Espiritualidad Juvenil
Espiritualidad Juvenil
Espiritualidad Juvenil
Sinodal
JUVENIL
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Necesitamos de todos
El papa Francisco lo expresa de esta manera: “La pastoral juvenil sólo puede ser
sinodal, es decir, conformando un caminar juntos que implica una valorización
J
de los carismas que el Espíritu concede según la vocación y el rol de cada uno de Un vídeo que nos
los miembros de la Iglesia, mediante un dinamismo de corresponsabilidad […]. acerca a algunos
Animados por este espíritu, podremos encaminarnos hacia una Iglesia partici- rasgos de la
pativa y corresponsable, capaz de valorizar la riqueza de la variedad que la com- pastoral juvenil
pone, que acoja con gratitud el aporte de los fieles laicos, incluyendo a jóvenes y
mujeres, la contribución de la vida consagrada masculina y femenina, la de los
grupos, asociaciones y movimientos. No hay que excluir a nadie, ni dejar que
nadie se autoexcluya” (ChV 206).
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UNA ESPIRITUALIDAD JUVENIL SINODAL
Abrirse a lo nuevo
Si tanto los jóvenes como los mayores somos capaces de reposar estos mensa-
jes en nuestro corazón nos será un poquito más fácil vivir con esperanza. En
el horizonte de la pastoral juvenil se sitúa el objetivo de ayudar a los jóvenes
S a vivir en plenitud y con esperanza. No olvidemos que Dios está actuando en
la historia y en la vida de todos, también en nuestra vida joven. La pastoral ju-
Accede aquí a venil quiere ayudar a los jóvenes a ser conscientes de esta presencia de Dios.
la exhortación
apostólica La exhortación Christus Vivit deja ver que la pastoral juvenil sinodal se sus-
postsinodal tenta en una consistente espiritualidad juvenil. En esta ocasión queremos po-
completa ner el foco de nuestra reflexión en la espiritualidad juvenil. No olvidemos que
Christus Vivit el papa Francisco, en sus grandes documentos, siempre ha querido dedicar
un espacio a la espiritualidad. Ha hablado de la necesidad de una espiritua-
lidad misionera (EG 259-288), una espiritualidad ecológica (LS 203-242), una
espiritualidad matrimonial y familiar (AL 313-325). En esta ocasión habla de
la espiritualidad juvenil sobre todo en el capítulo quinto de la exhortación
ChV, titulado “caminos de juventud”. En ese capítulo, Francisco habla de la
vida de los jóvenes y propone una espiritualidad juvenil para este tiempo.
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2. UNA ESPIRITUALIDAD JUVENIL
La pastoral juvenil sinodal propone una espiritualidad juvenil. En nuestra
reflexión partimos de la importancia de la espiritualidad, nos dejamos inter-
pelar por la llamada a la santidad que propone el santo Padre, y sugerimos
algunos caminos para el encuentro con el Dios de Jesucristo.
Los sociólogos dicen que la espiritualidad está de moda. “En general, los jó-
venes se declaran en búsqueda del sentido de la vida y muestran interés por
la espiritualidad” (DF 49). Parece que la espiritualidad está en alza mientras
que la religiosidad cotiza a la baja. A los agentes de pastoral nos puede pasar
lo que vivió San Pablo en el areópago de Atenas. Cuando el apóstol hablaba de
la actitud abierta de los atenienses respecto a los dioses, la cosa iba bien en
general, pero cuando el apóstol presentó a Jesús resucitado, es cuando empe-
zaron los problemas.
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UNA ESPIRITUALIDAD JUVENIL SINODAL
Para cerrar este punto de la reflexión os propone- Para Francisco un santo es alguien muy normal:
mos que habléis entre vosotros preguntandoos si “Un santo nos es alguien raro, lejano, que se vuel-
la pastoral juvenil que ofrecemos está atenta a la ve insoportable por su vanidad, su negatividad
búsqueda de sentido y a la demanda de espiritua- y sus resentimientos. No era así los Apóstoles de
lidad, y si ofrecemos propuestas apropiadas para Cristo” (GE 93). Un santo tiene sus imperfecciones.
responder esta demanda. “No todo lo que dice un santo es plenamente fiel al
Evangelio, no todo lo que hace es auténticamente
2.2. Recuperar la santidad perfecto” (GE 22).
Antes hemos dicho que la espiritualidad está de Tal como lo entiende el santo Padre, la santidad
moda. ¿Está de moda la santidad? ¿Por qué ha- es algo cercano a todos nosotros. La exhortación
bla tanto el papa Francisco sobre la santidad? En habla de “los santos de al lado”, de “la clase media
el último Sínodo también se ha hablado sobre la de la santidad”. Y los sitúa en nuestras familias,
santidad. “A través de la santidad de los jóvenes, la entre los vecinos, en definitiva, cerca de nosotros.
Iglesia puede renovar su ardor espiritual y su vigor Podemos hablar de “los jóvenes santos de al lado”.
apostólico. El bálsamo de santidad generado por Los agentes de pastoral tenemos la suerte de estar
la buena vida de tantos jóvenes puede curar las he- rodeados de jóvenes santos que son un regalo del
ridas de la Iglesia y del mundo, devolviéndonos a Espíritu Santo y nos hacen ver la riqueza que es
esa plenitud de amor a la que siempre hemos sido Cristo. “Cada santo es un mensaje que el Espíritu
llamados: los jóvenes santos nos impulsan a volver santo toma de la riqueza de Jesucristo y regala a su
a nuestro primer amor” (DF 167). pueblo” (GE 22).
Con esta misma fuerza habla el papa Francisco El documento final del Sínodo ofrece un argumen-
en la exhortación ChV: “Tú tienes que descubrir to que da mucho que pensar a los educadores. “De-
quién eres y desarrollar tu forma propia de ser san- bemos ser santos para poder invitar a los jóvenes
to, más allá de lo que digan y opinen los demás. a convertirse en santos. Los jóvenes han pedido
Llegar a ser santo es llegar a ser más plenamente con fuerza una Iglesia auténtica, luminosa, trans-
tú mismo, a ser ese que Dios quiso soñar y crear, no parente, alegre: solo una Iglesia de santos puede
una fotocopia. Tu vida debe ser un estímulo pro- estar a la altura de dichas inquietudes. Muchos la
fético, que impulse a otros, que deje una marca en han abandonado porque no han encontrado en
este mundo, esa marca única que sólo tú podrás ella santidad, sino mediocridad, presunción, divi-
dejar” (ChV 162). sión y corrupción. Lamentablemente el mundo se
muestra más indignado por los abusos de algunas
Después de leer estos textos debemos preguntar personas de la Iglesia que edificado por la santidad
si la palabra santidad es importante en la pastoral de sus miembros: por esto la Iglesia, en su conjun-
juvenil. ¿Qué pensáis? Nosotros pensamos que en to, debe efectuar un cambio de enfoque decidido,
general no hemos sabido qué hacer con la palabra inmediato y radical. Los jóvenes necesitan de san-
santidad. Es cierto que nos hemos preguntado mu- tos que formen a otros santos, mostrando así que
chas veces cómo hablar de la santidad, pero hay «la santidad es el rostro más bello de la Iglesia» (GE
que reconocer que hemos hablado poco sobre ella. 9). Existe un lenguaje que todos los hombres y las
Quizás decíamos que la santidad es una palabra mujeres de cualquier época, lugar y cultura pue-
muy elevada, o que la santidad no es algo cercano den entender, porque es inmediato y luminoso: es
a los jóvenes hoy, o que es necesario buscar nuevos el lenguaje de la santidad” (DF 166).
modelos de santidad pero sin saber concretarlos.
En consecuencia: “Pregúntale siempre al Espíritu
Después del examen de conciencia viene el pro- que espera Jesús de ti en cada momento de tu exis-
pósito de la enmienda. El papa Francisco pedía en tencia y en cada opción que debas tomar, para dis-
la exhortación Gaudete et Exultate un cambio de cernir el lugar que ocupa en tu propio corazón. Y
ruta. Sería deseable que la palabra santidad ocu- permítele que forje en ti ese misterio personal que
para el lugar que le corresponde en la pastoral ju- refleje a Jesucristo en el mundo de hoy” (GE 23).
venil, y este lugar propone vivir la vida cristiana
en plenitud. No dar valor a la santidad es suponer
que hoy no se puede vivir la vida cristiana en ple-
nitud. Pero estamos convencidos de los contrario.
Hoy se puede ser joven y vivir cristianamente en
plenitud.
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“Tú tienes que descubrir quién eres y
desarrollar tu forma propia de ser santo”
(CHV 162)
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UNA ESPIRITUALIDAD JUVENIL SINODAL
3. UNA ESPIRITUALIDAD JUVENIL PARA NUESTRO TIEMPO
En este momento nuestro propósito es invitaros a la lectura del capítulo quinto de
ChV. Hemos dicho anteriormente que en este capítulo el papa Francisco hace una
propuesta de una espiritualidad juvenil para nuestro tiempo.
Para entender esta propuesta hay que fijar la mirada en todo el camino sinodal. En
el Sínodo se ha hablado de espiritualidad. El documento final habla de una pastoral
juvenil espiritual y diaconal. El primer rasgo de esta propuesta lo encontramos en el
amor a Jesús que es una consecuencia del encuentro con el Señor. Pero también el
documento proponía estos rasgos: la liturgia, la vida sacramental, el silencio, la con-
templación, la gratuidad, la oración, la piedad popular, la diaconía. Son todos rasgos
muy importantes de la espiritualidad juvenil.
En la exhortación ChV el papa Francisco propone otra ruta. Para hablar de la espiri-
tualidad juvenil el santo Padre parte del hecho de que cada joven es un regalo de Dios
para la Iglesia y el mundo. “La juventud más que un orgullo es un regalo de Dios”
(ChV 134). Es un arranque muy interesante porque creemos que se puede afirmar que
nos damos cuenta de lo importante que es la espiritualidad cuando constatamos que
nos va la vida en ello. “Espero (dice el papa Francisco) que puedas valorarte tanto a ti
mismo, tomarte tan en serio, que busques tu crecimiento espiritual” (ChV 159).
La espiritualidad toca la vida. Una vida tejida por sueños, experiencias, relaciones,
proyectos y elecciones. “La juventud, fase del desarrollo de la personalidad, está
marcada por sueños que van tomando cuerpo, por relaciones que adquieren cada vez
más consistencia y equilibrio, por intentos y experimentaciones, por elecciones que
construyen gradualmente un proyecto de vida” (ChV 137).
La espiritualidad toca las raíces de la vida. “A veces he visto árboles jóvenes, bellos,
que elevaban sus ramas al cielo buscando siempre más, y parecían un canto de espe-
ranza. Más adelante, después de una tormenta, los encontré caídos, sin vida. Porque
tenían pocas raíces, habían desplegado sus ramas sin arraigarse bien en la tierra, y así
sucumbieron ante los embates de la naturaleza. Por eso me duele ver que algunos les
propongan a los jóvenes construir un futuro sin raíces, como si el mundo comenzara
ahora. Porque «es imposible que alguien crezca si no tiene raíces fuertes que ayuden
a estar bien sostenido y agarrado a la tierra. Es fácil “volarse” cuando no hay desde
donde agarrarse, de donde sujetarse» (ChV 179).
En este sentido, el papa Francisco hace una propuesta de espiritualidad juvenil ayu-
dándose de algunos dinamismos: soñar y elegir; vivir intensamente y experimentar;
disfrutar de la amistad con Jesús; crecer y madurar; vivir la fraternidad; comprome-
terse; ser un misionero valiente.
Soñar
El amor de Dios no nos priva de soñar sino que potencia nuestros sueños. Francisco
dice que soñar exige tener una sana inquietud, evitar vivir con una actitud de lamen-
tos, y superar la tentación de la ansiedad.
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Vivir y experimentar
En los jóvenes hay un gran deseo de vivir y experimentar. “El Señor no quiere de-
bilitar estas ganas de vivir” (ChV 145). “Está claro que la Palabra de Dios te invita a
vivir el presente, no solo a preparar el mañana” (ChV 147). Vivir y experimentar no
solo lleva a momentos dichosos sino también hay momentos duros.
“Mientras luchas para dar forma a tus sueños, vive plenamente el hoy, entré-
galo todo y llena de amor cada momento. Porque es verdad que este día de tu
juventud puede ser el último, y entonces vale la pena vivirlo con todas las ganas
y con toda la profundidad posible” (ChV 148).
Amar al Señor
“Es tan importante la amistad que Jesús mismo se presenta como amigo: «Ya
no os llamo siervos, os llamo amigos» (Jn 15,15). Por la gracia que Él nos rega-
la, somos elevados de tal manera que somos realmente amigos suyos. Con el
mismo amor que Él derrama en nosotros podemos amarlo, llevando su amor a
los demás, con la esperanza de que también ellos encontrarán su puesto en la
comunidad de amistad fundada por Jesucristo. Y si bien Él ya está plenamen-
te feliz resucitado, es posible ser generosos con Él, ayudándole a construir su
Reino en este mundo, siendo sus instrumentos para llevar su mensaje y su luz
y, sobre todo, su amor a los demás (cf. Jn 15,16)” (ChV 153).
Crecer y madurar
Cada etapa de la vida tiene su interés. Pero el ser humano siempre está en un proce-
so de crecimiento y maduración. La juventud no es una etapa definitiva sino que es
una parte bella e importante del camino de la vida.
“Crecer es conservar y alimentar las cosas más preciosas que te regala la ju-
ventud, pero al mismo tiempo es estar abierto a purificar lo que no es bueno y a
recibir nuevos dones de Dios que te llama a desarrollar lo que vale. A veces, los
complejos de inferioridad pueden llevarte a no querer ver tus defectos y debili-
dades, y de ese modo puedes cerrarte al crecimiento y a la maduración. Mejor
déjate amar por Dios, que te ama así como eres, que te valora y respeta, pero
también te ofrece más y más: más de su amistad, más fervor en la oración, más
hambre de su Palabra, más deseos de recibir a Cristo en la Eucaristía, más ga-
nas de vivir su Evangelio, más fortaleza interior, más paz y alegría espiritual”
(ChV 161).
Vivir la fraternidad
Para poder vivir la fraternidad es necesario salir de sí y abrirse a los demás. Este di-
namismo está muy presente en todo el magisterio de Francisco. Si recordáis empe-
zó hablando de una Iglesia en salida. Salir de sí lleva a buscar el bien de los demás.
Salir de sí exige no caer en la tentación del aislamiento.
“El Espíritu Santo quiere impulsarnos para que salgamos de nosotros mismos,
abracemos a los demás con el amor y busquemos su bien. Por lo tanto, siempre
es mejor vivir la fe juntos y expresar nuestro amor en una vida comunitaria,
compartiendo con otros jóvenes nuestro afecto, nuestro tiempo, nuestra fe y
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“Por ustedes entra
el futuro en el mundo”
(CHV 174)
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nuestras inquietudes. La Iglesia ofrece muchos espacios diversos para vivir la
fe en comunidad, porque todo es más fácil juntos” (ChV 164).
Comprometerse
“El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia
y de su amor]. Y nos invita a ir sin miedo con el anuncio misionero, allí donde
nos encontremos y con quien estemos, en el barrio, en el estudio, en el depor-
te, en las salidas con los amigos, en el voluntariado o en el trabajo, siempre es
bueno y oportuno compartir la alegría del Evangelio. Así es como el Señor se va
acercando a todos. Y a ustedes, jóvenes, los quiere como sus instrumentos para
derramar luz y esperanza, porque quiere contar con vuestra valentía, frescura
y entusiasmo” (ChV 177).
La labor de la pastoral con jóvenes será, por lo tanto, el anuncio del evangelio en su
plenitud. Es algo que ya sabemos, pero que conviene recordarnos de vez en cuando.
Es una llamada a “evangelizar” acogiendo a la persona tal cual es para proponerle
un estilo de vida que hace nuevas todas las cosas. Es una llamada a volver a poner
el mensaje de Jesús de Nazaret en el centro de todos nuestros esfuerzos y, al mismo
tiempo, a ser pacientes y exigentes, sabiendo que la fe es un regalo para el que to-
dos estamos capacitados y que nuestro camino, un camino de santidad, solo puede
se puede recorrer juntos y ayudándonos unos a otros. La Escuela de Pastoral con
Jóvenes 2019 será una nueva oportunidad para recorrer parte de este camino. Os
esperamos.
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ESCUELA DE PASTORAL CON JÓVENES #EPJ2019
27-28 Đ SEPTIEMBRE Đ 2019
#ENREDANDONOS