The Little Prince">
El Principito
El Principito
El Principito
A león Werth
Pido perdón a los niños por haberle dedicado este libro a una persona mayor.
Tengo una buena disculpa: esa persona mayor es mi mejor amigo en todo el
mundo. Tengo otra disculpa: esa persona mayor puede entenderlo todo,
incluso los libros para niños. Tengo una tercera disculpa: esa persona mayor
vive en Francia, donde tiene hambre, frio y necesita se consolada. Y por si
todas esas disculpas no fuesen suficientes, entonces dedico ese libro al niño
que alguna vez fue esa persona mayor todas las personas mayores fueron
niños alguna vez, pero pocas lo recuerdan. Corrijo entonces mi dedicatoria:
A león Werth,
Cuando era niño.
1 cuando tenia seis años de edad vi una vez una magnifica imagen de la selva
virgen, en un libro cuyo nombre era historias vividas. Representaba una
serpiente boa que engullía una fiera. He aquí la copia del dibujo. Decía en el
libro:<<las serpientes boas engullen sus presas enteras, sin masticarlas.
Después, ya no se pueden mover y duermen durante síes meses que demora
su digestión>>
Reflexione mucho acerca de las aventuras de la selva y logre, a mi vez, trazar
mi primer dibujo con un lápiz de color. Mi dibujo números1. era así
Así fue como vivió solo, sin nadie con quien hablar verdaderamente, hasta
una avería en el desierto del Sahara, hace seis años atrás. Algo se veía roto en
el motor. Y como no viajaban conmigo ni mecánico ni pasajeros, me prepare
para efectuar yo solo una reparación difícil. Para un asunto de vida o muerte.
Apena me quedaba agua potable para ocho días.
La primera noche dormí sobre la arena, a mil millas de cualquier lugar
habitado. Estaba solo que un naufrago sobre una bolsa, en medio del océano.
Así que puedan imaginar mi sorpresa, cuando al amanecer una curiosa
vocecita me despertó:
-¡por favor…dibújame un cordero!
-¿ah…?
-dibújame un cordero
Me puse de pie en un salto, como si me hubiera caído un rayo. Me refregué
bien los ojos y mire entonces vi a un muchachito extraordinario que me
observa fijamente. He aquí el mejor retrato que, tiempo después, logre hacer
de el. Pero mi dibujo, naturalmente, es mucho menos encantador que el
modelo. No es mi culpa. La personas mayores me habían desalentado en mi
carrera de pintor a los seis años y no había aprendido a dibujar nada,
exceptuado las boas cerradas y las boas abiertas.