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Continuacion Libro La Educacion

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CAPITULO VI

Las escuelas de los profetas.


Aquellas escuelas tenían por objetivo servir como barrera contra la corrupción que se
propagaba por todas partes, impulsar el desarrollo mental y espiritual de la juventud y
fomentar la prosperidad de la nación, proveyéndola de lideres y consejeros temerosos
de Dios y capacitados para el servicio. Todo joven ya fuera de padres ricos o pobres,
aprendía un oficio. Aunque tuviera que educarse para desempeñar un oficio sagrado,
se consideraba que el conocimiento de la vida practica era un requisito esencial para
prestar el mejor servicio posible.

CAPITULO VII
Biografías de grandes personajes.
A lo largo de la historia bíblica, se nos habla de numerosos ejemplos, resultados de una
verdadera educación. Se destacan muchos personajes cuyas características se
formaron bajo la bendición divina, y cuyas vidas fueron de bendición para otras
personas. Entre los que podemos mencionar a José, Moisés, Eliseo y Pablo; las
biografías mencionadas son de vital interés y de mucha importancia especialmente
para los jóvenes. Nos enseñan a ser fieles en todo momento sin importar nada,
teniendo encuentra la gran responsabilidad que tenemos los padres.

CAPITULO VIII
El maestro enviado por Dios.
El maestro enviado por Dios, el cielo dio a los seres humanos lo mejor y los más
grande que tenía. Vino a mostrar de qué manera han de ser educados los seres
humanos como conviene a hijos de Dios; como deben ser puestos en práctica en esta
vida los principios del cielo. Cuando Cristo vino a la tierra, la humanidad parecía muy
próxima a caer en su más bajo nivel. Los seres humanos perdieron la imagen de Dios y
recibieron el sello del poder demoniaco que los dominaba. Los educadores de la época
trataban de imponer respeto mediante la ostentación y la grandilocuencia. Comparada
con esto, la vida de Cristo establecía un marcado contraste. Ponía en evidencia la falta
de valor de las cosas que la gente consideraba como esenciales para la vida.
CAPITULO IX
La metodología de Cristo.
El ejemplo más completo de los métodos de Cristo como maestro, se encuentran en la
educación que dio a los 12 discípulos. Cristo ha encargado al mismo espíritu que envió
en su lugar como instructor de sus colaboradores de entonces, para que sea el
instructor de los colaboradores de hoy. La presencia del mismo guía en la obra
educativa de nuestros días producirá los mismos resultados que en la antigüedad. A
este fin tiende la verdadera educación; esta es la obra que Dios quiere que se lleve a
cabo.

CAPITULO X
Dios de la naturaleza
En todo lo creado se ve el sello de la deidad. La naturaleza da testimonio de Dios. Una
mente sensible, puesta en contacto con el milagro y el misterio del universo, no puede
dejar de reconocer la obra del poder infinito. El mismo poder que sostiene la
naturaleza, ejerce asimismo su acción en el ser humano. Las mismas leyes que guían
a las estrellas y al átomo, rigen la vida humana. En todo lo que existe sobre la tierra,
desde lo más frondoso de los bosques hasta el musgo que se adhiere a la roca, desde
el océano sin límites hasta la concha más diminuta de la playa, se puede contemplar la
imagen y marca de Dios.

CAPITULO XI
Lecciones de vida.
El gran maestro puso a sus oyentes en contacto con la naturaleza, para que oyeran la
voz que habla a través de todo lo creado, y a medida que sus corazones se volvían
más sensibles y sus mentes más receptivas, él los ayudaba a interpretar la enseñanza
espiritual de las escenas que contemplaban sus ojos. cuando los padres y maestros
tratan de enseñar lecciones, deben hacerlo de manera práctica. De igual manera a los
jóvenes. Al impartir bendiciones en esta vida, la gratitud del que las recibe prepara el
corazón para recibir la verdad espiritual y se produce una cosecha para vida eterna.
CAPITULO XII
Las enseñanzas en la naturaleza.
El poder restaurador de Dios se percibe en toda la naturaleza. Si se corta un árbol, si
alguien se lastima o se rompe un hueso, la naturaleza empieza inmediatamente a
reparar el daño. Lo mismo ocurre en el ámbito espiritual. Antes de que el pecado creara
la necesidad, Dios había provisto el remedio. Toda alma que cede a la tentación es
herida por el adversario, pero donde quiera que exista pecado está el salvador. Hemos
de motivar a los niños a buscar en la naturaleza los elementos que ilustran las
enseñanzas bíblicas y rastrear en la biblia los símiles sacados de la naturaleza.

CAPITULO XIII
El desarrollo mental y espiritual.
Según la ley de Dios, la fortaleza física, mental y espiritual se adquiere por medio del
esfuerzo. La biblia contiene todos los principios que necesitamos comprender, a fin de
que estemos preparados para esta vida y la venidera. Al analizar las diferentes partes,
y estudiar la relación entre ellas, se activan las facultades superiores de la mente
humana. Nadie puede emprender el estudio de las escrituras sin que se desarrolle su
inteligencia.

CAPITULO XIV
La ciencia y la biblia.
Puesto que el libro de la naturaleza y el de la revelación llevan el sello de una mente
maestra, no pueden si no hablar en armonía. El inmenso poder que obra en toda la
naturaleza y sostiene todas las cosas, no es meramente, como dicen algunos
científicos, un principio que todo lo penetra, ni una energía inherente. La grandeza de
Dios queda fuera de nuestra comprensión. Los más profundos estudiosos de la ciencia
se ven obligados a reconocer en la naturaleza la obra del poder infinito.
CAPITULO XV
En la vida cotidiana y en los negocios.
La biblia contiene los principios básicos para todo quehacer legitimo. Sus principios de
diligencia, honradez, economía, temperancia y pureza, son el secreto del verdadero
éxito. El que nos ha dado la capacidad de generar riquezas, ha unido tal capacidad con
una responsabilidad: reclama una parte concreta de todo lo que adquirimos. La ley de
Dios condena a todo aquel que practica la maldad. Podemos menospreciar su
llamamiento, tratar de pasar por alto su advertencia, pero es en vano. Hay que enseñar
a los jóvenes a tomar en cuenta los asuntos eternos al hacer sus planes temporales.

CAPITULO XVI
Biografías bíblicas.
Como recurso educativo, no hay nada en la biblia que sea más instructivo que sus
biografías. Estas se distinguen de todas las demás porque son absolutamente veraces.
En la biblia ninguna verdad se enseña con tanta claridad como esta: lo que hacemos es
el resultado de lo que somos. Cuanto mayor sea la responsabilidad y más elevada la
posición más difícil será la prueba y más severa la disciplina. Se podría hablar de
muchos que alcanzaron la gracia de Dios, a lo largo de la historia bíblica, pero ninguno
de ellos recibió lo prometido, porque Dios tenía reservado lo mejor.

CAPITULO XVII
La poesía y el canto.
En las escrituras se encuentran las expresiones poéticas más antiguas y sublimes.
Antes de que los grandes poetas de la antigüedad compusieran sus cantos, el gran
pastor de Madián, había registrado las interpretaciones del gran Job. Las notas de los
cantos de alabanza conforman la atmosfera del cielo; y cuando el cielo se pone en
contacto con la tierra, se produce <alegría y gozo, alabanza y cánticos>. En medio de
la densa oscuridad que provocará la última gran crisis de la tierra, la luz de Dios
alumbrará con más brillo, y se oirá en los acordes más diáfanos y sublimes el canto de
esperanza y confianza.
CAPITULO XVIII
Los misterios de la Biblia.
Para las mentes más perspicaces y cultivadas, lo mismo que para las menos agudas e
instruidas, el Ser santo debe permanecer rodeado de misterio. La palabra de Dios,
como el carácter de su autor, presenta misterios que nunca podrán ser completamente
comprendidos por los seres infinitos. La biblia revela la verdad con tal sencillez y tal
adaptación a las necesidades y las aspiraciones del corazón humano, que ha
asombrado y maravillado a las mentes mejores dotadas, y al mismo tiempo ha
explicado el camino de la vida al humilde e ignorante.

CAPITULO XIX
La historia y la profecía.
La biblia es la historia más antigua y abarcante puesta a nuestra disposición. Surgió de
la fuente de la verdad eterna y una mano divina ha preservado su pureza a través de
los siglos. La misma revela la verdadera filosofía de la historia. En las palabras de
belleza inmaculada y ternura que el apóstol Pablo dirigió a los filósofos de Atenas, se
expone el propósito que tenía Dios al crear y distribuir las razas y las naciones. Las
señales de los tiempos declaran hoy que estamos en el umbral de acontecimientos
grandes y solemnes.

CAPITULO XX
La enseñanza y el estudio de la biblia.
La enseñanza de la biblia merece por nuestra parte la máxima creatividad, los mejores
métodos a nuestro alcance y nuestro más fervoroso esfuerzo. Fomentar y fortalecer el
amor hacia el estudio de la biblia depende mucho de lo que hagamos durante la hora
del culto familiar. Solo se puede adquirir un verdadero conocimiento de la biblia
mediante la asistencia del espíritu que dio la palabra. Una de las principales causas de
la ineptitud mental y la debilidad moral es la falta de concentración para lograr fines
importantes.
CAPITULO XXI
El conocimiento del cuerpo humano.
Puesto que la mente y el espíritu se expresan por medio del cuerpo, tanto el desarrollo
mental como el espiritual dependen en gran medida de la capacidad y la actividad
física. Aunque los principios de la buena salud han sido difundidos, estamos
observando una alarmante indiferencia hacia ellos. Al estudiar el funcionamiento del
cuerpo humano hay que enseñarles a los alumnos a apreciar el valor de la energía
física, y como puede ser conservada y acrecentada para que contribuya en el mayor
grado posible al éxito en la gran lucha de la vida.

CAPITULO XXII
La temperancia y la alimentación.
Todos los estudiantes necesitan conocer la relación que existe entre un estilo de vida
sano y la claridad mental. La relación de la alimentación con el desarrollo intelectual
debe recibir más atención de la que se le ha dado hasta ahora. Los caminos de la
sabiduría <<son caminos deleitosos; todas sus veredas paz>>. Que todo joven
recuerde que tiene ante sí posibilidades de un destino superior al de un monarca
reinante en la lección transmitida en las palabras del sabio.

CAPITULO XXIII
La recreación.
Hay una diferencia entre recreación y diversión. La recreación, cuando responde a su
nombre, recreación, tiende a fortalecer y regenerar. Nuestros cuerpos han sido
diseñados para estar en acción, y a menos que se mantengan sanas las facultades
físicas mediante el ejercicio activo, las facultades mentales no podrán ser empleadas
por mucho tiempo al máximo de su capacidad. Hay que enseñarles a los estudiantes,
que una vida de rectitud depende de la rectitud de nuestras ideas, y que la actividad
física es indispensable para que los pensamientos sean puros.
CAPITULO XXIV
La educación para el trabajo manual.
Es necesario enseñar a los jóvenes que la vida implica trabajo concienzudo,
responsabilidad y compromiso. Necesitan una preparación que les de instrucción
práctica, que haga de ellos hombres y mujeres capaces de hacer frente a cualquier
situación. Es necesario que los jóvenes se convenzan de que el trabajo honrado no
degrada a nadie. El hogar ha de ser la primera escuela de formación laboral del niño.
Y, tanto como sea posible, cada escuela debe tener los recursos necesarios para
proporcionar educación para el trabajo manual.

CAPITULO XXV
La educación y el carácter.
La verdadera educación no deja de lado el valor del conocimiento científico o literario,
pero considera que el poder es superior a la información, la bondad, al poder, y el
carácter, al conocimiento intelectual. La edificación del carácter es la obra más
importante que jamás haya sido confiada a los seres humanos y nunca antes ha sido
de estudio diligente tan necesario como ahora. En medio de todas las perplejidades, los
peligros y los derechos de pugna, la única regla segura consiste en hacer lo que Dios
dice.

CAPITULO XXVI
CAPITULO XXVII
CAPITULO XXVIII
CAPITULO XXIX
CAPITULO XXX

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