KARL ABRAHAM (1877-1925)

por el Dr. Alberto SolimanoK. Abraham nació en Bremen (Alemania) en 1877, en el seno de una familia judía de clase
media que pudo brindarle una infancia sin privaciones y una educación esmerada. En el Gimnasium (estudios
secundarios) desarrolló un especial interés por la filología y lingüística comparada que conservó toda su vida y que se expresó
tanto en el dominio de los idiomas (además de su lengua materna hablaba inglés, español e italiano) como en su
empleo en la exposición de su pensamiento.Estudió Medicina y se recibió en 1901, comenzando a trabajar en el Asilo
Municipal de Berlín, donde adquirió una buena formación en psiquiatría clínica. En 1904 obtuvo un nombramiento en la
Clínica Psiquiátrica de Burghölzli, en Zürich (Suiza), uno de los centros psiquiátricos más renombrados de la época,
donde desarrollaba su obra el profesor Bleuler.En esa época tuvo lugar su casamiento, que al decir de Jones fue la
causa principal de la felicidad y alegría de vivir características de Abraham. Este feliz matrimonio tuvo dos hijos.Bajo la
dirección de Bleuler y Jung tomó conocimiento por primera vez de la obra de Freud, que le produjo una profunda impresión
y determinó su futuro.En 1907 visitó a Freud por primera vez en Viena, iniciando así una amistad y una colaboración que
mantuvo el resto de su vida, con visitas regulares durante la época de las vacaciones. Esta actitud fue justamente
apreciada por Freud y por ello Abraham fue uno de los discípulos que integraron el círculo de los anillos.Ese mismo año
se instaló en Berlín y comenzó a practicar la psiquiatría privadamente, al mismo tiempo que comenzaba su lucha por el
desarrollo y expansión del psicoanálisis, enfrentando denodadamente el encono y oposición de los círculos médicos.En
1910 fundó la Sociedad Psicoanalítica de Berlín, que fue la primera filial de la IPA, ocupando su presidencia, la que
mantuvo hasta su muerte.Se consagró generosamente a ella: leyó en ella todos sus trabajos y dedicó toda su aptitud para
la formación de nuevos analistas. Ente sus discípulos y analizados más destacados se encuentran Helen Deutsch,
Edward y James Glover, Melanie Klein (quién le guardó un manifiesto agradecimiento), Sándor Radó y Theodor
Reik.También tuvo un importante desempeño en la IPA. Asistió a todos los Congresos y en cada uno de ellos presentó
valiosos trabajos. Fue Presidente Provisional durante muchos años y fue elegido nuevamente por aclamación en sus
últimos años de vida.En 1925 sufrió una bronconeumonía séptica por cuerpo extraño, que luego de un largo y penoso
proceso, condujo a su muerte en el día de Navidad.La nota necrológica que le dedicó Freud y la emotiva reseña que
efectuó Jones de su vida y obra dan una medida de la pérdida que representó su muerte temprana para sus amigos, sus
discípulos y sobretodo para el Psicoanálisis.OBRALa obra de Abraham, aunque como lo señala Jones no fue
abundante, se caracteriza por ser polifacética y al mismo tiempo importante. Muchos de los conceptos básicos y
lugares comunes del psicoanálisis surgieron de sus investigaciones clínicas que luego plasmaba en una teorización clara
y rigurosa.Su característica más importante fue la claridad expositiva, lograda por una concisa presentación de la teoría
seguida por una convincente presentación de los casos clínicos. La elaboración conceptual de los datos de la clínica es
constante en Abraham y confiere a sus escritos una fuerza demostrativa inconfundible.Haremos una breve exposición y
análisis de sus principales obras.LAS DIFERENCIAS PSICOSEXUALES ENTRE LA HISTERIA Y LA DEMENCIA
PRECOZ (1908)Este primer gran artículo de Abraham es de una importancia fundamental en la comprensión psicoanalítica
de las psicosis. Aunque con su habitual modestia y honestidad intelectual en una llamada al pie nos dice que las ideas
que va a exponer se deben a comunicaciones orales y escritas de Freud y discusiones con Bleuler y Jung lo cierto es
que esta es la primera publicación de las ideas que luego retomará Freud en su estudio del caso Schreber, el gran texto
clásico sobre la psicosis. Comienza señalando la analogía de la estructura de la histeria y la demencia precoz en
cuanto a que en ambas la sintomatología se origina en complejos sexuales reprimidos. Impulsos normales y perversos
se expresan así en buena medida por los mismos medios, como por ejemplo el simbolismo sexual (que ya había
estudiado Jung).Sin embargo desde el punto de vista clínico hay consenso sobre una antítesis fundamental. Hasta el
presente ésta no se ha podido definir satisfactoriamente porque solo se han descrito diferencias de grado, marcando en
definitiva las semejanzas.Se impone entonces la búsqueda de la fundamentación de las diferencias en la esfera
psicosexual común a ambas.Propone como base de la investigación la teoría sexual expuesta por Freud en los "Tres
Ensayos" de 1905 y especialmente las hipótesis sobre la sexualidad infantil.Toma como punto de partida la evolución
desde una primera etapa autoerótica a la de "amor objetivo". En esta última se desarrolla la capacidad de adaptación,
base de la conducta social del hombre, que consiste en la transferencia sexual sublimada sobre personas y objetos.
Como vemos desde sus primeros escritos Abraham muestra la importancia que su pensamiento confiere a la relación
objetal, que será constante a lo largo de toda su obra. Señala que el neurótico (cuyo prototipo es la histeria) se
distingue de la persona normal por la fuerza excesiva de su deseo, la desorganización de sus instintos componentes y la
consecuente tendencia a la represión de su sexualidad, que se expresará en sus síntomas, los cuales son en última
instancia actividades sexuales anormales.Pero también en una intensificación de la transferencia, una catexia de objeto
anormalmente elevada y por consiguiente una mayor tendencia hacia la sublimación (entendida como transferencia
sexual sublimada sobre personas y objetos).Propone ahora comparar esta conducta psicosexual con la que exhiben los
que padecen de demencia precoz. Y describe, mostrando experiencia y sutileza clínica, un conjunto imaginario de los
típicos enfermos mentales crónicos, diagnosticados como dementes precoces, que poblaban los hospitales
psiquiátricos.Pone de manifiesto como característica común en conductas diversas el trastorno de la vida emocional, la
inadecuación de la asociación emocional (uno de los signos fundamentales que resaltaba Bleuler) y entonces plantea su
tesis:"Pero puesto que hemos atribuido toda transferencia de emociones a la sexualidad, debemos llegar a la conclusión
de que la demencia precoz destruye la capacidad de la persona para la transferencia sexual, esto es, para el amor
objetivo".A continuación describe a través de casos clínicos múltiples y diferentes aspectos del trastorno emocional,
haciendo hincapié especialmente en la ambivalencia y en la agresividad, lo que revela nuevamente la influencia de su
formación en Burghölzli. (Bleuler-Jung).Esta falta del amor a objetos y ausencia de la sublimación se observa en la evolución
de la sexualidad en la primera infancia, en la etapa que Freud denominó "autoerótica".Consecuentemente plantea que: "La
característica psicosexual de la demencia precoz es el regreso del paciente al autoerotismo, y los síntomas de su
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enfermedad son una forma de actividad sexual autoerótica."Con notable perspicacia encuentra evidencia del
autoerotismo en la labilidad de los vínculos amorosos de los pacientes, que aún en los casos de mejoría y cura aparente
persiste como el rasgo morboso más claramente visible. Pero a continuación señala otras dos consecuencias del retiro
de la libido de los objetos y su transferencia sobre si mismo como único objeto sexual: el origen del delirio de
persecución por el objeto sexual original abandonado y lo que es más importante, el origen de la megalomanía,
constituyendo otra de las tesis fundamentales de este artículo: "El autoerotismo de la demencia precoz es la fuente, no
solo de las ilusiones de persecución, sino también de la megalomanía"Como vemos estas ideas que luego retomará y
desarrollará el genio de Freud en su estudio de Schreber están contenidos en este breve y genial artículo, como lo
reconocerá el propio Freud en nota al pie. (Nota 16- pag 65 AE XII).Este planteo del significado y el sentido de los
síntomas le permite ahora discutir con fundamento la noción de demencia, basada en una aproximación puramente
descriptiva, mostrando bajo la aparente similitud la diferencia existente entre las demencias epiléptica, paralítica y senil
por un lado, que implican destrucción de las facultades mentales y la demencia precoz por otro que consiste en una
"obstrucción" o " bloqueo" del sentimiento. Esto explica también la diferente evolución y la posibilidad de recuperación del
demente precoz.Finalmente presenta su tesis central:"El autoerotismo es también el rasgo que distingue a la demencia
precoz de la histeria. En el primer caso, la libido se aparta de los objetos, en el otro, la catexis de los objetos es
excesivamente alta. Por un lado hay una pérdida de la capacidad para la sublimación, por el otro un aumento de esa
capacidad".Señala que aunque ambas entidades revelan una constitución psicosexual congénita muestran una distinta
inhibición del desarrollo. El demente precoz nunca ha superado completamente su autoerotismo infantil y cuando la
enfermedad se hace manifiesta regresa a ese punto de fijación. Por otra parte esta hipótesis de inhibición del desarrollo
hace innecesaria la teoría de la toxina (y aquí enfrenta a sus maestros Bleuler y Jung, que promovía esta última teoría). Al
establecer este diagnóstico diferencial entre la demencia precoz y la histeria (y neurosis obsesiva), o sea entre una
psicosis y una neurosis, establece un jalón en la clasificación y organización del campo de la psicopatología. Es un aporte
fundamental a la tarea que estaba desarrollando Kraepelin en el campo de las psicosis y la obra de Freud en las
neurosis. LA VALORACIÓN NARCISISTICA DE LOS PROCESOS EXCRETORIOS EN LOS SUEÑOS Y EN LA
NEUROSIS (1920)En este pequeño trabajo Abraham expone a través de casos clínicos, un verdadero descubrimiento:
las funciones y productos del intestino y de la vejiga pueden ser usados como instrumentos activos de impulsos hostiles.
Confirma al mismo tiempo la sobrevaloración narcisista observada por Freud y Jones, que se expresa en la omnipotencia
atribuida a estas funciones, similar y previa a la ya conocida omnipotencia de los pensamientos.Considera con modestia
que, el reconocimiento de impulsos intestinales activos y sádicos sólo implica una contribución a la relación entre sadismo
y erotismo anal, ya que no cambia la relación fundamental entre el impulso sexual pasivo asociado con la zona anal y el
impulso sádico - activo que se acopla. Pero, si recordamos que hasta ese momento el erotismo anal era considerado
fundamentalmente pasivo, mientras que el impulso sádico - activo provenía de otra fuente - la musculatura somática
con su correspondiente pulsión de dominio (yoica) - vemos que el aporte es muy significativo e implica una reformulación
del sadismo en cuanto a sus fuentes; un enriquecimiento de las manifestaciones de la etapa anal y una nueva relación
entre agresión y libido. Desde esta perspectiva, el concepto de sadismo propuesto por Abraham resulta más abarcativo
que el de odio, empleado por Freud y Jones para dar cuenta de la ambivalencia en la neurosis obsesiva, en la medida
que destaca el papel del instinto y la relación de objeto.Hasta entonces, las heces sólo habían simbolizado impulsos
libidinosos a través de la ecuación niño-pene-regalo, pero que a partir de este momento pasan también a representar
los impulsos agresivos.CONTRIBUCIONES A LA TEORÍA DEL CARÁCTER ANAL (1921)En este artículo Abraham
prosigue su estudio de la relación entre el sadismo y el erotismo anal. Plantea que la educación esfinteriana expone al
narcisismo infantil a su primera prueba y que la respuesta adaptativa se logra mediante una identificación del niño con la
demanda del progenitor, reemplazando la autogratificación por la gratificación del amor parental. Estas apreciaciones
suponen, sin duda, una relación objetal interna con funciones de regulación pulsional que resultan anticipatorias del
concepto de Superyo de Freud y de la noción de moral esfinteriana de Ferenczi.La prematura exigencia, antes de la
"transferencia a objetos", - relación objetal - expone al niño al fracaso, favoreciendo una tenaz fijación narcisista y las
marcas de las injurias sufridas en los aprendizajes traumáticos, se encontrarán en las variadas manifestaciones
caracterológicas anales. Resulta de interés la comparación que establece entre la transferencia de sentimientos amorosos
hacia el objeto en la genitalidad y en la analidad en donde se destaca como rasgo significativo de la etapa anal sádica
la ambivalencia, mientras considera la etapa genital como post- ambivalente. Esto implica un diferente enfoque de la
sublimación, la cual queda así ligada a la genitalidad como equivalente del amor objetivo total y como disminución del
sadismo. Estas ideas resultan distinguibles de las de Freud, para quién la sublimación implica desexualización de los
impulsos pregenitales.Es el daño de la genitalidad lo que lleva, según Abraham, a encontrar regularmente una
tendencia inconsciente a considerar la función anal como la actividad esencial y más productiva, a costa de un
descentramiento de la genital (antecedente de los trabajos de Meltzer). UN BREVE ESTUDIO DE LA EVOLUCIÓN DE LA
LÍBIDO, CONSIDERADA A LA LUZ DE LOS TRASTORNOS MENTALES (1924)Se trata de la más sistemática
exposición de la teoría de la evolución libidinal, una pequeña obra maestra en cuanto a elaboración conceptual de los datos
que proporciona la clínica.Ampliando y profundizando las líneas teóricas que Freud dejó abiertas desde 1905, Abraham se
muestra particularmente preocupado por integrar los diferentes fines sexuales de la evolución libidinal, con las vicisitudes
de la relación de objeto.Ya en su introducción, nos adelanta los conceptos teóricos y datos clínicos con los cuales
instrumentará su sistematización: la teoría de los niveles pregenitales de la organización libidinal, la introyección del objeto
amoroso como recuperación de su pérdida y el mantenimiento de la relación de objeto en la neurosis obsesiva.Empero, al
notar que en la neurosis obsesiva se conserva el objeto, mientras que se lo pierde en la melancolía - cuadro clínico que,
a su vez, evidencia un mayor grado de regresión libidinal- concluye que esta etapa contiene, seguramente, elementos
heterogéneos que no habían sido aún distinguidos.Su reflexión se orienta así hacia las relaciones estrechas y múltiples
entre los impulsos erótico-anales y los sádicos ("dos esferas instintivas") y los contrasta con la capacidad de amor al
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objeto, que encuentra en la etapa genital. Los datos empíricos muestran que, tanto el erotismo anal como el sadismo, se
expresan por tendencias opuestas.Abraham señala que el placer erótico anal se aplica tanto a las funciones de
evacuación como a las de retención de las heces, pero proponiendo, con una intuición genial, una nueva secuencia: primero
la evacuación, luego la retención.El objeto, la persona, queda asimilada a las heces y narcisísticamente considerado
primera posesión, propiedad privada. Por tanto la ambivalencia hallará su expresión corporal ("lenguaje orgánico") como
retención, en tanto amor o actitud positiva, o bien como defecación, si lo que cuenta es el odio o la actitud negativa.A su
vez, el sadismo de la libido infantil se manifestará como dos tendencias opuestas: el impulso primario de destrucción del
objeto o del mundo externo, o el secundario de control.En el inconsciente estas tendencias se combinan y refuerzan en
una dinámica que se pone en marcha con "la amenaza de la pérdida del objeto": en la melancolía la tendencia erótica
anal de expulsión se une con la sádica de destrucción, mientras que, en la neurosis obsesiva se unifican la tendencia
erótica retentiva hacia el objeto con la sádica de control. Además de combinarse y reforzarse pueden resultar
equivalentes, equiparándose entonces los procesos sádicos de destrucción con los anales de expulsión. Su experiencia
clínica y la observación de niños lo lleva a afirmar que el conjunto de pulsiones que se propone la destrucción y expulsión
del objeto resultan ontogenéticamente más antiguas. Consecuentemente, divide la etapa anal sádica en dos fases:
primaria o anal expulsiva y secundaria o anal-retentiva.Caracteriza a la primera por el predominio de la hostilidad que se
empeña en la destrucción del objeto, mientras que a la segunda, por la tendencia conservadora que desemboca en la
retención o control del mismo.El comienzo del "amor objetivo en sentido estricto" se da en la segunda fase. Se trata de un
cambio decisivo de la actitud del sujeto hacia el mundo externo y por tanto tiempo evolutivo sobre el cual se instalan las
diferencias entre los cuadros psicóticos o neuróticos.De esta manera Abraham resuelve el problema que ya, desde 1908 lo
venía preocupando. Es el vínculo de amor u odio con el objeto el que determinará la evolución libidinal, permitiéndole
esta premisa sostener que la expulsión antecede a la retención, modificando con esta comprensión, una aparente
secuencia natural de retención - expulsión, basada en el estímulo (placer de órgano).Estos hallazgos no sólo le permitirán
dar cuenta de la diferente cualidad de los elementos anales que participan en la neurosis obsesiva y la melancolía, sino
también en la manía y en la paranoia.A continuación estudia la pérdida de objeto en el duelo normal y en los estados
mentales anormales. Apoyando en la concepción freudiana de "Duelo y melancolía" y en el análisis de diversos casos
clínicos comienza por señalar que en el duelo normal se pueden observar el mismo mecanismo descripto por Freud, la
introyección del objeto perdido a través de la incorporación oral-canibalística. Este mecanismo supone un paso en la
elaboración de la pérdida y observando la similitud con la melancolía llega a la conclusión que la elaboración del duelo, aun
el normal, asume una forma arcaica en los niveles profundos de la mente. Vemos aquí prefigurada la concepción kleiniana
del duelo temprano y la posición depresiva.En relación con esto aporta una conmovedora anécdota personal:
autoanalizando su resistencia a las ideas freudianas del duelo recordó que cuando murió su padre él encaneció un tiempo,
revelando así una identificación con el muerto. Nos muestra indirectamente su capacidad de autoanálisis, que nos
recuerda que Abraham fue el único de los discípulos directos (el círculo de los anillos) que no se analizó.Ahora estudia el
proceso de introyección en la melancolía recurriendo nuevamente a casos clínicos estudiados en profundidad y llega a la
conclusión de que en la melancolía, la pérdida del objeto de amor equivale inconscientemente a un acto de defecación. El
objeto, equiparado a excrementos, queda destruido: defecar es perder, y perder es destruir. La reintroyección oral se
equipara a su vez a un acto de coprofagia. Un examen ulterior demuestra que una vez abandonado el objeto el
melancólico prosigue su regresión hasta una etapa más primitiva, cuando la vida instintiva estaba centrada en la zona
oral. La observación psicoanalítica muestra plenamente que en sus síntomas patológicos, en sus fantasías y en sus sueños
los pacientes melancólicos presentan un gran número y variedad de tendencias oral-sádicas, tanto concientes como
reprimidas. Bajo esos impulsos, cuyas manifestaciones dan el tono del cuadro clínico, acecha el deseo de una
placentera actividad de succión.Por consiguiente, acorde con su riguroso método de razonamiento, plantea que hay una
diferenciación interna en la fase oral de la libido, tal como la hay en la fase anal-sádica.En el nivel primario de esa fase la
actividad está centrada en el acto de succionar, una incorporación que no pone fin a la existencia del objeto. Pero para
Abraham, que opera con la idea del narcisismo primario, en esta fase no hay distinción entre el yo y el objeto externo, ni
tampoco sentimientos de amor y odio. Por tanto esta fase esta libre de ambivalencia.A esta etapa le sigue un nivel
secundario en que el niño cambia su actividad de succión por otra de morder, que representa la forma original que
asumen los impulsos sádicos. Aunque el sadismo tiene diversas fuentes, las secretorias (que el mismo señaló) y las
musculares, es evidente que en esta primitiva etapa a través de sus impulsos canibalísticos el individuo incorpora al
objeto y así lo destruye. De esta manera comienza a desarrollarse la actitud ambivalente del ego hacia el objeto y es
entonces en esta segunda etapa de la fase oral-sádica que se inicia el conflicto ambivalente, mientras que la primera
debe ser considerada como preambivalente.En consecuencia el nivel libidinal al que regresa el melancólico luego de la
pérdida de su objeto supone el conflicto de sentimientos ambivalentes en su forma más primitiva y la amenaza de
destrucción del objeto devorándolo adquiere una violencia extrema.Pero esta ambivalencia persiste a lo largo de toda la
evolución y aun la encontramos en aquellas neurosis basadas en fijaciones genitales (histeria). Solo en la persona normal
podríamos encontrar una actitud sin ambivalencia y así decir que ha llegado a una etapa postambivalente que
representaría una plena capacidad para adaptarse al mundo externo. Es ambivalencia genital supone que también
debemos distinguir dos etapas en la fase genital de la libido, y relaciona esto con la entonces recién publicada teoría de
Freud de la fase fálica, como etapa temprana de la organización genital infantil (1923).Plantea entonces que, en
términos generales, no exhaustivos, la libido atraviesa seis etapas en su desarrollo. En cada uno de los tres periodos
principales, cuyo significado está determinado por la zona erógena se cumple un proceso de consecución gradual de un
amor objetivo completo:"Dentro del primer período -oral- el niño cambia su actitud libidinal preambivalente, libre de
conflictos, por una que es ambivalente y predominantemente hostil hacia el objeto. Dentro del segundo período - anal-
sádico - la transición desde la primera etapa a la última significa que el individuo ha comenzado a preservar a su objeto
de la destrucción. Finalmente, dentro del tercer período - genital - supera su actitud ambivalente y su libido consigue su
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plena capacidad, tanto desde el punto de vista sexual como desde el social."Como vemos hasta este momento
Abraham utilizó los datos de la investigación clínica para formular una teoría de la evolución de la libido. A continuación se
centra específicamente en la enfermedad melancólica y nos ofrece un detallado estudio de su psicogénesis, su evolución y
su estructura, culminando su obra sobre un tema que lo ocupó desde sus comienzos y en el cual es referencia ineludible.
El análisis exhaustivo de un sueño a través del cual expone el prototipo infantil de la depresión melancólica es un valioso
ejemplo de su capacidad analítica, su perspicacia clínica y la libertad de su pensamiento. Podemos ver también en estas
páginas cuanto le debe Klein a su antiguo analista. En relación con la manía, tema en que confiesa tener mucho menor
experiencia, brinda solo algunos aportes a los conceptos de Freud. Siguiendo su línea de teorización sobre la base de la
evolución psicosexual plantea que son las impresiones que previamente habían sido vertiginosamente asimiladas, las que
luego serán rápidamente expelidas. Los pensamientos quedan identificados con excremento.Termina la primera parte
de esta obra con un capitulo dedicado a la terapéutica psicoanalítica de los estados maniacos-depresivos, en donde
podemos constatar que su mesurado optimismo (característica reconocida de Abraham) no le impide reconocer las
dificultades reales de la tarea.En la segunda parte que lleva como título: "Orígenes y el desarrollo del amor objetivo"
desarrolla conceptos que luego serán clásicos de la teoría psicoanalítica como la noción de objeto parcial. Comienza
señalando que hasta ese momento se había limitado a la teoría de las etapas pregenitales de la libido centradas en sus
fines sexuales y que este enfoque no abarca suficientemente la amplitud de los procesos que se refieren a las
relaciones con el objeto sexual. Por ejemplo los fenómenos psicosexuales que aparecen en las llamadas por Freud
"neurosis narcisistas"Recapitulando lo anterior señala que la división en dos etapas de cada una de las tres fases
principales del desarrollo de la libido había permitido dar cuenta satisfactoriamente de los hechos observados respecto a
los cambios que sufre el individuo en cuanto a su fin sexual y su vinculación genética con cierta clase de enfermedades.
Pero mucho menos se sabía en cuanto al desarrollo del amor objetivo.Parte de la teoría freudiana de las tres fases en la
evolución de la relación del individuo con su objeto: la autoerótica, la narcisista y la de amor objetivo.Su investigación en el
campo de las neurosis narcisistas le permite hacer nuevas y valiosas contribuciones.Como de costumbre inicia el
desarrollo de sus ideas con un profundo estudio de dos casos clínicos en los que demuestra fehacientemente que las
pacientes en sus síntomas expresaban la incorporación e identificación del pene del padre, con exclusión de la persona total
Constataba igualmente que también la madre era representada por solo una parte de su cuerpo, sus pechos.En ambos
casos la libido había sufrido una considerable regresión narcisista, pero no completa, o sea, a alguna etapa ubicada entre
el narcisismo y el amor objetivo. Por otra parte la intensa ambivalencia, la tendencia destructiva, también había sido
limitada puesto que el fin sexual había sido privar a su objeto de una parte de su cuerpo, atacar su integridad sin destruir
su existencia.Se podía hablar entonces de una incorporación parcial del objeto.Trae a colación los valiosos trabajos de
Stärke y van Ophuijsen sobre el escíbalo fecal como el "perseguidor" en los delirios persecutorios y en conjunción con ellos
plantea que el paranoico regresa a la primera etapa anal sádica: el objeto es expulsado y la proyección convierte al
mundo en hostil y persecutorio. De esta forma da una versión más precisa de la relación entre paranoia y la
homosexualidad. Al mismo tiempo señala que, la relación con el objeto es narcisista y parcial en cuanto sólo incorpora
una parte del mismo.Abraham luego nos va mostrando este amor parcial de objeto en diferentes situaciones clínicas
como las perversiones (fetichismo), neurosis obsesiva y también en etapas del desarrollo normal. También muestra
que en la evolución del amor objetivo habrá una fase en la que el objeto será amado con exclusión de sus genitales y lo
relaciona con la fase fálica de Freud. Pero lo más importante es que al señalar en ese amor parcial la equivalencia
pecho-pene, que Freud no había incluido en sus conocidas equivalencias heces-niño-pene, sienta el concepto de objeto
parcial princeps de las teorías de relaciones de objeto, que luego va a ocupar un lugar central en el desarrollo kleiniano.
Termina su obra ofreciendo un cuadro sinóptico de las distintas evoluciones que ha investigado y teorizado. Si bien
provisional y esquemático (como él mismo reconoce) nos ilustra acerca cuanto del conocimiento que nos es familiar ha
surgido de la obra de este gran clínico y pensador psicoanalítico que fue Abraham. Etapas de la organización libidinal
Etapas del amor objetivoVI - Etapa genital final Amor objetivo Post-ambivalenteV - Primera etapa genital Amor objetivo
con exclusión Ambivalente(Fálica) de los genitalesIV - Última etapa anal-sádica Amor parcial Ambivalente III - Primera
etapa anal-sádica Amor parcial con incorporación AmbivalenteII - Última etapa oral Narcisismo (total incorporación
Ambivalente(canibalística) del objeto)I - Primera etapa oral Autoerotismo (sin objeto) Pre-ambivalente(de succión)OBRAS
DE KARL ABRAHAM EN CATELLANO 1. La experimentación de traumas sexuales como una forma de actividad sexual
(1907)-Psicoanálisis Clínico-Hormé2. Sobre la significación de los traumas sexuales infantiles en la sintomatología de la
demencia precoz (1907)-Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé3. Las diferencias psicosexuales entre la histeria y la
demencia precoz (1908)- Psicoanálisis Clínico-Hormé4. Las relaciones psicológicas entre la sexualidad y el alcoholismo
(1908)- Psicoanálisis Clínico-Hormé5. La significación del matrimonio entre parientes cercanos en la psicología de la
neurosis (1909)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé6. Sueños y mitos-Un estudio de psicología colectiva (1909)-
Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé7. Estados de sueño histéricos (1910)- Psicoanálisis Clínico-Hormé8.
Observaciones sobre el psicoanálisis de un caso de fetichismo del pie y del corsé (1910)- Psicoanálisis Clínico-
Hormé9. Giovanni Segantini: Un estudio psicoanalítico (1911)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé10. Notas sobre
investigación y tratamiento psicoanalíticos de la locura maníaco-depresiva y condiciones asociadas (1911)- Psicoanálisis
Clínico-Hormé11. Observaciones sobre el culto de la madre y su simbolismo en la psicología individual y en la psicología
de los pueblos (1911)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé12. Sobre el poder determinante de los nombres (1911)-
Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé13. Amenhotep IV: Una contribución psicoanalítica para la comprensión de su
personalidad y del culto monoteísta de Atón (1912)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé14. Un complicado ceremonial
encontrado en mujeres neuróticas (1912)- Psicoanálisis Clínico-Hormé15. Algunas observaciones sobre el papel de los
abuelos en la psicología de las neurosis (1913)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé16. Deben los pacientes escribir sus
sueños? (1913)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé17. Efectos psíquicos producidos en un niño de nueve años por la
observación de las relaciones sexuales entre sus padres (1913)- Psicoanálisis Clínico-Hormé18. El oído y el conducto
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auditivo como zonas erógenas (1913)- Psicoanálisis Clínico-Hormé19. Restricciones y transformaciones de la escopofilia
en los psiconeuróticos; con observaciones acerca de fenómenos análogos en la psicología de los pueblos (1913)-
Psicoanálisis Clínico-Hormé20. Sobre la exogamia neurótica: una contribución al estudio de las semejanzas entre la vida
psíquica de los neuróticos y la del hombre primitivo (1913)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé21. Sobre la psicogénesis
de la agorafobia en la infancia (1913)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé22. Un fundamento constitucional de la
ansiedad motriz (1913)- Psicoanálisis Clínico-Hormé23. Un recuerdo-pantalla relativo a un acontecimiento de la
infancia, de significación aparentemente etiológica (1913)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé24. Análisis de Versuch
einer Darstellung der Psychoanalytischen Theorie (Ensayo de presentación de la teoría psicoanalítica) de la C.G.Jung
(1914)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé25. Una contribución para la comprensión del efecto sugestivo de la medicina en
las neurosis (1914)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé26. La primera etapa pregenital de la libido (1916)- Psicoanálisis
Clínico-Hormé27. Algunos ejemplos de la relación afectiva de las niñas con sus padres (1917)- Psicoanálisis y
Psiquiatría-Hormé28. Ejeculatio praecox (1917)- Psicoanálisis Clínico-Hormé29. El gasto de dinero en los estados de
ansiedad (1917)- Psicoanálisis Clínico-Hormé30. Algunas observaciones sobre el trabajo de Ferenczi acerca de ` Las
neurosis de los Domingos ´ (1919)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé31. La aplicabilidad del tratamiento psicoanalítico a
los pacientes de edad avanzada (1919)- Psicoanálisis Clínico-Hormé32. Una forma particular de resistencia neurótica
contra el método psicoanalítico (1919)- Psicoanálisis Clínico-Hormé33. El día de la expiación. Algunas observaciones
sobre Problemas de la Psicología de la Religión, de Reik (1920)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé34. La significación
cultural del psicoanálisis (1920)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé35. La valoración narcisista de los procesos
excretorios en los sueños y en la neurosis(1920)- Psicoanálisis Clínico-Hormé36. Manifestaciones del complejo de
castración femenino (1920)- Psicoanálisis Clínico-Hormé37. Contribución a una discusión sobre el tic (1921)- Psicoanálisis
Clínico-Hormé38. Contribuciones a la teoría del carácter anal (1921)- Psicoanálisis Clínico-Hormé39. Dos errores de
una paciente hebefrénica (1921)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé40. El psicoanálisis y las neurosis de guerra
(1921)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé41. El error de un octogenario (1922)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé42.
Errores con tendencia a una hipercompensación (1922)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé43. La araña como símbolo de
los sueños (1922)- Psicoanálisis Clínico-Hormé44. La salvación y el asesinato del padre en las formaciones de la
fantasía neurótica (1922)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé45. Dos contribuciones al estudio de los símbolos (1923)-
Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé46. Teorías psicoanalíticas sobre algunas características del pensamiento en la primera
infancia (1923)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé47. Una teoría infantil sobre el origen del sexo femenino (1923)-
Psicoanálisis Clínico-Hormé48. La influencia del erotismo oral sobre la formación del carácter (1924)- Psicoanálisis
Clínico-Hormé49. Un breve estudio de la evolución de la libido, considerada a la luz de los trastornos mentales (1924)-
Psicoanálisis Clínico-Hormé50. PARTE I. Los estados maníaco-depresivos y los niveles pregenitales de la libido51.
Introducción52. Melancolía y neurosis obsesiva: dos etapas de la fase anal-sádica de la libido53. La pérdida del objeto y
la introyección en el pesar normal y en los estados mentales anormales54. El proceso de introyección en la melancolía: dos
etapas de la fase oral de la libido55. Notas sobre la psicogénesis de la melancolíaV. El prototipo infantil de la depresión
maníaco-depresivos56. Fantasías concurrentes en madre e hijo (1925)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé57. La
formación del carácter en el nivel genital del desarrollo de la libido (1925)- Psicoanálisis Clínico-Hormé58. La historia de
un impostor a la luz del conocimiento psicoanalítico (1925)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé59. Notas psicoanalíticas
acerca del sistema de auto-dominio de Coué (1925)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé60. Psicoanálisis y ginecología
(1925)- Psicoanálisis y Psiquiatría-Hormé61. Una teoría sexual infantil no observada hasta ahora (1925)- Psicoanálisis
Clínico-Hormé

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