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TP Amia

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Hipótesis:

El odio en exceso hacia otra nacionalidad nos lleva a la xenofobia pero al cultivar
esta forma de pensamiento y actuar sobre los mismos es lo que puede provocar que ocurra
un acto de terrorismo.

Introducción:

El propósito de este informe es investigar sobre la A.M.I.A, pero se va a basar


solamente entre los años 1983 y 2001, en específico el atentado ocurrido a esta institución
en 1994.

En este escrito hablaremos sobre la A.M.I.A en sí y su historia, instituciones, el


atentado y su contexto, así como también hablaremos sobre la investigación y el juicio que
fue llevado a cabo para hallar un responsable y darle paz a las familias de las víctimas. En
la última parte, expondremos tanto nuestra opinión sobre este hecho y veremos si nuestra
hipótesis es correcta o no.

A.M.I.A y su historia

La AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) es la institución central de la


comunidad judía del país y fue creada en 1894 por un grupo de inmigrantes de origen judío.
La comunidad judeoargentina es la más numerosa de Latinoamérica y la quinta mayor del
mundo.

En sus comienzos, la fundación de un cementerio comunitario fue una de las


primeras acciones que la entidad realizó. Los primeros inmigrantes judíos pudieron cumplir
así con las leyes y costumbres milenarias que rigen la historia y las tradiciones de la
comunidad, vinculadas con el momento del fallecimiento de un ser querido.

Con la llegada de los sucesivos contingentes migratorios, las actividades de AMIA


crecieron y se diversificaron. A partir de 1920, con el aumento de la población judía del
país y su progresiva integración a la sociedad, la institución se convirtió en el espacio de

~1~
articulación y participación de los judíos de la Argentina. La pujanza de su desarrollo
quedó reflejada cuando abrió sus puertas, en 1945, su histórica casa de Pasteur 633.

AMIA fue la matriz generadora de importantes iniciativas como el Consejo Central


de Educación Judía, la Federación de Comunidades Judías de la Argentina, y la Fundación
Tzedaká, entre otras.

La inauguración del nuevo edificio, emplazado en el mismo lugar que el anterior, se


realizó el 26 de mayo de 1999, cinco años después del atentado. Bajo el lema “Por la
justicia y por la vida”, la institución reabrió oficialmente sus puertas a las 9.53, el mismo
horario en que explotó la bomba.

Instituciones

La "Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas", DAIA, representación


política del judaísmo argentino, fundada en 1935 a raíz del auge del antisemitismo en la
Argentina y en el mundo en esos años, y el "Instituto Científico Judío", IWO, creado en la
Argentina en 1928, en el que funcionaba una importante biblioteca, un archivo histórico-
cultural y un instituto de investigaciones judías.

Atentado

El lunes 18 de Julio de 1994 a las 9:53 a.m. se efectuó un ataque terrorista mediante
un coche bomba que explotó en un edificio en el centro de la ciudad de Buenos Aires,
Argentina. El edificio, ubicado en Pasteur 633, en el barrio de Once, era la sede de la
AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) y la DAIA (Delegación de Asociaciones
Israelíes Argentina), dos de las instituciones más importantes de la comunidad judía en la
Argentina. El ataque terminó brutalmente con la vida de 85 personas, dejó más de 300
heridos, y destruyó por completo la sede de la institución. El atentado sacudió a la sociedad
argentina y especialmente a la de Buenos Aires.

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La búsqueda de sobrevivientes entre los escombros en los momentos inmediatos
posteriores a la voladura de la AMIA estuvo marcada por un clima caótico en el que se
mezclaban los intentos de rescate de quienes permanecían en lo que quedaba del edificio o
cubiertos por sus ruinas, con la afluencia de voluntarios deseosos de colaborar en medio de
pedidos de silencio total para detectar las mínimas señales de vida de la gente
atrapada. Miles de personas se acercaron al lugar para colaborar con las tareas de rescate,
tanto de las víctimas, como de libros, documentos y esculturas que constituían una parte
importante de la memoria de la comunidad judía argentina.

La tarde de los paraguas

Lo único que se hizo fue fijar un lugar, un día y una hora, y la gente tuvo la
oportunidad que necesitaba, de expresar su indignación, su dolor, su protesta y su reclamo
por lo sucedido tres días antes con la AMIA. La consigna de la convocatoria era “De pié
frente al terror. La auténtica solidaridad es hacer justicia.”

Esa tarde del 21 de julio, convocadas por las entidades centrales de la comunidad
judía argentina, se hicieron presentes en la Plaza de los Dos Congresos, pese a la lluvia,
unas 150.000 personas. Esa multitud con sus paraguas dio su nombre a esa tarde que ya
pertenece a la historia y a la leyenda.

Al acercarse la hora de la convocatoria, columnas de jóvenes y mayores, de


hombres y mujeres, con chicos en brazos y de la mano, judíos y no judíos, fueron
confluyendo en silencio desde todas las calles laterales cubriendo hasta sus últimos
rincones todo el espacio de la enorme plaza frente al Congreso.

En el palco levantado a la altura de la calle Paraná y de cara al Palacio Legislativo


se encontraban el Presidente de la Nación y otras autoridades nacionales y religiosas,
representantes de comunidades judías del mundo y de Israel, y dirigentes de instituciones
judías argentinas. Tras entonar el Himno Nacional Argentino y el del pueblo judío,
el Hatikva, se leyó un kadish de duelo. Los discursos centrales fueron los del Dr.
Alberto Crupnicoff, presidente de la AMIA, y del Dr. Rubén Beraja, presidente de la
DAIA, quienes pusieron palabras al dolor y a la protesta por el atentado del 18 de julio.

~3~
La desconcentración mantuvo la misma atmósfera de recogimiento casi religioso de
una multitud que en silencio, bajo la lluvia y lentamente, fue dispersándose por las calles
que rodean la plaza, dando fin a una conmovedora concentración multitudinaria que recibió
una gran cobertura por parte de todos los medios del país y del exterior. Ese mismo día y a
la misma hora, en diferentes ciudades del interior del país, también tuvieron lugar
concentraciones similares de expresión de dolor y reclamo de justicia.

A esta primera concentración masiva convocada en repudio del atentado del 18 de


julio de 1994, le siguieron, desde el lunes 8 de agosto de ese año, las de todos los lunes en
plaza Lavalle, frente a Tribunales, convocadas por “Memoria Activa” y “Familiares y
amigos de las víctimas del atentado a la AMIA”, y también, a partir del primer mes, las
convocadas por “Familiares” el 18 de cada mes frente al lugar del destruido edificio de la
AMIA. Con un acto de envergadura especial se recuerda en Buenos Aires cada 18 de julio,
y también se lo recuerda de esa forma en ciudades del interior argentino y del mundo
(Nueva York, Jerusalem y otras).

Contexto

En 1991 el presidente Carlos Menem, de ascendencia árabe y religión musulmana,


sin autorización del Congreso Nacional, ordenó la participación de Argentina en la Guerra
del Golfo, enviando dos fragatas a combatir contra Irak bajo las órdenes de Estados
Unidos.910

El atentado contra la AMIA registra un antecedente inmediato que es el atentado a


la embajada de Israel en Argentina, también ubicada en Buenos Aires, dinamitada con una
bomba dos años antes el 17 de marzo de 1992, causando 22 muertos y más de doscientos
heridos. Este atentado, por tratarse de una sede diplomática, fue investigado directamente
por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que jamás terminó la investigación ni elevó
la causa a juicio.

Al año siguiente del atentado a la AMIA, fue asesinado también en un atentado


terrorista el primer ministro de Israel Isaac Rabin, quien estaba llevando adelante un
exitoso proceso de paz en Medio Oriente por el que recibió el Premio Nobel de la Paz,
junto a Shimon Peres y el líder palestino Yasir Arafat.

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Los dos atentados cometidos en Argentina se produjeron mientras el gobierno del
entonces presidente Carlos Menem, abastecía ilegalmente de armas a Croacia y Bosnia,
estos últimos musulmanes apoyados por Irán, país que integraba con Argentina la red de
contrabando de armas y explosivos durante las Guerras yugoslavas. Estas operaciones
incluyeron la dinamitación de la Fábrica Militar de Armas de Río Tercero, en 1995, que
destruyó gran parte de la ciudad y causó la muerte de siete personas y más de 300 heridas.

Investigación
La justicia argentina detuvo a varias personas acusadas de haber participado en el
atentado, la mayoría oficiales de la Policía Bonaerense, que llegaron a permanecer en
prisión durante casi una década. En el juicio oral realizado entre 2001 y 2004, se probó que
la justicia argentina y los servicios de inteligencia habían fraguado las pruebas en su contra
y fueron liberados. También fue detenido en Londres quien fuera embajador de Irán en
Argentina, Hadi Soleimanpour, acusado por la justicia argentina de ser uno de los
organizadores del atentado, pero la justicia del Reino Unido lo liberó luego de examinar la
causa, concluyendo que no existían pruebas que lo involucraran.

La investigación inicial quedó a cargo del fiscal federal Eamón Mullen y su adjunto
José Barbaccia y del juez federal Juan José Galeano. La investigación de inteligencia, que
ya se venía realizando desde antes del atentado, quedó en manos de Jaime Stiuso, en ese
momento Jefe de Operaciones de Contrainteligencia de la SIDE, y Jorge Luis Lucas. En
la Policía Federal estuvo a cargo el comisario Jorge Fino Palacios.

La investigación judicial se realizó mediante dos causas, ambas a cargo del juez
Galeano, la llamada "Causa AMIA" (nº 1156) abierta el día del atentado, que tuvo como
único detenido a Carlos Alberto Telleldín y la llamada "Causa Brigadas" (nº 1598), abierta
en octubre de 1995.

El juez Galeano viajó a Venezuela para entrevistarse con un ex diplomático iraní de


nombre Manoucher Motamer, quien le dio a Galeano los nombres de cuatro diplomáticos
iraníes en Buenos Aires, a quienes señaló como los autores del atentado.

~5~
Más tarde se conformó una Unidad Especial de Investigación que funcionaba en el
ámbito de la Secretaría de Justicia y Asuntos Legislativos cuyo titular representaba al Poder
Ejecutivo Nacional ante la Comisión Especial Investigadora, integrada por:

 El Departamento Unidad de Investigaciones Antiterroristas de la Policía


Federal Argentina.
 La Dirección de Terrorismo Internacional y Delitos Trasnacionales de la
Secretaria de Inteligencia de Estado.
 La División Antiterrorista de la Prefectura Naval Argentina.
 La División Coordinación de Actividades Antiterroristas de la Dirección
Nacional de Gendarmería Nacional.
 El Departamento de Inteligencia de la Dirección Nacional del Servicio
Penitenciario Federal.
 La Oficina Anticorrupción del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

La Unidad Especial de Investigación presentó un informe en el que mostraba sus


lineamientos para la investigación en los que sugerían profundizar las líneas de pesquisa
que pudieran derivarse del informe de inteligencia titulado Temática: AMIA. La Conexión
Internacional. El esclarecimiento del atentado terrorista y la individualización de sus
autores, confeccionado por la Secretaría de Inteligencia en el marco de la investigación del
atentado.

Para la investigación se autorizó el acceso a la documentación de la Secretaría de


Inteligencia (SIDE), se ofreció una recompensa de tres millones de pesos, protección a los
testigos, identidad reservada, amparo en la ley del arrepentido hasta incluso la conmutación
de la pena a quien pudiera aportar información verídica para resolver el caso.

El 18 de julio de 1997, durante el acto en memoria de las víctimas al cumplirse el


tercer aniversario del atentado, una de las familiares Laura Ginsberg, pronunció un duro
discurso denunciando al entonces presidente Menem y al vicepresidente Eduardo Duhalde,
de "encubrir la conexión local". El discurso obró como desencadenante de la división del
grupo de familiares y víctimas y de la comunidad judía, ante el gobierno y la manera en que
se estaba llevando adelante la investigación.

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Hasta 2001 se había informado oficialmente que las víctimas fallecidas eran 86, a
las que había que sumar otras personas más a la que se atribuía ser autora del atentado y
haberse suicidado con la explosión. En 2001 se descubrió que una de las supuestas
víctimas, Patricio Irala, había simulado su muerte para cobrar la indemnización por medio
de su esposa.

Oficialmente la AMIA contabiliza 85 víctimas, pero en el listado solo menciona 84.


La persona fallecida adicional se trata de un varón que no fue identificado, al que se le
realizó la autopsia nº 1766. Se identificó a esta víctima como Augusto Daniel Jesús, un
joven de 20 años que asistía junto a su madre a un curso para el cuidado de enfermos en la
mutual.

Primer juicio

En 2001, luego de siete años de investigaciones realizadas por los fiscales federales
Eamón Mullen, José Barbaccia y Alberto Nisman y el juez Juan José Galeano, la justicia
argentina llevó a juicio a varios acusados de haber formado parte de la llamada "conexión
local" que causó el atentado, entre los que se destacaban Carlos Telleldín y el
comisario Juan José Ribelli.

El juicio se inició el 24 de septiembre de 2001, ante el Tribunal Oral Federal nº 3,


integrado por los jueces Gerardo Larrambebere, Miguel Pons y Guillermo Gordo, con la
presencia de un observador de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH),
exigida por Memoria Activa, a raíz de las sospechas planteadas por esa organización contra
el Estado argentino.

Se trató de un juicio oral contra 22 acusados de ser la conexión local y haber


facilitado la camioneta con explosivos, entre ellos el ex comisario de la Policía
Bonaerense Juan José Ribelli y Carlos Telleldín. El juicio contó la presencia de un
observador de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Memoria Activa
cuestionó la investigación y al juez Galeano. Apemia rechazó el juicio oral y lo consideró
una maniobra de encubrimiento por parte del Estado argentino.

Durante el curso del juicio, la SIDE y la DAIA se opusieron a que se levantara la


restricción para declarar sobre los agentes de inteligencia. Al levantarse las restricciones

~7~
para declarar, quedó expuesta en el juicio una amplia operación para encubrir el atentado
que involucraba al Poder Ejecutivo Nacional, la SIDE, el Poder Judicial, la Policía Federal
y El presidente de la DAIA.

El 2 de septiembre de 2004 el tribunal dictó sentencia absolviendo a todos los


acusados y ordenando investigar por encubrimiento a los funcionarios y dirigentes que
quedaron expuestos durante el juicio, entre ellos el juez de la causa Juan José Galeano, los
dos fiscales que investigaron el atentado desde el inicio Eamon Mullen y José Barbaccia, el
exministro Carlos Corach, el exjefe de la SIDE Hugo Anzorreguy, el expresidente de la
Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) Rubén Beraja y el juez Gabriel
Cavallo. La sentencia además declaró la nulidad de la Causa Brigadas y de la declaración
indagatoria de Telleldín, y con ello de gran parte de la causa AMIA. Pocos meses después,
la causa contra el juez Cavallo sería archivada a pedido de los fiscales Gerardo
Pollicita y Alberto Nisman.

Conclusión:

El crimen cometido en el atentado de 1994 en la A.M.I.A todavía no se ha resuelto


ya que no se han encontrado a los verdaderos autores de este acto de lesa humanidad hacia
una entidad que buscó refugio y promover el bienestar de la comunidad judía en Argentina,
además de mantener las tradiciones y creencias del judaísmo. Sin olvidar el hecho de que
las familias de las víctimas, hasta el día de hoy, no tienen justicia por sus seres queridos a
los que se les arrebato su vida por la ambición por el poder o el repudio que ciertas
personas les tenían a ellos. Finalmente, hay que recordar que las familias y parte de la
justicia argentina siguen buscando y luchando para poder desenmascarar todas las mentiras
impuestas y encontrar la verdad de los hechos.

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