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Parroquia de la Santa Cruz

Vicariato Apostólico de Izabal


Formación de Misioneros 2022

Comenzamos el proceso sinodal, pero

La Iglesia Católica en todo el mundo está viviendo un sínodo.

¿Qué es sínodo?

Es una palabra antigua muy venerada por la Tradición de la Iglesia, cuyo significado se asocia a los
momentos más importantes de la Revelación. Sínodo significa “Caminar juntos” como Iglesia con el
Espíritu Santo. Indica el camino que recorre el Pueblo de Dios junto al Señor Jesús que se presenta a
sí mismo como: “el camino, la verdad y la vida” (Jn 14,6). Todos los discípulos de Jesús deben
recorrer este camino. De hecho, los primeros discípulos fueron llamados como «los discípulos del
camino» (cfr. He 9,2; 19,9.23; 22,4; 24,14.22)

Hasta el momento se han tenido lugar quince Sínodos en Roma. En los últimos diez años se han
celebrado tres con los temas:

 La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana. (Año 2012)


 La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo con-
temporáneo: Amoris laetitia (Año 2015)
 Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. (Año 2018)

En abril de 2021 el Papa Francisco proclama un camino sinodal de todo el Pueblo de Dios.

El pasado mes de octubre de 2021 se dio inicio en la Iglesia en todo el mundo un sínodo nuevo con
el lema: Por una Iglesia sinodal: comunión participación y misión. Proceso que tiene una
duración de tres años, dividido en tres fases:
1. Fase Diocesana (Las necesidades de la iglesia a nivel Diocesano/Vicariato)
2. Fase Continental (Las necesidades a nivel continental – Continente americano y los demás)
3. Fase Universal (Las necesidades a nivel mundial)

Todo este proceso concluirá en octubre de 2023.

La intención del Papa Francisco es de que TODA la Iglesia participe, no solo en buscar métodos y
formas de Sinodalidad (como caminar juntos), sino planteando las preocupaciones de la iglesia hoy.
Quiere que participe toda la Iglesia (todos los bautizados) y todas las personas de buena voluntad,
independientemente que sean cristianos o no. No quiere a nadie a fuera.

El Papa Francisco propuso un diseño novedoso de este camino, que es el “Caminar Juntos”
(Sinodalidad), es el camino que Dios espera de la Iglesia del Tercer milenio. Este es el motivo
fundamental de esta Sinodalidad. Es algo decisivo para la misión y la vida de la Iglesia. Es un medio
de relacionarnos, no solo entre la Iglesia, sino en todas las instituciones de las que formemos parte,
es decir en toda la realidad temporal en la que el hombre se mueve.

Para comprender mejor, Sínodo, significa caminar juntos en la misma dirección como familia
cristiana. Miremos a Jesús en la historia del Joven Rico. El joven estaba en camino, encontró con
Jesús y después de escucharle sus preguntas, Jesús finalmente lo ayudó a discernir qué tenía que
hacer para heredar la vida eterna, para ser feliz (cf. Mt 19,16-22). Es desde el Evangelio, desde la
persona de Jesús, de donde inicia su reflexión el Papa Francisco en la Misa de Apertura del Sínodo
sobre la Sinodalidad.

El objetivo de este Sínodo es “Escuchar”, como Pueblo de Dios, lo que el Espíritu Santo dice a la
Iglesia. Lo hacemos, escuchando juntos la Palabra de Dios en la Escritura y en la Tradición viva de
la Iglesia. Luego escuchándonos unos a otros, y especialmente a los que están en los márgenes,
periferia de la iglesia y de la sociedad, discerniendo los signos de los tiempos. Este Proceso Sinodal
pretende promover una experiencia vivida de discernimiento, participación y corresponsabilidad, en
la que se reúne una diversidad de dones para la misión de la Iglesia en el mundo.

El camino sinodal se inicia con una apertura solemne y se articula en tres fases:

1. FASE EN LAS IGLESIAS PARTICULARES Y EN OTRAS REALIDADES


ECLESIALES: octubre 2021-abril 2022
El objetivo de esta fase es la consulta al Pueblo de Dios (en cada parroquia) para que el proceso
sinodal se realice en la escucha a la totalidad de los bautizados.

2. FASE CONTINENTAL: septiembre 2022 - marzo de 2023


La finalidad es la de dialogar a nivel continental sobre el texto de la primera recopilación de
información, realizando un posterior acto de discernimiento desde las realidades culturales
específicas de cada continente.

3. FASE DE LA IGLESIA UNIVERSAL: octubre de 2023


La Secretaría General del Sínodo enviará la segunda recopilación de la información a los
participantes en la Asamblea General del Sínodo de los Obispos.

Actualmente nos encontramos en la segunda fase:


En la que como continente han surgido 12 desafíos que reflejan la realidad de América Latina y el
Caribe, las cuales se mencionan a continuación
 

1. Reconocer y valorar el protagonismo de los jóvenes en la comunidad eclesial y en la sociedad


como agentes de transformación.
Realidad: Si no se actúa para darles oportunidad a los jóvenes de acceder a la educación, al trabajo
digno, al alimento y el vestido, a la recreación y a la salud…, si no se les da la posibilidad de
participar activamente en todos los procesos y toma de decisiones en lo social y eclesial, en
términos de equidad como miembros de la Iglesia. Así no se puede situar a nuestra parroquia como
alguien que vive la Sinodalidad.
2. Acompañar a las víctimas de las injusticias sociales y eclesiales con procesos de reconocimiento y
reparación.
Realidad: El grito de las víctimas de las injusticias y exclusiones de toda suerte, engendradas
por “un sistema que es injusto en su raíz”, pues depreda la naturaleza y genera empobrecimiento
y exclusión que afecta sobre todo a las mujeres, los migrantes y refugiados, los ancianos, los
pueblos originarios y afrodescendientes

3. Impulsar la participación activa de las mujeres en los ministerios, las instancias de gobierno, de
discernimiento y decisión eclesial.
Realidad: Es necesario abrir espacios de diálogo sobre la creación de nuevos ministerios
planteados desde el proceso sinodal. Es una esperanzadora respuesta a lo que el Magisterio de la
Iglesia había considerado como un signo de los tiempos, desde anunciar y hacer efectiva, en la
Iglesia la Buena Nueva de respeto y reconocimiento de la dignidad de las mujeres y las niñas, el
cual es necesario abrir espacios de diálogo sobre la creación de nuevos ministerios planteados
desde el proceso sinodal.

4. Promover y defender la dignidad de la vida y de la persona humana desde su concepción hasta la


muerte natural.
Realidad: La vida y la dignidad de la persona humana en todas las etapas de la vida, siempre es y
será de prioridad para la Iglesia, quien ha de buscar los medios, recursos y formas, para defenderla
y hacer conciencia en quienes la conforman según el deseo de Jesús.

5. Incrementar la formación en la Sinodalidad, para erradicar el clericalismo.


Realidad: La Escucha, el Encuentro y el Diálogo Intercultural con diferentes pueblos culturales. La
sinodalidad se considera como algo de suma importancia en la Iglesia esto permite recuperar el
verdadero sentido del Vaticano II, en el que se considera a la Iglesia como el Pueblo santo de Dios,
como lo denomina el papa Francisco. Es la Iglesia de los bautizados y ello requiere de un proceso de
formación en donde se es familia.

6. Promover la participación de los laicos en espacios de transformación cultural, político, social y


eclesial.
Realidad: La participación de los laicos en todo el ámbito social, ha de ser una de las prioridades de
la Iglesia, partiendo de la participación activa dentro de ella, solo así se podrá garantizar los frutos
de una conversión personal.

7. Escuchar el clamor de los pobres, excluidos y descartados.


Realidad: La sinodalidad debe impulsar a la Iglesia a salir hacia las periferias territoriales, sociales,
es decir a la distintas realidades para anunciar el Evangelio siendo una Iglesia profética que
denuncia con valentía los atropellos a la dignidad humana de nuestros hermanos más vulnerables,
pobres y olvidados y, está a su lado, luchando por una mayor humanización de la sociedad y por la
creación de oportunidades para una vida digna.
8. Reformar los itinerarios formativos de los seminarios incluyendo temáticas como ecología
integral, pueblos originarios, inculturación e interculturalidad y pensamiento social de la Iglesia.
Realidad: Es necesario ofrecer, desde el mismo territorio, un plan de formación nuevo desde y para
las comunidades del que emerja otra clase de sacerdote, seminarista, religiosos, laicos, que esté
vinculado a su comunidad y que hable y se comprometa desde ella y con ella”

9. Renovar, a la luz de la Palabra de Dios y el Vaticano II, el concepto y experiencia de Iglesia


Pueblo de Dios, en comunión con la riqueza de su ministerialidad, que evite el clericalismo y
favorezca la conversión pastoral.
Realidad: El centro no es el sacramento del Orden, sino el sacramento del Bautismo, es decir que
todos somos bautizados. Por el Bautismo recibimos el Espíritu Santo y tenemos su iluminación y
todos somos Pueblo de Dios. Y aquí hay un camino de conversión, “que, a la vez que debe ser
escuchado, debe participar en las decisiones de la Iglesia, lo que significa un cambio en la
estructura eclesial”.

10. Reafirmar y dar prioridad a una ecología integral en las comunidades, a partir de los cuatro sueños
de ‘Querida Amazonía’.
Realidad: Se resalta la propuesta de una ecología integral vivida como experiencia de fe y de
cuidado de la “casa común” en donde los Cristianos y hombres de buena voluntad sean capaces de
cuidar el miedo ambiente y establecer medios para su conservación respetando las distintas
culturas que viven en medio de las reservas naturales, en el que la Iglesia acompañe como a una
madre.

11. Propiciar el encuentro personal con Jesucristo encarnado en la realidad del continente.
Realidad: La Iglesia de América Latina y del Caribe no pode ser espectadores de lo que dicen,
deciden y hacen unos pocos (obispos y grandes servidores), sino que esta llamada desde el
bautismo a ser partícipes activos y actuantes de la vida de las comunidades locales y de la Iglesia
en su conjunto.

12. Acompañar a los pueblos originarios y afrodescendientes en la defensa de la vida, la tierra y las
culturas.
Realidad: Se hace necesario, acompañar las luchas de estos pueblos en defensa de sus derechos y
fortalecer la interculturalidad, el reconocimiento mutuo y recoger la riqueza de la multidiversidad y
pluriculturalidad.

Taller: A continuación, se te presentan dos preguntan referente a lo que se ha desarrollado en el


tema de la sinodalidad, se formaran grupos por comunidad (aldea) para su debida respuesta.

 Conociendo los desafíos que la Iglesia de América Latina enfrenta, ¿cuáles de los desafíos
consideras que más afecta a tu comunidad? Colocarlos según la importancia que le des a
cada uno.

 ¿Qué otros desafíos encuentras a parte de los que se han que se han mencionado?

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