberto Fujimori lanza su


candidatura para su tercera
reelección a la Presidencia de
la República.

Continúa…

236
…Viene.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL PARQUE CONTEXTO
AÑO MES
INDUSTRIAL SOCIOPOLÍTICO

2000 Febrero • Anulación de las Elecciones


para el Consejo Ejecutivo
Central de Huaycán (inicio de
la crisis de la organización
comunal que dura hasta
nuestros días).

• Asume la presidencia del Consejo Directivo


Marzo
de la APEIH el Sr. Albino Bautista Doria, del
gremio de Carpintería.

Abril - junio • Proceso electoral fraudu-lento


que culmina con la “re-
elección” de Alberto Fujimori a
la presidencia de la república
(inicio de la caída de la
dictadura).

Julio • Marcha de los Cuatro Suyos.

Setiembre • El 14 de setiembre sale a la luz


pública el video Kouri –
Montesisnos que obliga a
Fujimori a acortar su periodo
de gobierno y a convocar a
nuevas elecciones generales
para abril del 2001.

Noviembre • Alberto Fujimori hace


abandono del cargo de
Presidente de la República.

• El Congreso elige como


Presidente del Nuevo
Gobierno de Transición a
Valentín Paniagua Curazao.

Diciembre • ADEC - ATC inicia el "Proyecto Centro de


Promoción Empresarial de Huaycán".

2001 Enero • Los empresarios del Gremio de Confecciones


dejan sin efecto el CPH y deciden constituir
en su reemplazo el Maquicentro Textil
Huaycán.

Febrero • Se constituye el “Consorcio de Metal –


Mecánica, SAC”, integrado por 8 empresarios
del mismo gremio, formalizando su
inscripción en los registros públicos con el
apoyo de ADEC – ATC.

Abril - junio • En el mes de abril, el “Maquicentro Textil • Proceso electoral que cul-mina
Huaycán”, integrado por 16 empresarios del con la elección de Alejandro
Gremio de Confecciones, es inscrito en los Toledo a la Pre-sidencia de la
registros públicos con el apoyo de ADEC – República.
ATC.

Continúa…

237
…Viene.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL PARQUE CONTEXTO
AÑO MES
INDUSTRIAL SOCIOPOLÍTICO

2001 Abril - junio • En el mes de junio, se constituye el


“Consorcio de Calzado Huaycán”, integrado
14 empresarios del mismo gremio,
formalizando su inscripción en los registros
públicos con el apoyo de ADEC – ATC.

Julio • Entra en funciones la actual Junta Directiva • Alejandro Toledo asume la


del APEIH, presidida por Luis Garma, del Presidencia de la República.
Gremio de Carpintería.

Agosto • El nuevo gobierno crea el Vice


- ministerio de las PYMES
como una dependencia del
Ministerio de Trabajo y
Promoción Social.

Noviembre • Se constituye la empresa “Industria de la


Madera Huaycán, SAC”, integrada por 12
empresarios del gremio de carpintería
(Actualmente en trámite de inscripción en los
registros públicos con el apoyo de ADEC -
ATC).

238
Anexo 3

RESULTADOS DEL CENSO EMPRESARIAL


APLICADO EN EL PARQUE INDUSTRIAL No 1
DE HUAYCÁN

239
Cuadro No. 1: Saneamiento físico legal de los lotes
del Parque Industrial de Huaycán.

SITUACIÓN ACTUAL (OCT 2001)


EN
MANZANAS CON TOTAL
PROCESO
CON TÍTULO GESTIÓN
DE
ESTANCADA
TITULACIÓN
• Calzado. 05 00 09 14
• Carpintería. 00 00 15 15
• Confecciones 05 04 21 30
• Metal -
01 01 09 11
Mecánica.
• Artesanía. 06 02 12 20
• Alimentos. 01 02 01 04
TOTAL 18 09 67 94
(%) (19.1) (9.6) (71.3) (100)
Fuente: COFOPRI
Elaboración: ADEC - ATC.

Cuadro No. 2: PYMES del Parque Industrial de Huaycán,


según gremio productivo.

PYMES
GREMIO PRODUCTIVAS NO NUNCA TOTAL
PRODUCTIVO
REGULAR EVENTUAL OPERATIVAS FUNCIONO

• Calzado. 07 01 05 00 13
• Carpintería. 04 05 06 01 16
• Confecciones 06 03 20 00 29
• Metal –
02 06 04 00 12
Mecánica.
• Artesanía. 08 02 07 00 17
• Alimentos. 00 00 00 00 00
• No agremiadas. 03 03 00 00 06
TOTAL 30 20 42 01 93
(%) (32.3) (21.4) (45.2) (1.1) (100)
Fuente: ADEC – ATC

240
Cuadro No. 3: Locales no operativos o que nunca
funcionaron como PYMES, según condición de uso
actual.

GREMIO CONDICIÓN DE USO


TOTAL
PRODUCTIVO VIVIENDA SIN USO

• Calzado. 02 03 05
• Carpintería. 00 07 07
• Confecciones 05 15 20
• Metal – Mecánica. 00 04 04
• Artesanía. 02 05 07
• Alimentos. 00 00 00
TOTAL 09 34 43
(%) (20.9) (79.1) (100)
Fuente: ADEC – ATC

Cuadro No. 4: PYMES operativas del Parque Industrial


de Huaycán, según condición de uso del Lote.

CONDICIÓN DE USO DEL


GREMIO LOTE
TOTAL
PRODUCTIVO EN
PROPIO
ALQUILER
• Calzado. 06 01 07
• Carpintería. 08 01 09
• Confecciones 09 01 10
• Metal - Mecánica. 07 01 08
• Artesanía. 09 01 10
• No agremiadas. 05 01 06
TOTAL 44 06 50
(%) (88.0) (12.0) (100)
Fuente: ADEC – ATC

241
Cuadro No. 5: PYMES operativas del Parque
Industrial de Huaycán, según sexo del propietario.

GREMIO SEXO
TOTAL
PRODUCTIVO HOMBRE MUJER

• Calzado. 07 00 07
• Carpintería. 09 00 09
• Confecciones 08 02 10
• Metal - Mecánica. 08 00 08
• Artesanía. 06 04 10
• No agremiadas. 04 02 06
TOTAL 42 08 50
(%) (84.0) (16.0) (100)
Fuente: ADEC – ATC

Cuadro No. 6: PYMES operativas del Parque


Industrial de Huaycán, según edad
del propietario.

SEXO TOTAL
EDAD
HOMBRE MUJER N %
15 – 19 00 01 01 2.0
20 – 24 00 01 01 2.0
25 – 29 04 01 05 10.0
30 – 34 04 01 05 10.0
35 – 39 10 02 12 24.0
40 – 44 09 01 10 20.0

45 – 49 10 01 11 22.0
50 y más años 05 00 05 10.0
TOTAL 42 08 50 100
Fuente: ADEC – ATC

242
Cuadro No. 7: Edad promedio de los propietarios
de las PYMES operativas del Parque Industrial
de Huaycán.

GREMIO
EDAD PROMEDIO
PRODUCTIVO
• Calzado. 42.7
• Carpintería. 44
• Confecciones 37.4
• Metal - Mecánica. 42.2
• Artesanía. 38
• No agremiadas. 36.7
PROMEDIO GENERAL 40.2
Fuente: ADEC – ATC

Cuadro No. 8: PYMES operativas del Parque


Industrial de Huaycán, según nivel de instrucción
del propietario.

NIVEL DE SEXO TOTAL


INSTRUCCIÓN
HOMBRE MUJER N %
• Primaria Incompleta. 01 00 01 2.0
• Primaria completa. 02 01 03 6.0
• Secundaria incompleta. 08 01 09 18.0
• Secundaria completa. 22 05 27 54.0
• Superior no
02 01 03 6.0
universitaria.
• Superior universitaria. 07 00 07 14.0

TOTAL 42 08 50 100
Fuente: ADEC – ATC

243
Cuadro No. 9: PYMES operativas del Parque
Industrial de Huaycán, según estado civil
del propietario.

SEXO TOTAL
ESTADO CIVIL
HOMBRE MUJER N %
• Soltero (a) 05 00 05 10.0
• Casado (a) 23 04 27 54.0
• Conviviente. 13 03 16 32.0
• Divorciado (a) 00 01 01 2.0
• Separado (a) 01 00 01 2.0

• Viudo (a) 00 00 00 0.0

TOTAL 42 08 50 100
Fuente: ADEC – ATC

Cuadro No. 10: PYMES operativas del Parque


Industrial de Huaycán, según tiempo de
funcionamiento.

GREMIO PRODUCTIVO TOTAL


TIEMPO DE
METAL NO
FUNCIONAMIENTO CALZA- CARPIN- CONFEC- ARTE-
MECÁ- AGRE- N %
DO TERÍA CIONES SANÍA
NICA MIADAS
• Menos de 1 año. 02 00 01 03 01 01 08 16.0

• Entre 1 y 3 años. 01 02 03 02 00 02 10 20.0

• Entre 3 y 5 años. 02 06 05 01 04 01 19 38.0

• Entre 5 y 8 años. 02 00 01 02 02 02 09 18.0

• Entre 8 y 10 años. 00 00 00 00 01 00 01 2.0

• 10 y más años. 00 01 00 00 02 00 03 6.0

TOTAL 07 09 10 08 10 06 50 100

Fuente: ADEC – ATC

244
Cuadro No. 11: Antigüedad promedio de
las PYMES operativas del Parque Industrial
de Huaycán.

GREMIO ANTIGÜEDAD
PRODUCTIVO PROMEDIO (EN AÑOS)
• Calzado. 3.5
• Carpintería. 4.4
• Confecciones 4.2
• Metal - Mecánica. 2.6
• Artesanía. 6.7
• No agremiadas. 2.9
PROMEDIO GENERAL 4.1
Fuente: ADEC – ATC

Cuadro No. 12: No. total de trabajadores que laboran en


las PYMES operativas del Parque Industrial de
Huaycán, según sexo.

GREMIO SEXO
TOTAL
PRODUCTIVO HOMBRES MUJERES

• Calzado. 22 00 22
• Carpintería. 27 01 28
• Confecciones 21 26 47
• Metal – Mecánica. 22 00 22
• Artesanía. 20 16 36
• No agremiadas. 06 06 12
TOTAL 118 49 167
(%) (70.7) (29.3) (100)
Fuente: ADEC – ATC

245
Cuadro No. 13: PYMES operativas del Parque Industrial de Huaycán,
según rango de trabajadores.

GREMIO PRODUCTIVO TOTAL


RANGO DE METAL NO
TRABAJADORES CALZA- CARPIN- CONFEC- MECÁ- ARTE- AGRE- N %
DO TERÍA CIONES SANÍA
NICA MIADAS
1–3 05 06 04 07 06 06 34 68.0
4–6 02 02 04 01 03 00 12 24.0
7–9 00 01 00 00 01 00 02 4.0
10 y más 00 00 02 00 00 00 02 4.0
TOTAL 07 09 10 08 10 06 50 100
Fuente: ADEC – ATC

Cuadro No. 14: No. promedio de trabajadores en


las PYMES operativas del Parque Industrial
de Huaycán.

PROMEDIO DE
GREMIO
TRABAJADORES
PRODUCTIVO
(N)
• Calzado. 03
• Carpintería. 03
• Confecciones 04
• Metal - Mecánica. 03
• Artesanía. 04
• No agremiadas. 02
PROMEDIO GENERAL 03
Fuente: ADEC – ATC

246
Cuadro No. 15: PYMES operativas del Parque Industrial de Huaycán,
según rango salarial promedio.

RANGO GREMIO PRODUCTIVO TOTAL


SALARIAL
METAL NO
PROMEDIO CALZA- CARPIN- CONFEC- ARTE-
MECÁ- AGRE- N %
(S/.) DO TERÍA CIONES SANÍA
NICA MIADAS
Menos de 200 00 00 01 00 01 00 02 4.0

Entre 200 y 400 01 02 05 02 04 03 17 34.0

Entre 400 y 600 02 03 04 05 04 01 19 38.0

Entre 600 y 800 03 02 00 01 01 02 09 18.0

Entre 800 y 1000 00 02 00 00 00 00 02 4.0

1000 y más 01 00 00 00 00 00 01 2.0

TOTAL 07 09 10 08 10 06 50 100

Fuente: ADEC – ATC

Cuadro No. 16: Salario promedio de las PYMES


operativas del Parque Industrial
de Huaycán.

GREMIO
S/.
PRODUCTIVO
• Calzado. 585.0
• Carpintería. 534.4
• Confecciones 343.6
• Metal - Mecánica. 428.8
• Artesanía. 392.0
• No agremiadas. 416.7
PROMEDIO GENERAL 450.1
Fuente: ADEC – ATC

247
Cuadro No. 17: PYMES operativas del Parque
Industrial de Huaycán, según situación crediticia.

SITUACIÓN CREDITICIA
GREMIO
NO TOTAL
PRODUCTIVO MOROSAS
MOROSAS
• Calzado. 05 02 07
• Carpintería. 05 04 09
• Confecciones 07 03 10
• Metal - Mecánica. 03 05 08
• Artesanía. 03 07 10
• No agremiadas. 02 04 06
TOTAL 25 25 50
(%) (50.0) (50.0) (100)
Fuente: ADEC – ATC

Cuadro No. 18: PYMES operativas del Parque


Industrial de Huaycán, según situación tributaria.

SITUACIÓN TRIBUTARIA
GREMIO
NO TOTAL
PRODUCTIVO TRIBUTAN
TRIBUTAN
• Calzado. 05 02 07
• Carpintería. 05 04 09
• Confecciones 06 04 10
• Metal - Mecánica. 03 05 08
• Artesanía. 03 07 10
• No agremiadas. 02 04 06
TOTAL 24 26 50
(%) (48.0) (52.0) (100)
Fuente: ADEC – ATC

248
Cuadro No. 19: PYMES operativas del Parque
Industrial de Huaycán que tienen RUC.

No DE PYMES
GREMIO
TIENEN
NO TOTAL
PRODUCTIVO TIENEN
RUC
RUC
• Calzado. 06 01 07
• Carpintería. 06 03 09
• Confecciones 06 04 10
• Metal - Mecánica. 04 04 08
• Artesanía. 07 03 10
• No agremiadas. 03 03 06
TOTAL 32 18 50
(%) (64.0) (36.0) (100)
Fuente: ADEC – ATC

Cuadro No. 20: PYMES operativas del Parque


Industrial de Huaycán que poseen RUC y tributan.

PYMES QUE POSEEN


GREMIO RUC
TOTAL
PRODUCTIVO NO
TRIBUTAN
TRIBUTAN
• Calzado. 05 01 06
• Carpintería. 05 01 06
• Confecciones 06 00 06
• Metal - Mecánica. 03 01 04
• Artesanía. 03 04 07
• No agremiadas. 02 01 03
TOTAL 24 08 32
(%) (75.0) (25.0) (100)
Fuente: ADEC – ATC

249
Cuadro No. 21: PYMES operativas del Parque Industrial
de Huaycán, según condición legal.

CONDICIÓN LEGAL
GREMIO FORMAL TOTAL
PRODUCTIVO INFORMAL
PERSONA PERSONA
NATURAL JURÍDICA
• Calzado. 06 00 01 07
• Carpintería. 06 00 03 09
• Confecciones 07 00 03 10
• Metal - Mecánica. 03 01 04 08
• Artesanía. 06 01 03 10
• No agremiadas. 00 00 06 06

TOTAL 28 02 20 50
(%) (56.0) (4.0) (40.0) (100)
Fuente: ADEC – ATC

250
Anexo 4

LISTAS DE PERSONAS E INSTITUCIONES QUE


PROPORCIONARON INFORMACIÓN PARA EL
DIAGNÓSTICO DE HUAYCÁN

251
Cuadro No 1: Relación de entidades públicas y
privadas que fueron encuestadas para el
Diagnóstico Situacional de Huaycán.

GRADO DE
No ORGANIZACIONES
COLABORACIÓN
ENTIDADES DEL ESTADO
01 Agencia Municipal de Huaycán. Ninguno.
02 Municipalidad de Ate – Vitarte. Medio.
03 Hospital Local de Huaycán. Alto
04 Comisaría de Huaycán. Alto.
05 Unidad de Servicios Educativos 06. Medio.
06 Programa “Wawa Wasi” (PROMUDEH). Medio.
Comisión de Formalización de la Propiedad Informal
07 Bajo.
(COFOPRI).
08 Registro Predial Urbano. Ninguno.

09 Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE). Alto.

ORGANIZACIONES DE LA COMUNIDAD
10 Comité Ejecutivo Central de Huaycán. Ninguno.
11 Parroquia “San Andrés” (Iglesia Católica). Alto

12 Asociación de Clubes de Madres de Huaycán. Alto.

13 Central de Comedores Autogestionarios de Huaycán. Alto.

14 Coordinadora del Vaso de Leche de Huaycán. Alto.

15 “Alternativa juvenil”. Alto.


16 “Despertar Juvenil”. Alto.
17 “Voz de esperanza” (organización juvenil). Alto.
Asociación de Pequeños Artesanos de Huaycán
18 Alto.
(APAH).
Asociación de Talleres de Producción Artesanal “Nuevo
19 Alto.
Horizonte”.
Asociación de Pequeñas Empresas Industriales de
20 Alto.
Huaycán (APEIH).
21 Asociación de Productores “Santa Rosa”. Alto.
22 Asociación de Productores “Nuevo Milenio”. Alto.
23 Mercado Modelo 15 julio. Alto.
24 Mercado “Señor de los Milagros”. Alto.
25 Mercado “Santa Rosa”. Alto.
Continúa…

252
…Viene

GRADO DE
No ORGANIZACIONES
COLABORACIÓN
26 Asoc. Comercial Micro-Mercado “Virgen de Chapi” Alto.

27 Asociación de Comerciantes del Mercado Progreso. Alto.

28 Asoc. “Centro Comercial Mariátegui” Alto.


29 Mercado “Virgen del Carmen” Alto.
30 Mercado “Virgen de la Candelaria” Alto.
31 Mercado “Las Palmeras”. Alto.
32 Mini-Mercado “El económico”. Alto.
33 Centro Comercial “Las Magnolias”. Alto.
34 Centro Comercial “Las Piedritas”. Alto.
35 Micro - mercado “Las caseritas”. Alto.
36 Mercado Central No 3 Alto.
37 Nueva Esperanza. Alto.
38 Mercado 21 de Junio. Alto.
39 Asoc. Paraíso. Alto.
40 ACOSE. Alto.
41 Asociación Agropecuaria. “ El granjerito”. Alto.
42 Asociación Agropecuaria “12 de agosto”. Alto.
43 Asociación Agropecuaria “Ninive”. Alto.
44 Asociación Agropecuaria “ La Rinconada”. Alto.
45 Asociación Agropecuaria “Los Israelitas” Alto.
46 Asociación Agropecuaria “Los Portales” Alto.
47 Asociación Agropecuaria “Los Álamos”. Alto.
ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES
49 ADEC – ATC Alto.
50 ADELH Alto.
51 INTSOL Alto.
52 SOLIDARIOS – INICITIVA Alto.

253
Cuadro No 2: Entrevistas Grupales realizadas
con motivo del Diagnóstico de Huaycán.

GRUPO Y/O
CÓDIGO No DE PARTICIPANTES
ORGANIZACIÓN

EG,1 Empresarios del Parque Industrial No 08


1 de Huaycán.

EG,2 Empresarios de Huaycán que no 07


pertenecen al Parque Industrial.

EG,3 Jóvenes de Huaycán 09


pertenecientes a las organizaciones
“Despertar Juvenil” y “Voz de
esperanza”.

EG,4 Jóvenes de Huaycán 10


pertenecientes a la organización
“Alternativa Juvenil”.

EG,5 Mujeres de Organizaciones de Base 07


de Huaycán (Clubes de Madres,
Comedores Populares y Comités
del Vaso de Leche).

EG,6 Mujeres pertenecientes al Frente de 04


Mujeres de Huaycán.

TOTAL DE PARTICIPANTES 45

254
Cuadro No 3: Entrevistas aplicadas a
Informantes Claves

CÓDIGO NOMBRES Y APELLIDOS GRUPO DE PERTENENCIA

E,1 Ilich Abregú. “Alternativa juvenil” / ADEC –


ATC.

E,2 Marco Loayza Meza. ADEC – ATC

E,3 Lourdes Huaraca Agencia Municipal / Frente de


Mujeres.

E,4 Carlos Armas. MORAY

E,5 Carlos Puell Palma. ADELH

E,6 Luis Garma B. Parque Industrial de Huaycán.

E,7 Andrés Ventura B. Parque Industrial de Huaycán.

E,8 Adela Carhuancho. Ex presidenta de la Asociación


de Clubes de Madres de
Huaycán.

E,9 Cristina Cruzado Torres. Presidenta del Frente de Mujeres


de Huaycán.

E,10 Pedro Huayta Huamaní. Ex Secretario General del CEC –


CUAH.

255

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