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Espiritualidad Juvenil

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UNA ESPIRITUALIDAD

Sinodal
JUVENIL

EQUIPO DE JÓVENES - EPJ


ÍNDICE

1. UNA ESCUELA SINODAL.................................3

2. UNA ESPIRITUALIDAD JUVENIL...................5

3. UNA ESPIRITUALIDAD JUVENIL


PARA NUESTRO TIEMPO................................8

> www.escueladepastoral.org

Edita. Escuela de Pastoral con Jóvenes


Elaboración Equipo de Contenidos
Ilustraciones: Javier Carabaño
Nuestra "Escuela de pastoral" con jóvenes quiere ser un espacio donde podamos ca-
minar juntos mayores y jóvenes, distintos carismas y entidades eclesiales. Nos gus-
taría ser una Escuela “sinodal”, sostenida por una atractiva espiritualidad juvenil.

1. UNA ESCUELA SINODAL


La palabra “sinodalidad” ha estado muy presente en el último Sínodo que, como
sabemos, habló sobre los jóvenes y la pastoral juvenil. Es curioso comprobar que
la sinodalidad haya sido el argumento más repetido cuando el tema eran los jó-
venes. Quizás los jóvenes estén marcando el camino de la sinodalidad.

Necesitamos de todos

Sinodalidad significa caminar juntos. Para poder caminar juntos necesitamos


de todos. ¿Es posible buscar una imagen para describir la sinodalidad? El papa
Francisco habla de una canoa. Esta imagen fue propuesta en el Sínodo por un
joven de Samoa. “Dijo que la Iglesia es una canoa, en la cual los viejos ayudan a
mantener la dirección interpretando la posición de las estrellas, y los jóvenes re-
man con fuerza imaginando lo que les espera más allá. No nos dejemos llevar ni
por los jóvenes que piensan que los adultos son un pasado que ya no cuenta, que
ya caducó, ni por los adultos que creen saber siempre cómo deben comportarse
los jóvenes. Mejor subámonos todos a la misma canoa y entre todos busquemos
un mundo mejor, bajo el impulso siempre nuevo del Espíritu Santo” (ChV 201).

Una pastoral juvenil sinodal

La imagen de la canoa es sugerente. La pastoral juvenil necesita de todos. Vamos


a seguir hablando sobre la sinodalidad. Nos ha gustado el vídeo que ahora os
invitamos a ver. Si lo veis en grupo quizás sea fácil identificar algunos rasgos de
lo que podría ser una pastoral juvenil sinodal. https://www.youtube.com/watch?-
v=dWDIoW7f6js.

El papa Francisco lo expresa de esta manera: “La pastoral juvenil sólo puede ser
sinodal, es decir, conformando un caminar juntos que implica una valorización
J
de los carismas que el Espíritu concede según la vocación y el rol de cada uno de Un vídeo que nos
los miembros de la Iglesia, mediante un dinamismo de corresponsabilidad […]. acerca a algunos
Animados por este espíritu, podremos encaminarnos hacia una Iglesia partici- rasgos de la
pativa y corresponsable, capaz de valorizar la riqueza de la variedad que la com- pastoral juvenil
pone, que acoja con gratitud el aporte de los fieles laicos, incluyendo a jóvenes y
mujeres, la contribución de la vida consagrada masculina y femenina, la de los
grupos, asociaciones y movimientos. No hay que excluir a nadie, ni dejar que
nadie se autoexcluya” (ChV 206).

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UNA ESPIRITUALIDAD JUVENIL SINODAL
Abrirse a lo nuevo

La sinodalidad nos abre a lo nuevo. Quienes nos dedicamos a la pastoral ju-


venil sabemos que la historia no se detiene, aunque algunos hayan decidido
echar el ancla. Las jóvenes generaciones siempre acercan a lo nuevo y son
una puerta abierta al futuro. Lo que para muchos puede ser un gran desafío,
para los jóvenes es parte habitual del mundo en el que viven. El Sínodo nos
ha recordado que muchas veces los jóvenes van por delante. “En efecto, cree-
mos que también hoy Dios habla a la Iglesia y al mundo mediante los jóvenes,
su creatividad y su compromiso, así como sus sufrimientos y sus solicitudes
de ayuda. Con ellos podemos leer más proféticamente nuestra época y reco-
nocer los signos de los tiempos; por esto los jóvenes son uno de los lugares
teológicos en los que el Señor nos da a conocer algunas de sus expectativas y
desafíos para construir el mañana” (DF 64).

¿Qué ha traído de nuevo el Sínodo? Uno de los objetivos de nuestra Escue-


la de pastoral con jóvenes es acercarnos a lo nuevo. Para poder concretarlo
nos serviremos de la Exhortación postsinodal Christus Vivit (ChV). En ella
el papa Francisco propone algunos rasgos para la pastoral juvenil del futuro,
pero sobre todo quiere hablar directamente al corazón de cada joven. Y dice
cosas como estas:

- “Él vive y te quiere vivo” (ChV 1).


- “Jesús es joven entre los jóvenes” (ChV 22).
- “En Jesús todos los jóvenes pueden reconocerse” (ChV 31).
- “Ser joven, más que una edad es un estado del corazón” (ChV 34).
- “Si eres joven en edad, pídele a Jesús que te renueve” (ChV 109).
- “Para Él eres realmente valioso, no eres insignificante, le importas
porque eres obra de sus manos” (ChV 115).
- “La juventud es un regalo de Dios” (ChV 134).
- “Dios es el autor de la juventud y Él obra en cada joven” (ChV 135).
- “Volar con los pies” (ChV 139).
- “La amistad es un regalo de la vida y un don de Dios” (ChV 151).
- “La oración es un desafío y una aventura” (ChV 155).
- “Tú tienes que descubrir quién eres y desarrollar tu forma propia
de ser santo” (ChV 162).
- “Por ustedes entra el futuro en el mundo” (ChV 174).
- “Ustedes son el ahora de Dios que los quiere fecundos” (ChV 178).

Vivir con esperanza

Si tanto los jóvenes como los mayores somos capaces de reposar estos mensa-
jes en nuestro corazón nos será un poquito más fácil vivir con esperanza. En
el horizonte de la pastoral juvenil se sitúa el objetivo de ayudar a los jóvenes
S a vivir en plenitud y con esperanza. No olvidemos que Dios está actuando en
la historia y en la vida de todos, también en nuestra vida joven. La pastoral ju-
Accede aquí a venil quiere ayudar a los jóvenes a ser conscientes de esta presencia de Dios.
la exhortación
apostólica La exhortación Christus Vivit deja ver que la pastoral juvenil sinodal se sus-
postsinodal tenta en una consistente espiritualidad juvenil. En esta ocasión queremos po-
completa ner el foco de nuestra reflexión en la espiritualidad juvenil. No olvidemos que
Christus Vivit el papa Francisco, en sus grandes documentos, siempre ha querido dedicar
un espacio a la espiritualidad. Ha hablado de la necesidad de una espiritua-
lidad misionera (EG 259-288), una espiritualidad ecológica (LS 203-242), una
espiritualidad matrimonial y familiar (AL 313-325). En esta ocasión habla de
la espiritualidad juvenil sobre todo en el capítulo quinto de la exhortación
ChV, titulado “caminos de juventud”. En ese capítulo, Francisco habla de la
vida de los jóvenes y propone una espiritualidad juvenil para este tiempo.

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EQUIPO DE JÓVENES EPJ
2. UNA ESPIRITUALIDAD JUVENIL
La pastoral juvenil sinodal propone una espiritualidad juvenil. En nuestra
reflexión partimos de la importancia de la espiritualidad, nos dejamos inter-
pelar por la llamada a la santidad que propone el santo Padre, y sugerimos
algunos caminos para el encuentro con el Dios de Jesucristo.

2.1. La espiritualidad está de moda

Los sociólogos dicen que la espiritualidad está de moda. “En general, los jó-
venes se declaran en búsqueda del sentido de la vida y muestran interés por
la espiritualidad” (DF 49). Parece que la espiritualidad está en alza mientras
que la religiosidad cotiza a la baja. A los agentes de pastoral nos puede pasar
lo que vivió San Pablo en el areópago de Atenas. Cuando el apóstol hablaba de
la actitud abierta de los atenienses respecto a los dioses, la cosa iba bien en
general, pero cuando el apóstol presentó a Jesús resucitado, es cuando empe-
zaron los problemas.

Que la espiritualidad esté de moda habla de ambigüedad y de oportunidad.


De ambigüedad porque no todas las propuestas de vida espiritual nos abren
a los demás o nos acercan al Dios revelado en Jesucristo. Una pastoral juvenil
que no acompañe hasta Jesús todavía tiene mucho camino que recorrer. Nos
lo ha recordado Francisco en la exhortación ChV cuando ha dado tanta im-
portancia al kerigma: “Por más que vivas y experimentes no llegarás al fondo
de la juventud, no conocerás la verdadera plenitud de ser joven, si no encuen-
tras cada día al gran amigo, si no vives en amistad con Jesús” (ChV 150).

Pero también es una oportunidad, porque el deseo de espiritualidad puede


ser un punto de partida para muchos jóvenes. “En algunos jóvenes reconoce-
mos un deseo de Dios, aunque no tenga todos los contornos del Dios revelado.
En otros podremos vislumbrar un sueño de fraternidad, que no es poco. En
muchos habrá un deseo real de desarrollar las capacidades que hay en ellos
para aportarle algo al mundo. En algunos vemos una sensibilidad artística
especial, o una búsqueda de armonía con la naturaleza. En otros habrá quizás
una gran necesidad de comunicación. En muchos de ellos encontraremos un
profundo deseo de una vida diferente. Se trata de verdaderos puntos de parti-
da, fibras interiores que esperan con apertura una palabra de estímulo, de luz
y de aliento” (ChV 84).

La espiritualidad cristiana tiene su centro en Jesús: Él “abre una brecha que


permite distinguir dos rostros, el del Padre y el del hermano… ¿Qué es lo que
nos queda?, ¿qué riquezas son las que no desaparecen? Sin duda dos: El Señor
y el prójimo. Estas dos riquezas no desaparecen” (GE 61). La conclusión es
sencilla: para el cristiano no es posible separar a Dios del hombre. “Ni Dios sin
el hombre, ni el hombre sin Dios” (D. Bonhoeffer).

Esta afirmación tiene importantes consecuencias para la espiritualidad. Para


el papa Francisco es un grave error que la vida espiritual separe a Dios del
hombre, la misión de la espiritualidad, la oración de la acción. Así lo afirmaba
en la exhortación Evangelii Gaudium: “Desde el punto de vista de la evange-
lización, no sirven ni las propuestas místicas sin fuerte compromiso social y
misionero, ni los discurso y praxis sociales o pastorales sin una espiritualidad
que transforme el corazón” (EG 262). De manera parecida lo repite en la ex-
hortación Gaudete et Exultate: “Podríamos pensar que damos gloria a Dios
solo con el culto y la oración, únicamente cumpliendo unas normas éticas
-es verdad que el primado es la relación con Dios-, y olvidamos que el crite-
rio para evaluar nuestra vida es ante todo lo que hicimos con los demás” (GE
104).

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UNA ESPIRITUALIDAD JUVENIL SINODAL
Para cerrar este punto de la reflexión os propone- Para Francisco un santo es alguien muy normal:
mos que habléis entre vosotros preguntandoos si “Un santo nos es alguien raro, lejano, que se vuel-
la pastoral juvenil que ofrecemos está atenta a la ve insoportable por su vanidad, su negatividad
búsqueda de sentido y a la demanda de espiritua- y sus resentimientos. No era así los Apóstoles de
lidad, y si ofrecemos propuestas apropiadas para Cristo” (GE 93). Un santo tiene sus imperfecciones.
responder esta demanda. “No todo lo que dice un santo es plenamente fiel al
Evangelio, no todo lo que hace es auténticamente
2.2. Recuperar la santidad perfecto” (GE 22).

Antes hemos dicho que la espiritualidad está de Tal como lo entiende el santo Padre, la santidad
moda. ¿Está de moda la santidad? ¿Por qué ha- es algo cercano a todos nosotros. La exhortación
bla tanto el papa Francisco sobre la santidad? En habla de “los santos de al lado”, de “la clase media
el último Sínodo también se ha hablado sobre la de la santidad”. Y los sitúa en nuestras familias,
santidad. “A través de la santidad de los jóvenes, la entre los vecinos, en definitiva, cerca de nosotros.
Iglesia puede renovar su ardor espiritual y su vigor Podemos hablar de “los jóvenes santos de al lado”.
apostólico. El bálsamo de santidad generado por Los agentes de pastoral tenemos la suerte de estar
la buena vida de tantos jóvenes puede curar las he- rodeados de jóvenes santos que son un regalo del
ridas de la Iglesia y del mundo, devolviéndonos a Espíritu Santo y nos hacen ver la riqueza que es
esa plenitud de amor a la que siempre hemos sido Cristo. “Cada santo es un mensaje que el Espíritu
llamados: los jóvenes santos nos impulsan a volver santo toma de la riqueza de Jesucristo y regala a su
a nuestro primer amor” (DF 167). pueblo” (GE 22).

Con esta misma fuerza habla el papa Francisco El documento final del Sínodo ofrece un argumen-
en la exhortación ChV: “Tú tienes que descubrir to que da mucho que pensar a los educadores. “De-
quién eres y desarrollar tu forma propia de ser san- bemos ser santos para poder invitar a los jóvenes
to, más allá de lo que digan y opinen los demás. a convertirse en santos. Los jóvenes han pedido
Llegar a ser santo es llegar a ser más plenamente con fuerza una Iglesia auténtica, luminosa, trans-
tú mismo, a ser ese que Dios quiso soñar y crear, no parente, alegre: solo una Iglesia de santos puede
una fotocopia. Tu vida debe ser un estímulo pro- estar a la altura de dichas inquietudes. Muchos la
fético, que impulse a otros, que deje una marca en han abandonado porque no han encontrado en
este mundo, esa marca única que sólo tú podrás ella santidad, sino mediocridad, presunción, divi-
dejar” (ChV 162). sión y corrupción. Lamentablemente el mundo se
muestra más indignado por los abusos de algunas
Después de leer estos textos debemos preguntar personas de la Iglesia que edificado por la santidad
si la palabra santidad es importante en la pastoral de sus miembros: por esto la Iglesia, en su conjun-
juvenil. ¿Qué pensáis? Nosotros pensamos que en to, debe efectuar un cambio de enfoque decidido,
general no hemos sabido qué hacer con la palabra inmediato y radical. Los jóvenes necesitan de san-
santidad. Es cierto que nos hemos preguntado mu- tos que formen a otros santos, mostrando así que
chas veces cómo hablar de la santidad, pero hay «la santidad es el rostro más bello de la Iglesia» (GE
que reconocer que hemos hablado poco sobre ella. 9). Existe un lenguaje que todos los hombres y las
Quizás decíamos que la santidad es una palabra mujeres de cualquier época, lugar y cultura pue-
muy elevada, o que la santidad no es algo cercano den entender, porque es inmediato y luminoso: es
a los jóvenes hoy, o que es necesario buscar nuevos el lenguaje de la santidad” (DF 166).
modelos de santidad pero sin saber concretarlos.
En consecuencia: “Pregúntale siempre al Espíritu
Después del examen de conciencia viene el pro- que espera Jesús de ti en cada momento de tu exis-
pósito de la enmienda. El papa Francisco pedía en tencia y en cada opción que debas tomar, para dis-
la exhortación Gaudete et Exultate un cambio de cernir el lugar que ocupa en tu propio corazón. Y
ruta. Sería deseable que la palabra santidad ocu- permítele que forje en ti ese misterio personal que
para el lugar que le corresponde en la pastoral ju- refleje a Jesucristo en el mundo de hoy” (GE 23).
venil, y este lugar propone vivir la vida cristiana
en plenitud. No dar valor a la santidad es suponer
que hoy no se puede vivir la vida cristiana en ple-
nitud. Pero estamos convencidos de los contrario.
Hoy se puede ser joven y vivir cristianamente en
plenitud.

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EQUIPO DE JÓVENES EPJ
“Tú tienes que descubrir quién eres y
desarrollar tu forma propia de ser santo”
(CHV 162)

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UNA ESPIRITUALIDAD JUVENIL SINODAL
3. UNA ESPIRITUALIDAD JUVENIL PARA NUESTRO TIEMPO
En este momento nuestro propósito es invitaros a la lectura del capítulo quinto de
ChV. Hemos dicho anteriormente que en este capítulo el papa Francisco hace una
propuesta de una espiritualidad juvenil para nuestro tiempo.

Para entender esta propuesta hay que fijar la mirada en todo el camino sinodal. En
el Sínodo se ha hablado de espiritualidad. El documento final habla de una pastoral
juvenil espiritual y diaconal. El primer rasgo de esta propuesta lo encontramos en el
amor a Jesús que es una consecuencia del encuentro con el Señor. Pero también el
documento proponía estos rasgos: la liturgia, la vida sacramental, el silencio, la con-
templación, la gratuidad, la oración, la piedad popular, la diaconía. Son todos rasgos
muy importantes de la espiritualidad juvenil.

En la exhortación ChV el papa Francisco propone otra ruta. Para hablar de la espiri-
tualidad juvenil el santo Padre parte del hecho de que cada joven es un regalo de Dios
para la Iglesia y el mundo. “La juventud más que un orgullo es un regalo de Dios”
(ChV 134). Es un arranque muy interesante porque creemos que se puede afirmar que
nos damos cuenta de lo importante que es la espiritualidad cuando constatamos que
nos va la vida en ello. “Espero (dice el papa Francisco) que puedas valorarte tanto a ti
mismo, tomarte tan en serio, que busques tu crecimiento espiritual” (ChV 159).

La espiritualidad toca la vida. Una vida tejida por sueños, experiencias, relaciones,
proyectos y elecciones. “La juventud, fase del desarrollo de la personalidad, está
marcada por sueños que van tomando cuerpo, por relaciones que adquieren cada vez
más consistencia y equilibrio, por intentos y experimentaciones, por elecciones que
construyen gradualmente un proyecto de vida” (ChV 137).

La espiritualidad toca las raíces de la vida. “A veces he visto árboles jóvenes, bellos,
que elevaban sus ramas al cielo buscando siempre más, y parecían un canto de espe-
ranza. Más adelante, después de una tormenta, los encontré caídos, sin vida. Porque
tenían pocas raíces, habían desplegado sus ramas sin arraigarse bien en la tierra, y así
sucumbieron ante los embates de la naturaleza. Por eso me duele ver que algunos les
propongan a los jóvenes construir un futuro sin raíces, como si el mundo comenzara
ahora. Porque «es imposible que alguien crezca si no tiene raíces fuertes que ayuden
a estar bien sostenido y agarrado a la tierra. Es fácil “volarse” cuando no hay desde
donde agarrarse, de donde sujetarse» (ChV 179).

En este sentido, el papa Francisco hace una propuesta de espiritualidad juvenil ayu-
dándose de algunos dinamismos: soñar y elegir; vivir intensamente y experimentar;
disfrutar de la amistad con Jesús; crecer y madurar; vivir la fraternidad; comprome-
terse; ser un misionero valiente.

Soñar

El amor de Dios no nos priva de soñar sino que potencia nuestros sueños. Francisco
dice que soñar exige tener una sana inquietud, evitar vivir con una actitud de lamen-
tos, y superar la tentación de la ansiedad.

“Jóvenes, no renuncien a lo mejor de su juventud, no observen la vida desde un


balcón. No confundan la felicidad con un diván ni vivan toda su vida detrás
de una pantalla. Tampoco se conviertan en el triste espectáculo de un vehículo
abandonado. No sean autos estacionados, mejor dejen brotar los sueños y tomen
decisiones. Arriesguen, aunque se equivoquen. No sobrevivan con el alma anes-
tesiada ni miren el mundo como si fueran turistas. ¡Hagan lío! Echen fuera los
miedos que los paralizan, para que no se conviertan en jóvenes momificados.
¡Vivan! ¡Entréguense a lo mejor de la vida! ¡Abran la puerta de la jaula y salgan
a volar! Por favor, no se jubilen antes de tiempo” (ChV 142).

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Vivir y experimentar

En los jóvenes hay un gran deseo de vivir y experimentar. “El Señor no quiere de-
bilitar estas ganas de vivir” (ChV 145). “Está claro que la Palabra de Dios te invita a
vivir el presente, no solo a preparar el mañana” (ChV 147). Vivir y experimentar no
solo lleva a momentos dichosos sino también hay momentos duros.

“Mientras luchas para dar forma a tus sueños, vive plenamente el hoy, entré-
galo todo y llena de amor cada momento. Porque es verdad que este día de tu
juventud puede ser el último, y entonces vale la pena vivirlo con todas las ganas
y con toda la profundidad posible” (ChV 148).

Amar al Señor

La espiritual juvenil se sostiene por un dinamismo fundamental: la amistad y el


amor al Señor. La amistad exige una relación estable, firme, fiel, que madura con
el paso del tiempo. La amistad con Jesús es inquebrantable. Esta amistad madura
y crece gracias a la oración. La oración es un desafío y una aventura.”Intenta des-
cubrirlo y vivirás la belle experiencia de saberte siempre acompañado” (ChV 156).

“Es tan importante la amistad que Jesús mismo se presenta como amigo: «Ya
no os llamo siervos, os llamo amigos» (Jn 15,15). Por la gracia que Él nos rega-
la, somos elevados de tal manera que somos realmente amigos suyos. Con el
mismo amor que Él derrama en nosotros podemos amarlo, llevando su amor a
los demás, con la esperanza de que también ellos encontrarán su puesto en la
comunidad de amistad fundada por Jesucristo. Y si bien Él ya está plenamen-
te feliz resucitado, es posible ser generosos con Él, ayudándole a construir su
Reino en este mundo, siendo sus instrumentos para llevar su mensaje y su luz
y, sobre todo, su amor a los demás (cf. Jn 15,16)” (ChV 153).

Crecer y madurar

Cada etapa de la vida tiene su interés. Pero el ser humano siempre está en un proce-
so de crecimiento y maduración. La juventud no es una etapa definitiva sino que es
una parte bella e importante del camino de la vida.

“Crecer es conservar y alimentar las cosas más preciosas que te regala la ju-
ventud, pero al mismo tiempo es estar abierto a purificar lo que no es bueno y a
recibir nuevos dones de Dios que te llama a desarrollar lo que vale. A veces, los
complejos de inferioridad pueden llevarte a no querer ver tus defectos y debili-
dades, y de ese modo puedes cerrarte al crecimiento y a la maduración. Mejor
déjate amar por Dios, que te ama así como eres, que te valora y respeta, pero
también te ofrece más y más: más de su amistad, más fervor en la oración, más
hambre de su Palabra, más deseos de recibir a Cristo en la Eucaristía, más ga-
nas de vivir su Evangelio, más fortaleza interior, más paz y alegría espiritual”
(ChV 161).

Vivir la fraternidad

Para poder vivir la fraternidad es necesario salir de sí y abrirse a los demás. Este di-
namismo está muy presente en todo el magisterio de Francisco. Si recordáis empe-
zó hablando de una Iglesia en salida. Salir de sí lleva a buscar el bien de los demás.
Salir de sí exige no caer en la tentación del aislamiento.

“El Espíritu Santo quiere impulsarnos para que salgamos de nosotros mismos,
abracemos a los demás con el amor y busquemos su bien. Por lo tanto, siempre
es mejor vivir la fe juntos y expresar nuestro amor en una vida comunitaria,
compartiendo con otros jóvenes nuestro afecto, nuestro tiempo, nuestra fe y

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“Por ustedes entra
el futuro en el mundo”
(CHV 174)

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nuestras inquietudes. La Iglesia ofrece muchos espacios diversos para vivir la
fe en comunidad, porque todo es más fácil juntos” (ChV 164).

Comprometerse

El papa Francisco propone a los jóvenes como dinamismo espiritual el compro-


miso. Comprometerse lleva a salir del pequeño grupo de amigos, busca la amistad
social frente a la enemistad social que es tan destructiva. El santo Padre hace una
llamada a la amistad social constatando que el mundo se está destruyendo por la
enemistad social.

“Quiero alentarte a este compromiso, porque sé que tu corazón, corazón joven,


quiere construir un mundo mejor. Sigo las noticias del mundo y veo que tantos
jóvenes, en muchas partes del mundo, han salido por las calles para expresar
el deseo de una civilización más justa y fraterna. Los jóvenes en la calle. Son
jóvenes que quieren ser protagonistas del cambio. Por favor, no dejen que otros
sean los protagonistas del cambio. Ustedes son los que tienen el futuro. Por us-
tedes entra el futuro en el mundo. A ustedes les pido que también sean prota-
gonistas de este cambio. Sigan superando la apatía y ofreciendo una respuesta
cristiana a las inquietudes sociales y políticas que se van planteando en diver-
sas partes del mundo. Les pido que sean constructores del futuro, que se metan
en el trabajo por un mundo mejor. Queridos jóvenes, por favor, no balconeen
la vida, métanse en ella. Jesús no se quedó en el balcón, se metió; no balconeen
la vida, métanse en ella como hizo Jesús». Pero sobre todo, de una manera o de
otra, sean luchadores por el bien común, sean servidores de los pobres, sean
protagonistas de la revolución de la caridad y del servicio, capaces de resistir
las patologías del individualismo consumista y superficial” (Ch 174).

Ser misioneros valientes

En el último dinamismo de vida espiritual el papa Francisco invita a la misión y al


coraje. Según el papa Francisco los jóvenes son el ahora de Dios. “Porque es dando
como se recibe, y la mejor manera de preparar un buen futuro es vivir bien el pre-
sente con entrega y generosidad” (Chv 178). Jesús envía hasta todos. El evangelio no
es para algunos sino para todos.

“El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia
y de su amor]. Y nos invita a ir sin miedo con el anuncio misionero, allí donde
nos encontremos y con quien estemos, en el barrio, en el estudio, en el depor-
te, en las salidas con los amigos, en el voluntariado o en el trabajo, siempre es
bueno y oportuno compartir la alegría del Evangelio. Así es como el Señor se va
acercando a todos. Y a ustedes, jóvenes, los quiere como sus instrumentos para
derramar luz y esperanza, porque quiere contar con vuestra valentía, frescura
y entusiasmo” (ChV 177).

La labor de la pastoral con jóvenes será, por lo tanto, el anuncio del evangelio en su
plenitud. Es algo que ya sabemos, pero que conviene recordarnos de vez en cuando.
Es una llamada a “evangelizar” acogiendo a la persona tal cual es para proponerle
un estilo de vida que hace nuevas todas las cosas. Es una llamada a volver a poner
el mensaje de Jesús de Nazaret en el centro de todos nuestros esfuerzos y, al mismo
tiempo, a ser pacientes y exigentes, sabiendo que la fe es un regalo para el que to-
dos estamos capacitados y que nuestro camino, un camino de santidad, solo puede
se puede recorrer juntos y ayudándonos unos a otros. La Escuela de Pastoral con
Jóvenes 2019 será una nueva oportunidad para recorrer parte de este camino. Os
esperamos.

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UNA ESPIRITUALIDAD JUVENIL SINODAL
ESCUELA DE PASTORAL CON JÓVENES #EPJ2019
27-28 Đ SEPTIEMBRE Đ 2019
#ENREDANDONOS

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