Curso E-Learning

“Programa de Intervención y Caja de

Herramientas Parental para el Fortalecimiento
de Competencias Parentales: Aprender a
Crecer”
Dossier de estudio para participantes

Metodología Aprender a Crecer

Programa de Intervención y Caja de Observación y Microanálisis de Detección de factores de alarma en

Herramientas Parental para el Fortalecimiento Interacciones Diádicas utilizando Pauta abuso sexual infantil y maltrato: La
de Competencias Parentales: Aprender a de Observación ALMA importancia de la primera respuesta
Crecer Reg. DIBAM: 297565 Reg. DIBAM: 297905
Reg. DIBAM: 281750
Reg. INAPI: 1267392

Consultora Aprender a Crecer – Todos los derechos reservados – Prohibida su reproducción

Valdivia, julio del 2020
 CONTENIDO

Contenido 2
Descripción 3
Introducción 4
Contenidos 5
1. Oferta programática en chile 5
a. Oferta programática actual 5
b. Aprender a Crecer 5
c. Caja de Herramientas Aprender a Crecer 6
d. ¿Qué es la Intervención Terapéutica Parental Aprender a Crecer? 8
2. Cuerpo Humano en Sintonía: Una particular forma de orientar el fortalecimiento de competencias parentales 10
a. Cuerpo Humano en Sintonía 10

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 DESCRIPCIÓN
A continuación, se presentan algunos contenidos teóricos para su estudio relacionados al
curso online “Programa de Intervención y Caja de Herramientas Parental para el Fortalecimiento de
Competencias Parentales: Aprender a Crecer”. Estos contenidos son la base teórica que
fundamenta la Metodología Aprender a Crecer en la cual Ud. será entrenado/a.
Los contenidos aquí tratados son de lectura obligatoria debido a que serán evaluados previo
al inicio de la jornada presencial.
Los contenidos detallados como “Contenido para Profundizar” son de carácter optativo.
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de Aprender a Crecer, bajo las
sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de este documento y de los
contenidos del curso Online, incluidos sus anexos por cualquier medio o procedimiento y la
distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamos públicos. El uso de este material está
enmarcado en el desarrollo y participación del alumno de la jornada de capacitación antes
indicada.
Los contenidos teóricos, esquemas e ilustraciones utilizados en este documento y en todo el
curso de formación son propiedad de los respectivos autores o editoriales.

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 INTRODUCCIÓN
El maltrato infantil es una realidad frecuente en muchos hogares del mundo y de nuestro país,
el que tiene a su vez múltiples consecuencias en el desarrollo de los niños y niñas. La Organización
Mundial de la Salud plantea que el maltrato causa estrés, y se asocia con trastornos del desarrollo
cerebral temprano, y en casos extremos, puede llegar a alterar el desarrollo de los sistemas nervioso e
inmunitario (OMS, 2016). La evidencia también ha mostrado que quienes han sido víctimas de
maltrato tienen mayores probabilidades de desarrollar trastornos psíquicos, problemas de
comportamiento en su niñez y juventud (Barudy y Dantagnan, 2005), bajo desempeño en la escuela,
y menor desarrollo de habilidades sociales (Alarcón, Araújo, Godoy, Vera, 2010; Children’s Bureau,
2013). A su vez, quienes fueron víctimas de maltrato corren mayores riesgos de presentar problemas
conductuales, físicos y mentales en la edad adulta, como son cometer actos de violencia, sufrir
depresión, consumo de tabaco, obesidad, comportamientos sexuales de alto riesgo, embarazos no
deseados, y consumo indebido de alcohol y drogas (Mouesca, 2015; OMS, 2016).
Ante esto, múltiples investigaciones han identificado factores de riesgo que es preciso
aminorar, así como factores protectores que requieren ser fortalecidos con el fin de prevenir toda
forma de maltrato a niños, niñas y adolescentes.
Uno de estos factores son las capacidades parentales, donde los padres o cuidadores que
presentan un débil desarrollo de estas capacidades son más propensos a cometer maltrato, mientras
que, por el contrario, quienes se han fortalecido en el desarrollo de este tipo de competencias tienen
una menor propensión a cometer maltrato.
La evidencia indica que los programas eficaces para prevenir el maltrato infantil son aquellos
que trabajan con los padres o cuidadores, brindándoles apoyo, entregándoles conocimiento sobre
las etapas de desarrollo de sus hijos(as), y enseñándoles técnicas para afrontar de mejor manera la
crianza (OMS, 2016; Urquiza y Timmer, 2012).
Si bien existe una amplia gama de técnicas y materiales para fortalecer competencias
parentales, tales como, video feedback, cartas de emociones, material didáctico educativo de
pautas de crianza, entre otros, estas estrategias tienden a presentarse de modo aislado sin estar
integradas a un modelo de intervención claro, lo que dificulta que dichas técnicas sean capaces de
impactar a los padres y/o cuidadores permitiendo el desarrollo de funciones reflexivas y de auto-
observación de su parentalidad (Chile Solidario, 2009; Ferrer Ribot y Riera Jaume, 2014; Pérez Montes,
2010; Pitillas, Halty y Berástegui, 2016; Rodrigo López, et al., 2009).
Por tanto, diversos autores sostienen la necesidad de que los profesionales que trabajan en
la temática, logren comprender las dificultades y demandas que el trabajo con familias
multiestresadas implica, siendo imprescindible que el profesional cuente con conocimientos técnicos,
experiencia y capacidades autoreflexivas que le permitan generar un proceso de intervención
alejado de juicios morales y conocimiento sin sustento científico (Ferrer Ribot y Riera Jaume, 2014;
Programa Abriendo Caminos Chile Solidario, 2009; Sallés y Ger, 2011).
No obstante, en Chile no existe una metodología unificadora para el trabajo con familias,
dado que la red proteccional de SENAME brinda lineamientos generales, y es cada organismo
colaborador quien debe generar su propia propuesta. Como resultado, existe una gran diversidad en
cuanto a las metodologías utilizadas, donde a su vez hay escasa evidencia respecto de si se logran
efectivamente los resultados deseados.

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 CONTENIDOS
1. OFERTA PROGRAMÁTICA EN CHILE
a. Oferta programática actual
En Chile existen algunas intervenciones que de una u otra manera abordan las competencias
parentales. Debido a que poseen algún nivel de evidencia de sus resultados, dentro de estas
destacan el programa Triple P, A.M.A.R. terapéutico, el modelo odisea de reunificación familiar, el
programa Familias Unidas, y Crecer Jugando. Todas estas trabajan con padres, madres o cuidadores
de niños, niñas o adolescentes de distintos rangos etarios, con la finalidad de contribuir al desarrollo
positivo de la infancia.
b. Aprender a Crecer
Frente a los altos índices de maltrato infantil, y dadas las múltiples consecuencias que esto
tiene en el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes, en el año 2016 se creó la Consultora
Aprender a Crecer, con la misión de prevenir e interrumpir la vulneración de derechos de la infancia.
El programa trabaja con profesionales que realizan funciones de acompañamiento a padres, madres
o cuidadores, a través de un entrenamiento en la metodología del programa para el trabajo de
competencias parentales, y un posterior seguimiento, de modo de brindarles apoyo durante la
implementación de la intervención. Así, se busca incrementar el desarrollo de capacidades
parentales y disminuir el estrés parental de quienes cumplen funciones de crianza, para impactar de
manera positiva en la relación que los niños, niñas y adolescentes mantienen con sus padres, madres
o cuidadores (Ver Ilustración 1).

Ilustración 1 - Resumen teoría de cambio del programa Aprender a Crecer

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 La creación de esta metodología, surge como fruto del interés, la preocupación y el trabajo
activo durante años realizado en la protección de niños/as y en el apoyo a sus familias; así como
también de la finalidad de sistematizar y socializar la experiencia profesional con otros Trabajadores
y/o Asistentes Sociales u otros profesionales que trabajan con adultos insertos en familias
multiestresadas, por ende se sistematiza y crea una Caja de Herramientas Parental Aprender a
Crecer (Consultora Aprender a Crecer Limitada, 2016).
c. Caja de Herramientas Aprender a Crecer
Considerando la relevancia del rol parental en el enfoque de derecho de los niños, niñas y
adolescentes, la Consultora Aprender a Crecer busca contribuir al bienestar infantil por medio de la
creación de una Caja de Herramientas Parental que sirva a los profesionales como material de
apoyo terapéutico , la cual consiste en 45 estrategias de intervención para fomentar la parentalidad
en las áreas de Apego, Empatía, Mentalización, Modelos de Crianza y Autocuidado parental, a
través de técnicas audiovisuales, vivenciales y teóricas, proporcionando una batería integrativa de
material técnico, lúdico, práctico e innovador para trabajar con los padres, madres y/o cuidadores
de niños, niñas y adolescentes.
La elaboración de esta metodología está inspirada principalmente en el modelo de
competencias parentales de Barudy y Dantagnan (2005; 2), A.M.A.R Terapéutico de Lecannelier et
al, (2010), Escala de sensibilidad materna (Ainsworth, Blehar, Waters & Wall, 1978), Terapia de
Interacción Guiada (McDonough, 2004), CARE-Index (Crittenden 2004), y en diversas estrategias que
han demostrado ser eficaces en el fortalecimiento de recursos parentales en función de las
necesidades del desarrollo infantil (Carbonell, 2013; Fonagy, 1998; Slade, Grienenberger, Bernbach,
Levy, y Locker, 2005; Lecannelier, 2014). Para lograr clarificar los componentes de la Caja de
Herramientas Parental, se presenta la Ilustración 2.

Ilustración 2 - Caja de Herramientas Parental Aprender a Crecer

Cabe señalar, que esta propuesta surge en el ejercicio laboral como propuesta de
intervención terapéutica parental basada en diversos principios y enfoques teóricos como: teoría del
apego, mentalización y resiliencia parental (Ilustración 3 y 4). Enmarcado a través de la experiencia
adquirida en los años 2009 al 2015 en los Programas de Reparación de Maltrato Infantil Grave (PRM),
compuesto por los programas de intervención: Esperanza de Niño y Bahía Esperanza, de la región de
la Araucanía y Ayelen, de la región de los Ríos,

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 Ilustración 3 - Componentes de la Caja de Herramientas Aprender a Crecer

Ilustración 4 - Sustento Teórico

Para su utilización, la propuesta de intervención contempla un entrenamiento teórico-

práctico de 40 horas a profesionales (Trabajadores o Asistentes Sociales, Psicólogos u otros
profesionales) que realizan funciones de acompañamiento parental con adultos en su rol de
cuidador de niños, niñas y adolescentes, en contextos de vulneración de derechos infantiles,
permitiendo promover competencias técnicas y prácticas en los interventores. Una vez capacitado,
el profesional implementa los cinco módulos de la propuesta “Aprender a Crecer” tales como:
Resonancias personales del profesional; Sensibilidad del cuidador y Apego; Capacidad de
Mentalización y Empatía; Autocuidado; y Modelos de crianza. Estos módulos están diferenciados por
la capacidad parental que se desea fomentar, correspondientes a 24 sesiones de intervención en
total. De esta forma, la metodología Aprender a Crecer busca fomentar competencias en los
profesionales para que estos puedan desarrollar en los cuidadores la capacidad de generar

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condiciones que promuevan un apego seguro en sus hijos o hijas, es decir, un vínculo afectivo intenso
que permita al adulto entregar cuidados y asistencia al infante (Bowlby, 1986), desarrollar la
capacidad de empatía y sensibilidad en el adulto para que sea capaz de detectar, interpretar y
responder adecuadamente a las señales del niño o niña (Kast, Farkas y Vallotton, 2017), propiciar
modelos de crianza reflexivos centrados en el bienestar superior del niño (Capano y Ubach, 2013), y
suscitar la detección y uso de redes de apoyo como estrategias de autocuidado en el adulto
(Gómez y Muñoz, 2014). Además de facilitar el trabajo de los profesionales con familias altamente
estresadas de manera integrada.

Ilustración 5

d. ¿Qué es la Intervención Terapéutica Parental Aprender a Crecer?

Es un proceso terapéutico, dado que se trabajará con cuidadores, que debido a sus
trayectorias vitales requieren de un acompañamiento específico, para que estos puedan ofrecer un
contexto protector y reparador del daño provocado por traumas tempranos y complejos en los niños
y niñas.
Para esto se potenciará el establecimiento de interacciones vinculares de alta calidad,
seguras y sensibles; entre el profesional y el cuidador, potenciando la capacidad empática,
mentalizadora, reflexiva y de autocuidado parental.
Nuestra propuesta facilita el Qué, Cómo y Con qué apoyamos la Parentalidad de manera
terapéutica.

Ilustración 6

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 Caja de Programa de
Herramientas intervención

24 Sesiones 14 Sesiones

12 Meses 8 Meses

Formato
progresivo,
Formato libre uso
secuencial,
individual
Ilustración 7 - Caja de Herramientas Parental y Programa de Intervención para el fortalecimiento de competencias parentales

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 2. CUERPO HUMANO EN SINTONÍA: UNA PARTICULAR FORMA DE ORIENTAR EL FORTALECIMIENTO
DE COMPETENCIAS PARENTALES
Con la finalidad de graficar metafóricamente, lo que implica acompañar a los cuidadores y
profesionales en este fomento de capacidades parentales, es que a lo largo del programa, haremos
referencias a órganos del cuerpo humano, para reflejar la competencia parental que se trabajara,
ya que siempre hemos sabido que los cuidadores tienen recursos (por ende órganos) en sus cuerpos,
pero que debido a sus historias de vida, principalmente en sus infancias, estos órganos han
aprendido a funcionar de manera más desincronizada, para adaptarse y sobrevivir.
La base de nuestra metodología, está centrada en
reconocer que los cuidadores tienen recursos, tal vez más
disminuidos o interferidos, pero los tienen.
La siguiente propuesta de trabajo utilizará conceptos del
cuerpo humano para organizar esta sistematización, donde cada
órgano corresponde a una competencia parental específica a
trabajar.
a. Cuerpo Humano en Sintonía
Ser padre, madre o cuidador de un niño/a o adolescente saludable, requiere desarrollar un
cuerpo humano en sintonía, es decir, un ser humano que utilice todo su organismo para “leer y
responder a las necesidades comunicadas por el niño/a o adolescente siendo capaz de atender de
manera sensible y a tiempo a las señales verbales y no verbales” del niño/a o adolescente (Perry,
2014).
Para lograr un Cuerpo Humano en Sintonía, esta Caja de Herramientas Parental y Programa de
Intervención ofrece estrategias, técnicas y materiales concretos de entrenamiento, para que los
distintos órganos ya existentes en un cuerpo, logren funcionar de manera sincronizada.
El Cuerpo Humano es el padre, madre, abuelo, abuela, tía, tío, tutor, guardador, hermano o
cualquier adulto significativo que asuma el cuidado de un niño/a o adolescente y que, al participar
del proceso de intervención familiar, se espera que desarrolle un cuerpo en sintonía.
Este cuerpo está compuesto por órganos que deben funcionar de manera sincronizada para
lograr el desarrollo saludable del niño/a o adolescente a cargo. Estos son:
Corazón Resiliente: Es el motor básico para que funcione el cuerpo, este
órgano representa el apego seguro, es decir, la demostración de afecto y cariño,
la lectura de señales verbales y no verbales.
Un corazón resiliente conoce y comprende las variables temperamentales
de los niños/as y adolescentes, así como las propias. Además, es capaz de
reconocer en el otro y en sí mismo, un amplio abanico de emociones,
integrándolas de manera adecuada.
Ojos Alerta: Este órgano es fundamental para lograr mejorar la
mentalización y empatía en los adultos, por lo que se sugiere entrenar y
ejercitar bastante, en la lógica de aprender a detectar señales,
interpretarlas y responder prontamente.
Las actividades más intensas con esta unidad tienen relación con
mentalizar los estados de los niños/as, regularlos y autorregularse como

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adultos, utilizando material seleccionado para este entrenamiento.
Lo primordial será que el adulto vivencie, en primer lugar, lo que se siente en distintos
contextos; para luego centrarse en lo que sienten los niños bajo su cuidado, aumentando así su
sensibilidad y empatía como cuidador.
Cerebro en Expansión: Representa la capacidad que tiene este
órgano por absorber nuevos conocimientos, ya que la mayor cantidad de
información teórica y reflexiva existente en la Caja de Herramientas
Parental, se utiliza para fomentar esta competencia.
El cerebro en expansión se asocia principalmente a promover
modelos de crianza equilibrados, propiciando la reflexión y el pensamiento
crítico. Esperándose, por ejemplo, que el adulto cuestione creencias de la crianza validadas
transgeneracionalmente, pero que en la actualidad han perdido el sentido.
Si no se logran los procesos reflexivos como base en los adultos, la información teórica que
pueda entregarse no logra impregnar a dicho órgano, sino que resbala por todo su cuerpo.
Esqueleto Fuerte: Tiene relación con la base del cuerpo del cuidador,
ya que se requieren huesos fuertes para soportar, accionar, movilizar y
trasladar a todo el organismo, por ende, requiere del máximo de los
cuidados.
En esta unidad se trabaja con el autocuidado de los cuidadores.
Dicho autocuidado contempla la detección y uso de redes de apoyo, el
aprendizaje de ejercicios de autocuidado y, la preparación del adulto para los hitos de crianza
futuros.
Con este último aspecto, se espera fomentar la autoeficacia parental al dar a conocer los
principales desafíos específicos asociados a la trayectoria evolutiva de los niños, niñas y
adolescentes, puesto que cuando el adulto ya conoce en términos generales lo que se espera que
suceda, tiende a sentirse más preparado para enfrentarlo.

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