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Guia Didactica
Guia Didactica
Guia Didactica
Psicoética
Guía Didáctica
4 créditos
Ciclo Titulación
10 ¡ Psicología
Psicoética
Guía didáctica
4 créditos
Carrera Ciclo
Licenciado en Psicología X
Autores:
PhD. Héctor Arévalo Benito
Msc. Roberto Carlos Cuenca
Asesoría virtual:
La Universidad Católica de Loja
www.utpl.edu.ec
PSICOÉTICA
Guía didáctica
PhD. Héctor Arévalo Benito
Msc. Roberto Carlos Cuenca
CC Ecuador 3.0 By NC ND
Primera Edición
ISBN 978-9942-08-714-0
Esta versión impresa, ha sido acreditada bajo la licencia Creative Commons Ecuador 3.0 de reconocimiento -no comercial- sin obras derivadas;
la cual permite copiar, distribuir y comunicar públicamente la obra, mientras se reconozca la autoría original, no se utilice con fines comerciales,
ni se realicen obras derivadas. http://www.creativecommons.org/licences/by-nc-nd/3.0/ec/
25 de marzo, 2015
2. Índice
2. Índice............................................................................................................................................................. 4
3. Introducción............................................................................................................................................. 6
4. Bibliografía............................................................................................................................................... 8
4.1. Básica........................................................................................................................................... 8
4.2. Complementaria...................................................................................................................... 8
5. Orientaciones generales para el estudio.............................................................................. 12
6. Proceso de enseñanza-aprendizaje para el logro de competencias................. 14
PRIMER BIMESTRE
SEGUNDO BIMESTRE
3. Introducción
“La parte más triste de la vida no está en el acto de morir, sino en el fracasar a la hora de vivir realmente
cuando estamos vivos” Robin S. Sharma
Al respecto la UTPL desde su visión: el “Humanismo Cristiano” y su misión: “Buscar la verdad, y formar
al hombre, a través de la ciencia para servir a la sociedad”. Precisamente su finalidad es sentar a Cristo
en la Cátedra Universitaria como el gran pensador y el sentido trascendente del ser humano. Pero al
mismo tiempo el buscar la verdad, a través, de la investigación y la vivencia de los más altos valores del
evangelio permiten ir enriqueciendo a todos los profesionales en su formación integral (en la ciencia,
en la técnica, sobretodo en el ámbito ético y humano) para que los nuevos profesionales aporten en el
mejoramiento de la calidad de vida de todos los ciudadanos ecuatorianos.
La misma está dividida en dos bimestres y contiene seis unidades didácticas. En la primera unidad
trataremos la psicología, ética y antropología. En la segunda estudiaremos los principios éticos para la
investigación psicológica y psiquiátrica. En la tercera unidad analizaremos la ley y la ética en psicología.
En el segundo bimestre, en la unidad cuatro trataremos la Ética de la ética de la relación individual entre
terapeuta/paciente y relaciones psicólogo/organizaciones. En la unidad cinco estudiaremos la visión de
conjunto. Y en la unidad seis trataremos los ámbitos: soma, psiqué y espíritu.
El objetivo general de la asignatura, y tal y como se señalaba en anterior edición de la Guía, consiste
en: “Ayudar a la formación en criterios éticos para el ejercicio profesional de la Psicología y conocer un
nuevo planteamiento de la Psicoética que va más allá de la yuxtaposición entre la psicología y la ética”1.
Asimismo, y de conformidad con las competencias de la Escuela de Ciencias Humanas y Religiosas de
la Universidad Técnica Particular de Loja (Ecuador), se pretende cumplir con el desarrollo de una de las
competencias específicas de la misma, a través de los contenidos actitudinales y aptitudinales que se
despliegan en la docencia de la asignatura, concretamente, con el objetivo nº 6, y el cual está redactado
en sus estatutos con la siguiente formulación:
Desarrollar la visión humanística profesional, para orientar las realidades que afectan el desarrollo de
la persona, en sus diferentes ambientes, familiares, sociales, educativos, profesionales. Objetivo nº 6
En este contexto, el ser humano cuando se limita únicamente a mirar sus debilidades y no fortalece
sus potencialidades no podrá vivir, no podrá decidir, no podrá actuar, no podrá ser mejor y realmente
libre. Por eso, dejamos a consideración de usted estimado estudiante la presente guía didáctica, con la
esperanza de comprometerlo a vincular sus conocimientos con la vivencia, es decir, a que tenga una
coherencia entre el pensar y el obrar. Animándoles a todos a un compromiso serio de vida en todos los
ámbitos de su vida desde un ámbito digno y humano.
Sin más, bienvenido (a) a este interesante estudio de la psicoética, que estamos seguros de que le
ayudará a fortalecer su formación humana, axiológica, profesional y familiar.
4. Bibliografía
4.1. Básica
-- França-Tarragó, Omar (1996). Ética para psicólogos. Introducción a la Psicoética, Bilbao, Ed.
Descleé de Brouwer.
En 1988, en Madrid (España), el Dr. Omar França-Tarragó presentó una innovadora Tesis de
Licenciatura en Teología Moral por la Universidad. Pontificia de Comillas (Madrid). Este libro
que tenemos como texto obligatorio es, pues, el primer libro en el que se desarrolla de forma
sistemáticas temas éticos que se relacionan con la práctica psicológica y psiquiátrica, en definitiva,
el profesional de la salud mental. El Libro de França-Tarragó sigue siendo el libro de texto de
referencia, y que trata de forma coherente y orgánica los distintos puntos que vinculan la ética
aplicada con la Psicología.
-- Rielo Pardal, Fernando (2001). Mis meditaciones desde el modelo genético, Madrid, Editorial
Fundación Fernando Rielo. Colección de Filosofía.
Este excelente texto del pensador Fernando Rielo Pardal (1923-2004) nos muestra las imbricaciones
recíprocas latentes en las disciplinas científicas, ya sean éstas naturales o sociales, y la ética. En él
se analiza, de forma minuciosa -al tiempo que se propone como modelo-, cómo conseguir una
educación integral de la persona, poniendo en consonancia sus tres ámbitos regidores: el alma, el
espíritu, y el “soma”.
-- Arévalo, Héctor, & Cuenca, Roberto., (2015). Psicoética. Ética para Psicólogos Guía Didáctica,
Loja, Ediloja.
Elaborada por los docentes investigadores enunciados al inicio de la presente guía, le permite al
estudiante, continuar con el proceso de estudio de manera ordenada y dialógica, los capítulos
y subtemas del texto, para lo cual se consideran algunos recursos prácticos y metodológicos
en interacción con el texto a lo largo de la guía. Es importante recomendar, que al final de cada
capítulo, se proponen autoevaluaciones que le permitan al estudiante saber el estado actual de la
asimilación de su conocimiento.
4.2. Complementaria
Con esta pequeña bibliografía pretendemos orientar al alumnado acerca de algunos de los principales
textos escritos sobre Ética y Éticas Aplicadas en el mundo hispánico. No debemos olvidar que la reflexión
ética comenzó en la Grecia clásica, y se prolongó en las culturas latinas y durante el Cristianismo. Las
culturas de lengua latina, y comenzado desde el romano Séneca hasta nuestros días, se ha preocupado
por temas éticos desde sus orígenes. Aquí recogemos algunos textos que nos parecen pueden ayudar
al alumno/a durante este Componente de manera complementaria. Y, esperamos, también después de
sus estudios.
En español:
Beauchamp, T & Childress. J.F., (1999). Principios de ética biomédica, Barcelona, Ed. Masson.
Berlin, I., (2002). El fuste torcido de la humanidad, Barcelona, Península,. (trad. del inglés; primera edición:
1992).
Cañas, José Luis, (2004). Antropología de las Adicciones. Psicoterapia y Rehumanización, Madrid, Ed.
Dykinson, (2° ed., Guatemala; 3° ed., Costa Rica).
Cañas, J.L., Domínguez, X.M., Burgos, J.M. (2013) (eds.), Introducción a la Psicología Personalista, Madrid,
Dykinson.
Cohen, M., (2012). 101 Dilemas éticos, Madrid, Alianza Editorial, (Segunda Edición).
Chamarro Lusar, A. (2007). (ed.), Ética del psicólogo, Bogotá, Ed. UOC.
De Rivas Manzano, R., Psicoética. Guía Didáctica, Loja, Editorial UTPL, 2011.
Durand-Dassier, J. (1994) Psicoteraria sin Psicoterapeuta; trad. esp.: Madrid, Editorial Marova, (2° ed.).
Gatti, Guido, (1997). Ética de las profesiones formativas. Bogotá. Editorial San Pablo.
Gómez, C. y Muguerza, J., (2007). Las aventuras de la moralidad (Paradigmas, fronteras y problemas de la
ética), Alianza, Madrid.
López Castellón, E., (1972). Psicología científica y ética actual, Madrid, Editorial Fragua.
López Castellón, E. y Velázquez Jordana, J.L., (2005). Ética y Filosofía Política (1970-2000), Madrid, Ediciones
de la UAM (Colección Cuadernos de Apoyo).
Piñas Mesa, A., (2012). Procesos de cambio en la persona. Llegar a ser quien soy, Madrid, Fundación E.
Mounier.
Rielo Pardal, F., (2011). “Humanismo de Cristo y sicoética”, en El Humanismo de Cristo, Madrid, Ed.
Fundación F. Rielo (Colección de Apologética Forense), pp. 105-131.
Rielo Pardal, F., (2012). Concepción mística de la Antropología, Madrid, Fundación F. Rielo.
Sánchez Cuesta, M., (2003). Ética para la vida cotidiana. Madrid, Ediciones del Orto.
Sánchez Cuesta, M., (2013). Preguntas éticas fundamentales. Madrid, Ediciones del Orto.
Spaemann, R., (2005) Ética: cuestiones fundamentales, Navarra, Ed. EUNSA, (Primera edición 1982).
Con esta pequeña bibliografía -en lenguas no españolas-, pretendemos apuntar algunos de los principales
textos escritos sobre Ética y Éticas Aplicadas en el mundo no hispánico. No debemos olvidar que la
reflexión ética comenzó en la Grecia clásica, y se prolongó en las culturas latinas y durante el Cristianismo.
Pero es una verdad que no se le escapa a nadie que, desde el siglo XVIII, el mundo anglosajón ha prestado
una especial atención exquisita a los temas ético-morales y de la ética aplicada. Aquí recogemos algunos
textos que nos parecen pueden ayudar al alumno/a, de manera complementaria, e, incluso, después de
sus estudios.
Baier, Annette C., (2008). Moral Prejudices. Essays on Ethics, Cambridge, Harvard University Press.
Barberis, M., (2006). Ética per Giuristi, Roma, Gius. Laterza & Figli.
Barnett, R., (1998). The Structure of Liberty. Justice and the Rule of Law, Oxford, Clarendon.
Dworkin, R., (1990). A bill of Rights for Britain, London, Chatto & Windus.
Galston, W. (2005). The Practice of Liberal Pluralism, Cambridge, Cambridge University Press.
Gayling, W. y Jennings, B., (2003). The Perversión of Autonomy, Washington, Georgetown U. Press.
Gross, D.M., (2006). The Secret History of Emotion. From Aristotle´s Rethoric to modern Brain Science,
Chicago, The University of Chicago Press. Hare, R.M., Moral Thinking, Oxford, Clarendon Press, 1981.
Lilla, M.; Dworkin, R., y Silvers, R. (eds.), (2001). The Legacy of Isaiah Berlin, New York, New York Review of
Books.
MacMurrin S.M. (ed.), (1980). The Tanner Lectures on Human Values, Salt Lake City, University of Utah Press.
Margalit E., y Margalit A., (eds.), (1991). Isaiah Berlin. A Celebration, London, Hogarth.
Mason, H., (ed.), (1996). Moral Dilemmas and Moral Theory, New York, Oxford University Press.
Mendus, S., (1989). Tolerence and the Limis of Liberalism, London, MacMillan.
Nash, Robert, J., (1997). Answering the <Virtuecrats>. A Moral conversation on Character Education, Nueva
York, Teacher College Press.
Nussbaum, M., (2001). Upheavals of Thought. The Intelligence of Emotions, Cambridge, Cambdrige U. Press.
Pera, M., y Ratzinger, J., (2004). Senza radici. Europa, relativismo, cristianesimo, islam, Milano, Mondadori.
Peters, R.S., (1974). Psychology and Ethical Development, Oxford, Unwin University Books.
Ryan, A., (ed.), (1979). The idea of Freedom. Essays in Honour of Isaiah Berlin, Oxford, Oxford University
Press.
Stevenson, C., (1944). Ethics and Language, New Haven, Yale University Press.
Stevenson, C. (ed.), (1973). Facts and Values. Studies in Ethical Analysis, New Haven,Yale University Press.
Weber, M., (1917). Der Sinn der <<Wertfreiheit>> der soziologischen und ökonosmischen Wissenshaften.
Williams, B., (1973). Problems of the Self. Philosophical Papers (1957-1972), Cambridge, Cambridge U.
Press,m.
Wilson, John; Williams, Norman y Sugarman, Barry, (1967). Introduction to Moral Education,
Harmondsworth, Penguin.
A continuación se ha desarrollado una serie de sugerencias que le ayudarán a lograr un estudio exitoso:
Ser estudiante y cumplir las exigencias formativas de la profesión que usted ha elegido requiere de
mucha disciplina y dedicación. Esto le permitirá adquirir nuevos conocimientos y aprendizajes desde un
ámbito conceptual, significativo, reflexivo y formativo.
La motivación, la disposición y el entusiasmo para su estudio, es fundamental para lograr sus metas
anheladas. Usted está llamado a trascender en la vida y no debe perder la ocasión de formarse. Recuerde
que usted tiene grandes fortalezas y potencialidades, talentos que debe ponerlos en práctica para no
perderlos.
Para un eficiente aprendizaje, debe organizar su trabajo y utilizar los recursos y técnicas de estudio que
se indican, así como los que haya incorporado en sus estudios anteriores. A continuación se presentan
algunas recomendaciones para el estudio del presente módulo:
•• Hay que empezar planificando las actividades de todas las temáticas y estar dispuesto a cumplirlas.
Dentro de ello, es necesario hacer un horario tomando en cuenta el tiempo mínimo para el
desarrollo de las actividades.
•• Distribuya adecuadamente el tiempo para una mayor efectividad del aprendizaje, de tal manera
que no se acumule de trabajo para última hora. Dedique cada día por lo menos dos horas para el
estudio durante la semana.
•• Antes de iniciar sus actividades de estudio disponga de un lugar adecuado e iluminado, tenga
a mano todos los materiales necesarios: texto básico, guía didáctica, diccionario, lápices,
esferográficos, etc.
•• Inicie su estudio con una lectura atenta y reflexiva del texto básico y la guía desde su introducción,
los objetivos, los contenidos, la bibliografía, las orientaciones, las actividades recomendadas
para el estudio y los respectivos anexos, para tener una visión panorámica y descubrir los
conceptos principales que se van a abordar a fin de que adquiera, asimile y se apropie de nuevos
conocimientos.
•• Evite en lo posible perturbaciones de toda clase: ruido, música, televisión y otras. Más bien
forme un ambiente adecuado para la lectura reflexiva y para la elaboración de las actividades
encomendadas.
•• Elabore resúmenes, cuadros sinópticos, tablas, gráficos, subrayado, anotaciones marginales, etc.,
que le permitan construir su conocimiento y recordar lo aprendido, así como analizar críticamente,
sintetizar ideas, establecer categorías, valorar sistemas de pensamiento, proponer alternativas y
otras acciones acordes con lo aprendido.
•• Remítase a la planificación que se presenta en el numeral 6.2. Planificación para el trabajo del
alumno. Esto le permitirá avanzar a un ritmo adecuado y desarrollar las tareas propuestas.
•• Reflexione en los puntos que se proponen para el efecto: las actividades recomendadas; las
autoevaluaciones que se incluyen al final de cada unidad y la solución de las mismas se encuentra
al final de la guía didáctica; en fin, propóngase preguntas sobre los temas estudiados.
•• Desarrolle las evaluaciones a distancia, las mismas que sirven como una estrategia de aprendizaje,
y envíelas de acuerdo a las fechas establecidas. Estas evaluaciones son obligatorias y no
recuperables.
•• Utilice los recursos web que se encuentran en Internet, como: biblioteca virtual, videoconferencias,
recursos educativos abiertos (REA).
Por su participación en ciertas actividades del EVA (video colaboración, foro y chat) en cada bimestre,
usted podrá obtener 3 puntos que completará la nota obtenida en la evaluación a distancia; esto quiere
decir que si obtiene en la misma menos de 6 puntos podrá incrementar su nota.
14
PRIMER BIMESTRE
La materia de Psicoética es de Formación Básica y, por su naturaleza, está dirigida a desarrollar las competencias genéricas declaradas por la UTPL.
Concretamente en esta materia se desarrollarán, entre los dos bimestres, las siguientes:
Competencias Contenidos
Competencias específicas Tiempo de
específicas de Actividades de aprendizaje Indicadores de aprendizaje
del componente educativo Unidades dedicación
Titulación
Vivencia de los valores “Desarrollar la visión Unidad 1. Psicología, ética y Leer y analizar las páginas Identifica los fundamentos y Semanas 1 y 2
universales del humanística profesional, antropología correspondientes a los apartados los aspectos esenciales de la
6 horas de
humanismo de Cristo. para orientar las realidades 1.1. Comenzar con la lectura de psicología, ética y
1.1. El profesional de la Psicología y autoestudio
que afectan el desarrollo de manera reflexiva del apartado1.2. antropología de manera clara
Pensamiento crítico y su «Ethos»
la persona, en sus diferentes y precisa 4 horas de
reflexivo. 1.2. Implicaciones éticas de las Leer el Epílogo del libro: Principios
ambientes, familiares, interacción
y Normas.
Compromiso e sociales, educativos, antropologías subyacentes a las
profesionales”. ( Objetivo nº 6 teorías psicológicas. (por cada
implicación social.
de la Escuela de CC. semana)
PRIMER BIMESTRE
15
Titulación
Unidad 2. Principios éticos para la Ejemplificar otros textos, éticos o Reconoce desde un Semanas 3 y 4
investigación psicológica y psiquiátrica legales. compromiso ético el ámbito
6 horas de
personal, profesional y social
2.1. Principales dificultades éticas -Realizar una lectura reflexiva del autoestudio
de cada ser humano
2.2. Principios y criterios éticos para texto básico (Tenga en cuenta las
4 horas de
la investigación indicaciones y el modo de
interacción
redacción y cita científica de
referencias bibliográficas. (por cada
semana)
Unidad 3. La ley y la ética en Leer comprensivamente la unidad Reflexiona y aplica a su vida Semanas 5 y 6
psicología 3 del texto básico y las los principios éticos con la
4 horas de
orientaciones de la guía didáctica finalidad de resolver
3.1. La psicología y psiquiatría autoestudio
sobre la unidad. situaciones conflictivas en el
jurídica
ámbito profesional, laboral y 6 horas de
3.2. La mala práctica psicológica Hacer un mapa conceptual sobre
social. interacción
los grupos intermedios.
(por cada
Desarrollar las actividades
semana)
recomendadas en la unidad 3.
Semanas 7 y 8
Contestar la autoevaluación
propuesta en la unidad 3 de la guía
Guía didáctica: Psicoética
4 horas de
didáctica. autoestudio
Interacción en el EVA. 6 horas de
interacción
Participar en el foro propuesto en
EVA. (por cada
semana)
Entrega en el centro universitario
de la evaluación a distancia.
Preparación para la evaluación
presencial
Total de horas 80 horas
PRIMER BIMESTRE
1. Autoevaluación *
distancia ** presencial
3. Coevaluación
Interacción en el
Parte de ensayo
Prueba objetiva
Parte objetiva
EVA***
Competencia: criterio
Comportamiento ético X X X X X
Cumplimiento, puntualidad,
Actitudes
responsabilidad
X X X X X
Creatividad e iniciativa X X X
Habilidades
Contribución en el trabajo
colaborativo y de equipo
X
presenciales y en el
Estrategia de
aprendizaje
Actividades
en el EVA: 3
bimestre
Actividades
EVA
Puntaje 2 4 6 14
TOTAL 20 puntos
Para aprobar el componente se requiere obtener un puntaje mínimo de 28/40 puntos, que equivale al 70%.
* Son estrategias de aprendizaje, no tienen calificación; pero debe responderlas con el fin de autocomprobar su
proceso de aprendizaje.
** Recuerde: que la evaluación a distancia del primero y segundo bimestre consta de dos partes: una objetiva y otra de
ensayo, debe desarrollarla y enviarla a través del EVA según las fechas establecidas.
*** Estrategias de aprendizaje opcionales y de tipo colaborativa: foro, chat y video colaboración con una valoración de
un punto cada una.
Señor estudiante:
Tenga presente que la finalidad de la valoración cualitativa es
principalmente formativa.
Al iniciar la presente unidad es importante la motivación para aprender y de unir los conocimientos con nuestra
vida. Esta guía está hecha para acompañarle en el mejor manejo del texto básico. Iniciamos extendiéndoles
nuestras felicitaciones por haber decidido continuar formándose y alcanzar una nueva meta en sus vidas a
pesar de las dificultades que se presentan en el camino.
De esta manera tenga presente que usted es una persona que si puede lograr todas sus propuestas con
dedicación y entusiasmo
Los “capítulos” que se mencionan en la presente Guía didáctica, en cada una de las Unidades se
corresponden con el libro de França-Tarragó mencionado en la bibliografía básica y obligatoria.
En la asignatura de Psicoética, coincidimos con las líneas de propuesta e interpretación que la Dra.
Rosario de Rivas Manzano ya iniciara en la edición anterior2: se pretende con este modesto trabajo, y
desde dos aspectos que se complementan, desarrollar, en primer lugar, (a) “la necesidad de profundizar
y ser conscientes de la ética que se debe practicar en el ejercicio profesional de la Psicología; así como
en cualquier otra profesión. Para ello [se toma] como referencia el libro de Omar França-Tarragó, Ética
para psicólogos (…)”. Así como también se busca, y en segundo lugar, (b) recoger con esta asignatura
“otra dimensión […] más compleja de lo que comúnmente se entiende en la Psicoética (como una ética
para la psicología), [y hacerlo a través de] un planteamiento más profundo, y esto lo vamos a ver a través
del texto complementario de Mis meditaciones sobre el Modelo Genético, de Fernando Rielo Pardal, en
el cual dos de los capítulos [capítulo 2: “Tratamiento psicoético de la Educación” y capítulo 3: “Filosofía
Psicoética”] se refieren a esta concepción psicoética que va más allá de la ética y de la psicología, siendo
un aporte original a las ciencias experienciales, como es el caso de la psicología”. Estos son, pues, los dos
planteamientos de los que nace este texto.
Para ello debemos tener en cuenta que la Psicología surge como una disciplina autónoma a la
que dedicarse desde, al menos, finales del siglo XIX (si no tenemos en cuenta lo que sobre “Psicología
Filosófica” escribiera Wolff en el siglo XVIII), y lo hace con el alemán W. Wundt. Hasta Wundt, no se podía
sino hablar de “psicofisiología”, una ciencia médica muy puntera en aquellos años y que se ocupaba
tanto de la psiqué (mente) como de la physis (naturaleza física), en un todo indiferenciado, para afirmar
que el ser humano estaba compuesto de “mente” y “cuerpo” y que no se podía estudiar una sin la otra.
Sin embargo, e iniciándose esta separación en el contexto alemán de Wundt, comenzarían a desgajarse
ambas ramas de la que era una única disciplina –psicofisiología-, cobrando una esfera propia la
denominada “psicología” -ya sin “fisio” ( es decir: physis) de por medio-, e incluso situándose en un grado
de superioridad con relación a la “fisiología”, la cual quedó, prácticamente hasta nuestros días, como un
mero conocimiento de lo corporal y de su física. De este modo, y hasta esta separación que acaeció hace
poco más de cien años, las personas que se habían dedicado a estudiar el ámbito de lo “psicológico” (o
más precisamente, de la psyqué), eran, exclusivamente los Filósofos: y fue Aristóteles –el filósofo griego
que vivió en el s. IV a. de C.-, el primero que incluyó la palabra “Psyqué” en un libro: así, “Acerca del Alma”,
fue el primer tratado de lo que hoy podemos denominar como “Psicología”.
2 De Rivas Manzano, Rosario, Psicoética. Guía Diáctica, Loja, Editorial UTPL, 2011, p. 5 [28 págs.]
En resumidas cuentas, nos interesa ahora retener que de esa “ciencia del cuerpo y de la mente”
(psicofisiología) surgida en el siglo XIX, evolucionó hasta la psicología –no antes sin grandes críticas y
problemas; y muchos, dicho sea de paso, no resueltos aún-, y hoy hablamos ya de una “Psicología”, e
incluso, como de una Ciencia Social empírica, comprobable y confiable.
Por todo lo dicho hasta aquí, en esta asignatura se pretende hacer ver que la Psicoética es, en principio,
un estudio ético de la conducta del psicólogo –conducta que debe transmitir, y lograr, a sí mismo y a
sus pacientes- en el día a día de su profesión. De hecho, hoy día debemos diferenciar entre “Psicoética” y
“Bioética”, pues ésta estudia, en general, los problemas éticos de la vida (bios, vida), incluyendo la vida en
su aspecto psíquico. Entonces, lo que debemos preguntarnos es: ¿y en qué se diferencia la Bioética de la
Psicoética? Pues, en primer acercamiento, podemos afirmar que en esta asignatura nos vamos a plantear
los problemas de la relación que se establecen entre los pacientes y los profesionales de la Psicología, y,
en este sentido, cabe señalar que la Psicoética profundiza en el problema ético que surge en la práctica
del profesional de la salud psicológica. Pero, como podemos intuir ya con los dicho hasta ahora, cabe
afirmar que tras los términos “profesional” y “paciente”, se esconden –en el fondo- “personas”, y, como
trataremos de hacer entender, es necesario un estudio integral sobre ésta –es decir: una antropología
humanizadora, e incluso, rehumanizadora (véase la bibliografía)-, de cara a conocer cómo resolver
nuestros problemas ya estén estos relacionados con nuestra physis (naturaleza; “cuerpo”), nuestra psiquè
(psicológicos o “mentales”), o de tipo espiritual (pneuma, o “aliento”, conocido coloquialmente como
“alma”). Pues todos ellos –cuerpo, mente y alma, son un todo que forman el carácter de la persona: el
ethos. Iniciemos, pues, con aliento nuestro trabajo.
Los temas de esta unidad los puede revisar en los capítulos 1 y 2 del texto básico)
Podemos comenzar diciendo que nuestro acercamiento a la Ética -antigua disciplina que, si vamos
más allá de la Golden Rule3 común a todas las religiones y éticas ancestrales, se asentaría por vez primera
en textos de la tradición occidental, especialmente en la Biblia, así como posteriormente se consolidaría
con la filosofía del griego Aristóteles -384/322 antes de Cristo (si bien éste planteamiento ya estaba
en filósofos presocráticos, en el propio Sócrates y en el discípulo de éste: Platón)-, es una disciplina
de la Filosofía que, para su adecuado arrostramiento (es decir, para hacerle “cara” lo mejor posible),
necesita previamente diferenciar entre “doctrinas éticas “ y “teorías éticas”: las primeras, tienen un
alcance “prescriptivo” y “normativo” (es decir, que preescriben lo que debemos hacer, y no podemos, en
consecuencia, evitar); las segundas, por el contario, un alcance meramente “descriptivo” y “cognoscitivo”.
En el estudio de la Ética, desde ambas perspectivas –prescriptiva/doctrinaria y descriptiva/teórica-,
podremos entender mejor en qué consiste esta (misteriosa) Ética de la que hablamos.
Pero no sólo está la asimilación de la ética a un “nivel individual”: sino que las personas componemos
una sociedad, y, por ello, es fundamental mejora la calidad ética que tenga una sociedad.
Así pues, es necesario comprender que el papel que la Ética tenga en una sociedad es pieza clave
en el éxito de esa sociedad. Prueba del creciente de ello, es el papel crucial que la Ética ha comenzado
a alcanzar, de nuevo, hoy día: ya que sabemos que la Ética está en constante desarrollo, pues tenemos
clara pruebas de ello:
“el nacimiento y proliferación de comités de ética en los diversos campos de la vida social (…) [es
un] claro síntoma de que la ética, además de su tarea [clásica de ser] fundamentadora de lo moral,
tiene hoy una función que cumplir, urgente e importante (…), [en] ámbitos [como el] empresarial,
financiero, político, informático, sanitario [en los cuales] nacen comités éticos”6.
Así pues, las empresas no sólo tienen su “Responsabilidad Social Corporativa”, sino que, además, han
comenzado distintos comités éticos en distintas disciplinas: médicas (Bioética), tecnológicas (Ética de
3 La Regla de Oro de todas las religiones: “no hacer al prójimo lo que no le gustaría a uno que le hiciesen”.
4 Literalmente: “caracterizado por estar libre de valoración” (Wert, “Valor”; Freiheit, “propiedad de estar libre”) [Mientras no se
indique lo contrario, las traducciones que figuran en la presente Guìa son del autor de la misma].
5 Cfr. Barberis, M, “Ética para juristas”, Madrid, Trotta, 2006 (trad. cast.: 2008) , pp. 11-12.
6 Según Adela Cortina, en J. Muguerza, «Racionalidad, fundamentación y aplicación de la ética», pp. 333-381, en C. Gómez
y J. Muguerza, Las aventuras de la moralidad (Paradigmas, fronteras y problemas de la ética), Alianza, Madrid 2007, p. 372.
las Nuevas Tecnología), científicas (Éticas de las Investigación Social; Ética de la Investigación Científica,
etc.).
Así, y sin olvidar la diferenciación entre éticas normativas y descriptivas que mencionábamos al
comienzo de esta unidad, la ampliación del estudio de la ética podría abordarse —al menos— desde
cuatro perspectivas:
(1) como la presentación de los principales conceptos y terminología, ofreciendo al mismo tiempo
una visión histórico-cultural de la ética;
(2) como un estudio de la ética en relación con la política —lo cual, dicho sea de paso (aunque algo
“al trote”), parecer que es a lo que ha derivado el estudio de la ética en los últimos cuarenta años7—;
(3) la exposición y crítica de diversos dilemas éticos (clásicos y contemporáneos)8; y, por último,
(4) la explicación de la ética a través del estudio de las éticas aplicadas, es decir – y es lo que
pretendemos en estas Guía Didáctica-, tras un previo repaso histórico-conceptual a la ética, aprender a
razonar sobre casos concretos de nuestra sociedad contemporánea, y, específicamente, en la ética de la
práctica psico-psiquiátrica.
En esta guía que aquí nos ocupa, excepto el apartado (2) y el (4), trataremos el resto.
Además de estos cuatro apartados, se puede hablar de un quinto apartado – que en realidad, ya
ha sido mencionado-, en el cual podríamos entender la ética como la necesidad del conocimiento de
sí mismo, para un adecuado arrostramiento de la vida individual y social, tanto en lo personal como en
lo laboral. En este caso, habría que entender la ética como una parte de la metafísica, es decir, como el
acto del conocimiento de uno mismo, y de cómo comportarse en consecuencia. No obstante, para este
conocimiento reflexivo del ser ético de cada uno, instropectivamente, suele ayudar el conocimiento –si
quiera, en forma de una breve exposición- de la historia de la ética: consideraremos aquí , pues, algunas
las ventajas de una ética entendida como historia del conocimiento de sí mismo –en un sentido moral-,
para después prestar especial atención a una de las éticas aplicadas, las cuales consideramos —como ya
hemos dicho— facilitadoras del desarrollo y de la potenciación del razonamiento ético y moral: la ética
de la Psicología o Psicoética.
PUNTO DE REFLEXIÓN:
7 Desde los años 70 la caracterización de la ética viene siendo más compleja: (a) no sólo algunos autores han tratado ésta de
tal manera que se han difuminado demasiado los límites «entre la ética y la filosofía política» —llegándolos a confudir—
sino que incluso, (b) para otros, «las relaciones interpersonales representan el locus preferente» de su aplicación. E. López
Castellón y J.L. Velázquez Jordana, Ética y Filosofía Política (1970-2000), Madrid, Ediciones de la UAM (Colección Cuadernos
de Apoyo), 2005, p. 7.
En esta Guía Docente de “Psicoética”, como es natural, nos centraremos en los aspecto más éticos de la Ética, dejando a un lado
los aspectos políticos de la misma –si bien, en algún punto, tendremos que hacer referencia a la politica: sin ir más lejos, en
la teoría ético-polítio que ha renovado la cultura contemporanéa en la política, desde que en 1971 John Rawls publicara
su “Teoría de la Justicia”, y en la cual proponía una teoría ético-polítca que iba más allá de la éticas utilitarias, pero también
superaba la ética marxista.
8 Sobre este aspecto de la ética –su casuísitica-, y a pesar de ser tan crucial para conocer casos concretos y posibles
resoluciones, no es objeto de la presente Guía. No obstante, para conocer cómo “resolver” distintos dilemas de la ética,
leáse con provecho: Martin Cohen, 101 Dilemas éticos, Madrid, Alianza Editorial, 2012 (Segunda Edición).
Actividad recomendada
1. Lea la guía a la par que el libro de Tarragó, y, en la última parte de la asignatura, vaya
realizando los trabajos propuestos, los exámenes, al tiempo que ejercite las actividades
y deténgase en los puntos de reflexión propuestos al final de cada capítulo.
2. Realice una lectura comprensiva de toda la unidad 1 sobre las relaciones que existen
entre psicoética, ética, antropología aplicado en el campo profesional.
3. Establezca un compromiso personal en base a la lectura de esta primera unidad. Puede
ser, por ejemplo: conversar con otras personas para dialogar sobre el respeto a la
persona humana de manera integral
Hemos concluido esta temática ¡Debe sentirse feliz y con ganas siempre de continuar alcanzando sus logros!
Así que, luego de una breve pausa, continuamos con el estudio de los siguientes temas de la unidad.
Definición de Professio: en la Edad Media (es decir desde el siglo V d.. de C. en adelante) “consagración
religiosa monástica” implicaba que alguien ingresaba mediante compromiso público. Eso era lo que
significó, en un primer momento, la palabra professio. En lenguas romances, posteriormente “profesión”
empezó a usarse para definir a “personas que ejercen determinada actividad humana con dedicación y
consagración total” (v.g. : profesiones liberales).
Como podemos leer al comienzo del texto básico –el de Francà-Tarragó-, actualmente, los sociólogos
definen “profesión” como:
“Grupo humano que tiene un cuerpo coherente de conocimientos específicos y usa una teoría
unificadora aceptada ampliamente por miembros; capacidades y técnicas particulares basadas en
esos conocimientos; lo que les hace acreedores de un prestigio social reconocido, y que genera
expectativas de confiabilidad moral”.
En esta definición aparece el término moral: es necesaria una ética, un ETHOS. Ahora veremos en qué
términos. Y no olvidemos que el filósofo francés Jacques Derrida (en Universidad sin condición, 2001),
definía “profesión” como: “profesar verdad, profesar de sí”.
•• El Ethos:
El término ethos no significa solamente “ética”, sino que en griego clásico se refiere al “carácter” de alguien,
de algo.
Así, al hablar del ethos de una profesión, nos estamos refiriendo a la adhesión de todos sus miembros
a determinados valores éticos, los cuales van conformando una tradición valorativa de las conductas
profesionalmente éticas.
(Por ejemplo: Silencio y Profesores. En un grupo de profesores que trabajan en conjunto en un mismo
espacio, se valora el silencio como bien principal para la concentración, la cual es necesario para
poder leer y escribir, permitiendo que cada uno de los profesores se puede preparar las clases, sus
investigaciones, etc…)
De esta manera, el ethos se convierte en una especie de “estímulo mutuo entre colegas, para que cada
uno se mantenga fiel a su responsabilidad, evitando toda posible desviación de los patrones” que
normalmente funcionan.
Llegados a este punto de acuerdo y de mutuo respeto entre los profesionales de un área, se forjan los
valores que constituyen y dignifican una profesión. Es en este momento cuando podemos hablar de
una “Ética Profesional”. Es obligatorio recordar que la “Ética profesional” es una rama de la “Ética”, la cual
a su vez es una rama de la “Filosofía”, la cual -dicho sea de paso- surgió en Grecia, hacia el siglo V antes
de Cristo.
Esto implica, en consecuencia, que la Historia de la Ética tiene ya 2.500 años, y que sería conveniente
conocer algo de su historia para saber mejor cómo formar el ethos o carácter de una profesión. Así pues,
para formar “el carácter ético” que debe tener una profesión debemos buscar “la objetividad” (y no la
subjetividad) de las acciones humanas, es decir: intentar encontrar “aquellos criterios universales que
eliminan el azar en las relaciones humanas”.
PUNTO DE REFLEXIÓN
¿Cómo se conoce realmente a una persona que es coherente entre el pensar, decir y hacer en
lo personal frente a los demás desde un ámbito positivo, lo que entusiasma y da esperanza?
Actividad recomendada
1. Haga un relato breve sobre los hechos positivos que le han motivado a ser mejor
persona.
2. Le invito a ver una película en que algún personaje de la misma tenga una visión
trascendente de la persona, que sea líder y tenga una influencia positiva hacia los demás
desde la calidez humana, esto le ayudará a entender mejor la Ética y el sentido de su
vocación profesional.
Si usted no logra responder adecuadamente a todas las preguntas planteadas, le ánimo a que revise el
capítulo en el texto básico. Finalmente, si usted tiene dudas, le invito a llamar a su tutor para que le brinde la
asesoría.
“El sabio comienza por hacer lo que quiere enseñar y después enseña”
Confucio
Luego de haber reflexionado y analizado lo relacionado con la Ética y la profesión, en la presente unidad
conoceremos al mismo tiempo aspectos importantes de la psicoética y su incidencia en la vida profesional.
Le recomiendo realizar una lectura reflexiva en el texto básico sobre la unidad mencionada, con la finalidad
de que usted pueda analizar y tener argumentos claves para comprender mejor la psicoética. Iniciamos
puntualizando lo siguiente:
Debemos tener en cuenta que la Psicología nace como una profesión a la que dedicarse
profesionalmente a finales de siglo XIX, con el alemán Wilhelm Wundt.
De este modo, hasta hace poco más de cien años las personas que se dedicaban a estudiar el ámbito de
lo psicológico eran, de nuevo, los filósofos: fue Aristóteles –filósofo griego que vivió en el siglo IV antes
de C.- el primero que escribió un libro con ese título: Psyqué.
De hecho, el primer nombre que recibió la psicología en cuanto ciencia fue en el siglo XIX y era:
psicofisiología. Era practicada por médicos. Esta larga palabra, compuestas por vocablos griegos, se
refiere a dos entidades:
-- psyqué
-- physis
Es decir: era la “ciencia de la mente y del cuerpo”. Posteriormente, se pensó en que se podía hacer una
ciencia estrictamente de la mente, naciendo así la psicología.
¿Para qué esta larga introducción histórica y etimológica? Para diferenciar la Psicoética de la Bioética, ya
que la bioética estudia los problemas éticos de la vida (bios, en griego), incluyendo la “vida en su aspecto
psíquico”. ¿Y en qué se diferencia de la Psicoética? En que nuestra asignatura, que aquí vamos a estudiar,
se plantea “los problemas de la relación que se establece entre los pacientes y los profesionales de la
psicología”. En este sentido, cabe señalar que la psicoética profundiza en el problema ético que surge
en la práctica de la profesión de Psicólogo (y/o Psiquiatra), pero también – y como se verá en el capítulo
final de la misma-, la interacción armónica humana, consciente y deliberada, entre el cuerpo, el alma
y el espíritu: proyección que no sólo debe representar el buen Psicólogo ante el Paciente, sino que, al
tiempo, debe alcanza el paciente con la ayuda del psicólogo.
Entremos, en este punto del texto, y con más detalle, en el nacimiento de las “éticas profesionales”,
sin perder de vista cómo se originó la Ética.
PUNTO DE REFLEXIÓN
Según su criterio como analiza la frase mencionada en la presente unidad sobre la definición
de la Psicoética: “ciencia de la mente y del cuerpo”.
¡Hemos terminado el presente tema! ¡Cuánto entusiasmo y compromiso de haber estudiado y reflexionado!
Un mejor desempeño dependerá también de un de un espacio de descanso. De esta manera usted está
preparado para continuar con el estudio de la siguiente unidad.
“La vida es fascinante, sólo hay que mirarla a través de las gafas correctas”
Alexandre Dumas
Conforme avance en el estudio, encontrará temas más interesantes que le permitirán ir adquiriendo nuevos
conocimientos.
Le invito a continuar siempre con tranquilidad en el estudio de la presente unidad referente a la Ética
profesional.
Es importante realizar una lectura del texto básico sobre los que factores influyen en situaciones éticos
en el ámbito profesional sean difíciles de resolverlos en algunas circunstancias y al mismo tiempo pautas
para dar solución a los mismos.
Dentro de las éticas profesionales –sobre las que comentábamos al inicio de esta Guía-, debemos
resaltar que la Bioética es el estudio sistemático de todos los problemas éticos que están relacionados
con las ciencias de la vida o “biología” (bios, vida; logos, ciencia, estudio). Así pues, la “Bioética” como
saber contemporáneo ocupa un lugar muy destacado, y hay posibilidades múltiples de hacer “ética de…”
(Entendida ésta como un saber reflexivo y de segundo orden; pero no por ello menor en importancia),
acerca de cualquier problema que ocupe a la vida9.
No obstante, debemos aclarar que si nos referimos a la “vida” en un sentido psíquico –estado consciente
específicamente humano-, entraríamos con su definición en un ámbito el cual sabemos estudia hoy día
la Psicología (si bien es cierto que, recordemos, ésta arrancó con Aristóteles, pues no olvidemos que uno
de los primeros libros sobre esta línea de pensamiento la inauguraría el autor griego: nos referimos, claro
está, a su “Acerca del alma”, obra del siglo IV a. de C.). Es en este sentido, decíamos, en el que podemos
9 Y no sólo “de la vida”, pues incluso, y recientemente, se ha hablado de “Tanatoética”. Al respecto, véase la obra del filósofo
español Enrique Bonete Perales.
hablar de Psicoética: como una ética cuyo objeto especializado de estudio son los problemas de la
Psicología (o, incluso, de la Psiquiatría; aunque ésta es una especialidad médica, y puede en consecuencia
incluirse otros problemas éticos en los cuales aquí no podemos entrar), siempre y cuando entendamos
que la Psicoética –o Ética de la Psicología- es un campo de la reflexión moral en el cual se plantea la
práctica psicológica diaria del profesional de la salud psicológica, al darse en esta práctica constantes
dilemas10 éticos en la relación que se establece entre los pacientes y los profesionales de la salud, y
teniendo en cuenta la necesidad que tiene el terapeuta de resolverlos para su trabajo.
No obstante, y dicho lo anterior, hay que aclarar que antiguamente la Psicoética se refería a la parte
normativa de la Ética de las Profesiones, y que se denominaba la “Deontología Profesional”, pero esta
definición (que traducida literalmente queda algo así como: “lo que se debe hacer en una profesión”)
es totalmente inapropiada. Y lo es – y tal y como señala Tarragó en su libro, pp. 20 y siguientes- por dos
motivos:
a. La deontología se ocupa de los “deberes profesionales” de una profesión. Hasta aquí, todo bien;
sólo hay un pequeño problema: el psicólogo, el psiquiatra o el paciente no son solo “profesionales”,
sino que también son personas. Esto quiere decir que la Psicoética no es un estudio que se ocupa
de una relación condicionada exclusivamente por uno de los dos polos de la relación (es decir: no
es más importante un lado que el otro; no tiene mayor peso el psicólogo que el paciente), sino
que, más bien al contrario, tanto A -es decir: el profesional de la salud, ya sea terapeuta, psicólogo
o psiquiatra-, como B -el paciente- están condicionados entre sí. O, lo que es lo mismo –y tal y
como señala França-Tarragó con un lenguaje contemporáneo propio de la lógica matemática- no
se trata de una relación “monádica”, sino de una relación “diádica” (“diádica”, al menos…-podríamos
añadir nosotros-, pues indirectamente entran otros factores sociales y/o personas en juegos en la
relación paciente-profesional de la salud).
b. El segundo de los motivos estriba en que tanto el paciente como el psicólogo -ambos- tienen
derechos y deberes: es decir, tanto A como B, forman parte de la sociedad (y no sólo de cierto
“corporativismo”: “yo soy psicólogo”, “pertenezco como socio de honor al colegio de Terapeutas”,
etc.), y nunca se debe olvidar la perspectiva humanista. Obviamente, esta perspectiva humanizadora
de los profesionales –y de los pacientes, naturalmente-, no quiere decir que no se valore el papel
fundamental del “organismo profesional”, pues los códigos éticos escritos y aprobados, son
fundamentales para el ejercicio de cualquier profesión.
En este momento11, pues, ha llegado hora de que conozcamos qué es –es decir: en qué consiste-, un
Código Ético: en primer lugar, se trata de una organización sistemática, exhaustiva, explícita y consensuada
por los profesionales, en donde constan las responsabilidades morales de los mismos, expresadas en
forma de “principios morales”, y de “normas morales”, así como también es el lugar en donde figuran las
expectativas de la población sobre estos profesionales (así como las expectativas sobre el paciente), y
cuya finalidad última es acercar al psicólogo a la sociedad, y que el trabajo bien realizado de aquél pueda
contribuir positivamente a la mejora de ésta. En definitiva: se trata de que el psicólogo sea “responsable”
–e, incluso, en el sentido socrático: “que pueda responder”, ante el paciente o ante la sociedad, cada vez
que se le solicite. En segundo lugar, un Código Ético es un esfuerzo por garantizar el ethos (carácter) de
una profesión: así pues, existen códigos éticos escritos de las Ciencias de la Comunicación; de la Ciencias
Naturales; de la Ciencias Médicas, etc… En definitiva, si sumamos ambas características, estamos en
condiciones de afirmar que un código ético es un valioso instrumento para una profesión. Pero no basta
hacer esta declaración de intenciones, sino que, asimismo, es necesario conocer cuáles son las funciones
propias y principales de los Códigos de Ética en las éticas profesionales: declarativa, identificativa,
informativa, discriminativa, metodológica, coercitiva y protectiva. La función declarativa de un código
ético tiene que ver con con ella se formula los valores fundamentales de una ética profesional; la
10 Recordemos que la definición clásica de “dilema” se puede recordar, esquemáticamente, con la siguiente expresión: “Optes
por A ó por B, obtendrás C; entonces, ¿cuál elegir?” (V.g.:“Si viajo en avión, tengo miedo; si viajo en coche, tengo miedo;
luego, viaje en avión o en coche, tengo miedo”).
11 França-Tarragó, Omar, Ética para psicólogos. Introducción a la Psicoética, Bilbao, Ed. Descleé de Brouwer, 1996, pp. 20 y ss.
identificativa, está relacionada con la identidad que se debe otorgar a los profesionales, tratando de
llegar éstos a una uniformidad de conducta; la informativa, por su parte, enumera los criterios, es decir,
cuáles son; la función discriminativa se refiere a tratar de diferenciar los diferentes actos lícitos, de los
ilícitos, etc.; la metodológica, sin embargo, pretende conocer cuál es el método para decidir; la coercitiva,
trata de averiguar cuál es la sanción a imponer para el control social de ciertas conductas nocivas en
la profesión, y, finalmente, la función protectiva está relacionada con la necesidad de proteger a los
profesionales, y defender su papel en la sociedad.
Así pues, el código de ética es un buen instrumento y guía pero puede adolecer de defectos: a) inducir a
pensar que “responsabilidad moral” implica meramente cumplir con lo escrito en esos códigos; b) estos
códigos pueden ser disarmónicos, pues pueden dar más importancia a las normas beneficiencia, y dejar
a un lado, por ejemplo, las de autonomía, etc..; c) asimismo, pueden inducir a pensar que las relaciones
individuales (entre psicólogo y paciente) son más importantes que su nivel social, etc.
Debemos, en este punto, hacer relación a los denominados“puntos de referencia básicos de la Psicoética”12.
Para ello, hay que asentar que hay que distinguir entre cuatro tipos: valores éticos, principios morales,
normas morales y juicios morales.
Para este trabajo nos ocuparemos, en primer lugar, de decir algunas palabras –si bien habría mucho
que decir, por otro lado…-, sobre los valores éticos: éstos son formas de comportarse que buscamos
y que para la planificación humana son irrenunciables. Así pues, decimos que “hay mucho que decir”,
pues trata de dilucidar cuál es el valor ético “máximo”o “último” dependerá de qué teoría ética se elija:
de este modo, y si somos aristotélicos, será el término medio el valor principal; si somos kantianos, sin
embargo, será el deber el objetivo que deberemos buscar por encima de todas las cosas; o, por otro lado,
si somos personalistas, entonces defenderemos que el hombre es siempre un “fin en sí mismo, nunca un
fin” –en esto coincide con Kant-, y nunca debemos hablar de “sujetos”, o “individuos”, sino de personas,
etc. En definitiva, se trata de que el valor último que escojamos, tarea no fácil, debe estar siempre en el
frontispicio de nuestros planteamiento profesionales, teniendo en cuenta que el objetivo principal de
nuestra profesión como profesionales de la salud psíquica estriba en la relación psiquiatra/psicólogo
con la persona: y se pretende una humanización o “perfeccionamiento de la persona humana” en el cual
“la persona humana sea tomada siempre como un fin y nunca como un medio”13.
En segundo lugar, tenemos los principios morales. Debemos decir, en consonancia con el texto seguido
aquí, que un principio moral es un imperativo categórico justificable para la razón humana. Así, vale
afirmar que un principio moral que es una guía y orientación en la cual se coloca la “dignidad humana”.
Por ello, se dice que toda persona es digna de respeto en su autonomía: y esto es un imperativo para toda
circunstancia, el cual, queda demostrado por la razón humana – y no por un mero criterio o argumento de
autoridad. Debemos decir que estos principios son tres: principio del respeto de la autonomía, tratando
la diferenciación entre autonomía y heteronomía en Kant (p. 29), principio del deber de beneficiencia,
con su idea de “primum non nocere”, o “primero de todo, no dañar” (p.25), y principio del deber de justicia
(pp.31-32), y referido, en última instancia, a la “posición original” que John Rawls expusiera en su texto de
1971, Teoría de la Justicia. Con relación al principio de autonomía hay que afirmar que sucede en aquel
momento en el que el ser humano trata de darse la ley “a sí mismo” –esta fue su primera definición, en la
Grecia Clásica-, si bien , posteriormente el concepto moderno lo postularía Inmanuel Kant (1724-1804)
y vendría a afirmar que el ser humano debe ser capaz de gobernarse a sí mismo por una norma que él
mismo acepta, y siempre, sin coerción.
12 França-Tarragó, Omar, Ética para psicólogos. Introducción a la Psicoética, Bilbao, Ed. Descleé de Brouwer, 1996, pp. 22 y ss.
13 Cfr. França-Tarragó, Omar, Ética para psicólogos. Introducción a la Psicoética, Bilbao, Ed. Descleé de Brouwer, 1996, p. 296.
Por último, y antes de comenzar a profundizar un poco más en cada uno de estos cruciales puntos
para nuestra asignatura, debemos decir algunas palabras acerca de las normas éticas; y son tres: la de
confidencialidad, la de veracidad y la de fidelidad.
PUNTO DE REFLEXIÓN
¿Qué significa saber resolver dificultades de los demás, teniendo presente la ética y los
principios de la bioética?
¿Frente a un problema difícil, cuáles son las decisiones adecuadas que usted ha asumiría en
el caso de la incidencia de la deontología para resolver cualquier situación?
Actividad recomendada
1. Haga una lista de todas las actividades y estrategias que usted implementaría para la
resolución de conflictos. Por ejemplo: una situación de actitud laboral, discusiones y
problemas familiares. Etc.
2. Converse con los miembros de su familia y con los compañeros de trabajo para
comprometerse a alguna actividad que permita mantener y mejorar la convivencia.
3. Realice creativamente un decálogo que le ayude en su lugar de trabajo y en su ámbito
familiar para mejorar la calidad humana.
“Al que no posee el don de maravillarse ni entusiasmarse más le valdría estar muerto, porque sus ojos están
cerrados” Albert Einstein
Al iniciar el siguiente tema reflexione sobre la importancia que tiene para el buen desarrollo de su ámbito
profesional al cual usted se está formando.
Le recomiendo realizar una lectura crítica y reflexiva sobre los principios éticos de la psicoética en el texto
básico, con la finalidad de que usted pueda analizar y tener presente para soluciones que podrían darse frente
a conflictos profesionales.
Por tanto, en esta unidad se muestra la responsabilidad y el sentido de hacer el máximo bien desde su
profesión y de cómo aportar para lograr mejores resultados.
Con relación al principio de Beneficiencia14, se trata de cumplir el deber de hacer el bien (o, al menos,
no perjudicar), así como de tener en cuenta la máxima de la ética médica, primum non nocere. Al respecto,
es necesario aclarar que algunos autores piensan que “no dañar” (non nocere) es más importante que
hacer el bien en sí. Por ejemplo: si vemos a alguien al borde de un río, es más obligatorio “no empujarle”,
que rescatarle si pide auxilio (lo cual es, también, absolutamente necesario –¡qué duda cabe!-). De esta
14 Cfr. França-Tarragó, Omar, Ética para psicólogos. Introducción a la Psicoética, Bilbao, Ed. Descleé de Brouwer, 1996, p. 25.
manera, hay que mencionar que “hacer el bien” (o, al menos, no causar daño), significa siempre y en todo
caso “no perjudicar a nadie intencionadamente”. Es decir, y tal y como manifiesta el libro de texto:
Así, hacer el bien también implica siempre ayudar a solucionar determinadas necesidades humanas:
es decir, tanto a aumentar la autonomía de la persona humana, para que llegue a ser consciente y libre
–y, con esto, contribuye al principio de autonomía-, al tiempo que esta confianza en hacer el bien a los
demás también potencia y aumenta la capacidad de la auténtica buena vida en común.
Con relación a las normas morales, debemos señalar también que son tres16: veracidad, fidelidad y
confidencialidad. Sin embargo, no es fácil “hacer el bien, evitar el mal”: por ejemplo, piénsese en el caso
de un psicólogo que conoce el dato de que su paciente está drogándose, o no tomando medicamentos
que debe, etc.Así, la pregunta es:¿ está justificado que el psicólogo presione para que el paciente
abandone estas conductas? ¿en qué medida? ¿cuánto debe presionar? Algunos defenderían que “sí”
–añadiendo que es la práctica en sí del Deber de Beneficiencia, que acabamos de mencionar-; otros
defenderían el “no”: afirmando que es un “paternalismo” que no se puede permitir. Así pues: el “hacer el
deber” se mezcla con “paternalismo”…Pero: ¿está éste justificado?
Para comenzar, veamos qué es el paternalismo. Algunas definiciones afirman que es una actitud ética
que considera que está justificado obrar sin, e incluso contra, el consentimiento del paciente, con un
objetivo: maximizar el bien y evitar perjuicios de terceros (o, incluso, del mismo paciente: sin ir más
lejos…). Aparece aquí la polémica entre “paternalistas” VS. “autonomistas”: pues los autonomistas
afirman que la vida es un derecho individual y que es una injerencia en el derecho a la libre elección
de las personas. Es decir: afirman que si defendemos el paternalismo, se prohibiría beber, fumar, hacer
deportes peligrosos, etc. Y que la única opción posible para que algo se prohiba es si se daña a terceros.
Sin embargo, y contra el rigorismo de los autonomistas, los paternalistas afirman que sí podemos
distinguir entre dos tipos de paternalismo: el fuerte y el débil. Así, por ejemplo, en el paternalismo débil
se afirma que se debe impedir una conducta nociva contra uno mismo, así como para terceros, siempre
y cuando la conducta sea irracional. Del mismo modo, un profesional de la salud debe supervisar una
conducta irracional y nociva de un paciente, y ver si esta conducta está siendo siendo consciente o
racional. Así, y en conclusión, debemos afirmar que desde un punto de vista de la ética personalista,
sí es permisible una paternalismo débil –como el que aquí describimos-, mientras que el paternalismo
fuerte no sería permitido. Así, y si aplicamos este problema a los casos del uso de ciertas terapias, un
paternalismo débil diría que el paciente no está en condiciones de decidir sobre si un tipo de “terapia”
le conviene o no, y en consecuencia no brinda al paciente información sobre el tipo de terapia que se
le va a aplicar ( o le dice de manera sofisticada la terapia que aplicará su psicólogo, para que no vea
directamente su sentido y no se niegue). Un paternalismo fuerte, sin embargo, en este caso aplicaría
terapias de choque, en contra de la voluntad del paciente. A todas luces, este último es un procedimiento
inmoral, mientras que el caso del paternalismo débil podría ser permisible.
En definitiva, podemos afirmar que los casos de paternalismo débil son fáciles de justifica: pues implica
una protección y beneficio del paciente, y no atenta contra su personalidad (como, sin embargo, sí
lo hace el caso de la terapia de choque no comunicada, ni consentida, previamente). Al contrario: el
paternalismo débil buscar proteger de una irracionalidad no autónoma, y se hace porque precisamente
existe una ausencia de autonomía.
15 Ib.
16 Cfr. França-Tarragó, Omar, Ética para psicólogos. Introducción a la Psicoética, Bilbao, Ed. Descleé de Brouwer, 1996, p. 26.
En resumidas cuentas, debe tener en cuenta el alumno/a que lo mejor para estos casos es ayudar con
humildad y bondad, al tiempo que con técnica y conocimientos adecuados, pues tanto humidad como
técnica son necesarias para que el paciente recupere (a nivel individual) la autonomía y la conciencia, y
( a nivel social) la capacidad de convivencia armónica. De este modo, en ocasiones hay que tener cierto
paternalismo débil con los pacientes, pues se debe evitar que una decisión irracional de éste violente
la “expresión de la decisión” de terceros. Este paternalismo de tipo débil debe llevarse adelante con el
objeto, siempre, de protegerle de sí mismo en momentos críticos, y ayudarle hasta que recupere su
autonomía y libertad, pues toda acción del tipo que mencionamos se dirige, en última instancia, a que
el paciente se recupere17.
Veamos, a continuación, algunas características relevantes del principio de autonomía: en los comienzos
de las ciudades-estado de la Grecia Clásica, hacia el siglo V a. de C., este concepto implicaba el “darse
a sí mismo la ley” (pues recordemos que el término autonomía se compone de dos vocablos griegos:
to autó y nomós, significando el primero “a sí mismo”, y el segundo, “ley”). No obstante, con el tiempo
evolucionó, hasta que en el siglo XVIII, con Inmanuel Kant, comenzó a significar “la capacidad de
todo individuo de gobernarse por una norma que él mismo acepta como tal, sin coerción externa” 18.
Posteriormente, el filósofo y médico norteamericano Hugo Tristam Engelhardt (nacido en 1941, Texas),
en su The Foundation of Bioethics, de 1986, habló en los siguientes términos del concepto de autonomía,
ampliando la propuesta kantiana: “no hagas a los otros lo que ellos no se harían a sí mismo; y haz por ellos
lo que con ellos te has puesto de acuerdo en hacer”. En resumidas cuentas, con este principio se ponía
de relieve que se deriva una obligación social: “garantizar a todos los individuos el derecho a consentir
antes de que se tome cualquier tipo de acción con respecto a ellos; protegiendo de manera especial a los
débiles que nos pueden decidir por sí mismo y necesitan de un consentimiento sustituto”.
17 Al respecto, puede verse en el libro de texto, hacia pp. 29 y ss. la opinión de Thompson. Asimismo, el texto del mismo autor,
“Ethical concerns in psychotherapy and their legal ramifications”, N.York, Univ. Press of América, 1983, a pesar del tiempo
mantiene su vigor intelectual.
18 Tanto como para el prinicipio de autonomía, como para el siguiente que mencionaremos –el de Justicia-, puede leerse
con provecho en el libro de França-Tarragó, Omar, Ética para psicólogos. Introducción a la Psicoética, Bilbao, Ed. Descleé
de Brouwer, 1996, p. 29 y ss. Asimismo, y para esta cuestión, recomendamos muy vivamente el capítulo final de este libro,
especialmente, pp. 295-296.
19 Al respecto, puede verse en esta misma guía didáctica (Véase el “Punto de Reflexión” de la UNIDAD 2), un texto que
aportamos nosotros –de nuestra propia autoría- acerca de los problemas y ventajas de esta teoría del siglo XIX.
20 Cfr. França-Tarragó, Omar, Ética para psicólogos. Introducción a la Psicoética, Bilbao, Ed. Descleé de Brouwer, 1996, p. 31 y
ss.
su libro de 1971), tendremos antes que conseguir la 4ª; y para conseguir la 4ª, antes debemos asegurar la
3ª; y para obtener con totales garantías de cumplimiento la 3ª, debemos conseguir antes la 2ª, etc…Si se
consigue ir asegurando uno por uno cada uno de estos bienes sociales primarios, entonces llegaremos
a una “sociedad pura”.
Así pues, siguiendo a Rawls, debemos afirmar que el principio de justicia lo define como aquel imperativo
moral que nos obliga a igual consideración y respeto de todos los seres humanos. Rawls negará, en
consecuencia, cualquier discriminación por edad, condición social, raza, nacionalidad o credo religioso:
defendiendo por encima de todas las cosas el derecho a la vida, a la salud, a la libertad, a la educación y
al trabajo.
A colación de todo lo que venimos explicando en este capítulo, debemos sostener que en la
Psicoética contemporánea, hay una inseparabilidad de los tres principios mencionados (autonomía,
justicia y beneficiencia): pues si sólo tuviéramos en cuenta el primero de los tres –el de autonomía-,
caeríamos en un profundo individualismo; sin embargo, si prevaleciera el segundo de los tres, entonces
tendríamos una ética colectivista agobiadora y castrante; pero si sólo preponderáramos el tercero de los
principios por encima de los otros dos, correríamos un alto riesgo de caer en un paternalismo (y no ya
débil…, sino fuerte).
Esperamos que le haya ido bien en el estudio de la presente unidad. Entonces le invito a pasar al punto
de reflexión, luego a las actividades y finalmente a realizar la autoevaluación para terminar el estudio de
la presente unidad.
PUNTO DE REFLEXIÓN
¿Qué prácticas humanas permiten mejorar la dignidad humana desde el principio de justicia?
1.2. Implicaciones éticas de las antropologías que subyacentes a las teorías psicológicas.
“La generosidad para con el futuro consiste entregarlo todo al presente” Albert Camus
¡Por el momento usted ha logrado ir avanzando en el proceso del estudio de las unidades del texto!
¡Falta poco para llegar a la meta! Así que le animo a seguir con el mismo entusiasmo.
A continuación, continuaremos con el desarrollo del temario, y vamos a estudiar las normas éticas.
Pero antes, debemos aclarar que siempre que haya un conflicto entre los principios éticos (autonomía,
justicia y beneficiencia), con las normas éticas (que son tres: confidencialidad, veracidad y fidelidad),
siempre y en todo caso debemos dar prioridad a los principios éticos, por encima de las normas éticas.
paciente y terapeuta. Por otra parte, y con relación al sentido deontológico, se trata de respetar la
autonomía: la relación terapéutica debe ser un acuerdo implícito moral –entre psicólogo y paciente-,
en la cual si no se preserva la intimidad del paciente, entonces el terapeuta o psicólogo está restando
autonomía, libertad y dignidad al paciente. Pero en este punto encontramos tres excepciones: a) cuando
está en juego la vida del paciente; b) cuando está en juego la vida de terceros; y , finalmente, c) cuando
está en juego la vida de una sociedad. Pongamos tres ejemplos concretos de cada uno de los casos –
respectivamente-: el caso del intento de suicidio; el caso del maltrato a personas por mano del paciente;
un piloto de avión con una enfermedad, v.g., epiléptica, con pánico, etc. Como se ve, los tres casos deben
evitarse…
Con relación a la norma de la veracidad, sabemos que no se puede mentir. Pero surge la pregunta:
¿un profesional de la salud psíquica debe decir siempre, y en todo caso, la verdad? Más que decir, nos
referimos a “describir”: pues en este punto vemos cómo incluso había casos –el del filósofo griego
del siglo V a. C. Platón-, en los cuales decía que sí se debía mentir, siempre y cuando beneficiara a los
pacientes. Es decir: Platón colocaba el principio de beneficiencia por encima de la norma de la veracidad.
Punto de reflexión:
¿Qué elementos puede distinguir en las normas éticas para lograr un buen desempeño?
¿Qué elementos de la cultura de nuestro tiempo son importantes para lograr el sentido moral
en la manera de comportarse los ciudadanos?
¿Qué prácticas positivas se deben implementar para cambiar los aspectos negativos de las
personas que no permiten alcanzar las pequeñas o grandes aspiraciones?
Por último, debemos hablar de la norma de fidelidad: en ella, se trata sobre la obligación que se
genera en una persona al haber hecho una promesa o aceptar un acuerdo (o propósito). Pero debemos
diferenciar, una vez más, entre dos términos distintos: pues no es lo mismo un “propósito” que una
“promesa”: porque quien no cumple con un propósito, simplemente se le puede tildar de “inconstante”
( o “poco serio”); sin embargo, romper una promesa es cosa mayor: pues, en el fondo, es culpable de
“perjudicar al otro”. Así, cumplir una norma de fidelidad entre paciente y profesional de salud psíquica, en
forma de promesa, es primordial. Al respecto, podemos tratar de convencer sobre la necesidad de respetar
tanto propósitos como promesas con los dos siguiente ejemplos históricos: los utilitaristas ingleses del
siglo XIX, en el fondo, buscaban el mayor beneficio para el mayor número posible de personas, y romper
acuerdos implicaba para ellos un daño social grave. Y el que seguía el imperativo categórico kantiano
alemán, del siglo XVIII, también debía respetar acuerdos y propósitos: no se deben romper éstos porque
no se debe. Y punto. No hay otra razón: es un imperativo deontológico, es un deber. El deber por el deber
-sistema que actualmente sigue funcionando en muchas sociedades, y trae grandes beneficios a todos.
No obstante, y teniendo muy presente lo que acabamos de decir, con relación a las promesas
debemos diferencia entre dos tipos: la “solemne”, y la “ordinaria”. Así, la primera cobra importancia en el
momento de declararla: la persona contrae el deber de resarcir el daño que produzca si no lo cumple. Hay
solemnidad cuando está por escrito, o cuando hay testigos, etc. Sin embargo un juramento “ordinario”,
por su parte, no explicita una pena, tampoco hay testigos, y no es ratificado en ningún momento por
ningún documento o similar, etc. Por ejemplo: un acuerdo informal entre personas, etc.
Pero volvamos al compromiso “solemne”, pues en esta Guía nos interesa muy especialmente. Un
compromiso solemne, por ejemplo, es el juramento clásico que se hizo desde el nacimiento de la
medicina, y es el que hacía Hipócrates de Cos. Dice así:
Juramento hipocrático
JURO por Apolo, médico, por Asclepio, y por Higía y Panacea, y por todos los dioses y diosas del Olimpo,
tomándolos por testigos, cumplir este juramento según mi capacidad y mi conciencia:
TENDRÉ al que me enseñó este arte en la misma estimación que a mis padres, compartiré mis bienes
con él y, si lo necesitara, le ayudaré con mis bienes. Consideraré a sus hijos como si fueran mis hermanos
y, si desean aprender el arte médico, se lo enseñaré sin exigirles nada en pago. A mis hijos, a los hijos de
mi maestro y a los que se obligaran con el juramento que manda la ley de la Medicina, y a nadie más, les
enseñaré los preceptos, las lecciones y la práctica.
APLICARÉ mis tratamientos para beneficio de los enfermos, según mi capacidad y buen juicio, y me
abstendré de hacerles daño o injusticia. A nadie, aunque me lo pidiera, daré un veneno ni a nadie le sugeriré
que lo tome. Del mismo modo, nunca proporcionaré a mujer alguna un pesario abortivo.
VIVIRÉ y ejerceré siempre mi arte en pureza y santidad. No practicaré la cirugía en los que sufren de
cálculos, antes bien dejaré esa operación a los que se dedican a ella. Siempre que entrare en una casa, lo haré
para bien del enfermo. Me abstendré de toda mala acción o injusticia y, en particular, de tener relaciones
eróticas con mujeres o con hombres, ya sean libres o esclavos.
GUARDARÉ silencio sobre lo que, en mi consulta o fuera de ella, vea u oiga, que se refiera a la vida de los
hombres y que no deba ser divulgado. Mantendré en secreto todo lo que pudiera ser vergonzoso si lo supiera
la gente.
SI FUERA FIEL a este juramento y no lo violara, que se me conceda gozar de mi vida y de mi arte, y ser
honrado para siempre entre los hombres. Si lo quebrantara y jurara en falso, que me suceda lo contrario.
No en vano, el juramento hipocrático –que inauguraba una medicina mucho más, digamos,
“científica” que la de Asclepio -, sigue diciéndose hoy día. Repárese en cómo una disciplina como es
la Medicina, nace un contexto de compromiso –y, como veremos en las actividades de esta lección,
seriamente comprometida con el principio de Beneficiencia. Pues no perdamos de vista, entonces, el
interesante origen de la medicina en la antigua Grecia: los médicos, antes de la antigüedad griega, más
bien ofrecían (incluso) sacrificios animales, etc. Sin embargo, se cuenta que el centauro Quirón enseñó a
los hombres el arte de curar enfermedades. Se dice que Asclepio fue el primer discípulo que tuvo dicho
Centauro: y se le comenzó a llamar “médico”, “sanador” etc…El símbolo comenzó a ser la serpiente, y las
familias empezaban a llevar a los templos a sus enfermos: pues eran lugares saludables. Pero además
de Asclepio, comenzaron a aparecer –perdón por el anacronismo- médicos “laicos”: hacían su arte en
viviendas fijas (no en templos) o viajando, como ambulantes, a las viviendas de los enfermos. Entonces
al lado de los templos dedicados a Asclepio, se hicieron “escuelas”, donde los enfermos se juntaron.
Surgieron distintas escuelas: las de Crotona, Cirene, Rodas y Cos. A esta última pertenecía Hipócrates
–del que hemos leído su juramento-, quien vivió entre 460 y 370 a.C., y otorgó el estatuto de “ciencias”
(episteme) a la medicina. La concepción más científica de la medicina actual nace, pues, de Hipócrates de
Cos: quien experimentaba, investigaba, etc., y no lo hacía en los templos, sino en las escuelas adscritas
a éstos. Todo esto lo conocemos porque se encontró en los 90 un papiro egipcio donde sabemos que
ellos estaban muy avanzados en reglas, relaciones causa-efecto, etc. Esto nos confirma que la Medicina
hipocrática nace en un racionalismo etiológico –es decir: que usa la razón como instrumento del que
servirse para explicas las causas, o etiologías, de las enfermedades. Así pues, Hipócrates descubre que
hay una relación entre las enfermedades y el carácter de cada hombre, con su dieta, con el medio
ambiente, etc. Destaca su famoso texto: “Sobre los aires, las aguas y los lugares”.
¡Ánimo! Le animo a descansar algunos segundos para revisar el avance de la comprensión de la asignatura y
de esta manera saber si ha comprendido. Si hay alguna duda o pregunta que no comprendió adecuadamente,
vuelva a revisar la unidad. Finalmente, si quedan inquietudes, no dude en solicitar asesoría a su tutor.
Luego del estudio de las normas éticas de la psicoética, en la presente unidad se trata de las virtudes
del psicólogo y su vivencia en el lugar de trabajo, es decir las virtudes junto a los valores ayudan a todo
profesional a mejorar las condiciones personales y laborales para el desarrollo y calidad de vida de las
personas. Le invito a realizar una lectura reflexiva y luego revise los subtemas para una profundización
de la unidad.
Para tratar qué distintas virtudes hay, podemos comenzar por hablar de la Ética de la Virtud21: se trata
de una ética que habla de la disposición y de la actitud como rasgo permanente de la persona: es decir,
que la persona se debe orientar hacia el bien moral, interiorizando los valores y poniéndolos en práctica,
motu proprio, y sin control externo, con el fin de conseguir una autonomía moral. Se debe profundizar
en qué tipo de moral está dispuesto uno/a a adquirir, para convivir con ella y hacer el bien; es decir: no se
trata de enunciar una ética de los derechos y de los deberes, de buenas palabras, y sólo verdadera en la
superficie…En definitiva, y en resumidas cuentas, se trata de hacer caso al dictum kantiano: no hay nada
mejor que una buena voluntad.
Pero, ante todo esto, el lector/a debe preguntarse: ¿qué papel tiene la ética? Así, todo saber ético si
no quiere ser estéril y yermo, debe lograr “convertir” al ser humano en un ser de valores. En palabras de
McIntyre, se trata de “adquirir hábitos internos”, para que permanezcan como cualidades permanentes
en la persona. Es decir: no sólo aprender a respetar al otro porque están en su Derecho (legal¸ podemos
decir: y quien exagera este extremo del cuerno del dilema, no hace más que caer en un legalismo vacuo);
sino que, al tiempo, debemos volvernos seres predispuestos a respetar al otro por el mero hecho de ser
como yo: persona; un igual: y esta fue la enseñanza radical del cristianismo, allá por los albores de la
humanidad, y que hoy sigue manteniendo su frescor, vigencia y originalidad. Jamás debemos olvidar
este punto –sobre el cual volveremos al comienzo del último capítulo de esta guía-.
Así pues, y como decíamos al comienzo de la guía, alcanzar un adecuado ethos profesional
implicará, para un psicólogo o profesional de la salud psíquica, que no sólo éste posea información
técnica, sino que sea una persona psicoafectiva y equilibrada que sea capaz de interaccionar sanamente
con sus pacientes, ayudándoles. Es decir: el psicólogo no sólo debe ser “buena persona” –por decirlo
coloquialmente-, sino que, además, debe poseer un conjunto de características cognoscitivas, afectas y
sociales que se apoyen, al mismo tiempo, en un excelente conocimiento de la técnica adecuada para su
profesión, en combinación con un alto grado ético de bondad, desempeño necesario para el desarrollo
de cualquier profesión en cualquier persona.
Llega el momento de entrar, siquiera levemente, en comentar cómo reconocemos dos estilos
básicos de pensamiento para definir el término “salud mental”: así, en primer lugar debemos hablar del
(a) paradigma cientificista, y, en segundo lugar (b), del paradigma humanista. A priori el lector/a verá
que nos queremos inclinar –según lo dicho hasta aquí-, por el segundo de ellos: y así lo haremos, pero
21 Esta ética nace con Aristóteles (s. IV a.C). No obstante, en el siglo XX ha tenido un renacer gracias a la filosofía de Alasdair
MacIntyre.
no por ser “académicamente correctos”, sino por, precisamente, resaltar que el conocimiento técnico
y académico de cualquier disciplina no puede acabar cayendo en un positivismo cientificista que
reduzca al ser humano a lo únicamente físicamente experimentable: el ser humano también es un ser
de “experiencias”, un ser experiencial y “metafísico” (tal y como dice el término “metafísica”: metá, “más
allá”; y physis¸ “físico”), y que en gran medida – y no sabemos “cuánta” es esta medida: pero sí sabemos
que en mucha; recuérdese que aún investigamos acerca de cómo se psicosomatizan enfermedades…-.
En definitiva, el hombre está en el mundo físico, vive con él, debe conocerlo, etc., pero estamos mucho
más allá de lo meramente físico. Y no se quiera entender aquí que sólo nos referimos a un ámbito
exclusivamente religioso de la persona; pues piénsese, y es sólo uno de los cientos de ejemplos que
podríamos poner, en cómo el filósofo y antropólogo alemán Ernst Cassirer (1874-1945) ya trató varios de
estos temas en sus tres volúmenes acerca de la Filosofía de las formas simbólicas.
Sin dilatar más el asunto, podemos decir que (a) el paradigma cientificista trata de delimitar lo que
es “salud mental” como algo independiente de los valores éticos, o de los valores de una sociedad (lo cual
va en contra, radicalmente, de lo que estudiaron autores como el gran Lawrence Kohlberg (1927-1987),
sin ir más lejos…). Un caso claro del modelo cientificista serían las propuestas de la psiquiatría biológica;
(b), sin embargo, el paradigma humanista, trata más bien sobre la salud mental como la capacidad de
que la persona –y perdón por la metáfora mecanicista, nada propia para este paradigma….- “funcione”
de acuerdo a lo que la persona debe hacer. Se trata de las propuestas de la psicología humanista: el
conocimiento científico no lo es todo, pues para la “salud mental” (y entiéndase aquí coloquialmente, si
se prefiere) es fundamental poseer unos valores adecuados, y haber aprendido a dar un sentido a la vida
humana.
Punto de Reflexión
1. Es un tema interesante para reflexionar el que conlleva obedecer a ciegas un código ético:
pues puede adolecer de defectos, a saber, tres: a) inducir a pensar que “responsabilidad moral”
implica meramente cumplir con lo escrito en esos códigos; b) estos códigos pueden ser
disarmónicos, pues pueden dar más importancia a las normas beneficiencia, y dejar a un lado,
por ejemplo, las de autonomía, etc..; c) asimismo, pueden inducir a pensar que las relaciones
individuales (entre psicólogo y paciente) son más importantes que su nivel social, etc. Escriba,
por ejemplo, los pros y contras referidos al apartado b) de los mencionados.
2. En segundo lugar, es bueno comparar los principios morales con las normas morales. Pues
ambas pueden confundirse y, si bien están relacionadas, sin embargo son diferentes.
Actividad recomendada
1. Como labor que puede servir para una mejor comprensión de la materia, recomendados muy
vivamente la lectura y trabajo de tres apartados del libro, titulados:
-- “ Éticas y Antropologías en las Escuelas Psicológicas” (entre las págs. 70 y 79). En ella se
comentan las escuelas “deterministas”, es decir, que niegan o dudan de la libertad humana;
también, aquellas otras que afirman la existencia de la libertad humana –problema que se
remonta a la Grecia Clásica, pero que fue tema de discusión básico durante toda la Edad
Media (s. V-XV d.C.) y Moderna, hasta nuestro días (s. XV- s.XXI). También hay un apartado,
muy recomendable, en el cual se comentan brevemente las tres teorías psicológicas más
célebres: el psicoanálisis, el conductismo, y el humanismo de Maslow. Para la lectura de la
primera de las tres, recomendamos muy mucho no perder, en nada, de vista la opinión que
Karl R. Popper tenía acerca de la no cientificidad de la teoría psicoanalítica (un resumen muy
breve, al respecto, puede encontrarse en: Ferrater Mora, J., Diccionario de Filosofía, escrito en
cuatro volúmenes. Véase la Voz: “Popper”).
-- “Criterios para una decisión responsable” (pp. 80-84). De lectura muy recomendable.
2. Con relación a la diferencia entre paternalismo débil y paternalismo fuerte, podemos pensar en
casos como la transfusión de sangre en el caso de la ablación en ciertas culturas.
3. Piénsese el siguiente dilema: el hacer el bien (principio de Beneficiencia), puede entrar en conflicto
con el concepto de bien que tiene el Paciente.
¡Ha finalizado la presente unidad! Le animo a contestar la autoevaluación para conocer si está todo
comprendido. Si hay alguna duda o pregunta que no contestó adecuadamente, vuelva a revisar la
unidad.
Autoevaluación 1
a. ( ) Lo que una persona pensaba desde el punto de vista de las creencias personales.
b. ( ) la “consagración religiosa monástica”, es decir, que alguien ingresara a la vida
religiosa mediante compromiso público.
3. El término ethos no significa solamente “ética”, sino que en griego clásico se refiere al “carácter” de
alguien, de algo. Recuerde, analice y decidad cuál es la respuesta correcta:
a. ( ) De esta manera, al hablar del ethos de una profesión, nos estamos refiriendo
a la adhesión de todos sus miembros a determinados valores éticos, los cuales
van conformando una tradición valorativa de las conductas profesionalmente
éticas.
b. ( ) Lo anterior es falso, pues no es necesario tener una tradición valorativa de las
conductas profesionalmente éticas: con hacer cada uno/a su trabajo correcta y
adecuadamente es suficiente.
4. Es obligatorio recordar que la “Ética profesional” es una rama de la “Ética”, la cual a su vez es una
rama de:
a. ( ) La Sociología
b. ( ) La Psicosociología
c. ( ) La Filosofía
5. La Bioética estudia…
6. La “Psicoética” se plantea:
9. Localiza las siguientes cuestiones en este fragmento del juramento hipocrático: a) un principio de
la Psicoética en el texto. b)Conteste: ¿de quién es el texto? ¿de qué época data? c)Resuma en dos
líneas el breve texto que aparece a continuación.
Utilizaré la dieta para ayudar a los enfermos en la medida de mis fuerzas y de mi juicio, pero me abstendré
de producir daño e injusticia. No daré a nadie ningún fármaco mortal, aunque me lo pida, ni jamás
propondré tal consejo; igualmente, no daré a las mujeres pesarios para provocar aborto. Conservaré
puros y santos mi vida y arte (…) A cuantas casas entre iré a ayudar a enfermo absteniéndome de
llevar voluntariamente injustifica o daño (…)
Una vez que haya dado respuesta a las preguntas de autoevaluación, le invito a contrastar las mismas
con el solucionario que está al final.
¡Ha concluido la presente unidad! ¡Continúe siempre con el mismo entusiasmo en el estudio del siguiente
tema!
Los temas de esta unidad los puede revisar en el capítulo 3 del texto básico)
Luego del estudio de las virtudes del psicólogo, en el presente tema estudiaremos los principios éticos para la
investigación, es decir, se reflexionará sobre los aspectos importantes que requiere un profesional a través de
la investigación para el desarrollo y calidad de su trabajo. Le invito a realizar una lectura reflexiva y luego una
lectura de cada subtema para una profundización de la unidad.
Le recomiendo revisar la temática en el texto básico, con la finalidad de que usted pueda analizar y tener
presente soluciones oportunas a los problemas sociales, cuándo se realiza una ciencia con conciencia.
Introducción.
En Psicología clásica dentro del concepto de personalidad es un lugar común distinguir entre dos
aspectos: el temperamento y el carácter; el temperamento suele designar “el aspecto biológico, innato,
y en gran medida, estático del hombre”, mientras que el carácter suele estar referido a “lo dinámico,
adquirido (…) individual y libre”, lo cual “apunta hacia la dimensión ética de la personalidad”22.
Nosotros nos vamos a referir aquí, exclusivamente, a este segundo aspecto del concepto de
“personalidad”, en el cual se incluye la posibilidad de que el individuo pueda esculpir su carácter -siempre
que entendamos éste como la mencionada dimensión ética de la personalidad humana-. Sobre la
relaciones entre el temperamento y el carácter, debemos señalar que no es éste el sitio adecuado para
su exposición y reflexión –si bien hemos dicho algunas palabras al comienzo de esta guía-.
Así, para la cuestión que nos hemos planteado tendremos que atender a cómo ese “escultor de
escultores” que es el psicólogo (póngase el término “maestro/a” si se prefiere), puede y debe en la
consulta tratar de mostrar al paciente que puede llegar a ser “escultores” de su carácter, en definitiva,
escultores de sus propias vida. El sentido de esta propuesta en esta parte de la guía didáctica es proponer
que el futuro profesional de la salud reflexione sobre su propio carácter, para adquirir hábitos internos
y cualidades permanentes en la persona y, al tiempo, enseñe a los pacientes a conocerse -en la medida
de lo posible- a sí mismos.
Por último, debemos remitir al lector/a al breve contenido -pero denso y de calidad- que encontrará
entre la páginas 85 y 109 (del libro de F-Tarragó), un capítulo sobre la ética de la investigación, al cual
podemos desde aquí invitar a leer detenidamente.
“La principal y más común justificación ética que suele darse –argumenta Tarragó- a favor de utilizar
sujetos humanos en una investigación psicológica, es que es necesario hacerlo porque los resultados
resultaran en el beneficio para individuos y, en última instancia, para la humanidad”. Es interesante, al
22 Cursivas nuestras. López Castellón, E., Psicología científica y ética actual, Madrid, Editorial Fragua, 1972, 697 págs., pp. 30 y
31.
respecto, conocer las objeciones de Schuler (p. 87 y siguientes.). Una de las principales, es la invasión de
la privacidad (p. 90): esto se plantea, sobre todo, en la psicología social –muchos diseño están basados en
observación de sujetos, incluso, sin su consentimiento…-. Otro problema (planteado Eichelman, en 1984;
cfr. p. 92), es el uso del placebo: procedimiento el cual tiende a usarse cada vez más en la investigación
psicológica (para conocer las distintas formas de aquél, véase nota 7 de la p. 92). Asimismo, y durante el
desarrollo de la investigación suelen darse otros graves problemas: “ el problema de la manipulación de
identidad del individuo es el peor riesgo y el más grave dilema que surge” (p. 93). Veamos algo más al
respecto.
Uno de los peligros que hay que evitar es caer en lo que enuncia el título de este subapartado: pues
en psicología existen técnicas de modificación de conducta (inspiradas en las teorías de Pavlov), y en
psiquiatría también hay modos de modificar la personalidad: a través de la psicofarmacología. Pero aquí
entramos en un grave problema, pues podemos apoyar terapias, pero no podemos producir trastornos
(pp. 87 -99 del libro de F-Tarragó; véanse los riesgos, en pp. 93-94, acerca de los riesgo de los perjuicios
psicológicos).
No obstante, no debemos olvidar que para que haya consentimiento, el paciente debe ver en el psicólogo
tres características: voluntariedad, competencia y suficiente y adecuada información (p. 101).
Existe, sin embargo, un problema más: pues si era poco el recabar los datos de la manera más ética
posible, una vez hallados aquéllos, surge el problema de qué hacer con ellos: se trata de la argumentación
pos experimental (pp. 96 y ss.). Así, la posición “deontológica” considera que “es un derecho de toda
persona que haya participado en una investigación el poder saber cuál ha sido el propósito real de los
que diseñaron el estudio e informarse sobre dónde acudir para conocer los resultados cuando éstos se
sistematicen”. Por otro lado, la postura “utilitarista” (o “consecuencialista”: véase en esta Guía Didáctica,
al respecto, el Punto de Reflexión de esta Unidad) afirma que “la explicación post-experimental debe
hacerse porque es conveniente: a) disminuye la posibilidad de perjuicios permanentes o traumas en el
que ha participado de la investigación; b) compromete a los individuos a no revelar lo que pretende la
investigación a otros posibles participantes; c) sirve de aprendizaje para el individuo al darle un mayor
conocimiento de sí mismo y de la realidad; d) verifica la efectividad de las manipulaciones experimentales
hechas”.
De esta fundamental declaración, debemos conocer al menos los siete puntos principales (véase p.
99; repárese, especialmente, en el 1° y 7° de los mencionados en el libro de texto), los cuales la sustentan.
No se olvide, nunca, que el principio básico para la experimentación es que siempre debe de haber
“una decisión informada” (p. 101), pues “para que haya un consentimiento” debe haber tres condiciones:
a) voluntariedad; b) competencia; c) suficiente y adecuada información.
No obstante, con relación a la Ética en la investigación psicológica y psiquiátrica (p. 105), hay un
decálogo fundamental, expuesto en diez puntos.
Lea el siguiente texto en el que reflexionamos –y escrito ex profeso para esta Guía didáctica sobre la Ética
en el profesional de la salud-, acerca de un tema clásico de la ética: el utilitarismo, y sus relaciones con otras
teorías éticas. Piense si aquél es mejor que el kantismo, que el aristotelismo, o, incluso, que lo que de ética
resuena en el marxismo.
Desde que Jeremiah Bentham (1748-1832) considerado como el fundador del utilitarismo23- aunque
J.S. Mill inventó la palabra- formulara aquel básico principio de gran éxito hasta los setenta de nuestro
siglo, especialmente en el mundo anglosajón (<la máxima felicidad posible para el mayor número posible
de personas>), la validez o falsedad de los argumentos utilitaristas parece no poder sostenerse como
lo habían hecho anteriormente. Su origen se puede ver en la Ilustración Italiana, en C.Beccaria (1738-
1794; “un hombre es una persona, no una cosa”24); en la Ilustración Francesa con el sensista materialista
Helvetius (1715-1771; “unir el interés privado con la virtud pública”25), o más directamente en el irlandés
F. Hutcheson (1649-1747) –incluso como precursor de Beccaria o Helvetius-: la única acción posible es
aquélla que procura <una mayor felicidad a la mayor cantidad de personas26>; o en última instancia, en
la ciencia de la naturaleza humana humeniana (1714-1776, a new scene of thought). Con este pequeño
recorrido histórico –en el cual se intenta dar una sucinta idea del porqué de la supervivencia de dichas
teorías- podemos ver cómo ideas que ya aparecieron a mediados del S. XVIII atravesaron con éxito
casi cien años y vinieron a ser expuestas como culminación en el positivismo inglés, consecuencia del
espíritu optimista del progreso que la cultura europea parecía irradiar con la ciencia –y sus aplicaciones-,
el laissez-faire en economía o la pedagogía, y que tuvo su máximo exponente en John Stuart Mill. De
tres de los autores anteriores -Hutchetson, Helvetius y Bentham-, podemos extraer dos rasgos que sus
ideas básicas tienen en común: consideran - o tienen en cuenta - tanto la esfera de lo privado como la
esfera de lo público, y el objetivo ulterior que esto parece encerrar, es la búsqueda de una armonía entre
ambas esferas. Observamos también (“criterio de Bentahm”) que hay dos aspectos relevantes a destacar,
y entre los cuales también se trata de buscar un equilibrio: un aspecto cualitativo (“ máxima felicidad”), y
un aspecto cuantitativo (“mayor número”). Podemos reducir estas cuatro variables a dos: la calidad que
esperamos para nuestra vida privada la quisiéramos también para el resto de los ciudadanos –cantidad-,
es decir, en la esfera pública. Con otras palabras: el utilitarismo establece un contenido (un concepto
unívoco de felicidad, de bien; y que pertenece a la esfera privada –aspecto de personas>, lo cual parece
dar primacía a lo cuantitativo sobre lo cualitativo, como hemos dicho. O peor; ¿no revela la anterior
una formulación una insensibilidad con respecto a la autonomía y libertad del individuo? Esto está en
contraposición, a primera vista, con lo que la ética deontológica más ferozmente ha defendido: el ser
autónomo del sujeto trascendental.
Parece así que la justificación (hacer justo, literalmente) de lo que la ética utilitarista propone es, cuando
menos, insensato. Porque, aunque haya dejado de estar centrada en la idea de virtud el concepto de
justicia aquí implícito (ética elitista aristotélica), y se predique un comienzo del deber, éste no deja de
implicar cierta noción de “virtud social”27, lo cual no dejaría de ser una simple sustitución de una virtud
natural (es decir, dejar de recurrir a una filía, como simpathía), por una virtud artificial (remediar la carencia
de esa filía con la convención o pacto del Derecho), y esto demostraría las insuficiencias del concepto de
justica en el utilitarismo, puesto que el deber, es tener que renunciar a una satisfacción placentera –un
23 Historia del pensamiento filosófico y científico, Reale & Antiseri, Tomo III, p. 286
24 Op. cit., Tomo II, p.713
25 Op. cit., Tomo II, p. 609
26 Op. cit., Tomo II, p. 668. Según Reale &Antiseri, la cita pertenece al texto Sistema de filosofía moral (1754). Hutcheson no
acepta el pesimismo de Hobbes.
27 El concepto de “virtud social” es entendido en contraposición al de virtud natural o moral, es decir, que de las virtudes
que se consiguen al actuar con sophrosine (mesura), a través de la phrónesis (prudencia) – o virtudes naturales-, habríamos
pasado a una ética en la cual las virtudes serían artificiales –sociales-, es decir, previamente pactadas por el hombre, como
fruto de una convención (v.g.: el Derecho).
cumplir con tu deber-, o como lo hemos llamado antes, felicidad, y esto parece estar en contradicción con
el contenido básico del utilitarismo: los llamados atractivos del utilitarismo (criterios de felicidad pública,
social, etc), se perderían ahora en contra nuestra, y lo que antes parecía un fin razonable, sería ahora un
irracional fin en contra.
Un segundo aspecto de la justicia como idea sería ver la utilidad de la justicia, es decir, contemplar el
beneficio o interés que nos reporta. Esto sería lo más puramente utilitarista. Tendrían esto que ver con la
visión que el Derecho natural hizo, y corresponde a un contenido de deberes no especificado (ni qué, ni
dónde, ni a quién), los cuales no son necesarios para sobrevivir, pero sí para el perfeccionamiento de ese
grupo. Éstos, son los llamados deberes imperfectos, y estarían a criterio del sujeto, y a los cuales no se les
podría imponer una coerción (es una obligación sin coerción moral), Uno de los problemas principales
que se plantea se puede ver cuando los sentimientos morales espontáneos desaparecen, y entonces
hay necesidad de recurrir al Derecho o Justicia, debido a que falla la amistad y la espontaneidad de la
simpatía o altruismo que antes se daba. Estos problemas que hemos visto, ocurren debido a que hay
cuatro problemas internos al utilitarismo.
En los años setenta del siglo XX, surgió una contradicción que llevó a la desconfianza en el utilitarismo,
ya que parecía definitiva. Se trata del aspecto que acabamos de comentar, en tercer lugar, es decir, la
insuficiencia del criterio de la mayoría (la legitimidad de sacrificar al inocente), debido a que pone en
tensión el concepto de justicia (colectividad: grupo, nación), concepto de individuo. La antropología
cultural parece haber descubierto cómo sobre los hombros de una persona se suele constreñir la culpa
de la comunidad (chivo expiatorio). Pero, aparte de si esto puede ser demostrado o no, en el caso del
utilitarismo, ¿es legítimamente moral que ocurra así, si tenemos en cuenta que jamás se puede atentar
contra el individuo (como fin en sí que es, y no un medio: Kant), sino que además es un atentado contra
la moral. No, por cierto. Desde aquí podemos enlazar directamente con la ética de los derechos, es decir,
aquella que propone que “se trata de respetar a cada persona como individuo”. De cualquier manera, el
utilitarismo desembocó en una fundamentación de los derechos humanos.
Si hacemos un recorrido histórico de esta idea (“respetar a cada persona como individuo”), al igual
que en el apartado anterior, podemos ver antecedentes históricos en el estoicismo griego y romano
(todos – y cada uno de nosotros- tenemos una naturaleza común: son los filósofos legalistas; existen
leyes de la physis, del logos y del ethos), en el cristianismo (también judaísmo e islamismo: conciencia
individual es igual a norma subjetiva de la moralidad; <todos somos hijos de Dios>), y en el iusnaturalismo
humeniano –es decir, propuesto por David Hume (1711-1776), y del cual es precursor el utilitarismo-, y
el racionalismo kantiano (todos y cada uno somos poseedores de una razón común). Se puede ver como
los tres son coincidentes en una misma idea: el locus del valor moral es el individuo, no el grupo. Es
decir, ya no es social, pública o colectiva, sino que ha habido una ruptura y ahora es universal: hay <leyes
universales> (ya sea la naturaleza, Dios o la Razón) que nos hacen a todos y a cada uno de nosotros
iguales, como vamos a ver en las primeras hojas.
Así, cuando el iusnaturalismo desplazó la idea de virtud aristotélica, y en su lugar se dio primacía
al concepto de DEBER, ya que éste sería universal para todos ( a diferencia de la virtud que aparece
como una ética jerarquizada: aristós), se desplazaron los conceptos de rectitud y excelencia, y en su lugar
se habló del deber como procurador de la igualdad. ( de esta universalidad moral, se deriva un gran
problema. Tratar por igual al necesitado y al que no carece de lo que necesita, lejos de ser justo, sería,
literalmente, “terrible”. Pero aquí ya ha aparecido el concepto de justicia. Y ésta tiene que ver más con
una virtud social que con la pretendida imparcialidad que parece desprenderse de las consecuencias
que tendría la anhelada universalidad moral, ya que la imparcialidad, que consistiría en no hacer ninguna
distinción específica entre personas, no es justicia, y lo que se buscaría es que la universalidad suponga,
ante todo, igualdad. Esta ética tendría relación con el utilitarismo, en el sentido de que son necesarias las
creencias religiosas, pero se diferencia en el denominador común: el respeto a la persona.) Sólo recordar
que en época de Locke, se comienza a hablar de derechos (a la vida, a la libertad, a la propiedad ), y de
deberes (en el sentido de <deber> como principio universalizable a todos).
Hay que tener en cuenta un hecho que ocurre de gran importancia: la pretendida universalidad
moral que propugnaría una ética de derechos centrada en la idea de igualdad, chocaría con una
tratamiento equitativo a todas las personas. Es decir, que tratar por igual al necesitada y aquel que posee
riquezas28, serían errores que, cuando menos, son cruelmente injustos. Hay que tener en cuenta, desde
este momento, que hablar de justicia, es hablar de una virtud artificial la cual no tiene nada que ver
con el concepto de imparcialidad que sería el que estaríamos utilizando si fuésemos equitativos, y “no
mirásemos con quién”. Estos son, pues, los planteamientos del utilitarismo.
¡Felicitaciones! ¡Ha finalizado la presente unidad! Le animo a contestar la autoevaluación para ver si está
todo comprendido. Si hay alguna duda o pregunta que no contestó adecuadamente, vuelva a revisar la
unidad. Finalmente, si quedan inquietudes, no dude en solicitar asesoría a su tutor.
28 Véase, para más datos, la voz correspondiente en: Javier Sádaba, Diccionario de Ética, Madrid, Planeta, 1997.
Autoevaluación 2
1. El imperativo de hacer el bien se mezcla muchas veces con el paternalismo, que sería como la otra
cara de la moneda, la cara opuesta. Así pues, se ha dado en llamar paternalismo…
a. ( ) a la actitud ética que considera que no está justificado obrar contra o sin el
consentimiento del paciente, para así maximizar el bien y evitar el perjuicio de
la propia persona o terceros.
b. ( ) a la actitud ética que considera que sí está justificado obrar contra o sin el
consentimiento del paciente, para así maximizar el bien y evitar el perjuicio de
la propia persona o terceros.
c. ( ) “paternalismo” viene del inglés, “pattern”, y se refiere a nuestros patrones éticos
de conducta.
d. ( ) El paternalismo no existe, no es posible.
2. Piense en el siguiente caso: un paciente afirma que, de saber que tiene cáncer, se quitaría la vida:
3. Piense de nuevo en el mismo caso: un paciente afirma que, de saber que tiene cáncer, se quitaría
la vida:
4. De los siguientes principios, uno no forma parte de los “tres principios básicos que favorecen la
dignificación del ser humano”. Señale cuál no pertenece a dichos “principios básicos”:
8. La principal y más común justificación ética que suele darse a favor de utilizar humanos en una
investigación psicológica es:
10. En la investigación psicológica se debe tener en cuenta uno de los siguientes criterios éticos:
11. Tras recabar datos por parte del psicólogo, hay dos tipos diferentes de argumentaciones éticas a
favor de la explicación tras el experimento:
a. ( ) “es un derecho de toda persona que haya participado en una investigación el
poder saber cuál ha sido el propósito real de los que diseñaron el estudio e
informarse sobre dónde acudir para conocer los resultados cuando éstos se
sistematicen”.
b. ( ) “la explicación después del experimento debe hacerse porque es conveniente,
por dos razones: a) disminuye la posibilidad de daños permanentes o traumas
en el que ha participado de la investigación; y b) compromete a los individos a
no revelar lo que pretende la investigación a otros posibles participantes”.
c. ( ) Ninguno de los dos anteriores, sino que la posición deontológica “sirve de
aprendizaje para el individuo al darle un mayor conocimiento de sí mismo y
de la realidad y verificar la efectividad de las manipulaciones experimentales
hechas”.
13. Hay autores que disienten acerca de que la información sobre “los resultados globales obtenidos
elimine totalmente los efectos negativos que el individuo pueda experimentar en su interioridad”:
a. ( ) Schelling
b. ( ) Schiller
c. ( ) Schuler
d. ( ) Kant
14. ¿Qué declaración de la Asociación Médica Mundial posee unos postulados válidos para la Psicología?
15. En la “Declaración” mencionada en la cuestión anterior (que data de 1975), hay numerosos
principios y criterios èticos para la investigaciòn psico-psiquiátrica. Tal y como hemos estudiado:
Los temas de esta unidad los puede revisar en el capítulo 4 del texto básico)
“Tenemos que ser un pueblo grande en los ámbitos de la espiritualidad, de la ética…de la cultura y libertad”
(Benjamín Carrión)
¡Usted ha logrado avanzar el estudio en un porcentaje de más del sesenta por ciento del texto! ¡Falta
poco para culminar con el estudio de todas las unidades! Así que la alegría y el entusiasmo sea el motivo
para terminar de manera excelente.
Al iniciar la presente temática, le recomiendo revisar estudios de casos y otras fuentes de consulta que se
presentan en la siguiente temática, con la finalidad de que usted pueda analizar y tener presente para
soluciones que podrían darse.
•• Introducción.
En 1982 J. Rappeport –véase p. 111- trató sobre dos áreas de contacto que hay entre la psicología,
la psiquiatría y la Ley: la primera, tiene que ver con el terreno de la psicología y la psiquiatría jurídica, en
cuyo caso el profesional debe asistir a los responsables de administrar justicia; el segundo campo, tiene
que ver con el campo de la “mala práctica”.
Así pues, la principal y más común justificación ética que suele darse a favor de utilizar humanos en
una investigación psicológica es que hay beneficios tanto para el individuo como para la humanidad;
otras interpretaciones erróneas, afirman que en realidad es un beneficio para el psicólogo y la comunidad
de profesionales de la psicología; o un aporte al desarrollo del propio país en el que vivimos; o un aporte
al desarrollo de la propia cultura en que vivimos, indistintamente de las fronteras geopolíticas. Pero estas
tres últimas son erróneas.
Así pues, cabe añadir que para orientar la práctica psico-psiquiátrica desde la ética-personalista,
y evitar la mala práctica, hay que hacer una crítica desde seis aspectos29:1) que no sea en términos
absolutos; 2) contra la manipulación; 3) contra la relativizaciòn; 4) no haya “infidelidades”; 5) contra
perjuicios y transferencia (paciente/psicólogo o viceversa) y 5) huyendo, siempre, de la mala práctica.
•• Legalidad y Psicología.
Así pues, nos podemos plantear que de los cuatro siguientes problemas éticos que se pueden dar
a la hora de la práctica del psicólogo o psiquiatra cuando participa en un juicio (indistintamente de
29 Véase también, para este tema, el capítulo final del libro de França-Tarragó, Omar, Ética para psicólogos. Introducción a
la Psicoética, Bilbao, Ed. Descleé de Brouwer, 1996, p. 297-299. Este capítulo final es muy informativo y resumen bastante
bien –si bien es cierto que quizá demasiado “resumido”-, el contenido de todo el libro.
este juicio pertenezca al ámbito del Derecho Penal o en el Civil), uno no pertenece a la lista de los tres
problemas éticos fundamentales que sucedcen cuando el psicólogo (o psiquiatra) actúa como forense: a)
La honestidad e imparcialidad en la selección de las fuentes a partir de las cuales elaborar la información
que va a presentar al Juez; b) La honestidad e imparcialidad en la selección de los razonamientos
deductivos a partir de las cuales elaborar la información que va a presentar al Juez; c) La honestidad
e imparcialidad de la presentación o redacción del informe; d) La confidencialidad y la labor pericial.
Cuando un psicólogo o psiquiatra participa como testigo –a pedido del paciente- nada hay que objetar
desde el punto de vista ético, pues que aquello que diga el Psicólogo ante el juez habría sido con la
autorización explícita de la persona involucrada.
•• Privilegio terapéutico.
El concepto de “Privilegio terapéutico” es un concepto legal que se aplica en algunos países, y que
se refiere al derecho que tiene todo psicólogo o psiquiatra a garantizar al paciente que la información
no será revelada; así, y dado el caso, si el psicólogo o psiquiatra se negara a revelar la confidencia del
paciente, no deben de ser sancionados bajo ninguna circunstancia. Por ello, no podemos creer que el
psicólogo o el psiquiatra tengan el derecho y el deber de acceder a toda la información del paciente.
No obstante, debemos aclarar que el término “privilegio terapéutico” no se usa como concepto legal en
psicología, pero tampoco en psiquiatría. Así, y para tener una mejor comprensión de lo que decimos,
podemos hacer un ejercicio de aplicación de su conocimiento: pues el caso de la no revelación de
información confidencial no es comparable a la que tiene el Sociólogo cuando hace y elabora encuestas
de opinión. Más bien, sería el equivalente profesional –reconocido por la Ley- del “secreto de confesión”
que tienen los sacerdotes en la Iglesia Católica.
En otro orden de cosas, y con relación a la mala práctica, debemos decir que ésta es el fallo en el ejercicio
de la idoneidad de un psicólogo. Sin embargo, debemos decir que, por ejemplo, la impaciencia no es
considerada “mala práctica”, aunque sí la imprudencia, la impericia y la negligencia. Así, y si entramos
con más detalle, debemos sintetizar todo lo que sabemos acerca de la “mala práctica” en la profesión
de psicólogo o psiquiatra, y reconocer que, por ejemplo, no se estamos ante un caso de imprudencia
cuando la conducta del profesional, aun sabiendo y conociendo determinada terapéutica, no pone en
práctica con exactitud esa información y decide poner en práctica otra terapeútica también válida y
reconocida por la sociedad internacional. Sin embargo, sí estamos ante una imprudencia cuando hay
una osadía desproporcionada y un psicólogo incurre en usar métodos o procedimientos que, estando
dentro del conjunto de conocimientos o prácticas de la profesión, requerirían un entrenamiento
específico no recibido por un determinado psicólogo. Así como también estaríamos ante un caso de
imprudencia cuando adoptamos el uso de procedimientos o prácticas complejos, inciertos –o al límite
de su capacidad-, y con resultados dudosos (sin ir más lejos, el propio psicoanálisis: teoría no contrastada
ni comprobable en la cual se subdivide la personalidad de la persona en “ello”, “yo” y “superyó”, y, y tal y
afirmaba Karl R. Popper, nunca podía ponerse un contraejemplo que hiciera “falsable” las ideas de Freud
y/o de los psicoanalistas…).
No obstante, hay que afirmar que todo buen psicólogo debe reconocer su error en el caso de haber
existido una negligencia, una imprudencia o una impericia. Este reconocimiento -y a pesar de haber
cometido un “error” en su técnica como profesional-, sin embargo le engrandece no sólo como “buena
persona”, sino también como “buen psicólogo”: pues, en efecto: el psicólogo debe ser honesto y sincero
en el reconocimiento de su responsabilidad, al igual que por ejemplo Jesucristo rompía el “círculo
vicioso” por medio del perdón (al hablar de poner la otra mejilla como metáfora del amor radical: el
amor incondicional a los demás es, en realidad, una “filosofía de vida” que siempre trae cosas buenas). De
esta manera, el psicólogo siempre debe reconocer el error, y poner medios para remediarlo: es una gran
irresponsabilidad disimular las propias responsabilidades.
Por otro lado, nunca debemos olvidar que el psicólogo, actualmente, debe un servicio a la sociedad.
Y éste se puede diferenciar en dos tipos. Así, una primera ocupación del psicólogo en nuestros días,
sería, por ejemplo, la psicología clínica, pues ésta sigue el patrón clásico de relación individual entre un
psicólogo y una persona luego de que ambos entablan un acuerdo basado en el libre consentimiento.
Por otro lado, hay segunda forma de ocupación del psicólogo en nuestros días, y no se trata solamente
de ofrecer psicoterapia y psicología clínica, sino más bien de lo siguiente: de ocuparse de la psicología
institucional u organizacional, que tiene una evolución más reciente y requiere la pericia del psicólogo
como facilitador en el desarrollo de las personas que conviven en las instituciones o grupos.
Punto de Reflexión
Actividad recomendada
¡Felicidades! ¡Ha finalizado la presente unidad! Le animo a contestar la autoevaluación para ver si está
todo comprendido. Si hay alguna duda o pregunta que no contestó adecuadamente, vuelva a revisar la
unidad. Finalmente, si quedan inquietudes, no dude en solicitar asesoría a su tutor.
Autoevaluación 3
1. Tal y como sabemos (según formuló J. Rappeport, en 1981), hay dos áreas distintas de contacto
entre psicología, psiquiatría y Ley:
3. De los cuatro siguientes problemas éticos que se pueden dar a la hora de la práctica del psicólogo
o psiquiatra cuando participa en un juicio (indistintamente de este juicio pertenezca al ámbito del
Derecho Penal o en el Civil), uno no pertenece a la lista de los tres problemas éticos fundamentales
que sucedcen cuando el psicólogo (o psiquiatra) actúa como forense:
4. “Privilegio terapéutico” es un concepto legal que se aplica en algunos países, y que se refiere al
derecho que tiene todo psicólogo o psiquiatra a:
5. Demuestre la comprensión de lo que acaba de elegir como respuesta correcta: haga un ejercicio
de aplicación de su conocimiento y elija una de las tres siguientes afirmaciones como equivalente
al “privilegio terapeútico”:
6. La mala práctica es el fallo en el ejercicio de la idoneidad de un psicólogo. Juzgue cuál de las tres
siguientes no es considerada “mala práctica”:
a. ( ) Imprudencia
b. ( ) Impaciencia.
c. ( ) Impericia
d. ( ) Negligencia
7. Sintetice todo lo que sabe acerca de la “mala práctica” en la profesión de piscólogo o psiquiatra,
y especifique cuál de las cuatro afirmaciones siguientes podría entenderse como la definición de
imprudencia:
8. Todo buen psicólogo debe reconocer su error en el caso de haber existido una negligencia, una
imprudencia o una impericia. Este reconocimiento -y a pesar de haber cometido un “error” en
su técnica como profesional-, sin embargo le engrandece no sólo como “buena persona”, sino
también como “buen psicólogo”:
a. ( ) Ofrecer psicoterapia y psicología clínica, pues sigue el patrón clásico de relación
individual entre un psicólogo y una persona indistintamente de que ambos
entablen un acuerdo basado en el mutuo libre consentimiento.
b. ( ) La psicología institucional u organizacional, que tiene una evolución más
reciente y requiere la pericia del psicólogo como facilitador en el desarrollo de
las personas que conviven en las instituciones o grupos.
c. ( ) Adoptar un criterio diacrónico en el diagnóstico psicoterapéutico, de cara a
enfocar correctamente los problemas éticos.
53
6.5. Competencias genéricas de la UTPL
dedicación
Titulación educativo Unidades
Vivencia de los Desarrollar la visión Unidad 4. Ética de la Trabajo en equipo: Elaboración Valora la importancia de los Semanas 1 y 2
valores universales humanística profesional, relación individual entre principios fundamentales
Leer comprensivamente la unidad 4 del texto 6 horas de
del humanismo de para orientar las terapeuta/paciente y que rigen la vida
básico y las orientaciones que se presentan en la autoestudio
Cristo. realidades que afectan el relaciones psicólogo/ profesional.
guía didáctica sobre los temas de esta unidad.
desarrollo de la persona, organizaciones. 4 horas de
Pensamiento crítico y Distingue las normas o
en sus diferentes Elaborar un resumen con los aspectos interacción
reflexivo. 4.1. El proceso de relación. criterios de la Deontología
ambientes, familiares, fundamentales de la unidad 4.
Profesional con el propósito (por cada semana)
Compromiso e sociales, educativos, 4.2. Personas involucradas.
Hacer una redacción de una página sobre la de mejorar las condiciones
implicación social. profesionales. 4.3. Terapias psiquiátricas y participación de los obreros en la propiedad de la de vida de los demás como
Comunicación oral y psicológicas. empresa. sentido de responsabilidad
escrita. 4.4. Psicoterapia social
Desarrollar las actividades recomendadas en la
unidad 4.
Resolver la autoevaluación propuesta en la
unidad 4 de la guía didáctica.
Iniciar el desarrollo de la evaluación a distancia
SEGUNDO BIMESTRE
54
Unidad 5. Visión de Conjunto. Ejemplificar otros textos, éticos o legales. Reconoce las características Semanas 3 y 4
5.1. Resumen y significativas de las
Leer comprensivamente la unidad 5 del texto 6 horas de
relaciones entre
conclusiones sobre básico y las orientaciones de la guía didáctica autoestudio
profesionales
el texto de O. Francá- sobre los temas de la unidad.
4 horas de
Tarragó. Identifica y establece
Averiguar sobre el trabajo social que desarrolla la interacción
criterios claros sobre los
Iglesia en la parroquia donde se vive.
distintos aspectos básicos (por cada semana)
Desarrollar las actividades recomendadas en la que motivan a realizar
unidad 5 mejor las actividades
encomendadas.
Contestar la autoevaluación propuesta en la
unidad 5 de la guía didáctica. Asume y promueve
actitudes humanistas en la
Participar en el foro propuesto en el EVA. persona, para que valore su
Continuar con el desarrollo de la evaluación a rol como profesional, su
distancia. relación con los demás y su
realidad, y de esta manera le
permita como profesional
saber tomar las mejores
decisiones al momento de
Guía didáctica: Psicoética
actuar.
Unidad 6. Soma, Psiqué y Leer comprensivamente la unidad 3 del texto Identifica los elementos Semanas 5 y 6
Espíritu básico y las orientaciones de la guía didáctica claves para conservar un
6 horas de
sobre la unidad. equilibrio adecuado entre el
6.1. Hacia una visión holista autoestudio
trabajo y la vida personal
del ser humano (o Hacer un mapa conceptual sobre los grupos
4 horas de
de cómo la Psicoética intermedios. Reflexiona y aplica e de
interacción
se dice de muchas modo específico las virtudes
Desarrollar las actividades recomendadas en la
maneras) y valores, como aspectos (por cada semana)
unidad 3.
primordiales en la vida
Contestar la autoevaluación propuesta en la profesional que le ayuden a Semanas 7 y 8
unidad 3 de la guía didáctica. mejorar el clima relacional, y 4 horas de
dar dirección y sentido a su autoestudio
Interacción en el EVA. propia vida y su entorno.
6 horas de
Participar en el foro propuesto en EVA.
interacción
Entrega en el centro universitario de la
(por cada semana)
evaluación a distancia.
Preparación para la evaluación presencial
SEGUNDO BIMESTRE
•• Introdución.
Los capítulos que se mencionan en esta segunda parte de la presente Guía Docente, y de cara a su
Segundo Bimestre, se corresponden con el libro de França-Tarragó mencionado en la bibliografía básica
y obligatoria. Así, la Unidad que a continuación veremos, la Unidad 4, se refiere a las págs. 125 a 291 del
libro mencionado (a cuya lectura detenida, desde esta guía, sólo podemos recomendar, al alumno/a),
y de la cual extraeremos los casos prácticos. Con relación a la Unidad 5, remitimos al lector a lo escrito
entre la págs.. 295 y la 303. Esta última Unidad 5 (es decir: el capítulo 7 del libro), en cuanto “Visión de
conjunto” – qué duda cabe-, tiene un papel crucial en la comprensión del contenido de esta asignatura.
Por otro lado, la Unidad 6, se corresponde netamente con el texto Rielo Pardal, Fernando, Mis
meditaciones desde el modelo genético, Madrid, Editorial Fundación Fernando Rielo. Colección de Filosofía,
2001 –con especial atención a ciertos capítulos fundamentales del mismo, que serán estudiados durante
el curso-, así como con otras obras del pensamiento rieliano que mencionamos tanto al pie de página
como en la bibliografía final.
(Los temas de esta unidad los pueden revisar los capítulos 5 y 6 del texto básico)
Luego del estudio de la psicoética y la ley, en la presente unidad profundizará en el estudio de la ética individual
y su relación con el paciente. Le invito a realizar una lectura reflexiva y luego una lectura de cada subtema
para una mayor comprensión de la temática.
De cara a esta unidad 4 (correspondiente, como decimos, a los capítulos 5 y 6 del libro de Tarragó),
podemos comenzar afirmando que todos los tipos de terapias psicológicas existentes se pueden
clasificar en dos grandes grupos: a) Terapias de autoconocimiento y autoaceptación, y, b) Terapias de
modificación de conducta y de corte biologicista. Ambas están enfrentadas, y nosotros aquí optaremos
por la primera. Por otro lado, hay que resaltar que las terapias de autoaceptación parten de la base que
el medio fundamental para el cambio está dentro del mismo individuo y su capacidad de libertad, así,
es imposible pensar que partan de la base que el medio fundamental para el cambio no está dentro
del mismo individuo y su capacidad de libertad, o que el medio fundamental para el cambio reside en
algo exterior al sujeto;, o, peor, que el medio fundamental para el cambio residen en el valor del grupo
social al que se pertenece. Asimismo, tanto las terapias de modificación de conducta como las de corte
biologicista, parten de la base que el medio fundamental para el cambio no está dentro del mismo
individuo y su capacidad de libertad: es decir, el método de cambio no reside en el interior del individuo
sino en algo exterior a él. En consecuencia, nunca pueden partir de considerar de la base que el medio
fundamental para el cambio está dentro del mismo individuo y su capacidad de libertad (y, menos, de
que el medio fundamental para el cambio reside en algo interno al sujeto o en el valor del grupo social
al que se pertenece).
Así, podemos resumir diciendo que un autor que representa una terapia cuyo riesgo principal es “ser
masificante y despersonalizante (es decir: se deja de lado la interioridad y se ocupa fundamentalmente
de la adaptación social)” es Skinner; por otro lado, un autor que representa una terapia cuyo riesgo
principal es “ser paternalista (es decir, el psicólogo o psiquiatra son los que saben qué es lo normal y
sano, el paciente y la sociedad tienen que seguir sus directrices) es Ellis. Al mismo tiempo, un autor que
representa una terapia cuyo riesgo principal es “poder volverse narcisista (dejando de lado los aspectos
de la convivencia social)” es Maslow. Estos tres autores deben ser conocidos y estudiados (véase págs.
217 – 261).
Con relación al consentimiento válido, hay que resaltar que se dá al inicio de la relación terapéutica,
es primordial y en las entrevistas el psicólogo debe dar toda la información al paciente, de forma
suficiente y adecuada, para que éste pueda consentir; con respecto al formulario que permite “el
consentimiento válido”, debe ser dado al cliente/paciente, es necesario señalar que se debe dar al final
de la primera consulta, luego de haber escuchado a la persona y de haber tenido la oportunidad de
clarificar oralmente los aspectos más centrales de la relación ( Así pues, es completamente falso que
el psicólogo puede darlo en el momento en que desee, pero siempre dentro de la oficina de Consulta
oficial del Psicólogo…, etc, y otros tópicos).
Por su parte, y con relación a los términos “transferencia” y “contratransferencia” tienen un sello
psicoanalítico claro y sería deseable no usarlos, ya que algunas escuelas de psicología –y de filosofía,
como la popperiana- niegan que suceda ese fenómeno tal y como lo define el Psicoanálisis. Sin embargo
(y a falta de uno mejor), ¿qué se entiende por “contratransferencia”? No obstante, debemos saber que se
refiere a “el conjunto de sentimientos y expresiones experimentados por el psicólogo hacia el paciente”.
Estos términos, y a pesar de su origen, pueden ser muy útiles –pues en nada es un problema que su
contexto de descubrimiento sea acientífico-. Así pues, en algunos casos, el individuo examinado puede
tener sentimientos dirigidos al terapeuta: aceptación, rechazo, simpatía, antipatía. Ya sean positivos o
negativos, pueden ser distorsionadores y trasnferirse a la relación paciente-psicólogo. Al respecto (es
decir: sobre el papel negativo que puede desempeñar en dicha relación), debemos tener claro dos
aspectos:
a. Se debe tener cuidado con que no distorsionen la percepción que sobre el paciente tenga
el terapeuta: pues éste puede eludir el tratamiento de ciertos temas. O insistir tozudamente
en otros.
b. Que los mencionados sentimientos creen una actitud de protección que mantenga al
paciente en una continua dependencia.
Con relación al psicólogo y los DD. HH., podemos decir (p. 151) que hay situaciones en que puede
constituir un deber moral por parte del terapeuta : si no repudia el psicólogo/ psiquiatra ciertas acciones
negativas del paciente, entonces la indiferencia del psicólogo hacia tales actitudes repudiables se
volvería complicidad con estas faltas éticas, e incluso, complicidad con el delito. Así, se pude decir que
el código deontológico del terapeuta sí permite plantear abierta y sinceramente –con tacto y de modo
dúlico, naturalmente-, al paciente, el repudio de las acciones negativas.
Con relación a otros aspecto de la ley y la hospitalización de pacientes, debemos afirmar que la
MODEL LAW de la Asociación Americana de Psiquiatría (1984) justifica la hospitalización del enfermo
mental en dos condiciones: 1°) Cuando la persona sufre severa enfermedad mental o trastorno de la
personalidad que la incapacitan para valerse por sí misma y: a) pone en riesgo su vida o la vida de terceros;
b) puede causar daños irreparables al mismo sujeto o severos perjuicios a otros, y 2°) Cuando la persona
es incapaz de hacer un consentimiento válido para ingresar a un hospital o parar recibir el tratamiento
psiquiátrico imprescindible. Además, y con relación a la vida del enfermo mental en el hospital y los
dilemas éticos que implica, podemos decir que estos dilemas se pueden observar desde el punto de
vista siguiente: cuando afectan directamente a la dignidad de la persona, así como tratos que afectan
a la independencia y los lazos familiares o sociales. Y con respecto a los tratos que afectan a la dignidad
humana del enfermo mental en el hospital, podemos decir que hay cuatro características/condiciones
básicas:
a. La reclusión o restricción, en caso de ser necesarias, deben ser hechas siempre con un
objetivo terapéutico.
b. Mirar la televisión, pasear fuera del centro de internación, comprar golosinas o utilizar ciertos
objetos prescindibles (como radio, etc.), podría usarse –en determinadas circunstancias-
como para estimular conductas constructivas dentro de la convivencia hospitalaria.
c. Es imprescindible que el tipo de conductas que se premian o refuerzan y las que se castigan
o no refuerzan, sean sometidas a la supervisión de un Comité ético en el que también
participen, siempre que sea posible, las familias de los enfermos. Como dato interesante,
al respecto, cabe señalar que en EE.UU., la desintitucionalización –es decir: salida de la
Institución- por parte de los enfermos mentales interno ha descendido en los últimos 30
años, disminuyendo de 560.000 internos en hospitales (en 1955), a 132.000 en 1983.
4.4. Psicoterapia.
Con relación a los distintos modelos de terapia, remitimos al lector a que lea en el libro (especialmente,
en la página 217 y ss.); así, verá cómo en la pág. 219 se habla, incluso, de la terapia familiar como una
técnica extremadamente diversa en la práctica psicológica actual, hasta tal punto que algunos autores
incluyen en ella cualquier tipo de procedimiento que tenga como meta la búsqueda de alterar los
patrones de interacción entre los miembros de una familia. Así, hay que decir que la terapia familiar
es una técnica extremadamente diversa en la práctica psicológica actual. No obstante, surge el primer
problema ético cuando intentamos definir desde el punto de vista operativo, aunque está claro que para
que funcione esta terapia familiar es necesario saber qué es y cómo debe funcionar una familia para
asegurar el adecuado estado de salud en cada uno de sus miembros. Todas las definiciones que se hagan
están impregnadas de valores implícitos o explícitos -como sabemos.
Con relación al control (p. 238) que la sociedad puede y debe ejercer sobre los psicólogos, es
necesario decir que desde el punto de vista ético, quizá parezca que no exista ningún tipo control de los
líderes de los grupos terapéuticos. Pero es necesario que lo haya, para que no puedan suceder daños
irreparables, pues podría ser enormemente perjudicial para la sociedad. De hecho, la tarea de controlar
que un grupo de líderes de terapeutas no se descontrole corresponde tanto a asociaciones profesionales
como al Ministerio de Salud Pública. Asimismo (p. 270), hay que señalar que también es un problema
ético frecuente en la práctica psicológica en organizaciones lo referido al condicionamiento económico
profesional, pues puede suceder que el psicólogo intente crear dependencia en la organización para
que un paciente lo consulte una y otra vez, tratando de asegurar, así el contrato económico. Esto es un
problema de graves implicaciones éticas, además de un nuevo daño moral al paciente que lo sufre: con
lo cual, si se me permite decirlo, supone un doble daño. Y también puede suceder que el psicólogo quiera
infringir el principio ético de Beneficiencia, y pretenda prolongar innecesariamente su intervención para
sacar un mayor provecho pecuniario. Esto es un problema de graves implicaciones éticas; ambos casos
lo son. Pero lo que es un problema ético muy fundamental para el psicólogo organizacional, es todo lo
que tiene que ver con el respeto a la intimidad y confidencialidad de los trabajadores o miembros de la
institución. Así pues, el secreto profesional en el ámbito organizacional constituye un doble imperativo
En definitiva, si nos referimos a la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones
Unidas, éstos son (p. 296) fundamentales.
Punto de Reflexión
LECTURA. Del libro “Protágoras”, de Platón (léase en el apartado: 318 A-328 D) Contéstese a las siguientes
preguntas: ¿Se puede enseñar la virtud, en concreto, la virtud política? ¿Cómo es posible que los sofistas
griegos –siendo grandes “amañadores” y “tramposos”-, puedan participar en la polis, erigiéndose como
educadores? ¿Y cómo puede ser que Sócrates, siendo ciudadano de la polis, no participe en la vida pública de
ésta? Por último: ¿Cree usted que tiene razón Sócrates o los sofistas? Razone.
Actividad recomendada
•• Lea, con especial interés, los contenidos de las páginas siguientes: 126, 127, 131, 135,
136, 142, 146, 148, 150, 151 y 160. Haga un resumen.
¡Ha finalizado la presente unidad! Le animo a contestar la autoevaluación para conocer si está todo
comprendido. Si hay alguna duda o pregunta que no contestó adecuadamente, vuelva a revisar la
unidad.
Autoevaluación 4
1. Todas las siguientes frases son síntomas de que el psicólogo/psiquiatra está teniendo una
“contratransferencia” en la relación terapeuta/paciente. Excepto una. Averigüe cuál:
2. Hay situaciones en que puede constituir un deber moral romper la relación terapéutica y
la neutralidad, para plantearle abierta y sinceramente al paciente el repudio que merecen
determinadas acciones suyas. ¿Cuál de las tres siguientes es la razón principal de plantearle el
repudio?:
a. ( ) …que van contra la Declaración Universal de los Derechos del hombre.
b. ( ) …que no es lógico que se comporte así: el paciente también tiene que dar
ejemplo.
c. ( ) …el imperativo categórico kantiano.
d. ( ) Ninguna de las tres.
4. Según el libro de texto de la asignatura, la propuesta de B. Wolman sobre cuándo debe terminar la
relación con el paciente depende…
5. Hay un viejo axioma de la práctica clínica de los médicos que afirma que no…
7. Con relación a la vida del enfermo mental en el hospital y los dilemas éticos que implica, podemos
decir que estos dilemas se pueden clasificar en:
a. ( ) Tratos que afectan directamente a la dignidad de la persona, así como tratos
que afectan a la independencia y los lazos familiares o sociales.
b. ( ) Tratos que afectan directamente a la dignidad de la persona, pero que no tienen
nada que ver con los que afectan a la independencia y los lazos familiares o
sociales.
c. ( ) Tanto “a” como “b” son ciertas.
d. ( ) Ninguna de las tres (ni “a”, ni “b”, ni “c”) son ciertas.
8. Con respecto a los tratos que afectan a la dignidad humana del enfermo mental en el hospital,
podemos decir que:
a. ( ) La reclusión o restricción, en caso de ser necesarias, deben ser hechas siempre
con un objetivo terapéutico.
b. ( ) Mirar la televisión, pasear fuera del centro de internación, comprar golosinas
o utilizar ciertos objetos prescindibles (como radio, etc.), podría usarse –en
determinadas circunstancias- como para estimular conductas constructivas
dentro de la convivencia hospitalaria.
c. ( ) Es imprescindible que el tipo de conductas que se premian o refuerzan y las
que se castigan o no refuerzan, sean sometidas a la supervisión de un Comité
ético en el que también participen, siempre que sea posible, las familias de los
enfermos.
d. ( ) Todas son ciertas.
9. En EE.UU., la desinstitucionalización –es decir: salida de la Institución- por parte de los enfermos
mentales internos…
a. ( ) …ha subido en los últimos 30 años, aumentando de 132.000 en hospitales (en
1955), llegando en 1983 a la cifra de 560.000 personas internas.
b. ( ) .…ha descendido en los últimos 30 años, disminuyendo de 560.000 internos en
hospitales (en 1955), a 132.000 en 1983.
c. ( ) Ninguna de las dos afirmaciones anteriores es correcta.
a. ( ) Los padres tienen derecho a la Patria Potestad, y ellos tienen la última palabra.
Esto no excluye, sin embargo, una permanente actitud de discernimiento
y respeto a la progresiva capacidad de decidir que va adquiriendo el menor
–acorde con su edad- y una atenta vigilancia de la voluntad paterna no esté
violando derechos humanos fundamentales.
b. ( ) Siempre debe haber autonomía por parte de los menores, y los padres están
en segundo plano.
c. ( ) Las leyes no garantizan el derecho de los padres a orientar y guiar a sus hijos
menores según les parezca conveniente, indistintamente de que violen o no
los derechos inalienables del niño y de todo ser humano.
11. Analice y constate cuál de las siguientes afirmaciones es considerada maltrato infantil:
12. A lo que se refería la cuestión 29, está recogida por la Organización de Naciones Unidad (ONU), y,
en concreto, se proclamó en la Declaración Universal de los Derechos del Niño. Esta se propuso en:
a. ( ) 1945
b. ( ) 1948
c. ( ) 1955
d. ( ) 1959
13. El autor J. Corsini escribió en 1988 un libro titualdo “Current psychoterapies” (“Psicoterapias
actuales”), y en el afirmó que había hoy día…
14. La terapia familiar es un técnica extremadamente diversa en la práctica psicológica actual, hasta
tal punto que algunos autores incluyen en ella cualquier tipo de procedimiento…
a. ( ) “que tenga como meta la búsqueda de alterar los patrones de interacción entre
los miembros de una familia”.
b. ( ) “que tenga como meta la búsqueda perpetuar los patrones de interacción
entre los miembros de una familia”.
c. ( ) “que no tenga como meta la búsqueda de irrumpir en los patrones de
interacción entre los miembros de una familia”.
d. ( ) Ninguna de las anteriores afirmaciones es verdadera.
a. ( ) ……“qué es y cómo debe funcionar una sociedad para asegurar el adecuado
estado de salud en cada uno de sus miembros. Todas las definiciones que se
hagan están impregnadas de valores implícitos o explícitos, como sabemos”.
b. ( ) …“qué es y cómo debe funcionar una nación para asegurar el adecuado estado
de salud en cada uno de sus miembros. Todas las definiciones que se hagan
están impregnadas de valores implícitos o explícitos, como sabemos”.
c. ( ) …“qué es y cómo debe funcionar una familia para asegurar el adecuado estado
de salud en cada uno de sus miembros. Todas las definiciones que se hagan
están impregnadas de valores implícitos o explícitos, como sabemos”.
16. Es posible que, desde el punto de vista ético, no exista ningún tipo control de los líderes de los
grupos terapéuticos:
19. Un problema ético muy fundamental para el psicólogo organizacional, es todo lo que tiene que ver
con el respeto a la intimidad y confidencialidad de los trabajadores o miembros de la institución.
Esto no sucedería si:
20. Podemos decir que la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas
son…
a. ( ) El documento que mejor sintetiza el contenido de los diversos valores necesarios
para asegurar la dignidad de la persona y el camino de la humanización.
b. ( ) No es el documento que mejor sintetiza el contenido de los diversos
valores necesarios para asegurar la dignidad de la persona y el camino de la
humanización.
c. ( ) Ninguna de las anteriores afirmaciones es verdadera.
21. En definitiva, existe un decálogo hecho por un autor (de la siguiente lista) que sintetiza una
formulación excelente de los Derechos del paciente psico-psiquiátrico:
a. ( ) Berber
b. ( ) Ellis.
c. ( ) Berger
d. ( ) Roger
22. En definitiva, existe un decálogo mencionado en el libro de texto y que sintetiza una formulación
excelente de los Derechos del paciente psico-psiquiátrico. Diga cuál de la siguiente lista no
pertenece a los que se formulan en el apartado al que nos referimos:
23. Existe un decálogo mencionado en el libro de texto y que sintetiza una formulación excelente de
los Derechos del paciente psico-psiquiátrico. Diga cuál de la siguiente lista no pertenece a los que
se formulan en el apartado al que nos referimos:
24. Existe un decálogo mencionado en el libro de texto y que sintetiza una formulación excelente de
los Derechos del paciente psico-psiquiátrico. Diga cuál de la siguiente lista no pertenece a los que
se formulan en el apartado al que nos referimos:
25. Existe un decálogo mencionado en el libro de texto y que sintetiza una formulación excelente de
los Derechos del paciente psico-psiquiátrico. Diga cuál de la siguiente lista no pertenece a los que
se formulan en el apartado al que nos referimos:
a. ( ) El paciente tiene derecho a una experiencia terapéutica que tenga un límite
determinado.
b. ( ) El paciente no tiene derecho a una experiencia terapéutica que tenga un límite
determinado.
c. ( ) El paciente tiene derecho a que no se le explote, engañe o manipule por medio
de la información que se le brinde.
La Psicoética y la Psicología (Resumen del libro Ética para psicólogos. Introducción a la Psicoética).
Los temas de esta unidad los puede revisar en el capítulo 7 del texto básico
“La mitad de la infelicidad de la vida proviene de la falta de coraje para enfrentar la realidad”
William Locke
La penúltima unidad se refiere a un tema fundamental, en la vida de cada persona como es la conciliación
entre el trabajo, la vida personal como familiar ¡Es importante que Ud. contextualice la realidad de su trabajo
con la familia! Se trata de cuidar de su trabajo y de su vida desde lo más digno y humano, en este contexto
la psicología responde al cuidado de la psique humana y la psicoética a la incidencia ética en el ámbito
profesional.
Seremos muy breves al respecto, pues no hay necesidad de decir lo que ya está escrito (máxime
cuando, además, lo está “bien escrito”…). Pues en el libro de Tarragó, el Capítulo 7 –“Visión de Conjunto”-
es un capítulo es breve, pero denso y jugoso. Al respecto, recomendamos vivamente la íntegra lectura
y asimilación, pues es una información bien construida, en la que se exponen principios y normas de la
Psicoética, así como la práctica psicológico-psiquiátrica desde el punto de vista personalista –definiendo
cuál es la buena y la mala práctica-, así como un excelente Decálogo de qué hacer, y qué no hacer, en
nuestra futura práctica diaria como profesionales y personas responsables de la salud mental.
¡Felicitaciones al finalizar la presente unidad! Le animo a contestar la autoevaluación para conocer si está
todo comprendido. Si hay alguna duda o pregunta que no contestó adecuadamente, vuelva a revisar la
unidad.
Autoevaluación 5
a. ( ) “…son un imperativo categórico justificable por la razón humana como válido
para todo tiempo y espacio”.
b. ( ) “…tender al término medio”
c. ( ) Todas las afirmaciones anteriores son falsas.
3. Con relación al número existente de estos principios morales, podemos enunciar cuatro “principios
morales fundamentales”:
4. Señale cuál de las siguientes opciones no se encuentra entre“los principios morales fundamentales”:
“La mitad de la infelicidad de la vida proviene de la falta de coraje para enfrentar la realidad”
William Locke
¡La última unidad se refiere a un tema que ha cobrado interés al referirnos a la concepción integral de
la persona! ¡Es importante que Ud. conozca sobre el mismo y adopte criterios adecuados! Se trata de
realizar un enfoque relacional e integral de la persona (cuerpo, alma y espíritu)
Le recomiendo revisar el anexo 1 respectivamente que se presentan al final de la guía, con el propósito
de que usted pueda reflexionar del sentido de de la persona en su contexto personal, profesional y social.
De esta manera, inicie leyendo el ANEXO 1. , en donde encontrará los aspectos esenciales de la persona.
Introducción.
Así pues, tal y como señalábamos en la introducción de esta Guía -y siguiendo con el segundo de
los planteamiento que comentábamos al principio de la misma-, podemos afirmar que los dos capítulos
fundamentales del segundo de los libros citados en la Bibliografía Básica –capítulo escritos por Fernando
Rielo-, son, exactamente, el segundo y el tercer capítulo del mencionado libro: el capítulo 2 (“Tratamiento
psicoético de la Educación”) y el capítulo 3 (“Filosofía Psicoética”) Ambos capítulos pertenecen, como
decimos, al libro titulado Mis meditaciones desde el modelo genético. Y seguimos aquí recomendado y
dando aliento para su lectura, pues ésta a primera vista es algo intrincada, aunque posteriormente, y tras
una asunción y asimilación de muchos conceptos de la misma (como pequeña ayuda, véase el Glosario
que proponemos para la lectura del mismo, en el apartado correspondiente de esta guía), e insistimos,
deja un poso de disfrute y aprendizaje inédito para la aplicación no sólo en la profesión, sino, y sobre
todo, en la vida personal de cada uno de nosotros. O, al menos, así nos lo parece: como una novedosa
aportación a la “Psicoética”.
Por esta razón, denominamos a este capítulo de nuestra Guía “Soma, Psiqué y Espíritu. Hacia una
visión holista del ser humano”: pues no sólo somos cuerpo (soma, en griego clásico), sino también mente
(psiqué, en griego), y, además, “espíritu”. Para ser persona, no debemos detenernos en el placer de lo físico
–el ser humano lo tiene, pero no es él exclusivamente eso: comida, degustar un vino, etc; en realidad
lo físico puede producirnos cierta “esclavitud”: si como un bistec, quizá pueda quiera comer dos…; si
tomo un vino, quizá pueda desear un segundo, tercero, etc…Esto no es plenamente humano-; tampoco
debemos confundir el gozo desordenado de lo que es, en el fondo, meramente un proceso psicológico,
de la psique: la “vanidad”, la “prepotencia”, “mi valía intelectual” etc. También puede hacernos esclavos: de
nuestro ego, de nuestra vanidad. Sino que más bien la parte somática y física, así como la parte psíquico-
mental, debe estar referida al bien espiritual, pues sin ésta no nos completamos: la alegría, la felicidad
residen en este aspecto espiritual que nos caracteriza en cuanto humanos, lo más íntimo de mí mismo
(recuérdese como S. Agustín decía que “lo más interior de mí mismo es Dios”, pues en el interior del ser
humano habita la Verdad). Con esta felicidad podemos estar en una situación extática (de “éxtasis”, que
significa salir fuera: de mis prejuicios, de mis aspectos exclusivamente físico-psicológicos, etc.), y esto
puede hacer que me comprenda mejor a mí, y a los demás. Y con responsabilidad. Pero además, con
libertad. Este aspecto es el único que nos hace crecer como seres humanos.
Recordemos, para este fin, las palabras de Rosario De Rivas -las cuales suscribimos plenamente-,
escritas en la anterior Guía que precede a la que aquí presentamos a usted: “Le ánimo para que no se
<asuste> si el texto le produce mucha dificultad para su comprensión. Y también le animo a que trata
de observar los aspectos más relevantes que nos interesa tener en cuenta, como una aproximación a
este modelo [genético] que requiere un estudio más profundo, aparte de esta materia. Tratare[mos] por
tanto, de mostrarle (…) qué entiende [Rielo] por Psicoética. En un principio –nos sigue explicando De
Rivas-, [Rielo] pone la consideración de la psicoética como una nueva del saber que contribuye a la eficaz
formación integral del ser humano. Pero los conceptos “psique” y “ética” no son yuxtapuestos, sino que se
interrelacionan mutuamente. Entonces, la Psicoética, no sería Psicología, ni ética, ni una se funda en la
otra.
Señala F. Rielo que: la Psicoética es ciencia que estudia las relaciones de dos campos, la Psicología y la
ética, que encuentran su razón de ser en un tercio incluso, la ontología o mística, en el que aquéllas echan sus
raíces”.
6.1. Hacia una visión holista del ser humano (o de cómo la Psicoética se dice de muchas
maneras).
•• El Cristianismo como filosofía y como verdad revelada. El amor como mensaje crucial del
Cristianismo.
No obstante, debemos tener en cuenta que el Cristianismo no es una filosofía estrictamente, sino
una doctrina de salvación, una “filosofía cristiana”. Se presenta como doctrina revelada por Dios y tiene
como objetivo salvar al hombre; sin embargo, incluye una serie de afirmaciones sobre asuntos que desde
el comienzo de la filosofía y la ética habían sido planteados por los filósofos: qué y quién es el hombre,
qué es el alma, el espíritu, el mundo…, o cuál es el principio de todo. En la filosofía griega del siglo VII
a. de C. se tomaron como principios el agua (según Tales de Mileto), el apeirón (pensaba Anaximandro),
el aire (para Anaxímenes), el fuego (sostenía Heráclito), el número (afirmaba Pitágoras) o lo divino (o
Nous –inteligencia autoordenadora-, para Anaxágoras); en este tipo de filosofía cristiana, sin embargo, se
considera a Dios como el principio. Por decirlo con una frase propia del filósofo alemán F. Heinemann, los
griegos se planteaban el cosmos con relación a lo eterno; sin embargo, y por vez primera, el cristianismo
se preguntaba sobre lo Eterno como algo que poner en confrontación con el Cosmos; lo Eterno como
posible creador del Cosmos, como posibilidad de entender adecuadamente el Cosmos. En definitiva, se
puede decir que los esfuerzos irán encaminados a que la verdad revelada por Dios pueda ser alcanzada
por la razón, y a la vez, que la verdad adquirida por el hombre -aun siendo estrictamente humana- no se
oponga a la verdad revelada por Dios.
Pero el cristianismo no sólo es una religión: también es un modo de vida. Y este modo de vida
implica un conjunto de conocimientos, considerados verdaderos y de orden superior, conseguidos por
medio de la fe: la fe en el amor que Jesús de Nazareth nos tuvo, al morir por nosotros, y que nosotros
ahora, debemos seguir como ejemplo y llevar a los demás (a nosotros y a todos: con sus virtudes y
defectos, pero siempre quedándonos con la primera de las dos…), y así hacer ver al resto de los humanos,
amándolos por encima de todas las cosas, como Él nos amó ( y ama), y haciéndolo para comprender en
el día a día –y no sólo como abstracción- lo que significó y significa. Con el único objetivo de poder
conseguir cambiar el mundo, y llevar la Verdad.
Así, la Verdad divina -nos dirá el cristianismo- está en el Evangelio. Y la verdad humana, en los libros
de los filósofos antiguos -que el pensador medieval conoció por traducciones y comentarios; el filósofo
moderno, por el medieval y el antiguo, etc-.Y el principal mensaje, que hasta entonces ninguna cultura
egipcia, babilónica, asiria o griega había contemplado era el radical mensaje del amor; pero también,
el de la igualdad: “el mayor será como el menor, y el que manda, como el que sirve”. Todos hijos del
mismo Dios. Aquí, pues, comienza una apasionante verdad que transformará toda ética anterior y
posterior. E, incluso, cabe recordar que el propio imperativo categórico kantiano (“no uses al otro como
un medio, sino respétalo como un fin en sí mismo”), una de las máximas cotas alcanzadas por la ética
filosófica –formulada en el siglo XVIII-, no parece ser más que un mero remedo de la enseñanza cristiana,
radical, del amor y de la igualdad entre los hombres, todos/as hijos de Dios. Veamos a continuación, qué
planteamiento podemos extraer de aquí para nuestra asignatura de Ética para Psicólogos.
Por ello, Rielo defenderá que si tratamos de reducir las funciones psico-espirituales del ser humano
a las funciones psico-biológicas (es decir: psicosomáticas), estamos cayendo en una “concepción
materialista” que reduce al ser humano a materia, cuerpo, a meros órganos, carne, etc…. Y está claro
que somos más que eso: no podemos igualar los vivientes impersonales a los personales, pues éstos
últimos tenemos un componente biológico/somático innegable, sí; pero, claro está, además, tenemos
un componente espiritual que tantas y tantas veces “manda” sobre el corporal y somático, y tantas y
tantas veces…, se ve afligido el ánimo espiritual por un dolor físico-corporal, o por una preocupación
de índole psicológica (y, muchas veces, psicosomatizada…). En consecuencia, siendo el ser humano un
“todo” indeferenciado, debemos dentro del holismo que aquí proponemos primar la parte espiritual
que, en cuanto humanos, nos completa.
Así pues, queda claro que el ser humano es más que lo físico: y el amor que se nos enseña en el libro
revelado -que es la Biblia-, es una enseñanza acerca de qué sea el ser humano. Este amor completa al ser
humano.
Así pues –nos enseña J.M. López Sevillano, en la <<Introducción>> a la Concepción Mística de la
Antropología de F.Rielo-, “la sed de Absoluto, la vocación de trascendencia, la apertura al infinito, son
experiencias que, de uno u otro modo, no dejan de acuciar al ser humano en todo momento. A todos
nos sobrecogen. Nadie hay que puede afirmar, sinceramente, que no entiende estas expresiones. Y si
las entiende, es que algo de experiencia tiene de ellas. Del Absoluto parten todas las culturas, todas las
religiones, todas las filosofías, al Absoluto tendemos cada día [en expresión de Rielo] en nuestro “ser +”.
Nadie quiere tender a <<ser –>>, no nos conformamos nunca, en nuestra interioridad, con lo menos, a
no ser que nos suceda algo <<disgenético>>, algo que no marcha bien en nuestra biología, en nuestra
psicología o en nuestro espíritu”.
–que es el amor, forma y síntesis de todos los valores y virtudes-, ¿qué autoridad moral pueden tener los
creyentes ante los que no lo son? No. Ya no hay espacio para la palabra vacía, farisaica, interesada. Los
Upanishads, el Tao Te Ching, el Corán, la Mishná, el Talmud, el Antiguo y el Nuevo Testamento y las ricas
tradiciones que hemos recibido, históricamente, de los mejores hombres y mujeres –héroes y santos-, no
pueden ser unos libros o textos abstractos, leídos de cualquier forma, a imagen y semejanza de nuestras
pasiones y egoísmos. Lo fundamental es, como atestigua Rielo, interpretarlo y experienciarlo todo, no
desde cualquier amor, antes bien, desde el Amor Absoluto, y no como nosotros lo queremos, sino como
el Absoluto quiere”. Esta visión, en definitiva, debe hacernos entender que si vivimos auténticamente
los valores, desde su origen y en su sentido pleno como humanos –alma, cuerpo y espíritu-, entonces
podremos tender al Bien, en los mayores términos absolutos que podamos pensar. Esta es una
manera segura de discriminar el bien del mal, pues aunque apoyándonos en la razón distingamos y
reconozcamos la sabiduría de todas las éticas humanas, desde Aristóteles a MacIntyre, la auténtica
sabiduría interna es un bien que parte de una concepción mística de la vida y del mundo, posición en
el umbral de las cosas que, con reflexión e inteligencia sentiente –que diría Xavier Zubiri (1898-1984)-,
nos deja aproximarnos a las cosas, a las personas, con la mirada pura y limpia. Para intentar obtener lo
mejor (moral y cognoscitivamente hablando) de ellas, de nosotros. Para que esa pequeña revolución de
renovar nuestra mirada cada día, y el mundo, pueda cambiar lo que de éste no nos gusta. Esta es nuestra
tarea. Recordando el dictum de Inmanuel Kant (1724-2804), repitamos: Sapere aude! Pero siempre, con
moral: el “cielo estrellado sobre nuestras cabezas” –que diría Kant-, pero también el deber por el deber, el
imperativo categórico. O si se prefiere, lo mismo, sólo que en otros términos anteriores: “ama al prójimo
como a ti mismo”.
Hemos terminado la última unidad ¡Debe sentirse motivado y con ganas siempre de continuar adelante!
Punto de Reflexión
Proponemos, para esta parte de la asignatura, una reflexión acerca de la siguiente idea de J.M.
López Sevillano –al referirse a la propuesta rieliana-:
“Cristo es el modelo a cuya imagen y semejanza ha sido creado el hombre; y Cristo es también el
ideal supremo al que tiende, en su dinamismo natural-sobrenatural, el ser humano”.
Ayúdese, para su comprensión, del texto que proponemos en el siguiente apartado (“Actividades
Recomendadas”).
Actividad recomendada
-- Investigue sobre las culturas y épocas que escribieron los siguientes textos: Upanishads, el Tao
Te Ching, el Corán, la Mishná, el Talmud.
-- Reflexione sobre el siguiente texto que J.M. López Sevillano escribe sobre F. Rielo: “[Hay que
mostrar] una actitud abierta a todos los que piensan, sin caer por eso en relativismos. Busca
la verdad. (…) Ya San Agustín, evocando aquella frase del salmo: “un abismo invoca a otro
abismo” (in Ps. 41-42, 8), hacía ver que el misterio de Dios es oteado sólo desde el misterio
del hombre. Y, por otra parte, el Concilio Vaticano II nos recuerda que el misterio del hombre
no se esclarece de verdad sino en el misterio del Verbo encarnado, en Cristo. ¡Qué paradoja!
Para estudiar teología necesitamos antropología; pero la antropología no puede estudiarse
en su integridad abarcadora sin tener en cuenta la revelación de Dios [y ésta está escrita en
la Biblia] en su Palabra, en su Verbo, Jesucristo. Un eco de esto mismo parece encontrarse en
aquella concepción fundamental de Rielo (…): el ser humano es mística verdad abierta a la
divinidad verdad infinita, y siempre referida a ésta. Sí. Estamos abiertos a la verdad infinita,
pero desde nuestra finitud. Fernando Rielo nos invita a caminar sobre el terreno firme, seguro,
de este fundamento antropológico, para integrar allí los valores que, de orden científico,
filosófico o teológico, encuentra [Rielo] a cada paso, clarificándolos, potenciándolos [y esto
lo encuentra tamibién Rielo] en el dogma cristológico de la persona del Verbo [Divino, pues]
poseyendo la naturaleza divina infinita ha asumido la naturaleza humana finita”.
De esta manera respondiendo al punto de reflexión daremos por concluido el estudio del presente unidad.
Finalmente le invito a responder la autoevaluación. Al final de la guía usted encontrará el solucionario
para que confronte sus respuestas.
Autoevaluación 6
a. ( ) “La Psicoética es una ciencia que estudia la relación entre dos campos, la
psicología y la ética, que encuentran su razón de ser en un tercio incluso, la
ontología y la mística”.
b. ( ) “La Psicoética es una ciencia que estudia la relación entre dos campos, la
psicología y la ética, que encuentran su razón de ser en un tercio excluso, pero
interno, la Lógica”.
c. ( ) “La Psicoética es una ciencia que estudia la relación entre dos campos, la
psicología y la ética, que encuentran su razón de ser en un tercio incluso, la
ontoteología y la mística”
d. ( ) “La Psicoética es una ciencia que estudia la relación entre dos campos, la
psicología y la ética, que encuentran su razón de ser en un tercio incluso, la
mística”
2. El egoísmo, para Fernando Rielo, es una tendencia humana que se deriva en deformaciones
psicológicas como:
4. Considere qué pueda significar, para Rielo, el sentido de las palabras “energía extática”:
5. La energía extática lleva implícito el deseo de hacer el bien, o lo que llamamos “buena fe”, “buena
voluntad”. Así pues, según la concepción de Rielo, en una persona “normal” es de suponer que…
a. ( ) .…no hace el mal por el mal, solo señala lo que es justo y verídico.
b. ( ) .…no hace el mal por el mal, sino que las malas actuaciones, cuando se dan,
vienen movidas por multitud de condicionantes que están influyendo, sean de
tipo psicosomático, cultural, ambiental, educacional, temperamental, etc.
c. ( ) .…no hace el mal, nunca.
d. ( ) .…Ninguna de las tres afirmaciones anteriores es correcta.
a. ( ) “Yo +” sagrado, donde este “+” indica la apertura del “yo”
b. ( ) Es un individuo que tiene psicología y alma.
c. ( ) Es un individuo que tiene psicología, lógica y alma.
d. ( ) Es un animal racional.
7. Según el pensamiento de Rielo, las malas activudes cuando se dan vienen motivadas por una
multitud de condiciones que están influyendo, como son:
8. Para Fernando Rielo, la Psicoética se encauza reconociendo que la persona tiene una dimensión
mística, que:
Distinguido estudiante le invitamos a revisar el solucionario para que usted compare sus respuestas.
7. Solucionario
Autoevaluación Nº 1
Nº OPCIÓN CORRECTA
1. b
2. b
3. a
4. c
5. a
6. b
7. a
8. b
Autoevaluación Nº 2
Nº OPCIÓN CORRECTA
1. b
2. a
3. a
4. b
5. d
6. d
7. b
8. a
9. a
10. c
11. a
12. a
13. c
14. d
15. a
Autoevaluación Nº 3
Nº OPCIÓN CORRECTA
1. c
2. b
3. b
4. b
5. b
6. b
7. d
8. a
9. b
10. b
Autoevaluación Nº 4
Nº OPCIÓN CORRECTA
1. d
2. a
3. a
4. c
5. a
6. d
7. a
8. d
9. b
10. a
11. e
12. d
13. c
14. a
15. c
16. b
17. c
18. d
19. c
20. a
21. c
22. c
23. c
24. a
25. b
Autoevaluación Nº 5
Nº OPCIÓN CORRECTA
1. c
2. a
3. b
4. b
5. b
6. b
7. b
8. a
Autoevaluación Nº 6
Nº OPCIÓN CORRECTA
1. a
2. a
3. c
4. c
5. b
6. a
7. c
8. b
8. Glosario
Del texto de esta Guía escrito con relación al libro de Tarragó, se han ofrecido definiciones adecuadas
durante el desarrollo del propio texto, o bien con nota al pie, o bien en el propio corpus del texto.
Con relación al libro de F. Rielo –y aún sabedores de la utilidad hoy día de Wikipedia, pero también
conociendo las limitaciones de ésta…-, podemos ofrecer las siguientes definiciones:
Apocalipsis. Elemento trágico de esta revelación que hallará en el juicio celeste su victoria final.
Energía pisteica. Sinónimo de “creencia”. Energía del ser humano en tanto que persona.
Hipernoético. Referido al ámbito de la revelación. Aquello que no puede ser captado por la actividad
natural de la inteligencia.
Holismo. Visión de conjunto, un <Todo> en el que todas sus partes están interrelacionadas.
Kezautía. Radica en el ser humano. Ley de Trascendentalidad. Referido a lo “trascendente”, más allá de lo
inmanente.
Petitio Principii. Aristóteles la definió como “círculo vicioso”, es decir, cuando A depende de B tanto como
A depende de B (y no hay manera de hacer prevalecer A sobre B, ni viceversa).
Tercio excluso. En lógica clásica, sólo hay dos variables: V (=Verdadero), y F (=Falso). De esta manera, se
excluye una tercera opción (por ejemplo: indefinido).
Ejemplo de Evaluación
Ejemplos de evaluación son los propios tests que se hacen en cada unidad.
9. Anexos
ANEXO I
CONCEPCIÓN ANTROPOLÓGICA DEL SER HUMANO
El termino persona se deriva del verbo latino per-sonare que significa resonar; y de la versión del griego
prosopón que significa máscara. La palabra dignidad proviene del latín, de la raíz de dignitas = calidad
de digno y del verbo decet = justo, honesto, de donde derivan los sustantivos decor y decís, es decir, “Algo
que tiene excelencia y dignidad en virtud de su belleza y decoro”
El término latino persona, así como el correspondiente griego prosopon, significa “máscara”, la que
usaban los actores de teatro, y, por tanto, el personaje representado por ellos. En este mismo sentido,
se introdujo en la reflexión filosófica para indicar el rol desarrollado por el hombre en la vida. El hombre
está llamado a desarrollar bien su papel, como el actor está llamado a representar bien el suyo en el
drama que representa.
La Real Academia de la Lengua define a la dignidad como la “gravedad y decoro de las personas en la
manera de comportarse”. El ser humano es digno porque trasciende toda temática biológica: Ser dotado
de inteligencia y libertad. Al herir la dignidad de cualquier persona se está hiriendo a si mismo, porque
los demás nunca le son ajenos.
§§ La dignidad no es un título
Por lo tanto, la persona es única, irrepetible y de igual dignidad para todos los individuos de la especie.
La Unidad del cuerpo, alma y Espíritu por lo que la persona es un ser único e irrepetible.
CUERPO:
§§ Parte biológica.
El cuerpo del hombre goza de una dignidad especial ya que está, junto con el alma, en estrecha relación
con Dios. Según Wojtyla, K. (1982) en su obra Persona y acción en la pág. 2, manifiesta: “El hombre es
sujeto no sólo por ser autoconciencia y autodeterminación, sino también la base del propio cuerpo. La
estructura de este cuerpo es tal, que le permite ser el autor de una actividad puramente humana”; por lo
que el cuerpo es para el hombre un medio de expresión.
ALMA:
§§ Ella es, ante todo, el principio que da vida a nuestro humano existir, la que da movimiento,
actividad y energía a nuestro cuerpo.
Según Monge Miguel A. (2004) en su obra Medicina Pastoral, citado de Aristóteles, de Anima II, 414 a.
decía: “El alma es aquello por lo que primeramente vivimos, sentimos, nos movemos y entendemos; es
el principio de todas las operaciones, tanto somáticas como psíquicas y espirituales, y, en cuanto tal, está
en todo el cuerpo y en cada una de sus partes. Por eso, cuando hablamos del alma, decimos algo sobre
el cuerpo que lo manifiesta. El alma es lo que nos referimos al llamado ámbito psicológico; es decir, al
aspecto afectivo (sentimientos, emociones, pasiones, deseos, reacciones, etc.); intelectivo (inteligencia);
y lo volitivo (voluntad)
ESPÍRITU
Según Fernando Rielo, Fundador de los Misioneros Identes al referirse a la persona humana, considera
los siguientes aspectos:
Parte del Espíritu Psicosomatizado, es decir, en el hombre hay una unidad entre los niveles físico, psíquico
y espiritual. Pero si buscamos un nivel que lo caracteriza esencialmente, éste no es el alma, sino el espíritu,
precisamente porque el espíritu es aquella parte creada directamente, singularmente por Dios, que abre
al hombre de forma libre, o sea personal, al diálogo con El.
El espíritu es la sede de la personalidad. El hombre es persona porque posee un espíritu inhabitado por
la Divina Presencia, a diferencia de los demás seres vivientes, que tienen alma –porque tienen vida- pero
no espíritu, en los que la presencia de Dios es solamente “extrínseca”.
En la persona humana hay unidad entre los niveles físico, psíquico y espiritual. El espíritu es, en suma,
esencialmente comunicación, tanto que es imposible pensarlo privado de este carácter. Si quitamos la
comunicabilidad, del espíritu no queda nada. El espíritu, con su gene ontológico o místico, se abre al
psicosoma y a Dios, porque todo el hombre es espiritual. Así el hombre no puede ser jamás definido en
base a sus características físicas o psíquicas, sino siempre en referencia al espíritu.
La persona humana es esencialmente espiritual, pero también el cuerpo y la psique son parte integrante
del «complejo humano»: la persona humana es un espíritu psicosomatizado. Al respecto el Dr. Romero
Luis Miguel (2007) en su conferencia impartida a los profesores de la Universidad Técnica particular de
Loja, mencionaba una importante diferenciación entre los hombres de alma y hombres de Espíritu, así
tenemos:
El espíritu nos ayuda a trascender, ir más allá de nuestra propia realidad humana.
Por eso, la Dignidad de la Persona no es un derecho del hombre, es el fundamento de los derechos que
se conceden al hombre, por ello las constituciones provinciales, nacionales y los tratados internacionales
se refieren a ella, sobre su carácter de justificación última existe una suerte de consenso universal, que
se traduce en todos los textos legales. En el presente estudio se realiza un acercamiento profundo sobre
dicho concepto, su significado, contenido, importancia y la vinculación con los distintos derechos.
Todo ser humano tiene dignidad y valores inherentes, solo por su condición básica de ser humano. El
valor de los seres humanos difiere del que poseen los objetos que usamos. Las cosas tienen un valor
de intercambio. Son reemplazables. Los seres humanos, en cambio, tienen valor ilimitado puesto que,
como sujetos dotados de identidad y capaces de elegir, son únicos e irreemplazables.
El respeto al que se refiere este principio no es la misma cosa que se significa cuando uno dice “Ciertamente
yo respeto a esta persona”, o “Tienes que hacerte merecedor de mi respeto”. Estas son formas especiales de
respeto, similares a la admiración. El principio de respeto supone un respeto general que se debe a todas
las personas.
Por eso, en el Catecismo de la Iglesia Católica, n.357, se indica: “El ser humano tiene la dignidad de
persona: no es solamente algo, sino alguien”; por lo que es capaz de conocer y amar; es decir, tiene
profundidades impensables de entendimiento, libertad y creatividad. Es alguien en definitiva, cuya
dignidad está fundamentada en Dios.
La identificación propia del ámbito pedagógico debe estar fundada en el amor, que constituye el
horizonte vital de la educación; que al respecto S.S. Juan Pablo II, en Redemptor Hominis, n° 10, explicaba
en su reflexión antropológica: “(…) el hombre no puede vivir sin amor…(el hombre) permanece para sí
mismo un ser incomprensible, su vida se vacía de sentido, si no se revela el amor, si no se encuentra
el amor, si no lo experimenta y hace propio, si no participa en él vivamente”. En definitiva, el amor se
convierte, en el verdadero significado de la formación de la persona, en el sustento de la educación y en
la vivencia fundamental de la familia, de la humanidad y para el bien de la misma sociedad; es decir, el
amor pertenece a la integridad de la misma persona.
Referencias Bibliográficas
•• Barraca, Javier. (2005), Una Antropología Educativa fundada en el amor, Alcalá, MADRID, Editorial
CCS.
Es un texto que muestra las raíces más profundas del ser humano y el horizonte de toda vocación educativa
donde sitúa el eje central de la tarea educadora en el propio ser humano. Además, proporciona, una
visión de conjunto de los temas de fondo de la educación. Muestra, así, la íntima vinculación existente
entre el modelo antropológico y la forma concreta de educar.
•• Chalmeta O. Gabriel (1996) ÉTICA ESPECIAL, El orden ideal de la vida buena. EUNSA. Pamplona.
España.
El presente texto busca, ante todo, exponer de forma clara y sintética la estructura esencial de la ética
especial o aplicada; por tanto, trata de responder a la pregunta: ¿cuáles son los comportamientos-tipo
mediante los cuales se es feliz, se vive bien?
•• LLano, Alejandro. (2002), La vida lograda. Editorial Ariel, S.A. España, 203 páginas.
En el transcurso del texto el autor menciona que el conocimiento es, en sí mismo considerado, la operación
más perfecta. Sin embargo, la plena autorrealización de la persona sólo se llevará a cabo realmente por
el amor, que a su vez supone el conocimiento. De manera que el amor es el resorte clave que impulsa a
la búsqueda de la verdad como perfección del hombre. Por lo tanto, la obra es una descripción precisa
y aplicable de los contenidos teóricos que trata para la aplicación en la vida. Finalmente el texto se
encuentra dividido en siete capítulos.
•• Merino N, Diego. (2001) El poder invisible del amor, segunda edición, Dimerino Editores, Colección
Cielo Azul.
•• De Angelis Bernardo / Zordan Paolo. (2009) Antropología. Editorial UTPL. Loja –Ecuador
Es un texto que muestra aspectos fundamentales de la Antropología y que en sus unidades describe las
diversas concepciones antropológicas, la Persona y estructura de la persona; con la finalidad de buscar,
ante todo, una respuesta a aquellos planteamientos profundos del ser humano, una definición integral
de la persona desde una referencia trascendente.
•• INSTRUCCIÓN “DONUM VITAE” Congregación para la Doctrina de la Fe, Card. Joseph Ratzinger,
actual Papa.