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Capitulo I

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CAPITULO I

EL PROBLEMA

Planteamiento del Problema

La delincuencia juvenil es un fenómeno de ámbito mundial, pues se extiende


desde los rincones más alejados de la ciudad industrializada hasta los suburbios de
las grandes ciudades, así como desde las familias más adineradas o acomodadas
hasta las más pobres, es decir, es un problema que se da en todas las capas
sociales y en cualquier rincón de la civilización. Por lo tanto, en la actualidad es
común escuchar sobre la delincuencia juvenil que bombardea a la sociedad,
representando un problema de orden multicausal que genera violencia y que afecta
de forma directa o indirectamente a toda la población.

Según (G. del Solar 1995) citado por (Méndez, F. 2016)) Universidad de Oriente:

La delincuencia juvenil es un fenomeno predominantemente urbano,


porque surge así lo indica la experiencia contemporánea con mayor
frecuencia en aglomeraciones humana, donde la misma densidad
poblacional, sus estrecheses y sus obligados contactos favorecen
los agrupamientos y donde la formación de cinturones de miseria,
con su cuota de enfermedad, subalimentación, desnudez,
hacinamiento y con una legion de expectativas defraudadas, alienan
la antisocialidad.

Por esta razón, al observar el perfil del delincuente juvenil se puede notar que
este concepto se ve específicamente como una figura cultural, porque su definición
y tratamiento legal se diferencia en cada nación, teniendo en cuenta que todas
coinciden que el delincuente juvenil es aquella persona que no posee la mayoría de
edad penal y que comete un hecho que está castigado por las leyes.
Cabe señalar que, el desarrollo de conductas delictivas desde muy temprana
edad se asocia según la criminología basado en la teoría del aprendizaje social a
que dichas conductas se desarrollan en dos momentos distintos, en el que se
encuentra el aprendizaje inicial, que es el resultado de las conductas aprendidas,
así como la imitación de modelos y los refuerzos anticipados; y en un segundo lugar
corresponde a la repetición que se da como resultado del balance de refuerzos
reales y castigos reales.

Asimismo, a pesar de que el desarrollo de conductas delictivas este asociado a


un sinfín de elementos multicausales, se considera que entre los factores de riesgos
latentes para el desarrollo de las conductas delictivas se encuentra como uno de los
componentes determinantes el ámbito escolar, pues este juega un papel
fundamental en la correcta educación y la socialización de los jóvenes que impactan
y moldean los patrones de aprendizajes de diferentes comportamientos, sean
positivos o no.

Por lo tanto, la existencia de conductas delictivas dentro del ambiente escolar,


llevara consigo la reproducción de dicho comportamiento, pues los compañeros y
pares con los que se rodean los jóvenes representan un patrón o modelo a seguir y
funcionan como modelos de aprendizaje de comportamientos.

Al respecto, la delincuencia común o cotidiana, asi como la afluencia o


incremento de conductas delictivas en América Latina constituye un grave problema
público en los núcleos urbanos de las naciones (Comisión Interamericana de
Derechos Humano [CIDH], 2015), debido a que genera múltiples efectos negativos
a nivel social y económico, que convierten a la región en una de las más violentas
y peligrosas, en el que se pueden observar cambios en cuanto a los aspectos o
formas de cometer los delitos y al número de estos, que se cometen con gran
frecuencia por jóvenes, cada vez más jóvenes y con muestras cada vez más
marcadas de agresividad y de gravedad es sus actos cometidos de forma voluntaria
tanto a bienes materiales como a personas.

Cabe acotar que esta problemática, que se da en la cotidianidad, tiene un


espacio en el seno de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas
(ONU), en la cual, se ha discutido asiduamente el tema de la delincuencia de
menores, hasta el punto, que se han adoptado dos instrumentos de gran
trascendencia para el procesamiento judicial y cuando a ello haya lugar, la privación
de la libertad de los menores infractores de la ley penal, de igual forma se generan
planes y directrices que contribuyan a disminuir la delincuencia juvenil y la
reproducción de conductas delictivas.

Igualmente, en Venezuela la delincuencia juvenil se exacerbó debido al


incremento desmedido de los problemas sociales, que han traído desequilibrios en
la paz ciudadana, con altos índices de violencia callejera, institucional, doméstica,
criminal y carcelaria. De la misma manera, aumentó no solamente la delincuencia
juvenil sino que también se presenta un alto índice de criminalidad, los homicidios,
el robo de vehículos, la aparición de nuevas conductas desviadas, como los
“huelepega”, prostitución infantil y de adolescentes, conductas esotéricas,
homosexuales, drogadicción, tráfico de drogas, narcotráfico impune, delincuencia
organizada y de bandas, grupos alcohólicos, vagabundos, buhoneros, asaltantes,
movimientos subversivos, asaltos a bancos, entre otras conductas delictivas.

Lo anteriormente expuesto es consecuencia de las migraciones del campesinado


sin rumbo fijo hacia las grandes ciudades, ubicándose en la mayoría de los casos
en lugares con condiciones infrahumanas y con pocas medidas de seguridad e
higiene, teniendo como consecuencia un gran porcentaje de miseria y de
marginalidad en el país y por ende en el estado, que ha traído consigo la proliferado
de grupos organizados de delincuentes, provenientes de esta situación, y de
carencia de valores morales, éticos y espirituales, donde cuyos integrantes son cada
vez más jóvenes, pues estas organizaciones se vuelven un ejemplo a seguir.

Cabe acotar que la problemática de la delincuencia juvenil debe ser abordada de


forma específica, atendiendo a las características diferenciales propias de estas
edades, y sin olvidar que el conjunto de menores infractores incluye niñas, quienes,
debido a su menor prevalencia delictiva, han sido tradicionalmente invisibilizadas,
también en el tratamiento correctivo y penal (Cámara Arroyo, 2011).
De acuerdo a lo antes planteado, se puede señalar que aunque los gobernantes
hacen un gran esfuerzo en realizar políticas sociales e integrales a través de las
organizaciones juveniles y de la participación activa y permanente en la comunidad,
como medio para expresar y evaluar sus necesidades en lo referente a la
prevención de la violencia y el delito, para con ello evaluar, formular y buscar las
soluciones más idóneas a los problemas que presentan las comunidades, se puede
observar un incremento exacerbado de las conductas delictivas y por ende de la
delincuencia juvenil.
Por todo lo antes planteado, la comunidad escolar del Liceo Federico Quiroz de
Catia, Parroquia Sucre, Municipio Libertador del Distrito Capital, no escapa de esta
realidad de la nación, donde el personal que ahí labora como responsable de
controlar la inseguridad de la institución, se ha esforzado por diseñar estrategia para
contrarrestar el auge de conductas delictivas; pero debido a la complejidad de
causas, hacen cuesta arriba la efectividad de sus acciones. Por tal motivo sobre la
base la corresponsabilidad social y la transparencia hacia las comunidades, es
preciso preguntarse lo siguiente:

¿Cómo es la interacción actual de los adolescentes del Liceo Federico Quiroz,


Parroquia de Catia, Municipio Libertador del Distrito Capital?, ¿Qué factores inciden
en los adolescentes del Liceo Federico Quiroz, Parroquia de Catia, Municipio
Libertador del Distrito Capital adoptar conductas delictivas? y ¿Cómo puede incidir
un programa para evitar las conductas delictivas en los adolescentes del Liceo
Federico Quiroz, Parroquia de Catia, Municipio Libertador del Distrito Capital?

En procura de obtener respuesta a las interrogantes surgidas en el desarrollo de


este planteamiento, se propone desarrollar el análisis de esta investigación sobre la
base del siguiente objetivo general y objetivos específicos:

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