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La Intervencion Social en Chile. 1907-1932

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reseñas

JUAN CARLOS YÁÑEZ ANDRADE, LA INTER- del Estado y agrupaciones obreras– en


VENCIÓN SOCIAL EN CHILE, 1907-1932, SAN­ la búsqueda de una solución a la crispa­
TIAGO DE CHILE, RIL EDITORES Y PEDCH DE LA ción social de una parte sig­ni­ficativa de
UNIVERSIDAD DE LOS LAGOS, 2008, 334 P. los trabajadores asalariados, publicando
en la última década importantes ar­tícu­

E l historiador Juan Carlos Yáñez,


una vez más, nos entrega en este
libro sugerentes y agudas reflexiones
los en prestigiosas re­vistas chilenas de
historia, ciencias so­­ciales e histo­ria del
derecho. Su principal aporte historio-
sobre los itinerarios recorridos en Chi- gráfico en estos años ha sido repensar
le tendientes a la institucionalización, el rol del Estado y su apoyo a una agen­
en un marco político-social y jurídico da legislativa sociola­boral, demanda-
no exento de conflictos, de las relacio- da por la clase trabajadora e impulsada
nes capital-trabajo durante las prime- por una clase política –minoritaria–
ras décadas del siglo XX. Este libro po- muy activa intelectualmente y conven­
see una base documental heterogénea cida que la represión ha­­cia los trabaja-
y numerosa que da rigor a su investiga­ dores y sus movilizacio­nes era una
ción. Además, el autor tiene la virtud solución ina­propiada, sólo concebible
de seguir pensando los problemas his- como herencia de un orden político tra-
tóricos a partir de categorías de aná­ dicional, fren­te a un conflicto de clase
lisis que, en este caso, nos ayudan a que era –ine­vitablemente– moderno.
iden­tificar los rasgos definitorios de la Mucho se ha discutido en la histo-
naciente sociedad salarial. riografía chilena, desde finales de los
Hace justo una década el autor pre­ años cuarenta, el papel que le corres-
sentaba su examen de grado de maes- pondió al Estado en allanar el camino
tría en Historia en la Universidad de hacia el reconocimiento de los obreros
San­tiago de Chile. En esa oportunidad como agentes económicos y sujetos de
de­fendía su investigación, Estado, con- derecho. Tanto los historiadores “mar-
senso y crisis social. El espacio público en xistas clásicos”, como los investigado-
Chile: 1900-1920, publicada bajo el mis- res de la “Nueva historia social”, llega-
mo título por el Centro de Investigacio­ ron a la conclusión que su desempeño
nes Diego Barro Arana en el año 2003. fue contener a las masas obreras, repri-
A partir de ese primer trabajo Yáñez miendo sus manifestaciones, cuestio-
ha realizado una investigación sistemá­ nando su discurso político-ideológico
tica sobre la “cuestión social”, las re­la­ e incitando al parlamento a no sumar-
cio­nes sociolaborales, y las acciones po­ se a sus reivindicaciones, por ser una
lí­ti­cas –de parlamentarios, funciona­rios amenaza para el orden social.

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Contrariando las premisas sosteni­ durante el 2005-2006. Yáñez pudo refle­


das acríticamente, por décadas, el au- xionar el resultado de sus investigacio­
tor ha decidido desafiar la monumen- nes anteriores junto a los maestros Ro­
tal obra de los historiadores nacionales bert Castel, Pierre Rosanvallon, Alain
e investigadores extranjeros, tales co­ Touraine, Cristian Topalov y Denis Mer­
mo Jobet, Ramírez Necochea, Barría, klen, quienes le permitieron ir definien­
Ortiz Letelier, Vitale, Morris, Pizarro, do el rol que tenía la institucionalidad
Sa­lazar, Pinto, Grez, Illanes, pudiendo laboral en la constitución del Estado
sortear con sabiduría y perseverancia social en Chile. El autor señala desde
la tentación de reiterar las representa- un comienzo de la obra su postura con
ciones prejuiciadas que se tienen del severidad, “las políticas sociales como
Es­­tado –represor–, la clase política –in- fenómeno particular no han sido abor-
dolente– y de la organización obrera – dadas desde una perspectiva de largo
heroica–. plazo en Chile”. Como excepción es-
Yáñez ha sostenido, en gran parte tán los trabajos de José Arrellano, Dag-
de sus trabajos, que la organización so­ mar Raczinsky, Jorge Rojas y Mideplan.
cial del trabajo en Chile es resultado Él estima que estos trabajos presentan
del consenso político, social y económi­ un déficit como resultado de una pe-
co. Fue decisión del Estado, una fac- riodización estrictamente vinculada
ción progresista de la clase política, los con el proceso político y “el supuesto
empresarios y los trabajadores –aque- implícito de analizar su evolución a
llos dispuestos a integrarse–, que aun par­tir de sus avances y retrocesos”.
existiendo conflictos entre todas la par­ En su estudio sobre el Estado so-
tes optaron por avanzar en establecer cial chileno, Yáñez ha escogido la Ofici­
derechos y deberes que regularan las na del Trabajo como institución clave
re­laciones capital-trabajo. Con ello que­ para explicar la formación y su poste-
rían evitar las arbitrariedades, despla- rior evolución. “En primer lugar, su
zar prácticas laborales de “antiguo régi- con­tinuidad y constante crecimiento,
men”, estableciendo reglas más o me­nos hasta transformarse en 1925 en minis-
claras en un marco institucional cada terio, justifica esa opción. En segundo
vez más dispuesto a favorecer la conci­ lugar, es innegable que la Oficina tuvo
liación y el arbitraje que la ruptura. un importante rol en la elaboración de
La intervención social en Chile, 1907- la estadística laboral, colaborando, ade­
1932, es una investigación que surge más, en el diseño de las primeras leyes
en el contexto de sus estudios de más- sociales, junto a la incipiente fiscaliza-
ter en Ciencias Sociales en París (EHESS) ción de las actividades productivas,

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transformándose en 1924 en Dirección especificidades de la misión que tuvo


General del Trabajo. Por último, es en la Oficina en un comienzo fueron difu-
torno a esa institución que se va for- sas y sus resultados no eran del todo
mando una burocracia sensible a lo so­ confiables para las partes involucradas
cial, y que ve en el problema de la or- en el acontecer laboral. Sin embargo, el
ganización del trabajo una excelente discurso técnico, la estadística siste-
vía para legitimar su existencia ante la mática e inclinación por una pedago-
sociedad y aumentar su participación gía social, dispuesta a instruir en el co­
en el presupuesto de la nación”. nocimiento y respeto de los derechos y
La perspectiva desarrollada por el deberes, tanto a patrones como a obre-
autor en este estudio es de carácter ins­ ros por igual, paulatinamente fueron
titucional-político, porque está conven­ cimentando las bases de un organismo
cido que las instituciones tienen un rol que pudo descubrir problemas de una
central en la constitución del Estado sociedad nueva –moderna– que para
social. Ellas establecen marcos de ac- el Estado se transformaría en un “cam-
ción, un consenso de las sensibilidades po de intervención social”.
expresadas por los grupos de interés y “La intervención”, segundo aparta­
unifican procedimientos de los actores do del trabajo de Juan Carlos Yáñez
político-sociales al visualizar los pro- nos sitúa en la promoción de un pensa­
blemas sociales. miento social en Chile que surge, a fi-
La primera parte de la obra intitu- nales del siglo XIX e inicios del siglo XX,
lada “El descubrimiento” es la puerta como resultado de la importancia que
de entrada a la germinación de una va adquiriendo la “cuestión social”.
idea, la Oficina del Trabajo. El autor va En la medida que hay un campo social
re­construyendo progresivamente el que se autonomiza de lo político y eco-
nacimiento de esta institución, consi- nómico vino una “reflexión sobre esos
derando el contexto de fuerte confron- ámbitos desde un lugar independiente
tación sociolaboral que experimenta- o equidistante”. Lo interesante es que
ban las relaciones capital-trabajo, un en esa discusión y debate, señala el au-
insuficiente debate político-parlamen- tor, los mayores cambios se expresaron
tario –más preocupado por la violen- en “relación a lo político y en la organi­
cia inusitada de los obreros que por la zación económico-productiva, más
“cuestión social”– y la auspiciosa inter­ que en lo social estrictamente hablan-
nacionalización de las respuestas gu- do”. Esto explicaría el aporte de la Ofi-
bernamentales a los problemas deri- cina del Trabajo –inicialmente– en
vados de una sociedad salarial. Las cuantificar los fenómenos sociolabora-

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les, buscando legitimar su saber a tra- por la estructura industrial moderna


vés de la promoción de un discurso de los distintos sectores consensuaron e
integración y su preocupación por los integraron a visiones comunes la tarea
excluidos de la sociedad. Las primeras de los órganos del Estado hacia el cum­
leyes de trabajo, la lucha por la reduc- plimiento de las leyes laborales y la
ción de la jornada laboral y el descanso crea­ción de un sistema de seguridad
dominical, las propuestas populares social. No es casual que la primigenia
de legislación social, la crisis salitrera, Oficina del Trabajo –1907– se haya
las bolsas de trabajo, el fenómeno del transformado en la Dirección General
desempleo, las ollas de pobres, los al- del Trabajo –1924–. Ambos organis-
bergues, las demandas de los obreros mos de intervención político-social
en contra de la cesantía y por el mayor serán fundamentales para la creación
incremento del salario, son en parte la definitiva del Ministerio del Trabajo
fuente explicativa de los ajustes en el en 1932, gran triunfo de las posiciones
discurso y la acción de la clase política. más progresistas que se habían incu-
En este sentido, el autor destaca la tem­ bado desde fines del siglo XIX y que
prana discusión y diseño de una “polí- con­vergieron durante la instauración
tica social emergente en nuestro país” de la fugaz “República Socialista”, pro­
–primeras leyes sociales e institucio- moviendo una serie de reformas que
nes como la Oficina del Trabajo– y que en corto tiempo darían marcha a un
sólo como resultado de ella se pueden programa Estatal de políticas sociales
comprender a cabalidad las reformas sin precedentes. En este Ministerio se
impulsadas entre los años 1920-1930 y sintetizaban las aspiraciones de trans-
el papel del Estado en su ascendente formación estructural y cultural que se
intervención social. esperaban para Chile, si bien el siste-
Durante la década de 1920 se logra­ ma institucional del Estado social se
rá en Chile “La institucionalización” había venido construyendo de forma
de lo social, a veces por convicción ininterrumpida en los últimos 25 años,
otras por obligación. En esta tercera “la posibilidad de profundizar los cam­
parte de su trabajo, el historiador Juan bios –ahora en una variante socialista–
Carlos Yáñez, hace confluir las vertien­ pasaban por acentuar la labor educativa
tes intelectuales, políticas, administra- del Estado”, para que finalmente la “Re-
tivas y obreras manifestadas entre pública de los Trabajadores” cons­tru­
1884 y 1920. Como resultado de una yera la nueva sociedad que anhelaba.
trayectoria histórica, y no de respues- Los resultados de la investigación
tas mecánicas, al desafío planteado del historiador Yáñez son un estímulo

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para iniciar estudios que nos ayuden a to de creciente intervención social pú-
situar de mejor manera las relaciones blica y privada.
políticas, socioeconómicas y laborales También una lectura atenta del li-
experimentadas en Chile en el primer bro nos plantea la necesidad de reeva-
tercio del siglo XX. Es evidente que luar las figuras de Alessandri y Reca-
hace falta superar a la “concertación” barren, pues en ciertas ocasiones la
de estudios de la “Nueva historia so- “historiografía marxista” y la “Nueva
cial”, quienes nos han legado una serie historia social” han insistido –majade-
de prejuicios que –en retrospectiva– ramente– en el énfasis individual, co­
han producido, en parte, un estanca- mo fuente explicativa para evaluar los
miento en los estudios historiográfi-
cos, pues todo lo acontecido tiende a de la Historia, núm. 112, Santiago de Chile,
ana­lizarse desde lo estrictamente so- 2003; “Legislación laboral y organización
cial-popular. El prejuicio mayor radica productiva. Jornada de trabajo y descanso
dominical en Chile: 1901-1925” en Revista de
en hacernos creer que el Estado tuvo Estudios Histórico-Jurídicos, 26, Valparaíso,
una vocación represora intrínseca, es- 2004; “Las bolsas de trabajo: modernización
pecialmente en el ámbito social, donde y control del mercado laboral en Chile (1914-
1921)” en Cuadernos de Historia, núm. 26,
se muestra un Estado siempre desinte-
Santiago de Chile, 2007. En la misma senda
grador del tejido social. Esto explica el se sitúa Sergio Grez, quien en la última déca-
sesgo en la crítica que ha existido hacia da ha comenzado a investigar la negociación
la temprana legislación social, los atri- laboral en el movimiento obrero-popular:
“El escarpado camino hacia la legislación
butos de inoperancia que se le han social: debates, contradicciones y encrucija-
asignados a órganos públicos como la das en el movimiento obrero y popular (Chi-
Oficina del Trabajo o a funcionarios le, 1901-1924)” en Cuadernos de Historia, núm.
21 Santiago de Chile, 2001; “¿Autonomía o
como Moisés Poblete. Como resultado escudo protector? El movimiento obrero y
de ello se ha descuidado la investiga- popular y los mecanismos de conciliación y
ción sobre los modernos mecanismos arbitraje (Chile, 1900-1924),” en Historia,
núm. 35, Santiago de Chile, 2002.
de control laboral y la regulación de 
Esta tendencia a personificar los avan-
las relaciones laborales, en un contex- ces o retrocesos en la conquista de derechos
sociopolíticos de los obreros se observa en

Al respecto véanse los trabajos de Juan trabajos tales como: Julio Pinto y Verónica
Carlos Yáñez, “Entre el Derecho y el deber: Valdivia, ¿Revolución proletaria o querida chus-
el “San Lunes” en el ideario laboral chileno ma? Socialismo y Alessandrismo en la pugna por
(1900-1920)” en Revista de Historia y Geografía, la politización pampina (1911-1932), Santiago
núm. 18, Santiago de Chile, 2004; “Discurso de Chile, LOM Ediciones, 2001; Jaime Massar-
revolucionario y práctica de conciliación. do, La formación del imaginario político de Luis
Notas sobre el movimiento popular-obrero Emilio Recabarren, Santiago de Chile, LOM
(1887-1924)” en Boletín de la Academia Chilena Ediciones, 2008.

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avances o retrocesos de las demandas boral temprana, una intelectualidad


obreras, por sobre la explicación de que hizo de lo social su profesión, la
procesos, ocultando con ello una polí- gestación de pensadores sociales de
tica moderna de intervención social. tendencias políticas diversas y un am-
Lo anterior ha influido para que la plio debate internacional sobre la cons­
“cuestión social” siga planteándose en titución de un “Estado de Bienestar”
las investigaciones como la acumula- que fuese capaz de enfrentar los desa-
ción de exclusiones y miserias, des- fíos de una sociedad salarial, es evi-
atendiendo la creciente participación dente que el conjunto de ellas hacen
de los trabajadores urbanos en las rela- pensar que debió existir una literatura
ciones de consumo, producto de un precursora que diera cuenta de esta
mercado de trabajo cada vez más re- evolución histórica en un registro an-
gulado, que tuvo en la condición sala- terior a la generación de Jobet.
rial su pilar fundamental. A buena hora ha llegado el trabajo
Finalmente, otra inquietud que del historiador Juan Carlos Yáñez, real­
genera la obra de Yáñez se vincula con mente un aporte concreto a la histo­
los precursores de la historiografía po- riografía chilena, que demuestra con
pular. Es difícil de sostener a esta altu- hechos que se puede hacer “historia
ra que la “ciencia ‘del pueblo’ ”–como social con política incluida”, tal como
le llama Gabriel Salazar– sólo se haya lo promoviera Sergio Grez hace algu-
comenzado a escribir en 1948, cuando
Julio César Jobet abrió una “válvula
de escape a semejante empantana- 
A pesar de que el historiador Jorge Ro-
miento” al denunciar el descuido del jas Flores hace un balance bien fundamenta-
do de la historiografía laboral en Chile hay
“papel primordial” de las clases popu- una inclinación manifiesta de su parte por
lares en la historia de Chile. Si conside- destacar a la generación de Jobet. Esto expli-
ramos que hay una legislación sociola- ca su desvalorización y “prejuicio” sobre
autores como Poblete, Lagos o Escobar que
pensaron y escribieron sobre los problemas
de la clase trabajadora urbana entre 1920 y

Gabriel Salazar, Labradores, peones y pro- 1940. Véase el artículo de Jorge Rojas, “Los
letarios. Formación y crisis de la sociedad popular trabajadores en la historiografía chilena: ba-
chilena del siglo XIX, Santiago de Chile, Edicio- lance y proyecciones” en Revista de Economía
nes SUR, 1989, 7. y Trabajo, núm. 10, Santiago de Chile, 2000.

Julio César Jobet, “Notas sobre la his- 
Sergio Grez, “Escribir la historia de los
toriografía chilena” en Atenea, 26:95, 1948, sectores populares: ¿con o sin política inclui-
357-359 y Ensayo crítico del desarrollo económi- da? A propósito de dos miradas a la historia
co-social de Chile, Santiago de Chile, Editorial social (Chile, siglo XIX)” en Política, vol. 44,
Universitaria, 1951. Santiago de Chile, 2005.

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nos años cuando criticó con vehemen- siendo una frontera abierta para des-
cia a la “Nueva historia social”, pues cubrir historias con rostro humano en
según él, había un manifiesto vaciado clave política e institucional.
de contenido político en muchas de las Patricio Herrera González
historias escritas. El Colegio de Michoacán
Mientras Juan Carlos Yáñez sigue herrerapb@colmich.edu.mx
avanzando –sin desfallecer– en una
historiografía social popular del siglo
XX, evaluando el papel de las institu- Amos Megged, Cambio y persistencia: La
ciones –sin exclusiones– y sus vincula- religión indígena en Chiapas, 1521-1680,
ciones con diversos actores, otros his- México, Publicaciones de la Casa Chata,
toriadores –movidos por las modas Centro de Investigaciones y Estudios
del Bicentenario– han optado por bus- Superiores en Antropología Social,
car las raíces de la rebeldía popular y University of Haifa, 2008, 276 p.
las bases sociales de la revolución pro-
letaria en la independencia, síntomas
de una historiografía que se planifica
desde la coyuntura y que zigzaguea
E ste trabajo –originalmente publi-
cado en inglés en 1996– se centra
en la idea de que los cambios en la
en búsqueda de los recursos económi- vida religiosa que ocurrieron entre los
cos “frescos”. siglos XVI y XVII en las comunidades
La crisis actual del capitalismo chiapanecas tuvieron un impacto di-
global, la discusión sobre el rol del Es- recto en los mecanismos de subsisten-
tado en regular el mercado y las rela- cia bajo el gobierno español.
ciones capital-trabajo, las reformas Dado el relativo aislamiento del
que deberá enfrentar el modelo de poder central, los sacerdotes tuvieron
bienestar producto de un déficit pre- que ajustar sus prácticas y conceptos a
supuestario de la hacienda pública, las condiciones y modos locales, en tan­
son temas que cruzan nuestra discu- to que los indígenas se apropiaron y
sión cotidiana en la hora presente. El modificaron aquello que conside­ra­ban
estudio de Juan Carlos Yáñez es una cristiano. En este contexto, la forma-
excelente oportunidad para hacer una ción de cofradías y su consolidación
relectura de nuestros procesos de inte- como principal institución socioeco-
gración y desajustes sociales, pero nómica al interior de las comunidades
también es útil para seguir promo- fue el resultado más evidente de esta
viendo enfoques sociohistóricos de un interacción –en este sentido se trata de
tema, que para el caso de Chile, sigue comprender el rol de las confraterni-

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