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Frigerio y Lamborghini (2011) - Los Afroargentinos
Frigerio y Lamborghini (2011) - Los Afroargentinos
Frigerio y Lamborghini (2011) - Los Afroargentinos
AFROARGENTINOS:
FORMAS DE
COMUNALIZACIÓN,
CREACIÓN
DE IDENTIDADES
COLECTIVAS
Y RESISTENCIA
CULTURAL Y POLÍTICA
Alejandro Frigerio
y Eva Lamborghini
referirnos a las cofradías y las naciones africanas–
y se manifiesta de manera más clara, quizá, en
los periódicos afroporteños de fines del siglo XIX.
Introducción Cuando la condición de “negro libre” o “esclavo”
dejó de pesar –como también sucedió luego con las
identificaciones étnicas y más eventualmente con
los matices de color–, la clase social, las preferen-
Este trabajo pretende brindar un panorama de cias políticas o las discrepancias sobre cuál era el
las distintas maneras en que, a lo largo de nuestra lugar apropiado o merecido de los afrodescendien-
historia, los africanos esclavizados y luego sus tes dentro de la nación, así como sobre cuál era el
descendientes afroargentinos crearon y mantu- mejor camino para avanzar socialmente, fueron
vieron identidades colectivas y formas de ayuda todos motivos de disenso que comenzaron a cobrar
mutua y de movilización política y social. Se fo- importancia. Las comunidades, como sabemos, son
caliza en los distintos procesos de comunalización más imaginadas que efectivas; por lo tanto, pen-
que protagonizaron los afroargentinos, princi- samos que es más realista tomar la desunión y la
palmente a través del desarrollo de distintos heterogeneidad como el punto de partida y procu-
grupos asociativos (religiosos, étnicos, recreativos, rar describir –y quizás entender, dentro de lo que
políticos) vitales para la transmisión y actualiza- nos permite el espacio– intentos y consecuencias
ción de pautas culturales propias. de la unión, antes que sorprendernos y evaluar
En su primera parte, el trabajo se propone negativamente su contrario, como ha sucedido
sintetizar el conocimiento contemporáneo so- mayormente. Tomando también como punto de
bre el tema, poniendo especial énfasis en los partida las teorías contemporáneas acerca de los
aportes recientes de historiadores y antropólogos movimientos sociales, presupondremos que no se
argentinos. En la segunda, se brinda un espacio parte de las identidades colectivas, sino que se llega
privilegiado al actual resurgimiento de un mo- a ellas (parcial y esforzadamente) luego de procesos
vimiento político –y en menor medida cultu- deliberados en que las mismas son construidas.
ral– afroargentino, y a la manera en que este ha Enfatizaremos –analítica y narrativamente– los
logrado, crecientemente, interpelar a distintas diversos intentos de comunalización (Brow, 1990)
oficinas gubernamentales. que han emprendido a lo largo de nuestra histo-
Las líneas argumentativas procurarán mostrar la ria; principalmente, la creación de agrupaciones
agencia afroargentina, en permanente interacción que nuclearon a esclavizados y negros libres y
con distintas instituciones de control social, tanto luego a afroporteños. Si, siguiendo a Brow (1990:
religiosas como estatales. Para la última década del 1), la comunalización –entendida como cualquier
siglo XX y comienzos del siglo XXI, se señala su ar- patrón de acciones que promueve un sentido de
ticulación con redes continentales de movimientos pertenencia conjunta– es un proceso continuo y
negros, dentro de un contexto de mayor valoración ubicuo en la vida social, creemos que ella resulta
multicultural incentivado por los tratados internacio- particularmente significativa para el caso de los
nales y la intervención de organismos multilaterales. esclavizados y sus descendientes, ya que el grado
Evitaremos en lo posible hablar de una comu- de desarraigo y separación del que partieron es-
nidad afroargentina, para no homogeneizar una tas poblaciones en nuestro suelo supera al usual.
población bastante heterogénea que siempre se vio Aun para los aquí nacidos, su subalternidad y
atravesada por variables (y divisiones) de género, su no-pertenencia a la sociedad mayor resultan
color, clase, nacionalidad o condición social. Aun patentes durante casi todo el siglo XIX. En un
los intentos por agruparse y crear distintos tipos primer momento, porque muchos continuaron
de instituciones de ayuda mutua siempre fueron esclavizados; luego, porque no tuvieron los mis-
segmentados y parciales, efectuados por distintos mos derechos que los blancos; y en las últimas
grupos que exhibían tensiones importantes en su décadas del siglo, porque aun como ciudadanos
interior y que tenían relaciones de cooperación o ocuparon los estratos más bajos de la sociedad y
de conflicto (quizás más esto último) con otros. fueron víctimas del prejuicio y la discriminación.
Esto resulta evidente en todos los casos mejor Por lo tanto, resultan vitales las agrupaciones o
documentados –como veremos más adelante, al los espacios sociales que les permitieron recrear
El análisis hasta aquí realizado muestra cómo, pese al poco apoyo recibido
por el Estado argentino, un grupo de militantes afrodescendientes (argen-
tinos, pero también provenientes de distintos países de América Latina y
África) han logrado formar un incipiente movimiento social negro en un
país que siempre se enorgulleció de su “blanquedad”. Para ello han utilizado
estratégicamente los escasos recursos materiales, simbólicos y culturales
a su disposición. En primer lugar, aprovecharon una estructura de opor-
tunidades políticas internacional compuesta por la existencia de redes
internacionales de movimientos negros en busca de interlocutores locales;
el apoyo (más simbólico que material) a los afrodescendientes brindado
por el BM, y la realización de conferencias internacionales contra el racis-
mo, como la de Durban, que obligan a los gobiernos locales o a algunas
de sus instituciones a atender la cuestión de los afrodescendientes. En
segundo lugar, aprovecharon una estructura de oportunidades local, con-
formada por el desarrollo relativamente reciente de una narrativa multi-
cultural de la Ciudad de Buenos Aires que favorece la reivindicación de
identidades étnicas y la promoción de sus culturas. Otra variable contextual
favorable fue la existencia previa de trabajadores culturales afroamericanos
que produjeron, a lo largo de la década de 1990, una “movida cultural
afro” que los proveyó de un público afín a la temática y de performers a
quienes recurrir cuando fuera necesario mostrar “cultura afro” para acom-
pañar reclamos políticos y sociales.
El número relativamente pequeño de individuos que hasta el momen-
to optan por identificarse como “afroargentinos”, “negros argentinos” o
“afrodescendientes” y por comprometerse políticamente con el reclamo
de sus derechos ciudadanos hace que las alianzas con otros militantes
afroamericanos o africanos sean necesarias. De ahí la búsqueda de catego-
rizaciones identitarias que resulten cada vez más inclusivas –si bien ya ha
surgido una agrupación contraria a esta estrategia inclusiva, que prefiere
una más excluyente–. En el debe de las actividades de los militantes queda,
sin duda, el lograr que una proporción mayor de argentinos adopten una
identidad personal, social y colectiva de afrodescendientes. Como señala
Frigerio (2009), la preponderancia de identificaciones políticas o de clase
en sectores populares conspira contra la posibilidad de que la porción de
aquellos que podrían autoidentificarse como afrodescendientes lo hagan,
si esto no les trae beneficios claros y concretos. El gran logro que fue la
inclusión de la pregunta sobre afrodescendencia en el Censo Nacional de
1
Un buen resumen de nuestro conocimiento actual sobre el tema se
puede encontrar en Guzmán (2006).
2
Hemos intentado mencionar la totalidad de las fuentes consultadas para
la elaboración de este trabajo. Sin embargo, como no es posible citar
continuamente la totalidad de las fuentes de datos, pedimos disculpas
por anticipado en caso de haber cometido alguna omisión.
3
A juzgar por las prácticas llevadas a cabo actualmente en templos de reli-
giones afroamericanas, es más probable que el “cuarto de ánimas” fuera
el lugar donde se rendía culto regular a los antepasados (ya fuera en forma
más africana o más católica, o en una mezcla de ambas) y que los velorios
–para los cuales se necesita un espacio mayor– se realizaran en el salón.
4
Windus (2002-2003) también pone en duda que las nuevas organizaciones
expresaran la existencia de naciones étnicas africanas previas; para ella, de
hecho, es más probable que se basaran en relaciones sociales contingentes.
5
El censo municipal de 1855 y el censo nacional de 1869 no recabaron
información sobre la raza (Andrews, 1980: 66).
6
De 23.748 muertos por la fiebre amarilla, se ha consignado la raza de
17.739, de los cuales sólo 268 eran afroporteños (Andrews, 1980: 92).
7
Esta estimación se basa en el relevamiento de cuatro periódicos afropor-
teños. En un trabajo muy reciente –aún no publicado– en que analiza
tres periódicos más, Cirio (2011b: 5) eleva el total a 148 agrupaciones,
100 de las cuales son comparsas de carnaval.
8
En el apoyo de esta funcionaria puede notarse la importancia de la nueva
narrativa multicultural de la ciudad, que mencionamos al comienzo del
apartado. La relevancia del nuevo contexto ciudadano para la valoración de
los movimientos identitarios es mencionada explícitamente por la defensora
adjunta en un informe de actividades realizadas durante el año 2001.
9
Véase el artículo de Luis Grassino, “Buenos Aires de ébano”, publicado
en la Revista del Diario Clarín el 5 de diciembre de 1971.
11
También resulta necesario destacar aquí la labor pionera de la Casa
de la Cultura Indo-Afro-Americana de la provincia de Santa Fe. Esta
agrupación, dirigida por Lucía Molina y Mario López (su marido recien-
temente fallecido) y cuya existencia precede la de África Vive, organizó
las Primeras y Segundas Jornadas sobre Cultura Negra en 1991 y 1993,
y además participó activamente en la Red Continental de Organizacio-
nes Afro, otra red transnacional de movimientos negros dirigida por
la Organización Mundo Afro de Uruguay. Aunque sus representantes
sin duda tuvieron y tienen un importante rol en el desarrollo de un
incipiente movimiento negro en el país, su visibilidad en Buenos Aires
es mucho menor que la de África Vive.
12
Pese a que los militantes pasan a identificarse cada vez más como “afro-
descendientes” en la arena pública, en el habla coloquial el término
“negros” no desaparece. Al respecto, la observación de la militante afro-
santafesina Lucía Molina resulta muy clara: “A nivel de las organizaciones
adoptamos el término afrodescendientes. A nivel de la gente corriente,
entre nosotros y en la Argentina, la costumbre es denominarnos negros.
La cuestión es la siguiente: ¿quiénes de nosotros son negros y quiénes
no? Bueno, también entendimos y acordamos que tener un antepasado
negro es ser negro o ser afrodescendientes, y no necesariamente tiene
que ver con el color de la piel, sino con la pertenencia étnica y cultural
[…]. Tenemos el desafío de sensibilizar y de empezar a debatir sobre
estos temas, ¿cómo denominarnos a nosotros? […]. Para nosotros es un
desafío, y sinceramente no sabemos a qué nos puede conducir el tér-
mino afrodescendiente, todavía no lo sabemos, lo estamos estrenando”
(Panel “Argentina como sociedad multi-étnica y multi-racial” del Quinto
Coloquio LatCrit sobre Derecho Internacional y Derecho Comparado,
Buenos Aires, 12 de agosto de 2003).
13
Después de la Conferencia de Durban se impuso con mayor fuerza la
necesidad de incluir la pertenencia racial en los censos, como una forma
de poder discriminar la incidencia de la raza en la situación económica
(López, 2005).
14
En esta ocasión, varias de las asociaciones afroargentinas que pertenecían
a la comunidad caboverdiana, en un giro novedoso de su identificación
colectiva, declararon trabajar en pro de los afrodescendientes. Véase Maffia
y Ceirano (2005) para un análisis de las distintas formas que asumen las
identificaciones de los caboverdianos y sus descendientes en la Argentina.
15
En lo que respecta a esta segunda reunión y a las medidas adoptadas
a partir de la misma, nos basamos en las informaciones contenidas en
López (2005).
16
Bajo esta categoría se incluyó un espectro amplio de personas, lo cual
resulta de un proceso negociado entre los activistas y los organismos
involucrados. El diseño del instrumento de medición contemplaba cuatro
preguntas relativas a esta categoría de autoidentificación; dos de ellas
17
Dichos barrios fueron elegidos sobre la base del conocimiento de que allí
residían personas con ascendencia africana, lo cual permitía comprobar
si las preguntas propuestas “captaban” afrodescendencia.
18
En 2003, Daniel Schávelzon publicó Buenos Aires negra, un estudio ar-
queológico de los restos materiales de los negros de la ciudad. Este autor
fue tomado como referencia de tal afirmación sobre la referida casa de
San Telmo, aunque, al parecer, no se pronunció en público al respecto.
19
En la casa también pasaría a funcionar África Vive, cuyo financiamiento
internacional había sido interrumpido en esa época.
20
Según la publicación En San Telmo y sus Alrededores (Nº 83), dicho comité
está integrado por las siguientes “organizaciones no gubernamentales”:
África Vive, Asociación Cultural Brasilera A Turma da Bahiana y Co-
munidad Caboverdiana. Disponible en: <http://www.ensantelmo.com.
ar/Cultura/Lugares/freda1.htm>.
21
Según el INADI, “el objetivo de los foros es abordar la temática de la
discriminación de maneras específicas”. Tan sólo unos meses antes, en
octubre de 2004, los militantes se quejaban de la no representación de
los afrodescendientes en el INADI, y en un documento dirigido a ese
organismo postulaban a María Lamadrid como su representante.
22
Una afrodescendiente de las familias negras tradicionales argentinas
pasó a formar parte del Consejo Asesor de la sociedad civil del organismo.
23
El uso diferencial de “en Argentina” o “de Argentina” no es menor, pero
una discusión de estos matices está fuera del alcance de este trabajo.
24
En las invitaciones preparadas para el evento de 2008, puede observarse
un énfasis aún mayor en la identificación diaspórica, ya que la Semana
de África pasó a ser la Semana de la Diáspora Africana.
25
Tras algunos cambios, se reconstituyó en 2010 como la Diáspora Africana
de la Argentina (DIAFAR), definiéndose de la siguiente manera: “La diáspora
africana de la Argentina
a es un conjunto de personas que incluye a los afro-
descendientes nacidos en Argentina, a los afro-americanos y a los inmi-
grantes africanos que son conscientes de ello y reivindican activamente un
vínculo con África estando en Argentina, independientemente del Estado
nacional en donde hayan nacido” (fragmento tomado del blog de DIAFAR.
Disponible en: <http://diafar.blogspot.com/p/quienes-somos.html>).
26
Su fundadora y principal referente, María Elena Lamadrid, es parienta
de la fundadora de África Vive, María Magdalena Lamadrid (Pocha), y
colaboró con ella en los primeros tiempos de África Vive.
28
Los nuevos manuales de 2010 corresponden a las áreas de ciencias na-
turales, ciencias sociales y lengua, y están dirigidos a los estudiantes
del último año del ciclo primario.
29
Hasta el momento de cierre de este trabajo no fue posible analizar los
manuales renovados. En el informe de gestión 2008-2009 del INADI
se afirma que la capacitación en contenidos sobre los afroargentinos
contó con la colaboración de una militante afroargentina (de la comu-
nidad caboverdiana) (Instituto Nacional contra la Discriminación, la
Xenofobia y el Racismo, 2009: 242), y que se ha suministrado un banco
de fotografías de familias afrodescendientes (Instituto Nacional contra
la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, 2009: 128). También se
indica que se intentó revisar la imagen que restringe la presencia de la
población negra a la época colonial.
30
Los disidentes son miembros de la Asociación Civil África y su Diáspora,
integrada por activistas negros (mayormente inmigrantes) con varios
años de trayectoria militante en el país o en Uruguay.
31
Según se informa en la página web de la institución, el Consejo Con-
sultivo de la Sociedad Civil “funciona en la Cancillería argentina con
el objetivo de generar un fluido intercambio de información entre fun-
cionarios y representantes de la sociedad civil, [con] vista[s] a fortalecer
los procesos de integración regional en el marco del MERCOSUR y de
América Latina en general. En este espacio se fomenta la participación
de organizaciones comunitarias, empresas, sindicatos, organismos no
gubernamentales, universidades, movimientos sociales, cooperativas y
entidades intermedias con la intención de articular actividades y de-
bates que permitan colaborar con el ejercicio de la política exterior
de nuestro país” (Consejo Consultivo de la Sociedad Civil, “¿Qué es el
CCSC?”. Disponible en: <http://ccsc.mrecic.gov.ar/que-es-el-ccsc>). Si bien
la inserción de un grupo afrodescendiente en este contexto oficial tiene
un interesante valor simbólico, al menos hasta el momento no debe ser
sobrestimada en cuanto a su injerencia real en políticas concretas.
33
El INADI se ocupó del tema mediante una campaña titulada “Soy
afroargentino/a”, de alcance modesto, que principalmente consistió en
la difusión de folletos y videos en Internet.
34
La pregunta sobre afrodescendencia fue la siguiente: “¿Ud. o alguna per-
sona de este hogar es o tiene antepasados de origen afrodescendiente o
africano (padre, madre, abuelos/as, bisabuelos/as)?”, siendo las respuestas
posibles: “Sí (indique el Nº de personas)”, “No” e “Ignorado”. Esta pre-
gunta no se realizó a toda la población; al igual que las de pertenencia
a pueblos originarios, las relativas a personas con discapacidad y otras,
fue incluida en el “cuestionario ampliado” que se aplicó únicamente en
localidades de menos de 50 mil habitantes y en áreas rurales. En el resto
del país (localidades de más de 50 mil habitantes), se aplicó sólo a una
muestra (10%) elegida de acuerdo con criterios estadísticos determinados.
35
En el cierre del Primer Congreso Nacional Afro (21 de marzo de 2011), la
directora del INDEC informó que los resultados de la encuesta amplia-
da (que incluye la pregunta sobre afrodescendencia) podrán conocerse
en diciembre de 2011, momento en que serán publicados. Por todo lo
señalado hasta el momento, es esperable que el resultado numérico sea
muy exiguo.
36
Por ejemplo, en las vísperas de la realización del censo, la titular del INDEC
expresó a un medio periodístico: “Los afrodescendientes, las personas
que descienden de pueblos originarios, e incluso aquellas personas con
algún tipo de discapacidad son sectores de la población normalmente invisi-
bilizados. […] Por ejemplo, en la última prueba experimental del censo
[la prueba piloto de 2005], sin ir más lejos, al preguntar en una vivienda
si había alguna persona descendiente de afros, la respuesta fue ‘no, acá
somos todos argentinos’. También sucedía esto cuando preguntábamos
en relación con los pueblos originarios. Y en realidad ninguno de estos
dos procesos puede ser ignorado. Es decir que existen grandes diferencias
con otros censos anteriores. Desde el punto de vista conceptual, el próximo
censo está concebido con una impronta integradora de las minorías existentes en
nuestro país” (Tiempo Argentino, 2010; las cursivas son nuestras).
37
Discurso del presidente del INADI en el lanzamiento del Programa “Afro-
descendientes contra la discriminación, la xenofobia y el racismo” de este
organismo (Centro Costa Salguero, Buenos Aires, 2 de febrero de 2011).
39
Discurso del ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social en las Jor-
nadas “Trabajo y Cultura Afro en la Argentina” (Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad de Buenos Aires, 15 de marzo de 2011).
40
La versión oficial lo presentó luego como las “jornadas preparatorias” del
mismo, probablemente debido a conflictos internos entre los militantes
afroargentinos ligados con los organizadores.
41
Discurso del canciller de la nación en el “Primer Congreso Nacional de
Afrodescendientes y Africanos/as de la República Argentina” (Palacio San
Martín de la Cancillería Argentina, Buenos Aires, 21 de marzo de 2011).
42
Se trata de la Ley 14276. Disponible en: <http://www.hcdiputados-ba.gov.
ar/refleg/l14276.htm>.
43
“Pues ese día del año 1827 se trató y aprobó la petición para otorgar
sueldo de capitán de infantería a la ‘Madre de la Patria’”. Disponible en:
<http://www.hcdiputados-ba.gov.ar/refleg/f14276.htm>.
44
Disponible en: <http://www.hcdiputados-ba.gov.ar/refleg/f14276.htm>.
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